WMagazín No 10

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El placer de compartir lecturas todos los días en

Ilustración de Donna Salama para la novela corta Otra, de Natalia Carrero (Tránsito)

Escritores, editores y expertos analizan el auge inédito de uno de los formatos más exigentes de la literatura impulsado en español, sobre todo, por las mujeres

a novela corta, o nouvelle, es el formato por el que se han inclinado en sus recientes obras desde la colombiana Piedad Bonnett y las mexicanas Brenda Navarro y Fernanda Melchor, hasta los españoles Esther García Llovet y José Ovejero; acompañados por un maestro de este formato: el argentino César Aira.

En predios fronterizos entre el cuento largo y la novela, reclama de sus autores no solo un argumento sólido, sino también un despliegue de calidad literaria y emociones. La novela corta ha dado clásicos gracias a Cervantes, Goethe, Tólstoi, Dostoievsky, Mansfield, Conrad, Kafka, Saint-Exupéry, Camus, Hemingway, Duras, Rulfo, García Márquez…

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REPORTAJE

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“Estoy escribiendo mucho mejor ahora, con la habilidad de poder decir más en menos páginas. Siempre he buscado producir un impacto poderoso en el lector con lo que escribo. Y con la brevedad como norma hay que ser muy cuidadoso en las descripciones para preservar lo que se desea transmitir”, Toni Morrison

a novela corta vive un momento de esplendor en la literatura contemporánea en español. Un momento inédito impulsado, sobre todo, por las escritoras, pero creado por todas las generaciones de autores de España y América Latina: de las colombianas Piedad Bonnett y Pilar Quintana a los españoles Sara Mesa y José Ovejero, de las mexicanas Brenda Navarro y Fernanda Melchor al guatemalteco Eduardo Halfon o la chilena Alia Trabucco; y presidido por un maestro de este formato, el argentino César Aira. Muchos escritores descubren o redescubren la belleza y eficacia que aguarda en la nouvelle que compensa a quienes arriesgan y se entregan a ella con gran sensibilidad. Estas joyas de la literatura, en predios fronterizos entre el cuento largo y la novela, exige a sus autores no solo un argumento sólido e interesante, sino también un despliegue de calidad literaria y emociones. Si en el cuento prima un tema y argumento in crescendo en pocas páginas que puede terminar en todo lo alto, y la novela permite extenderse en lo anterior y profundizar en sus personajes y crear varias líneas argumentales, la novela corta no admite muchos meandros intelectuales ni pirotecnias verbales ni estilísticas. Ese modelo de aspiración de una narración profunda y bella que no se va por los meandros de la novela en busca de un gran impacto temático y narrativo ha adquirido este siglo XXI un papel relevante en los autores contemporáneos de todas las generaciones. Y con un obsequio adicional: una buena novela corta logra una conexión especial con el lector que siente cariño por ella al crearse una empatía sincera. El motivo de este auge de la novela corta en español puede estar en la naturaleza de estos tiempos, aventura Piedad Bonnett, que en 2013 publicó Lo que no tiene nombre, una narración maestra de 131 páginas sobre el suicidio de su hijo Daniel. Ahora, este año, presentó Qué hacer con estos pedazos (Alfaguara): “Si hablo desde el lector, pienso que la proliferación de este formato puede ser un gusto por lo corto, por pasar de una cosa intensa a otra de la que se espera mucho”.

El formato es una verdadera experiencia para el narrador y el lector. Como autora, Bonnett aclara que “uno no escoge la longitud. Esa la dicta el tema y la forma en que queremos abordarlo. Yo duré dos años escribiendo la mía. Y fue difícil. No creo que sea más fácil escribir una novela una corta que una larga”. Las novelas largas suelen llevar implícita cierta importancia en el imaginario de los lectores. Aunque no hay que olvidar que las primeras formas narrativas fueron, sobre todo, cortas, acorde a sus tiempos, como época y como concepto, y a las herramientas que estos ofrecían, y que lo conocido como novela corta habría surgido en la Edad Media en esos relatos más largos que el cuento tradicional. Es en el siglo XIX cuando la novela se hace larga, se puebla de más y más personajes y varias líneas argumentales, no tanto por una concepción premeditada del autor, sino porque muchas de ellas nacen como folletines en la prensa y el escritor las alarga por iniciativa propia o sugerencia del director del periódico para retener a los lectores y garantizar más ingresos económicos. Sin esa presión, es aquí cuando resuenan las palabras de Toni Morrison, cuyo prestigio y Nobel de Literatura de 1993 se debe a sus grandes novelas, que en 2011 me dijo en una entrevista para Babelia de El País: “Estoy escribiendo mucho mejor ahora, con la habilidad de poder decir más en menos páginas”. Una idea y aspiración actualizada por Piedad Bonnett cuando busca una explicación a este auge del formato: “Creo que son los tiempos” impulsados por lo vertiginoso del ciberespacio y la sobreoferta cultural en la red. Emerge como un formato acorde a estos tiempos de rapidez, de inmediatez, de eficacia, de ansiedad de tocar varias cosas,

de anhelo de simultaneidad, de búsqueda de impacto en el menor tiempo posible sin olvidar la calidad literaria. Tiempo de intermitencias. Un paso más allá va José Ovejero, cuya reciente obra Humo (Galaxia Gutenberg) pertenece a ese universo privilegiado, al hablar del ocaso de un modelo: “Hubo un tiempo en el que novelas desbordantes, como muchas de Thomas Pynchon, de David Foster Wallace, y alguna de Roberto Bolaño, parecían el modelo a seguir; y parecía también que una obra ambiciosa debía tener también una extensión ambiciosa. Pero no creo que Humo sea menos ambiciosa que novelas mías tres o cuatro veces más extensas; sólo que la ambición apunta en otras direcciones. La divagación, la mezcla de materiales y de géneros, la erudición nerd, las obras que se remiten a otras obras y les hacen eco, todo eso que nos pareció que ampliaba el espacio de lo literario ahora empieza a sonar a gesto cansado, ha repetido, a déjà vu y, sin que desaparezca ese tipo de libros —en literatura nada desaparece ni pierde validez— hay mucha gente explorando otras posibilidades. No creo que sea más que eso”. Son tiempos en los cuales casi han desaparecido esas novelas que aspiran a mundos totalizadores y abarcadores de vidas y tiempos largos. Los autores se centran, cada vez más, en vidas o en espacios más modestos que reflejan y contienen la vida entera. Episodios que iluminan la existencia sin la épica y grandilocuencia pasadas. Brenda Navarro, que tras su debut exitoso con Casas vacías ha publicado Ceniza en la boca (Sexto Piso), tiene claro que “una obra literaria es obra literaria sin importar su extensión. Quiero creer que la novela corta es una etiqueta más y que no deberíamos pensar que esto afecta en términos de valor literario”.

