Solo de pasión, soledades y otras ausencias.

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Solo de pasión, soledades y otras ausencias Poemario de Doris Melo Mendoza

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Solo de pasión, soledades y otras ausencias

Prólogo de Norma Arisegui 2010

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Portada: Acuarela Doris Melo

Primera edición, 2010 Copyright © 2010, San Juan, Puerto Rico Derechos Reservados del autor Segunda edición 2013

Impreso en San Juan P. R.

Ediciones Carnaval

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Prólogo Leer a Doris y abstraerse del encanto de sus poemas, resulta casi imposible. El enfoque que propone en este libro, parece basarse en la intención de invitarnos a jugar, con la palabra, la ronda de la inteligencia, de la creatividad y del canto lírico. Sus poemas se encadenan aquí, como seres invisibles tomados de la mano que a veces cantan juntos, en un lúdico intento por recuperar la alegría con la presencia del amor, y otras, se sueltan ante la llegada de la melancolía, la desesperanza, ante la presencia de la ausencia, la presencia del amor, que pasa raudo, casi fulminante. Cada uno de sus recursos, proporciona una belleza poco común en un lenguaje cuya sonoridad, envuelve al pensamiento mientras se lee, y endulza la boca y el espíritu, si se hace en voz alta. Quizá sean las propias circunstancias de vida de la poetisa, lo que hace que estos trabajos enlacen voces de amor, de recuerdos, de sueños, de erotismo, de desencuentros, y que el tiempo sea una constante que marca cada uno de sus pasos, llevándolo atado a su sombra, en sus decires literarios. Por citar algunos de sus trabajos, hago notar que trasciende majestuosa decapitando palabras en el vórtice climaterio, conmoviendo con sus versos apasionados, y sosteniendo la llama del amor. Y aún, decapitando la palabra, resurge la música lírica desde donde no habita el olvido. Desde el último umbral de lo posible, suelta la máscara que la sostiene, y nos entrega los secretos en las barbas de la noche, del amor hecho de piel, de sangre y huesos. Me invento en la cumbre adivinada, dice, mientras cose un nombre en otros tiempos y le canta al Hombre, aunque grite todavía su soledad anclada, antes de ser ella misma un universo. A pesar de hacerlo amorosamente, el desencanto se huele en cada metáfora, haciéndose eco a veces, del grito femenino, en la búsqueda, “…en la demanda al universo…”, de ese hombre inventado, de ese ideal que es un alarido planetario, “…fraguando una irremediable espera en la partida”. Es la obra de Doris Melo, nada más y nada menos, que la voz del alma femenina hecha idea, pensamiento, verso y verbo. Es luz echada sobre el firmamento, para deleitarnos en la hondura de ese laberinto humano, en el que todos somos poetas, escritores, lectores, y gestores de nuestros propios sentimientos.

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Será precisamente ella, con su toque lírico, la que nos refleje al leerla y nos dé la posibilidad de viajar, por nuestras necesidades, posibilidades, desilusiones y esperanzas. Obsesiones al fin, que quedarán en el secreto hilo, que une al lector con el autor. La reflexión final la dejo en el reconocimiento de un estilo que permite que el lector se encuentre frente a un espejo, o que pueda interpretar hasta los silencios entre cada verso o entre cada estrofa. Hay mutismos más contundentes que la palabra, sólo hay que saberlos encontrar, percibir o respirar. La despedida y el buen augurio para este libro, se la dará el poeta, nadie mejor que él para representarnos en nuestra admiración por su constancia de trabajo duro y disciplinado. “Rumbé sin novedad por la veteada calle que yo me sé. Todo sin novedad, de veras. Y fondeé hacia cosas así, y fui pasado.” Norma Aristeguy

