TEMA 10. EL PRIMER FRANQUISMO (1939-1959).
TEMA 10 EL PRIMER FRANQUISMO (1939-1959). ÍNDICE: 1. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y EVOLUCIÓN POLÍTICA. 2. EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA. 3. OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN. 1. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y EVOLUCIÓN POLÍTICA. 1.1. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS. El franquismo fue el régimen político, social y económico que recibe su nombre del dictador Franco. Nació durante la Guerra Civil (1936-39), después se fue consolidando interna y externamente y desapareció a la muerte de Franco (1975). Surgió debido a la necesidad de los militares sublevados de dotarse de mando único, una estructura administrativa paralela a la republicana, una legislación y un poder ejecutivo antiparlamentario y antidemocrático. Este entramado se apoyaba en una ideología política de partido único, el Movimiento. Los sublevados encontraron el mando único en la figura de Francisco Franco; este, hasta su muerte en 1975, concentró en su persona la potestad e iniciativa legislativas, se rodeó de gobiernos formados por ministros de su confianza y no contó con un Parlamento representativo ni una constitución que limitara sus poderes. Con el tiempo se promulgaron un conjunto de (Leyes Fundamentales) entre las que sobresalía la Ley de Principios del Movimiento Nacional. Aunque el régimen evolucionó, impulsado por las circunstancias, permaneció siempre fiel a sus principios iniciales y nunca abandonó su carácter de dictadura personal. La ideología del régimen, que se identificaba con el pensamiento de las derechas conservadoras y autoritarias europeas de entreguerras, pervivió, con algunos matices, hasta los años setenta. Los principales fundamentos de esta ideología fueron los siguientes:
Rechazo de la sociedad burguesa contemporánea y nostalgia de etapas pasadas en las que España triunfaba. Se añoraba la época de los Reyes Católicos, cuyos símbolos, el yugo y las flechas, emplearon tanto los falangistas como el régimen en su conjunto. También fue idealizado el reinado de los Austrias mayores y, muy especialmente, el de Felipe II.
Aversión hacia las instituciones políticas liberales y la democracia parlamentaria, identificadas con la «masonería» o la «judeomasonería», a las que se hacía responsables de la decadencia nacional.
Represión durísima del marxismo y del comunismo y, en general, de todo el movimiento obrero. Las condenas a muerte contra activistas de izquierda duraron prácticamente hasta el final del régimen. Además, el anticomunismo militante del franquismo le permitió romper su aislamiento internacional durante la guerra fría.
Un exacerbado nacionalismo, combinado con la xenofobia y el catolicismo más conservador. Este se convirtió en la religión oficial del Estado, ya que se consideró parte esencial del «alma española». Con el tiempo, la identificación entre el régimen y el catolicismo motivó el rechazo de numerosos Página 1
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sectores progresistas de la Iglesia católica. El españolismo se entendió de forma centralista y exclusivista por lo que desapareció cualquier indicio de nacionalismos periféricos, a los que se consideraba separatistas. Se prohibió el uso en actos públicos, escuelas e iglesias de los idiomas catalán, vasco y gallego.
