Marx discípulo de Engels (adelanto)

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...aĂşn no me ha abandonado el sentimiento de humanidad I. Kant



Marx discĂ­pulo de Engels


Colección: Humanitas Director: Carlos Ruta Mazora, Martín Marx discípulo de Engels: una nueva lectura de la génesis del marxismo / Martín Mazora. - 1ª ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Jorge Baudino Ediciones; Gral. San Martín: UNSAM EDITA, 2017. 168 pp.; 21 x 15 cm. - (Humanitas / Ruta, Carlos) ISBN 978-987-1788-29-3 1. Marxismo. 2. Filosofía de la Historia. I. Título. CDD 320.5322

1ª edición, abril de 2017 © 2017 Martín Mazora © 2017 UNSAM EDITA de Universidad Nacional de General San Martín © 2017 Jorge Baudino Ediciones UNSAM EDITA:

Campus Miguelete. Edificio Tornavía Martín de Irigoyen 3100, San Martín (B1650HMK), provincia de Buenos Aires unsamedita@unsam.edu.ar www.unsamedita.unsam.edu.ar Jorge Baudino Ediciones: Fray Cayetano Rodríguez 885 (C1406AWM), Ciudad Autónoma de Buenos Aires info@baudinoediciones.com.ar Diseño de interior y tapa: Ángel Vega Edición digital: Gastón Ferreyra Corrección: Rosina Balboa Se imprimieron 500 ejemplares de esta obra durante el mes de abril de 2017 en Altuna Impresores SRL, Doblas 1968, CABA Queda hecho el depósito que dispone la Ley 11.723 Editado e impreso en la Argentina Prohibida la reproducción total o parcial, incluyendo fotocopia, sin la autorización expresa de sus editores.


Marx discípulo de Engels

Martín Mazora

Una nueva lectura de la génesis del marxismo



prefacio

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introducción 1. El Esbozo de Engels según los historiadores del marxismo 2. La base empírica del Esbozo 3. Una aproximación a nuestra lectura 4. Objetivos del ensayo

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primera parte: el esbozo y la génesis del marxismo en la tradición marxista

Capítulo I

el esbozo, antecedente prescindible (i) 1. El “genial esbozo”: demoledor elogio de Marx 2. El Esbozo y los Cuadernos de París 3. Versatilidad del esquema anti-Esbozo de Marx 4. Otras formas de elogio que desvalorizan el Esbozo 5. Conclusiones

25 25 33 35 38 39

Capítulo II

el esbozo, antecedente prescindible (ii) 1. Leyes objetivas y descubrimientos científicos 2. La epistemología de la Modernidad 3. La dialéctica marxista como crítica inmanente 4. Conclusiones

43 43 49 50 56

Capítulo III

el pour marx de althusser 1. Introducción 2. Objetivo y marco teórico del planteo althusseriano 3. Periodización de las obras de Marx 4. Análisis crítico de las vías de Marx y Engels 5. Objeciones finales

61 61 61 63 64 66


Capítulo IV

la relevancia del esbozo según el capital 1. La historia de la Crítica de la Economía política 2. Las citas del Esbozo 3. Las primeras obras de Marx, ignoradas en El capital 4. Conclusiones

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balance de la primera parte

79

segunda parte: una lectura no marxista de la génesis del marxismo

Capítulo V

consideraciones conceptuales 1. Marco teórico 2. Hipótesis principal 3. Notas aclaratorias y comentarios críticos 4. Una estrategia para difundir el comunismo 5. Hipótesis secundaria 6. Limitaciones y promesas del Esbozo 7. Balance provisional

85 85 87 89 96 99 100 102

Capítulo VI

tres perspectivas críticas coexistentes 1. La crítica antropológica 2. La crítica moral 3. Fundamento dialéctico del nuevo orden social

107 107 112 114

Capítulo VII

la crítica dialéctica del esbozo 1. División interna del ensayo 2. La noción de Necesidad 3. La noción de Crítica 4. La noción de Contradicción 5. La noción de Abolición (Aufhebung) 6. El método expositivo

117 117 119 128 132 134 138

recapitulación

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apéndice “Recapitulación” de La sociedad civil en Hegel. Crítica y reconstrucción conceptual

