El Eafitense | Edición número 118 | 2020-1

Page 1

118

Edición número | 2020-1 M e d e l l í n

C o l o m b i a

S u r a m é r i c a

ISSN 0124-3624

EAFIT, 60 años

de Transformación ConCiencia


RECTOR VICERRECTORA ADMINISTRATIVA Y DE PROYECCIÓN SOCIAL VICERRECTORA DE APRENDIZAJE VICERRECTOR DE DESCUBRIMIENTO Y CREACIÓN SECRETARIA GENERAL COMITÉ EDITORIAL

COLABORADORES

DIRECCIÓN EDICIÓN DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

Juan Luis Mejía Arango

Campus principal Universidad EAFIT Carrera 49 7 Sur-50

Paula Andrea Arango Gutiérrez

Teléfono: (57) (4) 2619500 Ext. 9820 Medellín, Colombia

Claudia María Zea Restrepo EAFIT Llanogrande Mauricio Perfetti Del Corral Maritza Alzate Buitrago Juan Luis Mejía Arango Adolfo Eslava Gómez Alejandro Gómez Valencia Ana Silvia Gallo Vélez Catalina Suárez Restrepo Jairo Andres Campuzano Hoyos Juan Carlos Luján Sáenz Luis Fernando Patiño Santa Mauricio Perfetti Del Corral

Kilómetro 3.5 Vía Don Diego-Rionegro Teléfono: (57) (4) 2619562

EAFIT Pereira Carrera 19 12-70 Megacentro Pinares de San Martín Teléfono: (57) (6) 3214115

Alejandro Gómez Valencia Adriana Cooper Amparo Restrepo Beatriz Mesa Mejía Jonathan Montoya Correa Juan Camilo Montoya Echavarría Juliana Henao Gutiérrez Karen Osorno Varela Mario Duque Cardozo Margarita Zuluaga Esquivel Paola Andrea Cardona Tobón Santiago Higuita Posada Sebastián Aguirre Eastman

EAFIT Bogotá

Departamento de Comunicación

comunicaciones@eafit.edu.co

Área de Información y Prensa Juan Carlos Luján Sáenz

Carrera 21 # 87-85 Teléfono: (571) 6114618 ext. 9089, 9041, 9197 y 9048

www.eafit.edu.co

COMENTARIOS

ISSN 0124-3624

Área de Comunicación Creativa César Franco Restrepo

FOTO PORTADA

Róbinson Henao Cañón

FOTOGRAFÍAS

Róbinson Henao Cañón No 118, 2020-1

MISIÓN Las opiniones expresadas en este medio de comunicación son responsabilidad de sus autores y no corresponden a una posición institucional de la Universidad EAFIT. Vigilada Mineducación

Contribuimos al desarrollo sostenible de la humanidad mediante la oferta de programas que estimulen el aprendizaje a lo largo de la vida, promuevan el descubrimiento y la creación y propicien la interacción con el entorno, dentro de un espíritu de integridad, excelencia, pluralismo e inclusión.


Foto: Rรณbinson Henao


Contenido | Secciones Academia

5

¡Acá está EAFIT!

Cultura

7

“Debemos continuar irradiando carácter, formación y personalidad a la sociedad”

23

EAFIT, 60 años de expansión de su ADN

41

EAFIT: para todos, para siempre

59

¡Descubrimiento y creación para transformar el mundo!

29

EAFIT, de escuela a universidad

47

Profes: compañeros de ruta

67

Conocimiento, innovación, tecnología y proyección para mejorar el entorno

Especial 60 años

15

Un brochazo de recuerdos y memoria con una pizca de visión de futuro

35

“El árbol se reconoce por los frutos que da”

53

La alta calidad en EAFIT: mejoramiento continuo y búsqueda permanente de la excelencia

73

EAFIT y su conversación permanente con el mundo


79

Un lugar incluyente

97

Un edificio que da cuenta de la Transformación ConCiencia

115

Innovación urbana, un desafío para las ciudades del sur global

85

De la Pizarra al aprendizaje activo: 60 años de transformaciones educativas en EAFIT

103

Una Universidad para permanecer

118

Tablero de Noticias

91

Infraestructura física y tecnológica: los potenciales de EAFIT en sus 60 años

109

“Cuantas más influencias tenga uno, más original puede ser lo que escriba”



EDITORIAL

¡Acá está EAFIT! Juan Luis Mejía Arango Rector

C

uando retornamos de las vacaciones de diciembre de 2019, 2020 se vislumbraba como un año lleno de desafíos de cara al comienzo de la tercera década de un siglo que ya de por sí nos retaba como humanidad a transformarnos a un ritmo vertiginoso. Planes e iniciativas de diversa índole hacían parte de proyectos personales y laborales, y EAFIT saludaba este esperanzador 2020 con dos grandes propósitos: celebrar las seis décadas de vida institucional y embarcarse en el segundo año del Itinerario EAFIT 2030, la hoja de ruta de la Universidad ante los retos de la cuarta revolución industrial. Dos meses después el escenario empezaría a modificarse: el 18 de marzo se anunciaba la decisión de ofrecer de manera remota los servicios del campus eafitense y días antes se había determinado la virtualización de los programas de pregrado y posgrado como medida de prevención ante la emergencia sanitaria que apenas comenzaba en Colombia. Un minúsculo organismo vulneraba las defensas de un mundo que se sumergía en la incertidumbre, que ponía a prueba el carácter de gobiernos e instituciones, y que provocaba en la educación un huracán de dimensiones enormes que exigió respuestas inmediatas. Y como lo ha hecho en sus 60 años de historia, la Universidad asumió esta crisis

Foto: Róbinson Henao

con un despliegue de humanismo, innovación y tecnología, lo que involucró la unión y el compromiso de cada uno de sus estamentos, y un acompañamiento pleno a estudiantes, profesores y empleados. También, en estos 12 lustros de existencia, que empezaron en 1960, EAFIT ha dispuesto de toda su ciencia e investigación para beneficio del desarrollo de su entorno y para la construcción de región y de país, y con el advenimiento de esta contingencia, la apuesta fue la misma: disponer del saber y del conocimiento de investigadores para ofrecerle soluciones a la sociedad. A su vez, y para darle continuidad a la vida universitaria, docentes y estudiantes se capacitaron durante una semana, a mediados de marzo, para pasar de la presencialidad a la virtualidad y continuar el desarrollo del semestre 2020-1, lo que podría llamarse la primera de las reinvenciones. Meses después, en el último semestre del año, llegó la segunda reinvención con el inicio de la modalidad de alternancia, que ha incluido clases y actividades virtuales y presenciales mediadas por una tecnología de vanguardia, el respaldo de un cuerpo profesoral de excelencia y la garantía del cumplimiento de los objetivos de aprendizaje. Irradiar conocimiento a su comunidad ha sido otro de los compromisos emprendidos por una Institución que junto a un grupo de aliados ha contribuido a la lucha contra el UNIVERSIDAD EAFIT

5


covid-19 con membranas, software, modelados matemáticos, plataformas virtuales, videolaringoscopios, monitores, análisis e investigaciones, entre otras creaciones, que no solo posibilitan la preservación de la salud y de la vida de una buena parte de la población, sino que aportan a la reactivación de los diversos sectores con estudios rigurosos alrededor de temas económicos, sociales y políticos puestos a disposición no solo de entidades públicas sino de organizaciones de carácter privado. En una frase, aquello que ha caracterizado a EAFIT en seis décadas se puso a prueba en este 2020, en un acompañamiento humano que habla, además, de equipos portátiles enviados a estudiantes a lugares como el Pacífico y la Costa Atlántica, auxilios para garantizar la conectividad de los alumnos desde sus hogares, apoyos en salud integral y en temas académicos, facilidades en matrículas, y la creación del Fondo de Solidaridad 60 años EAFIT que benefició a cerca de 1150 estudiantes para este 2020-2 con la entrega de hasta tres millones de pesos a cada uno para la continuidad de sus estudios. La pandemia ha significado el despliegue de estrategias y de experiencias que como las mencionadas hoy llenan de orgullo a la Universidad versión 2020, y que de igual forma sirven —teniendo en cuenta el año de esta crisis sanitaria y los profundos cambios que le acarreará a la sociedad— para encontrarle mucho más sentido al momento acontecido el 4 de mayo de 1960 cuando los 18 fundadores de la entonces Escuela de Administración y Finanzas (EAF), origen de EAFIT, firmaron el acta que en la actualidad permite que se siga escribiendo esta historia. Son entonces 60 años de la osadía de este grupo de visionarios que continúa inspirando a las nuevas generaciones, y cuya memoria y legado no se pasaron por alto pese a las circunstancias vividas. Por eso, el 4 de mayo de este año y desde la virtualidad, EAFIT conmemoró su fecha clásica con la convicción de que por muy adversa que sea una época es deber de las grandes instituciones mantenerse firmes y darle a su entorno un mensaje de confianza 6

y esperanza que invite a no desfallecer y a entregar su máximo esfuerzo. Ese día se le rindió un homenaje al grupo de empresarios que en una oficina del centro de Medellín firmó el documento de fundación 12 lustros atrás, se contó con el testimonio del primer profesor que ofreció una clase aquel mismo año (1960) y hubo una nueva declaración de principios con la mirada puesta en el infinito que señala el futuro eafitense. También, estudiantes, profesores, egresados, empleados y aliados tuvieron la ocasión de enviar un saludo de aniversario a su Universidad. Y como testimonio del camino recorrido en estos 60 años, en esta edición de nuestra revista institucional buscamos rastrear en detalle a esa EAFIT que década a década ha evolucionado sin perder su ADN y que involucra, entre otras temáticas, su paso de escuela a universidad, la transición de un modelo de enseñanza a uno de aprendizaje, la consolidación de una universidad de docencia con investigación, la formación de sus docentes, su proceso de internacionalización y de presencia en otros lugares del país, la transferencia de conocimiento, el ser de alta calidad, el crecimiento de su infraestructura y la transformación de un campus que en los últimos 15 años se convirtió en esa universidad parque llena de vida donde cabe todo tipo de manifestaciones. Seguramente serán muchos los libros y los análisis que este 2020 dejará a la humanidad. No se trata de un año cualquiera sino de uno que aceleró cambios que impactarán el futuro de sociedades y personas. A EAFIT le deja decenas de aprendizajes y por siempre, en su memoria, se recordará que el año del aniversario 60 se vivió en un escenario remoto. También, como institución de educación comprometida con el desarrollo sostenible, creemos que esta contingencia sirvió para entender la trascendencia de la universidad en toda su dimensión como portadora de ciencia, investigación y formación de profesionales necesarios para la preservación de nuestra especie. Ojalá así lo tengan claro quienes toman las decisiones, los mismos que pueden contar con EAFIT, que ante uno de los grandes retos de la historia una vez más dijo “presente”.


Especial EAFIT

“Debemos continuar irradiando carácter, formación y personalidad a la sociedad” José Alberto Vélez Cadavid, presidente del Consejo Superior de EAFIT. Foto: Róbinson Henao UNIVERSIDAD EAFIT

7


Las palabras de José Alberto Vélez Cadavid, presidente del Consejo Superior de la Universidad, tienen una conexión con la realidad que afronta la educación y que la Institución ha sabido leer gracias al Itinerario EAFIT 2030, la hoja de ruta para avanzar hacia los grandes desafíos que plantea el entorno. En esta conversación, el representante del máximo estamento de EAFIT analiza el pasado, el presente y el futuro de una Universidad que, en seis décadas, ha sabido transformarse sin renunciar al legado de sus fundadores, y que en esta contingencia del covid-19 ha respondido a la sociedad con ciencia y humanismo. Juan Carlos Luján Sáenz

Coordinador del Área de Información y Prensa de EAFIT

E

s inevitable imaginarse la manera como aquellos 18 hombres de empresa se citaron aquel lejano miércoles de 1960 en las oficinas de la Asociación Nacional de Industriales, en el séptimo piso del Edificio Grancolombia, en el centro de esa Medellín industrial que experimentaba un crecimiento inusitado en varios frentes. Con los Estatutos de la Fundación, diligenciados en máquina de escribir el 4 de mayo de ese año a las 4:30 de la tarde, comenzaba, por cuenta de este grupo de visionarios, la historia de lo que se lee entre comillas, en un papel ya amarillo, como Escuela de Administración y Finanzas. Seis décadas exactas después, el escenario no era ninguna oficina. Eran las pantallas de los computadores o de los celulares de casi tres mil cibernautas, quienes cerca de las 5:00 de la tarde de otro 4 de mayo, en esta ocasión de 2020, se conectaban a una

8


Especial EAFIT El actual presidente del Consejo Superior de EAFIT destaca el compromiso y la audacia con que la Universidad ha afrontado la situación por cuenta de la pandemia del covid-19. Foto: Róbinson Henao

"Porque se quiere que la U no solo sea un centro donde el estudiante va a adquirir unos conocimientos simple y llanamente, sino que EAFIT irradie en su carácter, formación y personalidad, esos valores fundamentales de la sociedad".

atípica conmemoración virtual: la de los 60 años de la evolución de aquella Escuela de Administración y Finanzas que hoy lleva por nombre Universidad EAFIT. Y es un empresario, un hombre que durante más de tres décadas estuvo vinculado a dos de las organizaciones más pujantes del país, quien presidió junto al rector Juan Luis Mejía Arango —el reciente 4 de mayo— el acto en el que los eafitenses renovaron los Principios fundacionales de una Institución que ya no se escribe en máquina de escribir sino en el infinito que señala su futuro. José Alberto Vélez Cadavid, presidente del Consejo Superior de la Institución, analiza en esta conversación la Universidad que en el presente se siente orgullosa de su pasado, pero con la mirada puesta en el futuro. Así observa a EAFIT en la conmemoración de sus 60 años.

La Universidad y su huella indeleble en la historia ¿Qué constantes destaca de EAFIT en estos 60 años de historia? La Universidad ha evolucionado de manera profunda en conocimiento, relación con las ideas, ciencia y tecnología. La Institución se transformó en universidad, realmente, con la rectoría de Juan Felipe Gaviria. Ahí dejó de ser solamente un centro para estudiar administración, economía e ingeniería, e inició una vida más universal. Me parece que esa rectoría

UNIVERSIDAD EAFIT

9


do nuevos programas de pregrado y posgrado, destacándose el pregrado en Ingeniería Agronómica tan relevante para el país en estos momentos. En este periodo, la Universidad pasa de tener solo docencia y academia para iniciar con la investigación, por lo que se vuelve una universidad con una profunda base investigativa.

"En sí, el Consejo Superior es el garante de la sostenibilidad, del funcionamiento y de la permanencia de la Universidad". Por eso en la conmemoración de los sesenta años quisimos volver a esos Principios Rectores y renovarlos, y que quienes de alguna manera estamos vinculados a EAFIT pudiéramos renovar los Principios que trazaron los fundadores y que se han mantenido. Porque se quiere que la U no solo sea un centro donde el estudiante va a adquirir unos conocimientos simple y llanamente, sino que EAFIT irradie en su carácter, formación y personalidad, esos valores fundamentales de la sociedad, como son la integridad, el acompañamiento, la solidaridad, la sostenibilidad y la responsabilidad, entre otros. Todos estos elementos están a lo largo de los sesenta años de EAFIT como una marca indeleble. Foto: Róbinson Henao

marca un punto de inflexión importante. No quiero con eso menospreciar lo que hicieron las otras rectorías durante los primeros años, porque durante toda su existencia EAFIT ha mantenido unos principios. EAFIT se vuelve más humanista con el doctor Juan Felipe, se crea la Escuela de Humanidades, llega el pregrado en Música y la Orquesta Sinfónica, y se fortalecen las áreas existentes, además que comienza la Escuela de Derecho. Posteriormente, con la rectoría de Juan Luis Mejía se trabajan unos nuevos temas, como por ejemplo el fortalecimiento del área de la economía con el surgimiento de la Escuela de Economía y Finanzas; y la ciencia con la creación de la Escuela de Ciencias. Durante esta Rectoría se han crea10

EAFIT ha tenido una gran capacidad relacional en estos 60 años, gracias también a la relevancia de su Consejo Superior. ¿Qué tan importante ha sido ese relacionamiento, y cómo ha contribuido a su consolidación y transformación? Un elemento muy importante es la estructura de direccionamiento de la Universidad, que tiene sus consejos Superior, Directivo y Académico. El Consejo Superior ha tenido, por muchos motivos, una transformación de sus integrantes, pero también otra que se dio hace 10 años, más o menos, consistió en darse un gobierno corporativo moderno y adecuado a las situaciones actuales, y se tomó la decisión, como máximo organismo de la Universidad, de que sus miembros estarían allí por unos periodos determinados. Ese periodo se estableció en cinco años, con


la posibilidad de volver a renovarlo por otros cinco años continuos. Hasta antes de esa decisión, ingresaban y eran vitalicios o hasta que la persona quisiera retirarse. Igualmente se puso una edad de retiro. Estos son dos elementos le dan formalidad y compromiso al Consejo. Pero algo más importante es que el Consejo Superior ha sido integrado por cooptación. Es decir, los mismos consejeros son los que presentan a los nuevos integrantes y eso tiene un profundo significado. En sí, el Consejo Superior es el garante de la sostenibilidad, del funcionamiento y de la permanencia de la Universidad. En Colombia existen universidades públicas y privadas, y en el caso de las privadas hay muchos tipos, pero hay muy pocas donde el verdadero dueño es la sociedad y una de esas es EAFIT. Los activos de EAFIT son de la sociedad de Medellín, Antioquia y Colombia, y lo que hace el Consejo Superior es garantizar la continuidad de la Universidad para que crezca y avance en el tiempo. Por lo tanto, los rendimientos financieros de la Universidad se destinan a mejorar su patrimonio. No hay reparto de dividendos para nadie. El dinero de la Universidad es para crecer la Universidad misma, para dotarla mejor y para tener una mejor docencia y hacer posible una mayor investigación. Y quienes hacemos parte del Consejo Superior no representamos empresas o entidades, representamos a la sociedad. Y eso es un elemento clave y que hace de EAFIT una universidad distinta a muchas otras. La U ha tenido la fortuna de contar con hombres visionarios todos estos años y por eso en su conmemoración uno de los énfasis ha sido la gratitud. Para usted, ¿quiénes son algunos de esos líderes que han dejado huella y le han permitido a la Institución seguir transformándose? Señalar nombres es difícil. Sin embargo, quisiera destacar el aporte de los dos miembros

fundadores: Jorge Iván Rodríguez y Juan Rafael Cárdenas, quienes desde la fundación de la Universidad han hecho parte del Consejo Superior aportando su inteligencia y su conocimiento. Para ellos dos mi mayor reconocimiento. Así mismo, por el Consejo Superior han pasado hombres tan importantes como Nicanor Restrepo Santamaría o Álvaro Uribe Moreno, quienes fallecieron siendo presidentes del máximo organismo y estuvieron muchos años como integrantes, además que entregaron muchísimo a la Universidad en lo que es su esencia, valores, cambios y modernización. Siento que cada uno de los rectores contribuyó, en su momento y en su tiempo, con el crecimiento de la Universidad. No obstante, destaco especialmente las rectorías de Juan Felipe Gaviria y Juan Luis Mejía.

La Universidad del presente

El Rector constantemente destaca que es una convicción del Consejo Superior afirmar que “estamos para servir a la educación y no para servirnos de ella”. ¿Qué podemos decirles a los grupos de interés acerca de esta convicción y esta cómo orienta las decisiones que se toman en el máximo estamento de la Institución? Por el hecho de que los integrantes del Consejo Superior no representamos a ninguna entidad, empresa o gremio, sino que representamos de manera integral a la sociedad como tal, y en ese orden de ideas sesionamos cada mes conscientes de que hacemos un trabajo, precisamente, por la sociedad a la que nos debemos. Otro aspecto es que ninguno de los consejeros tiene conflicto de interés, y eso es sumamente importante y parte de los principios de la misma Universidad. En esto diría que EAFIT es un modelo: el carné empresarial o la tarjeta de presentación se deja en la puerta, y cada uno entra a sesioUNIVERSIDAD EAFIT

11

Especial EAFIT

"El carné empresarial o la tarjeta de presentación se deja en la puerta, y cada uno entra a sesionar, a deliberar y a trabajar por el bien de la Universidad".


"EAFIT lo ha tenido claro desde hace mucho tiempo y es que forma a personas, independientemente de los conocimientos del programa que estudien. Ante todo, son seres humanos que le sirven a la sociedad".

nar, a deliberar y a trabajar por el bien de la Universidad sin pensar en temas o intereses particulares. En esta conmemoración y en esta contingencia que vivimos también hemos ratificado la importancia de la Universidad como una institución que debe irradiar esperanza y confianza. ¿Debemos seguir avanzando en este camino? Sí, la Universidad se ha destacado en esta contingencia. Esto nos llegó sin que nadie lo esperara o vislumbrara, no estaba en el radar de economistas, filósofos o humanistas, y EAFIT actuó de una manera diligente y juiciosa. En muy corto plazo (una semana), se preparó para ofrecer casi todas las materias, en todos los programas, de manera virtual. Eso es increíble: motivar a los profesores y a los estudiantes a que se adaptaran a esta metodología tuvo una gran respuesta. Se han podido desarrollar materias en todos los programas. A su vez, la Universidad ha apoyado a estudiantes que no tuvieron facilidades para conectarse virtualmente a través de tecnología. En ese sentido, les puso a disposición computadores. Tengo el ejemplo de una estudiante de Ingeniería Agronómica, de la primera cohorte. Ella y su familia viven en Samaniego (Nariño), en una casa rural, donde no hay internet, y todos los días va a algún sitio del pueblo para que por WhatsApp o celular pueda recibir la información, trabajarla solita en su casa y enviar su trabajo. La Universidad está facilitando a todos los estudiantes una manera de poder continuar con su programa. En segundo lugar, ha sido muy cuidadosa con el tema sanitario, pues ha diseñado protocolos para el campus y para que la gente trabaje desde sus casas. Y, en tercer lugar, la Universidad le ha propuesto a los gobiernos local y departamental, y también nacional, una serie de temas fundamentales. Con 12

las escuelas, por ejemplo, ha estado trabajando intensamente en esos aspectos. Así, la Universidad ha sido responsable con los profesores, los estudiantes, los empleados administrativos y con toda la comunidad que la rodea. ¿Desde su punto de vista y su perspectiva, cómo considera que EAFIT entiende la educación a partir, por ejemplo, de lo que declara nuestra Visión? EAFIT lo ha tenido claro desde hace mucho tiempo y es que forma a personas, independientemente de los conocimientos del programa que estudien. Ante todo, son seres humanos que le sirven a la sociedad, y que actúan de manera coherente, transparente, íntegra y responsable para que ayuden a construir sociedad. Ese es el punto fundamental. EAFIT tiene ahora un reto muy grande y es el de ser la Universidad para todas las generaciones. Es imaginarnos que en el día de mañana las personas van a terminar un pregrado a una edad joven, pero que van a necesitar actualizarse y tener conocimiento a lo largo de la vida, y para eso van a tener que volver a la Universidad. Y ese regreso hay que facilitárselo. Cuando se es estudiante algunos no trabajan, hay beca o apoyo familiar, pero cuando termina su primer ciclo, la persona sale a trabajar y si quiere actualizarse hay que ayudarle con esas facilidades y hacer que las mismas empresas e instituciones sean conscientes de que deben tener a sus empleados en permanente actualización. La U va a tener que entrar en contacto con esas organizaciones empresariales para que estas entiendan lo importante que es contar con gente capacitada y formada con conocimiento de frontera. Cuando hice mi carrera en los setenta, la gente decía: “terminé de estudiar y con esto me defiendo en la vida”. Hoy eso es imposible, porque los cambios de tecnología y de cono-


Especial EAFIT El Consejo Superior de EAFIT en pleno. Foto: Róbinson Henao

Ana Cristina Abad Restrepo, nueva integrante del Consejo Superior de EAFIT

Cecilia María Vélez White, nueva integrante del Consejo Superior de EAFIT

cimiento se suceden de una manera rápida y lo que uno aprende hoy, dentro de cinco años está obsoleto, y ahí es donde la Universidad tiene que jugar un papel muy importante, de formación y de conocimiento permanente. El reto es estructurar programas para toda la vida que les permita a los profesionales estar actualizados en pregrado y posgrado.

Lina Mejía Correa, nueva integrante del Consejo Superior de EAFIT

La Universidad en clave de futuro

Desde su mirada como Presidente del Consejo Superior y representante del máximo órgano de la Institución, ¿cómo visualiza a esa EAFIT del futuro y qué transformaciones considera que se darán? En los pregrados vamos a tener que reducir un poco los tiempos. Para algunas personas UNIVERSIDAD EAFIT

13


cinco años son mucho antes de empezar a trabajar, si estamos pensando en una universidad para toda la vida. En esta época, el profesional debe prepararse adquiriendo nuevos conocimientos cuando cambia de trabajo, de actividad o de quehacer, o cuando aparecen nuevas tecnologías, modelos o tendencias, y en EAFIT encontrarán la posibilidad de formarse en ese tema específico. Eso es lo que tiene que entender la Institución, que esas van a ser las demandas y abrir la posibilidad para que estas personas puedan hacerlo, no como extensión, sino que compartan la clase con estudiantes de posgrado, que se les entregue un certificado de que cumplieron con eficiencia cierto número de horas en un tema. ¿En qué considera que debe seguir avanzando EAFIT para cumplir su visión de ser una universidad para todas las generaciones? En la virtualidad, por ejemplo. Hoy en día la Universidad puede conectarse con uno de los grandes pensadores y académicos del mundo, y tener una conferencia de una hora, sin ningún problema y a un costo menor. Lo segundo es que tenemos que pensar en hacer alianzas con universidades internacionales y nacionales en temas donde podamos sumar entre los dos. En ese sentido, hay una alianza con el TEC de Monterrey (México), una institución muy importante. A eso me refiero: alianzas con universidades como CES en temas de salud —no solo medicina—, sino en gerencia hospitalaria, insumos médicos, equipos de laboratorio o respiradores artificiales en este momento de la pandemia por covid-19. Son asuntos que tienen que ver más con la ingeniería biomédica y las ciencias. Tenemos un campo muy amplio y unas oportunidades enormes para trabajar con otros. También se puede hacer con entidades o con instituciones. La Escuela de Economía y Finanzas, por ejemplo, puede trabajar más cercanamente con Fedesarrollo u otros. En fin, hay mucho por hacer, y debemos abrir las puertas y ver qué podemos lograr por el bien de la sociedad y la humanidad.

14

Finalmente, en un ámbito más personal, ¿cómo llegó a la Universidad y cómo fue ese primer acercamiento para ser hoy el Presidente de nuestro Consejo Superior?, ¿cómo han sido estos años en los que ha acompañado la evolución de EAFIT? Al regresar a Colombia después de mis estudios de maestría en la Universidad de California (Estados Unidos) fui profesor de tiempo completo en la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia durante cuatro años, y eso influyó mucho en mi interés por el medio académico universitario. Durante esa época me invitaron por un semestre a la Universidad EAFIT como profesor de cátedra, y ese fue mi primer contacto con esta maravillosa Institución. Posteriormente, estuve vinculado al Grupo Sura a lo largo de 20 años y al Grupo Argos durante 13 años, y en esas más de tres décadas tuve mucho contacto con el mundo académico internacional en programas académicos cortos. Estando en Argos, por generosidad de los integrantes del Consejo Superior de ese entonces, me invitaron a hacer parte del máximo estamento de la Universidad. A los dos años de haber ingresado al Consejo, se dio la discusión del gobierno corporativo y se adoptaron los cambios mencionados anteriormente. Cuando el doctor Nicanor Restrepo fallece siendo presidente del Consejo lo reemplaza el doctor Álvaro Uribe Moreno y me nombran vicepresidente. Al fallecer el doctor Uribe Moreno paso a ser presidente del Consejo. He tratado de prestar el mejor servicio con dedicación y entrega a la Universidad. EAFIT tiene una nómina ejemplar de consejeros, de diferentes experiencias, conocimientos y saberes. No todos son empresarios, pues también hay de sectores como el cultural, el académico y el social. También, de sus 18 integrantes, hay 7 mujeres, muy calificadas y que le aportan muchísimo a la Universidad. Espero cumplir hasta el final del periodo y el día que me retire lo haré con la enorme satisfacción de haber trabajado en una Universidad maravillosa y que le da lo mejor de ella a la sociedad.


Especial EAFIT

Un brochazo de recuerdos y memoria con una pizca de visión de futuro

Apartes de la ceremonia virtual del 4 de mayo de este año, con la que EAFIT conmemoró 60 años de fundación. En la imagen, dos de los fundadores junto al Rector y al Presidente del Consejo Superior. Foto: Róbinson Henao

UNIVERSIDAD EAFIT

15


Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez y Jorge Iván Rodríguez Castaño, los dos fundadores activos que integran el Consejo Superior de EAFIT, aprovechan el aniversario número 60 para hacer un repaso por esas seis décadas de trayectoria. Desde las reuniones en las oficinas de Andi e Incolda a finales de los cincuenta, hasta la apuesta decidida por las nuevas tecnologías de la cuarta revolución industrial, estos dos pioneros comparten sus sentimientos sobre una Institución que nació con la vocación de servir a la sociedad. Jonathan Montoya Correa

Periodista del Área de Información y Prensa de EAFIT

A

l comparar una fotografía de la Medellín de hace 60 años con la ciudad actual la transformación es evidente. El crecimiento en extensión, la infraestructura física, los medios de transporte, la geografía de sus laderas, el número de habitantes y otra serie de cambios son muestra de una metrópoli que ha sabido moverse, adaptarse y evolucionar en el tiempo.

Por su trayectoria de 60 años de crecimiento, logros y nuevos desafíos, se puede decir que la historia de EAFIT está íntimamente ligada a la de la ciudad en la que se encuentra inserta. Su origen mismo fue el resultado de los esfuerzos de un grupo de 18 visionarios. La consolidación de la industria y de sus gremios empresariales, el posicionamiento de un ecosistema de emprendimiento apalancado por diversas entidades, y el vínculo -cada vez más cercano- entre academia y sector real dan cuenta, también, de un crecimiento a pasos agigantados, y de una 16

apuesta sólida y decidida por el desarrollo sostenible del país. Y eso no significa que hace 60 años no existieran empresas en Medellín. Al contrario, con una población de 500.000 mil habitantes y una vocación empresarial orientada hacia el campo textil, la manufactura y la transformación de materias primas, la ciudad-región ya comenzaba a dar pistas del centro económico e industrial en el que se convertiría en el futuro. La única diferencia es que, en ese momento, hace seis décadas, no se contaba con una institución para formar a los administradores que saldrían a liderar dichas empresas. Justamente por ese motivo, y por su trayectoria de 60 años de crecimiento, logros y nuevos desafíos, se puede decir que la historia de EAFIT está íntimamente ligada a la de la ciudad en la que se encuentra inserta. Su origen mismo fue el resultado de los esfuerzos de un grupo de 18 visionarios que, a finales de la década de 1950, se propusieron llenar ese vacío en la educación y entregarle a la ciudad su primera escuela de administración, en este caso la naciente Escuela de Administración y Finanzas (EAF). Dos de los empresarios que participaron en ese proceso de creación, Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez y Jorge Iván Rodríguez Castaño


aprovechan esta conversación para realizar lo que ellos denominan “un brochazo de recuerdos y memoria” a esos antecedentes que llevaron a la constitución de la Universidad, a sus inicios como la primera escuela de administración de la región, y a la apuesta de Institución con la que se sueñan en el futuro, una que siga portando el legado de sus fundadores, pero que fije la mirada en un horizonte aún más retador y lleno de desafíos.

De una reunión de empresarios a un proyecto educativo vital, maduro y con futuro

Jorge Iván Rodríguez Castaño, uno de los visionarios que le dio vida a EAFIT hace seis décadas. Foto: Róbinson Henao

A finales de la década de 1950, Medellín comenzaba a vivir un nuevo auge industrial gracias al programa de sustitución de importaciones promovido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), con el objetivo de reactivar la economía latinoamericana después de la Segunda Guerra Mundial. Atrás habían quedado los años de la primera bonanza cafetera (en la década de 1920), que habían sentado las bases de la entrada del país al siglo de la industrialización. Lo que se vivía en ese momento, según Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez, era una nueva visión de desarrollo impulsada por las empresas más representativas de la región, como Coltejer, Coltabaco y Locería Colombiana (hoy organización Corona), entre otras. Sin embargo, como continúa explicando el fundador, una de las desventajas que identificaron los empresarios de la región era que no se contaba con un personal capacitado en el campo administrativo y de las finanzas para seguir allanando ese camino del desarrollo. Hasta ese momento, ingenieros civiles, médicos y abogados seguían desempeñando esa labor, y era necesario comenzar a pensar en cómo llenar ese vacío. UNIVERSIDAD EAFIT

17

Especial EAFIT

“La Universidad de Syracuse, en Estados Unidos, nos envió a cinco profesores que, rápidamente, se adaptaron por completo a nuestra situación local, y que se apropiaron de este sueño que teníamos como si fuera el de ellos mismos”, Juan Rafael Cárdenas.