1.2.EVOLUCIÓN POLÍTICA Y COYUNTURA INTERNACIONAL Se puede hablar genéricamente de un primer franquismo y de un segundo franquismo separados por el año 1959. 1.2.1. LA CONSTRUCCIÓN DEL RÉGIMEN (1939-1951) El primer franquismo se puede dividir en etapas más pequeñas: antes y después de las protestas de 1951, que obligaron al régimen a ir abandonando progresivamente la autarquía y el aislacionismo. HEGEMONÍA FALANGISTA: EL APOYO AL FASCISMO Desde el primer momento los principales grupos de apoyo al franquismo fueron: el ejército, los falangistas, los católicos, los monárquicos y la oligarquía terrateniente y financiera. A estos grupos de apoyo se les denomina las "familias del régimen". -El ejército: El hecho de que Franco hubiera encabezado la guerra civil propició el apoyo del ejército aunque él se encargó de eliminar a posibles rivales, buscar buenos colaboradores y mantenerlos fieles a su persona. Por eso siempre hubo militares en los altos cargos. - La Iglesia se vio favorecida desde el principio por el régimen de Franco, con el que colaboró activamente. Sostenida económicamente por el Estado y con gran influencia en la educación, la Iglesia aportó obispos y prelados para cargos políticos procedentes de organizaciones como el OPUS DEI. - La Falange Española Tradicionalista y de las JONS, convertido por Serrano Suñer, cuñado de Franco, en partido único para el régimen, en cantera para dirigentes y en el gran apoyo para Franco. Pero, al finalizar la II Guerra Mundial, con la derrota de los fascismos, empezó su lento declive. - monárquicos .La actitud de Franco resultó decepcionante para muchos monárquicos
puesto que pensaban que terminada la guerra Franco restablecería la monarquía representada a partir de 1941 por D. Juan, hijo de Alfonso XIII, quien se instaló en Estoril (Portugal). A pesar de todo, muchos monárquicos continuaron colaborando con el régimen. - La oligarquía terrateniente y financiera gran instigadora del “alzamiento” fue la gran beneficiada por el orden y el conservadurismo impuestos por Franco por lo que continuó colaborando. En esta época predominaron los ministros de origen falangista y los militares. También participaron los católicos, aunque en minoría. Entre 1938 y 1942, la figura más relevante del régimen fue Ramón Serrano Súñer (“cuñadísimo”), ministro de Gobernación en el primer Gobierno de Franco (febrero de 1938). Este político fue el encargado de diseñar un Estado de tinte fascista o Página 2
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nacionalsindicalista.2 2.Nacionalsindicalismo: doctrina defendida por los falangistas que propugnaba la formación de sindicatos integrados por los trabajadores y patronos, a diferencia de los sindicatos de clase.
En 1938 se aprobó el Fuero del Trabajo que establece una organización social basada en los sindicatos verticales (por profesiones) controlados por falangistas. La política exterior del régimen durante la II Guerra Mundial se concretó en una postura de no beligerancia que era, en realidad, un apoyo apenas disimulado hacia la Italia fascista y la Alemania nazi (aliadas de Franco durante la Guerra Civil). Aunque España no intervino en la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno franquista suministró materias primas estratégicas, cooperó en la invasión de la Unión Soviética a través de la División Azul. España acordó su entrada en el conflicto en noviembre de 1940 tras la entrevista entre Hitler y Franco un mes antes en Hendaya (Francia). A partir de 1942, con la entrada de EE.UU. en la guerra, se vio que la derrota de las potencias del Eje estaba clara. Franco empieza a cambiar de postura, ante el peligro que suponía apoyar a Alemania para su régimen. En septiembre es cesado Serrano Súñer en Exteriores, demasiado próximo a Alemania e Italia, ante el nuevo curso de la guerra mundial, su salida del Gobierno supuso la pérdida de peso político de los falangistas en el régimen. Sin romper con Alemania, a la que ofreció cuanto pudo, en octubre de 1943 Franco adoptó una postura internacional algo más neutral. EL ASCENSO DE LOS CATÓLICOS: EL AISLAMIENTO INTERNACIONAL Desde 1945, coincidiendo con el final del conflicto mundial y con el triunfo de los aliados, se incrementó en los gobiernos franquistas la influencia política de los católicos. En política exterior se buscó obtener el favor de los aliados vencedores y de la opinión pública internacional, lo que finalmente consiguió. Se inició a partir de ese momento una etapa de nacionalcatolicismo (doctrina política del franquismo que propugna la estrecha relación entre el Estado y la Iglesia católica) , en la que comenzó a destacar como «hombre fuerte» del régimen Luis Carrero Blanco. Durante esta etapa el régimen franquista se organizó en torno a una serie " leyes fundamentales": la Ley de Cortes, el Fuero de los Españoles, la Ley de de Referéndum Nacional, la Ley de Sucesión y la Ley de Principios del Movimiento Nacional. a) La Ley de Cortes (1942). El poder legislativo residía exclusivamente en Franco, por lo tanto, la única tarea de las Cortes franquistas consistió en debatir las leyes y aprobadas dócilmente. Además carecían de representatividad, puesto que sus miembros denominados procuradores) eran designados por el gobierno o elegidos mediante sufragio restringido por los cabeza de familia y mujeres casadas que pertenecían a las asociaciones y a los sindicatos falangistas. b) El Fuero de los Españoles (1945) donde se exponían los derechos de los españoles. Estos derechos eran mínimos. c) La Ley de Referéndum Nacional (1945) establecía la posibilidad de consultar las leyes más importantes a la nación.
