PlayCross 17

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Una creaciรณn de Martha Saffo

Nยบ 17

Diciembre 2020

CONY PAULS

El nuevo despertar


VOLVER A ESTAR...

JUNTAS

Sonrisas, unión, alegría por el reencuentro... y esperanza. Preferimos quedarnos con esta postal de fin de año y no con otra imagen, en un año en que nuestras vidas cambiaron por completo debido a la pandemia de coronavirus. La posibilidad de volver a vernos las caras después de muchos meses de confinamiento obligado significó la mejor despedida de 2020. Y también, entregó un guiño optimista hacia un futuro cercano: si la situación lo permite, volveremos a tener ese privilegio de juntarnos, de disfrutar, debatir e intercambiar nuestras experiencias de vida dentro de la diversidad. Justamente Diversxs Buenos Aires, un grupo que nació en plena cuarentena, se propone esta chance de conocernos más, siempre dentro de un clima de respeto y cordialidad. La movida cross, cada vez más fundida con el devenir trans, adoptó formas alternativas este año para asimilar esta inesperada anormalidad. La pretensión es que en 2021 todo fluya con naturalidad y el palpitar femenino esté latiendo día tras día, para sentir a fondo lo que queremos ser y sin ningún tipo de condicionamientos.

El staff Dirección, edición y diseño: Valeria Campbell Colaboraron en este número: Amy Aldana, Gabriela Binder, Paula Fetisch, Gabriela Ivy, Marcela Kluger, Vanesa Lanzarotti, Alexia Montes, Mistress Roxy y Patricia Sánchez Monroe. PLAYCROSS DICIEMBRE DE 2020 HTTPS://ISSUU.COM/VALERIACAMPBELL2


El aviso fallido: un golpe contra la visibilidad trans Una publicidad del Gobierno Nacional para prevenir el grooming produjo un efecto indeseado: terminó estigmatizando a nuestra comunidad Por Gabriela Ivy

¿Cuántas veces hemos oído de gente conservadora cuando se toca el tema de adopción homoparental o subrogación de vientres para familias homoparentales? Lo preguntó Mirtha Legrand en su programa a Roberto Piazza: “el hijo de padres homosexuales, ¿no podría sufrir una violación?” Así, la conductora orientó la perversión y las desviaciones sobre nuestro colectivo, que está bastante estigmatizado, mientras que Piazza respondió que no tiene nada que ver y que de hecho los casos de abuso hacia menores, en su gran mayoría, vienen de la mano de varones cis heterosexuales. Por caso, el que había recibido una denuncia por abuso a menores había sido su hermano, justamente hétero. También existe el caso aislado de un varón cis que realizó un cambio registral estando en prisión para que lo derivaran a una cárcel de mujeres y, así, abusar de ellas. Estos casos puntuales provenientes de hombres hetero cis, que usan un aparato legal para incurrir en delito, debilitan toda la lucha y visibilización realizada durante años para demostrar que nos merecemos los mismos derechos que cualquier ciudadano. Pero... ¿qué pasa cuando entre las fake news y el amarillismo vemos cómo una publicidad subvencionada por el mismo gobierno de la Nación hace hincapié por aquello que tanto tratamos de mostrar que no es así? Hace unos meses se estrenó un corto publicitario hablando sobre la prevención del “grooming”, según Google, “un engaño pederasta que alude a conductas de acercamiento o preparación para un determinado fin". También está relacionado con el ciberacoso, una serie de conductas y acciones emprendidas por un adulto a través de Internet, con el objetivo deliberado de ganarse la amistad de un menor de edad, creando una conexión emocional, con el fin de disminuir las preocupaciones del menor y poder abusar sexualmente de él.

En algunos casos, se puede buscar la introducción del menor al mundo de la prostitución infantil o la producción de material pornográfico. En esta campaña emitida por todos los medios y redes nos muestra de qué manera el acosador toma distintas identidades para engañar y “seducir” a su víctima. Primero se apropia de la identidad de un fanático de fútbol de 14 años, luego adopta la forma de un gamer y por último, para no abandonar las feminidades en un dejo de ser inclusiva, toma la identidad de una trapera. Para cada una de sus “identidades”, el personaje incorpora la ropa y el maquillaje correspondiente a esas caracterizaciones (de una manera bastante exagerada). Lo más fuerte es cuando adopta la identidad de @SABRITRAP, ya que para ello debe montarse y se transforma en una mujer trans de 52 años. Ésto pasa a ser “carne de cañón” para quienes consideran que las personas trans somos perversas, asentando el mensaje de que adoptamos nuestra identidad para engañar inocentes y no porque nos sentimos de esa manera. A pesar de los reclamos por lo confuso del mensaje, la publicidad no fue levantada ni hubo pedidos de disculpas. Se podría haber elegido otra caracterización, pero la paridad de género en los sectores privados aún no se aplica y todavía vivimos en una sociedad donde las agencias de publicidad, en su gran mayoría, tienen un cupo de varones cis-hétero que sin asesorarse hablan de cuestiones de género o abuso. Al principio mencioné las adopciones homoparentales porque las adopciones por personas trans aún ni siquiera están en agenda. Entonces, estos mensajes masivos entorpecen el esfuerzo de muchxs que no tenemos una llegada tan grande -como en el caso de una publicidad estatal-, para reforzar el tan repetido mensaje: “No somos peligrosas, estamos en peligro”.


Identidades reales. De eso no se (debería) hablar El manejo de la información que excede a la vida cross es el punto más sensible de todos

Por Alexia Montes Fulanita y Menganita son dos crossdressers. Habitués de las reuniones de “Las divas del ropero”, ya sea porque viven cerca, porque son hinchas del mismo equipo de fútbol o comparten gustos musicales, su amistad trasciende el ámbito cross y más temprano que tarde Fulanita le cuenta a su amiga todo lo referido a su vida. La invita a almorzar a su casa y hasta le dice que siendo directora de una oficina en un Ministerio, por cualquier problema que tenga Menganita puede pasar a verla. Hasta aquí todo bien. Pero un día, Menganita le presta un vestido a Fulanita y ésta se lo devuelve sucio y ajado. Y arde toda la pirotecnia. La hasta ese entonces discreta Menganita comienza a contarle a todo el mundo las intimidades de su ex amiga ocasionándole problemas de toda clase entre sus allegados, amigos y/o parientes. Aunque esta lamentable situación no se presenta solo por odio, sino también por todo lo contrario. Menganita adora a su amiga y, dado que Fulanita es una referente del grupo, hace cualquier cosa con tal de que todos sepan que es su mejor amiga. Y lo demuestra. Llega hasta decir: "Si tienen algún problema, la van a ver a su oficina en el Ministerio y se los soluciona. Le pueden decir que van de parte mía". O sea, a la primer Menganita la podemos detestar por vengativa. A la segunda, por boluda. Es cierto que es muy fina y flexible la línea de la confianza que alguien puede tener con otras personas de las que lo único que sabe es que se visten de mujer y se hacen llamar por un nombre que, legalmente, es falso. El primer error lo comete quien habla de más. Pero están las que confían, las que sienten verdadero aprecio por la otra persona pensando que jamás las traicionará.

