Recopilatorio 10 de noviembre

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CAMINOS DE LA AU TONOMÍA BAJO LA TORMENTA 10 de noviembre



Basta “al negocio de la COP26”, claman los pueblos indígenas

Armando G. Tejeda - La Jornada - 2021-11-03 Glasgow. Los pueblos indígenas dijeron “¡basta!”. Muchos de ellos se sienten marginados, maltratados y cada vez más desplazados de las decisiones que se adoptarán en la Cumbre del Cambio Climático en Glasgow (COP26). “Esta COP es un gran negocio, es la continuación del colonialismo donde la gente no nos escucha, salvo para hacer negocios con nuestras tierras y nuestros recursos naturales”, denunció la indígena mixteca Ita Mendoza, en un acto en el que recordaron a las más de mil personas asesinadas por defender la tierra, los bosques y la naturaleza desde que se firmó el Acuerdo de París, en el año 2015. En su comparecencia ante los medios de comunicación, la secretaria ejecutiva de la ONU para el Cambio Climático, la diplomática mexicana Patricia Espinosa, fue interpelada con un malestar creciente: “Probablamente ésta es la COP peor organizada, pero cada vez más gente nos dice que también es la menos inclusiva, la que ha dejado a más gente fuera de la sociedad civil, de las comunidades indígenas y de los movimientos ecologistas”. La funcionaria de la ONU se escudó en la pandemia, en las complicaciones por respetar los criterios sanitarios, por evitar aglomeraciones y por respetar la distancia de seguridad. E informó que “más de 10 mil personas” en la COP26 son representantes de la sociedad civil. Pero las comunidades indígenas, a través de varias agrupaciones internacionales que han movilizado a algunos de sus líderes, decidieron no sólo denunciar su marginación sino también señalar que nos encaminamos a un “nuevo colonialismo”, que impondrán las grandes economías del mundo de la mano de las empresas más poderosas e influyentes. Un mensaje similar al que dio el presidente de Bolivia, Luis Arce, durante su intervención en la COP26, cuando alertó de que “la comunidad internacional busca imponer el colonialismo del carbono”. 1


Una representación de las comunidades indígenas integradas en una plataforma global llevaron a cabo un acto de denuncia, navegaron alrededor del rio Clyde -el que cruza a la capital escocesapara recordar a las mil cinco personas asesinadas desde la firma del Acuerdo de París defendiendo la tierra ante la inacción de los gobiernos y una tercera parte de ellos eran indígenas, como fue el caso de la hondureña Berta Cáceres y otros casos similares ocurridos en Guatemala, Ecuador Filipinas y México. La indígena mexicana Mendoza lamentó precisamente tantas muertes que se podían haber evitado si se hubiera avanzado en lo establecido hace más seis años en el Acuerdo de París, cuando se acordó avanzar en el reconocimiento y respeto de las culturas y los territorios de los pueblos indígenas. Nada se ha avanzado en esta asunto, denunció. “Por eso me preguntó que beneficios puede traer la COP cuando más de mil personas han luchado peleando para salvaguardar el planeta desde la firma de París”. Una denuncia a la que sumó Eriel Deranger, director ejecutivo de la organización Indígenas de Acción Climática, que advirtió que “mientras dicen que están intentando preservar y respetar la cultura y la sabiduria indígenas, al mismo tiempo nos dejan fuera de la toma de decisiones. Es el mismo paternalismo del sistema de siempre”. La líder del Amazonas, Ninawa Inu Huni Kui, añadió que “nuestra visión, como comunidades indígenas, es muy diferente a los que están tomando las decisiones en la COP. Nosotros tenemos conexiones ancestrales con la Madre Tierra. Y son espacios espirituales que nunca se podrán negociar por dinero, por eso los grupos de trabajo de esta cumbre no representan los puntos de vista de nuestras comunidades o explican lo que realmente significa el mercado del carbon”. El indígena mexicano Gustavo Sánchez, de la Alianza Global Territorial, explicó por su parte que ellos están en Glasgow para reivindicar “el derecho del reconocimiento del territorio, que también involucra los atributos, es decir, el agua, la captura de carbono, la 2


biodiversidad. Respeto al consentimiento libre e informado, que tiene que ver con el respeto a las comunidades cuando se adopten decisiones que les afectan a su territorio y cultura. A que menos del 10 por ciento de la inversión climática está llegando a los territorios. Y a que se acabe con la criminalización de los líderes indígenas que defienden la tierra”. En el marco de la COp26 se anunció además la creación de un fondo de hasta mil 700 millones de dólares, en los que participan los gobiernos de Reino Unido, Noruega, Alemania, Estados Unidos, Países Bajos, la Fundación Ford y 17 donantes privados más, que se destinarán para que los pueblos indígenas reforesten sus territorios y los defiendan con herramientas legales. El dinero se destinará a la Alianza Global de Comunidades Territoriales, que está presente en América Latina, África y Asia, y que representan a unas 35 millones de personas de 24 países, incluido México. La mexicana Laura García, presidenta de la organización Global Greengrants, conocera de este plan y que también tiene programas con comunidades indígenas, explicó que “el anuncio de este plan es bastante nuevo para todas las comunidades y las organizaciones, pero sí hay una expectativa de que van a llegar más fondos. Yo espero que una parte vaya destinado a México y si es así, creo que habrá una gran diferencia en algunas comunidades y grupos de base. Los gobiernos normalmente tratan de evitar que las comunidades reciban directamente los fondos y luchen de forma autónoma por sus derechos y sus territorios”. Y añadió que “a México le hace falta, en su sistema legal y en sus prácticas judiciales, tener un reconocimiento más cotidiano del derecho internacional. En México sí hay referencias a las convenciones de la OIT y de como deben hacer las consultas previas e informadas, pero no es tan recurrente como otros países de América Latina. Por eso es importante generar ese cambio cultural, que sólo se va a conseguir si los pueblos indígenas siguen luchando para recuperar esos espacios”. 3


Mitzy Cortés: “Nuestra esperanza no está en la cumbre del clima, esa es la reunión de los poderosos” Teresa de Miguel - El País - 04 nov 2021