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d) La Ley de Sucesión en la jefatura del Estado (1947) que dejaba abierta la puerta a la restauración de la monarquía después de Franco.
Después de 1945 la España franquista sufrió una etapa de ostracismo internacional. El régimen fue condenado por la ONU y todos los embajadores abandonaron el país, que fue bloqueado diplomática y económicamente. Posteriormente, el contexto internacional de guerra fría y el anticomunismo imperantes en el bloque occidental llevó a los Estados Unidos a acercarse al régimen de Franco y a restituir a su embajador en España (1950). 1.2.2. LA CONSOLIDACIÓN DEL RÉGIMEN (1951-1959) Durante los años 50, se produjo un nuevo cambio político, se inició el predominio de los tecnócratas en los gobiernos de Franco. Estos procedían de las asociaciones católicas, únicas permitidas al margen de la Falange: (ACNP) la Asociación Católica Nacional de Propagandistas y el Opus Dei, que suministraron al régimen jóvenes dirigentes con un nivel de formación técnica superior al de las otras familias. Los tecnócratas más destacados fueron Ullastres, López Bravo y Laureano López Rodó. Fueron los promotores del Plan de Estabilización de 1959. El responsable de la entrada en el Gobierno de los tecnócratas fue el cada vez más influyente Carrero Blanco, quien, junto a estos ministros, fue reuniendo un grupo de influencia de carácter monárquico que desplazó definitivamente a los falangistas del poder. La otra «familia» del franquismo que perdió protagonismo a partir de 1957 fue la de los militares. Durante esta etapa aumentó la liberalización económica pero se mantuvo una línea represiva en los ámbitos social y político. También se completó la institucionalización del régimen, plasmada en la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958), donde se reafirmaban los valores ideológicos del régimen, que se definía como monárquico, católico y tradicional. En Política exterior, el inicio de la Guerra Fría hacia 1950 contribuyó a suavizar el rechazo de las democracias occidentales. EEUU comenzó a modificar su actitud valorando positivamente el anticomunismo del régimen de Franco e iniciando los primeros acercamientos diplomáticos. Finalmente, con la firma en 1953 de los acuerdos con EEUU, la España de Franco conseguía romper su aislamiento y obtenía el respaldo del gobierno presidido por el general Eisenhower. Estos acuerdos favorecieron la consolidación del régimen, franquista y contribuyeron a mejorar su imagen ante el mundo. Según el contenido de los acuerdos, se concedía a EEUU la apertura de cuatro bases militares aéreas y navales en la Península (Torrejón, Zaragoza, Morón y Rota) a cambio de suministros de material bélico y ayuda económica como contraprestación por los riesgos que España asumía. La ayuda financiera alcanzó en total unos 1.500 millones de dólares, el 60 por ciento en créditos a devolver y el 40 por ciento en donaciones. En conjunto, la ayuda económica norteamericana fue escasa y el material bélico anticuado y de escasa calidad. Los tratados ponían en peligro la seguridad nacional. La disponibilidad de las bases para los EEUU era plena y ponían introducir armas atómicas en las bases. Poco después, España fue admitida en la ONU en 1955 y en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en la OECE tres años más tarde(2 Con todo, el régimen franquista no pudo acceder por motivos políticos a los organismos Página 4
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internacionales más importantes (Comunidad Económica Europea y OTAN), todos sus intentos de ingreso fracasaron por la ausencia de democracia. )
La entrada de España en estas organizaciones y la visita del presidente Eisenhower a España (1959) supusieron la consolidación definitiva del régimen de Franco. En 1953, se firmó con la Santa Sede un Concordato que consagró la confesionalidad del Estado español: la religión católica era obligatoria en la escuela, el único matrimonio válido era el religioso (y, por tanto, indisoluble); la Iglesia era mantenida por el Estado y estaba exenta de impuestos. A cambio, a Franco se le reconocía el derecho de presentar al Papa los candidatos a obispos. 2. EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA. 2.1. LOS EJES DE LA AUTARQUÍA (1939-1959). Siguiendo sus principios ideológicos, el régimen de Franco aplicó la autarquía como política económica. Era considerada como la receta necesaria para sacar a España de su atraso y convertirla en un país industrial. Se entendía que para que un Estado fuera considerado militar y políticamente fuerte tenía que ser económicamente autosuficiente. Cuando finalizaron los enfrentamientos militares, la economía estaba profundamente desarticulada. La producción agraria e industrial era muy inferior a la de 1935, las reservas de oro y divisas habían desaparecido, y la red de transporte se encontraba muy deteriorada. Las destrucciones de edificios e instalaciones fabriles fueron moderadas, aunque el régimen las utilizó como elemento de propaganda para justificar la mala situación. El régimen pretendía alcanzar la autosuficiencia económica a partir del aislamiento del exterior y de la sustitución del sistema económico liberal, basado en la iniciativa privada, por otro en el que el Estado, aplicando una política intervencionista, era