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La Sirena En una profundidad atlántica, oscura y callada una sirena nadaba con sus brazos abiertos abrazando así cada espacio del océano. La Sirena, un fruto de la madre naturaleza. La Sirena, la amante mística del océano, de marineros y de buscadores de olas. La Sirena, la que guarda una belleza sin igual entre los mundos, aquellos conocidos y desconocidos. Cada día, cada noche la Sirena en sal se envolvía para amar en pasión... No hacía falta palabras para jurar un amor eterno, porque el océano podía tomar cualquier cuerpo y tomarla en amor. No existía el tiempo entre ellos, la edad, la naturaleza, aun los años no pasaban en tal romance; todo se es posible con mitología, tal amor era consecuencia de una religión marina: Tú eres en mí, yo soy en ti. No hacía falta la superficie, no faltaba el aire porque el océano era vida, era corazón y sangre. La Sirena corría el mundo, ella misma era la línea que separaba ambos mundos, ella misma era la brújula de las corrientes nacidas del océano; su amado, del él conocía lo frio y lo caliente. La sirena conocía la seguridad y el peligro de su amado. ---Eres mi vida, mi hogar. Tú eres en mí, yo soy en ti. Fue el pensar de la sirena mientras era llevada en la suavidad de una corriente que le permitía avanzar en el largo camino hacia un nuevo rumbo desconocido, de ella era el mundo y cada descubrimiento. Avanzando, inesperadamente todo se detiene. Silencio, oscuridad, no había temperatura que la sirena pudiera sentir donde se encontraba parte de su gran amor. Hasta que decide subir a la superficie por primera vez... --- ¿quién está ahí? ¿Eres tú? Y hacia el cielo miro... Una nube sedienta, con en su extraña anatomía hasta ahí pudo llegar para del océano refrescarse... Y esta se saciaba, en
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su interior se aguardaba unas peligrosas lluvias donde poco a poco fue evolucionando, la nube fue formándose hasta cubrir completamente el cielo, hasta la luz del día desapareció.
La Sirena En su desesperación la sirena volvió a la profundidad a encontrar ayuda, nadó por horas hasta que el cansancio la alcanzo. Pudo ver, pudo sentir que no tenía a quien llegar porque de la arena tomo su forma, y la alta marea la arrastro hasta profundidad, donde vive y en donde ella es.
En confusión la Sirena no conocía la naturaleza, el mundo donde se encontraba, el mundo que había ignorado, los animales todo el habitad iba muriendo por cada objeto encontrado que no era parte del océano, cada animal se desaparecía, y el océano a cada vez se volvía más inquieto, el ya no estaba. Es cuando decide subir a la superficie una vez más...
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La Sirena Vientos, lluvias y olas gigantes fue lo que encontró la Sirena al llegar a la superficie. La Sirena se encontraba en medio de un poderoso huracán. Cada ola le golpeaba, la volvía bajo la superficie, el viento no le permitía seguir un rumbo definido. Hasta que el Marinero le gritó: ¡VUELVE! ¡VUELVE AL CAMINO QUE CONOCES Y SALVATE! Los truenos no le permitieron escuchar los gritos auxiliar del Marinero, y en busca de esa voz la ola más grande de la tempestad la golpeó, y con tal peso quedo inconsciente con una vuelta directa a la profundidad.
Por años la Sirena no volvió a despertar hasta que de ese viaje que parecía eterno acabo en una marejada, la que los cazadores de olas esperaban para correrlas con sus tablas, donde sólo uno pudo verla, y se acercó...
¡Los suspiros son aire y van al aire! ¡Las lágrimas son agua y van al mar! Dime, mujer, cuando el amor se olvida ¿sabes tú adónde va?
Y le habló... --- ¿hola? --- ¿eres real? --- ¿en realidad eres una sirena? La Sirena tomó las manos de él y las puso en su pecho, y de su corazón pudo escuchar su corazón. --- Estas muriendo... -dijo él. ---Sí. Contesto la Sirena.
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Gustavo Adolfo Bécquer
La Sirena --- El océano te ha hecho esto, siempre supe que el mar es peligroso por más que ame correr olas. – dijo él con miedo a que la Sirena muriera en cualquier momento en sus brazos.
Fue cuando ella lo acerco a su rostro, donde su agonizada mirada se quedó fija en el... ---Muero, pero el océano no es el culpable. Muero porque este mundo con su contaminación ha hecho que el clima use a quien amo para salvar este mundo, y he perdido a mi océano por el rescate de tu humanidad... sálvanos. La Sirena no volvió a los profundos brazos de su amado; el océano. Pero la esperanza del cazador de olas quedó por siempre en sus manos para salvar el mundo marino, el amor de la Sirena y el océano.
Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano. Isaac newton NO CONTAMINES MÁS LAS PLAYAS.
Quizás esta historia continúe...
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Amaneceres que destellan un vivo color oro, pero blanco y negro se mantiene ante mis ojos. Mi vista es en contra del viento, y a favor de la marea. Esta boca abierta esperando ese toque sabor a salitre en mi lengua; besaré, y llenaré de color el encuentro final entre mi cuerpo y la sal.
