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Bacá de Manuel García-Cartagena: El desencanto de la Globalización

Bacá de Manuel García-Cartagena: El desencanto de la Globalización

Fernando Valerio Holguín

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Introducción

La novela Bacá, de Manuel García-Cartagena 1 , narra la historia de la alienación de un hombre en el Santo Domingo de un futuro no muy lejano: 2044. El discurso lleva al lector a seguir con interés la historia no lineal de un personaje vivo-muerto, utilizando la confusión de situaciones, en tanto, no se tiene la certeza de si la historia es el resultado de un sueño, una visión o la corriente del inconsciente. La novela, narrada en tercera persona omnisciente, se divide en siete capítulos que, a través de los subtítulos, ofrece una clave irónica o sarcástica de las situaciones por las que atraviesa el protagonista: “Todo buen final anuncia un mal principio”, “Si buscas ser quien eres, conviértete en quien no eres”, “Se aprende lentamente a olvidar deprisa” y “Todo recuerdo es una premonición”, entre otros.

Mi propósito en este ensayo consiste en examinar la novela Bacá de Manuel García- Cartagena como una respuesta al caos y la corrupción de la sociedad dominicana globalizada, así como también, la disolución del Estado dominicano y su sustitución por la multinacional IIC, traducida en una posdominicanidad como reacción a la crisis de identidad. 2

Según Roland Barthes, la novela es “el desarrollo de un compromiso entre valores irrealizables y una historia social inaceptable” (361). Agrega el crítico francés que “el héroe es una víctima del antagonismo entre una historia real y una ética verdadera” (361, énfasis en el original). De ahí que Bacá sea el resultado de ese conflicto ético entre los valores del protagonista y las condiciones reales de la sociedad dominicana.

Doppelgänger y el bacá

En su novela, Manuel García-Cartagena utiliza tanto las creencias populares dominico-hatianas como el “bacá”, así como también la tradición literaria europea del doppelgänger, para dar cuenta de la terrible alienación de un sujeto posmoderno periférico en una sociedad globalizada bajo la égida del neoliberalismo. El protagonista sin nombre toma conciencia de la existencia de su doble, con el agravante de que también ha sido convertido en un bacá. El doppelgänger, que designa el doble fantasmagórico, tiene una larga historia en la literatura europea y latinoamericana. Durante el romanticismo, el doble era considerado como la materialización del lado oscuro y misterioso del ser humano, lo que Carl Jung denominaba “la sombra”, cuando expresa que “la sombra representa casi a la totalidad del inconsciente humano”. 3 Otto Rank, por su parte, vincula el estudio del doble con la proyección de la sombra psicológica.

Como representación del inconsciente, el doppelgänger o doble se encuentra asociado en el folclor con el doble animal: el hombre-lobo, la mujer-serpiente. No es sorprendente, entonces, que el protagonista de la novela de García-Cartagena se haya convertido en un bacá, que consiste en un ser exigente en forma de animal que requiere de quien lo posee enormes sacrificios, entre ellos, la entrega hasta de personas de la familia. Las personas le dan vida al bacá en un gato negro, un perro, un toro o cualquier otro animal, que cuida algún terreno, ganado, casa o negocio.

En la novela Bacá, la respuesta del protagonista a la sociedad dominicana es la alienación, la ubicuidad, la destrucción del Yo y, por último, el suicidio. El doble encarna el inconsciente del protagonista y le permite el fenómeno conocido en esoterismo como “bilocación”; es decir, su desdoblamiento, la proyección de un doble o su “sombra” fuera del cuerpo de éste. El fenómeno del doble remite a la esquizofrenia, como expresión de una doble articulación que contiene lo simbólico (la expresión del pathos del sujeto) y lo Real (lo inconsciente). A través de esa doble articulación, el autor de la novela socava la narrativa tradicional, que en su gran mayoría habla en un solo registro. Bacá se inscribe en lo que Sandra Gilbert y Susan Gubar denominan una “esquizofrenia de la autoría” a través de la cual el autor expresa “una imagen de [su] ansiedad y rabia” con respecto a la sociedad. El personaje “loco”, en ese sentido, le sirve al autor para enfrentar “su sentimiento de fragmentación propio... su propia conciencia de las discrepancias que existen entre lo que son y lo que deberían ser” (Citado por Moi 70). Asimismo, el personaje-loco articula los problemas de “ansiedad” y “fragmentación” causados por el caos de la disolución del Estado dominicano y la inscripción de un sujeto posmoderno periférico en el mismo.

La sociedad dominicana representada en Bacá también ha enloquecido. El protagonista, en su doble condición de doppelgänger y bacá, es el síntoma de una sociedad desquiciada. La patología social se expresa simbólicamente en los sujetos que, bombardeados por los medios de comunicación y asediados por la corupción, terminan atrapados entre la modernidad extranjera del consumo y la pobreza material y espiritual del país, por lo que se ven obligados a adoptar una identidad doble de voces conflictivas.

