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Editorial Se cumplen ya cuatro años de la actual Junta de Gobierno al frente de nuestra Cofradía. Cuatro años en los que se ha querido dar continuidad a proyectos que se iniciaron en anteriores mandatos, iniciar otros nuevos, y dedicar especial interés a la labor social y de caridad que entendemos que toda hermandad debe desempeñar.
ECCE LIGNVM CRVCIS...
Se han comenzado los trabajos de talla del trono, quedando concluidas tanto la delantera como la trasera, así como algunos elementos de ambos laterales. Este año se ha querido dar un paso más estrenando los cuatro faroles, en la fase de carpintería, que sustituirán a los hachones que hasta ahora han iluminado cada Martes Santo a nuestros Sagrados Titulares. Otro de los objetivos marcados por la actual Junta de Gobierno han sido la consolidación y engrandecimiento de los cultos en honor al Santo Cristo de Zacatecas y María Santísima del Socorro. La celebración del Solemne Quinario en el inicio de la Cuaresma y el Devoto Besapiés y Besamanos el Viernes de Dolores reúnen año tras año a un mayor número de hermanos y devotos que acuden a venerar a nuestras sagradas imágenes. Prueba de ello es el via crucis del Santo Cristo de Zacatecas cada Sábado de Pasión, que tras varios años siendo realizado en el interior del templo, actualmente se ejercita por las calles de nuestra feligresía acompañado de numerosos fieles. Era una asignatura pendiente fomentar la labor social de nuestra Cofradía, y así ha sido. Desde la Vocalía de Caridad se ha participado activamente en la puesta en marcha del Comedor Social de San Juan de Ávila siguiendo,a día de hoy, muy ligada a la coordinación y organización del mismo.
Revista informativa de la Cofradía de la Santa Vera Cruz (MONTILLA) Número 15 - Año XIV
Como se puede ver, ha sido un periodo de intenso trabajo en el que se han ido cosechando los resultados esperados, pero queda aún por delante mucho trabajo para seguir creciendo y alcanzando nuevas metas. Con la ayuda de nuestros Sagrados Titulares, que son el motor que nos impulsa a seguir creciendo como hermandad y como cristianos en nuestro día a día, seguiremos caminando para poder ver realizados todos aquellos proyectos y objetivos que se marquen de cara al futuro. EDITA Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, Hermandad del Santo Cristo de Zacatecas y Santa María del Socorro, Madre de Dios y Señora Nuestra Parroquia de Santiago Apóstol - C/ Iglesia, 6 - 14550 Montilla (Córdoba) - ESPAÑA Correo-e: veracruzdemontilla@gmail.com http://www.veracruzdemontilla.com - Dirección: Miguel Navarro Márquez - Maquetación: Francisco Arce Raya - Redacción: Antonio Luis Jiménez Barranco - Rafael Portero de la Torre - Consejo Asesor: José Félix García Jurado - Carlos Morales Fernández - Fotografía: Jaime Luque - Rafa Salido - Rafa Guijarro - Archivo Cofradía Imprime: GAVE Artes Gráficas - 14550 Montilla (Córdoba)
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Jose Félix García Jurado Párroco de Santiago y Consiliario de la Cofradía
Eco Parroquial
Ver nuestra tradición en el corazón
Don José Félix García proclamando el evangelio en una solemne celebración de la Parroquia de Santiago Apóstol.
Queridos hermanos de la Santa Vera Cruz, Santo Cristo de Zacatecas y Santa María del Socorro: Los primeros autores cristianos consideraban que el mayor pecado del mundo pagano y descreído era su insensibilidad, su dureza de corazón. Con frecuencia citaban la profecía de Ezequiel: «Os quitaré el corazón de piedra y os daré un corazón de carne» (Ez 36, 26), para explicar que convertirse a Cristo y hacerse cristiano significaba recibir un corazón de carne, un corazón sensible ante la Pasión de Jesús y el sufrimiento de los demás, en quienes Jesús sufre y padece. Las procesiones de Semana Santa, y, en concreto, la de nuestros titulares, nos mueven a ver con el corazón lo que allí se representa: vemos las imágenes sagradas y caemos en la cuenta de que todo aquello aconteció por mí: «vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí» (Gálatas 2, 20), todo para que despierte nuestro amor por el Señor y nuestra compasión por todos aquellos en los que hoy continúa la Pasión de Cristo.
Puede ayudarnos este precioso texto de san Juan de Ávila, tomado de su carta 81: «el mismo Criador nos vino a testificar su amor con el testimonio más cierto que hay; el cual no es sólo dar, porque aquello poco duele, sino darse y padecer por nosotros, lo cual es mayor señal de amor, tanta como cuánto va de su persona a los dones. Y este testimonio, para que sin duda fuese por nosotros recibido, lo firmó con su muerte, habiéndolo escrito con su sangre; y ya que no se puede por uno pasar más, por muy amado que sea, que morir por él, sepan los hombres que son amados de Cristo, pues puso por nosotros lo último que se pudo poner». San Pablo nos dice: «Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús» (Filipenses 2, 5). A lo largo de nuestra estación de penitencia somos sumergidos de lleno en una atmósfera de belleza y piedad que pretende ablandar nuestro corazón de piedra. Contemplar el Martes Santo el paso del Santo Cristo de Zacatecas, muerto en la cruz, acompañado de nuestra Madre del Socorro, como preludio del santo Triduo Pascual, despierta en nosotros aquella fe de la que brotan los sentimientos que recoge san Juan de Ávila en su Tratado del Amor de Dios: «No solamente la cruz, mas la misma figura que en ella tienes, nos llama dulcemente a amor: la cabeza tienes inclinada para darnos besos de paz, con la cual convidas a los culpados, siendo Tú el ofendido; los brazos tendidos para abrazarnos; las manos agujereadas para darnos tus bienes; el costado abierto para recibirnos en tus entrañas; los pies enclavados para esperarnos y para nunca poderte apartar de nosotros. De manera que mirándote, Señor, todo me convida al amor; el madero, la figura, el misterio, las heridas de tu cuerpo; y sobre todo el amor interior me da voces que te ame y que nunca te olvide mi corazón.»
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Ojalá nos sea concedida la gracia de contemplar con los ojos del corazón lo que representan las sagradas imágenes de nuestros Titulares, para que lleguemos a vivir de aquel mismo amor que movió a Jesucristo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo y de cada uno de nosotros. El Señor nos conceda una santa Cuaresma y la vivencia tan profunda de las celebraciones de Semana Santa, que se hagan realidad en nosotros aquellas palabras de San Juan de Ávila: «Cristo murió por mí, sea mi vida por su amor una muerte continua». Para ello, hagamos una sincera confesión de nuestros pecados y acompañémosle en la Misa de cada domingo y en los oficios de nuestra Semana Grande. Recibid la bendición de Dios sobre vosotros y vuestras familias.
Don Carlos Morales Fernández, nuevo Vicario Parroquial de Santiago Tras la marcha el pasado verano de nuestro anterior vicario parroquial el Rvdo. P. don José Luis Moreno Modelo al haber sido destinado como párroco a Fuente Obejuna, el señor obispo ha tenido a bien nombrar a un nuevo sacerdote para ocupar su cargo. Se trata del joven presbítero don Carlos Morales Fernández. Carlos, que tras haberse formado en el Seminario Conciliar de San Pelagio de Córdoba recibió el Orden Sacerdotal el 25 de junio del pasado 2016, llegó a Montilla como primer destino de su sacerdocio tomando posesión del cargo de vicario parroquialel pasado verano. Además de éste, ostenta el vicerrectorado de la Basílica de San Juan de Ávila y ejerce como capellán del Convento de Santa Clara. Nacido en la capital cordobesa en 1990, aunque con sangre granadina por parte materna, Carlos ha estado estrechamente vinculado a la Parroquia de Cristo Rey de su ciudad natal desde la niñez.
Don Carlos Morales en el momento del juramento de fidelidad a la Iglesia en su nuevo destino.
Actualmente compatibiliza su labor pastoral en Montilla con la ampliación de estudios en el Instituto de Ciencias Religiosas Beata Victoria Diez. Dicen que los primeros destinos de los curas tras su ordenación suelen ser estancias breves, en las que fraguan sus primeras experiencias en el ministerio sacerdotal. Aquí en Montilla, hemos tenido magníficos ejemplos de estos sacerdotes, que nos han dejado lo mejor de sus primeros años y a los que siempre hemos intentado corresponder arropándolos con el cariño que se merecen. Aunque desde su llegada a nuestro pueblo no ha faltado su atención hacia esta Cofradía, queremos aprovechar estas líneas para reiterarle nuestra más cordial bienvenida y para ponernos a su disposición de la misma manera que a la de nuestro párroco.
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Reflexiones
Rafael Colomer Martínez del Peral Hermano honorario de la Cofradía de la Vera Cruz Coronel de Infantería Caballero de la SOM
Vivencias en la Cofradía Penitencial de la Vera Cruz de Montilla, hermandad del Santo Cristo de Zacatecas y de Santa María del Socorro, Madre de Dios y Señora Nuestra. Hace poco más de dos años, tuve el inmenso privilegio de asumir la responsabilidad del mando del Regimiento Acorazado «Córdoba» nº 10, de sobrenombre «El Sacrificado». Un Regimiento cuya creación como Tercio data de 1566, y que hasta hoy, con sus 450 años a la espalda, puede sentirse orgulloso de las brillantes páginas escritas por sus miembros en la historia militar de España. Ni que decir tiene que ante el reto que se me avecinaba, di primero gracias a Dios Nuestro Señor por haberme hecho merced de tan alto privilegio, al tiempo que con toda la humildad, le pedía las fuerzas y el talento para estar a la altura de la responsabilidad que tenía frente a mí. No me corresponde juzgar si mi desempeño ha sido conforme a lo que la Superioridad esperaba, pero lo que sí puedo decir es que he vivido dos años insuperables en todas las esferas de mi vida, bien profesionales, bien personales, bien afectivas; en definitiva todo un compendio de experiencias y vivencias que nunca se borrarán de mi corazón. No todas felices, he decirlo, algunas muy amargas y dolorosas, pero la mayoría excelsas, y todas con gran trascendencia para mí. Entre las numerosísimas vivencias que he tenido, hay una que me sorprendió de principio a fin, y que aunque tuvo dos momentos culminantes, las dos estaciones penitenciales en las que tuve el honor de participar, fue un sentimiento que me acompañó sin interrupción desde el primer contacto que tuve con la Cofradía de la Vera Cruz de Montilla.
