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oposiciÓn en bl anco y negro

Número 32 ~ junio de

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La silla semivacía

En su pelea con Yidis Medina, Uribe no sólo ha estado a punto de salirse de los chiros, sino también de la silla. ¿Estará nervioso? lea la novela en la página 9. CMAN

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2 ~ junio de 2008

número 32

editorial

E

El gallo encerrado

s claro que la persistencia de Uribe en no revelar de una vez por todas si piensa o no lanzarse a una nueva reelección es una estrategia que busca generar caos entre sus potenciales adeversarios. De esa manera él mantiene el control de la situación, porque con ese silencio estratégico les impide hacer cualquier plan a quienes puedan estar pensando aspirar a la presidencia a partir de 2010 –si es que no hay antes un desbarajuste institucional generalizado, cosa que no sería rara y a la cual el propio mandatario le podría estar apostando, para poder pescar tranquilamente en el río revuelto de la incertidumbre–. Lo más curioso de todo esto es que Uribe, que se

las da de frentero y que se ufana de no evadir debates y de poner siempre la cara, cuando es interrogado al respecto responde con evasivas, en una actitud más propia de una adolescente indecisa, que de un hombre curtido en más de 30 años de brega política. Y la reelección no es él único tema en el cual él prefiere irse por las ramas: lo ha hecho también en lo referente a su relación con los para-políticos o en el tema del aborto, por citar dos ejemplos espinosos en los cuales él, que es tan gallito, actúa más como una gallina arisca, para no dejarse concretar. En cambio para polemizar con una ex congresista y ex aliada política suya, no le alcanzan los micrónos, las cámaras, ni los comunicados de prensa.

d i r e c to r :

Vladimir Flórez [ Vladdo ] co l a b o r a d o r e s : Alexandra Cardona • Natalia Springer • Joanna Ruiz Méndez • Jorge Gómez Pinilla • Antonio Jiménez Castañeda • Diego Laserna • Juan Manuel López Caballero • Iván Marulanda • Pedro Medellín • Álvaro Montoya Gómez • Laura Olmus Montoya • Rafael Pardo Rueda • Enrique Parejo González • Juan Camilo Restrepo Salazar • Ricardo Sánchez Ángel • Carlos J. Villar Borda. ~ Caricaturas de Vladdo, cortesía de Semana ~

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correo@unpasquin.com Preguntas sueltas

¿Por qué, sabiendo que es un deber ciudadano informar a las autoridades de la comisión de un delito, él esperó tantos meses para hacerlo?

USTED puede

¿Será cierto que el presidente salió a decir toda esa cantidad de cosas luego de enterarse por anticipado de que la revista Cambio iba a publicar la entrevista con Yidis ? ¿Estará nerviosito?

Suscríbase a Un Pasquín en un dos por tres:

¿A quién piensa engañar Uribe con sus tardías denuncias sobre el supuesto chantaje al que lo estaba sometiendo su ex amiga Yidis Medina?

¿Por qué será que –curiosamente– cada vez que el Presidente se encuentar en aprietos es el Canal RCN el elegido para dar su explicaciones? ¿Será que la cosa política de Vicky Dávila y la imparcialidad comprobada de Noticias RCN le garantizan una mejor comunicación a Álvaro Uribe con sus compatriotas? ¿No habrá caído en cuenta de que ya ha hablado demasiado en este mes, y que los televidentes estamos mamados de ver a César Mauricio Velásquez leyendo comunicados absurdos sobre cosas que no nos importan?

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junio de 2008 ~ 3

Un país a la deriva Opinión de Enrique Parejo González n Especial para Un Pasquín En materia de respeto al ordenamiento jurídico nacional e internacional, nadie puede negar que nuestro país se halla a la deriva, sin brújula y sin timonel que pueda guiar con acierto el rumbo de la Nación. Sin embargo, el único a quien no preocupa esa situación es el presidente de la República, ansioso como está de concentrar en sus manos todo el poder del Estado, sin interferencia alguna que limite sus acciones de gobernante autoritario, ni su aspiración a ser reelegido indefinidamente. El respeto a las normas jurídicas, que es el primer deber que tiene cualquier mandatario en un estado de derecho, le importa muy poco al señor presidente. Si las normas internas impiden la satisfacción de sus ambiciones, no vacila en cambiarlas por otras que permitan el logro de sus fines egocéntricos. De ahí que se empeñe en reformar la Constitución cada vez que desea ser reelegido, para lo cual cuenta con el apoyo de unos partidos sin grandeza, creados para estar a su servicio, incapaces de comprender que su servilismo está llevando al país por caminos que conducen a la negación del estado de derecho. El presidente irrespeta también las normas internacionales –que él desearía que fueran hechas a su medida– cuando cree que son un obstáculo a la solución del conflicto interno. Prueba evidente de ello, fue el bombardeo del hermano país Ecuador, con el propósito de aniquilar a uno de los cabecillas de las Farc. El impulso criminal que, a veces, parece apoderarse de él, lo lleva a cometer acciones como ésa, contrarias a la Carta de la OEA. De ahí que hoy esté proponiendo que se cambie en ella el actual concepto de soberanía. Haber pensado en dialogar previamente con el gobierno ecuatoriano, para solucionar ese problema, es cosa que no se compadece con su natural tendencia a realizar acciones guerreristas, sin detenerse a analizar las consecuencias que se puedan derivar de esas acciones. La obsesión de eliminar al cabecilla de las Farc obnubiló su mente y le impidió sopesar los pros y los contras de esa precipitada e ilícita operación. La prepotencia que muestra ante sus conciudadanos, sean civiles o militares, jueces o periodistas, amigos o adversarios, también la exhibe, sin

reflexión alguna, frente a otros Estados, que él querría que aceptaran sus peligrosas bravuconadas, con la misma sumisión que suscita entre muchos de sus gobernados, de cuya vida y bienes se siente amo y señor. Es tan caprichoso en sus decisiones como gobernante, que, por ejemplo, un día se compromete con los paramilitares a no extraditarlos, siempre que cumplieran las normas, en exceso benignas, de la Ley de Justicia y Paz -que él hizo aprobar a cambio de su desmovilización-, y otro día decide El presidente extraditarlos, con el argumento de que querría que otros estaban violando sus disposiciones. Pero Estados aceptaran sus no llegó a la consecuencia lógica -que ese bravuconadas con la hecho exigía-, de retirarles los beneficios misma sumisión que lo que la misma ley les había otorgado. hacen sus gobernados. Aún no se sabe por qué tomó esa decisión. Durante más de dos años de aplicación de la Ley de Justicia y Paz, ellos la violaron muchas veces, sin que se les sometiera a las normas más severas del Código Penal. Es más, antes de entrar en vigencia dicha Ley, algunos paramilitares habían sido condenados a penas hasta de 40 años de prisión, por delitos de lesa humanidad, cuya aplicación se aplazó, absurdamente, por razón de la desmovilización. Y la decisión de extraditarlos se tomó sin cumplir las sentencias de los jueces, ni asegurar la reparación de las víctimas, ni de que se conociera toda la verdad sobre los responsables de esos delitos, entre quienes bien podría contarse él mismo. El presidente no le ha dado explicaciones satisfactorias al país. El mal llamado “proceso de paz” con los paramilitares presenta tantas zonas oscuras, que ha llevado a muchos a pensar que la decisión de extraditarlos tuvo como propósito fundamental impedir que siguieran contando aquí toda la verdad sobre sus crímenes atroces, cosa que, al parecer, a él no le conviene. ¿Si todas esas anomalías han ocurrido en dos períodos de gobierno del presidente Uribe, qué no podrá ocurrir en un tercer período, si el pueblo, insensatamente, se lo concediera? Enrique Parejo González fue Ministro de Justicia.


