Nueve Musas - Arte sin fronteras -

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Revista Cultural Año 2012 Numero 002


Dirección General: Valeria Wozniak

Corrección: GV

Portada y Gráfica: Alejandra “Vilda” Zkiav

nuevemusasrevistacultural@hotmail.com

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Nueve Musas

Escribinos, participá:


S

umario/////////////////////

///// Narrativa Breve: Morir en la peste Fluxus: La otra manera de hacer arte Extracto de una antología: La hija de la locura Simone de Beauvoir: La feminista memorable Literatura Social Alejandra Pizarnik: Esa lúgubre manera de vivir Libros de cabecera: La ciudades invisibles de Italo Calvino Extracto de una antología: La hija de la locura Dora Maar: La musa de Picasso Álvaro Yunque: Los poetas de Boedo Días de Historia: Movimientos feministas en Argentina Una historia en el feminismo argentino: Elvira López La Revolución Surrealista El arte visionario de Xul Solar Leonora Carrington: La última Surrealista La Fotografía Social Adiós a Héctor Tizón

Portada:”The Burning of Giordano Bruno” Leonora Carrington 3


A

genda ///////////////////

C

ONVOCATORIA

1ra Edición

A partir del 8 de Agosto y hasta el 8 de septiembre de 2012 Nueve Musas te invita a participar de nuestro colectivo cultural “arte sin fronteras”. Dicha convocatoria busca mostrar y promover la obra de artistas noveles bajo el concepto dreaming performance. Los seleccionados integrarán

los próximos dos números de la revista Sentite libre de mostrarnos tu expresión ya sea en las letras, el dibujo, la pintura o la fotografía. No queremos condicionarte con una consigna, creemos que el arte es infinito en sus manifestaciones por lo tanto, soñá. Envíanos tu obra a: convocatoria2012nuevemusas@hotmail.com o tu consulta a: nuevemusasrevistacultural@hotmail.com

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Nueve Musas

nuevemusasrevistacultural@hotmail.com


M

ORIR

EN LA PESTE

DESDE LEJOS SE PODÍA PERCIBIR EL HEDOR QUE CARCOMÍA LOS SENTIDOS, UNA ESPESA OSCURIDAD QUE INVADÍA CADA CALLEJUELA DE LA VILLA COMO SI FUERA UN VAHO NEGRO LLENO DE SOMBRAS DIFUSAS; LA LUNA MANCHADA DE TINTA ROJA ESCRIBÍA LOS OBITUARIOS DE ALMAS SUFRIENTES QUE DEAMBULABAN ATERRADAS Y SIN RESPUESTA POR EL MANTO DE LA DAMA NEGRA CON SU SILENCIO SEPULCRAL. EL HOMBRE RESPIRABA A DURAS PENAS, ABANDONADO EN UNA CARRETA MALTRECHA DE MADERA AÑEJA, CON EL PECHO EXPLOTANDO EN BURBUJAS DE SANGRE AGRIA Y LOS OJOS TRANSPIRANDO LÁGRIMAS DESCONSOLADAS ANTE SU IRREPARABLE AGONÍA.

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De vez en cuando, intentaba calmar el dolor de sus huesos recordando las laderas amables de su pueblo natal, el aroma a pan recién horneado y la sutileza de los días cálidos que ahora parecían una historia jamás vivida; pero las imágenes se desvanecían cayendo de rodillas ante sus punzantes heridas que supuraban desesperanza. El ardor comenzó de repente, una mañana de otoño, esparciéndose como agua podrida y saturando hasta la tierra con su veneno mortal. No hubo escondrijos para ponerse a salvo, la brea pegajosa se escabulló por los poros de la piel sembrando la maldita promesa de morir. —Dios se olvidó de sus hijos. Decía la gente, mientras el cuerpo se les estremecía delirando como locos, vociferando plegarias sin destinatario en el aire enrarecido, que como una nube filosa, les devolvía tumbas sin lápida; no había tiempo para tallar la piedra, ni manos sanas para llevarlo a cabo. Librado a su suerte, él esperaba a la muerte lleno de pánico y resentimiento, ahogado por la memoria de ver morir a los suyos, atragantado de interrogantes que en sus horas finales, como monstruos sin rostro, martirizaban sin piedad su inesperada letanía. —¿Que hemos hecho para merecer este destino?—balbuceaba, con los labios resecos a punto de rajarse. Indiferentes, los emisarios de la mujer con su guadaña, recogían silentes la cosecha, cumpliendo con su labor sin reparar en palabras finales ni en confesiones de último momento. Nada importaba la expiación —No quiero morir —continuaba balbuceando, mientras su garganta escupía fluidos amargos. Su cuerpo afiebrado se estremeció de repente al sentir el roce de una mano cadavérica sobre su pecho, una mujer con la cara deforme y los ojos negros como un abismo lo miraba fijamente. Lleno de pánico, dejó escapar un profundo grito de espanto.

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—¡Vete de aquí mujer del infierno! ¡Déjame en paz, no quiero morir! …no todavía. A su alrededor, los aullidos se le clavaban en el tímpano como dagas filosas que le extirpaban los últimos vestigios de cordura, la fiebre aumentaba a cada segundo y supo, inmediatamente, que no podría por más tiempo seguir clavando las uñas en las tablas de su lecho agónico; la mujer volvería, era tan sólo cuestión de tiempo. Fue entonces cuando involuntariamente, su mirada ubicó en la multitud de espectros sin ropa, la imagen de su pequeña hija parada a lo lejos. La niña lo observaba distante, casi con recelo, con los ojos sangrantes y una desnudez de costras profundas. —Acércate, hija—vociferó, tratando de recuperar la calma y anhelando tal vez el antídoto de su caricia inocente, pero la niña no se movió y bajó la mirada en señal de reproche. En ese instante, poseído por el resabio de un destello que aún latía tímidamente en su corazón moribundo, se dio cuenta que era en vano seguir aferrándose a una vida que ya no lo quería en el camino, dejó escapar entonces un profundo sollozo contenido en la garganta. —Ya no formo parte de los vivos —dijo, con la voz entrecortada y un dejo de resignación obligada. Apretó los labios llenos de ira ahora explotando en llanto y le gritó a Dios cuanto lo odiaba, le advirtió que la humanidad jamás olvidaría lo que en este lugar había hecho, escupió al vacío mientras decía su nombre, se golpeó el pecho reprochando los momentos perdidos, al fin y al cabo, estaba en todo su derecho de hacerlo. Finalmente y ahogado por el infierno de sus venas tensas se dejó embriagar por un santo silencio que repentinamente sonó como una melodía; y se sintió en paz por primera vez, impune, iluminado y victorioso después de mucho tiempo, la batalla había sido

ganada,

la

feroz

monstruosidad

de

sus

demonios

súbitamente

había

desaparecido… Cerrando los ojos levantó la mirada al cielo vestido de gris y suplicó: —Libérame, por favor

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No bien terminó de pronunciar esas palabras sintió en el cuello el gélido metal de la mujer deforme. Abrió los ojos tímidamente y se puso de pie. Ya no había ángeles de túnicas negras, ni olor a flores sin vida en las callejuelas de su villa. Su mente estaba clara y le pareció que había soñado despierto. Aspiró profundamente una ráfaga de aire limpio que fue a su encuentro y apretó los párpados queriendo borrar los últimos vestigios de aquella pesadilla. Avanzó tranquilo por las cortadas empedradas, con los pies descalzos y el cuerpo liviano. Allí estaban todos, su madre, su esposa, su padre, sus amigos, los vecinos, los compañeros de taberna y los pastores ―Ellos también han estado soñando‖ pensó. Su pequeña hija salió a su paso y le tomó la mano suavemente. —¿Que es lo que ha pasado pequeña?—le preguntó, desconcertado —Nada papá…tan sólo la peste.

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OTRA MANERA DE HACER ARTE PARA PENSAR EN UN MOVIMIENTO COMO FLUXUS, ES NECESARIO INTENTAR AUNQUE SEA POR UN INSTANTE ABANDONAR TODAS LAS CONCEPCIONES POSIBLES QUE PODAMOS HABER FORMADO RESPECTO A UN SIGNIFICADO DE ARTE

Fluxus es un movimiento complejo e integrador. El término fue usado por primera vez por el artista lituano Georges Maciunas y significa fluir, dejar correr.

Éste movimiento vanguardista surgido en los años 60 logró reunir a un centenar de artistas plásticos, músicos, poetas y performers bajo consignas cercanas al Dadaísmo. Se desarrolla a partir del nuevo interés que surge tanto en Estado Unidos como en Europa por Dadá y la figura de John Cage. Opuesto a la tradición artística busca la fusión de todas las prácticas artísticas. En Fluxus se mezcla la alta cultura con la popular, el arte, el juego, lo insignificante y un inexistente valor mercantil del producto o acciones realizadas. Como Dadá, escapa de toda

tentativa de definición o de categorización. El lenguaje no es el fin, si no el medio para una noción renovada de arte, entendido como ―arte total‖. Representa ante todo, un estado de ánimo, un modo de vida impregnado de una soberbia libertad de pensar, de expresar y de elegir. Su revolución creó la noción de que cada individuo constituye una obra de arte en sí mismo y que la vida se puede entender como una composición artística global. Más que de un planteamiento positivo, se define a partir de lo que no pretende. Como acontecimiento que surge de manera espontanea, se atiene al instante del ser y acepta su propio carácter efímero. Sus acciones y performances rechazan la repetición; por lo tanto es arte entendido como creatividad y praxis lúdica, como diversión debe ser simple, divertido, no pretensioso, preocupado por las insignificancias, que no requiera habilidades ni ensayos, que no tenga valor ni institucional ni como mercancía.

