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Somos nosotros
Si lo crees,
lo puedes
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Autor: Marisol Fernández Muñoz, Yazmin Zarate | Fotografía: Federico Ríos Macías, Melisa Ortega Pérez
Elsa Cordero Martínez, magistrada en retiro del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Tlaxcala, aseguró que su reto fue marcar un precedente en Tlaxcala en el tema de equidad de género. “La entidad es la única en el país en capacitar y promover que los jueces cuenten con una perspectiva de género en la toma de decisiones”.
Su trayectoria profesional ha estado marcada por cambios de paradigma en la cuestión de género. Ocupó cargos a los que pocas mujeres han llegado, como la Dirección Jurídica del Congreso local y la presidencia del Tribunal Superior de Justicia del Estado. “Ser magistrada durante doce años ha sido un honor muy grande. Ingresé por un concurso público de oposición y luego fui ratificada a la conclusión de mi primer período. Ahora concluyó porque la ley prevé como máximo dos periodos.”
Es la tercera mujer presidenta del Tribunal Superior de Justicia, pero la única en ser ratificada como magistrada en funciones por unanimidad de votos por el Congreso local. “Hoy es un día particularmente importante para mí. Fue mi última audiencia como magistrada unitaria en el sistema penal acusatorio; ahora el sistema penal acusatorio es un lugar donde de manera directa se recibe la información y los juzgadores determinamos qué hacer, escuchando a las partes presentes, escuchando lo que tienen que decir de una manera rápida y efectiva”. Cuando era niña ¿Qué soñaba ser de grande? Estoy muy emocionada porque soñaba justo lo que hago ahora, quería ser licenciada en derecho, quería ser abogada, y quería tomar decisiones que cambiaran mi comunidad en ese tiempo como niña. ¿Considera que es difícil ser mujer? Ser mujer significa retos, significa si, en algunas ocasiones dificultad, significa oportunidades. Ser mujer no es difícil, pero implica manejar y enfrentar muchos retos. ¿Cuáles son los retos a los que se ha enfrentado Elsa Cordero Martínez? Bueno en mi juventud, la toma de decisiones en su mayoría era de hombres. Me tocó formar equipos donde la toma de decisiones estaba rodeada de hombres, por ejemplo; en las áreas jurídicas y directivas del Congreso local era la única mujer en el Tribunal Superior de Justicia en el pleno del Poder Judicial muchos años fui la única mujer.
Me tocó un tiempo donde existía una cultura de subordinación o donde si la mujer destacaba era como algo excepcional, no normalizado. ¿A lo largo de su carrera ha renunciado a algo, de acuerdo con los estándares de la sociedad, como ser mamá, tener una pareja, a su familia? Para tener que desarrollar mis actividades profesionales, he tenido que combinar mi vida personal con mi actividad laboral. Y tuve la fortuna de contar con una pareja que entendía, que éramos compañeros iguales y él se integró a las labores del hogar; ello me permitió seguir laborando y desarrollar mi rol de esposa en el hogar. En ocasiones resultó muy complicado hacer muchas cosas a la vez, de pronto me tenía muy angustiada. Estudiada, porque siempre me he seguido preparando. Es complicado, pero posible.
Judicial de Tlaxcala
Estudios: Licenciada en Derecho, maes-
tría en derecho constitucional y procesal constitucional, doctorado en derecho, especializado en temas con perspectiva de género y en sistema penal acusatorio
Edad: 49 años Familia: Casada Hijos: Una hija.
Tres virtudes de las mujeres.
Las mujeres somos comprometidas, tenemos talento y somos perseverantes.
¿Un defecto?
Que no confiamos en nosotras mismas. No creemos lo poderosas que somos.
¿Cuál es su pasatiempo favorito?
Nadar y leer.
¿Cuál es su palabra favorita?
Dignidad.
¿Hemos avanzado en equidad? Hemos avanzado mucho, por la parte del reconocimiento normativo. Hemos avanzado en sensibilizar, pero todavía está el reto de hacer efectiva la igualdad, materia que sigue siendo un reto, un reto bastante grande que amerita mucho trabajo, mucha concientización y, sobre todo, mucho compromiso por parte de todos los actores. ¿Ha vivido algún tipo de violencia? ¡Sí, claro! Lo más relevante es que yo no me daba cuenta y lo empecé a hacer consciente hasta que empecé a estudiar y conocer sobre los temas de género. He recibido violencia institucional. Una vez me solicitaron una carta de no gravidez para integrarme a laborar; violencia mediática, de un medio de comunicación que no es objetivo, ni profesional; recibí violencia política por razón de género, ahora ya reconocida, pero que en ese tiempo no estaba como tal, denigrando mi persona y mi condición de mujer. No fue lindo y esto ocurrió cuando tenía el puesto más importante en la presidencia del Poder Judicial de Tlaxcala. ¿Desde su entorno qué hacer para que las mujeres vivan en condiciones de verdadera equidad? Me gustaría ser inspiración, pero no en el plan protagónico, sino en el plan de decir “Si esa mujer pudo, yo también puedo”. He contribuido con la igualdad de las mujeres, primero, preparándome para conocer y poder capacitarme y sociabilizar el tema y trato desde los enfoques y áreas que he pisado, difundir, preparar y capacitar sobre la violencia de género.
Cuando tuve la oportunidad de dirigir los trabajos del Poder Judicial, incorporé una unidad de género en la institución que no tiene precedentes y está reconocida por la ley, porque era necesario que la política pública del Poder Judicial se tomara con perspectiva de género, capacité por primera vez a todos los operadores que toman decisiones en primera instancia para que en sus respectivas resoluciones incorporaran la perspectiva de género. Somos un estado donde las juezas y jueces tienen esta capacitación.
En el tema de perspectiva de género aún hay mucha resistencia, y el problema es que esa resistencia es cultural, porque estamos construidos como una sociedad patriarcal. Hubo resistencia, sí, pero una mujer que toma decisiones tiene esta capacitación e información y lo puede hacer posible. ¿Qué aprendió de la emergencia sanitaria ocasionada por la COVID-19? La pandemia, aparte de mucho dolor y tristeza, me ha dejado una enorme enseñanza. Estuve enferma en junio del año pasado, no fue una experiencia linda y de las cosas que aprendí fue el compromiso de cuidarme y cuidar a los demás. Esta corresponsabilidad, entender que cuando me cuido y cumplo con mi parte, también apoyo a mi sociedad, comunidad y familia, y viceversa, cuando todos nos cuidamos en lo particular. ¿Se va satisfecha con su trabajo en el Tribunal Superior de Justicia del Estado? Si, tuve el honor de participar en la implementación del sistema penal acusatorio hace once años. Fue mucho esfuerzo, todos pensaban que era una reforma constitucional que iba a quedar a la deriva. Me tocó informar, capacitar para participar en la toma de decisiones, desde la actividad penal y luego como titular del Poder Judicial. Ver el sistema tal y como es, participar en él y tener la emoción de cuando sales de esa puerta, para llegar y presidir una audiencia es muy significativa para mí. Y hoy cierro esta etapa en la que la vida me permitió participar desde el principio y por eso festejo. Quiero finalizar diciendo que en este momento las mujeres nos tenemos que creer lo poderosas que somos; tenemos que participar y comprometernos para hacer efectiva la igualdad, para hacer efectivo que los hombres y mujeres podemos convivir en esta armonía sin competencia, pero participando activamente todas las mujeres del estado.