4 ~ junio de 2008

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El silencio de los inocentes Opinión de Jorge Leyva Valenzuela n Especial para Un Pasquín “En circunstancias normales, el silencio puede ser una contribución eficaz a la resolución de los problemas; en circunstancias excepcionales, esa omisión se transforma en deslealtad hacia la organización de la que formamos parte”. Con estas palabras justificaba Gabriel Elorriaga, Secretario de comunicaciones del Partido Popular de España, su cuestionamiento al liderazgo del jefe de esa colectividad, Mariano Rajoy, y dejaba planteaba la necesidad de darle un timonazo al PP para corregir el rumbo. Esas mismas palabras nos sirven para hacer un análisis de una de las peores enfermedades del Partido Conservador en Colombia: la falta de renovación ideológica. A pesar de que en el papel el Partido se considera moderno, muchos copartidarios, en pleno siglo XXI, se centran aún en teorías pasadas y le cierran los ojos la realidad. Hablan de la moral sin entender qué dicen y sin saber que ésta no puede ser una máxima social absoluta y sin relación a los tiempos históricos. Dejan de lado temas que son fundamentales en el mundo de hoy. ¿Dónde está el planteamiento del Partido sobre el calentamiento global? ¿Dónde está la política pública frente al SIDA? ¿Dónde está la postura frente a los derechos de los animales? Y como si lo anterior fuera poco, muchos copartidarios exhiben sin pudor una doble moral: hay copartidarios que rechazan el homosexualismo, cuando ellos o sus hijos o familiares son homosexuales. Otros hablan de principios y valores a las Nuevas Generaciones cuando tienen hijos de manera irresponsable, incumplen sus obligaciones alimentarias, se salvan del carcelazo con dinero y luego piden que se guarde silencio.

¿¡Por qué sí te callas!? Opinión de Jorge Gómez Pinilla n Especial para Un Pasquín Ver para creer: pese a que la elevada cuota de políticos uribistas vinculados al paramilitarismo sería la prueba contundente de la ineficacia de la Seguridad Democrática para romper los vínculos entre el terrorismo y la política, el Gobierno Nacional –en un proceder que cualquier siquiatra calificaría de esquizoide– expidió un comunicado donde afirmó que la reforma que pretendía castigar mediante la silla vacía a los partidos contaminados de parapolítica, desconoce “la eficacia de la política de Seguridad Democrática para romper los vínculos entre el terrorismo y la política”. En otras palabras: así como es imposible desconocer los contundentes éxitos de Álvaro Uribe Vélez para enfrentar a la guerrilla, ahora pretenden hacernos creer que la proliferación de políticos pillados en contubernio con el paramilitarismo, forma parte de esos mismos éxitos. Si algo hubiera que abonarle al Gobierno, es que al menos rompió su silencio y por fin se pronunció ante tan delicado tema, pues la explicación del ministro Carlos Holguín según la cual no estaban dispuestos a perder sus mayorías, tan sólo generaba suspicacias, en consideración a la calidad moral de las mayorías a las cuales se refería. Pero razón no le falta al Ministro, porque son esas mayorías uribistas de la Comisión Primera las que resultan irremplazables en el Congreso para aprobar una eventual segunda reelección del Presidente, luego del referendo al que obligarían las firmas que a razón de $200 c/u hoy recogen con mística y entusiasmo sus huestes en centros comerciales y estaciones de Transmilenio.

número 32

Hay quienes utilizan el partido como elemento religioso, predican y sentencian con el “pecado político”, cuando la historia ha demostrado la necesidad de separar la política y el Estado de la religión. Hay quienes siguen pensando que el Estado Social de derecho es un invento comunista cuando las grandes transformaciones de Europa, dentro de las que está el final del comunismo, las lograron los conservadores alemanes con ese modelo estatal. Hay copartidarios que satanizan a quienes tienen una concepción del mundo que no es la suya, como si la libertad de concebir las cosas de una o de otra manera no fuera un derecho esencial de todo ser humano. Por eso a mi partido yo le digo lo siguiente: detrás de todo moralista se esconde un gran mentiroso. Las circunstancias del Partido Conservador no son normales. Las circunstancias del país lo son menos. Y por eso guardar silencio en un momento como este sería una gran deslealtad. Aunque en el papel el Partido Conservador se La sentencia es clara: mientras el Partido Conservador siga pensando como se pensaconsidera moderno, ba hace un siglo, seguirá teniendo una talla muchos copartidarios menos que nuestra sociedad. se centran aún en Hoy tenemos que tomar una decisión teorías del pasado. de fondo: o participamos en la política del cinismo o participamos en la política de la esperanza. Yo creo que tenemos derecho a soñar con un mejor Partido. Que tenemos derecho a tener ideas para el futuro y a que los nostálgicos del ayer no nos impongan las ideas del pasado. Yo creo que con nosotros hay una generación entera que está empujando, que tiene preguntas sobre su futuro y que quiere unirse en torno a una idea básica de libertad. Y yo siento que es nuestra responsabilidad guiar ese proceso, dar esas respuestas e impedir que se nos siga dividiendo. Yo los invito a unirse a esa causa común. Yo los invito a recuperar la esperanza. Y quiero que lo hagamos juntos. Porque juntos, todo es posible.

Hablando de silencios, aquí sí resulta diciente el que al respecto ha guardado el Presidente, por lo que, parodiando al rey de España frente a Hugo Chávez pero a la inversa, ahora habría qué espetarle ¿¡por qué sí te callas!? El parangón con el presidente de Venezuela no es de ningún modo forzado, si nos atenemos a la pregunta que recién le formuló el analista Andrés Oppenheimer (“Si se reelige, ¿qué autoridad moral tendría usted para considerarse mejor que Chávez?”), a lo cual respondió: ‘’A ver, Andrés, no vengas aquí a hacerme cuestionamientos vía preguntas’’. De cualquier modo, en consonancia con su ministro de Defensa –ya atornillado como el Plan B de la reelección– la respuesta se deja entrever cuando en los últimos días uno y otro hablan al unísono de “reelegir la Seguridad Democrática, reelegir la confianza inversionista...” Hace un tiempo más largo (enero de 2006), cuando se cocinaba la primera reelección, el columnista y caricaturista Vladdo le preguntó al Presidente por qué callaba ante la solicitud del director del Partido Liberal, César Gaviria, de rechazar el apoyo de políticos sindicados de vínculos con el paramilitarismo, y esto le respondió: “Vamos a la otra pregunta”. A estas alturas del partido –que ya va para un tercer tiempo– es posible intuir por qué hace dos años Álvaro Uribe Vélez prefirió callar ante una pregunta tan ‘políticamente incorrecta’. Porque si hubiera rechazado esos apoyos, hoy su Gobierno no podría vanagloriarse de “la eficacia de la política de Seguridad Democrática para romper los vínculos entre el terrorismo y la política”. Moraleja y conclusión: hay que hacer que todo cambie, para que todo siga igual. ¿Sí me copia, doctor Restrepo? jorgegomezpinilla@yahoo.es


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Número 32

junio de 2008 ~ 5

¿En qué creen los colombianos? Opinión de Cecilia López Montaño n Especial para Un Pasquín Se requiere un examen más serio de los resultados de dos encuestas: la del DANE y la de la Universidad de los Andes que miden la percepción de los colombianos sobre su democracia. Con respecto a la del DANE, por los datos obtenidos y por la forma como se presentaron a la opinión pública, la encuesta aparece en el momento preciso para ayudar aún más al desprestigio del Congreso y para fortalecer la imagen presidencial. Las gráficas mostradas, obviamente elaboradas por el ente público, permiten afirmar que la institución más valorada por los colombianos es la Presidencia de la República y la más desprestigiada es el Congreso. Sin embargo, Uno de cada tres una mirada más cuidadosa y más objetiva colombianos cree que de esto y otros resultados como los de los podría haber razones Andes lleva a otras conclusiones muy prepara que el Presidente ocupantes. cierre el Congreso o la Cuando se analizan las cifras la preCorte Constitucional. gunta obvia que surge es ¿realmente en que creen los colombianos? La mayoría no cree en nada ni siquiera en la Presidencia de la República. Según el DANE, el 57.3% no cree en la Presidencia que, pese a ello, es la institución que sale mejor valorada con un apoyo del 42,7%. Lo que es cierto es que en medio de esta incredulidad generalizada de los ciudadanos del país frente a todas sus instituciones, a la que le va mejor es a la Presidencia de la República. Pero esto no cambia el hecho de que la mayoría ni siquiera cree en ella. La pregunta obvia que surge es ¿cómo se compadece este resultado con la famosa cifra del 85% de popularidad del señor Presidente Uribe? Ni siquiera el dato de apoyo al Gobierno que muestra la encuesta de la Universidad de Los Andes, que arroja un respaldo al Gobierno del 55%, se acerca a la cifra de las famosas encuestas del señor Londoño. Sería bueno escuchar una explicación sobre estas diferencias.