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Comentarios Es imposible no oír tu voz interior en estos versos que de tan sensuales y explícitos, la piel llega a erizarse. ¡Ese es tu poder! que en cada poema creas una historia y un clima que te dejan soñando en esas imágenes, fragancias, energía, pasión, erotismo, libertad y musicalidad. Esas palabras desnudas tuyas no hacen más que dejar volar la imaginación por una eternidad de ensueños y anhelar quedar suspendida en la exquisita sensualidad que se desprende de tu ser . Erbi Beatríz Santiago. No se puede evitar viajar por la vía de cada palabra tuya y llegar a las estaciones de cada oración y fundirse en los límites de cada párrafo. Mariano Dorala. Un erotismo fino donde la seducción se hace parte de cada célula de tu Ser. Juegas con exquisita versatilidad y logras encender aquella pasión que parecía dormida, pero que en realidad solo esperaba el momento de desplegar con todo su intensidad. Imágenes y metáforas bellamente plasmadas que hacen un verdadero placer leerte. Eres una artista sin tiempo. A través del cristal de tus poemas, de tu sangre derramada en la larga contienda de la vida, enamoras al lector que sin miedo se sumerge a ser testigo de tus andares. Con tu magia que baña los rincones de las almas, y las nutre de belleza venusina. Eres una poeta de la melancolía eternal. Mis abrazos a tu talento y a tu alma. Gabriel Degraf pero que seductora puedes llegar a ser, de que manera tan sutil y sibilina vas arrastrando el erotismo frase a frase, como un susurrante aire narcotizarte. Pedro Salvador Benages

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Solo de pasión, soledades Y otras ausencias

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Majestuosa decapitando palabras, en el vórtice climaterio Ceñida a la tuya va mi fantasía cuando el verano de los años me arrancó las hojas desde el rojo pulmón de los otoños fríos mi corazón danza bajo el látigo del amor Desnudando el refugio de un hombre que huele a canela y almizcle un hombre que se insinúa bajo una sonrisa cómplice que conversa conmigo y se hace eco de mis voces internas con el que me siento como abeja que lame las orillas de una lámpara Un hombre que llora entre mis papeles y escritos mientras me desnuda hasta el alma con su ternura. En una noche de luna llena me ofrece rosas rojas y se pierde en mi interior Majestuosa, yo poseída de otra llama cimbreante arco iris decapitando la palabra desvelándome.

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soberbia, me pierdo con él en la espesura de la noche bruja En el vórtice climaterio donde se aguarda el éxtasis crepitando en agonía para morir como diosa alegre en un cántico en el que muerdo tus gemidos que eternizo donde no habita el olvido.

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Saboreando un sabor sudado.

Déjame inventar la realidad de lo intangible sacarme las mariposas de este otoño de este cuerpo añoso desnudo y descalzo como las azucenas que se desvanece cómo un torbellino de espuma que explota en la arena de cualquier playa Quiero salvarme de esta vigilia estéril y abrir los laberintos sin boca para besarte en los amaneceres de la euforia Traspasar distancias agolpadas de tristezas reconstruir esta historia infinita que invade mis sentidos que acecha los mares de mis noches raspando paredes para encontrar verdades Arañando un pasado organizando mis temores hilvanando discursos complejos mientras mi carne guarda tu sombra sobre la arena de mi cuerpo

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y los acordes abismos de los órganos sacros del orgasmo se manifiestan trepidando cadenciosamente electrizados cuerpos para beber el néctar.

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Desde el último umbral de lo posible. Tu sombra dispersa en el dormido pliegue de la sábana tu voz tejida de presagios de supersticiones de demonios que se anclan profesando fantasías en rincones inmutables Me seducen y me invitan a intimar sin silencios que arropen el alma Desnudo frente a mí para entregarte y resucitar viejas ausencias en este cuerpo añoso que amenaza quebrarse Tus ojos enmarcados en fuego como tu cuerpo rasgándole la túnica al amor esperando que decida desnudarme sin ruidos ni pretextos

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Con caricias escultóricas y beso silenciosos entretanto tu viril geografía acariciante en la sombra desde el último umbral de lo posible

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Mirada de mujer. Dibujo a lรกpiz. 1992


Rescatando la ternura Seda encarnada es lo que soy en este instante un puñado de jazmines allí se nutre de blanco el horizonte Rescata la ternura que corre por mis sensuales vestiduras hombre dormido de enfoguesidos hornos Eres como una música que huele a vendimia en amatorios ritos de libélulas y besos de nenúfares Ángel olvidado hombre extenso torsos, maremotos, sudor porque su amor me toca\ Ventana soy de la casa sin más ropaje que el del amor en éste entonces íntimo quiero danzar sobre tu lomo Como una clavelina