“Con el apoyo de la fundación Whirlpool y del programa Tools for Freedom, del Gobierno de los Estados Unidos, nació el Instituto Tecnológico (IT). Esta entidad asociada a EAF no solo sería crucial para la consolidación de nuestro nombre EAFIT, sino que sentaría las bases para la llegada de las ingenierías”, Jorge Iván Rodríguez. Fue así como un grupo de empresarios liderados por Hernán Echavarría Olózaga, y entre los que se encontraban Gabriel Ángel Escobar, Luis Fernando Cano Olano, Elkin Echavarría Olózaga, Luis Echavarría Villegas, José Gutiérrez Gómez, Jorge Posada Greiffenstein, Horacio Ramírez Gaviria, Juan Gonzalo Restrepo Londoño, Peter Santamaría Álvarez, Diego Tobón Arbeláez, Alejandro Uribe Escobar, Rodrigo Uribe Echavarría, Alberto Vásquez Lalinde, Jesús María Mora Carrasquilla, Luis Fernando Echavarría Vélez, Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez y Jorge Iván Rodríguez Castaño se reunieron en las oficinas de la Andi para intercambiar ideas y poner en marcha un nuevo proyecto: la creación de una escuela de administración y finanzas. Y con la férrea determinación de crear un proyecto educativo que aportara a la industria, a la sociedad y a la región, Jorge Iván Rodríguez Castaño y Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez, en compañía de Luis Fernando Echavarría Vélez y Jorge Posada Greiffeinstein, integraron el comité que se encargaría de convertir esa idea en una realidad.

¡A conversar con los fundadores! ¿Qué recuerdan de esos primeros momentos, de las reuniones, del proyecto que comenzaba a gestarse y de las motivaciones que los llevaron a darle vida a esta Institución que ya cumple 60 años de trayectoria? Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez: Recuerdo que en ese entonces acababa de regresar de hacer mi maestría en Ingeniería Industrial en los Estados Unidos y estaba comenzando a trabajar en Coltabaco. Jorge Iván Rodríguez, por su parte, se desempeñaba como gerente en Corona. Nuestra labor, en ese entonces, fue liderar ese comité que 18

concretaría el proyecto de crear una escuela de administración. Recurrimos, por ejemplo, a la Corporación Educativa para la Industria y a uno de los programas creados por el presidente John F. Kennedy (Estados Unidos) para que nos apoyaran. Y Ernesto Satizábal, quien en ese entonces se desempeñaba como director de Incolda, nos prestó sus instalaciones para la firma del acta de constitución, el 4 de mayo de 1960, así como para esos primeros años de funcionamiento. Fueron unos primeros meses de mucho trabajo, pero llenos de satisfacciones, en los que nos concentramos plenamente en formar profesionales integrales que lideraran el crecimiento económico de la época. La Universidad de Syracuse, en Estados Unidos, nos envió a cinco profesores que, rápidamente, se adaptaron por completo a nuestra situación local, y que se apropiaron de este sueño que teníamos como si fuera el de ellos mismos. También comenzamos a fortalecer el área de contabilidad, y para eso la Universidad Drexel, en Filadelfia, nos envió al profesor Bernard J. Hargadon, un hombre que, inmediatamente, nos maravilló con su forma de ver los números, el campo contable y la educación. De hecho, se llegó a decir que la contabilidad en Colombia había sido una antes y después de él. Y así, el crecimiento nos llevó de las oficinas de Incolda (en lo que hoy es la calle Colombia), a una casa ubicada en El Palo, entre las calles Maracaibo y La Playa, y luego a la consecución de un lote propio en el barrio la Aguacatala, donde seguiríamos apostándole a este anhelo que teníamos de Institución. Crecimos, avanzamos, aprendimos, nos fortalecimos y una vez vimos que estábamos cumpliendo con esa promesa inicial, nos dimos cuenta que era necesario que comenzáramos a abrirnos a nuevos campos del saber.


Especial EAFIT Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez, uno de los fundadores de la Universidad que continúa activo en el Consejo Superior. El empresario hizo parte del grupo de 18 fundadores de la Institución.

Jorge Iván Rodríguez Castaño: Y es que si bien nuestra apuesta inicial fue por la formación en el campo de la administración y las finanzas, durante esos primeros años también identificamos una ausencia de conocimientos técnicos, especialmente en los campos textil e industrial.

“No hay un solo día que no mire la prensa o los noticieros y encuentre alguna nota positiva sobre EAFIT, de su figuración en los ránquines y en las principales clasificaciones educativas del mundo”, Jorge Iván Rodríguez. Fue así como, dos años más tarde, con el apoyo de la fundación Whirlpool y del programa Tools for Freedom, del Gobierno de los Estados Unidos, nació el Instituto Tecnológico (IT) desde el que se ofrecían las tecnologías industrial, textil y mecánica. Esta entidad asociada a EAF no solo sería crucial para la consolidación de nuestro nombre EAFIT, sino que sentaría las bases para la llegada de las

ingenierías a la Institución, y para destacarnos como una entidad de educación superior que sabía responder a las demandas socioeconómicas del país. Y al ver la Universidad de hoy, después de seis décadas de trayectoria, ¿sienten cumplidas las expectativas de ese anhelo que, como fundadores, tenían a finales de los años cincuenta? Jorge Iván Rodríguez Castaño: Entre 1958 y 1959 no aspirábamos a más que a darle a esta ciudad una escuela de negocios, que formara a los administradores de sus empresas. En ese momento nunca nos cruzamos por la cabeza las ingenierías, las humanidades o las ciencias. Por eso, ver en lo que se ha convertido no solo es un sueño cumplido, es más que eso: es vernos sobrepasados por todos los propósitos y las ambiciones que teníamos. No hay un solo día que no mire la prensa o los noticieros y encuentre alguna nota positiva sobre EAFIT, de su figuración en los ránquines y en las principales clasificaciones educativas del mundo; de sus conUNIVERSIDAD EAFIT

19


En este mosaico se observan los 18 fundadores de la Universidad, hombres de empresa que 60 años atrás iniciaron este sueño.

“EAFIT ya es un éxito, pero el llamado es a seguir sobresaliendo en otros campos, especialmente en el tecnológico y las transformaciones de la cuarta revolución industrial”, Jorge Iván Rodríguez.

tribuciones a la sociedad, de sus nuevos programas y proyectos. Todo eso me hace sentir un inmenso orgullo. Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez: Cada vez que visito la Universidad me doy cuenta de que me rodea un crecimiento sorprendente. Ese 4 de mayo de 1960 lo que hicimos fue sembrar una semillita que ha ido creciendo de forma exuberante. Si una de estas personas tuviera la oportunidad de viajar en el tiempo y contarle a mi yo de hace seis décadas en lo que nos hemos convertido, le diría que es una utopía. EAFIT me maravilla todos los días, y por eso solo puedo expresar mi gratitud a los que le han dado continuidad a este sueño; a los otros fundadores, a los exrectores y al rector actual Juan Luis Mejía Arango, a los profesores y a los funcionarios, a todos aquellos que nos han aconsejado en el camino, y a la sociedad que nos ha acogido de una manera tan espectacular. Que siempre sepan que estamos al servicio de ellos. 20

¿Qué les dirían a esos otros 16 fundadores si tuvieran la oportunidad de hablarles y resumirles 60 años de trayectoria, crecimiento y posicionamiento institucional? Juan Rafael Cárdenas: A todos ellos les diríamos, primero, que gracias, que hemos mantenido su espíritu inicial, y que tienen muchos motivos para sentirse orgullosos, pues ese pequeño comité que crearon y en el que depositaron su voto de confianza logró convertir esa idea inicial en uno de los proyectos educativos más importantes del país. E, igualmente, les diría que, aunque hace 60 años le apuntábamos a llenar un vacío específico que existía en el momento, hoy seguimos llenando muchos más vacíos, y en diferentes campos y frentes, porque contamos con el conocimiento, el talento, la experticia y el compromiso para hacerlo.


https://www.youtube.com/watch?v=aJ uGKHZ36m4&feature=youtu.be

Mensaje de Bernard Hargadon, primer profesor de EAFIT / #EAFIT60años

El profesor Bernard. J. Hargadon falleció el 8 de septiembre en su casa de Carolina del Norte (Estados Unidos). EAFIT rinde homenaje a su memoria: https://www.eafit.edu.co/bernardhargadon

¿Cuáles consideran que han sido los principales logros que ha alcanzado la Institución en ese recorrido? Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez: Hoy EAFIT cobija muchas áreas del saber, tanto en pregrado como en maestría y doctorado, cuenta con casi 55 mil egresados, y tiene una red de convenios y relaciones en todo el mundo. Esa evolución, sumada a la transformación de la infraestructura física y a su apuesta por la investigación y la innovación, es la evidencia de un proceso muy importante de crecimiento, de modernización y, sobre todo, de entendimiento del mundo que nos rodea. La organización en sí misma ha tenido que adaptarse para moverse con los tiempos actuales, y cada semestre graduamos a casi 1000 nuevos profesionales que, con unas sólidas bases éticas, salen a contribuir al desarrollo del país. Eso sin contar con un programa de becas fortalecido con el que se busca que más jóvenes, de diferentes sectores socioeconómicos, puedan acceder a la educación superior. Un logro enorme es que EAFIT ya no tiene límites para soñar. Al contrario, cada vez se convierte en un actor más importante de la sociedad, ayudando a la comunidad, desde su labor de proyección social, como asesora de las autoridades y de los principales tomadores de decisiones de la ciudad, la región y el país. Jorge Iván Rodríguez Castaño: Es una satisfacción enorme ver que, en estos 60 años, incluso los desafíos nos han motivado. También nos hemos perfeccionado con los altibajos y nunca hemos bajado la energía. Siempre estamos a la vanguardia, creciendo, ampliando redes, inquietos por el saber, y forjando, de manera constante, planes para responder a todos esos retos. Incluso en este momento, en el que el mundo vive una crisis con la pandemia del covid-19, la Universidad no se detiene y sigue llevando una luz de esperanza. ¿En una sola palabra, qué significa hoy EAFIT para esta sociedad en la que se encuentra inserta? Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez: Yo diría que EAFIT hoy es impacto. Es y seguirá siendo una fuente de valor, de inquietudes y de UNIVERSIDAD EAFIT

21

Especial EAFIT

Reconocimiento a los fundadores de la Universidad EAFIT / #EAFIT60años


formación de profesionales competentes e integrales, de respuestas para la sociedad y de participación en temas de interés nacional, un agente de cambio y un motor de transformación. Y finalmente, después de dejar un legado tan importante en la historia institucional, ¿cómo esperan que la Universidad siga portándolo en los próximos años?, ¿cuál es el camino que creen que EAFIT debe continuar hacia el futuro? Jorge Iván Rodríguez Castaño: EAFIT ya es un éxito, pero el llamado es a seguir sobresaliendo en otros campos, especialmente en el tecnológico y las transformaciones de la cuarta revolución industrial. Hace un par de décadas fuimos pioneros en la llegada del internet a Colombia, y eso es una muestra de que siempre hemos estado a la vanguardia en ese campo, pero el mundo evoluciona tan rápido que debemos anticiparnos a esos cambios y plantearnos nuevas inquietudes académicas. Los 60 años que hemos vivido hasta el momento nos han preparado para eso. Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez: Esta Universidad está llamada a seguir jugando un papel muy importante en el futuro. La educación es la clave para el desarrollo sostenible del país, y lo que debe seguir procurando EAFIT es responder a la sociedad en ese sentido, y desde todos sus campos de formación, y de

22

Pioneros, visionarios, artífices… A finales de la década de 1950, un grupo de industriales y otros empresarios soñaron con la idea de que el país contara con una carrera universitaria que en su ADN llevara la palabra “Administración”. Agrupados en el gremio de los industriales de la Andi, ese anhelo se hizo tangible el 4 de mayo de 1960, a las 4:30 de la tarde, con la firma del acta con la que se formalizó la creación de la entonces Escuela de Administración y Finanzas (EAF). En esta reunión participaron: Hernán y Elkin Echavarría Olózaga, Gabriel Ángel Escobar, Luis Fernando Cano Olano, Luis Echavarría Villegas, José Gutiérrez Gómez, Jorge Posada Greiffenstein, Horacio Ramírez Gaviria, Juan Gonzalo Restrepo Londoño, Peter Santamaría Álvarez, Diego Tobón Arbeláez, Alejandro Uribe Escobar, Rodrigo Uribe Echavarría, Alberto Vásquez Lalinde, Jesús María Mora Carrasquilla, Luis Fernando Echavarría Vélez, Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez y Jorge Iván Rodríguez Castaño.

los que puedan surgir en el futuro. Y es que el futuro nos depara nuevas áreas a las que seguramente responderemos, como ya lo hicimos con Ingeniería Agronómica de manera reciente. Y seguramente se vendrán otros acontecimientos sociales, cambios, tecnologías y condiciones que nos retarán como Institución. Y a todos ellos sabremos responder con altura.


de expansión de su ADN

¿Cómo la U se ha transformado ConCiencia en estas seis décadas? Constantes como internacionalización, pluralismo ideológico, humanismo, ética e integridad, emprendimiento, conexión con el entorno, calidad y capacidad relacional, entre otras, caracterizan a la sexagenaria Institución. Y aunque existe un entorno que cambia y que depara retos y oportunidades, cada transformación responde a una razón sin que la Universidad renuncie a su ADN. UNIVERSIDAD EAFIT

23

Especial EAFIT

EAFIT, 60 años


La Universidad de los años 80. Era aún la época en que solo existían las escuelas de Administración e Ingeniería.

Alejandro Gómez Valencia

Periodista del Área de Información y Prensa de EAFIT

L

a primera clase del día. Eran las 7:00 a.m. y un profesor con acento extranjero empezaba a ofrecer una clase histórica. Tenía al frente a un grupo de estudiantes que era a la vez protagonista y a la vez espectador de un episodio trascendental, en el que se conjugaban varios de los rasgos insignias que marcarían las seis décadas de historia que en 2020 conmemora EAFIT.

La industria antioqueña estaba en pleno furor. En esos años, prominentes empresarios fundaron muchas de las más exitosas compañías de Colombia, pese a que los administradores profesionales y con título eran una rareza. La clase sucedió la mañana del 17 de agosto de 1960. Habían pasado tres meses desde ese 4 de mayo, cuando se firmó el acta que fundó a la Escuela de Administración y Finanzas (EAF), origen de EAFIT. Bernard J. Hargadon Jr., el profesor con acento norteamericano, llegó ese día a la sede donde empezó a operar la Institución, una edificación 24

en el centro de Medellín, muy cerca de donde ocho años después comenzaría a construirse el Edificio Coltejer. La industria antioqueña estaba en pleno furor. En esos años, prominentes empresarios fundaron muchas de las más exitosas compañías de Colombia, pese a que los administradores profesionales y con título eran una rareza. Muchos de los encargados de dirigir esas empresas no se habían formado para hacerlo y por eso aquella primera clase del profesor Hargadon, que correspondía a la cátedra principios de contabilidad del programa de Administración de Negocios, era novedad. Visión, proactividad y servicio habían hecho posible aquella innovación. Fue alrededor de esos valores que 18 de esos prominentes empresarios decidieron fundar una institución de educación superior, EAF. El objetivo era responder a la necesidad de tener personal idóneo y cualificado en administración y finanzas que guiara las riendas de esa industria. Esos rasgos, considera Juan Luis Mejía Arango, actual rector de EAFIT, han marcado la historia de la Universidad porque “a diferencia de muchas instituciones de educación superior de nuestro medio, que han surgido como reacción a un momento, o como reacción a una ideología o una postura religiosa, EAFIT fue proactiva”.


Especial EAFIT Esta foto aérea se tomó en 2005, cuando aún no se construía el Edificio de Ingenierías. Foto: Archivo

Las siglas del instituto que se sumaron a las de EAF no solamente complementaron el nombre de EAFIT, también son evidencia de la conversación atenta y responsable con el sector empresarial para ofrecer programas que aporten a la sociedad.

Si las clases de administración y finanzas que ofrecía EAF son evidencia de los rasgos de la personalidad que fueron madurando en la Universidad EAFIT, que entre los primeros profesores estuviera un extranjero como el profesor Hargadon también lo es de la internacionalización que la Institución busca desde su génesis como un proyecto. La llegada de este docente extranjero no fue producto del azar ni una simple anécdota. El modelo pedagógico de EAF se inspiró en las universidades de Estados Unidos y, gracias a la Alianza para el Progreso que ese país adelantó en Latinoamérica, que promovió estudios en economía y en administración para impulsar al sector privado y al público, la Institución recibió el apoyo de entidades norteamericanas como la Universidad de Syracuse, Instituto Drexel y Burlington Mills. Profesores, asesorías, becas y material bibliográfico procedente de Estados Unidos estuvieron dispuestos para la Universidad

gracias a convenios como el que se firmó con Syracuse. Con esa institución el lazo se ha renovado a lo largo de la historia, tanto que hasta la actualidad apadrina procesos pedagógicos y la creación de nuevos programas impulsando el crecimiento de EAFIT con una visión internacional. Con esa visión que trascendía los modelos locales se creó el Plan de Estudio y Trabajo que alternaba semestres académicos y de práctica (1961), el Laboratorio de Idiomas (1962) y el Centro de Investigaciones (1965). EAFIT ha conservado esa visión y para Claudia Zea Restrepo, vicerrectora de Aprendizaje de la U, esa es una de las claves para que a pesar de las transformaciones no pierda su ADN. “Desde su concepción y creación, EAFIT fue proyectada como una innovación con modelos de enseñanza y aprendizaje transformadores, que vinculaba las teorías con la experiencia práctica, en un marco de internacionalización y que conectaba a su comuUNIVERSIDAD EAFIT

25


El campus eafitense actual alberga una comunidad universitaria pujante que abraza al futuro con esperanza. Foto: Róbinson Henao

nidad con el entorno y con el mundo. Cada paso que fue dando siempre tuvo esas características; una visión innovadora que debía conectarla con el entorno, donde siempre fueran de la mano la teoría y la práctica, y un compañero de viaje internacional”, expresa la Vicerrectora.

Avances y transformaciones El camino de avances y cambios conectados con los requerimientos del contexto se recorre desde los orígenes. En 1962 la novel EAF ya cumplía labores como Instituto Tecnológico con las tecnologías Textil, Industrial, Mecánica y Programación de Computadores. Su concepción como instituto fue posible gracias al apoyo de la Corporación Educativa de la Industria en representación de la Andi y a la asesoría de la Fundación Whirlpool, del Instituto Tecnológico de Benton Harbor, de Burlington Industries y de Tools for Freedom. Las siglas del instituto que se sumaron a las de EAF no solamente complementaron el nombre de EAFIT, también son evidencia de la conversación atenta y responsable con el sector empresarial para ofrecer programas que aporten a la sociedad. Con ese diálogo y acompañamiento de la sociedad, la Institución fue sumando experiencia para alcanzar el 6 de mayo 26

de 1971 uno de sus hitos más importantes. Ese día el Gobierno Nacional la reconoció oficialmente como Universidad y así EAFIT ganó aún más en confianza, impulso y arrojo para enfrentar nuevos retos. En esa década se crearon diferentes programas en pregrado y en 1973, gracias a la asesoría de la Universidad de Georgia, se dio apertura a la maestría en Administración (MBA), pionera en Colombia y aporte a la entrada de EAFIT a una era de formación más avanzada, la de posgrados. “La Universidad como parte de su ADN ha tenido esa capacidad de ir haciendo transformaciones de conformidad con las necesidades y los cambios del entorno, y por eso hay una evolución de esa Universidad de los inicios de los 60 a esa Universidad que hoy tiene como propósito superior inspirar vidas e irradiar conocimiento para forjar humanidad y sociedad”, considera Mauricio Perfetti Del Corral, vicerrector de Descubrimiento y Creación de EAFIT. La suspensión en 1975 de la oferta de programas técnicos, la creación de pregrados insignias como Contaduría Pública, Ingeniería de Sistemas e Ingeniería de Producción, así como la puesta en marcha a finales de esa década de la Escuela de Administración y de la Escuela de Ingeniería dan cuenta de esa capacidad transformado-


ra que menciona el vicerrector Mauricio, una capacidad que continuó en las siguientes décadas manteniendo fidelidad con el ADN. ¿Pero qué hay en el ADN de EAFIT? Al profesor eafitense Juan Carlos López Díez, magíster en Historia Social, se le puede reconocer como uno de los biógrafos de la Institución. En su concepto, “se entiende el ADN original de la Universidad como su fuerte relación con el sector productivo, en un comienzo simbolizado por el papel de los empresarios, mayoritariamente industriales, y el nacimiento del novedoso programa del pregrado en Administración de Negocios, que pretendía -y lo logró- ir más allá del hasta ese momento gerente técnico: un ingeniero con capacidades de mando. En el caso de EAFIT, desde su sigla, la administración y las finanzas fueron un sello de la mano del mercadeo, la gestión humana y otras funcionalidades que fueron ganando espacio en el desarrollo del managment”. La Universidad no solo ha conservado ese ADN, sino que lo ha profundizado y ampliado a las seis escuelas que tiene actualmente. De eso no tiene duda el profesor Juan Carlos, quien cree que esa fidelidad “no significa que no se puedan ampliar las perspectivas, como en efecto se ha hecho: hacia el mundo de las ciencias y de las humanidades, al hecho de enriquecer la larga tradición docente con el compromiso por la investigación; y a la relación productiva con los vínculos con el sector público, en los niveles local, regional y nacional”. Algunos de los hechos más dicientes de la constante ampliación de perspectiva de la U, de ese paso de institución especializada a una universal, tienen que ver con la apertura de programas y escuelas en ciencias y en humanidades, pero también con la consolidación de la dimensión cultural y de la responsabilidad social universitaria. Hay en esos

hechos, no obstante, uno en el que Mauricio Perfetti Del Corral y Paula Andrea Arango Gutiérrez, vicerrectora de Sostenibilidad y Proyección Social de la Institución, coinciden en destacar: el paso de ser una universidad de docencia a ser una universidad de docencia con investigación como se declara hoy EAFIT. Con esa declaración de ser de docencia con investigación, la Universidad, en palabras de Paula Arango, abraza la ciencia de manera decidida, abraza la creación de conocimiento, mientras que para Mauricio Perfetti ese es el momento en el que se empiezan a transformar las capacidades en términos de investigación y de ciencia.

Transformación ConCiencia Los directivos se refieren así a una de las dos acepciones del concepto de Transformación ConCiencia con el que EAFIT conmemora en el año 2020 sus primeras seis décadas de historia. El rector Juan Luis Mejía explica que se eligió el concepto de transformación para la efeméride porque el fin último de la educación es transformar a la sociedad y también porque “como institución no somos, vamos siendo. Somos un proceso en el tiempo, un proceso evolutivo, y queremos tener siempre ese énfasis de que este es un ente en permanente transformación para poder dar las respuestas a una sociedad que también se transforma de manera permanente”. Con el término ConCiencia la propuesta es un “juego” con su polisemia, con su doble significado. Uno tiene que ver con el abrazo a la ciencia del que hablan los vicerrectores y en el que coincide el Rector al decir que, con la redefinición de universidad de docencia con investigación, la ciencia hace parte fundamental de la idea de Universidad que se sigue construyendo. Esa acepción es tangible UNIVERSIDAD EAFIT

27

Especial EAFIT

Transformación ConCiencia es lo que ha hecho EAFIT desde que era EAF, pero con cada año, con cada logro, con cada cambio, con cada reto hay una transformación más potente y con más alcance social.


en los procesos de descubrimiento y creación consolidados y en la infraestructura, como ocurre con el Edificio de Ingenierías, que se inauguró en la celebración de los 50 años de EAFIT, y en el Edificio de Ciencias, que se entrega este año por los 60. La otra acepción de ConCiencia es, explica Juan Luis Mejía, porque la palabra se refiere al pleno conocimiento que tiene un ser humano o una organización de ser conscientes de sí mismo, de su papel en la vida de la sociedad y de la responsabilidad del impacto de sus actos. Explicado así se entiende que Transformación ConCiencia es lo que ha hecho EAFIT desde que era EAF, pero con cada año, con cada logro, con cada cambio, con cada reto hay una transformación más potente y con más alcance social. La Universidad no solamente pasó de ser una institución especializada a una más universal en los campos del saber, también pasó de ser una universidad de élite económica a una de élite académica que forma a estudiantes con altas capacidades académicas gracias a un sistema de becas, sustentado en gran parte por aliados. Sus egresados ahora no solo dejan huella en el sector empresarial, también lo hacen en los sectores público, social y cultural. Con la ampliación de la oferta de programas en todos los niveles de formación no solo atiende a universitarios de pregrado o posgrados, ahora educa a personas de todas las generaciones, desde niños hasta adultos mayores. Esas personas son guiadas por profesores que no juegan al papel del maestro poseedor del conocimiento: son docentes que inspiran, guían y orientan el proceso de aprendizaje, investigan y hacen labores de proyección social. De una universidad de calidad, EAFIT dio el paso a una de alta calidad que se somete al escrutinio de la sociedad y recibe reconocimientos de entes nacionales e internacionales en ese campo. La investigación experimental ahora es una investigación que beneficia, transforma y se escala a productos y servicios 28

que tienen un impacto real en la sociedad. Sus estudiantes de pregrado no solamente son de Medellín o de Antioquia, ahora el espectro es más amplio y llegan desde diversas regiones de Colombia e, incluso, desde diferentes países. La experiencia de aprendizaje de esos estudiantes no se reduce a la transmisión de saberes, ahora ellos son los protagonistas de herramientas pedagógicas que invitan a cocrear y a aprender resolviendo retos. La infraestructura física y tecnológica facilita el modelo pedagógico del estudiante activo y creador gracias a una propuesta vanguardista, que sirve de escenario para los procesos de aprendizaje, descubrimiento y creación. Esta Universidad no es un espacio para transitar, es un lugar para pertenecer y permanecer, una experiencia impulsada por el proyecto de Universidad Parque que tiene un sentido paisajístico y arquitectónico que convive con la naturaleza y con las artes. El campus apalanca el proyecto cultural institucional que reúne dimensiones de expresión artística, apoyo a nuevos talentos y memoria. La memoria, justamente, se ha convertido en otro valor eafitense. La conmemoración de las efemérides se asume como una oportunidad para agradecer a los pioneros que hicieron posible el presente de la Universidad. Así ocurrió en la más reciente, el 4 de mayo de 2020, cuando se aplaudió a los fundadores y primeros profesores. Uno de los saludos que llegaron por el aniversario fue del profesor Bernard J. Hargadon Jr. “Por siempre será para mí un honor haber sido una pequeña parte del comienzo de esa gran universidad colombiana llamada EAFIT. Mi amor es inconmensurable por las personas que pusieron en marcha a EAFIT, por los muchos hombres y mujeres que la han administrado, y por los cientos de estudiantes fabulosos a quienes enseñé allí. Por lo tanto, soy una de las personas afortunadas y aún vivas que después de 60 años son testigo de los logros de EAFIT”, saludó el profesor con acento extranjero, desde Carolina del Norte, Estados Unidos.


Especial EAFIT

EAFIT, de escuela a universidad La Universidad, en estas seis décadas, ha ampliado sus áreas de conocimiento. Primero fueron la administración y las ingenierías, luego las humanidades y el derecho, y hoy, de cara a la cuarta revolución industrial, se incursiona en apuestas como Biología, Ingeniería Agronómica o Diseño Interactivo y Diseño Urbano y Gestión del Hábitat. En resumen, de ser una institución especializada, EAFIT se convirtió en una universidad universal que se abre a nuevas áreas del saber. Y claro, se renueva con el transcurrir de los tiempos.

Foto: Róbinson Henao UNIVERSIDAD EAFIT

29


El Edificio de Ciencias albergará las principales actividades de la Escuela de Ciencias, la sexta de EAFIT. Foto: Róbinson Henao

Beatriz Mesa Mejía Colaboradora

I

nspirar, crear y transformar son verbos fundamentales para EAFIT. Cada uno tiene una connotación y en conjunto hablan del alcance que la Institución tiene, con una característica, si bien sus estrategias surgen de realidades concretas, hay una permanente mirada al futuro, lo que potencia su visión. EAFIT nació hace 60 años en una Medellín que aspiraba a crecer a partir de su naciente industria. Advirtiendo la urgencia de formar los profesionales que requería esa nueva ciudad, un grupo de 18 empresarios, casi todos vinculados con la Andi, comenzó a definir los lineamientos de una entidad que llenara vacíos en los campos de la administración y las tecnologías textil e industrial, en medio de un acto calificado como visionario y audaz.

30

Una semilla que, abonada con sumo cuidado, dio un árbol frondoso, que se conserva vivo gracias al legado de los fundadores y a quienes siguieron su senda, los cuales lograron que esa entidad de los años 60, especializada en unos campos muy precisos, se expandiera, en medio de una transformación constante que le ha permitido responder a los más diversos desafíos.

EAFIT ha mostrado el poder de un trabajo coherente que, si bien respeta unos principios, no le ha temido a la innovación y a las rupturas. El 4 de mayo de 1960 se firmó el acta de fundación de la Escuela de Administración y Finanzas (EAF). Y el 11 de junio de ese año, el Ministerio de Educación Nacional dio el


aval para que funcionara como entidad educativa. Las cátedras se iniciaron con la clase del profesor estadounidense Bernard J. Hargadon, el 17 de agosto de 1960. Sus inspiradores tenían como objetivo formar líderes en el mundo empresarial. Por eso la selección incluyó a educadores bien calificados, locales y de otros países, para que los ojos y el pensamiento de los estudiantes se abrieran a otras realidades. En 1961, la EAF creció cuando nació el Instituto Tecnológico (IT), y así surgieron las otras dos letras de la palabra EAFIT. Todo fue rápido, en 1962 se adquirió el lote en La Aguacatala, que, por su área y el sector, hablaba de las aspiraciones de los precursores. La primera piedra se puso en noviembre de ese año y en agosto de 1963 todo estuvo listo para contar, desde esa sede propia, una historia sin punto final, llena de ramificaciones y frutos.

Los sellos a través de las épocas Once rectores han estado a cargo de la Institución, cada uno aportando desde sus conocimientos y sueños. A Administración de Negocios y a las carreras técnicas les siguieron programas de largo aliento. En 1971 fue reconocida por el Gobierno Nacional como universidad. Y a la Escuela de Administración se sumó la de Ingeniería. En 1975 se eliminaron las carreras tecnológicas. Y este 2020,

cuando cumple seis décadas, se cuentan 25 pregrados, 42 especializaciones, 42 maestrías y 6 doctorados. La gran apertura a las otras disciplinas la dieron las ciencias y las humanidades y, recientemente, la Biología, la Ingeniería Agronómica, el Diseño Interactivo, y el Diseño Urbano y Gestión del Hábitat. EAFIT ha mostrado el poder de un trabajo coherente que, si bien respeta unos principios, no le ha temido a la innovación y a las rupturas. Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT y quien ocupa el cargo desde 2004, señala que las ingenierías y las humanidades incorporaron nuevos saberes y miradas a una Institución que cada vez se apropia más del adjetivo de universal gracias a la decisión de profundizar, generar nuevo conocimiento y llevarlo a su entorno. Si bien, durante la gestión de Guillermo Sanín Arango, entre 1983 y 1995, se dieron las pinceladas para la formación humanística, incluso, inauguró el Auditorio Fundadores, fue durante la rectoría de Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, quien llegó en enero de 1996, cuando el proyecto se consolidó, a través de la flexibilización curricular y al darle vida a la Escuela de Ciencias y Humanidades en 1997, al pregrado en Música, a la Orquesta Sinfónica EAFIT, al Fondo Editorial y al nuevo edificio del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas, al que se sumó la conceptualización del campus. El estímulo a una práctica reflexiva fue motor de su dirección. Él no pretendía formar solo gerentes, sino profesionales universales, con más herramientas para asumir los retos de los nuevos tiempos. UNIVERSIDAD EAFIT

31

Especial EAFIT

A su llegada a la rectoría, en 2004, Juan Luis Mejía Arango, no solo continuó el proyecto de Juan Felipe Gaviria, sino que lo expandió con nuevas ideas para crecer, haciendo de esa entidad especializada en unos campos, una institución universal en el sentido pleno de su significado.