Presidencia de la procesión de 2015, en la que aparece a la derecha del hermano mayor el coronel Rafael Colomer y el Teniente coronel Rafael Salas.
Todo comenzó una mañana en la que mi Secretario y mi Suboficial Mayor, D. Rafael Villalba y D. Antonio Granado me comunicaron que estaba invitado a una ceremonia religiosa en Montilla en la que se me impondría la medalla de la Cofradía con la que el Regimiento que mandaba estaba hermanado. He de decir que me sorprendió, pues en mi ciudad natal, Zaragoza, si bien hay una antiquísima tradición de la Semana Santa, yo no había visto ni oído este tipo de relación de la milicia con la devoción Pascual. Pero como cristiano y católico que soy, y considerándome hombre de profunda fe y bendecido por Dios todos los días de mi vida, la ocasión me pareció inmejorable. Estaba seguro de que sería cuando menos interesante.
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Desde el primer momento me di cuenta de que estaba rodeado de un grupo de personas de extraordinaria calidad humana, impregnadas de fe y de misericordia cristiana. Allí estaba la Sra. Condesa de PradoCastellano, Miguel Navarro, Antonio Luis Jiménez, Rafael Portero, María Gallo, Inmaculada Barranco, Juan San Miguel, Antonio Hidalgo, y un largo etcétera de hermanos y cofrades. Todo maravilloso y en un ambiente excelente. Nos obsequiaron con un excelente aperitivo-almuerzo, y así regresamos a nuestro punto de partida, la inigualable Córdoba, con la certeza de que con Montilla había nacido una ligazón perpetua. Mis circunstancias particulares me hicieron volver en muchas ocasiones a Montilla, con ocasión de conferencias, exposiciones, juras de Bandera, y un largo etcétera, y en todas ellas tuve siempre a alguien de nuestra cofradía saludándome y ofreciéndose por si pudiese necesitar algo; siempre atentos, siempre con señorío, sin jamás molestar ni importunar, con auténtico sentido de Hermandad.
El trono de nuestros Sagrados Titulares a su paso por el paseo de Cervantes, acompañado por la música de la Brigada «Guzmán el Bueno» X, de Cerro Muriano.
Pero nada superó las vivencias de las dos estaciones penitenciales del Martes Santo en las que tuve el honor de participar. Ya con unos días de antelación comenzaban los preparativos, pues la participación del Regimiento Córdoba en la procesión era algo más que la participación personal de su Jefe.
¡Y vaya si lo fue! El cariñosísimo recibimiento, la deferencia para conmigo y mis acompañantes (mi Jefe del Batallón de Infantería de Carros de Combate D. Rafael Salas, que también era neófito en la Cofradía, junto con mi Secretario y Suboficial Mayor antes citados), presagiaban un encuentro singular.
La Brigada de Infantería Guzmán el Bueno X aportaba su magnífica Banda de Guerra, auténtica protagonista musical del acontecimiento, que realiza todas sus actuaciones con una marcialidad, virtuosidad y entrega encomiables.
Pero no bastando esto, el padre consiliario nos obsequió con una excelsa Eucaristía y una más que adecuada homilía. E inmediatamente después, en el atrio de la misma iglesia de Santiago, ya con la ceremonia terminada, tuve esa primera impresión personal que sabes que no es equivocada.
Después la Escuadra de Gastadores del Regimiento, con sus característicos elementos diferenciadores a la espalda, y por último el conjunto de todos los guiones y banderines de la Unidad. Toda una representación militar que implica: la selección de los voluntarios a participar (que son muchos más que
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los que pueden ir), horas de ensayo, de preparación, de limpieza de correajes de cuero, de bruñido de botones, hebillas e instrumentos, de planchado de camisas y uniformes; todo para estar a la altura de los Sagrados Titulares de la Cofradía, de nuestros hermanos penitentes, y de los ciudadanos de Montilla que se aprestan a ver los pasos, y que siguen el recorrido con emoción, muchos de ellos yendo de una calle a otra para La Bandera Coronela de Regimiento «Córdoba» antecede en el cortejo a la presidencia de presenciarlo varias veces. religiosa, civil y militar que acompaña cada Martes Santo al calvario de la Vera Cruz.
Con la solemnidad que la ocasión requiere, puntualmente comenzaba la procesión, y pronto se hacía un silencio absoluto para sentir una voz desgarrada en una saeta a Nuestra Señora. Voz de súplica, de agradecimiento, de fe, de esperanza, y de perdón por tantas faltas cometidas.
Casi sin enterarnos, después de haber sentido una mezcla de delirio, éxtasis, recogimiento, fe, arrepentimiento y esperanza de redención, volvíamos a subir hacia la iglesia de Santiago para depositar a nuestros Sagrados Titulares, de nuevo con toda la solemnidad que el acto requiere.
Y nuevamente la música, el paso lento, la reflexión, la oración íntima, los niños mirando con asombro a los gastadores que realizan marcialmente sus movimientos y observando sus galones y sus galas. Todo ello en un ambiente mágico que se crea en la ciudad de Montilla.
Y al finalizar y descubrirse los rostros de los penitentes, solo se podía observar caras de íntima satisfacción, gozo, alegría por haber cumplido con la tradición, pena por terminarse el día grande de la Hermandad, y esperanza por pensar ya en el año que viene.
Nada importaba ni el frío ni el viento que suele acompañar a la estación penitencial. Ahí está el Cristo de Zacatecas para recordarnos nuestra fe, la entrega de su vida por nosotros y su promesa salvífica.
Así, sencillas y trascendentes fueron para mí las dos estaciones penitenciales en las que participé en los años 2015 y 2016. Hermosas, acogedoras, entrañables, y llenas de fe compartida con los que ya son mis Hermanos en el Cristo de Zacatecas y en Nuestra Señora del Socorro para siempre. Les deseo a todos ellos muchas celebraciones como aquéllas, y quiera Dios que en el futuro pueda volver a participar en alguna más. Viva Montilla y Viva la Hermandad del Cristo de Zacatecas.
Y su Madre, Nuestra Señora del Socorro, para interceder por nosotros ante su Hijo, haciéndonos con su dolor más hombre si cabe al Hijo de Dios cuyo sacrificio recordamos en ese Martes de la Semana Santa como cada año.
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Caridad Nuestra Historia
María José Priego López
El voluntariado en el Comedor Social "San Juan de Ávila" Después de un año de su apertura, el Comedor Social «San Juan de Ávila» sigue siendo un reto cada día, el reto de todos y cada uno de los voluntarios que acudimos, una aspiración que poco a poco vemos cumplida cada día al conseguir ofrecer un plato de comida caliente a todas aquellas personas que le faltan los medios suficientes. Su sonrisa es nuestra mejor recompensa, cuando reciben un plato de comida reconfortante, ya sean días de frío invierno o de calor insoportable. Aún recuerdo mi primer día, cuando crucé la puerta y el patio hasta llegar a la cocina, había numerosos voluntarios, de los cuales algunos de ellos por distintas causas ya no nos acompañan. Éramos extraños casi todos, creo que muy pocos nos conocíamos, y a día de hoy el grupo se parece más una gran familia unida que trabaja como tal por una gran causa. Lo recuerdo, aquel primer día todo eran nervios, incertidumbre, no sabíamos cuantos usuarios se acercarían hasta las instalaciones del comedor, si la comida sería o no de su agrado, pero al final –a pesar de todo– fue un éxito. Hoy vemos y recordamos aquellos días ya lejanos, porque poco a poco todo va funcionando mejor, mucho mejor, vamos controlando cantidades, tiempos, todo es más rápido y cada uno sabemos cuál es nuestra misión, nuestro lugar, nuestro espacio. Eso sí, bajo la supervisión de la Hermana Manoli, «La Hermana» como todos la llamamos cariñosamente, ya que sin ella el desarrollo de este proyecto no hubiera sido tan llevadero como lo está siendo. Ella es la artífice de que un grupo de voluntarios que apenas nos conocíamos se haya convertido en una gran familia, en la que si uno llora todos lloramos y si uno ríe todos reímos, que por suerte esto último es lo que más y mejor hacemos. Y ¿qué decir de nuestros usuarios?, ¿qué decir de esas miradas, esos gestos, al ver un plato lleno? De esos ojos brillantes y de esas expresiones: –Um... Hermana esto está buenísimo. Y, entonces, nosotros vemos compensado el esfuerzo diario, pues una frase espontánea de un usuario contento es el mayor premio que hay para un voluntario.
Las instalaciones, cuentan con el apoyo de voluntarios y colaboradores del Centro Diocesano San Juan de Ávila.
Esos usuarios que, sin quererlo, también nos han hecho partícipes de su día a día, de sus problemas – que no son pocos–, y de sus alegrías (que ojalá se multipliquen), pues todas las experiencias vividas entre los compañeros de cocina y aquellos que asisten al comedor a mí, personalmente, me ha hecho crecer mucho como persona, pues con lo poco que la sociedad actual da cada día yo puedo afirmar lo mucho que se recibe en una experiencia social de esta importancia. Por ello, me gustaría aprovechar la oportunidad que nos ofrece esta revista para animar a todo aquel que, después de leer este testimonio, quiera conocer de cerca nuestra labor y formar parte de la gran familia que constituimos los voluntarios del comedor social. Bueno, aquí os he dejado las impresiones de un año en mi día a día como voluntaria del Comedor Social. Ahora sólo me queda agradecer a esas personas anónimas por sus aportaciones económicas o con alimentos, a colegios con sus recogidas, al Banco de Alimentos, a empresas, asociaciones y demás colectivos y entidades, pues sin ellos no podríamos llevar a cabo esta necesaria labor. Agradecer también, como he dicho antes, a la Hermana Manoli, a los sacerdotes José Félix y Carlos, rector y vicerrector de la Basílica San Juan de Ávila. Y para terminar, quisiera tener un recuerdo muy especial para José Luis Moreno, ese sacerdote que tanto echamos de menos, a quien le deseamos lo mejor en su actual destino. Y, cómo no, agradecer a nuestros Titulares, la oportunidad que me han dado de formar parte de este gran proyecto.