El desencanto de la globalización

Según Jules Michelet “Cada época sueña con la siguiente” (6), y yo me pregunto si fue esta época dominada por el neoliberalismo la que soñaron los dominicanos de las generaciones anteriores. En Bacá, me parece estar leyendo una novela en clave acerca de la sociedad dominicana contemporánea: quiebra de bancos, corrupción rampante, soborno de políticos, problemas del seguro de salud, represión, desigualdad social, delincuencia, inflación. En la novela, el Santo Domingo en que le toca vivir (o morir) al protagonista es una sociedad caótica, corrupta, represiva y dominada por el capital monopólico extranjero. Los políticos son sobornados por la International Insurance Company (IIC); el Presidente del país recibe soborno de la compañía para la aprobación de la construcción de una torre de cuarenta pisos en la avenida John F. Kennedy (la alusión es sintomática), y entonces, compra la conciencia de sus opositores. La policía reprime brutalmente a los manifestantes que se oponen a la construcción de la torre. La IIC lleva a la bancarrota a las demás compañías de seguros y domina la economía y la política del país. Mr. Pykert, presidente de la multinacional, forma un partido denominado “Movimiento por la Seguridad Dominicana”, que lo llevaría como candidato a las elecciones presidenciales del país –hecho que parece insólito, pero no imposible.

En El Castillo de Franz Kafka, a K., el protagonista, se le notifica que “la solicitud legal para vivir en el pueblo no fue válida, aún así, tomando en cuenta ciertas circunstancias auxiliares, se le ha permitido vivir y trabajar allí”(vi). La novela de Kafka trata de la burocracia y alienación de un hombre que lucha contra el sistema. El castillo se convierte en una entidad opresora que sustituye al Estado, que causa la alienación del sujeto. En Bacá, como en la novela de Kafka, la compañía IIC ha sustituido al Estado en sus funciones de regulación, control y represión. Un ejemplo lo constituye el de los empleados de la IIC, que están obligados a firmar un contrato y comprar una póliza de seguro de vida con una cláusula que los supedita al poder omnímodo de dicha compañía (15).

La sustitución del Estado por parte de una compañía transnacional plantea, en términos de identidad, una posdominicanidad. El protagonista de la novela, como sujeto liminar, al borde de una crisis, al límite de su propia identidad, es, en definitiva, un sujeto posnacional. Si para Ernest Renán la nación es aquello que los ciudadanos olvidan, García-Cartagena se asegura de devolvernos la memoria como síntoma social (Žižek 127). Según Slavoj Žižek, un síntoma social es:

el momento en el cual los antagonismos sociales inmanentes asumen una forma positiva, afloran a la superficie social, el momento en el que se hace obvio que la sociedad no funciona, que el ´mecanismo social´ se ´resquebraja´ (La traducción es mía, 127-128).

El protagonista de la novela no se siente interpelado por la “fantasía ideológica” (Žižek 126) que propone la identidad dominicana tradicional como una sociedad moderna, homogénea, democrática, que incluye a todos los dominicanos sin excepciones de raza, clase, religión o sexo.

Todo lo contrario, la escisión de su Yo le permite dar cuenta, con una extraordinaria lucidez, de la ciudad de Santo Domingo como un espacio de abyección y alienación, como reacción al malestar de la sociedad posdominicana en la que la corrupción se ha internalizado en un “inconsciente político”, para parafrasear a Fredric Jameson. 4

El inconsciente corrupto de la sociedad posdominicana

La corrupción tiene un lugar preponderante a lo largo de toda la novela de García-Cartagena. La sociedad dominicana del 2044 es eminentemente corrupta:

Apenas había puesto un pie fuera del edificio de la compañía IIC cuando la falsedad que impregnaba la vida de aquella ciudad volvió a envolverlo en su rara atmósfera... Santo Domingo no era, pues, en aquellos momentos, una ciudad cualquiera: era un caos, es decir, un cosmos. Nada allí era imposible, con tal de que alguien lo pensara... (9-11)

Como se puede observar en esta cita, el “caos” alude al estado de corrupción como violación de las leyes y que constituye uno de los síntomas de la disolución del Estado Dominicano. En su libro Sicoanálisis de la corrupción, el siquiatra peruano Saúl Peña K. entiende por “corrupción” no sólo el tráfico de influencia y el engaño con fines de enriquecerse ilícitamente, sino también “la acción de dañar, pervertir, depravar y echar a perder manipulativa y utilitariamente a alguien con propósitos malsanos, alterando y trastocando su identidad, propiciando, consciente o inconscientemente, la complicidad en el logro de esta finalidad” (59). La corrupción emana del poder, a la vez que constituye la base de sostenimiento del mismo. Esta, según Saúl Peña, tiene su origen en el opresor, a la vez que el oprimido se identifica con el opresor y comete otros actos de corrupción. También habría que considerar que la corrupción no sólo tiene lugar en la esfera del poder estatal y de las esferas legales sino también en un gran abanico de posibilidades en lo institucional y personal, que va desde un simple soborno hasta la manipulación, con fines de conseguir riquezas, beneficios personales –no necesariamente económicos– para la persona que comete el acto de corrupción. En definitiva, la corrupción es un problema ético internalizado como un inconsciente político.

