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Boletín
Boletín del Grupo de Estudio de Animales Silvestres
GEAS hace parte de la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres (URRAS), en la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia. El Boletín GEAS fue creado con el objeto de difundir información sobre la fauna silvestre colombiana y los animales no convencionales.
Boletín GEAS 2004 Volumen VI
Boletín GEAS 2004, volumen VI, Núm 1 - 4
Enero / Dic 2004
Editor: Néstor Varela
Colaboradores: Claudia Brieva
Veterinarios de Vida Silvestre La Asociación de Veterinarios de Vida Silvestre es una organización colombiana no gubernamental de carácter gremial creada con el objeto de promover el conocimiento de la fauna silvestre, su manejo y conservación.
Karol Barragán
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Boletín GEAS 2004, volumen VI, Núm 1 - 4
Contenido Reproducción en Ofidios............................................................................................................... 5 Consideraciones Clínicas sobre Fiebre Amarilla en los Primates Neotropicales ............................ 13 Morbillivirus en Cetáceos............................................................................................................ 18
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Boletín GEAS 2004, volumen VI, Núm 1 - 4
Reproducción en Ofidios
Año 2004 Volumen VI Número 1
Sandra-Milena Peñuela-G. ∞ RESUMEN Las condiciones medio ambientales como temperatura, fotoperíodo y cambios estacionales juegan un papel fundamental en la reproducción ya que al integrarse con las vías hormonales y neuronales fisiológicas, producen el comienzo y mantenimiento del ciclo reproductivo. La mayoría de los ofidios mantienen un patrón de reproducción sexual, unas pocas especies son el resultado de hibridización interespecie, y se reproducen por partenogénesis, en donde los gametos tienen un número diploide de cromosomas y su población no tiene variación genética (7). Característicamente en los reptiles la reproducción es interna con aposición de la cloacas y la intromisión del órgano copulador del macho (hemipene). Las adaptaciones anatómicas de los ofidios, como la reducción de las extremidades y el alargamiento del cuerpo llevan a que la disposición de su tracto reproductivo esté en forma alargada y sacular para garantizar la habilidad reproductiva, el desarrollo del ciclo y la viabilidad de generar crías (6). A nivel del desarrollo, la diferencia más importante en los reptiles es que las células de la granulosa se originan de tres tipos diferentes de células. La función de dichas células aun no es clara (7). En los reptiles la retención del esperma en el tracto reproductivo es un fenómeno común, el cual tiene la habilidad de permanecer viable por varios meses para luego producir la fertilización. Los ofidios producen grandes óvulos que pueden generar individuos ovíparos o vivíparos, los cuales se diferencian por la fuente de nutrición embrionaria. En el primero es a partir de vitelo, y en el segundo el transporte de nutrientes se da a través de la placenta (4). Dentro del comportamiento sexual es típico entre los machos un combate ritual donde se establece jerárquicamente la aproximación a la hembra; por otro lado el cuidado parental no se expresa del todo en los reptiles, ya que solo el 20% de los ofidios prestan asistencia al nido, luego de lo cual abandonan a las crías (9). En la práctica veterinaria el diagnóstico de la preñez emplea múltiples herramientas, desde la palpación manual hasta el ultrasonido (US); este último presenta una alta sensibilidad y especificidad. El Médico Veterinario puede intervenir adecuadamente en la gestación ya que en este período por disminución del consumo (1) y disminución en las funciones del sistema inmune el animal es susceptible al ingreso de patógenos que lleven a la presentación de un cuadro clínico de enfermedad, con riesgo de infección de la cría y/o la muerte de cualquiera de los individuos. Los problemas de mayor incidencia a nivel reproductivo son distocia, prolapsos de parte del tracto reproductivo en los dos sexos, e infertilidad; los cuales tienen una estrecha relación con factores medioambientales a los que pueda estar expuesto el animal. Palabras clave: Ofidios (Ophidia), Squamata, Reptiles. Reproducción, Fisiología. Enfermedades.
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Estudiante de Medicina Veterinaria, UN. Correo electrónico: purplesnake@eudoramail.com 5
REPRODUCCIÓN EN OFIDIOS
INTRODUCCIÓN Por evolución, el tracto genitourinario de los ofidios ha sufrido adaptaciones tales como la separación de las vías digestivas y urinarias que desembocan en la cloaca. La vitelogénesis es un proceso similar al descrito en las aves, al igual que la localización de las células germinativas primordiales en la parte anterior extraembrionaria, así como la migración de estas células en los canales vasculares (7). La información disponible sobre la influencia hormonal y interacción hipotalámica - hipofisiaria es el resultado de estimulaciones a partir de hormonas de mamíferos, que para el objeto de estudio responden similar al patrón de los mamíferos (6). La información obtenida en el trópico es muy reducida, muchos de los datos existentes están basados en transpolaciones sobre datos de especies en países estacionales en los cuales ésta última condición modifica enormemente las actividades reproductivas, por lo cual muchos procesos relacionados no están claros aún.
Anatomía Reproductiva En general las gónadas de los reptiles se disponen en parejas dentro de la cavidad abdominal y su disposición se relaciona con la forma de estos reptiles, en los ofidios tienen una forma alargada y uno de los pares es más anterior que el otro. Anatomía reproductiva de la hembra Los ovarios son saculares y están compuestos fundamentalmente por células epiteliales, tejido conectivo, fibras nerviosas, vasos linfáticos y sanguíneos (1). Según el estado de desarrollo en sus paredes aloja los folículos de Graff (6). De la parte posterior del ovario se desprende una estructura tubular llamada oviducto, que consta de tres regiones: la más anterior forma el infundíbulo que es la apertura del oviducto con numerosas fimbrias, tiene forma de embudo y conecta el ovario y el útero. En su luz se evidencian glándulas alveolares que se encargan de la secreción de albúmina; por otra parte en dicha región hay conductos ciliados que actualmente se relacionan con los receptáculos seminales, un reservorio para los espermatozoides. El segmento medio esta compuesto por el útero, el cual es la estructura más extensa, y que durante la gestación aloja a los embriones en formación. Contiene células especializadas que secretan sustancias que ayudan a la formación de una cáscara flexible de material calcáreo y poroso, lo cual permite el intercambio de gases respiratorios (6). El oviducto llega directamente a la cloaca, la cual es más compleja que la de los anfibios pues muestra el paso inicial hacia la separación de vías digestivas, excretoras y reproductivas (4). Anatomía reproductiva del macho
Esquema reproductivo de un ofidio. Se muestra la disposición de los órganos reproductivos del macho y la hembra. Ambas estructuras reproductivas no se encuentran en un solo individuo (testículos en machos, oviducto y ovario en hembras), pero aquí se ejemplifican en un mismo boceto para una mejor comprensión topográfica comparada de ambos sexos. Diseñó: Néstor Varela.
