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Foto: Esteban Pedrosa
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Zamora, la ciudad otoĂąo Nuestra ciudad vive en un otoĂąo econĂłmico permanente y en un invierno social absoluto. Nunca llega la primavera a esta ciudad, no existe la oresta, los brotes verdes se secan, no hay cloroďŹ la, la savia se ha helado, nuestro bosque zamorano se ha quedado sin hojas de esperanzas. Hay agricultores que laboran para que nuestra tierra renazca, produzca frutos y se recojan las cosechas. Pero los eternos malandrines, esa casta caciquil, esa niebla que esconde el porvenir de Zamora y su provincia no ceja de helarnos con sus directrices maďŹ osas para que los zamoranos permanezcamos en el pasado, para que la ciudad del Romancero se convierta en la ciudad del olvido, en la ciudad del eterno otoĂąo.
Pero, ÂżquiĂŠn teme a Zamora 10? Zamora 10 cuenta con un enemigo intransigente, celoso, vengativo: la polĂtica. Voy a ser muy claro, como siempre. Los polĂticos zamoranos, en potencia de alcanzar el poder o detentĂĄndolo, desean que Zamora 10 fracase o, para ser mas bondadoso, no alcance el ĂŠxito. Porque su triunfo, desvelarĂa que no son necesarios para que la ciudad y la provincia progresen. Los mediocres, tambiĂŠn en el periodismo, temen que el talento se imponga. DiseĂąarĂĄn estrategias que conduzcan al ďŹ niquito de cualquier estructura que robe protagonismo a la res pĂşblica, a la acciĂłn polĂtica. QuizĂĄ creen que gente de Zamora 10 formarĂĄ un movimiento que se presente a los prĂłximos comicios municipales. Desconocen que ahĂ solo hay empresarios, y que esta gente no necesita de la polĂtica para vivir -algunos sĂ, por supuesto, siempre hay excepciones- solo piden que los polĂticos los dejen en paz para que sus negocios progresen. Pero ni con esas. Cuando el pueblo se convenza de que el sistema polĂtico actual, con una Ley Electoral que favorece, de manera absoluta, la dictadura domĂŠstica en los partidos; que el poder judicial, aunque haya magistrados que lo intenten en un combate desigual con los poderes ejecutivo y legislativo, sea radicalmente independiente; que las autonomĂas sobran todas -vamos a tragar porque la catalana y vasca mantengan su actual status, pero sin cupos y privilegios- y que no elige, sino que rubrica la elecciĂłn del jefe del partido, el sistema caerĂĄ y se impondrĂĄ, de una vez por todas, una verdadera democracia, no este sucedĂĄneo, en el que el embuste, la mentira, el jeta y el felĂłn triunfan. Concluyo con una pregunta, titular de este artĂculo: Pero, ÂżquiĂŠn teme a Zamora 10? Por E.J. de Ă vila.
TVE realiza una obra maestra apasionante sobre Zamora y su Semana Santa Balance del aĂąo polĂtico de Francisco J. Requejo, portavoz de Ciudadanos Numerosas actividades lĂşdicas y talleres infantiles para las fiestas de Navidad