Un maestro de la novela corta es César Aira, uno de los autores más prolíficos en español con más de cien libros, que acaba de sacar El jardinero, el escultor y el fugitivo (Literatura Random House). Todas obras breves y en cada una ha intentado variar porque “es probable que esté escribiendo siempre la misma novela creyendo escribir cosas muy distintas”, desveló en una entrevista a WMagazín. Un Balzac o un Proust de la Comedia humana del siglo XXI. Tres autores que tienen como una de sus marcas y prestigio la brevedad son el argentino Edgardo Cozarinsky cuyas novelas no superan las 150 páginas (salvo Lejos de dónde) con títulos como Turno noche (Tusquets); el chileno Alejandro Zambra con obras como Bonsai y La vida privada de los árboles (Anagrama); y el guatemalteco Eduardo Halfon, autor de títulos como Canción (Libros del Asteroide), que asegura que no planifica así sus narraciones: “Una novela corta se lee o se debe leer con la intensidad y trepidación de un cuento”. El proceso de cómo surge una novela corta lo cuenta José Ovejero, a partir de su reciente experiencia: “Cuando empiezo a escribir Humo no lo hago con la intención de escribir una novela corta. Sencillamente me pongo a escribir lo que creo que va a ser una novela, pero es verdad que enseguida me doy cuenta de que no será larga, porque la estoy escribiendo un poco como escribo cuentos; con una sensación de inmersión que no se puede mantener mucho tiempo; la estructura sencilla, la falta de explicaciones, las escenas breves e intensas… todo ello me lleva hacia un género que nunca había cultivado, pero, ya digo, de forma no premeditada”. Caso contrario es el de la mexicana Fernanda Melchor. En Páradais (Literatura


REPORTAJE

De la colombiana Piedad Bonnett y la mexicana Brenda Navarro a los españoles Eva Baltasar y José Ovejero, la literatura vive el auge de la ‘nouvelle’ en el que destacan las mujeres. Escritoras y editores cuentan su experiencia con este formato tan exigente, dan sus claves y analizan los motivos de su acogida. Por Winston Manrique Sabogal

La novela corta es un universo con varias galaxias que ha encontrado en las editoriales un aliado. Si el miedo a publicar libros de cuentos, al menos en España, desaparece, poco a poco, los sellos grandes y medianos han recibido con interés estas nouvelles. Varias editoriales se han creado bajo su luz y crecen con estos libros. Es el caso de sellos como Tránsito, Altamarea o Tres Hermanas donde los autores en espñaol tiene un gran peso. Una de las decanas del formato es Minúscula, aunque su excelente catálogo es sobre todo de traducciones. Periférica tambien publica muy buenas novelas cortas de autores extranjeros y algunas en español. La lectora y la editora ideal de obras cortas vive en Sol Salama, de Tránsito: “Yo publico libros cortos porque es lo que más leo. Desde hace tiempo los libros de trescientas páginas me cuestan más porque la vida, el ritmo que nos marca la sociedad y al que estamos irremediablemente sometidos, va deprisa, está acelerado”. Y da otra clave, como editora: “Igual que publico lo que me gusta, publico lo que yo leo.

Esther García Llovet con Spanish Beauty (Anagrama). Bárbara Blasco con Dicen los síntomas y la recuperación de La memoria del alambre (Tusquets). Silvia Hidalgo con Yo, mentira (Tránsito). Natalia Carrero con Otra (Tránsito). Isabel Alba con La ventana (Acantilado). Eva Baltasar con Mamut (Literatura Random House). Pilar Quintana con La perra (Alfaguara). Aroa Moreno con La bajamar (Literatura Random House). Edgardo Cozarinsky con Turno noche (Tusquets). María Folguera con Hermana (Placer) (Alianza). Lorena Salazar Masso con Esta herida llena de peces (Tránsito). Alejandro Morellón con Caballo sea la noche (Candaya). Jacobo Bergareche con Los días perfectos (Libros del Asteroide). Andrés Barba con Vida de Guastavino y Guastavino (Anagrama). Marbel Sandoval Ordóñez con Conjuro contra el olvido, que reúne tres novelas cortas (Punto de Vista). Sara Mesa con Un amor y Cara de pan (Anagrama) Pilar Quintana con La perra (Literatura Random House) Milena Busquets con Gema (Anagrama). Paula Farias con Fantasmas azules (adn). Julieta Valero Niños aparte (Caballo de troya). Luis Felipe Fabre con Declaración de las canciones oscuras (Sexto Piso). Sin olvidar a Pedro Mairal que con La uruguaya (Libros del Asteroide) en 2016 contribuyó a poner la novela corta en primera línea en España y Latinoamérica. Todos estos autores continúan y potencian la tradición de la novela corta que han creado clásicos como Miguel de Cervantes con Novelas ejemplares, Goethe con Las penas del joven Werther, Fiódor Dostoievsky con Memorias del subsuelo y Noches blancas, Leon Tólstoi con Tormenta de nieve y La muerte de Iván Illich, Henry James con Otra vuelta de tuerca, Joseph Conrad con El corazón de las tinieblas, Katherine Mansfield con La bahía, Franz Kafka con La metamorfosis, Francis Scott Fitzgerald con El gran Gatsby, Thomas Mann con La muerte en Venecia, George Orwell con Rebelión en la granja, Carson McCullers con Reflejos en un ojo dorado, Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte, Albert Camus con El extranjero, Antoine Saint-Exupéry con El principito, Ernest Hemingway con El viejo y el mar; Juan Rulfo con Pedro Páramo; Yasunari Kawabata con La casa de las bellas durmientes, Gabriel García Márquez con El coronel no tiene quien le escriba y Crónica de una muerte anunciada, Carlos Fuentes con Aura, Marguerite Duras con El amante; Annie Ernaux con Pura pasión; Alessandro Baricco con Seda, Jean Echenoz con 14... Y si como escribe Piedad Bonnett al comienzo de Qué hacer con estos pedazos “A veces basta tirar una piedra sobre un tejado para que una casa se desmorone”, a veces, basta leer una novela corta para querer construir una biblioteca con todas las demás.

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En este esplendor de la novela corta las escritoras tienen un papel protagónico. Aunque Eva Baltasar, cuya reciente novela Mamut, escrita en catalán acaba de editarse en español por Literatura Random House, no tiene una respuesta sobre el porqué de este renacer del formato, y menos de por qué es alentado por mujeres: “Tal vez la brevedad de mis novelas se deba a que me he formado como escritora, durante más de quince años, escribiendo poesía, y esto hace que, precisamente, trabaje muchísimo el lenguaje para conseguir mostrar con pocas imágenes algo que tal vez hubiera necesitado páginas para contar o describir. Hay en mi trabajo sobre el lenguaje esa búsqueda de la esencia, de cierta austeridad con un componente estético y poético importante. Es una austeridad que también hago extensiva al argumento. Valoro especialmente los personajes desnudos, las tramas sencillas, que no simples, para que de esta forma la historia y las palabras se acompañen de la mejor forma posible para servir a la obra y al lector”. Brenda Navarro tampoco había reparado en la presencia fuerte de las escritoras en este formato. Recuerda que “hay una generación de escritoras que están teniendo mayor relevancia en los medios y que tiene que ver más por la historia que cuentan y el impacto que tienen en lectores y lectoras que por la extensión de la misma. Lo defiendo así. Ahora bien, como lectora, si me pones enfrente una obra como It, de Stephen King, que tiene más de mil páginas, la leo sin problema. O la novela de Céline Curiol, Las leyes de la ascensión, de otras mil páginas, también la leo. Pero porque me interesan, no porque crea que por su extensión tenga mayor virtuosidad. Creo que todo tiene que ver con este canon absurdo que ya no corresponde a los nuevos tiempos».

También, los costes de traducción/imprenta serían mucho más altos, con lo cual, lo dejo para cuando me enamore de un tocho en cuestión. Habría de estar muy segura” A los autores y títulos citados se suman otros aparecidos en los dos últimos años::

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Random House), cuenta que “quería escribir algo breve, directo, contundente, que pudiera leerse de un tirón, pero que, además, poseyera una poderosa corriente subterránea que se ocultara debajo de la narración”. Ese es uno de los aspectos que más le atraen a Melchor del formato: “su semejanza con el cuento, la forma que su arquitectura y su economía permiten dos narraciones en una, una explícita y otra secreta”.