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In memorian
Miguel Ángel de Cárdenas, "un corazón abierto" El pasado 6 de febrero nos dejaba a los 83 años de edad el Excmo. Sr. Don Miguel Ángel de Cárdenas y Osuna esposo de María del Carmen JiménezAlfaro y Salas, padrinos de la imagen de nuestra cotitular la Santísima Virgen del Socorro. Pronto, las redes y medios de comunicación se hicieron eco de la triste noticia, dado que Miguel Ángel de Cárdenas era un afamado ganadero de cría caballar de Pura Raza Española. Con ejemplares de su ganadería logró numerosos premios Los Sres. Condes de Prado Castellano en el transcurso de una Función internacionales en la modalidad de Principal de Regla de la cofradía. Doma Clásica, aunque su nombre quedará siempre grabado e inmortalizado junto a culturales en las que siempre estuvo acompañado de «Fuego de Cárdenas», caballo con el que participó su esposa, la Sra. Condesa de Prado Castellano. en las Olimpiadas de Pekín (2008) y Londres (2012), Como fruto de su filantrópica labor, fue distinguido donde obtuvo éxitos sin precedentes para la hípica por el Ayuntamiento de Écija con el título de Hijo Predilecto de la ciudad, y nombrado Académico de española. Honor por la Real Academia «Luis Vélez de Pero Miguel Ángel no sólo fue un ganadero de Guevara»; amén de otros tantos reconocimientos y prestigio, quienes tuvimos la suerte de conocerle homenajes. sabemos que era un enamorado y un gran mecenas de su tierra natal, que colaboró en innumerables Todo un caballero que quiso despedirse como tal, proyectos de difusión y restauración de su valioso con el hábito de San Juan de Jerusalén, cruzadas sobre patrimonio artístico y cultural, tal vez el último su cuerpo exánime ambas manos, que parecían abrazar por última y eterna vez la cruz de ocho puntas evergeta astigitano. de la cristiana orden de la hospitalidad. Y decimos esto porque existe otra faceta menos conocida de la vida de Miguel Ángel como fue su Sus restos mortales yacen en la cripta de la parroquia labor de Caballero hospitalario de la Orden de Malta, de Santiago el Mayor de Écija, templo donde tuvo espíritu solidario que le llevó a preocuparse por los lugar la misa funeral presidida por el Arzobispo de Sevilla, quien dijo de él –entre otras certezas– que más desfavorecidos de la sociedad que le rodeaba. fue «un corazón abierto a Dios y a la Caridad». A cuantos llamaron a las puertas de su corazón les procuró las necesidades básicas para vivir A los hermanos de la Vera Cruz montillana, fijada dignamente, prueba de ello es el economato social nuestra retina en el Santo Cristo de Zacatecas, sólo «Virgen del Valle» de Écija, del que fue su nos queda recordar los versos del antiguo responso patrocinador, o su implicación personal en la apertura y elevar una oración por su alma: «Concédele, oh del comedor social «San Juan de Acre», que la Orden Señor, el descanso eterno, y brille para él la luz de Malta gestiona en Sevilla. Obras sociales y perpetua. Descanse en Paz».
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noticias Cambios en el itinerario del Martes Santo y nueva propuesta para el Vía Crucis Un año más la Cofradía de la Vera Cruz se ha visto obligada a realizar cambios en su recorrido procesional. Si la pasada Semana Santa de 2016 la principal novedad era el paso por la Parroquia y calle de San Sebastián, algo que afrontábamos con ilusión ya que tras nuestra reorganización nunca se había pasado por estas calles, una vez analizada la experiencia se ha optado por no repetir este itinerario. Aunque ya se había comprobado previamente que el trono de nuestros Sagrados Titulares podía pasar por estas calles, la dificultad que presentó el giro en la puerta de la Parroquia de San Sebastián y a continuación la estrechez de la calle homónima complicaron el paso de nuestra Cofradía. A ello hubo que sumarle el problema que supone la acumulación de personas en zonas estrechas por las que apenas cabía el paso, y el eterno problema del cableado eléctrico que cruza una y otra vez nuestras calles sin el más mínimo criterio estético. Por este motivo se ha optado por la alternativa de volver al itinerario de 2015. Así pues, una vez que el cortejo procesional salga del Paseo de Cervantes, continuará por las calles Coto, Pozo Dulce y subida de la Enfermería, siguiendo a partir de ese momento el recorrido habitual de vuelta hasta la Parroquia de Santiago.
El Santo Cristo de Zacatecas y María Santísima del Socorro recorren el Paseo de Cervantes, punto habitual en el recorrido de la salida procesional.
de coordinación que como novedad llevó a cabo la Agrupación Cofradías en la calle. De esta manera se nos facilitó la organización y el orden a las tres Aunque si cabe destacar un dato positivo del pasado hermandades que realizamos nuestra salida año en lo que respecta al recorrido ese sería la labor procesional la tarde del Martes Santo.
Instantes posteriores a la salida del trono del interior de la Parroquia de Santiago Apóstol.
En cuanto al Vía Crucis con la imagen del Santo Cristo de Zacatecas que habitualmente se realiza por calles del barrio de la Escuchuela, también presenta novedades en su itinerario. Este año, tras recorrer el primer tramo de la calle Escuchuela, la Puerta del Sol y Lorenzo Venegas, como venía siendo habitual, continuará su trayecto por Gran Capitán en dirección a Capitán Alonso de Vargas y regresará a la Parroquia por las calles San Juan de Ávila, Plaza de la Rosa, Arcipreste Fernández Casado e Iglesia. Una vez dentro del templo se procederá a la entronización de la imagen del Cristo de Zacatecas sobre su paso procesional.
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noticias Jaime Luque, la imagen y la palabra La Agrupación de Cofradías ha otorgado a Jaime Luque Luque la distinción de V Cofrade Ejemplar, a la que se ha adherido la cofradía de la Santa Vera Cruz desde primera hora. Según el comunicado oficial emitido por la Agrupación, al galardonado «le avala su amor incondicional por Montilla por sus tradiciones y, cómo no, por su Semana Santa». A lo que añade: «Es de resaltar que no hay Hermandad y Cofradía de nuestra ciudad que no haya tenido relación con Jaime y, lo más importante, no encontramos entidad vinculada al mundo cofrade montillano a la que Jaime no haya atendido siempre con interés, respeto y compromiso.»
paisaje de piedra, ladrillo y bronce que ofrece la torre y portada de la Parroquia de Santiago, nuestra casa.
La Vera Cruz puede dar fe de ello, pues desde los inicios del proceso de reorganización, allá por el año 2001, Jaime Luque ha colaborado incansablemente con la cofradía.
La fotografía de Jaime no deja de ser una expresión poética, una salva tras el objetivo, un homenaje a lo efímero, a lo pasajero, una saeta de pasión que busca sin desmayo el alma de la Semana Santa.
En su faceta de fotógrafo podemos ver su rúbrica en la mayoría de las estampas, los carteles anunciadores de actos y cultos, además de las portadas e ilustraciones de esta revista.
Pero Jaime Luque no es sólo un lírico de la imagen, porque al igual que a la pálida luz de un anochecer le descubre una escena tenebrista, a todo aquello que le despierta devoción, belleza y armonía no duda en obsequiarle con un ramillete de estrofas donde su agudeza poética dibuja –a base de métrica, cadencia y rima– una estampa costumbrista sobre la piel de la tradición.
Sin olvidar la gran labor de restauración de fotografías antiguas que desarrolló para la publicación del libro Memoria de la Semana Santa. Montilla 1900-1965, editado por la cofradía en 2006; al igual que en la serie de carpetas de Montilla en el recuerdo, que vieron la luz entre los años 2005 y 2007. Aunque merece especial mención la hechura del cartel de Semana Santa de 2013, en que por vez primera nuestros Sagrados Titulares fueron la imagen oficial de la Semana Mayor. En perfecto maridaje de arte y maestría, Jaime resolvió admirablemente la misión de captar el nocturno pasmo del Martes Santo. El calvario de la Vera Cruz iniciaba su periplo penitencial a la luz de la creciente luna de Nisán en un escenario histórico incomparable, la calle Iglesia, encerrada en su original
Jaime Luque recitó por vez primera su poema al Cristo de Zacatecas en la Fiesta de Regla del año 2007.
Nuestros Sagrados Titulares saben bien de sus dotes literarias. Sólo basta recordar aquel original Prefacio de Pasión, donde Jaime volvió a recitar sus mejores poemas cofrades sobre las tablas del teatro Garnelo, hace ya una década. Y allí, entre las románticas notas del piano y las sublimes cuerdas del violín, la voz grave y pausada del poeta deleitaba los sentidos al entonar su poema dedicado al Santo Cristo de Zacatecas… unos versos que incluimos en las páginas siguientes a modo de homenaje a su autor, de quien esperamos fecundas creaciones en los territorios artísticos de la imagen y la palabra.
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Poética
¡Ay las llagas de tu frente y las llagas de tus manos y las de tu espalda abierta y en tus pies las de ese clavo…! …y esa llaga que es, el verte con tu dolorosa muerte, de injusticia coronado. Llagas de Pasión vivida… y ecos de dolor pasado que atormentan mis adentros con sus silencios gritando.
De carne de caña azteca… Señor de la Vera Cruz y Cristo de Zacatecas.
¡Ay Señor de Zacatecas! ¡Modelo de Cristo Indiano! ¡Qué verdadera tu cruz y que cierto tu calvario!... ¡Y qué imponente tu estampa la noche del Martes Santo!
El Divino navegante y El Dios del perfil extraño, al que olvidaron los tiempos y al que empolvaron los años.
