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1. ¿Qué es la

innovación?

1. ¿qué es la innovación?

La actualidad mundial ha sido permeada por dos términos que marcan el destino de muchas organizaciones en el orden internacional: globalización e innovación. Este último térmi­no en especial parece haberse puesto de moda desde hace algunos años. Sin embargo, dicho concepto fue introducido, en el ámbito de la economía y la administración, por el economista austro-estadounidense Joseph Schumpeter en 1942.

Pero, ¿qué es innovación y por qué hoy todos hablan de ella? Partiendo de la definición de la Real Academia Española, que la concibe como la “creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado”, podemos decir que efectivamente, se presenta como un práctica gestionable que permite agregar valor y diferenciación.

Tal y como lo expresa Jorge Hernán Mesa en su texto Emprendimientos Innovadores Latinoamericanos (2015: 27), se entiende que la innovación se produce solo cuando el producto, proceso, servicio, etc., tiene un impacto comercial, productivo o social, es decir, cuando la idea o invención rebasa su alcance científico o tecnológico y realiza su potencial, transformando de alguna manera su entorno económico, social, ambiental, innovaciones.

Hoy en día es cada vez más común que las compañías creen una definición propia de innovación que refleje realmente lo que para ellas significa este concepto, atendiendo muchas veces a criterios específicos establecidos por la organización. A continuación presentamos una serie de preguntas clave que le permitirán construir una definición ideal para su empresa: • ¿Qué necesidad, deseo o problema debe satisfacer o solucionar la innovación en su compañía?

• ¿Qué áreas de su organización deben intervenir o relacionarse para dar solución al punto anterior?

• ¿Qué es lo que tienen en común esas áreas dentro de la empresa o en su entorno?

• ¿Qué tipo de empresas pueden ser inspiradoras para innovar en su entono y que correspondan a otros tipos de negocios diferentes al suyo?

• ¿Quiénes son sus clientes?

• ¿Qué principios y valores deben soportar las actividades que permitan la satisfacción plena de clientes, socios y usuarios?

• ¿Cómo se pueden integrar todos los recursos para generar innovación en la compañía?

• ¿Cuáles son los puntos críticos para innovar en su compañía?

• ¿Es posible concretar todo lo anterior en una imagen que pueda representar las actividades en pro de la innovación en su organización?

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• ¿Bajo qué frase se pueden agrupar las actividades, los actores y los resultados que surjan en pro de realizar actividades o productos diferentes o nuevos en su organización?

En síntesis, es responder a un “qué hace”, “por qué lo hace” y “para qué” o “para quién” se hace. A través de estas preguntas, que ojalá se resolvieran en equipos de trabajo con­ for­mados por empleados, colaboradores, operarios, etcétera, se podrá tener una aproxima­ción a lo que puede ser innovación en su organización. La innovación obedece en gran medida a lo que su organización hace y aspira a ser en el futuro, pero además involucra principios y valores que la compañía debe seguir, no como un dogma, sino como algo que les otorga sentido a todos en la corporación.

A continuación se muestra cómo tres empresas muy distintas en sus actividades dieron respuesta a las preguntas anteriores y llegaron a una definición que seguramente de­berán modificar eventualmente o que ya han ido modificando, pero que en primera instancia constituyó un punto de partida. Lo importante es que las empresas definan qué es innovación para ellas.

Hermeco Hermeco es una compañía dedicada al diseño, producción y comercialización de vestuario y accesorios para bebés, niños y niñas, que nace de la mano del comerciante Juan Camilo Hernández, quien distribuía su marca de ropa infantil, Rancho, en los almacenes Éxito de Medellín. Durante un viaje a Estados Unidos, mientras buscaba ropa para su primer hijo, se encontró con la marca OshKosh B’gosh; en ella descubrió diseños creativos y colores di­ ferentes a los que habitualmente se vendían en Colombia: amarillo, azul, rosado y blanco.

Inicialmente, Juan Camilo trajo la idea al país como franquiciado o distribuidor. Sin embargo, a partir de una adaptación al concepto ofrecido por OshKosh B’gosh nació, en 1979, offcorss, una nueva marca de ropa para niños que pretendía innovar en el origen y la tradición del vestuario. Esta es la marca con la que Hermeco ha logrado su mayor posicionamiento y reconocimiento en el mercado.

La compañía está siempre pendiente de las tendencias en moda, materiales, diseño y demás aspectos de esta industria, para adaptarlos al contexto local y ofrecer así un portafolio que se ajuste a las necesidades de sus clientes, pero buscando siempre diferenciarse de la competencia.