EVENTO

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Sergio Ramírez, Azahara Alonso, Isabel González, Carlos Femenías y Manuel Longares.

Vuelven a la Feria del Libro de Madrid las lecturas que hacen los escritores de sus próximos libros para nuestra revista, en Avances literarios de viva voz. Este año nos acompañan Sergio Ramírez, Isabel González, Azahara Alonso, Carlos Femenías y Manuel Longares. Sábado 11 de junio a las 20h en la carpa central, con apoyo de Endesa. Te esperamos Magazín te invita a ser testigo de los Avances literarios de viva voz, o, lo que es lo mismo, a la lectura en primicia que harán de sus próximos libros cinco escritores que protagonizarán la temporada otoño-invierno 2022-23. Será un recital en la 81ª Feria del Libro de Madrid con Sergio Ramírez, Premio Miguel de Cervantes, y su esperada novela en Alfaguara; Isabel González con su regreso al cuento en Páginas de Espuma, Azahara Alonso con su debut novelístico en Siruela, Carlos Femenías con su gran ensayo sobre Rafael Sánchez Ferlosio en Alianza y Manuel Longares con una sorpresa literaria en Galaxia Gutenberg. Será el sábado 11 de junio a las 8 de la tarde en la carpa central o Pabellón CaixaBank de Actividades Culturales. Avances literarios de viva voz es un ciclo que inauguró WMagazín en la Feria del Libro de Madrid de 2018. Dos años después de la pandemia regresa de manera presencial. Ese primer año nos acompañaron los españoles Álvaro Pombo con la lectura de Retrato del vizconde en invierno (Destino), Luna Miguel con El funeral de Lolita (Lumen) y Marcos Giralt Torrente con Mudar de piel (Anagrama); la colombiana Marbel Sandoval Ordóñez con Joaquina Centeno (Punto de Vista) y el iraní Muhsin Al-Ramli con Los jardines del presidente (Alianza). En 2019 escuchamos la lectura de las españolas Irene Vallejo con El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo (Siruela), Anna Pacheco con Listas, guapas, limpias (Caballo de Troya), Cristina Fallarás con AHORA CONTAMOS #Cuéntalo: una memoria colectiva de la violencia machista (Anagrama), José Ovejero con Insurrección (Galaxia Gutenberg) y María Hesse con El Placer (Lumen). En 2020 y 2021, debido a la pandemia, el ciclo lo hicimos desde el ciberespacio con vídeos de los escritores durante nuestro especial de verano, en agosto. En 2020 nos acompañaron las españolas Rosa Montero con su novela más ambiciosa, La buena

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suerte (Alfaguara); Antonio Colinas con el poemario que recoge sus sensaciones de medio siglo, En los prados sembrados de ojos (Siruela) y Paco Roca con su novela gráfica más personal y emotiva, Regreso al Edén (Astiberri); el mexicano Juan Villoro (México) y sus piezas de teatro editadas por primera vez en España, La guerra fría y otras batallas (con dos escaramuzas) (Punto de Vista), y la ecuatoriana Mónica Ojeda con su debut como cuentista en Las voladoras (Páginas de Espuma). En 2021 contamos con el español Manuel Vilas con la novela Los besos (Planeta), los chilenos María José Ferrada con la novela El hombre del cartel (Alianza) y Benjamín Labatut con el ensayo La piedra de la locura (Anagrama); el boliviano Edmundo Paz Soldán con los cuentos La vía del futuro (Páginas de Espuma) y la peruana Gabriela Wiener con Huaco retrato (Literatura Random House). Este año volvemos a la presencialidad en la feria madrileña con Sergio Ramírez, Isabel González, Azahara Alonso, Carlos Femenías y Manuel Longares. La lectura de cada autor se grabará en vídeo y se emitirá de manera individual en nuestra programación especial de agosto. En WMagazín se pueden ver en vídeo todas las lecturas que han hecho los veinte escritores que nos han acompañado. Te esperamos en este recital exclusivo en la 81ª Feria del Libro de Madrid, en el Paseo de Coches del Parque del Buen Retiro: Evento: Avances literarios de viva voz. Día: Sábado 11 de junio. Hora: 20 horas. Lugar: Pabellón CaixaBank de Actividades Culturales. Invita: WMagazín, con apoyo de Endesa.


LECTURAS

El sentimiento anhelado por todos es uno de los protagonistas esta temporada en diferentes géneros literarios. Obras que van de los primeros desvelos por alguien y el desamor a cómo la ciencia le quita todo el romanticismo. Publicamos pasajes que invitan a sus lecturas El libro de todos los amores

Agustín Fernández-Mallo (Seix Barral)

“Enamorarse consiste en permitir que otro te meta en su cabeza, y que ahí, atrapado tú ya para siempre en sus sueños, a su antojo haga contigo lo que quiera; a partir de ese instante serás un archivo móvil dentro de su cuerpo. La gente habla mucho de archivos, de información que vamos registrando y que por escrito o verbalmente trasmitiremos a quienes nos sucederán en el tiempo, pero qué decir de lo olvidado. No existe archivo que pueda almacenar el olvido, y no porque lo olvidado no pueda regresar y ser recordado, sino porque el olvido es tan grande que su mundo supera en varios dígitos al nuestro. Estamos hechos de una gigantesca pérdida de objetos y personas, lo que equivale a decir de pérdida de memoria, que no obstante nos constituye...”.

Los posesivos

Jenn Díaz (Destino)

«Oliver: Llevo días dándole vueltas a nuestra última conversación, cuando me llevé todas mis cosas metidas en cajas. Aún las tengo por aquí repartidas, casi no me caben en el piso y me tropiezo con ellas cada vez que me muevo. No te contaré nada más, porque después te quejas de que te doy demasiada información y de que la información que te doy te sobra, y no solo te sobra, sino que te duele. También te diré que ya no sé qué te duele y qué no, últimamente es muy difícil hablar contigo sin ofenderte, pero supongo que es normal. Lo que me dijiste, quizá ya ni te acuerdas porque lo dijiste sin pensar, pero yo sí me acuerdo. Dijiste que ahora que me iba de casa por fin podrías pintar. Lo dijiste como si...”.

Love song.

Los días perfectos

Carlos Zanón (Salamandra)

“Deseó que nadie se hubiera dado cuenta, pero Jim ya la estaba mirando cuando los ojos de ella se clavaron en los de él. Los ojos de Eileen eran de esos que no piden permiso para mirar. El ocasional bajista, Jim, se acercó a ella como un soldado en una vieja película que simulara la Gran Guerra: trincheras, humo, cables, pedales y trozos de cinta aislante. Jim, después de tantos años, estaba inmunizado ante esa mirada, pero casi todo lo que Jim sabía de cualquier cosa lo había escuchado en alguna canción y, a veces, eso resultaba confuso en su cabeza. Desdémona o Medusa, esos ojos ya no podían convertirle en piedra, pero debía reconocer que seguían dificultándole los primeros instantes de cualquier acercamiento. Eileen, consciente de ello, no podía...”.