Piropo a la muerte viva, poema en caña tallado por una luna encendida con brillo de candelabro.
Cuatro siglos de misterio gritan desde tu retablo, con un crujir de maderas y un clamor de ecos amargos, que le ponen voz al tiempo y al silencio de tus labios.
Verde, pero verde serio y negro de catafalco, para ti que eres pionero de los cristos montillanos.
ZACATECAS
Cuatro siglos, por la luz de la sombra maltratado, cansado, Cristo Jesús, de tanta cruz y olvidado… roto de vida y maltrecho ensangrentándote el pecho la llaga de tu costado.
Espejo de Cofradías y en Montilla, gloria azteca, hasta el final de sus días, tú serás: El Zacatecas. El Divino Navegante, El Dios del perfil extraño… …y ese que lleva en silencio más de cuatrocientos años. Jaime Luque.
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noticias La Cofradía celebra los cultos en honor al Santo Cristo de Zacatecas y María Santísima del Socorro Como es costumbre en nuestra Cofradía, el Miércoles de Ceniza se iniciaron los cultos en honor a nuestros sagrados titulares el Santo Cristo de Zacateca y María Santísima del Socorro, en la Parroquia de Santiago Apóstol. Ante las sagradas imágenes, que para tal ocasión presidían el altar mayor de dicho templo, D. José Félix García, consiliario de nuestra Cofradía, y D. Carlos Morales, vicario parroquial, nos ayudaron a acercarnos a la cruz de Cristo junto a su Madre, para comprender la grandeza de aquel hombre que dio su vida por salvar la nuestra, contribuyendo así a abrir nuestro corazón a Dios, algo tan necesario en este periodo litúrgico de Cuaresma en el que nos debemos preparar para la Resurrección de Jesucristo.
vicerrector de la Basílica Pontificia de San Juan de Ávila. Al finalizar la eucaristía, el hermano mayor dirigió unas palabras de agradecimiento a todos los participantes de dicha celebración, aprovechando la ocasión para invitarlos a los actos cultuales y culturales que tienen lugar desde el inicio de la Cuaresma hasta el Martes Santo, día grande de nuestra Cofradía en el que podremos ver un año más a nuestros Sagrados Titulares por las calles de nuestra ciudad.
La función principal de Regla, celebrada como marcan nuestros estatutos el primer Domingo de Cuaresma, y a la que acudieron numerosos hermanos y devotos, contó con la participación del Coro de Santiago, que con sus cantos ayudó a solemnizar y crear el ambiente necesario para la oración. Este año se ha querido tener un recuerdo especial y de agradecimiento hacia D. Miguel Ángel de Cárdenas Osuna, conde de Prado Castellano, por quien se ofreció dicha eucaristía, ya que desde su devoción y fiel compromiso cristiano colaboró no sólo apadrinando la imagen de nuestra titular María Santísima del Socorro, sino también colaboró activamente conla Parroquia de Santiago Apóstol, sede canónica de nuestra Cofradía. Durante el transcurso de la misma, se impusieron las medallas que la Cofradía concede en reconocimiento y agradecimiento a la labor prestada, y que fueron aprobadas en Cabildo de oficiales el pasado día 8 de febrero. Tal distinción ha recaído este año en el Ilmo. Sr. D. Álvaro CapellaVicent, Coronel Jefe del Regimiento Acorazado «Córdoba» número 10, D. Manuel Ruz Feria, Exaltador de las Siete Palabras, y D. Carlos Morales Fernández, vicario parroquial de Santiago y
D. José Félix García en un momento de la celebración eucarística ante el altar de cultos de nuestros sagrados titulares.
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noticias Nueva ubicación y reforma del dosel de Nuestros Titulares
Altar Mayor de la Parroquia de Santiago Apóstol, dónde este año han sido ubicadas las imágenes de nuestros sagrados titulares, el Santo Cristo de Zacatecas y María Santísima del Socorro, para la celebración de los cultos en su honor.
El cambio en la fecha de los cultos, pasando de ser cinco días consecutivos a extenderse a lo largo de tres semanas, y la propuesta de nuestro párroco para que la imagen del Santo Cristo de Zacatecas continúe presidiendo la Parroquia de Santiago durante el resto de la Cuaresma, hicieron que en fechas previas se plantease el problema de la ubicación del altar de cultos. El dosel que lo enmarca está formado por una estructura metálica de algo más de cuatro metros de altura, de la que cuelga una cortina de terciopelo negro, y a cuya base se fija la Cruz del Cristo de Zacatecas para poder ser expuesta en pie. Pero pese a la estabilidad de la estructura, que se sostiene por sí sola, no dejaba de suponer un riesgo su ubicación ante la escalinata del presbiterio y el púlpito derecho, ya que es una zona de tránsito habitual en el templo y tanto las imágenes como la estructura quedaban a fácil alcance ante cualquier imprevisto. Por este motivo se ha optado por dar una nueva ubicación al dosel en un lugar más reservado, en que
no corra riesgos al permanecer durante más tiempo expuesto, y que a su vez sea un emplazamiento más digno para que la imagen de Cristo Crucificado presida el templo en Cuaresma. Esta nueva ubicación está en la capilla mayor del templo, justo delante del templete recientemente reconstruido que separa el presbiterio del coro, evocando así la antigua imagen en la que el Cristo de Zacatecas aparece en ese mismo lugar durante la Cuaresma de 1914. Para colocar el dosel en este emplazamiento ha sido necesario reformarlo incrementado su altura, ya que era conveniente que las imágenes no quedasen parcialmente ocultas por el altar y por los celebrantes. Esta reforma, que ha sido llevada a cabo por nuestro hermano José Manuel Aguilar Sánchez, ha consistido en el añadido una mesa de algo más de un metro de altura a la base de la estructura. De esta manera el conjunto no sólo gana en vistosidad por su mayor altura, sino que también lo hace en estabilidad por las proporciones de su nueva base.
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noticias El trono de nuestros Titulares estrena faroles Cuando el próximo Martes Santo salga a la calle el paso de nuestros Titulares, quienes contemplen la ya icónica silueta de las imágenes del Cristo de Zacatecas y Santa María del Socorro se percatarán de una novedad, los nuevos faroles que lucirá el paso en sus esquinas. Se consigue así una reivindicación de los devotos de nuestros titulares, que desde hace años venían advirtiendo que la iluminación que daban los hachones provisionales del paso era insuficiente para las imágenes. Como muchos recordarán, el primer año que nuestra Cofradía procesionó tras su reorganización, el paso, cuya fase de carpintería aún se encontraba inconclusa, ya lució unos los faroles que en aquella ocasión nos prestó la Hermandad de la Caridad de Aguilar de la Frontera. En 2008, una vez concluida la carpintería del paso, y ante la imposibilidad económica de ejecutar los faroles que comprendía el proyecto original, se optó por dotarlo sólo de sus soportes torneados que provisionalmente podrían servir como base para la cera cuatro hachones. Y es de esta manera como nos hemos acostumbrado a ver el conjunto del paso a lo largo de casi una década. Este año, si no surge ningún inconveniente de última hora, se estrenarán por fin los cuatro faroles en su fase de carpintería, y así podremos contemplar al Cristo de Zacatecas y a Santa María del Socorro con una iluminación más digna durante la noche del Martes Santo.
Detalle del retablo del Sagrario de la Parroquia de Santiago, en el que está basado el diseño de los faroles.
El diseño de éstos, siguiendo la línea del resto del trono, está basado en el antiguo sagrario de la Parroquia de Santiago. Este retablo, obra de Lope de Medina Chirinos del primer tercio del siglo XVII, se ubicó originalmente en la capilla que hoy ocupa el Cristo de Zacatecas, hasta su traslado en 1929 a la actual capilla del Sagrario de nuestra Parroquia. Así en los faroles podemos apreciar cómo se toman detalles de sus capillitas laterales, o cómo se emplea como basamento para la nueva pieza un gallonado similar al de la cúpula que remata el retablo en su parte superior.
Imagen del boceto de los nuevos faroles de trono.
En próximos años esperamos poder ver concluida la ejecución de estos faroles con las fases de talla y barnizado, pero de momento, esta Semana Santa, nos quedamos con la nueva iluminación que proporcionaran a nuestros Titulares.
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noticias D. Manuel Ruz Feria, exaltador de las Siete Palabras La noche del pasado viernes 17 de marzo, y como colofón al Solemne Quinario a nuestros Sagrados Titulares, la Parroquia de Santiago Apóstol volvió a llenarse de fieles y devotos para asistir a la Exaltación de las Siete Palabras. Un año más nuestra Cofradía ha organizado este acto en el que, sacando de la liturgia propia de la Semana Santa el antiguo «Sermón de las Siete Palabras» que era exhortado por un predicador cada Viernes Santo en el púlpito de la Parroquia de Santiago, se intentan buscar nuevas reflexiones y puntos de vista sobre los siete testimonios orales que según los Evangelios pronunció Cristo estando ya clavado en la Cruz. En esta Cuaresma de 2017 la Exaltación ha estado a cargo de un montillano por todos conocido, Manuel Ruz Feria.
En esta breve noticia sería imposible hacer ni siquiera un resumen de los numerosos proyectos en los que ha estado implicado o de las responsabilidades que ha asumido nuestro exaltador. Pero para referirnos a él, tal como lo definió su presentador y amigo José María Portero Castellano, habría que hablar de este maestro como una persona profundamente comprometida con su fe, con su pueblo y con los más necesitados. Así pues, con su magnífico don de palabra y con su humanísima sensibilidad, Manuel Ruz fue deteniéndose a lo largo de su intervención en cada una de la exclamaciones realizadas por Cristo, y haciéndonos partícipes a cada uno de los presentes de la actualidad que estos mensajes siguen teniendo en el mundo de hoy en día. El exaltador, que introdujo cada una de las Siete Palabras con unos instantes musicales de autores como Mozart o Bach, supo combinar en cada una de ellas la prosa con la poesía, dejándonos, además de profundas reflexiones, una serie de poemas de bellísima sencillez dignos de ser publicados. Tampoco faltaron alusiones a citas de personajes contemporáneos, como Benedicto XVI, la Madre Teresa de Calcuta o el Cardenal Amigo, con el que el exaltador mantiene amistad desde hace años. Antes de finalizar el acto, la Cofradía quiso hacer público su agradecimiento a Manuel Ruz, haciéndole entrega de un cuadro con la imagen del Santo Cristo de Zacatecas y María Santísima del Socorro, obra de Jaime Luque. La intervención concluyó con una salutación al Santo Cristo de Zacatecas y a Santa María del Socorro por parte de D. José Félix García Jurado, Párroco de Santiago y consiliarios de nuestra Cofradía. Al finalizar el acto el Hermano Mayor hizo entrega al Exaltador de un cuadro de nuestros Sagrados Titulares, obra de Jaime Luque.