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bibliografía

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prefacio

R

asgo peculiar de este trabajo es que en él cuestionamos y rechazamos los juicios de Marx y de Engels referidos a la temática investigada, a saber, la génesis del materialismo histórico. Una regla elemental del historiador: no hay testimonio ni documento, por solvente que pueda parecer, que no amerite una escrupulosa evaluación crítica. A nadie, por caso, se le ocurriría invocar como prueba irrefutable de paternidad el hecho de que Engels reconociera como propio (aun cuando no de manera oficial) al hijo extramatrimonial de Marx.1 Y, sin embargo, los historiadores del marxismo suelen reproducir y asumir, mecánicamente, por el simple hecho de venir de quienes vienen, afirmaciones inverosímiles que, en ciertos casos, rayan con lo arbitrario. Concretamente: es dudoso que Marx haya comenzado sus estudios de Economía política en 1843 (fecha deslizada por Engels en el prólogo a la primera edición del segundo tomo de El capital), más sólido es suponer que fue a principios de 1844, a raíz de haber leído el Esbozo de una Crítica de la Economía política del propio Engels; tampoco es verosímil que Marx tuviera desarrollada, aun cuando en sus trazos generales, la concepción materialista de la historia en la primavera europea del 45 (Engels: Contribución a la historia de la Liga de los comunistas), es más razonable pensar que lo hiciera después de haber leído La situación de la clase obrera en Inglaterra, también de Engels, libro publicado en junio de ese año, y de haber viajado con Engels a Mánchester (permaneciendo allí los meses de julio y agosto) para conocer la situación inglesa in situ; de las dos Críticas marxianas a la Filosofía del derecho de Hegel –es decir, el manuscrito de 1843 y el artículo de 1844– se infiere claramente la idea de que la raíz del Estado se halla en la sociedad civil, pero de ningún modo la tesis de que la anatomía de esta última deba buscarse en la Economía política (Marx: prólogo 1 La tesis de que Henry Frederick Demuth fue hijo natural de Karl Marx aparece en McLellan ([1973] (1995): 244-245), Kapp (1976: 430 y ss.), Wheen (1999: 171 y ss.), Hunt ([2009] (2011): 202-203) y Holmes (2014: 372) entre otros. Para un cuestionamiento de esta tesis, ver Carver (1989: 161-171).

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Prefacio de 1859); tampoco es creíble que Marx y Engels hayan llegado “por vías distintas” al mismo resultado, esto es, a las tesis de La ideología alemana (ídem), fórmula que –con otras palabras– Engels repetirá años más tarde: lo que yo aporté a la nueva teoría –resumimos la cita– lo hubiese podido aportar Marx aun sin mí (Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana). La aceptación acrítica de estos juicios infundados (pecado recurrente en historiadores marxistas y no marxistas) ha instalado la idea de que, desde el punto de vista intelectual, poco es lo que el joven Marx le debe al joven Engels: poco al Engels coautor de La ideología alemana, poco al Engels de La situación de la clase obrera en Inglaterra, quizá algo más al Engels del Esbozo de una Crítica de la Economía política. ¿Cómo entender, entonces, esas (y no son las únicas: como veremos, la lista es larga) falaces apreciaciones engelsianas sobre el surgimiento de la nueva teoría en las que atribuye a Marx el rol protagónico? No es osado imaginar que Engels haya buscado preservar, aun a costa de su propio prestigio, la figura emblemática de Marx, símbolo del proyecto comunista, de todo aquello que pudiera entenderse como una debilidad intelectual o personal. Ello explicaría, a la vez, esos paradójicos juicios y el hecho increíble de haber reconocido como propio al hijo natural del amigo. ¿Cómo justificar, en cambio, los citados juicios de Marx? La respuesta es aquí bastante más compleja, de hecho constituye uno de los objetivos centrales de nuestro trabajo. Digamos, por de pronto, que tales juicios no son ajenos al modo en que la epistemología marxista concibe la naturaleza del conocimiento científico. De ahí que, en la segunda parte de la investigación, hayamos apelado a un marco epistemológico alternativo, condición ineludible para captar el papel relevante que jugó el joven Engels en la génesis del materialismo histórico. Finalmente, mi agradecimiento a Guido Fernández Parmo, Cristina López, Jorge Mallearel y Dante Pattini por la lectura del manuscrito, sus comentarios y sugerencias. Gorizia, 2017.2

2 NOTA DEL AUTOR: En las citas incluidas en el ensayo, después del nombre del autor consignamos entre corchetes el año de la primera edición (seguido del año de la edición consultada), habida cuenta de que el dato permite identificar o, cuanto menos, ubicar históricamente los textos. Sin embargo, y como excepción, identificamos las obras de Hegel con las siglas de sus títulos. Son nuestras las aclaraciones puestas entre corchetes en medio de una cita.

