Recopilatorio 3 de noviembre

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CAMINOS DE LA AU TONOMÍA BAJO LA TORMENTA 3 de noviembre


Alto a la Guerra contra comunidades Zaapatistas del EZLN

Portada: La Ofrenda (1913) – Saturnino Herrán


Ante el abismo

Gustavo Esteva - La Jornada - 1º de noviembre de 2021 Chiapas no está al borde del abismo. Ya cayó en él y parece insondable. Tal caída causa inmenso sufrimiento a quienes viven ahí. Su dolor y su rabia expresan a menudo desesperación. No encuentran salida para un predicamento que se nos viene encima en todas partes. Es cínico plantear que debemos aprender en cabeza ajena. Pero la solidaridad con quienes están allá puede ser autoprotección. Hay ahí historia antigua, siglos de escandalosa opresión. En 1994 algunos chiapanecos decían que el ánimo revolucionario aparecía por fin en Chiapas: con 200 años de retraso el de la revolución francesa, y con casi un siglo el de la mexicana. Para que el zapatismo no se extendiera, por ejemplo, el gobierno repartió tierras sin ton ni son, llenando a los finqueros de dinero y de rencor. La reforma agraria empezó finalmente a implementarse en el Estado. Décadas de campaña antizapatista del gobierno federal dejaron huellas profundas de corrupción y violencia, consolidando en el poder político y económico del Estado a un grupo irresponsable y criminal, tan racista como abusivo. Lo peor llegó en los últimos tres años, cuando cayeron sobre Chiapas todas las expresiones de las fobias y manías que caracterizan a la actual administración, con una grave descomposición de las bases de la convivencia por la llegada de fuerzas externas: la Guardia Nacional y los cárteles. Son herramientas para administrar la obscena y porosa barrera a la migración masiva desde Centroamérica y para otros fines. Chiapas es evidencia clara de la desaparición del estado de derecho que abruma al mundo entero. Se usa la ley como garantía de impunidad. Las normas se cumplen al azar y apelar a ellas resulta inútil. Crímenes atroces se cometen continuamente ante la indiferencia o complicidad de las autoridades, la policía y la Guardia Nacional, mientras el sistema de justicia está al servicio del mejor postor. 1


En Chiapas abundan pruebas de la asociación de grupos criminales con funcionarios de los tres niveles de gobierno, corporaciones privadas y caciques locales. No es posible distinguir el mundo del crimen del de las instituciones. Lo de narcoestado tiene otro sentido. Los cárteles ocupan territorios y esferas de los gobiernos y éstos, por su parte, usan grupos criminales como método de control social. Unos y otros desgarran el tejido social que permitía la convivencia o al menos la supervivencia. Para organizar el pensamiento y la acción no es posible ya hacer generalizaciones. Los juicios morales y las conclusiones analíticas se vuelven difusos si se expresan en categorías o clases. El caso de los Motonetos, grupos de jóvenes en motoneta que recorren San Cristóbal cometiendo atropellos, es buen ejemplo. Algunos nacieron para proteger a sus barrios de la delincuencia: apresaban a los ladrones y los entregaban a la policía. Al motorizarse, empezaron a ser contratados por autoridades y organizaciones para otros fines. Están formados por indígenas urbanos, lo que implica que fueron sometidos a humillaciones y desprecios desde que nacieron. Ante la violencia desatada, suena bien predicar la no violencia, recordar aquello de que ojo por ojo nos deja ciegos a todos. ¿Debería condenarse a los grupos de autodefensa, armados para enfrentar a los criminales? O al contrario, ¿debería celebrarse a todos, como opción autónoma de barrios y comunidades, aunque no se sepa bien quiénes están atrás de cada grupo, quiénes los arman, a quiénes sirven? En el mundo entero se profundiza la mutación de un modo de producción en un modo de despojo, el cual necesita para operar el control y el miedo. Más que organizar producción y consumo para ganancia de unos cuantos, se busca el saqueo continuo y general, lo que exige inevitablemente usar la fuerza. En medio de confusión, desorden y desconcierto, queda claro que nada puede esperarse de arriba. Es irrelevante el color ideológico 2


de quienes presiden gobiernos y corporaciones. ¿Y abajo? ¿Qué hacer abajo, cuando barrios y comunidades están ya contaminados por todo género de fuerzas y alientos? No hay respuestas claras. Una de ellas consiste en la construcción de cadenas de confianza, las que se hacen de persona a persona, las que tienen como base la experiencia y el mutuo compromiso, las que se van tejiendo desde la amistad y la interacción directa y personal. Reparan día tras día el tejido social desgarrado. Cuentan también, decisivamente, los nudos y espacios de comunidades y barrios que lograron mantenerse y florecer, a pesar del horror, y hoy constituyen organizaciones sólidas para emprender desde abajo la reconstrucción. A menudo reflejan años de empeño de organizaciones eclesiales de base o de grupos de otras afiliaciones. El viaje a Europa de los zapatistas, La Travesía, cobra en estas circunstancias nuevo significado. Las noticias que nos llegan de allá empiezan a ser fuente de esperanza. Han estado escuchando atentamente a la Europa insumisa, a la de abajo, y aprenden de ella lo que se puede hacer hasta en las condiciones más difíciles. Además, tejen con grupos aguerridos y experimentados lazos de solidaridad y ayuda mutua que serán decisivos si las cosas, terribles como son, llegan a empeorar. gustavoesteva@gmail.com

De la racionalidad, de la vida y de la muerte Alfredo López Austin - p. 13-16 Fragmento de: El Cuerpo Humano Y Su Tratamiento Mortuorio

Una vieja polémica casi siempre presente en los estudios filosóficos, históricos, sociológicos o psicológicos de la religión es la relativa a la racionalidad de las creencias religiosas, las prácticas cultuales y las representaciones míticas. Diversas corrientes de pensamiento remiten lo religioso a los ámbitos de lo inasible, de 3


lo portentoso o de lo inexplicable, o dan un enorme peso a lo onírico y a lo fantástico como fuentes de la mitología. La separación entre los pensamientos religioso y racional se profundiza cuando los teóricos se refieren a las religiones "primitivas" o, al menos, a las no consideradas, en términos weberianos, como "religiones mundiales" —confucianismo, hinduismo, budismo, cristianismo, islamismo y judaismo—. Ya son clásicos —para dar un solo ejemplo entre las propuestas de los tratadistas más distinguidos— los razonamientos de Mary Douglas cuando, al tratar de distinguir entre el pensamiento "primitivo" y el pensamiento moderno, niega que concepciones propias del primero, como las de destino, mana, brujería o magia, tengan un orden sistemático. Y les niega este carácter diciendo que no están sometidas a la reflexión de sus creyentes y que no existe un empeño por parte de éstos para lograr una coherencia intelectual. 1 Douglas llega a afirmar que "El antropólogo que traza el sistema social total del cosmos que está implicado en estas prácticas ejerce gran violencia sobre la cultura primitiva si presenta la cosmología como una filosofía sistemática a la que suscriben conscientemente los individuos". 2 Los estudios históricos realizados en las últimas décadas sobre el pensamiento y las instituciones religiosas de los pueblos de Mesoamérica arrojan resultados distantes de las conclusiones de Douglas. Estructura del cosmos, mitos de origen, concepciones sobre la divinidad, calendario, sentido de la vida humana, ritual, conocimiento del curso de los astros, medicina y aun artes mágicas dan a conocer no sólo un alto grado de sistematicidad en estos complejos, sino una recíproca coherencia entre ellos, que hace de la cosmovisión un verdadero macrosistema unificador. A partir del estudio del pensamiento mesoamericano se esclarecen algunas peculiaridades de la racionalidad. Ésta no es ajena a los complejos religiosos si por ella se entiende un orden lógico derivado de la reducción secular de la experiencia cotidiana a sistemas que explican el cosmos y orientan la acción de los hombres. La racionalidad es el producto de las reflexiones nacidas de las continuas relaciones de los seres humanos con su entorno, de la comunicación 4