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Joseph Beuys

Joseph Beuys nació en Krefeld el 12 de Mayo de 1921. Fue un artista alemán que trabajó con varios medios y técnicas. Perteneció al grupo Fluxus. Afirmaba que combatiendo como piloto en la segunda guerra mundial, se estrelló en Crimea y a punto de morir congelado unos nativos lo envolvieron en grasa y fieltro para evitar su muerte. Ambos elementos aparecerían constantemente en su obra. Trabajó como profesor universitario hasta que fue expulsado. Su obra realizada en su tiempo como profesor cambió totalmente el enfoque de enseñanza que se tenía hasta el momento Estudió en la escuela de Bellas Artes de Dusselford en dónde más tarde sería profesor de escultura. En 1962 comienzan sus actividades con el movimiento Neodadá Fluxus, siendo su mayor logro la socialización que consiguió hacer del arte, acercándolo a todo tipo de público.

La carrera artística desarrollada por Beuys se halla estrechamente relacionada con el movimiento Fluxus-espacio. En sus propuestas alienta el espíritu vanguardista que intenta identificar arte y vida y proclamar que todo ser humano es depositario de una fuerza creativa; para Beuys esa fuerza creativa universal se revela en el trabajo, por lo tanto, la tarea del artista no es, en su raíz, distinta a la del no artista. Beuys no deseaba producir un ―anti-arte‖ que ocupara los museos como alternativa si no, uno que abriera los museos y abriera por sobre todo nuevas posibilidades al hombre. Deseaba que éste recuperara su contacto con la animalidad y las plantas, así como con los ángeles y la dimensión espiritual del arte. Se calificaba a sí mismo como un escultor social, en ese punto de inflexión su arte deviene en Bio-política. ¿Qué es política si no dar vida a la forma de un pueblo? La política como arte, el arte como política, en el continuum arte-vida. La corriente vital que es el lenguaje, la idea de un pueblo está ligada de forma muy elemental a su lengua; un pueblo no es una raza.

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La hija de la locura Antología

Vivo el silencio como una fractura. Como un espacio vacío entre mis huesos y la intangible levedad del aire que me rodea.

A veces me vacío hasta sentir que he muerto

La niña sabe de la locura. Y de la lágrima cuando se está sin piel. Todo acontece en un segundo… El tiempo juega a sus anchas con el corazón devastándolo de a poco, como si fuera lícito andar desparramando lo vivido entre los vértices del silencio y revolcándolo de antemano en la arena del olvido por venir.

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No escuchar más que la voz de adentro marcando un rumbo impreciso pero real, real como pocas cosas o más bien como nada. Ni la línea del camino existe cuando se está desnudo atravesando la inequívoca quietud de rostros que ya han muerto…

Y andar como si no hubiera pasado nada. Como si el silencio no fuera más que un secreto Deambulando por el pecho…

Ojalá los dragones de la noche hayan cauterizado la pena. O que el antídoto de los fantasmas Que lamen mi piel, ésta vez, funcione.

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Simone De Beauvoir

“La feminista memorable� 14


Nacida en una familia burguesa, Simone fue educada según la sólida moral cristiana. Vigente en la época. Cuenta en sus memorias la fuerte impresión que le causó, en su juventud, descubrir el ocaso de la religión: dejar de creer en Dios era asumirse plenamente responsable de sus propias elecciones. En 1929 decide estudiar la carrera de filosofía en la Sorbona en dónde conoce al hombre que más influiría en su vida: Jean Paul Sartre con quien mantuvo una relación amorosa que se caracterizó por ser libre, moderna y muchas veces escandalosa. Esta relación durará prácticamente toda su vida. Se une al grupo de Sartre a la vez que daba clases de filosofía en distintas ciudades de Francia. La segunda guerra mundial influye de manera drástica en su manera de ver la vida y en 1943, en plena invasión de la ciudad de París por el ejército alemán, decide abandonar la docencia y dedicarse exclusivamente a la escritura. Se une entonces a la Resistencia francesa y escribe su primera novela ―La invitada‖ en la que trata el tema de la libertad y la responsabilidad individual; temas que también aborda en sus dos siguientes escritos: ―La sangre de los otros‖ y ―Los mandarines‖. Al terminar la guerra comienza a trabajar en la revista Le Temps Moderns dirigida por Jean Paul Sartre, en esos años realiza numerosos viajes recorriendo gran parte de Europa y visitando países como Cuba, China y Estados Unidos. Toda su literatura se verá influenciada por los postulados del existencialismo que era la filosofía defendida por Sartre pero pronto comenzaría a escribir sobre las mujeres y así en 1949 publica ―El segundo sexo‖, escrito que se convertiría en el ensayo feminista más importante del siglo XX.

SIMONE DE BEAUVOIR FUE SIN DUDA LA MUJER QUE REINVENTÓ A LAS MUJERES. FUE UNA NOVELISTA Y FILOSOFA FRANCESA. ESCRIBIÓ NOVELAS, ENSAYOS, BIOGRAFÍAS Y MONOGRÁFICOS SOBRE TEMAS POLÍTICOS, SOCIALES Y FILOSOFICOS. SU PENSAMIENTO SE ENMARCA DENTRO DEL EXISTENCIALISMO Y OBRAS COMO “EL SEGUNDO SEXO” SON ELEMENTOS FUNDACIONALES DEL FEMINISMO.

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Dos años antes de la publicación de ―El segundo sexo‖ su relación con Sartre se había roto. Él mantenía un romance con la actriz Dolores Vanetti situación que provocaba en Simone estados de ansiedad. Ese mismo año en uno de sus viajes a Estados Unidos conoce al escritor Nelson Algren y mantiene una relación que duraría hasta 1964. Algren le pidió en varias ocasiones que terminara definitivamente su relación con Sartre pero ella nunca accedió; llegó a decirle: ―No podría ser la Simone que amas si pudiese abandonar mi vida con Sartre‖. Ante esta situación Algren decidió poner fin a la relación. A los 42 años conoce a Claude Lanzmann, un comunista diecisiete años menor que ella con el que comienza una relación que logra recuperarla de la depresión causada por la ruptura con Algren; éste sería el primer hombre con el cual Simone se compromete a vivir ya que él si comprendía su relación con Sartre. En 1954 publica ―Los mandarines‖, novela que le valió uno de los galardones más prestigiosos de Francia, el premio Goncourt. Entre tanto, Sartre había roto su relación con Vanetti y su salud comenzaba a decaer, situación que preocupa a la escritora y comienza a escribir su biografía, la llamo ―Memorias de una joven formal‖. Fue publicada en 1958 y sería la primera de una serie de obras autobiográficas en las que introduce las tesis existencialistas según las cuales uno es responsable de sí mismo. Se suele inscribir la obra de Simone exclusivamente en la evolución del feminismo, corriendo el riesgo de

olvidar sus reflexiones sobre la creación literaria, sobre el desarrollo de la izquierda antes y después de la segunda guerra mundial, sobre el dolor y la percepción del yo, sobre los linderos del psicoanálisis y sobre todo de las premisas profundas del existencialismo.

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Audaz, desafiante y transgresora. Soportó la indignación de la sociedad conservadora, recibió críticas y agravios, fue llamada impúdica, neurótica, frustrada, no solo por difundir su visión filosófica si no por su escandalosa relación con Sartre, por sus ideas expuestas sobre el derecho a la no-maternidad, a la sexualidad femenina y al aborto, prohibido en Francia por esos días.

sentido que debían adquirir esas palabras algún día. La ceremonia duró diez años. Los diez años que contiene este libro…

Totalmente integrada a los acontecimientos de la época, manifestó por la independencia de Argelia, contra la guerra de Vietnam, participó en todo acto y manifestación feminista logrando en 1975 la legalización definitiva en Francia de la interrupción voluntaria del embarazo. La demanda de su libro ―El segundo sexo‖ en la década de los 60 resurge el movimiento feminista en Estados Unidos, logrando que en 1966 se funde la Organización Nacional para las mujeres. En 1981, la muerte de Sartre inspira ―La ceremonia del adiós‖ en donde escribe una de sus frases más destacadas: ―Su muerte nos separa, mi muerte no nos unirá. Así es: ya fue hermoso que nuestras vidas hayan podido estar de acuerdo durante tanto tiempo‖ Entonces, ¿es la ceremonia del adiós? Me preguntó Sartre cuando nos despedimos por un mes, al principio de un verano. Presentí en ese momento el

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En algunas épocas, como por ejemplo en el modernismo Latinoamericano de Rubén Darío, la literatura se percibió como algo separado de otras esferas del quehacer humano, postulándose como una torre de marfil en la cual el genio poético escapaba de los conflictos mundanos y se refugiaba en su fantasía y en su ser interior.

Literatura Social

A la vez, por oposición a este tipo de movimiento surgieron otros que reivindicaron a la Literatura posicionándola en un lugar de denuncia de los males de la sociedad, una voz que permitiera expresarse a los más desamparados y una forma de cambiar el mundo.