La joven mixteca forma parte de una delegación de diez mujeres indígenas de México que ha viajado a Glasgow para exigir que las voces de los pueblos originarios sean escuchadas en las negociaciones. En San Sebastián Tecomaxtlahuaca, un municipio de 2.000 habitantes a seis horas de la ciudad de Oaxaca, la crisis climática se empezó a sentir en la temporada de siembra. Los agricultores perdían sus cosechas de maíz y frijol porque las lluvias llegaban más tarde de lo previsto, o simplemente no llegaban. Pero también se manifestaba en acciones concretas, de esas que suelen tener nombre y apellido: la extracción ilegal de arena del río que atraviesa la comunidad, la apropiación de territorios comunales por parte de caciques locales, la deforestación descontrolada en los municipios vecinos. Mitzy Violeta Cortés (San Sebastián Tecomaxtlahuaca, Oaxaca, 22 años) crecía en ese contexto y se iba convirtiendo, sin nombrarlo de esa manera, en activista climática. Porque los indígenas mixtecas como ella hablan de lucha en defensa del territorio o de respeto a los derechos de los pueblos originarios. La crisis medioambiental no es una fotografía de un lejano glaciar que se derrite ni un escenario futurista de ciudades inundadas por el aumento del nivel del mar. La crisis climática fluye por el debilitado caudal del río en el que se baña, arde en la tierra agrietada en la que ya no germinan los cultivos de sus vecinos. La etiqueta de activista climática le llegaría después, tras mudarse a la capital del país para estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Allí conoció a otros jóvenes indígenas que también trataban de dar forma a esas ideas de defensa del territorio en las aulas. Rápidamente se unió a la red de Futuros Indígenas e impulsó el Proyecto Milpa, con el que busca promover la participación de los pueblos originarios en la política climática. A sus 22 años, los esfuerzos parecen estar dando los primeros frutos: ahora 4


se encuentra en Glasgow como parte de una delegación de diez defensoras del medio ambiente para asistir a la cumbre del clima. Pregunta. ¿Por qué es importante que participe una delegación de mujeres indígenas en la COP26? Respuesta. La diversidad es importante. No solo hay activistas ambientales en los países del norte, también hay acá, aunque nos nombremos de manera distinta. Además, muchas veces se habla del cambio climático como algo muy técnico, muy especializado. Dicen que desde estas cumbres van a dar respuestas para todo el mundo. Pero creo que es importante hablar de lo que pasa a nivel local, en los territorios. Queremos denunciar que las comunidades son las que más están sufriendo los efectos del cambio climático, aunque no son las principales responsables. Pero también la intención es sembrar esperanza: decir que sí hay alternativas, que no todos ven nada más lo monetario. Que hay otras formas de relacionarse y vincularse con el territorio. P. ¿Tienes esperanza en la cumbre? R. No. La esperanza no está ahí, es la reunión de los poderosos. Ha habido muchos intentos de la gente poderosa para dar soluciones y no se ve que realmente haya una iniciativa de querer cambiar el rumbo de las cosas. Creemos que las soluciones tienen que venir desde abajo y articularnos entre nosotros. No hay tanta esperanza en los gobiernos y la gente que se reúne en la COP, sino en lo que va a pasar alrededor, en las redes que se puedan construir allí con otros movimientos y otras luchas. Por ejemplo, el 10 de noviembre vamos a participar en Cura da Terra, el encuentro global de mujeres indígenas que van a asistir a la COP. P. ¿Cómo ves las políticas para enfrentar el cambio climático en México? R. Definitivamente no hay el más mínimo esfuerzo por hacer algo frente a lo que está pasando. El hecho de que se hayan promovido en este Gobierno proyectos como el Tren Transístmico, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas muestra la poca preocupación por temas ambientales que hay en el país. Se está apostando de nuevo por proyectos extractivos que dañan los territorios, por estos megaproyectos que van a causar destrucción bajo un precepto de beneficio para el país. Pero no puedes pensar en el beneficio del país si es a costa de los pueblos, 5


a costa de la destrucción de la naturaleza. No hay una apuesta y no hay una preocupación por los temas ambientales. Al contrario, se está promoviendo un modelo de muerte. P. Pero el presidente se ha presentado en ocasiones como un abanderado de los pueblos indígenas. R. Juega con el discurso. Lo que vemos es esta idea folclorizada de los pueblos: “reconocemos su riqueza cultural, su importancia”. Pero en las acciones no hay respeto por ejemplo por la consulta sobre los proyectos en sus territorios. Los pueblos estamos diciendo que no queremos el Tren Transístmico ni el Tren Maya. No queremos estos megaproyectos. No puedes ver a los pueblos por su riqueza cultural, sus bailes, cuando lo más importante es que respetes sus derechos y sus decisiones, si quieren o no esos proyectos. P. ¿Cómo se salva ese abismo entre los pueblos indígenas y los gobiernos que se reúnen en estas grandes convocatorias? R. Impulsando la consulta previa, libre e informada en todos los proyectos que afecten sus territorios, que haya reconocimiento de los pueblos como sujetos de derecho, que se reconozcan sus regímenes de propiedad de la tierra. Esos son temas importantes, pero a final de cuentas también muchas comunidades lo que han dicho es solamente: “déjennos ser, déjennos vivir, dejen de tratar de entrar a nuestros espacios”.

Buscando nombre para una guerra

Estefanía Ciro* - La Jornada - 8 de noviembre de 2021 Felipe Calderón se pasea por la COP26, organizada por una de sus ex funcionarias, contratada por Naciones Unidas en el más alto cargo sobre cambio climático en el mundo. El ex presidente mexicano está impune después de desatar el desangre en un país que firmó la Iniciativa Mérida y ejecutó la receta de la “guerra contra las drogas”. Esta se convirtió en la más reciente expresión del modelo económico-militar de un proceso de mediano aliento que tomó impulso con Miguel de la Madrid, que concretó en las 6


últimas décadas la destrucción de la soberanía petrolera y eléctrica, y la expansión de las concesiones privadas minero-energéticas en México. Tal vez, la disputa no era el narco, era un modelo económico. Colombia da pistas similares. Hace dos años en un pueblo en el sur de Colombia, un campesino me relató que el ejército colombiano había ejecutado una operación militar en una finca cercana y que se había llevado una mujer embarazada que terminó perdiendo su bebé posteriormente. En otra operación días después se llevaron a una madre que estaba amamantando y dejaron a su bebé recién nacido lejos de la madre por meses. Todos acusados de deforestadores, el nuevo criminal. Ese fue el inicio de la Operación Artemisa, una campaña del presidente colombiano Iván Duque que transformó el ambiente en un asunto de seguridad nacional. El experimento lo inició en una de las regiones que soportó la mayor intervención del Ejército colombiano y de Estados Unidos, la cereza del pastel de la guerra en Colombia y, según artículos científicos, uno de los hot spots de biodiversidad en el mundo –o Key Biodiversity Area, según Conservation International–: La Serranía de la Macarena y los demás parques nacionales naturales a su alrededor, en la bisagra de la Amazonia y Orinoquía colombiana. Dos son las estrategias del manual que vienen aplicando con pericia las élites colombianas para imponer el modelo económico extractivista: la primera es inventarse nuevos criminales. Tras los acuerdos de paz, el Estado colombiano lanzó la Operación Artemisa y decretó la nueva legislación que convirtió en delito la deforestación. Por supuesto, en la práctica persiguen a las familias campesinas, pero dejan impune al gran capital que está detrás del aterrador aumento de la deforestación en el país. Tras la intervención específica en esta región de la “lucha contra las drogas”, se anuncia una nueva: la “lucha contra la deforestación”. Saltamos del narcocultivador al deforestador; el populis7