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introducción

1 El esbozo de engels según los historiadores del marxismo

P

uede decirse que, en general, entre los historiadores del marxismo, está aceptada la tesis de que el Esbozo de una Crítica de la Economía política de Engels (escrito entre octubre y noviembre de 1843, según la MECW; entre fines de 1843 y enero de 1844, según la MEW; entre fines de septiembre o principios de octubre y, a más tardar, mediados de enero del 44, según la MEGA2;1 y publicado en los Anales franco-alemanes en febrero de 1844)2 constituyó la primera formulación de lo que en la teoría marxista recibe el nombre de “Crítica de la Economía política”: En el 44 Marx afronta la economía política en persona. Engels le había abierto el camino con su “bosquejo genial” sobre Inglaterra (Althusser, [1965] (1983): 128). [El Esbozo tiene] una extrema importancia en la historia del desarrollo [de la génesis] del marxismo, [en virtud de] una fecunda aplicación de la dialéctica hegeliana a la realidad social (Riazanov, 1927: I, 2, lxxii-lxxiii). Viviendo en una Inglaterra económicamente más avanzada, [Engels] se anticipó a Marx en entender su dialéctica, su tendencia inherente a producir contradicciones y, en consecuencia, a provocar su propia destrucción (Nicolaievsky-Maenchen, [1936] (1983): 101). 1 Con respecto a la datación de la escritura del Esbozo, ver el apartado 2, capítulo I. 2 La primera y única edición de los Deutsch-Französische Jahrbücher salió en París en febrero de 1844. Editada en alemán y dirigida por Marx y Arnold Ruge, constaba, fundamentalmente, de cuatro artículos: un ensayo y una reseña, de Engels: el “Esbozo de una Crítica de la Economía política” y “La situación en Inglaterra. ‘Past and Present’, por Thomas Carlyle, London, 1843”; y un ensayo más una suerte de reseña, de Marx: la “Crítica de la Filosofía del derecho de Hegel. Introducción” y “La cuestión judía”, respuesta crítica a dos obras de Bruno Bauer.

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Introducción Es la primera obra de teoría económica de los fundadores del socialismo científico. […] El método del que Engels se vale es dialéctico, pero todavía muy “al modo hegeliano” (Tuchscheerer, 1968: 87, 91). Este esbozo, redactado hacia 1843, constituye la primera obra económica de los dos amigos (Mandel, [1967] (1973): 2). En esa época capital de la elaboración del materialismo histórico, en el dominio de la economía política, en el cual se entablaría la lucha decisiva, [Engels] fue, al menos al comienzo, el maestro, y Marx el discípulo (Cornu, [1955] (1965): 477).3

Palabras más, palabras menos, se acepta que no fue Marx sino Engels quien por vez primera concibió un análisis crítico de la Economía capitalista bajo la forma de una crítica de la Economía clásica –ciencia a través de la cual la sociedad burguesa explica, potencia y justifica sus mecanismos de enriquecimiento–, ensayando una explicación de los procesos económicos desde una óptica dialéctica, fruto de una reelaboración del método hegeliano. Y es que, según el Esbozo, la abolición de la 3 Más citas del mismo tenor: “No a los pensamientos de Marx, sino a los de Engels va el crédito por haber allanado el camino para la formación del marxismo. […] Engels fue capaz de llegar primero a la concepción fundamental del marxismo cuando unió en sus reflexiones la economía política y el comunismo” (Cornu, 1980: 281); “En Mánchester [Engels] escribió unas páginas que constituyen la primera fundamentación del socialismo científico y que serán muy elogiadas por Marx” (Calvez, 1956: 26); “A nuestro parecer, no se ha subrayado suficientemente la deuda que Marx tiene con Engels. En un ensayo brillante y demasiado poco conocido [Engels] trata de explicar cómo de la propia evolución del sistema capitalista nace necesariamente el comunismo” (Chambre, 1959: 82); “Con su Esbozo, Engels se separa definitivamente de toda su actividad anterior […], es el primer intento de una crítica de la economía burguesa y de una individualización de sus contradicciones” (Rossi, [1963a] (1971): 26); “La obra contiene los fundamentos del socialismo científico” (Nicolaievsky-Maenchen, [1936] (1983): 98); “La lectura de Engels de los economistas políticos se anticipó levemente a la de Marx” (Marcus, 1974: 102); “De los dos, Engels, autor desde ya hace algún tiempo de un ensayo crítico, que, haciendo a un lado todo correctivo subjetivo y unilateral, por primera vez obtiene objetivamente la crítica de la economía política de las antítesis inherentes a los enunciados y a los conceptos de la economía misma” (Labriola, [1895] (2000): 41); “El Esbozo es el primer intento de análisis científico, desde el punto de vista del proletariado, de las categorías propias de la economía capitalista” (Fiorani, 1971: 37); “[El Esbozo] encerraba ya los gérmenes fecundos del comunismo científico en su aspecto económico, que Engels fue, en efecto, el primero en descubrir” (Mehring, [1918] (1973): 107); “En un terreno como el de la economía política, que, más adelante, habría de dominar y revolucionar Marx como ningún otro, fue Engels, en un principio, decididamente, quien aportó, en vez de recibir” (Mayer, [1932] (1979): 187); “Fue el primero, en la izquierda filosófica alemana, en desplazar el debate hacia la economía política” (Stedman Jones, 1977: 92); “[El Esbozo representó] una anticipación de las doctrinas que Marx desarrolló en su conferencia-opúsculo sobre el Trabajo asalariado y capital y, más tarde, en su Crítica de la economía política y en El capital” (Cole, 1953: 230); “Desde el Esbozo de Engels hasta El capital de Marx, las palabras ‘crítica de la economía política’ continuarán figurando en sus proyectos y en sus obras” (Vilar, [1978] (1982): 54); “En su artículo, Engels había puesto la piedra fundamental para una crítica de la economía política burguesa” (Gemkow, [1967] (1975): 50); “El Esbozo de Engels, que quince años más tarde Marx calificó de ‘genial’, le reveló un campo de investigación hasta entonces virgen para él: la economía política” (Rubel, [1957] (1970): 95); “Es la primera vez que uno de los fundadores del marxismo se ocupa de problemas concretos de la producción, problemas cuyo análisis será la fuente misma del materialismo histórico” (Bottigelli, 1967: 124); “Una seria e impresionante contribución analítica, más amplia de lo que suele considerarse incluso en la literatura que aprecia los logros de Engels” (Hollander, [2011] (2014): 8).