Los testículos están localizados en la cavidad celómica a nivel dorsomedial, estos son una masa alargada de túbulos seminíferos, células intersticiales, vasos sanguíneos rodeados de una vaina de tejido conectivo (8). La fertilización interna es característica de todos los reptiles, para lo cual es necesaria la intromisión del órgano copulador del macho, el hemipene, en el tracto reproductivo de la hembra. El hemipene es un órgano par, en forma 6 / 2004 VOLUMEN VI: 1
PEÑUELA-G Sandra-Milena saluclar, en estado de relajación se encuentran bajo la piel en la base de la cola, adyacente a la cloaca por acción de los músculos retractores. En estado de excitación el músculo propulsor, sumado a la llegada de sangre a los sinusoides permiten la eversión por fuera de la cavidad (6). El surco espermático es la zona de conducción de los espermatozoides que han llegado desde los testículos a través del conducto deferente hacia los cálices. En algunas especies los hemipenes presentan, espinas que ayudan a la copula. Los machos de la familia Boidae tienen remanentes de los miembros posteriores a manera de espuelas, las cuales resultan útiles en el momento de la copula como estructuras estimuladoras táctiles y de sujeción (5).
Desarrollo Embriológico La diferencia más importante a nivel del desarrollo con los mamíferos es que las células de la granulosa de los reptiles están compuestas por tres tipos diferentes de células, y uno de estos tipos se une al oocito por uniones desmosomales. Parece que esta unión permite que las células especializadas secreten sustancias que ayudan a la formación del oocito, aún si la mitosis es incompleta (3). Las células germinativas primordiales (CGP) derivadas del endodermo, al igual que en los mamíferos son células especializadas que secretan sustancias. Su migración se da por vía vascular hacia el epitelio germinal. La granulosa de los ofidios inicialmente consiste de una capa sencilla de células pequeñas, algunas de estas se diferencian a intermedias. Posteriormente, y por división mitótica, éstas células se transforman en piriformes. Las células pequeñas que no se diferencian mantienen unidas al oocito por demosomas, este tipo de unión es típico en los vertebrados. Finalmente las células piriformes se degeneran por la acumulación de Iiposomas, quedando la granulosa definitiva, la cual consiste de una capa pequeña de células (3). Aparentemente la función de esta unión celular es el paso de precursores vitelogénicos, cromatina, cuerpos de golgi y mitocondrias. Otros autores deducen que son un estilo de glándulas holocrinas que descargan dentro del citoplasma ácidos nucléicos, lípidos, y glicógeno (3).
CARACTERÍSTICAS DEL CICLO REPRODUCTIVO •
Factores medio ambientales relacionados al cicloreproductivo: Estos estímulos incluyen factoresabióticos.
1. Temperatura, luz y humedad: Debido a que las funciones metabólicas son dependientes de la temperatura ambiental en todos los animales ectodermos, la temperatura es muy importante ya que los procesos de espermatogénesis, desarrollo folicular y gestación son dependientes de dicha variable. Los individuos expuestos a bajas temperaturas presentan desordenes de motilidad espermática, causando infertilidad y supresión gonadal, en hembras se produce inhibición de la maduración folicular ovárica y embrionaria con presentación de defectos congénitos y mortalidad neonatal. Por otro lado individuos expuestos a altas temperaturas disminuyen su índice reproductivo. La sensibilidad térmica del epitelio germinal varía en casi todas las especies (1). Las variaciones de la temperatura son importantes ya que la disminución o aumento de varios grados de temperatura puede disparar el comportamiento reproductivo en reptiles del trópico. Se han descrito tres tipos de ciclos de temperatura en ofidios: A. Los animales se mantienen dentro de rango estrecho de temperatura durante el período no reproductivo. En la época reproductiva un incremento gradual en la temperatura hasta un valor determinado se mantiene por 6 a 8 semanas, luego la temperatura regresa gradualmente a la mitad del rango. Esta característica es común en los boídeos (1). B. El rango de temperatura es igual todo el año, no hay variación en la estación reproductiva. Esto es explicable ya que algunos boídeos expuestos a una temperatura constante y una leve variación en grados puede comenzar el ciclo. C. Áreas con temperaturas que disminuyen drásticamente obligan a realizar hibernación, un patrón común en los colúbridos. Hay una disminución gradual que se mantiene en un punto mínimo (10 - 13°C) por 8 a 10 semanas, en esta época el animal permanece en un estado hibernante que desencadena ajustes fisiológicos caracterizados por la disminución de la tasa metabólica, lo cual se traduce en inactividad del tracto digestivo y disminución en funciones del sistema inmune (9). El animal se mantiene por una mínima termogénesis metabólica donde usa las reservas de grasa, Grupo de Estudio de Animales Silvestres (Boletín GEAS)
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y luego gradualmente regresa al punto de temperatura para mantenimiento con una deficiencia de peso. El impacto ecológico de este fenómeno es que el mecanismo provee protección de depredadores en épocas de escasez (1). El impacto social se expresa en las reuniones de numerosos individuos que al emerger de éste estado pueden dar inicio al ciclo reproductivo con alta variedad de individuos. En los reptiles del trópico la hibernación no es un fenómeno necesario pues se ha demostrado que los boídeos sin dicho mecanismo llevan a cabo la reproducción exitosamente. Factores biológicos y físicos: a. El fotoperíodo puede estimular el crecimiento y regresión gonadal, por otro lado las hembras expuestas a humedades mayores a 60% exhiben un rápido crecimiento gonadal (1). b. Alimentación, hábitat, espacio: La disponibilidad de alimento es un factor importante en el ciclo reproductivo reptiliano, debido a que el cuerpo tiene áreas de almacenamiento de grasas que son importantes para el mantenimiento y reproducción ya que es vital para la vitelogénesis, mantenimiento de la gestación que asegurarían una exitosa cópula (9). •
Factores endógenos relacionados al ciclo reproductivo:
1. Comportamiento sexual: Señales sociales estimulan el inicio de la época reproductiva. Estas se pueden dar dentro de una población que sale de hibernación. Adicionalmente hay señales químicas (feromonas) que son liberadas desde la piel dorsal de la hembra, las cuales propician el reconocimiento y ubicación por parte del macho debido a las diferentes concentraciones de olor en el ambiente (9). Varios machos pueden ser atraídos por la señal química, pero el macho más grande será quien acceda a la hembra; en caso que dos machos estén en iguales condiciones se realizará un combate o danza, este comportamiento es común entre los vipéridos y pitones, y consiste en el enfrentamiento de machos en pruebas de fuerza (6), cada macho tiende a localizar su cabeza sobre la de su rival, forcejeando hacia abajo, al mismo tiempo los cuerpos están fuertemente entrelazados, algunos pueden morder alguna región del oponente. Este comportamiento se presenta en aproximadamente 100 especies y 50 géneros de pitones, boas, colúbridos, elápidos y vipéridos (7). Posterior al combate el ganador accederá a la hembra. El cortejo a la hembra se puede dar en dos fases, una inicial donde la aproximación involucra un combate sutil, en la cual el macho persigue y monta a la hembra con una leve resistencia de ésta última. El macho frota la barbilla sobre la cabeza de la hembra y saca constantemente la lengua, a la vez que trata de aproximar las cloacas (9). Durante la segunda fase, la yuxtaposición de las cloacas es completa, hay inserción de uno de los hemipenes en la cloaca de la hembra, lo cual se acompaña de roces frecuentes entre las escamas. Posteriormente ocurre un estado de indiferencia al medio. Algunas diferencias comportamentales establecidas entre ofidios son la presión con espinas en los boídeos, a lo cual se le atribuyen funciones como la elevación de la cloaca para facilitar la penetración, inserción de una espina en la piel interescalar para sujeción y estimulación constante, mordiscos a la hembra en colúbridos y el desplazamiento de la cabeza jerárquicamente en vipéridos. La duración de la cópula es variable, una cópula prolongada reduce la probabilidad de que la hembra se aparee con otros machos, mientras una cópula rápida reduce la exposición al ataque de depredadores (1).