mo militarista inaugura su nueva careta o, mejor, como lo entona la cantautora chilena Evelyn Cornejo: “Antes éramos borrachos y ahora somos terroristas”. La segunda estrategia es el enorme poder distractor de la disculpa del narco. La narcoguerrilla y la “lucha contra el narcotráfico” fue y sigue siendo el show perfecto de consumo mediático mientras el Estado colombiano emprende transformaciones económicas agresivas, como las relativas al control minero-energético de importantes minas de ferro-níquel, de carbón y de petróleos. En medio del Plan Colombia, el gobierno colombiano dinamizó la concesión privada de exploraciones petroleras y mineras. Claramente, Washington tenía otra guerra en mente. Por el momento, grandes extensiones de selva están cayendo bajo los intereses de actores de los cuales el Estado colombiano no da nombres, no abre expedientes judiciales ni tiene interés en controlarlos. El Comando Sur de Estados Unidos afirmó en sus recientes publicaciones que se ofrecía para la defensa de la Amazonia en Colombia y la reciente declaración de Joseph Biden, el 25 de octubre sobre el país, advierte de un nuevo enfoque “holístico” para el tema de las drogas en el que se compromete a involucrarse en la protección de la Amazonia de la amenaza del “narcotráfico”. En la COP26, el presidente de Colombia anunció que va a declarar 30 por ciento del país como área protegida, aumentando el peligro de criminalización sobre aquellos que poblaron unas tierras, sobre cocaleros, sobre a quienes no se quedaron debiendo los compromisos de los acuerdos de paz. Y el gobierno de Estados Unidos está dispuesto a apoyar. Entonces, ¿cómo se va a llamar esta nueva etapa de la guerra? *Doctora en sociología, investigadora del Centro de Pensamiento de la Amazonia Colombiana AlaOrillaDelRío. Su libro más reciente es Levantados de la selva 8


Los Chimalapas: Devastación al amparo de un conflicto territorial* Pedro Matías - Revista Proceso - 1 de noviembre de 2021

Se conoce como el paraje Las Águilas: ocho hectáreas de pinos, encinos y árboles tropicales entre las comunidades Montebello y El Quebrachal, en San Miguel Chimalapa. Los árboles de ese sitio –donde nace el agua que irriga una vasta zona a su alrededor– fueron arrasados en enero pasado por talamontes resguardados por un grupo de personas armadas. Wilfrido Pérez Gómez, jefe del anexo comunal El Quebrachal, alertó de “la tala desmedida” del bosque y lo comunicó al Comisariado de Bienes Comunales de San Miguel Chimalapa, cuyos integrantes, enterados del problema, realizaron un recorrido por el paraje la mañana del 2 de febrero. Constataron la “tala a matarrasa o inmoderada de la montaña. Talaron ocho hectáreas en su totalidad de forma desmedida. Los tocones de madera tienen diámetros que van de 10 a 65 centímetros”, asienta una denuncia presentada ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). No pudieron inspeccionar más porque “se aproximaban personas armadas con escopetas y otras armas de alto poder”, añade el documento. El presidente del Comisariado de Bienes Comunales de San Miguel Chimalapa, Artemio Martínez Hernández, sostiene que “el paraje talado” se encuentra dentro del plano de la Carpeta Básica Agraria que, conforme a una resolución presidencial de 1967, ampara las 134 mil hectáreas que les corresponden. El 7 de febrero, representantes de las comunidades de San Miguel Chimalapa llevaron a cabo una asamblea en la que discutieron el desmonte de Las Águilas. Determinaron que comuneros de las 18 congregaciones se trasladaran a dicho paraje para documentar los daños. Con base en ello, el 16 de febrero presentaron la referida 9


denuncia en la Profepa, la cual quedó integrada en el expediente administrativo PFPA/26.3/2C.27.2/0012-21. Álvaro Román Ríos, director de Asuntos Agrarios de Los Chimalapas, asegura que también interpusieron una denuncia ante la Fiscalía General de la República. En la denuncia ante la Profepa acusaron a los chiapanecos Enrique Torres y los hermanos Gilberto, Enrique y Omar Pérez Hernández de violar diversos artículos de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente. La denuncia asienta que uno de los imputados, Enrique Torres, tiene su domicilio en Rizo de Oro, Cintalapa, Chiapas. El dato es significativo, pues las autoridades comunales de Los Chimalapas llevan décadas denunciando que la tala inmoderada de sus bosques –cuyo caso más reciente es el del paraje Las Águilas– es llevada a cabo por, entre otros, madereros y ganaderos provenientes de Chiapas que aprovechan un conflicto territorial con Oaxaca para invadir sus tierras y arrasar la flora silvestre. El “pulmón del país” Los Chimalapas abarcan 594 mil hectáreas de selvas tropicales vírgenes –460 mil corresponden al municipio de Santa María Chimalapa y 134 mil a San Miguel Chimalapa–, de las cuales 300 mil aún se encuentran inalteradas. El coordinador regional del Comité Nacional para la Defensa de Los Chimalapas, Miguel Ángel García Aguirre, sostiene que esta región es el último pulmón del país, el tanque de oxígeno de México; concentra el mayor número de ecosistemas naturales en un territorio. El 23 de noviembre de 2011, el gobierno de Chiapas creó el municipio Belisario Domínguez en alrededor de 84 mil hectáreas de Los Chimalapas. Comunidades integradas por campesinos e indígenas provenientes de Chiapas y otros estados se asentaron sobre territorio ocupado por comunidades oaxaqueñas. Al amparo de este conflicto llegaron, entre otros, madereros que explota10