En la novela Bacá, el narrador da cuenta de la corrupción por parte de los políticos dominicanos y la empresa extranjera. Aspectos como el tráfico de influencias, el enriquecimiento ilícito, la extorsión, el chantaje, el uso de los organismos del Estado para la monopolización de negocios, préstamos bancarios, manipulación de los medios de comunicación, compra de periodistas y agiotismo. Un ejemplo concreto lo constituye el fraude colosal en perjuicio del Estado dominicano que cometen el Sub-secretario de Estado, Licenciado Edgar Peláez, en contubernio con el Presidente de la República, el Dr. Servilló, y el presidente de la compañía IIC: “...hay que reconocer que también fue suya la idea de convertir los cuatro mil millones y medio que costó aquella pretendida ‘fusión’ en un ‘préstamo’ al Gobierno dominicano pagadero en veinte años” (42). Este desfalco colosal es sintomático de la disolución del Estado dominicano, sustituido por la multinacional IIC.

Conclusión

En su novela Bacá, Manuel García- Cartagena logra con maestría e inteligencia rescatar “el olvido” de lo que es la nación dominicana, a través de los avatares del protagonista desdoblado y convertido en bacá. La doble articulación le permite al protagonista expresar un síntoma social: los antagonismos –no en vano él mismo es un proto-agonista–, los resquebrajamientos de la “ideología fantástica” que pretenden plantear la sociedad dominicana como democrática y homogénea.

Finalmente, me viene a la memoria el escritor chileno Alejandro Jodorowsky quien siempre tuvo como objetivo, en sus propias palabras, hacer un arte diferente. En el contexto de la novelística dominicana, Bacá es una novela diferente que se aparta del tema rural, del trujillato, de la tesis sociológica, de la trama policíaca, del realismo sucio, del realismo político (aún siendo una novela política. ¿Qué novela no lo es?). Si viviéramos en una sociedad donde la publicación de una novela tuviera alguna trascendencia, Bacá habría provocado estupor y escándalo, pero como expresa el mismo autor “la sociedad dominicana es una sociedad de la intrascendencia cultural”. En la sociedad posdominicana, la politiquería, el dinero, las drogas y los chismes de farándula tienen más importancia que la publicación de una novela.

Notas

1 Manuel García-Cartagena es un intelectual de una larga trayectoria literaria y académica. Narrador, poeta y ensayista, obtuvo un Doctorado en Letras Francesas Modernas en la Universidad François Rabelais de Tours, Francia. Su tesis, Enjeux du “Je” dans les romans des surréalistes (Las apuestas del “yo” en las novelas de los surrealistas), fue galardonada con la mención “Très honorable” y recomendada por el jurado para su publicación. En esa misma universidad, ocupó el puesto de Lector de Español y luego de Agregado Temporal a la Enseñanza y a la Investigación.

En la República Dominicana, ha ejercido la labor docente en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el Instituto Tecnológico de Santo Domingo y la Universidad Tecnológica de Santiago, así como también en la Alianza Francesa de Santo Domingo.

La nómina de sus publicaciones incluye, entre otras, las novelas Aquiles Vargas, fantasma (Premio Siboney 1986) e Historia de Almueje (1999), el libro de cuentos Historias que no cuentan (2003) y los poemarios Mar abierto (1981), Poemas malos (1985), Palabra (Premio Siboney 1984) y Los habitantes (1985).

2 Según Castany-Prado, el postnacionalismo es “el conjunto de teorías, propuestas y prácticas filosóficas, políticas o artísticas, que tratan de desmantelar y/o trascender el nacionalismo desde diversos lugares ideológicos y con diversos resultados” (2).

3 Véase el artículo “La sombra como recurso literario en ‘El rincón feliz’”de Jorge Marín.

4 Véase The Political Unconscious de Fredric Jameson.

Bibliografía

Barthes, Roland. La preparación de la novela. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2005.

Castany-Prado, Bernat. “Una estilística de las banderas”.Presentación leída en Hispanic Conference. 13 de octubre de 2006. John Hopkins University. Baltimore, MD.

García-Cartagena, Manuel. Bacá. Santo Domingo, República Dominicana: Editora Corripio, 2007.

Gilbert, Sandra & Susan Gubar. The Madwoman in the Attic: The Woman Writer and the Nineteenth-century Literary Imagination. New Haven: Yale University Press, 1979.

Jameson, Fredric. The Political Unconscious. Ithaca, New York: Cornell University Press, 1981.

Kafka, Franz. The Castle. New York: Alfred A. Knopf,1968.

Marín, Jorge. “La sombra como recurso literario en “El rincón feliz”. http:// www.monografias.com/trabajos11/ldoble/ eldoble.shtml

Michelet, Jules. “¡Porvenir! ¡Porvenir!”. Europe 19: 73 (1929): 6.

Moi, Toril. Teoría literaria feminista. Madrid: Cátedra, 1995.

Peña K., Saúl. Sicoanálisis de la corrupción. Lima: Ediciones Peisa, 2003.

Žižek, Slavoj. The Sublime Object of Ideology. London/New York: Verso, 1995.

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