Manifiesto Litoral N1

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EN PRIMERA PERSONA

Alejandro Grüning Rosas. Rosario (1890-1974) Estudiante reformista. Secretario de la Sociedad Cosmopolita. Egresó del Colegio Nacional de Rosario. Estudió en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Santa Fe y en la de Ciencias Económicas, Comerciales y Políticas de Rosario. 1912-1913: Presidió la Federación Estudiantil de Santa Fe. 1912: Se lo nombra Oficial 1º de la H. Cámara de Diputados. 1912: Organizó la primera manifestación en favor de la creación de la Universidad Nacional. 1914-1915: Presidió el Centro de Estudiantes de

MANIFIESTO CAMINO AL CENTENARIO DE LA REFORMA UNIVERSITARIA 1918-2018

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Derecho de Santa Fe. 1915: Formó parte de la Comisión de la Sociedad Cosmopolita. 1915-1916: Presidió la Federación Estudiantil de Santa Fe. 1915: Fue secretario de redacción del periódico La Palabra. 1916: Fue parte del grupo que convocó a la reunión en la cual se resolvió construir el Comité Pro-Universidad Nacional, desarrollada en el edificio de la Sociedad Cosmopolita. 1918: Fue delegado por la Federación Estudiantil de Santa Fe al 1º Congreso Nacional de Estudiantes en Córdoba.

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DISTRIBUCIÓN GRATUITA. FASCÍCULOS MENSUALES DE DIVULGACIÓN HISTÓRICA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL.

JUNIO DE 2017.

LA ARGENTINA DEL CENTENARIO

DEMOCRACIA Y LIBRE PENSAMIENTO: IDEAS DE LA SANTA FE REFORMISTA L

Las ideas progresistas y liberales impulsaron el proceso político democratizador en La Argentina del 1900. El espíritu reformista fue creciendo en la sociedad asestando un duro golpe al poder conservador. El estudiantado ocupó su rol histórico, y comenzó a luchar por una educación de excelencia y vinculada a los problemas de su región. Un repaso por las ideas en debate y los significativos aportes de los estudiantes del Litoral a este Movimiento Reformista que revolucionó nuestra región, tuvo su hito en la Córdoba del ’18 y se extendió al continente.

LA ARGENTINA DEL CENTENARIO ESTABA CAMBIANDO, el momento económico del país era auspicioso, y tras la sanción de lo que hoy conocemos como Ley Sáenz Peña, el espíritu reformista, democratizador y modernizador impregnó a la sociedad del Siglo XX. El movimiento estudiantil se constituyó en un actor político protagonista de su tiempo. Aquellos hombres y mujeres estaban convencidos que valía la pena hacer las tareas difíciles. Se propusieron redefinir las relaciones entre el saber, la sociedad y el poder, en pos de una educación de excelencia, democrática y progresista que les permitiera crecer y dar respuesta a las demandas sociales, económicas y productivas de una región que crecía y se definía con pasos gigantes custodiada por el Paraná. La transformación de la Educación Superior estaba en marcha y comenzó a gestarse de la mano de estos estudiantes.

«Con espíritu democrático, mentalidad nueva, abiertos a todas las ideologías y todos los pensamientos, sin discriminación por riqueza o credo, trabajaron con dedicación para que todos los jóvenes de la región, tuvieran las mismas posibilidades educativas, en todos los niveles, incluyendo la Universidad Reformista», expresó el entonces gobernador provincial Manuel Menchaca en una justa síntesis que actualiza su vigencia hoy, a un año de cumplirse el centenario de la Reforma Universitaria. La unl nació con este movimiento, lleva esta impronta y así como se fue construyendo con profunda convicción democrática, autónoma, crítica y creativa, hoy renueva y resignifica su compromiso social y promueve, a través de sus políticas institucionales, la más amplia expansión del saber, del conocimiento y de la cultura en diálogo permanente con la sociedad.

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MANIFIESTO

En la Santa Fe Reformista...

LOS ESTUDIANTES, HACEDORES DE LA DEMOCRACIA DE UN NUEVO SIGLO

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«Con esta universidad tendrán Santa Fe, Rosario, Paraná y Corrientes, centros de labor en eficaz y armonioso desenvolvimiento entre sí y con las instituciones universitarias, centros de investigación, laboratorios sociales y científicos, según el concepto moderno universitario, casas donde se piense y se sienta, donde se ilustre y se eduque y en las que no se enclaustre la ciencia ni se la guarde como el tacaño a su fortuna…» Enrique Mosca. Fundamento de su voto en la sesión de la Cámara de Diputados a favor de la creación de la unl.