ron los bosques y ganaderos que crearon pastizales en las zonas desmontadas. De acuerdo con García Aguirre, de 2011 a la fecha los Chimalapas han sufrido la tala de 50 mil hectáreas de sus bosques y selvas. Un estudio del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático sostiene que este conflicto territorial “ha sido el pretexto utilizado por madereros, ganaderos, traficantes de fauna silvestre, especuladores de tierra y narcotraficantes, esto aunado a un proceso de colonización azuzado por esos intereses, para continuar y agudizar la devastación de las selvas de Los Chimalapas. “El conflicto de límites estatales entre Oaxaca y Chiapas ha sido utilizado para provocar 25 años de enfrentamientos violentos entre comuneros indígenas de Chimalapas, con ejidatarios indígenas chiapanecos que habitan 30 núcleos agrarios y que han sido trasladados a esa zona durante varios sexenios”, abunda el estudio. Aunque, en principio, el territorio de Los Chimalapas era habitado por zoques, los comuneros han refundado una identidad indígena multicultural al contar con la presencia de migrantes de Oaxaca (zapotecos, mixes, mixtecos, chinantecos, mazatecos), Chiapas (tzotziles, zoques), Michoacán (mestizos de la Sierra Chincua), Guerrero, Puebla y Veracruz. El 20 de diciembre de 2012 el gobierno de Oaxaca promovió ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación la controversia constitucional 121/2012 por la invasión de la soberanía estatal de Oaxaca y del territorio indígena del pueblo zoque de Santa María y San Miguel Chimalapa. El pasado 6 de febrero el gobernador Alejando Murat realizó una gira por Los Chimalapas y en su discurso prometió que “la controversia la va ganar Oaxaca” y que dicho triunfo será antes de que termine su gobierno, en diciembre de 2022. “Estamos dando seguimiento para cuando salga la resolución se reconozca la historia y la tierra que es de Oaxaca. El mensaje es 11


que no están solos, aquí está mi gobierno permanentemente con acciones a favor de la salud y los bosques”, declaró. Apenas en agosto pasado, el ministro José Fernando Franco González presentó el proyecto de sentencia, pero ésta aún no se discute en el pleno de la Corte. “Habrá guerra” Se asistió a una asamblea comunitaria en Benito Juárez, congregación asentada en el territorio de Los Chimalapas. El viaje fue tortuoso: seis horas de la ciudad de Oaxaca a Juchitán y otras seis de esta ciudad a Benito Juárez, con escala en la localidad El Jícaro, municipio de Zanatepec, donde abordó una camioneta “comunal” que surcó un paisaje de vegetación abundante, entre la que aparecían algunos claros, muestra evidente de desmontes para convertir la tierra talada en cultivos o pastizales. Durante el viaje, Domingo Jiménez, conductor de la camioneta comunal de Benito Juárez, vio pasar un vehículo de tres toneladas y soltó con enfado: “No tienen madre. Siguen talando. Ahí llevan tablones de media sierra. Son árboles talados con motosierra y los cubren con cartones de cerveza para ocultar el ilícito”. Domingo es uno de los luchadores históricos de la defensa de Los Chimalapas. Se indigna porque estos talamontes pasaron como si nada por el puesto de revisión militar que se encuentra casi frente al edificio de la “ilegal” presidencia municipal de Belisario Domínguez, Chiapas. El puesto militar se instaló el 19 de julio de 2015 después de que unos 400 comuneros de Santa María y San Miguel Chimalapa incendiaron el palacio municipal, quemaron urnas y dos patrullas, retuvieron a cuatro funcionarios electorales e impidieron elecciones en esa localidad creada por el estado de Chiapas. En la asamblea comunitaria realizada el pasado 11 de septiembre en la Casa del Pueblo, los comuneros sostuvieron que sus armas son leyes y documentos que amparan la propiedad de su territo12


rio, pero éstas no han impedido la invasión en diferentes periodos de ganaderos, talamontes y narcos provenientes de Chiapas. Gilberto Pacheco Sánchez, otro líder histórico de la lucha por la defensa de Los Chimalapas, advirtió: “El conflicto puede llegar a un derramamiento de sangre. No se ha llegado a la violencia porque los campesinos de Chiapas son utilizados como escudos humanos, como carne de cañón y la lucha no es contra ellos, es contra ganaderos, talamontes y narcos de Chiapas; la lucha no es de campesino a campesino, sino contra los verdaderos depredadores”. Domingo Jiménez recalcó que “habrá guerra” si los ministros de la Suprema Corte no toman en cuenta que Los Chimalapas fueron reconocidos por la corona española con títulos virreinales expedidos el 24 de marzo de 1687, los cuales fueron confirmados por el gobierno del México independiente en 1850 y finalmente, el 21 de marzo de 1967, se expidieron dos decretos de reconocimiento y titulación de bienes comunales a favor de Santa María y San Miguel Chimalapa. “Así como ellos juegan con la ley y pasan por encima de nosotros los indígenas, nosotros también podemos pasar por encima de la ley y por encima de ellos”, previno. *Este trabajo fue realizado para Proceso y CONNECTAS dentro de ARCO, con el apoyo del International Center for Journalists (ICFJ) en el marco de la iniciativa para el Periodismo de Investigación de las Américas.

Carta de académicos a los no vacunados Agustina Sucri - La Prensa - 15.08.2021

Un grupo de investigadores canadienses publicó recientemente una misiva para apoyar a aquellos que han decidido no aceptar la vacuna contra el covid-19. El control de nuestra integridad corporal puede ser la última frontera de la lucha por la protección de las libertades civiles, aseguran. Entrevista al doctor Claus Rinner, uno de los autores. 13


La estrategia de establecer la obligatoriedad de la vacunación contra el covid-19 o la implementación de métodos coercitivos no hacen más que aumentar la desconfianza de la población en estos productos que por el momento plantean más interrogantes que certezas. Hasta la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió esta realidad y anunció la última semana que no adhiere a la obligatoriedad de la inoculación en ningún país y aclaró que las vacunas no bastan en la lucha contra el coronavirus ya que deben combinarse con las medidas para frenar los contagios. En el marco de una feroz campaña en la que se pretende transmitir que solo con la vacunación de todas las personas podremos salir de esta crisis, ahora la alicaída entidad sanitaria mundial matizó que los inmunizantes son solo "una de las varias herramientas que tenemos en nuestras manos" para combatir la enfermedad. Pero, dado los múltiples vaivenes a los que nos tiene acostumbrados, no sabemos si esto lo sostendrá mañana. Mientras tanto, en la Argentina la ministra de Salud Carla Vizzotti aseguró en los últimos días que desde el Gobierno nacional no descartan la elaboración de una normativa que favorezca a quienes decidieron recibir la vacuna contra el coronavirus. En tanto que el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA) Daniel Funes de Rioja fue el blanco de las críticas tras su inconcebible manifestación de que las empresas podrán considerar eliminar la dispensa a los trabajadores que decidan no inocularse y, ante la imposibilidad de incorporarlos al ámbito laboral, evaluar “cesar su remuneración”. La urgencia de hacerle frente a estas y otros tipos de presiones llevó recientemente a un grupo de académicos canadienses a redactar una carta abierta en apoyo de quienes han decidido no aceptar la vacuna contra el covid-19. “Decidir no aplicarse la vacuna es dejar espacio para que surjan la razón, la transparencia y la responsabilidad”, enfatizan los autores, quienes hacen hincapié en la naturaleza voluntaria de este tratamiento médico al igual que la necesidad de que exista un consentimiento informado y la evaluación individual del riesgo-beneficio. 14