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Martín Mazora propiedad privada no se impone como una exigencia ética conforme a un modelo ideal de hombre o un modelo ideal de sociedad (planteo crítico propio de los así llamados socialistas y comunistas “utópicos”), sino como el resultado necesario de las leyes, contradicciones y crisis inmanentes al propio sistema de la propiedad privada. Ya los economistas clásicos habían descubierto algunas de esas leyes aunque –lo señala Engels en su ensayo– sin llevarlas hasta sus últimas consecuencias, carencia debida menos a limitaciones científicas que a compromisos de clase. De ahí que el objetivo de la crítica del Esbozo –y esto es lo que, en esencia, Engels primero y luego Marx entendieron por crítica– consista en exponer de manera cabal y coherente las leyes de la ciencia burguesa, a efectos de mostrar sus nefastas secuelas económicas y sociales. Se comprende, entonces, que desplegar de forma consecuente la Economía política constituya a la vez una crítica inmanente de la misma y de la propia realidad. No en vano, en el prólogo a su Contribución para una Crítica de la Economía política (1859), Marx califica de “genial” el ensayo engelsiano; cuatro veces lo cita en el primer tomo de El capital (1873); pero el modo más explícito en que le reconoció valor teórico fue designando su teoría del modo de producción capitalista con el nombre –en rigor, un concepto, por cuanto define un programa de investigación– de “Crítica de la Economía política”. Esta denominación ya aparece en el prólogo a sus Manuscritos económico-filosóficos4 (escritos a mediados de 1844 y editados póstumamente en 1932, en los que Marx incluye el Esbozo entre sus fuentes), como título de la mencionada Contribución para una Crítica de la Economía política y en El capital como subtítulo del libro.5 Por todo lo expuesto –y aquí comienza, en rigor, nuestra investigación–, resulta llamativo el hecho de que haya ensayos globales e historias sobre el marxismo en que el texto de Engels solo aparezca mencionado (cuando no ignorado) o, a lo sumo, resumido en sus tesis centrales.6 Pero aun los autores que le reconocen relevancia conceptual e histórica –cuyos elogiosos comentarios citamos más arriba–7 no le conceden la atención 4 Marx: “Los resultados a que llego han sido obtenidos mediante un análisis totalmente empírico, basado en un concienzudo estudio crítico de la economía [Nationalökonomie: Economía política]” ([1844b] (1982): 557). 5 Asimismo, el primer borrador de El capital –que Marx escribiera entre 1857 y 1858, conocido como los Grundrisse– lleva por título Elementos fundamentales para una Crítica de la Economía política. Dicho título fue puesto por los editores rusos del IMEL (Instituto Marx-Engels-Lenin) en base a las referencias explícitas que al respecto hace Marx en su carta a Lassalle del 22 de febrero de 1858. 6 Croce ([1897] (1951): 68); Lukács ([1923] (1970): 84; [1954] (2006): 220-222); Lefebvre ([1939] (1974): 109; [1948] (1962):18); Popitz ([1953] (1971): 114 y 120); Calvez (1956: 26); Marcuse [1941] (1972); Korsch ([1938] (1975): 103, 106 y 170); Rosdolsky ([1955] (2004): 478); Althusser ([1965] (1983): 66, 69 y 128; [1974] (1975)); Vygodskij ([1965] (1974): 10); Dal Pra (1965: 150); Kägi (1965: 192, 212 y 224); Rancière ([1965] (1973): 35); Godelier ([1966] (1974): 109 y 112); Avineri [1968] (1999); McLellan ([1970] (1980): 163, 164 y 181; [1971] (1980): 25; [1978] (1982): 36 y 44); Löwy (1970: 91); Kolakowski ([1976] (1985): 150); Hobsbawm ([1978] (2011): 33); Musto (2010); Fusaro (2011: 119). En los cuatro casos en que no hay indicación de página, el ensayo de Engels no figura en absoluto. 7 Cornu (1934: 297-299; [1955] (1965): 464-478; 1948: 138-140); Cole (1953: 230); Rubel ([1957] (1970):