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La Cofradia Penitencial de La Santa Vera Cruz Devota Hermandad del Santo Cristo de Zacatecas y Santa Maria del Socorro Madre de Dios y Señora Nuestra Dedica a sus Amantísimos Titulares el próximo 7 de abril, Viernes de Dolores, a partir de las 20:00 horas, en su sede canónica y Parroquia Mayor de Santiago Apóstol,
Devoto Besapiés y Besamanos Sábado de Pasión, 8 de abril a las 20:30 horas,
Solemne Vía Crucis de Traslado y Entronización del Señor Crucificado de Zacatecas por las calles del Barrio de la Feligresía.
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La Cofradia de La Santa Vera Cruz canónicamente establecida en la
Parroquia Mayor de Santiago Apóstol en cumplimiento del Artículo IV.1.b. de su Estatuto y Regla realizará el próximo día 11 de abril, Martes Santo
Estación de Penitencia acompañando a sus Sagrados Titulares
Santo Cristo de Zacatecas y Santa María del Socorro Madre de Dios y Señora Nuestra
Dará comienzo a las 20:30 horas y tomará el siguiente itinerario: Iglesia, Gran Capitán, Llano de Palacio, Paseo de Cervantes, Coto, Pozo Dulce, Enfermería, Santa Ana, Plazuela de la Inmaculada, Corredera, Plaza de la Rosa, Arcipreste Fernández Casado e Iglesia, concluyendo a las 00:30 horas en el templo parroquial de Santiago.
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noticias Nue vas ffec ec has par a el Quinario Nuev echas para fijaron en los cinco primeros días de cuaresma, comenzando el Miércoles de Ceniza y concluyendo el primer Domingo con la Fiesta de Regla. Los nuevos días del quinario pasan a ser el miércoles de ceniza, los tres primeros viernes de cuaresma y el primer domingo, en el que se mantiene la función principal de regla. Así mismo, por petición expresa de nuestro consiliario y párroco, la imagen del Santo Cristo de Zacatecas presidirá el presbiterio de la Parroquia de Santiago durante toda la cuaresma, al igual que la de Cristo Resucitado lo hará en el tiempo de pascua. Es por ello que, para evitar los problemas y riesgos que presentaba el dosel que habitualmente se instalaba ante el presbiterio durante el Quinario, se ha optado por una nueva ubicación tras el altar mayor, justo delante del templete central.
Santo Cristo de Zacatecas.
La Cuaresma del presente año 2017 ha traído como novedad, en lo que a los cultos se refiere, el cambio en las fechas de celebración del Quinario a nuestros titulares. Aconsejados por nuestro consiliario, que nos advirtió meses atrás de las complicaciones que conllevaban las anteriores fechas, se han venido barajando varias opciones de cambio. Para ello se ha tenido en cuenta, tanto el horario de misas de la Parroquia y Basílica, como la disposición de sus sacerdotes, y se ha procurado fijar unos días que resulten lo más cómodos posibles para los fieles de nuestra Cofradía. De este modo se abandona el modelo adoptado desde los años previos a la reorganización de la Vera Cruz montillana, cuando se recuperaron los cultos al Santo Cristo de Zacatecas y Santa María del Socorro con el Solemne Quinario, cuyas fechas se
María Santísima del Socorro.
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noticias Realizadas las obras de mejora en el edificio de la calle La Yedr a edra Apenas dos años después de que concluyese la última gran intervención de restauración de nuestro templo parroquial, de nuevo han sido precisas unas obras de mejora con cierta urgencia. En este caso no han afectado a espacios de interés histórico-artístico del antiguo edificio, sino a otras dependencias que aunque carecen de valor monumental no dejan de ser de capital importancia en la vida pastoral de nuestra Parroquia. Se trata de los salones parroquiales destinados a catequesis, que se encuentran en la casa adyacente a la torre. Este edificio, que se dispone formando esquina en el tramo superior de la calle de la Yedra, consta de un cuerpo principal de dos plantas con cubierta a dos aguas de teja al que se le adosa por la parte trasera otro cuerpo solo de planta baja. Sus estancias inferiores se usan principalmente como almacén, mientras que las superiores, tras haber servido durante un tiempo como vivienda a distintos sacerdotes, se venían usando en los últimos años para reuniones de grupos parroquiales, especialmente catequesis de niños de Primera Comunión. Hace un par de años que, debido al aparente deterioro que presentaba el suelo de la planta alta, se decidió trasladar sus actividades a otras dependencias. Y tras su inspección el personal técnico informó de los importantes daños estructurales que sufría el forjado del piso y de la necesidad de intervenir lo antes posible. La obra ha consistido por tanto en el refuerzo de dicho forjado, y gracias a ella se han podido poner de nuevo en valor estas instalaciones.
Aspecto que presentaba la calle Iglesia en 1948, donde se aprecia que el edificio anexo a la torre aún estaba en obras.
La inter vención no ha estado exenta de contratiempos, ya que al encontrarse este inmueble incluido en el entorno de protección que comprende la declaración como Bien de Interés Cultural de la Parroquia de Santiago, ha tenido que superar los trámites burocráticos pertinentes, prolongándose el final de las obras algo más del tiempo esperado.
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El 21 de febrero de 1946 el párroco y arcipreste Luis Fernández Casado obtenía licencia del obispado de Córdoba para iniciar la edificación del inmueble, que estará dirigida por el maestro de obras Marcelo Raya Córdoba, la cual se prolongará hasta mediados de 1948. El perímetro exterior del citado solar estaba protegido por una cerca de mampostería, la cual, podría tener unos tres metros de altura aproximadamente, y se accedía al mismo a través de una reja de hierro forjado, que después será reutilizada y colocada en el monumento al Corazón de Jesús, también de propiedad parroquial, cuya construcción fue llevada a cabo por el mismo maestro de obras entre 1943 y 1945. Ante la necesidad de erigir un centro escolar, el párroco Fernández Casado optó por utilizar este solar para construir un edificio que albergaría unas escuelas en su planta baja y una vivienda para el coadjutor de la parroquia en la primera planta.
La torre y parroquia de Santiago en la primera década del siglo XX, donde se puede observar la entrada al huerto del Rosario, al inicio de la calle la Yedra.
La Casa de la calle de la Yedra, un enclave con historia El edificio contiguo a la torre y parroquia de Santiago por el lado sur de la misma, al cual se accede por la calle de La Yedra, fue construido sobre un solar denominado «Huerto del Rosario», el cual perteneció a la antigua cofradía del mismo nombre hasta la Desamortización de 1836, fecha en que pasó a ser propiedad parroquial.
El colegio fue llamado «Escuelas Unitarias de la Parroquia de Santiago», y desde su creación estuvo agregado al Patronato diocesano de San Alberto Magno, fundado por el obispo Fray Albino González Menéndez-Reigada. El edificio tenía capacidad para unos 120 alumnos, repartidos en tres aulas, donde impartían clase cuatro maestros de enseñanza primaria, ocupándose de la dirección el mismo párroco. También contaba con servicio de comedor para los escolares. La mediana calidad de algunos de los materiales utilizados en la construcción del edificio hizo aflorar una serie de deficiencias que iban incrementándose con el paso de los años, a pesar de los numerosos reparos de los que fue objeto. Finalmente, el centro docente parroquial fue absorbido por el grupo escolar San José hacia 1977.
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Antonio Luis Jiménez Barranco
Nuestra Historia
El Marqués de Montalbán, Hermano Mayor de la Cofradía de la Vera Cruz Los archivos nunca dejarán de sorprendernos. Decimos esto porque ellos son los guardianes de la historia, sin interpretaciones coyunturales ni barnices teñidos; máxime cuando se da el caso de la cofradía de la Vera Cruz montillana que apenas conserva fuentes documentales directas (reglas, inventarios, libros de cabildo, cuentas, etc.), dado que estuvo inactiva en algunos periodos, además de su mudanza de sede canónica en 1809, por orden episcopal.
requería la intervención de la autoridad diocesana o la validación legal de la «fe pública».
El hecho de no contar a día de hoy con la documentación producida por la cofradía en tiempos pasados nos limita su conocimiento y evolución interna, sus pormenores, su anual devenir y la coexistencia e integración social que mantuvo en la Montilla señorial de la modernidad.
Tal es el caso que traemos hoy hasta estas páginas, pues se trata de una escritura de venta otorgada por la cofradía de la Vera Cruz a favor de Francisco Martín Márquez, en 1661.
Para llenar este vacío histórico sólo nos queda utilizar las noticias que proporcionan los archivos públicos y eclesiásticos que, si bien no guardan la intimidad y regularidad de lo particular, conservan numerosas referencias que nos permiten reconstruir –de algún modo– las actividades de la cofradía donde se
Por ello, los archivos de protocolos son un venero inagotable de noticias dormidas entre los legajos notariales donde se registraron contratos, compras, ventas, convenios, donaciones, mandas, fundaciones de obras pías, etcétera, en los que la cofradía actúa como una de las partes.
Por suerte para nosotros, dicha escritura contiene anexado el expediente informativo que reúne todos los trámites que la cofradía hubo de salvar para conseguir su objetivo, lo cual multiplica la información ofrecida en el expediente, un recorrido procesal que va desde el consentimiento por parte de la autoridad religiosa hasta los agentes que intervinieron.
Detalle de la escritura notarial donde el mayordomo de la Vera Cruz alude al Marqués de Montalbán como hermano mayor de la cofradía penitencial.
