Dirección General Rosa María Verján | Umberto Estrada rosi.verjan@verestmagazine.com | umberto.estrada@verestmagazine.com
Equipo editorial
Montserrat Menchaca | Jessica Zarco | Luisa Franco | Charlie Rangel Adriana Sampayo | Jocelyn Díaz | Dulce García | Javier Cardona | Alex Antunez
ENTRE PASADIZOS Y SÓTANOS SE NARRAN HISTORIAS DE VARIAS
GENERACIONES
CHINAS EN MÉXICO
VEREST @VerestMagazine
Una comunidad muy arraigada
En otras ciudades es Chinatown, en Mexicali es La Chinesca y está llena de sótanos y de leyendas. Hay muchas historias en torno a este barrio chino, sus construcciones subterráneas conectadas entre sí son las que llaman más la atención. La creencia es que estos sótanos eran un refugio para escapar del clima extremo de la región, mientras otros señalan que fueron diseñados para apartarse de todos y vivir a su manera sin ser molestados.
Por increíble que parezca debajo de sus comercios, estaba habilitada una red de túneles donde había desde un hospital, fumaderos y hasta una cárcel. Con el paso de los años este barrio fue abandonado, principalmente en la década de los noventas con la llegada del Tratado de Libre Comercio que llevó a la quiebra la actividad comercial de las dos Chinescas, la subterránea y la de la superficie.
Mexicali, la ciudad que capturó al sol, obtiene su nombre del anagrama entre México y California, cuyo detonante se le debe a la Colorado River Land Company, que adquirió sus terrenos en 1904, y la convirtió en el campo de algodón más grande del mundo. En ese tiempo, en un valle todavía enmontado, pero con grandes posibilidades de desarrollo agrícola, sin población mexicana suficiente para realizar los trabajos de desmonte y nivelación que se requería para la explotación de la tierra, se llegó a la necesidad de ‘importar chinos’, a un costo muy bajo, y ellos estaban buscando nuevas oportunidades por consecuencia de cambios políticos y económicos en su país, además de tener la esperanza de cruzar a los Estados Unidos, sin embargo, en el camino se quedaron en esta ciudad. Esta comunidad fue prosperando poco a poco, pasando de ser obreros a convertirse en comerciantes. Y así se establecieron en el primer cuadro de la ciudad donde fueron sumando
bares, restaurantes, tiendas y un pequeño Cantón.
UNA CULTURA POR CONOCER
Después de un largo periodo en que este sitio permaneció en olvido, abrió nuevamente sus puertas a los turistas quienes pueden conocer sobre los antepasados de Mexicali. El remozamiento de la zona incluyó los murales que representan a los personajes más célebres. En este recorrido descenderás a los sótanos que ahora están habilitados como una especie de museo que nos invita a hacer un viaje en el tiempo.
Y para cerrar con broche de oro este TOUR , no pueden faltar los platillos de la famosa comida china, se tiene que pasar por uno de los cientos de restaurantes que la ofrecen y que se presume, es la mejor de todo el país.
Toma el recorrido que se realiza de jueves a domingo en diferentes horarios. La duración es de una
hora con 45 minutos, te sorprenderás de los misterios que resguarda el pasado chino de Mexicali, bajo la tierra.
DESTINO MULTICULTURAL
Además de México, Estados Unidos es otro país en donde se encuentra una de las comunidades chinas más grandes. Llegaron en el siglo XIX, por ahí de 1850 a California, durante la fiebre del oro, una época en la que una gran cantidad de inmigrantes llegaban muy cerca de San Francisco en busca de ese metal. Locke, fue una ciudad fundada por completo por chinos en 1915 y que alcanzó su máximo esplendor entre 1920 y 1940. Aquí la principal actividad era la agricultura, por lo que se considera como el último pueblo rural chino en Estados Unidos.
La vida ahí corría entre los 4 restaurantes que se tenían, algunos mercados, cinco burdeles, una oficina postal, muelles de embarque, y bares y casas de juego, algunas o la gran mayoría existían de manera clandestina.
Tal fue su aporte al país norteamericano, que el 1970, la Sociedad
Histórica del Condado de Sacramento la nominó para que obtuviera el Registro Nacional de Lugares Históricos, y lo consiguió en 1990, dos décadas después. En el texto de la Declaración de importancia se leía: “Fundada en 1915, Locke es el ejemplo más grande e intacto de una comunidad chinoestadounidense rural histórica en los Estados Unidos, que incluye más de 50 edificios comerciales y residenciales y cubre aproximadamente 14 acres a lo largo de la orilla este del río Sacramento, al sur de la ciudad de Sacramento. Locke es la única comunidad de este tipo que queda en el delta del río Sacramento-San Joaquín, que fue una zona particularmente importante de asentamiento rural chino”. De acuerdo con la Fundación Locke, a la fecha hay solamente 60 residentes chinos en la ciudad.
No podemos dejar de mencionar la importante participación que tuvo esta comunidad en la construcción del tren transcontinental de Estados Unidos, pues fue construido en gran medida por trabajadores del sur de China. Este transporte fue la primera línea ferroviaria que permitió transportar no sólo pasajeros sino también mercancías en un trayecto que pasó de hacerse en un mes a tan sólo 6 días.
La comunidad china ha influido de manera considerable en la cultura estadounidense en diversos ámbitos, ya sea en lo económico, gastronómico o en manifestaciones artísticas.
EN ESTA AVENTURA PARECIERA QUE EL PASADO Y EL PRESENTE SE FUSIONAN DE UNA U OTRA MANERA A LO LARGO DEL TRAYECTO
Sampayo @laasampayo
Adriana
Un vagón con mil historias qué contar
Todo estaba listo para nuestra próxima aventura. Esperábamos el Uber en las puertas del hotel, rumbo a la estación ferroviaria de Guadalajara, ubicada en Avenida Washington #11. Ahí, entre la algarabía de otros viajeros emocionados nos dieron la bienvenida. El tren, con sus ocho carros impecablemente restaurados, parecía un puente entre el presente y una tradición que lleva décadas uniendo historias y corazones. El tren partió de la estación con un susurro metálico, como si los rieles quisieran narrar las historias de quienes han viajado por esta ruta durante generaciones. Afuera, el paisaje agavero se extendía hasta donde la vista podía alcanzar, un tapiz de azul verdoso que parecía danzar con el viento bajo el cielo de Jalisco.
En el interior, el vagón se convirtió en un portal, donde la música de mariachi flotaba en el aire, el tequila chispeaba en copas, y los viajeros compartían sonrisas con el corazón ligero. Entre las conversaciones animadas, el espíritu de México se hacía palpable: una mezcla de tradición, hospitalidad y celebración unidas en el TEQUILA EXPRESS.
El trayecto de 60 kilómetros hacia el Valle de Tequila es un recorrido que transforma vidas. A cada curva del camino, los campos de agave, inscritos como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, susurraban secretos de generaciones pasadas. Sus hojas afiladas como cuchillos parecían guardar el alma de la bebida que define a México en el mundo.
UNA VEZ EN TEQUILA, EL DESTINO NO DECEPCIONÓ
Cada destilería visitada era un santuario, donde el proceso artesanal del tequila se revelaba con paciencia y precisión. Desde los hornos de mampostería donde se cocía el agave hasta las barricas de roble donde la magia ocurría, cada paso del proceso resonaba con una reverencia ancestral. Los visitantes podían elegir entre explorar a su ritmo o disfrutar experiencias guiadas, como degustaciones exclusivas y maridajes diseñados para resaltar los sabores más finos de esta icónica bebida.
