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EN CLAVE DE MUJER Aliviando el sufrimiento -Última parte

(AG), votado y aprobado el mismo día de la GS (7 de diciembre de 1965) pasó –desafortunadamente– desapercibido.

2. América Latina evangelizada y evangelizadora: Del mismo título de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, «La evangelización en el presente y en el futuro de América Latina» (celebrada en Puebla, México, en 1979) comprendemos que los obispos se proponían una atenta referencia a la Evangelii nuntiandi (EN), de san Pablo VI. Desde los primeros números del Documento de Puebla (DP), nos encontramos con las afirmaciones «clave» de la EN, que sigue siendo el documento del Magisterio más citado. «Evangelizar es la misión esencial, la vocación propia, la identidad más profunda de la Iglesia, a su vez evangelizada» (EN 14). «Enviada por el Señor, ella envía a su vez a los evangelizadores a predicar, no a sí mismos o a sus ideas personales, sino, un Evangelio del que ni ellos ni ella son los dueños o propietarios absolutos para disponer de él a su gusto» (EN 15). Evangelizar no es para nadie un acto individual y aislado, sino, profundamente eclesial... un acto de la Iglesia (cf EN 60).

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Sin embargo, creo que el «salto cualitativo» dado en relación a la misión ad gentes, fue en el capítulo dos de la segunda parte del DP, «¿Qué es evangelizar?», se presenta como «universalidad», «universalismo». El Evangelio es para todos los pueblos, todos tienen derecho a recibir la Buena Nueva que Cristo trajo al mundo entero.

3. Es innegable la afirmación de que la dimensión misionera y, más específicamente ad gentes, permea completamente el Documento de Santo Domingo (1992). Ahí, el término «misión» no se entiende de manera restringida. Las situaciones de la Evangelización que el papa san Juan Pablo II había presentado en la Redemptoris missio (RM), son totalmente interdependientes. El término misión se refiere a la evangelización ad gentes. Por tanto, no puede desligarse de las situaciones pastorales o de nueva evangelización de las propias comunidades, con sus situaciones internas específicas.

Desde la RM, la misión ad gentes queda dentro del marco de la nueva evangelización, nueva en el ardor, en el método y en las expresiones. En Santo Domingo, se contempló a la Iglesia como Misterio-Comunión-Misión, y así se logró entender y evidenciar la acción evangelizadora del Espíritu Santo, como la misma RM lo había enfatizado, sobre la Iglesia, impulsándola a la misión ad gentes, a la nueva evangelización y a la actividad pastoral.

Pedimos para que, en la próxima Asamblea Eclesial, la misión ad gentes ocupe el lugar que le corresponde. De ella, repetidamente se dice y se proclama que es la actividad «paradigmática» de todo lo que se propone y programa para ser la Iglesia de Cristo. En ningún momento podemos olvidarlo: su esencia es la misión o lo que es lo mismo, su fundamental deber, el de anunciar el Evangelio hasta los últimos confines del mundo.

(Extracto)

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Nuestra Iglesia está celebrando la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe del 21 al 28 de noviembre de este año... Presento el testimonio de dos laicos de la parroquia del Espíritu Santo, en Tulancingo, Hidalgo, que nos comparten su participación en el proceso preparatorio:

Ecos para la Primera Asamblea Eclesial...

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