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Ese insoportable tiempo callejero El tiempo, ese ingrato insensato deshizo nuestras propรณsitos, soles impotentes en este instante, y esta lรกmpara seca demacrada que soy Carezco de recursos para reconstruir lo que fuimos, no queda materia viva Soledad, caminos tenebrosos inexperiencia y riesgos en los rincones eternos de los siglos. He vuelto desde allรก, dejando la brisa enamorada desde tan lejos sigo intentando ser a la luz de la impotencia incorporada a esta vida donde las flores gritan sus nostalgias No he querido romper con los espejos que de tarde en tarde, guardan silencio sin paragua alguno Me debato ante mis dudas empapada de azahares por las noches


Regreso de tejer cada segundo que pasa ando descalza, cargando desasosiegos tan grandes,

He llorado desnuda en la profundidad de un vuelo ante los ojos de un reloj que insistentemente me tortura con su voz y su eco de tic tac envuelto en el lamento de los años Ese insoportable tiempo callejero en el que la piel va muriendo al unísono con los fuetazos de las horas.

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Desnuda en la profundidad de un vuelo. Dibujo 1992


De erótica pasión Poniendo sobre mis hombros un perfil de violetas cubiertos de melancolía, con la ternura blanda de los regresos me he tragado los luceros a destelladas. Andamios de atardeceres en el que sin tregua mordisquearé tus labios y encenderé la brisa de pasión alrededor nuestro, hasta alcanzar la sonata de estrellas y la sinfonía de los planetas. Voy al aire, al éxtasis, al vuelo, para caer de nuevo desesperada, despeñada, condenada a la soledad, en esta muerte lenta que me impone la vida en donde cualquier sol puede asomar la piel de la sombra. ¡Oh piedad tu la de los pechos caídos! ¡Canto de lienzos y tardes ! esta inquietud que me agobia… aguardando la soledad oscura y en el infinito de los cielos amanecidos bajo el pie inmenso de la nada que nos consume


í En memoria a Kathe Kollwitz. Litografía de la artista1993

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Cenit de gozos No hay nada que entorpezca ni me lacere el paso ni la posible saciedad en el vacío que me enamora la casta soledad de las paredes Desgastada ya la máscara que soy en la oscuridad me asalta la certeza la ráfaga iluminada del misterio el sentido, su revés los secretos del conocimiento y esta distancia que me impones entre lo que soy y lo que aspiro bermejas alegrías, mansedumbre Hundiéndome, dejándome ir en las barbas de la noche como lava en un pétalo rosado desatando cuerdas descargo las caderas En este entonces que es espacio de nadie Soy toda piel para trenzar tu larga intensidad Cenit de gozos.

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Fundiéndonos en la catarsis de un sueño lúdico Yo, sigo siendo la tejedora de sueños la mujer que me habita seduciéndote siempre con la misma mirada la que presagia cataratas termales en la comisura de los abismos humedeciendo mis soledades Voy hacia ti con mis carnes desnudas para galopar contigo una vez más y consumar deseos delirantes mirándonos al unísono sofocando nuestro ocaso fundiéndonos en la catarsis de un sueño lúdico de miel y espuma Más allá de las distancias más allá de las palabras fanfarria, en soledad Un bolero que se sacude en las cadenas del viento, que me susurra al oído, me acaricia la espalda y más… sin el más leve atisbo que el rostro pálido de la luna.


Desde esta melancolía perpetua Yo, que te recuerdo y te pienso, con tus barbas grises y alucinados ojos que en oscuridad de túneles me penetran con el cristal desnudo de tu limpia sonrisa Yo que me he arrastrado sobre el sueño para besarte en esta melancolía perpetua encima de esta tierra que no me carga por perseguir tus pasos. Aún te sigo amando con la misma locura apasionada que se repite concomitantemente a través del tiempo Ya vez, todavía navego en esos fuegos con la frescura de un nido abandonado Miro al mundo desde arriba tratando de nivelar tus imágenes etéreas estremecida en soledad Se terminaron mis sueños no hay nada


no hay respuestas solo un espacio cobijado de palabras.

