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Decodificación: Visión cristocéntrica de Juan Bosch en el cuento “Los amos”
Decodificación: Visión cristocéntrica de Juan Bosch en el cuento “Los amos”
Santiago Pérez Mateo
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Resumen
“Los amos” es un cuento del profesor Juan Bosch, uno de los más grandes cuentistas de América, fundador de los más grandes partidos del país (PRD, PLD) y expresidente de la República Dominicana. A pesar de que, por razones obvias, se ha vinculado a la relación entre patrón y obrero, el mismo presenta en su desarrollo sintáctico y lingüísticos aspectos alegóricos a la Pasión de Cristo en la persona del personaje principal, Cristino. De igual manera, aunque de forma crítica, con el personaje de don Pío para representar la figura del papado de entonces, Pío XII.
Consciente de que el ser humano tiende a buscar de la trascendencia, buscar de Dios, pude denotar y connotar que el profesor Juan Bosch fue un hombre creyente de Él y conocedor de las Sagradas Escrituras. Y que, haciendo uso de los valores estéticos literarios, crea con maestría alegórica la figura de Cristo en Cristino.
Antecedente histórico
El profesor Juan Emilio Bosch Gaviño es el más excelso escritor dominicano. Esto se evidencia no solo en la gran camada de producción literaria y ensayística, sino también por la profundidad de su prosa; la cual presenta de manera crítica aspectos de la realidad dominicana en su conjunto, y ¿por qué no?, rasgos distintivos capaces de cambiar al día de hoy, una historia mal concebida sobre la vida interior de este pensador.
En primer lugar, para entender este cuento del profesor Bosch, debemos situarnos desde el año 1938 cuando logra autoexiliarse en Puerto Rico, huyendo de las pretensiones perversas de Rafael Leónidas Trujillo; hasta su regreso al país el 30 de mayo de 1961, tras el asesinato del tirano y de más de dos décadas de una aparente ausencia de la República Dominicana.
En segundo lugar, es necesario comprender la posición asumida por el profesor en su obra Judas Iscariote, el calumniado (1955). Esta publicación fue una de las más amargas, ya que recibió acusaciones por parte de la iglesia católica al señalarlo como comunista, ateo y secularizador de la población dominicana. Contrario a esto, las opiniones encontradas, lo identificaban como un hombre de izquierda y creyente de Dios. En otras palabras, los hombres de izquierda se autoproclamaban como luchadores contra la clase oligárquica capitalista y religiosa que sometían a la clase oprimida u obreros, campesinos sin tierra, los explotados económicamente, entre otras, a labores inhumanas; todas ellas, traducidas en injusticia social. En medio de esta composición social, es que en 1962 el profesor Juan Bosch, escribe “Los amos”.
Intenciones que se ven marcadas en un texto recogido por el otrora Secretario de Educación, Melanio Paredes, al conmemorarse el año del Centenario del natalicio del profesor Juan Bosch (1909-2009):
[…] crecí con un sentimiento de amor y respeto por ellos, teniendo como ocho años me daba cuenta de cómo vivían: Vivian en pisos de tierra, descalzos: tenían una muda de ropa nada más para todo el año, y una remúa como decían ellos, para los días de guardar, los domingos, que era un pantalón de fuerte azul, que hoy llaman blue jean, y una camisa de listado. Yo los veía levantarse, salir a trabajar, volver a las cuatro de la tarde sin haber comido nada, tal vez con una taza de café, y volver con su machetico al hombro, descalzos, a encontrar a sus niños enfermos y a su mujer mal vestida, sucia. Todo eso influyó literariamente en mí y también en otros aspectos que no eran literarios (9).
En tercer lugar, en décadas similares, se desarrolló el papado de Pío XII (Eugenio María Giovanni Pacelli), el papa 260 de la iglesia católica (1939-1958). Un sacerdote de la Orden Franciscana que promovía la paz en medio de un ambiente lúgubre de guerra. Para su papado utilizó el lema: “Opus iustitiae pax” (La paz, obra de justicia). No obstante, fue partidario de excomulgar a todo católico que apoyara las ideologías comunistas. Por lo que, probablemente, este papa sea el personaje don Pío en la obra.