Y eso se puede llamar inocencia pero no delito. Voy a ser bien clara: he escrito anteriormente sobre temas que pueden dar lugar a entendibles polémicas donde, aunque algunas no lo entiendan y después hagan comentarios cargados de subjetividad, yo valoro el pensamiento individual porque la diversidad da esa chance. Pero en el caso de las que de manera voluntaria o involuntaria escrachan a sus compañeras de ruta, ya sea ante otras crossdressers o fuera de nuestro ámbito, creo firmemente que lo menos que se podría hacer es enviarlas a la tundra siberiana y sin tapado de visón para protegerse del frío. Y sin protestar, porque para este delito no hay paliativos. Una vez que se abrió la boca es inútil disimular o tratar de corregirse. Lo dicho, dicho está y es mentira que a las palabras se las lleva el viento. Y peor aun cuando quedan escritas en un medio digital o una red de contactos. Nada es borrable. Nada más acertado que el término “viralización”, con su carga de propagación de noticias y chismes a velocidades supersónicas. ¿Lo que conviene es mantener la boca cerrada para que nadie se entere quién sos, dónde vivís o de qué trabajás? Yo creo que sí. Pero una se tienta y larga algunos datos. Mientras esos datos sean una generalidad universal no hay demasiado riesgo. El problema es cuando tomamos a alguien como confidente y nos traiciona revelando hechos de la mayor intimidad. Y


para la boca floja, ostracismo. El que traiciona una vez traiciona siempre. Supongamos que hoy el sujeto A traiciona a B en beneficio de C y el día de mañana nada evitará que traicione a C en beneficio de D o de la misma B. Traicionar está mal. También sucede en el ámbito del trabajo, del deporte e inevitablemente, porque está en sus genes, en la política. Pero se trata de sitios donde la exposición puede ser más o menos paliada y, con un poco de suerte, olvidada. En el crossdressing, no. Así como una toma todos los riesgos cuando decide salir del closet, también se asumen cuando le cuenta intimidades a otra persona. Y, como sucede con el tiempo, ya no hay retroceso. Y teniendo en cuenta otra variante de lo mismo, cabe preguntarse: ¿qué debe hacer una cross que va de varón por la calle y se cruza con otra cross también de varón acompañada de amigos, esposa o hijos? Simple. Permanecer muda. Mirar para otro lado y hacerse la boluda. Ya habrá tiempo de explicar personalmente o por las redes que no fue un desaire. Sino que lo que hizo fue para protegerse ambas. Esta debería ser una regla de oro. Un secreto que saben dos personas ya no es un secreto. Por eso hay que estar muy segura de a quién contamos qué cosas. Y asumir el riesgo. Y aprovecho esta nota para despedirme de este año que debería ser borrado de la historia. Abrazos a todas.

El poder de manejar los datos personales por Valeria Campbell "Antes de conocerte, una cross amiga que tenemos en común ya me había contado todo sobre vos". Es posible encontrarse con frases escalofriantes como ésta en el ámbito crossdresser. Y no queda alternativa que subir la guardia para protegerse, cuando de lo único que habría que ocuparse es de disfrutar de nuestra femineidad entre amigas. Hay chicas que tienen fascinación por recopilar datos personales y un amor incondicional por la manipulación de fotos de terceras en versiones masculinas. La investigación de identidades les brinda el poder para condicionar, extorsionar o sentir que con esa información extra tienen mayor margen de maniobra para organizar eventos o convocar a reuniones. Otras -o las mismas- cuentan y cuentan sin que se les pida detalles adicionales ajenos (nombres y apellidos reales, trabajos, familia), y que por supuesto escapan a la vida cross. En realidad se trata de entender los códigos, saber desde el minuto 1 que el respeto a la privacidad es una regla de oro. Solo en una amistad genuina y sin dobleces es cuando podemos entregarnos a confiar y no estar sujeta al perverso manejo de personas malintencionadas.

Cross de pueblo Por Marcela Kluger ¿Cómo se vive en un pueblo chico siendo cross? La cuarentena me encontró “varada” en mi casa de campo y tuve que vivir un proceso de “readaptación”. El 2020 había empezado con todo para mí y ya hacía rato que a diario circulaba en un estilo entre femenino y no binario en la ciudad. Imaginaba un año saliendo más seguido, ya con menores preocupaciones. Cuando nos fuimos al campo, me resigné a usar la poca vieja ropa que me había llevado. Como si fuera poco, en el campo había “almacenado” mucha de la ropa de varón que ya no me interesaba usar. En la ciudad ya me resultaba fácil y una vez que salís de la zona de tu cuadra ya disfrutás de un anonimato gratuito que te otorga bastante protección. Las cosas son distintas en un pueblo de 1500 habitantes. La zona de anonimato nunca llega tan rápido y, por más que estés a 4 kilómetros de tu casa, todos te conocen en los cuatro o cinco negocios a los que vas a aprovisionarte. Además, es habitual tener que moverte en ámbitos más tradicionalmente “masculinos” como ir a una ferretería, al corralón, hablar con los albañiles o con el jardinero. Pero mi lado femenino tuvo más peso y de a poco tuve que volver a adaptarme, como las primeras veces. No tardé en empezar a salir de vuelta con el pelo suelto o con un look más femenino. Y si bien puede ser una pavada y mi look podría calificarse como algo más “no binario”, a mí me generaba algunos temores. Pero como siempre en esta vida, son barreras que se superan y objetivos que se cumplen. Como ir a la ferretería del pueblo con las zapatillas rosas que tanto me gustan, a la peluquería o que te vuelvan a tratar en femenino en los negocios. Y esa es un poco la historia de cómo en la verdulería dejaron de decirme “señor” y al menos ahora me dicen “chico” (lo femenino rejuvenece, parece) y en el correo rechazaron entregarme un paquete porque “esto lo retira Marcelo, madre”.


TEORIAS LOCAS

¿Cuál es la mejor sociedad para hacer crossdressing? Paula nos invita a pensar qué tipo de gobierno sería el ideal para que una persona pueda desarrollarse y ser cross en su tierra sin morir en el intento

Por Paula Fetisch ¿Cuál es la mejor sociedad para practicar el crossdressing? ¿Bajo qué sistema de gobierno? ¿Y sobre la base de qué modo de producción? Comunismo, capitalismo, liberalismo, fascismo, etc, son formas de organizar la sociedad en sus aspectos políticos y económicos. Descifraré, siempre bajo mi humilde opinión, cuál es la mejor para la comunidad cross. Es importante que en el paraíso cross se reconozcan lo que denominaré "derechos civiles". Primero, el derecho de reunión. No se podría organizar una Noche Cross si no existiera el derecho de reunión. Segundo, el derecho de asociación. No podría existir una Banda del Golden Cross sin derecho de asociación. Tercero, Libertad de Expresión. No solo porque el crossdressing es un ejemplo de “expresión de género”, sino también porque cada cross comunica o critica algo cuando se transforma. Cuarto, el Derecho de Propiedad: cada cross hace con su dinero lo que quiere. Nadie puede prohibirle adquirir y conservar los atuendos y otros elementos necesarios para practicar el crossdressing. La típica anécdota en donde la cross es obligada por su pareja a eliminar su equipo travisteril es un ataque al derecho de propiedad. Seguimos y vamos al quinto punto, el Derecho a ser diferente. Quienes practican el crossdressing son diferentes a los restantes miembros de la sociedad y son diferentes entre sí. Bien sabemos que no hay dos cross iguales. Y que cada cross se asemeja a la otra solo en un par de aspectos. Sexto, el derecho a disponer del cuerpo: sucede que la crossdresser modifica su cuerpo