el encargado de industrializar al país. La autarquía tuvo tres grandes ejes de actuación. El primero fue la reglamentación de las relaciones económicas con el exterior. Importaciones y exportaciones pasaron a estar completamente controladas, siendo necesario contar con una autorización administrativa para realizarlas. Con esta medida, se pretendía determinar los productos fundamentales y los que eran superfluos, decisión sobre la cual influyó también la escasez de oro y de divisas. El cambio de la peseta, irreal y sobrevalorado, era otro impedimento para el comercio. Como consecuencia, se encarecieron los productos que la economía tenía que importar (el petróleo) y se produjo una gran escasez de bienes de consumo y de materias primas. El segundo fue el fomento industrial, orientado hacia las actividades de interés estratégico, con el objetivo de alcanzar un poder suficiente para asegurar la independencia militar y política del nuevo Estado. La actuación se orientó a impulsar las industrias de bienes de equipo, que recibieron una importante y continuada ayuda pública, lo cual generó un gran gasto público con efectos inflacionistas muy importantes. En 1941 se fundó el Instituto Nacional de Industria (INI), un conglomerado de empresas públicas, perfecto ejemplo de actuación del Estado en la economía. Inicialmente, se planteó llegar a todos los sectores industriales, sin embargo, se centró en la producción de energía, siderurgia, material de transporte, industria del Página 5
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automóvil y transporte aéreo, en fertilizantes, aluminio, fibras textiles artificiales y construcción naval. También se estatalizaron los ferrocarriles (RENFE, 1941) y la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE, 1945). A su vez, se impulsó la construcción de embalses y de centrales eléctricas. El tercer eje de actuación afectó al sector agrario, que sufrió una profunda intervención por parte del Estado. Los proyectos de colonización y de política hidráulica no alcanzaron los objetivos previstos. Sin embargo, fue en la producción, comercialización y fijación de precios donde el Estado se esmeró. El Servicio Nacional del Trigo (SNT), creado ya en 1937, fijaba los precios y adquiría la cosecha de trigo. La lista se amplió a otros productos agrarios, cuyos bajos precios oficiales provocaban un descenso en la producción, al fijarse por debajo de los resultantes de la oferta y la demanda. La consecuencia fue el desabastecimiento, por ello, los años cuarenta, quedaron en la memoria colectiva de los españoles como los “años del hambre”. Como consecuencia del desabastecimiento de alimentos, el gobierno tuvo que responder, desde 1939, con las cartillas de racionamiento para organizar la distribución de los productos de primera necesidad. La tasación de los precios por debajo de su valor, sin embargo, dio lugar al desarrollo del mercado negro o estraperlo donde se vendía la producción no declarada, permitiendo un enriquecimiento escandaloso para los productores y, entre ellos, a los grandes propietarios. En muchos casos, los precios en el mercado ilegal duplicaron o triplicaron los del mercado oficial. En el caso del aceite y del trigo, un tercio de todo lo producido fue comercializado a través de estos procedimientos ilegales. En definitiva, la evolución económica durante los años cuarenta fue catastrófica. La política autárquica fracasó, era imposible producir todo, ignorando los más elementales principios económicos (ventajas de la especialización, economías de escala, reducción de costes…). El que, en 1950, casi el 50 % de la población activa estuviera empleada en la agricultura es un dato muy revelador del estancamiento que venía atravesando España. 2.2. LAS PRIMERAS MEDIDAS LIBERALIZADORAS (1951-1956). España no pudo incorporarse al Plan Marshall (1948-52), sin embargo, la coyuntura internacional, con la “guerra fría”, posibilitó el cambio de actitud de EE.UU. con respecto a Franco, "anticomunista de siempre". Entre 1950 y 1952 España obtiene créditos de EE.UU. para la compra de productos agrícolas, materias primas y equipamiento industrial. Con los Acuerdos de 1953 las ayudas se amplían, y aunque en buena medida quedó establecida la dirección de la ayuda, dada la situación de escasez de divisas que padecía España, los Acuerdos resultaron fundamentales. Paralelamente a este proceso, desde comienzos de los años cincuenta, se introdujeron las primeras medidas liberalizadoras, rebajándose el intervencionismo estatal y el proteccionismo a ultranza, dándose unos primeros pasos para incorporarse en el contexto europeo, donde se avanzaba hacia la creación del Mercado Común Europeo. En 1952 se eliminan las cartillas de racionamiento. En la industria, el Estado impulsó la expansión con medidas de apoyo y con fuertes inversiones públicas. El INI puso en funcionamiento nuevas factorías como SEAT, ENSIDESA, ENDESA… Los datos de población activa reflejaban el cambio. Comparado con 1950, en la agricultura, en 1960, se había producido un descenso con un 39,8 %; en la industria, en cambio, se elevó del 25,4 al 28,6 %. Entre 1951 y 1960 hubo una emigración de un millón de personas desde las zonas rurales del interior a las áreas industriales de Madrid, Barcelona y el País Vasco y a las propias capitales de provincia.
