FILOSOFÍA ANTIGUA. CONTEXTO FILOSÓFICO PLATÓN Y ARISTÓTELES. LOS ORÍGENES DE LA FILOSOFÍA. SÓCRATES La filosofía nace en Grecia en el siglo VI a. C., supone el paso del mito al logos, a la razón. Con los mitos los más complicados enigmas de la existencia obtenían respuesta de un modo claro y explicable, pero al fin y al cabo irracional Superando las explicaciones mitológicas heredadas, y apuntando hacia una solución racional de esos problemas, surgen los primeros filósofos, denominados presocráticos, de cuales podemos citar: Tales de Mileto, Anaxímenes, Anaximandro, Pitágoras, Heráclito, Parménides…entre otros, que se ocupaban fundamentalmente de dos problemas centrados en la naturaleza: -El primero de estos problemas es el de establecer el principio de la naturaleza, el arjé de la fisis. Para estos primeros filósofos, la naturaleza se encuentra en continuo proceso de cambio, pero tras ese movimiento subyace una única sustancia, un principio o arjé.. Tales de Mileto llegó a la conclusión de que el arjé era el agua. -El segundo problema es el de cuál es la auténtica realidad. Así: -Heráclito va a afirmar que la realidad está en continuo cambio, panta rei: “todo fluye, sólo hay cambio” -Parménides va a defender que existe una única realidad, inmutable, idéntica a sí misma en todas partes; la multiplicidad de la que hablan los sentidos no es sino apariencia, engaño. Para Parménides en la auténtica realidad, comprendida racionalmente, no existe el cambio. Estos problemas serán en parte resueltos, en plante soslayados por la teoría platónica del dualismo ontológico. Aristóteles, por su parte, resolverá estos problemas con su distinción del ser en acto y el ser en potencia y su teoría hilemórfica. En el siglo V se produce en la filosofía el denominado “giro antropológico”: a partir de este momento los pensadores se preocupan más por la ética y la política, abandonando las cuestiones de la fisis. Existen dos posiciones opuestas: -LOS SOFISTAS: Relativistas e incluso escépticos, a partir de su distinción entre fisis (lo natural) y nomos (lo convencional, como las normas morales y las leyes políticas), los sofistas eran los encargados de educar a los ciudadanos en el uso de la palabra, en el contexto de la polis democrática (enseñaban retórica). Así Protágoras y su tesis del “homo mensura” (el hombre es la medida de todas las cosas). Para los sofistas no existen verdades universales, ni necesarias, ni inmutables. -SÓCRATES: Contemporáneo de los sofistas, mantiene opiniones opuestas a los mismos; para Sócrates era necesario conocer las verdades universales, necesarias e inmutables, o, dicho de otra manera, hacer ciencia. Ello se podía hacer con la razón. De Sócrates es la frase “sólo sé que no sé nada”, se decía a sí mismo filósofo, el que ama a la sabiduría, frente al sofos, sabio (sofista). Esta línea de búsqueda del conocimiento universal, necesario e inmutable será seguida por su discípulo Platón, así como por Aristóteles. Así pues, Sócrates se enfrenta al relativismo de los sofistas a través de una búsqueda de la verdad universal y objetiva, es decir, no sujeta a las opiniones relativas de los hombres, y para ello utiliza el diálogo. Sócrates utilizó en sus diálogos la ironía y la mayéutica, en su búsqueda de verdades universales que superen el relativismo sofista. Es así que las principales características del diálogo socrático son:
-la ironía: Sócrates comienza elogiando el saber de su contertulio, y le pide que defina lo que es el tema de la conversación dado que él (Sócrates), no lo sabe. Pero, en el transcurso de la conversación, se evidencia que ninguna de las definiciones ofrecidas a Sócrates por el supuesto “sabio” son satisfactorias. De esta manera, el interlocutor de Sócrates llega a darse cuenta de que ignora lo que él creía saber. En este primer momento el interlocutor queda desconcertado y admite su ignorancia. Sólo entonces estará en disposición de adquirir el saber. -la mayéutica. Mediante preguntas y respuestas, Sócrates intenta descubrir la verdad que está en el interior del hombre, despertar el conocimiento (Sócrates confiesa que aprendió este procedimiento de su madre, que era comadrona; pero que, a diferencia de ella, lo aplica no a los cuerpos, sino a las almas de los hombres). Esto supone que Sócrates creía en la existencia de ideas innatas. El método socrático supone que lo más importante para el hombre es su propio autoconocimiento: Sócrates tuvo la misión de difundir y hacer realidad la inscripción del Oráculo de Delfos, “conócete a ti mismo” A través de este conocimiento que lleva al enriquecimiento del alma, Sócrates defiende un intelectualismo moral, que defiende una íntima unión entre conocimiento, virtud y felicidad. Considera que el mal es la ignorancia e identifica la ciencia o el saber con la virtud. Sócrates murió aceptando serenamente la condena que le impuso la polis ateniense. La muerte de Sócrates marcó a Platón en su filosofía, que él mismo (Platón) planteará en su Carta VII como un intento de regeneración ético-política. Platón propone un dualismo ontológico, y considera posible un conocimiento de la auténtica realidad, del mundo de las ideas (un conocimiento científico: universal, necesario e inmutable), más allá del conocimiento engañoso del mundo sensible proporcionado por los sentidos (particular, contingente y cambiante). Este conocimiento, o dialéctica ascendente, es llevado a cabo por el hombre gracias a su alma racional, y conduce hasta la Idea de Bien (como queda ilustrado en el Mito de la Caverna). Y es precisamente el conocimiento de la Idea de Bien el que permite la recta conducción del individuo en la vida privada (ética) y en la pública (a través del gobierno de la clase social de los que han conocido la Idea de Bien) Aristóteles, siguiendo la línea socrática continuada por Platón, afirma que el hombre está hecho para la ciencia y que ésta consiste en un conjunto de afirmaciones necesarias, inmutables y eternas. Pero Aristóteles corrige a su maestro: si Platón había colocado la auténtica realidad en un mundo distinto al que vivimos, Aristóteles traslada la dualidad de mundos de Platón al interior de las cosas mismas, reinterpretando las ideas platónicas como formas esencialmente constituyentes de las sustancias; así su teoría hilemórfica. Con la teoría aristotélica del ser en acto y ser en potencia se resolverán los problemas planteados ya por los presocráticos del cambio sustancial. Su ética es teleológica, y en su política, planteando que el hombre es social por naturaleza, considera que la felicidad (telos) del ser humano es alcanzada en la polis. Tras la muerte de Aristóteles encontramos la filosofía helenística. Estoicismo, cinismo o epicureísmo, son filosofías prácticas que responden a las urgencias de la época llena de confusión e inseguridad.
El
estoicismo propone la figura de un sabio impasible frente a los cambios de la Fortuna, que acepta y respeta. Epicuro propone la ataraxia, el hedonismo, la tolerancia y la amistad… una felicidad alcanzada mediante la reflexión filosófica. Una última gran filosofía clásica fue el neoplatonismo. Esta nueva forma de entender el platonismo, propuesta por Plotino, se caracteriza por su panteísmo.