• En la ciudad de las primeras décadas del siglo XX las calles entre bulevares estaban adoquinadas y a algunas vías principales había llegado el pavimento de asfalto considerado una superación modernizadora. • En 1921 los vehículos automotor registrados en la Municipalidad de Santa Fe no alcanzaban los 300. Para 1931 llegaban a

4.000 entre autos y camiones. Aún se conservaban unos 80 coches de plaza, reminiscencia de la Santa Fe del Centenario. • Cuando creció la cantidad de coches, aparecieron como nuevos mojones urbanos las estaciones de servicio de la West India Oil en las esquinas de Bulevar Gálvez y Alberdi y en la de Salta y 9 de Julio. • En los años 20 la ciudad se animó a pensarse a sí misma a escala monumental. La

LA ARGENTINA DEL CENTENARIO

La unl nació con la Reforma Universitaria de 1918, lleva esta impronta y, con profunda convicción democrática, autónoma, crítica y creativa, renueva y resignifica su compromiso social y promueve la más amplia expansión del saber, del conocimiento y de la cultura en diálogo permanente con la sociedad, en el camino al Centenario de la Reforma Universitaria.

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ERA LA ARGENTINA DEL 1900. LOS ARGENTINOS y el mundo entraban en pánico porque se acercaba el paso del cometa Halley y temían que acabara el mundo. Los periódicos de la época aún se hacían eco de los fastuosos festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo. La transición del siglo XIX al XX encontró a varias generaciones de argentinos en un clima de optimismo económico y de relativa estabilidad institucional. Las sucesivas crisis económicas parecían superarse y dar paso a una etapa de movilidad social que incluía la llegada de inmigrantes de las más diversas nacionalidades. Pero subsistía una gran deuda pendiente: los argentinos no podían elegir a sus representantes. Las críticas a la élite que detentaba el derecho de gobernar se multiplicaban, se reclamaba el voto universal, secreto y obligatorio, y comenzó a gestarse un temperamento reformista que marcaría a esa Argentina que pisaba un nuevo siglo y que los estudiantes universitarios enarbolarían para forjar un movimiento estudiantil que se extendió por el continente latinoamericano mientras estallaba en la Córdoba de 1918. La sanción de la reforma electoral durante la presidencia de Roque Sáenz Peña se logró en febrero de 1912, sólo dos meses antes de que el Titanic se hundiera en los hielos del Atlántico Norte. Estableció el voto universal, secreto y obligatorio para los ciudadanos argentinos, nativos o naturalizados, mayores de 18 años de edad, habitantes de la nación y que estuvieran inscriptos en el padrón electoral. Por supuesto que excluía a grandes colectivos: a las mujeres, a los habitantes de territorios nacionales, a religiosos, soldados y detenidos por juez competente, pero marcaría una fuerte impronta por afianzar la democracia, los derechos civiles y el libre pensamiento. «Es interesante pensar en todas las transformaciones tanto políticas como sociales que traen las dos primeras décadas del siglo XX, fundamentalmente a partir de 1910, a partir del Centenario se produce una aceleración de estos procesos de democratización política y social. En términos políticos la democratización se expre-

só en la ley Sáenz Peña, que más allá de las discusiones que involucró fue consensuada por toda la élite política de la época y eso se materializó en 1916 en el ascenso del radicalismo al poder», indica Eliana Bertero docente de la fcjs. Nuevas tendencias intelectuales, nuevas corrientes del pensamiento científico, fuertes ideas sociales instalaron en la sociedad argentina nuevos ideales de modernización, libertad y pensamiento crítico. No resultaron indiferentes a esta atmósfera cosmopolita y progresista los santafesinos, especialmente los estudiantes. «Todo el movimiento estuvo impregnado de una lucha por el libre pensamiento muy fuerte. De alguna manera, los estudiantes retomaron estas ideas del movimiento de libre pensamiento de la ciudad, del país y las proyectan en demandas de cambio para la Universidad», asegura Adolfo Stubrin, secretario de Planeamiento de la unl. Bertero explica que «en este proceso de democratización política es interesante ver cuáles son los debates en términos culturales e ideológicos, productos también de un contexto mundial bastante convulsionado que va a estar atravesado por dos acontecimientos fundamentales: la Primera Gran Guerra Mundial en Europa y, más tarde, en 1917, la Revolución Rusa». La generación del cambio Stubrin asegura que debe tomarse en cuenta muy especialmente el rol histórico que tuvieron los estudiantes, quienes se pensaron y asumieron como la generación que debía llevar adelante las reformas acordes a su tiempo. «En ese clima de época alrededor de 1918 estaba muy en boga la teoría de las generaciones. Unos años antes había hecho su primera visita al país el Dr. Ortega y Gasset, quien divulgaba sus ideas filosóficas con un fuerte impulso a la teoría de las generaciones, un culto a la juventud, pero con una justificación ideológica, pues aseguraba que las generaciones eran los factores de cambio social, cultural, político», comenta. «Entonces, además de que estos jóvenes estaban accediendo a nuevas ideas, inflamados por el clima del mundo, esta generación realmente creyó que tenía un rol histórico en sus manos y lo llevó adelante».