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Ahora bien. La autarquía no funcionaba. Nuestros costes de producción eran muy altos, carecíamos de materias primas y bienes de equipo, la inflación estaba muy alta, teníamos un fuerte déficit comercial y las reservas de divisas eran cada vez menos. En definitiva, a la altura de 1957 la economía española estaba bloqueada, ante un callejón sin salida que imponía un cambio drástico de dirección. El giro vendrá de la mano del nuevo gobierno remodelado en 1957, en el que se incorpora el equipo de tecnócratas del Opus Dei: Este gabinete pondrá fin a la política autárquica y establecerá medidas liberalizadoras (Plan de Estabilización) que permitieron un espectacular crecimiento económico, lográndose la incorporación de España al reducido grupo de países industrializados del mundo. 3. LA OPOSICIÓN POLÍTICA DURANTE EL PRIMER FRANQUISMO. 3.1. LA OPOSICIÓN EN EL INTERIOR. A) LA OPOSICIÓN EN LOS AÑOS CUARENTA. La oposición al régimen quedó desarticulada tras la guerra civil. La represión (Ley de Responsabilidades Políticas de 1939 y Ley de Represión contra la Masonería y el Comunismo de 1940) desmantela los cuadros dirigentes de partidos y sindicatos. Con todo, en el interior, destacan tres frentes en la lucha antifranquista: el movimiento obrero, los grupos monárquicos y el maquis o guerrilla. La actividad clandestina de pequeños grupos del PCE, del PSOE y de la CNT nunca se interrumpió, como prueba la serie de encarcelamientos y de ejecuciones de militantes de estas organizaciones que se produjeron desde 1939. Estas agrupaciones políticas incrementaron su presión sobre el régimen en la fase de aislamiento con actos como las huelgas en Cataluña de 1945 y en el País Vasco de 1947, pero disminuyó durante la década de 1950. Los grupos monárquicos, llegaron a practicar hasta la conspiración. El momento más difícil para el dictador se produjo en 1943, cuando algunos políticos y militares monárquicos dirigieron una carta colectiva a Franco en la que le pedían la restauración de la monarquía en la persona de don Juan de Borbón. Dos años más tarde, con la guerra mundial terminada, la alternativa monárquica tenía mayores posibilidades. Por entonces, don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII, hizo público en Lausana (Suiza) un manifiesto en el que pedía a Franco que se retirara para restaurar la monarquía en su persona, como vía hacia la reconciliación de los españoles y para el establecimiento de la democracia en España. El maquis o guerrilla, eran grupos de guerrilleros que subsistían diseminados por zonas de montaña desde finales de la guerra civil. Su objetivo era continuar la guerra, que no daban por acabada, esperando el momento oportuno que permitiera una ofensiva exterior contra la dictadura. Entre 1944 1950 intervinieron en varias zonas, y su acción más espectacular fue el intento de penetración por el valle de Arán (octubre de 1944).