“EAFIT es una universidad pública en el sentido más amplio de la palabra, no en el sentido de la propiedad estatal, sino en el sentido de que no es de ningún grupo económico ni político ni de ninguna confesión religiosa”, David Escobar Arango.

Caminar y escuchar un violín, avanzar unos pasos y enterarse de la conversación de dos abogados, llegar a un auditorio y oír que hay una conferencia en otro idioma... Esa es la U de hoy, moderna y viva. La imagen corresponde al Laboratorio Financiero, adscrito a la Escuela de Economía y Finanzas, que habla de la universalidad de EAFIT. Foto: Róbinson Henao

Para Juan Felipe Gaviria, quien permaneció en la rectoría hasta 2004, había que ir más allá: “tratar de hacer cosas que permitieran que la mente se abriera”. La Biblioteca se hizo como una centralidad, concepto filosófico y realidad física, desde donde se han concebido nuevos desarrollos en el campus, es decir, el centro de la Universidad comenzó a girar alrededor de una biblioteca, en donde no solamente se deposita el saber, también florece el humanismo y los estudiantes tienen trato con otras disciplinas. Así lo manifestó, convencido del significado de ese gran centro, cimiento para convertir a EAFIT en una fuente de educación superior relevante. A su llegada a la rectoría, en 2004, Juan Luis Mejía Arango, no solo continuó el proyecto, sino que lo expandió con nuevas ideas para crecer, haciendo de esa entidad especia32

lizada en unos campos, una institución universal en el sentido pleno de su significado. David Escobar Arango, director de Comfama y vicepresidente del Consejo Superior de EAFIT, destacó esa continuidad que Juan Luis Mejía le dio a lo propuesto por Juan Felipe Gaviria, imprimiéndole algo más, la relevancia para el entorno. “Con Juan Luis no solo se profundiza en las humanidades, sino en una verdadera universidad, entran nuevos programas en pregrados y posgrados y se vuelve integral, al incursionar en unos campos muy amplios del saber humano”. Al enfatizar en la trascendencia para su comunidad, no es una entidad de puertas para adentro, ella se abre al exterior, “se preocupa por los problemas más inmediatos de su geografía, de su territorio, de su sociedad”. Y lo dice con convencimiento, pues él es un eafitense de tiempo completo, sus padres estudia-


Especial EAFIT La Escuela de Administración es considerada por muchos eafitenses como la escuela madre. Su origen es el de EAFIT, historia que ya suma 60 años. Foto: Róbinson Henao

ron en esta Universidad, él hizo allí el pregrado en Ingeniería de Producción, participó en sus grupos estudiantiles y en su consejo directivo. Estudió durante las rectorías de Guillermo Sanín Arango y Juan Felipe Gaviria y, ahora, en el Consejo Superior, tiene una relación directa con Juan Luis Mejía. Su visión de conjunto le permite afirmar que es una universidad pública, “en el sentido más amplio de la palabra, no en el sentido de la propiedad estatal, sino en el sentido de que no es de ningún grupo económico ni político ni de ninguna confesión religiosa. Es una institución que, como querían sus fundadores, es de la sociedad antioqueña”. El investigador Juan Carlos López Díez, autor del libro Universidad EAFIT 50 años, señala que esa manera de conducir de Juan Luis Mejía se acoge al estilo “management by wandering”, que habla del deambular, del caminar. Uno se lo encuentra en el campus recorriéndolo, conversando con maestros, con estudiantes, observando, deteniéndose en los árboles, en las orquídeas. Eso le da cercanía, un conocimiento directo y es una manera de administrar distinta. Destaca el crecimiento en sus programas académicos y la apuesta en otras ciudades de Colombia, como Pereira y Bogotá. Un camino consistente que ha llevado a configurar una Universidad plural, con líneas muy definidas. Cada rector, dice, dejó

una huella. EAFIT hoy, no solo es más humanista, sino que, al estimular la investigación logra irradiar a la sociedad con un área de Innovación y una Vicerrectoría de Descubrimiento y Creación cada vez más fortalecidas: el 73 por ciento de los grupos de investigación están en las máximas categorías de Colciencias y tiene un registro de 58 patentes nacionales e internacionales. El profesor López advierte que ese camino de la internacionalización, de alguna manera, comenzó a trazarse desde los inicios, cuando nació como una Escuela de Administración y Finanzas. Los vínculos primeros con la Universidad de Syracuse o el Drexel Institute hablan de un interés por trascender lo regional. Esa ha sido su vertiente. Al respecto, David Escobar manifiesta que si bien “sus fundadores querían ser grandes, globales, ofrecer una educación de alta calidad y sin parroquialismos, hay que darle un reconocimiento muy grande a quienes la han manejado en los últimos años: en esa búsqueda de relevancia que yo llamo comunitaria, y que tiene que ver con lo local, EAFIT no podía haberse quedado siendo una universidad técnica y empresarial, eso hubiera sido insuficiente para Medellín, incluso, nocivo”. Recuerda al pensador colombiano Estanislao Zuleta cuando decía que muchas veces las UNIVERSIDAD EAFIT

33


En la celebración virtual del aniversario número 60, el 4 de mayo de 2020, el Rector afirmaba que “estamos para servir a la educación y no para servirnos de la educación. Esta simple frase ha marcado el derrotero de nuestro actuar en un marco de independencia y autonomía”.

cosas no se parecen a lo que eran cuando empezaron, es decir, puede ser que el presente o el futuro de ellas no siempre se relacione con sus orígenes. “Creo -continúa David- que EAFIT es fiel a sus orígenes en cuanto a su espíritu, sin embargo, al mismo tiempo 'traicionó' -lo digo un poquito irreverente-, trascendió convenientemente esos orígenes (…). En ese momento se necesitaba tecnología y administración de negocios, porque las empresas requerían financieros, ingenieros, tecnólogos. Luego, el análisis fue otro, no solo era un asunto de tener grandes empresarios en la región, se trataba de integrar a ese espíritu emprendedor que tuvo a finales del XIX y principios del XX, una mirada más amplia del mundo y ahí es cuando empiezan a tener valor las humanidades”. La Institución ha motivado nuevas conversaciones y desde la cultura y la ciencia está generando otros trayectos. La Universidad se redefine todos los días. Cuando se advierte que esta sociedad necesita más, esto implica al arte, al pensamiento y la reflexión. Porque “el desarrollo no viene solo de la gerencia y de las empresas, por ahí pasa también, pero es mucho más integral. El entendimiento que tenemos del desarrollo hoy es muy distinto al de hace 60 años, cuando era económico, hoy es humano. Y cada vez más planetario, estamos hablando de los derechos de los ríos, de las montañas y de los animales, y esa es la capacidad que ha tenido la Universidad de evolucionar y entender cada momento de los tiempos que le ha tocado vivir”, dice David Escobar. Desde una perspectiva que le apuesta a los Objetivos del Desarrollo Sostenible, Juan Luis Mejía enfatiza en la urgencia de ir siempre un paso adelante. Lo que implica estrategias muy 34

claras: el aprendizaje como descubrimiento y creación con sentido humano; la creación de un ecosistema inteligente y consciente, la sostenibilidad, que es sinónimo de esperanza y confianza, y las alianzas para construir sociedad. La Universidad de hoy, dice el Rector, es “una EAFIT universal presta a asumir los retos que le plantea la historia y dispuesta a trabajar, desde la formación de quienes estén en estos programas, por una sociedad más justa y equitativa, donde prevalezca el interés común por encima del individual”. Y esto ha llevado no solo a hacer potentes alianzas con organismos locales, nacionales e internacionales y a darle vida al Itinerario 2030, sino a estar presente cuando Medellín, Antioquia y Colombia lo han requerido, aportando desde la investigación y la producción o siendo punta de lanza para el análisis de ciertos acontecimientos, como el Proceso de Paz o la coyuntura generada por el covid-19. Señala Juan Luis Mejía que hay una meta, una gran visión: ser la Universidad para todas las generaciones y un ecosistema inteligente en permanente renovación, que conecta propósitos de conocimiento. En cada nueva travesía, EAFIT llega a un puerto, y de allí siguen otros y otros, cruzando mares serenos y tormentosos. Para cada momento ha tenido una respuesta. En la conmemoración virtual del aniversario número 60, el 4 de mayo de 2020, el Rector afirmaba que “estamos para servir a la educación y no para servirnos de la educación. Esta simple frase ha marcado el derrotero de nuestro actuar en un marco de independencia y autonomía, y con el fin último de inspirar vidas, irradiar conocimiento y forjar humanidad y sociedad como reza nuestro Propósito Superior”.


por los frutos que da”

Al completar seis décadas de existencia, EAFIT conmemora con orgullo su aporte a la sociedad con más de 50 mil egresados, quienes llevan muy en alto el nombre de la Universidad en la ciudad, el país y el mundo, donde son reconocidos por sus méritos, integridad y capacidad de liderazgo. Científicos, empresarios, músicos, tomadores de decisiones y líderes sociales hablan del aporte de este gran centro de pensamiento a su entorno. Y sí, en 60 años, la Institución pasó de formar solo egresados para el sector empresarial a entregarle a la sociedad ciudadanos que dejan huella en lo público, lo social y lo cultural. Ilustración: Isabel Cristina Castaño Preciado UNIVERSIDAD EAFIT

35

Especial EAFIT

“El árbol se reconoce


Cada semestre, EAFIT irradia esperanza a su entorno con la entrega de ciudadanos íntegros que se formaron en sus espacios de aprendizaje. Foto: Róbinson Henao

Amparo Restrepo Colaboradora

U

no de los grandes orgullos de la Universidad son sus egresados. En la actualidad, superan el número de los cincuenta mil y su huella se percibe en todos los ámbitos, no solo en Colombia sino también en el exterior. En un comienzo se trató de un grupo humano que llegó a las organizaciones y, en la mayoría de las ocasiones, al sector privado. Hoy, tras seis décadas de recorrido y luego de 20 años de estar incursionando en nuevas áreas del saber diferentes a la administración y la ingeniería —las dos disciplinas con las que la Institución aportó a la sociedad por cuatro décadas—, EAFIT responde, además, con la experticia y el conocimiento de abogados, músicos, politólogos, psicólogos, biólogos o comunicadores, entre otras profesiones, a un mundo cada vez más competitivo y también a sectores como el público, donde se toman parte de las grandes decisiones. Claro que más allá de portar el nombre de una profesión, la Universidad forma a ciuda-

36

danos íntegros, sello que acompaña a la Institución desde sus orígenes como uno de los grandes legados de sus fundadores.

Y es que esta Institución, que nació inicialmente como una escuela de administración y finanzas, se ha ido transformando a través del tiempo en una universidad sólida, madura, vital y universal, que participa activamente con unos egresados cada vez más calificados y globales, quienes no solo crean y transforman, sino que también inspiran. Y es que esta Institución, que nació inicialmente como una escuela de administración y finanzas, se ha ido transformando a través del tiempo en una universidad sólida, madura, vital y universal, que participa activamente con unos egresados cada vez más calificados y globales, quienes no solo crean y transforman, sino que también inspiran a las nuevas generaciones, y más aún en las actuales circunstancias, donde más que nun-


ca se necesita del papel de la academia para aportarle soluciones al mundo. Es que tal como lo afirma Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, “el árbol se reconoce por los frutos que da”, y esos frutos se traducen hoy en los graduados que llevan muy en alto el nombre de la Universidad y que son reconocidos por sus méritos, integridad y capacidad de liderazgo, entre otras cualidades personales y profesionales. Actualmente se los puede encontrar en centros de investigación en Europa o los Estados Unidos, en grandes orquestas del mundo, como presidentes de compañías multinacionales, como líderes sociales o empresarios, así como en otros desempeños significativos. “Nuestros egresados portan con orgullo la impronta eafitense y eso se observa en cómo personifican en sus acciones los valores institucionales. Un ejemplo es, de un lado, la audacia, que se traduce en la creación de nuevas empresas que ayudan a transformar la sociedad. Está, a su vez, la integridad, propia de ciudadanos que buscan, ante todo, el bien común. Son también personas que generan confianza, y ahí me detengo en los resultados de algunos ránquines, en donde los empleadores hablan de profesionales dignos de este valor en sus compañías. Está, de igual manera, la percepción que la sociedad tiene de la excelencia propia de los eafitenses. Es decir, cada valor de EAFIT está en el ADN de sus graduados”, afirma Isabel Cristina Gómez Yepes, directora de Desarrollo Institucional y Egresados de la Universidad. En esa misma línea, Juan Carlos Mora Uribe, presidente de Bancolombia y egresado del pregrado en Administración de Negocios de la Institución, hablaba durante la conmemoración de los 60 años de EAFIT, que se desarrolló de forma virtual el 4 de mayo de 2020, del profundo orgulloso de haber estudiado en la Universidad. “Ha sido fundamen-

tal en mi carrera, no solo por los aprendizajes que tuve en lo académico, sino por los lazos que creé con este centro de formación y que aún son fundamentales para mí”. A su vez, Darío Monsalve Uribe, egresado de las primeras promociones y exrector de EAFIT a mediados de los años 70, ponderaba en esta misma conmemoración el significado de la educación recibida en EAFIT, la que considera de una excelente calidad y superior a la de muchas universidades similares en distintas partes del mundo.

Acompañamos a los egresados Tras proclamar dos años atrás el Itinerario EAFIT 2030, hoja de ruta de la Institución de cara a los grandes retos de la humanidad, EAFIT estableció cuatro principios rectores. El cuarto promulga el siguiente mandato: “Acompañamos a los egresados”. Y es que a través de diferentes acciones que lidera el Centro de Egresados, en asocio con otras unidades, se busca mantener un vínculo permanente con este grupo humano para que siempre encuentren en EAFIT ese lugar, físico o virtual, que los apoya en diferentes procesos y al que pueden acudir en todo momento. Y son los graduados, precisamente, quienes llevan la huella de EAFIT al entorno mediante su trabajo y empeño. Por eso, el Rector resalta que cuando está dando su firma en los diplomas “le estoy diciendo a la sociedad que esa persona es digna de confianza”, y eso es lo más importante que puede ocurrir en un centro educativo, ese voto de confianza después de tener la certeza de haber cumplido con una formación pertinente, que será de utilidad para la sociedad, no solamente desde la parte académica, sino también desde la entrega de unos seres humanos responsables UNIVERSIDAD EAFIT

37

Especial EAFIT

Tras proclamar dos años atrás el Itinerario EAFIT 2030, hoja de ruta de la Institución de cara a los grandes retos de la humanidad, EAFIT estableció cuatro principios rectores. El cuarto promulga el siguiente mandato: “Acompañamos a los egresados”.


Detalle ilustración: Isabel Cristina Castaño Preciado

y solidarios, que representan con altura el nombre de la Institución. Para Juan Luis Mejía, la Universidad es, ante todo, la proyección de sus egresados, y por eso resalta que, durante estas seis décadas, EAFIT ha contribuido con esos miles de graduados que inspiran a producir beneficios en la sociedad, a crear cultura y, sobre todo, a generar confianza.

Inicios y transformación La Universidad comenzó labores el 4 de mayo de 1960, cuando un grupo de 18 empresarios le dio vida a la Escuela de Administración 38

y Finanzas (EAF), con el ánimo de preparar profesionales que respondieran a la “necesidad de un proceso de industrialización que vivía el país en los años 60”. Así recuerda este inicio Julio Acosta Arango, exvicerrector que durante 14 años portó este cargo directivo, y quien hizo parte de la primera promoción de egresados en 1965. Como él mismo lo explica, hasta ese momento las empresas eran manejadas por abogados, ingenieros civiles y personal empírico sin formación en administración de negocios. Por eso, mediante una formación teórica y entrenamiento práctico, se empezaron a formar profesionales con firmes valores éticos, responsables en el mundo de la economía de mercado y la iniciativa privada. Principios que se conservan hasta la actualidad, bajo el objetivo de “dar una educación académica de calidad en cada uno de los programas, fundamentada en una sólida formación humanística”. Luego, con el ánimo de seguir creciendo, en 1962 se dio el surgimiento del Instituto Tecnológico, que ofrecía las tecnologías Textil, Industrial, Mecánica y Programación de Computadores. Este desaparecería en la década del 70. Además, a medida que avanzó el siglo XX, se crearon cuatro escuelas: Administración (1979), Ingeniería (1979), Ciencias y Humanidades (1997) y Derecho (1999). En 2012 se abrió la quinta: Economía y Finanzas, y a mediados de esta misma década surgió la quinta, la de Ciencias. Y de esa manera, nuevas unidades académicas y administrativas entraron a formar parte de su estructura, transformaciones que, sin duda, aportaron y modificaron también el perfil de los egresados que EAFIT ha venido entregando a un entorno cada vez más cambiante.

Hacia la universalidad En 1997, el entonces rector Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, como parte de su esfuerzo por la transformación de la Universidad, impulsó la creación de la Escuela de Ciencias y Humanidades, que albergaba los Departamentos de Humanidades y Ciencias Básicas. Sus cam-


Reconocimiento Egresados que inspiran EAFIT En 2017, por primera vez, la Universidad otorgó el Reconocimiento Egresados que inspiran EAFIT, distinción que busca rendir un homenaje a quienes conforman la comunidad de graduados y resaltar la labor de quienes han dejado huella en la sociedad en los campos académico, científico, social, empresarial y cultural, y han aportado al desarrollo local, nacional e internacional. La segunda edición de este premio fue en 2019.

www.eafit.edu.co/egresadosqueinspiran

ámbitos de la cultura y el arte. Hoy vemos a egresados liderando fundaciones u ONG sin importar el área de conocimiento en la que se encuentren”, dice Isabel Gómez. Otro de los aspectos más importantes que diferencia a los egresados eafitenses es esa capacidad de ser global, de ser profesionales capaces de pensar en soluciones que impacten a todo el planeta y que, por ende, transforman su entorno y ayudan a forjar humanidad y sociedad. En esa misma línea, Alejandra Ramírez Echeverri, jefa del Centro de Egresados de la Universidad, enfatiza en que el de EAFIT es un egresado pretendido por la sociedad, por ser capaz de afrontar retos y de comprometerse con lo que sucede, de ser flexible, de entrar en una dinámica diferente, de romper paradigmas, de reinventarse, y de aprender y desaprender. “Su esencia es no perder su ADN ante los distintos cambios”, indica. UNIVERSIDAD EAFIT

39

Especial EAFIT

bios, que también gestaron los programas de Música, Comunicación Social, Ciencias Políticas, Ingeniería Matemática e Ingeniería Física (y mucho más adelante programas como Biología e Ingeniería Agronómica) permitieron que EAFIT se convirtiera en una Universidad que integraba diversas disciplinas. Como lo explica Adolfo Eslava Gómez, decano encargado de la Escuela de Humanidades, el entonces rector Gaviria Gutiérrez incentivó la flexibilización curricular. El hecho es que, con la creación de la Escuela de Ciencias y Humanidades (1998), EAFIT pasó de ser un centro en el que solo se formaban profesionales dedicados al desarrollo económico e industrial, a una universidad con una comprensión de la amplitud de saberes, con​ una base filosófica y científica. Así, EAFIT inició el aporte de músicos, comunicadores sociales y politólogos. Y siguiendo con la apertura de nuevos saberes, en 1999 surgió la Escuela de Derecho, una iniciativa que entró a enriquecer las alternativas educativas de la Institución, con el ánimo de volverse más universal. Según Camilo Piedrahíta Vargas, decano de Derecho, “el actual programa se caracteriza por sus fortalezas en las teorías generales del derecho, que buscan hacer explícita la relación entre el sistema jurídico y el económico, así como su aprendizaje teórico-práctico”. En ese sentido, sus egresados se desempeñan como asesores, consultores, miembros o directores de departamentos jurídicos, tanto en el sector público como en el privado, y pueden ejercer en cualquier corporación pública del orden nacional o departamental. En otras palabras, su labor se encuentra presente en cualquiera de las ramas del poder público, así como en el ejercicio docente en los programas de Derecho. Con la incorporación de estas disciplinas del saber se forjaron, inicialmente, los cimientos para la Universidad de hoy, en tanto se tuvo la visión de una EAFIT holística. A su vez, se ha decidido preservar la impronta humanista de la Universidad. “Considero que las nuevas áreas en las que incursionó la Institución volvieron más sensibles a sus egresados, y por supuesto, más influyentes en los


La pandemia generada por el covid-19 trajo muchas transformaciones a la sociedad, entre estas la forma de celebrar las graduaciones. Esta es una generación que pasará a la historia por circunstancias como estas. Estos egresados dan cuenta de esa situación. Foto: Róbinson Henao

Un ejemplo de lo que señala Alejandra, de ese compromiso de EAFIT con los grandes cambios de la humanidad, es la egresada Sara Rengifo Álvarez, ingeniera mecánica y quien lidera los laboratorios de Tribología y Metrología del Marshall Space Flight Center, de Nasa. “EAFIT para sus egresados significa esa casa de estudio en la que muchísimos años sus estudiantes compartimos amigos, retos, experiencias, llantos, alegrías y grandes profesores. Es muy lindo cuando nos detenemos hacia atrás y miramos sus pasillos, sus aulas y tantos momentos que nos ayudaron a formarnos como profesionales y

40

como personas para aportar a la sociedad”, asevera la científica. La actualidad muestra un mundo que necesita transformarse. La pandemia causada por el covid-19 dejó claro que se requiere de músicos, ingenieros, biólogos, comunicadores y tomadores de decisiones que piensen más en la humanidad y que aporten soluciones desde la ciencia. Y eso hacen los graduados de la Institución, quienes desde hace cerca de seis décadas se encuentran en el propósito de hacer de este un planeta mejor, uno en el que las decisiones se tomen con sustento científico, empatía y basadas en el bien común.


Las habilidades del siglo XXI han transformado diversos ámbitos, entre estos la educación. Es imprescindible mantenerse actualizado y EAFIT ha entendido este reto planteado por estas dinámicas contemporáneas. Así, la Universidad ha pasado de formar profesionales en pregrado a ser una institución que les ofrece oportunidades a todas las generaciones, desde los niños hasta los adultos mayores. Foto: Róbinson Henao UNIVERSIDAD EAFIT

41

Especial EAFIT

EAFIT: para todos, para siempre


Antes se decía: "Terminé de estudiar". Hoy, esta afirmación carece de sentido y de realidad, pues la sociedad actual exige una permanente actualización. Así lo ha entendido EAFIT. Foto: Róbinson Henao

Paola Andrea Cardona Tobón Colaboradora

C

uando camina por la Universidad y se encuentra con personas de todas las edades, profesiones y maneras de pensar, se siente vivo. Así lo cuenta Ricardo Uribe Marín, decano de la Escuela de Administración, quien ha podido ser testigo de la evolución de EAFIT, en estos casi 19 años en los que la ha habitado, desde que era un estudiante de pregrado. Es una institución en profunda transformación, que avanza cada semestre, en la que se descubren nuevos espacios, en la que se ofrecen programas que la sociedad está requiriendo, en la que se percibe el dinamismo, en la que, en últimas, se tiene la posibilidad de ser. Una Universidad viva. Fabio Zuluaga Ramírez, estudiante de Saberes de Vida, está por cumplir 85 años. Desde 2001, cuando esta iniciativa comenzó, fue uno de los 14 alumnos que dijeron sí a mantener esa curiosidad activa y la pasión por el conocimiento. “No me quería quedar quieto y era una oportunidad que la Universidad me brindaba”.

42

Fabio Zuluaga Ramírez, estudiante de Saberes de Vida, está por cumplir 85 años. Desde 2001, cuando esta iniciativa comenzó, fue uno de los 14 alumnos que dijeron sí a mantener esa curiosidad activa y la pasión por el conocimiento. Este ingeniero administrativo y abogado reconoce que, aunque tiene clases solo unos días, se va para la Universidad, prácticamente, toda la semana, porque hace parte de Saberes de Vida, de otros talleres o, simplemente, acude para encontrarse con otros compañeros y tomarse un café. “Cuando llegamos en 2001 nos sentíamos un poquito raritos porque éramos personas mayores en el campus. Luego, cuando surgió la Universidad de los Niños, empezamos a ver gente de todas las edades. Ahora nos miran con naturalidad, nos sentimos como uno más y la disfrutamos toda. Las canas con ganas se tomaron la Universidad”, expresa con algunas risas. María Victoria Manjarrés Ibarra, encargada de la coordinación académica nacional de


Iniciaron con unos 200 niños y hoy han pasado por el programa más de 3800, estableciendo contacto con unas 350 instituciones públicas y privadas. Confiesa que ha aprendido a compartir con personas que estudian en colegios diferentes, con personalidades variadas; ha aprendido a ser más sociable y a prepararse para lo que llegará cuando sea el momento de iniciar un pregrado. Y es que a partir de sus cuatro principios: pregunta, juego, conversación y experimentación, los niños han ido afianzándose en su proceso de crecimiento y es bonito ser testigo de esa evolución, dice Ana María Londoño Rivera, jefa de la Universidad de los Niños, que inició en 2005.

Ana María ha vivido todo el proceso. Fue desde tallerista hasta investigadora. “Ha sido una aventura muy agradecida. Creo que ninguno de los que empezamos pensamos que crecería de esta manera. Es un proceso que ha sido como un niño, lo hemos visto ganar su propio terreno y su autonomía en tantas cosas. Noto complicidad cuando los niños están en el campus, esa sensación de que algo que parecía imposible sucede de forma tan orgánica, nunca nos imaginamos que este lugar representara para los niños lo que hoy representa”. Iniciaron con unos 200 niños y hoy han pasado por el programa más de 3800, estableciendo contacto con unas 350 instituciones públicas y privadas. Ana María Londoño destaca que los profesores e investigadores de EAFIT han sido colegas y cómplices “de lo que nos hemos ido inventando con el tiempo. Otro asunto importante es nuestra articulación con el ecosistema de ciencia y tecnología nacional”.

Nunca se deja de estudiar El Itinerario EAFIT 2030 plantea para los próximos años, lo comentó el rector Juan Luis Mejía Arango, una ruta en la que la Institución quiere consolidarse como una universidad para todas las generaciones, un lugar en el que además de las personas que se han decidido por un campo específico de formación, también confluyan aquellas que apenas están comenzando a asombrarse con el conocimiento o quienes después de largas experiencias de vida desean volver a contagiarse del deleite intelectual y ponerse en sintonía con este mundo de rápidos y permanentes cambios. Y es que EAFIT ha asumido este compromiso, inclusive, desde hace décadas, cuando comprendió que un título profesional no es suficiente para laborar toda la vida, “sino que todo profesional debe actualizarse permanentemente en su área de conocimiento, y si lo considera pertinente desarrollar nuevas competencias con miras a una eventual reconversión laboral. Con este espíritu se amplió la oferta de posgrados y se desarrolló la educación continua, hoy a cargo de la Dirección de Formación Permanente”, maUNIVERSIDAD EAFIT

43

Especial EAFIT

Saberes de Vida, afirma que en 2019 registraron más de 700 matriculados y que cuentan con 36 programas, no solo en Medellín, sino en otras ciudades del país. Y tienen una población que va desde los 50 hasta los 94 años. “Hablamos en términos de comunidad, de una comunidad que cada día crece más, que cada día reclama más espacios, y de una Universidad que en su madurez los reconoce e identifica como parte de EAFIT. Me siento orgullosa de acompañar este programa. Se trata de dar un sentido de vida nuevo después de los cincuenta, independiente de su condición, de si son retirados o trabajadores”. Orgullosamente universitario. Así se siente Fabio Zuluaga y esa misma emoción la comparte Sofía Londoño, de 13 años, integrante de la Universidad de los Niños. Resulta que Sofía comenzó desde los 10 años su experiencia como eafitense, contenta porque “uno piensa que es algo que, únicamente, le va a pasar cuando salga del colegio”. El campus es un lugar familiar, no solo porque se lo conoce de arriba a abajo, sino porque tiene parientes que cursan allí su pregrado o programas en Saberes de Vida, “es que uno no se cansa de aprender. Nos hemos encontrado varias veces y, en ocasiones nos toca como ‘hola y chao’, porque cada uno va para su clase, pero otras veces podemos encontrarnos para almorzar juntos”.


Y de todas las generaciones se habla, precisamente, en Educación Permanente, en donde explica su director Luis Fernando Rendón Cortés, tienen desde un niño de año y medio que acude a iniciación musical, hasta un aplicado alumno de 94 años que es el primero en llegar a sus clases.

nifiesta Alberto Jaramillo, director de Direccionamiento Estratégico. Él, con más de 40 años en EAFIT, asegura que la ha visto crecer en todas sus dimensiones, por eso revela que el proceso de expansión de la oferta académica de EAFIT ha obedecido a varios factores: “La identificación de necesidades en distintas regiones, la formación y vinculación de profesores en áreas de conocimiento nuevas dentro de la Institución, la creación de alianzas con socios estratégicos y el desarrollo de proyectos de investigación y de innovación”. Los pregrados en Ingeniería Agronómica y Diseño Interactivo, y Diseño Urbano y Gestión del Hábitat, y las maestrías en Estudios del Comportamiento y la virtual en Lectura y Escritura son nuevos programas, por ejemplo, que enriquecen la oferta académica de la Institución. Y de todas las generaciones se habla, precisamente, en Educación Permanente, en donde explica su director Luis Fernando Rendón Cortés, tienen desde un niño de año y medio que acude a iniciación musical, hasta un aplicado alumno de 94 años que es el primero en llegar a sus clases. Según datos de 2019, se ofrecieron unos 700 programas con cerca de 17.200 participantes. “Desde que se crea EAFIT, cada que la gente se iba al mundo laboral surgían temas nuevos o cada que entraba una nueva tecnología las personas veían la necesidad de prepararse en algo más. La Universidad encuentra que hay que apoyar a estar personas y solucionar unos problemas de capacitación. Empieza a cambiar el conocimiento y eso hace que las personas se tengan que actualizar y la educación formal no puede cubrir todos los aspectos que se requieren”. Hay programas abiertos a toda la comunidad y otros corporativos, explica Luis Fernan44

do, quien agrega que llegó a EAFIT hace 25 años, como estudiante y profesor, y “nunca me fui”. Ahora, continúa, la Universidad piensa en las familias, entendiendo el concepto de universalidad. “Al principio se pensaba que universalidad era tener todas las áreas del conocimiento, pero ahora decimos que es tener a todos los públicos. En una clase se reúnen todas las generaciones: que uno de 18 interactúe con uno de 36 o de 70, eso da una riqueza de perspectivas”. Este concepto de una universidad para toda la familia empezó a ser percibido. Juan Fernando Arroyave, quien cursó la maestría en Administración (MBA), regresó a la U y comenzó no hace mucho su nivel ocho de inglés en Idiomas EAFIT, aprovechando que llevaba a su hijo los sábados para que este hiciera el quinto nivel. “Me parece que la oferta de EAFIT es muy buena, muy amplia, que es una Universidad de puertas abiertas, hay gran diversidad”. Juan Esteban Ruiz Jaramillo, director de Idiomas EAFIT, informa que en 2021 cumplirán treinta años. En su haber tienen seis sedes y nueve lenguas. Reportes de 2018 revelan que se registraron cerca de 31.000 matrículas. “Cuando veo familias siento que nosotros en la Universidad nos convertimos en un recurso para que las personas transiten la vida. Evolucionamos la idea de que éramos un recurso de empleabilidad para mejorar la hoja de vida, para ir más allá”.