El final del amor

Marcos Giralt Torrente (Anagrama)

Jacobo Bergareche (Libros del Asteroide)

“Ese quedémonos el recuerdo con el que me invitas a consolarme es lo que se me ha ido volviendo un problema, porque para quedármelo necesito conservarlo en alguna parte: ya se sabe que los recuerdos que no se apoyan en imágenes, ni palabras, ni objetos se deshacen poco a poco en la memoria, pierden la nitidez, sus contornos se diluyen, sus colores se entremezclan y al final solo queda una mancha borrosa de luz contra esa oscuridad que termina por engullirlo todo. Quedémonos el recuerdo, me dices, y con esta manía que tengo de identificar las últimas veces, me doy cuenta de que esa frase sea probablemente la última acción que conjugaremos en el plural de la primera persona, nuestra última aparición conjunta en...”.

Neurobiología del amor. Los secretos del enamoramiento y la bioquímica del deseo Lucy Vicent (Gedisa)

“Marta quería terminar la conversación y no insistí. Se levantó de la cama donde se había sentado para calzarse, sonrió y me dio un beso. Esta era una forma más eficaz que el ruego de decir basta ya, concentrémonos en lo importante. Y lo importante era disfrutar de nuestras necesarias vacaciones africanas. No recuerdo si añadimos algo; enseguida se oyó la llamada a la oración de un muecín, al que de inmediato fueron sumándose otros, y nos quedamos paralizados. Cuando estos cesaron, entró en el cuarto nuestra compañera de excursión. Olía a perfume y había sustituido su vestido del barco por unos pantalones y una camisa. Le tocaba tomar la pastilla de la malaria, nos explicó, y se le había acabado el agua...”..

¿Y si el amor fuera el mejor truco de magia inventado por la evolución? Los científicos llevan años intentando desentrañar los misterios del amor, acumulando datos sobre las hormonas, las feromonas y los neurotransmisores que intervienen en el amor. Hoy sabemos más sobre las razones profundas por las que buscamos al príncipe azul o a la princesa de nuestros sueños. Sabemos más sobre la aparente locura que se apodera del cerebro cuando estamos enamorados. Sabemos más sobre los fundamentos biológicos que llevan a las parejas a separarse una vez que han nacido los hijos. También sabemos más sobre los secretos para tener una vida en...”.

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ENTRE

engo un recuerdo de muy pequeña, de unos cinco o seis años, en París. Mi padre, que tocaba el piano, como buen polaco recuerdo que interpretaba a Chopin muy bien, me sentaba en sus piernas y ponía mis manos de niña sobre las suyas y yo creía que yo era una gran pianista… Ese es uno de mis primeros recuerdos más claros con las artes. Mi padre compuso varias cosas, eran sus genes polacos. Ya después, en México, entramos, con mi hermana, a la academia de piano de una señorita llamada Belén Pérez Gavilán, en la calle de Liverpool. Era muy bonito. Había muchos pianos y todo el mundo tocaba al mismo tiempo, eso creaba una cacofonía que llenaba todas las calles de alrededor. Toqué el piano como hasta los 20 años. Hasta que el teclado sustituyó al piano, el teclado de la máquina de escribir Ya no tengo piano, pero sí escucho música clásica. Aunque no puedo escribir con música. A diferencia de otros escritores que sí lo hacen, a mí me distrae demasiado la música porque la voy siguiendo y, entonces, olvido lo que escribo. Con la pintura tengo otro recuerdo de muy pequeña en París. En la casa de mi abuelo decían que había un Rembrandt. Era un óleo muy bello de un mendigo. Me da muchísimo orgullo pensar que de niña pude convivir con un Rembrandt, pero no sé, dicen que muchos cuadros no son auténticos, y no sé si este haya sido auténtico. Pero lo veía. A mí siempre me ha conmovido Van Gogh, sus espacios, la locura de sus cielos, la silla, la cama, en fin… Van Gogh para mí ha sido muy impresionante de joven. Pero yo vivo en una ciudad grande donde han pintado, tanto en Guadalajara como en Ciudad de México, los grandes muralistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, a quien visité en la cárcel. También tuve una enorme amistad con un grabador del grupo de Leopoldo Méndez, Taller de Gráfica Popular, que se llamó Alberto Beltrán a quien veía hacer apuntes en la calle. Uno de los lugares que más me gusta es el Hospicio Cabañas en Guadalajara on sus murales... Elena Poniatowska: su obra más reciente es El amante polaco (Seix Barral).

i primer recuerdo de tener conciencia de estar frente a algo bello, probablemente, apareció con el placer de ver la pintura. Cuando era adolescente, en mi casa había la biblioteca de mi abuelo donde estaba una historia del arte de José Pijoán, con toda una serie de pinturas de desnudos femeninos. Esto, en la pubertad, llamó mi atención. Creo que es mi primera identificación de algo en que atracción y belleza van juntos. Era una historia del arte donde estaban desde Tiziano hasta Velázquez, desde Velázquez hasta Goya… Todos los artistas que habían tenido relación con la exposición del cuerpo, con lo cual mi identificación con la belleza tiene muy directamente que ver con el cuerpo humano. Esa jerarquía me ha quedado también en la edad madura, porque, incluso hoy, por mucho que me guste un paisaje nunca llega al grado superlativo en que puede llegar la apreciación del cuerpo humano. Entre los artistas de los últimos 150 años he tenido conexiones muy distintas que, creo, me definen a mí mismo: desde, por supuesto, los últimos cuadros de Van Gogh, hasta una gran predilección por Malévich y Rothko que, claro, eso no es el cuerpo humano, pero, digamos, es una abstracción de lo físico hasta llegar a una idea, a un concepto, que puede llegar a tener un magnetismo especialísimo. Eso se nota mucho en la obra de Rothko que, con esa presentación aparentemente elemental, tiene una captación sobre los sentidos y sobre el espíritu extraordinarias. Desde el principio, las distintas expresiones artísticas, en mi caso, han estado muy relacionadas. Incluso, cuando empecé a escribir, que fue muy joven. Ya entonces notaba lo que después he llamado la envidia de los lenguajes artísticos: cuando un lenguaje artístico tiene envidia de otro lenguaje artístico, necesita del otro lenguaje artístico y compite con otro lenguaje artístico. Entonces todo aquello que es pictórico se puede traducir en musical. Todo aquello que es musical se puede traducir en poético. Rafael Argullol: El enigma de Lea y Maldita perfección (Acantilado).

La narradora y periodista mexicana Elena Poniatowska (izquierda) y la poeta y novelista colo

Narradores, poetas, ensayistas, autores de cómic y sus descubrimientos de las otras artes y de la be impactaron en sus vidas, las han reflejado en sus de nuestra edición digital, con apoyo de End

El escritor y ensayista español Rafael Argullol y la autora y académica mexicana Margo Glantz

‘Unheard’, ilustración de Ana Juan publicada en la portada de ‘The New Yorker’, en octubre


y novela gráfica, dramaturgos y guionistas evocan elleza. Cuentan cómo esas expresiones artísticas s libros y las disfrtuan hoy. Es una serie mensual desa, de la cual reproducimos breves pasajes

z. / Fotos cortesía de sus autores

de 2018. Recibió un premio de American Illustration 2019.