CICLO REPRODUCTIVO Las interacciones recíprocas entre factores externos e internos desencadenan por vía neuronal a nivel hipotalámico la liberación de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH). La hormona luteinizante (LH) se une a los receptores de membrana de la teca interna donde se producen andrógenos, estos se dirigen a las células foliculares, que por presencia de 17 - β deshidrogenasa facilitan la reacción de andrógenos a estrógenos (7). Los estrógenos tiene acciones específicas sobre el sistema nervioso y el tracto reproductivo, preparando al individuo para la cópula y fertilización. De este modo el ovario sufre cambios morfológicos y estructurales que inician con divisiones mitóticas del folículo primario donde las capas internas se separan de las externas, formando una cavidad típica de folículos secundarios que inician un crecimiento gradual hasta llegar a convertirse en un folículo maduro o de Graff, así las teca interna sintetiza receptores de membrana para LH (7). Las células foliculares sintetizan receptores para hormona folículo estimulante (FSH) y LH, en los momentos previos a la ovulación los receptores para FSH predominan sobre los receptores para LH. La FSH interviene en el crecimiento 8 / 2004 VOLUMEN VI: 1
PEÑUELA-G Sandra-Milena folicular en las hembras y actividad testicular en los machos, también en los machos se involucra el segmento sexual del riñón. La ocurrencia de estos eventos es dependiente de la temperatura (5, 7).
Vitelogénesis Los precursores vitelinos son principalmente de origen extrafolicular. Los estrógenos estimulan el hígado para utilizar las reservas de grasa y formar vitelogenina, durante esta época el hígado aumenta de tamaño drásticamente, la vitelogenina es absorbida selectivamente desde la circulación sanguínea por los folículos, infiltra los espacios intercelulares de la granulosa, atraviesa la zona pelucida y se incorpora al oocito por pinocitosis (8). Los reptiles producen huevos amnióticos los cuales forman una membrana calcánea que provee protección mecánica al embrión y permite el intercambio de gases respiratorios y vapor de agua. Las tres capas que crecen alrededor del embrión son el amnios la más interna, el corion la más externa y la alantoides que forma un sobrecrecimiento desde la parte posterior del intestino (7). La membrana corioalantoidea provee la superficie de intercambio, la alantoides sirve como depósito para el ácido úrico y la urea, productos del metabolismo de las proteínas.
Fertilización En ofidios la ovulación no precede la cópula, los espermatozoides pueden almacenarse en estado inactivo en la parte anterior del oviducto, manteniendo la habilidad para fertilizar el óvulo por meses o años, este fenómeno es conocido como fertilización retardada. Para dicho almacenamiento algunas especies cuentan con receptáculos seminales que pueden ser fisiológicamente importantes para la nutrición y arresto químico de la actividad espermática, además estos proveen un refugio para los espermatozoides. Como cada sexo tiene un gameto distintivo con un número haploide de cromosomas, la fusión de los gametos generan un cigoto con número diploide y por subsecuente recombinación genética durante la meiosis generarán crías.
Partenogénesis Este fenómeno ocurre en individuos que poseen un número diploide de cromosomas, lo cual aparentemente es el resultado de la supresión de la segunda división meiótica. Esto se traduce en una homocigosis, la cual se caracteriza por una población sin variabilidad genética y la expresión de alelos laterales; así la población está compuesta por clones idénticos (7). En ocasiones, estos individuos pueden hibridar con individuos de números haploides, generando individuos triploides. La serpiente del género Rhamphotyphlos braminus presenta éste fenómeno. La ausencia de fertilización no quiere decir que el comportamiento sexual no ocurra, pues realizan seudocópula entre sí. Este fenómeno se ha reportado en especies de Squamata, pero fundamentalmente ocurre con mayor frecuencia en geckónidos, lagartijas y télidos.
Gestación En esta época el organismo demanda energía, hay un desbalance entre la toma de energía y los requerimientos, lo cual se compensa por las reservas grasas e hidrólisis de proteínas a partir de las masas musculares (1). La progesterona aumenta sus concentraciones e inhibe los ciclos de vitelogénesis, disminuye la temperatura corporal y estimula junto con la oxitocina la contractibilidad del oviducto. En este período hay una disminución de las funciones del sistema inmune, que sumado el bajo consumo de alimento predispone al animal a adquirir enfermedades (5). Algunos animales preceden a la oviposición una muda completa o ecdisis que generalmente ocurre entre 15 y 30 días antes. El promedio de tiempo de gestación es de 5 a 6 meses en vivíparos y de 3 meses en ovíparos, dependiendo de la especie y las condiciones medio ambientales a las que esté expuesto el animal.
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Viviparidad Mientras que la mayoría de los reptiles dejan huevos, las serpientes de las familias Boidae, Viperidae y Colubridae desarrollan el embrión completamente en su oviducto por medio de placentotrofia, pues el transporte de nutrientes se da a través de la placenta (7). Mientras que en los ovíparos es lecitotrófica, lo cual quiere decir que la fuente de energía del embrión es a partir de la yema. Las especies vivíparas proveen mayor protección al desarrollo del embrión y le permite a la hembra fácilmente regular la temperatura interna. Los costos de esta condición son el mantenimiento de los fetos en desarrollo por un largo período de tiempo a partir de la movilización de reservas corporales de grasa, por lo cual estas especies generalmente tienen un patrón anual de reproducción (8). Adicionalmente el espacio ocupado por los fetos limita las funciones del tracto digestivo y como resultado los animales dejan de comer por un tiempo.