“El control de nuestra integridad corporal puede ser la última frontera de la lucha por la protección de las libertades civiles”, aseguran los firmantes Angela Durante, Denis Rancourt; Claus Rinner; Laurent Leduc; Donald Welsh; John Zwaagstra; Jan Vrbik y Valentina Capurri, todos ellos doctores en distintas disciplinas. La carta fue publicada en el sitio de la Asociación de libertades civiles de Ontario (OCLA, por sus siglas en inglés) días antes de que el gobierno canadiense anunciara que tiene la intención de hacer obligatorias las vacunas contra el covid en toda la administración pública federal y que exigirá que todos los pasajeros de aviones comerciales, trenes interprovinciales y cruceros estén completamente vacunados a más tardar en octubre. El texto -que transcribimos a continuación- destaca la importancia de la unión y el apoyo mutuo entre quienes han tomado la decisión de no inocularse: ¡No estás solo! Al 28 de julio de 2021, el 29% de los canadienses no se ha vacunado contra el covid-19 y un 14% más ha recibido una dosis. En Estados Unidos y en la Unión Europea, menos de la mitad de la población está totalmente vacunada, e incluso en Israel, el "laboratorio del mundo" según Pfizer, un tercio de las personas siguen sin estar completamente vacunadas. Los políticos y los medios de comunicación han adoptado un punto de vista uniforme, convirtiendo a los no vacunados en chivos expiatorios de los problemas que han sobrevenido tras dieciocho meses de alarmismo y confinamientos. Es hora de aclarar las cosas. Es totalmente razonable y legítimo decir "no" a las vacunas insuficientemente probadas para las que no existe una ciencia fiable. Tienes derecho a hacer valer la tutela de tu cuerpo y a rechazar tratamientos médicos si lo consideras oportuno. Tienes derecho a decir "no" a una violación de tu dignidad, tu integridad y tu autonomía corporal. Es tu cuerpo y tienes derecho a elegir. Tienes derecho a luchar por tus hijos contra su vacunación masiva en la escuela. Tienes razón al preguntarte si el consentimiento libre e informado es posible en las circunstancias actuales. Se desconocen 15


los efectos a largo plazo. Se desconocen los efectos transgeneracionales. Se desconoce la desregulación de la inmunidad natural inducida por la vacuna. Se desconocen los daños potenciales, ya que la notificación de los efectos adversos es tardía, incompleta e incoherente entre jurisdicciones. Eres el blanco de los medios de comunicación, las campañas de ingeniería social del gobierno, las normas y políticas injustas, los empleadores que colaboran y la mafia de las redes sociales. Se te dice que tú eres ahora el problema y que el mundo no puede volver a la normalidad a menos que te vacunes. La propaganda te convierte en un vil chivo expiatorio y los demás te presionan. Recuerda que no hay nada malo en ti. Se te acusa inexactamente de ser una fábrica de nuevas variantes del SARS-CoV-2, cuando en realidad, según los principales científicos, tu sistema inmunitario natural genera inmunidad contra múltiples componentes del virus. Esto favorece tu protección contra una amplia gama de variantes virales y anula la propagación a cualquier otra persona. Está justificado que exijas estudios independientes revisados por pares, no financiados por empresas farmacéuticas multinacionales. Todos los estudios revisados por pares sobre la seguridad y la eficacia a corto plazo han sido financiados, organizados, coordinados y apoyados por estas empresas con fines de lucro; y ninguno de los datos del estudio se han hecho públicos o han estado disponibles para los investigadores que no trabajan para estas empresas. Tienes razón al cuestionar los resultados de los ensayos preliminares de la vacuna. Los elevados valores de eficacia relativa alegados se basan en un pequeño número de "infecciones" tenuemente determinadas. Además, los estudios no eran ciegos, ya que las personas que administraban las inyecciones sabían o podían deducir si estaban inyectando la vacuna experimental o el placebo. Esta no es una metodología científica aceptable para los ensayos de vacunas. Tienes razón cuando pides una diversidad de opiniones científi16


cas. Al igual que en la naturaleza, necesitamos un policultivo de información y sus interpretaciones. Y eso no lo tenemos ahora. Decidir no aplicarse la vacuna es dejar espacio para que surjan la razón, la transparencia y la responsabilidad. Tienes razón al preguntar: "¿Qué viene después cuando cedemos la autoridad sobre nuestros propios cuerpos?". No te dejes intimidar. Estás demostrando resiliencia, integridad y valentía. Te estás uniendo en tus comunidades, haciendo planes para ayudarse mutuamente y defendiendo la responsabilidad científica y la libertad de expresión, que son necesarias para que la sociedad prospere. Estamos entre los muchos que los apoyan. Miedo y estupidez “Somos un pequeño grupo de académicos de la región, aquí en Ontario, Canadá, que hemos escrito columnas de opinión en periódicos sobre la necesidad de volver a utilizar el método científico de manera adecuada, de evaluar los riesgos y beneficios de la enfermedad en sí misma, de mirar de manera más científica el tema de la transmisión y la proporcionalidad de la amenaza, y muchos otros aspectos”, detalló en una entrevista con La Prensa el doctor Claus Rinner, profesor en el departamento de Geografía y Estudios Ambientales de la Universidad de Ryerson y uno de los firmantes de la carta abierta, al ser consultado sobre el motivo que los llevó a redactarla. “Luego vimos que había que hacer algo más y Angela Durante tuvo la idea de escribir algo para apoyar a aquellos que decidieron no vacunarse aún o no hacerlo nunca, debido a la presión que todos están viviendo socialmente de la familia, amigos, empleadores, de los medios…”, añadió el académico, quien desde que se declaró la “pandemia” ha volcado sus análisis en un blog personal y dos libros (“The Coronoia Blogbook” y “The Coronoia reloaded”). - ¿A qué atribuye que exista semejante presión a nivel mundial para que las personas de todas las edades se vacunen, aun cuando los ensayos de las vacunas no han concluido, y que incluso se esté 17