El tren ofrece salidas los viernes, sábados y domingos, con horarios que permiten disfrutar tanto del día como de una tarde mágica en el Valle de Tequila. Opciones como el vagón ejecutivo o la primera clase garantizan como-
didad, mientras que su compromiso con la sostenibilidad convierte cada viaje en una oportunidad de practicar turismo responsable. Pero el viaje no era sólo sobre tequila; era sobre conexión. Al compartir un almuerzo bajo la sombra de un mezquite, el sabor exquisito de un platillo tradicional es un recordatorio de la riqueza cultural que florece en esta tierra. Incluso el regreso en el tren, con la luz del atardecer tiñendo de oro los campos de agave, parecía un ritual de despedida, como si el paisaje mismo agradeciera la visita. Al llegar de vuelta a la estación, algo había cambiado. El viajero no era el mismo que había subido al tren horas atrás. Quizá era el efecto del tequila, quizá la calidez de la experiencia, o tal vez la magia del Tequila Express, más que recorrer kilómetros, une almas con el corazón de México.
Lo que debes saber
• Los recorridos los puedes hacer viernes, sábado o domingo.
• El horario de salida dependerá del itinerario que elijas:
• No olvides llevar identificación oficial, accesorios para el sol, así como calzado cómodo.
• Hay itinerarios y servicios disponibles en inglés.
UN PARAÍSO sabor de boca y un buen
¿Qué sería lo primero en lo que piensas cuando estás por elegir un restaurante para comer?
Seguramente la calidad de la comida, de ahí que el lugar sea agradable, y por último quizás el tema de la ubicación, aunque si te gusta descubrir sitios, esto queda a veces en segundo plano; y cuando encuentras esto en un mismo lugar, comienza la magia del sabor. PARRILLA PARAÍSO es un restaurante que para nosotros fue un gran descubrimiento al sur de la Ciudad de México, donde la distancia es lo
de menos una vez que degustas sus exquisitas viandas.
El restaurante encendió sus fogones y las brasas en diciembre del 2018, cuando Andrea Ramos Stierle, Rodrigo Puchet Dutrenit y el CHEF ÉDGAR DELGADO, tres apasionados de la gastronomía y de toda la experiencia que se crea alrededor de una mesa al comer, coincidieron que era necesario transmitir esa emoción que sentían a las demás personas. Así es que pusieron manos a la obra y surgió un concepto que une la cocina de mar y tierra, pues
LOS ASADOS MÁS QUE UNA TÉCNICA
DE
COCCIÓN, ES EL PRETEXTO PERFECTO PARA CONVIVIR, CHARLAR Y SOBRE TODO, DISFRUTAR
Rosi Verján @rosiuxamaria
por un lado están los sabores de Baja California que encantan al chef y por el otro los asados uruguayos.
Como dato, la tradición de los asados surgió por ahí de los siglos XVIII, XIX, con los gauchos, manera a la que se le llamaba a las personas que hoy conocemos como jinetes, especialmente en países como Uruguay, Paraguay, Argentina y algunas regiones de Chile y de Brasil, y que tenían de una u otra manera relación con el ganado vacuno, pues la venta de estos era su principal fuente de ingresos, pero también su
alimentación se basaba en el asado de sus carnes. De hecho, la figura del gaucho hoy en día es considerada como un ícono de esas zonas.
Pero ¿qué es lo que hace extraordinario a este lugar? De entrada su comida, la propuesta culinaria es diversa, y la hay para grandes y pequeños, porque además, Parrilla Paraíso también se preocupa por que los niños también se la pasen bien, incluso, hay una zona pensada completamente para ellos: el Paraíso de las Infancias, ahí podrán brincar, correr, gritar, reírse y sentirse completamente libres.
A LO QUE VENIMOS
En cuanto llegas te das cuenta que las brasas están a la vista, el aroma, ya te imaginarás, pues las mesas están distribuidas en un espacio abierto. La atención, es algo que también se agradece, todos están al pendiente de lo que necesitas.
Tuvimos la suerte de encontramos con Rodrigo Puchet, y platicando con él nos contó que “la intención es brindar una experiencia más familiar como se hace en las casas en Uruguay, en donde todo se comparte, en donde se empieza con una picadita de chorizo o morcilla, empanadas, ensaladas, cortes, verduras a la parrilla y los postres. Es
nuestra tradición que un asado empiece entre la 1 de la tarde y acabe como a las 6”. Nosotros no nos quedamos tanto tiempo, pero comimos de todo.
LLEGÓ LA HORA DE COMER
La recomendación es comenzar con una empanada de mix de quesos con poro y cebolla o para probar algo más tradicional, está la empanada Pascualina, rellena de espinaca, acelga, queso parmesano y huevo duro, la primera es frita y la segunda horneada. De ahí, nos fuimos por un betabel rostizado a las brasas, que es el más pedido desde que abrió el restaurante, y sabemos que no a muchos les gusta el sabor, pero no saben, estuvo rico, lo preparan con mousse de queso de cabra, arúgula y aceite de hoja santa.
Y de pronto, apareció el plato fuerte: Vacío y Picaña, ambas son carne de Estados Unidos calidad Choice Sterling Silver, en término inglés, a nuestro parecer este es el adecuado para los cortes de carne, pero puedes pedirlo a tu gusto, recordemos que se trata de disfrutar todo lo que comas; como guarnición unos pimientos verdes, naranjas, rojos y amarillos rellenos de queso, tradicional en las parillas de Argentina y Uruguay ah, y berengena a la parrilla.
Tienen también Rib eye, New York y Entraña, cortes de Argentina. Nuestro maridaje fue con un vino rosado de Baja California, de la vinícola Retorno, pero hay varias opciones según tus gustos. En los sabores del mar, te ofrecen en su menú pesca del día con sofrito de ajo y jitomate Cherry acompañado de puré de papá, o Pulpo en adobo a las brasas con papa cascada y alioli de ajo, este último también lo probamos y pocos lugares saben prepararlo.
Y como siempre hay un espacio para el postre, el Mil hojas con crema de almendra, nos pareció interesante, sin dejar de mencionar la Tarta de chocolate amargo que puedes pedir ya sea con helado de queso de cabra e higos y fresas frescas o con helado de crema de naranja y toffee casero.
NO DEJAN DE SORPRENDERNOS
Ah, pero esperen, deben saber que en Parrilla Paraíso también hay cultura, pues en 2024 incorporaron una serie de actividades de la mano de Caleb Graupner, gestor cultural con muchos años de experiencia en el sector. Entonces puedes encontrar música en vivo los viernes, talleres para niños, narración oral con cuenta cuentos, o un círculo de creación literaria, por mencionar algunas.
Pero estas actividades no comenzaron nada más porque sí, sino porque los dueños identificaron que el espacio del restaurante no sólo es buscado para comer, sino que los asistentes van por algo más atractivo.
Es así que la experiencia gastronómica se vuelve completamente integral. Y bueno, el sabor de boca que nos llevamos de este restaurante no fue nada malo, los cortes de carne parecían un poema mismo, así que la invitación es a que los conozcas.
