Caminos de la autonomĂa Bajo la tormenta 18 de noviembre de 2020 1
Hasta que los feminicidios incomoden Brenda Lozano - elpais.com - 12 Nov 2020
Bianca Alejandrina Lorenzana Alvarado, de 20 años, a quien le gustaba que le llamaran Alexis, fue reportada como desaparecida el sábado 7 de noviembre y el domingo 8 de noviembre fue hallada sin vida, tirada, desmembrada, en una bolsa de basura negra en un fraccionamiento en Cancún, Quintana Roo. De acuerdo al relato de su novio y amigos, Alexis salió a vender un cigarro electrónico a casa de un amigo, el último mensaje que recibió su novio Brandon Díaz al celular decía: “si amor, t amo”, unas horas después él publicó un post en redes sociales suplicando que le ayudaran a encontrarla. En el contexto de un Estado feminicida, Alexis publicó un tuit el 12 de diciembre de 2018 en el que decía: “Tengo miedo de salir de mi casa y no volver a ver a mi mamá”. Este mismo tuit ha sido reproducido y pegado en las protestas que hoy condenan su feminicidio. Fueron las colectivas feministas de la zona las que convocaron a una protesta el lunes 9 de manera presencial y en lo virtual con el hashtag #JusticiaParaAlexis para exigir justicia. Unos 50 policías municipales disolvieron la protesta a tiros y golpes, entre la que había periodistas, menores de edad y personas mayores. Me gustaría repetirlo: hubo una balacera en la protesta feminista en contra del feminicidio de Alexis. Hubo tres heridos, la periodista Cecilia Solís recibió un tiro en la pierna mientras cubría la protesta. Pero las protestas son un derecho legítimo, no son un delito, entonces ¿por qué ocurrió? ¿Cómo es posible en una protesta feminista en contra del feminicidio de Alexis termine en disparos dejando heridos y a todas y todos los manifestantes con la experiencia de haberse salvado de una balacera? ¿De qué nos habla? Vamos un paso atrás, ¿cómo es posible que vivamos en un Estado que permite que se desmiembre a Alexis a sus 20 años y su cuerpo se tire en una bolsa de basura? Sobre esto, no deja de aterrarme el símbolo que representa que nuestros cuerpos estén al mismo nivel que la basura que se tira en las bolsas negras de plástico, un detalle que forma parte de la compleja gramática de un Estado feminicida. 1
El feminicidio de Alexis movilizó una protesta en contra de los feminicidios en Quintana Roo y el Estado respondió con una violencia igual de brutal: uniformados, encapuchados con chalecos antibalas y armas cortas y largas disolvieron la protesta feminista. Cuando todo sale a la luz pública, las autoridades se deslindaron. ¿Por qué? ¿Y por qué será que las protestas feministas incomodan al Estado más que los feminicidios? ¿Por qué no hacen los mismos desplegados policiacos cuando hay una alerta de desaparición o se exige justicia ante un feminicidio? ¿Por qué no mandaron a estos mismos 50 policías a buscar a Alexis cuando su novio y familiares la buscaban, pero sí los mandaron a disparar a la manifestación que condena su feminicidio? ¿Y qué pasa en el caso de Quintana Roo visto de cerca? La periodista y escritora Lydia Cacho, quien lleva más de un año fuera de México porque el Estado mexicano no puede garantizar su seguridad en su casa en Quintana Roo, opina sobre este caso: “Históricamente ha sido un Estado problemático y los gobernadores se han dedicado desde que yo tengo memoria a callar a la prensa y a los casos de feminicidios. Este es un tema que no es nuevo, salió la policía por órdenes del jefe de la policía, Alberto Capella, él les dio la orden de que salieran por los lados, a escondidas a atacar a la gente, a disparar. Lo que nos lleva a ver el lado aún más sombrío en esta oscuridad: las y los manifestantes hemos sido convertidos por el Estado en antagonistas. Esto abre una puerta que nos trae más preguntas sobre este problema que nos cruza. El caso de la balacera en la protesta feminista en contra de los feminicidios (que me gustaría repetir y nombrar cuantas veces sea necesario) trae una claridad: el problema del antagonismo en este Gobierno. El gran problema de la 4T es que creen que las y los manifestantes somos antagonistas, que las protestas feministas son antagonistas, que las mujeres somos antagonistas, que las y los periodistas, académicos, artistas, escritoras y escritores que confrontamos y cuestionamos su gestión somos antagonistas porque criticamos. Analicemos ahora de cerca por qué el Estado convierte a las y los manifestantes en antagonistas. Quienes estaban en la protesta, 2
los cuerpos de las y los manifestantes, son cuerpos vulnerables, no tenían armas de ningún tipo, lo mismo que los cuerpos de las mujeres víctimas del feminicidio son cuerpos vulnerables. Alexis llevaba shorts negros, tenis, un cigarro electrónico, no más, como los y las manifestantes llevaban un teléfono. La fragilidad del manifestante es la que se oprime con la brutalidad policiaca. Esto es lo terrible, es el mismo mecanismo: el mensaje del Estado al ignorar los feminicidios y vulnerar y atacar a quienes protestan en contra de ellos es el mismo problema, el otro lado de la moneda. El movimiento es claro, el mecanismo es claro: minimiza a los cuerpos antagonistas, ya sean mujeres víctimas del feminicidio, cuerpos manifestantes vulnerables, los oprime y violenta. Me gustaría decirlo bien fuerte, me gustaría que Andrés Manuel López Obrador, que Olga Sánchez Cordero, que Claudia Sheinbaum, que Mara Lezama entendieran que señalar los feminicidios, protestar por ellos, estar encabronadas por esto no es ser antagonistas, las mujeres no somos antagonistas. Y más aún, me gustaría que vieran que si el Estado ve las protestas feministas como antagonistas, al atacar a las y los manifestantes se potencian los feminicidios: los mismos contra los que están y estamos protestando. Mientras el Gobierno federal no dé la importancia que merece a este tema, ¿cómo espera que tenga importancia en los gobiernos estatales? ¿Acaso no les queda claro que estas protestas son indicadoras de que el problema está rebasado? La protesta feminista motivada por el feminicidio de Alexis, a su vez, provocó otra manifestación en Ciudad de México para protestar por el feminicidio de Alexis, protesta feminista que terminó siendo encapsulada, una vez más, por el cuerpo policiaco. Lo que nos lleva a una conclusión evidente, pero reveladora, se trata de represión calculada, lo que quiere decir que se trata de una violencia también calculada. De la misma manera en la que los feminicidios son violencia calculada. Vivimos entre violencias calculadas que van de lo mayor a lo menor, como el feminicidio de Alexis. Me rompe el corazón verla en redes sociales, a los 20 años, cantando precioso, pensando que no 3
podrá seguir cantando. Me enoja ver violencias cotidianas, como al coconductor John Ackerman ignorando a la escritora Sabina Berman cuando le pregunta al aire su opinión sobre la balacera en la protesta feminista, porque ignorar su pregunta o su espacio para despedirse del programa que comparten es también una violencia calculada. Estamos ante un problema más grande que México, un problema de derechos humanos, que el Estado no reconoce. Y todos se deslindan: López Obrador se deslinda, las protestas y los y las protestantes son antagonistas, las mujeres somos antagonistas. Ackerman no fue misógino ni grosero con su compañera Sabina Berman. A mayor y menor escala todos se deslindan. Pero no somos antagonistas. Protestar en contra de los feminicidios no es antagonismo, las protestas exigen que el presidente y los servidores públicos hagan su trabajo, que se haga justicia, que se frene esto, que reconozcan la magnitud y la urgencia que debe ser su prioridad, hasta que los feminicidios les incomoden más que las marchas feministas, sus paredes, sus fuentes y monumentos rayados.