incitando a vacunarse a grupos que no fueron incluidos en los estudios, como las embarazadas o los niños? - Es un misterio. No creo en las teorías de una pandemia planificada de gran alcance y ese tipo de cosas, aunque cada vez es más difícil no creer en eso. Pero todavía pienso que es el miedo y la estupidez entre quienes toman las decisiones y un poco de oportunismo, tal vez. Me parece que los médicos de salud pública y los políticos que están impulsando la campaña de vacunación verdaderamente creen que es la mejor opción. - ¿Qué rol juega el factor económico? - Es obvio que hay intereses de lucro detrás de la industria farmacéutica. Y es raro que eso no se cuestione más por parte de periodistas o políticos, en particular los políticos de derecha, pero en definitiva me parece que no es muy distinto de otras industrias que están impulsando o tratando de impulsar sus ganancias. Es entendible en cierto punto, pero debido a que afecta a nuestro cuerpo, tiene más impacto y es más problemático y debería ser más escudriñado por los periodistas, por ejemplo. - Los principales mensajes de la campaña pro vacunación contra el covid son que estas vacunas salvan vidas y que es un acto de responsabilidad social inmunizarse. Pero, lejos de ser irresponsable quien no se vacuna, la carta de ustedes sugiere que podría ser hasta prudente no hacerlo. ¿Es así? - No puedo hablar desde una perspectiva médica, pero sí desde una perspectiva lógica. He revisado los documentos de los ensayos, de las autorizaciones de las vacunas en Canadá y en Estados Unidos, y he leído literatura científica, por ejemplo, sobre los criterios de valoración en los ensayos de las vacunas o el objetivo de estos ensayos. Las vacunas se probaron para comprobar la reducción del covid sintomático y el caso se contabilizó como una prueba de PCR positiva junto con un par de estos síntomas normales para un resfrío, los que se redujeron tras la vacunación. Se encontró que las vacunas tenían un efecto en la reducción de la enfermedad pero no 18


fueron siquiera probadas para determinar si impedían o reducían la transmisión entre las personas, no fueron testeadas para conocer si reducen la infección en sí misma, tampoco se testeó si hubo menos personas que dieran positivo al test, por lo cual hubo muchas cosas que los ensayos ni siquiera intentaron responder y ahora parecen estar siendo usados para forzar la vacunación. Eso es simplemente irracional. Me molesta un poco que las personas que parecen ser racionales, que piensan normalmente, ahora se dejen llevar por su miedo sin entender la lógica simple. - Usted mencionó en los textos de su blog que cada vida cuenta y que eso debe incluir a los muertos por causas asociadas a la vacunación. ¿Se están tratando de ocultar estos muertos? - Es muy difícil determinar si un efecto adverso -sea mortal, grave o leve- está realmente asociado con la vacuna. Por lo tanto, entiendo cuando los medios dicen que no se sabe si todos estos reportes de efectos adversos son válidos o no. Pero los reportes están, por ejemplo en el VAERS de Estados Unidos, y son la manera oficial en la que el gobierno pide a la comunidad médica que reporte presuntos efectos adversos. Dicen que esto no puede ser tomado al pie de la letra para el análisis, pero sí debe ser utilizado para elevar las señales de alerta o preocupaciones relativas a la seguridad. Hay más de cien mil, tal vez doscientos o trescientos mil efectos secundarios reportados y algunos de ellos graves. De modo que es obvio que hay muchas señales de alerta que deben ser más investigadas. ¿Están siendo investigadas? No estoy seguro. El número actual de reportes es lo suficientemente alto como para hacer algunas preguntas que deben ser investigadas. Ha habido algunas respuestas, pero una de ellas fue poner el riesgo de miocarditis como un ítem más en el listado de posibles efectos adversos en el etiquetado de la vacuna. Me parece que eso no es suficiente. -¿Cuáles considera que han sido hasta el momento los grandes errores cometidos en nombre de la pandemia? - Confío en algunos de los médicos y científicos de la salud que son críticos ante esta situación y, basándome en eso, debo decir 19


que el uso de los tests de PCR parece ilógico. Obviamente no es adecuado para detectar infección en el sentido de alguien que esté enfermo. Detecta el virus ya sea que la persona esté enferma o que simplemente el virus esté ahí presente como una sobra de una infección que ya se ha curado. Todo lo demás parte desde ese test. Muchas de las hospitalizaciones no se debieron al covid sino que cuando se detectó el virus se contabilizó como un caso de covid, lo mismo pasó con las muertes, seguramente. Entiendo que si un test como ese se usara para otro virus podríamos crear el mismo escenario porque uno encontrará cosas en el organismo que serán atemorizantes. - ¿El covid-19 ha significado la muerte de la ciencia? - Estoy bastante sorprendido y algo decepcionado con la ciencia. Es difícil decir si se trata de la ciencia en sí misma o cómo está siendo comunicada y utilizada porque incluso en la literatura médica si uno busca estudios sobre covid y, por ejemplo, el uso de barbijos si bien encontrará aquellos que avalan el uso de barbijos también encontrará estudios que no encuentran su utilidad. Por lo tanto, creo que la ciencia está todavía funcionando. Siendo optimista, no es la ciencia sino cómo la ciencia se traduce en conocimiento público en los medios y en decisiones políticas. Hay científicos en estos roles que dicen que no hay dudas sobre unas y otras cuestiones, pero eso no es posible. La ciencia nunca se asienta, la ciencia hace preguntas y debería estar haciendo más preguntas. - Si un amigo o familiar le pidiera un consejo acerca de la conveniencia de vacunarse contra el covid ¿qué le diría? - No soy médico pero como académico pensante estaría preocupado por la seguridad a largo plazo desconocida de las vacunas, también me preocuparía por los efectos adversos a corto plazo dado que el cálculo de riesgo-beneficio para la mayoría de las personas, en especial los jóvenes, arroja que no hay un beneficio que supere esos riesgos. Los riesgos son muy bajos, basándonos en los números, pero los beneficios también lo son. Por lo tanto, yo aconsejaría esperar y ver. 20


Covid ha arrebatado el derecho a morir dignamente: Arnoldo Kraus Eduardo Bautista - El Sol de México - Jueves 7 de enero de 2021

Aunque la Organización Mundial de la Salud pregona como regla máxima “no dejar a nadie atrás” durante esta pandemia, la realidad es que mucha gente ni siquiera escuchó el disparo de salida. El nuevo coronavirus ha demostrado que el conocimiento no necesariamente se apellida justicia. Así lo asegura en entrevista el médico Arnoldo Kraus, reconocido académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro del Colegio de Bioética, quien acaba de publicar un libro que debe estar en el cajón de todos los que buscan entender la pandemia más allá de las estadísticas y los eslóganes preventivos. Se trata de Bitácora de mi pandemia (Debate, 2020), un diario lúcido escrito desde la perspectiva de un médico que recibe llamadas de sus pacientes a todas horas: “¿Qué debo hacer, doctor?, mis padres murieron y yo también estoy contagiado”, ¿me recomienda ir al hospital?”. No se trata, sin embargo, de un libro de tecnicismos médicos. Kraus es, ante todo, un humanista. Un libre pensador —así se autodenomina— que ha escrito mucho sobre el derecho que tienen las personas a morir dignamente. Y si hay algo que ha arrebatado el coronavirus es, justamente, ese derecho. “La pandemia ha obstaculizado los duelos de las personas. Que te entreguen el cuerpo de tu familiar envuelto en una bolsa negra y que encima —porque ha pasado— ni siquiera se trate del cadáver de tu ser querido, es algo traumático. Siempre deberíamos tener la oportunidad de trabajar nuestra muerte, de pensar en ella. Eso es algo que no está sucediendo con el coronavirus. Hoy, la muerte llega de forma repentina mediante de una enfermedad que es violenta incluso en personas que siempre han sido sanas”, asegura 21