Hace poco viví una experiencia de viaje que transformó mi forma de ver lo que significa volar hoy. Air Canada además de llevarme a mi destino, hizo del trayecto algo único y memorable. Con un enfoque innovador y un compromiso con la sostenibilidad, esta aerolínea redefine la manera de viajar, convirtiendo cada vuelo en una experiencia especial. Hoy, viajar no es sólo trasladarse, es estar conectado con lugares fascinantes que antes sólo soñábamos. Al elegir esta aerolínea obtuve mucho más que un boleto; disfruté
de una experiencia que conecta personas y destinos de manera única.
Desde el inicio, organizar mi viaje fue sencillo. Su red de MÁS DE 200 DESTINOS GLOBALES me permitió planificar con flexibilidad y una sensación de control total. Ya fuera por negocios, exploración o vacaciones, sentí que con ellos, el mundo estaba al alcance.
Lo más destacado fue su atención al detalle, desde facilitar las conexiones hasta entender lo que cada viajero necesita. No sólo importaba llegar, sino también cómo hacerlo. Este enfoque, diseñado para hacer especial cada momento, marcó una diferencia.
UN VUELO CON PROPÓSITO
Hoy, la sostenibilidad es una necesidad urgente, y las aerolíneas tienen un papel clave, e investigando un poco, encontré que tienen aviones más eficientes en combustible, optimización de rutas para reducir energía y uso de materiales reciclables. Estas acciones reflejan su compromiso con el medio ambiente, integrando sostenibilidad en el diseño de aviones y sus operaciones diarias. Para mí, uno de los puntos más destacados de esta experiencia fue el nivel de conciencia social y ambiental que la aerolínea ha incorporado en sus operaciones. En cada vuelo que tuve noté que su compromiso con la sostenibilidad es real, lo que me dio tranquilidad al saber que viajar con ellos no sólo es bueno para mí, sino también para el planeta.
UNA EXPERIENCIA PERSONALIZADA
Algo que marcó la diferencia fue cómo mi experiencia a bordo se diseñó para hacerme sentir cómoda, relajada y atendida. El viajero moderno busca más que llegar a su destino una experiencia personalizada. Desde el embarque, sentí que el espacio estaba pensado para mi comodidad. Los asientos amplios y el diseño detallado hicieron mi vuelo agradable. Como viajera frecuente, aprecio detalles como opciones de entretenimiento, wifi para trabajar y menús saludables y deliciosos. Lo más impactante fue cómo la aerolínea adapta la experiencia a cada pasajero. Para quienes viajan por trabajo, ofrecen espacios tranquilos para laborar; para familias, servicios pensados en los niños; y en clase ejecutiva, una experiencia de lujo que supera expectativas. Cada viajero se siente entendido y cuidado, algo que valoro enormemente.
DIGITALIZACIÓN VIAJERA
En un mundo digital, la tecnología transforma la experiencia de viaje, y esta aerolínea está a la vanguardia. Su app hizo que todo comenzara antes de abordar: desde el check-in hasta la selección de asiento y el seguimiento del vuelo en tiempo real. Adiós a largas filas y papeles; todo está a un clic. Además, la app ofrece beneficios exclusivos para viajeros frecuentes, como acumulación de puntos y promociones. A bordo, la conectividad y el entretenimiento son de primera: ver películas o actualizar redes sociales hace el vuelo más dinámico y cómodo.
Pero lo que empezó como un trámite se convirtió en un recuerdo. Con servicios pensados para el viajero moderno y una visión innovadora, esta aerolínea de la hoja de maple está redefiniendo el futuro de los viajes.
Cada vez que vuelo con Air Canada, sé que estoy eligiendo una experiencia que me conecta con el mundo de una forma más eficiente, responsable y personalizada. Además, el trayecto se convierte en algo memorable, cómodo y lleno de posibilidades.
San Francisco
LA SENSACIÓN DE LIBERTAD, ASÍ COMO SU ESCENA ARTÍSTICA Y CULTURAL SERÁN RAZONES
PARA NO QUERER DESPEDIRTE DEL DESTINO
Umberto Estrada @umberto.estrada
Fotos. Umberto Estrada Tomadas con Cámara Nikon Z6 III
Sus colinas, su aire bohemio y su espíritu innovador siguen siendo irresistibles para viajeros que buscan experiencias auténticas. Aunque como cualquier gran metrópoli enfrenta retos, hoy San Francisco celebra su capacidad de transformar las adversidades en arte, en gastronomía, en magia, que su gente es capaz de crear. El nombre original de la ciudad era Yerba Buena y hacía referencia a una menta silvestre que crecía en la zona, hasta que se cambió oficialmente en 1847.
Nuestro vuelo aterrizó antes de medio día, con el inconfundible sello de AEROMÉXICO. Este horario es perfecto para llegar a San Francisco, ya que la ciudad todavía no sucumbe al ajetreo de la tarde y el camino para llegar parece abrirse sin resistencia. Desde el aeropuerto, tomamos un UBER, la mejor opción para desplazarse rápidamente a cualquier zona de la ciudad. Mientras avanzábamos, las colinas de San Francisco nos recibían con su peculiar geometría y la luz del mediodía resaltaba los colores de las casas victorianas.
En esta ocasión, elegimos hospedarnos en el HOTEL ARGONAUT, una joya histórica ubicada en Fisherman’s Wharf. Este edificio de ladrillos rojos, con suelos de tablones de madera y un diseño interior que incorpora baúles de vapor antiguos y telescopios antiguos, combina la historia marítima con el confort contemporáneo. El museo y centro de visitantes del Parque Histórico Nacional Marítimo de San Francisco se encuentra junto al vestíbulo
que en el pasado fue un almacén portuario. Desde nuestra habitación, las vistas a Alcatraz parecen un cuadro vivo y al caminar por sus calles disfrutarás de su afamada herencia marinera y es un buen lugar para comenzar a descubrir la ciudad.
El nombre del hotel hace referencia a los primeros ciudadanos de San Francisco que llegaron en la era de la fiebre del oro del siglo XIX. En aquella época se les llamaba nuevos argonautas por su espíritu pionero. El edificio fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 1975 y ejemplifica el género de almacén que alguna vez fue predominante en el área costera norte de esta ciudad. Después de dejar las maletas y refrescarnos, aquí el tiempo parece deslizarse al ritmo de las olas. Las gaviotas revolotean sobre los transeúntes, mientras en el horizonte se alza Alcatraz, envuelta en la neblina. El hambre nos guió a BOUDIN BAKERY, con el olor irresistible del sourdough, el pan que cuenta historias de inmigrantes y sueños horneados con paciencia. Además de su inigualable sopa de almejas servida en un tazón de pan recién horneado, este lugar captura el espíritu gastronómico de San Francisco.
Frente al muelle, el aire salado y la brisa marina nos acompañaban mientras observábamos los leones marinos descansando en las plataformas flotantes y los músicos callejeros amenizando la tarde. Aquí PIER 39 tiene tiendas de todo tipo para adquirir algunas joyitas californianas.
Dear San Francisco
Con el alma y el estómago satisfechos, la siguiente parada estaba clara: CLUB FUGAZI, en el corazón del bohemio barrio de North Beach. Este histórico teatro, construido en 1913, es una pieza viva de la cultura local. Por décadas fue hogar de “Beach Blanket Babylon”, el espectáculo de cabaret más longevo del mundo. Hoy, su escenario es ocupado por “DEAR SAN FRANCISCO”, una carta de amor a la ciudad que mezcla arte circense, música y una narrativa visual con tanta energía que te contagiará en todo tu viaje.
La función comenzó con un estallido de energía. Los acróbatas se balanceaban en trapecios, giraban sobre ruedas y se lanzaban al aire con la precisión de un reloj suizo. Pero más allá de las proezas físicas, el espectáculo captura la esencia de San Francisco. Desde la fiebre del oro, pasando por el terremoto de 1906 o descubrir la contracultura de los 60, “Dear San Francisco” es una sinfonía de emociones que rinde homenaje a la historia y espíritu de la ciudad.
El espacio es tan íntimo y los chicos tan abiertos, que tienes oportunidad después del show de compartir algunas palabras.
En nuestro caso fue una explosión de historias que nos dieron una pizca de lo que nos esperaba en la ciudad. San Francisco tiene una manera única de conquistarte: a través de su historia, su arte y su constante reinvención. “Dear San Francisco” va más allá de un espectáculo; es una invitación a enamorarte de la ciudad una y otra vez. Este número es muy diferente a todo lo que habíamos hecho antes, conectando con el alma creativa de la ciudad, recorriendo puntos emblemáticos a través de las personas que son el alma de la ciudad. Gente viene y gente va, pero la esencia de San Francisco se mantiene en pie, te dejamos un pequeño preámbulo de lo que puedes vivir en la ciudad para que en las siguientes cinco secciones suspires por su belleza tan real y a la vez efímera por el pasar de su gente.
Al salir del club, North Beach nos regaló su magia nocturna. Las luces cálidas de los restaurantes italianos, pequeñas trattorias llenas de risas, cafés donde la bohemia no murió y las terrazas con sus murmullos y música creaban una atmósfera irresistible, como si se tratase de una película. Por cierto, un imperdible en esta zona es City Lights Bookstore, un refugio para almas inquietas desde los días de los poetas beat.
La verdad es que la ciudad es ideal para caminar a pesar de esas grandes pendientes que hacen titubear a más de uno. Sin embargo no fue nuestro caso para regresar al hotel, dejando que la brisa de la bahía nos envolviera y prolongara ese sentimiento de asombro con tintes de frescura y ese sabor salado que brinda el viento de Fisherman’s Wharf.
Breakfast at Astra
Por la mañana nos esperaban en el HOTEL ST REGIS para platicar y conocer el Distrito Financiero, el cual ha visto un resurgimiento gracias a ambiciosos proyectos de desarrollo inmobiliario como la Salesforce Tower.
O simplemente podemos hablar de la TRANSAMERICA PYRAMID , símbolo indiscutible del horizonte de San Francisco, ha resurgido tras una ambiciosa renovación de mil millones de dólares, liderada por SHVO, Deutsche Finance y el prestigioso arquitecto Lord Norman Foster. Este rediseño transforma la icónica estructura de 260 metros, inaugurada en 1972 y diseñada por William L. Pereira, en un espacio de lujo que combina modernidad y funcionalidad.
Además de oficinas y áreas recreativas, incluye el histórico Parque Redwood, un oasis con secuoyas que conecta la arquitectura contemporánea con la naturaleza urbana. Con su reapertura, el complejo presenta Pyramid Arts, una serie de exposiciones públicas que celebran la creatividad.
Destacan “La Ciudad Vertical”, curada por Lord Foster, y una muestra de esculturas de los artistas franceses Claude y François-Xavier Lalanne, abiertas hasta el 28 de enero de 2025.
Mientras la plática transcurría dentro del restaurante ASTRA, no podemos dejar de lado que probamos un omelet con trufa, sublime. No dejes pasar la oportunidad de comer algo aquí aún si no te alojas en el hotel. Que por cierto nos dieron un tour por sus habitaciones y pues simplemente si quieres estar en el centro del universo en San Francisco éste es el lugar ideal.
Al terminar el desayuno y tener una agradable charla con sobre mesa y paseíto, nos topamos de inmediato con el SFMOMA, el Museo de Arte Moderno, y pues decidimos echarle un ojo, al cabo sólo teníamos que cruzar la calle. La siguiente parada es un imperdible que cuenta la historia de una lucha universal por la igualdad y el amor libre.
We Are Family
Castro con sus icónicas banderas arcoíris ondeando en cada esquina el caminar por sus calles es como hojear un libro abierto de resiliencia y celebración. El histórico CASTRO THEATRE te da la bienvenida con todo su esplendor, y es que todo aquí tiene un espíritu que trasciende etiquetas, como nosotros que no nos dejamos intimidar y fuimos a comprar una paleta muy peculiar en calzones en HOT COOKIE Cuando estés por allá, entenderás la razón. Mantén la cartera preparada porque sus pequeñas tiendas tienen cosas muy originales.
Es imposible no sentir algo especial al pararse frente a la casa de Harvey Milk, un hombre que cambió la historia con su valentía y que aún inspira generaciones. Al caer la noche, los bares y clubes como Twin Peaks y The Mix se iluminan, invitándote a ser parte de una fiesta que es tanto un homenaje como un manifiesto: ser tú mismo es siempre suficiente. Castro te espera con los brazos abiertos, porque aquí, en este barrio de San Francisco, cada historia importa y cada visitante es bienvenido.
Antes de caer la noche conocimos uno de los barrios más importantes de la ciudad y un símbolo perdurable de la diversidad cultural y la resiliencia comunitaria.
ChinaTown
Sólo deja que las linternas rojas de Chinatown iluminen tus pasos. Este barrio, el más antiguo de su tipo en América del Norte, es un mundo aparte. Calles angostas repletas de tiendas de hierbas medicinales y templos silenciosos ofrecen un escape del bullicio moderno. El GOLDEN GATE FORTUNE COOKIE FACTORY, escondido en un pequeño callejón, te transporta a los días en que los secretos del futuro se escondían en una galleta, llegando a producir hasta diez mil galletas de la suerte al día.
Y si estás en el barrio chino, obvio debes comer aquí y el mejor lugar para hacerlo es Z & Y un lugar que no sólo ha conquistado los paladares locales, sino también el del expresidente Barack Obama, quien lo visitó y
lo incluyó en su lista de favoritos. Reconocido por su auténtica comida Sichuan, este restaurante es una parada obligatoria para los amantes de los sabores intensos y especiados.
Dirigido por el chef Lijun Han, quien tiene más de 20 años de experiencia en la cocina tradicional china. Este restaurante destaca por sus platillos elaborados con precisión y pasión. Entre sus especialidades se encuentran el pollo Chongqing con chiles secos y pimienta de Sichuan, y el mapo tofu, un clásico lleno de sabor y textura, pero su pato pequinés es una oda a la cocina china.
Después del tremendo banquete que comimos, obviamente decidimos regresar al hotel en ambulancia, mentira, caminando, unos veinte minutos si no se atraviesa algún bar.
El tiempo no para
Por la mañana el día clareó bastante, ese cielo azul intenso nos acompañaría todo el día para dar un vistazo por gran parte de la ciudad de la mano del Big Bus Tour, un recorrido turístico, conocido por sus autobuses de dos pisos, lo que permite a los viajeros experimentar la ciudad con comodidad, con paradas estratégicas en las atracciones más icónicas.
Desde el hotel sólo tuvimos que caminar 3 cuadras para llegar a la parada de Fisherman’s Wharf. Equipado con guías en vivo o audioguías multilingües, aprenderás datos fascinantes sobre la historia, cultura y curiosidades de la ciudad. La flexibilidad de su sistema “hop-on, hop-off” te permite descender en las paradas que más te interesen y explorar a tu propio ritmo.
El recorrido incluye Haight-Ashbury, donde el tiempo parece haberse detenido en los años 60, pero no como un recuerdo polvoriento, sino como un latido constante. Murales psicodélicos, tiendas de vinilos y humo de incienso se mezclan con los ecos de Janis Joplin y los Grateful Dead. Al caminar por sus calles, sientes que el espíritu del verano del amor nunca se ha desvanecido.
Alamo Square te recibe con las Painted Ladies, esas casas victorianas que, como las páginas de un libro de cuentos, despliegan un colorido contraste con el skyline de la ciudad al fondo, justo al amanecer o al atardecer es el mejor punto para admirarlos.
Otro imperdible es Golden Gate Park, un oasis de más de 400 hectáreas, siendo un refugio natural pero además un epicentro cultural y social que ofrece algo para todos. Desde el
célebre Outside Lands Festival, que reúne música, arte y gastronomía, hasta exhibiciones locales y celebraciones al aire libre.
El parque cuenta con vastos jardines y áreas verdes que incluyen el Japanese Tea Garden, un rincón sereno con estanques de koi, pagodas y puentes curvos que invitan a la meditación.
También está el Conservatorio de Flores, una estructura victoriana que alberga plantas tropicales y exóticas de todo el mundo.
Los museos dentro del Golden Gate Park son imperdibles. El de Young Museum combina arte contemporáneo y piezas históricas en un edificio arquitectónicamente deslumbrante. No olvides subir a su torre para obtener una vista panorámica del parque y la ciudad. Muy cerca, la Academia de Ciencias de California impresiona con su acuario, planetario y museo de historia natural, todo bajo un innovador techo verde.
Por supuesto que el tour incluye Golden Gate Bridge, Palace of Fine Arts y Civic Center, pero esta aventura apenas comienza, así que ve a preparar una bebida, mientras nosotros te dejamos los indispensables que usamos para este viaje memorable.
No puede faltar nunca la música, ya sea con la bocina Emberton II de Marshall con su tamaño, durabilidad y fidelidad en sonido, será la ideal para que te acompañe junto con tus audífonos Bosé Sport Earbuds para disfrutar de manera única y personal.
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EL ACERO y el movimiento
Fotos. Umberto Estrada Tomadas con Cámara Nikon Z6 III
LA PERFECTA ARMONÍA ENTRE
EL ARTE Y LA ARQUITECTURA
DE SAN FRANCISCO, COMPLEMENTAN EL VIAJE
La niebla envolvía los majestuosos cables del Golden Gate cuando llegué esa mañana, como si el puente se vistiera de gala para un encuentro especial. Javier estaba un poco ansioso porque, cuando uno va a hacer fotos, prefiere los cielos azules a grises que matan los colores, sin embargo, esta niebla es diferente.
Había oído que en San Francisco, el arte no sólo se busca, sino que te encuentra en los momentos menos esperados, y esta vez no fue la excepción. A través de un amigo en común, había logrado coordinar una charla con Christian Squires, bailarín de la icónica ODC/DANCE y diseñador de vestuario.
Christian, originario de Charleston, Carolina del Sur, me esperaba junto al mirador del puente. Su figura proyectaba mucha energía y excentricidad, pero a la vez calma y elegancia como alguien que entiende el equilibrio entre fuerza y sutileza, tanto en la danza como en la vida. Desde el primer instante, su presencia tenía esa aura magnética que uno asocia con el arte en su forma más pura.
El Golden Gate, con sus imponentes torres de 227 metros de altura, parecía un escenario digno de nuestra conversación. Inaugurado en 1937, este puente más que una hazaña de ingeniería, es un emblema de conexión y resiliencia. Sus cables, que en conjunto miden unos impresionantes 260,000 kilómetros, sostienen una estructura que ha soportado terremotos, vientos feroces y la niebla que lo abraza cada día.
Mientras hablábamos, Christian me compartió cómo su trayectoria ha sido tan diversa como el paisaje que nos rodeaba. Desde sus inicios con el Boston Ballet hasta su trabajo en la ODC/Dance, su carrera ha estado marcada por la búsqueda constante de la autenticidad. Más allá de bailar, ha diseñado vestuario para compañías de renombre como Post: Ballet y Grand Rapids Ballet, fusionando su amor por la moda y el movimiento en creaciones que cuentan historias visuales.
El puente, al igual que su trabajo, es un ejemplo de cómo lo monumental puede ser a la vez íntimo. Pocos saben que el icónico color naranja internacional fue elegido además de por su estética, por razones prácticas: garantiza visibilidad en la niebla. Además, su diseño incluye un sistema de amortiguación sísmica, lo que
lo convierte en un símbolo de resistencia frente a la adversidad.
Después de una charla, salió el sol y por arte de magia la niebla se desvaneció, fue momento de realizar unas fotografías, y como si lo hubiéramos planeado, su outfit combinaba de maravilla con las mascadas de Pineda Covalin. Al empezar el shooting pensé en que el Golden Gate era un bailarín más en sintonía con el entorno, como si los cables del puente se curvaran con el viento al unísono con la ropa de Christian.
Su sonrisa delataba cierta conexión con el lugar. Sus movimientos están en armonía con la ciudad, el océano y el cielo. Es imposible no inspirarse aquí.
San Francisco tiene esa capacidad única de combinar lo cotidiano con lo extraordinario. En cualquier rincón, puedes encontrar un músico, un pintor o, como en este caso, un bailarín que te recuerda que el arte es inherente a la vida misma. La ODC/Dance, con su enfoque experimental y profundamente humano, encarna ese espíritu, y Christian es una de sus mejores representaciones.
Ya sea que vengas buscando inspiración o simplemente te dejes llevar por el azar. En esta ciudad el arte siempre te encuentra, tal como nos ocurrió aquella mañana.
PALACE OF FINE ARTS Un susurro del viento
Montserrat Menchaca @montsemlugo
Fotos. Umberto Estrada Tomadas con Cámara Nikon Z6 III
Era una tarde donde el cielo de San Francisco parecía pintado al óleo, con pinceladas de nubes suaves que se deslizaban entre las columnas neoclásicas del PALACE OF FINE ARTS. Ahí, bajo la majestuosa cúpula, el aire parecía tener un ritmo distinto, como si fuera consciente de la presencia de Blair Francis Paponiu, la recién llegada flautista principal asociada de la Sinfónica de San Francisco.
Nos encontramos en ese lugar que, aunque construido para la Exposición Universal de 1915, sigue siendo un refugio para el arte en todas sus formas. Pocos visitantes saben que su diseño original, concebido por Bernard Maybeck, se inspiró en la melancolía de las ruinas romanas, con la intención de evocar un sentimiento de contemplación y fragilidad ante la belleza efímera. Blair llegó con una sencillez que contrastaba con la magnitud de su talento. Era imposible no notar cómo su mirada viajaba entre las texturas del lugar, como si estuviera midiendo el espacio para llenarlo con notas invisibles.
Mientras hablábamos, compartió retazos de su vida: desde su infancia en Carolina del Sur hasta los escenarios de renombre en los que ha dejado huella, como la Filarmónica de Nueva York o la Sinfónica de Oregón. San Francisco tiene una energía diferente, es como si la ciudad misma fuera parte de la orquesta.