social —principalmente la de carácter verbal— que es vehículo de tales reflexiones y de una prolongada acumulación de experiencias que se van decantando en principios a los que se otorga valor universal. La construcción de los macrosistemas no requiere necesariamente reflexiones formales y sistemáticas de los creyentes o de la conciencia de éstos para alcanzar un alto nivel de coherencia, pese a que el ejercicio consciente y reflexivo de los sabios puede depurar sus componentes. Tampoco es necesaria la existencia de una elite intelectual que intente la comprensión global del macrosistema, pues la coherencia holística de la cosmovisión deriva de la prolongada comunicación en el nicho social donde se produce el ensamble de sus partes. Impregnados por la idea de la causalidad que deriva de las prácticas cotidianas en los distintos niveles de la existencia, tanto los sistemas particulares como el macrosistema unificador pueden alcanzar considerable eficacia en su carácter de guías de acción, y su uso implica más el juego de las razones que el ejercicio de la fe. ¿Por qué ha sido la tradición religiosa mesoamericana un hecho histórico adecuado para percatarse de la racionalidad de las religiones? En primer lugar, por los abundantes testimonios con que se cuenta para el estudio de esta tradición, desde su origen hacia el 2500 a.C, en el inicio del Preclásico Temprano, hasta la actualidad, prolongada en las religiones indígenas coloniales. En segundo lugar—y esto es mucho más importante—, porque en la religión mesoamericana se percibe un alto nivel de racionalidad. Cuando menos hasta principios del siglo xvi no fue perturbada por innovaciones demasiado alejadas de su pensamiento. Si bien es cierto que Mesoamérica fue invadida por pueblos septentrionales, éstos tenían tales afinidades culturales con los mesoamericanos que su presencia no produjo una profunda transformación religiosa. Además, el pensamiento mesoamericano pudo asimilar los cambios de origen interno o externo con la lentitud necesaria para mantener su coherencia, y ésta perduró hasta el tiempo de la Conquista. Muy diferentes son los casos de todas aquellas religiones que se han formado a partir de una pluralidad de tradiciones heterogéneas, en las cuales los cambios han sido tan abruptos que no ha existido un tiempo suficiente de asimilación. Su nivel 5


de racionalidad es considerablemente menor y su discordancia interna hace necesaria la constante remisión a la fe. Pueden ofrecerse numerosos ejemplos de la racionalidad en la religión mesoamericana. Uno de ellos es el de la concepción del ciclo vida-muerte del ser humano, que aquí expongo en forma sumamente sintética, a partir de las creencias de los pueblos nahuas del Altiplano Central de México en el Posclásico Tardío. 3 Por ser la religión mesoamericana esencialmente agrícola, no resulta extraño que uno de sus arquetipos principales fuese el del ciclo agrícola del maíz. El mesoamericano podía observar en el maíz —como en muchos otros seres creados por los dioses— el misterio de la perpetuación de la especie a pesar de la destrucción de los individuos. ¿Qué hacía que el grano que sustentaba al hombre se convirtiese en semilla? Uno de los factores que intervenían en la regeneración era el retorno estacional de las lluvias; otro, la llegada de ciertas fuerzas verdes y amargas de crecimiento que el hombre creía que penetraban en el grano cuando éste quedaba bajo la tierra; otro más —y éste era específico del maíz—, una "semilla" o "corazón" invisible del maíz, su verdadera "semilla", su "semilla" esencial, en virtud de la cual cada planta llegaba a tener las mismas características de sus antecesoras, que también heredaría a sus descendientes. Aguas, fuerzas de crecimiento y "semillas" esenciales poseían un ciclo anual. ¿Qué sucedía con ellas en las épocas de secas? ¿Perecían o simplemente se ocultaban a la vista de los hombres? Se retiraban del mundo para ir a depositarse en un gran recipiente subterráneo donde se conservaban inactivas hasta que llegaba de nuevo la oportunidad del retorno. Allí estaban, bajo la celosa custodia de los dioses de la lluvia, las "semillas" de todas las especies creadas. El gran recipiente era el Tlalocan, una de las regiones del mundo de los muertos. Estaban inactivas, muertas. En esta forma, cada una de las mitades del ciclo gestaba la siguiente: la muerte era la gran preparación de la vida de los futuros seres; era la actividad cósmica escondida en las profundas oscuridades de la tierra; en cambio, la vida era el antecedente de la muerte, la actividad cósmica realizada bajo los rayos del Sol. La destrucción de los individuos no era sino la condición indispensable para la perpetuación de las especies. 6


La racionalidad de la cosmovisión se expresa en las isonomías. Los hombres se equiparaban con la planta de maíz y con las otras innumerables criaturas de los dioses. Como todas ellas, cada grupo humano tenía su propia "semilla", un alma compartida por los miembros del mismo. La "semilla" o "corazón" de los hombres era un fragmento del "corazón" del dios patrono del grupo. Cada dios patrono había extraído de las profundidades de la tierra al pueblo que le había sido encomendado. Con una porción de su propio "corazón", el patrono había entregado a su pueblo una etnia, una lengua, un oficio y la obligación de reconocerlo y adorarlo en una forma especial. El "corazón" hacía semejantes a todos los miembros del grupo; pero no era ésta la única alma con que contaba cada individuo. Otras almas —entre ellas el tonallio destino individual— le proporcionaban sus peculiaridades. El hombre era, así, un complejo idiosincrásico cuya integridad cesaba con la muerte. Ésta era la desagregación y dispersión de sus componentes. El individuo dejaba de existir como tal, y la principal de sus almas, el "corazón" o "semilla", viajaba a una de las regiones de los muertos. Aún no es claro el sentido del destino de quienes iban al Tlalocan y al cielo del Sol (Tonátiuh Ichan). La primera de estas regiones estaba destinada a quienes fallecían de "muerte acuática". La segunda, a los guerreros caídos en combate o a las mujeres que perecían en su primer parto. Los hombres adquirían en ambas regiones, al menos por algún tiempo, específicas encomiendas cósmicas: colaborar con las fuerzas del agua o con las del Sol. Es posible que, como lo afirman algunos pueblos indígenas de nuestros días, la violencia de su muerte los librara de las penas de quienes fallecían de muerte común. Estos últimos iban al Mictlan ("lugar de la muerte") y sufrían sucesivos tormentos en el largo camino descendente que debían recorrer durante cuatro años para llegar, por fin, al noveno y más profundo de los pisos del inframundo, a la destrucción absoluta de la individualidad. Los antiguos nahuas decían que "allá en el noveno lugar de la muerte, allá hay pérdida total". 4 ¿Qué sentido racional puede tener un viaje de tormentos, de purificación, si el individuo llega tras éste a su pérdida total? Otro 7