el también experto en inmunología del Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán. A lo largo de este libro, el lector se encontrará con reflexiones sociales, culturales y filosóficas en torno a la enfermedad, la muerte, el progreso, la medicina y la ciencia. Son páginas ideales para quienes quieren escuchar verdades sin retoques. Así de directo es el doctor Kraus, quien siempre ha señalado la necesidad de implementar un programa de ética laica en la educación básica; clases que inviten a los más jóvenes a leer sobre cómo viven las 900 millones de personas que no tienen agua potable o las más de mil millones que viven con menos de dos dólares al día. “La gente muere todos los días por enfermedades que no son Covid-19. De algún modo, el coronavirus ha restado importancia a otras muertes porque esta enfermedad también la están padeciendo los países ricos. Cuando nos enteramos que muere un africano por hambre, un haitiano de VIH o un subsahariano de tuberculosis, los sentimos muy lejos. Es gente pobre y negra: sus muertes no se aprecian de la misa forma en que se aprecia el fallecimiento de un occidental. ¿Es crudo lo que digo? Sí. ¿Es real lo que digo? También”. En un mundo donde se mantienen los mecanismos de discriminación racial y social, pareciera que se otorga mayor importancia a los fallecimientos de italianos, alemanes o españoles que a los que suceden en países del tercer mundo, donde las causas son infinitas, muchas de ellas, consecuencia de la desigualdad social, afirma Kraus. “Siempre he dicho que el conocimiento debería apellidarse justicia. Tendría que ir de la mano de la autonomía y la libertad. El conocimiento debe de hermanar a la gente. En esta ocasión, no obstante, el coronavirus ha demostrado que la hermandad que tenemos surgió a partir del desconocimiento. Porque yo no sé si la ciencia médica se pudo haber adelantado a este problema, pero 22


la realidad es que hemos sido aplastados por el virus. Como lo expongo en mi libro, al principio creí que la pandemia nos iba a legar algo positivo, pero en un país como México tan enfermo y empobrecido, ya no encuentro razones para ser optimistas. Somos frágiles y endebles”. ¿Sirven las conferencias de Gatell? Igual que muchos otros expertos de la salud, Arnoldo Kraus cree que el gobierno mexicano ha cometido varios errores para controlar la pandemia. Uno de ellos, dice, es que no se predica con el ejemplo. Le parece gravísimo que ni el presidente Andrés Manuel López Obrador ni el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, se nieguen a usar cubrebocas en eventos públicos. Más cuando son los dos rostros más públicos en México de la lucha contra el covid. “De entrada yo pregunto: ¿Tiene sentido dar una plática diaria por la tarde? No tiene sentido. No construye nada dar una información cotidiana. Menos cuando el doctor Gatell no usa cubrebocas. La información es importante, debe ser difundida, pero en un lenguaje adecuado. Yo creo que estas conferencias deberían ser algo muy preventivo, no una sesión de gráficas que cada vez interesan menos. Además, yo no creo en las cifras que da López-Gatell”, asegura el también escritor. Son contados los mandatarios que no utilizan mascarilla. Donald Trump se negó mucho tiempo a hacerlo. También Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil. AMLO se mantiene en esa línea. ¿Por qué? Porque quizás se sienten poseedores de una verdad que nadie más conoce, intuye Kraus. “(Los populistas) se sienten dueños de verdades diferentes a las que nos creemos los mortales. Pareciera como si recibieran un mensaje divino directo del cielo que les invita a no usar cubrebocas. Hay algo de mesianismo en eso. No lo entiendo. La ciencia ha comprobado que el uso de cubrebocas y la distancia de dos metros son medidas casi tan eficaces como una vacuna”, concluye el médico. 23


El colapso y la estupidez humana

Raúl Zibechi - Desinformémonos - En Movimiento - 8 noviembre 2021 “Dos cosas son inf initas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo” Albert Einstein “El turismo volcánico desborda La Palma: autobuses llenos y atasco en la carretera”, titulaba El País en su edición del 1 de noviembre. Agrega que las autoridades de la isla pusieron transporte gratuito para que los turistas llegaran al mirador más concurrido y que las colas para subir al autobús duran más de una hora. Viajeros de todo el Estado Español y de Europa llegan en masa para contemplar la destrucción y el colapso en las vidas de miles de personas que han visto sus viviendas y cultivos sucumbir bajo el río de lava que todo lo devora, desde que comenzó la erupción el 19 de setiembre. Hoteles, taxistas y líneas aéreas hacen su negocio, embolsan recursos que los turistas despilfarran para no perderse la imagen de un volcán en plena erupción, desastre que sigue siendo estetizado por los grandes medios sin reparar en la destrucción que deja a su paso. Las voces disidentes casi no se escuchan, aunque vienen creciendo de forma paulatina. Una entrevista a Paula, pobladora de La Palma, por Radio Pimienta, una de las escasas voces críticas, pone las cosas en su lugar. Enfatiza en la incertidumbre y el estrés de la mayoría de la población que está comenzando a autoorganizarse. “De las seis mil personas evacuadas, menos de cien están en el albergue que dispuso el gobierno, y el resto en casas de vecinos y familiares solidarios” (https://bit.ly/3o7MdZb). En varios espacios manos solidarias organizan la entrega de ropa, porque los que huyeron de sus casas lo dejaron todo. Desde arriba, las cosas se ven siempre de otro modo. Las personas que esta24