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El aislamiento entre los diferentes grupos de guerrilleros, la represión militar y de la Guardia Civil, y el recuerdo de la guerra, explican el fracaso de la guerrilla. Además, no hay que olvidar que en 1948 el PCE renunció a continuar la lucha guerrillera. B) LA OPOSICIÓN EN LOS AÑOS CINCUENTA. Página 7
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En la década de 1950, la oposición interior experimentó tres cambios significativos: la renuncia a la práctica violenta (la guerrilla), la transformación social y generacional de sus miembros y el impulso de la actuación opositora en las universidades (sucesos de 1956) y en el seno de los sindicatos franquistas. Las acciones más frecuentes de la oposición eran las convocatorias de huelga, aunque eran ilegales, en las que se reivindicaban mejoras económicas. La huelga que tuvo más eco fue la de los usuarios de los tranvías, en Barcelona, en 1951. Frente a estas acciones el régimen franquista reaccionó de dos maneras: de una parte, endureció la represión mediante la Ley contra el Bandidaje y el Terrorismo (1958) y la Ley de Orden Público (1959), y, de otra, aceptó cierta flexibilidad respecto a las demandas salariales con la Ley de Convenios Colectivos (1958). Por otro lado, como ya se ha comentado, los cambios acaecidos en las relaciones internacionales, hicieron que las potencias occidentales suavizaran sus condenas al franquismo. 3.2. LA OPOSICIÓN EN EL EXTERIOR. Acabada la guerra civil, un gran número de diputados, figuras políticas de todos los partidos y convencidos republicanos partieron al exilio y desde el exterior intentaron mantener las instituciones republicanas en el exterior. Así, en agosto de 1945, se reunieron en México las Cortes republicanas de 1939, aunque sólo cien diputados, y eligieron a Diego Martínez Barrio como presidente de la República en el exilio y a Giral como presidente del Gobierno. Entre estos grupos destacaron: anarquistas, socialistas, comunistas, y varios representantes de partidos republicanos de izquierda. Si un adjetivo les define es: desunión. Desunión y enfrentamiento en el interior de los distintos grupos y desunión en las instituciones republicanas por la dispersión de sus miembros, principalmente en Francia y México. TEXTOS 1. CONDENA DE LAS NACIONES UNIDAS. A) Por su origen, naturaleza, estructura y comportamiento general, el régimen de Franco es un régimen fascista, organizado e implantado en gran parte merced a la ayuda de la Alemania nazi y de la Italia fascista de Mussolini. B) Durante la larga lucha de las Naciones Unidas contra Hitler y Mussolini, Franco prestó una ayuda muy considerable a las potencias enemigas, a pesar de las continuas protestas de los aliados (...). La Asamblea General de las Naciones Unidas, convencida de que el Gobierno fascista de Franco en España (...) no representa al pueblo español (...), recomienda que se prohíba al Gobierno de Franco pertenecer a los organismo internacionales creados por las Naciones Unidas o relacionados con ellas, y participar en conferencias y otras actividades que puedan concertar las Naciones Unidas, o dichos organismos, hasta que se forme en España un Gobierno nuevo y adecuado. Además (...) recomienda que, si dentro de un plazo razonable, no se establece en España un gobierno cuya autoridad proceda de sus gobernados y que se comprometa a respetar la libertad de expresión, de religión y de reunión, y a celebrar cuanto antes elecciones en las que el pueblo español pueda expresar su voluntad, libre de coacción y de intimidación (...), el Consejo de Seguridad estudie las medidas para remediar tal situación. Asimismo, la Asamblea recomienda que todos los Estados miembros de las Naciones Unidas retiren inmediatamente los embajadores y ministros plenipotenciarios que tienen acreditados en Madrid “. “Condena de las Naciones Unidas”. Resolución de la Asamblea General de la ONU, Nueva York, 12 de diciembre de 1946. 2. FUERO DE LOS ESPAÑOLES DE 1945.