Habilidades del siglo XXI El ser humano como un todo. Por eso, competencias transversales como el pensamiento crítico, la capacidad para resolver problemas, el trabajo en equipo, la comunicación y


Estudiantes de pregrado: 10.500 Estudiantes de posgrado: 3.000 Estudiantes de Idiomas: 28.000 Estudiantes de Educación Continua: 17.200 Estudiantes en la Escuela de Verano: 700 Participantes en la Universidad de los Niños: 700 Directivos del programa de Alta Dirección: 180 Participantes en Saberes de Vida: 700 Participantes de los programas del Instituto Confucio: 1.200 *Cifras a febrero de 2020

Saberes de Vida es un programa para personas mayores de 50 años. Foto: Róbinson Henao

“La ciencia nos muestra cada vez más, y con mayor contundencia, que la esperanza de vida ha aumentado y que vivimos más de 80 años perfectamente, y en ese orden de ideas podemos migrar varias veces en la vida de actividad laboral o de áreas dentro de las organizaciones”, Paula Arango Gutiérrez. la creatividad cobran mayor importancia en la formación orientada a todas las generaciones. “La ciencia nos muestra cada vez más, y con mayor contundencia, que la esperanza de vida, primero, ha aumentado y que vivimos más de 80 años perfectamente, y en ese orden de ideas podemos migrar varias veces en la vida de actividad laboral o de áreas dentro de las organizaciones. Podemos pasar de ser empleados a emprendedores, luego a consultores y después volver a ser empleados. Además, la ciencia nos muestra de manera más fehaciente que el cerebro nunca deja de aprender, por

lo que si vivimos más años siempre tendremos que aprender”, afirma Paula Andrea Arango Gutiérrez, vicerrectora de Sostenibilidad y Proyección Social de EAFIT. La directiva agrega que la Universidad debe ser un agente relevante para satisfacer esas necesidades de la humanidad. “Por eso, debemos ser agentes pertinentes para entregarles ofertas de valor a los distintos grupos etarios en la sociedad, desde los niños hasta los adultos mayores. En ese sentido, nos hemos ido sensibilizando cada vez más con esa premisa de que queremos ser una UNIVERSIDAD EAFIT

45

Especial EAFIT

Población eafitense por programas*


Muchos conocimientos académicos que se ofrecen en las carreras, asegura María Dilia Reyes, se podrían buscar en libros o en otras plataformas, “pero si hay algo para lo que la Universidad me formó fue para tener pensamiento crítico”.

La Universidad de los Niños es la entrada a un mundo universitario lleno de descubrimientos. Foto: Róbinson Henao

Institución que atienda todas las generaciones. Hemos sido conscientes también de las necesidades de aprendizaje de estos grupos y de cómo cada uno debe encontrar ofertas de valor en EAFIT. Inclusive, con la contingencia que hemos vivido por el covid-19, mirar qué puede ser interesante para un niño tanto en el campus como en otras alternativas valiosas fuera de este”. María Dilia Reyes Torres sabía desde los 14 años que quería ser periodista. De Cartagena y con las expectativas puestas en las universidades de Medellín, por las cosas de la vida llegó a EAFIT, aunque no era su primera opción. Sin embargo, hoy, tras recibir su título como comunicadora social, comenta sin temor a equivocarse que fue lo mejor que le pasó en la vida. “Estudiar en EAFIT me ha traído muchas cosas positivas que me han encaminado. Pude hacer las prácticas en El Espectador, ganar becas, hacer un intercambio, aprender de grandes profesores, conocer a mis amigos. ¡Me siento tan eafitense! Medellín y EAFIT me recibieron con los brazos abiertos”. 46

Muchos conocimientos académicos que se ofrecen en las carreras, asegura María Dilia, se podrían buscar en libros o en otras plataformas, “pero si hay algo para lo que la Universidad me formó fue para tener pensamiento crítico. Trabajar para la sociedad. No concebir mi carrera como una profesión y ya, sino como un servicio dispuesto para la sociedad global”. La Universidad, en general, cree Ricardo Taborda Ríos, decano de Ingeniería, “nos ha ofrecido a quienes hemos estado en la academia una cosa muy hermosa y es que nos ha permitido sentirnos siempre jóvenes. El contacto con los estudiantes en esa franja tradicional de los 17 a 18 años, a los 22 o 25 años, inyecta una energía a quienes interactuamos en ese entorno. Lo otro es que al ver a las personas de Saberes de Vida o de la Universidad de los Niños, Escuela de Verano o Educación Permanente hay una inyección de realidad en distintas instancias de la vida. Es el espacio natural en el que las personas se pueden encontrar”. Luis Fernando Rendón Cortés recuerda que, en la ceremonia de posesión de los grupos estudiantiles, cuando se mencionó a Saberes de Vida, el aplauso fue intenso. “Los jovencitos los aplaudían y los hicieron parte de ellos”. Y Fabio Zuluaga, el estudiante de Saberes de Vida, rememora también que trabajan de la mano con los “muchachos” en programas de innovación y emprendimiento, en los que ellos los orientan desde su experiencia. “Ya somos tan naturales, tan amigos de muchachos de 17 años, que es como una fantasía y lo hace sentir a uno con vigor para seguir viviendo, aumenta las ganas de vivir, se fortalece la salud. 85 años voy a cumplir y espero que mientras esté vivo pueda seguir asistiendo a la Universidad”.


Especial EAFIT

Profes: compañeros de ruta

Foto: Róbinson Henao

UNIVERSIDAD EAFIT

47


De un maestro poseedor del conocimiento a un docente que inspira, guía y orienta el proceso de aprendizaje de sus estudiantes. El de hoy, y de acuerdo con los tiempos, es un profesor más cualificado; uno que no solo forma, sino que también investiga y hace labores de proyección social. En EAFIT sus docentes también hacen parte de esta evolución, de ese devenir de cambios que durante 60 años han engrandecido la idea de universidad. Paola Andrea Cardona Tobón Colaboradora

M

atemático de la Universidad de Antioquia y doctor en Matemáticas de la Universidad Politécnica de Valencia, recuerda que su primera experiencia como docente ocurrió en un centro de tecnología en Medellín y que fue difícil al principio porque sus estudiantes, de su misma edad o un poco mayores, pensaron que era una broma que él, un jovencito, sería quien les enseñaría. Ahí comenzó una historia que suma ya más de treinta años. A EAFIT llegó a través de la sede de Llanogrande, en donde, a finales de los noventa, se ofrecían programas que requerían de matemáticos. Se hizo una convocatoria y Pedro Vicente Esteban Duarte fue seleccionado. “Era profesor y, a la vez, estudiante, porque estaba recibiendo clases de inglés. Casualmente, mis compañeros de inglés eran mis alumnos en las clases que ofrecía. Eso me permitió cultivar una doble relación con ellos, me ayudó a transformarme como profesor”. En esos diálogos, narra el hoy profe del​​ Departamento de Ciencias Matemáticas​ , se dio cuenta de “muchas potencialidades que tenían: algunos trabajaban en cultivos de flores, otro laboraba los fines de semana en aeromodelismo, unos más estaban montando negocio en municipios cercanos a la sede. Para mí eso fue fundamental en mi desarrollo

48

futuro como profesor, me enseñó a escuchar, a darles tiempo para dialogar, a transformar la experiencia con ellos”. Tomar en serio esta profesión, cree Pedro Vicente, viene con entender que no es posible desligarse de esta. “Eres profesor en el salón de clase, en el supermercado y en el aeropuerto. Para los estudiantes eres profesor las 24 horas del día. En ese sentido, los momentos más valiosos han sido con esos estudiantes, darles indicaciones de cómo solucionar un problema, crear juntos”. Y es que crear juntos es una idea que en EAFIT palpita en el campus. En la ruta que traza el Itinerario EAFIT 2030 se motiva a abrir la mente a las dinámicas de un mundo en permanente transformación que lleva a repensar los procesos educativos y a plantear nuevas estrategias y proyectos que estén en sintonía con los desafíos y los modelos de enseñanza y aprendizaje en los que el estudiante es el centro y el maestro el guía que orienta a través de lo que se constituye en una experiencia de vida.

Transformación radical Luis Fernando Patiño Santa, docente de Ingeniería de Diseño de Producto, cree que esta labor se ha transformado radicalmente. Él es cada vez más consciente de su rol como profesor, guía y mentor en su entorno. Cada vez


Especial EAFIT El papel del maestro se ha transformado. De ser un transmisor de conocimiento se convirtió en un guía. La imagen corresponde a una de las primeras clases que se ofrecieron en la Universidad. Foto: Gabriel Carvajal

“Hay que ser más creativo, ordenado, tolerante y estar abierto al cambio. Hoy agradezco haberlo hecho, porque disfruto más mi trabajo y entiendo el impacto en la formación de los estudiantes”, Luis Fernando Patiño.

entiende más el impacto de sus acciones en los estudiantes, la comunidad y el mundo en general. “Su papel como gestor del aprendizaje, ente motivador y ejemplo a seguir son retos que enfrenta día a día”. Desde 2015 decidió cambiar sus cursos con base en un modelo centrado en el estudiante y desde ese momento la evolución ha sido permanente. “Hay que ser más creativo, ordenado, tolerante y estar abierto al cambio. Hoy agradezco haberlo hecho, porque disfruto más mi trabajo y entiendo el impacto en la formación de los estudiantes y mi evolución como persona. Pensar en los demás es un gran ejercicio de liberación y beneficia a todos”. Y es que, aunque por su propia naturaleza, el pregrado en Ingeniería de Diseño de Producto plantea grandes objetivos en términos de enseñanza y aprendizaje, por ser el diseño un acto inspirador, creativo y transformador,

como la Universidad misma, el desafío más grande, explica, es “no perder el centro de gravedad de uno mismo. Hay que cimentarse, estar consciente, ser intuitivo y responder de la mejor manera a la Institución en su constante transformación. Evolucionar con el mundo y en esto EAFIT lleva la vanguardia”. Bien se dijo desde la Unesco: “¡Sin docentes, los cambios educativos no son posibles!”. Esta parece ser una de las certezas derivadas de las reformas educativas emprendidas por la mayoría de los países de América Latina y el Caribe. El conocimiento avanza a pasos muy rápidos, por eso, las capacidades de aprender a aprender, de relacionarse con el otro, de tener un pensamiento crítico, de ser autónomos y de comunicarse adquieren relevancia, y para los profesores esto implica repensarse y repensar sus prácticas. Gabriel Jaime Arango Velásquez, director UNIVERSIDAD EAFIT

49


“La Universidad siempre ha velado por la formación y la cualificación permanente de sus profesores. Esa se puede decir que es su gran herramienta”, Claudia Zea.

La otra realidad. Hoy las clases son mediadas por la tecnología y esta es una herramienta del maestro para ser mucho más asertivo con su conocimiento. Foto: Róbinson Henao

de Formación Integral, expresa que lo más sobresaliente de los profesores de EAFIT es su idoneidad profesional, “porque tienen una alta formación académica, respaldada por universidades de muy alto prestigio nacionales o extranjeras donde han tenido ocasión de hacer sus doctorados. Lo segundo es que son personas muy actualizadas y predispuestas para el servicio educativo”. De acuerdo con cifras de la Dirección de Desarrollo Humano en el primer semestre de 2020, EAFIT suma 217 profesores de planta con doctorado y 130 con maestría. En cuanto a los profes de cátedra, hay 76 doctores y 583 magísteres. EAFIT, manifiesta Gabriel Jaime, los apoya para que emprendan un ejercicio de docencia más inteligente y apropiado en cuanto a lo pedagógico, lo didáctico y lo evaluativo. Es un “profesorado muy activo y abierto a la incorporación de innovaciones educativas y muy bien predispuesto para el servicio en función del aprendizaje”. Un aprendizaje activo, basado en la solución de problemas, estudios de caso, cons50

trucción de retos y trabajo colaborativo. El Aula de Pedagogía Inversa, el Laboratorio para la Innovación y el Aprendizaje, los espacios del Edificio de Ingenierías y la Vicerrectoría de Aprendizaje, informó Alberto Jaramillo, director de Direccionamiento Estratégico, al presentarse el Itinerario EAFIT 2030, son ejemplos de estas apuestas. Precisamente, Claudia Zea Restrepo, vicerrectora de Aprendizaje de EAFIT, especifica que “nuestros profesores son el resultado del ADN que ha caracterizado a EAFIT: siempre fueron docentes que inspiran. Siempre estuvieron allí para abrir el camino a sus estudiantes y conectarlos con el entorno y con el mundo. Detrás de todos los empresarios exitosos que se formaron en EAFIT siempre estuvo detrás un docente inspirador”. A su vez, la Vicerrectora añade que “la Universidad siempre ha velado por la formación y la cualificación permanente de sus profesores. Esa se puede decir que es su gran herramienta. En 1985, por ejemplo, construyó el primer curso multimedia de docencia universitaria para fortalecer las me-


Preguntas en movimiento Sara Palacio Gaviria, docente de Literatura, dice que un profesor ya no es solo el que más sabe de un tema, sino aquel que conoce a sus estudiantes, que es capaz de verlos más allá de su rol de aprendices. “Creo que el exceso de información, la velocidad de la vida y la conexión a múltiples estímulos hace que los profesores hoy sean mentores, acompañantes y apoyos para entender lo que nos pasa como humanos y como sociedad”.

La figura del profesor en EAFIT ha cambiado, comenzando por la pregunta que antes se hacía al vincular algún docente: ¿Qué materia enseña? Ahora los cuestionamientos fundamentales se orientan a ¿qué está investigando? y ¿cómo esa investigación puede llevarse a los espacios de aprendizaje e involucrar a los estudiantes? Confiesa que empezó en la docencia como “debe ser”, ceñida a lo que otros le decían que significaba ser una buena profe. “Este último año me he reinventado. Me he transformado porque los estudiantes que tengo ahora son muy diferentes a los que he tenido en otras clases y eso me ha exigido cambiar de metodologías, pensar en lo que significa aprender y enseñar. Me he transformado porque el conocimiento que tengo no es el mismo y porque como todo en la vida, el proceso natural es la transformación”. Más que transmitir un tema específico, enseñan a descubrir. Eso piensa Sara y por la misma línea va Mauricio Bejarano Franco, jefe del Departamento de Mercadeo, quien habla, inclusive, de establecer una conexión a partir de la curiosidad.

Evidentemente, la figura del profesor en EAFIT ha cambiado, complementa Mauricio, comenzando por la pregunta que antes se hacía al vincular algún docente: ¿Qué materia enseña? Ahora los cuestionamientos fundamentales se orientan a ¿qué está investigando? y ¿cómo esa investigación puede llevarse a las aulas e involucrar a los estudiantes? “Inspirar, crear y transformar no es una promesa, es un llamado real que hacemos a los estudiantes y es la principal tarea que tenemos los profes: lograr que esas tres palabras sean lo que suceda en el proceso académico”. Personalmente, él mismo se ha transformado, pasando de “enseñar certezas a trabajar a partir de preguntas cuyas respuestas están en movimiento. Eso nos pone en el rol de liderar un grupo que avanza y nos aleja del rol de autoridad que explica una verdad establecida”. Qué sucede con el estudiante, cómo es su proceso, cómo aprende o qué obstáculos encuentra en ese aprendizaje son otras preguntas que ayudan a realizar los análisis necesarios en cuanto a pedagogías, metodologías y herramientas tecnológicas, opina Luciano Ángel Toro, decano de la Escuela de Ciencias. “Un profesor que busca alternativas constantemente para generar nuevas experiencias de aprendizaje que resulten significativas para nuestros estudiantes, dispuestos a realizar un seguimiento, es proclive a la innovación”.

Compromiso social Coinciden estos docentes en que cuando conversan con sus egresados y los observan como seres autónomos, pensantes, útiles para la sociedad, que disfrutan de lo que hacen, sienten que valió la pena enfrentar los desafíos y arriesgarse con nuevos roles y pedagogías. Mauricio Bejarano añade que, si bien cambiar los métodos de trabajo es un reto, reconforta y anima ver que en EAFIT hay recursos disponibles y el respaldo para hacer realidad lo que se requiere. Ser profesor es una responsabilidad con la sociedad, pero también consigo mismo, UNIVERSIDAD EAFIT

51

Especial EAFIT

todologías de enseñanza y aprendizaje de sus profesores. El primer curso masivo, de autoaprendizaje, y asistido por tecnología para formar a todos sus profesores y que posteriormente compartió con todas las universidades del país. Toda una innovación de aprendizaje para enseñar a enseñar”.


asegura Sara Palacio, “significa aceptar que no lo sé todo, que hay siempre un mundo por descubrir, por tratar de entender. Significa no creer que el conocimiento y el pensamiento son estáticos. Por el contrario, están siempre en movimiento”. Profesor y estudiante. Un encuentro entre seres humanos. Por eso, Luis Fernando Patiño describe al profe de EAFIT como un ser lleno de vida, de sueños y proyectos, pero también como un ser vulnerable que busca el equilibrio entre su quehacer y su dimensión afectiva, familiar y personal. Así, la experiencia de ser profesor conlleva un inmenso compromiso. De eso está convencido Adolfo Maya Salazar, del Depar-

tamento de Gobierno y Ciencias Políticas. Él explica que no basta tener un título o un doctorado, habilidades o destrezas idiomáticas o tecnológicas. “¡Qué bueno lograr llegar a ser maestro, ¡qué bueno trascender a la condición de ser un cultivador, todos los días pensando que todavía no es suficiente, que debo estudiar, leer, tener la capacidad autocrítica de mis analfabetismos! Los significados son de plenitud, de responsabilidad, compromiso, amor, ternura. Poder luego, en la marcha por la vida, encontrarme con mis exalumnos, mirarnos de frente y poder hacerlo con alegría, amistad y mutuo reconocimiento, por haber tenido la coincidencia de estar juntos y haberlo hecho bien”.

Nivel de estudios de los docentes de planta de EAFIT Departamentos (totales)

Doctorado

Maestría Especialización

Escuela de Administración

41

29

2

Escuela de Ciencias

44

7

0

Escuela de Humanidades

38

32

0

Escuela de Derecho

16

14

1

Escuela de Economía y Finanzas

30

13

1

Escuela de Ingenierías

48

35

0

Maestría: 35

217

130

4

Especialización: 22

Total general

* Las cifras corresponden al período 2020-1. Fuente Dirección de Desarrollo Humano.

Nivel de estudios de los docentes de cátedra de EAFIT Departamentos (totales)

Doctorado

Maestría Especialización

Idiomas EAFIT Doctorado: 1

Educación Permanente Doctorado: 13

5

169

10

Maestría: 187

Escuela de Ciencias

27

61

5

Escuela de Humanidades

21

139

5

Especialización: 86

Escuela de Derecho

4

41

8

Escuela de Economía Y Finanzas

1

45

2

Escuela de Ingenierías

18

127

13

-

1

-

76

583

43

Escuela de Administración

Dirección de Desarrollo Humano Total general

* Las cifras corresponden al período 2020-1. Fuente Dirección de Desarrollo Humano.

52


Especial EAFIT

La alta calidad en EAFIT: mejoramiento continuo y búsqueda permanente de la excelencia

Ilustración: Isabel Cristina Castaño Preciado UNIVERSIDAD EAFIT

53


Se trata de una filosofía ya característica en los procesos eafitenses que busca acreditar en alta calidad todos los programas que cumplan con los requisitos ya sea del Consejo Nacional de Acreditación o de otras entidades externas. El ejercicio no solo busca un resultado que destaque en la sociedad la excelencia de sus procesos, sino que permite hacer una revisión constante desde adentro para identificar mejoras y aprender de manera continua. Esta es una apuesta permanente de EAFIT, reflejada en acreditaciones, aparición en ránquines y algunas certificaciones. Karen Osorno Varela Colaboradora

L

a excelencia ya venía inscrita en los primeros documentos fundacionales de EAFIT, y no solo como un aspecto consignado en el papel, sino como parte de una misión que sus fundadores y primeros integrantes fueron imprimiendo en cada clase, en cada proceso, en cada nuevo convenio o en un nuevo reto.

La búsqueda de la calidad en EAFIT no se apega a una norma o a una ley. Esta ha sido una constante de la Universidad de tiempo atrás, inclusive mucho antes de 1997, año en que la Institución se inscribió en el Sistema Nacional de Acreditación. Ilustración: Isabel Cristina Castaño Preciado

Fue hasta 1992 cuando el Gobierno Nacional, a través de la Ley 30, creó el Sistema Nacional de Acreditación y con esto la divulgación y la apropiación conceptual de los procesos de autoevaluación. De ese entonces, Helmuth Trefftz Gómez, docente del Departamento de Ingeniería de Sistemas e integrante del Consejo Nacional de Acreditación (CNA), recuerda que hasta ese momento la educación superior en Colombia se basaba en la reproducción del conocimiento de otros países y fue desde ahí que la nación entendió que bajo esas premisas estaría su54


Especial EAFIT En 2018 la Universidad recibió su segunda renovación de la Acreditación Institucional de Alta Calidad. Esta irá hasta 2026. Foto: Róbinson Henao

jeto a estar en la escala más baja del saber y de la economía. Así, llegó la generación del conocimiento, la nueva ciencia y la nueva tecnología, que empezó a hacer parte de la lista de requerimientos para que el Ministerio de Educación Nacional (MEN) diera el paso a la entrega de avales de alta calidad y no solo un registro calificado que soporta que una institución cumple con unos mínimos para poder funcionar. El hecho es que la búsqueda de la calidad en EAFIT no se apega a una norma o a una ley. Esta ha sido una constante de la Universidad de tiempo atrás, inclusive mucho antes de 1997, año en que la Institución se inscribió en el Sistema Nacional de Acreditación, se ha buscado la excelencia en todos los ámbitos. La primera acreditación para EAFIT llegó en 2003 luego de seguir un arduo proceso de autoevaluación y cuyo resultado la dejó como la primera universidad privada en Antioquia en lograr el reconocimiento y con una certificación por seis años de vigencia. Sin embargo, los aprendizajes propios de un análisis hacia adentro demostraron que las capacidades y los niveles de excelencia eran superiores a los mínimos ya requeridos. “En ese tiempo solo éramos cuatro universidades acreditadas y en el camino se fueron sumando muchas más. La vinculación al Sistema Nacional de Acreditación nos ha permitido mejorar nuestro conocimiento sobre nuestras fortalezas y oportunidades de mejoramiento, con las visiones (externas a la Institución) de

los distintos pares académicos que han visitado y evaluado los programas y a la Universidad misma. También hemos aprendido a mejorar nuestros procesos de autoevaluación y hemos tomado conciencia de que el fin no es la acreditación sino el mejoramiento continuo en la búsqueda permanente de la excelencia académica”, agrega Alberto Jaramillo, director de Direccionamiento Estratégico de EAFIT.

“Hemos aprendido a mejorar nuestros procesos de autoevaluación y hemos tomado conciencia de que el fin no es la acreditación, sino el mejoramiento continuo en la búsqueda permanente de la excelencia académica”, Alberto Jaramillo. Así, la Institución cumple ya más de 20 años de constancia y compromiso por asegurar la excelencia de sus programas y hoy da cuenta de la alta calidad para 17 pregrados, 8 maestrías y 2 doctorados. “Durante este 2020 tenemos tres programas que buscan su acreditación por primera vez y tres más se encuentran en un proceso de renovación. Así mismo, siete programas más adelantan su proceso de autoevaluación para obtener o renovar la acreditación”, señala Andrea Escovar Grisales, jefa de la Oficina de Evaluación y Aseguramiento de la Calidad. Dado que las acreditaciones son temporales y que para lograrlas se requiere presentar UNIVERSIDAD EAFIT

55


Historia de la calidad en EAFIT La Ley 30 de 1992 creó el Sistema Nacional de Acreditación, que se reglamentó mediante el decreto 2904 de 1994. Las políticas generales que organizaron y pusieron en marcha el Sistema Nacional de Acreditación se adoptaron mediante el Acuerdo 06 de 1995. En 1998 se realizaron los siete primeros procesos simultáneos de autoevaluación de programas en la Universidad. Los primeros equipos de pares académicos visitaron la Universidad entre marzo y noviembre de 1999.

1997

1998

En agosto de 1997, la Universidad se inscribió, con siete pregrados, en el Sistema Nacional de Acreditación. EAFIT fue la primera universidad que se presentó e inscribió con más de un programa al Sistema Nacional de Acreditación. En octubre de ese año tuvo la visita de condiciones iniciales por parte del CNA.

1999 & 2000

2002

Entre 1999 y 2000 se recibió la Acreditación de los siete pregrados inscritos inicialmente: Ingeniería Civil, Ingeniería de Producción, Contaduría Pública, Ingeniería Mecánica, Geología, Ingeniería de Sistemas y Administración de Negocios.

un plan de mejoramiento, durante las últimas dos décadas EAFIT ha vivido un proceso de avance continuo en la elevación permanente de la calidad de sus programas académicos y de sus actividades de investigación. De ahí que, luego de los seis años que se otorgó la primera acreditación institucional, la Universidad solicitara y obtuviera su renovación en 2010 y posteriormente en 2018. De esta última, que está vigente hasta 2026, el Ministerio de Educación Nacional destacó aspectos como la Visión y Misión coherentes con el proyecto institucional, valores de los que se ha apropiado la comunidad universitaria, oferta de programas académicos, núcleo docente integrado por docentes con alto porcentaje de doctorado y maestría, entre otros. 56

En 2002 EAFIT realizó su primera Autoevaluación Institucional. Su calificación fue de 4.31.

2003

El 5 de septiembre de 2003, con la Resolución 2086, EAFIT obtuvo, por seis años, su primera Acreditación Institucional. Fue la primera institución privada en Antioquia en lograrlo.

Conocimiento, colaboración y formación docente entre lo más destacado Andrea señala que el CNA es la entidad encargada de liderar estos procesos y de definir los factores y las características objeto de evaluación, entre los que se encuentran aspectos académicos e investigativos, recursos y medios educativos, infraestructura y gestión administrativa, entre otros. “Una característica esencial para el desarrollo de estos procesos en EAFIT es la participación de los diferentes actores, pues estudiantes, profesores, egresados, directivos, personal administrativo y del sector externo hacen parte de todo este camino. Otro elemento fundamental es contar


• Con la Resolución número 1680 del 16 de marzo de 2010, y por ocho años, EAFIT fue la primera universidad en recibir la renovación de la Acreditación Institucional de Alta Calidad.

2008 En 2008, la Universidad efectuó su segunda Autoevaluación. Su calificación fue de 4.37.

2010

2016

2018

En 2016 la Universidad realizó su tercer proceso de Autoevaluación. Su calificación fue de 4.5. El 13 de febrero de 2018, con la Resolución 2158, el MEN renovó la Acreditación Institucional de Alta Calidad de EAFIT por ocho años más.

con evidencias que permitan dar cuenta de la autoevaluación y el mejoramiento continuo”, agrega la directiva. El CNA, en su objetivo de jalonar la educación en el país de forma profunda, estableció una serie de aspectos que deben cumplir todas aquellas instituciones que de manera voluntaria busquen obtener el aval. De acuerdo con Helmuth, entre las más relevantes están generar conocimiento a través de investigación que resulte en productos que se puedan comercializar; establecer redes de colaboración internacional tanto para profesores, como para estudiantes; la cantidad, la suficiencia y la formación del cuerpo profesoral que pueda transmitir, crear e innovar; y que maestros como estudiantes dominen un segundo idioma.

2020 La Escuela de Administración de EAFIT fue la tercera del mundo que alcanzó la acreditación de Business Graduates Association. Fue en enero de 2020. The Association of MBAs (Amba) también ratificó, por otros cinco años, la calidad del MBA de EAFIT.

“En esos aspectos, como en muchos otros, EAFIT lo ha hecho muy bien y de eso da cuenta una acreditación institucional por ocho años que es una de las más altas del país. Es de destacar que fue pionera en la búsqueda de la alta calidad cuando envío a universidades internacionales a una camada de profesores para que se formaran en doctorado a finales de los 90, la destinación constante de un rubro importante para la investigación y el apoyo a los docentes, el liderazgo para crear redes externas en otros países y, de manera especial, para el programa en Ingeniería de Diseño de Producto con la Universidad Tecnológica de Delft con la que hay intercambio constante”, menciona el docente. Para él, la diferencia entre el 2001 cuando el foco se puso de manera formal en este UNIVERSIDAD EAFIT

57

Especial EAFIT

• Los primeros programas de EAFIT acreditados internacionalmente: el pregrado en Contaduría Pública recibió el reconocimiento por Cacsla de México, por 5 años. La maestría en Administración (MBA) fue acreditada por 5 años, por la Asociación de MBA (Amba). • Primer programa de maestría de EAFIT acreditado por el MEN: maestría en Ciencias de la Administración. • Primer programa de doctorado de EAFIT acreditado por el MEN: doctorado en Administración.


proceso y el 2020 cuando la Institución conmemora sus 60 años, es suficientemente amplia como para entender que el proceso se ha hecho bien y que no solo se trata del resultado, sino de los aprendizajes que quedan en cada área o dependencia para mejorar cada día.

Desde las escuelas también se certifican procesos de calidad Una de las unidades académicas que desde muy temprano se sumó a la filosofía de la acreditación fue la Escuela de Administración en la década de los 90, justamente con el pregrado en Administración de Negocios. Además, cuenta Ricardo Uribe Marín, decano de la Escuela de Administración, en 2010 se comenzaron a buscar procesos de acreditación internacional y de allí han resultado avales como The Association of MBAs (Amba) para la Maestría en Administración (MBA); el Consejo de Acreditación en Ciencias Sociales, Contables y Administrativas en la Educación Superior de Latinoamérica, A.C. (Cacsla) para el pregrado en Contaduría Pública o Business Graduates Association (BGA) para toda la escuela —incluidos pregrados y posgrados—. Así mismo, junto a la Escuela de Economía y Finanzas hace parte de The Association to Advance Collegiate Schools of Business (Aacsb), considerada como la alianza para la educación en negocios más grande del mundo. En esta última se lleva un largo proceso de acreditación internacional.

58

“Hemos dado estos pasos para buscar una educación de calidad y excelencia en los procesos y justamente nos permiten estar en sintonía con las mejores prácticas a nivel mundial desde el punto de vista académico, administrativo y financiero. Ese es para nosotros uno de los elementos más importantes porque nos permite medirnos, alinearnos, cerrar brechas y aportar a la visión global de la Universidad en su Itinerario EAFIT 2030”, dice el Decano. Y así es como cada individuo de la comunidad universitaria propende con sus acciones a aportar desde su quehacer de manera significativa a los logros y los resultados colectivos, que benefician a toda la Institución y le otorgan una mejor visibilidad en la región y el mundo. Prueba de esto son las certificaciones que Icontec ha otorgado a diferentes unidades eafitenses en los últimos años. “EAFIT se destaca entre las universidades del país por su compromiso con la calidad, reflejado en el número de programas acreditados, pero también por otros indicadores como las patentes obtenidas, por sus actividades de investigación, de innovación, de transferencia de conocimiento a los sectores público y privado, por su compromiso con el arte y la cultura, y por la participación en distintos proyectos del sector público en el ámbito local y nacional. La calidad de los programas que ofrecemos se ratifica, en primera instancia, por las acreditaciones nacionales y externas recibidas; pero también por el desempeño de sus egresados y por la confianza que los bachilleres y sus familias depositan en nosotros cuando nos eligen para formarse profesionalmente”, concluye Alberto Jaramillo.


La contingencia del covid-19 alertó al mundo: se necesita mucha ciencia, muy calificada, para buscarle soluciones a esta situación. Así lo entiende EAFIT. Foto: Róbinson Henao UNIVERSIDAD EAFIT

59

Especial EAFIT

¡Descubrimiento y creación para transformar el mundo!


Desde su origen, EAFIT comenzó un viaje en ascenso: crear investigación. En este camino de seis décadas ha logrado parte de su intención inicial: mejorar el entorno en el que se encuentra. Con el paso de los años, este proceso se ha enriquecido, y hoy la Institución cuenta con un sistema de descubrimiento y creación donde hay etapas, procesos y una agenda definidas. La Universidad de los Niños, los semilleros y los grupos de investigación conforman este eje eafitense que genera nuevo conocimiento para la sociedad. Y la historia continúa y se fortalece… Adriana Cooper Colaboradora

C

orría el año 2008 y a los cultivos extensos, en medio del aire húmedo de Urabá, llegó Valeska Villegas Escobar, investigadora, doctora en Biotecnología y docente de la Escuela de Ciencias de EAFIT. La intención era clara: reducir la carga química de los pesticidas utilizados en cultivos de banano. Un sentimiento de incredulidad ante el cambio apareció en algunos de los trabajadores y los responsables. Convencida del poder de biopesticidas y la biofertilidad, siguió un proceso que después de mostrar rigor y consistencia obtuvo la confianza de agricultores, empresarios e investigadores. Los resultados ya se ven en otros lugares del Urabá antioqueño como Apartadó y Carepa. El propósito inicial de aumentar la efectividad y reducir los peligros

60

de ciertas sustancias químicas para la naturaleza y las personas involucradas se logró y se trasladó también a cultivos de flores en el Oriente antioqueño y a otros de flores, café y tomate en los que se realizan ensayos. Además de lograr un cambio en las ideas de los productores y los encargados de los cultivos, la profesora Valeska menciona otro aspecto vital: la formación de estudiantes en niveles variados de pregrado y posgrado. Más allá de los conocimientos naturales y esperados en biología, aprenden de los procesos de una investigación desde la fase inicial hasta acciones finales o más avanzadas como obtener una patente. Agrega que los éxitos alcanzados en este campo han sido posibles gracias al apoyo otorgado por la Universidad desde diferentes unidades. Su caso es un ejemplo sobre cómo una investigación trasciende el laboratorio, involucra a estudiantes, mejora el ambiente, vincula a la


Especial EAFIT A lo largo de seis décadas, EAFIT ha dispuesto de espacios de investigación y de práctica para sus estudiantes. Esta imagen de los años 60 muestra los talleres de entonces. Foto: Gabriel Carvajal

“Queremos consolidar el ecosistema de conocimiento en el que se articulan los sistemas de descubrimiento y creación con los de aprendizaje e innovación, bajo el propósito de generar nuevo conocimiento que transforme y aporte al enriquecimiento de la ciencia y al bienestar humano”, Mauricio Perfetti.

empresa y crea vínculos con el exterior. Y es que, en este caso específico, se desarrollan pruebas de fertilizantes con organizaciones en Estados Unidos.