En cuarto lugar, se produce un acontecimiento histórico en la República Dominicana, el Estado firma un Concordato con la iglesia católica el 16 de junio de 1954. El mismo fue publicado en la Gaceta Oficial el 1 de julio de 1954 bajo en número 7720 y año LXXV. En él se establecen varios artículos que dan cuenta de las condiciones que lo regirán. Entre estos, mencionaré aquí los significativos, de los cuales quizás no estuvo de acuerdo el profesor Juan Bosch y, en consecuencia, generó los posibles descontentos con la iglesia:
La Religión Católica, Apostólica, Romana, sigue siendo de la Nación Dominicana y gozará de los derechos y de las prerrogativas que le corresponden en conformidad con la ley divina y el Derecho Canónico (Artículo I).
El Estado Dominicano reconoce la personalidad jurídica internacional de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano […] Para mantener, en la forma tradicional, las relaciones amistosas entre la Santa Sede y el Estado Dominicano, continuarán acreditados un Embajador de la República Dominicana cerca de la Santa Sede y un Nuncio Apostólico en la Ciudad Trujillo. Éste será el decano del Cuerpo Diplomático, en los términos del derecho consuetudinario (Artículo II).
El Estado Dominicano reconoce a la iglesia católica el carácter de sociedad perfecta y le garantiza el libre y pleno ejercicio de su poder espiritual y de su jurisdicción, así como el libre y público ejercicio del culto […] En particular, la Santa Sede podrá sin impedimento promulgar y publicar en la República Dominicana cualquier disposición relativa al gobierno de la iglesia y comunicarse con los Prelados, el clero y los fieles del país, de la misma manera que éstos podrán hacerlo con la Santa Sede (Artículo III).
Gozarán de las mismas facultades los Ordinarios y las otras Autoridades eclesiásticas en lo referente a su clero y fieles. Y, en quinto lugar, tras la muerte del tirano, el profesor Juan Bosch se presenta como candidato a la presidencia en el año 1963. Gana y promulga una nueva Constitución, en la que se reza en su artículo 57:
La libertad de creencia y de conciencia y la libertad de profesión religiosa e ideológica son invulnerables. La profesión de todas las religiones y el ejercicio de todos los cultos tendrán como única limitación el respeto moral, al orden público o a las buenas costumbres.
Probablemente, este artículo constitucional fue el detonante de la discordia y la posterior caída del gobierno del profesor Juan Bosch; presidente constitucional desde el 27 de febrero de 1963 hasta el 25 de septiembre de 1963. El papado anticomunista y una iglesia local recelosa de sus intereses cristianos, eran frentes suficientes para tal acontecimiento.
¿De qué trata el cuento?
El texto comienza describiendo las condiciones de salud de un empleado o peón, el cual trabajaba con un hacendado llamado don Pío. Este, al verlo que no podía realizar bien sus funciones, ni siquiera ordeñar una vaca, lo llama para hacerle un regalo y le dice que se vaya a su casa para que vuelva, si logra mejorarse. Por tal sentido, le regala medio peso. Cristino, el peón, quería esperar que se le bajara la calentura y luego marcharse a su casa. Como no quería tenerlo más tiempo, le aconseja que el sol podría aliviarlo o en su defecto, se haga una tizana de hojas de una yerba llamada “cabrita”, cuyo uso común era para la congestión o “pecho apretado”. En el caso de Cristino, parecía tener tuberculosis, propia de la década de los años 60. Antes de marcharse, le informa sobre las situaciones en la que se encontraban algunas de las reses y entabla con don Pío un diálogo abierto sobre las mismas. A pesar de las condiciones de Cristino, don Pío le ordena que vaya a buscarle una de las vacas que iba cruzando el arroyo; no obstante, al intentar resistirse a buscarla, don Pío con voz autoritaria le obliga a hacerlo. Y con asentimiento de una mujer llamada Herminia, lo critican diciendo que es un mal agradecido. A pesar de las múltiples funciones que tenía en la finca y de haber tenido tres años trabajando con ellos. El cuento termina con Cristino en la larga sabana y los “amos” observándolo en su caminar.
¿Qué se dice en el cuento?
Los grandes analistas y críticos del cuento “Los amos” lo ubican en el contexto de un capitalista, explotador de sus empleados. El de un latifundista que tenía personas a su cargo, que les servían como si estos fueran de su propiedad. Se asume una postura crítica de las ideologías de izquierda al capitalismo contra el proletariado, quienes vendían su fuerza de producción por un salario muy bajo.