a su gusto maquillándolo, cortando o no el cabello, depilando y cubriéndolo con los atuendos que le interesen lucir. Además se deben reconocer estos derechos económicos. Derecho de exportar e importar. La actividad cross se alimenta de bienes suntuarios que no son de primera necesidad (pelucas, prótesis, bodysuits, maquillajes, ropa de materiales elaborados como látex, lycra, cuero, zapatos de número grande, etc), que a veces no se consiguen en el mercado local y que requieren importarlos de otros países. Esto lleva al derecho a disponer de divisas. El pago de estos productos requiere transferir libremente divisas, por lo que las restricciones de adquirir y utilizar dinero extranjero pueden significar un verdadero obstáculo para el crossdressing. Pasaré revista a ciertas sociedades actuales y pasadas y evaluaré, teniendo en cuenta los derechos citados arriba, si cumplen los requisitos que exige una vida cross: ITALIA FASCISTA: Los dominios de Il Duce no eran propicios para el crossdressing. Políticamente no eran reconocidos los derechos civiles (reunión, asociación, expresión, etc). Económicamente se enfocaba en lograr la autarquía, por lo que se apuntaba a producir objetos de primera necesidad y evitar importaciones. ALEMANIA NACIONALSOCIALISTA: A pesar de que hay indicios de tolerar un cierto travestismo de tipo carnavalero, no existen posibilidades de ejercer los


derechos civiles. Un dato ideológico: el travestismo, principalmente en su aspecto fetichista, estaba muy estudiado en la Alemania de las primeras décadas del siglo XX por Magnus Hirschfeld y Wilhelm Stekel. Pero estos científicos eran judíos, por lo que algún funcionario podría interpretar la vida cross como un vicio judío. ¡Y ya sabemos lo que pensaban hacer los nazis con los judíos! Industrialmente, el Tercer Reich era el más sofisticado de los “fascismos”, pero limitado a bienes industriales. Y económicamente, la búsqueda de autarquía restringía el movimiento de divisas. ESPAÑA FRANQUISTA: En materia de derechos civiles y en el aspecto económico es similar a los dos casos anteriores. Un detalle ideológico que hubiera golpeado al travestismo fetichista de tinte masturbatorio: el falangismo se apoyaba mucho en el dogma católico que no hubiera aceptado la presencia de fetiches o el onanismo. UNION SOVIETICA: Giremos hacia el Este y la izquierda y notaremos que la situación en el experimento comunista debe de ser la peor de todas. Políticamente no se reconoce ningún derecho. Económicamente, la industria es muy precaria y se produce lo básico para subsistir. El modo de producción socialista genera bienes uniformados sin tener en cuenta las individualidades de quienes consumen. Resulta imposible pensar en importar bienes de lujo, a no ser recurriendo al contrabando, cuya consecuencia más suave sería una temporada en Siberia. Un dato: el crossdressing hubiera sido interpretado como un vicio burgués. ¡Y ya sabemos lo que quieren hacer los comunistas con los burgueses! GOBIERNOS MILITARES LATINOAMERICANOS Y CUBA DE FIDEL CASTRO: En los primeros, debido a la ausencia de derechos civiles, la actividad estaría restringida al mayor secreto. En Cuba, muchas veces vista como un Edén de libertad, no solo se ignoran los derechos individuales y la libertad económica, sino que la pauperización de la población hace imposible cualquier tipo de intimidad o closet.

Magnus Hirschfeld, psicólogo alemán

FRANCIA: Respiremos un poco de libertad y observemos a las democracias occidentales. Francia produce bienes suntuarios interesantes en materia de moda, perfumería, cosmética, etc y los derechos civiles fueron tomados por la Revolución Francesa, pero el régimen de Vichy, el gaullismo, la OAS y los excesos militares en Argelia son indicios de que el autoritarismo y la represión están latentes. ESTADOS UNIDOS: Si bien es el arquetipo de las libertades y la sociedad de consumo y de producción de bienes de placer, el crossdressing podría tener algunos mínimos obstáculos, pues cierto puritanismo religioso de origen protestante podría generar dificultades. Recordemos el secretismo que tuvieron que tener los habitués de Casa Susanna. Así, concluyo que el Paraíso Cross debería ser una democracia donde se respetaran los derechos individuales y económicamente fuera librecambista, como proponía Adam Smith, permitiendo la fácil producción de bienes suntuarios o su importación. El pensador francés Henri-Benjamin Constant de Rebecque (1767-1830) definía a la libertad como “El derecho de no estar sometido sino a las leyes, no poder ser detenido, ni preso, ni muerto, ni maltratado por el efecto de la voluntad arbitraria de uno o muchos individuos. Es el derecho de decir su opinión, de escoger su industria, de ejercerla, de disponer de su propiedad y reunirse con otros individuos. Es, en fin, para todos el derecho de influir o en la administración del gobierno, o en el nombramiento de algunos o de todos los funcionarios, sea por representaciones, peticiones o consultas, que la autoridad está más o menos obligada a tomar en consideración”. GRAN BRETAÑA: Todas estas virtudes provienen del liberalismo político y económico inglés. Hoy, los derechos civiles y económicos descriptos antes son celosamente respetados por las autoridades británicas. Y existe además una industria que produce artículos para crossdressing. Ya que en el Reino Unido se formaron todo tipo de sociedades, logias, clubes, etc, algunos muy excéntricos, concluiría que es el mejor lugar para vivir el crossdressing, tanto en privado como en público… por lo que hay que trasladarse a las Islas Británicas y afiliarse a la Royal Tranvestiste Society en 906090B Charing Cross Road, en Londres.


LITERATURA

EL LIBRO DE ISHA La hija trans de Claudio Escribano anticipa una obra para identificarse con duros pasados