Perreo feminista, genealogías y la cuerpa total María Teresa Juárez - piedepagina.mx - 13 noviembre, 2020
Queremos perrear, mover nuestros traseros libremente. Nadie tiene que validar nuestra cuerpa, nuestras caderas. Reguetón feminista, dancehall, cumbia villera, música de las favelas, urbes periféricas, ruptura de pacto, emancipación del gueto, movimiento de músicas rebeldes Kimiko Miller, mejor conocida como Kimiko Versatile, es hija de una mujer trabajadora afrodescendiente. Pasó sus primeros años de infancia en el campo y en su adolescencia se mudó a los barrios periféricos de Kingston con su madre. Al no encontrar oportunidades de subsistencia, su madre migró un tiempo a Inglaterra en busca de trabajo, dejándola al cuidado de familiares. Es en este tiempo que Kimiko incursiona en bai4
les callejeros, una escena dominada sobre todo por varones que montaban coreografías de combate, danza y música. Fue en ese momento cuando descubrió que quería ser bailarina de dancehall. Kimiko Versatile Workshop in Vienna Durante muchos años este género musical estuvo vinculado a expresiones misóginas, homofóbicas y xenófobas. En tiempos recientes colectivas de mujeres de los barrios pobres de Jamaica, se han apropiado de la escena musical y han reinterpretado este género desde la libertad expresiva de sus cuerpos. Como muchas de estas jóvenes, Kimiko ha transformado el baile en revolución y resistencia cultural en una escena dominada por varones. Actualmente es una de las bailarinas más destacadas del dancehall, género musical jamaiquino mezcla de reggae, hiphop, electrónico, dance y reguetón. En una entrevista para el documental En movimiento, de Nextlix, Kimiko habla de las motivaciones expresivas de este movimiento cultural, y en particular lo que ha significado para las jóvenes de los barrios periféricos. En la apertura del documental dedicado a su biografía, Kimiko comparte: “La feminista en mí fue capaz de expresarse de una manera poderosa, y no sentirse degradada desde una perspectiva masculina”. Los orígenes de este arte se remontan a los recuerdos ancestrales de las plantaciones de esclavos. Estas mujeres le dan un giro a la danza y toman la pista de baile con coreografías poderosas expresando total libertad de movimiento. En otras latitudes, exponentes de la reapropiación de géneros como el rap, el hip-hop y el reguetón desafían las reglas del juego e irrumpen con un sello feminista: Chocolate Remix, Krudas Cubensi, Tribade… Miss Bolivia irrumpen en la escena musical con letras, ritmos poderosos, cuerpas en movimiento orgásmico, expansivo, lúdico, musical. 5
Y no me digan lo que tengo que hacer, y no me digan en la forma que me tengo que mover, que la ley no me va entre las piernas, tengo la boca afilada y la mente atenta Libre, atrevida y loca: Libre, atrevida y loca - Miss Bolivia con Rebeca Lane y Ali Gua Gua (Video Oficial) Hace 20 años en un encuentro feminista, escuché por primera vez que las mujeres tenemos el cuerpo colonizado. Una activista afroperuana lo dijo claro y sencillo en una entrevista : “mi cuerpo, el de mi madre, el de mi abuela, el de mi bisabuela, el de mi tatarabuela… han sido usados, expropiados, violados, omitidos de todas las formas posibles. Tengo la historia de personas esclavizadas en mi memoria corporal. Y hoy estoy aquí para recuperar estas historias, transformarlas y despojarme de todo ese dolor. Quiero gozar y vivir”. Hey, todavía no entendieron cual es el límite. Para nosotras está claro. (Chocolate Remix): Chocolate Remix - Te dije que no ¡¡No, no tenemos que argumentar más desde las cifras, desde los estudios académicos, desde la evidencia jurídica, o la explicación de la violencia estructural y su vínculo con la violencia contra las mujeres!! No es que la violencia cotidiana y extrema sobre nuestros cuerpos no sea comprendida, no es que no se entienda. Sucede… simplemente porque hay permiso social. Pacto patriarcal le llaman. Durante siglos se han construido dispositivos para el control parcial o total de nuestros cuerpos. Han usado cinturones de castidad, aparatos de tortura, corsés, fajas, mutilación genital, matrimonio infantil, confinamiento… Y más recientemente medicamentos psiquiátricos, exclusión, pornovenganza, extorsión sexual, vientres de alquiler, esclavitud sexual, ataques con ácido, tortura sexual, esterilización forzada. A pesar de esto, durante siglos nuestras ancestras han logrado romper los cinturones de castidad reales y simbólicos. Mujeres de la clase trabajadora, sufragistas, parteras, campesinas, indígenas, afro6
descendientes, mestizas con mirada crítica que han renunciado al pacto colonialista, creadoras, madres en busca de sus hijas, jóvenes de la periferia… han resquebrajado poco a poco el pacto patriarcal. TRIBADE - Gaupasa (Prod. Josh) Durante siglos fuimos madresposas, putas, monjas y locas -parafraseando a Marcela Lagarde-. Durante siglos nos han querido vírgenes, musas, mudas. Resulta que somos seres deseantes, sujetas de derecho, ciudadanas del mundo. Queremos perrear, mover nuestros traseros libremente. Nadie tiene que validar nuestra cuerpa, nuestras caderas. Reguetton feminista, dancehall, cumbia villera, música de las favelas, urbes periféricas, ruptura de pacto, emancipación del gueto, movimiento de músicas rebeldes. Mujeres apropiándose de su sexualidad, rebelándose a la exotización de sus cuerpos, al usufructo de sus cuerpos racializados, explotados, expropiados. Hoy, cuerpos deseantes, sentipensantes. Su voluptuosidad es un grito de libertad. Y también la inteligencia de resistir desde nuevas formas de organización barrial, social, cultural, sexual, afectiva, económica, filosófica. Mi madre tuvo que huir de su pueblo a los 16 años porque el hombre que sería su esposo, la violentaba de todas las formas posibles, a los 17 tuvo a su primer hijo. Luego de este episodio siguió una historia interminable huyendo del acoso de sus empleadores, vecinos, “pretendientes”, de los depredadores de todos los días. En la región semidesértica de Hidalgo, en un pueblo lejano repleto de biznagas quedó enterrada la historia de mi abuela, de mi bisabuela y tatarabuela habitantes de la tierra de los magueyes, el pulque y los coyotes. Mujeres de lengua hñähñú de las que solo tengo una vaga referencia. Hoy por primera vez deseo descubrir mi árbol, dibujarlo desde la raíz… Quizá sea una biznaga, un maguey… un mezquite. Me atre7
vo tomar el hilo que me llevará a la gran madeja donde se guarda la historia de mis ancestras. Trazar genealogías críticas. Silvia Federicci lo ha mencionado en múltiples ocasiones: vivimos una nueva caza de brujas. Somos castigadas por el patriarcado por la recuperación de nuestros cuerpos, el cuerpo social, simbólico, histórico y cultural de las mujeres. Dibujemos nuestras genealogías matrilineales, tracemos la ruta, honremos la memoria de nuestras ancestras. Es el momento. Invitación: En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre) les invitamos a un programa especial en colaboración con Radio Prietas charlaremos acerca de La Cuerpa como Primer Territorio. Sábado 18 de noviembre a las 14:00 horas por redes sociales de Radio Prietas y Periodistas de a Pie.