nombre del Mictlan, Ximoayan, descubre el sentido cósmico de aquel viaje de tormentos. Ximoayan deriva del verbo xima, que significa "dolar", "pulir", y se refiere al desprendimiento de los elementos de individualidad que quedaban en el muerto. El hombre era limpiado de todo lo que había adquirido durante su vida. Al perderse el individuo quedaba puro y solo el principio de la especie, el "corazón" o "semilla" esencial, que servía para dar origen a un futuro ser humano. La raíz del verbo xima forma parte de otras dos palabras muy significativas: semilla (xinachtli) y semen (xináchyotí). Con la racionalidad de la gran isonomía cósmica, la especie humana —como la planta del maíz— perduraba gracias a la paulatina destrucción de sus individuos. La muerte era no sólo la consecuencia, sino la causa de la vida en una cosmovisión de naturaleza cíclica. Era la coherencia de un cosmos cuyos principios regían a todos los seres de la creación. Notas:

Mary Douglas, Pureza y peligro. Un análisis de los conceptos de contaminación y tabú, trad. de Edison Simons, Madrid, Siglo xxi de España, 1973, p. 123. 2 Ibid., 125. 3 Las ideas expuestas en seguida se desarrollan en mi libro Tamoanchan y Tlalocan, México, FCE, 1994. 4 El Códice Florentino dice literalmente en el capítulo I del apéndice de su Libro III: in uncan chicunamictlan uncan ocempopolihua. 1

Äp. En torno al Día de Muertos Yásnaya Elena A. Gil - El País - 31 Oct 2021

En mi contexto, el Día de Muertos es la fiesta familiar más importante del año. Así como en otras tradiciones se cocina una serie de platillos especiales para festividades importantes, en Mesoamérica se cocina para marcar estos días como fechas extraordinarias que interrumpen el tiempo cotidiano. Las celebraciones de la Navidad en estas montañas palidecen en comparación con 8


lo fundamental que estas fechas resultan para nuestras familias y comunidades, la Navidad nunca ha sido tan preparada y esperada como el Día de Muertos. Tal vez, desde el nombre en español pareciera que se trata de un solo día, el día de muertos, pero lo cierto es que esta fiesta dura mucho más tiempo. Pasar estos días fuera de casa es muy lamentable, porque el transporte colectivo que nos lleva de las ciudades cercanas a nuestras comunidades resulta a todas luces insuficiente y muchas veces colapsa. Hay una crispación en el ambiente que marca la inminencia de un gran suceso, la seguridad de que algo impactante está por suceder. Los anuncios comienzan con un viento suave, pero frío y constante; mi abuela me explicaba, como le habían explicado a ella de niña, que ese viento es el aliento de los muertos que, como ya se acercan, van enfriando el ambiente con su fría respiración que los precede y nos alcanza anticipadamente. Tenemos así un universo propio en el aliento de nuestros ancestros, si me permiten parafrasear a Vicente Huidobro. Como toda festividad importante, el día de muertos está envuelto en un universo narrativo propio, hay historias que se repiten una y otra vez como la de un peculiar personaje que no creía en estas festividades y que, para burlarse de ellas, en lugar de platillos y alimentos, dejó en el altar piedras como ofrenda, lo que después sucedió nos alecciona desde la infancia sobre la importancia de preparar el mejor altar posible. Algunas semanas antes, las autoridades comunitarias anuncian el tequio para limpiar el panteón y nos recuerdan por el altavoz del pueblo que es necesario desyerbar y arreglar los caminos de modo que todo esté limpio y preparado. A estos días precede un gran mercado, el domingo previo se realiza el tianguis más concurrido y más importante de todo el año. Hay que acudir muy temprano si se quiere adquirir los productos de mejor calidad y evitar las compras de pánico. Hace unos años no alcancé a comprar pulque que en estas fechas se convierte en un preciado y muy perseguido bien, tuve que peregrinar por comunidades vecinas hasta encontrar aunque sea algunas jícaras 9


tan necesarias para poner a fermentar con piloncillo con tiempo suficiente para colocar esta bebida en el altar. Una de las características de estas fiestas es que cada región imprime un sello distinto en la celebración y en los platillos que se ofrendan, cada elemento del altar habla del contexto geográfico y del ecosistema de las personas que las colocan. Las flores que se usan para adornar también son diferentes en cada lugar y no todo se reduce al cempasúchil, la variedad de las flores amarillas no deja nunca de sorprenderme. En el altar es posible leer el territorio por los productos propios de cada lugar, el altar nos habla de la geografía en la que está colocada. La gran diversidad de panes de muerto nos dice también de que esta festividad se encuentra muy lejos de las interpretaciones que el mercado y el turismo pretenden hacer de estas fiestas como un fenómeno más o menos homogéneo. Los altares y las ofrendas del Istmo de Tehuantepec son bastante distintos a los altares serranos e incluso es posible hallar diferencias marcadas en los rituales entre comunidades muy cercanas. La comida que se prepara refleja también muchas diferencias. Es difícil incluso hablar de una sola tradición culinaria para estas fiestas. ¿Qué es la comida oaxaqueña? ¿Existe la comida oaxaqueña? O para ser más precisos, ¿existe una sola comida oaxaqueña? Con ese nombre casi siempre se refieren a la comida de los Valles Centrales que incluye ingredientes originarios e ingredientes del viejo continente. Fuera de eso, lo que tenemos es contraste y diversidad, casi ninguna generalización se puede sostener. Cada comunidad elabora su tradición culinaria para estas fechas y la trasmite en cada cocina. Sería necio suponer que los límites arbitrarios de las entidades federativas pueden también convertirse en límites gastronómicos. En contraste con esta diversidad, cada vez es más palpable cómo el mercado y algunos discursos nacionalistas moldean la idea de un Día de Muertos que es homogéneo y por supuesto, “muy mexicano”. La fijación del día de muertos como estereotipo parece haber hallado un punto culminante con la muy conocida película Coco producida por Pixar y distribuida por Walt Disney Stu10


dios. Más allá de las cualidades estéticas y narrativas que pueda tener o no esta película lo cierto es que ha ido creando una serie de expectativas sobre estas festividades y fijando un imaginario cada vez más homogéneo. En una entrevista sobre estas festividades que tanto gustan a turistas y antropólogos, me hicieron una pregunta acerca de las fotografías que se colocan en el altar y que permiten que los espíritus puedan visitarnos, la sorpresa del entrevistador fue grande cuando respondí que los altares de mi comunidad tradicionalmente no se colocan fotografías. Los aspectos en los que el mercado y el nacionalismo mexicano se relacionan de manera más cómoda con los pueblos indígenas tienen que ver con las manifestaciones estéticas y culturales de nuestros pueblos porque estas manifestaciones pueden ser aprovechadas y apropiadas para su explotación comercial y turística o para la construcción de un discurso identitario nacional. Cuando estas fiestas se convierten en mercancías pasan por un proceso de homogeneización que genera expectativas de cómo debe lucir una ofrenda, de cuáles son los significados de cada elemento y cual debería ser la experiencia de los turistas a los que se les venden paquetes para visitar determinados panteones y comunidades. Por fortuna, las celebraciones de mi comunidad han logrado escapar hasta ahora de lo que sucede en otros contextos y aún podemos recibir invitados más que turistas y compartir todo lo que en estos días sucede. Así que, desde estas montañas, con algunas cazuelas hirviendo en el fogón y muchos preparativos por terminar, les deseo felices fiestas.