por Valeria Campbell

Tuve la oportunidad de conocer a Isha Escribano cara a cara, mucho antes de que ella decidiera transicionar. Su padre, Claudio, es todavía hoy una figura influyente en los medios desde un perfil muy bajo, pero con férreas convicciones e ideologías de derecha. Dos personas a todas luces incompatibles, porque aquel varón del pasado ya era pura sensibilidad, mientras que su figura paterna transmitía una autoridad intimidante. La historia reciente es mucho más conocida: en febrero de 2020, Isha recibió en un acto oficial del Gobierno la entrega del DNI 9.000 con datos rectificados a una persona trans. Fue en el Salón de los Pueblos Originarios de la Casa Rosada, en una escena compartida con el presidente Alberto Fernández, quien le dio el documento en mano. Isha se define en Instagram como cantante, música, compositora, escritora, periodista y médica especializada en psicoterapias, además de ser conferencista, instructora de yoga y meditación. Es la persona que fundó El Arte de Vivir en Argentina y que en 2021 ya tendrá en las librerías su obra “Isha”, publicada por Penguin Random House. Se trata de un libro muy prometedor para nuestra comunidad, y vale la pena repasar este fragmento para entusiasmarse con su próxima aparición. Pero por sobre todo, para identificarnos con lo que nos pasó a varias de nosotras desde chicas, una serie de imposiciones que llegaron por mandato familiar: "Una y otra vez la misma historia, con calcados prólogos, desarrollos, desenlaces y epílogos, perjurándome hasta el agotamiento que ese lado impronunciable de mi vida quedaría sepultado para siempre en el olvido. Una y otra vez la misma escena, los mismos deseos, las mismas vergüenzas, los mismos temores, la misma adrenalina e idénticas promesas, convenciéndome en vano de que final y felizmente lograría 'normalizarme', y construir así la vida como de publicidad para la cual había sido programada con lujo de detalle: el renombre, la sonrisa victoriosa, el diploma altivo, la austeridad atroz del crucifijo sobre la cabecera del lecho nupcial, la identidad en serie, el ceño mayormente fruncido, la pulcra imagen de la descendencia en el retrato navideño... y, obvia decirlo, una virilidad

incuestionable, a prueba de todo tipo de sentimentalismos o sensiblerías pueriles; forjada a base de músculo, un sutil desprecio por el otro género y rígidas convicciones religiosas. Detalle más detalle menos, esa era la vida de molde que se esperaba de mí y que en parte, y contra natura, me afané en construir parcialmente y con gran esfuerzo. Pero más allá de los severos mandatos del contexto en que nací, en lo más hondo de mi sangre supe desde siempre que ninguna de esas férreas proyecciones reflejaban ni mi esencia, ni mi género, ni mis pasiones, ni mis puntos de vista, ni mis deseos, ni mi sentido de la vida, ni mis intereses más profundos. Y en lo más recóndito de mi existencia tenía muy en claro, también, que si bien el futuro no es de hierro, sí lo era el entramado de la matriz en que fui criada, así como la irreductibilidad de sus barrotes y el altísimo costo que habría de pagarse por osar salirse de ella".


Un rato para mí El relato en primera persona de un sentimiento interno que crece y se hace incontenible Por Vanesa Lanzarotti Me pongo a contarles con muchas ganas lo que vengo atravesando en los últimos tiempos. Algo, como dice el título, que empezó como un “un rato para mí”, un sentimiento que pude exteriorizar sin miedos después de haberlo guardado durante años. En realidad, yo había arrancado muy jovencita, allá por los 11 años, con sentimientos femeninos que se potenciaban estando con amigas de mamá, hasta llegar a la experiencia sexual. Luego, todo se fue tapando y guardando en un cajón. Se convirtió en un ritual privado, que se hacía solo en forma aislada. Me casé, tuve hijos… y por supuesto me separé. Pero cuidé muy bien mi ex relación, a mis hijos, mi trabajo y todo aquello que me pudiera afectar. Hasta que un día, los sentimientos crecieron, siguieron creciendo y ya no me contuve: era la búsqueda por vestirme y producirme con todo el miedo del mundo. Finalmente, salí a mi primera reunión como quien quería: como Vanesa. Sentí miedo en ese primer encuentro, aquel temor del primer hotel donde entraba con mi lado A y salía con mi lado B, pero cada vez me sentía más cómoda, más libre, cada vez más Vanesa. Una tras otra reunión. Entonces conocí a mi depiladora, tuve alguna experiencia también femenina que me dejaba ser yo de a ratos, y de a poco se dio un vuelco que día a día se hizo incontenible. Fue cuestión de buscar cada vez más detalles de feminización, de modales, de cómo caminar, cuidados en la piel, en las manos, en el rostro y hasta en la forma de hablar. Me animé a contárselo a mi depiladora -tras mi relación con

una amigagovia- y ahí comencé a darme cuenta de que estaba en un camino de ida, además de ir socializando aunque fuese por Facebook con chicas de nuestro grupo, charlando detalles y más. Esta mujer me hizo sentir realmente Vanesa: bajar de mi camioneta en pleno día como tal, sin tapujos ni vergüenza. Y por supuesto, sin putanear ni ser desubicada. Esa sensación de mantenerme depilada todo el tiempo, de hacerme completa, sin timidez, de que me hiciera sentir una más, fue otro gran paso. La libertad de salir de la depiladora para ir a comprar como si nada a ciertos lugares ropa interior, ropa en general o maquillaje significó sin dudas una sensación única.

Confieso que por momentos me asusté y me sigo asustando porque es una sensación incontenible y en franco aumento en pos de una feminización. Por momentos, sin que nada me importe, profundizo en el perfilado de las cejas, en las pestañas y en la manera de caminar, hasta tal punto que a veces debo prestar atención en no serlo tanto en mi lado A. No pierdo de vista el amor hacia mis hijos y no me perdonaría hacerles daño. Este punto es difícil, como también sostener el trabajo que me mantiene. Mientras tanto, mis charlas con mi amiga -la depiladora- se alimentan. La llamo "amiga" aunque no nos veamos seguido últimamente, y hasta me animé a contarle de a poco a una novia actual, muy femenina ella. La fantasía o realidad de compartir algo así en pareja resulta incontenible. Vale decir que soy “crosslésbica” o lesbiana, no me gustan los hombres, sino que lo femenino me desborda: la suavidad, el perfume, el compartir el maquillaje y las uñas. Mi dedicación a mis lolas me lleva mucho tiempo: las estimulo con masajes y hago diversas consultas sin aun decidirme a hormonar, aunque ya lo siento muy cerca. Me muero por verlas más grandes, más paradas, pezones femeninos y algo más. Sé que la piel mejora también y esa suavidad que busco me puede. Cuando siento esto, me pregunto: ¿Y el rato para mí dónde quedó? ¿Quiero ser trans? Y cómo llevo todo el resto. ¿Cuántas mujeres querrán estar con una chica así? Por momentos el sentir me supera, de hecho son muchas las horas que estoy como Vanesa, cada día más. La suavidad femenina me gana, el perfume me puede, mirarme al espejo me supera y salir a comprar con una amiga de día no me avergüenza en lo más mínimo… ¿Y entonces?


"Existe una fuerza que te empuja sin que te detengan los miedos"

por Valeria Campbell La renovada vida de Cony Pauls, que sigue reinventándose para ser cada día más feliz Cony Pauls está recubierta de una protección especial contra grandes golpes. Una chica que vivió muchas alegrías y también sufrió sinsabores al borde del drama. En la última entrevista de PlayCross del año, la recordada reina cross de 2014 habla sobre su nueva vida. -La pandemia convirtió 2020 en una pesadilla para muchísima gente, pero este año vos ganaste dos bienes esenciales, como son la libertad y la independencia finalmente de tus padres. ¿Cómo te sentís en este aspecto? -La pandemia trajo transformaciones sociales en la vida cotidiana de cada una en muchos sentidos: el afectivo, el económico, etc. Desde hace dos años, yo venía trabajando en el objetivo de independizarme y tener más libertades en mi vida. Y con el paso del tiempo, tomé la decisión. Lo anhelé durante años y me la jugué, para tener hoy la dicha de sentirme bien al concretar lo que tanto quería. No fue fácil, todo implica sacrificios, esfuerzo y humildad. Siento que fue una buena decisión y lamento no haberlo hecho antes, pero cada persona es diferente a la hora de tomar decisiones de vida. -La libertad total mal manejada puede transformarse en un peligro para cualquiera de nosotras. ¿Le temés un poco a esto?

-Libertad y pecado, pero está lo que nos preguntamos internamente: ¿de verdad somos libres o tenemos miles de condicionantes que disminuyen la libertad total para hacer o no una cosa u otra de maneras diferentes? No somos seres perfectos y siempre podemos sufrir consecuencias del mal uso de la libertad. Algunas podríamos decir que somos libres cuando “hacemos lo que se nos da la gana” para nuestra satisfacción o cuando dejamos de controlarnos. Pero este libertinaje, que busca solo un bien personal y a veces egoísta, puede terminar siendo nuestra desgracia. Hay una responsabilidad personal en cada acto que tomamos; la libertad no consiste en hacer lo que uno quiere, sino que implica la posibilidad de elegir entre lo bueno y lo no tan bueno. No hay que temer si sos consciente de tu responsabilidad y de lo que puede perjudicar al otro o a vos mismo. -Sos deseada por muchísimos hombres, cross y seguramente mujeres. ¿Cómo manejás esta cuestión? ¿De qué manera elegís o seleccionás? -¿Yo? Naa, no es para tanto. Cuando tenés confianza y sabés lo que buscás, podés manejar situaciones o propuestas de diferentes rubros. Si te ofrecen una cita y sabés que tu contestación ante la propuesta te dará tranquilidad, es ahí cuando sabés lo que querés. Si no deseo encontrarme con caballeros desconocidos y opto


por salir con amigas, pasear y disfrutar de tragos y salidas, entonces sabré qué es lo que me hace más feliz. Todo depende de la persona, su necesidad y su forma de ser. Hoy prefiero salir con amigas y personas que conozco. Ojo que siempre puede haber propuestas de nuevas amistades y que sean sanas; no quiere decir que esté cerrada a todo. -En 2015, tras varios análisis, te informaron que tenías un tumor maligno en la glándula tiroide, una situación que explicaste en otra entrevista hace tres años. ¿Cómo saliste finalmente adelante para hasta incluso encauzar un tratamiento hormonal? -Aquello me provocó mucha tensión emocional; tomé una actitud ante un problema que atentó contra mi salud y que se presentó en mi vida sin pedir permiso. Este aspecto me permitió pensar, reflexionar y elegir una postura frente a la enfermedad, sin duda positiva. En aquel momento pude salir adelante tanto con la ayuda emocional de personas cercanas como por la decisión interna y positiva de todo mi ser, de los especialistas médicos y de Dios. Finalmente, la endocrinóloga me motivó y me informó que transcurrido un cierto período, yo podía afrontar un tratamiento hormonal de feminización. -Qué continuidad puede tener este tratamiento en busca de una femineidad cada vez más profunda? -La continuidad la tomé al momento en que lo decidí y lo anhelé. También hay aspectos que pueden llegar a afectarte o no: de qué manera lo toman los demás, el trabajo, la familia, etc; es una decisión personal. En la parte médica, el hecho de seguir el tratamiento tiene mucho que ver en cómo reacciona tu cuerpo. La salud es uno de los patrimonios más importantes del ser humano. Cada vez hay más avances en los tratamientos hormonales y de feminización, así que profundizarlo es netamente tu decisión personal, que te haga sentir completa y plena.

-Durante años tuviste una importante relación sentimental cross que te dejó una huella. ¿Realmente es posible progresar en este tipo de vínculos o se nos complica un poco por nuestro estilo de vida? -Lo mejor que te puede pasar es encontrar una persona que te quiera tal cual sos y no pretenda cambiarte, pero no hay una forma de explicar de “estar bien en pareja”, ya que cada uno es diferente, única e irrepetible. Es absurdo que todos recorramos el mismo camino y construyamos una relación de pareja estandarizada. Cada cual debe descubrirse y descubrir a la persona que ha elegido y eso se va dando con el tiempo. Progresar en estos vínculos depende mucho también del diálogo entre ambas, de lo que nos gusta y lo que no, lo que puedo llegar a afrontar, lo que es tolerable o no. Y también está el grado de dependencia emocional hacia una persona y cómo impacta esto en mi vida, pero la comunicación es un factor muy importante. -¿Qué diferencias pueden surgir en una relación cross? -Hay personas que desean la monogamia y otras no tanto… ¿y si realmente descubrís que a tu pareja le gusta el poliamor y no lo compartís, pero incluso nunca te lo ha dicho? Muchas de nosotras nos hemos equivocado en nuestras relaciones de pareja varias veces, pero de eso se aprende: de nuestros errores y vivencias. -Te sometiste a una operación de nariz que fue clave para mejorar aún más tu semblante femenino. ¿Buscarías otras cirugías? -Evaluaría en profundidad, por ejemplo, una cirugía de mamas. Pero ojo, a veces no necesariamente se debe llegar a una cirugía para mejorar la apariencia y mantenerse saludable… Lo más importante de todo es que si se acude a la cirugía, ya sea por estética o como medida reparadora, se haga sin miedos ni complejos, se elija bien el método apropiado y, ante todo, se sepa elegir bien el centro y el cirujano más adecuado. Es una decisión muy importante en nuestras vidas y así nos lo debemos plantear.


-¿Te considerás una persona sexual? -El ideal de vivir la sexualidad es con plenitud, aprender a conocer tu cuerpo, tu manera de sentir, de disfrutar, de amar, descubrir lo que te gusta… Cuando te toca vivirla tenés que enfocarte en la satisfacción y bienestar. No soy una persona que se desespera por tener sexo, creo que hay diferentes etapas en la vida. Hoy estoy en busca de un equilibrio interno, en donde lo afectivo y el compromiso tal vez tengan un peso más importante que lo sexual. -¿Cuáles son los rituales que te gustan en la intimidad de tu nueva casa? ¿Qué te gusta hacer? -Mudarse a un departamento o vivir sola implica algunos privilegios y algunas contras. Volver a estar sola cuando llevaba tiempo en pareja o con mis padres da un poco de vértigo. Me había acostumbrado a adaptar mis ritmos a otras personas; ahora amo tener mi espacio propio, disfruto cocinar y hago mucha meditación. Es decir: aprovecho la soledad para tomarme mi tiempo para la cocina y luego disfrutar de una buena película

mientras ceno mi propio menú, además de decorar mi departamento y amanecer mateando en el balcón con una suave brisa mientras escucho las noticias. Estar sola te abre la puerta a manejar tus pensamientos y sentimientos sin preocuparte de nadie más, te da el tiempo de ir a tu ritmo, de desfrutar probar y apreciar las cosas buenas que suceden.