Es una empresa de gente joven, en la que el promedio de edad es de treinta y un años, pero sobre todo apasionada; gente que busca y propone ideas, proyectos, y trabaja de una manera innovadora, diferente a la habitual. Cuenta con aproximadamente novecientos sesenta empleados, de los cuales quinientas noventa y cuatro son de planta fija. El resto son temporales que se contratan especialmente para la época decembrina.

La compañía, en el proceso de gestión de la innovación, quiso cambiar la definición de diccionario que describía la innovación, por un manifiesto que reflejara realmente lo que

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esta significaba para la compañía, estableciendo que “Hermeco crece y crea el futuro a partir del cambio, la evolución y su propia reinvención, sorprendiendo y generando experiencias únicas”. Lo anterior, basado en cinco principios: responsabilidad, compensación, inclusión, rentabilidad y reconocimiento.

Tomado de la conferencia “Empresa y Estado en pro de la innovación: caso Hermeco”, dictada el 4 de septiembre de 2013 por Federico Escobar Sierra, Jefe de Procesos e Innovación de Hermeco.

Floralp Floralp es una empresa ecuatoriana en donde se nota la influencia de la cultura suiza; ponen amor y muy buenas relaciones en el proceso de producción de la cadena láctea; sus valores son sembrar semillas de amistad, sentido de pertenencia a la empresa y calidad en lo que se hace. La compañía empezó con los dos líderes y dos trabajadores, quienes iniciaron como colaboradores o auxiliares, y la producción era de cuatrocientos litros de leche por día. En la actualidad, la empresa está conformada por ciento cuarenta personas, procesa sesenta y cinco mil litros diarios de leche y se dedica a la producción de diversos tipos de queso.

Esta compañía nació en el norte de Ecuador y hoy se encuentra expandida por todo el país, con plantas en el Carchi, Guayaquil, Quito, San Gabriel e Ibarra, lo que evidencia el crecimiento de una empresa que ya cumplió cincuenta años, y en donde, todavía hoy, se recuerda a su gestor, quien a sus noventa y un años, aún caminaba entre las bodegas de almacenamiento, el área de cortado o la bodega de despachos. Él además, con sus ideas, había logrado penetrar en Perú (en la región de Oxapampa), y en el 2012 incursionar en el sur de Colombia (en la ciudad de Pasto), trabajando en la construcción de relaciones con los productores de la cadena láctea en estas regiones vecinas.

La compañía incorpora a los pequeños ganaderos a la cadena de valor de la industria láctea, brindándoles precios justos y apoyándolos en la mejora de sus procesos, lo cual, en última instancia, retorna a la comunidad y se refleja en una excelente contribución eco­nómica, fruto también de haber implementado sus normas de calidad y al adecuado manejo de la cadena de frío. Al final, es un proceso en el que todos ganan: proveedores, comercializadores y clientes.

La compañía produce quesos maduros de la mejor calidad sin el uso de preservantes ni conservantes, con lo cual se sacrifica tiempo de duración pero se asegura un produc­to 100% natural.

Floralp sobresale por su innovación social, por las relaciones con sus comunidades y por el hecho de seguir “madurando los mejores quesos”. No es extraño encontrar que en la compañía esté definida la innovación como “La maduración de las mejores ideas en pro del desarrollo de la industria láctea y el beneficio de sus comunidades”.

Tomado de: Jorge Hernán Mesa Cano, Emprendimientos innovadores latinoamericanos, Medellín, Fondo Editorial Universidad EAFIT, 2015.

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West Química West Química nació hace treinta y ocho años en la ciudad de Medellín, y ofrece a sus clientes soluciones para el control fitosanitario, la optimización de mezclas agrícolas, el tratamiento de superficies metálicas, los procesos de mantenimiento industrial, la limpieza y desinfección de alto nivel en instituciones del sector salud, plantas de alimentos y explotaciones pecuarias.

Actualmente, cuenta con ciento cuarenta y seis empleados y diferentes líneas de negocio centradas en diversas áreas: alimentos, hospitalaria, pecuaria, agrícola e industrial.

Luego de un proceso de varias etapas en el que la compañía intentaba establecer su modelo de innovación, sus directivos vieron la importancia de tener una definición propia que se alineara con los objetivos de la organización. Fue así como se determinó que para West Química la innovación es “co-crear, a través de la pasión y el talento, estrategias de conocimiento y valor proyectadas hacia el crecimiento integral de la organización, el reco­nocimiento del mercado y la entrega de soluciones a los clientes”. Dicha definición se complementó con tres principios básicos sobre los cuales se apalancaría para lograr sus propósitos de innovación: conocimiento, inclusión y rentabilidad.

Tomado de la conferencia “West Química incorpora la innovación en su adn”, dictada el 5 de noviembre de 2014 por Natalia Toro Vélez, Analista de Investigación y Desarrollo de West Química.

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