Entiendo que es una postura obvia, viéndola desde un punto de vista lineal. De hecho, se podría extrapolar su contexto a distintas dimensiones (lingüística, sociocultural, socioeconómico, sociopolítico, socioafectivo, axiológico, entre otras) para tener una visión holística del texto. Y así, asumiendo de manera crítica situaciones actuales, similares a la que viven los hombres y mujeres hoy en día en la República Dominicana. Sin embargo, en este cuento veo lo que sigue a continuación:
Visión cristocéntrica del cuento
Tengo alrededor de diez años analizando en las aulas el cuento “Los amos” del profesor Juan Bosch. Por lo que me atrevería afirmar que fue un hombre enteramente cristiano y de profundos sentimientos espirituales. Es el resultado que he obtenido, después de una exhaustiva observación del texto. A través de su análisis, después de haber caminado por las mismas huellas lingüísticas del autor, sostengo la tesis de que Juan Bosch no era un ateo; era más bien un hombre entregado a Dios. Su fin último, fue siempre hacer el bien, hacerlo bien: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”.
Empecemos ubicándonos en los nombres de los personajes principales, Cristino y don Pío. En verdad, fue lo primero que me llamó a la atención. Pude inferir entonces, que Cristino es un nombre derivado de Cristo, de cristiano. Y de repente me puse a ver detalles bíblicos en el texto, hasta llegar a la conclusión de que “Los amos” es un mensaje oculto a la iglesia que tanto lo atacó. Pude descifrar que este personaje representa analógicamente, la imagen de Jesucristo. ¿Cómo puede ser posible esto? Veámoslo paso por paso.
“Le voy a dar medio peso para el camino”
En la mayoría de los textos de los evangelios podemos leer a Jesús diciendo que va a coger el camino. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Nos habla de un camino angosto, de la puerta estrecha, el camino de la vida, donde pocos pueden entrar (Mateo 7:13-14):
Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: ‘Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón’. Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan (Lc 24,13-25).
Son claras las penas y vicisitudes por la que está pasando y pasará Cristino en su camino: cargado de pobreza, hambre y tantas otras necesidades, que quizás no podrá suplir con tan solo medio peso.
“Cristino se había quitado el sombrero, y el pelo abundante, largo y negro le caía sobre el pescuezo. La barba escasa parecía ensuciarle el rostro, de pómulos salientes”
Ciertamente, no hay evidencia del verdadero rostro de Jesús. Tendríamos entonces que darle una mirada a la historia, especialmente donde Jesús se crio. Quizás conociendo un poco la cultura judía, podríamos tener una imagen de él. No obstante, el profesor Juan Bosch parece haber tenido en su casa lo que la mayoría de los habitantes dominicanos poseen, un cuadro del “Sagrado Corazón de Jesús”. Probablemente esté aquí en esta prosopografía la imagen del Jesús conocido por Juan Bosch.
Es curioso que una persona con las características físicas de Cristino, sea un peón. Cuando generalmente es un rasgo estereotipado de las personas de tez negra. No obstante, es sabido que, en la República Dominica, la concepción de amo y peón, el color o la etnia no era determinante, sino la capacidad de tener riquezas. Esto es, que mientras más tenía, más personas podría tener a su disposición.
Algo más que no debe pasar de vista es el sombrero, el cual es símbolo de autoridad. Quitárselo, se puede interpretar como despojarse de la autoridad o respeto a la autoridad. Representa la humildad. En el texto no aparece que don Pío se haya quitado el sobrero, el cual es un gesto que socioculturalmente distingue a las personas de vinculación inmediata; es frecuente en los campos dominicanos, que los compadres, por ejemplo, se quitaran el sombrero para saludarse mutuamente.
“Bajó lentamente los escalones, mientras se cubría de nuevo la cabeza con el viejo sombrero de fieltro negro. Al llegar al último escalón se detuvo un rato y se puso a mirar las vacas y los críos”
Podríamos pensar que esta parte es una clara alegoría a la escalera que subió Jesucristo para encontrarse con Poncio Pilatos en el Pretorio. Es venerada actualmente en la Basílica de San Juan de Letrán. Por otro lado, se puede relacionar a estas expresiones de Jesús:
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos bajo las alas, pero no quisiste! Pues miren, el hogar de ustedes va a quedar abandonado; y les digo que, a partir de este momento, no volverán a verme hasta que digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’ (Mt. 23:37-39).