Pero además, los colombianos no solo no creen en nada sino que la mayoría vive convencida de que este país es solamente medianamente democrático, 52,88%, y se queda tan tranquilo a pesar de reconocer –un 87,87%– que la democracia es el mejor sistema de Gobierno. Más serio aún, los colombianos parecen dispuestos a limitarla, lo cual es inconsecuente con las cifras anteriores. Es así como la encuesta de los Andes establece que uno de cada tres colombianos considera que podría haber razones para que el Presidente cierre el Congreso o la Corte Constitucional; el 19% de ciudadanos consideran que el Presidente debe ignorar los fallos de los jueces y el 24% las actuaciones del Congreso. Un 37% plantea que debe limitarse el ejercicio de la oposición. Así mismo, uno de cada tres colombianos cree que quienes no concuerdan con la mayoría son una amenaza para los intereses del país y finalmente, un 43% manifiesta que el poder del Presidente no debe tener limitación alguna para que actúe por el interés nacional. Pero la incredulidad está mucho más generalizada. Un arrasador 44.4% dice no tener ninguna confianza en los partidos políticos y otro 44% dice tener confianza, pero parcial. No le va mejor al Congreso: 30.4% no tiene ninguna confianza y un 49.1% sólo confía parcialmente. Esta radiografía debe inquietar a toda la sociedad colombiana que parece justificar sin miramiento alguno, la existencia de una figura omnipoderosa y suficiente para sostener la democracia. Paralelamente, resulta indispensable trabajar desde todos los frentes para que se comprenda que si se desea un verdadero sistema democrático no se puede respaldar abrumadoramente el que no existan límites al Presidente para que éste, en nombre del interés nacional, salve al país. Sin controles y contrapesos se moverá irremediablemente la sociedad colombiana hacia el autoritarismo. Estas encuestan prenden una verdadera luz roja sobre el futuro del país. Con razón o sin ella, la mayoría de los colombianos no creen en nada y este es un mensaje duro y contundente para aquellos que si creen en la necesidad de una verdadera democracia de ciudadanía. Cecilia López Montaño es Senadora de la República por el Partido Liberal.


6 ~ junio de 2008

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La Mexicanización de Colombia

número 32

Un nuevo escenario Opinión de Juan Manuel López Caballero n Especial para Un Pasquín

Opinión de Guilario n Especial para Un Pasquín La guerra desatada en los últimos días entre el Gobierno de México y los carteles de drogas en el estado de Sinaloa, ha hecho a muchos comentaristas describir la situación como la colombianización de México. Las más de 1.500 victimas que el conflicto ha dejado en el transcurso de este año en México, los 300 policías muertos y las cabezas cortadas hacen recordar las épocas cuando El Patrón y El Mexicano regaban las calles colombianas de victimas anónimas y parecían a punto de derrocar el establecimiento. El Cartel del Golfo y el de Sinaloa parecen copias calcadas del de Medellín y Cali, las faenas del Señor de los Cielos y el Chapo Guzmán son fieles reproducciones de las leyendas de los capos colombianos y hasta las camadas de prepagos de farándula parecen cuento viejo para los colombianos. Sin embargo la Colombia de la que hablan los Mexicanos, aquella de los 80s y 90s no es igual a la de hoy. En Colombia el narcotráfico cambió desde mediados de los noventa, con la muerte de Escobar y la captura de los Rodríguez y las bombas y los carteles dieron paso a otras expresiones del negocio y de violencia. La lucha contra los carteles, desLos carteles del Golfo plazó el negocio al campo donde encontró y de Sinaloa parecen organizaciones armadas de gran magnitud y con relativa orientación política, que, muy copias calcadas del de hábilmente, recogieron la antorcha que deMedellín y Cali. jaron los grandes capos; Gacha, Escobar y los Rodríguez. Mientras la dirigencia Colombiana se daba palmaditas en la espalda celebrando la derrota del narcotráfico tanto las FARC como las AUC crecieron exponencialmente gracias al narcotráfico, hasta que finalmente las autoridades se dieron cuenta que el motor detrás del aumento en secuestros, masacres, tomas de pueblos y asesinatos selectivos era financiado por los mismos dólares que se habían dejado libres los carteles. En un golpe de creatividad la dirigencia colombiana se inventó el apelativo narcoterrorista y cambió a los terroristas tipo mexicano, gordos y de cadena dorada, por unos de camuflado. Pero en general las extradiciones, los allanamientos, la inversión en equipos militares y los asesinatos continuaron igual. Hoy mientras los Ministros Juan Manuel Santos, Andrés Felipe Arias y todos los furibistas juegan triqui con la comandancia de las FARC, el Presidente nos asegura que cada una de sus muertes es un paso definitivo hacia la paz; así como sus antecesores César Gaviria y Ernesto Samper nos aseguraban que las capturas de criminales como el Alacran, el Chopo o la Quica eran pasos importantes hacia la paz porque Colombia había derrotado a los mayores asesinos de la historia. Ya nadie se acuerda quienes eran el Chopo, el Alacrán y la Quica, igual a como nadie se acordará en 10 años quienes eran los miembros del Secretariado de las FARC, cuyas muertes se celebran con tanto alborozo. Y así, seguimos celebrando muertes como si la paz de Colombia fuera a llegar matando criminales. A lo mejor dentro de 5 o 10 años las FARC estarán diezmadas o derrotadas y creeremos otra vez que vamos a vivir en paz y que el narcotráfico se acabó, destaparemos champaña y los miopes dirán que Uribe fue el mejor presidente de la historia. Pero antes de que pase la resaca, una nueva generación de narcotraficantes, con otras disculpas, estarán incubándose en nuestras ciudades y estaremos hablando de la mexicanización de Colombia, mientras una vez más empezamos a recoger policías muertos y a poner fotos de gordos con cadenas en los afiches de “los más buscados”. En días pasados inclusive nuestro ilustre ministro de Defensa reconoció que “mientras exista demanda siempre existirá la oferta” y aunque no lo dijo, la oferta no es sólo de coca sino de mafiosos y sicarios y por ende de muertos. ¿Qué es-

Los golpes sufridos por las FARC llevan a considerar cual es el nuevo escenario del país al respecto. La obsesión del Presidente Uribe con su guerra casi personal con las FARC ha desplazado no solo a millones de colombianos de sus parcelas sino la atención del país de otros problemas que para la población en general son de igual o mayor magnitud. Es posible que el mayor aporte de lo que algunos consideran la derrota de las FARC sea permitir que el país y el gobierno atiendan también los problemas sociales, económicos y políticos de la Nación. En lo económico, ante la inconveniencia de depender de las remesas extranjeras y el peligro que representa la revaluación para el sector productivo y el empleo, hoy aparecen como imprevistos los resultados y como mérito de las autoridades el empezar a reconocer y preocuparse por sus consecuencias. ¿Qué decir del sector agrícola donde nuestros ministros siguen asegurando que Colombia está blindada ante la crisis mundial de alimentos? Tampoco en lo social mereció atención la situación de los desplazados, o la de la salud, al punto que en la primera la Corte ya declaró “un estado de cosas inconstitucionales”, y lo mismo constata y solicita el estudio de la Procuraduría respecto a la segunda (y algo similar se había ya producido respecto a la educación). Y en política externa ha brillado bastante más la improvisación que la preparación o la seriedad y profesionalismo del Ministerio y de sus funcionarios. Pero también en lo interno igual que algunos esperan que la llegada de Alfonso Cano a la jefatura de ese grupo insurgente pueda facilitar un diálogo, podríamos esperar un cambio por parte del Gobierno, una vez entregada Karina y muertos los comandantes que para Uribe fueron culpables de la muerte de su padre. Ojalá que su única obsesión deje de ser “acabar con la culebra”, y en consecuencia no vea tanta necesidad de perpetuarse en el poder y se concentre más en complementar en otros aspectos su acción de gobierno, y se logre así también salir de la parálisis o desaparición de nuestro sistema político reducido a si Uribe buscará o no la reelección y en función de ello discutir, asumir posiciones y tomar decisiones sobre como debe ser nuestra Constitución. Juan Manuel López es economista e investigador.