ban pagando su vivienda al banco deben seguir pagando aunque la vivienda se la haya tragado la lava ardiente. Aún en el colapso, el capital financiero sigue haciendo sus negocios, sin inmutarse. El Estado se limita a entregarles una pequeña indemnización que no les alcanza para construir otra vivienda. “El énfasis en el turismo quiere remachar nuestra dependencia”, dice Paula, “ya que no se cansan de decir que la isla es segura, ninguneando el dolor y nuestra vulnerabilidad”. Según el gobierno, la masa de lava ocupa apenas el 10 por ciento de la isla, pero no toman en cuenta que afecta a toda la población, unas 85 mil personas, la mitad de las cuales se dedica a la agricultura platanera, seriamente afectada por la enorme cantidad de ceniza que se deposita en todos los rincones. Los vecinos se están organizando por barrios con base en el apoyo mutuo, explican desde Radio Pimienta, creando plataformas para asistir a las familias que perdieron todo, intentando superar el clima de “desconfianza, miedo e incertidumbre”. Pero también se esfuerzan por superar la “tutela extrema” del Estado, que según Paula se empeña en controlar los movimientos de la población, regulando el acceso a ciertos espacios: cuando los desplazados quieren limpiar las casas de ceniza, deben hacerlo “acompañados” por efectivos de la Guardia Civil que no sólo los vigilan sino que controlan el tiempo que demoran en la limpieza. Son tiempos de aprendizajes. ¿Qué hacer ante el colapso? ¿En quiénes podemos confiar cuando todo lo que tenemos alrededor se hunde? ¿Cómo zafar del control del Estado, de la policía y del capital que buscan aprovechar el colapso para apuntalar el capitalismo? Hay varias acciones que parecen urgentes. Nada podemos hacer si no estamos organizados, si no hemos construido antes del colapso relaciones fuertes entre personas afines, comunitarias y cooperativas. Debemos crear medios de comunicación propios, más para inter-comunicarnos que para denunciar, sobre todo durante el colapso. 25


Debemos construir autonomía, pero antes de eso tenemos que acordar qué entendemos por autonomía. En tiempos de colapso, no se valen autonomías sólo declarativas; deben ser integrales, abarcar la salud, la economía, el agua, la educación y todo aquello que hace a la vida. Porque la vida está en peligro y nadie más que nosotros y nosotras vamos a poder defenderla y reproducirla.

Agronegocios contra el clima

Silvia Ribeiro* - La Jornada - 6 de noviembre de 2021 En el marco de la COP26 sobre clima, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos, dos países con grave culpa por el caos climático, anunciaron su nuevo plan para la agricultura y alimentación mundial. México se sumó, gracias al secretario de Agricultura Víctor Villalobos, atento a promover actividades contaminantes en favor de las trasnacionales de agronegocios. Llamado Misión de Innovación Agrícola para el Clima, (AIM4C, por sus siglas en inglés), el plan fue anunciado por Joe Biden el 2 de noviembre. Tiene más de 70 socios entre grandes empresas trasnacionales, como Bayer, Basf, Syngenta, PepsiCo, junto a la asociación global de las empresas de agrotóxicos Croplife, la asociación global de la industria biotecnológica BIO, la fundación Bill y Melinda Gates, el Foro Económico Mundial (Foro de Davos), además de países que le dieron su apoyo como México y Brasil. Los mayores causantes del caos climático y la devastación ambiental, social y económica en agricultura y alimentación ven este plan como un jugoso negocio. Según Tom Vilsack, secretario de Agricultura de EU, ya cuentan con inversiones por 4 mil millones de dólares para relanzar el concepto de “agricultura climáticamente inteligente”. Se refieren ahora a una nueva ola de digitalización, alta tecnología y robotización agrícola y de distribución alimentaria, a semillas, 26


animales y microorganismos transgénicos, producción de carne sintética en laboratorio, así como mantener el alto uso de agrotóxicos, pero “administrados” con plataformas digitales e inteligencia artificial. Esta batería de nuevas tecnologías digitales, robóticas y biotecnológicas apuntan a consolidar la pesada entrada de los titanes tecnológicos, como Microsoft, Amazon, Google y Facebook en agroalimentación, en acuerdos con los de agronegocios como Cargill, Bayer y John Deere para lograr mayor control de las actividades de las y los agricultores y trabajadores, así como una visión panorámica de territorios y recursos, desde sus drones y satélites. El 4 de noviembre, la red global Climate Action Network (CAN), que reúne a mil 300 organizaciones, le otorgó a este proyecto el “Premio Fósil del Día”, que se entrega en la COP26 a quienes aumentan el caos climático o impiden enfrentarlo. El texto que acompañó el irónico premio expresa “¿Creía Joe Biden que (...) no nos daríamos cuenta de que es un ardid para reformular la agricultura industrial y las tecnologías disruptivas como acción climática? Está clarísimo que es todo lo contrario y va en contra de cualquier principio de justicia, desarrollo sostenible y seguridad alimentaria. Este “regalo” de Biden a la COP26 es parte de una estratagema para excluir a los agricultores de la agricultura y sustituirlos por robots, semillas editadas genéticamente y aumentar las ganancias en tecnología para sus compinches de Silicon Valley”. Sol Ortiz, enviada de Sader a la COP26, defendió por años los intereses de Monsanto, Syngenta y afines como anterior secretaria ejecutiva de la comisión de bioseguridad. Aunque fue retirada de ese cargo, tomando en cuenta su desempeño en favor de las trasnacionales y los transgénicos, así como por haber obstruido las consultas a los pueblos indígenas que defienden la apicultura y las abejas contra la contaminación tóxica en la Península de Yucatán, el secretario Villalobos la recuperó para los intereses del agronegocio y la impuso directora de Atención al cambio climático y de la Estrategia nacional de polinizadores (!) dentro de la Sader. En 27


su primer día de intervenciones en la COP26, Ortiz aseguró que México apoya esa “agricultura climáticamente inteligente”. Paradójicamente, el proyecto AIM4C en el que se ha embarcado a México sin consultar a las y los campesinos, intenta hacer creer que va hacia un sistema agroalimentario con menores emisiones de carbono. Por el contrario, además de mantener las emisiones de gases de efecto invernadero por el alto uso de agrotóxicos derivados de petróleo, de metano y otros gases causados por los fertilizantes sintéticos, las actividades “digitales”, la captura de datos, almacenamiento y procesamiento en nubes informáticas, además de generar mayor dependencia de los agricultores, demandan una monstruosa cantidad de energía. Por ejemplo, informa el grupo ETC, Bayer-Monsanto presume tener actualmente más de 69 mil millones de datos tomados de sus aplicaciones agrícolas –por cuyo uso cobra a los agricultores, aunque se apropia de su información. La empresa estima que los sensores en equipos de cosecha recogen hasta 7 Giga bits de datos por hectárea. Un cálculo aproximado indica que para ello, solo en campos de maíz en Estados Unidos se gastaría 3 mil 300 millones de kilovatios/hora (es decir, 3.3 teravatios/hora), equivalente al consumo anual de electricidad de una nación como Senegal. Y ésto es sólo una empresa, actualmente todas las trasnacionales de agrotóxicos, semillas, fertilizantes, maquinaria, junto a las grandes tecnológicas venden sus plataformas digitales agrícolas (https://tinyurl.com/ynyezvz7). A todas luces, la Misión de Innovación Agrícola (AIM4C) es una nueva forma de empeorar el grave caos climático y de paso minar la soberanía alimentaria. * investigadora del Grupo ETC

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Imagen prehispánica del ciclo de la vida.

RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AU TONOMÍA BAJO LA TORMENTA 10 de noviembre


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