MANIFIESTO

arquitectura de los nuevos edificios se impregna del espíritu reformista de la época. • El gobierno provincial dispuso la construcción de los nuevos Tribunales Provinciales frente a Plaza 25 de Mayo, la Jefatura de Policía frente a Plaza San Martín, la cárcel de mujeres en el extremo sur de calle San Gerónimo y el Reformatorio de Menores. • En 1924 comienza a construirse el Puente Colgante que demandará cuatro años de

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construcción, y fue inaugurado en 1928. • La Municipalidad de Santa Fe dispone las obras del Mercado Progreso en 1925 y del Mercado Norte en 1929. • Para 1928 abre sus puertas el Cine Sonoro Empire en San Martín y Corrientes. • Una Guía del Turista mostraba desde la perspectiva oficial, los cambios y progresos urbanos en la ciudad como rasgos elogiables y dignos de difundirse.

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1. Calle 1ro. de Mayo, vista de los talleres de la Escuela Industrial Superior. 2. Construcción del Puente Colgante, Circa 1924. 3. Mercado El Progreso, vista calle Balcarce. 4. Mitin del 8 de septiembre de 1912. 5. Manuscrito del discurso de Alejandro Grüning Rosas.

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«Estos jóvenes se consideraban a sí mismos como las nuevas generaciones, portadoras de nuevas ideas. Cuestionaban lo que va a mostrar la gran guerra: el fracaso de la idea de civilización y progreso en Europa donde las ambiciones imperialistas habían llevado justamente al gran conflicto bélico, en el que la técnica y la tecnología se habían aplicado a la maquinaria de la muerte. Este es el escenario en el que América Latina no se quiere mirar. La juventud y muchos intelectuales de la época son así impregnados por el espíritu de la Revolución Soviética, toma fuerza el ideal del anti-imperialismo», asegura Bertero. Esos hechos del contexto internacional son resignificados en Argentina y América Latina en clave de fuerte crítica al positivismo, al materialismo excesivo de las antiguas generaciones y se inscriben en esta corriente neo-idealista, espiritualista, que se expresa por ejemplo en Ariel, el ensayo que José Enrique de Rodó publicó en 1900 en Uruguay, plagado de este espíritu modernista que también predicaba Rubén Darío desde Nicaragua. «Comienza a aparecer la dimensión americana, latinoamericana, impregnada de anti-imperialismo. Estas ideas que atraviesan los debates de la época se trasladan al prisma con que los jóvenes miran la universidad», señala Bertero. Para esas ideas, los planes y programas de estudio de la Universidad Provincial de Santa Fe —creada por el gobernador José Gálvez en 1889— empezaban a resultar anacrónicos, conservadores y dogmáticos. Otras luchas, nuevas demandas y cambios se avecinaban. Comenzarán una serie de movilizaciones estudiantiles que pugnaban por cambiar la educación, encausarla a solucionar los problemas de la región y entablar lazos más estrechos entre las aulas y el ámbito científico. Los jóvenes reformistas se propusieron la tarea de construir una Universidad Nacional para El Litoral, se constituyeron como los protagonistas de un movimiento que desde el corazón de la Argentina se desplegaría por el continente con las banderas y los principios de la Reforma Universitaria de 1918.