Las mujeres en el sistema de cargos
Kau Sirenio - Pié de Página - Voz de Lluvia - Tatyi Savi 12 noviembre, 2020 Los usos y costumbres del pueblo Ñuu Savi no contemplaban la participación de las mujeres como conocedoras, receptoras, transmisoras y enriquecedoras del conocimiento, sin embargo, eso empezó a cambiar El Ta Tyiñu Ka´nu Ñuu Savi (El trabajador grande del pueblo de la lluvia) es el personaje central de los pueblos Ñuu Savi (mixtecos). Para ocupar este cargo los ñuu savi (gente de la lluvia) tienen que conocer el proceso comunitario que va desde el Tatun o Topil (mandadero) y las mayordomías de las fiestas patronales. Para los Ñuu Savi el Ta Tyiñu Ka’nu es el conocedor, receptor, transmisor y enriquecedor del conocimiento del pueblo de la lluvia. Es el que cuida el pueblo durante el año que le toca conocer los problemas internos comunitarios. 8
En los últimos años algunas comunidades Ñuu Savi ha elegido a ña’a savi (mujer de la lluvia) para que ella sea la autoridad comunitaria, así es cómo las asambleas también eligen a Ña’a Tyiñu Ka’un o Ta Tyiñu Ka’nu, eso significa que en el Concejo de Principales hay concejalas y concejales. Cuando termina su servicio en la comunidad, pasa a ser Ta Taku Ini (hombre que vive su corazón o señor de alma viviente) y se integra al consejo de ancianos o de principales, órgano que se encarga de acompañar al nuevo Ta Tyiñu Ka’nu para que desempeñe su servicio comunitario “así como lo hacían los que ya fueron comisarios” y que ayude a resolver los conflictos que se presente. El Ta Taku Ini también se les conoce como Ta nínu xa’nu: Ta=señor, nínu=respeto, xa’nu=grande (señor de respeto)… pero grande por su virtud fincada en el saber. No cualquiera es Ta nínu xa’nu, en el mundo Ñuu Savi, ni la comunidad misma lo acepta, si no cumple con las exigencias y/o requisitos para ser considerado como tal. De ahí que ser Ta nínu xa’nu va en relación directa con la personalidad en cuanto a su conocimiento y experiencia y servicio para con la comunidad. Ignacio Ortiz en su tesis sobre la filosofía Ñuu Savi publicado en la revista TU’UN SAVI dice que el Ta nínu xa’nu es la grandeza comunitaria: “La grandeza o reconocimiento que se le da a estas personas va en razón directa a la sabiduría que poseen, al gran conocimiento que han acumulado por el tiempo vivido, el cúmulo de conocimientos que guardan en su ser por la experiencia que le ha dado la vida, esa gama de aprendizajes obtenidos por los servicios prestados al pueblo, unidos a las enseñanzas de sus padres y abuelos que son los portadores de la herencia de sus antepasados, historia oral que se viene heredando de generación en generación”. Agrega el investigador: “en el mundo Ñuu Savi, el sabio es aquel que además de haber servido a su comunidad de manera eficiente y honesta, reafirmando así su sentido de comunalidad que matiza su cosmovisión. Por eso, la base del pensamiento y la acción es 9
fundamental lo que se le llama comunalidad, es decir todo lo que se relacione con la vida comunal, el trabajo comunal, el poder comunal, la fiesta comunal”. Lo que en el sistema de cargo, los únicos que podían ser Ta Tyiñu Ka’nu son los hombres, porque los usos y costumbres no contemplan la participación de las mujeres, sin embargo, en marzo de 2014, la comunidad Ñuu Ndíko Yùu/ Cuanacaxtitlán eligió por primera vez a Gloria Aldama Morales para ser Ña’a Tyiñu Ka’nu (Mujer de trabajo grande), previo a la asamblea electiva los Na nínu xa’nu hablaron con ella para explicarle que el Concejo de Principales se fijó en ella para representarlos. La inclusión de las mujeres en el sistema de cargo en esta comunidad empezó en 1960, cuando Rogelia Silverio fue secretaria en la comisaría municipal durante diez años porque en su época era la única que estudió hasta quinto grado de primaria, además era una excelente taquimecanógrafa. En la asamblea del 15 de septiembre de 1995, cuando se fundó la policía comunitaria, Micaela Emiliano Justo, María Aldama García, Elsa Aldama Garzón y María Pioquinto Ortega se encargaron de reunir la cooperación para cubrir los gastos de los primeros integrantes de la policía auxiliar de camino. Dos años después Elsa Aldama Garzón fue electa comisaria suplente. Desde que las mujeres participan en el sistema de cargo el discurso ceremonial es más incluyente: “Solamente un año tienes que aguantar tu responsabilidad como autoridad de tu pueblo. De hoy en adelante no tendrás amigos, olvidarás a tus hermanos. Todos los del pueblo serán iguales ante ti: Tú eres madre y padre de nuestro pueblo”. En este proceso los na savi aprenden la herencia directa e indirecta de generación en generación de modo oral, muy viva entre los pueblos donde se habla el Tu’un Savi, o en el territorio histórico Ñuu Savi. El Ta o Na nínu xa’nu es: conocimiento, experiencia, sabiduría, servicio, siempre aprendizaje. 10
Xëjk. Frijoles
Yásnaya Elena A. Gil - elpais.com - 15 Nov 2020 La frase “traer el nopal en la cara” se asocia directamente a elementos físicos y lecturas racistas del cuerpo con un alimento vinculado con pueblos y comunidades indígenas En el marco del levantamiento zapatista en enero de 1994, veíamos con curiosidad las noticias en nuestra primera televisión en blanco y negro. En nuestra comunidad, vivíamos en ese año un intenso proceso de defensa de tierras comunales y desde ciertos análisis externos, nuestro proceso estaba auspiciado por células zapatistas que se habían establecido en la sierra Mixe en el norte de Oaxaca. Nada más lejos de eso, en realidad, casi nada sabíamos de lo que estaba pasando en el vecino Estado de Chiapas, veíamos con curiosidad y tratábamos de averiguar qué es lo que estaba sucediendo en la selva Lacandona mientras nuestra asamblea se encontraba en sesión permanente. Fue en ese contexto que escuchamos en la televisión las reflexiones de analistas que defendían las causas del levantamiento zapatista argumentando una pobreza y violencia de siglos, en medio de su apasionada argumentación, uno de estos analistas (solo recuerdo que era varón) dijo algo que indignó profundamente a mi abuela: “Son tan pobres que solo comen frijoles”. Mi abuela estaba orgullosa de haber adquirido un almud de frijoles de colores que iban del negro, pasaban por un azul cerúleo e incluían el morado intenso y el rosa bugambilia, no puedo nombrarlos en español porque, a estas alturas, casi todo mi léxico para plantas se encuentra solamente en mixe. La indignación de mi abuela, como nos lo explicó muchas veces más, provenía del hecho de que aquella había sido la primera ocasión en la que había escuchado a alguien decir que comer frijoles era algo indeseable. Pensándolo bien, también fue la primera vez que escuché algo así. ¿Cómo iba a ser algo indeseable si las personas hasta se peleaban en el mercado por ese tipo de frijol que tan bien se cose y que tiene un sabor extraordinario? Los domingos, días de tianguis, eran ocasiones especiales que se 11
marcaban con un desayuno especial también, este desayuno forma parte de mis hábitos hasta la fecha: tortillas de maíz criollo previamente untadas con una pasta de ese frijol que no puedo nombrar en castellano, molido en metate y exquisitamente aderezado con la olorosa yerba de poleo, estas tortillas revestidas en esa pasta de frijol se pueden acompañar de chapulines, queso fresco que viene desde los valles de Oaxaca, tasajo, hígado de res cocido con yerbas, aguacates o una gran variedad de quelites. Su olor nos anuncia que es domingo y que la sobremesa puede hacerse con toda calma. Otro aspecto indignante se relacionaba con el hecho de que aquel analista utilizó esa frase como parte de un argumento a favor del levantamiento de los pueblos indígenas del sureste mexicano. ¿Cómo no nos vamos a levantar los pueblos indígenas si solo nos alcanza para comer esa cosa indeseable que son los frijoles? Trato de matizar y entender que tal vez se refería al hecho de “solo” comer frijoles y no a un implicado desprecio a los frijoles en sí mismos. Pero mi abuela, insistía aún años después y con más intensidad después de sus viajes a la ciudad: “A nadie le parece despreciable que esa gente solo desayune eso que llaman cereal con leche todos los días, ¿Por qué los frijoles sí?”. Todas las veces que recordaba ese episodio volvía la indignación y no hubo amistad o visita con quien no lo comentara: “No puedo creer que este almud de frijol, este que me acaba de regalar mi comadre de su mejor cosecha sea un alimento indeseable o represente la pobreza”. Esa no fue la única vez que escuché decir algo semejante sobre los frijoles, “indio frijolero” es uno de los insultos racistas más recurrentes. Algo similar sucede con el resto de la dieta mesoamericana, alguna vez armamos un pequeño escándalo porque en un restaurante se negaron a darnos tortillas para acompañar un plato de mole poblano y otro de cochinilla pibil. “Este es un restaurante elegante, discúlpenos por no tener suficientes tortillas” nos respondió el encargado con una amplia sonrisa. “Comer tortillas como albañil” es una frase con la que me di cuenta de que al consumo del maíz se le asocian fuertes cargas racistas y clasistas. Me sorprendió tanto como la primera vez que me explicaron que 12