Jurisdicción universal como opción

Jacobo Dayán - Nunca más - Animal Político - 26 de octubre, 2021 Alemania da un paso más para combatir la impunidad de crímenes atroces. Una mujer alemana fue declarada “culpable de ayudar e incitar a crímenes de lesa humanidad a través de la esclavitud, intento de asesinato y de ayudar e incitar al crimen de guerra por 11


el intento de asesinato por omisión, y pertenencia a una organización terrorista extranjera”. Jennifer W. fue miembro del autodenominado Estado Islámico (ISIS). En 2015, ella y su esposo mantenían esclavizadas a una mujer y a su hija de 5 años. La ahora sentenciada presenció pasivamente la muerte de sed de la niña yazidí. Jennifer era parte de una organización dentro de ISIS que vigilaba que las mujeres cumplieran con el código de vestimenta y conducta islámica, así mismo formaba parte de la estructura paramilitar y de toma de decisiones del grupo criminal. El juicio comenzó en 2019 como uno de los primeros que buscan garantizar justicia ante los crímenes contra la minoría yazidí perpetrados por ISIS. Entre estos crímenes se encuentran el de genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad que produjeron el asesinato de cerca de 10 mil yazidíes y la esclavitud con fines de explotación sexual de cerca de 7 mil mujeres y niñas en Irak y Siria. La sentencia podría haberse quedado en la complicidad de asesinato, pero la investigación se centró en el fenómeno en el que ocurrió. La pertenencia a ISIS apoyó la aniquilación, esclavitud y violencia sexual contra los yazidíes. Alemania ha procesado en el pasado a extranjeros y ciudadanos alemanes por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidos en el extranjero. No es algo común, pero va tomando fuerza dada la impunidad ante crímenes atroces cometidos en todo el mundo. México no es la excepción, los crímenes atroces nunca se investigan y menos se juzgan. Es más, ni siquiera se nombran. Los tribunales alemanes utilizan el principio de jurisdicción universal que permite enjuiciar crímenes que se perpetraron en el extranjero. Un puñado de países cuentan con esta figura en su marco legal. Algunos con ciertas restricciones sobre si la víctima o el perpetrador son nacionales, otros no cuentan con esas restricciones. La jurisdicción universal surge con el fin de combatir la impunidad de los crímenes internacionales: genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. Los crímenes considerados por la 12


humanidad como los más graves. Ante la absoluta impunidad con que se perpetran crímenes contra la humanidad en México, y posiblemente crímenes de guerra, la jurisdicción universal es un camino que se debería explorar. Alemania y otros países podrían llevar a juicio a los perpetradores de estos crímenes que se perpetran en territorio mexicano con absoluta negación e impunidad.

Claudio X., el populismo y los omisos Carlos Fazio - La Jornada 1º de noviembre de 2021

El tuit de Claudio X. González Guajardo del pasado 22 de octubre, según el cual la llamada Cuarta Transformación es una “farsa” que “acabará mal, muy mal”, y en el que incitaba a “tomar nota de todos aquellos que, por acción u omisión, alentaron las acciones y hechos de la actual admon. (sic) y lastimaron a México. Que no se olvide quién se puso del lado del autoritarismo populista y destructor”, contiene algo más que una estrategia para generar odio y miedo diseñada por expertos en mercadotecnia política conocedores de las viejas recetas del fascismo; expresa el adialectismo, la defensa intransigente de los intereses de la clase dominante, pero también la negación de otro orden de libertades, de moral, de racionalidad, que no sean los de la plutocracia, de la que su clan familiar forma parte en México. Más allá de las connotaciones neofascistas, neomacartistas y neodiazordazistas del tuit, para el líder del proyecto político Sí por México –cuyo brazo electoral tripartidista (PAN/PRI/PRD) es Va por México−, el poder constituye un instrumento de dominación clasista, jamás un mecanismo que encarne la voluntad de la mayoría popular al servicio de unas aspiraciones dictadas por la necesidad histórica. Para la clase dominante −dado que en 2018 Andrés Manuel López Obrador conquistó electoralmente sólo el gobierno−, el poder es la emanación jurídica y soberana de su pura voluntad de mando, que se apoya, en definitiva, sobre la necesidad de sostener unos principios inmutables que justi13


fican cualquier medida que pueda adoptarse en la gobernación del Estado, por monstruosa e impopular que ésta sea. El poder es, pues, un bien familiar en manos de la plutocracia. Para Claudio X. González, la democracia empieza y acaba en el juego de decisiones que competen a la élite a la que pertenece y que está encargada de velar por que una sociedad humana no deje de serlo a mano de ideas que entrañen disolución moral o quebrantamiento de la debida jerarquía piramidal de clase que estructura a la colectividad mexicana. El larvado proceso de apropiación de la noción sociedad civil por las grandes corporaciones −dirigido a influir en el diseño de políticas públicas para la conservación de sus privilegios, la maximización de ganancias y la propagación de su ideología−, encontró en Claudio X. González un potencial outsider electoral para 2024, ante la notoria ausencia de perfiles políticos sobresalientes en los partidos del Pacto por México. El llamado “Señor X” es fundador de Mexicanos Primero y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, que reciben financiamiento de los millonarios Claudio X. González Laporte (su padre y CEO de Kimberly-Clark de México), Joaquín Díez Morodo (Fundación Maelva), el banquero Antonio del Valle Ruiz, Alejandro Ramírez Magaña (Cinépolis) y Eduardo Tricio Haro (Grupo Lala), entre otros. Y también, vía la embajada estadunidense en México, de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) y la Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, NED), consideradas ambas tapaderas para las acciones subversivas y las políticas de “cambio de régimen” de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). La historia está llena de pogromos, genocidios y masacres. En esa perspectiva, el llamado de González Guajardo, de conformar una lista negra con los 30 millones que votaron por AMLO, cobra potencial peligro. A la sazón, el Partido Acción Nacional, que integra la coalición liderada por González Guajardo, mantiene nexos 14