Cuidado Parental La gran mayoría de los reptiles no exhiben comportamiento parental, pero alrededor de 100 especies de ofidios exhiben algunos cuidados parentales a los huevos. La evolución y persistencia de cuidado parental depende del balance entre los beneficios que brinda y el costo de dicha actividad (inversión de tiempo, gasto de energía y exposición a predadores). Los cuidados incluyen defensa del sitio de nidación, asistencia a los huevos, dar vuelta a los huevos y termogénesis muscular. Se distribuye de la siguiente forma en las especies: termorregulación (26 - 32°C) y rotación de huevos en pitones, asistencia a huevos en colúbridos, elápidos y vipéridos. Las consecuencias de esta actividad son disminución en la actividad reproductiva, disminución en el consumo, alto gasto energético para la termorregulación y frecuente exposición a los predadores.
Métodos de Sexaje en Ofidios Los reptiles no poseen genitales externos, por lo que la determinación del sexo no siempre es obvia. La mayoría de veces el clínico tiene que usar métodos invasivos para hacer el sexaje. Para la reproducción en cautiverio el método debe aportar casi el 100% de la seguridad en dicho reconocimiento (9). •
Dimorfismo sexual: En algunas especies las características sexuales secundarias permiten hacer la distinción entre ambos sexos. Características tales como la apariencia robusta o gruesa, especialmente de la cabeza, una mayor longitud del cuerpo son atribuibles al macho, como también en los boideos la presencia de espinas en la región cloacal. La cola tiende a variar de diámetro en ambos sexos ya que en los machos proporciona el área de almacenamiento para los hemipenes. En algunos individuos se produce un embotamiento obvio de la región que define el sexo (6).
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Eversión manual de los hemipenes (8): Es el método comúnmente más utilizado en colúbridos neonatos. El procedimiento inicia cuando se ejerce presión firme con los dedos sobre la región cloacal que produce la eversión; es importante realizarlo cuidadosamente pues la presión excesiva puede causar daño a las estructuras reproductivas. En boídeos la presión no alcanza a producir la eversión, por lo que éste método tiene poca importancia.
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Penetración cloacal: Es el método comúnmente más utilizado en ofidios adultos, consiste en la introducción de un elemento estéril, delgado y largo que sea desechable para no transportar microorganismos entre los individuos. El procedimiento inicia cuando al animal previamente restringido se le introduce el instrumento en la cloaca en dirección caudal. La cantidad de intromisión se maneja como medida predictiva del sexo ya que la inserción no es profunda por la presencia de divertículos ciegos en la hembra, contrario a los machos en donde los hemipenes permiten una intromisión mayor.
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Eversión hidrostática de los hemipenes: Se refiere a la inyección superficial de un fluido estéril, preferiblemente solución salina isotónica a razón de 50 - 100mL según el tamaño, en la región más caudal de la cola, donde posiblemente estén los hemipenes. La presión hidrostática fuerza la salida de los hemipenes. Este procedimiento es potencialmente peligroso ya que con la aguja se pueden lesionar estructuras de la cavidad celómica.
Otros procedimientos como ultrasonido (US), rayos X, determinación sexual quirúrgica se han reportado, pero en la práctica se realizan con poca frecuencia. 10 / 2004 VOLUMEN VI: 1
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DIAGNÓSTICO DE LA GESTACIÓN Hoy en día existen numerosas herramientas que facilitan el diagnóstico, que puede ser importante en zoocriaderos para determinar anormalidades de la presentación de los fetos o los huevos, lo cual puede poner en riesgo la salud del animal (5). Como planes diagnósticos se listan: •
Palpación directa: Es posible palpar masas que corresponden a folículos ováricos y óvulos, estos se relacionaran con preñez cuando la hembra a estado expuesta al macho, además en la parte final de la gestación la dilatación abdominal es evidente y confirmatoria (1).
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Ultrasonografía (US): Actualmente es la técnica con mayor especificidad y sensibilidad, pudiendo establecer número de crías, posición y estado de desarrollo gestacional.
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Rayos X: En las condiciones actuales es el medio más común, y aporta datos útiles para el clínico. En boídeos se puede realizar de 5 a 6 meses sin causar daño embrionario o causar muerte fetal.
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Signos del comportamiento: Dentro de los principales signos se pueden listar anorexia o consumo anormal, intranquilidad, disminución de la temperatura, pérdida de peso, el animal descansa sobre la espalda por bastante tiempo.
DESÓRDENES REPRODUCTIVOS Distocia Se define como la dificultad o inhabilidad para poner huevos o liberar a los jóvenes del oviducto (1). La distocia es considerada una emergencia, pues si no se actúa rápidamente se puede producir ruptura del oviducto, prolapso, peritonitis, y hasta muerte de la madre y sus crías. Generalmente la distocia es causada por anormalidades en la forma del huevo, fetos muy grandes o presencia de dos huevos adheridos. Es importante proporcionarle a la hembra en este período las condiciones requeridas como temperatura y alimentación adecuadas, pues deficiencias en estos factores también predisponen la condición. •
Signos: Dentro de los principales están contracciones improductivas mayores a una hora, taquicardia, taquipnea e intranquilidad.
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Diagnóstico: La presencia obvia de los huevos o crías en la cloaca que no pueden expulsarse. En los casos en que no sea obvio la US, los rayos X y la palpación pueden ayudar.
•
Diagnósticos diferenciales: Principalmente impactación fecal, tumores del tracto digestivo o reproductivo.
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Tratamiento: Primero se debe intentar la extracción manual por la cloaca, ejerciendo suave presión sobre el cuerpo del animal para favorecer el movimiento hacia la cloaca, y con pinzas u otra herramienta similar extraer las crías. Por otro lado, cuando la extracción se ve imposibilitada por un gran tamaño del huevo o del feto, previa tranquilización se puede realizar un corte con bisturí en la abertura cloacal para liberar tensión y facilitar la extracción. Una vez extraídas todas las crías se aproximan los bordes de la herida y se realizará un manejo aséptico de la zona.
Retención de los Productos de Concepción Se refiere a la retención de embriones muertos o huevos que se calcifican o descomponen. Estos elementos se convierten en un agente de obstrucción para la reproducción ya que imposibilitan la fertilización o liberación de nuevos óvulos. Ante la descomposición de estos productos puede haber una infección, ruptura uterina e incluso peritonitis. Esta condición usualmente se manifiesta por una distensión progresiva del abdomen; si la hembra sobrevive puede tener problemas de esterilidad por mucho tiempo (1). El manejo clínico de esta enfermedad se realiza de manera similar a la distocia (ver atrás), pero se puede incluir la administración de antibióticos ante estados de sepsis. Grupo de Estudio de Animales Silvestres (Boletín GEAS)
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REPRODUCCIÓN EN OFIDIOS
Prolapso Oviductual y Cloacal Esta enfermedad ocurre rara vez durante el parto o la ovoposición. Sin embargo, la mayoría de los casos son inducidos iatrogénicamente por los dueños o los criadores que atienden manualmente la ovoposición. Para corregir éste problema se deben mantener húmedos y limpios los tejidos que protruyen; sin embargo, el éxito del tratamiento depende de la severidad del prolapso y del tejido involucrado. Primero se intenta la intromisión manual de los órganos protruídos, pero hay mayor éxito con un abordaje quirúrgico. Cuando el tejido involucrado ha sufrido un gran daño tisular tal vez sea necesaria la amputación o resección del tejido (8).