en el mundo había poblaciones enteras que no comían tortillas ni tamales y en su lugar usaban pan o arroz. Con el tiempo, pude enmarcar esta experiencia cotidiana dentro del sistema racista que alcanza también los alimentos. En el siglo XIX, escritores como Francisco Bulnes, uno de los intelectuales de la época del Porfiriato, sostenía que la población europea era racialmente superior debido a que su dieta estaba basada en el trigo y la población indígena se encontraba en una situación de atraso debido al maíz y al frijol, varios intelectuales de la época sugerían incluso que el cambio hacia el trigo sería la solución al atraso de los pueblos indígenas. Estas creencias absurdas siguen palpitando en muchas ideas en la actualidad que alcanzan a muchos elementos de consumo alimenticio como el nopal o el pulque. La frase “traer el nopal en la cara” se asocia directamente a elementos físicos y lecturas racistas del cuerpo con un alimento vinculado con pueblos y comunidades indígenas. En una discusión en redes sociales sobre la existencia de jóvenes que se hace llamar nazis mexicanos, las descalificaciones sobre su movimiento estaban mayoritariamente cargadas hacia el hecho de que eran jóvenes morenos a los cuales se les “notaba el nopal en la cara” y no por que sea en sí condenable simpatizar con ideas nazis. Regresando al recuerdo de aquel analista que en su defensa del levantamiento zapatista utilizó el consumo de frijol como signo de pauperización, tenemos la evidencia de que las ideas aliadas a las causas de los pueblos indígenas pueden no necesariamente desarticular los prejuicios largamente impregnados en la sociedad mexicana. En Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar apunta en la voz del emperador romano que “se insulta al prójimo cuando se desdeñan sus alegrías” y me parece que esa frase explica muy bien la reiterada indignación que mi abuela sentía cada vez que rememoraba lo que habían dicho en esa mesa de análisis: la abundancia de frijoles y su gran variedad representaban desde su infancia la promesa de la abundancia, de las trojes llenas de maíz, de las enfrijoladas con las que domingueamos el alma y esas alegrías habían sido, por primera vez, tremendamente insultadas. 13
Tsääj. Monolitos
Yásnaya Elena A. Gil - elpais.com Las representaciones audiovisuales de la población indígena crean la figura del indio y de la india solo en oposición al mundo no indígena, al mundo mestizo ¿Cuál es la lengua materna de la india María o la lengua materna de Tizoc? ¿A qué pueblo indígena pertenecen María Candelaria o el indio Brayan? ¿De qué pueblo indígena viene María Isabel, la protagonista de la telenovela basada en la obra de Yolanda Vargas Dulché? La incapacidad de dar una pronta y certera respuesta a estas preguntas evidencia que las categorías “indígena” o “indio” se han vuelto un monolito semántico impenetrable, un monolito sin matices a los que se les asignan rasgos generales que los refuerzan cada vez más. En diversos espacios y talleres en donde hemos discutido la representación de la población indígena en creaciones audiovisuales, surgen estos nombres como personajes icónicos en cine y televisión que han configurado en nuestra imaginación un mundo indígena. Una vez que estos personajes han sido nombrados como estereotipos icónicos, planteamos después las preguntas con las que doy inicio a esta columna para tratar de indagar las complejidades de cada uno de estos personajes que han configurado el imaginario de lo que la población indígena debe ser. Si no nos es posible responder a las preguntas arriba planteadas de manera adecuada o sin tener que hacer una labor de investigación previa, es porque el sistema que creó estos personajes nunca estuvo interesado en que la audiencia se relacionara con un personaje mazahua, con una protagonista nahua o un protagonista tacuate en específico, sino con la idea monolítica de lo que debe ser una india, un indio, un indígena. Aunque en varias de las producciones audiovisuales en las que estos personajes aparecen se hace una rápida mención del pueblo indígena al que pertenecen, su representación resulta ser un estereotipo que oculta las radicales diferencias que hay entre los muy diversos pueblos indígenas entre sí. 14
Al comienzo de María Candelaria, la icónica película del llamado Cine de Oro mexicano, uno de los personajes se refiere a la protagonista como “una india de pura raza mexicana” de una belleza comparable a las de las princesas prehispánicas. En el inicio de Tizoc, se menciona brevemente que el protagonista pertenece al pueblo tacuate y que desciende de antiguos príncipes de su pueblo. María Isabel, la protagonista de la telenovela homónima, pertenece al pueblo wixárika mientras que el personaje de la india María pertenece al pueblo mazahua. El caso del indio Brayan, un personaje creado por el comediante Hugo Alcántara, nacido en la Ciudad de México, lleva un paso más allá el proceso mediante el cual se oculta las complejidades detrás de la categoría indígena, pues después de escuchar muchas de sus actuaciones no es posible inferir la pertenencia de su personaje a algún pueblo indígena, el personaje es, sobre todo, solo un indio. Las representaciones audiovisuales de la población indígena crean la figura del indio y de la india solo en oposición al mundo no indígena, al mundo mestizo. El otro indígena se representa en una oposición binaria en donde las diferencias que hay detrás de esa categoría se borran y se convierten en un monolito homogéneo y uniforme. Estas representaciones son tan funcionales que las profundas diferencias que hay entre el pueblo tacuate y el pueblo rarámuri se vuelven irrelevantes, tan irrelevantes que en la recepción de estas películas, personajes y telenovelas la pertenencia a un pueblo indígena u a otro es un dato menor que no importa ser enunciado o recordado para configurar la historia o al personaje mismo. Basta entonces con recordar que el personaje es indígena y con esa etiqueta es interpretado, con los atributos que se le suponen a ese otro homogéneo. La manera en la que hablan español los personajes indios o indígenas en sus representaciones audiovisuales es una gran muestra de la manera en las que los establecemos como personajes de estereotipo. Mientras que en general, el acento al hablar español de una persona cuya lengua materna es el inglés va a ser representando en el cine y en la televisión de manera distinta al acento que tendría un francófono, para la categoría indígena, no importa que el personaje en cuestión hable 15
una lengua como el mazahua (lengua tonal de la familia otomangue) o hable wixárika (de la familia yutonahua), en ambos casos, en sus representaciones audiovisuales ambos personajes hablarán español “como indito”. Las diferencias gramaticales entre el inglés y el francés, ambas lenguas de la familia lingüística indoeuropea, son considerablemente mucho menores a las que existen entre la lengua materna del personaje de Tizoc y el de la india María que pertenecen a familias lingüísticas sin relación filogenética entre sí. ¿Por qué ambos personajes tendrían que tener el mismo acento al hablar español? ¿Por qué sí se marca esa diferencia en la interpretación de personajes entre hablantes de inglés y francés? ¿Por qué, para la población mestiza con la que hemos convivido durante siglos, nuestro español es el mismo, el español del indito, el español indígena como categoría homogénea? La respuesta está en esa creación que se ha hecho del personaje indígena sobre todo en los espacios de la producción audiovisual. Una vez que se han creado y reforzado estos personajes de estereotipo, es posible atribuirles rasgos cargados de prejuicios, ya sea bondad o ingenuidad extremas, ya sea violencia o estupidez irracionales. Hace unos días, en un programa transmitido en plataformas virtuales llamado La más draga, una de las concursantes realizó una imitación del personaje de la india María que, durante muchos años, fue interpretado por la comediante María Elena Velasco. Uno de los jueces de este programa de concursos llamado Johnny Carmona apuntó que en el contexto actual en el que debe combatirse el racismo, ese tipo de comedia, ya no tenía cabida. El debate entre quienes fungían como jueces comenzó; ante la polémica, la concursante en cuestión arguyó que ella había crecido en un municipio de Chihuahua llamado Madera en donde habitan comunidades rarámuris y pimas y que, dado que había crecido con ese tipo de personas, su imitación había implicado respeto y cariño para su pueblo. Detrás de esta justificación, se están activando los prejuicios y estereotipos creados y reforzados desde los espacios audiovisuales durante décadas que hacen suponer que un personaje mazahua como la india María es igual que un rarámuri o un pima cuando se trata de naciones muy distintas entre sí. Si hay algo que 16
