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la fe se cultiva
ES TIEMPO DE HABLAR DE FE
M
ucha tinta correrá en este tiempo y cada persona enfocará su reflexión desde la situación que vive en la actualidad y desde la perspectiva que quiera darle. Muchos habrá que ignorarán este acontecimiento y harán muy poco caso a lo que sugiere el ambiente; otros habrá que criticarán de todo y por todo, porque el afán de contradecir se ha hecho en ellos un hábito muy arraigado. Mientras tanto nosotros vamos a iniciar con unas premisas muy elementales para ver lo que hay de verdadero y sólido en el propio corazón.
la fe es algo natural en el ser humano
Cuando un niño nace, nos damos cuenta de que
tiene ojos, y por lo tanto tendrá la posibilidad de ver… tiene oídos y podrá escuchar… empieza a hacer oír su voz en forma elemental de grito o de llanto… en fin, nos fijamos en sus aspectos físicos externos y tal vez nunca nos fijamos en los aspectos más íntimos que no son perceptibles a simple vista. No nos damos cuenta de la intuición que traen ya inscrita en su naturaleza, de la capacidad de conocer y discernir entre lo que les rodea, lo que ven y lo que oyen. Por lo tanto, si no podemos percibir esto, menos nos podremos percatar de aspectos más espirituales que nacen con la misma vida.
al nacer, todo niño nace con fe
Podríamos decir que es una fe inconsciente, y desde
luego no razonada, pero en esa primera etapa de la vida es la fe que necesita y la que le sirve para poder vivir, crecer y afianzarse en este mundo. Conforme avance en su desarrollo la fe tendrá que ir evolucionando hasta tomar dimensiones superiores.
hay distintas clases de fe
Por esa primera fe elemental los niños tienen la
certeza de que lo que sus padres les dan para comer es el mejor alimento, que lo que les dicen es lo verdadero y lo que les ayuda a enfrentarse a mayores retos. Cuando van a la escuela es también una fe muy sencilla la que les dice que sus maestros les están enseñando bien y con acierto…Más adelante, un joven o una joven necesita una fe también muy humana para creer que aquel o aquella con quien van a realizar su vida, es la persona auténtica para construir juntos un futuro feliz. Podríamos continuar con muchos más ejemplos… pero cada uno puede hacer un momento de silencio y reflexionar en ellos.
el dinamismo de la fe
Por consiguiente, deducimos que la fe crece y se desarrolla al mismo tiempo que la persona y que llega a estratos más elevados, según cada uno la cultive y le dé oportunidad y espacio en el propio ser.
la fe procede de Dios
La fe es como una semilla que el mismo Dios ha
sembrado en el corazón de cada ser humano. Es indudable que se trata de un don gratuito, pero que al mismo tiempo implica un compromiso muy grande, porque se necesita cuidar, cultivar y hacer que esta fe latente llegue a ser como una planta grande y hermosa que logre dar hermosas flores y buenos frutos.
Cochabamba - Bolivia 2013