La poesía Social es un movimiento poético español de los años 1950/1960 caracterizados por las condiciones políticas y la reivindicación de la libertad. Nace cuando las cicatrices de la guerra civil Literatura Social es el concepto que española aún no se han cerrado. A engloba ésta manera de pensar a la resueltas de aquel conflicto se instaura en literatura como acción. Existen el país una dictadura regida por el General distintas corrientes literarias y críticas Francisco Franco. El franquismo se que pueden abarcarse dentro del traduce en una fuerte represión sobre los término “literatura social” y todas vencidos en su primera década, así como ellas coinciden en señalar a la un régimen aislado y replegado sobre sí literatura como algo realista, mismo, ya que los aliados de Franco representativo de las condiciones durante la II guerra mundial fueron materiales de existencia y que debe derrotados. En la década siguiente se ser a la vez crítica: no basta con producirá cierta apertura debido al retratar al mundo tal cual es si no que acercamiento de los Estados Unidos. Así, es necesario procurar cambiarlo para tras el período conocido como ―los años el bienestar de todos. Ligada a la perdidos‖ vendrá el fin de la autarquía, el figura de literatura social aparece la aperturismo y el desarrollo económico. A figura del “escritor comprometido” la poesía social le toca la dura convivencia representando a alguien que no quiere con una severa ley de prensa redactada solamente transmitir un placer en 1938 y vigente hasta el año 1966, ley estético con su escritura sino que que permite la censura previa. Todo lo considera que las letras son el lugar escrito ha de pasar por un censor antes de desde dónde puede-y debe-cambiar al su publicación. Las reivindicaciones de mundo. Existe un compromiso moral libertad de los integrantes del movimiento habrán que de ata al escritor comprometido con pasar por la mesa de los funcionarios del régimen laque no que persigue en muchos causa durarán en mutilar o condenar las obras en contracasos del llevándolo al exilio, la prisión y a régimen. veces la muerte. 18


Blas De Otero

El primer paso que da la poesía existencial para convertirse en poesía social es el cambio de persona, del “yo” al “nosotros”. La poeta, aceptada su condición humana, encuentra su sitio entre el resto de los seres humanos, y halla también una razón vital: la solidaridad humana, la búsqueda de un mundo mejor a través de la poesía. Formalmente, la poesía de Otero presenta rasgos propios muy marcados; maneja a la perfección todas las posibilidades expresivas, desde los recursos más tradicionales al experimentalismo lingüístico más complejo, utiliza el verso libre, el versículo y formas semilibres, aparecen en su obra versos académicos y vanguardistas; prosa y verso, algunos, largos poemas frente a otros brevísimos, como el conocido “dístico” poética, el poema más breve de la lengua castellana.

Fue uno de los principales representantes de la poesía social en España en los años cincuenta. Nació en Bilbao el 15 de Marzo y falleció el 29 de Junio en Madrid. Su obra que parte de la angustia metafísica para desembocar en lo social y testimonial, es una de las más importantes de la lírica posguerra y un claro ejemplo del ―exilio interior‖ que caracterizó a buena parte de la resistencia contra el franquismo en España. Fue educado por los Jesuitas, estudió derecho, Filosofía y Letras. En 1951 ingresa al partido comunista. Sus primeros poemarios pusieron de manifiesto sus inquietudes religiosas. En ―Cántico espiritual‖ la influencia de los místicos españoles se expresó a través de una fe inquebrantable pero ya en ―Ángel fieramente humano‖ predomina el conflicto metafísico con exasperantes diálogos con Dios. ―Ancia‖ es quizás la mejor parte de su obra, poesía, bronca y de intensa desolación existencial. La soledad existencial de Otero creció con su prestigio. Su búsqueda de un tú con el que dialogar había fracaso. No obstante, encontró una manera de mitigar su soledad: el encuentro con los otros, ser hombre entre hombres. Así aparece el ―nosotros‖ en su poesía; un cambio en su poética que no sólo significó una nueva dimensión en su obra, sino también el descubrimiento de la solidaridad humana, que terminó con su crisis y le devolvió su paz espiritual. La poesía del desarraigo pasó a ser la poesía del encuentro. El tema del amor, está presente en toda su obra, hacia dios, hacia la mujer, hacia el prójimo, su poesía es a veces espiritual, otras carnal y otras humana, pero ante todo es amorosa. El amor espiritual aparece sobre todo en su primera etapa, el humano en la tercera. El amor carnal se muestra durante toda su obra poética pero es sobre todo durante su etapa existencial en la cual sirve de puente que conecta el amor hacia lo Absoluto con el amor hacia lo mundano; es una de las herramientas líricas que llevan a la voz del poeta hasta la solidaridad con sus semejantes. El amor que siente el poeta busca un destinatario; pero el amor divino le devuelve silencio, el carnal es temporal y se termina; sin embargo, el amor al prójimo, finalmente parece ofrecerle lo que está buscando, es capaz entonces de dirigir su mirada a los demás y crear una nueva poesía con una misma línea temática. 19


La Jaula Se Ha Vuelto pájaro…

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RESULTA CASI INSOPORTABLE ADENTRARSE A UN REPASO EN LA VIDA DE ALEJANDRA, SIN DEJARSE ATRAVESAR POR SU FANTASMA, ES IMPRESCINDIBLE, DIRÍA YO, CONTAR CON LA AYUDA SOBRENATURAL DE ESA PRESENCIA ETÉREA AJENA A ELLA, AFÍN A ELLA, QUE LA ACOMPAÑARÍA HASTA EL ÚLTIMO SUSPIRO DE SU CORTA VIDA. DE OTRA MANERA, SE VUELVE PRÁCTICAMENTE INJUSTIFICABLE EN TODOS LOS ASPECTOS, ENTREGARSE AL INTENTO DE QUERER DECODIFICAR SU VIDA QUE FUERON SUS LETRAS. Alejandra Pizarnik nació en Buenos Aires en 1936. Sus padres fueron inmigrantes rusos de ascendencia judía. Su infancia fue bastante complicada marcada por eventualidades que minaron seriamente su autoestima. Es posible que por esta razón comenzara a ingerir anfetaminas que llegaron a provocarle prolongados períodos de euforia e insomnio. Fascinada por la literatura, sus primeras lecturas versan sobre el existencialismo y la psicología, despertándose en ella, desde entonces, una cierta fascinación por la muerte. De a poco se agudiza su desprecio por el entorno familiar, situación que la lanza hacia la búsqueda de esa otra ―familia‖, sus amigos literatos; así en 1954 comienza sus estudios en filosofía aunque acaba por abandonarlos por sentirse decepcionada. Tiempo después opta por el periodismo y se introduce en la Facultad de Letras, mientras empieza a visitar al pintor surrealista Juan Batle Planas. En ningún momento parece encontrar lo que busca, decide entonces abandonar todo tipo de estudio sistemático y dedicarse de lleno a la tarea poética. En este tiempo comienza su primera terapia con el analista León Ostrov de quien se enamora. En 1955, resultado de su inconformismo literario y su experimentación estética, construye su primera obra ―La tierra más ajena‖. Entre 1956 y 1958 vinculada al grupo de poesía Buenos Aires, construye dos nuevos libros: ―Las aventuras perdidas‖ y ―La última inocencia‖. A los veintitrés años, oscilando entre el silencio y humores inesperados emprende su anhelado viaje a París.

Afuera hay sol. No es más que un sol pero los hombres lo miran y después cantan. Yo no sé del sol. Yo sé la melodía del ángel y el sermón caliente del último viento. Sé gritar hasta el alba cuando la muerte se posa desnuda en mi sombra. Yo lloro debajo de mi nombre. Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad bailan conmigo. Yo oculto clavos para escarnecer a mis sueños enfermos. Afuera hay sol. Yo me visto de cenizas

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Al llegar, se instala durante tres meses en la casa de unos tíos hasta ocupar un frío y oscuro cuarto donde por fin puede emprender su solitaria aventura

“Si París fue la fiesta soñada desde la primera adolescencia ; el barco ebrio en donde plantar su reino solitario sin que la voz materna se horrorizara ante el caos de papeles y días enteros sin salir, sin comer nada y escribiendo todo, leyendo hasta que la luz quebrara la armonía de la noche; el llamado de las calles cuando se quería salir y recalar en el “Café de Flore” , sola o con amigos, cruzar una mirada cómplice con los bellos ojos azules de Georges Bataille, hacer cadáveres exquisitos hasta el amanecer, perderse en las galerías del Louvre o descubrir la belleza imposible del unicornio en el museo de Cluny. La perfecta articulación de soledad y compañía que, como una luz intermitente, necesitaba Alejandra para vivir” (Cristina Piña) Entre 1960 y 1961 compone ―Árbol de Diana‖ y construye textos que más tarde han de formar parte de ―Extracción de la piedra de la locura‖ y ―Los trabajos y las noches‖ y gesta su breve novela ―La condesa sangrienta. Alejada de las represivas figuras paternas empieza en París a vivir su sexualidad alternando compañeros de uno u otro sexo. Al volver a Buenos Aires ya ha alcanzado su madurez como poeta; se vuelven comunes los momentos de lectura con figuras prestigiosas y con jóvenes poetas incipientes que se sienten atraídos por su obra. En 1968 se introducen cambios fundamentales en la vida de Alejandra; inicia una relación con una mujer que se prolongaría durante dos años y la impulsaría a ocupar su primer departamento propio en Montevideo y obtiene la beca Guggenheim. Pese a todo, reaparecen las pastillas que

Esta manía de saberme ángel, sin edad, sin muerte en que vivirme, sin piedad por mi nombre ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?

¿Y quién no goza entre amapolas?

¿Y quién no posee un fuego, una muerte, un miedo, algo horrible, aunque fuere con plumas, aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar a una sombra. La sombra no muere y mi amor solo abraza a lo que fluye como lava del infierno: una logia callada, fantasmas en dulce erección, sacerdotes de espuma, y sobre todo ángeles, ángeles bellos como cuchillos que se elevan en la noche y devastan la esperanza.