Puede haber personas que te inspiren, que te motiven, que te aconsejen... Es muy importante que alguien que ya haya recorrido el camino te ayude: eso se llama hermandad, amistad verdadera, y también podemos llamarlo amor

-Tenés pelo largo natural y alcanzaste un estado de ambigüedad en el día a día, al margen de esas noches de vestidos y tacos. ¿Cómo funciona esta nueva imagen en el trabajo y en la relación con tus nuevos vecinos? -La imagen que proyecto es la que siento ser dentro de mí: una mujer. En todas las personas, nuestro cuerpo proyecta cierta actitud de forma cotidiana, desde la postura hasta la forma de caminar, de hablar, etc. Trato de proyectar seguridad y carisma: de reflejar buenas energías, ya sea con mis vecinos o con el ambiente laboral, aunque sabemos que en ocasiones existe algún trato de desigualdad o discriminación frente a las personas trans. gay, etc. Ante actitudes negativas, es importante ignorarlas y no sentirse mal. Hay que seguir tus convicciones.


-¿Cuánto creés que se gana y se pierde en este decidido camino trans que elegiste? ¿En qué medida influyen la discriminación y el rechazo? -Desde pequeña me sentí ser mujer y el deseo interno de sumergirme cada vez más en este rumbo se volvió más intenso con el tiempo. Tenía tan claro lo que quería, que convencería al mismísimo demonio para salirme con la mía. El objetivo principal ya se gana cuando ponés manos a la obra y te decidís al cambio, a lo que realmente querés. Si lo anhelás y tenés temores, dudas o te quedás en el camino y no lo intentás, ¿cómo sabrás si pudiste haber ganado o tener éxito? Te quedarás para siempre con esa duda y esa frustración. Es verdad que se gana y se pierde en “el camino”, como puede suceder con eventuales rechazos de seres queridos, amigos o el ambiente laboral, en desacuerdo con tu decisión y tu forma de ser. Pero a veces, a la larga, lo que perdemos puede volver a nosotras, como la familia o encontrar otro trabajo. Por supuesto que a nadie le gusta ser discriminada o rechazada, existe la homofobia y es doloroso que a veces te excluyan o discriminen por un hostigamiento transfóbico. Por eso es importante que las personas transgénero o cisgénero trabajen de manera conjunta para apoyar a las personas LGTB y ayudarlas con sus problemas. -Para quienes no nos sentimos seguras de dar un salto mayor, ¿cómo describirías esa fuerza incontenible que te empuja a ser cada día más mujer? -Esto hay que tomarlo con pinzas, ojo. Pienso que el sentido de la vida es sentirse plena, gozar de lo que sos, de lo que hacés y lo que sentís. Dar un salto implica tener en claro que lo que necesitás es ese cambio y lo anhelas con todo tu corazón. Pero si te sentís bien con vos y no hay una necesidad de un cambio en tu vida, de pasar a la transexualidad o hacerte alguna cirugía, gozás de una plenitud y no existe una motivación para dar ese salto hacia algo que no te convence. Pero para quienes queremos cambiar y ser fieles a una convicción que está muy adentro, existe una fuerza que te empuja a descubrir el camino hacia tu objetivo sin que los miedos te detengan. Significa moldear cada día ese diamante en bruto interior, es la verdadera fuerza de ser cada día más mujer, sale de adentro tuyo porque es el deseo sincero de lo que querés… y eso te mueve. -¿Qué lugar ocupa hoy en tu vida tu “original” mundo cross, tus raíces? -Es una de las partes más importantes de mi vida, seguramente, y así será siempre. Son procesos que se encadenan uno del otro y que en cierto momento se acoplan para abrir la puerta a un nuevo objetivo u otra manera de vida. Para mí fue una de las bases de mi crecimiento femenino, y siempre serán importantes mis amigas también, personas con las que he crecido, me han enseñado. Ser cross no es una etiqueta, sino que es una forma de sentir, de vivir, de expresar lo que te hace feliz. Y sin duda, si una toma un camino alternativo en determinado momento, como la transexualidad, no quiere decir que te olvides de tus raíces ni de tus amigas. No significa que debés dejar de relacionarte con el mundo cross, eso nunca se pierde, las raíces y la amistad van más allá de los procesos y los cambios.

-¿Qué frase o pensamiento te da energía en esta búsqueda por afianzarte desde un lado femenino? -“Todo lo que siempre has querido está del otro lado del miedo”. Esta hermosa afirmación es de George Adair; me tocó mucho durante mi desarrollo y mis días de frustración, de encontrar el camino. Hay una presión de la sociedad movida y guiada por el miedo... y pobre de aquel que se atreva a confrontar ese inconsciente colectivo. Es la voz interior que escuchamos a la hora de tomar una decisión. Hay muchas cosas que hicimos y dejamos de hacer por miedo, cuando hablamos con nuestro entorno social y familiar y queremos hacer algo que revolucione nuestras vidas… ¿Qué reacciones encontramos ahí? "Que cómo vas a hacer eso", "que ni se te ocurra", "que vas a fracasar”, "que vas a perderlo todo”, “que te va a ir mal”, "que eso no es para vos"... Entonces me pregunto: ¿No nos enseñaron a confiar en una? Es importante que decidamos por nosotras y ahí están las miradas de las personas acomplejadas, temerosas, que te dicen “no podés hacerlo”. Significa que él no puede hacerlo y lo proyecta en vos. -Está claro que viviste todo esto en carne propia. -Seguir ese camino fue lo que me dio energía para afianzarme, de que puedo valerme por mí misma, de que soy más grande que esa piedra que me dio la sociedad y que me limita… y llega un momento en que te podés liberar poco a poco. Por mucho tiempo le temí al fracaso, al éxito, a lo que pudiera pasar, y me sentí tremendamente insegura y acomplejada, incapaz de tomar decisiones. Estuve sin poder llegar a lo que quería, y cuando me di cuenta de eso fue muy doloroso. Nada ni nadie puede ayudarte en tu batalla interior. Te pueden aconsejar, pero la decisión de confrontar al miedo la tomas vos desde lo más profundo de tu ser.


Maricel Montero


COMICROSS Gatubela: la miau miau de las fantasias por Amy Aldana ¡Miau miau, me dicen Gatúbela! El universo del cómic es tan maravilloso y mágico que resulta increíble la manera en que ciertos personajes toman un vuelo impensado. ¿Quién diría que trascendería una simple ladrona de joyas con una máscara de gato, que salió allá por los años 40’, como para que nuestro héroe de Ciudad Gótica, el bien ponderado Batman, tuviera un malhechor más que atrapar? En ese momento llamada "La Gata" (The Cat), con el tiempo se fue convirtiendo tal vez en el personaje más requerido del cómic y, al mismo tiempo, el que dispara más fantasías en el hermoso y fascinante mundo del sexo. Obviamente, nuestro ámbito del crossdressing no iba a quedar afuera de esta cuestión relacionada con la bella Gatúbela, empezando por quien protagonizó la serie de los 60’s (me saco las orejitas de gatita en forma de admiración por la gran actriz Julie Newmar), pasando por la Michelle Pfeiffer de los años '90, hasta llegar a la versión de la morena Halle Berry de 2004. Cada una con su estilo, todas tienen ese atractivo cóctel de elementos que disparan los más morbosos ratones (para perseguir, somos gatas): los trajes enterizos, tanto de cuero o de vinilo, como las botas, las uñas largas y afiladas, las orejitas de gato, el antifaz, las máscaras y los ”látigos”, que conformaron su "physique du role". Todo aquello, sumado a su insobornable actitud "felina”, terminan redondeando un combo de híper seducción. Selina Kyle, así se llamaba en su origen Gatúbela, atraviesa varios renaceres o vidas -como los gatosalgunos oscuros: padeció abusos, fue ladrona, heroína, prostituta de los barrios bajos, se casó con el señor Bruce Wayne y hasta adoptó el rol de dominatrix. Con pasado de azafata (hasta que sufrió un accidente áereo que le produjo amnesia), lo que no podemos negar es que Gatúbela es puro erotismo, un personaje típico cuando se propone la fantasía de un juego sexual. El mundo del crossdressing tiene formas muy diversas de encarnar a Gatúbela, aquella diosa felina creada por Bill Finger y Bob Kane. Ronroneando y con ese outfit hipersexy impregnado sobre la piel, muchas chicas -directa o indirectamente- alguna vez rendimos homenaje a esta gran figura de las historietas.


