2 minute read

SERVICIO ESPECIAL «Effata»: Mujeres emigrantes

Nuevo sacerdote comboniano: José de Jesús Nieto

La familia Nieto Castro, los Misioneros Combonianos y la parroquia de San José, en Fresnillo, Zacatecas, vivieron el pasado 9 de octubre un evento muy especial con la ordenación sacerdotal del diácono comboniano José de Jesús, un evento al que asistió la familia y la comunidad entera.

Advertisement

Si deseas continuar con la lectura de este artículo, adquiere Esquila Misional en su

versión impresa CLICK

Cada día, cientos de mujeres, jóvenes, niñas y niños llegan al centro de acogida «Belén». Pero este albergue diocesano de Tapachula no es su destino. Procedentes de Honduras, El Salvador, Cuba, Nicaragua, Guatemala y Haití, tienen algo en común: quieren perseguir el «sueño americano». Tapachula, ciudad situada en el estado de Chiapas, es un lugar de tránsito. Se encuentra entre las ciudades fronterizas mexicanas más peligrosas. Vecina de Guatemala, esta pequeña ciudad es testigo del cruce diario de miles de migrantes de Centroamérica y el Caribe, así como africanos y asiáticos.

Las Misioneras Combonianas establecieron un programa de intervención en crisis llamado «Efata» en el albergue Belén, para asistir y servir a los migrantes. «Efata» es una palabra poderosa que expresa un deseo y un compromiso por la vida. Una comunidad de cuatro hermanas combonianas de Costa Rica, México e Italia, acogen y proporcionan apoyo y atención compasiva. Tres hermanas se dedican a escuchar y sanar. A través del acompañamiento

«Juntemos las manos: que todos los que aman a Jesucristo compartan el mismo deseo, las mismas metas, el mismo compromiso», san Daniel Comboni.

«Effata»: Mujeres emigrantes

espiritual y terapéutico, los migrantes se esfuerzan por integrar su trauma. Bajo el cuidado de las hermanas, ellos renuevan su esperanza, su autoestima y su valor. Otra hermana da clases para elaborar artesanías. La mayoría de niños y adultos participan con alegría en la terapia artística y desarrollan su creatividad.

La intervención se centra en dos etapas: el alojamiento de la población en albergues o campos de refugiados y la otra es la repatriación a sus países para ayudar en el proceso de reconstrucción. La primera etapa consiste en la formación de promotores de salud y líderes comunitarios. Luego, se promueven «intervenciones de crisis» directamente a las poblaciones afectadas.

La frontera mexicana está llena de lágrimas, pesadillas y sueños de quienes la cruzan a diario. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), unas 450 mil personas cruzaron la frontera de Guatemala a México en 2019 buscando asilo o pidiendo seguir su camino hacia el norte. Los jóvenes huyen de la violencia de las pandillas, mientras que otros son desplazados por la fuerza. La pobreza, la desigualdad, el malestar social y la falta de oportunidades son otros factores que hacen que las personas abandonen a sus familias y su país.

Ante la llegada de las caravanas de migrantes a la frontera sur de México en 2018, las Misioneras Combonianas participaron en la atención humanitaria. A partir de esta experiencia, las hermanas observaron que las condiciones de acogida de los migrantes en Tapachula eran escasas y limitadas. Las personas se encontraban con graves dificultades de alojamiento y alimentación. Los más vulnerables, como las madres solteras con hijos pequeños, las familias numerosas, las mujeres embarazadas, los niños y adolescentes no acompañados, las personas mayores, las personas LGBTI, los supervivientes

Pompea Cornacchia

This article is from: