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N T E R I O R
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P R E H I S T O R I C A
La otra Menorca Texto y fotografĂa: Julio Rubio y Luis Neira.
En los meses de otoño e invierno, Menorca tiene otro color y otra luz. Es el momento de conocer el interior de esta isla tranquila, que además de sus calas y playas, sus tradiciones, sus caballos y su gastronomía, tiene también una historia, un pasado y dos ciudades de referencia, Mahón y Ciudadela. Menorca es cuna de la Cultura Talayótica, que se originó en la isla a finales del II milenio a.C. Su nombre procede de los talayots, que se han convertido en la construcción más popular de este periodo de la prehistoria menorquina. Dentro de los monumentos talayóticos, La Naveta Des Tudons es el monumento prehistórico más famoso de Menorca y el lugar más visitado de la isla. Se encuentra a 4 kilómetros de Ciudadela, en la carretera que une esta localidad con Mahón.
Las navetas son construcciones propias de Menorca y son de los monumentos funerarios más antiguos que se recuerdan. Su nombre viene dado porque su diseño recuerda a una nave invertida. En su construcción no se utilizó ningún tipo de cemento y son tan sólo piedras encajadas. Aunque no es mucho lo que se puede ver, el hecho de que sea el edificio más antiguo de Europa es una razón suficiente para visitar la Naveta Des Tudons.
Con su aire señorial, recorrer las calles estrechas del casco histórico de Ciudadela evoca pasión y sensualidad. No puede faltar un paseo por el puerto hasta el Castillo de San Nicolás, y pararse a tomar una cerveza en la Plaza del Borne.
En las inmediaciones de la Naveta se encuentran los poblados talayóticos de Torrellafuda, ubicado en un bosque de encinas a 7 kilómetros de Ciudadela, por lo que el paseo en esta época por el entorno es muy agradable, y Torretrencada, un poblado prehistórico que estuvo habitado hasta el final de la época romana, donde se encuentra una de las taulas más bonitas de Menorca.
Ciudadela, una ciudad con aire señorial Ya que estamos cerca de Ciudadela, nada mejor que una visita a la otra capital de Menorca. Y es que Ciudadela fue, durante algún tiempo, la capital de la isla. Con más de 27.000 habitantes, es el segundo núcleo urbano de la isla. Con su aire señorial, recorrer las calles estrechas del casco histórico de Ciudadela evoca pasión y sensualidad. No puede faltar un paseo por el puerto hasta el Castillo de San Nicolás, y pararse a tomar una cerveza en la Plaza del Borne.
Mahón, capital y puerto de Menorca En el otro lado de la isla se encuentra Mahón, la capital de Menorca y su ciudad más importante. Con más de 28.000 habitantes, su puerto es considerado uno de los mejores puertos naturales del mundo, lo que le ha convertido en objeto de deseo de las armadas extranjeras a lo largo de la historia. Es evidente que el Puerto es el principal polo de atracción. Los paseos entre yates, la llegada de grandes cruceros, y el conjunto de restaurantes y bares hacen de él el centro turístico de Mahón, una ciudad que mejora al caer la noche ya que es la principal zona de fiesta de Menorca. Pero hay más cosas que ver, como la Fortaleza de la Mola, en la misma bocana del puerto, la Iglesia de Santa María, donde se celebra el Festival Internacional de Órgano, y Fort de Marlborough, que se encuentra en Es Castell, típica localidad situada en uno de los lados del puerto de Mahón, desde donde se pueden realizar recorridos en barca.
Muy cerca de Mahón también hay importantes restos prehistóricos y talayóticos que merece la pena visitar, como los de Trepucó y el Talatí de Dalt. Con más de 5.000 metros cuadrados y la taula más grande de la isla, Trepucó es uno de los poblados talayóticos más conocidos. Localizado a tan solo 2 kilómetros de Mahón, en el recinto, que originalmente se encontraba amurallado, aún se conservan diferentes restos del asentamiento, como algunos fragmentos de la muralla, dos talayots, el recinto de la taula y los restos de algunas viviendas. A tan solo 4 kilómetros de Mahón, en la carretera que va a Ciudadela, se encuentra el Talatí de Dalt, otro de los poblados prehistóricos importantes de Menorca. En su interior aún alberga algunos monumentos que fueron construidos alrededor del año 1300 a.C. Además de por su buen estado de conservación, destaca por estar perfectamente documentado. Hay otros restos que también son importantes, como Torre d’en Galmés, el poblado prehistórico Más información:
más importante de las Islas Baleares, donde llegaron a vivir 900 personas en su época de máximo esplendor. Situado sobre un pequeño cerro, desde allí se puede avistar gran parte de la costa sur de Menorca. Entre los lugares y monumentos imprescindibles destacan la Catedral de Menorca, construida entre los siglos XIII y XIV sobre una antigua mezquita, que constituye el edificio gótico más importante de Menorca y la Plaza del Borne que es el lugar elegido para celebrar actos multitudinarios como la fiesta de los caballos en San Juan, y sobre todo, el Puerto de Ciudadela, el lugar más emblemático de Menorca. Dese una vuelta por alguno de sus restaurantes y bares. Finalmente,Torralba d’en Salord es, junto a Torre d’en Galmés, el mejor ejemplo de la cultura talayótica en Menorca. Contiene la taula más importante de Menorca, la Taula de Torralba, de casi 5 metros de altura, y se cree que llegaron a vivir en él unas 500 personas.
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Trepuco, localizado a tan solo 2 kilómetros de Mahón, en el recinto, que originalmente se encontraba amurallado, aún se conservan diferentes restos del asentamiento, como algunos fragmentos de la muralla, dos talayots, el recinto de la taula y los restos de algunas viviendas.