Alma que se vuelve esencia negra en la arena, en completa ausencia de placer por olas y diversión. Pero… ¡Se regresa a la vida! En vida regresa el palpitar del mar tocando los pies durante el amanecer. ¡Levántate a caminar hacia mí! He despertado… Aviso del despertar para volverse blanco en todo esplendor, una presencia de vida. ¡Se regresa a la vida! En vida regresa el ruido de las olas… He despertado…
Indefectible la relación natural con el mar y sus olas, un amor a primera con muerte y vida eterna. Un descenso placentero en fría profundidad; paz, silencio, vacio y oscuridad, completa necesidad satisfecha… Que soledad más sutil en este mundo donde pierdo el respirar… ¡Mi corazón te respira, Océano! Arrástrame hasta la orilla, seré blanca como tus encajes de espumas. Vuélveme al escondite donde vuelvo ser tu recuerdo.
Alma que se desprende del cuerpo al tocar la fibra superficial del mar. Aire mojado que ahoga las esclavitudes de la vida. Aire mojado que ahoga… Soy alma, ser y espíritu, y camino en las profundidades del mar; con gran reflejo empañado de nubes blancas, así se encuentra el camino hacia el cielo, desde el mar. Alma… mi alma. Negra por vida, blanca por existencia. Nademos entre la suave corriente, no hay que temer el aire que ahoga porque respiramos bajo el mar. Soy alma, ser y espíritu… No hay piel que me sostenga. Alma, mi alma. Somos sal en este mar, no hay soledad. ¡Vamos libre alma! Soy libre…
Dibujar el tubo de las olas en tu cabello solo para que recuerdes la primera vez surfeaste...
Las espumas visten la arena de blanco, y callan el mito de una gran ola.
La Isla y El Surfer Una historia no contada más hecha cuento, y así empieza... Erase una vez una madrugada lluviosa donde no existía la Isla. Cada gota de lluvia abría un espacio en el mar, un espacio para la arena y su dimensión. Cada gota de lluvia abría espacio en la arena para el nacimiento de palmeras. Cada gota de lluvia con un propósito y una razón de ser, hasta que cierta gota en particular pesada y fría, con lentitud cayendo por consecuencia de cierta energía celestial que hacia lento su llegada para no dejarlo caer, acostado fue. Gota de lluvia sin desaparecerse de la arena, era visible en la madrugada donde la calidez nocturna no permanecía y los amaneceres se desconocían. Isla con vida pero desértica de colores. Una oscuridad abrumadora con una pequeña esperanza de luz, un reflejo lunar que podía abrir una leve visión presente. El viento bajo sosiego hizo notable el tiempo que paso, y la gota de lluvia en formación en un perfecto compuesto de agua y arena se convirtió en piel; la humanidad ha sido formada. Surfer, así la lluvia lo nombró... El Surfer ha despertado, y con arena en su cuerpo se levanta con el único pensar; Mar Los primeros pasos marcados en la humanidad hecha por el Surfer. Un encuentro con el mar y con su frialdad despierta su real presente... Un presente blanco y negro. Un cuerpo de agua celestial sumergido en agua salada. Conociendo su naturaleza en la profundidad, sus ojos se han abiertos con claridad, y el panorama cambia cuando el mar le regala su propósito; su amante, su compañera, su mitad llamada tabla. Su más grande ayuda para ser quien debe ser. Pequeñas olas dirigieron la tabla hacia el Surfer, sin el moverse la espero entre la oscura madrugada, y en ese momento
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blanco y negro la tabla frente a él ya estaba. -----Mi querida tabla, ¿eres tú quién me llevará? --sus primeras palabras fueron la del Surfer mientras este acariciaba la superficie de ella. Acostándose en ella le dijo, ----- Llévame. Era esta la señal que esperaba el cielo para dejar caer el resto de su lluvia. Esas lluvias que le darían colores al cuerpo del Surfer, esas lluvias abriría el espacio para hacer del mar una cuna de olas. Cada gota de lluvia despertaba la intuición del Surfer, remó hacia la primera ola que se formó y este calló. ----- Llévame tabla, tenemos que hacerlo... El Surfer avanzó remando una vez más y la ola la pudo alcanzar, y la ola la pudo acariciar, y de las olas se pudo enamorar... Por breve que haya sido el Surfer comprendió que su vida no podría ser más que esto. Lo obtuvo todo en esa madrugada cómo su creación y despertar cómo el también encuentro con la tabla, el mar y las olas. ----- Luna, ya no quiero conocer más nada. Ya he conocido mi propósito, déjame vivir para siempre en el.
La Isla y El Surfer La Luna, la única luz existente en la Isla, se mantuvo en silencio. El Surfer se mantuvo en el mar, en la tabla surfeando olas, y en cada vez era mejor, y en cada vez él se hacía más grande y fuerte.
Este remó...