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que necesita para superar sus eternas noches de creación. Regresa a París, buscando tal vez un encuentro consigo misma pero se estrella con una realidad ajena y brutal; no solo tropieza con nuevas tendencias que hacen del surrealismo presente en sus letras algo caduco, si no que sus amigos, alejados de la vida bohemia, se dedican ahora a trabajar. Regresa espantada a Buenos Aires en donde comienza su clausura lenta y progresiva y de la cual nadie logrará rescatarla. Poco a poco su casa se trasformará en su refugio en donde se dedicará pura y exclusivamente a la producción literaria. En este periodo se pone en evidencia que ella ya es consciente del peligro, del riesgo que corre, al mismo tiempo que se manifiesta un estado de fragmentación del que le resulta difícil regresar. Sin poder superar la depresión y vencer la soledad, en 1970 comete su primer intento de suicidio tomando una dosis elevada de pastillas; internada y con la ayuda de sus amigos, parece restablecerse, pero todos los esfuerzos no impiden que ese mismo año intente acabar con su vida nuevamente. Ya encaminada hacia el final de su vida, declara:

Tal vez sea ésta búsqueda del poema como única realidad lo que llego a destruirla o su obsesión por el lenguaje lo que llega a desintegrarla al fin por completo. Los últimos pasajes de su maravillosa obra se reducen casi a un caos sintáctico, donde se rompen las secuencias lógicas y las estructuras del lenguaje en sí, produciéndose su gran entrada en los brazos del silencio. Entonces la gran poeta decide liberarse. Decide su vida en un abandonarse. Se suicida el 25 de Setiembre de 1972. En uno de sus más bellos trazos, expresa su andar hacia esa muerte tan esperada; ―Camina silenciosa hacia la profundidad, la hija de los reyes‖

“Ojalá pudiera vivir sólo en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir”

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―Muy de vez en cuando sucede que, de aquello que respira o se expresa, en el vuelo de la hermosura, o lo que cubre una luz, una fulguración de la oscuridad, se desprende algo de inefable y de esencial, cobra forma en su forma, da un paso, desde el fondo del gesto, de la voz, o del silencio, y es como una aparición acompañada, sin la cual nada emerge a la vida verdadera. La percibimos de inmediato, conteniendo el aliento y la denominamos presencia. Alejandra Pizarnik estaba en París en 1961 cuando llegué a Francia, pero nunca tuve el privilegio de conocerla. Sin embargo, hasta leer sus poemas, jamás había sentido yo, ya fuera en un texto, o en otra parte, una presencia tan densa, violenta y perfilada como en la obra deslumbrante de esta poeta. La conocí, pues, solo mediante esa presencia-hecha de ella encadenada a sus palabras-, igual e imperiosa en cada uno de sus libros, que se develó entera desde la primera página y se intensificó a medida que yo entraba en su trágico universo con el lento ritmo por él impuesto, marcado de sobresaltos. Esa presencia, sería semejante, en efecto, a la fantasma en carne y hueso que toma posesión del papel y las palabras, de las líneas y entrelíneas, de la resonancia y el color, del espacio en blanco, los signos de puntuación y el cuerpo de las letras, y que, a la vez, como un ser viviente invisible, casi tangible, roza al lector, repite a su oído lo que está escrito, pero de una manera distinta, da la clave de lo que se dice pero que jamás podría enunciarse, guía en la noche con el proyector de su mirada. Todo es real y a la vez irreal. Alejandra deja su sombra en cada página. Una sombra con la cual es la misma lucha sin descanso y que no es sino su doble, o el amor, o el otro, o lo de más allá; y a la cual, en última instancia, Alejandra cede todo el terreno: con ella que es yo, conmigo que soy ella y que soy yo; entre yo y la que creo ser aquella que posee mi sombra; después en sus últimos poemas, y ella se irá y yo me iré. Ese testigo implacable no se aleja ni por un instante de la autora. También se convirtió, a todo lo largo de mi trabajo, en el fantasma de mí misma. Pues sin cesar, desde el comienzo, no se trató sino de traducir esa presencia. ―Existe un punto crucial que no podemos superar sin arriesgar la vida y, sin embargo, la carrera no se vuelve verdaderamente viva sino cuando se lo ha sobrepasado‖. Alejandra Pizarnik ha deseado desesperadamente franquear ese punto crucial que, en su caso, estaba ya fuera de la velocidad y de la ruta. Y al final ella pagó con su persona, para que la oscuridad en la que se debatía, se transformara en un negro diamante resplandeciente. Su poesía está fuera del tiempo y de las corrientes estéticas. Una punzante, urgente necesidad interior la empuja a imbricarse en la forma 24


de sus poemas breves como su vida, sus frases netas y negras, sus palabras cinceladas. El poeta es fantástico como un clown que no se hubiese maquillado sino la cara y que gesticulase afuera, en la noche glacial, completamente desnudo al borde del abismo. Sin embargo, cosa rara, esta fantasía barroca deliberadamente patética, se manifiesta con un despojamiento extremado, como si el peligro la obligara. Se vuelve perpetuamente al combate encarnizado con las palabras y su significado, que para Alejandra son la palabra inhallable, y perpetuamente a esa soledad absoluta a partir de la cual se habla sin lograr decirse. A veces, en dos líneas, ella circunda, comprueba la imposibilidad de expresarse, de encontrar. Se diría que el secreto se esconde en las palabras, el secreto de la vida, y que es allí, y en ninguna otra parte, donde habría una oportunidad de descubrir el misterio, de conocer la paz, de ver surgir un dios. Algo nos arrastra a investigar, inexorablemente, en tanto paso a paso se nos advierte: alguien no se enuncia; ella dice que no sabe. Nadie se parece a mi sueño. A menudo, a fin de resumir el poema, de describir aún con mayor precisión la situación en que se halla, Pizarnik lanza al vuelo una frase como escribo con un cuchillo erguido en la oscuridad, cuya imagen, fugaz como un relámpago, nos vuelve aún más cómplices y visionarios del trabajo que se está elaborando. A menudo, también, intercalados, párrafos más largos traen un tono surrealista. Como sobre un muro transparente la autora traza entonces, con movimientos rápidos, sus imágenes alucinantes de muñecas destripadas, acróbatas enanos, sonámbulos, lilas marchitas u hombrecitos de negro, cuyos vastos arabescos conservan el clima tenso de los textos cortos, y la misma lógica del absurdo. Estas caricaturas reaparecen en casi todos los poemas y, con frecuencia, en un solo verso lapidario. Pero no son más una imitación, un disfraz. Los temas profundos de ésta poesía son la soledad y la impotencia que se revelan con cada palabra y debajo de cada máscara. Y la única realidad posible es la de la desesperación disfrazada: pero un día, tal vez, encontraremos refugio en la realidad verdadera/ entretanto, ¿puedo decir hasta qué punto estoy en contra? Más lejos después de éstas escenas, autora y lector-que no son sino uno- retoman los poemas compactos y su combate por entrar y nacer, por conocer, por decir con otra cosa que las palabras, por atravesar la noche: no es jamás lo que queremos decir; siempre, no se trata de eso; explicar con palabras de este mundo/ que un barco ha partido de mí, llevándome. Se asaltan las palabras con el impulso del cuerpo desencadenado, como para librarse de ellas, o comunicarles un sentido novedoso. Michaux decía una vez: ―Somos tan discapacitados‖. Alejandra fue, por cierto, una grande y temblorosa discapacidad que ansiaba a toda costa alcanzar un algo inaccesible que terminó por asir. Reina también en su obra, tan elíptica como intensa y cabal, un muy potente deseo de silencio. En todas las páginas intenta penetrar la autora en esa zona tan peligrosa que abrigaría, sin duda, promesas de comunicación y de paz. El silencio sería lo absurdo, sería el lenguaje absoluto, sería la muerte y sería la vida: que el silencio sea donde el silencio debe ser; silencio/ me uno al silencio/me he unido al silencio y también: en mí, el lenguaje es siempre un pretexto para el silencio. Nombrado o innombrado, el silencio es como una sorda máquina omnipresente que intenta con todas sus fuerzas emerger a la luz. 25


Pero el peligro está allí, al acecho, presto a saltar. Sin cesar participamos en la guerra exacerbada que se libra con las palabras para alcanzar la palabra, y escuchamos el silencio que otorga a cada palabra un rostro preciso. Después con un impulso más impetuoso que los otros, Alejandra Pizarnik sobrepasa a su cuerpo e insulta vida restallante a sus poemas; a medida que avanzamos en la lectura de sus textos, no podemos dejar de presentir, que para hacer vivir su obra, ella se ha condenado a una salida única: sacrificar en cambio, su propia vida. Sin embargo, y a pesar de ella, esta ofrenda se efectúa paso a paso desde el comienzo; página tras página, deja no solamente su sombra sino también su aliento, señalando por imágenes tan violentas como o sencillas y que no le pertenecen sino a ella. Este lenguaje es sinónimo de su presencia. Ella había dicho: la lengua natal castra, la lengua es un órgano de conocimiento/ del fracaso de todo poema/ castrado por su propia lengua. No se equivocaba. Compruebo como ese lenguaje, superando a su lengua materna, se proyecta con naturalidad en otra lengua que no tiende sino a asir a aquella y convertirse en su espejo‖

Silvia Baron Superville Alejandra Pizarnik Obras Completas

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PIEDRA FUNDAMENTAL

No puedo hablar con mi voz sino con mis voces. Sus ojos eran la entrada del templo, para mí, que soy errante, que amo y muero. Y hubiese cantado hasta hacerme una con la noche, hasta deshacerme desnuda en la entrada del tiempo. Un canto que atravieso como un túnel. Presencias inquietantes, gestos de figuras que se aparecen vivientes por obra de un lenguaje que las alude, signos que insinúan terrores insolubles. Una vibración de los cimientos, un trepidar de los fundamentos, drenan y barrenan, y he sabido dónde se aposenta aquello tan otro que es yo, que espera que me calle para tomar posesión de mí y drenar y barrenar los cimientos, los fundamentos, aquello me es adverso desde mí, conspira, toma posesión de mi terreno baldío, no, he de hacer algo, no, no he de hacer nada, algo en mi no se abandona a la cascada de cenizas que me arrasa dentro de mí con ella que es yo, conmigo que soy ella y que soy yo, indeciblemente distinta de ella. En el silencio mismo (no en el mismo silencio) tragar noche, una noche inmensa inmersa en el sigilo de los pasos perdidos. No puedo hablar para nada decir. Por eso nos perdemos, yo y el poema, en la tentativa inútil de transcribir relaciones ardientes. ¿A dónde la conduce esta escritura? A lo negro, a lo estéril, a lo fragmentado. Las muñecas desventradas por mis antiguas manos de muñeca, la desilusión al encontrar pura estopa (pura estepa tu memoria): el padre, que tuvo que ser Tiresias, flota en el río. Pero tú, ¿por qué te dejaste asesinar escuchando cuentos de álamos nevados? Yo quería que mis dedos de muñeca penetraran en las teclas. Yo no quería rozar, como una araña, el teclado. Yo quería entrar en el teclado para entrar adentro de la 27