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Introducción que, según creemos, merece en tanto acta fundacional de la crítica inmanente de la Economía política, antes bien lo terminan rebajando a la condición de mero antecedente, incluso (tal sería, a nuestro juicio, la definición implícita) antecedente prescindible del marxismo, reconociéndole como gran mérito el haber llamado la atención del joven Marx acerca de la importancia que para la comprensión de la sociedad y para el comunismo tiene la ciencia económica burguesa: [El Esbozo de Engels], que Marx declararía luego “genial”, ejerció sobre él una influencia muy profunda. Se subestima en general su importancia (Althusser, [1965] (1983): 66n). Es a Engels a quien corresponde el honor de haber sido el primero que llevó a Marx a estudiar la economía política y de haber comprendido, en un “esbozo genial”, la importancia capital que esta ciencia tiene para el comunismo (Mandel, [1967] (1973): 2). Este trabajo de Engels en el que se sometía a crítica por primera vez la economía política desde la perspectiva de la abolición de la propiedad privada ejerció una influencia decisiva en la primera toma de contacto del joven Marx con la economía (Sánchez Vázquez, [1974] (1980): 24). Esta crítica de Engels […] ejerció una influencia significativa sobre los primeros estudios económicos de Marx y fue decisiva para la formación de sus concepciones económicas (Tuchscheerer, 1968: 86). Bajo la influencia del artículo de Engels, que exponía cómo el desarrollo del régimen capitalista llevaba necesariamente al comunismo, Marx llegó a la convicción de que solo un estudio profundo de la economía permitiría comprender la naturaleza y el desarrollo del sistema capitalista, y la necesidad de su remplazo por el comunismo (Cornu, [1955] (1965): 568). El efecto [del Esbozo] sobre Marx fue arrollador (Carver, 1983: 32).8

95); Sabetti ([1962] (1969): 218-221); Rossi ([1963a] (1971): 26 y 323-336); Mandel ([1967] (1973): 2-3, 1215 y 160); Bottigelli (1967: 115 y 124-129); Tuchscheerer (1968: 86-106); Sánchez Vázquez ([1974] (1980): 30-35; [1978] (1982): 23-29); Labica (1976: 118 y ss.); Vilar ([1978] (1982): 54); Carver (1983: 32 y 36-84). 8 Más citas del mismo tenor: “Estimulado por la contribución de Engels a los Deutsch-Französische Jahrbücher, [Marx] comienza poco después un estudio, que se extiende durante algunos meses, ante todo de los clásicos de la economía burguesa inglesa” (Lukács, [1954] (2006): 220); “Marx es ayudado en esta evolución [pasaje del comunismo aún ideológico de los artículos en los Anales del 44 a un comunismo materialista, histórico y dialéctico] por dos artículos de Engels y de Hess [el Esbozo y La esencia del dinero]” (Cornu, 1948: 138); “Marx mismo, estimulado por el ‘primer’ Esbozo… de Engels (1843-4), había llegado a la conclusión de que tal análisis debe constituir el núcleo de la teoría comunista” (Hobsbawm, [1978] (2011): 33); “El grado en que el ensayo de Engels anticipó e influenció a Marx es una cuestión aún no resuelta y ha sido materia de debate académico” (Marcus, 1974: 101); “El estudio económico de Engels titulado Esbozo… tendrá profundas repercusiones en el pensamiento de Marx” (Bottigelli, 1967: 115); “Es sabido que este ensayo influyó fuertemente en las primeras reflexiones de Marx sobre economía política, expuestas en los Manuscritos de 1844, y aún en 1859 lo consideraba un ‘genial esbozo de crítica de las categorías económicas’” (Stedman Jones, 1977: 92); “Este artículo inaugura la crítica materialista de la economía política, y su influencia sobre el desarrollo del pensamiento de Marx es notable todavía en la Miseria de la Filosofía” (Rossi, [1963a] (1971): 337); “Fue sobre todo Engels quien dirigió la atención de Marx

