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La poesía de Luz María López
La poesía de Luz María López
Virgilio López Lemus
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[literatura-crítica literaria]
La delicadeza es la norma de la poesía de la puertorriqueña Luz María López, lo cual no implica que use a veces fuerte vocablos o que su imaginación juegue con un contenido erotismo. La poeta asume el lenguaje como instrumento apasionado, mediante una poesía que crece desde la emotividad y se expande ante el ojo lector como un mensaje nunca encriptado, directo siempre, vital en sus contenidos, cuidadoso de las formas elegidas, casi siempre mediante un verso libre rítmico y discreto.
Además de poeta, es narradora, editora, traductora y gestora cultural. Sus obras se han publicado en renombradas revistas literarias en el extranjero, libros de poetas selectos, múltiples antologías internacionales y en diversos idiomas a partir del español: mandarín, árabe, italiano, bengalí, portugués, alemán, polaco, turco, hindi, macedonio, malayo, entre otros, y ella misma ha traducido su poesía al inglés.
Luz María López es una destacada activista de los derechos humanos y en particular de la mujer, con acciones a nivel internacional y ediciones de sus ensayos sobre género en sus aspectos psico-sociales. Muestra de ello es su ensayo «El legado literario de las escritoras latinoamericanas», que fue publicado y presentado en la Conferencia Internacional de Poetas, Escritores y Académicos en Udaipur, India (2016), y reproducido posteriormente por otros medios y encuentros literarios en México, Cuba y Colombia. Se ha distinguido como poeta, pues ha recibido premios y ha sido incluida en varios libros (antologías). Ha participado en numerosos festivales del género en países de toda América y de Europa, África y Asia. También ha traducido la poesía de muchos poetas de diferentes países.
Cuando nos enfrentamos a la lectura de su obra lírica, advertimos que transmite sentimientos de amor, desesperanza, asuntos sociales, espiritualidad, misticismo y ecopoesía, un encuentro con el yo interior hacia el yo externo y finalmente al cosmos. Todo ello se manifiesta mediante textos que se interiorizan y buscan en el ser (y en el sermujer) claridades de esencias y expresiones de intimidad, al grado que cuando busca lo poético del exterior, la naturaleza se vuelve íntima mediante el paisaje y el amor depositado en el cuidado del medio. En su poema «Caléndulas de sal» advertimos cómo el río se integra a la persona que lo admira:
[...] y así oteo el horizonte más /allá de lo indivisible en esta lujuriosa alucinación esta búsqueda para sobrevivir la propia espiritualidad, antes de que la fe del río cercene mi carne […]
A veces ella abandona el lenguaje sutil y casi grita, expresa con fuerza sus reclamos perentorios, como cuando en el poema «Conjuro», reclama: «¡desbarátame!», o en «Duelo»: «¡reviéntame una historia!, e incluso al final del primer poema que he citado, culmina con imperativos fuertes:
¡quémala!
¡arrójale sal!
permite que el espiral de pasión que invade a esta impía mujer
¡se revuelque en llamas!
Luz María López sabe que no basta con susurrar, que es imperioso afirmar la presencia con el grito cuando este es necesario, pues el susurro de amor no suele ser suficiente para fijar la pasión en el devenir. La poesía que ella escribe, prefiere entornos a veces crepusculares, como preámbulos de la noche, que parece ser el reino temporal de su poesía, lo cual es muy visible en su poemario El aire y sus noches, y dentro del él, en el poema «Una noche». Luz María, sin embargo, llena de luz sus emociones, y no porque esa palabra integre su nombre de pila, sino porque ella prefiere la luminiscencia, el ambiente claro, iluminado (incluso en la noche) en que la pasión erótica o el conjuro amoroso, se desplazan entre el bien y lo puro, no entre el mal y la violencia.
Aves, árboles, flores, la vida vegetal y la animal se citan muchas veces en su poesía, porque la mujer que Luz María se abre al mundo para advertir su fulgor. Por eso sentimos trasfondos ecológicos en su poesía, mensajes que trascienden el arco iris del amor. Esto es natural en ella, dada su labor como promotora y editora, mujer con los ojos abiertos al mundo, conocedora de dónde está y qué puede hacer para mejorar sus circunstancias, la de su tierra, Puerto Rico, y la del mundo contemporáneo, difícil y cambiante.
Las labores que ella despliega en la India, su propio país, México, Cuba, Colombia, El Salvador, Ghana, Bangladesh… son muestras de su inquieta labor, pero asimismo de su creatividad. Luz María López no está conforme con su recinto, con su sala de estar, ella proyecta su existencia y su poesía hacia el orbe, porque cree en la vida, la suya es una poesía vital. El mejor ejemplo de ello es el poema «Septiembre», cuando lo emotivo se abre al entorno y declama:
me arrullarán los ensueños
será el gorgojeo de la vida
la alegría del beso
la fiesta del silencio
habitaré en su alma
llegará septiembre
arrimándome a la vida
en el iris de sus soles
irá latiendo mi corazón.
La poeta sabe del ritmo que hay en el entorno, cree en su propia vida transcurriendo, guiada por la propia poesía, en la que tiene fe. Por ese motivo, hallamos en sus versos y en sus páginas en prosa el compromiso con las luchas reivindicativas de la mujer, con una poesía social (como su poema «Libre») dedicada a la mujer que se levanta y se reinventa y sabe crecer frente a abusos y discriminaciones sutiles o no. No lo hace desde una trinchera con himnos alegóricos a la batalla, sino desde la propia intimidad y la búsqueda femenina del amor.
Creo que Luz María López ha sabido equilibrar en su poesía lo emotivo con lo sensorial (por eso aparecen tantas veces los órganos de los sentidos), y lo conjuga con pensamiento, ideas, mensajes claros para un lector preferiblemente apasionado, como ella. También por eso elige la sencillez del lenguaje, sin demasiados engastes tropológicos, con metáforas diáfanas y símiles que se regla en un entorno lírico comprensible y de rápida comunicación. Lejos de toda filigrana esteticista o hermética, sabe decorar sus palabras con el ritmo propio, el sentimiento que brota de sí porque quiere ser expuesto, enunciado y no disimulado. ¿Qué tendría que disimular o simular esta mujer que es toda pasión, contenida, sí, pero ardiente en su ser?
Entramos a la poesía de Luz María López con expectativas de luz, y no salimos defraudados.
Nota del editor
Los poemas citados pertenecen a los siguientes libros de Luz María López: El aire y sus noches. Raleigh, Virgina: Luzts Editions, 2017.
La hora del vuelo: poemas selectos. Raleigh, Virgina: Firefly Editions, 2017.