estos pueblos indígenas comparten es el racismo, la discriminación y la creación de estereotipos a los que han sido sometidos, fuera de eso, todo es diversidad. Aún más, ¿Haber crecido en un municipio en donde habitan personas pimas o rarámuris posibilita expresarles cariño recreando un personaje de estereotipo con el que las mujeres indígenas hemos sido sistemáticamente insultadas? La actriz Maribel Guardia, invitada al programa, defendió también la imitación del personaje aludiendo a su ternura y habló de la población indígena en términos de propiedad, al utilizar un pronombre posesivo: “la inocencia de nuestra gente, tan linda, era lo que tenía la india María, que se agarraba la faldita, que te hacía adorarla”. Una vez que el debate alcanzó las redes sociales, la defensa del personaje de la india María se centró en que, a lo largo de las distintas películas que protagonizó, hacía también una denuncia de la discriminación que ha sufrido la población indígena. Sin embargo, dado que su creación se realizó desde el estereotipo, el personaje refuerza más bien los prejuicios desde los que Maribel Guardia articuló su defensa. La india María no ha representado la defensa de la dignidad de los pueblos indígenas, nadie te llama así por defender el territorio o los derechos de tu comunidad, por el contrario, el personaje reforzó el monolito con el que se aplasta la diversidad de los pueblos y culturas que habitamos este territorio; es por eso que llamarte “india María” no se usa como halago o reconocimiento, más bien ha sido uno de los insultos más socorridos que las mujeres indígenas hemos escuchado sistemáticamente en boca de quienes se burlan y desprecian: llevar el cabello en dos trenzas me implicó recibir burlas que incluían llamarme “india María” en un viaje a la ciudad a los 12 años, portar la blusa tradicional de su comunidad le implicó lo mismo a una amiga zapoteca, unas activistas mazahuas recibieron el mismo nombre como burla por su acento en español. Las creaciones audiovisuales tienen una gran potencia en la creación de imágenes y narrativas, lamentablemente, durante décadas, la mayor parte de estas creaciones, las más vistas, han configurado unos lentes desde los cuales nos observan y, desde esos lentes, todas las mujeres indígenas nos llamamos María. 17
Comunalizarnos
Gustavo Esteva - La Jornada- 16 de noviembre de 2020Mi llamado a la desobediencia, hace 15 días, produjo tormentas en mi milpa electrónica. Me llovieron insultos y descalificaciones. ¿Cómo me atrevía a desafiar una política que está cuidando la salud de todas y todos y salvando vidas? ¿Cómo, aún peor, cuestionaba el valor supremo del conocimiento científico? Me clasificaron entre quienes circulan teorías de la conspiración. Es extraño. Me referí a agentes que actúan a la vista de todos: la industria farmacéutica, el sistema de salud, la Organización Mundial de la Salud, los gobiernos, las corporaciones… sus intereses no son los de la gente, aunque pretendan lo contrario. ¿Por qué negar la evidencia abrumadora sobre su comportamiento inmoral? No son conspiradores. Su inmoralidad irresponsable es enteramente pública y se ha vuelto cínica. Se agravan mundialmente ciertas condiciones crónicas: obesidad, diabetes, desnutrición, enfermedades cardiovasculares y otros males. Según The Lancet, la más prestigiada revista médico-científica, todo eso forma una sindemia, por su aparición simultánea y general. Desde 2019 la revista exige que atendamos su causa común: el modo de vida que se nos ha impuesto, asociado al colapso climático, la contaminación industrial, los alimentos chatarra, empleos bajo condiciones atroces, transporte interminable, todo lo demás. El virus del Covid-19 llegó sólo como golpe de gracia, en esa condición desastrosa creada por el sistema dominante. Al separarlo de las cuestiones de fondo y presentarlo como una amenaza externa, se le ha empleado como cortina de humo para garantizar que continúe la depredación interminable de ese sistema. Se aprovechó la sumisión pasiva y obediente a instrucciones insensatas, causada por la campaña de miedo, para proseguir y hasta acelerar los megaproyectos destructivos y nuevas formas de opresión. 18
Quizá logremos, un día, demostrar que el confinamiento causó más daños a la vida personal y colectiva que todos los atribuidos al virus. Que las políticas en curso no “salvan vidas” ni “cuidan la salud”. Que la obscena contabilidad cotidiana de cuerpos contribuye a nuestra metamorfosis grotesca en piezas homogéneas de algoritmos, para acelerar el establecimiento de la sociedad de control que facilite mayor destrucción y explotación. Es hora de juntarnos y detener esta locura. Con quienes tengamos cerca. Vecinas y vecinos del edificio que habitamos o de la calle en que vivimos; amigas y amigos cercanos. Alrededor de una mesa, en un jardín o en una calle. Podemos usar cubrebocas y mantener distancia, para cuidarnos de ese virus tan contagioso. Pero de ésta sólo saldremos si nos organizamos. Revisemos, ante todo, cómo se forma nuestra comida, qué llevamos a nuestro cuerpo. Veamos juntas y juntos qué podemos cultivar en el lugar donde estamos. Nos sorprenderá, acaso, descubrir la gran cantidad y variedad de hortalizas y otras plantas, algunas medicinales, que podemos producir en casa. Algún contacto o el amigo de un amigo nos permitirá arreglarnos con grupos campesinos que nos abastezcan de todo lo que no podemos producir en nuestros hogares, en nuestro lugar. Y podremos tener al fin comida sana suficiente. Oiremos, acaso, la historia de las ollas populares en ciudades chilenas, donde no sólo hacen intercambios de lo que producen, sino que lo comparten con quienes nada tienen para llevarse algo a la boca. Veríamos en seguida lo que nos enferma. Y exploraríamos, juntas y juntos, cómo sanar con empeños autónomos, con prácticas más sanas de vida, con remedios tradicionales, con lo que recomiendan tías y abuelas que todas y todos tenemos, con las sanadoras que alguien conoce. No habría fundamentalismos. Podríamos recurrir a medicamentos contemporáneos. Y hasta localizaríamos a algún médico honesto que nos dijera en voz baja cuáles no hacen daño… Nos ocuparíamos bien de las enfermedades transmisibles, sin disimular tras de ellas lo más importante. 19
Nuestra mirada estará en lo esencial: desmantelar el patrón de vida que destruye a la madre Tierra, genera las llamadas “pandemias” y desgarra el tejido social. Desafiaremos con buenos fundamentos a la “ciencia” tras de la cual se refugian los políticos, mostrando sus limitaciones e incapacidades. Recuperaremos saberes subyugados y descalificados, que hoy demuestran su inmensa utilidad. Aprenderemos de los pueblos originarios, que han sabido conservar y proteger sabiduría de miles de años que hoy necesitamos como nunca. Se irá formando entre nosotras y nosotros el espíritu comunal, en la convivialidad vernácula. En vez de consumismo buscaremos suficiencia: que todas y todos tengamos cuanto haga falta para tener una vida digna y satisfactoria… pero nada más. Suprimiremos toda jerarquía: no dejaremos que reine de nuevo el espíritu patriarcal y su evangelio de la muerte. Cuidaremos la vida, no sólo la nuestra, para construir otra manera de vivir. ¡Basta ya! En vez de predicar lo que ha de hacerse, podemos documentar y compartir lo que muchos pueblos y millones de personas están haciendo, para evitar el abismo al que nos han estado conduciendo. gustavoesteva@gmail.com
Joe & Kamala: la agenda de Davos
Carlos Fazio - La Jornada - 16 de noviembre de 2020 Acasi dos semanas de los comicios, la distopía electoral estadunidense exhibe aristas propias de una “república bananera” y profundiza la crisis múltiple de la “democracia” liberal, anclada en un bipartidismo cuya dicotomía liberalismo vs. conservadurismo más que antagonizar se complementan y combinan para retroalimentar la cultura dominante y reproducir el consenso y, con ello, el sistema de dominación con sus estructuras y mecanismos. 20
Todo indica que Donald Trump y el nacional trumpismo, como producto de la descomposición del capitalismo y de la generación en sus entrañas del totalitarismo y el neofascismo, va de salida; que la retórica patriotera, populista, chovinista, nativista, machista, negacionista, racista y xenófoba apoyada en la cultura del miedo del matón de la Oficina Oval, ha sido derrotada. Como definió el profesor Cornel West, la elección fue “entre el fascistoide de la Casa Blanca y el ala neoliberal del Partido Demócrata”; “entre el peor y el malo” (Atilio Borón dixit). El 20 de enero próximo Joe Biden y Kamala Harris llegarán al gobierno a hacer el control de daños; pero la naturaleza del sistema seguirá intacta. En virtud del pragmatismo que caracteriza la vida política en EU, ambos tratarán de aplicar correctivos y limar la herencia más extremista del prepotente y peligroso Trump. Pero no llegarán a cambiar el status quo, sino a reproducir la lógica del imperialismo, con su base clasista común –hoy más elitista y excluyente−, la de la plutocracia monopólica y financiera (la “guerra de clases” de Buffett, pero con esteroides), cuyo núcleo se resume en la esencia blanca, anglosajona y protestante( white, anglosaxon, protestant). Como ha señalado Biden, dado que el mundo necesita un líder y EU debe retomar ese papel, su misión −con eje en un “credo” basado en estereotipos y mitos difundidos en el imaginario popular, como el de la Tierra prometida, el Destino manifiesto− será regenerar el sistema capitalista, monopolista-estatal, imperialista. Su mensaje ha sido Build back better (Volver a construir mejor), eufemismo para aplicar la agenda salvacionista del great reset y la “nueva normalidad” de Davos. Lo que augura un recrudecimiento de la diplomacia de guerra, consustancial al papel de EU como potencia hegemónica del capitalismo mundial, desafiado hoy por China en los campos de la producción y las comunicaciones de 5G, y del multilateralismo en Naciones Unidas. A diferencia de Trump, quien pese a su fama de apocalíptico fue el único presidente de EU que no inició ninguna guerra en décadas, 21