Cuando le pedimos que interpretara algo, sacó su flauta con el cuidado de quien maneja un tesoro. Las primeras notas se elevaron como un susurro del viento, alcanzando las alturas de las columnas y volviendo como un eco amable. La música transformó el espacio; las sombras de los arcos parecían bailar al compás, y el estanque cercano reflejaba un mundo en el que todo estaba en armonía.
Aunque el estanque es un remanso de calma hoy en día, pocos saben que durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como lugar de entrenamiento para rescates acuáticos, un uso muy distinto al que Maybeck habría imaginado.
El Palace of Fine Arts evoca la importancia del arte como puente entre generaciones, un espacio que respira historia y al mismo tiempo
inspira futuro. La música, en este contexto, trasciende su función de conectar a las personas, sirviendo también como un medio para reconectarse con uno mismo.
Nos despedimos de Blair ya que tenía ensayo, mientras el sol seguía su curso, tiñendo el lugar de tonos dorados. Caminamos un poco más y descubrimos que el vecindario ofrece otros tesoros para explorar.
Si subes hacia Presidio Tunnel Tops, encontrarás jardines y miradores increíbles con vistas al puente Golden Gate. Pero antes, si eres fanático de Star Wars, las oficinas de Lucasfilm son una parada obligada; el icónico Yoda en la fuente de la entrada es motivo suficiente para una foto inolvidable. A poca distancia está el Museo de la Familia Walt Disney, donde puedes sumergirte en la vida y obra del creador de sueños más famoso del mundo.
Al alejarnos, fue imposible no pensar en la conexión entre Blair, su música y este rincón de San Francisco.
En el Palace of Fine Arts, el arte no sólo se contempla; se escucha, se siente, y, por un instante, transforma a quienes lo visitan.
ALL THATJazz
EL ARTE ES UNA DE LAS MEJORES MANERAS PARA TRANSFORMAR VIDAS
Diego Hernández @diegobalam18
Fotos. Umberto Estrada Tomadas con Cámara Nikon Z6 III
Entre las columnas imponentes del City Hall de San Francisco y las notas que escapan de SFJAZZ, este rincón de la ciudad vibra al ritmo de una sinfonía única. Rebeca Mauleón, directora de Desarrollo, lo describe con pasión: “La música tiene el poder de transformar vidas, de unirnos en una danza colectiva hacia un mejor mañana”. Y lo cierto es que en este distrito, el arte además de embellecer, también da sentido a la comunidad, forjando ciudadanos comprometidos y almas más libres.
Un breve paseo por el Civic Center reúne algunas de las joyas culturales más icónicas de San Francisco. Desde el majestuoso MUSEO DE ARTE ASIÁTICO hasta los ecos profundos de la SINFÓNICA DE SAN FRANCISCO, pasando por los dramas sublimes en la WAR MEMORIAL OPERA HOUSE, este distrito es un hervidero de creatividad que abraza todas las disciplinas.
Rebeca nos contó cómo el jazz, con su espontaneidad y resiliencia, ha logrado derribar barreras sociales y económicas. “A través de nuestros programas educativos, vemos cómo los jóvenes se encuentran en el arte y descubren que tienen un lugar en el mundo”, comentó con entusiasmo. Esta filosofía resuena más allá de las aulas de SFJAZZ, impregnando cada esquina del barrio.
La plaza cívica del CITY HALL, además de su impresionante arquitectura, es el centro gravitacional que conecta estas instituciones culturales. Su cúpula, la más alta de Estados Unidos, es testigo de bodas multitudinarias, marchas de derechos civiles y celebraciones comunitarias que hablan del espíritu inclusivo de la ciudad.
Al caer la tarde, las luces del Civic Center pintan una postal que combina majestuosidad y calidez. El distrito no sólo es un espacio físico; es un manifiesto vivo de lo que el arte puede lograr cuando se convierte en un pilar de la sociedad. Como diría Mauleón, “la música es el lenguaje que todos entendemos y el puente que todos podemos cruzar”.
RIELES QUE DIBUJAN el horizonte
Adriana Sampayo @laasampayo
Fotos. Umberto Estrada Tomadas con Cámara Nikon Z6 III
Subir a un Cable Car en San Francisco es dar un paseo por el tiempo, un sube y baja de historia, campanitas y vistas de esas que te hacen decir ‘¡esto sólo puede estar en una película!’ Imagínate, hace más de 150 años, Andrew Hallidie, un tipo que probablemente odiaba las pendientes de la ciudad, dijo: “¿Y si le metemos un cable a todo esto?” Y así, en 1873, nacieron los famosos tranvías manuales, hoy supervivientes de una época que parecía haber quedado en el olvido.
Pero, ojo, el Cable Car además de ser un medio de transporte, es casi un miembro más de la familia de San Francisco. Si alguna vez pensaste que un tranvía no podía ser cool, aquí te cambia la visión. Es el último en el mundo que sigue funcionando a la antigua: tirado por un cable que, en lugar de ser un sistema automático, se maneja manualmente. Y claro, eso lo hace aún más épico.
Durante su época dorada, estos tranvías fueron esenciales para sobrevivir las colinas de la ciudad, pero también pasaron por tiempos difíciles. Después del terremoto de 1906, el transporte eléctrico les dio pelea, pero el Cable Car no se rindió. En 1964, los ciudadanos que amaban su historia y esos bellos sonidos metálicos del tranvía, decidieron que no podían dejarlo ir, y por suerte, lograron que fuera declarado Monumento Histórico Nacional en Movimiento.
El trayecto tiene tres rutas principales, pero si quieres vivir la experiencia más icónica, la Powell-Hyde es la más popular. Empieza en el bullicioso Market Street, pasa por la siempre vibrante Union Square y sube hasta llegar a Fisherman’s Wharf, un lugar donde la comida huele a mariscos frescos y las vistas a la bahía son de esas que te hacen pensar que estás soñando. Pero lo mejor viene cuando se empieza a subir, se siente el desafío de la colina y el ruido de las campanas que te avisan que, sí, ¡estás viviendo el momento!
Si te atreves a ir por la Powell-Mason, un recorrido que también arranca en Market Street y pasa por el siempre acogedor Chinatown, prepárate para perderte entre sus mercados y restaurantes. Y si prefieres un paseo más tranquilo, sin tantas subidas, la California Street es tu opción. Te lleva por Nob Hill y el Distrito Financiero, todo mientras vas disfrutando del ajetreo de la ciudad, pero desde una perspectiva mucho más relajada.
Es cierto, cada vez que subes a un Cable Car, tu billetera sentirá el golpe (el viaje cuesta 8 dólares), pero créeme, cada centavo vale la pena. Es un recorrido que no sólo te lleva del punto A al B, sino que te cuenta una historia, te presenta un pedazo de la ciudad que sólo es posible ver desde las alturas de un tranvía. Y si piensas quedarte más tiempo, siempre puedes comprar un pase de TRANSPORTE ILIMITADO, lo que te deja disfrutar de la ciudad como un local, sin preocuparte por el tráfico o el costo de cada viaje.
San Francisco tiene un par de cosas que todos deberían ver, pero subirse a un Cable Car es sin duda algo que no se te va a olvidar. Y si te preguntas cómo logran mantener todo funcionando, te cuento que no es barato. Cada dos meses, los cables que dan vida al sistema deben ser reemplazados, y eso cuesta una buena cantidad de dinero, pero es una inversión que la ciudad está dispuesta a hacer, porque saben que lo que ofrecen no se encuentra en ningún otro lugar del mundo.