n mi literatura lo que sí ha influido es la música y la pintura, sobre todo en tres libros: Apariciones, El rastro y Por breve herida. De niña veía exposiciones de los pintores mexicanos como Diego Rivera, Orozco, Siqueiros y pintores de caballete de la época… pero no están en mi obra. Mi papá aparece en uno de los frescos de Rivera que hay en el Bellas Artes. Han ido gustándome a lo largo de mi vida muy diversos pintores. A los 23 años fui a Florencia y estuve en los Uffizi y en el Louvre. Me interesa mucho el quattrocento, todo el primer Renacimiento. En la facultad de Filosofía y Letras tenía un profesor que nos daba Historia del Arte, era un español republicano emigrado por la Guerra Civil, y nos enseñó muchas cosas. Nos ponía transparencias del Giotto, Piero de la Francesca, Masaccio, Gozzoli… Eso me impresionó muchísimo. También Botticcelli con La primavera, El nacimiento de Venus… Me gustó visitar la capilla de los Scrovegni del Giotto, en Padua. Fui un día de semana que no estaba abierta y rogué a los porteros que me la dejaran ver. Les dije que venía de muy lejos y que si no la veía era como perder algo fundamental de mi vida. Así la pude ver. En el Louvre me impactó La Monalisa. He ido varias veces a diferentes sitios y ahora mezclo los recuerdos. La música ha estado siempre conmigo. Desde muy niña oía música clásica en la radio. Cuando cumplí los 12 años compré un tocadiscos con el dinero que me daban mis papás porque yo trabajaba en la zapatería con ellos. Me gustaba mucho subirme a lo alto de la escalera que estaba en la zapatería y quedarme allá arriba oyendo a Brahms, a Mozart… El primer disco que compré de 78 revoluciones por minuto fue Eine Kleine Nachtmusik (Pequeña música de noche) y algunos conciertos para piano de Mozart. Bach también fue muy importante. Margo Glantz: Apariciones (Firmamento), Cuerpo contra cuerpo (Sexto Piso).

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ombiana Piedad Bonnett. / Foto cortesía Seix Barral / Lisbeth Salas

reo que cuando uno es pequeño, siempre, se acerca a la belleza a través de la naturaleza. Yo vivía en un pueblo rodeado de naturaleza y recuerdo la fascinación de tres cosas: —el descubrimiento de las luciérnagas que brillaban por la noche me pareció extraordinario; —ver los árboles de bambú tan largos y espigados, cómo están conformados sus nudos en el tallo y el movimiento suave con el viento me parecía fabuloso, también el musgo que cogíamos para el pesebre me encantaba; —y lo otro que me maravilló fue ver manar agua de la tierra, ese brote de agua que luego forma un arroyo. Esas tres cosas las recuerdo con una aproximación a la belleza de la naturaleza que me dejaron estupefacta. Ahí dije: ¡Esto es hermoso! Es como un dejarse seducir por la belleza o que la belleza nos causa una conmoción gigantesca. Yo diría que, incluso, más que la de la naturaleza. La naturaleza produce una cosa muy hermosa, pero la que a mí me deja sin habla es la que el hombre ha logrado producir… eso es maravilloso… La asociación de los sentidos con otras artes, o de sinestesia, la tengo con la música. Lo más emocional, lo que me lleva a unos estados o deseo de trascendencia y de comunicación con el gran espíritu del mundo y de la belleza, es la música. Es ella la que más me conmueve a nivel emocional, o que me saca lágrimas o me pone alegre. Yo escucho música en ciertos momentos, porque cuando estoy trabajando, escribiendo, el ritmo de las palabras entra en choque con el ritmo de la música que pueda estar escuchando. Yo oigo música cuando leo, cuando me doy el momento más placentero del día, entonces me dispongo a coger un libro que me llene de emoción y pongo algo que conecte dentro de mí intuitivamente con ese tipo de experiencia que voy a tener. Desde que era chiquitica sentí el arte como refugio. Fui una niña ansiosa, miedosa, inconforme con el mundo, no me gustaban muchas cosas y el arte, básicamente, la literatura, fue como la manera en que yo resolví eso, me permitió sobrevivir con fundamento. Piedad Bonnett: Qué hacer con estos pedazos (Alfaguara).

Verano 2022

EVISTA


ESPECIALES

De Ana Blandiana, Colm Tóibín y Philippe Claudel a Gioconda Belli, Darío Jaramillo y Clara Usón, casi cuarenta autores eligen una palabra o concepto que les sugiere el conflicto. Elegimos algunos para este atlas político y literario sobre este momento de la Historia

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Verano 2022

La creencia de que, para evitar la expansión del fantasma del imperialismo americano, hay que promover el crecimiento del imperialismo soviético, otro fantasma. Por Gustavo Faverón (Perú), su libro más reciente es El orden del Aleph (Candaya)

En la antigüedad, el asombro se refería a las enfermedades que golpeaban a los árboles y eran provocadas por las estrellas. Plinio afirma que hay que tener en cuenta en el fenómeno del asombro la escarcha blanca, la llovizna, el granizo, la ola de calor. Más tarde se pensó que el asombro, aun a través de las estrellas, podía afectar a los hombres y su estado de ánimo. Luego la medicina usó el nombre para nombrar ciertas enfermedades que caían como relámpagos sobre los cuerpos y les daban apariencia de muerte, privándolos de todo movimiento y de toda reacción. Finalmente, como a menudo, nació un significado figurativo que caracteriza una forma absoluta de estupor que impide al individuo pensar y cualquier posibilidad de acción, luego de lo cual sufre una forma repentina de violencia. Un dictador loco invade Ucrania a principios de 2022. Me sume en un profundo estado de asombro. Durante una semana, no puedo ni pensar ni actuar. Y mi asombro aumenta aún más cuando veo que todo el mundo está estupefacto: que todo el mundo no reacciona. Que nada o casi nada se hace para prevenir al loco. Estamos todos, ciudadanos, estados democráticos, estupefactos. El mal es fuerte, y el bien tan débil. Por Philippe Claudel (Francia), su novela más reciente es Inhumanos (Bunker Books)

Vi escrita una frase que me dio risa en su momento: «paren el mundo que me quiero bajar». Eso siento estos días. He tenido que dejar Nicaragua porque una pareja de tiranos lleva a cabo una guerra selectiva contra quienes demandamos democracia y que se bajen del poder usurpado. Mi par de tiranos dicen ser «antiimperialistas», pero han salido en defensa de Putin en la invasión a Ucrania. El guion de estas tiranías es romper las normas que han regido la paz desde la II Guerra Mundial e ignorar a la comunidad internacional. Esa política de no dejar más alternativa que hacerles la guerra produce una sensación de impotencia y desesperación. Uno ve el sufrimiento propio y ajeno y no quiere responder a la guerra con guerra. Los tiranos lo saben y usan el imperativo de la paz que tenemos los demás para salirse con la suya. Nos atrapan en un conflicto ético. Es perverso: usan la vocación por la paz para permitirse ellos hacer la guerra. Por Gioconda Belli (Nicaragua), su poemario más reciente es El pez rojo que nada en el pecho (Visor):

La desinformación es un agente desestabilizador. La causa común y original de cualquier proyecto encaminado a romper un estatus quo. Cualquiera que sea. Puede ser el modelo de gobernanza de un país, hacer de lo lógico una anomalía, distorsionar lo ilógico hasta hacerlo popular y admirado por unos y temido por otros o hacer de la desestabilización un permanente modus operandi. Sea lo que fuere, desinformar es la horma perfecta que se adapta y saca partido de las debilidades de un sistema de convivencia, de las carencias puntuales o permanentes de los decisores, de la cada vez más baja cuota de atención y capacidad de comprensión de enormes masas sociales. La guerra en Ucrania se empezó a gestar muchos años antes preparando el terreno a través de técnicas de desinformación masiva que han tenido réplicas en otros casos y en otros países. La desinformación es, con permiso de las armas y las pandemias, el gran enemigo de la democracia en el siglo XXI. Por Ignacio Jiménez Soler (España), su ensayo más reciente es La nueva desinformación. Veinte ensayos breves contra la manipulación (Universitat Oberta de Catalunya):