Biden sabe cómo hacerlo, ya que durante 40 años en los laberintos del poder en Washington −36 como senador y ocho como vicepresidente de Obama, quien lo apadrinó a la presidencia− fue cómplice, beneficiario o testigo de los jugosos contratos y concesiones ofrecidas a las corporaciones del complejo militar-industrial; uno de los arquitectos claves en la implementación del Plan Colombia en 1999 (con Clinton), que militarizó y paramilitarizó a la sociedad de ese país, con saldo de 7.4 millones de desplazados y la reconversión de los narcotraficantes en narcoterroristas después del 11 de septiembre de 2001, con Bush, para justificar el modelo de “guerra a las drogas” que luego se exportó a México durante el gobierno de Felipe Calderón; proporcionó cobertura política para la invasión a Irak de George W. Bush con eje en la fake news sobre las armas de destrucción masiva; después del crash de las hipotecas subprime de 2008 apoyó el salvataje concedido por el Tesoro a los banqueros corruptos; como vicepresidente del premio Nobel de la Paz, Obama, el “somnoliento” Joe (como lo llamó Trump) impulsó la doctrina de la “guerra preventiva” de Bush para desatar una gue-rra civil en Siria y un largo etcétera. Amén de que con una renovada retórica propagandística de guerra fría, Biden calificó al gobierno de Putin como “sistema de cleptocracia autoritario” y llamó “matón” al presidente chino Xi Jinping. Y de que con Kamala Harris haya declarado que Venezuela y Cuba son “dictaduras”, lo que augura la continuación de la política bipartidista de “cambio de régimen”, misma que según Obama no funcionó durante 60 años con la isla. Como lo demuestran los millonarios donativos para las campañas de Trump, (Mike) Pence, Biden y Harris, los partidos Demócrata y Republicano responden a los intereses de los grandes fondos de inversión y las corporaciones, lo cual −aunque representa a fracciones diferenciadas del gran capital− les imprime una similar identidad clasista. Ambos partidos son administradores del imperio. La polarización en EU no es entre ellos, sino refleja la contradicción antagónica básica del sistema capitalista: capital/trabajo; deriva de la desigual distribución de la riqueza, contradicción que 22
en la coyuntura electoral los aparatos ideológicos y otros mecanismos de control y poder del Estado han ocultado, para imponer la ideología de la clase dominante. La fórmula Biden-Harris fue acuñada por los intereses del complejo digital-financiero, por lo que el poder real seguirá en manos de BlackRock, Vanguard, State Street; los consorcios digitales ( Big Tech) de los plutócratas del Silicon Valley: Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft);las grandes compañías farmacéuticas y fundaciones privadas como Gates y Wellcome Trust. La agenda de Davos requiere al dúo Biden/Harris, no a los ahora disfuncionales Trump/Pence. Y con Larry Fink“asesorando” a la FED, a partir de enero Washington intentará una nueva “revolución”mundial; la instauración de una distopía planetaria sin precedente.
Jair Bolsonaro en su laberinto
Eric Nepomuceno - La Jornada - Domingo 15 de noviembre de 2020 A lo largo de sus 32 años como político profesional –cuatro como concejal, y otros largos 28 como diputado nacional– ni por un minuto Jair Bolsonaro demostró vestigios de equilibrio y lucidez. Desde que asumió la presidencia del país más extenso, poblado y económicamente más poderoso de América Latina, esa vertiente de su personalidad no hizo más que acentuarse. Alcanzó momentos de tensión extrema entre marzo y junio, cuando llegó a participar en manifestaciones callejeras que pedían el cierre del Congreso, del Supremo Tribunal Federal, instancia máxima de justicia en Brasil, y una “intervención militar con Bolsonaro”. No hubo quién le parase la mano: los uniformados que lo rodean, la Corte Suprema, el Congreso. Ha sido la prisión de Fabricio Queiroz, especie de administrador de los intereses de la familia presidencial, en julio pasado, lo que puso freno a sus desvaríos. 23
Queiroz está directamente involucrado en un esquema de desvíos de dinero público llevado a cabo por el senador Flavio Bolsonaro, primogénito del presidente, y que se extiende por toda la familia. La pesada sombra de un juicio político en el Congreso, con fuertes posibilidades de destituirlo, llevó a Jair Bolsonaro a bajar el tono de sus diatribas, y luego buscar socorro junto a partidos de derecha que, por encima de cualquier ideología, se especializaron en dejarse comprar. Con eso, el presidente brasileño pareció entrar en una temporada de menos agresividad, pero siempre de inevitables desatinos. Frente a un déficit fiscal que roza la marca de 100 por ciento del producto interno bruto, con el aumento exponencial del número de brasileños que integran la franja de la pobreza y de miseria, con la pandemia matando por doquier, pudo dedicarse a temas trascendentales como la urgencia en eliminar barreras para conceder licencia de conductor de jet-sky. Pero como siempre ocurre cuando un sicópata es contrariado, por esos días una secuencia de contrariedades regresó a Jair Bolsonaro a su estado bruto. Y para reiterar por enésima vez que desconoce límites, en una ráfaga insuperable –al menos hasta que él mismo se supere– el presidente saludó la muerte de un voluntario en la prueba de la vacuna Coronavac, desarrollada por un laboratorio chino en asociación con el Instituto Butatan, de São Paulo. Sin otra base que su capacidad de delirio, Bolsonaro expresó que Coronavac causaba “daños colaterales”, y acusó al gobernador de São Paulo, el derechista João Dória, su adversario, de tratar de imponer una vacuna mortal. Al mismo tiempo: el voluntario en cuestión, un farmacéutico de 33 años, se suicidó. Ninguna relación con la vacuna. Negándose a aceptar la derrota electoral de su ídolo Donald Trump, Bolsonaro aprovechó para mandar un mensaje a Joe Biden. Recordó, sin nombrarlo, que el presidente electo de Estados Unidos amenazó con imponer restricciones económicas a Brasil, 24
en caso de que prosiga la devastación, claramente incentivada por el gobierno, del medio ambiente. “Recurriremos a la diplomacia, pero si con la saliva (en referencia al diálogo) no es suficiente, tenemos pólvora”. Más allá del ridículo y de la irresponsabilidad, la frase pone en relieve el grado de desequilibrio de Jair Bolsonaro. Las adversidades prosiguieron, ahora alcanzando un punto especialmente sensible para él: las fuerzas armadas. Dueño de un currículo a lo sumo mediocre como integrante del ejército, de donde fue expulsado, Bolsonaro no pierde oportunidad de realzar sus lazos militares. De sus 23 ministros, nueve son uniformados, uno de ellos, general, continúa activo. Además, esparció otros 6 mil por todos los rincones del gobierno. En vano. Luego de oír la increíble secuencia de declaraciones absurdas de los días recientes, el comandante en jefe del ejército, general Edson Pujol, recordó que la corporación “no es parte del gobierno, sino del Estado”. Y agregó que el ejército no obedece a partidos, que no hace parte de la política y que los militares no quieren la política en los cuarteles. Las relaciones de Jair Bolsonaro con el vicepresidente Hamilton Mourão, general reformado, están congeladas. Hoy domingo se eligen alcaldes y concejales en Brasil. Todo indica que los candidatos de Bolsonaro, especialmente en São Paulo. y Río, las dos principales ciudades del país, ni siquiera llegarán a la segunda vuelta. Aislado en el escenario externo, abrigado casi exclusivamente por la parcela de seguidores incondicionales y fanatizados en el campo interno, Bolsonaro parece cada vez más perdido. Presionado, tenderá a reiterar cada vez más sus brotes delirantes. 25
Con eso, llevará más y más al país por los vericuetos de un laberinto sin salida, rumbo al fondo de las tinieblas. Y todo eso frente a la inercia de un Poder Judicial y un Congreso que permanecen impasibles observando cómo se acumulan los crímenes de irresponsabilidad política y administrativa de un presidente desvariado, cada vez más aislado, cada vez más sumergido en el laberinto de su creciente soledad.