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Por cuanto las Cortes Españolas, como órgano superior de participación del pueblo en las tareas del Estado, según la Ley de su creación, han elaborado el Fuero de los Españoles, texto fundamental definidor de los derechos y deberes de los mismos y amparador de sus garantías; y teniendo en cuenta […] que sus líneas maestras acreditan el valor permanente del ideario que las inspira y gran número de sus declaraciones y preceptos constituyen un fiel anticipo de la doctrina social-católica, recientemente puesta al día por el Concilio Vaticano II […] Vengo en disponer lo siguiente: Artículo 1.–El Estado español proclama como principio recto de sus actos el respeto a la dignidad, la integridad y la libertad de la persona humana, reconociendo al hombre, en cuanto portador de valores eternos y miembros de una comunidad nacional, titular de deberes y derechos, cuyo ejercicio garantiza en orden al bien común. Artículo 2.–Los españoles deben servicio fiel a la Patria, lealtad al Jefe del Estado y obediencia a las leyes. Artículo 5.–Todos los españoles tienen derecho a recibir educación e instrucción y el deber de adquirirlas, bien en el seno de su familia o en centros privados o públicos, a su libre elección. El Estado velará para que ningún talento se malogre por falta de medios económicos. Artículo 6.– La profesión y práctica de la Religión Católica, que es la del Estado español, gozará de la protección oficial. El Estado asumirá la protección de la libertad religiosa, que será garantizada por una eficaz tutela jurídica que, a la vez, salvaguarde la moral y el orden público. Artículo 7.– Constituye título de honor para los españoles el servir a la Patria con las armas. Todos los españoles están obligados a prestar este servicio cuando sean llamados con arreglo a la Ley. […] Artículo 9.– Los españoles contribuirán al sostenimiento de las cargas públicas según su capacidad económica. Nadie estará obligado a pagar tributos que no hayan sido establecidos con arreglo a ley votada en Cortes. […] Artículo 12.–Todo español podrá expresar libremente sus ideas mientras no atenten a los principios fundamentales del Estado. […] Artículo 22.–El Estado reconoce y ampara a la familia como institución natural y fundamento de la sociedad, con derechos y deberes anteriores y superiores a toda ley humana positiva. El matrimonio será uno e indisoluble. El Estado protegerá especialmente a las familias numerosas. Artículo 24.–Todos los españoles tienen derecho al trabajo y el deber de ocuparse en alguna actividad socialmente útil. Artículo 30.–La propiedad privada como medio natural para el cumplimiento de los fines individuales, familiares y sociales, es reconocida y amparada por el Estado. Todas las formas de propiedad quedan subordinadas a las necesidades de la Nación y al bien común. La riqueza no podrá permanecer inactiva, ser destruida indebidamente ni aplicada a fines ilícitos. 17 de julio de 1945. Modificado por L. O. del Estado de 10 de enero de 1967 3. LA LEY DE PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL MOVIMIENTO. 1958. Yo, Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de España, consciente de mi responsabilidad ante Dios y ante la Historia, en presencia de las Cortes del Reino, promulgo como Principios del Movimiento Nacional, entendido como comunión de los españoles en los ideales que dieron vida a la Cruzada, los siguientes: I. España es una unidad de destino en lo universal. El servicio a la unidad, grandeza y libertad de la Patria es deber sagrado y tarea colectiva de todos los españoles. II. La Nación española considera como timbre de honor el acatamiento a la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única verdadera y fe inseparable de la conciencia nacional, que inspirará su legislación. Página 9
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III. España, raíz de una gran familia de pueblos, con los que se siente indisolublemente hermanada, aspira a la instauración de la justicia y de la paz entre las naciones. IV. La unidad entre los hombres y las tierras de España es intangible. La integridad de la Patria y su independencia son exigencias supremas de la comunidad nacional. Los Ejércitos de España, garantía de su seguridad y ex- presión de las virtudes heroicas de nuestro pueblo, deberán poseer la fortaleza necesaria para el mejor servicio de la Patria. […] VI. Las entidades naturales de la vida social: familia, municipio y sindicato, son estructuras básicas de la comunidad nacional. […] VII. El pueblo español, unido en un orden de Derecho, informado por los postulados de autoridad, libertad y servicio, constituye el Estado Nacional. Su forma política es, dentro de los principios inmutables del Movimiento Nacional y de cuanto determinan la Ley de Sucesión y demás Leyes fundamentales, la Monarquía tradicional, católica, social y representativa. […] IX. Todos los españoles tienen derecho: 1. A una justicia independiente, que será gratuita para aquellos que carezcan de medios económicos; 2. A una educación general y profesional, que nunca podrá dejar de recibirse por falta de medios materiales; 3. A los beneficios de la asistencia y seguridad sociales; y 4. A una equitativa distribución de la renta nacional y de las cargas fiscales. El ideal cristiano de la justicia social, reflejado en el Fuero del Trabajo, inspirará la política y las leyes. […] 17 de mayo de 1958
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