Así que la próxima vez que estés en la ciudad, busca un Cable Car y súbete para realizar ese viaje por el alma de San Francisco. Y, quién sabe, tal vez en el trayecto veas a los chicos de Fugazzi hacer sus locuras por la ciudad.
CADA PLATILLO ES COMO UN PERSONAJE DENTRO DE UNA PELÍCULA; LAS CHARLAS QUE OCURREN AQUÍ SON ESAS LÍNEAS DEL GUIÓN QUE SE ESCRIBE DIARIAMENTE
Umberto Estrada @umberto.estrada
Fotos. Javier Cardona Tomadas con Cámara Nikon Z6 III
NORTH BEACH Historias en
En la intersección de Columbus y Kearny se alza una estructura triangular que parece haber resistido las sacudidas del tiempo y la historia. El Sentinel Building, con su fachada verde de cobre envejecido y su aire majestuoso, ha sido testigo de los altibajos de la ciudad, pero también protagonista de una trama que mezcla corrupción, arte y una buena dosis de encanto cinematográfico.
Construido en 1906 bajo la dirección del controversial Abe Ruef, quien fuera el último gran jefe político de San Francisco, el edificio casi no logró nacer. Apenas completada su estructura de acero, el terremoto y el incendio que devastaron la ciudad ese mismo año lo dejaron como un esqueleto calcinado. Sin embargo, como un fénix, se reconstruyó en 1907, sólo para convertirse en un testimonio silencioso de los días de gloria y caída de Ruef, quien terminaría en la prisión de San Quintín antes de poder disfrutar de su creación.
A lo largo de las décadas, el Sentinel Building fue refugio de restaurantes clandestinos durante la Prohibición, cuna de clubes bohemios en la Gran Depresión, y estudio de grabación para bandas icónicas como Grateful Dead. En 1972, el director de cine Francis Ford Coppola adquirió el edificio, transformándolo en la sede de su productora, American Zoetrope. Fue aquí donde las palabras y los sonidos de “El Padrino”, “Apocalypse Now” y otras obras maestras cobraron vida.
En la planta baja se encuentra una joya gastronómica que evoca tanto a Roma como a Hollywood: el CAFE ZOETROPE. Este espacio, inaugurado en 1999, refleja el amor de Coppola por la buena mesa y su habilidad para crear atmósferas cargadas de significado. Desde las primeras horas de la tarde, los aromas de ajo, albahaca y vino tinto llenan el aire, invitando a los transeúntes a detenerse.
Aquí fue el punto de encuentro para charlar un rato con Michael Patterson y Joëlle Ziörjen, nuestros nuevos amigos de Fugazzi, quienes nos compartieron su visión de la ciudad: un lugar donde la creatividad y la libertad fluyen tan naturalmente como el aire salino de la bahía, y donde cada rincón, desde los senderos de Lands End hasta las calles bohemias de Haight-Ashbury, parece contar una historia única.
Al entrar, las paredes adornadas con recuerdos cinematográficos de la ilustre carrera de Coppola parecen susurrar historias a los comensales. Su piso al estilo de mosaicos salpicados resalta con el ambiente cálido. Si ves un sombrero de charro a lado de un enorme cuadro rojo con un cordón de reserva, esa es la mesa del patrón. Sus mesas de madera oscura, sillones de cuero rojo y los toldos que resguardan el área exterior crean un ambiente acogedor, casi familiar, mientras que el clima neblinoso de San Francisco aporta un toque de melancolía.
El menú del Cafe Zoetrope es una celebración de la cocina italiana clásica. Para abrir el apetito una ensalada César, creada en este edificio en 1924. Sus pizzas son una buena opción para compartir, pero no duden en pedir un clásico creado por el mismo Coppola: espagueti con albóndigas. Para quienes buscan algo más contundente, el Asado de Tira al estilo argentino o la Muffuletta con su jamón estilo New Orleans son opciones ineludibles. No olvides el postre: capas de galletas Savoiardi,
mascarpone, expresso y cacao llegarán a tu plato en forma de un tiramisú. Todo ello debes acompañarlo con vinos seleccionados de las bodegas Coppola, que parecen destilar la esencia misma de California.
En cada bocado, uno siente que está participando en un acto de creación, como si Coppola hubiera concebido este restaurante no sólo como un lugar para comer, sino como una extensión de su universo narrativo, donde cada plato cuenta una historia.
El Cafe Zoetrope y el Sentinel Building están a punto de escribir un nuevo capítulo en su ya rica historia. Pronto, el edificio albergará un exclusivo hotel boutique, una transformación que promete mantener vivo su legado mientras atrae a una nueva generación de visitantes.
Para los viajeros que buscan un lugar donde la historia, el arte y la gastronomía se entrelacen, este rincón de San Francisco es una parada obligatoria. Porque, al final, como en toda buena película de Coppola, aquí todo está perfectamente orquestado para dejarnos con ganas de más.
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La idea de dormir entre lobos suena como el comienzo de un cuento. En el epicentro de la región de Outaouais, Québec, el PARC OMEGA convierte esta fantasía en una experiencia tangible. A pocos kilómetros de Ottawa, este parque ofrece un contacto íntimo con la naturaleza salvaje, sin sacrificar las comodidades modernas. Al llegar, la sensación es extraña: una mezcla de admiración y respeto que se respira al saber que estás entrando al territorio de los lobos. Tiene chalets, con capacidad para cuatro, seis u ocho personas y son el escenario perfecto para quienes bus-
can algo más que un simple alojamiento. Equipados con ventanales del piso al techo, permiten que la vida salvaje se convierta en parte de tu cotidianidad, al menos por una noche. La manada de lobos grises se mueve con la calma de quienes saben que son los dueños del lugar, mientras tú, del otro lado del cristal, observas cada movimiento.
El Parc Omega abrió sus puertas al público en 1991, tras su creación en 1985, como un refugio y un espacio diseñado para proteger y descubrir la fauna y flora de América del Norte en un terreno de 800 hectáreas. Con los años, su
visión pionera se ha enriquecido con iniciativas como el Sendero de las Primeras Naciones, dedicado a las culturas indígenas de QUÉBEC, y áreas que destacan la historia local, como el puesto comercial y la cabaña de azúcar. Este museo viviente conecta a los visitantes con la naturaleza, ofreciendo una experiencia única de aprendizaje y asombro.
Si prefieres una conexión más rústica, las cabañas de madera para cuatro personas ofrecen una experiencia más sencilla, pero igual de envolvente. Desde ahí, los venados cola blanca y muflones europeos pasean como si el tiempo se hubiera detenido. Pasar la noche aquí es un gesto de respeto hacia la naturaleza.
La tarifa incluye el acceso al parque, donde podrás explorar senderos y conocer de cerca osos, bisontes y caribúes. Pero lo más impactante no es el avistamiento, sino la conciencia que despierta. Aquí, cada detalle parece diseñado para recordarnos que somos sólo visitantes en este vasto ecosistema.
Por la noche, con el aire frío de Outaouais rodeándote, es fácil entender por qué esta experiencia es única. Mientras los lobos duermen a unos metros de distancia y tú buscas constelaciones en el cielo despejado, la conexión entre humano y naturaleza se vuelve casi palpable. En el Parc Omega, duermes entre lobos y sueñas con un mundo donde coexistir sea la norma, no la excepción.