Prolapso de Hemipenes Ocurre como consecuencia a un traumatismo mientras el hemipene está evertido durante la cópula. El tejido traumatizado se inflama rápidamente haciendo su intromisión difícil. El abordaje clínico se inicia con la hidratación del tejido expuesto para evitar la desecación y posterior necrosis, en cuyo último caso tal vez sea necesaria la amputación. Dentro del abordaje quirúrgico es importante ligar la base de los hemipenes previamente a la amputación ya que el tejido está muy vascularizado (8).
Infertilidad y Baja Fecundidad En machos y hembras las principales causas se atribuyen a desbalances en los factores medio ambientales, tales como alta o baja temperatura, humedad excesiva o deficiente, las cuales afectan directamente la ovogénesis y espermatogénesis. En los machos los problemas de fertilidad se atribuyen al consumo de toxinas que pueden dañar los espermatozoides, a partir de los animales con que se alimenta; también a la exposición a rayos X. La anormalidad de los hemipenes puede ser causada por infección o lesiones que dificultan la cópula (1). En las hembras las principales causas se atribuyen a exposición a toxinas, retención de óvulos y fetos, radiación, excesiva frecuencia de reproducción, hembras con sobre peso o en estado de emaciación. Otras causas no específicas pueden incluir falta en la inducción de la maduración folicular, reproducción en individuos inmaduros, estado nutricional subóptimo e inadecuada interacción ecológica (1).
BIBLIOGRAFÍA 1. A Ross Richard. The Reproductive Husbandry of Pythons and Boas. 1990. 2. Campbell AJ. The venomous reptiles of latin America. Cumstock publiishing Associates. 1989. 3. Gans C. Biology of reptilia. Vol 5. Physiology. Vol.14. Development, 1976 Vol. 8. Physiology. 4. Goin C. Introduction to Herpetology. 1962. 5. Gómez NP. Atlas anatómico de Boa constrictor. Instituto Butantan. 1989. 6. Porter KR. Herpetology. W.B. Saunders Co. 1972. 7. Pough H. Herpetology. Smittsonian Institute. 2001. 8. Mader D. Reptile Medicine and Surgery. W.B Saunders Co. 1996. 9. Shine R. Australian snakes a natural history. Cornell University Press. 1991. 10. Kingsnake. [Online]. http://www.forum.kingsnake.com/s-sanake/index-a.html [20 Nov, 2003].
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Boletín GEAS 2004, volumen VI, Núm 1 - 4
Consideraciones Clínicas sobre Fiebre Amarilla en los Primates Neotropicales
Año 2004 Volumen VI Número 2
Néstor Varela ♦ SINONIMIAS Y ENFERMEDADES DESCRITAS Enfermedad hemorrágica, fiebre hemorrágica y hepatitis viral (Ramsay y Montali, 1993; Adams et al., 1995; Tolan y Whitner, 2004).
ETIOLOGÍA El virus de la fiebre amarilla (VFA o YFV del inglés yellow fever virus) es un Flavivirus de la familia Flaviviridae. El virión genómicamente está compuesto por ARN monocatenario de sentido (+) con 11 kilobases, su diámetro es de 50nm aproximadamente y tiene simetría icosaédrica (Adams et al., 1995; Bryant et al., 2003; Virus Taxonomy Online, 2004).
EPIDEMIOLOGÍA El VFA es endémico en áreas tropicales de África, Centro y Suramérica, considerándose de especial importancia epidemiológica las áreas selváticas intervenidas y cercanas a los cuerpos de agua (Cass y Hill, 1959; Degallier et al., 1992; Adams et al., 1995; Bryant et al., 2003; Schoeb, 2003; Barwick et al., 2004). Barwick Et al. (2004) describen que las áreas afectadas de América son: Toda Colombia, excepto el lado Occidental; toda Venezuela exceptuando una medialuna convergente con la costa Norte; Trinidad y Tobago, Guyana, Surinam y Guyana Francesa; todo Ecuador y Perú excluyendo las áreas costeras de ambos paises, Brasil, excepto el Oriente hacia las Costas, así como todas las áreas costeras del Sur de Sao Luis. También son afectadas las áreas al Oriente de Bolivia y el extremo Norte de Argentina, en las zonas adyacentes a Brasil y Paraguay. En América el VFA es transmitido por mosquitos Aedes aegypti, A. leucocelaenus, Haemagogus janthinomys, H. spegazzini y Sabethes chloropterus (King, 1977; Aitken, 1988; Rawlins et al., 1990; Adams et al., 1995; Bryant et al., 2003). En vectores como Haemagogus spp y Aedes spp se ha demostrado la transmisión vertical, y aunque la tasa de transmisión es baja, puede considerarse un factor que contribuye al mantenimiento de la enfermedad en el medio natural (Ott-Joslin, 1986; Aitken, 1988; Bryant et al., 2003). Todas las especies de primates neotropicales son muy susceptibles y se consideran reservorios en el medio silvestre; la enfermedad suele ser fatal en muchas especies de primates neotropicales, siendo especialmente reportadas la respuesta serológica, enfermedad clínica y muerte espontánea en Alouatta spp y especies de Callitrichinae y Pitheciidae (King, 1977; Richter et al., 1984; Ott-Joslin, 1986; Aitken, 1988; Rawlins et al., 1990; Ramsay y Montali, 1993; de-Thoisy et al., 2001; Bryant et al., 2003). Aunque los primates del género Aotus spp también son susceptibles, probablemente sufren menos la enfermedad debido a su actividad nocturna (Ott-Joslin, 1986). Cebus spp, Ateles spp y Saimiri spp parecen ser más resistentes, aunque Richter Et al. (1984) indican que en este último la enfermedad es severa. En Panamá, Colombia, Brasil, Trinidad y Tobago se han reportado muertes masivas y esporádicas de monos ♦
Correo electrónico: NestorVarelaA@hotmail.com 13
CONSIDERACIONES CLINICAS SOBRE FIEBRE AMARILLA EN LOS PRIMATES NEOTROPICALES
silvestres, particularmente Alouatta spp (Ministerio de Salud e Instituto Nacional de Salud, 2002; Bryant et al., 2003). Se sugiere que las epizootias son cíclicas, con intervalos regulares de aparición, por lo que se considera a los períodos interepidémicos como el tiempo requerido para la reconstitución de poblaciones de primates susceptibles (Bryant et al., 2003). No se indica predisposición por sexo, así como tampoco por grupo etáreo, aunque en los primates del Viejo Mundo y los humanos la enfermedad clínica suele ser más frecuente y severa en juveniles (Adams et al., 1995; Singh y Brillman, 2001). La mortalidad es baja aunque se desconoce el valor con precisión, en humanos varía entre 20 y 50%, sin embargo también se indican epizootias con alta mortalidad (Richter et al., 1984; Ramsay y Montali, 1993; Singh y Brillman, 2001).