En un descanso profundo en la arena se encontraba el Surfer sobre la tabla. Y una singular gota de lluvia brillante cayó sobre su cabeza, este era un mensaje de la Luna.
Este vive entre la sal del mar.
Este surfeo... Este sonrió y murió...
Erase una vez, en la actualidad donde todo aquel que entra al mar el Surfer le regala el deseo de surfear...
----- Para vivir eternamente en tu propósito tienes que morir... De un suspiro el Surfer despertó, se levantó, miró la Isla que por una madrugada había sido su hogar, pero en realidad habían pasado un minuto hecho años. Así mirando fijamente a la luna le dijo: ----Luna, llévame a la eternidad.... Y en un abrir y cerrar los ojos la Isla no existía, y el Surfer se encontraba en el mar bajo una profunda luz lunar, que por primera vez esta estaba cerca de el. ---- ¡Vive para siempre! --- le dijo la luna, mientras la marea subía, mientras la ola de su existencia se formaba.
El surf es mi religión, si tengo uno. Kelly Slater
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La Botella y su Mensaje Sentada esperando el amanecer con cierta suerte me encontré. Con aquellos reflejos de ayer, de sueños e ilusión hablé, de blanco y negro el corazón imaginé el momento solitario de alguien más al otro lado del compás con magnético destino... La imagen fue clara... Sentada la ví, en silencio la escuche. De sus ojos brotaba desilusión y amor, de blanco y negro el corazón de quién amó...
Mi sangre guardada en la botella se encontraba. Mi cuerpo sintió el avance de la botella en el mar, y en blanco y negro acosté mi realidad para vivir el viaje. Me sentí en aguas calientes, unas corrientes dominantes. Olas comenzaron a romper impulsándome a otros destinos y temperatura. Sentía el mundo a través del mar por la complicidad de mi sangre... Primer destino de mucho... Un niño encontró la botella y su mensaje.
¿Es real? Fue rescatado... Al otro lado la veo sufrir... Fue leído... Iré. No la alcancé... ¡Desde aquí te acompañaré! Le grite... Y su rostro no alzó. Escondiendo mis manos en los bolsillos para guardar el calor, el recibo de tal botella encontré. Sin alcohol se anunció... Enviaré un mensaje, eso haré... Así lo pensé... Así fue... Sin tinta alrededor, mi cuerpo improviso el regalarme cierto carmesí, y así escribí... Guardando el mensaje en esta botella el palpitar se hizo sentir de emoción. Un mensaje para la que está al otro lado... ¡No pierdas el horizonte! ¡No te apartes de la orilla! Una botella te llegará y su mensaje... En segundos la botella tomo su curso, y sentada espere, y fue donde mi travesía comenzó.
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Fue tomado para evidencia de que los milagros de una forman llegan. En un papel más grande el niño pego el pequeño trozo de papel donde mi sangre aguarda, y este dibujó...
La Botella y su Mensaje De vuelta a la playa se despidió de la botella y su mensaje al mar lo regresó. Días. Semanas. Meses... Años pasaron, mientras que en la playa todo se desvanecía para la que estaba al otro lado. No, no la abandoné. Sentía gran esperanza hasta donde había llegado la botella y su mensaje, a todo el mundo. Personas de diferentes culturas, con lenguajes desconocidos encontraron el mensaje y en su respuesta dibujaban para un solo entendimiento y color. La botella y su mensaje avanzaron en la corriente que los traería de regreso a la playa. Solo un día. La marea subió y la botella a sus pies llegó
Era yo...
En todo este tiempo no la vi moverse, no le vi el rostro, pero necesitaba que alguien no la abandonara.
¿Como es posible?
¡Se movió!
En mis manos tenia la botella y su mensaje con respuestas de todas esas personas que recibieron una esperanza para sus vidas. Respondieron el mensaje con el dibujo de un corazón.
¡La botella y su mensaje! Todo alrededor guardo silencio, el mar guardo silencio... Esperando su reacción ella solamente se levanto y me miro.
No entiendo...
¡Si! El mensaje estaba lleno de corazones en todos colores existente. Sentí alegría, cada color se impregnó en mi corazón con paz. El corazón de blanco y negro dejo ser. Recordé porque en la playa me encontré, pues un engañó y traición me topé en superar como los obstáculos de la vida... “Existe cura para un corazón roto...colores para que no vuelva ser blanco y negro.” Eso escribí... Y esta botella te acaba de llegar.
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Pies sobre la arena... Cuerpo sobre la arena... Pasión y locura sobre la arena... Manos inspiradas con la imaginación mañanera para crear todo un arte sobre la arena. Caricias de amor y deseos, me encuentro pérdida más del mar desde la arena blanca, una personalidad que se ama con el disfrute de las olas invernales. Así es el cuadro, un cuadro fotográfico en blanco y negro, foto que adorna mis recuerdos de ti. Todo mi amor, todo se disfruta desde la arena, arena blanca que te beso con mi piel, y te paseo con tabla hacia el line up de los deseos.