estrechos con la ultraderecha española, encarnada en sendas organizaciones de origen neofranquista: el Partido Popular y Vox. Conviene recordar, que, apoyado por Hitler y Mussolini, el dictador Francisco Franco convirtió a la desmemoriada España en un país con 2 mil 500 fosas comunes (como el México de Felipe Calderón). Los sucesores de Franco, caudillo “por obra y gracia de Dios”, arguyen que la sublevación armada contra el gobierno democrático y constitucional de la segunda república española fue una forma de “rebelarse contra esa tiranía que se iba a imponer”. Tres meses antes de la sublevación, en abril de 1936, el general golpista Emilio Mola dictó órdenes secretas a sus compañeros de rebelión, según las cuales “la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo […] aplicando castigos ejemplares […] para estrangular movimientos de rebeldía o huelga”. “Eliminar los elementos izquierdistas: comunistas, anarquistas, sindicalistas, masones.” Los crímenes de Franco, pues, no fueron una reacción a la violencia del “bando republicano”, sino una estrategia de exterminio premeditada. Para los fascistas, los “rojos” no eran personas. ¿Saldo? 300 mil muertos. De ellos, 150 mil hombres y mujeres fueron asesinados por motivos ideológicos. Y en la actualidad más de 100 mil personas continúan desaparecidas, entre ellas, el poeta Federico García Lorca. La España franquista −incluidas las matanzas de civiles de La Desbandá y Guernica− fue el laboratorio del régimen nazi que derivaría en el Holocausto. Seguirían las bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki por Estados Unidos y el napalm en Vietnam. En 1965, con apoyo de Inglaterra, la CIA ejecutaría el Plan Yakarta financiado por la Fundación Ford, que culminó con el exterminio de 3 millones de simpatizantes del Partido Comunista de Indonesia (PKI). Eso alentó a las dictaduras de Centro y Sudamérica al aniquilamiento y la desaparición de miles de presuntos subversivos. México tuvo su Tlatelolco en 1968, seguido de la guerra sucia. En los años 90, la oligarquía colombiana ordenó el genocidio de militantes de la Unión Patriótica (de extracción comunista), que, 15


ejecutado por las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, paramilitares y narcotraficantes, dejó un saldo de más de 4 mil personas asesinadas, secuestradas o desaparecidas. En 2002, en Venezuela, los fallidos golpistas iban a ejecutar un nuevo Plan Yakarta para eliminar a 2 mil seguidores del presidente Hugo Chávez. Hoy, nuevas expresiones totalitarias recorren Europa y Latinoamérica: Le Pen (Francia), Orbán (Hungría), Salvini (Italia), Bolsonaro (Brasil), Duque (Colombia), Piñera (Chile). ¿Está blindado México para expresiones como esas?

Urge ejecutar sentencia para comunidad coca Gloria Muñoz Ramírez - La Jornada - Los de abajo Sábado 30 de octubre de 2021

Luego de 21 años de lucha organizada, la comunidad coca de Mezcala, Jalisco, logró que el Tribunal Superior Agrario ratificara la sentencia favorable que ordena que el invasor Guillermo Moreno Ibarra le devuelva sus tierras. Lo que sigue, que no es poco, es que se turne el expediente al tribunal unitario en Guadalajara para instruir la ejecución. Ese será el momento culminante de una lucha que le ha costado represión, órdenes de aprehensión, encarcelamiento y todo tipo de amenazas a esta comunidad de la riviera del lago de Chapala que se propuso no permitir la invasión de lo que les pertenece. Aquí ya se sueña con todas las posibilidades comunitarias que se pueden realizar en el predio aún invadido. “Ese espacio volverá a ser de uso común y se tiene un proyecto de una universidad de uso comunitario”, anunciaron las autoridades comunales, quienes ya planean una Universidad de la Tierra. El empresario tapatío ha realizado todo tipo de trampas para no devolver las tierras que de un día para otro amanecieron cerca16


das. “Ahora esperamos que entienda que esto ya se acabó”, advierte la comunidad coca. La sentencia es un “mensaje de esperanza de que la luchas bien llevadas son al final efectivas”, dijo el abogado de la comunidad Rubén Ávila Tena. Más de dos décadas de lucha lo demuestran, pues aquí no sólo se ha jugado la parte jurídica, sino que, literal, se han puesto el alma y el cuerpo. La historia se remonta a 1999, cuando el empresario Guillermo Moreno invadió nueve hectáreas de una zona boscosa de tierras comunales, a las que luego sumó otras tres, y luego, con la complicidad de las autoridades en turno, se apoderó de más de 20 hectáreas del cerro El Pandillo, que mejor nombre no podía tener, pues Guillermo Moreno tenía años disfrutando de una mansión con la mejor vista al lago más grande de México, para cuya construcción destruyó, sin pudor, el bosque que se le atravesó, ahuyentando a la fauna de la región. Viene el camino de la construcción comunitaria, de los planes autónomos y colectivos, de un posible y merecido respiro a la orilla del lago. Falta y urge la fecha de la ejecución de la sentencia. desinformemonos.org

Secundaria Técnica 34: educación por la vida Gilberto López y Rivas - La Jornada - 29 de octubre de 2021

La Secundaria Técnica 34, ubicada en el municipio de Jojutla, estado de Morelos, en un entorno sociohistórico zapatista y jaramillista, está aplicando un singular programa de educación agroecológica alternativa, ante la ruptura de las generaciones actuales con las formas tradicionales de alimentación saludable, la disociación con la realidad agrícola comunitaria y el desconocimiento del valor ancestral de los alimentos. Lamentablemente, se impone en el país el consumo de productos ultraprocesados que 17


ofrecen las grandes cadenas de tiendas, en detrimento de la libre determinación para elegir qué comer, y sin tomar en cuenta los alarmantes datos de la Encuesta Nacional de Salud, en cuanto a diabetes, hipertensión, niveles de triglicéridos y colesterol, sobrepeso y obesidad, seguridad alimentaria y consumo de alimentos no recomendables. El director del plantel, Antonio Real Hernández, comprometido médico veterinario zootecnista, señala que el fundamento teórico y metodológico del programa de agroecología se basa en los Objetivos para el Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030; los 10 Elementos de la Agroecología de la FAO; los aportes de Víctor Manuel Toledo Manzur y Miguel Ángel Altiere; los conceptos de hambre oculta, seguridad y soberanía alimentarias; las actividades del Grupo ETC dedicado a la promoción de la diversidad cultural-ecológica y los derechos humanos; del grupo Grain.org, que trabaja apoyando movimientos sociales en sus luchas por lograr sistemas alimentarios asentados en la biodiversidad y controlados comunitariamente; y, además, la experiencia operativa conjunta de una ingeniera agrónoma fitotecnista y el propio director. El equipo directivo adoptó una perspectiva holística de la agroecología, integrando principios ecológicos y sociales a la gestión de sistemas agrícolas y alimentarios sostenibles y equitativos. Con estos elementos se planteó en la institución el problema agroecológico de ¿cómo enlazar a las nuevas generaciones con las formas tradicionales de producción y consumo de alimentos saludables? Y la respuesta, en construcción, está en el fortalecimiento de procesos productivos en el contexto escolar para obtener alimentos de alta calidad nutricional, usando especies vegetales y animales nativas y tradicionales, a bajos costos económicos y ambientales, para el consumo local. Para lograrlo, se debieron buscar las formas posibles de instalar la infraestructura requerida para alcanzar el propósito, proviniendo los recursos de fundaciones civiles y religiosas. Así, la escuela cuenta con apiario, bosque comestible, composteros, cocina didáctica, criadero de tenebrios, deshidratador solar, gallinero en corral, huerto de hortalizas, macro18