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Por lo que se desprende del citado instrumento, la corporación de la Vera Cruz tenía «entre sus bienes suyos propios dos olivares que el uno está en el pago de el Cuadrado linde con olivares de el licenciado Ignacio de Carmona y tierras del Lcdo. Diego de Ayala que tiene treinta olivos, y el otro a la parte del navazo de Juan Zapatero lindo con olivar de Lázaro Martín Hidalgo y de olivares del Lcdo. Bartolomé del Baño que tiene sesenta pies» 1 , los cuales anduvieron en manos de varios arrendadores que los descuidaron hasta convertirlos en improductivos.
dos seglares3, presentados por la cofradía para confirmar la propiedad, linderos y estado en que se encontraban sendos olivares. Una vez obtenidos los testimonios, el Rector emitió un informe favorable sobre la oportuna venta de los bienes rústicos.
Ante tal situación, los cofrades acordaron desprenderse de ellos y solicitar a la autoridad diocesana su venta a censo (una modalidad de transacción parecida al préstamo hipotecario actual), fórmula con la que aspiraban a lograr rentas más fiables y tener menos quebraderos de cabeza. Toda la gestión del proceso recaerá en la figura del mayordomo (gerente) de la cofradía, que en ese período es José de Montemayor Rico «Familiar del Santo Oficio y vecino de esta ciudad». Cuál es nuestra sorpresa, cuando leemos una petición ológrafa y fechada en 31 de enero de 1661 en la que solicita al obispo de Córdoba «en nombre de su Excª el Sr. Marqués de Montalbán mi señor hermano mayor de dicha cofradía y por los demás cofrades de ella»2 la debida autorización para enajenar los citados olivares. La solicitud continuó su cauce y en el resto del expediente ya sólo aparece el mayordomo como representante de la cofradía. Fue recibida la instancia en palacio por el Vicario General, Carlos Muñoz de Castilblanque, quien requirió la opinión del Rector de la Parroquia de Santiago, Melchor de los Reyes Flores, el cual secundaba las intenciones de los cofrades de la Vera Cruz. A la sazón, el Vicario General designó «Juez comisionado» al Rector montillano para garantizar la transparencia del proceso. El primer paso fue tomar declaración a cuatro testigos, dos clérigos y
En 1650 el poeta barroco Francisco de Trillo y Figueroa enalteció con sus versos el nacimiento de Luis Mauricio Fernández de Córdoba, primogénito del marqués de Priego y, en consecuencia, marqués de Montalbán desde su nacimiento.
Cinco días después, el Vicario General dio licencia para iniciar el proceso de venta en almoneda pública, mediante pregón en la plaza mayor. A partir del día 22 de febrero, el pregonero local Bartolomé Morquecho a diario hacía pública la oferta hasta en cuarenta y nueve ocasiones, durante las cuales pujaron cuatro interesados.
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Al margen del interés que pueda suscitar el hallazgo de la compraventa de bienes rústicos de la cofradía, práctica habitual –por otra parte– en aquellos siglos en la hacienda del estamento eclesiástico, la principal noticia que nos desvela el expediente notarial es la conexión directa de un miembro de la nobleza montillana con una cofradía penitencial, máxime ocupando el cargo de Hermano Mayor, caso insólito que hasta la fecha no habíamos visto reflejado en la documentación manejada de la época de manera tan evidente. Pero, ¿quién era el Marqués de Montalbán? Antes de adentrarnos en la persona que ostentaba el título nobiliario en aquel momento, hemos de tener en cuenta una serie de premisas respecto al mismo, a su origen y aplicación.
Escudo de armas que utilizó Luis Mauricio Fernández de Córdoba a lo largo de su vida. Sostenido por el águila primigenia de los Aguilar, aparece orlado por el collar de la Orden del Toisón de Oro, timbrado por corona y terciado en faja, donde muestra los apellidos: (1) Fernández de Córdoba, (2) Figueroa, Enríquez de Rivera, Manuel, (3) Ponce de León.
Finalmente, el remate tuvo lugar el día 18 de abril, fecha en la que el citado Francisco Martín Márquez elevó la postura a 650 reales, adjudicándose la adquisición de los olivares. La venta a censo fue registrada el día 24 de abril de aquel año, ante el escribano público Marcos Ortiz Navarro. En el acta notarial se recopilaron las condiciones propias de este tipo de contratos redimibles cuyos pagos eran semestrales, en los días de San Juan Bautista (24 de junio) y Navidad (25 de diciembre) hasta completar la cantidad acordada en la almoneda.
El marquesado de Montalbán fue un título creado por el rey Felipe III el 19 de mayo de 1603, a favor de Pedro Fernández de Córdoba y Figueroa, IV marqués de Priego, para ser usado por los primogénitos o herederos de la Casa señorial de Priego (al igual que sucede con el Principado de Asturias en la Corona Española). De este modo el sucesor ostentaba este título hasta recibir la jefatura de la Casa, generalmente a la muerte de su predecesor. En 1661 el marquesado de Montalbán recaía en Luis Mauricio Fernández de Córdoba y Figueroa. Era el quinto legatario que lo usaba. Había nacido en el palacio de Montilla el 22 de septiembre de 1650 (festividad de San Mauricio, mártir), fruto del matrimonio contraído entre Luis Ignacio Fernández de Córdoba, VI marqués de Priego, y Mariana Fernández de Córdoba Cardona y Aragón, hija del VII Duque de Sessa; quienes además tuvieron otros nueve retoños, todos nacidos en Montilla y bautizados en la Parroquia de Santiago por el Abad de Rute4.
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Luis Mauricio utilizó el título de marqués de Montalbán hasta 1665, año en que muere su padre; aunque lo mantiene hasta 1679, cuando nace su primogénito, Manuel Luis, fruto de su matrimonio con Feliche María de la Cerda y Aragón, hija mayor del VIII duque de Medinaceli. Feliche María y Luis Mauricio celebraron sus esponsales en el Palacio Real de Madrid en 1675. A partir de entonces el marquesado de Priego traslada su residencia habitual a la Villa y Corte española, cuya situación se afianza una vez que recaen sobre la Casa de Priego los ducados de Medinaceli, Segorbe, Cardona y Alcalá de los Gazules, entre otros títulos, ante la falta de descendencia por línea de varón en el apellido de la Cerda5. Montilla pasará de ser la capital del Estado de Priego a una ciudad más de su extenso patrimonio, donde las competencias feudales en adelante fueron asumidas por sus subordinados –tales como el Contador mayor de la Casa– que también eran sus representantes en las ceremonias y actos públicos a los que los nobles tenían la costumbre de asistir.
Luis Mauricio fallece en Madrid en 1690, siendo el primero de los titulares del marquesado de Priego en ser inhumado fuera de Montilla. Ya entrada la centuria siguiente, en 1711, su hijo Nicolás se convertirá en el X duque de Medinaceli, reuniendo bajo su persona uno de los señoríos más grandes e influyentes de Europa. Los herederos de la casa ducal de Medinaceli continuarán la tradición de usar el título de marqués de Montalbán hasta mediados del siglo XIX.
Notas:
Archivo Notarial de Protocolos de Montilla. Escribanía 2ª. Leg. 260, fols. 409-429.
1
2
Ibídem.
Los testigos fueron: El Lcdo. Juan Bautista de Reina Pbro., el Lcdo. Andrés de Aguilar Granados Pbro., Andrés de Aguilar de Alba y Cristóbal de Aguilar Granados.
3
LLAMAS Y AGUILAR, Miguel de: Árbol real de excelentísimos frutos cuyas ramas se han extendido por lo mejor del Orbe... siendo el mejor Príncipe Don Luis Fernández de Córdoba y Figueroa, Marqués VII de Priego, Duque VII de Feria… Biblioteca Nacional de España. MSS/18126.
4
FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, Francisco: Historia genealógica y heráldica de la Monarquía Española, Casa Real y Grandes de España. Tomo VI. Madrid, 1905. 5
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Juan Antonio Prieto Velasco Doctor en Traducción e Interpretación
Humanismo
Traductor es e intér pr etes en la e vang elización del Nue vo Mundo aductores intérpr pretes ev angelización Nuev El descubrimiento de América ha sido uno de los acontecimientos más trascendentales de la Historia universal y que mayor influencia ha tenido en la Europa y el mundo que conocemos hoy. Sin ánimo de adentrarnos en las razones que motivaron la expedición colombina, es un hecho que, descubierto el Nuevo Mundo para la Corona de Castilla, los Reyes Católicos y la Iglesia Católica tenían ante sí grandes retos que pasaban por castellanizar y cristianizar aquellas tierras (Alonso Araguás 2005). En primer lugar, la enseñanza de la lengua castellana era crucial para el poblamiento del continente recién descubierto, porque la principal valedora de Colón y sus viajes fue la reina Isabel I de Castilla y porque los conquistadores no tardaron en darse cuenta del maremágnum lingüístico que imperaba en las Indias Occidentales, merced al cual era imposible la comunicación con los nativos, lo cual dificultaría sobremanera la administración de las nuevas tierras y el aprovechamiento de las riquezas que reportarían a la Corona. En segundo lugar, era un deber ineludible para unos monarcas que habían recibido el título de católicos por parte del papa Alejandro VI tratar de evangelizar a unas gentes cuyo deber, desde ese momento en adelante, debía ser servir a la Corona y a Nuestro Señor, para lo cual llevar la Palabra de Dios a los pueblos indígenas como los mayas, los incas, los olmecas, los taínos, era conditio sine qua non. Hoy en día, apreciamos el valor de la diversidad lingüística como señal del acervo cultural de un pueblo; aun así, la lengua no ha dejado de usarse como instrumento al servicio de la política y, en aquel entonces, prevalecía la idea—adoptada después como obligación—de que todos los siervos de los Reyes Católicos hablaran la lengua del imperio que en ese
momento empezaba a construirse. Para lograrlo fue necesario enseñar la lengua castellana —aún no podemos llamarla español, ya que España apenas había comenzado a existir, al menos no como estado— pero también recurrir a la mediación de intérpretes que facilitaran la comunicación entre los conquistadores y evangelizadores y los indígenas hablantes de lenguas amerindias. No debió ser tarea sencilla, habida cuenta de las numerosas lenguas que escucharon sus oídos: el quechua hablado en el Imperio inca, en lo que hoy es Perú; el náhuatl, que durante mucho tiempo fue lengua vehicular en gran parte de Mesoamérica; el guaraní, que sobrevive en nuestros días en Paraguay y Bolivia; el maya, en parte de México y Guatemala; así como muchas otras que, por desgracia, no han pervivido (Enguita Utrilla 1992). De ello se percataron los primeros franciscanos que arribaron a Nueva España encabezados por fray Martín de Valencia en 1524, conocidos como los doce apóstoles de México, que incluso llegaron a adoptar nombres indígenas para ganarse el afecto de quienes eran considerados paganos e idólatras. Es el caso de fray Toribio de Benavente, que se atribuyó el nombre de Motolinía (pobre o afligido).