música para tener una patria. Pero la música se movía, se apresuraba. Solo cuando un refrán reincidía, alentaba en mí la esperanza de que se abasteciera algo parecido a una estación de trenes, quiero decir: un punto de partida firme y seguro; un lugar desde el cual partir, desde el lugar, hacia el lugar, en unión y fusión con el lugar. Pero el refrán era demasiado breve, de modo que yo no podía fundar una estación pues no contaba más que con un tren salido de los rieles que se contorsionaba y se distorsionaba. Entonces abandoné la música y sus traiciones porque la música estaba más arriba o más abajo, pero no en el centro, en el lugar de la fusión y del encuentro. (Tú que fuiste mi única patria ¿en dónde buscarte? Tal vez en este poema que voy escribiendo). Una noche en el circo recobré un lenguaje perdido en el momento que los jinetes con antorchas en la mano galopaban en ronda feroz sobre corceles negros. Ni en mis sueños de dicha existirá un coro de ángeles que suministre algo semejante a los sonidos calientes para mi corazón de los cascos contra las arenas. (Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas). (Es un hombre o una piedra o un árbol el que va a comenzar e canto...) Y era un estremecimiento suavemente trepidante (lo digo para aleccionar a la que extravió en mí su musicalidad y trepida con más disonancia que un caballo azuzado por una antorcha en las arenas de un país extranjero). Estaba abrazada al suelo, diciendo un nombre. Creí que me había muerto y que la muerte era decir un nombre sin cesar. No es esto, tal vez, lo que quiero decir. Este decir y decirse no es grato. No puedo hablar con mi voz sino con mis voces. También este poema es posible que sea una trampa, un escenario más. Cuando el barco alternó su ritmo y vaciló en el agua violenta, me erguí como la amazona que domina solamente con sus ojos azules al caballo que se encabrita (¿o fue con sus ojos azules?). El agua verde en mi cara, he de beber de ti hasta que la noche se abra. Nadie puede salvarme pues soy invisible aún para mí que me llamo con tu voz. ¿En dónde estoy? Estoy en un jardín. Hay un jardín.

El infierno musical (1971

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Libros de cabecera

Las ciudades invisibles Italo Calvino Obra maestra indiscutible e indiscutida que se sumerge en el mundo fantástico y alegórico de Italo Calvino y es así desde el pretexto o continente que encuadra el libro: los relatos imaginarios del viajero veneciano Marco Polo al emperador mongol Kublai Khan La narración en las ciudades invisibles es inusual en un moderno: se trata de una serie de bloques narrativos independientes, enmarcados por las conversaciones de Marco Polo en el papel de narrador y Kublai Khan como narratario. Se sucede la descripción de cinco ciudades con nombre de mujer, cada una de las cuales responde a una temática distinta: la ciudad y los muertos, el deseo, el cielo, los intercambios, el nombre, los símbolos, la memoria…y así hasta nueve veces. La numeración desordenada de algunos capítulos demuestra que no hay ninguna cronología a seguir, que la narración está suspendida en la ucronía. Tanto va empezar por el principio como por el final o por el centro en un juego de libertad enunciativa que recuerda a la de Cortázar en Rayuela; al contrario que en ésta, no hay trama argumental que vincule a los personajes aparte de un pretexto para la conversación eterna. Siguiendo las teorías semióticas apuntadas por Calvino en su obra,

Marco Polo y Kublai Khan solo existen en su discurso, al igual que las ciudades descriptas. La única expresión de temporalidad viene dada por la evocación del espacio finito de las ciudades. Cada una desarrolla un motivo dentro de la temática del autor (muerte, significado, identidad, anhelo, existencia, trascendencia) Puede decirse que cada ciudad es una unidad semántica independiente. Las ciudades interesan a Calvino como la gran metáfora de la creación e interpretación humana. Las ciudades, con sus sistemas arquitectónicos, sociales e ideológicos entrecruzados, son lo que los hombres se hacen a sí mismos, su manifestación, su fenomenología. De allí deriva su tesis de que todas las ciudades, las existidas y por existir, se pueden imaginar una vez que se conocen sus reglas primordiales. El tiempo pierde así su primacía y se desvanece por completo en el espacio de la conciencia. Las ciudades imaginarias son el lugar de la experiencia simbólica, comparten el vínculo con el absoluto de la poesía. De allí que el propio autor considere, en un momento de crisis urbana, que ―Las ciudades invisibles‖ es un último poema de amor a las ciudades, cuando es cada vez más difícil vivirlas como ciudades.

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La hija de la locura

Quisiera poder encontrarteviajando viajando por por Quisiera poder encontrarte líneas invisiblesde demi mivoz, voz, las las líneas invisibles o deambulando rumbo porlalaintrépida intrépida o deambulando sinsin rumbo por senda va diagramandolalasoledad soledad senda que que va diagramando noesperada. esperada. no Encontrarte conelelpelo pelosuelto suelto Encontrarte con Rezando un verso mío…o comiéndotemi mipiel, piel, Rezando un verso mío…o comiéndote quéqué más más da:da: ElElamor amoresesun unconjuro. conjuro.

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Y hago de cuenta que la inocencia apedreada no es más que otra arista del mudo vaivén que hacen las cosas al transformarse…en otras cosas.

Nada queda del fantasma que revestía mi piel desnuda; Estoy como un niño descalzo levitando sobre el silencio de la tierra y sus lágrimas dormidas

Dibujo sobre la tela de mi piel cansada el destello de un recuerdo que aún deambula errante por los rincones de mi casa… Es el cuerpo. La imagen tridimensional del principio cuando aún jugaba con cartones con forma de niña.

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Dora Maar La musa De picasso

Henriette Theodora Markovich, más conocida como Dora Maar, fue una artista plástica, pintora, fotógrafa y escultora francesa. Quienes conocen la vida y la obra de Pablo Picasso, conocen a grandes rasgos su historia de amor con ella. Aunque en ese lapso, Picasso tuvo relaciones con varias mujeres, sobre todo con Marie-Therese Walter quien le daría una hija, Maya, a quien Pablo adoraba, ninguna le daría como Dora una compañía intelectual que contribuiría a instruirlo y a refinarlo.

Nació en París, el 22 de Noviembre de 1907. Hija de un arquitecto croata y una ama de casa francesa. Desde los tres a los trece años, vivió en Buenos Aires donde cursó la escuela primaria y en donde su padre dejó rastros visibles de su actividad profesional, vinculado a la importante firma naviera de Nicolás Mihanovich. Comenzó a pintar en los años 50. Estudió en la Academia Lothe en donde conoció a Henri Cartier Bresson que aún no se había convertido en uno de los mejores fotógrafos y la definió tiempo después como una fotógrafa notable cuyas obras poseían un halo de misterio y espanto. Man Ray la aconseja sugiriéndole “el efecto desenfocado”, en ese entonces conoce a Brassai y fotografía el proceso de composición del Guernica. Era amiga íntima de André y de Jaques Breton. Se sentía atraída de manera casi obsesiva por la idea de la muerte. Retrató a Picasso en cuatro ocasiones. Fue paciente de Lacan. En Barcelona inicia una serie fotográfica en donde capta con indudable talento la realidad costumbrista y el día a día de un país en vísperas de guerra, convirtiéndose en una de las primeras en hacer fotografía social. Imposible resulta desligarla a la imagen del pintor que sencillamente la ensombreció.

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La figura de esta mujer fascinante estuvo eclipsada por el torbellino de sus relaciones personales, sobre todo con Pablo Picasso, de quien fue musa inspiradora y amante ferviente durante muchos años. Sin embargo, Dora también fue una artista de renombre que llegó a ser una de las referencias del grupo surrealista y que, sin lugar a dudas, merece su lugar en la historia del arte. Dueña de una belleza elegante y exótica, conseguiría rendir a sus pies al poeta Bataille con quien tendría un breve romance y la introduciría al movimiento político de la época convirtiéndose en una activista de izquierdas; Así conoció a Buñuel y más tarde a Bretón y a todo su grupo surrealista. En 1936 se produce el encuentro que cambiaría su vida: estando en el café Deuxs Magots

conoce al pintor Pablo Picasso y enseguida comienza entre ellos un intenso romance que a la larga resultaría destructiva para Dora. Durante los primeros tiempos, de la mano del pintor, salieron a su lado, cuadros tan magníficos como ―Mujer llorando‖ También ella se vio entonces favorecida ya que su creatividad alcanzó su mejor momento y su relación con los surrealistas le permitiría innovar y experimentar en el campo de la fotografía. Realiza así su ―Retrato de Ubú‖ obra que terminaría convirtiéndose en un ícono fotográfico del movimiento surrealista. Retrato de Ubú

Mujer llorando

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Con la llegada de la II guerra mundial y el miedo a los nazis por las persecuciones a grupos de izquierda, sumado a las incontables desavenencias con Picasso, comenzaría irremediablemente el declive de la artista. Para 1945 a Picasso ya no le importaba Dora, ella empezó entonces a mostrar un extraño comportamiento paranoico; el golpe definitivo sería la aparición en la vida del pintor de François Gilot que se impondría por sobre todas sus amante, acosada por los celos y el alejamiento definitivo de Picasso, Dora cae en una depresión profunda que la arrastraría al borde de la locura. El mismo Pablo Picasso la ingresa en el sanatorio psiquiátrico de Sainte Anne en dónde sería atendida por el entonces joven psicoanalista Jacques Lacan. Paul Eluard, mejor amigo de Dora, le pide a Picasso que la saque de allí acusándolo de ser el responsable de su estado, producto del inmenso sufrimiento que por tantos años le había causado. Con el tiempo, Dora Maar irá recuperándose pero ya nunca volverá a ser la misma, ni como mujer ni mucho menos como artista. Recluida, volverá a la pintura que había dejado relegada y se abocará a una religiosidad a y un misticismo que serán sus únicos consuelos durante los cuarenta años que duraría su claustro. Pero mientras la figura de Picasso se iba haciendo gigante con los años, la de ella se olvidaba por completo quedando solo el recuerdo de haber sido una de las numerosas amantes del pintor. Picasso realizó más de treinta retratos de su musa, esbozos de una mujer impresionante que traspasó con su pasión la tela y los óleos de su retratador. Fue seducida, amada y abandonada como una más de las

tantas mujeres que pasaron por la vida del aclamado artista. ¿Hubiera sido Dora Maar apreciada de no haber sido la compañera de Picasso? En mayo del 2006 el célebre cuadro ―Dora Maar con gato‖ fue vendido por noventa y cinco millones de dólares resultando ser el segundo cuadro más caro del mundo; nueve años antes, la musa inspiradora de semejante belleza moría sola olvidada por todos…

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FotografĂ­as de Dora Maar (extracto de una obra exquisita)

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Á ÁL LV VA AR RO OY YU UN NQ QU UE E Y YL LO OS SP PO OE ET TA AS SD DE EB BO OE ED DO O

Los poetas de Boedo fueron un grupo informal de artistas de vanguardia de la Argentina durante la década del 20. Tradicionalmente la histografía cultural argentina lo opuso al ―grupo Florida‖. Recibieron ese nombre porque uno de sus puntos de confluencia era la Editorial Claridad ubicada en la calle Boedo al 837, por entonces eje de uno de los barrios obreros de Buenos Aires. El grupo se caracterizó por su temática social, sus ideas de izquierda y su deseo de vincularse con los sectores populares y en especial con el movimiento obrero. Se caracterizó además por la búsqueda de innovaciones vanguardistas relacionadas con los contenidos, incluyendo las temáticas sociales, obreras y políticas, siempre de una perspectiva de izquierda, generalmente socialista. El principal órgano del grupo era la revista ―Los pensadores‖ que después sería definitivamente ―Claridad‖ cuando los de Florida, animados por el poeta Evar Méndez, editaban ―Martín fierro‖ y realizaban colaboraciones para La Nación y La Prensa. Uno y otro grupo, constituidas Claridad y Martin Fierro en editoriales, comenzaron a editar libros. La tradición suele ubicarlos como rivales, aunque los límites nunca estuvieron tan marcados. Se le atribuye quizás al grupo Florida una mayor identificación con las elites económicas, mientras que al grupo Boedo se le ubica más cerca de los sectores populares. Florida se reunía en el centro, Boedo en los suburbios; aquel daba más importancia a los aspectos de renovación artística, mientras que el segundo daba más importancia a los contenidos sociales y políticos. Álvaro Yunque, uno de sus prominentes integrantes decía al respecto de esta división: ―¿Qué separaba a los jóvenes de estos bandos? Lo que ha separado siempre a todos los escritores: los de Boedo querían transformar el mundo, los de Florida se conformaban con transformar la Literatura. Se gastó buen humor y malas palabras desde ambas riberas. No se transformó el mundo ni la Literatura. Pero inquietaron, apedrearon de epítetos el cascarón de muchas falsas reputaciones y las hicieron sonar a hueco, pusieron de actualidad, otra vez, el debatido Tema del ―arte por el arte‖ contra ―el arte social‖ y los de Boedo, hijos de obreros o de la burguesía media, demostraron con el éxito editorial de sus libros que ya había en Sudamérica un gran público lector, ansioso de gustar un arte americano en dónde palpitasen los problemas sociales con sus angustias y sus esperanzas‖.

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Álvaro Yunque, fue una figura representativa de las letras argentinas. Cuentista, dramaturgo, historiador, ensayista y preponderantemente poeta, como a él gustaba definirse. Su nombre era Arístides Gandolfi Herrero, nació en La Plata el 20 de Junio de 1889. Poco antes de graduarse en la Facultad de Arquitectura abandona los estudios para dedicarse a su vocación literaria. En 1924 publica su primer libro ―Versos de la calle‖ al cual Roberto Payró le hace una crítica elogiosa en diario La Nación. Sus primeros cuentos aparecen en 1925 por los que recibe un premio municipal. En 1935 colabora con la revista Caras y Caretas. Durante la II guerra mundial se define antifascista y comienza su investigación histórica sobre el pasado argentino. Dirige el semanario antifascista ―El patriota‖ por lo cual es encarcelado durante el gobierno de facto de Edelmiro Farrel y

posteriormente exiliado a Montevideo. En 1960 la Academia Porteña de Lunfardo lo asigna académico de número por sus investigaciones. En 1975 la academia de escritores le entrega el premio Aníbal Ponce por su ensayo crítico ―Aníbal Ponce o los deberes de la inteligencia‖; también ese mismo año es censurado por la dictadura militar y sus libros se queman y se prohíben. En 1979 es galardonado con el gran premio de honor por la Sociedad Argentina de Escritores. Muere a los 92 años, el 8 de Enero de 1982, en la ciudad de Tandil, silenciado aún por la dictadura imperante. En un autoepitafio escribió: ―Amén…aquí se olviden las quemadas cenizas de un hombre que amo al HOMBRE, y nunca odio a los hombres, aunque parezcan puños sus palabras escritas‖

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Días de Historia

Movimientos Feministas en Argentina A FINES DEL SIGLO XIX CON LAS TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y EL FLUJO DE LAS INMIGRACIONES MASIVAS, LLEGARON TAMBIÉN LAS IDEAS FEMINISTAS. EL MOVIMIENTO YA HABÍA ADQUIRIDO AUTONOMÍA A TRAVÉS DEL REFORMISMO SUFRAGISTA, QUE PROPUGNABA LA IGUALDAD JURÍDICA Y POÍTICA DE LA MUJER ANTE LA LEY. Las figuras pioneras del feminismo en Argentina fueron en su mayoría militantes socialistas, anarquistas o librepensadoras que reconocían el objetivo de la lucha femenina pero también su vinculación con el sistema capitalista y sus mecanismos de explotación. Algunos estudios sobre el feminismo en Argentina y en América Latina destacan el papel jugado por el anarquismo. Desde ese marco, la situación de injusticia y subordinación que sufre la mujer en el terreno público es coincidente al que sufre en el interior de las estructuras familiares y domésticas. ―Ni Dios, ni patrón, ni marido‖ fue el lema anarcofeminista. A fines de 1800, algunas feministas plantearon temas como el amor libre, el divorcio y las denuncias de violencia familiar, que cobrarían relevancia décadas más tarde. Si bien Eva Duarte, en Argentina, no coincidía con el perfil político de las pioneras feministas, su figura simbolizaba el logro de derechos por los que ellas habían luchado por tanto tiempo. El voto femenino la tuvo como protagonista y se da en el marco de ascenso al gobierno del General Perón en la década de 1940. Antes de 1945, el movimiento feminista se podía notar en grupos de elite, mujeres intelectuales y de formación universitaria; ya en 1920, las primeras médicas y abogadas habían reclamado por la igualdad de derechos, entre ellas estaban Elvira Dellepiane de Rawson, Cecilia Grierson y Alicia Moreau de Justo por lo tanto hacia 1945 ya se habían presentado una cantidad de proyectos para reglar el voto femenino que habían sido neutralizados por los partidos conservadores. A pocas semanas de las elecciones de 1946 se realiza la primera asamblea femenina organizada por la cruzada de la mujer Argentina y el centro de mujeres universitarias; 20 mil mujeres llenas el estadio Luna Park, Eva Duarte pronuncia su primer discurso dejando claro su compromiso con la causa, el sufragio era ya una conquista segura. En 1947, es designada presidenta de la comisión parlamentaria prosufragio femenino. El 23 de Setiembre de ese mismo año el congreso concedió el sufragio femenino mediante la ley 13.100; de esa forma, el peronismo concreta una reivindicación 38 sostenida desde hacía décadas por la izquierda y otros sectores.


Alicia Moreau de Justo en el auditorio del partido socialista. (Buenos Aires, 1939) Desde las tomas de universidades y fabricas, hasta la revolución sexual y el movimiento hippie, la rebelión política se alió a la búsqueda de valores alternativos y formas de vida alejados de los mitos de felicidad del consumismo capitalista. En la revolución cultural de los 60, el feminismo se vuelve patrimonio general. En Buenos Aires, el instituto Di Tella, aglutina las tendencias artísticas de vanguardia, bajo las influencias del Arte Pop, Marta Minujín, Dalila Puzzovio y Mary Tapia junto a otras creadoras, pusieron en dialogo las artes visuales con los lenguajes de la moda y el diseño, vinculados al cuerpo y a la vida cotidiana. Hacia fines de la década, en un clima de violencia creciente, el arte contemporáneo argentina se vuelca con más énfasis hacia contenidos sociales y políticos. En ―Tucumán arde‖ un grupo de artistas organiza una fuerte campaña de contrainformación para denunciar la situación paupérrima de los ingenios azucareros. La iniciativa tiene lugar en la CGT de Rosario. La etapa convulsiva de los 60 fue reprimida a nivel global en la década del 70. En Argentina comienza a operar la fuerza parapolicial de la Triple A. El gobierno de Isabel Perón adscribe oficialmente al Año Internacional de la mujer propiciado por la ONU; socialistas y feministas repudian el encuentro y su visión conservadora y moralizante de la mujer. Uno tras otros, los países latinoamericanos sufren golpes de Estado, algunos seguidos de violentas dictaduras.