túnel para hortalizas, módulo de acuaponia, plantación de nopal, lombricomposteros, trituradora de ramas y área para viverismo. El sustento pedagógico son tres programas para cubrir el ciclo de educación secundaria técnica, en la modalidad de asignatura tecnológica, que fueron elaborados por el personal técnico responsable de los procesos productivos: agroecología, hortalizas orgánicas y agroforestería. Se hace énfasis trasversalmente en la formación del alumnado en la libre determinación de los pueblos para alcanzar no la ficticia seguridad alimentaria, sino la soberanía alimentaria, que plantea algunos aspectos nodales, entre otros: a) la comida es algo más que una mercancía; b) reduce la distancia entre proveedores y consumidores de alimentos; c) rechaza la privatización de los recursos naturales; d) se basa en los conocimientos tradicionales; e) utiliza la investigación para apoyar y transmitir este conocimiento a generaciones futuras, y f ) es compatible con la naturaleza. Los alumnos aprenden que en la naturaleza no hay desperdicio, que éste es un concepto construido por los humanos; que existe una interrelación dinámica entre los tres componentes básicos de todo ecosistema, productores usando la energía solar, consumidores aprovechando los nutrientes contenidos en otras especies, y los desintegradores, los fundamentales recicladores de minerales para sostener la vida, rechazando cualquier técnica o elemento que atente contra el equilibrio ecológico, por ejemplo, semillas transgénicas, agroquímicos, monocultivos y especies exóticas. Como perfil de egreso de los estudiantes, se espera que apliquen conocimientos y habilidades metodológicas para el desarrollo de procesos productivos de: a) especies animales nativas y tradicionales, incluidos los insectos útiles para el consumo humano y los polinizadores y los guajolotes; y b) especies vegetales nativas y tradicionales, abarcando razas de maíz nativo, hortalizas, melíferas, árboles frutales, cactus frutales; y c) cambiar sus patrones de consumo hacia alimentos saludables producidos en el entorno local. Sería deseable que proliferaran programas educativos como los aplicados en la ejemplar Secundaria Técnica 34. 19


La Suprema Corte y su agravio a la comunidad nahua de Ostula

Magdalena Gómez - La Jornada - 26 de octubre de 2021 La mención de agravio requiere explicación, pues la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió, en sesión privada el pasado 8 de septiembre, no ejercer la atracción solicitada por la comunidad de Ostula para que ese máximo órgano del Poder Judicial analizara y resolviera un caso de despojo de sus tierras ancestrales y de criminalización que permanece impune: 35 comuneros ultimados y cinco desaparecidos por causa de su lucha. De forma contundente, comunicó a las instancias oficiales, no a la comunidad solicitante: “Se determinó en forma colegiada no hacer suya la facultad de atracción para no conocer del juicio de amparo directo 203/2020”. En 1964 el presidente de la República dictó una resolución sobre reconocimiento y titulación de bienes comunales en favor de Santa María Ostula, en la cual se excluyeron de la superficie titulada parte de las tierras que le habrían sido reconocidas a finales del siglo XVIII y principios del XIX. La superficie quedó sobrepuesta con “pequeñas propiedades” con legalidad cuestionable y sus ocupantes han disputado la propiedad invadida mediante juicios de amparo, a los que se ha respondido y tramitado sucesivas revisiones. La comunidad de Ostula acompañó a su solicitud de atracción elementos suficientes para que la SCJN valorara la necesidad de acordar de manera oficiosa la atracción. Incluso le presentó un amicus curiae para mostrar su historia, su lucha y su derecho ancestral, consciente de que era una contribución para valorar el interés excepcional y trascendente del caso y abrir la mirada de la Corte en virtud de que es muy reciente el acercamiento de este máximo órgano a la dimensión del derecho de los pueblos indígenas. El documento no recibió mención a su contenido, simplemente señaló que en estos asuntos sólo se da intervención a las partes y como concesión ofreció anexarlo en el expediente que se remitirá al primer tribunal colegiado de Morelia. Si nos atenemos al oficio en que consigna su acuerdo la segunda sala de la SCJN, encontramos que en él expresa unanimidad en su 20


decisión porque “no tiene legitimidad la comunidad para la solicitud referida”, no aparece; sin embargo, que se hubiese considerado siquiera la posibilidad de que algún ministro hiciera suya, de oficio, la solicitud. Anotan, no obstante, su facultad, que la tienen, de decidir si aceptan o no ejercer la atracción de la causa solicitada y agregan que sus decisiones son inatacables. Existen tesis jurisprudenciales de la SCJN con criterios que de haberse aplicado, avalarían la decisión de atracción oficiosa en este caso (https://sjf2.scjn.gob.mx/tesis/2017207,20­0 6­6 6­9 ,20­0 6668,2003­ 99­0,20­03­0­­41,2­000227,161080). Para citar algunos de los más relevantes señalo: a) cuando el tema de fondo esté referido a derechos fundamentales recién incorporados al orden jurídico, bien por reforma constitucional o por la suscripción de tratados internacionales sobre derechos humanos, ya que en tales casos, dada la complejidad y relevancia en la definición, aplicación y operatividad de los nuevos derechos adscritos, surge la necesidad de que el alto tribunal se pronuncie sobre su contenido esencial y alcance para que la ejecutoria respectiva sirva de criterio jurídico trascendente y referencial para su aplicación a casos futuros que previsiblemente surgirán con mayor frecuencia por encontrarse involucrados temas de notable interés; b) peculiaridades excepcionales y trascendentes del caso particular, que exijan su intervención decisoria. La atracción de oficio requiere que al menos uno de sus miembros formule la petición de atraerlo, lo que implica que cualquiera de los ministros que integran la SCJN está facultado para realizar la mencionada solicitud; c) se orientan a calificar un asunto que por los problemas jurídicos planteados, dada su relevancia, novedad o complejidad, requieren de un pronunciamiento del máximo tribunal, de tal suerte que el criterio que llegara a sustentarse en el asunto atraído repercutirá de manera excepcionalmente importante en la solución de casos futuros. (Incluidos en mi texto de Ojarasca 292, agosto, 2021).Hay numerosos ejemplos. Cito dos: el hoy ministro en retiro José Ramón Cossío hizo suya de oficio la solicitud de ejercicio de la facultad de atracción (amparo en revisión 913/2016). El ministro Luis María Aguilar Morales hizo suya la solicitud de atracción a efecto de que la SCJN analizara y resolviera (amparo en revisión/78/2014). 21


La comunidad de Ostula ha superado varias crisis en su larga batalla en defensa de su territorio ancestral y hoy se encuentra reorganizada con sus encargaturas y dispuesta a continuar la lucha con el resto de pueblos agrupados en el Congreso Nacional Indígena. La SCJN le dio la espalda con una decisión que ignoró sus propios criterios jurisprudenciales.

