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QUÉ SE VE EN EL HORIZONTE PARA EL VAPEO?
s alarmante saber que las campañas contra los vaporizadores llegan a grados verdaderamente es- candalosos. Durante la reciente pandemia de coro- navirus se han hecho declaraciones totalmente in- fundadas de que los vapeadores diseminan el virus, además de ser más propensos a tener complicacio - nes en caso de contagio. Estas afirmaciones carecen de cualquier tipo de sustento o demostración.
Mientras el mundo de los científicos serios busca una cura, una vacuna o medicamentos que controlen la enfermedad, otros cien- tíficos (o no científicos) hacen afirmaciones a diestra y siniestra sobre situaciones no comprobadas en torno al vapeo, tema que, además, no tiene relevancia dentro de la búsqueda de solución a la pandemia, pero de igual modo no quitan el dedo del renglón, de for- ma ya por demás absurda. Esto no es nuevo. Lo nuevo es la feroci- dad de los ataques que realizan en su incansable afán de encontrar situaciones para hablar mal del vapeo, no por buscar una mejora en la salud pública, sino, como inquisidores vehementes, de difamar en cualquier circunstancia los beneficios de adoptar tecnologías de daño disminuido y abandonar el tabaco, que a todas luces y bajo toda la evidencia científica es muy dañino para sus usuarios.
En pocas palabras, las opciones que brindan nuestras autorida - des se traducen en “deja de fumar o muere”, con lo cual se pierde de vista la oportunidad real que la tecnología nos pone enfrente. Con esto se desincentiva a los fumadores a cambiar a nuevas opciones, ya que con la información que tienen, no perciben al vapeo como una mejor alternativa.
Independientemente de la opinión de quien escribe estas líneas respecto al desastre en el manejo de la información correspondien- te a la pandemia de coronavirus por parte de la Secretaría de Salud de México, específicamente con respecto a la situación que, en el momento en que escribo, se observa en el país por la pandemia, vale la pena referir escenarios que derivarán en la política de dicha secretaría. E
N O H A Y E X P L I C A C I Ó N
A P O S T U R A S T O T A L M E N T E C E R R A D A S P A R A
U N A S C O S A S Y C O M P L E T A M E N T E
P U S I L Á N I M E S
PARA OTRAS
El mismo funcionario que ahora omite infor- mación precisa sobre la pandemia, que habla de duraciones de mínimo 3 meses (como ocurrió en China) sin decir un máximo ni adaptarlo a la rea - lidad de México; ese que ha sido tibio al proponer medidas para evitar el contagio y que aplaude las ocurrencias de nuestro señor presidente; ese cuyo nombre omito, pero a la fecha es Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secreta - ría de Salud, es el mismo que ha fungido como eje central en impedir el diálogo para buscar regula - ciones a los vaporizadores. Es, también, el mismo que busca todavía una prohibición, ignorando los criterios judiciales de respeto a los Derechos Hu - manos y el que, además, cabildea en lo oscurito, con estudios chatarra, evitando de la manera más cerrada y rapaz el debate y el diálogo y al mismo tiempo buscando imponer sus posturas de forma unilateral.
No hay explicación a posturas totalmente ce- rradas para unas cosas y completamente pusilá- nimes para otras, al menos si vemos esto como un caso aislado; pero cuando lo contrastamos con la horda mundial de desinformadores profesionales, que siguen una agenda bien determinada, la cual, además, se encuentra alejada de la verdad cientí - fica y extrañamente va en contra de los resultados de planes correctamente implementados en otros países, entonces sí tiene una explicación. Y esta explicación es seguir una tendencia ideológica, una mojigatería que busca poner la situación del tabaquismo en blanco y negro: “yo soy de los bue- nos que están en contra de cualquier vicio” contra “tú eres de los malos que consumen sustancias” y olvida de tajo toda la gama de grises que hay en medio. Es eso precisamente lo que justifica el con - cepto de reducción de daños, mismo que debe ser tomado en cuenta, reconocido y protegido por las leyes, particularmente de personas con posturas ideológicas como la que identificamos arriba.
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Por otra parte, es evidente que nos tenemos que acostum- brar a esperar esas posturas por parte de nuestras autoridades. Lo mismo ha pasado en Estados Unidos y otras partes del mun- do. La oportunidad de oro para la salud pública se esfuma, bajo intereses mezquinos y de grupo, que tristemente piensan en todo menos en lo más importante a considerar: los fumadores que morirán sin poder optar por al - ternativas de menor daño, con base en información sostenida científicamente y avalada por el gobierno, como debería ser. Mientras las historias de éxito se minimizan en los medios de co- municación, el discurso difama- torio es más buscado por la pren- sa que la información verídica.
Es necesario, entonces, acer- carnos a los expertos y ver estu- dios de científicos serios, como Farsalinos, Polosas, Sussman, Escrig, Bates, Sweanor y muchos más que buscan mostrar de ma- nera científica la inserción del va- peo en el concepto de reducción de daños. Igualmente debemos buscar el apoyo de políticos in - teresados en representar las ne- cesidades de los ciudadanos y no
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aquellos que responden a inte - reses oscuros y de grupo. Basta ver a Ricardo Delsol proponien - do un cambio de paradigma en la ley con el objeto de respetar los Derechos Humanos referidos a la reducción del daño, quien además dice estar dispuesto a dar batalla en la Cámara de Di - putados. Finalmente, apoyemos las iniciativas de nuestra comu- nidad para que las autoridades no nos desestimen y cumplan con el mandato de representa- ción que se les ha conferido.
Esperemos que la unidad entre los que estamos involu- crados en el vapeo sea tal que permita encontrar espacios donde se divulgue información confiable y basada en evidencia; que nuestras voces lleguen a los legisladores y nuestra cruza- da tenga por objeto mejorar las opciones de salud de los fuma- dores y los ahora usuarios, para que unos y otros podamos tener fácil acceso a los dispositivos y consumibles. ¡Unidos lograre- mos que nuestras voces sean escuchadas!
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