El de leer que una madre sintió a su hijo pequeño temblar de miedo toda la noche, mientras se escuchaban detonaciones en la calle; el de los hombres que dejan atrás una familia que no volverán a ver; el de la estupefacción: ¿de verdad solo podemos esperar a ver en la pantalla cómo van apareciendo uno tras otro los primeros rostros de los huérfanos de esta guerra? ¿Se puede llamar guerra a ese enfrentamiento asombrosamente asimétrico? El de saber que eso que llamamos civilización es tan frágil, que las definiciones de los diccionarios no corresponden y no nombran algo que existe, sino algo que se supedita al cálculo económico, político, hegemónico. El dolor de la empatía: comprender la pérdida del otro, llorarla con él, sabiendo que lo que se pierde, lo que se ha ido, también es nuestro. También somos nosotros. Por Socorro Venegas (México), su libro más reciente es Ceniza roja (Páginas de Espuma)

Por el río Dpnieper a contra corriente, hace siglos, el humanismo ascendió hasta Kiev. // Esta noche, por el río Dpnieper no asciende ni desciende la paz hasta las cúpulas doradas de Kiev. Por Antonio Colinas (España), su poemario más reciente es En los prados sembrados de ojos (Siruela)

Toda guerra acaba en escombros, y debajo de los escombros está lo más valioso que se pierde, la vida. El escombro es la imagen que deja una guerra, también el escombro moral: restos de algo que estaba en pie y ahora hay que barrerlo. Por Manuel Jabois (España), su novela más reciente es Miss Marte (Alfaguara):

Una nueva ola de exilio entra en el Occidente: el ucranio. El siglo XX europeo con sus guerras mundiales y totalitarismos generó olas de exiliados que cambiaron el mapa étnico de las metrópolis occidentales. El totalitarismo, la guerra, el genocidio, el exilio: he aquí cuatro fenómenos que definen el siglo pasado y, tras la guerra de Putin, una barbarie parecida expulsa ahora a millones de ucranios de sus hogares. La experiencia más impactante de mi vida de exiliada es la incomprensión: en Occidente costaba entender que alguien del Este emigrara en búsqueda de la libertad. El exiliado suele topar a diario con incomprensiones de todo tipo. En el país de acogida resulta ser el otro: el desconocido, el extraño, el extranjero. Tras recibir la ayuda material, el refugiado agradece la comprensión más que otra cosa. Porque ha perdido su ambiente familiar, generalmente para siempre. Por Monika Zgustova (checo-española), su novela más reciente es Nos veíamos mejor en la oscuridad (Galaxia Gutenberg)

«Ahora desea superar al rayo. Estar furioso es estar aterrado por el miedo”, escribió Shakespeare en Antonio y Cleopatra. Es la imagen que ofrece Putin, un viejo tirano paranoico que teme a todo y a todos; a la Covid, a la democracia, a sus propios ministros, a los que sitúa a veinte metros de distancia. Con sus actos parece decirnos: Haréis bien en temerme, porque yo también me temo, estoy asustado de mi propia sombra. Por Clara Usón (España), su libro másreciente es El asesino tímido (Seix Barral)

Una vez al mes, Galina limpia mi casa. Como no tenemos una lengua en común, me da un abrazo al llegar y me da otro al irse. Una vez le hice un paquetito con dos alfajores y un mes después, en agradecimiento, me trajo golosinas ucranianas. Antes de despedirnos señalamos en mi calendario cuándo volvemos a vernos, y una vez que estaba enferma, su hermana Svetlana viajó de Kiev a Berlín para reemplazarla en su trabajo durante todo el mes. Ayer, cuando le abrí la puerta, estaba llorando. La abracé, como ella misma me enseñó a hacer cada vez que nos saludamos, pero sus brazos no se movieron. Le


ESPECIALES

Ilustración de Ana Juan

Fue hace treinta años. El joven estaba parado frente a la principal agencia de viajes en Kiev. ¿Necesitas, vaciló y sonrió, necesitas un intérprete? Él era la mejor compañía. Me dijo algo sobre Rusia que siempre ha estado en mi mente. Debido a que hablaba inglés, escuchó las noticias de Chernobyl en las noticias de radio de la BBC. Rápidamente construyó un espacio seguro debajo de las escaleras para él y su hijo. Llamó a todos sus amigos para advertirles. Pero los rusos no advirtieron a nadie. Permanecieron en silencio durante demasiado tiempo. Para él, fue entonces cuando no quiso tener nada más que ver con los rusos. Luego fuimos a ver al obispo católico de Kiev recientemente reinstalado que estaba lleno de buen humor, preguntándose si los fieles, después de todos los años de comunismo, realmente regresarían a su iglesia. ‘Como católico’, me preguntó, ‘¿qué me aconsejarías que hiciera?’ Cuando le sugerí que se agarrara fuerte, el intérprete se preguntó si esa era la mejor manera de hablarle a un obispo. Por Colm Tóibín (Irlanda), su novela mas reciente es El mago. La historia de Thomas Mann (Lumen)

Partir es una noción comodín a toda guerra. Todos parten. Parten los soldados que invaden, parten los que se retiran; parten los perdedores y parten los vencedores; parten los muertos, parten los desplazados que en este conflicto tienen un peso extraordinario. Partir es dejar las cosas. Partir es dejar los libros, la casa, dejar el centro de gravedad; coger lo mínimo indispensable y salir. Partir para cualquier soldado es no saber si se regresa. Partir para la madre o cualquiera de los familiares de cualquier soldado es, de alguna manera, enfrentarse a la sensación de muerte. Siempre se deja algo. Las guerras te arrancan de tu sito, arrancan raíces, desarraigan. Por Ronaldo Menéndez (Cuba), su libro de cuentos más reciente es La nieta de Pushkin (Páginas de Espuma)

¿Qué convierte a un expulsado en refugiado? Sólo una palabra: la compasión. La RAE la define como «sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien». Pena por quien tiene que abandonar aquello que constituía su vida: amigos, familiares, trabajo o estudios, la casa y sus objetos cargados de memoria. Ternura porque nos conmueve la vulnerabilidad de quien se encuentra, metafóricamente y a menudo literalmente, a la intemperie. Identificación porque el dolor del expulsado es tan comprensible, tan cercano a nuestra propia piel, que podemos casi sentirlo. En resumen, nos compadecemos. ¿De verdad lo hacemos? ¿Siempre? ¿Por qué hacia los ucranianos y no hacia los sirios o los centroafricanos? ¿Conoce la compasión la raza, el origen, los intereses geoestratégicos? ¿Nos compadecemos de verdad o nos rendimos a la propaganda? ¿Puede ser egoísta la compasión? Son preguntas importantes. No ahora, pero deberíamos hacérnoslas después. Cuando hayamos dado refugio a los cientos de miles de expulsados ucranianos. Por José Ovejero (España), su novela más reciente es Humo (Galaxia Gutenberg)