tamos esperando para darnos cuenta de que el problema no son Pablo Escobar, Salvatore Mancuso y El Mono Jojoy sino el fenómeno del narcotráfico? ¿Por qué no sentarse y discutir con México, Perú y los otros países desollados por el narcotráfico una propuesta para solucionar el problema desde los países productores, so pena de legalizar? ¿Estamos esperando a que Suiza y Holanda nos inviten a discutir el tema, o a que Estados Unidos construya una sociedad no basada en el consumismo y suficientemente considerada para dejar de meter coca? Estamos demasiado acostumbrados a andarnos matando, como para parar un segundo y pensar en realidad por qué lo estamos haciendo y nuestro Gobierno está demasiado obstinado en obedecer, como para parar un segundo y pensar a qué está obedeciendo. Sin embargo, lo que si está totalmente claro es que nadie le va a solucionar el problema del narcotráfico a Colombia, que cada minuto que nos demoramos en solucionarlo se paga con la sangre de nuestros hermanos y que si nos demoramos lo suficiente también se pagará con la de nuestros hijos.


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Número 32

junio de 2008 ~ 7

El costoso parto de los montes Opinión de Juan Camilo Restrepo n Especial para Un Pasquín Cuando el precio del barril de crudo tocó los US$ 130, el gobierno entró en un ataque de nervios. Y era entendible. No sólo se trata de los precios más altos que ha alcanzado el petróleo sino que, como lo señalan todos los observadores, tendremos precios del hidrocarburo por las nubes para largo rato. Cuando el ataque de nervios gubernamental llegó a su paroxismo hubo multitud de anuncios. Se echaron al aire ( se notaba que sin mayor estudio) todo tipo de iniciativas. Se dijo que se le iba a suprimir el subsidio al uso del gas vehicular; se amenazó que, de común acuerdo con los alcaldes, se iba a generalizar el “pico y placa” en todos los municipios del país; se anticipó que se estaba considerando la reducción de la sobretasa a la gasolina que hoy reciben departamentos y municipios; se dio a entender que el gobierno estaba listo a sacrificar una parte del producido fiscal que le genera tanto el IVA sobre los combustibles como el llamado impuesto unificado para aliviar la cuenta de quienes tienen la desventura de “tanquear” en las bombas de gasolina por estos días; y, en fin, se llegó a decir que el gobierno estaba considerando subirle los impuestos a las empresas petroleras que tanto ha cortejado para que vengan a Colombia. Nada de esto se hizo finalmente. El gobierno se limitó a decir que había resuelto extender por un año más el plazo para concluir el desmonte de los subsidios a los combustibles. Y que, por lo tanto, esperaba que los incrementos periódicos que se seguirán haciendo no excedieran de $ 100 por galón. Fue un verdadero parto de los montes. Solo que en vez de un ratoncito inofensivo nació un verdadero “orangután” fiscal. Aplazar un año más de lo que estaba previsto el cierre de la brecha entre los precios domésticos y los internacionales es la más costosa de todas las fórmulas. En efecto: todo galón de gasolina que se vende en el país por debajo de los precios internacionales genera una obligación legal y cuantificable

en virtud de la cual el erario público debe compensar esa diferencia a los refinadores y a quienes participan en la cadena de la distribución de combustibles. Este fue el costo que se asumió a partir del momento en que el presupuesto nacional entró a pagar directamente el subsidio a los combustibles ( antes lo hacía Ecopetrol). Y fue, además, condición indispensable para poder vincular capital privado al ensanche de la refinería de Cartagena y a Ecopetrol. Según cálculos que reseñó recientemente Armando Montenegro, aplazar un año el desmonte de los subsidios puede tener un costo para el erario nacional del orden de $ 3,8 billones(cerca de un pinto del PIB). Y si el precio de referencia sigue ascendiendo en los mercados internacionales, la factura para el presupuesto nacional será inexorablemente mayor. De otro lado: no es claro que este gigantesco costo fiscal beneficie en mayor medida a los más pobres pues bien sabido está que la mayoría del consumo de gasolina en el país lo hacen los automóviles particulares que, ciertamente, no pertenen a las gentes más necesitadas de la población colombiana. Como los recursos fiscales no son ilimitados, el gobierno debería poner mucho más cuidado en definir a quién se entregan subsidios fiscales . Ya no podrá seguir siendo a quien más aplauda en los consejos comunales o en las asambleas gremiales. Ni podrá continuar con la regresiva fiesta de los privilegios tributarios desmesurados - fiesta promovida con entusiasmo por el actual gobierno- que han terminado favoreciendo a los más opulentos de la sociedad. Es urgente hacer hacer una pausa y plantear una pregunta elemental pero fundamental : ¿a quien deben otorgársele subsidios fiscales en Colombia? Este costoso parto de los montes de los combustibles debería servir para responder con más sindéresis la pregunta planteada. Juan Camilo Resptrepo es ex ministro de Hacienda y de Minas y Energía.


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8 ~ junio de 2008

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Al tipo toca ganarle Opinión de Iván Marulanda n Especial para Un Pasquín Alvaro Uribe no piensa sino en su reelección. Es, por lo demás, el único colombiano que está haciendo política. Hará o dejará hacer lo que sea necesario para coronarse. Se sabe de lo que este presidente es capaz, o mejor dicho, se sabe más o menos, porque es capaz de más de lo que se sabe. Siempre las cosas de los bajos mundos y de los bajos instintos, son peores a lo que se conoce. Los delitos de Yidis, Teodolindo y la pandilla de corruptos que les compraron sus votos para conseguir la primera reelección, no son todo lo que puede desencadenar la ambición de Uribe para saciar su delirio de poder. Tampoco haber aceptado, sin ruborizarse, el apoyo electoral del paramilitarismo, la organización criminal más repugnante de la que tenga noticias la humanidad en estos tiempos. Podrían verse cosas peores en lo que falta de esta saga de gobiernos espurios, si es que existen cosas peores. Porque además, detrás de la reelección están los intereses de personas y empresas sin escrúpulos que se vienen llenando los bolsillos de dinero desde cuando este régimen se inició, hace ya seis años. No los conmueven los sufrimientos del país y son capaces de cualquier cosa con tal de no soltar la presa. En el caso de capitales extranjeros que llegan a comprar barato empresas hechas por colombianos a lo largo de decenios, o a lucrarse de la especulación financiera, por lo general tampoco les tiembla la mano para meterla toda. Se acercan tiempos feroces por cuenta de la reelección de Uribe, porque la cosa no es tan mamey como piensan los que administran esa rueda de la

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fortuna. Se rebozó la copa de muchos dentro y fuera del país. Las fuerzas de oposición política y social no bajarán los brazos. Esta vez tendrán mayor capacidad de articularse para hacer frente común. Por desgracia hasta el terrorismo puede poner su cuota de indignación y ferocidad en este escenario erizado por la arbitrariedad y el autoritarismo que promueve el presidente en su desespero por reelegirse. El ambiente puede volverse insoportable con tanto loco que se mueve en el tablero del parqués de esta república de fanfarrones, corruptos y matones, de uno y otro bando. Mientras tanto los aspirantes a presidente, amigos o contradictores del gobierno, están resultando patéticos. Aparecen camándula en mano y ojos de ternero degollado, pidiéndole a Dios que ilumine a Uribe y lo haga desistir. Lo que toca es salir al ruedo a explicarles a las gentes del común lo que acontece en Colombia. Están desinformadas por el régimen y no disponen de interpretaciones críticas de los acontecimientos. Tampoco conocen acerca de lo que pueden ser sus vidas y las de los suyos si las cosas siguen como van, ni se imaginan sus destinos si decidieran recorrer otros caminos. Ojalá despierten la oposición y la resistencia civil. A Uribe hay qué derrotarlo. Esperar que decida renunciar a sus ambiciones y a que sus validos lo dejen irse para la casa, más que ingenuidad, es estupidez. Vencerlo no es imposible, en el pozo de aguas servidas en el que flotan su gobierno, su accionar político, con su estela de corrupción y sus enormes fallas en la mayoría de los campos de la administración. PD: Alfredo Molano cuenta con mi solidaridad, admiración, gratitud de demócrata y con mi afecto. Iván Marulanda fue Constituyente.