Imagina estar en una ciudad lejana, con arquitectura fas cinante, historias milenarias y culturas vibrantes. Tal vez en París, admirando la Torre Eiffel, o en Roma, frente al Coliseo, como si el pasado cobrara vida. Cada ciudad está llena de magia, pero te surgen infinidad de preguntas.
¿Cómo aprovechar tu viaje al máxi mo? ¿Qué lugares no te puedes perder?
¿Cómo entender la historia detrás de cada monumento y plaza?... Si estas preguntas te abruman, la respuesta es simple y está al alcance: ¡CIVITATIS!
Ellos serán tu brújula en el labe rinto de historia y las maravillas que el mundo tiene para ofrecer. Porque si alguna vez te has sentido un poco perdido en un nuevo destino, no estás solo, todos hemos estado ahí: con la emoción de explorar, pero sin saber por dónde comenzar.
Aquí es donde entra en acción esta plataforma, que ofrece visitas guiadas y excursiones por los rincones más fascinantes del planeta, garantizando que cada uno de tus viajes sea tan especial como el destino mismo.
CONOCER DESTINOS E HISTORIAS DEL MUNDO NUNCA VOLVERÁ A SER IGUAL DESPUÉS DE QUE CONOZCAS ESTA PLATAFORMA DIGITAL
Dulce García @candymuchogusto
Fotos Cortesía: Tourism Malaysia
EN CUEN TRA tu paz
LA TRANQUILIDAD QUE TE HACE FALTA LA VIVIRÁS RODEADO DE MUCHO COLOR EN UN DESTINO LLENO DE MUCHA VIDA
Si hay un lugar donde la espiritualidad y el bienestar se fusionan con paisajes impresionantes, ese es Malasia. En cada rincón, la mezcla de culturas malaya, china, india e indígena se siente vibrante y viva, ofreciendo una experiencia transformadora que no sólo nos conecta con la historia, sino también con quien pisa esta tierra. En cuanto aterrizas en KUALA LUMPUR, sentirás que esta ciudad es mucho más que rascacielos y tecnología. Te recomendamos dirigirte al Jardín Botánico Perdana, un santuario verde en el corazón de la ciudad que te invita a desconectarte del ruido urbano. Rodeados de vegetación exuberante, podrás practicar yoga y meditación al aire libre. El susurro de las hojas y el canto de las aves parecerán sincronizarse con tu respiración, llevándote a un
estado de calma que pocas veces podrás experimentar.
A unos pasos de ahí, descubre la majestuosidad de la Masjid Negara, la Mezquita Nacional de MALASIA. Su cúpula en forma de medialuna y los jardines que la rodean crean un ambiente de paz inigualable. Caminarás descalzo sobre su mármol blanco, dejando que el frescor del suelo te recuerde que estás en el lugar perfecto para contemplar y reflexionar.
Tu siguiente destino será el templo Thean Hou, dedicado a la diosa del mar, Mazu. La arquitectura te dejará sin palabras: colores vivos, esculturas detalladas y un sinfín de historias grabadas en cada rincón. Si lo visitas en primavera, podrás coincidir con su festival, el cual se llena aún más de vida. Música, aromas de incienso y sonrisas te envolverán en un abrazo cálido, mostrándote la belleza de estas prácticas espirituales. Desde Kuala Lumpur, te sugerimos tomar rumbo al sur para llegar a Malaca, una ciudad que parece haber detenido el tiempo. En lo alto de la colina de San Pablo, entre jardines que parecen sacados de un cuento, explora las ruinas de la iglesia de
San Pablo. El silencio ahí no era vacío, sino lleno de historias de siglos pasados. En el corazón de Malaca, encontrarás el templo Cheng Hoon Teng, el más antiguo de Malasia. Sus vibrantes colores y diseños intrincados te harán detenerte a observar cada detalle. Podrás ser testigo de ceremonias tradicionales que, aunque nuevas para los viajeros, te harán sentir bienvenido y conectado con algo más grande. El siguiente capítulo de tu travesía te llevará a Penang, una isla que, desde el primer momento, te conquistará con su energía. El templo Kek Lok Si, el complejo budista más grande del país, te recibirá con su majestuosidad. Desde sus pagodas hasta los serenos estanques de lotos, cada espacio parece diseñado para inspirar calma y reflexión.
Penang además de deslumbrarte con su herencia cultural, también te sorprenderá con sus retiros holísticos. Aquí te sugerimos regalarte un masaje tradicional malayo, donde aprenderás sobre aromaterapia y participar en un taller de atención plena que, sin duda, te llevará tu conexión con el presente a otro nivel.
Te garantizamos que cada lugar que recorras te asombrará, entendiendo que Malasia es una experiencia para todos los sentidos. La espiritualidad se siente en cada templo, mezquita y ceremonia, mientras que el bienestar fluye en los paisajes naturales y las tradiciones locales.
Malasia te enseñará que viajar no sólo es explorar nuevos territorios, sino también redescubrirte en el proceso. ¿Listos para emprender tu propia travesía?
ESTE ES UN REFUGIO PARA SOÑADORES EN BUSCA DE MAGIA, CON VISTAS QUE INSPIRAN Y UN AMBIENTE
QUE INVITA A LA CREATIVIDAD
Edimburgo parece el lugar ideal para quienes buscan inspiración entre muros de piedra y niebla; podría decirse que es un portal al mundo de la imaginación. Caminar por sus calles empedradas es un ejercicio de conexión entre lo tangible y lo fantástico, y en ese cruce se encontraba un café que ha inspirado millones de sueños: The Elephant House. En este pequeño rincón del puente George IV, rodeado de elefantes de porcelana, lienzos y baratijas, J.K. Rowling escribió los primeros capítulos de lo que se convertiría en la saga más importante de la literatura contemporánea. El café, abierto en 1995, se presentaba como el “lugar de nacimiento de Harry Potter”. Desde sus ventanas traseras se podía contemplar el majestuoso Castillo de Edimburgo y, al otro lado, el cementerio Greyfriars Kirkyard, un lugar tan solemne como intrigante. Allí, entre lápidas desgastadas por el tiempo, descansa un hombre llamado Tom Riddell, cuyo nombre pudo haber inspirado al más temido villano del mundo mágico. Por años, este rincón ofreció a los visitantes no sólo una atmósfera cálida y llena de creatividad,
sino también la oportunidad de dejar su huella en las paredes de los baños, cubiertas de mensajes de fans agradecidos y llenos de sueños. Sin embargo, en 2021, un incendio misterioso redujo a cenizas gran parte de The Elephant House, marcando el fin de una era para este icónico lugar.
UN NUEVO CAPÍTULO PARA UN CAFÉ LEGENDARIO
Hoy, el espacio ha renacido, pero de forma más modesta. El nuevo café conserva una mesa y una silla del original, piezas que, según cuentan, ocupaba Rowling mientras daba forma a Harry Potter. Aunque las paredes ya no están cubiertas de mensajes, este pequeño homenaje mantiene viva la conexión entre el lugar y la historia que cambió al mundo.
La esencia del café sigue intacta: un refugio para soñadores en busca de magia, con vistas que inspiran y un ambiente que invita a la creatividad. Edimburgo, con su mezcla de historia y misterio, continúa siendo el escenario perfecto para recordar que los sueños más grandes pueden nacer en los lugares más pequeños, incluso después de las cenizas.
Luisa Franco @luisafrancof
Dónde: 21 Victoria St, Edinburgh EH1 1EN, Reino Unido.