Chiapas: la guerra y la paz
Raúl Romero* - Domingo 15 de noviembre de 2020 El pasado 8 de noviembre, alrededor de las 15:30 horas, Félix Hernández López –base de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)– regresaba a su casa cuando fue atacado por 20 paramilitares pertenecientes a la Organización Regional de Caficultores de Ocosingo (Orcao). Félix fue golpeado y secuestrado. Durante varios días permaneció encerrado, amarrado, sin agua ni alimentos. Todo esto lo denunció la Junta de Buen Gobierno “Nuevo amanecer en resistencia y rebeldía por la vida y la humanidad”, del Caracol Floreciendo la semilla rebelde, Patria Nueva; en la Chiapas Zapatista (https://bit.ly/2ItOU6V ). Esta agresión está inscrita en un contexto de intensificación de la guerra contra el EZLN, una guerra que en sus distintas modalidades no ha cesado desde 1994. En mayo de 2019, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas presentó un informe en el que documentó que desde finales de 2018 el Estado mexicano incrementó la militarización en territorios de bases de apoyo del EZLN, esto “como parte de la continuación de la estrategia contrainsurgente para erosionar proyectos de autonomía en Chiapas” (https://bit.ly/32MGgqK). En el caso de las comunidades autónomas zapatistas Nuevo San Gregorio y Región Moisés Gandhi, las agresiones por parte de los paramilitares de Orcao han ido en ascenso desde abril de 2019. Así se de26
talló en el Informe de la Caravana de Solidaridad y Documentación” presentado el pasado 11 de noviembre (https://bit.ly/332aDdd). Entre las formas de violencia directa que esta misión civil detectó están: invasión de tierras, destrucción de cosechas, de viviendas, de cooperativas, de comedores y de infraestructura eléctrica y de suministro de agua; balaceras, robos, violentar el derecho al acceso al agua, privar de alimentos a la población, difamación, calumnia y desinformación; violencias hacia los cuerpos-territorios de las mujeres, etcétera. Sólo para la región de Moisés Gandhi, los daños cuantificables ascienden a un monto de un millón 456 mil 21 pesos. En esta intensificación de la fase militar de la guerra, los grupos paramilitares vuelven a tomar un rol protagónico. Figuran ahí grupos como la propia Orcao, los Chinchulines, Paz y Justicia y otros que, al igual que la clase política, aprendieron a cambiar de camisa para mantener las prebendas que obtuvieron como mercenarios. Estos grupos actúan con protección y financiamiento de administraciones locales, estatales y federales; de caciques, terratenientes y empresarios que tienen intereses en la región. No olvidemos tampoco que, muchos de estos grupos fueron fundados, entrenados y financiados por el propio Ejército Mexicano. Los paramilitares son la mano informal del Estado que lanza la piedra. Sus ataques son la provocación para algo mayor: seguir desplegando la guerra neoliberal, esa que destruye pueblos y comunidades para la conquista y reorganización de territorios. Con la guerra el capital gana, genera ganancias, abre mercados, elimina desechables. El EZLN es el referente político e ideológico de izquierda anticapitalista, nacional e internacional; más relevante actualmente. Es también, en México, un nodo que articula a pueblos originarios, movimientos de mujeres, intelectuales, artistas y a diferentes organizaciones de la izquierda crítica que no se han alineado con la actual administración. Además, es, y esto no debe olvidarse, la fuerza político-militar con mayor peso en el país y quizá de América Latina. “Nuestro ejército es un ejército muy otro porque lo que se está proponiendo es dejar de ser ejército”, le dijo el finado Subcomandante Marcos a García Márquez y Roberto Pombo en marzo de 27
2001. Un ejército muy otro que desde 1994 apostó por la paz y por la vida. Es un ejército que recuperó tierras para que volvieran a ser de quien las trabaja, construyó viviendas para que todos y todas tuvieran un techo donde dormir; edificó hospitales, clínicas y microclínicas para que nadie más muriera de enfermedades curables, levantó cooperativas para fortalecer su carácter autogestivo y montó escuelas y centros culturales para que las ciencias y las artes se convirtieran en semillas del mundo nuevo. Anclado en los saberes y costumbres de los originarios, pero adoptando también lo que del mundo moderno les es útil y necesario, el proyecto emancipatorio zapatista tomó un giro importante en 2003 con la fundación de los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno. De esa forma el Ejército Zapatista de Liberación Nacional entregó al poder civil, es decir, a sus bases de apoyo, la totalidad del gobierno. Pero el EZLN siguió cumpliendo otro rol fundamental: el de la defensa de estos pueblos, el de ser “el Votán-Zapata, el guardián y corazón del pueblo”. Las recientes agresiones contra los y las zapatistas no son conflictos intercomunitarios o agrarios como el gobierno federal los quiere presentar. Son apenas la punta de lanza de un conflicto socioambiental y territorial que se vislumbra mayor y que los zapatistas vienen advirtiendo desde 2018. Ojalá, como en 1994, la sociedad vuelva a estar de lado de la paz y de los pueblos. En la guerra, el capital siempre gana. *Sociólogo - Twitter: @RaúlRomero_mx
Diáspora zoque y Covid-19
Fortino Domínguez Rueda* - La Jornada - 14 de noviembre de 2020 La historia reciente de los pueblos indígenas en México se caracteriza por el despojo territorial y la fragmentación de sus núcleos familiares. Hoy en día las diásporas indígenas son toda una realidad. En el caso de los zoques del norte de Chiapas la dispersión es 28
uno de los tantos hilos que configuran el actual contexto donde se desarrolla la pandemia del Covid-19 y explica su actual impacto. Si fijamos la atención en los municipios de Chapultenango y Francisco León, podemos observar cómo los flujos migratorios nacionales aparecen hacia la década de los 40 y se extienden hasta la actualidad, generando asentamientos en Guadalajara y la Ciudad de México. Por su parte las erupciones del volcán Chichón en 1982 no sólo generó una baja demográfica importante, también fue el acto que desencadenó la implementación de una política de reacomodo poblacional que genera la fundación de nuevos ejidos donde los damnificados zoques fueron reubicados. Un ejemplo de ello es la fundación del ejido Nuevo Francisco León, en el municipio de Ocosingo, en la selva lacandona. Ahí las familias reubicadas colonizaron la selva y sacaron adelante una nueva generación de zoques que, al igual que sus paisanos que lograron regresar y permanecer en las tierras del volcán, hacia la década de los 90 emprendieron la migración a las maquiladoras del norte de México, así como a lugares turísticos del país como Cancún. En Chapultenango la migración internacional apareció en la década de los 90 y tuvo como ciudad de destino Boston, Massachusetts, en Estados Unidos. En tiempos de contingencia, donde la prioridad es quedarte en casa, la realidad de muchas familias zoques es preocupante. En el ejido Nuevo Francisco León, Ocosingo, ya se tienen registros de casos donde zoques han dado positivo al Covid-19 y lamentablemente se registró un suicidio. La llegada del virus a la localidad se atribuye al regreso de los migrantes zoques. Muchos de ellos regresaron de Monterrey, Cancún y Playa del Carmen. En eso lugares los zoques fueron despedidos de sus empleos y optaron por regresar a sus hogares. ¿A dónde más podrían ir? En ningún momento se desplegó un mecanismo para poner en cuarentena a los retornados. Los zoques que trabajan en la recolección de basura en la ciudad de Boston no han dejado de laborar. Todos los días a las 6 de la 29