Lo que Putin tiene –y lo manifiesta a través del poder que ejerce sobre Ucrania y sobre el resto del mundo amenazado por él – es un ataque clínico de furia producido por una locura totalitaria, la enfermedad que surge al final de la vida de todos los Respuesta del poeta colo dictadores. mbiano Darío Jaramillo. Acostumbrado durante décadas a que nadie le llevara la contraria y se le permitiera todo, ha perdido el contacto con la realidad y sus delirios de grandeza ya no obedecen a ninguna lógica, ni siquiera a la de su propio interés, lo que le vuelve peligroso e imprevisible e impide el diálogo. Putin no es sólo el enemigo de Ucrania y de los países de la OTAN, es el enemigo de Rusia en primer lugar, y forma parte de las consecuencias y los traumas postcomunistas de su historia. Es lo que me sugiere la ambición revivalista de Putín. Más allá de estas explicaciones, es aterrador el hecho de que la historia pueda Por Edgardo Cozarinsky (Argentina), dar pasos atrás y repetirse como si la gente no hubiera aprendido nada mientras su novela más reciente es Turno noche (Tusquets) tanto. Afortunadamente, el valor, la perseverancia y el heroísmo de los ucranianos tienen un brillo de otra época. Por Ana Blandiana (Rumanía), su poemario más reciente es Variaciones sobre un tema dado (Visor) Así se llaman las municiones prohibidas: bombas de vacío. Absorben el oxígeno, lo devoran, y también devoran, insaciables, las vidas que encuentran en su camino. Nada sobrevive a ese vacío, a su hambre ilimitada: polillas, hormigas, humanos, robles, gorriones, perros, abedules, tulipanes, gatos, cerezos, ínfimos pétalos de Durante muchísimo tiempo, las invasiones, las ocupaciones, y ya nos ponemos en el margarita. Vidas vaciadas. Miradas del mundo que se extinguen. Vacío es como siglo XX, los combates en la guerra parecían que eran cosa de hombres, la queda el territorio. Vacío es el sentido de otra guerra. masculinidad, el elogio de esa masculinidad, de la heroicidad. Pero en el siglo XX Por Alia Trabucco (Chile), nos dimos cuenta de que las mujeres y los niños empezaron a aparecer en los su novela más reciente es Las homicidas (Lumen)

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La palabra es Hubris: de los europeos, que se habían convencido de que la guerra era cosa del pasado y no la única constante en la historia de la humanidad, y de Putin, que se había convencido de que el precio de su agresión era bajo. Por David Rieff (Estados Unidos), su libro más reciente es Una cama por una noche. El humanitarismo en crisis (Debate)

relatos de la crueldad cuando los hombres ya no solo combatían en el frente, sino que las retaguardias eran bombardeadas, millones de personas eran desplazadas, y ahí ya se vio que no era solo una cuestión masculina, sino que las mujeres y los niños aparecían como víctimas importantes. Primero porque las mujeres eran las que cargaban con todo el desplazamiento, muchas veces también eran violadas, los niños veían las violaciones. El hambre, las enfermedades, las sufrían, fundamentalmente mujeres y niños. Así que esta guerra, esta invasión, de Ucrania por parte de Rusia, me recuerda todo aquello. Hemos visto muchos combates pero casi no hemos visto muertos. Sin embargo, sí que hemos visto millones de niños y mujeres pasando desde Ucrania por las fronteras hacia Polonia y Eslovaquia, hacia Hungría. Creo que esta es una fotografia de la guerra, de la ocupación, de la invasión, que no se puede ocultar. La guerra ha dejado de ser una cosa de hombres; la guerra es ya una cosa total. Y cuando hay una invasión todavía la guerra es más total. Por Julián Casanova (España), su ensayo más reciente es Una violencia indómita. El siglo XX europeo (Crítica)

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hice un té con las dos cucharaditas de azúcar que sé que le gustan, le di el tazón caliente pero lo rechazó. Intentando calmarla le hablé en inglés, en alemán y en español, hasta que entendí que, si no me callaba, yo también iba a ponerme a llorar. Llevé a Galina hasta el living y corrí una silla para indicarle que se sentara. Entonces levantó las manos alarmada, casi asustada. Dio un paso hacia atrás para dejar bien claro que de ninguna manera iba a sentarse. ¡Arbeit! Gritó. ¡Nur Arbeit!* Sacó el teléfono de su pantalón y me mostró una foto de su nieta. Ucrania, dijo, Ucrania, y, sin dejar de llorar, se arremangó la camisa y se fue para la cocina. *“¡Trabajo! ¡Solo trabajo!” en alemán. Por Samanta Schweblin (Argentina), su novela más reciente es Kentukis (Literatura Random House)


RECOMENDADOS

La luz de ellas cae sobre esta novela cuya narradora intenta crear una Enciclopedia de los Buenos Ratos de las Escritoras. Un gran refugio en un mal rato universal”. Los días perfectos (Libros del Asteroide)

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WMagazín: “Un día feliz dibujado por William Faulkner que busca la perfección al compartirlo en una carta a su amante Meta Carpenter, como expresión de su amor, fue el origen de una de las novelas más comentadas de los últimos meses. Esos trazos, quizás nerviosos por seducir y retener a una mujer, con los que se topó un día Jacobo Bergareche (Londres, 1976) lo llevaron a visitar los laberintos del amor y la pasión, desde lo real y lo imaginado, en Los días perfectos (Libros del Asteroide). La novela aborda dos temas emparejados: el amor y las cartas de amor. La novela en soliloquios despierta en el lector preguntas eternas sobre el amor y sobre sus propias experiencias. ¿Es el amor el tema sobre el que más hablan las personas consigo mismas? ¿Quién no querría recibir una carta de amor? ¿Quién no querría recibir una carta de amor que explique el posible deterioro de ese amor para tratar de entender lo que ha pasado y si esto se corresponde con lo que cada uno piensa? Los días perfectos rastrea ese ideal a través de la línea de tiempo del amor, de los latidos febriles ante el deslumbramiento de alguien, a los latidos silenciosos del tedio con ese alguien”..

Recomiendo mucho a Alejandro Simón Partal cuya primera novela, La parcela (Caballo de Troya), me ha resultado sobrecogedora y me ha llevado a leer su poesía en cuanto me he quedado huérfano de su lectura. Es una novela breve, pero con una orfebrería en cada frase, cada párrafo, que hace a esta lectura tener un eje vertical en cada página, además del eje lineal. La novela es una historia de amor y de abandono de uno mismo en el amor, de un profesor de literatura, un intelectual de alta condición social que huye del enfrentamiento con la enfermedad terminal de su padre y se castiga de alguna manera en la sordidez de la Francia bretona y en la mediocridad de un claustro universitario de provincias. Allí conoce a un inmigrante sirio que sueña con ir al Reino Unido y que le va a enseñar algo de lo que significa la avidez por la vida.

Una pareja feliz es una novela inteligente, donde la narradora despliega su historia en un laberinto de espejos: cada capítulo se convierte en una novela corta dentro de otra novela. Mediante un delicioso juego de citas y notas al pie, la narradora cuenta la historia de una relación a través de viajes que a su vez son reflejos de fábulas y textos literarios, de Disney a Agustín de Hipona, con acidez, humor e ironía. Esta narración de Mar Gómez Glez alegra al lector/a exigente.

Los nombres propios (Sexto Piso) WMagazín, Javier Echalecu: “Este es un libro escrito en estado de gracia. El modo de escribir de Marta Jiménez (Madrid, 1990) es, como ocurre con los grandes autores, un modo de mirar, pero también un modo de escuchar. Uno sale de la lectura de Los nombres propios con la sensación de haber escuchado el paso del tiempo. Ese sonido que hacen nuestras vidas al crecer”.

Apostamos por cuatro narradores emergentes y ellos reseñan a otros para ampliar el panorama literario: María Folguera, Jacobo Bergareche, Ana Iris Simón, Marta Jiménez, Alejandro Simón Partal, Manuel Astur...