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Me invento en la cumbre adivinada. Encallada he quedado cosiendo tu nombre en mi piel como en otros tiempos como en otros versos con un hilo de letras Amo los hombres y les canto con mi cuerpo trĂŠmulo apasionado envuelto en consignas hermosas ciega en el tiempo Me invento en la cumbre adivinada en esos dĂ­as ,en los que tu ausencia duele cuando saltan de mi pecho todos los gritos guardados y un cansancio de milenios se acomoda en mis huesos. Quisiera romper los relojes del tiempo de este mundo tan ajeno ser tejedora del viento navegante, deslumbrada no descreĂ­da de un todo lamentando mi suerte Es cierto que a ratos estoy triste


que salgo a los caminos con mi pelo suelto, alborotado. Es cierto que atesoro recuerdos en el universo y que sigo desenvainando estrellas ¡soy una mujer pensante! mis ojos encenderán luciérnagas

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Erotismo en un huerto de helecho bajo la luna Dame una copa de vino para calmar mis ayunos y destruir este lamento de siglos a puñados de olvidos y circunstancias quizás inenarrables Coróname de azafrán y otros humores perfectos dejo la almohada vivir de sus recuerdos me remito a otras tantas maravillas la alegría con el aroma pardo de sueños lúdicos ¡tanto erotismo! en un huerto de helechos bajo la luna Amo y disfruto este nuevo hábito lo juzgo inesperado un hecho irrepetible ¡Desplegarlo a viento entero! para sacar el trueno de este amor Caleidoscopios, yo no se un gramo de cordura, polvos de besos ¿Cómo explicar esta hambre de mariposas astilladas? ¿o un calendario vacío de trabajos?


¿un paso con labios entreabiertos? ¿el ronco suspiro de un zapato, la parca muerte? Degollantes palabras que juegan se demoran para dar tiempo a la nostalgia yo no invento la lluvia ¡que nadie me la arranque!

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Se que no existes hermoso viajero invisible Desde el centro de un ópalo color crepúsculo amado, se que no existes se que eres tan solo una figuración traspasada en el aire por una quemante aguja de sol y aún así te canto frente al mar en un aire cargado de delfines livianos y azules Pero no tengo tu cuerpo de espumas a mi lado hermoso viajero invisible ¿hacia donde nos llevan estas tardes inciertas? y tu voz me responde en silencio... donde retozan las embriagadas ninfas para poder decirte un adiós oblicuo entre los labios y el viento sin pausa… acompasada por las ondas del silencio

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Frente a ti me desnudo Como otra flor en el agua se ha perdido la fábula que fui. Frente a ti me desnudo, de todos los velos que cubren mi cuerpo bajo una luz, que no tiene recodos ni vueltas. Mírame la piel astillada el vientre estrujado ya no es el mismo liso de aquellos tiempos Desnudándome del desnudo que me disfraza mis ojos ya no son más ni la milésima parte del fanal de tus viajes nocturnos Soy la lumbre efímera la imposible divisa destrozada pero al final del día mi pecho vuelve a ser la casa donde te recojo sin velos con dulzura de violetas


Mi cuerpo no es espacio de nadie Mi cuerpo no es más que cuerpo ni es espacio de nadie Es como un árbol desnudo de hojas que en remolino se envuelve y se estremece Colmando lo vacío con su savia en el éxtasis de los contornos en el hoy, en el aquí que prolonga sus mudanzas para que sea breve el camino más divino que las orillas áureas

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Eros sostenida en catarsis Nunca te vas de un todo siempre regresas atraído desde la eternidad por mis seductoras formas Ganando otra vida más para quizás burlar la muerte. Cómo un pájaro de fuego en mis labios te meces Espléndidamente al vacío desciendes bordando en mieles la sacudida de un destello, sostenidos los dos en la catarsis del quejido Renaciendo de nuevo en la oscuridad y en pozos de rica pulpa… revoloteando hasta la madrugada


Atando sueños Hoy llevo puesto mi vestido de ternezas el alma se me llena de plumas del roce de aquel pájaro que ha formado un ventanal en mi corazón

Dejaré abierta mis cálidas compuertas para recibirte cuando quieras a ver que pasa

Déjame barrer esa nube de tristezas de tu rostro de ángel la túnica gris que cubre el desencanto

Déjame teñirla de azules blancos y amarillos y navegar en tus espacios infinitos garza dormida deshacedora de pequeños mundos pensamientos silenciosos

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que se deshacen en el despacio donde el pronto ya no existe

Anda aún estas a tiempo sella tu pacto conmigo derrámate como lluvia sobre mí mientras yo me multiplico en tu presencia atando sueños en los abismos del alma.

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Dibujo mixto, acuarela y lápiz. Doris. 1993


Acariciante aún en sus reserva Caminando por las avenidas sombreadas del recuerdo una acuarela sorda en un trípode melódico y mordaz desbandados colores alborotando el placer de viejos estremecimientos tijereando mis sueños. Duele el silencio que se mece se desliza, recorriendo los siglos para no borrarme ni minimizarme Yo mujer luna la de benignos otoños he vuelto a despertar para inventarte otra vez bajo las sábanas de seda Conjugando mil voces en las frondosas humedades mescolanza de olores a hierbas caimito, almendra y guayaba sabores a lujuria y pecado Inconmensurable y fija la mirada acariciante aún en su reserva donde caben solamente los gemidos que trasmutan sentimientos.


Como gacela de lluvia que muerde la brisa El tiempo con su sombra que me aspira no soy más, que una estrella fugaz desprendida del sempiterno cosmos me he quedado atrapada en un simple fragmento del ayer Ahora recojo mis negaciones palabras mutiladas, una parte de mi historia Ya no soy más la que me sentaba a confrontarme y ha pensar en mis desgracias a plena tarde cansada lo confieso. El tiempo, el pedestal de la espera, o la mejor metáfora dos agujas incesantes perturban con fatídicos finales erigiéndole falsos monumentos al miedo.


Dibujo a lápiz. 1992

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Sola en el desamor del éxodo En la melancolía de un atardecer rostro sonante como gacela de lluvia Transfiguro mis recuerdos abriendo la noche a mis pies como gardenias pisoteadas sola, en el desamor del éxodo Como raíz invertida pariendo silencios en este ir sin movimiento más sin embargo regreso cuando ya no nos queda nada Preludiando voces en los pasadizos callados no necesito hablar ni decir una palabra solo dejarme fluir a este tiempo tranquilo las palabras correrán solas…


Soledad. TĂŠcnica de frotado en contĂŠ. Doris. 1993



Este mundo desnudo de inocencias Este mundo que he inventado que es tan mío porque yo misma lo pinto lo escribo, lo esculpo y lo redimo con locuras Este mundo donde el amor surge desnudo de inocencia como un enigma agazapado en los labios donde se desarropa el alma Con símbolos y signos como la propia ternura tan fuerte y tan eterna como la piedra que todavía llora Pero al pasar de los años, aún no he perdido mi ruta, amarrada a mi puño todavía mantengo mi esencia, y sigo siendo, ese amor desnudo de costumbres

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Desde la mirada. Dibujo a lápiz. Doris 1994

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Fiebre depredadora de fatigas Nadie me toca lo absoluto rueda y gime ningĂşn polvo se acomoda en mi piel Nadie me habita mĂĄs que esta fiebre implacable depredadora de fatigas que como rĂĄfaga traspasa mi cuerpo y en espiral sublime cae como tempestad aflorando con ello el deshacer de la espera en esta soledad sin nombre.


Ninfa desnuda de milagros Esta ninfa desnuda de milagros tejida de presagios se levanta con fuerzas de nuevo ante otra ilusión incierta que extiende sus manos y sus brazos alargando su silueta en el espacio Regalando con su soplo la cenizas de sus huesos entonces se desviste de promesas entregándose tal y como es. Un golpe de rosas, con olor a silencio y amaneceres profesando fantasías Y otra vez, frente a mí se confiesa con el alma desnuda de milagros dejándome un puñado de rosas a la orilla de mis labios


voluptuosidad. Desnudo a lápiz. 1993

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LĂşdicas noches Todas las noches de mi diario vivir la soledad se hace presente en mi habitaciĂłn y abre la puerta a mis tristezas se mete desnuda en mi cama me besa, me acaricia y en el entretanto llora conmigo Me estoy acostumbrando a su presencia porque despuĂŠs de todo me comprende no me reprocha nada no sabe juzgar, ni lo pretende solo me acompaĂąa y se hace sentir


Eres Resplandor de una llama que aún provocas quemarme y lo intentas con tu sensual sonrisa con tu mirada erótica un tanto lúdica Yo, te escucho cuando llegas y en la cima de vértigo que siente mi cuerpo te miro y busco en tus ojos esa pasión que tuviste en tu mirada y te pienso En un intento por rescatar tu imagen ya no quedan más que cristales fugitivos cavando en lo más recóndito de mis abismos en las entrañas de mi Ser. Entonces, me lleno de palabras, que encadenan mi mente una vez más y a su prisa me encadeno a un destino, el que elegí hace ya muchas décadas.