mañana comienzan a transitar las calles de la gran urbe; el miedo a contraer el virus es real. A su vez, en Guadalajara, Jalisco, las cosas no pintan de mejor manera. Todos los días las familias zoques enfrentan el desafío de salir a trabajar o quedarse sin empleo, muy pocas personas se han podido quedar en casa, además, el precio de las cosas se comienza a acrecentar. Cada día, la prensa nacional e internacional informa de la realidad que viven los indígenas de la montaña de Guerrero que migraron a Nueva York. La crisis de salud lleva a los pueblos a caer en cuenta que el proyecto civilizatorio occidental generó un sistema de salud basado en el horizonte de la ganancia. Hoy la razón moderna puede construir misiles con un costo elevado de dinero pero, al mismo tiempo, no puede construir los dispositivos de salud que sean de acceso universal. Por ahora, la realidad es que el sistema capitalista y sus instituciones –salud, educación, justicia y trabajo, por mencionar unos ejemplos– se encuentran envueltos en un trance mucho mayor, representado por la crisis civilizatoria. Para el pueblo zoque es el tiempo de mirar hacia adentro y articular los diversos asentamientos que conforman su diáspora, no quedarnos inmovilizados, ya que es necesario construir –junto a las personas del campo y la ciudad– una salud autónoma e intercultural basada en la vida y en el intercambio de saberes desde diferentes epistemologías que atiendan la salud. La tarea no es sencilla. Para ello, es necesario asumir la factura. Como bien lo señaló el sub Galeano en agosto de 2019. “La naturaleza es una pared elástica que multiplica la velocidad de las piedras que le arrojamos. La muerte no regresa en la misma proporción, sino potenciada. Hay una guerra entre el sistema y la naturaleza. Esa confrontación no admite matices ni cobardías. O se está con el sistema o con la naturaleza. O con la muerte, o con la vida” https:// enlacezapatista.ezln.org.mx/ 2019/08/15/sonata-para-violin-en -sol-menor-dinero/ * Zoque de Chapultenango, Chiapas. Historiador, antropólogo e integrante del Centro de Lengua y Cultura Zoque 30
¡Alto a la criminalización del movimiento social! Gilberto López y Rivas - La Jornada - 13 de noviembre de 2020
La criminalización de la lucha social por aparatos judiciales del Estado capitalista ha sido una constante en México. A través de este recurso “legal”, hombres y mujeres que resisten la recolonización de sus territorios por corporaciones que incluyen el crimen organizado, son encarcelados por delitos comunes, sometidos a juicios prolongados en los que no se respeta el debido proceso, la presunción de inocencia, se presentan víctimas y testigos a modo, y se neutraliza, por esta vía, toda expresión organizativa de protesta comunitaria y popular. El reciente caso de detención e ingreso a prisión preventiva de la abogada indígena Kenia Inés Hernández Montalván es un ejemplo paradigmático del uso del Poder Judicial para impedir el libre ejercicio de los derechos a la libre manifestación de las resistencias, especialmente cuando se cierran los canales de comunicación con los tres niveles de gobierno. Originaria de la región de Ometepec y Xochistlahuaca, Costa Chica de Guerrero, Kenia Inés es hablante de amuzgo, madre soltera de dos niños, de siete y cuatro años de edad, egresada de Derecho de la Universidad Loyola del Pacífico, en Acapulco, Guerrero, e integrante, desde estudiante, de colectivos solidarios con el movimiento social local y nacional. En 2017 y 2018 participó activamente en la Casa de Justicia de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) en Cochopa, municipio de Ometepec, como consejera de derechos humanos, apoyando la impartición de justicia y promoviendo la unidad de las distintas Casas de Justicia de la CRAC-PC, dispersas después del conflicto interno originado, desde 2013, por la intromisión directa del gobierno estatal. En este contexto de confrontación inducida desde el poder tuvo que retirarse de ese cargo, pasando, a integrarse, entre 2018 y 2019, a la reorganización del Comité de Enlace de la CRAC-PC, en los Bienes Comunales de Cacahuatepec, municipio de Acapulco, que había sido severamente reprimido por el gobierno estatal en enero de 2018, cuando fueron asesinados cinco policías comunitarios y encarcelados más de 30 campesinos, integrantes de la CRAC-PC, incluido el vocero, Marco Antonio Suástegui. 31
A finales de 2018, la abogada Hernández Montalván, junto con representantes de diversas organizaciones, fundan el Movimiento por la Libertad de los Presos Políticos en el Estado de Guerrero (Molppeg), que luego de realizar distintas acciones de protesta, y conjuntamente con la labor jurídica de abogados de Tlachinollan, logran la libertad de todos los presos en el penal de Acapulco. Con esta articulación unitaria de organizaciones de La Montaña y la Costa Chica, la abogada participa en el proceso de reconocimiento constitucional de los derechos y la cultura de los pueblos indígenas y afromexicanos en Guerrero. Desde el Molppeg, participa en la lucha por la justicia para Arnulfo Cerón Soriano, integrante del Frente Popular de la Montaña y del Molppeg, desaparecido y asesinado en octubre de 2019, en Tlapa, Guerrero. Esta activista, de 30 años, con jóvenes de la Costa Chica, fundan el colectivo Zapata Vive, a mediados de 2018, promoviendo proyectos de asistencia social y ecología, así como de solidaridad con otras organizaciones y movimientos sociales. Reconocida por sus pares de lucha en su calidad de abogada indígena logra la sentencia condenatoria del feminicida de Silvia de Jesús, asesinada en Xochistlahuaca. En septiembre de 2019 es forzada a salir de Guerrero, al recibir amenazas de muerte por su labor incansable en la denuncia de abusos e injusticias, solicitando el apoyo del mecanismo de protección a defensores de derechos humanos, el cual le otorga refugio en la Ciudad de México, donde participa en diversos esfuerzos unitarios del movimiento social y por la defensa de presos políticos. Se integró al Segundo Encuentro de Víctimas de Graves Violaciones a los Derechos Humanos, llevando a cabo tareas de apoyo, y al Comité Internacional de Solidaridad y por la Libertad de los Presos Políticos. El pasado 6 de junio, Kenia es detenida por la policía mexiquense, acusada de robo, y puesta en libertad a los pocos días, continuando con sus actividades de defensa de los derechos humanos, y sumando a sus tareas la defensa legal de sus excompañeras, injustamente encarceladas, logrando la libertad de algunas. El 18 de octubre, 32
de nueva cuenta, es detenida con violencia cerca de la caseta de Amozoc, en la autopista México-Puebla, por policías ministeriales y estatales del Edomex, sin mostrar orden de aprehensión, recluida en el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez, y trasladada, posteriormente, al Reclusorio Federal, en Coatlán del Río, Morelos. ¡Libertad a Kenia Inés y cese a la criminalización del movimiento social!
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Recopilatorio Caminos de la autonomĂa Bajo la tormenta 18 de noviembre 2020