Primer acto público Los estudiantes santafesinos comenzaron a organizar, desde 1912, diferentes mitines públicos, con asistencia de delegaciones de Entre Ríos y Corrientes, de Esperanza y otras localidades de la provincia. El 8 de septiembre de 1912 realizaron la primera manifestación pública solicitando la nacionalización de los títulos emitidos por la Universidad Provincial de Santa Fe. «Este mitin expresó por primera vez la demanda de los estudiantes y colocó en el centro de la escena a algunos representantes estudiantiles. La unidad estudiantil quedó sellada con la formación de la Federación de Estudiantes que nucleó a jóvenes y secundarios», según se da en cuenta en Acta de nacimiento. Camino a la Reforma Universitaria del Litoral. 1916/2016 del Museo Histórico unl. Alejandro Grüning Rosas, uno de los destacados estudiantes del movimiento reformista del 18, leyó en este mitin las cinco ideas esenciales de los jóvenes universitarios reformistas santafesinos: 1º No sólo validez de títulos, sino nacionalización de la universidad. 2º La nacionalización será la reforma. 3º Plan de federación nacional de estudiantes. 4º Frente unido de estudiantes y trabajadores. 5º Creación de nuevas universidades en las distintas regiones del país. En las décadas siguientes, el movimiento de estudiantes reformistas redobló sus acciones, llevó las gestiones al Congreso Nacional con persistencia y pasión, con el objetivo de difundir sus ideales y concretar la creación de una Universidad Nacional para El Litoral. Diferentes proyectos de creación de la Universidad estuvieron en danza, discusiones y debates se sucedían en el ámbito nacional, regional y en la ciudad. A mediados de 1914, se crearon los Centros de Estudiantes de Derecho y de Farmacia y Obstetricia. Y en junio de 1915 se concretó la constitución definitiva de la Federación Estudiantil de Paraná. Se intensificó el intercambio de ideas y se definió el contenido democrático, renovador y la estructura de la Universidad Nacional del Litoral. Los santafesinos participaron del congreso que

se realiza en 1918 y en el que quedó constituida la Federación Universitaria Argentina. «Los estudiantes inscriben las críticas a la enseñanza tradicional considerada libresca, orientada hacia el profesionalismo. Invocan la necesidad de una universidad que mire los problemas de la sociedad, que no sea una mera transmisión de conocimientos, sino que sea un laboratorio de creación de conocimientos, que se pueda constituir en el faro intelectual para pensar la transformación cultural, social y política de la época», asegura Bertero. El proceso democrático, por la libertad de pensamiento, por el derecho a una educación de calidad y estrechamente vinculada con la sociedad, estaba en plena marcha y ya no se detendría. «Todas estas demandas, a pesar de que se planteaban como netamente académicas, van a impactar en las características del movimiento del 18 que llevó a que se expandiera a las tres universidades nacionales existentes —unc, uba y unlp— y a que tuviera una proyección latinoamericana. En 1919 se realiza el primer congreso de estudiantes universitarios en Perú, y en 1921, en México, se concreta un congreso internacional de estudiantes», indica Bertero. Varios hitos se sucedieron en la Argentina y en Santa Fe, hasta que el 27 de agosto de 1919, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó la creación de la Universidad Nacional del Litoral. El presidente Hipólito Irigoyen sugiere personalmente al Senado la conveniencia de apurar su despacho y sanción y —con un elocuente discurso de Joaquín V. González— queda sancionada la ley, bajo el Nº 10.861. Transcurrirán poco más de dos años, hasta el 18 de abril de 1922, para su inauguración oficial, pero bien vale recordar la idea rectora que planteara Alejandro Grüning Rosas unos años antes: la Universidad Nacional del Litoral será la universidad de la Reforma.

bibliografía consultada: •95 años de la unl. la reforma entre dos siglos. •lux indeficiens. •acta de nacimiento. camino a la reforma universitaria en el litoral 1916- 2016. •la universidad nacional del litoral. antecedentes de su creación. •el puente colgante de santa fe. historia, materia y símbolo, arq. adriana collado y arq luis müller.

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«La conciencia ciudadana no se despierta sino por medio de la educación. La ignorancia, enemiga de todo ideal, debe ser combatida y desterrada, si queremos hacer de nuestro país un pueblo respetuoso de las leyes y consciente de sus derechos y deberes.» Manuel Menchaca. Gobernador de Santa Fe 1912-1916.


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MANIFIESTO

OPINIÓN

De los claustros a las calles: el Reformismo como legado

Los Principios

por Natacha Bacolla.