PATOFISIOLOGÍA Posterior a la entrada del virus en el organismo éste se replica en los nódulos linfáticos locales inicialmente. Durante un período de incubación entre 3 y 8 días el VFA llega vía sanguínea a otros tejidos linfoides regionales y al bazo en donde también se replica, al igual que en el hígado, los pulmones, las glándulas adrenales y la médula ósea (Richter et al., 1984; Ramsay y Montali, 1993; Singh y Brillman, 2001). En los días 1 - 3 posteriores comienzan los signos clínicos debidos a las lesiones provocadas en el hígado y los riñones, tales como daño y necrosis hepatocelular, falla prerenal y necrosis tubular; presentándose la enfermedad clínica y muertes cerca de los 10 días posinfección o antes (3 - 5 días en los monos neotropicales), especialmente cuando estos organos son severamente afectados (Ott-Joslin, 1986; Ramsay y Montali, 1993; Adams et al., 1995; Singh y Brillman, 2001). Singh y Brillman (2001) indican que en humanos puede presentarse arritmias y miocarditis debido a infiltración grasa del miocardio, incluyendo el sistema de conducción. Los signos nerviosos pueden atribuirse a edema y hemorragia cerebral, sumado a disturbios metabólicos. Cass y Hill (1959), Richter Et al. (1984) y Bryant Et al. (2003) indican que muchos primates neotropicales superan la fase virémica aguda, lo cual resulta en una sólida respuesta inmunológica, esto también sugieren de-Thoisy Et al. (2001) al encontrar títulos serológicos mayores en monos adultos que en juveniles. Se ha documentado persistencia de la infección en algunos primates bajo condiciones de laboratorio, en donde la infección probablemente se acompaña de niveles insuficientes de viremia para los vectores infectantes (Bryant et al., 2003). Cuando no hay recuperación, los eventos terminales concluyen en pérdida de la conciencia, shock y muerte, lo cual se atribuye a combinación de los daños tisulares directos y SIRS (Cass y Hill, 1959; Singh y Brillman, 2001).
MANIFESTACIONES CLÍNICAS Aunque puede que sólo se presente fiebre debido a la viremia (Cass y Hill, 1959), en muchos primates neotropicales puede tener características epizooticas, presentándose ictericia y hemorragia diseminada a causa de la reducción en la producción de factores de coagulación, sin embargo la ictericia no es un signo frecuente, pero cuando se presenta inicialmente se evidencia en las mucosas conjuntivales, y durante infecciones prolongadas se extiende a la cara; trombocitopenia y disfunción plaquetaria debidas a hepatitis y degeneración grasa del hígado; letargia, escalosfrios y fiebre alta debida a la viremia, vómito (con o sin sangre) debido a lesión de la mucosa gástrica; y orina amarillo intenso a verdosa debido a lesión e insuficiencia prerenal y albuminuria (Cass y Hill, 1959; Richter et al., 1984; Ott-Joslin, 1986; Ramsay y Montali, 1993; Singh y Brillman, 2001; Schoeb, 2003). En los 14 / 2004 VOLUMEN VI: 2
Ictericia en Cebus albifrons, un signo poco frecuente y no específico, compatible con fiebre amarilla y otras causas de hepatitis. Fotografía: Karol Barragán.
VARELA Néstor humanos la fase virémica cursa con fiebre y escalofrios, dolor de espalda y mialgia, nausea y postración. La fase tóxica cursa con fiebre alta, vómito, letargia, manifestaciones hemorrágicas, epistaxis, albuminuria e ictericia, acidosis metabólica, arritmia cardiaca y bradicardia, debilidad, shock, coma y muerte (Singh y Brillman, 2001; Schoeb, 2003).
DIAGNÓSTICO Se realiza según la historia, los factores epidemiológicos asociados y los signos clínicos. El virus puede aislarse o encontrarse mediante PCR de la sangre y rara vez del hígado (Ott-Joslin, 1986; Singh y Brillman, 2001), pero el aislamiento sin medición serológica no es evidencia diagnóstica suficiente de la enfermedad por lo que se sugiere emplear métodos complementarios como ELISA y FC (Wallach y Boever, 1983; Ott-Joslin, 1986; Ramsay y Montali, 1993; Berge et al., 1999). Adicionalmente puede realizarse medición de Bilirrubina, ALT, AST y albúmina urinaria, las cuales están usualmente elevadas, y hemograma completo el cual suele presentar leucopenia y trombocitopenia (OttJoslin, 1986; Ramsay y Montali, 1993; Berge et al., 1999; Singh y Brillman, 2001). En humanos la medición de fibrinógeno y plaquetas es util para determinar la presencia de coagulación intravascular diseminada (CID), la cual se indica con valores disminuidos de estos elementos (Singh y Brillman, 2001). Postmortem en el cadáver y muestras histopatológicas se puede evidenciar ictericia, múltiples hemorragias, organos viscerales agrandados y con tinte biliar o amarillento, erosión y/o hemorragia de las mucosas gástrica e intestinal, degeneración grasa del hígado, necrosis de la zona media de los lobulillos hepáticos, necrosis de los hepatocitos con cambio hialino, inclusiones intracitoplasmáticas eosinofílicas en las células poligonales del hígado conocidas como cuerpos de Councilman, inclusiones acidofílicas intranucleares en el hígado; nefrosis, concreciones basofílicas y material coloidal en los riñones, especialmetente en los túbulos (Cass y Hill, 1959; King, 1977; Richter et al., 1984; OttJoslin, 1986; Ramsay y Montali, 1993; Adams et al., 1995). También puede observarse necrosis del bazo y los nódulos linfáticos, e infiltración grasa del miocardio (Cass y Hill, 1959; Ramsay y Montali, 1993; Singh y Brillman, 2001). La inmunohistoquímica del hígado revela reacción positiva (Ministerio de Salud e Instituto Nacional de Salud, 2002). Por las manifestaciones clínicas y hallazgos postmortem son diagnósticos diferenciales enfermedades como dengue, diversas causas de hepatitis, leptospirosis y malaria (Singh y Brillman, 2001; Schoeb, 2003).