Día de muertos, muerte sin fin

Lydiette Carrión - Pie de Página - La Trama Previa - 30 octubre, 2021 La mayoría de los etnólogos, antropólogos y arqueólogos formados en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, fueron apoyo incondicional de la ideología cardenista, y han participado de la idea ‘tradicional’ del origen prehispánico del Día de Muertos. Pero éste a lo sumo cuenta con 200 años. Las culturas también mueren, los pueblos también. Louis Vincent Thomas, antropólogo francés, se dedicó por muchos años a investigar la muerte; y en este trayecto, explicó que la muerte no es solo propia de los seres “vivos” sino de todo aquello que está sujeto al tiempo. Así, los planetas, las galaxias, las culturas. Las etnias, los pueblos, las culturas. Thomas advierte que ya Montesquieu se preguntaba por las causas de la grandeza y luego la decadencia de Roma. Y luego enumera todos aquellos pueblos y culturas que él atestigua que languidecen y mueren. Unos por falta de cohesión interna; otros por carecer de objetivos; otros, muchos más por el aniquilamiento por parte de otra cultura más. La guerra. También enumera la colonización, aunque no le llama así; en cambio Thomas escribe sobre: la simbiosis, la asimilación, la desintegración, la fragmentación de un pueblo, hasta convertirlo inviable. “Cabe preguntarse si hay muerte más horrible que la que consiste en privar a un pueblo de su cultura, sus raíces y sus valores, negándole por lo tanto el derecho de preservar su identidad”. 22


Pero todo esto viene a guisa del Día de Muertos, quizá la fiesta que más orgullo genera en los mexicanos. Patrimonio cultural intangible de la humanidad. Elsa Malvido fue historiadora y llevó durante muchos años el Taller de Estudios sobre la Muerte: desde 1987 hasta su muerte, en 2011. En un artículo profundamente crítico, ella describió la forma en la que el Día de Muertos, la celebración de los Santos difuntos, de origen cristiano, fue reelaborado por los intelectuales postrevolucionarios; estos reinterpretaron, redescubrieron, y reescribieron la historia de México. De ese entonces, viene la idea de que el mexicano tiene una relación muy “especial” con la muerte. De estos intelectuales y de Octavio Paz. Pero no siempre fue así. “Antes de la llegada de los españoles cada grupo nativo tuvo sus calendarios festivos dedicados a celebrar la vida y la muerte de todo lo que los rodeaba mientras que los dioses de la naturaleza negociaban sus temores; en su mayoría fueron sociedades campesinas, recolectoras y cazadoras, donde el clima, la geografía y los astros les impusieron sus actividades, creencias y limitaciones. Algunos grupos asimilaron por convicción o imposición en su panteón a dioses de otras culturas, compartiendo con ellos sus fiestas, espacios y tiempos distintos”. Fue así: diverso, variado, antes de los procesos de guerra y colonización. Después, conforme estas guerras de exterminio se extendieron, sobrevivieron solo aquellas culturas que sobrevivieron y asimilaron la cultura judeocristiana. Malvido escribió: “la mayoría de los etnólogos, antropólogos y arqueólogos formados en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, fueron apoyo incondicional de la ideología cardenista, han escrito sobre el día de los muertos [han participado] de la idea ‘tradicional’ del origen prehispánico de dicha costumbre”. Y agrega: 23


“Cuando más, aceptan la posibilidad de un sincretismo con los ritos católicos y han intentado a toda costa meter el 1 y 2 de noviembre dentro de ese calendario ritual mexica, considerándolo como general al territorio mexicano del siglo XX, aunque en muchos lados les resulte ajeno”. Es decir, ¿que el día de muertos no era extendido en todo lo que ahora se conoce como México? ¿Cómo habrá sido este proceso de “recordar” una fiesta inexistente? Cuando leo estas líneas recuerdo la ocasión a la que fui a una fiesta de un pueblo que estaba demandando su inclusión en la lista de pueblos originarios de su estado. Tenían un bastón de mando nuevecito (y yo ya sabía que era un invento), pero el líder me contó una historia maravillosa sobre el bastón: un tesoro perdido y hallado, en este proceso de “recordar”. Me recuerda esto a la vez estas narraciones sobre los líderes budistas, quienes son enseñados desde niños a “recordar” sus vidas pasadas. ¿Es esta la verdadera lucha contra la muerte? Elsa Malvido advierte: “La que escribe estas líneas […] cree que dichas ceremonias son netamente españolas, coloniales, cristianas y en algunos casos romanas paganas, enseñadas por frailes, curas y otros europeos a los indios y mestizos. Esas celebraciones han sufrido otros cambios. Uno muy importante se da durante la separación de la Iglesia y el Estado en 1860 con las Leyes de Reforma, cuando la muerte fue controlada por el estado civil y enterrada en los panteones civiles o privados; y la otra, más tardía, creada por los ideólogos del gobierno de Lázaro Cárdenas”. El día de todos los Santos en la Edad Media era la fecha señalada para que las Iglesias exhibieran todas sus reliquias: presuntos huesos de Santos, pedazos de la cruz de Cristo. Etcétera. Durante esos días, las iglesias se convertían en verdaderas “romerías”. Resulta, continúa el artículo, que para 1833, se establecen algunas normas de los panteones para promover la higiene: los panteones que se encontraban en las iglesias fueron cerrados y 24


nuevos cementerios fueron establecidos a las afueras de la ciudad. Luego conforme se dan procesos de secularización , el ir a visitar a los difuntos se convirtió en un gran paseo: había que viajar al panteón; y así, comenzó, según Malvido, la costumbre de adornar las tumbas. Lo que antes era una visita a la Iglesia (en donde solían estar los cementerios); se volvió un día de campo. La gente llevaba entonces comida, bebida; pasaba el día entero ahí, entre tumbas, ponían colocaban los manteles sobre los sepulcros y comían y bebían. Malvido termina su artículo de la siguiente manera: “No es que me interese en particular desmitificar una falsa idea sobre el mexicano y su amor patológico por la muerte. La clave está en poner en su sitio, con bases documentales, serias, el cambio de las costumbres funerarias, para entender mejor por qué tenemos tal o cual actitud y no otra; para saber que la concepción de la muerte es producto de la imposición manipuladora que los grupos de poder tienen sobre nuestro ciclo vital (las negritas son mías), y ser conscientes de que los rituales, al igual que nosotros, son perecederos y modificables, pues de otra manera la antropología y la historia no tendrían qué hacer. Espero que con esta revisión tengamos más elementos para definir al mexicano y sus variadas actitudes hacia la muerte, en el tiempo y en el espacio”. Leo el esclarecedor e hiperclaro artículo de Malvido, y no dejo de pensar en las nuevas centenarias costumbres: 28 o 29 de octubre, día de las mascotas muertas; 1 o 2 de noviembre, el desfile superlativo heredado de una película (mala) de James Bond. ¿Qué es lo milenario? ¿Esa necesidad de reivindicar una memoria perdida es parte de nuestro genuino miedo a la muerte?¿Es la necesidad de rescatar de la tumba aquello que aniquilaron los procesos de colonización y exterminio? ¿Qué de esa maravillosa fiesta –porque lo centenaria y lo cristiana no le quita lo mexicana y lo maravillosa– del día de Muertos es genuino, o vale la pena reivindicar, y qué otra parte no? 25


¿Y este Día de Muertos qué oculta? ¿Acaso no esconde la muerte real y definitiva de decenas de grupos y culturas cuya recuperación es prácticamente imposible? Quizá a eso se refiera el grito hecho poema de José Gorostiza, una muerte sin fin.

