SEDE CENTRAL DE BAYER EN ALEMANIA

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Sede Central de Bayer en Alemania Un edificio de fachadas transparentes que se integra a un parque. El proyecto es de Helmut Jahn, que consiguió una obra emblemática, flexible y ecológica. Por Nicolás Artusi. Tomado de www.arq.com.mx. Texto original de Nicolás Artusi para El Crarín

Las

paredes transparentes crean un espacio diáfano. Los pasillos son largos, muy luminosos. Y la austeridad de las formas expresa una clara vocación funcionalista: nada es ornamento, cada pieza sirve para algo. Todo el edificio es tan aséptico como un laboratorio. Es la nueva sede central de Bayer, en Leverkusen, Alemania: un edificio de última tecnología que protege el medio ambiente.

Hormigón, acero y vidrio fueron los materiales que el arquitecto Helmut Jahn eligió para plasmar un gran semicírculo de cuatro pisos de altura que —en medio del parque Carl Duisberg— se levanta junto a distintos edificios importantes de Bayer: la planta de producción, el restaurante del personal, la antigua sede construida en 1912 y el rascacielos de la empresa, un coloso que pronto será demolido.

Cada planta de oficinas tiene 23.100 metros cuadrados y un ancho de 19,50 metros. Esta medida permite la flexibilidad suficiente para disponer una zona de doble acceso o un área de servicios en el centro. Un prisma que funciona como hall de entradas corta la planta del semicírculo y se proyecta hacia el verde del parque. Allí, el agua de una piscina circular deja ver el logotipo del gigante farmacéutico, impreso en el fondo. La pureza formal de todo el conjunto tiene un justificativo conceptual: "El edificio representa a una empresa multinacional —explica Jahn—. Pero también expresa cierta humildad, porque cada pieza cumple su función". En Bayer no hay lujo ni excesos. Como en otros de sus edificios, Jahn no usa la tecnología moderna para deslumbrar. La pone la servicio de la buena arquitectura (ver Un artista..., en la página 6).

Por ejemplo, la enorme pérgola de entrada —que sobrepasa el volumen de la recepción— está ejecutada con Makrolon, un material supermoderno, pero no actúa sólo como un cartel gigante. Tiene una función: provocar que la gente cruce a través del paisaje. Y así se refuerza la sensación de que árboles, vidrio y hormigón se funden, llevando naturaleza al interior de las doscientas oficinas.


Jahn, un alemán que trabaja en los Estados Unidos, dispuso de 52 millones de dólares para construir su obra, a unos 600 kilómetros de Berlín. Pero tuvo que cumplir con tres condiciones impuestas por el coloso de las aspirinas: su edificio no debía ser un rascacielos (para expresar el espíritu de horizontalidad de la empresa), debía tener bajo costo de mantenimiento y tenía que proteger el medio ambiente. Lo más destacable es que, desde el proyecto arquitectónico, Helmut Jahn logró superar todas esas pruebas.

¿Cómo hacer un edificio ecológico y que no derroche dólares en su mantenimiento? Respuesta: ahorrando energía. Es sabido que uno de los ítems más caros en la obra es la calefacción y la refrigeración. Jahn decidió resolver este rubro con efectivos trucos de diseño.

PURO AIRE. El edificio tiene una doble fachada: la piel externa es de vidrio y protege el edificio de la lluvia, el viento y el ruido. La capa interna tiene unas persianas automáticas que se adaptan a la intensidad del sol. Entre las dos capas se pueden colgar pantallas solares que regulan el paso de la luz. Y el aire que circula por ese corredor lleva ventilación natural a todo el edificio.

A través de la estructura de hormigón circula un entramado sistema de cañerías que transportan agua caliente y fría como calefacción y aire acondicionado hasta todas las oficinas. De esta manera, se aprovecha la baja energía del agua y la capacidad de almacenamiento térmico del hormigón. Si las temperaturas son extremas —y los 275 habitantes del edificio tienen muchocalor o frío—, un sistema congela o calienta el aire que ingresa por la fachada, hasta lograr temperaturas cómodas.

Mientras tanto, el aire evacuado de las oficinas se aprovecha para climatizar el hall y los pasillos de entrada. Un sistema informático central controla todos estos elementos y selecciona el más efectivo. "Con un mínimo consumo energético conseguimos un confort máximo para los empleados", asegura Jahn. La fórmula dio resultado: con todas esas recetas de diseño, se logró ahorrar un 60 por ciento de energía.

Pero el cuidado del medio ambiente no es el único concepto clave que el arquitecto alemán repite en esta obra. "Jahn tiene pasión por la transparencia —opina Michael Crosbie, un crítico estadounidense de arquitectura—. Para él, es una idea conceptual que puede llevarse a la práctica con nuevos materiales".


TODO LUZ. En estas oficinas, no hay rincones ocultos para el sol, que se cuela a través de las fachadas vidriadas. El techo también tiene un diseño sofisticado: es una malla de acero, con celdas metálicas que se ajustan a esa rejilla. Las celdas tienen diferentes formas, pero cuentan con tamaño y bordes similares. En caso de roturas, es muy fácil reemplazarlas: sólo hay que abrir los pestillos y reemplazar el sellador impermeable.

Estas celdas supermodernas están estandarizadas y cumplen varias funciones: transmisión variable de luz, absorción del calor interior y exterior, conversión fotovoltaica de la energía solar, ventilación variable y absorción acústica. Con estos elementos, la cubierta del edificio Bayer se vuelve inteligente, casi un organismo vivo. "El techo y la fachada del edificio dejan de ser productos con propiedades constantes, para seguir los cambios de temperatura, humedad, intensidad de la luz o acústica, adaptándose de manera independiente —explica Jahn—. El techo multicelda es el equivalente a la piel biológica". La sede central de Bayer parece un showroom de materiales revolucionarios que brindan nuevas soluciones constructivas (ver Las últimas..., en la página 4). Los prismas de la pérgola y los revestimientos de los ascensores panorámicos están hechos con el nuevo plástico Makrolon, mucho más resistente que el tradicional. Los componentes metálicos están revestidos con Desmodur, un recubrimiento nuevo que evita la aparición de moho. Las juntas y los cables, revestidos con los productos Levapren y Bayfomox, son casi invulnerables al fuego.

Ecología, transparencia, luz, tecnología: la sede de Bayer resume los conceptos arquitectónicos que Jahn desarrolló en sus cuarenta años de carrera. Pero ahora los combina y crea una forma nueva.

Helmut Jahn


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