Los doce apóstoles de México. Azulejo ubicado a las afueras del convento franciscano de Belvis de Monroy, Cáceres, (Sala capitular del convento franciscano de Huejotzingo, en Puebla, México).
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Si la primera Biblia en lengua castellana se hizo esperar hasta 1569, año en que se publica la conocida como Biblia del Oso (Prieto Velasco 2011), no es extraño pensar que los religiosos misioneros a los que se les había encomendado la ardua tarea de la evangelización tuvieran que hacerlo a través de las lenguas propias de aquellos pueblos, pues no solo no existía una versión de las Escrituras traducida a la lenguas vernáculas, todavía faltaban unos años para que aparecieran siquiera los primeros catecismos, sermonarios, etc.(Zamora Ramírez 2012). No en vano, la Inquisición se cuidó de prohibir en 1576 las traducciones a las lenguas indígenas, conforme a los dictados del Concilio de Trento (1545-1563). Aunque antes ya se hicieron traducciones parciales de las Sagradas Escrituras, las primeras Biblias completas traducidas al quechua y al guaraní no llegaron hasta finales del pasado siglo; incluso la Biblia en náhuatl aún está por traducirse. Una excepción es el Evangeliario náhuatl de 1545 de fray Bernardino de Sahagún, hallado en la Biblioteca Capitular de Toledo, a donde se cree que llegó en 1561 (Santiago 2016).Es más, «Carlos V enviará al virrey de Nueva España un decreto, fechado el 7 de junio de 1550, en el que recomienda la introducción del castellano como lengua de evangelización para evitar la dispersión de los contenidos teológicos traducidos a las lenguas» (De León Azcárate 2015). No solo influyeron las lenguas indígenas en el proceso de evangelización de las Indias promoviéndose la traducción de catecismos y demás materiales de enseñanza de la fe; los propios evangelizadores condicionaron la natural evolución de estas. Por un lado, contribuyeron a la desaparición de las lenguas minoritarias y de las variantes dialectales y, por otro, favorecieron la unificación lingüística, incluso creando nuevas variantes normalizadas que seguían una norma general o estándar. En el caso del guaraní —como el territorio que actualmente ocupan Paraguay, la parte nororiental de Argentina y el sur de Brasil fueron evangelizados principalmente por misioneros jesuitas— fueron estos los que promovieron el
llamado guaraní misionero o jesuítico, usado como lengua vehicular en un intento por normalizar la diversidad dialectal existente en una región tan vasta. Además, los evangelizadores ayudaron a desarrollar sistemas de escritura para algunas de las lenguas que se venían transmitiendo de forma exclusivamente oral. Órdenes religiosas como la Compañía de Jesús llegaron con la intención de establecerse en determinadas regiones, lejos del nomadismo de los conquistadores, y asentarse en ellas, de ahí su interés por conocer las lenguas autóctonas. Esto contribuyó, sin duda, a la supervivencia de lenguas amerindias que, de otra forma, se habrían extinguido con la llegada del castellano y la obligación que tenían, desde 1550, de hablarlo y conocerlo todos los súbditos de la Corona.
Detalle de los dioses prehispánicos de Mesoamérica de la Historia general de las cosas de Nueva España, obra de fray Bernardino de Sahagún, también llamado Códice Florentino.
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Sin embargo, aunque las traducciones desempeñaron un importante papel en la evangelización y en la enseñanza de la doctrina católica —pese a la prohibición expresa de que las Escrituras se tradujeran a otra lengua distinta del latín— el hecho de que muchas lenguas no contaran con un sistema de escritura, fomentó que, en un primer momento, la comunicación fuera eminentemente oral. Paradójicamente, las autoridades civiles y eclesiásticas aducían, para evitar las traducciones a las lenguas vernáculas de las Indias, la dificultad de transmitir «los misterios de la fe católica utilizando las lenguas aborígenes» (Máynez 1993:47). Ni conquistadores ni conquistados, ni evangelizadores ni evangelizados compartían, empero, el mismo código lingüístico, lo que concedió una importancia capital, como señalábamos anteriormente, a la figura de los intérpretes (De la Cuesta 1992), tanto en el ámbito civil como en el eclesiástico, sobre todo si se tiene en cuenta que el proceso de aprendizaje de una lengua no es fácil ni rápido. Los primeros intérpretes fueron indígenas tomados específicamente para asumir esa función, pues, hasta entonces, la comunicación se basó en un sistema gestual y mímico (Valero Garcés 1996), si bien poco tiempo después fueron los evangelizadores franciscanos, dominicos y agustinos los que tomaron conciencia de que al tiempo que enseñaban el castellano, ellos mismos debían aprender las lenguas indígenas para tener éxito en su tarea evangelizadora. «El jerónimo Ramón Pané en La Española, el dominico Francisco de Marroquín en Guatemala, o el clérigo y expedicionario Cristóbal de Olid en Cuba y México fueron algunos de los religiosos a los que las circunstancias convirtieron además en intérpretes y traductores cuando hizo falta» (Alonso Araguás 2005:89). Así pues, los misioneros de las diferentes órdenes religiosas, además de la encomienda de evangelización
Retrato anónimo de Fray Martín de Valencia realizado en el siglo XVIII y que se conserva en el Museo Nacional del Virreinato (México).
y conversión, realizaron labores de aculturación a través de la alfabetización de los indígenas. Uno de los primeros religiosos en recibir dicho encargo fue el benedictino padre Boil, quien al poco de llegar a las Indias constató las dificultades encontradas en su misión debido a la falta de entendimiento e incomprensión de las lenguas indígenas (Alonso Araguás 2005:156). En este sentido, la necesidad de contar con intérpretes que ejercieran de auxiliares se puso de manifiesto desde el comienzo mismo de la conquista. «El primero de los muchachos indígenas que ejercieron como intérpretes fue seguramente Mateo Guaticava, miembro de la primera familia bautizada en las Indias por fray Ramón Pané en 1493»
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(Alonso Araguás 2005:54). No obstante, no sería hasta 1570 cuando Su Católica Majestad el rey Felipe II ordenó el aprendizaje de las lenguas locales. Franciscanos y dominicos fueron los que con más empeño aprendieron las lenguas locales para predicar en ellas con la ayuda de intérpretes, a los que paulatinamente, fueron sustituyendo los propios religiosos en su labor de mediación lingüística, una vez que habían alcanzado un conocimiento suficiente de la lengua y se veían capaces de emplearla en su predicación y labor catequética. Cabe recordar, que nuestro santo patrono Francisco Sánchez Solano Ximénez, es conocido en muchos lugares de América por su don de lenguas, que le permitía aprender con facilidad las lenguas autóctonas y entenderse con los locales, llegando incluso a apaciguar revueltas de los indígenas frente a los conquistadores hablando en múltiples dialectos que ni siquiera conocía.
El mestizaje, además de una fuente de hibridación cultural y lingüística, resultó consecuentemente un yacimiento de intérpretes (Alonso Araguás 2005). Tras los denominados indios lengua, los niños mestizos nacidos generalmente del matrimonio de españoles emigrados y mujeres indígenas llegaron, en muchos casos, a ejercer la interpretación, una vez aprendidos naturalmente los idiomas de sus progenitores y ayudaban a los frailes que más problemas tuvieron para aprender las lenguas indígenas, como fray Bartolomé de las Casas. Además, pronto se dieron cuenta de que el trabajo de mediación de estos muchachos, por su inmadurez, no siempre era de fiar y surgieron reticencias a encomendarles empresas de gran calado, debido a su desconocimiento de los temas y el contexto de la interpretación (ibíd.). Es más, tan próxima fue su labor a la de los misioneros que realizaron tareas que trascendían la pura mediación lingüística: preparación de sermones, elaboración de catecismos, redacción de gramáticas y vocabularios, etc. También ejercieron este servicio de transmisión de la fe cristiana durante los primeros años los denominados yanaconas ladinos, personas bilingües que trabajaban para los encomenderos responsables de la administración de una región «en tareas de agricultura, ganadería, servicio doméstico y personal, a cambio de su evangelización y protección» (Ferreiro Vázquez 2016:166). No es de extrañar, pues, que en torno a las iglesias y conventos que se iban fundando en los principales asentamientos surgieran paralelamente escuelas en las que se formaban algunos aventajados alumnos que luego se convertirían en intérpretes de los misioneros, sembrando el germen de las primeras universidades de las Indias. San Francisco Solano. (Museo Garnelo) Óleo sobre tabla de José Garnelo y Alda. 71 x 55,5 cm. 1938
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Pese a ello, durante las primeras décadas de la conquista, estos intérpretes ejercían su trabajo bajo la presión de los religiosos y los conquistadores, sin reglamentación de ningún tipo que regulara su actividad, la cual no se decretó hasta 1529, cuando se advirtió la necesidad de contar con intérpretes profesionales en las recién creadas audiencias de la administración de justicia. En el caso de México nos estamos refiriendo a los nahuatlatos (Alonso Araguás 2005). Precisamente estas normas que regulan las condiciones de trabajo de los intérpretes quedaron recogidas en el libro II, título XXIX de la Recopilación de las Leyes de Indias, conforme a las cuales los intérpretes debían realizar su trabajo con fidelidad al orador, lealtad, neutralidad y confidencialidad.