TRATAMIENTO Debido a las características epizoóticas de la enfermedad en las especies más susceptibles, muchos animales mueren antes de instaurar un plan terapéutico e incluso antes de diagnosticarla, por lo que las medidas preventivas son de crucial importancia. Adicionalmente no hay una terapia antiviral específica disponible para la enfermedad (Ramsay y Montali, 1993; Singh y Brillman, 2001). Terapias experimentales se han provado en primates mediante administración de interferón 8 horas postinfección, mostrando reducción en la mortalidad, sin embargo esta terapéutica no es efectiva 24 horas después de la entrada del patógeno. También se ha demostrado la efectividad in vitro de Ribavirina, pero no in vivo (Singh y Brillman, 2001). Cuando es posible se recomienda una terapia paliativa dirigida a controlar las anormalidades provocadas por la enfermedad. Los pacientes con falla hemodinámica deben permanecer bajo monitoreo clínico constante ya que alteraciones como hipovolemia, oliguria, hipoxia, hipotensión, acidosis y desbalance electrolítico pueden agravar las lesiones renal y hepática (Singh y Brillman, 2001). El volumen intravascular puede disminuir de manera secundaria a secuestro en el espacio extravascular o a pérdida de fluídos causadas por vómito y pérdidas insensibles, por lo que la terapia de fluidos es imperativa, empleando como fluido de elección solución ringer lactato por vías SC, IV o IO a dosis adecuadas para el paciente. Otros planes terapéuticos en los humanos incluyen oxigenoterapia, administración de sangre (transfusión) o plasma; alimentación parenteral, especialmente en casos de hipoglicemia y vómito mediante el empleo de soluciones de glucosa 10 - 20% y aminoácidos; y vaciamiento gástrico para prevenir broncoaspiración y distensión gástrica (Singh y Brillman, 2001). El uso de antagonistas H2 histaminérgicos se emplea como terapia adjunta para prevenir o disminuir los efectos de la enfermedad sobre la mucosa gástrica, específicamente con fármacos como Famotidina (0,5 - 0,8 mg/Kg PO, IV; SID) y Ranitidina (0,5 - 1,5mg/Kg IM; TID o QID). Para controlar la fiebre y como analgésicos se emplean drogas como Acetaminofen (5 - 10mg/Kg PO; BID - QID), Ácido Acetil Salicílico (5 - 10mg/Kg PO, QID) e Ibuprofen (20mg/Kg PO, SID) (Carpenter et al., 2001; Singh y Brillman, 2001).
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Según Cass y Hill (1959) el período de convalecencia es de dos semanas aproximadamente, pero puede ser mayor debido a lesiones serias del hígado y los riñones. En los humanos este período puede superar los 3 meses (Singh y Brillman, 2001).
CONTROL Y PREVENCIÓN En cautiverio, y especialmente en áreas endémicas de la enfermedad la cuarentena es esencial, adicionalmente se recomienda el control de insectos mediante ventanas con malla para evitar el ingreso de vectores al centro, evitar el aposamiento y estancamiento del agua, y si es necesario un programa vacunal para los primates y el personal, empleando una dosis inicial de 0,5mL y refuerzos cada 10 años con producto para humanos (Wallach y Boever, 1983; Ramsay y Montali, 1993; Adams et al., 1995; Singh y Brillman, 2001; Schoeb, 2003; Barwick et al., 2004).
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Boletín GEAS 2004, volumen VI, Núm 1 - 4
Morbillivirus en Cetáceos
Año 2004 Volumen VI Número 3
Andrés Rojas α BREVE RESEÑA SOBRE LOS MORBILLIVIRUS DE LOS CETÁCEOS En 1988 un gran número de marsopas se encontraron muertas en las costas de Irlanda del Norte, con lesiones similares a las de distemper canino. Exámenes posteriores revelarían que el causante de esta alta mortalidad sería un virus del género Morbilivirus, al cual se denominó morbilivirus de las marsopas (PMV) (Kennedy et al., 1991; Fowler, 1999; Dierauf y Gulland, 2001; Fowler y Miller, 2003). Entre junio de 1987 y mayo de 1988, un gran número de delfines nariz de botella fueron hallados muertos en la Costa Atlántica de los Estados Unidos, desde New Jersey hasta Florida (Lipscomb et al., 1994); en este caso el agente aislado fue también un morbilivirus, el cual también sería culpable de la muerte en 1990 de un gran número de delfines listados en las Costas del Mediterráneo; en ambos casos el agente viral fue el mismo y se le nombro morbilivirus de los delfines (DMV) (Taubenberger et al., 1996; Fowler, 1999; Dierauf y Gulland 2001). Posteriormente en 1993 este virus causaría una epidemia en delfines nariz de botella frente a las costas del Golfo de México (Taubenberger et al., 1996). Hasta ese momento, el virus había sido aislado solamente en delfines y especies afines agrupadas dentro de la subfamilia de los Odontocetos (Taubenberger et al., 1996); pero en el año 2000 un morbilivirus fue aislado por primera vez en una ballena piloto; el morbilivirus de las ballenas piloto (PWMV) (Taubenberger, 2000).
Figura 1. Filogenia de los morbilivirus. Tomado y adaptado de O’Mara Et al. (1999).
Al principio se pesaba que este virus era un tipo de Distemper (Kennedy et al., 1991), posteriormente se pensó que eran especies víricas distintas, pero luego se descubrió que son tres especies víricas que difieren del Distemper (Barrett et al., 1993) y que a su vez, difieren unas de otras en tan sólo unos pocos epítopos (O'Mara et al., 1999), por lo que actualmente se les considera variaciones de una misma especie de morvibilivirus: el morbilivirus de los cetáceos (Figura 1) (Barrett et al., 1993; Taubenberger et al., 1996; Dierauf y Gulland 2001).
α
Estudiante de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica. Correo electrónico: jarch@costarricense.cr 18
ROJAS Andrés
ETIOLOGÍA El Morbilivirus de los cetáceos es un miembro de la familia Paramyxoviridae. Los viriones contienen una secuencia linear simple de ARN en sentido negativo de 15, 702 kilobases. Los viriones poseen un diámetro de 150 nm y son pleomórficos (Virus Taxonomy Online, 2004).
EPIDEMIOLOGÍA Las especies afectadas incluyen a los delfines mulares (Limpscomb et al., 1994; Kraft et al., 1995; Lipscomb et al., 1996; Reidarson et al., 1998; Taubenberger, 2000), delfines listados (Dherman et al., 2004; Barrett et al., 1993), ballenas con aleta (Dierauf y Gulland, 2001), marsopas de harbor, ballenas piloto (Taubenberger, 2000) ballenas calderón, delfines comunes, delfines oscuros y delfines costeros (Tabla 1) (Limpscomb et al., 1994; Fowler y Millar, 2003). Tabla 1. Especies de cetáceos afectados por morbilivirus y rango geográfico del morbilivirus hasta ahora reportado. Modificado de Dierauf y Gulland (2001). Zona Geográfica de animales Especie Afectada Tipo de morbilivirus afectados Delfín mular (Turciops truncatus) Costa Atlántica de los Estados PMV (morbilivirus de las marsopas) DMV (morbilivirus de los delfines) Unidos y Golfo de México Delfín común (Delphinus delphis) Pacifico Este DMV (morbilivirus de los delfines) Delfín listado (Stenella coeruleoalba) Mar Mediterráneo y costas del DMV (morbilivirus de los delfines) Pacífico Japonés Delfín oscuro (Lagenorhynchus Pacifico Este DMV (morbilivirus de los delfines) obscurus) Delfín costero (Delphinus delphis Pacifico Este DMV (morbilivirus de los delfines) ponticus) Ballena piloto (Globicephala melas) Atlántico oeste, Bahía de PWMV (morbilibirus de las ballenas piloto) Delaware Ballena calderón (Globicephala Atlántico oeste PWMV (morbilibirus de las ballenas piloto) macrorhynchus) Ballena de aleta (Balaenoptera Atlántico oeste, costas de Bélgica PWMV (morbilibirus de las ballenas piloto) physalus) Marsopas de harbor (Phocoena Atlántico oeste, costas de Irlanda PMV (morbilivirus de las marsopas) phocoena) del Norte
La transmisión es horizontal, diseminándose por contacto directo o por aerosoles respiratorios. No hay predisposición por sexo pero si se ha observado que aparentemente los delfines mulares del mediterráneo son más susceptibles a la enfermedad, en los cuales se cree que anualmente causa grandes mortalidades. Las infecciones pueden ser mixtas, ya que en los delfines mulares afectados en 1993 cerca de las costas de México se encontraron anticuerpos contra el DMV y el PMV (Taubenberger et al., 1996). Hasta ahora, este virus no parece ser zoonótico (Dierauf y Gulland, 2001).