Este es un momento importante en Cristino. Su gran sentido de responsabilidad con las reses y por sus quehaceres, le impedían abandonar aquel lugar. Juan Bosch sigue mandando ráfagas a la iglesia, de comprobarse que el maestro haya visto antes este texto para dejar estas huellas indelebles.
“Se trataba de uno que él había curado días antes. Había tenido gusanos en el ombligo y ahora correteaba y saltaba alegremente”
En Cristino, la capacidad de curar las heridas, es esencialmente cristiana. Sólo tenemos que hacer memoria de los tantos milagros realizados por Jesús. Y cómo estos, al ser curados se iban saltando alegremente: Curación de un paralitico (Mc 2, 1-12); a un leproso (Mc 1, 39-45); y muchos más (Mc 1, 34).
“Cristino tenía tres años trabajando con él”
Este es otro de los códigos descifrados en este estudio. Cristino tenía trabajando con don Pio tres años; Jesús duró tres años en su ministerio. Tenía unos treinta años cuando recibió el bautismo de mano de Juan. Es lo que dice Lucas 3,23: “Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí…”. Tres años después, fue crucificado y muerto en la cruz.
“Don Pío había mandado poner tela metálica en todas las puertas y ventanas de la casa, pero el rancho de los peones no tenía ni puertas ni ventanas; no tenía ni siquiera setos”
El profesor Juan Bosch da una mirada retrospectiva para hacer memoria de la vida de Jesús. Para recordarnos que Jesús nació humilde y era un hombre humilde. Por lo que podemos recordar cómo fue que nació en el pesebre: “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón” (Lc 2, 7). Igual era la condición de Cristino, cuyo patrón de vivienda se hacía común en las comunidades campesinas de la época; cercana a la casa del amo, pero cargada de necesidades personales y humanas.
Paralelo a esta situación de Cristino, otro texto bíblico parece haber sido visto por el profesor Juan Bosch: “Y Jesús le dijo: ‘Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza’” (Mt 8, 20). Sin lugar a dudas, es otra respuesta del profesor Juan Bosch a la iglesia; le recuerda que Jesús era una persona humilde, que no gozó de tantas pomposidades, a pesar de haber tenido el Poder Divino. Hecho que no se evidencia en don Pío, el cual posee grandes comodidades y, en su defecto, representa a los líderes de la iglesia de entonces.
“Apenas se las distinguía, pero Cristino conocía una por una todas las reses”
Cristino conocía una por una todas las reses. Ejemplo distintivo del Buen Pastor:
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas” (Jn 10, 11-15).
Entre Cristino y las reses se muestra una relación afectiva muy fuerte. En medio de tantas, conocerlas una por una, es una gran muestra de amor. Un episodio que marca este vínculo es cuando Cristino se presta abandonar la fincha, después que don Pío le había dado medio peso para el camino. Esto es, cuando se detiene a observar el becerrito que había curado día antes. Verlo sano y correteando era para él un agrado. Otro caso, es el de la vaca que había parido, ya no le veía barriga. Estas son muestras de que conocía una por una todas las reses y que a pesar de dolerle tanto la cabeza no las perdía de vista para ir a buscarla.
Contrario a todo aquello, estaba la situación de don Pío, desconocía sus reses. Probablemente los miembros de la iglesia no conocían sus reses y el profesor Bosch quiere llamarle a la atención. Retomamos la idea de que fue acusado de ser ateo; quiso dejar clara su auténtica fe en Dios. Quizás es el mismo llamado que hiciera el Papa Francisco a la iglesia en su homilía del 30 de octubre del 2017 en Santa Marta:
Jesús siempre se presenta así, cercano […] tantas veces aparece en el Evangelio que la cercanía viene de aquello que Jesús siente en el corazón: “Jesús se conmovió”, dice, por ejemplo, un pasaje del Evangelio, siente misericordia, se acerca […] Jesús siempre estaba allí con la gente abandonada por aquel grupito clerical: estaban allí los pobres, los enfermos, los pecadores, los leprosos: estaban todos allí porque Jesús tenía esa capacidad para conmoverse frente a la enfermedad, era un buen pastor. [Y] un buen pastor se acerca y tiene capacidad de conmoverse […] Un buen pastor se acerca a los descartados, es capaz de conmoverse y no se avergüenza de tocar la carne herida.