¡Pass The Wig! La N o c h e Cross de Madrid

Patricia nos relata los detalles de la principal fiesta para nuestra comunidad en España Por Patricia Sánchez Monroe Hace muchos años que me visto de mujer. Todo empezó con unos zapatos de mi madre, luego que si unas medias, que si una falda, algo de labial y sombra de ojos mal puesta… Todo esto en la intimidad de mi hogar, cuando el niño y adolescente que fui sabía que era diferente al resto de los chicos de mi edad. Me encantaba mirarme al espejo con ese vestido tan bonito de mamá… Fue más adelante en el tiempo cuando gracias a Internet supe que había más jovencitos como yo, chicos que se vestían de mujer en la intimidad de su hogar, chicos que disfrutaban de lo maravilloso de sentir el roce de unas medias en las piernas, el sonido que producen los tacones al golpear el suelo, el sabor del labial o el perfecto aroma de un buen perfume femenino. Eran personas como yo que solo expresaban su femineidad entre cuatro paredes sin poder compartir sus experiencias más allá de las líneas escritas en un chat o en un post de una red social. Personas que necesitaban verse, encontrarse, charlar, compartir…

Entonces apareció ella, Dafni Cocó, y la Pass the Wig, la fiesta por excelencia para las chicas crossdresser y un lugar de encuentro donde conocernos y disfrutar de nuestro lado femenino en compañía y con diversión asegurada. // // // Hoy es un gran día, llevo meses esperándolo. Desde que mi gran amiga y maquilladora Dafni Cocó propuso la fecha para la fiesta, he pasado noches sin dormir pensando en el vestido, los zapatos, el maquillaje que iba a llevar, etc.. Va a ser una fiesta especial, el chico que habitualmente soy va a ser Patricia durante unas horas y va a conocer a muchísimas crossdresser más, a las que solo conoce por redes sociales. Sigo mi ritual de siempre, me levanto temprano, desayuno fuerte, una buena ducha y un buen afeitado, compruebo que todo esté listo (vestido, tacones, ropa interior, peluca, etc.), tomo mi comida y salgo despidiéndome de mi familia, quienes me desean que lo pase muy bien. Llego a Madrid, al estudio de Dafni. Es un lugar acogedor y precioso en el centro de Madrid. Todo en ese lugar destila femineidad y buen gusto. Es un sitio especial, un paraíso.


Dafni me recibe con dos besos y un abrazo interminable que agradezco y al cabo de un rato estoy sentada ante el espejo iniciando la mágica transformación de chico a chica, viendo cómo mi lado femenino empieza a tomar forma. Mientras tanto, Dafni me cuenta el guión de la fiesta de esta noche. Tengo el honor de ser la presentadora del evento y acordamos lo que voy a decir, lo que vamos a hacer. Mientras me maquillo comienzan a llegar otras chicas al estudio que se ponen en manos del equipo de Dafni Girls. Llegan en modo masculino y solo las reconozco cuando empiezan a transformarse. Es genial reconocer a Marta, Sonia, Bea, Natasha, Brenda. Son amigas de Facebook a las que por primera vez tengo el gusto de ver en persona. Continúa el maquillaje, aderezado con momentos de buen humor, confidencias, charlas muy femeninas y me siento bien, me siento yo, me siento plena. Ahora, me encuentro en el vestidor. Ya hay alguna chica poniéndose su vestido y le comento lo bonito que me parece. Le ayudo a abrocharse la cremallera de la espalda. Se le rompen las medias, yo le doy unas mías que llevo de repuesto. La fiesta aún no ha empezado pero estamos disfrutando muchísimo de nuestro lado femenino. El estudio está envuelto de femineidad por todas partes, Ya estamos todas monísimas con nuestros vestidazos. Los espejos del estudio devuelven una imagen perfecta de mujer y los flashes de las cámaras de fotos iluminan el ambiente.

La temática de la fiesta de hoy es vestimenta de gala. La mayoría llevamos unos vestidos largos preciosos. El mío es rojo, creo que me queda muy bien. Me siento guapa… Me pongo mi abrigo, cojo mi bolso y salgo junto con las demás hacia el local donde vamos a celebrar la fiesta. Por la calle, mientras caminamos somos divas, mujeres espectaculares que despiertan la admiración de los hombres y la envidia de las féminas. ¡Es genial!

Hemos llegado al local, exquisitamente decorado, ¡y comienza la fiesta! Entre música y canapés, charlamos de cosas de mujeres, ¡nos sentimos mujeres! Y lo mejor es que podemos compartirlo con amigos, familiares y esposas que acompañan a alguna de las chicas. En total cuento que somos unas cuarenta chicas crossdresser. Es genial, es magnífico poder festejar con más chicas como yo. Algunas me reconocen: "¡Eres Patri! Qué alegría conocerte!" Me siento feliz. Bailamos, reímos, nos echamos piropos, bebemos (poquito, jaja) y disfrutamos de alguna actuación o chiste de la presentadora (¿ya dije que la presentadora es una tal Patri? ja, ja). Eso es la Pass the Wig, una de las fiestas más divertidas del año en España. He querido contarlo en primera persona porque me parecía apropiado expresar mi vivencia y mis sensaciones. Ahora, os detallo un poquito más: la fiesta surgió ya hace unos años por iniciativa de Dafni Cocó y respaldada por unas poquitas chicas crossdresser. Se realiza en la zona madrileña de Chueca, donde muchas chicas se sienten más cómodas, al ser un barrio muy abierto al colectivo LGTB. Lo que empezó como algo eventual se ha convertido en algo tradicional para el colectivo crossdresser. Si todo va bien, cuando acabe la pandemia, volveremos a hacer dos encuentros al año. Aunque el evento está abierto a todo el mundo, nos acompañan amigos, parejas, primos, etc. Y eso es genial, poder disfrutar de nuestro lado femenino junto a nuestros seres más queridos. Se pagan por la entrada unos 30 euros (hay tragos incluidos), aunque por 80 es posible disfrutar de la experiencia completa con la transformación previa en el estudio. Se organiza dos veces al año, en marzo-abril y septiembre-octubre. Ya desde varias semanas antes, la publicitamos en las redes sociales. Dafni y yo grabamos un vivo promocionándola. La fiesta comienza a eso de las 22 y termina... hasta cuando nos da el cuerpo. En cada una escogemos un tema (gala, gótica, ibicenca, primavera, princesa, etc..). Esto es lo hace muy divertido porque meses antes ya estamos preparando el vestido. Y la fiesta en sí es genial: bailamos, reímos, hacemos concursos, actuaciones y sorteos. Siempre se entrega algún detalle a las asistentes: un lápiz labial, un bolígrafo, un abanico, etc. Animo a todas las que podáis a que alguna vez acudáis y participéis del evento. No os arrepentiréis y repetiréis seguro porque os sentiréis arropadas y sobre todo encontraréis empatía y mucho cariño.