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10 ~ junio de 2008

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Retrato de ‘Manuel Marulanda’

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La foto que faltó

Opinión de Ricardo Sánchez Ángel n Especial para Un Pasquín Recuerdo un verso del poeta Manuel Cepeda Vargas: “Quédate callado, quédate quieto. Que no hay pena de muerte para el viento”. El libro en que se publicó fue Vencerás Marquetalia, que circuló cuando la ofensiva militarista contra esta zona de colonización al frente de un campesino– guerrillero. Sí, Manuel Marulanda fue como el viento. Recorrió selvas, bosques, ríos, parcelas, aldeas, pueblos, regiones. La Colombia profunda fue su escenario, siempre a la huída de las persecuciones liberal-conservadoras, de paramilitares y fuerzas del orden. Cuando creyó que encontraba el reposo, como sucedió con la amnistía que le concedieron en el gobierno de Alberto Lleras, quisieron muy pronto “darlo de baja”, en una larga tradición de engaños con los que se ha tratado a los rebeldes y guerrilleros por los poderes económicos y políticos. Él se había ilusionado con la gesta popular de Gaitán y su asesinato lo conmovió, buscando la resistencia armada liberal. Cuando de nuevo acarició con Jacobo Arenas y los otros jefes insurrectos, una tregua y un proceso de paz con los acuerdos de La Uribe y la fundación de la Unión Patriótica, a lo que se asistió fue a un baño de sangre de los miembros de esa organización. A la conformación de nuevos grupos paramilitares, a la ofensiva militar contra Casa Verde en el gobierno del presidente César Gaviria, en el momento en que se expedía la nueva Constitución. Comenzar un nuevo deambular guerrillero, crecer cuantitativamente en forma impresionante –el Ministro Rafael Pardo había anunciado fantasiosamente su derrota–. Manuel Marulanda siempre renacía como el Ave Fénix, tan solo que para desarrollar su ejército: las FARC. Había madurado políticamente con la influencia de las ideas comunistas que debió estudiar con las experiencias de las revoluciones campesinas en China y Vietnam. Con los textos sobre la guerra de guerrillas de Mao, Giap, el Ché. Marulanda escribió unas reflexiones en Cuadernos de campaña (Bogotá, 1973), para destacar su propia experiencia. Marulanda y las FARC ensayaron un nuevo proceso de paz con el gobierno de Andrés Pastrana, sólo para corroborar que no había decisiones de fondo, sino una tregua sin perspectivas. El presidente prefirió romper los acuerdos en vez de asumir cambios de fondo en materia agraria. Y comenzó de nuevo el periplo de Marulanda y las FARC, ya comprometida a fondo con los secuestros extorsivos y de presión política. Evolucionaron peligrosamente hacía negocios con el narcotráfico y exhibieron una conducta polpotiana al practicar formas despóticas y terroristas. Quien primero entendió ¡y de qué manera!, a Marulanda, a quien conoció en su militancia guerrillera, fue el escritor Arturo Alape. El cual publicó no uno sino cuatro libros sobre el líder guerrillero: Manuel Marulanda, Tirofijo: Colombia: 40 años de lucha guerrillera (Txlaparta, 2000); Las muertes de Tirofijo (Bogotá 1998); Tirofijo: los sueños y las montañas 1964-1984 (Buenos Aires 1998); Las vidas de Pedro Antonio Marín, Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo (Bogotá1989). Alape escribió también La paz, la violencia: testigos de excepción (Bogotá, 1985). Hechos y testimonios sobre 40 años de violencia y paz que vuelven a ser hoy palpitante actualidad. En estos escrutinios, memoria histórica y crónica de Alape, quedó un valioso aporte para encontrar las claves del viento, libros que a juzgar por las conductas de los gobiernos, no fueron leídos por éstos, o los desestimaron en forma cínica y frívola. Una larga guerra en la que se combina la reivindicación de “las gallinas y los cerdos” con la lucha por el poder político y la revolución, con un

programa de reformas, la asumió como praxis el viejo guerrillero. Encontró una respuesta sistemática en el gobierno del señor presidente Álvaro Uribe, quien dedicó buena parte de sus esfuerzos, recursos y políticas a la derrota definitiva de las FARC, obteniendo éxitos notables en este año de gracia de 2008. Manuel Marulanda murió de viejo, tras una larga épica de rebeldía campesina, estaba y estuvo atrapado en la guerra permanente, sin salida distinta a la de continuar ante la intransigencia de los de arriba. Asumió esa condición y educó a sus seguidores en esa conducta. Después de docenas de muertes mediáticas el viento descansa en paz, pero dejó la siembra y la cosecha de la ira armada. Ricardo Sánchez Ángel es profesor de la Universidad Nacional.


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un pasquín

Balas de salva Opinión de Joanna Ruiz Méndez n Especial para Un Pasquín En Utopía, el país imaginario que Tomás Moro describiera en el libro homónimo, había un Senado en donde no se trataba una proposición el mismo día que se presentaba, sino que se aplazaba la discusión de la misma hasta una próxima sesión. Esta medida evitaba que los participantes manifestaran de forma confusa lo primero que se les viniera a la cabeza y no les permitía excusarse con el hecho de que no habían tenido tiempo para preparar sus argumentwos. En esta importante institución utópica no se permitía defender los errores y deslices cometidos en el discurso, ya que se consideraba una estrategia que sólo favorecía a la persona y no al interés público. Tomás Moro fue capaz de anticipar en el siglo XVI las consecuencias que traen consigo los debates pobres en argumentos que se convierten peligrosamente en una defensa de los egos de sus participantes. La discusión pública debe tener altura para que pueda lograr avances tangibles en la realidad y si se toma como ejemplo el intercambio dialógico entre Álvaro Uribe y Hugo Chávez, es evidente que este debate con altura no se ha dado. Irresponsable. Embustero. Manipulador. Estos adjetivos son algunos de los que ha usado Chávez para referirse a su homoólogo colombiano. Los acompaña de amenazas –unas más sutiles que otras–, de insultos a la “rancia” oligarquía colombiana y de acusaciones a Uribe de estar comprometido con los narcotraficantes y los paramilitares. Si algo caracteriza al presidente venezolano, es que deja muy poco a la imaginación. Del otro lado de la frontera, el Ejecutivo colombiano, más moderado en sus declaraciones aunque no por eso menos punzante, acusó a Chávez de tener nexos con las FARC y hasta llegó a declarar que lo demandaría ante la Corte Penal Internacional por su supuesto financiamiento a este grupo terrorista: ambas iniciativas estaban sustentadas en las evidencias encontradas en la computadora del guerrillero Raúl Reyes. La Cumbre de Río sirvió para aplacar en apariencia la tensión entre Chávez y Uribe, y entre sonrisas, abrazos y apretones de mano, ambos prometieron mantener una paz que si bien se ha mantenido en la práctica no ha sido consistente en lo verbal. Los hallazgos y nuevas evidencias que declara

Caballo de Troya Opinión de Laura Olmus Montoya n Especial para Un Pasquín No sorprende que el gobierno lance un manual de redacción para periodistas. Tras el manejo impecable del dispositivo maquiavélico de la guerra para justificarlo todo, sólo hacía faltaba un plan más ambicioso: el control de los medios. Según funcionarios del Gobierno, se trata de una cartilla de apoyo para los medios y facultades de comunicación social. Pretenden garantizar asesoría permanente, metodologías y herramientas, búsqueda de calidad, oportunidad, transparencia, participación, uniformidad y confianza en la información. Produce escalofríos pensar en sus intenciones ocultas. Repasemos algo de literatura. En la novela 1984, en Oceanía la Policía del Pensamiento vela por la consigna de la lucha triunfante, el trabajo perpetuo y la persecución a los traidores. Los Dos Minutos del Odio profundizan la creencia en la necesidad del estado de guerra. Todos aman al Gran Hermano. Bush, en 2002, decía: “Sólo quiero que ustedes sepan que cuando hablamos de guerra, realmente estamos hablando de paz”. En palabras similares, Orwell había dicho: “La guerra es paz, la libertad es la esclavitud, ignorancia es la fuerza”. Las conexiones son más que evidentes. La pobreza sumada a la ignoranciase convierten en eficaces herramientas de control. La periodista Nubia Camacho contesta a El Espectador que “lo que se busca es que los periodistas sean objetivos a la hora de informar”. No creo que se

