ilustraciÓn Nicolás Pérez de Arce
Natalia Valdés Consejera Superior 2015. Egresada de Sociología UC. nvaldes1@uc.cl
En una sociedad plural, ¿cuál es el aporte público de una universidad católica que promueve un ideario propio? ¿Es posible conciliar un pluralismo interno en una institución de educación superior con una clara identidad? Patricio Bernedo (PB): En primer lugar, hacer un aporte público ha sido una meta para esta universidad desde sus orígenes. La universidad nació en el contexto novedoso y pluralista de Chile y América Latina en el siglo XIX y la Iglesia se integró en esta realidad incursionando en la prensa periódica y participando en la discusión de las leyes que pasaban por el congreso durante gobiernos conservadores y liberales. No es una idea nueva que la universidad tenga un rol público, sino que este ha sido más explícito en algunos momentos que en otros. Hoy esta vocación pública como
servicio a la sociedad se manifiesta, en mi opinión, con mucha claridad. Natalia Valdés (NV): La Universidad Católica es indudablemente un aporte público: tiene una buena formación académica y prepara profesionales de excelencia, aunque creo que podría aumentar este aporte. Sin embargo, no está definido qué es ‘lo público’ y qué no lo es, por lo que se discutió en el momento de mayor intensidad del movimiento estudiantil en 2011 si podía considerarse que la Universidad Católica realizara un aporte público. Algunos piensan que lo público se identifica con lo estatal, mientras que otros entienden lo público como el ámbito de la sociedad. Para poder decidir si esta universidad tiene aporte público se debe definir en qué consistiría eso y probablemente esa decisión pase por el congreso. Yo creo que sí es necesario definirlo con claridad en el contexto de una reforma de educación superior
que tendrá que delimitar los criterios para ciertas acreditaciones y recursos. En la sociedad establecer leyes es necesario y en ese marco se propondrán requisitos que dependerán de una “definición” de lo que es aporte público. PB: En relación al aporte público de la UC hay que notar que la constatación de una sociedad plural se encuentra en la base de su historia y se constituye como parte de nuestra identidad sumar nuestra perspectiva a una sociedad pluralista. A su vez yo soy partidario, y quiero decirlo enfáticamente, de que haya pluralismo dentro de la universidad porque eso nos enriquece al producir una sana tensión. Un cierto grado de diversidad es necesario para que la universidad pueda ser una universidad moderna, como se plantea en Ex Corde Ecclesiae. Comprendiendo que somos una comunidad, que se supone capaz de discutir razonablemente, no se debe temer a la divergencia en ciertas
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