Descubrimiento y creación La investigación eafitense le apunta a crear y a transformar, tanto que hace unos años, con el surgimiento de la Vicerrectoría de Descubrimiento y Creación, se le dio un impulso a este eje misional de la Universidad y que ahora con el Itinerario EAFIT 2030

busca, entre otros temas, consolidar una comunidad científica de científica de excelencia mediante el fortalecimiento del sistema de descubrimiento y creación, y el desarrollo de las agendas de conocimientos. EAFIT también se fortalece cada vez más como una Universidad de docencia con investigación, recorrido en el que ya suma varios años. Mauricio Perfetti Del Corral, vicerrector de Descubrimiento y Creación de la Universidad, resalta la existencia actual de 44 grupos de investigación —de estos más del 70 por ciento en las máximas categorías del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación— y el propóUNIVERSIDAD EAFIT

61


Si se revisa la historia de la Universidad, los hechos lo demuestran: la investigación existe desde sus comienzos. En 1964, EAFIT creó el Centro de Investigaciones Académicas y en 1965 realizó su primera publicación en una revista científica.

La investigación en EAFIT tiene un sentido: transformar el entorno. Foto: Róbinson Henao

sito para esta década que comenzará. “Queremos consolidar el ecosistema de conocimiento en el que se articulan los sistemas de descubrimiento y creación con los de aprendizaje e innovación, bajo el propósito de generar nuevo conocimiento que transforme y aporte al enriquecimiento de la ciencia y al bienestar humano". Para esto, los grupos interactúan para 62

pasar abordar fenómenos que, por su naturaleza, requieren ser abordados desde un enfoque holístico, a través del trabajo colaborativo y transdisciplinario. El Vicerrector enfatiza en que hoy no es posible un aprendizaje que no haga uso de la ciencia. “También es vital lograr que la creación esté asociada a los procesos de descubrimiento. Para ello, trabajamos en la consolidación de 13 agendas de conocimiento que combinan algo importante: las capacidades de investigación de la Universidad, la trayectoria de los grupos y los investigadores, y las tendencias en la generación de nuevo conocimiento y desarrollo tecnológico con mayor alcance a nivel internacional, regional, nacional y local”. Para Juliana Villegas Cuadros, jefa de Proyectos de la Vicerrectoría de Descubrimiento y Creación, iniciativas como las mencionadas anteriormente, y que resaltan el aporte de la Universidad a generar preguntas y respuestas a retos de la sociedad —lo que es una constante en la historia eafitense— son posibles gracias a diversos factores. “La Institución está enfocada en ser una Universidad de docencia con investigación y en crear alianzas con el sector productivo para que aporte resultados a la sociedad”. Explica que para lograrlo los grupos de investigación participan de forma constante en las convocatorias de organismos nacionales como el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCiencias), y forman alianzas o redes con instituciones internacionales. El interés por aplicar la investigación básica a los procesos de la sociedad también se ve en el trabajo de profesores como Juan Carlos Duque Cardona, de la Escuela de Ciencias, quien después de estudiar los procesos de comportamiento de las ciudades en temas como el empleo o la seguridad se convirtió en consultor de entidades locales e internacionales, tanto que en la actualidad lidera, desde EAFIT, un proyecto mundial de desarrollo de


Especial EAFIT La de EAFIT es una investigación aplicada que le apunta a generar preguntas y respuestas para beneficio de la sociedad. Un ejemplo de esto es el proceso de más de una década con el Metro de Medellín. Foto: Róbinson Henao

ciudades denominado Peak y que se hace en alianza con universidades de primer nivel en el mundo como Oxford. A él se suma la experiencia del profesor Santiago Correa Vélez, de la Escuela de Ingeniería e investigador de prótesis craneales de titanio, y cuyo proyecto en esta área ha obtenido varias patentes. A estas historias se suman las de profesores como el biólogo Juan Fernando Díaz Nieto, del Departamento de Ciencias Biológicas, y quien participó en la Expedición Colombia BioAnorí realizada en 2018 e impulsada por Colciencias. En esa ocasión se descubrieron más de 14 especies nuevas de animales y plantas en un bosque húmedo tropical ubicado en el Nordeste de Antioquia. Un aspecto importante de este proceso fue la participación de 10 excombatientes de la extinta guerrilla de las Farc que trabajaron junto a los científicos. Entre los desafíos por abordar, Juliana Villegas menciona la obtención de financiación para investigación básica, esa que se lleva a cabo inicialmente sin fines prácticos inmediatos y como su nombre anuncia, se convierte en la base de proyectos aplicados. También

destaca la importancia de mantener los niveles actuales de excelencia y habla de la calidad de los grupos de investigación que, como lo mencionó el Vicerrector, están en las máximas categorías de MinCiencias.

EAFIT tiene el 73 por ciento de sus grupos de investigación en las categorías más altas de Colciencias

A través del tiempo Si se revisa la historia de la Universidad, los hechos lo demuestran: la investigación existe UNIVERSIDAD EAFIT

63


Esta imagen muestra cómo se investigaba décadas atrás, cuando la investigación en EAFIT apenas se consolidaba. Foto: archivo

desde sus comienzos. En 1964, EAFIT creó el Centro de Investigaciones Académicas y en 1965 realizó su primera publicación en una revista científica. Las páginas de su historia también cuentan que en 1968 desarrolló un estudio de valorización solicitado por el Municipio de Medellín y dirigido por el profesor Andrew Barta con el propósito de mejorar procesos considerados “ineficientes, pesados e improcedentes”. En 1978 había realizado 92 investigaciones en áreas como mercadeo, contabilidad, auditoría, producción, organización, economía y administración pública. Los resultados de esos estudios se aplicaron a instituciones públicas y a empresas de la región. La primera unidad de investigación fue el Centro de Asesoría y Consultoría que funcionó hasta 1997. Con el fin de esa década quedó clara la clave de la supervivencia de los centros educativos: el conocimiento generado. A partir de entonces y con este ítem como norte, las relaciones con los sectores productivos se fortalecieron a través de los grupos de investigación hasta el punto de ofrecer asesorías y consultorías basadas en las diferentes áreas del conocimiento. Con la 64

llegada del nuevo milenio, el protagonismo e importancia del profesor investigador se dirigió hacia los grupos. En su Plan de Desarrollo 2006-2012, EAFIT adoptó un modelo de investigación ya mencionado, el de universidad de docencia con investigación. Este aplica a aquellas instituciones donde la generación de conocimiento y una docencia de alta calidad se convirtió en prioridad. En el siguiente Plan de Desarrollo, 20122018, la premisa fue consolidar este eje y se lograron resultados positivos que confirmaron la capacidad de la Institución para responder a este desafío. Así, después de mirar la historia y los aportes en estas seis décadas es posible decir que la investigación en EAFIT se consolida a través de un sistema rizomático en el que interactúan los diferentes actores que participan en los procesos de descubrimiento y creación de la Universidad. El camino empieza con la Universidad de los Niños donde sus participantes fortalecen la curiosidad, despiertan el gozo intelectual, y favorecen el pensamiento crítico. A este programa le siguen los semilleros de investigación que son comunidades de aprendizaje en las que sus


integrantes adquieren motivaciones, saberes conceptuales, herramientas e interacciones sociales para profundizar en las vocaciones, los conocimientos y las habilidades disciplinares. Finalmente, se encuentran los grupos de investigación en los que participan investigadores y estudiantes de posgrado para generar nuevo conocimiento que transforme el entorno y consolidar los procesos de formación de talento humano de alto nivel. El trabajo de este grupo de investigadores diverso está apoyado por lugares que hacen posible su labor. Además de la investigación formativa está el Centro de Laboratorios, los espacios de investigación, los laboratorios (adecuados con equipos y materiales de vanguardia) y el nuevo Edificio de Ciencias que consta de 13.600 metros cuadrados propicios para realizar investigación. Como lo dijo el rector Juan Luis Mejía, en este lugar la investigación tendrá identidad propia. Este edificio resume un poco la esencia de la investigación en la Institución: un proceso en continuo movimiento que se afianza y responde a las necesidades del entorno cercano y del mundo. Salas de proyectos, salones para pedagogía especializada y 54 laborato-

Especial EAFIT

Un hecho que habla del compromiso de EAFIT con su entorno, y que involucra la investigación como eje misional, conocido en la U como de Descubrimiento y Creación, es el ocurrido por cuenta de la contingencia del covid-19: de un total de 25 proyectos financiados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCiencias) para hacerle frente a la pandemia, tres serán ejecutados por EAFIT y en estos se resalta el papel de la mujer científica como líder de cada una de las investigaciones. Además, EAFIT será el coejecutor de uno más con la alianza Caoba. Pero el asunto más relevante es el papel que cumple la Institución en momentos como estos, de ser faro de la sociedad, algo que no es nuevo para la Universidad y que sucede, precisamente, en su aniversario número 60.

EAFIT ejecutará tres de las 25 propuestas financiables de MinCiencias para enfrentar el covid-19 y es aliada en otra más.

rios son algunos de los espacios que tendrá este lugar y cuya entrega coincide con el aniversario número 60 de EAFIT.

Evolución en 12 lustros Una de las personas que ha visto la evolución de EAFIT en este campo ha sido el docente Juan Diego Jaramillo Fernández, profesor emérito de la Universidad adscrito a la Escuela de Ingeniería. Al respecto cuenta que varios espacios universitarios han sido vitales para estos avances como es el caso de los laboratorios. “Su papel es protagónico en todas las áreas de las ciencias naturales debido a que han permitido contrastar los modelos teóricos con la experimentación, pilar fundamental del método científico. Los laboratorios y la experimentación que se hace en estos sugieren los modelos teóricos y después los corroboran o los descartan. Sin experimentación y verificación no hay investigación”. Sobre lo logrado hasta ahora y los desafíos por afrontar, afirma que EAFIT es muy buena en investigación aplicada y en la generación de nuevas tecnologías basadas en el UNIVERSIDAD EAFIT

65


En toda Colombia existen diversos ejemplos de cómo la investigación eafitense trasciende los laboratorios. Foto: Róbinson Henao

conocimiento de los fenómenos naturales. El número de patentes conseguidas hasta ahora indican una fortaleza en este campo. Finalmente, EAFIT fija su atención en este ítem, de cara al futuro y a la consolidación del Itinerario EAFIT 2030, en las trece agendas de conocimiento, enfocadas en tecnologías convergentes como nano, bio, info y cogno y la industria 4.0; Agrotech; Ciudades inteligentes; Ambiente, biodiversidad y sistemas naturales; Ciencias básicas; Salud; Estudios económicos y empresariales; Creación, cultura y arte; Energías sostenibles; Estado, construcción pacífica, convivencia y posacuerdos; Estudios del comportamiento y cambio social; Ciencias del aprendizaje; Estudios de gestión, organizaciones, mercados, individuos y entornos. Estas agendas son un mecanismo de articulación y promoción de la

66

convergencia entre investigadores y grupos de investigación, que permiten generar nuevo conocimiento para conectar el descubrimiento y la creación con los principales retos, fenómenos y desafíos de la sociedad y, a su vez, priorizar y orientar la agenda de investigación de la Universidad. Todo esto unido a las tendencias mundiales y locales permite pensar que la investigación y la creación en EAFIT avanzan hacia un futuro donde la colaboración y la solidaridad son atributos esenciales de la ciencia y ponen de precedente la rigurosidad que implica superar los propósitos individuales para trascender a un descubrimiento y creación con una mirada local en diálogo con la global. De esta forma, cobra vida la visión de la Universidad, pues es la expresión misma de unir propósito con conocimiento y forjar humanidad y sociedad.


Especial EAFIT Foto: Róbinson Henao

Conocimiento, innovación, tecnología y proyección para mejorar el entorno UNIVERSIDAD EAFIT

67


Con su tercer eje misional, el de la proyección social, EAFIT busca devolverle a la sociedad lo que esta le ha entregado en seis décadas de recorrido. La Institución, a través de la transferencia de conocimiento, aporta soluciones a los sectores empresarial, gubernamental, social y cultural. La punta de lanza es la innovación. Y lo más importante: se ha trascendido de ser una Institución que transmite conocimiento a una que lo genera y lo transfiere. Juliana Henao Gutiérrez Colaboradora

P

roponer, entregar, solucionar, transferir, aportar… Estas son acciones que EAFIT practica día a día y hora a hora desde que un miércoles de 1960 un grupo de empresarios puso a rodar una historia que hoy se cuenta en infinito. El reto siempre ha sido tener un pie en la Universidad y otro en el mundo que la rodea, es decir, mirar desde los espacios de aprendizaje y los laboratorios hacia un entorno que cada minuto es diferente y que necesita del respaldo de una academia que conjugue los cinco verbos iniciales en hechos concretos para la sociedad. Patentes obtenidas en Colombia y el exterior, secretos empresariales, diseños industriales, la producción permanente de los 44 grupos de investigación, proyectos de asesoría y consultoría, apoyo a comunidades y participación en grandes discusiones nacionales e internacionales hablan de una Institución cuyos conocimientos y tecnología se transfieren, y en este recorrido de seis décadas no solo han evolucionado, sino que están a la vanguardia, en una dinámica de reinvención y adaptación que incluye todos los sectores y con respuestas que llegan a lo público y lo privado. Desde la misma génesis de EAFIT existe un compromiso permanente por conectarse con los retos del entorno. Y no solo se hace tangible en el perfil empresarial de sus fundadores, sino en hechos como el ocurrido en 1962 cuando a la naciente carrera de Administración de Negocios se unió la apertura del Instituto Tecnológico (IT), que aparte de complementar el nombre de EAFIT fue uno de los puntos de partida para las carreras

68

tecnológicas en el país. Y así, de esa manera, se fue consolidando un sistema que a lo largo de los años se ha erigido como una promesa y una declaración. Y es que en un comienzo había una universidad que transmitía conocimiento, luego una que lo generaba y más adelante otra que lo llevaba a la sociedad, dinámica que se ha mantenido activa en estas décadas de cambios tecnológicos y de respuestas exigidas en varios sectores, los que han acelerado las transformaciones que han llegado desde EAFIT y que le apuntan a temas tan diversos como la agricultura, la equidad de género, la movilidad, la cultura y el urbanismo, entre otras, y que dan fe de una universidad universal.

Imaginación + realización = innovación Precisamente, con la finalidad de contribuir al desarrollo del país a través de la transferencia de tecnología y conocimiento, la apuesta institucional en 2006 fue consolidar la innovación como un diferencial de la Universidad, por lo que nació el Centro para la Innovación, la Consultoría y el Empresarismo (Cice de EAFIT), que en 2016 se convirtió en la dirección de Innovación EAFIT, enfocada en ofrecer soluciones sustentadas en el saber y en la experiencia de las diferentes áreas académicas y de investigación de la Universidad. Para lograrlo, explica Adriana García Grasso, directora de esta unidad, se basan en tres líneas de trabajo: proyectos de innovación y consultoría, cuya misión da respuesta a las necesidades del medio a través del co-


Especial EAFIT La producción de patentes, que en EAFIT suman 58, son una respuesta de la Universidad a soluciones que busca la sociedad. El profesor Juan Diego Jaramillo es uno de los docentes que ha liderado iniciativas de este tipo. Foto: Róbinson Henao

“Decidimos involucrarnos proactivamente en el medio y participar en la solución de sus problemáticas. Esto nos hace una Universidad de quinta generación”, Adriana García. nocimiento existente en diferentes campos; acompañamiento a emprendedores mediante la validación de modelos de negocio, la conformación de equipos y la articulación con el ecosistema de emprendimiento e innovación; y transferencia de tecnología y conocimiento para la creación y la participación de nuevos negocios del conocimiento (spin off, licencias y explotación directa), y la identificación y el desarrollo de productos de conocimiento para proyectos de innovación. Es así como través de consultorías, asesorías y acompañamiento se entregan soluciones para los sectores empresarial, gubernamental y cultural, al partir de la generación de un impacto social: “Si bien somos una unidad de ne-

gocio dentro de la Universidad, garantizamos que todos los excedentes económicos que alcanzamos sean reinvertidos en el mismo proceso de investigación, en el acompañamiento a emprendedores y en el apalancamiento de EAFIT Social”, explica la directiva. Para ella, dentro de todo este proceso, ha sido clave el camino recorrido por la Institución, que en estos 60 años de historia ha pasado a ser una Universidad de primera generación a una de tercera generación: “Ya no somos una Universidad que solo enseña y a la que el alumno únicamente va a recibir clases. Ahora enseñamos, aprendemos e investigamos, pero también transferimos conocimiento al medio”, especifica. UNIVERSIDAD EAFIT

69


En diversas organizaciones, públicas y privadas, se encuentra el aporte de EAFIT, cuya transferencia de conocimiento es una de las constantes en estos 60 años. Foto: Róbinson Henao

“EAFIT vive la innovación social de manera permanente y mucho más a partir del Itinerario EAFIT 2030, en el que forjamos humanidad y sociedad”, Mario Vargas.

Incluso, asegura Adriana, EAFIT en la actualidad está dos niveles por encima de esta clasificación ya que enseña, investiga, transfiere conocimiento, aprende del medio y emprende en un sentido amplio a través de figuras como las spin off y las diferentes unidades de negocio: “Además, decidimos involucrarnos proactivamente en el medio y participar en la solución de sus problemáticas. Esto nos hace una universidad de quinta generación”.

Esperanza y confianza para materializar la responsabilidad social El enfoque social al que hace referencia Adriana García es el que la Institución ha tomado como bandera, apuntándole a articular aprendizaje, descubrimiento, creación y cultura con un sentido humano, mandatos insertos en la actual hoja de ruta de la Universidad: el Itinerario EAFIT 2030, donde se habla de desarro70

llar alianzas relevantes y fortalecer los vínculos de confianza con los sectores empresariales, gubernamentales, sociales y académicos. Por eso, hacer equipo con otras dependencias de la Universidad como EAFIT Social es clave para alcanzar el objetivo de generar el mayor impacto a través de la innovación social, basada en el planteamiento de nuevas ideas o formas de trabajar que satisfacen las necesidades sociales de manera más eficaz que los métodos existentes: “EAFIT vive la innovación social de manera permanente y mucho más a partir del Itinerario EAFIT 2030, en el que forjamos humanidad y sociedad a través de la producción, la difusión y la evaluación de tecnologías y conocimientos disponibles o necesarios”, aclara Mario Enrique Vargas Sáenz, director de EAFIT Social. Dentro de este proceso, dice el directivo, surgen retos constantes relacionados con situaciones de falta de articulación y de capital en organizaciones sociales y comunitarias, y temas de formación en habilidades para la vida en jóvenes de instituciones pú-


blicas, por poner algunos ejemplos. Desafíos en los que trabaja permanentemente EAFIT Social y que se han visto materializados en resultados que hoy se convierten en semillas de esperanza y confianza. Entre los logros se destacan, entre otros, la articulación de 42 mil jóvenes y de 210 instituciones educativas en todo el país, la formación de 400 maestros y, por lo menos, 150 directivos docentes; el fortalecimiento organizacional integral de 14 asociaciones de cacaocultores y la participación de cerca de 500 eafitenses en el programa de voluntariado institucional.

el caso de EAFIT, desde la comercialización y apalancamiento. Hoy, este emprendimiento cuenta con cuatro diseños industriales y una patente otorgados. Además, a través de los sistemas corporativos que ofrecen a empresas como Grupo Argos e Isa, se han alcanzado, a la fecha, importantes indicadores: más de 20.080 préstamos de bicicletas eléctricas, 111.567 kilómetros recorridos, el ahorro de 131.647 toneladas de CO2 y más de 2.388 horas de viaje.

Pedaleando por un mundo más sostenible

Además de soluciones de movilidad, que se traducen en beneficio para la sociedad, están también otras iniciativas que en la actualidad le apuntan a generar un impacto positivo en los ámbitos ambiental y social. Es el caso de los trabajos en nanotecnología que adelanta Mónica Álvarez Láinez, docente e investigadora adscrita a la Escuela de Ingeniería de la Universidad. Desde hace ocho años se ocupa, junto con su equipo, de la fabricación de membranas para la filtración de partículas de tamaños menores a 25um, de la elaboración de técnicas para la dispersión de nanopartículas, con propiedades antimicrobiales y autolimpiantes, y de la fabricación de máscaras respiratorias para la captura de material particulado PM 2,5 y PM 10. El proyecto, del que Fabricato es aliado, cuenta con un secreto empresarial otorgado y una patente internacional en solicitud, y resulta especialmente útil para la sociedad en momentos como el actual, en el que se enfrenta una pandemia y grandes niveles de contaminación en las ciudades. Para Mónica, buscar soluciones a estos desafíos para contribuir a la sociedad es el principal motor de su labor como investigadora: “La idea cuando uno genera conocimiento e innovación es provocar un impacto

Una de las iniciativas a las que le apuesta Innovación EAFIT tiene que ver con la movilidad sostenible. A través de la spin off Inmotion, por ejemplo, se busca ofrecer soluciones para transformar la manera en que se mueve el mundo. La compañía, que lleva ocho años operando, es la materialización del sueño de cuatro egresados eafitenses, quienes a través de su empuje convirtieron a Inmotion en el primer desarrollador de movilidad sostenible y eléctrica en Colombia. Mauricio Aramburo Londoño, ingeniero de diseño de producto de la Universidad y uno de los fundadores de la empresa, considera que el apoyo entregado por Innovación EAFIT, especialmente durante los primeros años de operación, fue clave para sacar adelante el proyecto y garantizar su éxito: “Su aporte fue importantísimo porque para los emprendedores contar con el respaldo de una marca como EAFIT ayuda mucho a potenciar el trabajo, a darle visibilidad y a hacer que el negocio crezca”. Lo que más resalta del trabajo conjunto es la oportunidad de aportar desde los diferentes frentes. En el caso de Inmotion, desde la parte técnica de desarrollo del producto y en

Soluciones a la medida de cada necesidad

UNIVERSIDAD EAFIT

71

Especial EAFIT

“La idea cuando uno genera conocimiento e innovación es provocar un impacto en la sociedad. Esto le da sentido a lo que hacemos”, Mónica Álvarez.


En los meses que se ha extendido esta contingencia, desde Innovación EAFIT se han propuesto iniciativas para ayudar a superar estas dificultades. Foto: Róbinson Henao

en la sociedad. Esto le da sentido a lo que hacemos”, afirma. Para maximizar este alcance a través de su trabajo considera clave el papel de Innovación EAFIT como un articulador importante en la relación entre la academia con los sectores gubernamental, empresarial y social. En lo anterior, coincide Juan Diego Jaramillo Fernández, docente del Departamento de Ingeniería Civil y quien se ha dedicado durante 30 años a la investigación en la Universidad al acompañar proyectos de innovación con gran alcance social como Flot- Hábitat, una spin off entre la Institución y Utópica, que se centra en el diseño y el desarrollo de soluciones habitacionales anfibias, construidas sobre plataformas modulares, que propician un hábitat digno para sobrellevar las inundaciones aluviales en regiones vulnerables.

2100 300 proyectos Innovación y consultoría

Transferencia de Tecnología y Conocimiento

Sin duda, a través de estos proyectos y con la innovación como punta de lanza, EAFIT ha dejado una huella indeleble en su entorno a lo largo de sus seis décadas de historia y que se traduce en iniciativas como lo hecho con el Metro de Medellín, Argos o Augura, entre otras organizaciones. En palabras de Juan Luis Mejía Arango, rector de la Institución, si no existiera la Universidad habría un vacío enorme en una sociedad que se ha visto beneficiada con el aporte de sus diferentes estamentos. Este ha sido un recorrido que ha evolucionado de acuerdo con el espíritu de cada tiempo, trayectoria en el que EAFIT ha experimentado transformaciones y logros que hoy la consolidan como un centro de pensamiento con proyección hacia el futuro sin olvidarse del legado heredado por sus fundadores.

Proyectos que reflejan el alma •

en 2019

87

proyectos

Acompañamiento a emprendedores

72

1700

iniciativas empresariales

En 14 años de operación de Innovación EAFIT se han realizado más de 2100 proyectos en la línea de Innovación y consultoría (300 de estos en 2019), los que han sido ejecutados en alianza con más de 80 organizaciones y se han materializado gracias al esfuerzo y el compromiso de las 850 personas vinculadas y los más de 400 consultores e investigadores. En la línea de Transferencia de Tecnología y Conocimiento se destaca la creación y la gestión de 87 proyectos (21 facturando, 21 en estudio y 45 en maduración). En cuanto a la línea de Acompañamiento a emprendedores resaltan cifras como el apoyo entregado a más emprendedores desde 2006 y las más de 1700 iniciativas empresariales que han participado en el Concurso de Iniciativas Empresariales desde ese mismo año.


Foto: Róbinson Henao - Foto de archivo.

Una Universidad con presencia nacional, con un proceso internacional fortalecido y con estudiantes de diferentes continentes. Desde la primera clase, ofrecida por un profesor norteamericano; pasando por el apoyo brindado por Syracuse University (Estados Unidos) y la misión alemana de los 70; y llegando a los cientos de convenios que existen con instituciones de educación superior de diversos países del mundo, EAFIT mantiene un vínculo perenne con otras latitudes. UNIVERSIDAD EAFIT

73

Especial EAFIT

EAFIT y su conversación permanente con el mundo


Margarita Zuluaga Esquivel Colaboradora

A

comienzos de 1960, Medellín ya se comportaba como una gran urbe, con un desarrollo industrial acelerado y creciente, una clase media trabajadora y la cada vez más consolidada red de barrios más allá del centro. Como una niña que llega a su adolescencia, Medellín se sintió grande y con necesidades más apremiantes. Una de estas vino de la mano de una solicitud de la Cepal que, por ese entonces, puso en marcha un plan de sustitución de importaciones, lo que significó el gran reto para el empresariado antioqueño. En esta ciudad que apenas sobrepasaba los quinientos mil habitantes había empresas grandes constituidas como Coltejer, Fatelares, Corona y Coltabaco, por mencionar algunas, pero existía un faltante: profesionales capacitados en el área de la administración.

Uno de los empresarios encargados de la tarea sugirió mirar otros modelos foráneos y alguien mencionó las business schools de los Estados Unidos, especialmente el modelo de Syracuse University, y de ese modo comenzó a tomar fuerza la Escuela de Administración y Finanzas (EAF) de Medellín. La memoria precisa y lúcida de Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez, quien fuera ejecutivo de Coltabaco para ese entonces y uno de los fundadores de EAFIT, lo lleva 60 años atrás, donde un grupo de empresarios se hacía la pregunta en cuestión: ¿Cómo hacemos para conseguir profesionales capacitados para administrar nuestras empresas? La reunión aprobó la creación de una escuela de administración y finanzas. El modelo más cercano era la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, con 74

su programa de Ingeniería Administrativa. Sin embargo, estaba muy orientado hacia las matemáticas y lo que se quería era profesionales de corte más administrativo y financiero. Uno de los empresarios encargados de la tarea sugirió mirar otros modelos foráneos y alguien mencionó las business schools de los Estados Unidos, especialmente el modelo de Syracuse University, y de ese modo comenzó a tomar fuerza la Escuela de Administración y Finanzas (EAF) de Medellín. “El profesor Bernard J. Hargadon, de Estados Unidos, ofreció la primera clase en inglés con traducción simultánea. Luego llegaron profesores de Syracuse University y un profesor de finanzas de la Universidad de Pensilvania; más tarde docentes de University of Georgia”, dice Julio Acosta Arango, exvicerrector general de EAFIT y quien hizo parte de la primera promoción de eafitenses. El hecho es que como se explica en el libro Universidad EAFIT 50 años, a la presencia de la Misión Syracuse (que señala el exvicerrector) se sumó Industrias Burlington y la Fundación Whirpool en esa década inicial, lo que, según el texto, da cuenta de la internacionalización de la Universidad desde aquella época, lo que significó la presencia de organizaciones internacionales, profesores extranjeros, ayudas financieras, dotación de la primera biblioteca y becas para docentes, como se especifica en este texto, autoría de Juan Carlos López Díez, docente de la Escuela de Administración y coordinador del grupo de Historia empresarial de la Institución. En los primeros años de EAF se fue consolidando un pensum con ayuda de los estadounidenses y se fraguó la idea de agregar un Instituto Tecnológico (IT) a la Escuela. “Fabricato nos facilitó una casa en El Palo, entre Maracaibo y La Playa, pero llegó el momento en que los estudiantes no cabían. Así que construimos una nueva sede en el sur de la ciudad, donde pusimos unos bloques para


Es común caminar por EAFIT y escuchar múltiples acentos e idiomas. Cada semestre llega un buen número de extranjeros a adelantar estudios en la U o a aprender español. Foto: Róbinson Henao - Foto de archivo.

aulas y otros para dormitorios de estudiantes de otras ciudades diferentes a Medellín”, rememora Juan Rafael Cárdenas. Así que, desde sus inicios, EAFIT se proyectó como una universidad que brindaba oportunidades a estudiantes de todos lados. “Yo recuerdo que en mi época éramos muchos estudiantes de Pereira en el campus de Medellín. Uno podía encontrarse costeños, bogotanos o manizaleños por todas partes y había muchos que vivían en las residencias que tenía la Universidad”, cuenta Luis Fernando Botero, pereirano y graduado en julio de 1976 del pregrado en Administración de Negocios. Precisamente, para la década del 70 se dio otro hecho relevante en ese camino de no ser solo una universidad local: la Misión Alemana y especialmente su aporte al pregrado en Ingeniería de Producción. Formación de profesores en este país, la asesoría

para dicha carrera y la conformación de una unidad centralizada de laboratorios (que en 1981 empezaron a funcionar como Centro de Laboratorios) fueron parte de las características de este apoyo, también consignadas en el libro Universidad EAFIT 50 años.

La internacionalización como tema medular “La internacionalización es uno de los temas medulares hoy de la vida universitaria y uno de los ejes centrales de la vida académica. Una institución de educación superior que no esté incorporada en los procesos globales es una universidad que no tiene capacidad de respuesta”, sostiene Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, al referirse a por qué un proceso de esta índole es fundamental en las UNIVERSIDAD EAFIT

75

Especial EAFIT

“Una institución de educación superior que no esté incorporada en los procesos globales es una universidad que no tiene capacidad de respuesta”, Juan Luis Mejía.


Indicadores de la internacionalización

Número de Número de países convenios vigentes con convenios

270

35

Número de estudiantes extranjeros: de más de 20 países llegan a EAFIT cada semestre para realizar un intercambio académico. Entre

120 y 280

Número de eafitenses realizando intercambios o pasantías durante 2019.

