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Padre
PADRE
A la memoria del profesor Celestino Agreda Chacón, mi padre.
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¡Padre, los días transcurren y siento más tu ausencia!
Tus palabras y tus enseñanzas son eco de los clásicos de la Filosofía y la Pedagogía.
Las imágenes de ti se hacen instantes de nostalgia, de luces y grandes senderos.
La noche se oscurece más y yo, no atino a recordarte en todo tu esplendor.
La vida me presenta más pruebas y desafíos y yo, estoy prendido a tus ojos para vencer, a toda la fortaleza que siempre has sembrado en tus hijos. Salto y paso el fuego de la práctica.
La luz de tus recuerdos son los derroteros que camino.
Cuántos recuerdos surgen en cada faceta de tus actos heroicos por conducir a tus hijos y sobreponerte a todos los obstáculos.
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Ayer vi la luz de tus ojos y sentí tus pasos en los míos en la quebrada del valle, que tanto amaste. Ayer encontré tu huella pedagógica en tus amigos, y mis ojos se hicieron lluvia y fuego y sé que tú sigues aquí, conmigo y con los tuyos. Sé, querido padre, que caminas erguido en la casa que dejaste, esa casa de libros y de sueños esa casa que es presente y es futuro.
Padre, querido padre. Te reconozco, estás aquí en mi cuerpo; estás en mis palabras y en la decisión de ser, para el hoy y para siempre.
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