Como se puede observar, la visión pastoral del Papa Francisco, es muy distinta a la de Pío XII. Pues, queda decodificado este texto. Cristino es Cristo, don Pío es Pío XII. Pero, ¿por qué el profesor Juan Bosch quiso dejar patentada estas ideas en el cuento? Probablemente, dejar clara su creencia en Dios y dejarle saber a aquellos que lo acusaban qué imagen de Cristo es la que reposaba en su mente y corazón. Que a su entender, no era la de la iglesia de entonces.
“Cristino se sujetaba el pecho con los dos brazos descarnados. Sentía que el frío iba dominándolo…Con todo ese sol y las piernas temblándole, y los pies descalzos llenos de polvo”
Esta imagen de Cristo no se encuentra de modo implícito en las Sagradas Escrituras; es concebida sólo en las películas que cada año, cuando se acerca la Pascua, se representa la Vida, Pasión y Muerte de Jesús. Al menos, es la que pasa por mi mente en este instante. Cristo, descalzo, mal herido y siendo azotado por soldados hasta el calvario. Es un claro llamado a dejar las comodidades y padecer lo mismo que Cristo.
“Tenía que responder, pero la lengua le pesaba. Se apretaba más los brazos sobre el pecho. Vestía una camisa de listado sucia y de tela tan delgada que no le abrigaba… Resonaron pisadas arriba y Cristino pensó que don Pío iba a bajar”
A pesar de que es común en el profesor Juan Bosch el uso de la técnica median in res, podemos ver aquí cómo intenta confundir o distraer al lector, rompiendo el orden lógico de la vida de Cristo; tal vez, no quería ser visto in fraganti. Pues, esta parte parece indicarnos aquel encuentro de Cristo con Poncio Pilato en el Pretorio:
Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho (Mt 27,13-14) (Is 53, 7).
Nuevamente juega con el lector de manera progresiva y vuelve al camino de la crucifixión, pero esta vez para representar las caídas de Cristo.
“Cristino seguía temblando, pero comenzó a ponerse de pie”
Esta parte del cuento “Los amos” podría referir a las veces que Cristo cayó y se levantó al llevar la cruz a cuestas. Estuve buscando los textos bíblicos que refieren a este contexto, no obstante, me fue imposible hallarlos. Se dice que esto sólo es sabido por la tradición de la historia contada y que sólo hay referencias en los libros apócrifos.
En conclusión, puedo decir que el cuento “Los amos”, del profesor Juan Bosch, posee intrínsecamente una visión cristocéntrica; expresa la creencia en Dios del autor; y muestra de manera alegórica las inconformidades del autor con la iglesia de entonces, especialmente la concepción anticristiana de las estructuras de clases: amos-esclavos, latifundistasproletariados, entre otros; o composición social generadoras de injusticias contra los más pobres y campesinos.
Bibliografía
Bosch, J. (1962) Cuentos escritos en el exilio: Los amos. https://es.slideshare.net/paulrosariocuello/cuentos-escritos-enel-exilio-juan-bosch
_____. (1955) Judas Iscariote, el calumniado. Editorial Prensa Latinoamericana. Chile.
Paredes, M. (2009) “Juan Bosch, forjador de magisterios múltiples, fecundos y esperanzadores”. Secretaría de Estado de Educación. http://opac.pucmm.edu.do/virtuales/bvds/pdfs/A%F1o%20del%20Centenario%20del%20Profesor%20Juan%20 Bosch.pdf
Gaceta oficial (1954) Concordato con la Santa Sede. Año LXXV. NÚM 7720. Ciudad Trujillo https://data.miraquetemiro.org/sites/default/files/documentos/Resolucio%CC%81n%20 nu%CC%81m.%203874.pdf
Constitución de la Nación Dominicana (1963). Artículo 57 https://bonoc. files.wordpress.com/2009/02/constituciondominicana-1963.pdf
Biblia: https://www.biblia.es/bibliabuscar-libros-1.php?libro=juan&capitulo= 10&version=rv60
Homilía del Papa Francisco, 30 de octubre del 2017, Santa Marta. https:// www.revistaecclesia.com/homilia-delpapa-francisco-santa-marta-buen-pastortoca-la-carne-herida/