EL DEBATE DE LOS LOOKS

Zarpadas vs. Formales

Mistress Roxy se mete en un tema esencial: el estilo que elige una cross para mostrarse "Intento vestirme como una mujer 'real'. Lo que no hago es vestirme de puta. Sin tacones de quince centímetros, sin minifaldas cortas, sin maquillaje exagerado, etc. Creo que ése es el error que cometen muchas travestis" "Ni las travestis ni las mujeres se visten así por error, es muy a propósito. ¿Y no son las prostitutas mujeres reales también?" xxxxxx Cuando tengo un rato libre en Internet, me gusta zambullirme en sitios variados sobre temáticas sexuales o fetichistas. En especial, en los antiguos foros, que permiten un ida y vuelta en ideas que es raro de observar en Facebook. Las dos frases que abren

esta columna corresponden al foro Crossdressers.com y al hilo llamado "Do you try to dress like a real woman? Como suele ocurrir en los foros, el debate se construye sobre debates anteriores, que en los sitios web crossdressers suelen versar sobre 1) consejos sobre moda y belleza, 2) la aceptación o no del crossdressing por parte de las esposas o novias y 3) cómo salir del closet y pasar como mujer en la calle y la vida real. Las dos frases que abren esta columna fueron extraídas de ese hilo de debate y sintetizan las posiciones opuestas. La primera frase resume la postura predominante, que critica todo aquello que llama excesos en el vestirse o en el maquillarse cuando un hombre se viste de mujer.

Conociendo el panorama, no me extraña demasiado: Crossdressers.com es un sitio web norteamericano frecuentado por crossdressers mayores de 50 años de ciudades chicas del interior de los Estados Unidos. Un ambiente de estricta moral que tiende a seguir un comportamiento ético hasta cuando se deciden a cambiar de sexo. La mayoría de las opiniones resaltaron la importancia del "vestirse para la ocasión", de acuerdo con la edad y la situación. De todas las opiniones, me quedo en particular con una, en donde la forista se explaya sobre lo que ella denomina la pubertad trans (Transgender puberty) como un período en el que las crossdresser descubren su lado femenino y en cada


oportunidad que tienen se visten y se maquillan exageradamente, recalcando su afeminamiento hasta el detalle buscando ansiosamente sentirse mujeres bellas y deseables. Algo parecido a lo que vivimos muchas chicas durante nuestra adolescencia, cuando nuestros pechos comienzan a crecer y nos enamoramos de la imagen que devuelve el espejo, mientras acariciamos nuestros erectos pezones. Las chicas cross que viven esta etapa de descubrimiento sensual jamás se bajan de los tacos altos, usan siempre lencería sexy combinada con las faldas más cortas y dedican horas y horas a su arreglo y maquillaje. Muchas quedan fijadas en este período porque su ensueño masturbatorio las colma de satisfacción pero otras evolucionan hacia la "passable crossdresser", la mujer cross que desea ser aceptada en público y negocia bajar su nivel de excitación a cambio de pasar desapercibida. Si sueñas con caminar vestida de mujer en la calle o en algún shopping y usar el ladies toilette sin llamar la atención ni tener problemas, éste es sin duda el camino correcto. Su opinión puede resumirse en una sentencia: si tu deseo es vestirte como una mujer real, olvídate de los excesos. La otra postura, minoritaria pero combativa, se resume en la segunda frase y enmarca a quienes ponen su fetiche y su placer por encima de cualquier causa. Una de ellas argumentó que los diseñadores de zapatos altos, lencería, maquillajes osados y outfits sexies y fetichistas en general no piensan originalmente en crossdressers cuando

desarrollan sus modelos. Lo hacen por y para las mujeres genéticas. Vestirse como una mujer real también es tirarse el placard encima con ropas exageradas y provocativas. Embanderada en esa línea, una segunda voz provocó con un... "No sé si mi estilo es el de una trash hooker, quizás lo sea, pero... quien me asegura que yo no sería una prostituta si hubiera nacido mujer? Acaso las prostitutas no son también mujeres?". Lo que desarrolla a continuación es simple pero a la vez muy inteligente: si existen formas correctas y formas equivocadas para el crossdressing, eso significa que para las mujeres también existen formas correctas y equivocadas de vestirse. Si una mujer o una crossdresser elige un look atrevido de esos que son clasificados socialmente como vestirse de puta, pónganle la firma que no lo hace por error, como lo afirma la forista de la primer frase (I think that's the mistake many crossdressers make) Por el contrario: ella lo hace a propósito, sea por interés o por su propio goce. ¿Porqué debería ser considerado incorrecto? Querida chica cross que a lo mejor luchas contra el estereotipo: me atrevo a recordarte que el vestir de mujer con un estilo conservador y convencional no deja de ser tan estereotipado como lo es el estilo opuesto de la travesti callejera que tanto rechazas. Creerse una mujer real porque no vistes como una puta o como una drag queen es venderte a vos misma otra ilusión, porque en el fondo del asunto todas las chicas crossdressers no dejan de ser hombres que se visten de mujer. Vestir casual en lugar de sexy no te

vuelve más real. Sigues estando a la misma distancia de la mujer real que la muñeca amariconada que espera ansiosamente su fiesta trans para poder pintarse los labios en público desde la altura de sus botas thighhighs y su peluca pelirroja o rubia platino. Cada una a su manera, las dos viven su ilusión de afirmarse a través de un estilo en el que creen que se encuentra el rol femenino y con él, el placer de sentirse mujer. Si yo hubiera participado en el debate, a continuación de un emoticon de sonrisa, me hubiera preguntado en voz alta si muchas foristas crossdressers quizás ya estén tan avanzadas en su transitioning que, sin quererlo, han caído en esa trampa tan mujeril de la envidia femenina hacia la chica sexy que consigue robar toda la atención vistiéndose de brillante negro, pavoneándose femeninamente al caminar o al bailar o cruzando sus piernas ennylonadas para lucir orgullosa sus flamantes y altísimos tacones. Las mujeres critican a la slutty girl porque saben que los hombres siempre le irán detrás. Que la slutty en cuestión sea girl o cross, no cambia la cuestión. Tampoco cambia demasiado que las mujeres que la critican sean chicas de nacimiento o trans.

Título original de la nota: "Crossdressing: el vestirse de mujer (la mujer que me gustaría ser)" http://sadobyroxy.blogspot.com/



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