200

Fuente: Oficina de Relaciones Internacionales de EAFIT

Tanto en Bogotá como en Pereira, la Universidad hace presencia con dos sedes en las que se ofrecen programas académicos y se estrechan lazos con ambas regiones.

circunstancias que atraviesa el mundo, y más en las universidades, llamadas a establecer alianzas significativas. Y si lo dice el Rector tiene mucho más sentido, pues por más que sus palabras apelen a la actualidad, el caso de EAFIT es diferente: acá la internacionalización ha sido una constante, propia de una universidad que, como lo explica el mismo Rector, no nació como una reacción sino como una iniciativa de carácter proactivo, y en esa línea ha buscado alimentarse del aporte de naciones desarrolladas. Es claro, por ejemplo, lo sucedido con las misiones norteamericanas y alemanas en las décadas de los sesenta y los setenta, a lo que se suma que a comienzos de la década de los noventa se le dio vida a la hoy Oficina de Relaciones Internacionales (ORI), encargada de gestionar el proceso de internacionalización y desde donde se coordina 76

la movilidad académica estudiantil y la cooperación internacional. Con Purdue University, una institución estadounidense, existe una fuerte conexión que data de este siglo, más exactamente de esta década, y allí existe toda una agenda que incluye temas de ingeniería, tecnología, educación y ciencias, gracias a un trabajo colaborativo que involucra a docentes, investigadores y estudiantes tanto de EAFIT como de la institución norteamericana. "Hoy somos una Universidad con proyección internacional. Y esa internacionalización la entendemos como un ecosistema que se constituye por normas, procesos y estructuras que permiten que integremos la dimensión internacional e intercultural con las funciones sustantivas de EAFIT. Esto se hace tangible en el aprendizaje que ofrecemos, en el acompañamiento a los públicos, en las


Opinión Catherine Márquez Marín, Instituto Confucio de Medellín* La Universidad debe enfocarse más hacia su proceso de internacionalización con Asia. Así como el eje del poder mundial se está desplazando hacia ese continente, nosotros como Instituto consideramos que las relaciones con China son fundamentales al ser el gran protagonista por su creciente influencia en la política, la economía y la cultura mundial. Latinoamérica ha estado históricamente vinculada con Europa y los Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a la educación. Sin embargo, es importante tener más intercambios siguiendo esta tendencia mundial, pues como lo diría Alvin Toffler, “los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no se-

pan leer y escribir, si no aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender”. Ejemplos de esto abundan en Asia: la economía de Singapur, la coexistencia pacífica de diferentes culturas en Malasia, el desarrollo tecnológico de Corea del Sur, la reconstrucción y orden japonés, y el rápido desarrollo de China. Hoy más que nunca, entonces, hay que aprender de la historia de Asia: su sociedad, culturas, historia antigua y contemporánea, de sus idiomas y de las relaciones políticas. Aprender un idioma asiático es abrir la puerta a otra cultura, es descubrir otra forma de pensamiento, y es cruzar el puente para entender y conectarse con las nuevas dinámicas globales.

*El Instituto Confucio de Medellín es una alianza entre EAFIT, la Alcaldía y la Universidad de Antioquia para promover la lengua y la cultura china en la ciudad.

alianzas, en las estrategias, y en la formación de personas con visión global y habilidades del siglo XXI", indica María Teresa Uribe Jaramillo, jefa de la Oficina de Relaciones Internacionales de la Institución.

Un campus, un mundo Además del español, el inglés sobresale en las conversaciones que sostienen estudiantes de aspecto caucásico, pero no faltan los que se expresan en alemán, francés, sueco, japonés, mandarín o coreano. La variedad de idiomas habla de la cantidad de estudiantes extranjeros que llegan a la Universidad. Para ser exactos son 280 estudiantes internacionales provenientes de 23 países y cerca de 80 eafitenses en el exterior cada semestre. Cada uno de ellos es atraído por diferentes circunstancias. Por ejemplo, el alemán Alexander Marc Ohlrau, estudiante de Economía, vino porque “leí en internet que EAFIT es una de las mejores universidades de Latinoamérica para aprender business”, en tanto que el mexicano Luis Felipe Treviño Hernández y la española Fátima Prera Mendy vinieron a

EAFIT motivados no solamente por la oferta académica sino para conocer y poder vivir en una ciudad como Medellín. Otros vivieron experiencias más plenas y encontraron amigos para toda la vida. Es el caso de la sueca Anna Cecilia Äng, quien vino a la Universidad a estudiar Negocios Internacionales. “Es una Universidad muy bonita en muchos sentidos. El campus es increíble, con áreas agradables, parques y un buen patio de comidas. La gente es realmente agradable, tanto profesores como estudiantes”, recuerda ya de regreso a su país. Llegar a estudiar en EAFIT representa también conocer la ciudad y su cultura. Una de las actividades en la agenda para los estudiantes extranjeros consiste en recorrer a Medellín en bus a comienzo de cada semestre. Esa posibilidad de ver dibujado el país en un espacio como lo es el campus eafitense es tal vez otro atractivo de la Universidad. “Apenas llegué sentí la calidad humana que transmite esta Universidad; todas las directivas, los profesores y los compañeros que conocimos estaban dispuestos a ayudarnos con todas nuestras dificultades que se presentaran UNIVERSIDAD EAFIT

77

Especial EAFIT

El reto viene de Asia


en esta nueva etapa de nuestras vidas. Realmente, en EAFIT hay personas que buscan hacer de este un mundo mejor para todos”, dice con orgullo Édgar Galeano Díaz, del pregrado de Ingeniería Agronómica y proveniente del municipio de Quimbaya, en Quindío.

Voces desde Pereira y Bogotá Pero así como se mira hacia otras latitudes, EAFIT tiene un eco que se extiende a toda la nación. En Bogotá y en Pereira la Universidad hace presencia con dos sedes en las que se ofrecen programas académicos y se estrechan lazos con ambas regiones. EAFIT Bogotá abrió sus puertas en 1989, mientras que EAFIT Pereira lo hizo en 1995. En la capital de Risaralda, la Institución cuenta con una amplia oferta de especializaciones, maestrías, diplomados, cursos de extensión e idiomas, además apoya los sectores privado, público y social de esta zona del país, rango que se extiende al norte del Valle y a todo el Eje Cafetero, en un sector en constante crecimiento social y económico. “Desde sus inicios EAFIT ha tenido una estrecha relación con el Eje Cafetero. Desde que comenzó sus labores vinieron estudiantes de Manizales, de Pereira y Armenia a estudiar en la Universidad. Ya a su regreso a sus ciudades, sobre todo los egresados de Pereira, hicieron una respetuosa solicitud a las directivas de la Universidad de entonces para que extendieran los programas de posgrado a esta capital. Comenzó así una relación que hoy es un orgullo para la Universidad”, anota Juan Luis Mejía. Es que aunque la sede se abrió oficialmente a mediado de la década del noventa, desde finales de los setenta se ofrecieron programas. A su vez, Ana Tulia Gutiérrez Buitrago, directora de EAFIT Pereira, reconoce que el principal aporte que la Institución le ha hecho al Eje Cafetero ha sido su presencia. "Ha permitido que muchas personas hayan pasado por las aulas de una Universidad de alta calidad. Otro hecho relevante de EAFIT en esta región son sus graduados, quienes han egresado de sus programas de posgrado y han construido tejido empresarial. En realidad, lo 78

que la Universidad ha logrado en esta región es construir sueños". Para el caso de Bogotá, la Universidad cuenta con una oferta de posgrados, de cursos de Educación Permanente, y de consultorías y asesorías para el sector privado y público. De esta sede han egresado unos tres mil eafitenses que hoy transforman organizaciones, emprenden iniciativas propias y se siguen expandiendo a diversos sectores de la economía. Es pues un lugar que fortalece vínculos fundamentales con los sectores financiero, de educación y del posconflicto, espacios que tienen a su disposición todo el acervo investigativo de la Institución. “Estar en el centro del país es muy importante. Inicialmente estar en Bogotá, en la capital de Colombia, hace que la Institución sea reconocida en el ámbito nacional, además que las más grandes decisiones de la nación se toman en esta ciudad y EAFIT quiere hacer parte de estas, influir y participar en proyectos que se desarrollan en los ministerios o en organizaciones internacionales. En conclusión, Bogotá nos permite aumentar nuestra capacidad de influencia”, indica Isabel Gutiérrez Ramírez, directora de EAFIT Bogotá. De igual manera, agrega que la sede permite aglutinar no solo a los estudiantes que se formaron allí, sino los que lo hicieron en Medellín o en Pereira, pero hoy están radicados en la capital, por lo que es un espacio de encuentro y reafirma lazos. También, en otras ciudades del país como Cali, Armenia, Popayán, Cartagena, Quibdó y Barrancabermeja se han ofrecido programas, así como en Guatemala y en Perú. EAFIT nació en Medellín, pero desde un inicio abrió sus posibilidades académicas a los estudiantes de otros lugares y a muchos de sus docentes les ha dado la posibilidad de capacitarse en el exterior. No obstante, la capacidad de abrirse a otros escenarios locales e internacionales no se queda allí y se erige como un medio para alcanzar las metas de calidad y de impacto. Así mismo, de cara al futuro, con el Itinerario EAFIT 2030 como hoja de ruta, este proceso conecta las personas y las capacidades de la Institución con las oportunidades regionales, nacionales y globales para lograr una presencia activa en el país y en el mundo.


Especial EAFIT

Un lugar

incluyente

Foto: Róbinson Henao

¡Una universidad de élite académica! Esta realidad es posible gracias a esfuerzos propios y de aliados, que se han materializado en estos doce lustros en oportunidades para estudiantes de altas calidades intelectuales y pocos recursos económicos. La Institución ha privilegiado el conocimiento de miles de jóvenes, a través del programa de becas, quienes han aprovechado la oportunidad, y cambiaron sus vidas y las de sus familias.

UNIVERSIDAD EAFIT

79


La Beca Fundadores es una iniciativa institucional, de la mano de aliados del sector privado, para fortalecer el campo en Colombia a través de recursos que permitan formar en EAFIT a futuros ingenieros agronómicos. Foto: Róbinson Henao - Foto de archivo.

Sebastián Aguirre Eastman Colaborador

P

ara quienes no tienen los recursos para desplazarse en avión, entrar y salir del municipio de La Macarena, en el departamento del Meta, hacia ciudades principales como Cali o Medellín, demanda entre uno y dos días de desplazamiento, y eso cuando la suerte acompaña al viajero. Distante 225 kilómetros de Villavicencio (capital del departamento), y ubicado en el pie de la sierra de La Macarena, cerca de Caño Cristales, la mayoría de las veces toca recurrir, en el mismo viaje, a múltiples sistemas de transporte: un bus, un carro, una moto o hasta una lancha. Cada salida de su municipio era una nueva esperanza para Porfirio Trujillo. Su objetivo era conseguir una beca y poder estudiar para ayudarle a su familia. Pero al regreso, casi siempre, todo terminaba en lo mismo: una nueva búsqueda. A Cali fue para presentar las pruebas Saber. Quería estar en los primeros lugares para optar por una beca de las que entrega el Gobierno a los mejores puntajes, pero no le alcanzó. A Medellín vino a presentar el examen de admisión en una universidad pública. Consiguió el cupo, pero no la ayuda económica. Pero no se rindió. Y la tercera fue la vencida. A comienzos de 2019 se enteró de la Beca Fundadores que ofrecía EAFIT a quienes estaban interesados en cursar el nuevo pregrado en Ingeniería Agronómica. Y pasó. Lo llamaron un viernes, recuerda. Las clases comenzaron el lunes.

80

De esta forma, terminaban dos años de espera, soñando con que llegara este momento. “Sentí una emoción gigante. Era una ayuda muy grande, mi familia no contaba con los recursos económicos”. Hoy, a sus 21 años, este habitante de la vereda El Carmen transita por el segundo semestre de su carrera, con la que espera, como profesional, retribuirles a sus padres y a su región los esfuerzos hechos durante toda su vida en La Macarena.

Un compromiso con la educación Historias como las de Porfirio abundan en la actualidad en EAFIT, una institución que desde su fundación en 1960 le ha apostado a un componente de inclusión social en su propósito misional, pero con un énfasis mayor desde hace más de tres décadas para permitirles a estudiantes de todas las condiciones socioeconómicas poder acceder a una educación de calidad y sin barreras de ningún tipo. “El hecho de que la Universidad se haya hecho mucho más incluyente, en términos de la diversidad de públicos que recibe, ha enriquecido a la Institución, por un lado; pero también a los públicos tradicionales e indiscutiblemente a quienes se han visto beneficiados con ayudas económicas para poder estudiar. Esto nos brinda una cosmovisión más amplia. Es decir, refleja la sociedad y refleja la diversidad de la misma. Es que compartir con personas de todos los estratos


300

1762

176

165

147

Becas por estímulo académico

Becas por excelencia académica y dificultades económicas

Becas para empleados y familiares

Becas por reconocimiento en actividades extracurriculares

Otras becas posgrado

Total de estudiantes beneficiarios

2550

“El hecho de que la Universidad se haya hecho mucho más incluyente, en términos de la diversidad de públicos que recibe, ha enriquecido a la Institución, por un lado; pero también a los públicos tradicionales e indiscutiblemente a quienes se han visto beneficiados”, Paula Arango.

socioeconómicos obligatoriamente conduce a una mayor sensibilidad y a una mejor comprensión del país y de su entorno”, dice Paula Andrea Arango Gutiérrez, vicerrectora de Sostenibilidad y Proyección Social de EAFIT. Además, agrega la directiva, en el caso de los alumnos becados se han beneficiado ellos y su entorno familiar, y esto les permite el ascenso en la escala socioeconómica. “La Universidad, con este tema, ha desarrollado también una empatía con las necesidades de la sociedad”, reafirma. A lo dicho por la Vicerrectora se suma Paola Gaviria Meléndez, jefa del Departamento de Desarrollo Estudiantil de EAFIT, para quien el propósito esencial de esta iniciativa es promover la excelencia académica, reconocer la participación en actividades extracurriculares, evitar la deserción estudiantil y propiciar la permanencia.

Los aliados, clave para brindar más oportunidades Si bien EAFIT financia con recursos propios la totalidad de algunas de sus becas, hay otros apoyos que son ofrecidos en convenio con entidades externas, en las que se comparten porcentajes de recursos. María Clara Ceballos Arango, jefa del Centro de Filantropía de EAFIT, señala que esta dependencia fue creada en 2018, a través de la Dirección de Desarrollo Institucional y Egresados por decisión del Consejo Superior, con el propósito de captar más jóvenes talentosos, sin que fuese un obstáculo su capacidad económica, y de “promover la inclusión social y la equidad, para darles acceso a la educación superior”, lo anterior mediante la atracción de entidades aliadas que aportaran recursos que ampliaran ese alcance. UNIVERSIDAD EAFIT

81

Especial EAFIT

Estadísticas becas semestre 2020-1


Caracterización de la población becada 2015-2019 (2.495 becados)

la población actual 21.6% de de EAFIT es becada

9%

77%

6%

8%

Becas por estímulo académico de EAFIT es becada

Becas por excelencia académica y dificultades económicas

Becas para empleados y familiares

Becas por reconocimiento en actividades extracurriculares

Tipos de becas en EAFIT Becas por estímulo académico: ofrecidas directamente por EAFIT o bajo acuerdo con aliados estratégicos que se otorgan como reconocimiento a la excelencia académica de los estudiantes. Becas por excelencia académica y dificultades económicas: La Universidad, por su responsabilidad social y compromiso con la educación de los jóvenes con excelencia académica y de escasos recursos económicos, otorga becas propias y en acuerdo con entidades externas para que los estudiantes puedan realizar sus estudios de pregrado en la institución. Becas por participación en actividades extracurriculares: por méritos deportivos, de liderazgo y participación en grupos de expresión artística, que buscan hacer un justo reconocimiento al estudiante que haya tenido una participación activa y continua en estas actividades. Becas para empleados y familiares: buscan promover la formación personal y profesional de los empleados de planta de la Institución y sus hijos, de manera que estos sean competentes tanto a nivel nacional como internacionalmente, y puedan participar y tomar decisiones en los diferentes procesos socio-culturales, políticos y económicos de su vida personal y comunitaria.

82

Con el Centro –que fue presentado a los públicos de interés en febrero de 2019 tras un primer año de diagnóstico, definición de las causas e iniciativas que se promoverían y el entendimiento del quehacer filantrópico–, hay dos objetivos clave: fortalecer la cultura de la filantropía; y recaudar recursos que faciliten tanto el ingreso de esos jóvenes estudiantes talentosos a la Universidad como el apoyo de procesos investigativos con alto impacto social; y la ejecución de actividades culturales, artísticas, deportivas y de infraestructura.

“Nuestro valor fundamental, al igual que el de la Universidad, es la integridad. Así lo entendemos y por eso hacemos un manejo responsable de los recursos, siendo transparentes con los donantes y respetando su voluntad”, María Clara Ceballos. “Históricamente hemos tenido el apoyo de grandes aliados, que trabajan en temas filantrópicos, como fundaciones y empresas que dentro de sus objetivos de responsabilidad social han definido la educación como


77 % 17 % 5%

0,6 % 0,4 %

un mecanismo para ejercer estas acciones”, explica María Clara. Los egresados son uno de los públicos más atractivos para el Centro, dada su relación con la Universidad, que les brinda un sentido de pertenencia que fortalece ese vínculo. “Nuestro valor fundamental, al igual que el de la Universidad, es la integridad. Así lo entendemos y por eso hacemos un manejo responsable de los recursos, siendo transparentes con los donantes y respetando su voluntad. Ellos pueden seleccionar la causa a la que irá dirigida su donación, y nosotros velamos porque eso se cumpla”, cuenta la jefa del Centro de Filantropía. Un punto importante para destacar es que EAFIT integra el Council for Advancement and Support of Education (Case), una entidad que promueve los derechos universales de los donantes y las buenas prácticas en estas acciones filantrópicas.

Dos casos de éxito Una de las entidades aliadas de EAFIT para cumplir con este propósito es la Fundación Bancolombia. Su directora ejecutiva, Lina Ma-

Especial EAFIT

Georreferenciación Antioquia Caldas, Bogotá, Córdoba, Sucre, Atlántico, Valle del Cauca, Nariño, Risaralda, Santander, Norte de Santander y Tolima. Cesar, Boyacá, Cauca, Chocó, Quindío, Caquetá, Vaupés, Putumayo, Cundinamarca, Meta, Magdalena, Guaviare, Huila y Casanare. Sin información Nicaragua, Bolivia, Perú, Venezuela, EE.UU.

Testimonios de un apoyo clave en sus carreras Joaquín Andrés Urrego, beneficiario Beca con aporte de empleados “Estudié Economía entre 2010 y 2014. La experiencia fue genial, creo que no pude escoger mejor Universidad y carrera. Me dio la posibilidad de ir a hacer el quinto semestre en la Universidad de los Andes en 2013, y me permitieron quedarme allá, con otra beca, pero preferí regresar a EAFIT, donde siempre me sentí bienvenido. Hice las prácticas en el Banco de la República en su sede de Cartagena. En la actualidad trabajo como consultor para el Banco Mundial y estoy haciendo un doctorado en Economía en Nueva York”. Simón Villanueva Corrales, beneficiario de la Beca Andi “Fue un cambio de vida bastante grande, poder estudiar en una de las mejores universidades de la región. Pasar de una familia en la que mis papás tuvieron que padecer hambre y solo les escuchaba historias de pobreza… Esa berraquera de ellos fue la que me motivó. Estudié Ingeniería de Procesos, me gradué en 2017. Hoy estoy haciendo una maestría en Ingeniería de tiempo completo”.

UNIVERSIDAD EAFIT

83


Sexo

63%

37%

Estratos de los estudiantes becados

1 16% 2 40% 3 33% 4 4% Distribución por pregrado

Comunicación Social Ingeniería Mecánica

Ingeniería Civil

10,5 % 11,6 % 22,9 %

Administración de Negocios

28% 25,2 %

Ingeniería de Sistemas

ría Montoya Madrigal, da cuenta de una relación estrecha, que en los meses recientes se ha enfocado en el trabajo en pro del desarrollo del campo colombiano. El punto de encuentro fue el lanzamiento por parte de EAFIT, en 2019, del pregrado en Ingeniería Agronómica, con el fin de fortalecer la competitividad del tejido productivo agrícola mediante las nuevas tecnologías, con la educación como pilar fundamental. “Cuando se lanzó el programa ayudamos a formular la Beca Fundadores, con un enfoque en jóvenes que habitaran en zonas rurales

84

5 3%

6 1%

Sin información

3%

de todo el país. En el primer semestre apoyamos a cinco estudiantes que provenían de departamentos como Nariño, Caldas, Meta y algunos municipios de Antioquia. Nuestro objetivo es entregar 25 becas, cinco por semestre”, comenta Lina María. Otros proyectos conjuntos entre EAFIT y la Fundación Bancolombia han sido la ejecución de un proyecto de parque tecnológico para el Suroeste antioqueño, y un estudio sobre la biodiversidad de la región de Urabá, en unión con Corpourabá. Por su parte, Lina Botero Ospina, directora ejecutiva de la Fundación Sofía Pérez de Soto, expresa que su entidad apoya becas en EAFIT dirigidas a estudiantes que habitan en estratos socioeconómicos 1, 2 y 3, pero también incluye a jóvenes de los niveles 4, 5 y 6 que, si bien viven en zonas no vulnerables, pueden no contar con los recursos económicos para acceder a la Institución. “También tenemos una alianza en la Red de Liderazgo juvenil, proyecto dirigido a jóvenes de los grados octavo, noveno y décimo de los colegios, que lideran EAFIT y la Universidad de los Andes. En este les entregamos competencias a jóvenes de la ruralidad en temas de liderazgo personal, liderazgo comunitario y desarrollo de proyectos comunitarios a partir de ese liderazgo”, explica Botero. “Sin dudas, creemos que la educación es un escalón importante para promover el desarrollo económico y cultural del territorio”, cierra la directora de la Fundación Sofía Pérez de Soto.


Especial EAFIT

De la Pizarra al aprendizaje activo: 60 años de transformaciones educativas en EAFIT Foto: Róbinson Henao UNIVERSIDAD EAFIT

85


De las tradicionales cátedras magistrales al aprendizaje activo y basado en retos. Así ha transformado EAFIT sus procesos educativos a lo largo de seis décadas. La renovación de los ambientes de aprendizaje, la apropiación de la tecnología dentro y fuera del aula, y el uso de metodologías innovadoras, el caso del programa Kratos, trazan el nuevo horizonte eafitense. Santiago Higuita Posada Colaborador

E

n 60 años EAFIT no ha dejado de transformarse. Su campus universitario, dotado de una moderna infraestructura física con innovadores ambientes de aprendizaje como las aulas de pedagogía inversa, los laboratorios y un vanguardista Edificio de Ciencias, es reflejo de esta evolución. También sus procesos educativos de enseñanza y aprendizaje han experimentado un cambio, siempre a tono con el espíritu retador de los tiempos. En sus albores como institución, sobre todo en los años sesenta y setenta, época en que el profesor norteamericano Bernard J. Hargadon Jr. llegó a ofrecer la primera cátedra de principios de contabilidad en la naciente Escuela de Administración y Finanzas (EAF), la enseñanza estaba caracterizada por los modelos pedagógicos conductistas con las tradicionales clases magistrales. O lo que se conocía coloquialmente, por entonces, como el método TLT: Tiza, Lengua, Tablero.

86

En la actualidad, la Universidad basa sus procesos educativos en el aprendizaje experiencial, lo que se viene consolidando como metodología desde el nuevo milenio, de la mano de una mayor apropiación de las herramientas digitales en el aula de clase. Luego, en las décadas siguientes, el proceso educativo dentro de las aulas se tornó más constructivista, ya no pensando el alumno como un simple receptor de nuevos conocimientos con el fin de provocar un cambio en su comportamiento, sino como protagonista del aprendizaje y donde el docente es un facilitador del conocimiento, un guía en ese caminar. En la actualidad, la Universidad basa sus procesos educativos en el aprendizaje experiencial, lo que se viene consolidando como metodología desde el nuevo milenio, de la mano de una mayor apropiación de las herramientas digitales en el aula de clase. Claudia María Zea Restrepo, vicerrectora de Aprendizaje de la Universidad, experta en


Especial EAFIT Una gran conversación. Esa es hoy la educación, donde el docente dejó de estar en un pedestal para sentarse con sus estudiantes a transformar. Foto: Róbinson Henao

innovación educativa y con más de 30 años en la investigación del mejoramiento de la educación, cuenta que la Institución se ha adaptado de acuerdo con los retos globales que han transcurrido en estos años de vida universitaria, los cuales define como las eras de las fábricas y la manufactura (años sesenta y setenta), las empresas y la información (años ochenta y noventa), y el conocimiento y los ecosistemas (décadas de 2000 y 2010). “Las metodologías y las herramientas han pasado por distintas orientaciones pedagógicas, las dos primeras décadas se caracterizaron por modelos pedagógicos más conductistas, pero donde también se trabajaban asignaturas con métodos basados en problemas. La práctica empresarial siempre ha sido un diferenciador de EAFIT desde su fundación”, expresa Claudia, ingeniera de sistemas y magíster en Docencia, quien en el año 2010 lideró la creación del Laboratorio para la Innovación y el Aprendizaje, una plataforma que promueve el desarrollo de competencias digitales, la gestión de in-

novación educativa, la investigación creativa y el aprendizaje en red entre los docentes.

“El cambio en los espacios físicos no es casual, abre una serie de posibilidades y lleva un mensaje desde el punto de vista metodológico que el Centro para la Excelencia ayuda a los profesores a desarrollar”, Diego Leal. Luego de este primer periodo, en la década de los años ochenta y noventa comenzaron a surgir nuevos modelos ligados a la investigación formativa que impulsaron el aprendizaje basado en proyectos, de acuerdo con modelos pedagógicos más constructivistas. En esta época se crearon los primeros grupos de investigación y se enriquecieron los procesos de formación con aulas y laboratorios de experimentación científica. Esto fue, precisamente, en la era de las empresas y la información. Para las recientes décadas de historia académica, con la entrada del siglo XXI emergieron las teorías del aprendizaje basaUNIVERSIDAD EAFIT

87


“Estas nuevas metodologías lo que logran es una formación más universal, completa y potente. Sin duda, ante los nuevos desafíos del mundo, cada día se necesitan profesionales más capaces”, Alejandro Arias.

Kratos es una iniciativa de formación por retos que cuenta con un aliado como Postobón. Foto: Róbinson Henao - Foto de archivo.

das en el conectivismo, el aprendizaje activo y el uso de tecnologías digitales, lo que impactó radicalmente las experiencias pedagógicas y los ambientes educativos. “En estas décadas se generan ecosistemas de aprendizaje activo que educan en las aulas, forman en el campus y combinan los ambientes presenciales, digitales y experienciales. Es la era del conocimiento y los ecosistemas”, complementa la Vicerrectora. En ese sentido, Diego Ernesto Leal Fonseca, director del Centro para la Excelencia en el Aprendizaje (EXA), destaca que la metodología por la que apuesta la Universidad es la experiencial basada en un modelo por competencias, una concepción de la educación que ha hecho carrera en los últimos 20 años y en la que continúan trabajando en EAFIT. “La Universidad está en proceso de renovación permanente en sus prácticas educati88

vas. Es algo que se ha acentuado mucho con las tecnologías digitales. Cuando se piensa desde el punto de vista de los apoyos tecnológicos, se nota un cambio importante en los espacios físicos o recursos disponibles para la docencia. El cambio en los espacios físicos no es casual, abre una serie de posibilidades y lleva un mensaje desde el punto de vista metodológico que el Centro de Excelencia ayuda a los profesores a desarrollar”, dice el director de EXA, área desde donde se promueve la consolidación de los ecosistemas de innovación educativa en el país.

Tiza, lengua y tablero “Cuando empecé en EAFIT, en una época en que se entregaba el programa el primer día de clase, el método de enseñanza era el tradi-


Point. ¿Y qué es eso?, le respondí. En ese momento la herramienta la tenían, pero era algo marginal”, cuenta Juan Carlos, mientras añade que hoy en día todas las aulas de EAFIT tienen sus propias herramientas TIC.

Kratos y el aprendizaje activo Centenares de estudiantes pertenecientes a las seis escuelas de la Universidad participan cada año de Kratos, un programa académico basado en el aprendizaje activo y por retos, creado en 2017 por una alianza entre EAFIT y Postobón para promover nuevas habilidades a partir del learning by doing o el aprender haciendo con los jóvenes universitarios. Esta metodología de origen constructivista, que se fundamenta en el proceso de aprendizaje del estudiante en oposición a las tradicionales formas conductistas centradas en la enseñanza, se propuso como una plataforma de innovación basada en las nuevas formas de aprender, donde se involucran los alumnos de distintos pregrados en la solución de problemas científicos reales, a través de retos y competencias que exigen del trabajo multidisciplinario. Ha sido así como estudiantes y profesores han participado de grandes desafíos internacionales como el iLumen European Solar Challange, una de las competencias de vehículos electrosolares más prestigiosas del mundo donde los concursantes deben demostrar su ingenio y trabajo en equipo. También el Global Space Balloon Challange, en el que los estudiantes apasionados por las ciencias espaciales diseñaron un microsatélite Can Sat para ser lanzado en un globo sonda a la estratósfera. “Estas nuevas metodologías lo que logran es una formación más universal, completa y potente. Sin duda, ante los nuevos desafíos del mundo, cada día se necesitan profesionales más capaces. En estos momentos estamos trabajando en un ambiente de incertidumbre para el proyecto que teníamos este año. En septiembre se tenía planeado la competencia del Solar Challange”, dice Alejandro Arias Salazar, director de Mercadeo y UNIVERSIDAD EAFIT

89

Especial EAFIT

cional: tiza, lengua y tablero”, recuerda Juan Carlos López Diez, egresado del pregrado en Contaduría Pública en el año 1983 y, actualmente, profesor del Departamento de Organización y Gerencia. Como magíster en Historia Social de la Universidad Nacional de Colombia, Juan Carlos hace parte del grupo de investigación en Historia Empresarial de la Escuela de Administración, desde donde coordina el área de estudios empresariales colombianos. Hace precisamente dos lustros, en la conmemoración de los 50 años de la Institución, fue autor de una publicación donde relató la transformación educativa de la Universidad durante estas décadas. Hoy, diez años después, sigue sorprendido por los continuos cambios en los modelos de enseñanza y la apropiación de las herramientas tecnológicas en los contextos educativos. “Hoy estamos es volando, en el sentido de que contamos con una serie de tecnologías e infraestructura TIC impresionante”, expresa el docente, quien evoca sus comienzos como docente universitario cuando no existían aún muchos de los recursos pedagógicos de la actualidad. “Antes en contaduría había una metodología que era absolutamente dispendiosa, se llamaba costos por procesos. Quien me formó en EAFIT, un profesor ya retirado, me dijo: allá deben tener un proyector de acetatos. En ese momento yo nunca había oído hablar de eso”, rememora Juan Carlos. Para el profesor, en 60 años de vida académica, estos procesos educativos se han caracterizado por la aparición de los medios didácticos que apoyaron la labor pedagógica dentro de las aulas. Del tradicional método de tiza, lengua y tablero que prepondera en las clases magistrales hasta la adopción de las nuevas herramientas tecnológicas: desde el proyector de acetatos en los años ochenta o, posteriormente, la invención del Power Point en los años noventa son parte de estas transformaciones que revolucionaron las formas de enseñanza. “En el año 1994 cuando di mi primera conferencia, alguien del Departamento de Sistemas de la Universidad me dijo: hombre, por qué no montamos esta conferencia en Power


El programa Kratos Postobón promueve el fortalecimiento de habilidades tales como el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la resiliencia como se ha reflejado durante la actual contingencia global. Foto: Róbinson Henao

Comunicaciones del Programa Kratos y jefe del Departamento de Mercadeo de la Escuela de Administración, desde donde se concibió este programa educativo. En la historia eafitense y como parte de los proyectos que involucran el aprendizaje experiencial basado en retos, la Universidad ha construido cuatro vehículos que funcionan con energías limpias: Primavera I, Primavera II, Cambria y Kratos. Según manifiesta Alejandro, gracias al éxito y la visibilidad que ha logrado el programa, a este se vinculan cada vez más estudiantes. Actualmente, hay más de 150 involucrados en sus procesos formativos. “Lo que más valoro es el aprendizaje multidisciplinario que nos brinda y lo aterrizado que es a la realidad, ya que no solo son sus conocimientos teóricos como normalmente

90

se ve en la Universidad sino también el aplicado, lo que nos permite afianzar más lo aprendido. Por otro lado, se interactúa más con las personas y se vivencia el trabajo en equipo e interconectado, ya que todos enseñamos y aprendemos”, manifiesta Daniela Gómez, estudiante de quinto semestre de Mercadeo y una de las participantes de Kratos. “Este programa de aprendizaje experiencial ha permitido imaginar otros proyectos similares, que tiene un ADN parecido a Kratos, pero que se desarrollan en otras áreas disciplinares. La Escuela de Derecho, por ejemplo, ha empezado a avanzar en iniciativas de aprendizaje basado en retos, donde los estudiantes pueden vincularse con sectores de la industria, desde el punto de vista legal para resolver problemáticas”, complementa Diego Leal, director del EXA.