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el gobierno colombiano implicando al presidente venezolano –o al Ejecutivo ecuatoriano– con las FARC, provocan nuevas arremetidas de Chávez contra el presidente o ministros de Colombia. Pero al igual que en la Cumbre de Río, bastó un encuentro al margen de la creación de UNASUR, para que se aplacaran los ánimos y Chávez declarara que no sólo le dio la mano a Uribe, sino que también le dio su corazón con la intención de reanudar las conversaciones pacíficas con su gobierno. Lo que suceda después de esta declaración es totalmente impredecible si se toma en cuenta la relación ambigua e inestable –que empezó en 2005, con el caso Rodrigo Granda– de Uribe con Chávez. Parece una misión imposible lograr que ellos dos sean consistentes en sus posturas y declaraciones, pues lo que era un problema entre dos países se volvió un lío personal entre dos presidentes. No se trata de convertir el airado discurso en una guerra verdadera, sino de evidenciar la irresponsabilidad con que uno y otro han reaccionado, sin importarles el gran peso que sus opiniones tienen No importa cuánto se en la construcción de lo público no sólo en insulten, el conflicto sus países, sino en la región y el mundo. Uribe y Chávez no pueden olvidar que entre Uribe y Chávez no ellos no se representan a sí mismos, sino a pasa de las palabras. dos países en donde se producen escenarios políticos con base en sus declaraciones. Aterroriza la sola posibilidad de que en este conflicto se estén defendiendo egos y no el futuro de ambas naciones, ya que significaría que el pueblo –o los pueblos en este caso– no son más que una excusa para librar una batalla personal. No basta con que, después de dispararse balas de salva desde lejos, Uribe y Chávez se reafirmen cara a cara su compromiso por un diálogo permanente que no involucre insultos ni acusaciones. El compromiso de ambos dirigentes debe ser con Venezuela y Colombia, al asumir en forma responsable sus declaraciones y acciones sabiendo que de éstas depende el destino de ambos países. Sólo dejando de lado las agresiones personales y las amenazas veladas, y asumiendo este debate con argumentos, se podría pensar en una solución de fondo a los agudos conflictos que aún persisten a lado y lado de la frontera. Joanna Ruiz Méndez es una periodista venezolana.

refiriera al acto “con independencia de la propia manera de pensar o de sentir”, como lo define el Diccionario de la Real Academia. ¿Por qué pretende el gobierno trazar las pautas de información, si en realidad el ideal anhelado es su misma independencia y libertad? Podría tratarse de una sana iniciativa por profesionalizar la labor periodística. Es cierto que mucha gente escribe y opina sin mayor conocimiento ni responsabilidad. Quisiera creer que es esta la intención de dicho manual, pero es imposible callar ciertos hechos que despiertan duda, como los extraños manejos en la reforma de reelección presidencial, la cercanía del mandatario con tantos políticos presos, la mano suave con el paramilitarismo, las maniobras uribistas para enterrar la reforma política, las agresivas reacciones frente a informaciones incómodas, etcétera. Así que de nada sirve que se malgasten esfuerzos y presupuesto en cartillas de censura oficial, disfrazada de pedagogía periodísitica. El pasado hecho está, pero debe ser recordado para afianzar posiciones. El presente anda indeciso, pero no por esto se debe asumir que la última palabra esté escrita. El famoso comercial de Mac durante el SuperBowl de 1984 da alientos, la conformidad puede y debe ser vencida. Los trazos deben escribirse desde la iniciativa cívica asegurando el bien común. La literatura es ficción, pero si nos descuidamos, puede seguir apareciendo como realidad temerosa. Así que en cuanto al al obsequio, gracias, pero no. lolmus@gmail.com


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un pasquín

Me parece poco Opinión de Mario Quadros n Especial para Un Pasquín Tengo un amigo en Brasil al que cuando uno le cuenta una desgracia él responde: “Me parece poco”. En Colombia seguimos con la ceguera colectiva frente al gobierno de Uribe y parece que empeora. Sabemos que todo empezó del justo repudio a las barbaridades de la guerrilla. Pero, la pregunta es: ¿a dónde nos lleva esto? Los demócratas de mentira, los que no son concientes de lo antidemocrático que se torna este gobierno y de su pretensión de monopolizar las instituciones y usarlas para beneficio propio y de grupos cercanos, los que callados consideran el paramilitarismo justificable, se prestan para que el Presidente, montado en su demagogia cada vez más descarada y con su política guerrerista, - lo único que le funciona-, siga avanzando en Colombia, con un sistema injusto y excluyente, además en contravia. Hasta ahora, en el gobierno de Uribe, el país se ha beneficiado de la buena situación de la economía internacional, pero, y es importante decir eso, que a pesar de todos esos beneficios, nada ha cambiado en términos del perfil social de Colombia. Los pobres lo son más y el hambre continúa. Sin embargo, quienes han sido los beneficiarios de ese crecimiento; los mismos de siempre. En materia de politiquería, corrupción, nexos con el paramilitarismo, de legitimidad, ahora agravado con el caso Yidis Medina, mejor ni hablar. Todo ha sido dicho y redicho de forma muy clara por columnistas serios e independientes. Altas aprobaciones populares son relativas y necesitan ser bien analizadas. Por ejemplo, la dictadura militar en Brasil, que asumió el poder a través de un golpe, o sea, ilegítimamente, en los años setenta también disfrutó de índices de aprobación altos, con su política demagógica y con la economía presentando gran crecimiento. Eran los tiempos del “milagro brasilero”. Al igual que aquí, la gente vivía ciega, a pesar de la corrupción, la politiquería, las torturas y el paramilitarismo. El discurso, era el mismo de Uribe: guerra contra la izquierda. En los años ochenta, con la crisis del petróleo, todo se derrumbó y la crisis llevo a la clase media a vender helado en la playa para sobrevivir, por falta de trabajo. Así como estoy diciendo. México es otro ejemplo de política semejante a la de Uribe; la sospechosa victoria en las elecciones de Felipe Calderón, o sea una dudosa legitimidad de su mandato, el continuismo de la politiquería y de la corrupción del gobierno de Fox y el alineamiento incondicional con Estados Unidos. ¿Donde está el México que Salinas de Gortari se ufanó de hacer parte del primer mundo? Hoy el país parece más bien estar en descomposición. ¿Dónde están los resultados visibles en lo social del TLC con USA y Canadá? Lo que se ve en el México de hoy es el aumento descomunal del narcotráfico y de la violencia, que sin duda es un síntoma de que la pobreza y la miseria siguen igual o en aumento y el sistema permanece con tendencias de concentración y excluyentes. Allá, no hay discurso fuerte contra la izquierda como aquí, porque el gobierno es débil. Miremos a los Estados Unidos de Bush. El mayor aliado de Uribe y de su política. Como en los casos anteriores, empezó con resultados electorales cuestionados. Disfrutó también al inicio de altos índices de popularidad. Gobierna ostensiblemente para los grandes grupos económicos y cualquier movimiento político que se oponga a su política, es tachado de terrorista o de aliado de estos, al igual que aquí. Allá la crisis apenas empezó. Y como en los otros casos, ahí están las consecuencias: desempleo, aumento de la pobreza, la estúpida guerra. No es que el país perdió ocho años con Bush, es que retrocedió y en el mundo de hoy, eso puede ser fatal para su hegemonía.

