OXIDARSE O RESISTIR
Prohibido de mendigar (by Braian Bauer)
Hay dos clases de artistas. Los que crean y los que venden. Los que crean lo hacen por placer, y si la obra final se vende o no, en realidad es algo que no tiene importancia. Los que venden, en cambio, hablan de su obra como si fuese un producto, y si el producto no se vende, la obra es un fracaso. Los que venden, venden antes que la obra esté terminada. Son mercenarios. Nada es más injusto para una obra de arte, en cualquiera de sus ramas (pintura, literatura, música, etc…) que su éxito sea solo considerado si se vende o no. Nosotros elegimos crear, por necesidad, o creamos o explotamos, creamos o morimos. Creamos porque somos libres. Desde la clandestinidad de Bruselas, Braian Bauer.
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(by Lole)
Aquel hombre mira fijo a la mujer que está comprando flores en el puesto de la esquina. La mujer lleva un sombrero que no permite ver el color de sus ojos. El hombre se pregunta si ocultar sus ojos es un acto adrede, o simplemente es la casualidad de la sombra. Quizás, piensa el hombre, la mujer tiene una mirada triste, y le avergüenza enseñarla a la gente. Quizás, se dice el hombre a sí mismo, la mujer tenga ojos muy lindos que enamoran a todos a simple vista, y en un acto de bondad para con el mundo los cubre para evitar dolorosos desamores. Quizás, se miente el hombre, la mujer está enamorada de alguien y solo pretende tener ojos para ese afortunado. La mujer camina unos pasos con las flores en sus manos. Se coloca en cuclillas frente a una anciana que está pidiendo monedas y le obsequia las flores. Quizás, exagera el hombre, la mujer es una hechicera. Quizás, se enfada el hombre, esa anciana sea su madre, y la mujer la
tenga abandonada allí. Quizás, se replantea el hombre, es una conocida del barrio de esa anciana, y por haber dialogado con ella con anterioridad sepa que hoy es el día de su cumpleaños. Quizás, asegura el hombre, esa mujer sea buena gente. La mujer cruza la calle mientras los autos le tocan bocina y le gritan algunos piropos desde la ventanilla. Ella sonríe y tapa sus labios con sus dedos tímidamente. Quizás, se lamenta el hombre, sea una prostituta. Quizás, se lamenta el hombre, sea el mismísimo Demonio. La mujer camina hacia el hombre y se detiene frente a él. Humedece sus labios con la lengua y lo besa. La mujer, a quien todavía no le vio los ojos, se aleja. Quizás, se consuela el hombre, esa mujer no era para mí.
NECESITE Y NECESITO DE ELLA (by la Nena Manson)
Lo sentía así, me sentía como una bebe recién nacida arrojada al ruido de ciudad, sin el calor de mama, cuando ella se iba me sentía así y en ocasiones empeoraba. A veces ella me acostaba y me contaba mil cuentos, de princesas, dragones, etc. Historias, realidades en las que yo me metía, que yo imaginaba, me hacían sentir segura cuando ellos peleaban. Cuando ellos lo hacían, yo me asustaba, entonces corría, cerraba la puerta de la pieza y me escondía debajo de la cama, donde tapaba mis oídos y me convertía en esa princesa que encontraba un unicornio, o en el dragón que lanzaba fuego. Me encontraba bien y me dormía, nada me asustaba cuando ella me contaba sus cuentos, me sentía tranquila, ya no existían monstruos, no había miedo, todo era mi imaginación y sus historias. Hoy en día después de bastante crecimiento me di cuenta que siempre fui y soy muy aferrada a ella, a sus locuras, a amarla. Es que nada se compara con el
amor de una madre., para mi es el amor más grande que existe. Pero no puedo negar que hoy en día no soy la mejor hija, hice muchas cosas malas que le causaron dolor, la hice llorar, la hice reír, ame y odie en ocasiones, pero siempre volvía a sus brazos buscando calma, seguridad, calor, etc. Podemos ser asesinos, enfermos, retrasados, locos, religiosos, sordos, mudos, ciegos y hasta inconscientes, pero siempre volvemos a sus brazos buscando ese calor que nos quita el miedo, tal vez no queramos serlo, pero siempre vamos a ser hijos, y ella siempre va a ser madre. Hoy en día con mi edad y todos mis rajes sigo buscando ese abrazo, esa caricia en la cabeza diciéndome todo va estar bien, cuando ella no está, en las noche debo confesar que me acuesto en su cama, siento el perfume de su almohada y ya no hay monstruos debajo de mi cama, el miedo se desintegra y yo duermo con una mueca de "te quiero" en mi mejilla, susurrando "Dale, dale ma, contame otro cuento".
ADIOS (by Finduvet)
Lleno mi casa y la ciudad de suspiros. Tus brazos ya no pueden estrecharme. Tu olor a pintura quedó impregnado en mi piel y en mi alma, y nunca me lo podre quitar. Ni la lluvia ni el alba nos volverán a encontrar juntos. Adiós. Adiós ladrón de besos. Adiós trovador de los mares. Que la lluvia y el viento te lleven mi mensaje.