La minifalda fue símbolo de una sexualidad liberada de ritos y tabúes Hay quienes consideran que al entrar en las agendas oficiales, el movimiento perdió pujanza. Lo cierto es que las nuevas teorías feministas y los estudios de género están relativizando ciertas certezas del pasado. La situación de la mujer no es universal y la inequidad sexual existe en los márgenes sociales, enquistada en la pobreza, la discriminación inmigratoria y la violencia familiar. La erradicación del miedo y la transformación de hábitos y mentalidades son todavía metas por conquistar… 39


Una historia de feminismo en Argentina LA BIBLIOTECA NACIONAL PUBLICA UN TEXTO, HASTA HORA, INÉDITO: EL MOVIMIENTO FEMINISTA. PRIMEROS TRAZOS DEL FEMINISMO EN ARGENTINA, DE ELVIRA LÓPEZ. ESTA OBRA ES, EN RIGOR, LA TESIS DE ELVIRA LÓPEZ DEFENDIDA EN LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DE LA UBA EN 1901.

Elvira sobresale por ser una de las pioneras del feminismo vernáculo en los albores del Siglo XX. Aunque conocida entre especialistas, es una figura olvidada, ni siquiera su nombre es una calle de Puerto Madero como algunas de sus amigas / Cecilia Griegson, Alicia Moreau de Justo, Julieta Lanteri). En 1896 se creó la Facultad de Filosofía y Letras y se permitió a las maestras matricularse. En el año 1901, la primera promoción de nueve graduados contó con cuatro mujeres. La creación de esta Facultad funcionó como un espacio casi acorde a la ―naturaleza femenina‖ ya que esas carreras podían estudiarse pero no había necesidad de ejercer la profesión ni de ganar dinero. Hasta entonces solo dos mujeres se habían graduado en la Universidad y era en medicina. Que se haya escrito en el año 1901 una tesis universitaria sobre el movimiento feminista y su resonancia en la Argentina

puede resultar extraño a quienes desconozcan las atrevidas acciones de muchas feministas anarquistas, socialistas o liberales en los primeros años del siglo pasado. Haber incluido el vocablo ―feminismo‖ en el título, aun si lo hizo para denegar posiciones radicales o asimilarlo casi a un humanismo igualitarista, es una avanzada. En cuanto a los derechos políticos, ―la mujer argentina no posee ninguno, y en la época actual es lo mejor, ya que el sufragio es el término de la evolución feminista que aquí está en sus comienzos‖, dice. En el Primer Congreso Femenino Internacional realizado en Buenos Aires en 1910 y organizado entre otras por Elvira López, el derecho al voto y la ley del divorcio se discutieron acaloradamente, según las actas. Las primeras feministas argentinas, las reformistas como Elvira López pero también las sufragistas y aún las de posiciones más extremas sostenían la creencia en una naturaleza femenina maternal, moralmente superior y pacifista. En Elvira López, como en sus compañeras de lucha, las alianzas teóricas con el socialismo y el positivismo del momento habilitan un sesgo utópico que da espesor a sus reivindicaciones y permite la producción de nuevas significaciones para la ―mujer nueva‖

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Fran Recacha Pintor español nacido en Badalona en 1976. Sus óleos suponen una mirada al pasado y al presente; sus lienzos reinterpretan obras clásicas de temática mitológica adaptándolas a la época actual.

www.franrecacha.com

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EL ARTE VISIONARIO DE XUL SOLAR La vida de Xul Solar transcurrió como una incesante búsqueda de correspondencias entre este mundo y el orden cósmico. Para esto, se sumerge en la tradición del ocultismo, la astrología y la cábala, en corrientes espirituales y filosoficas de principio de siglo y en las religiones orientales. Como afirmaba Borges, Xul trabajó toda su vida en un ―sistema de reformas universales‖. En ésta vasta tarea, se embarca en la invención de nuevos lenguajes, modifica el piano y su notación musical, incopora nuevos signos en las cartas del tarot, inventa religiones, un nuevoi teatro para adultos con sentido moral y ciudades que vulean para un mundo superpoblado, proyecta nuevas anatomías para el ser humano, crea un sistema de escritura plástica con mensajes espirituales y un lugar de reunión que denominará Pan Klub. A principio de los años 20, cuando pinta ―Jefe de Sierpes‖ inventa el ―neocriollo‖ un idioma que tiene como base el español y el portugués y que incorpora

XUL SOLAR 1887/1963

también el inglés, el francés, el alemán, el latín y el griego. En este periódo empieza a titular sus obras en ese idioma y suma a sus composiciones palabras, números y símbolos de larga tradición comoes el caso de la serpiente, que se remonta a tiempos inmemoriables y ha sido considerada por las fraternidades herméticas como emblema de sabiduría.

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OSCAR AGUSTÍN ALEJANDRO SCHULZ SOLARI MÁS CONOCIDO COMO XUL SOLAR, NACIÓ EN SAN FERNANDO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES. SU NOMBRE FUE SINÓNIMO DE PODER CREADOR. NO TIENE AÚN EN LA ACTUALIDAD EL RECONOCIMIENTO MERECIDO, QUIZÁS POR PERTENECER A LA ESTIRPE MÁS EXTRAÑA Y RESTRINGIDA DE LOS CREADORES: LA DEL VISIONARIO.

En 1905 comienza su carrera en Arquitectura pero dos años más tarde la abandona. En 1912 se embarca en un buque hacia Londres y de allí se dirige a París y a Turín. Teniendo como base la ciudad de Zoagli cerca de Génova, donde reside su familia materna, recorre toda Europa y en donde tiene contacto con las vanguardias europeas a través del Almanaque del Der Blauer Reiter, el Jinete azul, donde se encuentra por primera vez con la obra de Kandinsky y de los impresionistas alemanes, descubriendo afinidades con respecto a su búsqueda en las artes plásticas. En 1916 viaja a Florencia y conoce a Emilio Pettoruti. En 1919 se instala un año en Londres y se vincula con la Teosofía a la vez que profundiza su interés por el mundo de lo oculto.

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En 1920 presenta en Milán su primera exposición de acuarelas, témperas y óleos. En 1923 asiste a las conferencias de Rudolph Steiner sobre antroposofía, una de las líneas filosóficas que marcará sus búsquedas espirituales. En 1924, en Paris, entrevista a Aleister Crowley, el ocultista más polémico del siglo XX quien le trasmite la manera de sistematizar visiones místicas a través del I-Ching. Con la intención de impulsar la vanguardia artística en la Argentina encara su regreso a Buenos Aires junto a Emilio Pettoruti. Ya en Buenos Aires, se integra al grupo vanguardista de la revista Martin Fierro y conoce a Oliverio Girondo, Leopoldo Marechal, Macedonio Fernández y Jorge Luis Borges con quien comparte afinidades intelectuales y entabla una larga amistad. En 1926 participa de la exposición de pintores modernos organizada por la Asociación de amigo del arte en ocasión de la visita de Filipo Marinetti a Buenos Aires. En 1928 ilustra el libro ―El idioma de los argentinos‖ de Borges. En 1936 conoce a la que será su esposa Lita Cárdenas. En la década del 40 crea un nuevo sistema de escritura con base de signos estenográficos y comienza una etapa de obras en blanco y negro. En 1954 se instala en Tigre definitivamente en dónde muere el 9 de Abril de 1963.

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Es imposible, por su dispersión, estimar cuantos cuadros pintó, quizás rondan el número mil, sin embargo expuso poco en vida ya que puso toda su energía en la obra y no en su difusión. En la biblioteca de la pequeña casa de Laprida al 1214 – dónde hoy funciona un museo en su memoria- se acumulaba la sabiduría del Oriente y del Occidente, como en una nueva Alejandría. Fue un americanista orgulloso que inventó la bandera de Latinoamérica con los colores del arco iris, el panajedrez, el sistema duodecimal, sus planos para una ciudad ideal, sus títeres, el fútbol múltiple, el receptor radial o telefónico adosado al cráneo y tantas otras creaciones que han sido incorporados a la vida por los medios de comunicación, la televisión, el cine, la historieta, la publicidad y diversas ciencias. La invención en él era la forma de su fantasía creativa. Inventar era su poesía. Fue cubista,

expresionista, simbolista…qué más da; Él mismo fue escéptico a las etiquetas. Construyó una obra pictórica que escapa a todo tipo de clasificaciones. Arcaica y a la vez revolucionaria. Poblada de rascacielos, escaleras, torres, banderas, serpientes e inscripciones y en la que despliega una ciudad que es al mismo tiempo una fortaleza gótica, casa de muñecas, cruce de laberintos pero que es también el espejo de una Buenos Aires única e irrepetible en el tiempo, en las extrañas de su universo desplegado con solemne maestría ante los ojos mortales de aquellos que quisieron admirar su arte de otros mundos, ahora, antes y siempre.

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La Ăşltima Surrealista

Leonora Carrington

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―Leonora está por encima de todos los mortales‖ decía Elena Poniatowska de su amiga, de quien siempre destacó la voluntad de creer en sí misma. Creadora de trazos que no siguen un razonamiento lógico pero que descubren la verdad en imágenes que expresan las emociones, Carrington fue la última en la generación de un grupo de artistas que revolucionaron el arte con su incomparable ingenio.

Pintora mexicana de origen Inglés, nació en Lancashire el 6 de Abril de 1917. Desde muy temprano destacó entre sus hermanos por su rebeldía precoz ante la autoridad recalcitrante de su padre, el magnate de la industria textilera Harold Carrington, quien nunca logro entender el poderoso mundo interno de Leonora que nada tenía que ver con el apretado y rancio mundo aristocrático al que la familia se aferraba.

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Fue su rebeldía molecular, mezclada con una valentía y audacia admirables, lo que le permitió romper con los esquemas familiares, sociales y religiosos que les fueron impuestos desde su nacimiento y dejarse llevar impulsada por su deseo de libertad hacia el inefable territorio del arte. Su rechazo a la intransigencia paterna y a

los códigos impuestos por la aristocracia inglesa fueron plasmados con aguda ironía en su pintura ―La comida de Lord Candlestick‖ – seudónimo de su padredonde se puede ver un festín delirante en el que un grupo de caballos ricamente ataviados se regocija devorando niños como vianda.