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tresenuno Opinión de Antonio Jiménez Castañeda n Especial para Un Pasquín

El

Álvaro Uribe tiene, como dicen los españoles, “más cara que espaldas”. Se necesita ser extraordinariamente descarado para salir con el montaje de las falsas llamadas telefónicas hechas por Yidis a su hijillo Tomás. Lo primero en este caso es que Uribe no debería enseñarles a sus hijos a hacer montajes fraudulentos ni a decir mentiras de ese calibre. Con la populosa delincuencia que hay ya en el uribismo haciendo montajes y diciendo mentiras es más que suficiente.

hijo

Veamos: Yidis supuestamente llamó hace más de un año al hijo pródigo de Uribe para decirle que algo muy grave iba a suceder. ¿Qué iba a suceder? No se sabe. Uribe no dice nada. Se limita a considerar “gravísimo” que la sobornada Yidis (sobornada por él) cometió un delito atroz con una o dos supuestas llamadas como las que hacen a diario todos los demás uribistas: desde los convictos hasta los otros.

Pródigo

Los lambones salen a aplaudir: ¡Uribe presentó las pruebas! Pero no aclaran qué sería lo que esas pruebas prueban y hacen creer que esa sospechosa lista de presuntas llamadas viejas de Yidis que Uribe consigue tranquilamente en Comcel (se creería que ese tipo de información solamente la puede obtener un juez) echan por tierra los nombramientos que sí fueron hechos y los sobornos que sí fueron pagados (contantes y sonantes) para que pasara fraudulentamente la reelección de Uribe en la Cámara, como en efecto pasó y debido a lo cual seguimos bajo el yugo de los amigos íntimos y los parientes cercanos de Pablo Escobar acomodados en el gobierno nacional.

Lo que quiero recordar a los ciegos, son las consecuencias futuras de la política de Uribe. Colombia no será la excepción. Por lo tanto, cuando leo o escucho sobre el tercer mandato presidencial, pienso para mí mismo: me parece poco. Mario Quadros es Ingeniero Civil ~ Comentarios: mtquadros@gmail.com


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un pasquĂ­n

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Aquelarre 14 ~ junio de 2008

la sección de un pasquín más buscada

Número 31

Pasión animal el aquelarre ha recuperado algunas reflexiones sobre los nombres de ciertos animales, irracionalmente convertidos en insultos o utilizados para describir situaciones o conductas humanas poco recomendables. Aunque hay comparaciones que tienen cierta lógica, como en el caso de las tortugas, para definir a los lentos, creo que hay muchos ejemplos absurdos, en los cuales el nombre del animal poco o nada tiene que ver con defectos ni comportamientos humanos. Para empezar está el caso de los insectos, palabra que se les suele endosar a ciertos personajes, para hacerlos sentir insignificantes, como un cero a la izquierda. Y aunque entiendo la analogía relacionada con el tamaño, hay que tener en cuenta que hay algunos insectos –como la langosta– que no pasan propiamente desapercibidos. También hay otros insectos que desempeñan funciones muy importantes, como las abejas con el proceso de polinización. Así que los términos insecto e insignificante no necesariamente son sinónimos. Muy distinta sería la cosa si el insecto al que se alude fuera la cucaracha, animalito poco carismático realmente, pero que es menos malo que muchos humanos a los que se pretende descalificar con ese nombre. Aunque es entendible que a alguien desagradable se le quiera comparar con una cucaracha, lo malo es que la cosa no se queda ahí, sino que adicionalmente lo que se pretende es decir que esa persona es de lo peor, que no merece respeto. Mejor dicho en la categoría de los insultos animales, el único epíteto peor que cucaracha es rata. Y aquí llegamos a otro problema. Es cierto que las ratas pueden ser dañinas y que transmiten enfermedades, pero eso no tiene nada que ver con la gente que roba, ni con los sujetos de mala clase. Así que llamar rata a alguien, para mí no tiene sentido; ni siquiera cuando esa palabreja se utilice para referirse a los criminales de las FARC: eso es un insulto a las ratas. Además, nunca he sabido que los gatos o los canguros sean más honrados que las ratas. Y siguiendo con los roedores, quisiera que alguien me explicara por qué a quienes se escapan sin pagar la cuenta o sin cumplir una promesa los acusan de poner conejo (y no estoy hablando aquí del conejo que al parecer le tocó a Yidis). Pero en todo caso, me queda la duda: ¿será que los conejos son muy buenos para esconderse? ¿O será porque salen corriendo sin ponerse a paz y salvo? Si es así, deberían decir: ‘poner zorra’, que supongo que es igualmente veloz.

¿Será porque el nombre de la zorra, como el de la perra, estaba reservado para otro tipo de descalificaciones? No de otra manera se explica el símil entre las zorras y aquellas damas que resultan más traviesas de la cuenta. ¿Qué tiene que ver una pobre zorra, o una perra fiel, con una mujer que se la juega al tipo con el que anda? ¿Y qué me dicen de los lagartos, tan perseguidos por su piel? Nunca he entendido el paralelo entre esos animalitos y los tipos colados en los cocteles, pues hasta donde tengo información aquellos no toman trago… En el mismo hábitat de los lagartos suelen encontrarse los sapos. Y les juro que yo nunca he sabido de ningún batracio que se meta donde no lo llaman, ni que eche al agua a sus semejantes, por mucha recompensa que le ofrezcan.. Pasando a las profundidades acuáticas, hay un caso también inexplicable. Es el de los bagres. ¿De cuándo acá han convertido el término bagre en sinónimo de mujer fea? Es más: creo que es bastante discutible el hecho de considerar feo a cualquier animal. Y aunque me he referido a mamíferos, reptiles, batracios y peces, las aves tampoco se salvan de que conviertan impunemente sus nombres en insultos. ¿Por qué a los cobardes les dicen gallinas? ¿Por qué las nobles gallinas tienen que cargar la cruz del miedo? Por supuesto, los insultos avícolas no paran en el corral. Por otra razón incomprensible, a quienes se pasan de astutos, generalmente acudiendo a la trampa, los llaman águilas (favor no confundir con las ‘águilas negras’) y a los promotores de la guerra, les dicen halcones, como es el caso de Wolfowitz, Rumsfeld y los otros muchachos de Bush. Por su parte, los impávidos gallinazos ni se imaginan que con su nombre se define a los que andan detrás de cuanta mujer pueden, cosa también absurda, pues nunca he encontrado el parecido de los chulos con los tipos mujeriegos. En fin, hay tantos casos que el espacio resultaría insuficiente, pero quise citar sólo unos pocos ejemplos a manera de solidaridad ecológica con el reinio animal. Y no me importa que digan que escribo esto porque soy un burro, lo cual en todo caso es mejor que ser acusado de mula. Sobre todo en estos días de extradiciones expeditas y repentinas. / felipe ortigas


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Aquelarre

un pasquín ~ junio de 2008 ~ 15

María Isabel Rueda impone un récord Guinness Los directores de Guinness World Records han estado muy atentos últimamente a la exitosa sección ‘Al paredón con María Isabel’, publicada en la revista Semana, y en próximos días anunciarán que María Isabel Rueda ha establecido un nuevo récord, por la pregunta más larga en la historia de la prensa. Tras la publicitada entrevista en la cual el ministro de Defensa, Uan Manuel Santos, le confirmó a la veterana periodista la muerte de ‘Tirofijo’, un panel de expertos de Guiness se trasladó a Colombia, para revisar de cerca el trabajo de la Rueda y validar su marca. “Estamos sumamente sorprendidos con la capacidad de esta brillante periodista, pues no sólo formula largas, complejas y reiterativas preguntas, sino que dentro de las mismas logra editorializar, cuestionar y responder sin que el invitado tenga que intervenir”, dijo Mark McWirther, investigador y colaborador del libro Guinness. Amigos y fuentes cercanas a la destacada periodista –e imagen de Bisolvón– aseguran que la consumada columnista no ha podido enterarse de la buena nueva porque cada vez que van a decírselo ella los interrumpe. e l a q u e l a r r e conoció en exclusiva algunas de las preguntas analizadas por Guinness para concederle a esta colega colombiana tan importante reconocimiento. [a Claudia López]: ¿Pero qué hacemos si los tipos no colaboraban y siguieron delinquiendo? Eso hay que aceptarlo con humildad. Es que el poder corrosivo del narcotráfico es superior al de cualquier juez, cualquier norma, cualquier ley… ¿No tenía el Presidente motivos para alejarlos de este entorno? Insisto: si no los saca, seguiría creciendo el número de víctimas. Seguirían matando sindicalistas y defensores de los derechos humanos. Seguirían narcotraficando. Seguirían corrompiendo en todos los estamentos. [a Uan Manuel Santos]: Vamos al tema de las deserciones y la política de recompensas, que es bien interesante. El miércoles un suboficial del Ejército se tomó con una granada una sede de pensiones Porvenir, con el argumento de que a los desertores de las Farc les dan una plata, y él, que fue muchos años combatiente del Ejército, ni siquiera tiene pensión. Es el caso de ‘Karina’: debe haber mucha gente del Ejército molesta por haber tenido que pasar de perseguirla a protegerla… [a Fabio Valencia Cossio]: ¡Pues eso sí suena muy sorprendente! ¿Dos días? Y, a propósito, Andrés Pastrana es durísimo en esa entrevista en esta misma sección la semana pasada contra el presidente Uribe. Recordó que él advirtió que el proceso paramilitar corría el riesgo de cobijar narcotraficantes, y quedó demostrado que en calidad de tales los extraditaron… [a Andrés Pastrana]: ¿A usted no le parece que ‘Tirofijo’ se murió como un pendejo? Un guerrero debe morir en su ley y no en los brazos amantísimos de su compañera sentimental, a causa de un infarto cardíaco. Y sin dejar un legado distinto a sangre, desolación y muerte…