Especial EAFIT

Infraestructura física y tecnológica: los potenciales de EAFIT en sus 60 años Foto: Róbinson Henao UNIVERSIDAD EAFIT

91


Una infraestructura tradicional fue la que comenzó a darle la línea a la Universidad de hace seis décadas. Hoy ese concepto se ha revitalizado y busca un diseño vanguardista, moderno, que se adapta a la academia y que se alinea con los propósitos de sostenibilidad. De otro lado, la infraestructura tecnológica, las capacidades para hacer el tránsito a la virtualidad y a la industria 4.0, las capacidades de supercomputación de Apolo y la cantidad de recursos para facilitar la interacción con todos los grupos de interés están entre los logros destacados en este ámbito. Karen Osorno Varela Colaboradora

V

er los archivos históricos de EAFIT no solo remiten a una época en donde aún las fotos eran en blanco y negro, y los pocos edificios construidos eran de apenas un par de pisos. Esa memoria fotográfica también da cuenta de ese gran lote en el que se erigió la Universidad, la riqueza de flora y fauna del lugar, del potencial de construcción y de las bondades estratégicas de la ubicación. La historia de EAFIT no solo rememora a aquellos visionarios que lideraron la creación de la Institución, sino que permite ver en esos recuerdos aquellos espacios de estudio, los tableros, los lugares de encuentro como la cafetería o los lagos que rodeaban diversas especies de animales. Muchos de los empleados, docentes y egresados cuentan anécdotas de aquellas memorias que les quedan de los momentos más significativos de sus comienzos en la Universidad. Seis décadas después, EAFIT cuenta con un campus extenso que en su infraestructura física alberga 378 espacios de aprendizaje distribuidos en 14.462 metros cuadrados y 109 laboratorios destinados para prácticas académicas y administrativas de diversas áreas del saber en 7907 metros cuadrados. Así mismo, la Institución tiene 4588 metros cuadrados para la Biblioteca, 45.692 para zonas verdes y deportivas, y 27.849 más para parqueaderos.

92

En palabras de Paula Andrea Arango Gutiérrez, vicerrectora de Sostenibilidad y Proyección Social, la Universidad ha pasado de tener una infraestructura física y tecnológica bastante convencional, a una mucho más diversa, heterogénea, moderna, adaptable y sostenible. “Diversa porque los bloques no siguen de forma necesaria un patrón homogéneo y cada uno tiene su particularidad arquitectónica; moderna en la medida que se propende por espacios cómodos y vanguardistas en los que la gente no solo siente que cumple su propósito académico o su misión laboral, sino que está en un espacio confortable, lleno de color y comodidad en donde se propicia la interacción”, apunta la directiva.

Los referentes históricos de EAFIT también han mostrado aquel hito que dio paso a la era de los computadores cuando en 1975 llegó al campus el primer IBM 370/115. Agrega que EAFIT se ha propuesto ser adaptable porque, justamente, su arquitectura va acompañando los propósitos de aprendizaje e investigación y que va acompasando esos nuevos descubrimientos y creación académica e intelectual que caracteriza a la Universidad. “Por último tenemos un compromiso de sostenibilidad ambiental, buscamos que los


Especial EAFIT Espacios vanguardistas acogen hoy a los estudiantes eafitenses que cursan sus programas de pregrado y posgrado. La tecnología es una aliada de la educación. Foto: Róbinson Henao - Foto de archivo.

“La incorporación de la computación en la Universidad permitió, no solo la creación del programa de Ingeniería de Sistemas, sino tener una mirada de cara al futuro y una disposición a incorporar los diferentes avances de la ciencia y la tecnología para mejorar los procesos de formación”, Juan Guillermo Lalinde.

espacios sean lo más amigables posible con el medio ambiente y que el uso de los recursos sea lo menos lesivos”, agrega. Estos conceptos se han logrado a través de estos 60 años y se han pensado como espacios aliados que aporten y enriquezcan al quehacer académico, administrativo, cultural y deportivo de los grupos de interés de la Universidad. De ahí que escenarios como el Aula de Pedagogía Inversa, el Edificio de Ingenierías, la Sala de Realidad Aumentada, la Fábrica de Aprendizaje, el Centro Multimedial, el Laboratorio Financiero o el Mercalab, entre otros, sean hoy protagonistas en la dinámica eafitense y entreguen referencia de las poten-

cialidades de la Institución en términos de infraestructura y espacios para el aprendizaje.

La tecnología como apalancadora de la formación y la investigación Los referentes históricos de EAFIT también han mostrado aquel hito que dio paso a la era de los computadores cuando en 1975 llegó al campus el primer IBM 370/115. Se trataba de una pantalla, una CPU, un teclado y un mouse que se veían como toda una novedad y que abrirían la puerta para el ingreso del progreso tecnológico. UNIVERSIDAD EAFIT

93


“La Universidad ha hecho un gran esfuerzo por la arquitectura física y desde el área de la tecnología ya nos planteábamos el tema de la virtualidad. Ha sido uno de los retos más importantes de EAFIT en muchas décadas”, Ernesto Garnica.

Para que haya una educación de calidad se requiere de espacios arquitectónicos que faciliten el proceso de aprendizaje. Foto: Róbinson Henao

Hoy en día estos equipos se han simplificado, han modificado sus tamaños para permitir mayor comodidad en los usuarios y en EAFIT se han multiplicado para atender las necesidades de la academia y del equipo administrativo. “La incorporación de la computación en la Universidad permitió, no solo la creación del programa de Ingeniería de Sistemas, sino tener una mirada de cara al futuro y una disposición a incorporar los diferentes avances de la ciencia y la tecnología para mejorar los procesos de formación. Con la adquisición del primer computador se inició un proceso de adopción de la tecnología que luego condujo a grandes logros. Basta con mencionar el papel fundamental que la Universidad EAFIT jugó en el año 1993 para traer el 94

internet a Colombia, el trabajo desarrollado por el Centro para la Excelencia en el Aprendizaje (EXA) en la incorporación de las TIC en los procesos educativos o la creación del Centro de Computación Científica Apolo en 2012”, describe Juan Guillermo Lalinde Pulido, coordinador científico de Apolo. Es que es este último la prueba de que las oportunidades tecnológicas se pueden aprovechar para facilitar procesos, acortar tiempos, y apoyar el aprendizaje y la investigación. Este supercomputador llegó a EAFIT como un dispositivo especial para resolver problemas científicos y ahora su alto rendimiento permite que varias máquinas trabajen en paralelo y soportar desarrollos desde todos los campos. En términos generales es una especie de máquina en el tiempo para predecir resultados,


Especial EAFIT Cada una de las aulas eafitenses está dotada con equipos tecnológicos que permiten una mejor apropiación del conocimiento y la interacción entre profesor y estudiantes. Foto: Róbinson Henao

anticipar problemas y superar retos en menos tiempo de lo que toma un cálculo en un computador normal. “La principal diferencia de EAFIT es que el centro no se visualizó como un proyecto, sino como una infraestructura de apoyo a la investigación y se constituyó como un centro que ofrece servicios. Si bien hay una infraestructura muy significativa, el principal logro es tener un equipo humano altamente capacitado que se encarga de resolver todos los problemas técnicos, de manera que los investigadores se puedan dedicar a su área de trabajo sin tener que preocuparse por los detalles técnicos. Ese trabajo estrecho con los investigadores y la participación activa en el concierto internacional ha permitido que el centro sea un socio estratégico para el desarrollo de investigación científica de alta calidad en la Universidad, permitiendo que los investigadores trabajen en problemas más grandes o más detallados obteniendo resultados rápidamente”, agrega el docente Lalinde. Se suma también la adopción de tecnologías de la cuarta revolución industrial, tema

que se trabaja hoy en día en los programas de formación y del que se realizan investigaciones activas para repensar el funcionamiento mismo de la Universidad. “En ese sentido, se está consolidando una transformación que permite que la Institución responda apropiadamente a las necesidades y que sea a la vez un ejemplo de cómo se deben abordar los retos que nos trae la sociedad del conocimiento”, agrega Juan Guillermo. De otro lado, hay un despliegue que desde 2019 busca renovar la arquitectura digital de la Universidad. La Dirección de Informática (Dinfo) ha sido la dependencia que ha liderado este proceso de transformación que en sus inicios tuvo una visión digital fuerte y que ante la crisis por el covid-19 se fortaleció y salió avante con destacados resultados. “La Universidad ha hecho un gran esfuerzo por la arquitectura física y desde el área de la tecnología ya nos planteábamos el tema de la virtualidad. Ha sido uno de los retos más importantes de EAFIT en muchas décadas y hemos tenido la oportunidad de responder en un corto periodo. El de la tecnología es UNIVERSIDAD EAFIT

95


Para el inicio de la modalidad de alternancia, EAFIT dotó sus espacios de aprendizaje y laboratorios con tecnología de punta con el fin de que quienes estén de manera física y remota logren sus objetivos. Foto: Róbinson Henao

un espacio muy amplio en el que hemos sobresalido por tener una buena combinación de herramientas tecnológicas, proyectos de innovación y reinvención, así como equipos funcionales que permiten utilizar lo mejor posible esas soluciones en los ámbitos en los que operamos (docencia, investigación, descubrimiento y creación, y trabajo administrativo)”, cuenta Ernesto José Garnica Barraza, director de Informática. De hecho, la situación que se presenta justo en el cumplimiento de los 60 años de historia de la Universidad lleva a sus procesos a reinventarse y adaptarse a las nuevas dinámicas de la sociedad. Precisamente, el aprendizaje remoto y la transición a la virtualidad es un punto de partida para recrear la experiencia de sentir el campus desde las herramientas digitales, desde el portal web, las aplicaciones disponibles y las herramientas de aprendizaje que han dado cuenta de que la Institución se pone a la vanguardia y permanece en el tiempo a través de nuevos retos.

96

“Tenemos un Propósito Superior ambicioso y correspondiente con las responsabilidades que nos atañen. Ese reto de construir humanidad y sociedad también lo podemos cumplir a través de las herramientas tecnológicas con medios cada vez más ricos que permitan replicar, compartir e irradiar las capacidades que tenemos como academia y lugar de interés para toda la sociedad. Además, buscamos potenciar las capacidades que ya tenemos para acercar a nuestros públicos de interés a escenarios de aprendizaje, espacios de colaboración y demás que nos permitan superar las barreras de los lugares y el tiempo”, agrega Ernesto. Todos los planes que en la actualidad se desarrollan en la Universidad en el campus principal y en sus extensiones en los demás territorios alinean sus propósitos al Itinerario EAFIT 2030, buscan aportarles valor a las acciones institucionales y miran de cara al futuro en consonancia con los retos que impone la sociedad.


Especial EAFIT

Un edificio que da cuenta de la Transformaciรณn ConCiencia Foto: Rรณbinson Henao UNIVERSIDAD EAFIT

97


La Institución se alista para recibir la obra más ambiciosa de su historia. El Edificio de Ciencias, con 13.600 metros cuadrados, no solo es un hito de la arquitectura, sino que revoluciona el aprendizaje y el desarrollo científico. Se trata de una infraestructura sostenible que conectará con la ciudad, el país y la región. Será la primera edificación con la que se buscará la certificación LEED en categoría oro. Juan Camilo Montoya Echavarría Colaborador

F

iel a su hoja de ruta, el Itinerario EAFIT 2030, la Universidad sorprende con un proyecto sostenible, seguro, vanguardista e innovador en cuanto a su modelo pedagógico, que propiciará espacios de creación para la ciencia. Un edificio con el ADN de EAFIT, acorde con el mundo contemporáneo y leal a su compromiso con el entorno que la rodea, y en el que se conectarán propósitos con conocimiento.

Con el Edificio de Ciencias se consolidará un corredor científico y tecnológico que beneficiará directamente a más de 5500 estudiantes y que su primer nivel será, además, de libre acceso para toda la comunidad estudiantil.

Foto: Róbinson Henao

98

Que los edificios y el campus sean un lugar para permanecer ha sido una premisa de la Institución en los últimos años cuando se incorporó el concepto de Universidad Parque y con este la construcción de mucha de la infraestructura con la que hoy cuenta EAFIT, caso la Biblioteca, el Edificio de Ingenierías y otras edificaciones que invitan a estar. A eso le apunta el nuevo Edificio de Ciencias con sus ocho pisos, 13.600 metros cuadrados, 42 laboratorios y novedosos espacios de aprendizaje, en los que se vivirán el


“Es la transformación del modelo educativo que vivirá la Universidad. Más que un proyecto arquitectónico y civil, es académico en la medida en que actualiza muchas de las áreas de trabajo de la Escuela de Ciencias”, Luciano Ángel Toro. Luciano Ángel Toro, decano de la Escuela de Ciencias, ve en el edificio ese lugar en el que se realizarán investigaciones multidisciplinarias de alto impacto. “Es la transformación del modelo educativo que vivirá la Universidad. Más que un proyecto arquitectónico y civil, es académico en la medida en que actualiza muchas de las áreas de trabajo de la Escuela de Ciencias. Es un mensaje muy potente a la sociedad. Pocas universidades en el país están haciendo inversiones de esta magnitud para el desarrollo de la ciencia”, indica.

Especial EAFIT

aprendizaje, el descubrimiento y la creación, y la proyección social. Esta infraestructura, que está proyectada para entregarse este año en la conmemoración de los 60 años de EAFIT, será el bloque 20, contiguo al Edificio de Ingenierías (bloque 19), con lo que se consolidará un corredor científico y tecnológico que beneficiará directamente a más de 5500 alumnos y que su primer nivel será, además, de libre acceso para toda la comunidad estudiantil. La llegada del Edificio de Ciencias es un mensaje de la Institución a la sociedad, no solo para enriquecer la experiencia académica, sino para jalonar un ecosistema científico que investigue y proponga soluciones a Medellín, Antioquia y Colombia. Para Mauricio Perfetti Del Corral, vicerrector de Descubrimiento y Creación de EAFIT, este nuevo bloque es una ratificación de la evolución de la Universidad. “Refleja amplitud de pensamiento, de las disciplinas, ampliar la visión. Ese edificio desde su concepción misma está diseñado para contribuirle a las ciencias, para inspirar vidas, irradiar conocimiento y forjar humanidad y sociedad. Ese es el gran aporte de la Universidad en estos 60 años”, afirma el Vicerrector.

8

pisos

13.600

metros cuadrados

951

puestos de estudio

42

laboratorios

8

talleres

3

aulas de aprendizaje activo

UNIVERSIDAD EAFIT

99


Sostenibilidad y construcción

75 %

del material de excavación y residuos se reutilizaron como rellenos.

20.41 %

de los materiales son materia prima reciclada.

29.01 %

de materiales fueron fabricados o extraídos en Colombia.

Más del

de la madera utilizada cumple con estándares de sostenibilidad.

50 %

Foto: Róbinson Henao

“La ciencia no se hace entre cuatro paredes. Hay que desmitificar eso. Al contrario, es una actividad que debe estar a la vista de todos y debe servir para todos. Desde cualquier lugar del edificio se podrá ver para afuera y viceversa”, Luciano Ángel.

Un modelo dinámico y de alta interacción Una universidad se debe al aprendizaje, a la ciencia, a la proyección social y a sus estudiantes. Este proyecto ha sido conceptualizado y diseñado para que sirva a ese propósito. La estrategia académica contempla nuevas formas de aprendizaje activo, por proyectos y experiencial. Es una estructura para integrar. Los espacios de aprendizaje y de investigación se conectan con áreas compartidas para incentivar actividades colaborativas. “Este edificio también es emblemático como proyecto académico. Los arquitectos interpretaron muy bien la intención de juntar teoría y práctica, pregrados y posgrados. La proyección hacia la sociedad se materializa con espacios 100

para la consultoría; y los estudiantes tendrán lugares para reunirse, hacer eventos y dialogar con grupos de investigación, profesores, consultores y empresarios”, añade el Decano. Según su visión, la interacción es fundamental porque de allí surgen nuevas ideas y acuerdos que propician el aprendizaje experiencial. “Hubo intención en todo eso. Habrá muchas terrazas, paredes para rayar y lugares para el esparcimiento”, dice el directivo. Émerson Marín Parra, arquitecto que concibió la infraestructura, explica que pocas universidades tienen el primer piso abierto como lo tendrá el Edificio de Ciencias “con permeabilidad, utilizando nuestro clima y aprovechándolo para que el edificio respire”. A su vez, asegura que entre lo más complejo de la estructura estuvo la especificidad de


Creación científica a la vista Otro aspecto novedoso que tendrá este bloque será la fachada semitransparente. Y no es algo meramente estético: tiene la intención de terminar con el paradigma y la separación entre ciencia y sociedad, como si los científicos estuvieran encerrados en cuartos secretos y la comunidad que los rodea no se pudiera enterar del trabajo que realizan. Gracias a la fachada en vidrio, desde los exteriores se podrán apreciar los espacios académicos. Esta disposición de infraestructura genera aproximación hacia la actividad que se desarrolla, sea análisis con equipos, reuniones de alto nivel o un profesor haciendo una dinámica de trabajo experiencial. Para el decano Luciano Ángel, este elemento del edificio hace eco de un principio fundamental de la ciencia y valor de la Universidad: la transparencia. “La ciencia no se hace entre cuatro paredes. Hay que desmitificar eso. Al contrario, es una actividad que debe estar a la vista de to-

dos y debe servir para todos. Desde cualquier lugar del edificio se podrá ver para afuera y viceversa”, confirma el académico. Ricardo Tamayo Uribe, jefe del Departamento de Planta Física de la Universidad, especifica que el edificio tendrá tres anillos. Primero, un núcleo de concreto donde estarán los laboratorios, luego un pasillo circular con una estructura metálica colgada desde el último piso y después un espacio con oficinas, baños, salas de reuniones y de descanso. “Tendrá mucho verde alrededor, habrá terrazas en todos los pisos que se salen de las fachadas y columnas vegetales en el primer piso”, añade.

Sostenible y seguro La responsabilidad con el medio ambiente y las condiciones de sismo resistencia completan esta joya de la arquitectura. Desde su diseño y construcción, el proyecto contó con características para reducir el impacto ambiental. El material de excavación y los residuos se reutilizaron como relleno, lo cual impidió que el 75 por ciento de los residuos sólidos fueran al relleno sanitario.

Será el primer edificio de Antioquia con aislamiento sísmico y el tercero en el país. Este sistema consta de 12 aisladores con cauchos que harán que ante un temblor, mientras el suelo se mueva, el edificio permanecerá quieto. También cuida la calidad del aire de los laboratorios con extractores y filtros, la captura de aproximadamente el 90 por ciento del agua lluvia que caerá sobre el techo del edificio, lavamanos que ahorran el 67 por ciento de agua potable y eficiencia energética gracias a la utilización de luz natural, paneles solares, iluminación LEED, ventiladores eficientes y bombas hidráulicas. Para Ricardo, EAFIT siempre le apuesta a la sostenibilidad, por lo que este será el primer edificio con el que buscarán la certificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design) en categoría Gold, por su rendimiento UNIVERSIDAD EAFIT

101

Especial EAFIT

cada laboratorio y espacios. “Son más de 60 tipologías distintas, proyectos diferentes que había que ponerlos a hablar en una sola condición técnica. Muy diferente a las aulas normales que son como la misma tipología”. Esta condición también fue abordada por el decano Luciano Ángel. “La estructura se tiene que adaptar a condiciones cambiantes. Hoy se tiene un equipo, mañana se cuenta con otro, luego un sistema de gases, después aire acondicionado o aire comprimido, o tal vez toque instalar una caldera. Las condiciones técnicas de los laboratorios exigen que se adapten a nuevas demandas. El mobiliario también debe ser flexible, que se pueda reacondicionar el espacio”, subraya. El edificio albergará a estudiantes de los pregrados en Ingeniería Matemática, Ingeniería Física, Geología y Biología. Cinco maestrías: Matemáticas Aplicadas, Ciencias de la Tierra, Física Aplicada, Biociencias, y Ciencia de los Datos y Analítica. También los doctorados en Ingeniería Matemática y Ciencias de la Tierra. No obstante, el edificio impactará transversalmente todas las áreas de la universidad.


Uso de energía y agua:

18 %

11 %

67 %

90 %

de ahorro en energía cada día.

de generación de energía renovable.

de ahorro de agua potable.

de agua lluvia que cae se captura para sistemas de riego.

Más información: http://www.eafit.edu.co/edificiodeciencias

y aporte al medio ambiente. “Desde el Edificio de Ingenierías ya vienen criterios sostenibles importantes. El de Ciencias tendrá luminarias con bajo consumo, automatización de la iluminación y sistemas adiabáticos de ventilación mecánica”, destaca. Luciano Ángel, por su parte, resalta que el edificio será protagonista del concepto de Universidad Parque porque la ingeniería hizo comunión con los elementos de la naturaleza. Además, “fue construido en el lugar donde había otro edificio, no se borró nada verde. El Edificio de Ciencias está concebido para ahorrar un 18 por ciento de la energía que consume y generará energía limpia con los paneles solares en la terraza que producirá el 11 por ciento de la energía necesaria para tener el edificio funcionando”. La sismo resistencia también hace de esta obra algo importante. Será el primer edificio de Antioquia con aislamiento sísmico y el tercero en el país. Este sistema consta de 12 aisladores con cauchos que harán que ante un temblor, mientras el suelo se mueva, el edificio permanecerá quieto. Según los expertos, esta estrategia será la que tendrán los edificios en el futuro. “Estos aisladores permiten que todo el movimiento de la estructura sea solidario. El edificio permanecerá quieto, aunque abajo se mueva el mundo. Esto asegura la vida de las personas y nos ayuda a preservar la infraestructura y los laboratorios que tendrán equipos delicados que se podrían afectar ante un eventual sismo”, asevera el Decano.

Aporte para la sociedad El impacto del Edificio de Ciencias saldrá de las puertas de la Universidad. Consciente 102

de su compromiso con el entorno y como actor clave en la sociedad, EAFIT buscará que las investigaciones que allí tengan lugar estén pensadas en brindar soluciones a problemas de Medellín, Colombia o incluso en el ámbito mundial. Para María Clara Ceballos Arango, jefa del Centro de Filantropía de EAFIT, la Universidad ha pasado por varias etapas. Fue creada por empresarios, luego llegó la generación del conocimiento con investigación enfocada en necesidades locales, y ahora es la Universidad la que convoca a empresas para proponer soluciones y para esto la ciencia es el mecanismo propicio para cumplir con este fin. “Siempre pienso en una frase del Rector, que dice que una ciudad o un país que no investiga en torno a sus necesidades siempre dependerá de otras latitudes. Es el momento para hacerle el llamado a las empresas para que juntos trabajemos por una mejor ciudad, una mejor sociedad”, asegura María Clara. Agrega que empresas estratégicas para la ciencia están invitadas a que hagan parte del edificio, que se instalen e investiguen y la Universidad, por su parte, puede aportar becas para maestrías y doctorados. “El Edificio de Ciencias será el escenario ideal porque en un café de empresarios con investigadores pueden surgir muchas ideas y ese ecosistema lo propiciamos en la Universidad. Esto apalanca más creación y más oportunidades”, concluye. El Edificio de Ciencias es todo un hito en la historia de la Institución. Su presencia ya hace parte del paisaje eafitense y dentro de poco estará poblado de estudiantes, profesores e investigadores. Es un regalo para el entorno por estas seis décadas de EAFIT, por doce lustros de brindarle soluciones a la sociedad.


Especial EAFIT

Una Universidad para permanecer

Además de las actividades académicas, el campus es un espacio con una agenda extendida. En 60 años, una de las grandes transformaciones de la Institución fue, precisamente, su campus, que en la actualidad se erige como una gran Universidad Parque que invita a quedarse allí. Este fue un concepto que se revaluó hace más de 15 años con la iniciativa que recibió el apoyo de paisajistas y arquitectos. Hoy se tiene un lugar que conecta naturaleza, cultura y arquitectura. Foto: Carvajal UNIVERSIDAD EAFIT

103


El campus eafitense en la década del 70 del siglo pasado. Pocos bloques y mucho verde pintaban el paisaje citadino de este sector del sur de Medellín. Foto: Mario Posada

Beatriz Mesa Mejía Colaboradora

D

esde sus cuatro puntos cardinales, EAFIT entrega un mensaje de armonía. Poner a dialogar la academia, la cultura y la naturaleza ha sido uno de los mayores retos emprendidos en una Institución que, de tránsito, se ha convertido en un lugar para permanecer. Árboles, arbustos y flores dan la bienvenida, mientras una rica fauna sorprende. A veces son los patos migratorios, otras, las mariposas de colores únicos que aparecen en ciertas temporadas. Las más de doce mil orquídeas ofrecen tonos difíciles de describir y algunos pájaros dan mensajes de esperanza con sus cantos. Así es. Basta detenerse en el Patio de Los Pimientos para disfrutar de esa tierra recuperada que habla de equilibrio.

104


Especial EAFIT Esto ha sido un proceso de varios años. Desde su llegada en 2004 el rector Juan Luis Mejía Arango lo soñó. En parte, hay una historia personal, por su cercanía con el campo, que le dio plena conciencia de la trascendencia de cuidar el medio ambiente por el bien del planeta. Su antecesor, Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, comenzó la transformación. Al construir la Biblioteca y el Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas, con diseños de los arquitectos Carlos Julio Calle (1930-2013) y Juan Fernando Forero Soto -artífices del plan maestro-, imaginó un campus en el que la naturaleza marcara caminos. Juan Luis continuó el proyecto y descubrió la potencialidad de ese terreno fértil, apto para una vegetación nativa, ideal para transformar un espacio con exceso de cemento en un verdadero parque.

El objetivo era acondicionar lugares para estar en los que el verde ofreciera sosiego. Tal como se hizo entre la Biblioteca y el bloque de Música, donde se instaló la escultura El Ágora, del artista Hugo Zapata. El paisajista Jorge Mesa, quien prefiere ser llamado jardinero, recuerda cuando comenzó a trabajar allí, al lado de Carlos Uribe ‛Cachi’, su socio, quien murió prematuramente. “Iniciamos cuando estaba el doctor Juan Felipe en la rectoría. Cerca al bloque 38, detrás de la Biblioteca, se quería adecuar un jardín”. Había cámbulos, palmas, un guayabo jaboticaba, aves del paraíso… El objetivo era acondicionar lugares para estar en los que el verde ofreciera sosiego. Tal como se hizo entre la Biblioteca y el bloque de Música, don-

de se instaló la escultura El Ágora, del artista Hugo Zapata. “La intención era que los estudiantes estuvieran ahí reunidos, como ocurría en la Grecia antigua. Así, realizamos la primera gran obra que tenía mucho de urbanismo”. Un espacio que era un parqueadero tomó otro rumbo. Y a este le siguieron otras propuestas de gran impacto.

Esa Universidad Parque tiene como referente una base cultural a la que se le ha apostado con un impulso superlativo, fortaleciendo así las humanidades. En espacios yertos por el asfalto se hicieron siembras significativas, el amoblamiento cobró un nuevo sentido. Se ubicaron mesitas y bancas, se construyeron senderos peatonales y jardineras. Y, poco a poco, esos lugares adquirieron una vida particular. Estudiar, conversar, planear, vivir la Universidad más allá de las aulas comenzó a ser una realidad. “Con la llegada de Juan Luis hubo un vuelco, él vino con una idea muy interesante de convertir el campus en una Universidad Parque, y que, al mismo tiempo, fuera un corredor ecológico entre las universidades de Antioquia y Pontificia Bolivariana, y el Jardín Botánico”. Son numerosas las intervenciones. Cerca al Puente de la 4 Sur existía un lago que se llevó ese ensanche, se hizo un nuevo espejo de agua, punto de encuentro con las aves migratorias; el edificio de la Escuela de Ingeniería rompió esquemas con su fachada de helechos y flores; en otro sector, los carboneros crecieron ofreciendo frescura y en una de las plazoletas se hizo protagonista una gran ceiba, y así, cada rincón tiene una historia. UNIVERSIDAD EAFIT

105


En la actualidad, el campus de la Universidad conversa con su entorno. Al fondo puede verse el puente de la 4 Sur y en primer plano está la Biblioteca. Foto: Raúl Tobón

El de EAFIT es un jardín dinámico, un microcosmos en 51.402 metros cuadrados de área verde disponible. Hecho para el uso, no solo para la contemplación, está en renovación constante, eso hace que el campus se transforme, sorprenda, con sus 131 especies en flora, 58 especies de aves, 9 especies de mamíferos y 4 especies de herpetofauna. Para cumplir este sueño se formó un equipo integrado por especialistas de distintas disciplinas. Y aquí es importante destacar que el edificio de la Biblioteca, con sus espacios expositivos, sus salas de audición y de Patrimonio, marca una centralidad, alrededor de la cual giran las adecuaciones, lo que va más allá de un asunto estructural, esa Universidad Parque tiene como referente una base cultural a la que se le ha apostado con un impulso superlativo, fortaleciendo así las humanidades. De manera metafórica es como si ese centro para la cultura estuviera en el claro del gran bosque, absorbe la luz y de ahí sale el reflejo, un espacio para conservarlo así, con el objetivo de no saturar y que siga siendo fuente, dice Jorge Mesa. 106

El de EAFIT es un jardín dinámico, un microcosmos en 51.402 metros cuadrados de área verde disponible. Hecho para el uso, no solo para la contemplación, está en renovación constante, eso hace que el campus se transforme, sorprenda, con sus 131 especies en flora, 58 especies de aves, 9 especies de mamíferos y 4 especies de herpetofauna. Ese proyecto verde tiene sustento en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Lina Marcela Rozo León, coordinadora del Sistema de Gestión Ambiental, afirma que entre los aspectos que han permitido que la U sea ejemplo de sostenibilidad están su compromiso con la gestión ambiental, financiera y social manifestado desde la alta dirección (políticas, visión, misión y planeación estra-


Juan Antonio Agudelo Vásquez, coordinador de Extensión Cultural de EAFIT, explica que “se configuran contenidos para una agenda diversa, sensible y transversal al proyecto educativo”. El apoyo de la comunidad y las inversiones en tecnología han posibilitado el uso eficiente del agua y la energía. Se ha logrado el 71 por ciento de aprovechamiento de residuos y se triplicó el ingreso de biciusuarios promedio diario. El Plan de Movilidad Sostenible ha entusiasmado a la población estudiantil como generadora de cambios. Entre 2018 y 2019 se redujo un 6,7 por ciento el ingreso de vehículos al campus. Hay 22 biciparqueaderos para 444 bicicletas. El conocimiento en temas ambientales y el compromiso con la sostenibilidad están dentro de los rasgos que identifican el perfil del eafitense, dice Lina Rozo.

Una rica agenda cultural Conciertos, exposiciones, teatro, conferencias y cine hacen parte de la propuesta que convoca a públicos internos y externos. Una

programación para el disfrute y la reflexión. Juan Antonio Agudelo Vásquez, coordinador de Extensión Cultural de EAFIT, explica que “se configuran contenidos para una agenda diversa, sensible y transversal al proyecto educativo. Aportamos a la consolidación y la promoción del talento artístico, así como al rescate del patrimonio histórico”. A lo largo del año se programan cuatro exposiciones de gran formato, con unos 35.000 espectadores y se realizan 70 visitas guiadas. Umbral, ciclo de arte joven, pone en escena nombres de artistas poco conocidos. Igualmente, se destacan las muestras en el campus que indagan en hechos coyunturales: el aniversario de escritores y artistas o acontecimientos históricos significativos. Un trabajo que cuenta con la participación de dependencias académicas, la Rectoría y la Sala Patrimonial, que es visto por una comunidad diaria de más de 15.000 personas. La oferta anual, que invita a quedarse en la Universidad, incluye, entre muchos otros, la Primavera Musical, ocho conciertos con músicos locales e internacionales, tres montajes teatrales, el ciclo de Mesita de Noche, las sesiones de Literatura de Viajes, los 56 foros anuales del Cineclub, las conferencias de Amar y Comprender la Ópera. Están los mercados internacionales, como Circulart y Monkeyweek, y con distintas dependencias se programan unas 135 actividades anuales. La Orquesta Sinfónica EAFIT reúne en el auditorio Fundadores a un público fiel. Sus conciertos de temporada ofrecen un repertorio inspirador con estrenos de compositores locales e internacionales y presenta solistas de distintas procedencias. Igualmente, la Editorial EAFIT, dirigido por la escritora Claudia Ivonne Giraldo Gómez, se fortalece con su catálogo de libros académicos y de poesía, enUNIVERSIDAD EAFIT

107

Especial EAFIT

tégica), la vinculación con el pacto global de Naciones Unidas, la Escuela de Ecología Urbana y el vínculo con las universidades del G8, lo que implica una transformación cultural a partir de cambios de hábitos personales. El Itinerario 2030 marca una ruta, “desde la medición de la huella de carbono y el plan de neutralidad, como contribuciones positivas frente al cambio climático”. Ese concepto de Universidad Parque está anclado en “una política ambiental que declara el compromiso con la conservación de la biodiversidad”.


sayo y ficción, que se editan con esmero y que se llevan a distintas ferias dentro y fuera de Colombia. La biblioteca es centro de conocimiento con sus títulos impresos y digitales, su hemeroteca y su sala de Patrimonio Documental. Además, la Librería Acentos sugiere otras exploraciones. Y dentro de este gran abanico, la Universidad otorga el Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana, del que es organizador y gestor el escritor Héctor Abad Faciolince.