PATOGÉNESIS Una vez que el virus ingresa, la replicación viral comienza en el bazo, nódulos linfáticos y tonsilas, causando viremia, pirexia y leucopenia inicialmente. Posteriormente el virus continua replicándose asociado a tejidos linfoides, pero al mismo tiempo éste comienza a diseminarse, asociado a leucocitos de la piel, membranas mucosas del sistema respiratorio, gastrointestinal, urogenital y sistema nervioso; causando un segundo periodo febril. Los sistemas mas afectados son el sistema respiratorio y el sistema nervioso (Fowler, 1999). En el sistema respiratorio se produce una neumonía bronquial y alveolitis con congestión, edema y exudación serofibrinosa, proliferación de neumocitos tipo II y sincitios, pudiéndose observar en cortes histológicos (Lipscomb et al., 1994; Dierauf y Gulland, 2001). Grupo de Estudio de Animales Silvestres (Boletín GEAS)
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MORBILIVIRUS EN CETÁCEOS
En el cerebro se produce necrosis neuronal, gliosis, infiltración perivascular de células inflamatorias, desmielinisación con astrocitosis y sincitios, lesiones características de una encefalitis, la cual tiende a ser una encefalitis no purulenta (Dierauf y Gulland, 2001). También hay depleción del tejido linfoide en los nódulos linfáticos (Lipscomb et al., 1994; Dierauf y Gulland, 2001).
SIGNOS CLÍNICOS Los signos clínicos incluyen pobre condición corporal, distrés respiratorio, cianosis de membranas mucosas, signos nerviosos de encefalitis, descarga nasal y ocular; en hembras preñadas puede producirse aborto. Es común encontrar una alta carga parasitaria tanto de ectoparásitos como de endoparásitos, así como también presencias de enfermedades mitóticas o bacterianas secundarias debido a la depleción del sistema inmune (Tabla 2) (Dierauf y Gulland, 2001; Fowler y Miller, 2003). Tabla 2. Etiología, signos clínicos, diagnóstico y tratamiento de los morbilivirus de los cetáceos. Tomado y modificado de Fowler y Miller (2003). Tipo de morbilivirus DMV
PMV
PWMV
Signos clínicos más Importantes Pobre condición corporal, distrés respiratorio, signos nerviosos, alta carga parasitaria tanto de ectoparásitos como de endoparásitos. Pobre condición corporal, distrés respiratorio, signos nerviosos, alta carga parasitaria tanto de ectoparásitos como de endoparásitos. Pobre condición corporal, distrés respiratorio, signos nerviosos, alta carga parasitaria tanto de ectoparásitos como de endoparásitos.
Diagnóstico Neutralización viral, cultivo viral, inmunohistoquímica, PCR, microscopia electrónica Neutralización viral, cultivo viral, inmunohistoquímica, PCR, microscopia electrónica Neutralización viral, cultivo viral, inmunohistoquímica, PCR, microscopia electrónica
Tratamiento No hay tratamiento o vacunas disponibles, terapia de soporte, cuarentena. No hay tratamiento o vacunas disponibles, terapia de soporte, cuarentena. No hay tratamiento o vacunas disponibles, terapia de soporte, cuarentena.
DIAGNÓSTICO El diagnóstico se basa principalmente en la observación histológica de lesiones características y la demostración del virus en los tejidos (principalmente pulmón y cerebro) por medio de inmunohistoquimica, así como técnicas de PCR (Kennedy et al., 1991; Barrett et al., 1993; Lipscomb et al., 1996; Schulman et al., 1997). El aislamiento viral se ha realizado a partir de los riñones del animal, posterior a la necropsia (Dierauf y Gulland, 2001; Fowler y Miller, 2003). La neutralización viral se puede realizar en forma pareada y lo que se busca es un aumento considerable del titulo de anticuerpos IgM contra el virus (Tabla 2) (Fowler, 2003). La microscopia electrónica también ha sido utilizada (Fowler y Miller, 2003).
TRATAMIENTO No hay tratamiento o vacunas disponibles, lo que se utiliza es la terapia de soporte. La mortalidad tiende a ser alta en poblaciones susceptibles. Se recomienda la cuarentena par evitar su diseminación (Dierauf y Gulland, 2001; Fowler y Miller, 2003).
IMPACTO SOBRE LAS POBLACIONES SALVAJES DE CETÁCEOS A lo largo de la década de los años 90 y hasta la actualidad, el morbilivirus de los cetáceos ha emergido como el patógeno de mayor importancia en cetáceos salvajes, causando grandes epidemias en los océanos Atlántico, Pacífico y Mediterráneo (Fowler y Miller, 2003).
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ROJAS Andrés En la actualidad, 14 de las 18 especies de Odontocetos en el Atlántico Oeste, desde el Ártico canadiense hasta el Golfo de México, presentan anticuerpos contra este virus; no se conoce nada acerca de la presencia y prevalencia del morbilivirus en las costas americanas más allá de esta área geográfica. Algunas de las especies de cetáceos son migratorias, principalmente miembros de la subfamilia de los Misticetos, las cuales migran anualmente hacia el Sur del continente americano, escapando del invierno, en busca de comida y un lugar para dar a luz y tener sus crías, antes de su regreso hacia el Norte (Dierauf y Gulland, 2001). Estas especies pueden actuar como vectores y reservorios biológicos del morbilivirus, y teniendo en cuenta la alta mortalidad en las poblaciones susceptibles (posiblemente libres del virus), supone un posible riesgo para las especies de cetáceos de la parte Centro y Sur del continente americano (Fowler y Cubas, 2001).
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Grupo de Estudio de Animales Silvestres (Boletín GEAS)
2004 VOLUMEN VI, Núm 1- 4 / 21