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Martín Mazora

2 La base empírica del esbozo La situación de la clase obrera en Inglaterra –cuyo subtítulo reza Obra basada en el conocimiento directo y en fuentes auténticas–, en la que Engels hace una cruda radiografía social del proletariado inglés y vuelve a predecir el fin del capitalismo en Inglaterra, fue escrita durante el invierno de 1844/1845, publicada a principios de junio del 45, reimpresa en 1848, ambas veces en Leipzig, Alemania.9 Traducida al inglés, se publicó en Nueva York en 1887, y en Londres en 1892, mismo año en que apareció en Stuttgart la segunda edición alemana. En el prólogo a esta segunda edición, Engels reflexiona acerca de su libro: “En lo bueno como en lo malo, ostenta el sello de la juventud de su autor. Tenía, cuando lo escribí, veinticuatro años; hoy, triplico esa edad, pero cuando releo esta obra de mi juventud, encuentro que no tengo, en modo alguno, motivos para avergonzarme” ([1845b] (1981): 532). Absolutamente justificado el orgullo del viejo Engels: amén de estar citada once veces en el primer tomo de El capital y una vez en el tercero, La situación aparece citada también en múltiples ensayos contemporáneos sobre historia económica o social tanto inglesa como europea. Algunos comentarios sobre ella: Entonces Engels vivía en Mánchester, donde escribió (en idioma alemán) La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845), una obra importante a la que Marx rindió el debido tributo en El Capital (Marx, [1880] (1973): 181).10 [Engels] no escribía como moralista o filántropo, sino que infería de las condiciones de la clase trabajadora que esta estaba destinada a llevar a cabo una revolución socialista por sus propios medios y en solo unos años. Su predicción del socialismo no se basaba en ideas generales sobre la naturaleza humana o la necesidad de poner la existencia humana en conformidad con la esencia de la humanidad, sino en su conocimiento real de las condiciones de vida y tendencias de desarrollo de la clase trabajadora. Estaba hacia la ciencia económica, y su artículo publicado en los Deutsch-Französische Jahrbücher constituyó el primer trabajo de economía del que Marx se inspiró” (McLellan, [1970] (1980): 163); “En 1844 [Marx] descubrirá, por el Esbozo… de Engels, la necesidad de estudiar la economía política” (Godelier, 1966: 109); “[Marx] profundizó en la Economía burguesa, tarea para la que le sirvió de estímulo el trabajo de Engels [publicado en los Anales]” (Gemkow, [1970] (1976): 60); “Su Esbozo [tuvo] una influencia decisiva sobre el pensamiento y el destino de Marx” (Rubel, [1957] (1970): 95); “En gran medida, fue Engels el responsable de estimular a Marx para aplicar sus doctrinas filosóficas al estudio de la Economía” (Henderson, 1976: 1); “Fue Engels en particular quien llamó la atención de Marx sobre la importancia de los hechos económicos, sobre la situación del proletariado, etc.” (Lefebvre, [1948] (1962): 18); “El trabajo temprano de 1844 [de Engels] es de gran importancia en el desarrollo de la posición madura de Marx” (Hollander, [2011] (2014): 86). 9 Marx-Engels Collected Works (1975). Vol. 4, pp. 701-703, L&W, London. 10 Aunque redactada en tercera persona, la “Introducción” a la edición francesa del folleto de Engels Del socialismo utópico al socialismo científico (1880) fue obra de Marx; un facsímil del manuscrito, en: MarxEngels Collected Works, Vol. 24, L&W, London, 1989, p. 337.

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Introducción convencido de que las clases medias desaparecerían, que el capital se concentraría más y más en Inglaterra y de que pronto se produciría una inevitable y sangrienta guerra entre los necesitados y los ricos (Kolakowski, [1976] (1985): 151). Su análisis de la conexión de los factores económicos y los factores sociales revela un método que hace de su trabajo la primera obra marxista, y en cierta medida está por delante de la de Marx. Si la terminología no es aún la que ambos fundadores del socialismo científico utilizarán unos años más tarde, ya tenemos aquí las nociones [es decir, los significados] de infraestructura, fuerzas de producción, relaciones de producción, y su interacción ya se muestra en detalle (Bottigelli, 1967: 158).11

Se trata de un trabajo esencialmente descriptivo (Sociología y Economía descriptivas) en el que, empero, subyace, y por momentos aflora (y, en otros, resulta enriquecido) el marco teórico del Esbozo. Y si bien entre ambos trabajos –tanto en lo que se refiere a escritura (el Esbozo a fines del 43, La situación entre fines del 44 y principios del 45 [el prólogo de Engels está fechado el 15 de marzo]) cuanto a publicación (uno en febrero del 44, el otro en junio del 45)– hay aproximadamente un año de diferencia, constituyen, sin embargo, la cara y ceca de un mismo proyecto. Y es que valiéndose de las mismas categorías, originarias de la Economía política, uno despliega en forma predominantemente teórica lo que el otro expone de manera predominantemente empírica. Más aún: cuando Engels escribe su artículo, ya dispone de buena parte de la información que volcará en el libro. Cabe concebirlos, por tanto, como dos trabajos simultáneos además de complementarios;12 le11 Varios biógrafos de Marx también elogiaron el libro engelsiano: Mehring titula “Una fundamentación socialista” el texto en que presenta la obra de marras ([1918] (1973): 117); “Engels daba a Marx más de cuanto recibía de él. […] Tenía un conocimiento incomparablemente más profundo de la economía de la sociedad burguesa” (Nicolaievsky-Maenchen, [1936] (1983): 101); en tanto Gemkow señala: “Estos pensamientos, con los cuales Engels, en esencia, dejaba a un lado los puntos de vista de Hegel y Feuerbach, encontraron expresión en su ensayo Esbozo de una crítica de la Economía nacional, que entregó a los Anales franco-alemanes. Más tarde correlacionó sus ideas en el libro La situación de la clase obrera en Inglaterra […]. Con este libro sentó las bases para el análisis científico del capitalismo” ([1967] (1975): 62). Otros juicios sobre el libro de Engels: “La situación es un verdadero tratado de la sociedad burguesa. [...] Este Germen teórico, este primer Capital, no ha perdido nada de su actualidad” (Labica, 1976: 245); “De hecho fue el primer intento a gran escala de aplicar el método marxista al estudio concreto de la sociedad” (Hobsbawm, [1978] (2011): 91); “Aun cuando los estudiosos marxistas rara vez le reconocieron todo el mérito, La situación de la clase obrera (junto con los Esbozos) fue un texto pionero de la teoría comunista” (Hunt, [2009] (2011): 118); según Carver cabría considerarlo la “obra maestra [masterpiece]” de Engels (1989: 127); en tanto Rigby lo concibe como la “ruptura epistemológica” engelsiana (1992: 47). Finalmente, dos referencias del propio Engels: “He sido, si no estoy equivocado, el primero en describir en lengua alemana […] la situación social creada por la gran industria moderna […] para dar al socialismo alemán –que nacía en aquel momento y se llenaba la boca de frases vacías–, una base real” ([1872/1873] (1981): 394); “Ya en 1845 llamé un ejército industrial de reserva [a la masa de obreros desocupados en virtud del constante perfeccionamiento de la maquinaria industrial], disponible para los momentos en que la industria trabaja a toda máquina” ([1878] (1968): 271). 12 De hecho, en el último párrafo del Esbozo ([1844a] (1962): 24) prenuncia el libro y, en este, a su vez, cita

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Martín Mazora yendo La situación, se puede tener una idea acabada de lo que in totum el Engels del Esbozo tiene en mente cuando habla de propiedad privada, comercio, valor, salario, renta, beneficio, competencia, oferta, demanda, monopolio, crecimiento, crisis, etcétera. Vale decir, no solo categorías teóricas, sino también contenidos empíricos, extraídos de: a) obras de los economistas clásicos, b) datos e informes oficiales del gobierno, c) diversos periódicos y publicaciones de la época, y d) la propia observación in situ que hiciera durante los veintiún meses de su estancia en Mánchester (desde noviembre del 42 hasta agosto del 44). De allí que el Esbozo de una Crítica de la Economía política, que en principio es un discurso crítico sobre otro discurso, sea, a la par, un análisis crítico del sistema económico mismo. Presentados el problema fundamental y las dos obras centrales de nuestra investigación, anticipamos una segunda cuestión problemática de la exégesis marxista que deberemos afrontar, a saber: en los ensayos e historias que hacen referencia explícita al Esbozo o a La situación de la clase obrera en Inglaterra suelen coexistir dos líneas interpretativas difíciles de conciliar. Y es que a la par que se subraya el carácter “científico” de ambas obras engelsianas, se señala, como una limitación severa de las mismas, la crítica y descalificación éticas del sistema de la libertad comercial, recurso moral, humanista, en fin, “utópico”, que, según el teórico o historiador de que se trate, será visto como más o menos grave.

3 Una aproximación a nuestra lectura Como es sabido, la tesis de Althusser (Pour Marx, 1965) de que La ideología alemana (escrita por Marx y Engels entre septiembre de 1845 y agosto de 1846) constituyó una “ruptura epistemológica” en la evolución del pensamiento marxiano –ruptura que dividirá las obras de Marx en pre-marxistas y marxistas, o humanistas y científicas– encontró y encuentra todo tipo de objeciones: desde los que ven tal corte en obras anteriores a La ideología alemana,13 hasta los que abogan por la idea de la continuidad entre el joven Marx y el Marx maduro sin negar por ello una evolución gradual de su pensamiento14 (lectura implícita en a pie de página, como fuente, el Esbozo ([1845b] (1981): 300). 13 El propio Althusser señala que “para Jahn […] los Manuscritos del 44 marcan ‘el nacimiento del socialismo científico’. Para Pajitnov, en estos Manuscritos […] ‘se encuentran las premisas teóricas del marxismo’. Para Lapine es […] ‘el Manuscrito del 43 el que demuestra el paso consciente de Marx al materialismo’. En cuanto a Schaff, escribe: ‘Sabemos (por indicaciones posteriores de Engels) que Marx llegó a ser materialista en 1841’” (Althusser, [1965] (1983): 46). 14 Mandel, por caso, divide en tres grupos a los autores que teorizaron sobre las obras del joven Marx: 1) aquellos que sustentan la tesis de la continuidad: Rubel, Togliatti, Garaudy, Bigo, Bartoli, Calvez, Hyppolite y Fromm; 2) autores que privilegian al joven Marx por sobre el Marx maduro o reinterpretan a este a la luz