Bibliografía Carmen Valero Garcés, «Traductores e intérpretes en los primeros encuentros colombinos: un nuevo rumbo en el propósito de la Conquista». Hyeronimus complutensis 3, 1996, pp. 61-73. Daniel Santiago, «Hallan la primera Biblia en náhuatl». Vida (27/03/2016). Elena I. Zamora Ramírez, «Los problemas de traducción del catecismo en América en el Siglo XVI», en Miguel Ángel Vega Cernuda (ed.), Traductores hispanos de la orden franciscana en Hispanoamérica, Lima, Universidad Ricardo Palma, 2012. [Disponible en: http://www.traduccionfranciscanos.uva.es/archivos/Zamora.pdf] Icíar Alonso Araguás, Intérpretes de indias. La mediación lingüística y cultural en los viajes de exploración y conquista: Antillas, Caribe y Golfo de México (1492-1540), Tesis doctoral, 2005, Universidad de Salamanca. José María Enguita Utrilla, «Las lenguas indígenas en la evangelización del Perú a través de la obra del padre Acosta», Actas del II Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española, Tomo II, Madrid, Pabellón de España, 1992, pp. 343-354.
Libro II, título XXIX de la Recopilación de las Leyes de Indias, que regula las condiciones de trabajo de los intérpretes en América.
Juan Antonio Prieto Velasco, «Breve historia de la traducción bíblica», Vera+Crux 9, 2011, pp. 12-16.
La complejidad del poblamiento del Nuevo Mundo, su posterior administración y la necesaria aculturación de los locales requirió, por una parte, la enseñanza de la lengua castellana y la catequesis de la fe católica a los indígenas; por otra, el aprendizaje de las lenguas amerindias mayoritarias y el conocimiento de sus tradiciones y los aspectos teológicos de sus creencias religiosas por parte de los misioneros evangelizadores, con el fin de lograr transmitir mejor el mensaje evangélico. Entretanto, la colaboración de los intérpretes y los traductores fue esencial para la evangelización de América, el continente con más católicos del mundo y que aporta el 90 % de los hablantes de español del planeta.
Leonel-Antonio de la Cuesta, «Intérpretes y traductores en el descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo», Livivs1, 1992, pp.25-34. Óscar Ferreiro Vázquez, «Las órdenes religiosas en la emergencia del intérprete evangelizador en el territorio de la Real Audiencia de la Plata de los Charcas (1570-1580)», en Antonio Bueno García, David Pérez Blázquez y Elena Serrano Bertós (eds.), Dominicos: labor intelectual, lingüística y cultural. 800 años. Editorial San Esteban-Universidad de Valladolid, 2016, pp. 159-178. Pilar Máynez, «La lengua náhuatl en el proceso evangelizador del Nuevo Mundo», Revista de Acatlan México, 1993, pp. 145-149.
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Soleras Videográficas
Jose Manuel Repiso Carmona Asociación Forajidos
La Semana Santa en el cine Para acercarnos a la Semana Santa, a través de los documentos audiovisuales, son varios los caminos que podemos seguir: - A través de las películas, que tratan principalmente de la vida y obra de Jesús (algunos de los mejores ejemplos los tenemos en El evangelio según San Mateo de 1964, dirigida por Pier Paolo Pasolini, o Rey de reyes de 1961, dirigida por Nicholas Ray). - En aquellas películas en las cuales la acción discurre en parte durante la Semana Santa (un ejemplo de esto sería Currito de la Cruz, de 1965, dirigida por Rafael Gil). - O los documentales y grabaciones que se toman de la Semana Santa. En este último apartado es donde vamos a incidir en el presente artículo, pues recientemente y a través de la página web de Televisión Española, se pueden acceder a los documentos audiovisuales que componen el NO-DO, y que son propiedad de la Filmoteca de España. Antes de acercarnos al contenido que atesora el archivo del NO-DO, vamos a hacer una reseña historia del mismo, para explicar lo que supone, y como se estructuran las grabaciones que posee. NO-DO (Noticiarios y Documentales) se crea en el año 1942, con el objetivo de «mantener, con impulso propio y directriz adecuada, la información cinematográfica nacional». En enero de 1943, se inicia su proyección en todos los cines «del territorio nacional, posesiones y colonias» siendo su exhibición obligatoria hasta septiembre de 1975. Su desaparición se produce en mayo de 1981, siendo ya parte de Radio Televisión Española.
Cabecera con la que el NO-DO habría los noticiaros.
Los contenidos del NO-DO se han obtenido a través de producción propia, o bien adquiridos de otros archivos (como el Archivo Real de Alfonso XIII, o el Archivo Histórico). Dentro de las divisiones que realiza NO-DO, del material cinematográfico que posee, nos vamos a centrar en cinco apartados: - Noticiarios: son un servicio de difusión de noticiarios y reportajes, filmados en España, o en el extranjero. - Documentales en blanco y negro: grabaciones realizadas con fines divulgativos, y de promoción de la cinematografía española, del género documental, en blanco y negro. - Documentales en color: Igual que en el apartado anterior, pero a color. - Archivo Histórico: materiales fílmicos adquiridos por el organismo NO-DO, muchos de ellos muy anteriores a su creación. - Revista de imágenes: filmaciones dedicadas a temas monográficos, que serían sustituidas por los Documentales.
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De cada uno de esos cinco apartados, vamos a contar que información podemos descubrir –a grandes rasgos– que esté relacionada con la Semana Santa. Para ello, vamos a comenzar con los Noticiarios. Los Noticiarios que están relacionados con la Semana Santa son aproximadamente setenta. Los más antiguos son el Noticiario número 15, con fecha de 12 de abril de 1943, que incluye un apartado relacionado con la Semana Santa en Lorca, donde se muestran aspectos del bordado de mantos, y de la artesanía sacra, y el Noticiario número 16, con fecha 19 de abril del 1943, con el apartado «fervor y tradición religiosa en España», donde se muestran imágenes de la Procesión de las Palmas en Zamora.
Otra de las cabeceras clásicas en blanco y negro de Estampas de Semana Santa.
En el Noticiario del año 1976, se hace referencia a la «Cofradía de los Toreros», con imágenes de la salida desde la iglesia de San Cayetano, de Jesús Caído y María Santísima de la Soledad en su Mayor Dolor, con la voz del narrador alabando a la imaginería cordobesa, y a los tronos que portan las imágenes por su derroche de «filigrana y paciencia». En el Noticiario del año 1977, se nos muestra un desfile de las principales cofradías cordobesas, con unas preciosas imágenes del itinerario durante su paso por el Puente Romano.
Cabecera utilizada por NO-DO para los documentales en blanco y negro de Semana Santa.
Este último, también ofrece la recreación de dioramas vivientes de la vida y pasión de Jesús, realizados por los miembros del Orfeón de Huesca. Curiosamente, los dos últimos Noticiarios relacionados con la Semana Santa, tienen como escenario a Córdoba, y son el Noticiario 1733, con fecha de 12 de abril del 1976, y el Noticiario 1784, con fecha 4 de abril de 1977, ambos dentro del apartado página a color.
En otro de los grupos, el de los Documentales (en blanco y negro, o a color), podemos encontrar diverso material de la Semana Santa, con referencias a Andalucía y sus provincias. Los documentales, que suelen tener una duración superior a los diez minutos, van desde el año 1946, hasta el año 1975, siendo su contenido el siguiente: - Blanco y negro: · Semana Santa en España (exhibido a partir del 1 de enero del 1946). · Vía Dolorosa (exhibido a partir del 1 de enero del 1947).
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· Compendio de la actualidad española 1957-1958 (exhibido a partir del 1 de enero del 1958) - Color · Sevilla Penitente (exhibido a partir del 1 de enero del 1958). · Viaje por Albacete (exhibido a partir del 1 de enero del 1971). · Semana Santa en Castro del Río (exhibido a partir del 1 de enero del 1975). · Jueves Santo en Málaga (exhibido a partir del 1 de enero del 1975). En cuanto a los documentos agrupados en el Archivo Histórico, de los tres que tienen relación con la Semana Santa, el más interesante es el titulado Semana Santa en Sevilla. Año 1923, que tiene una duración de 7 minutos y 52 segundos, donde se nos muestran (a la manera de las películas del cine mudo) unos carteles indicativos del contenido a mostrar en la película. En sus imágenes aparecen el Santísimo Cristo de la Sentencia, y María Santísima de la Esperanza «La Macarena» saliendo de la Parroquia de San Gil, así como parte del recorrido de la Cofradía de «El Cachorro», por el Puente de Triana.
El documental en color «Sevilla Penitente» contó con la dirección artística y guión literario de Luis Ortiz Muñoz, a quien puso voz Fernando Rey.
Por último, en la Revista de Imágenes, tenemos tres documentos relacionados con la Semana Santa de nuestra región. Uno sobre Andalucía, exhibido en 1949, otro sobre Sevilla, exhibido en 1953, y el tercero sobre Málaga, exhibido en 1956.
NO-DO se acercó en numerosas ocasiones hasta Andalucía para grabar los Días Santos de nuestra Semana Mayor.
Además de los documentos relacionados con Córdoba –ya expuestos, y a los cuales habría que incorporar el de Castro del Rio, también indicado– , la Semana Santa de nuestra provincia se ha visto reflejada en las imágenes del NO-DO a través del Noticiario 903, con fecha de 25 de abril del 1960, donde en su apartado Estampas de Semana Santa, aparece «Montoro y sus cofradías. Imágenes y pasos», y en el Noticiario 1164, con fecha 26 de abril del 1965, donde en su apartado Semana Santa, se nos muestra «La Semana Santa en Puente Genil. Figuras bíblicas y evangélicas en las procesiones». Espero que estas líneas sirvan para que devotos y curiosos, se acerquen a conocer un poco más nuestro patrimonio audiovisual, y profundicen en su conocimiento de la Semana Santa, como manifestación religiosa, cultural y social, a la que tantas personas en Montilla están dedicando su esfuerzo y tiempo, para engrandecerla.
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