SueñoS, SueñoS Son… (by el que Busca y No Encuentra)
Ya no recuerdo cuando fue, supongo que fue en invierno, la ropa de abrigo sobre mi cuerpo dejaba al descubierto esto último, aunque mi piel no sentía el frio, tampoco sentía calor, ni aire templado, en realidad no sentía nada. No sé en que momento del día fue. El cielo, cubierto por un manto gris, nos ocultaba al sol, y teñía a la ¨Ciudad Feliz¨ de realidades poco consecuentes al apodo que recibe dicha ciudad costera. Deambulando sin rumbo alguno, cual nómade en un desierto de cemento, miraba la estupidez de los seres que marchaban cual burros presos del encanto de una zanahoria virtual. Aunque burros con la aceleración que les brinda una línea de cocaína, porque estos burros marchaban
como liebres a la nada, cayendo a un vacío existencial importante. Entre las personas que allí estaban congregadas se hallaba una en particular que perturbo mis sentidos, hallándome lejos del centro y de sus luces en letargo. A cada paso que daba, ella detrás mío continuaba siguiéndome sin disimulo alguno. Centímetros, metros, cuadras y kilómetros enteros y ella detrás mio como una sombra. harto de su actitud, y casi resignado aunque sin perseguirme me detuve en un local cerrado con la mano apoyada en la cortina de la entrada, agitado y con la mirada baja me entregue a mi destino, levante mis ojos y ahí estaba, espeluznante, ese ser que me siguió por centímetros, metros, cuadras y kilómetros, Mirta Legrand….
¿Que aprendí escuchando Callejeros? (by Rocker)
Aprendí que hay triunfos de impostores en nuestras caras. Aprendí que hasta el más idiota merece un poco de calor. Aprendí que me cansé de rezar por milagros. Aprendí que no existe mayor verdad que mirarse a uno mismo. Aprendí que se pueden ver un millón de caras, y ninguna mirada. Aprendí que las nubes no son de algodones, y las depresiones son maldiciones. Aprendí que por confiar, te pueden robar la música, la voz y la fe, y sólo podes recuperar dos. Aprendí que el tiempo, no siempre cura las heridas. Aprendí que el olvido es la pastilla suicida. Aprendí que cuando duele, nunca se olvida. Aprendí que la verdad lastima sólo al principio. Aprendí que los sueños, no se sueñan dormido. Aprendí que asistiendo o no asistiendo, siempre empezaron sin mí. Aprendí que siempre que no pertenezca voy a pertenecer. Aprendí que ceder, es morir en vida. Aprendí que podes perder cosas por correr. Aprendí que mirando, podes ver a la muerte. Aprendí que te podes desangrar por perder algo....o
alguien. Aprendí que si nos callamos, no vamos a vencer nunca el hambre, el miedo, la guerra ni la soledad. Aprendí que todos la hacen, la toman, la venden, la roban y después se morfan sin asco la mejor miel. Aprendí que uno ve lo que quiere ver. Aprendí que el dolor puede callar la voz. Aprendí que da terror el terrorismo del que ahorca al que no da más. Aprendí que crecí llorando promesas rotas, y así aprendí a no cumplir las propias. Aprendí que hay que elegir bien a quien querer. Aprendí que para creer, hay que mentirse. Aprendí a no querer y a mentir para pasarla bien. Aprendí que con una canción, la tristeza es más hermosa. Aprendí que con una palabra puedo decir mil cosas. Aprendí que es mejor morir de pie que vivir de rodillas. Aprendí a creer en esas tardes que viví jugando. Aprendí que educar, es combatir. Aprendí que el silencio no es mi idioma. Aprendí que nadie salta por los sueños que se hunden. Aprendí que nuestra cruz no se quiso acordar de los huecos de la lista oficial. Aprendí que no sé si esta elección de vida valdría mi fe. Aprendí que no sé si este tren solo de ida me daría un lugar.
Aprendí que las paredes y el techo se van si hay libertad. Aprendí que algunos no pudieron reír sin llorar. Aprendí que te hacen caminar entre sombras cuando no te escucharon ni hablar. Aprendí que lo que cuenta es lo que se siente en la calle. Aprendí que la gente que tendría que estar viva, está muerta. Aprendí a no escuchar mentiras ni verdades cambiadas. Aprendí que las noches de falsas victorias van a terminar. Aprendí que no hay que empezar a dejar de pensar. Aprendí que a las masas pensando no las vencerán jamás. Aprendí que todos los sueños se escapan en un grito. Aprendí que no hay que escuchar y hay que seguir. Aprendí que lo reprimido cuando esta cautivo te pide salir. Aprendí que los Reyes y papá Noel no existen. Aprendí que a la gente solo la ayuda la gente.
LA MÚSICA NO MATA
SIN TITULO II (by Finduvet)
Ya no se oyen los ruidos de la ciudad, sólo el resonar insistente de la lluvia sobre el asfalto. ¿Qué hacer? La oscuridad me desorienta, el frío corta mis venas; y la lluvia, esa que antes no podía tocarme la que no podía mojarme ahora corroe mis huesos. ¿A dónde ir cuando no hay lugar? No hay lugar, no hay lugar para mí. Sólo esta calle que ni siquiera es mía, que no termina en ningún lado pero en muchos lugares a la vez.
Del artista y sus aristas (by Gennaro Igartúa)
De la misma forma que un líquido encuentra forma definida cuando se lo encierra en un recipiente, el alma del artista encuentra su forma en las obras que este crea. Y ese encierro en un recipiente llamado bastidor, piedra, hoja de papel o guitarra, es el modo en que su espíritu encuentra su más genuina libertad.