El cuidado de sí y de los otros El respeto por el medio ambiente y el fortalecimiento de la actividad cultural están ligados al cuidado de sí y de los otros. Y allí la Dirección de Desarrollo Humano-Bienestar Universitario hace presencia. Luz Amparo Posada Ceballos, su directora, explica que busca “potenciar el bienestar, con el objetivo de mejorar la calidad de vida, desde el cuidado como una responsabilidad mutua de empleados y estudiantes, y de la Universidad, que propicia espacios y servicios para que esa comunidad se acoja a ellos”. A los programas de salud, con médicos y psicólogos, se suma el fortalecimiento de los grupos estudiantiles, integrados por voluntarios que generan eventos académicos y proyectos de investigación y sentido social. “Son plataformas de aprendizaje para el liderazgo, con una estructura y responsabilidades; se les da un presupuesto y son autónomos para manejarlo”. Son 13 grupos estudiantiles de pregrado, con 1200 estudiantes. Cerca de 100 alumnos están en los entes colegiados; 77 hacen parte de las juntas directivas de los grupos estudiantiles y cinco están en el grupo

108

primario de representantes estudiantiles. Hay 11 grupos de expresión artística y 16 tipos de talleres de desarrollo artístico. Y 18 equipos deportivos competitivos para estudiantes de pregrado y posgrado, 3 equipos de empleados y 3 de egresados. Con cerca de 10.000 estudiantes en pregrado, unos 3000 de posgrado y 354 profesores de planta de tiempo completo, además del personal administrativo y los profes de cátedra, EAFIT hace sentir que cada uno importa en ese engranaje. La Universidad es como una gran casa desde la cual comienza una transformación interior, más allá de lo académico, los estudiantes pueden descubrir mucho de lo que ellos son, las potencialidades de su ser, afirma Luz Amparo. Y, paralelo con ese proyecto de bienestar, está el trabajo desde la Dirección de Desarrollo Institucional y de Egresados. Isabel Cristina Gómez Yepes, su líder, dice que su objetivo es “cultivar vínculos para transformar vidas”. Hay dos líneas, el impulso a la filantropía y los programas con los egresados -en total, se han entregado 65.536 títulos-. El ejercicio filantrópico convoca a eafitenses y empresas que, en unión con la Universidad, aportan a causas justas. “Creamos un concepto que nos alinea con el propósito superior de EAFIT de inspirar vidas e irradiar conocimiento para formar humanidad social”, explica Isabel. Para Juan Luis Mejía, esa apertura a múltiples conversaciones es como una gran polifonía dada por esos procesos académicos inmersos en una Universidad Parque con una creciente actividad cultural, humanista y científica, un lugar para permanecer en el que se toma conciencia de un mundo amplio y diverso.


Foto: Róbinson Henao

Canciones para el incendio, de Juan Gabriel Vásquez, obtuvo el primer lugar en la más reciente edición del Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana que entregan EAFIT, Grupo Familia y Caracol Televisión. Son nueve cuentos que indagan, como otros libros en la obra de este escritor, sobre el pasado, la condición humana y la violencia. El premio es, además, una reivindicación al cuento como género.

UNIVERSIDAD EAFIT

109

Cultura

“Cuantas más influencias tenga uno, más original puede ser lo que escriba”


Mario Alberto Duque Cardozo Colaborador

J

uan Gabriel Vásquez andaba por Portugal y España cuando apenas comenzaba la pandemia y llegó a Colombia con una angustia que se convirtió luego en tristeza, cuando se conoció, días después, la muerte del escritor Luis Sepúlveda, su amigo. ¿Cómo lleva la cuarentena?, le pregunto. Si antes el clima era un pretexto para iniciar una charla, estos meses de 2020 se recordarán —entre otras cosas— como aquellos en los que el aislamiento era también la forma de empezar una conversación y “cuídese mucho”, una manera amable de despedirse.

“Yo no he escrito absolutamente nada que no haya salido de una experiencia directa. Todas mis novelas son así, salvo quizá Historia secreta de Costaguana, que es un libro que nace de una lectura”. “Este encierro no es muy distinto de mis rutinas normales, de manera que para mí ha significado, más bien, más horas para trabajar en la novela que estoy escribiendo y más horas para preocuparme por lo que nos espera como país”. La novela de la que habla es una sobre la vida de Sergio Cabrera, el director de cine. “No hay mucha invención. Ya todo el material lo tengo: 30 horas de conversaciones con Sergio, documentos que él me ha prestado, 110

mucha investigación. Los problemas son más bien técnicos, de tono del lenguaje, de arquitectura de la novela. Todo está ahí y yo solo tengo que ponerlo en el lugar correcto”.

Es como si las pestes y los encierros confabularan a favor de los escritores. “Sí, esta es la última en un inventario largo de cómo las pestes producen literatura, ¡qué vaina!” En enero, cuando estaba lejos el encierro, Juan Gabriel Vásquez Velandia recibió el Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana — que entregan EAFIT, Grupo Familia y Caracol Televisión— por su libro de cuentos Canciones para el incendio, una serie de relatos que ocurren lo mismo en un aeropuerto de París que en la Bogotá de finales de los 40, en Circasia o en los Llanos.

¿Quién le presta las historias a Juan Gabriel Vásquez? ¿De dónde vienen? “Yo no he escrito absolutamente nada que no haya salido de una experiencia directa. Todas mis novelas son así, salvo quizá Historia secreta de Costaguana, que es un libro que nace de una lectura. Cada cuento y cada novela, incluidos los de Canciones para el incendio, salen de cosas que me han pasado, que


Cultura El día de la entrega del Premio de Narrativa Colombia. Fue el 28 de enero de 2020 en el Auditorio Fundadores de EAFIT. Foto: Róbinson Henao

he vivido. O de encuentros con gente que me ha contado historias”. “Eso pasa con el último cuento del libro, por ejemplo, que es el que le da nombre a la colección, que nace de evidencias directas, de la experiencia de una novela anterior, de la visita al Cementerio Libre de Circasia, de mi interés en ciertos episodios de la historia colombiana... Y luego lo que hago es inventar un personaje o unas circunstancias que saquen el significado de la evidencia”. “Eso ocurre con el cuento Aeropuerto, que surge de una anécdota más bien banal, del día que trabajé como extra de una película de Roman Polanski. Eso es una tontería, pero ahí pasó algo que tenía un significado más profundo y más importante. Y el cuento está construido para sacar ese significado de una anécdota que en principio es simplemente eso, una anécdota”. “O la vez que me fui de gira con los Tigres del Norte, que le dio vida al cuento El último corrido. Allí pasó algo que me dio para darle vida a unos personajes y una situación ficticia para contar algo sobre nuestra condición humana”.

La condición humana. En la obra de Juan Gabriel Vásquez hay una preocupación por ella, un intento por encontrar uno de los hilos de la madeja, que para él bien podría ser la violencia.

¿Somos violentos los humanos? “Es una de las obsesiones de mi literatura. Pero eso no lo escoge uno. Nadie escoge sus fantasmas y sus demonios, pero la violencia en general y la violencia de la vida colombiana es uno de los míos”. “No sé a qué se deba. Quizá haber sido de esa generación que vivió de manera muy directa e impredecible esa violencia que no era solamente política, que nadie podía evitar, que nadie estaba a salvo de que le tocara una bomba”. “Tal vez pasar de la niñez a la vida adulta en una época de incertidumbre, con cierto miedo, le deja a uno la semilla de una obsesión”. UNIVERSIDAD EAFIT

111


“Yo soy un novelista, de manera que cinco días a la semana vivo en la incertidumbre y otros dos estoy seguro de algo, que es una manera muy rara de andar por el mundo, pero me parece también que contribuir a la conversación pública en esa medida humilde es necesaria y puede que a alguien le sirva de algo”.

“Luego está mi interés por saber de dónde venimos como país (que está en todos mis libros), por investigar el pasado colombiano”. “La idea que yo he tenido siempre de que el pasado no es una cosa que está escrita en los libros de historia, sino es una fuerza que nos moldea y nos afecta las vidas privadas todos los días, me ha llevado a examinar en mis libros y cuentos esos momentos del pasado”. “Y resulta que —y puede que me equivoque— para mí los momentos del pasado que más moldean el presente de una sociedad y de un individuo son los momentos de violencia: los asesinatos, los magnicidios, las guerras... Eso es lo que nos da la esencia de lo que somos”. “He tratado de dejar eso claro en mis libros y en los cuentos de Canciones para el incendio, también”. En las novelas de Juan Gabriel hay indagaciones sobre el asesinato de Rafael Uribe Uribe y el de Gaitán, las bombas, el narcotráfico. Canciones para el incendio no es la excepción. Está “la gran violencia”, la evidente, pero también otras más pequeñas “la que le sucede a una persona que tenemos cerca o que vemos de cerca”. Sus cuentos son, quizá, una manera de entendernos o de acercarnos a eso que no nos gusta como sociedad o como personas. Estos cuentos, además, están tejidos con la pericia de quien conoce el oficio y nutridos por la pluma de quien ha seguido la tradición del género. Y pese a que en su haber hay más novelas que relatos cortos, él mismo reconoce que a su literatura la salvaron los cuentos. “Mi primer libro de cuentos, que publiqué en el año 2001, lo escribí en un estado de angustia total”. “Yo había publicado dos novelas que me parecían, a mí, fracasadas o defectuosas, que no debía de haber publicado. Y escribí ese primer libro de cuentos como caminando so112

bre cáscaras de huevo pensando ‘esta es la última oportunidad que me doy, si este libro no me deja contento, quizá es que yo no soy un escritor, después de todo’”. “Y entonces lo escribí con mucha angustia, frase por frase, con mucho cuidado, siguiendo muy de cerca el libro de reglas que yo me había armado con mis lecturas”. El libro funcionó. Se llamó Los amantes de todos los santos. “Luego vinieron las novelas, que cada una representa una cantidad de problemas distintos e incertidumbres, angustias e inseguridades, pero que fui escribiendo y quedaron como quedaron”. “Pero Canciones para el incendio, que escribí después de 15 años de pensar en términos de novela solamente, lo escribí con una cantidad de lecturas que había venido haciendo casi sin darme cuenta, con algo que parecía un pequeño dominio sobre los elementos técnicos de un escritor, con un cierto conocimiento de cómo funcionaba el género”. “Me puse a escribirlo y lo hice con una sensación totalmente opuesta a ese primer libro de cuentos. Es decir, con una sensación de poder romper las reglas que tanto había respetado y fue muy divertido, fue una sensación de exaltación. Sentir que puede ser que sepa poco de este oficio, pero lo que sé, lo estoy usando. Eso fue muy satisfactorio”.

¿Adónde hay que rastrear sus influencias literarias? “Son incontables, por fortuna. Cuantas más influencias tenga uno, más original puede ser lo que escriba”. “Hay dos tipos de escritores: los que tratan de esconder sus influencias, de negar a sus padres; y los que tratan más bien de divulgarlas, de exponerlas, de sacarlas a la


“Hay dos tipos de escritores: los que tratan de esconder sus influencias, de negar a sus padres; y los que tratan más bien de divulgarlas, de exponerlas, de sacarlas a la luz... Yo soy de esos últimos”. “Luego descubrí otros escritores que tienen una importancia todavía mayor, porque son aquellos sin los cuales —estoy muy consciente— yo no habría podido escribir mis libros. Joseph Conrad está ahí. También Philip Roth. Javier Marías fue muy importante en algún momento, pues me ayudó a liberar una frase que me ayudó a escribir Los informantes”. “En el caso de Canciones para el incendio son influencias distintas, porque evidentemente son cuentistas los que están presentes en ese libro. Y allí podría hablar de Alice Munro, que es muy importante para enseñarme que se podían hacer cosas que yo no creía que se podían hacer. Pero también del papá de todo el mundo, que es Chejov”. “Tendría que decir que, curiosamente, en las influencias de mis cuentos no está tanto la tradición latinoamericana. Está Borges, sí, pero más allá de eso está la tradición anglosajona con Dublineses, de Joyce. Y otros escritores norteamericanos como John Cheever. Gente que vienen todos de Chejov”. Tantos cuentistas para un género que parece, en ocasiones, aplastado por la cantidad de novelas que se publican cada año, las listas de novedades, los best seller...

Los finalistas Canciones para el incendio, de Juan Gabriel Vásquez, competía en la sexta edición del PBNC con las novelas Donde nadie me espere, de Piedad Bonnett; y Guayacanal de William Ospina.

Cultura

luz... Yo soy de esos últimos. Me gusta hablar de eso, señalarlas, decirle al mundo que en esta página está la influencia de Javier Marías y en esta otra, la de Conrad. Eso me gusta y me interesa como novelista y como escritor”. “En mi caso hay muchas, desde las más profundas de las novelas con las que crecí que son las del boom latinoamericano y las de la generación que escribió en inglés entre las guerras. García Márquez, Vargas Llosa, Borges y Onetti. Pero también Hemingway, James Joyce, Fitzgerald... Esas son las originales”.

Los ganadores del Premio de Narrativa Colombiana Juan Gabriel se une a la lista de ganadores de PBNC que también han recibido Juan Esteban Constaín por la mejor obra publicada en 2014 con El hombre que no fue Jueves; Andrés Felipe Solano (2015) con Corea: apuntes desde la cuerda floja; Patricia Engel (2016), por Vida; Pilar Quintana (2017), con La perra; y Ricardo Silva (2018) por Cómo perderlo todo.

¿Es extraño para la industria editorial el cuento? “Siempre una editorial prefiere una novela sobre una serie de cuentos. A mí me tienen mucha paciencia. El libro de cuentos lo entregué después de haber publicado un libro de ensayos literarios sobre el arte de la novela, de manera que eso ya era como forzar el asunto al máximo”. “Por eso agradezco mucho al jurado del premio en EAFIT que lo haya distinguido, porque para mí es una tranquilidad y una reivindicación porque pone el género bajo los reflectores y la atención del público. Y manda el mensaje de que el cuento tal vez no sea el patito feo de la literatura después de todo, a pesar de que sigue siendo un género minoritario”. “El cuento es, tal vez, más exigente que la novela, le pide más al lector a pesar de su brevedad, porque necesita que colabore con la construcción del significado y que ponga más atención para no perder los detalles y que haga un esfuerzo de imaginación y de empatía para estar con los personajes”. UNIVERSIDAD EAFIT

113


“Creo que el cuento sigue siendo menos popular que la novela, pero en una tradición como la nuestra, donde el cuento es mucho más fuerte que en otras, donde un escritor puede tener una altísima reputación solo con cuentos —como es el caso de Borges—, pues los lectores se van dando cuenta de los placeres y las satisfacciones del género. Y quizá premios como este contribuyan a eso”.

Me pareció un premio muy valioso desde el principio, desde que se lo inventó la Universidad. Ya había sido finalista con La forma de las ruinas. Además, que el premio haya sido para un libro de cuentos. Premios como este. Cuando subió al escenario a recogerlo y el 2020 todavía era un año prometedor que apenas estábamos estrenando, Juan Gabriel Vásquez confesó que ese era el primer premio que recibía en Colombia a su obra literaria.

¿Lo emocionó obtener el primer lugar en el premio de Narrativa? “Sí, es uno de los premios que más me han tocado algo emocional. Los reconocimientos que recibieron las novelas antes, por fuera del país, fueron muy importantes para mí, pero hay algo difícil de explicar en la relación que tiene un escritor con su país, que siempre es tensa y difícil, siempre está contaminada por mil cosas: asuntos políticos, por ejemplo. Sé que mis opiniones políticas me han quitado lectores o me han granjeado enemigos. “Y también soy consciente de que en todo sistema literario hay mecanismos de envidias y de resentimientos que contaminan la recepción de un libro”. “Entonces que este premio fuera el primero que recibo en Colombia, aparte de los trabajos periodísticos que he hecho, pues me dio mucho gusto”.

114

Juan Gabriel y sus causas Lo dice él mismo: quizá sus opiniones le han restado lectores y le han granjeado enemigos. Pero lo siente como un sentido del deber. “No creo que un escritor tenga ninguna obligación de participar en política, ni en debates, más allá de escribir el mejor libro posible, esa es su única obligación”. Lo dice con claridad, pero hay otros asuntos que le dan vueltas en su cabeza, más allá de las experiencias que vuelve cuentos o novelas. Por eso desde columnas de opinión o entrevistas en las que ha dado su apoyo a asuntos como el Proceso de Paz con las Farc, el derecho de una mujer a abortar cuando quiera, el matrimonio igualitario y la legalización de la droga. “Sí he sentido, quizá por razones que tengan que ver con mi educación literaria o con los escritores que más me han importado (que son con mucha frecuencia intelectuales públicos) o por el hecho de vivir en un país donde la voz de la gente que escribe libros tiene cierta presencia... Por todas esas razones yo he sentido una especie de deber como ciudadano y si a todo eso le añadimos que, genuinamente, me interesa la conversación pública sobre la sociedad que queremos; genuinamente me interesa el debate para defender un modelo de sociedad que tengo en mente, pues entonces eso es lo que me lleva a escribir los artículos que escribo y a opinar como opino”. Podría quedarse callado, él lo sabe. “Y ahorrarme problemas y enemigos e insultos y probablemente vender más libros, pero no lo logro”.

“Me pareció un premio muy valioso desde el principio, desde que se lo inventó la Universidad. Ya había sido finalista con La forma de las ruinas. Además, que el premio haya sido para un libro de cuentos, un libro que me había dejado contento por razones personales, que había escrito con esa sensación de gozo, que entregaba un jurado que respeto mucho, un premio donde fui finalista con dos escritores que admiro profundamente... Todas las circunstancias fueron muy bellas y me ha dado mucha satisfacción esta distinción que recibió el libro”.


Foto: Róbinson Henao

Con la participación de investigadores posdoctorales de Peak Urban, líderes locales y comunitarios se realizó, en EAFIT, un diálogo para conocer la mirada interdisciplinaria de los académicos de este programa sobre el desarrollo de las ciudades sostenibles. Este espacio hizo parte del cierre del programa posdoctoral Peak Urban, que se desarrolló en Medellín del 3 al 7 de febrero de 2020, y en el que sus participantes abordaron temas como los estudios y las metodologías aplicables a los procesos urbanos, y la planeación de las ciudades en el sur global. UNIVERSIDAD EAFIT

115

Academia

Innovación urbana, un desafío para las ciudades del sur global


Tomado de la Agencia de Noticias EAFIT

L

as experiencias de transformación social de tres territorios que son referentes para el estudio de los fenómenos urbanos en Medellín: Moravia, Juan Bobo y la Comuna 13, bajo la mirada de 40 expertos doctorales de Peak Urban, fueron el tema central del cierre de la segunda gira académica de este programa internacional que tuvo a EAFIT como anfitrión, durante la semana del 3 al 7 de febrero de 2020. Investigadores de distintas disciplinas como el urbanismo, la economía, la arquitectura, la medicina, la antropología, las matemáticas, entre otras, todos ellos con estudios doctorales de cinco universidades del mundo convocadas y lideradas por la Universidad de Oxford (Reino Unido): Universidad de Pekín (China), Indian Institute for Human Settlements (India), Universidad de Cape Town (Suráfrica) y EAFIT, intercambiaron algunas de sus conclusiones en una conversación junto a representantes locales y comunitarios. “El balance es muy positivo. El evento tenía dos agendas: la académica, donde los investigadores pudieron recibir charlas por parte de los investigadores líderes sobre temas, por ejemplo, de cómo escribir una propuesta de investigación, más allá de la academia y el lenguaje científico. La segunda fue un recorrido de ciudad con investigadores de todas las disciplinas mirando el territorio desde distintas perspectivas”, dijo Juan Carlos Duque Cardona, investigador posdoctoral de EAFIT y coordinador del Grupo de Investigación Research in Spatial Economics (Rise), que participa en este programa junto al Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam). La evolución de los asentamientos infor-

116

males y su proceso de legalización en las ciudades latinoamericanas y del sur global como el caso del barrio Moravia, el crecimiento acelerado de las urbes con las migraciones, y el desarrollo sostenible de los territorios en medio de los desafíos que plantean las renovaciones urbanas, fueron analizados por los investigadores doctorales y los representantes de las comunidades. “En Medellín es diferente de otras ciudades en el mundo donde los territorios en laderas son los mejores territorios desde el punto de vista de bienes raíces. Eso nos recuerda un poco acerca del uso de la tierra, del ambiente en que se da una comunidad”, señaló Jacob Doherty, investigador de la Unidad de Estudios de Transporte de la Universidad de Oxford. “La informalidad normalmente es un sinónimo de diversidad. Es decir, definir la informalidad es bastante difícil y eso nos obliga a nosotros a hacernos preguntas conceptuales bastante importantes. Aprendimos de los procesos a través de los cuales estos asentamientos toman forma y la manera de actuar del gobierno o de la comunidad”, complementó.

Los expertos conocieron las experiencias de Moravia, Juan Bobo y la Comuna 13 Desde la experiencia propia de los habitantes de los territorios, la lideresa del movimiento Moravia Resiste, Luzmila Hernández, recordó que la historia de su barrio ha sido, precisamente, la lucha por el reconocimiento y el mejoramiento de la calidad de vida a través de la participación activa de la comunidad en las distintas intervenciones urbanísticas realizadas en este barrio, que antiguamente fue


Orjuela, experto en estudios ambientales y transportes sostenibles en Peak Urban. Parte de los esfuerzos investigativos adelantados hasta ahora como parte del programa académico, de los cuales 33 de ellos fueron socializados durante la segunda gira internacional en Medellín, buscan impactar el diseño de políticas públicas en las distintas ciudades de Latinoamérica y el mundo. “El palimpsesto es un documento escrito en pergamino que se borraba y se volvía escribir sobre él. Es lo que hacemos en unas ciudades, concretamente, en Medellín. Estamos reescribiendo la ciudad sobre todo después de la crisis de los años 80 y 90. A partir de los años 60, cuando se implanta en estos países el modelo de desarrollo económico que impera en este sur global, empiezan unos fenómenos sociales que rebasan el estado. Hay más sociedad que estado. Entramos a solucionar problemas y no a planear las ciudades”, destacó Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, quien habló de ir más allá de las innovaciones adaptativas como soluciones urbanas para generar mejores cambios culturales en las ciudades. En los cuatro años de la estancia posdoctoral, que finalizará su financiación en 2021, los distintos investigadores continuarán desarrollando sus estudios para contribuir a la toma de decisiones, basadas en evidencia, sobre el futuro de las ciudades. De esta manera, se esperan crear herramientas que permitan una mejor comprensión de los fenómenos sociales, urbanos y ambientales. “Hemos estado en Medellín y conocido una gran hospitalidad junto con una excelencia en la investigación. Queremos crecer nuestra sociedad y seguir trabajando con colegas en EAFIT”, mencionó Michael Keith, director del programa de investigación Peak Urban, durante el cierre del encuentro. UNIVERSIDAD EAFIT

117

Academia

conocido como un botadero municipal en la zona norte de la ciudad. “En 2004 empezamos a ser un proceso que los urbanistas llaman urbanismo social. Se empieza a dialogar con la comunidad y a trabajar un proceso de acercamiento de cómo vamos a construir sobre lo construido. Logramos tener un espacio como el Centro Cultural, mejorar la salud pública con el mejoramiento de quebradas, el pavimento de calles. Habíamos hecho unos procesos anteriores que llamamos los bonos de ayuda mutua”, cuenta Luzmila. Y es que como parte de la agenda del encuentro los organizadores también destacaron que los participantes del programa internacional, además del intercambio académico de estudios y metodologías, realizaron recorridos por los territorios de Medellín donde reconocieron el testimonio de sus habitantes sobre el impacto generado por los Proyectos Urbanos Integrales (PUI). La historia de Moravia como barrio autoconstruido y sus desafíos sociales y ambientales; las soluciones integrales de vivienda y espacio público en las intervenciones del sector Juan Bobo, en la Comuna 2; y los impactos de innovaciones urbanas como las escaleras eléctricas en Las Independencias, en la Comuna 13, fueron algunos de los procesos destacados por parte de los investigadores de la estancia de posdoctoral. “Parte de la memoria histórica es reconocer los orígenes de este lugar, esa conexión con diferentes espacios políticos y de la comunidad. Encontramos un liderazgo femenino a lo largo del recorrido. Vimos que la participación de las mujeres es llamativa. Todavía hay cosas por hacer en cuanto de espacios de tránsito para peatones y espacios para proteger el agua”, comentó Juan Pablo


Tablero de Noticias Maestría en Estudios del Comportamiento, nuevo posgrado de EAFIT para analizar el cambio social a partir de la conducta de las personas Foto: Róbinson Henao

El nuevo pregrado de EAFIT es Diseño Interactivo, pensado para los oficios de las nuevas generaciones Explorar los contenidos digitales y ocuparse de problemas asociados al diseño, a la convergencia tecnológica y a la creatividad en escenarios emergentes. Esas son algunas de las posibilidades que ofrece Diseño Interactivo, el nuevo pregrado que EAFIT incluye en su oferta académica gracias a la aprobación por parte del Ministerio de Educación Nacional (Resolución número 15452 del 18 de diciembre de 2019 Snies 109150). Se ofrece desde el segundo semestre de 2020. “Es una carrera contemporánea con porvenir porque combina el diseño, la creatividad, las humanidades y los nuevos entornos de medios de comunicación. Pretende formar profesionales en campos de actuación con gran desarrollo y empleabilidad a futuro como la realidad virtual, el internet de las cosas, los videojuegos, la programación creativa, la experiencia de usuario y las aplicaciones interactivas”, sostiene Jorge Iván Bonilla Vélez, jefe del Departamento de Comunicación Social de la Universidad.

www.eafit.edu.co/pregrado-diseno-interactivo

118

Comprender la conducta del ser humano y las intervenciones que se pueden implementar en la sociedad y las organizaciones para lograr el cambio social, todo esto basado en evidencia empírica, es el área científica que ahora ofrece EAFIT con su nueva maestría en Estudios del Comportamiento, adscrita a la Escuela de Humanidades.

Foto: Róbinson Henao

“El área de los estudios del comportamiento busca entender por qué las personas hacemos lo que hacemos, es decir, entender la forma como las personas nos compartamos. A partir de los conocimientos teóricos que vienen de muchas fuentes como la psicología cognitiva, la economía de comportamiento y la argumentación práctica podemos diseñar intervenciones orientadas al cambio social”, dice Mariantonia Lemos Hoyos, doctora en Psicología y coordinadora de esta maestría profesionalizante de tres semestres de duración.

www.eafit.edu.co/maestria-estudios-comportamiento


Foto: Róbinson Henao

Generación de la consciencia lingüística, la comprensión crítica y la producción de diferentes tipos de textos. Ahí se orienta la nueva maestría virtual en Lectura y Escritura que ofrece EAFIT a todo el que esté a un clic de distancia y en cualquier lugar del mundo donde exista una conexión a internet. Es un programa que aportará a resolver problemas prácticos, y promoción de la lectura y la escritura, al investigador a profundizar en este campo y a un autor a impulsar su obra. Este nuevo programa está dirigido a profesionales de diferentes campos de las humanidades y las ciencias, quienes se desempeñan principalmente en el medio cultural, educativo y editorial. Se trata de un posgrado transdisciplinario, basado en la lectura y la escritura como competencias determinantes en la actual sociedad de la información y el conocimiento.

http://www.eafit.edu.co/maestria-lectura-escritura

Tablero de noticias

EAFIT estrena una maestría virtual en lectura y escritura

La Escuela de Administración de EAFIT es la tercera del mundo que alcanza la acreditación de Business Graduates Association Business Graduates Association, entidad acreditadora con sede en Londres, reconoció por cinco años la alta calidad de todos los programas de esta escuela eafitense. Con este galardón, que se entrega por primera vez en Latinoamérica, EAFIT pasa a integrar al grupo de tres universidades del planeta que han obtenido dicho aval. The Association of MBAs (Amba), entidad que hace parte de esta misma firma, también ratificó, por otros cinco años, la calidad del MBA de EAFIT. Este programa ya había obtenido la acreditación internacional, por primera vez, en 2014. Hasta el año pasado, la Escuela de Negocios de la Universidad Robert Gordon de Aberdeen (de Reino Unido) y el Instituto Internacional de Administración de San Petersburgo (de Rusia) eran las dos únicas instituciones del mundo acreditadas por Business Graduates Association (BGA). Y, desde el 17 de enero de 2020, a este selecto grupo de entidades acreditadas también se suma la Escuela de Administración de EAFIT, después de que dicha firma evaluadora —con sede en Londres— reconociera, por cinco años, la alta calidad de sus programas de pregrado, maestría y doctorado.

UNIVERSIDAD EAFIT

119


RECTOR

VICERRECTORA ADMINISTRATIVA Y DE PROYECCIÓN SOCIAL VICERRECTORA DE APRENDIZAJE VICERRECTOR DE DESCUBRIMIENTO Y CREACIÓN

SECRETARIA GENERAL COMITÉ EDITORIAL

COLABORADORES

DIRECCIÓN EDICIÓN DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

Juan Luis Mejía Arango

Campus principal Universidad EAFIT Carrera 49 7 Sur-50

Paula Andrea Arango Gutiérrez

Teléfono: (57) (4) 2619500 Ext. 9820 Medellín, Colombia

Claudia María Zea Restrepo EAFIT Llanogrande Mauricio Perfetti Del Corral Maritza Alzate Buitrago Juan Luis Mejía Arango Adolfo Eslava Gómez Alejandro Gómez Valencia Ana Silvia Gallo Vélez Catalina Suárez Restrepo Jairo Andres Campuzano Hoyos Juan Carlos Luján Sáenz Luis Fernando Patiño Santa Mauricio Perfetti Del Corral

Kilómetro 3.5 Vía Don Diego-Rionegro Teléfono: (57) (4) 2619562

EAFIT Pereira Carrera 19 12-70 Megacentro Pinares de San Martín Teléfono: (57) (6) 3214115

Alejandro Gómez Valencia Adriana Cooper Amparo Restrepo Beatriz Mesa Mejía Jonathan Montoya Correa Juan Camilo Montoya Echavarría Juliana Henao Gutiérrez Karen Osorno Varela Mario Duque Cardozo Margarita Zuluaga Esquivel Paola Andrea Cardona Tobón Santiago Higuita Posada Sebastián Aguirre Eastman

EAFIT Bogotá

Departamento de Comunicación

comunicaciones@eafit.edu.co

Área de Información y Prensa Juan Carlos Luján Sáenz

Carrera 21 # 87-85 Teléfono: (571) 6114618 ext. 9089, 9041, 9197 y 9048

www.eafit.edu.co

COMENTARIOS

ISSN 0124-3624

Área de Comunicación Creativa César Franco Restrepo

FOTO PORTADA

Róbinson Henao Cañón

FOTOGRAFÍAS

Róbinson Henao Cañón No 118, 2020-1

118 MISIÓN Las opiniones expresadas en este medio de comunicación son responsabilidad de sus autores y no corresponden a una posición institucional de la Universidad EAFIT. Vigilada Mineducación

Contribuimos al desarrollo sostenible de la humanidad mediante la oferta de programas que estimulen el aprendizaje a lo largo de la vida, promuevan el descubrimiento y la creación y propicien la interacción con el entorno, dentro de un espíritu de integridad, excelencia, pluralismo e inclusión.

Medellín-Colombia / 2020-1


Estimado egresado:

¡Suscríbase a la edición impresa de la revista El Eafitense!

Envíenos su dirección al correo comunicaciones@eafit.edu.co y reciba cada seis meses contenidos de actualidad, academia, investigación, tecnología y medio ambiente, entre otras temáticas. También puede consultar las ediciones en www.eafit.edu.co/eleafitense

www.eafit.edu.co



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.