¿Qué clase de cosas buenas obran para nuestro bien?
El poder de Dios, por ejemplo, nos da fuerzas en medio de los problemas. Dios fortaleció a Daniel cuando estaba en el foso de los leones, a Jonás cuando se encontraba en el vientre de la ballena y a los tres jóvenes hebreos cuando los echaron en el horno de fuego. Cuando Dios libró a David de las manos asesinas del rey Saúl, David declaró:
Salmos 18:1-2 “1 ¡Cuánto te amo, Señor, Fuerza mía! 2 El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco En que me refugio. Es mi escudo, El Poder Que me salva, ¡Más alto mi escondite!”