Ajena a las luminarias, Leonora es un personaje tan misterioso e inasible como los personajes de sus obras, esos extraños duendecillos, gnomos, elfos, gigantes y

fantasmas, los cuales, en su mente, convivieron íntimamente con su fauna híbrida y sus representaciones de deidades míticas arcaicas.

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Tras romper con una serie de barreras impuestas por su padre, la repetida expulsión de los colegios de monjas, el fracaso de su presentación en la corte del rey Jorge V y su negativa a seguir las normas familiares, en 1936 inicia su formación artística en la Academia del Pintor Amédeé Ozenfant en Londres. De esos años es su autorretrato ―La

Ese mismo año tiene lugar la Exposición anual de Surrealismo, todo un acontecimiento en la capital inglesa y al poco tiempo conoce a Marx Ernst. Una conexión a primera vista entre ellos desencadena en una intensa relación entre el destacado artista de cuarenta y seis años y la joven pintora de tan solo diecinueve que lo sigue a París y se integra al grupo surrealista al cuál de

posada del caballo del alba‖, una obra emblemática en la que la novel pintora se representa acompañada de sus dos alter ego que aparecerán más adelante en sus obras en repetidas ocasiones: el caballo que representa su libertad de espíritu y la hiena que tiene que ver con su yo sexual.

inmediato seduce con su belleza, talento y audacia.

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Durante algunos años, ambos gozan de una exuberancia artística. Leonora alterna la pintura con la escritura y publica algunas de sus obras más memorables con rasgos autobiográficos: ―El pequeño Francis‖, ―La debutante‖ y ―La dama oval‖. Al estallar la guerra en 1939, Ernst es apresado y llevado a un campo de concentración, del que Leonora consigue su liberación pero al poco tiempo es aprehendido nuevamente. Tras los intentos fallidos por ayudarlo, presa de la angustia y la desesperación sufre un colapso nervioso y es llevada a España por unos amigos e internada por su familia en un hospital psiquiátrico en Santander en donde es recluida en el pabellón de ―locos peligrosos e incurables‖. Este periodo de intenso sufrimiento dejó una huella indeleble en la artista de la cual no le gustaba hablar; sin embargo, años después confesó en una entrevista: ―Después de esa experiencia cambie, de forma dramática. Fue muy parecido a haber estado muerta‖. Dicha experiencia quedó plasmada en su relato titulado ―Memorias de abajo‖, escrito bajo el estimulo de André Bretón y Pierre Mabile. Plásticamente, deja el testimonio en la perturbadora pintura ―Down Below‖ Acompañada de una guardiana alemana nazi, sale del manicomio para ser trasladada a otra clínica en Sudáfrica, pero llegando a Lisboa, donde debían tomar una embarcación hacia su nueva prisión, escapa magistralmente por la puerta trasera de un café. La fortuna la acompaña y pide asilo en la embajada mexicana donde su amigo, Renato Leduc le brinda su apoyo para viajar con él a América. Renato y Leonora se casan y zarpan hacia Nueva York. Allí, se encontrará con un entorno artístico en plena efervescencia integrado por los numerosos artistas que lograron escapar de la guerra, entre ellos Marx Erns ya casado con la mecenas Peggy Guggenheim. Continúan su viaje hasta México, país que adoptará como propio y donde permanecerá el resto de sus días. Al tiempo se divorcia de Renato y se casa con el fotógrafo húngaro Emerico Weisz con quien forma una familia y recupera su estabilidad emocional y profesional. Su vida serena y discreta transcurre entre la creación plástica, el oficio literario y el estudio de las ciencias ocultas, la alquimia, la mística, 50


la cábala, la astrología. Las tradiciones espiritistas, el chamanismo, de cuyas fuentes brotan numerosas referencias en su pintura, como es el caso de ―Ab Eo Quod‖ Carrington fue una lectora de cuentos de hadas más allá de la infancia los cuales dieron lugar a la creación de un género pictórico muy particular. En sus obras, la mayoría de las escenas son en esencia, volátiles, inasibles, como si al tratar e

descifrarlas se esfumaran como sombras que se las lleva el viento. Juan García Ponce escribió: ―No hay que buscar en sus obras un lenguaje simbólico, hay que aceptarlas como visiones concretas de la realidad, y es que la realidad de Leonora es otra, es una realidad palpada y vivida desde la memoria, desde sus laberintos ontológicos, desde el asombro de la infancia que nunca perdió . Leonora no inventa, recuerda‖ Fue también una gran defensora de los derechos de las mujeres, en 1972 participó en la formación del movimiento feminista en México diseñando el poster ―Mujeres conciencia‖. Siempre inquieta y audaz, en la década del 90 se dedica a la escultura monumental, primero en plata fundida, después en bronce,

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algunas llegando a medir hasta ocho metros: su obra cocodrilo fue instalada en una fuente del bosque Chapultepec de la Ciudad de México. También realizó diseño de joyas, tallado en madera y cerámica. En el año 200 recibió el premio de la Orden Real Británica y el premio Nacional de Bellas Artes en el 2005. Fue nombrada ciudadana de honor en México.

Multifacética como pocas, insondable su genialidad innegable. Dueña de una autonomía artística fascinante que destila la honestidad con la vivió todos los renglones de su vida. Leonora, ―la hechicera, hechizada‖ tal como la llamara Octavio Paz, consiguió plasmar en su aventura empírica los intrincados laberintos de su maravilloso mundo que ineludiblemente invita a un profundo viaje por las líneas indelebles de la más vasta imaginación. Murió el 26 de Mayo del 2011, con ella termina una época en el arte universal; sin embargo, aquellos seres que creó a su imagen y semejanza vivirán por siempre, aguardando tal vez, en su sueño de vivaces colores, ser descifrados por fin de su eterno acertijo…

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La fotografía Documental

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FOTOS: DOROTHEA LANGE DE SU OBRA “LA GRAN DEPRESION”

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Además de admitir muy variadas interpretaciones, el concepto de fotografía documental es muy amplio. Si bien en última instancia toda fotografía es documental, incluso las creaciones artísticas y aquellas que son manipuladas-puesto que siempre están refiriendo a algo o a alguien- el concepto se refiere a un género en particular con sus propias reglas de realización. En un sentido estricto, se considera fotografía documental a la que constituye evidencia en relación a la realidad. Ese contenido de evidencia, fue el primero que vieron los creadores de la fotografía y también sus comentaristas. Una segunda posibilidad en su concepto se refiere a la llamada ―fotografía social‖. Este género se refiere a la documentación de las condiciones y del medio en el que se desenvuelve el hombre, tanto en forma individual como social y, en ese sentido, su nivel de complejidad es muy profundo. Aunque comparta técnicas de realización con el fotoperiodismo, el documentalismo se interesa siempre por los espacios y las condiciones del hombre en sociedad, no está atado a lo circunstancial y por lo tanto constituye una reflexión, un intento de comprender y de mostrar al hombre en sus momentos. Dicho en términos estrictos, no depende ni se interesa en la noticia como finalidad primaria. Otro de sus aspectos fundamentales, quizás una de sus condiciones ineludibles, es la no manipulación de las situaciones; la imagen en sí misma es una suerte de―encomillado‖ de la realidad, por lo tanto, no debería ser el producto de la subjetividad del fotógrafo. Uno de los grandes objetivos del documentalismo es precisamente general conciencia social; esa conciencia puede tener un carácter de denuncia, la intención de producir un cambio o una transformación. Esta ha sido tal vez la meta principal de los fotógrafos testimoniales a lo largo de la historia. Cómo género, la fotografía documental, ha sido el más prolífico en el recorrido de la fotografía desde sus comienzos y por su naturaleza, el de más impacto social y cultural; las fotografías documentales provocan impacto, condicionan conductas en algunos aspectos y hasta sostienen ideologías no por debajo de cualquier otra creación artística siendo tan legítimo como cualquier otro género dentro del arte.

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HECTOR TIZÓN

Hay lá grimas en la Puna, se fue su poeta…

El 30 de Julio de 2012 falleció en Yala el escritor, periodista, abogado y diplomático jujeño Héctor Tizón. Su obra abarca más de 20 novelas, entre las que se destacaron ―La casa y el viento‖, ―Luz de las crueles provincias‖ y ―Extraño y pálido fulgor‖. Había nacido en Yala, Jujuy, el 21 de Octubre de 1929. Su producción literaria refleja su infancia en la Puna y la vida en el interior del país. Entre 1943 y 1948 vivió en Salta dónde cursó sus estudios secundarios, trasladándose un año después a la ciudad bonaerense de La Plata. En 1953 se recibió de abogado y en 1958 comenzó su carrera diplomática en México, donde se desempeñó como agregado cultural. Allí contactó con escritores como Augusto Monterroso, Ernesto Cardenal y Juan Rulfo. En 1962 fue cónsul en Milán y en su retorno a Argentina fue Ministro de Gobierno, Justicia y Educación. El inicio de la dictadura militar en 1976 lo obligó a exiliarse en España; retornó al país en 1982. Fue afiliado al partido radical y se declaraba Irigoyenista. Su primer libro ―A un costado de los rieles‖ fue publicado en México en 1960, desde entonces se convirtió en referente de la tradición Latinoamericana. Fue distinguido con los premios Academia en 1996 y Consagración Nacional, aparte de recibir el grado de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras del Gobierno de Francia. Escritor profundo y maravilloso; con su muerte se desvanece una voz proveniente del interior de un país. Deja un legado impregnando por su fidelidad a un paisaje, a una lengua y al silencio de su Puna. Se fue el viejo Juez de Yala, con su pasado de exilio y diplomacia, que trató de evitar como escritor las luces porteñas y que se quedó finalmente en su lugar de origen, con su título de Caballero de las Artes y las Letras, debidamente francés, con una calle llevando su nombre en Palpalá, Jujuy y ocupando un lugar de honor en la nuestra Literatura Nacional.

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NueveMusas A Arrttee ssiinn ffrroonntteerraass

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Revista Cultural A単o 2012 Numero 002


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