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EVANGELIO, IGLESIA Y SOCIEDAD Santos como nuestro Padre

de la violencia sexual, etcétera, se enfrentan a situaciones aún más precarias. Además, en Tapachula, se encuentra la estación migratoria Siglo XXI, donde miles de migrantes son detenidos.

En respuesta a la emergencia humanitaria, la apertura de la comunidad CMS en Tapachula comenzó a mediados de mayo de 2019. Desde entonces, las combonianas se han comprometido a promover los derechos humanos de los migrantes en colaboración con el albergue «Hospitalidad y Solidaridad», un espacio para refugiados y solicitantes de asilo.

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En las últimas dos décadas, el tránsito migratorio por México se ha convertido en un fenómeno crítico de movilidad humana, tanto por su magnitud como por las condiciones en las que se produce. Los fujos masivos han ganado la atención del mundo académico y de los medios de comunicación. Entender las causas, los efectos, los riesgos y la vulnerabilidad de quienes ingresan al territorio mexicano de manera irregular es crucial. Por otro lado, el tránsito «ordinario» de centroamericanos, las llamadas «caravanas» o «éxodos» que iniciaron en 2010 y continuaron en 2018, 2019 y 2020 recibieron respuestas contradictorias de las comunidades anftrionas: rechazo por unos y recepción por otros.

En 2020, el cierre por la pandemia puso en riesgo a los migrantes y solicitantes de refugio en la frontera y en los centros de detención. Atrapados, se volvieron aún más vulnerables al crimen organizado. Las fronteras se cerraron y los migrantes quedaron desatendidos, ya que los centros no les proporcionaron seguridad. Los sentimientos de incomprensión y desesperación, así como la pérdida de orientación, se convierten en un abierto desafío. Por el momento, los varados, los solicitantes de asilo y los refugiados dicen que están cambiando el «sueño americano» por el «sueño mexicano».

A través del programa de curación de mujeres, vemos que cuando ellas aligeran su «mochila», la energía fuye, y la curación se produce. Algunas llegan con una cantidad acumulada de dolor y, a veces, ni siquiera pueden respirar. A medida que procesan su dolor, su pérdida y su pena, recuperan el sentido del valor, la fuerza y el coraje. Algunas ayudan a otras que están en las primeras etapas del proceso de curación.

Queda mucho trabajo por hacer en el programa de intervención en crisis «Efata» del albergue Belén de Tapachula. Sin embargo, las Misioneras Combonianas sabemos que no estamos solas. El Espíritu de Jesús y la solidaridad de la comunidad mundial nos fortalecen para el servicio. A ti, mujer migrante, te decimos con ternura, ábrete con renovada esperanza a un mundo más humano: «Efata».

Santos como nuestro Padre

«Sean santos como su Padre celestial es Santo» (Mt 5,48). Jesús nos pide «parecernos a nuestro Padre» en nuestra manera de existir en este mundo. Pero, ¿cómo parecernos a nuestro Papá? Ciertamente, el único rostro que conocemos es el que nos muestra Jesús, de hecho, nos dice que quien lo ve a Él, ve al Padre (cf Jn 14,9).

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