Nostalgia del silencio

NOSTALGIAS DEL SILENCIO

A la poesía, contra el ruido y los problemas

Hay mucha bulla afuera: Las movilidades de ricos, los policías y la delincuencia nos destrozan los tímpanos y desequilibran la tranquilidad.

Hoy siento las nostalgias del silencio que amé, cuando tú, amada poesía me devolvías en cada verso la sencillez del vivir y morir cada día.

Hay mucho estruendo afuera: Parece una guerra donde todos participamos como dificultad, opresión o como diferencia. Las voces de ira nos destrozan la vida, las voces de tristeza nos devuelven la poca humanidad que nos queda.

Hay mucho dolor afuera; que en mi hipotálamo y en mí misma piel retumba y siento ecos en los seres que sufren también. ¿Qué hacer si no tenemos la fuerza para resolver el hambre y la soledad?

Hay mucho ruido y no hay música afuera. Y tengo mucha nostalgia del silencio, de sentir tonadas o ritmos del recuerdo. Ayer al fin el duraznero floreció y no hubo banda ni trinos de alegría.

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Hay mucha soledad concurrida afuera. Arde el absurdo con mucho desorden. Nostalgia de silencio de tu palabra exacta y tierna y las respuestas de mi boca que callaba la soledad. Las migraciones no me dejan dormir, La trata y tráfico de personas aterrorizan y exigen una respuesta.

Hay mucha sangre que grita en Irak y en el mundo; Hay muchas desapariciones de vidas sin fundamento ni finalidad que reafirme la vida.

Me duele este mundo que solloza y estalla en volcanes, que derruyen lo que encuentran y el mundo se hunde en la barbarie, y siento más nostalgia del silencio, de un libro que me cuente de la inocencia de una flor y de la palabra de los niños en libertad y espontaneidad, que desean un mundo sin ruido y sin podadoras de buenas ideas.

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