REFORMISTAS Los estudiantes reformistas buscaban redefinir las relaciones entre el saber, la sociedad y el poder de entonces. Enarbolaron así los ideales reformistas con la certeza de que estaban poniendo en marcha un cambio que daría como resultado universidades democráticas, laicas y abiertas a toda la sociedad. Sostuvieron la necesidad de que las Universidades tuvieran autonomía, sin intervenciones de los poderes de turno. Por ello, la Universidad hoy ejerce la libertad para definir y cumplir los objetivos que se plantea. La concepción reformista considera a la autonomía como una condición necesaria para lograr la emancipación del conocimiento, es decir que se necesita libertad para que la investigación, docencia y extensión se concreten con excelencia. También sostuvieron la necesidad de cumplir con el principio de autarquía, es decir que cada

institución elija a sus autoridades y a cada uno de los miembros de sus órganos colegiados de gobierno. Se dejaba atrás la vieja modalidad que permitía al gobierno de turno designar a las autoridades universitarias y se conquistaba un sólido principio democrático rector de las universidades reformistas. Así lo dice el Manifiesto Liminar: «Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando».

AUTONOMÍA AUTARQUÍA

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6. Mesa de escrutinio, elección de Rector, 1936. 7. Asamblea Universitaria de 2014. Elección de las actuales autoridades.

El movimiento universitario que tuvo lugar en los primeros meses del año 1918 en Córdoba ha quedado ligado a un momento en la memoria social: aquel del 15 de junio, en que un grupo de estudiantes tomó la universidad en aquella ciudad, luego de un largo conflicto iniciado por el cierre del internado del Hospital de Clínicas, e impugnó una votación para la elección de un nuevo rector, que consideraban había sido amañada por los sectores clericales y oligárquicos dominantes en la institución. Sin embargo como emerge claramente del mítico Manifiesto Liminar, ese movimiento estudiantil que dio vida a la reforma universitaria, no sólo como acontecimiento sino como programa, no reaccionaba únicamente frente a esta manipulación, sino que venía a inscribirse en un torrente reformista más amplio, que lo enlazaba a una profunda transformación de la Argentina moderna, cuyo eslabón más cercano podría encontrarse en la reforma electoral de 1912. Claramente leemos el tono de la rebelión que se dirigía, como en el mismo documento enunciaba, ‘desde la juventud argentina de Córdoba a los hombres libres de Sud América’: «Hombres de una república libre acabamos de romper la última cadena que en pleno siglo XX, nos ataba a la dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen». La reforma universitaria así levantó desde los claustros las banderas del anticlericalismo, el antielitismo, la libertad de cátedra, la legitimidad del conocimiento para el ingreso al cuerpo docente —plasmada en el concurso—, la investigación como parte del quehacer universitario, el cogobierno de la institución por quienes la componían —estudiantes, docentes, graduados— y una inmersión de la universidad en la sociedad —a través del extensionismo—. Pero no se detuvo entre las paredes de la academia, sino que las traspasó adquiriendo un rostro político, en tanto se implicó en una batalla más abarcativa por la definición del sentido de la democracia, que profundizaba aquella dada por la reforma electoral. El resultado de este proceso fue, entonces, no una universidad reformada sino reformista, cuyo principal legado fue esa apertura a un espíritu esencialmente crítico y por ello con un carácter expansivamente democrático. Justamente por ello el movimiento cordobés logró catalizar proyectos y movimientos en otros espacios nacionales y latinoamericanos. Un ejemplo claro emerge en el escenario de la provincia de Santa Fe, donde la coyuntura vigorizó la construcción de una universidad regional en 1919: la Universidad Nacional del Litoral, que enlazaba no sólo las dos principales ciudades de la provincia —Santa Fe y Rosario—, sino también otras dos provincias de las riveras litoraleñas: Corrientes y Entre Ríos. El proyecto universitario tenía para entonces un largo recorrido: desde los pedidos de nacionalización de la ya existente universidad provincial en Santa Fe, hasta aquellos respaldados por figuras como Zeballos y Rivarola. Pero fue, sin embargo, la ocasión del movimiento cordobés el que logró incentivar la unión de adhesiones, desde los principales espacios de sociabilidad intelectual, al gobierno provincial, figuras políticas de la región, y principalmente al estudiantado. A poco de conmemorar el primer centenario de este movimiento, las banderas del reformismo siguen sosteniendo una vital actualidad, invitándonos a reinventar sus consignas, sus programas, pero también a sostener la centralidad de la institución universitaria en la tarea de dar cuerpo a una cultura democrática, abierta al debate y conectada a las nuevas demandas de la sociedad.

FASCÍCULOS MENSUALES DE DIVULGACIÓN HISTÓRICA DE LA UNL. REALIZACIÓN DIRECCIÓN DE COMUNICACIÓN INSTITUCIONAL. REDACCIÓN ANDREA VITTORI. DISEÑO FRANCO SCARAFIA. ASESORA DE CONTENIDOS STELLA SCARCIÓFOLO, ARCHIVO HISTÓRICO “MARTA SAMATÁN”.


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