Hombre de espalda. Dibujo a lápiz. 1992

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Al castigo del vértigo Retengo de forma indolente, el sueño en que te eriges no quiero detener el dorado remolino si a la descarga das comienzo cuando los peces renacen en la lluvia indolentes al castigo del vértigo. ¡Que importa al vuelo hecho fuego! si en la transparencia agitada en que te miro innumerables se abocan los recuerdos como desensartadas perlas fraguando una irremediable espera en la partida.


Ese hombre inventado. Podría diluirme en el río de la vida Si volviera a renacer ese hombre de ojos de miel olores a sándalo, cabellos bañados por las canas añosas de sonrisa de niño, labios finos sensuales y dientes como perlas Sí, ese hombre inventado de manos grandes, poderosas y suaves que rozan mi piel y me encandilan el alma El que por tantas veces demando al universo para recrearme en su imagen donde preludian los arcos incendiarios, en el tránsito de todos mis círculos húmedos.

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Mujer desnuda con paraguas. Dibujo a lápiz. 1993


solos los dos en medio de la noche Cuando los costados de la noche se tienden donde el roce primigenio más profundo su incandescencia la pasión destapa Una voz en mi memoria, te dibuja en los pastos de una sinfonía en los abismos del alma allí, donde solo los dos en medio de la noche, donde nadie nos toque, acompañados de luciérnagas. Déjame que te vista de tiempo para verte ahora en éste instante que mi cuerpo se lava en tu sonrisa mientras me entrego ciega y en silencio cuando las almas se aúnan en alianza


Te he buscado Y ahora que llueve a carcajadas quisiera que me escribieras historias en el pelo Te he buscado, esculpiendo mis pasos sobre el tiempo Te he buscado, sin esperanza alguna en mis sueños lúdicos pero no estabas Te he buscado en lo más profundo de mis sueños disfrazada de Eros luchando contra este devenir estéril Te he buscado en cualquier tarde mientras me miro al espejo y me contemplo, desenredándome sin esfuerzos en las rejas de tus manos, donde conocí la debilidad que habita en ti, en medio de un vacío, como noche de estrellas apagándose

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Mientras a mĂ­, me duele la caja del alma lo que me enreda en la pena el revolver los escombros la basura, los pedazos de recuerdos estrujados e inconclusos inĂŠditos Me desvisto del pasado me emborracho de estrellas llorando sin tiempo en los pasillos del tiempo.

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Sentimientos encontrados. Dibujo a lápiz


Pétalos de irrealidad de la mirada Viajo con las olvidadas en esta noche de luna llena anda ven desnúdame entre las sombras de las nubes único hombre que ha besado mi alma Pero nada que ver con esta realidad mía el absurdo se hace eco de mis afirmaciones. Y en ese absurdo leo detalles de tu rostro en los bolsillos vacíos del tiempo Una nostalgia lenta y pesarosa real como los ángeles resistiéndome al tedio al ojo vago del hastío digamos se llama desamparo.


La nada estaba ausente Fuiste viva presencia en mi memoria mientras estuve anclada en la yerba y de mis tardes casi borradas solo quedan las huellas de lo estéril vengo desde mi más remota historia chapaleando siempre en el cielo de tus charcos Como lucero humeante, cansada y desnuda de este frío esqueleto tan púdico y tan casto No se en que adagios vine al mundo escribiendo lunas pero sé que una tarde en el mar tú me llamaste Y yo esquive mis andares voluptuosos chorreado de merengue bomba, bachata y plena Destilando en la tersura de mi piel canela gracia y sensualidad,

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con mi sangre mestiza música tambaleante que te atrae Y ahora me llamas… sin mostrar el rostro y el vacío escarchado desorientó mi vuelo La nada estaba ausente A veces soledad, otras silencio Ni vida ni destino Sin embargo sigue el cangrejo golpeando contra las peñas sus penas. no sabe de vacíos el cielo era amor lo que te di ¿Qué sabes tú de entrega?

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