La muerte como un paso para continuar la vida en la concepción tarahumara Mauricio del Villar - masdemx.com - 16 mayo, 2016

La tradición de los rarámuri o tarahumaras (etnia del norte de México) alrededor de la muerte, contiene interesantes lecciones de cómo afrontar, culturalmente, este fenómeno. El presente artículo no es el resultado de una investigación académica sobre la concepción de la muerte en el mundo Rarámuri (Tarahumara), simplemente pretende compartir lo que desde mi experiencia tuve el privilegio de vivir con comunidades de la Sierra Tarahumara. La muerte para el Rarámuri, al igual que para muchas culturas indígenas del mundo, representa un paso más para continuar viviendo. Esto en contraste con algunas culturas mestizas en las que la muerte representa el final, el descanso en paz o lo que en términos prácticos se refiere al final de la historia de una persona. La muerte para el rarámuri se convierte en una actividad más en la que la persona continua su caminar hacia Onoruame (Dios padre y madre). El Ronco Robles, padre jesuita que vivió más de 40 años entre ellos la define "como si se tratara de nacer de nuevo, de dejar un medio y un modo de vida para pasar simplemente a otro mejor"[ i] La muerte es algo cotidiano con la que conviven las mujeres y hombres que habitan las cientos de comunidades dispersas a lo largo de la Sierra. El miedo a la muerte no se ve reflejado entre 26


las personas que aún se encuentran vivas, ni tampoco hacia el cuerpo de la persona que ya murió; el cual es tocado, lavado y preparado por varias personas para que pueda continuar caminando. Las comunidades Raramuri no se encuentran concentradas en un mismo punto geográfico, sino que hay una gran dispersión, distancias entre sí que implican, muchas veces, caminar más de una hora entre casa y casa. A su vez no todas las casas se encuentran cerca del "Campo Santo", por lo tanto cuando muere una persona, y después de cumplir con ciertos ritos en su propia casa, se le traslada, enrollada, en una cobija y amarrada en un palo que es cargado por dos personas entre cumbres y arroyos hasta llegar al lugar donde se deposita el cuerpo. Mientras ocurre el traslado seguramente ya hubo una avanzada de personas para cavar el agujero. Al llegar al lugar, el cuerpo es acompañado por gran parte de la comunidad, incluyendo niños. Los Owiruames (doctores) y personas cercanas al fallecido comienzan hablarle para desearle un buen camino, le dan consejo sobre cómo debe seguir viviendo y ser feliz para que, a su vez Onoruame, esté contento. Mientras tanto "nosotros, los que nos quedamos en la comunidad, seguiremos haciendo fiesta y más adelante nos encontraremos en alguna travesía".[ ii] Su cobija se pone a su lado para que se tape cuando tenga frio, al igual que sus huaraches para seguir "andando en la Sierra". Llega un momento en que los presentes se acercan y baten Kobisi (pinole) frente al cuerpo, vertiendo algunas cucharadas del mismo para alimentarlo, al igual que tirando un poco de Sugiki (bebida de maíz) para que tenga la fuerza en su caminar, el sobrante de ambas viandas se deposita al lado del cuerpo, como reserva para el camino. Al salir del "campo santo" mujeres, hombres y niños atraviesan una columna de humo generado por una rama de pino verde, que pretende dar un nuevo paso hacia la vida. Para el resto de la comunidad el transcurso de la vida continua y para acompañar a la persona que muere se le hacen una serie de fiestas (cuatro a la mujer y tres al hombre), donde la música y la 27


danza es parte fundamental para alentarlos en su caminar. En palabras de Carlos Montemayor "La danza es una forma distinta de caminar, o mejor, una forma de caminar en otras dimensiones, en otros territorios: en los territorios celestes e invisibles"[ iii]. Posteriormente algunas de sus posesiones se arrojan al barranco para que no quede nada que no les permita avanzar. La tristeza y el duelo se vive de manera muy distinta, ya que desde nuestra cultura la muerte se percibe como la ausencia de una vida que se esfumó y con la que no volveremos a convivir. Ellos, en cambio, lo viven como el siguiente paso. Por supuesto que pueden sentir tristeza, pero todo ocurre en un ambiente de fiesta, risas, bromas y muchas cosas más que te hacen sentir el duelo de otra forma. Festejas el nuevo caminar de la persona y a su vez le ayudas a continuar. En la fiesta comparten su "alegría todos los años, como fue en un principio, hace muchos tiempo, cuando apenas comenzaba la vida aquí en la tierra, que así vivía haciendo fiesta la gente? Si no vivimos así ahora, haciendo fiesta, no va tener fuerza el mundo"[ iv] En todos estos episodios están presentes una serie de ritos y significados que acompañan al Rarámuri a lo largo de su vida, y que seguramente muchos de ellos nunca los comprenderé por el simple hecho de que no soy uno de ellos. Pero sin duda alguna, sé que hay mucho por aprender de su cosmovisión, la cual se convierte en un espacio de resistencia dentro de la corriente homogenizadora que se respira a lo largo de todo el mundo y que hasta pretende que todos piensen de la misma forma ante la Muerte. Notas: [ i] Robles J. Ricardo. El Rostro Indio de Dios, Los Raramuri Pagótuame. Centro de Reflexión Teológica y la Universidad Iberoamericana. 1994 [ ii] Rubén Moreno. Comunidad de Rowerachi. 2010. [iii ] Carlos Montemayor. Los Tarahumaras, Pueblo de estrellas y Barrancas. Aldus SA. 1995 [ iv] Mauricio Batista. Kite amachíala kiya nirúami (nuestros saberes antiguos). Kite kawi jiwérala. Unesco 1998 28


Fragmentos de la relatoría del Conversatorio Caminos tde la Autonomía Bajo la Tormenta del 27 de octubre de 2021, Universidad de la Tierra, Oaxaca. Responsabilidad y libertad: contra la violencia de la ley y de la ciudad

Cuando reclamamos un derecho, debemos darnos cuenta de que la perspectiva de los derechos nos sitúa en una dimensión de subordinación al Estado. ***

El individuo atomizado es una pura ficción y una hipocresía capitalista y neoliberal que presenta a algunos individuos, muy pocos ultra ricos y privilegiados como semidioses, capaces con su propia fuerza y sus ​​ propias cualidades de ganar en un día como todo el resto de la humanidad en toda una vida, pero esta retórica sólo funciona para ocultar los mecanismos de despojo y explotación de los cuerpos, del tiempo y de la vida de innumerables personas forzadas a condiciones de vida indignas e inhumanas. ***

El “derecho a la ciudad” implica reconocer el derecho del Estado a decidir y ordenar la configuración de la ciudad. Por supuesto, esta es una útil herramienta de presión, pero no cambia el hecho de que al final es el Estado el que decide. ***

El estado se arroga a sí mismo el monopolio de la violencia legítima, pero por un lado el estado ha perdido cada vez más legitimidad, por el otro incluso el monopolio. Vivimos en un estado que se está desmoronando. Nos preocupa la incertidumbre, pero al mismo tiempo es el espacio para la posibilidad de construir un mundo nuevo. 29


Jose Guadalupe Posada - Catrina

RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AU TONOMÍA BAJO LA TORMENTA 3 de noviembre


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