Cuba da un salto al futuro y llega a 1987 Gracias a que Raúl Castro ha permitido la comercialización de teléfonos celulares y otros artefactos eléctricos en la isla, la mayoría de los cubanos han podido viajar al futuro. “Siento como si ya estuviese en 1987”, aclamó Sofía Acosta después de pagar lo equivalente a cinco meses de sueldo por un teléfono móvil de sólo dos kilos de peso. “Es increíble como mi voz puede viajar por el aire, sin necesidad de cables, siento como si el milenio estuviese a la vuelta de la esquina”, concluyó orgullosamente la feliz usuaria. El gobierno cubano aseguró que en próximos meses planea, además, lanzar otros productos con tecnología de punta como el betamax y el walkman, y se encuentran en conversaciones para llevar el fax a la la isla. “A este paso, en veinte años cada persona podría tener una computadora que se conecta a través de redes con otros usuarios; eso ya no es ciencia ficción mis camaradas”, aseguró Fernando González Bermúdez, ministro de ciencia y tecnología de la Isla. / agencia el chigüire bipolar

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El Imperio no planea invadir Venezuela Desde su oficina en la Estrella de la Muerte, Darth Vader, conocido también como ‘Anakin Skywalker’, dijo que el Imperio ya ha conquistado suficientes planetas como para estar pensando en invadir Venezuela, ese país tropical localizado en el planeta Tierra. “No entendemos cuál es el objetivo de los representantes de este país al decir que los vamos a invadir, si están a 24.000 pársecs de distancia de nosotros; la única nave que nos permitiría hacer ese viaje es el Halcón Milenario, y lamentablemente le pertenece a la Rebelión”. Para Vader, los venezolanos deberían buscar las causas reales de sus problemas. “Es muy molesto que cada dos días un tal Rodríguez Chacín nos acuse de todo lo que pasa en la órbita bolivariana.Yo soy malo pero jamás dejaría a nadie sin carne ni leche”, agregó. “Por otra parte, el color rojo de las prendas que ha impuesto la dirigencia bolivariana, no va con la sobriedad de nuestro estilo”, concluyó. / agencia el chigüire bipolar


Director: pinocho santos calderón

junio

cortesía de un pasquín

Uribe se defiende de Yidis: “Ésa es una delincuente que trató de chantajearme a mí y a mi familia”. paramilitarismo ya no hay; la guerrilla está prácticamente exterminada

Una cartilla de primera necesidad Saludamos con beneplácito el lanzamiento de la cartilla para periodistas, redactada, producida y distribuida generosamente por la Casa de Nariño. Para la Redacción de Le Miento es un honor haber recibido en primicia tan valiosa guía profesional, gracias a la cual nuestra información es la más precisa, patriota y objetiva de la prensa colombiana.

Se vende más vino que aguardiente En un lapso de tan sólo siete años, el vino saltó del quinto al primer lugar de preferencia entre los consumidores colombianos, por encima de la cerveza, el ron y el aguardiente. Los comercializadores reportaron un crecimiento del 17% en ventas.

Baño en cautiverio El Ministro de Defensa confirmó que él vió cómo gracias a la Seguridad Democrática los tres americanos secuestrados por LAFAR ahora pueden bañarse en los hermosos ríos colombianos y gozar de nuestro paisaje.

Las muertes en Colombia no se deben a delincuencia En un consejo de seguridad, el gobierno logró establecer que la mayoría de los fallecimientos en el país se debe al suicidio y a los accidentes de trabajo. lamberto rangel* director de la fundación seguridad democrática bogotá

Pese a los avances de la exitosa política de Seguridad Democrática, los índices de muertes violentas se mantienen en altos niveles que sitúan a Colombia como el 12o. país más peligroso del planeta, según reveló en un reciente informe The Economist Intelligence Unit. Alarmado por este poco honroso lugar en el escalafón mundial de la violencia, el Señor Presidente convocó a un consejo extraordinario de seguridad para analizar exclusivamente el asunto. Para el mandatario era inconcebible que habiendo desaparecido por completo los mal llamados grupos paramilitares, y con LAFAR prácticamente exterminadas, se siguiera presentado un fenómeno de esas dimensiones, que afecta negativamente la imagen del país y la confianza de los inversionistas extranjeros. Sin embargo, después de largas horas de análisis, los asistentes a la reunión –en la que estuvieron el Ministro de Defensa, la Cúpula Militar, el Ministro DesProtección Social, el Director del Dane y la Directora de Planeación Nacional– hallaron la explicación, que por fortuna poco o nada tiene que ver con delincuencia, puesto que se trata de muertes accidentales y de un alto pero comprensible nivel en la tasa de suicidios, tal como se demuestra en un documento elaborado al final de dicho encuentro y conocido en exclusiva por la HUIDA (Honorable Unidad Investigativa Del Aquelarre). *con aportes involuntarios de ‘el chigüire bipolar’.

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del libro ‘the suicide collector’, de david oppegaard / archivo peculiar

Demasiado bienestar. Los estudios demuestran que mientras más desarrollados son los países, más altas son sus tasas de suicidio.

Según las conclusiones oficiales, los principales métodos de suicidio en Colombia son los siguientes: Salir de la casa (25%). Es la forma de suicidio más común. Métase de debajo de la cama y verá que no le pasa nada. Sacar efectivo del cajero automático (20%). ¡Por Dios! Si se cortara la yugular, sería un poquito menos suicida. Mirarle la cara a un atracador (20%). Todo el mundo sabe que para ellos el rostro es su mayor secreto profesional. No tener guardaespaldas (15%). A los funcionarios del gobierno no los andan matando por ahí. ¡Ellos no son suicidas! Tener carro (15%). ¿Quién no sabe que los asaltantes tienen una obsesión con el automovilismo?

No tener carro (5%). ¿Quién no sabe que viajar en taxi, carro particular o montar en Transmilenio es la mejor manera de terminar en un potrero con un tiro en la frente, o en un paradero desangrado esperando la llegada de una ambulancia? Según analistas consultados por Le Miento, la prosperidad económica reinante en Colombia podría estar asociada con el incremento de estas cifras, pues los estudios demuestran que mientras más desarrollados son los países, más altas son sus tasas de suicidio.

Éstas son algunas de las condiciones que más inciden en la mortalidad accidental: Haber nacido en Colombia (55%). ¿Qué culpa tiene el gobierno de que a ud. le diera por nacer en un país tan peligroso? Ser sindicalista (15%). En lo que va corrido del año, cerca de 30 han fallecido en accidentes de trabajo.

Las víctimas colaterales (27%). Es la dolorosa cuota de unos pocos en beneficio de la gran mayoría de colombianos. Ser congresista (3%). Sufren muerte física, por falta de cuidado médico; y muerte política, por falta de cuidado...


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