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Introducción el célebre prólogo marxiano de 1859). Ahora bien, pese a sus diferencias, tanto Althusser como sus críticos padecen una misma y seria limitación: la de circunscribir la discusión sobre el surgimiento del materialismo histórico a la producción intelectual de Marx, dando por presupuesto que en ella se cifra la clave para explicar –ya por ruptura, ya por maduración gradual– la constitución de la nueva ciencia. En ambas lecturas subyace, pues, un mismo planteo de fondo, al que cabría llamar Joven Marx-Marx maduro, planteo en el que, por definición, las dos obras fundamentales del joven Engels no ingresan sino a título de meros antecedentes. Y, sin embargo, como vimos, la gran mayoría de estos autores no solo reconoce que fue de Engels el primer estudio crítico de Economía política, sino también que con su ensayo ejerció una “decisiva” (“profunda”, “arrolladora”) influencia sobre el amigo. En otras palabras: al abordar la temática del nacimiento del materialismo histórico, los teóricos e historiadores del marxismo parten de un esquema, al que –siguiendo a Cornu– llamaremos Joven Engels, maestro-Joven Marx, discípulo, para luego desplazarlo y suplantarlo por el esquema Joven MarxMarx maduro que presupone, en cambio, la evolución autónoma del pensamiento marxiano. Como veremos y es de suponer, el precio por valerse de ambos modelos, incompatibles entre sí, ha sido la ambigüedad y la incoherencia. Por cierto, en nuestro trabajo, desechamos de plano la fórmula Joven MarxMarx maduro (paradigma de la tradición marxista para explicar la génesis del marxismo), en tanto que retenemos la ecuación Joven Engels, maestro-Joven Marx, discípulo, a la que potenciamos de un modo radical, en base a premisas fundamentales de la epistemología contemporánea, compartidas por Kuhn, Lakatos, Feyerabend y Rescher.

4 Objetivos del ensayo En la primera parte, nos proponemos investigar las razones por las cuales la tradición marxista, a la hora de explicar su propio origen histórico, indefectiblemente termina marginando al joven Engels. Al respecto, adelantamos dos planteos: que resulta arbitraria e insostenible la reconstrucción que hace Marx de sus estudios de Economía política, expuesta en el prólogo del 59, reconstrucción en la que el Esbozo y La situación de la clase obrera en Inglaterra aparecen elogiados y al mismo tiempo degradados a la condición de antecedentes prescindibles del marxismo. Segundo planteo, de mayor relevancia: que en virtud de la epistemología dialéctica, de aquel: Lanshut, J.P. Mayer, Popitz, Weinstock, Hommes, Thier, Axelos, Marcuse, Löwith, Blauner y De Man; y 3) autores que defienden la tesis de la ruptura: Jahn, Buhr, Bottigelli, Cornu y Althusser (Mandel, [1967] (1973): 188 y ss.).

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Martín Mazora el historiador marxista, al abordar la temática del surgimiento del materialismo histórico, se ve naturalmente inclinado (y hasta conceptualmente exigido) a ignorar los dos ensayos de Engels, o, en el mejor de los casos, a concederles un lugar secundario. Presentamos luego un estudio crítico del Pour Marx de Althusser, obra insoslayable para todo análisis referido a la génesis del marxismo, en la que el filósofo francés hace tres breves (aunque significativas) referencias al artículo engelsiano de 1844. Finalmente, denunciamos un despropósito. Y es que en la polémica desatada a raíz del Pour Marx, los críticos de Althusser afrontan la discusión sobre el surgimiento del materialismo histórico reivindicando obras que El capital ignora por completo: las del joven Marx; e ignoran, esta vez junto al filósofo francés, las que El capital rescata e incorpora, dieciséis citas mediante, a su propio texto: los dos ensayos del joven Engels. En la segunda parte, proponemos una lectura no marxista de la génesis del marxismo, condición ineludible para captar la relevancia del papel jugado por Engels en dicho proceso. En primer lugar exponemos el marco teórico, formulamos luego y discutimos dos hipótesis sobre el tema, para finalmente abocarnos al análisis del Esbozo atendiendo a dos objetivos precisos: por un lado, mostrar el rol secundario que cumplen sus problemáticos contenidos morales y antropológicos, problemáticos toda vez que el planteo engelsiano pretende ser científico; por otro, sacar a la luz la estructura dialéctica que subyace al ensayo.

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