Este libro tiene todas esas cosas que a menudo nos parecen excluyentes: documentación y experiencia propia, análisis y sensibilidad, profundidad y ligereza, ternura y dureza. Albán cuenta su propio proceso de transición en una confesión con la que es imposible no emocionarse. Escrito con mucha inteligencia, es un libro que hace mejor persona al que lo lee, y eso ya es muchísimo más de lo que le pido normalmente a la literatura.

Feria (Círculo de Tiza) Hermana (placer) (Alianza) WMagazín: “Una tarde y la noche del viernes 13 marzo de 2020 millares de personas cruzaron en pocas horas España en carros, trenes, aviones y autobuses en todas las direcciones en busca de refugiarse con aquellas personas que amaban. Desde el suroccidente de España, el novio de una dramaturga y escritora en Madrid cogió el carro y surcó el país como una bala hasta llegar a ella. La encontró semiparalizada ante el anuncio del Estado de Alarma decretado por el Gobierno, a partir del 14 de marzo, como gran medida para enfrentar la pandemia Covid-19. En esa escena se funden el espíritu del mundo real y el de ficción creado por María Folguera en Hermana. (Placer) (Alianza). Una novela con las pulsaciones de cada momento sobre los caminos serpenteantes de la amistad y los afectos, la literatura escrita por mujeres y los placeres de estas escritoras. Las tres líneas argumentales confluyen en aquel tiempo de incertidumbre y temor por la pandemia que sirve de retrato sobre un momento puntual de privaciones, pero enriquecido en la novela de historias que vienen de muy atrás y que recuerdan los placeres modestos y cotidianos de la vida. Días grises reconfortados por la compañía de Elena Fortún, Rosa Chacel, Teresa de Jesús, Carmen Laforet, Matilde Ras, María Lejárraga, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute o Elvira Lindo.

Las Librerías Recomiendan: “Esta ‘sorprendente y ya magistral ópera prima es un libro que desafía las convenciones y cuestiona los valores de una generación o, en general, una sociedad que se ha creído a ciegas, acríticamente, la idea de progreso que le han vendido en las últimas décadas. Y lo hace con una ternura y un desparpajo que desarman. La historia de esta familia de feriantes es tan insólita que casi parece inventada y, sin embargo, los lectores acaban sintiéndose un poco parte de ella, pues Simón transforma lo personal en universal”, Feria obtuvo el Premio Javier Morote en la IV edición de los Premios Las Librerías Recomiendan 2021.

Manuel Astur acaba de sacar La aurora cuando surge. Creo que es mi escritor español vivo favorito, y lo es porque tiene la capacidad de encontrar lo sagrado en lo profano, de construir relatos épicos que parten de lo más cotidiano, de lo que vivimos todos los días. Le leí en una entrevista que «ser libre hoy era atreverse a no ser nada». Y creo que, en buena parte, me gusta su escritura porque no quiere nada más que ser, sin encasillarse, sin querer moralizar sobre tal o cual tema.


RECOMENDADOS

Recordamos los galardones más populares de este curso: escritos sobre búsquedas de paraísos personales, versos sobre los estragos del tiempo en el cuerpo y thrillers inquietantes Entre los nombres y libros más buscados cada edición de la feria están los de los ganadores de los galardones literarios más populares de la temporada que empieza con el Premio Planeta en otoño y termina con uno institucional prestigioso como el Princesa de Asturias de las Letras en junio. WMagazín recuerda los principales galardones en diferentes géneros literarios que serán una buena compañía de lectura en cualquier momento y, sobre todo, en el verano.

ALFAGUARA

ANAGRAMA DE ENSAYO

BIBLIOTECA BREVE

CAFÉ GIJÓN

CÓMIC BARCELONA

El tercer paraíso

La palabra que aparece

Lugar seguro

Los nombres prestados

El pacto

NOVELA Un viaje literario,

ENSAYO La memoria de la guerra,

NOVELA La vida de tres

NOVELA “Las causas y las

CÓMIC Un aspirante a dibujante en

botánico y feminista a través de los recuerdos de un hombre lejos de su casa chilena en busca de su paraíso personal. Biografía de pasado y futuro.

la violencia y calamidades similares en las voces de escritores, pensadores, artistas y periodistas como lección de lo siempre puede ocurrir.

generaciones de una familia pícara que se aprovecha de las grietas del sistema. La vida como un “sálvese quien pueda”, según su autor.

consecuencias de la violencia política, en la vinculación entre víctimas y verdugos”, en un wéstern moderno y novela negra situado a mediados de los años ochenta.

la Barcelona de los años cincuenta secuestra al Gran Vázquez para obligarlo a hacer dibujos para él. Creadores del sello Bruguera lo protagonizan.

COMILLAS

CUENTO RIBERA DEL DUERO

HERRALDE DE NOVELA

LAS LIBRERÍAS RECOMIENDAN

LOEWE DE POESÍA

Pasolini

Ustedes brillan en lo oscuro

El año del búfalo

La señora Potter no es exactamente Santa Claus

Cuadernos de patología humana

Enrique Díaz Álvarez (Anagrama)

Isaac Rosa (Seix Barral)

Alexis Ravelo (Siruela)

Paco Sordo (Nueve nuevo)

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Cristian Alarcón (Alfaguara)

Verano 2022

a Feria del Libro de Madrid es el gran encuentro entre los lectores y sus escritores que este 2022 celebra su edición 81, del 27 de mayo al 12 de junio. Más de 1.500 autores suelen acudir al Parque del Retiro madrileño a firmar sus libros y unos dos millones de personas acuden a esta cita editorial, según las cifras de 2019, antes de la pandemia covid-19.

Miguel Dalmau (Tusquets)

Javier Pérez Andújar (Anagrama)

BIOGRAFÍA En el centenario del

Liliana Colanzi (Páginas de Espuma)

NOVELA Una exploración

natalicio del cineasta y poeta italiano llega su vida con los claroscuros y contradicciones atravesada por la pulsión trágica.

CUENTO El tiempo narrado de

diferentes formas en los que se interrelacionan los lugares, las personas y las acciones en situaciones inquietantes.

narrativa que viaje en el tiempo a través de unos personajes cuyos sueños e ideales están en el limbo. Del humor a la reflexión.

MÁLAGA DE ENSAYO

MIGUEL DE CERVANTES

La impostora

Nocturno urbano

ENSAYO Una ventana a la realidad

NARRATIVA / POESÍA Relato y

del mundo fascinante de la traducción de libros, de los riesgos que esto conlleva en lo personal y profesional y de la exploración del lenguaje.

poemas de la autora uruguaya que forman su autorretrato personal y creativo. Un ejercicio de exploración y crítica, desde el exilio hasta el amor.

Nuria Barrios (Páginas de Espuma)

Cristina Peri Rossi (Fondo de Cultura Económica)

Laura Fernández (Literatura Random House)

POESÍA Los estragos del tiempo en

éxito de la novela que escribió una de sus habitantes se enfrenta a que el heredero de la autora decide irse.

el cuerpo humano, las maneras dolorosas como la mortalidad alcanza a todos en un aura de misteriosa belleza.

NADAL

PLANETA

Primavera

Las formas del querer

La Bestia

Operación Kazán

NOVELA La vida de una familia

NOVELA Un thriller en un

española durante varias décadas con sus hilos afectivos se convierte en el fresco de una sociedad a través de la voz de una mujer desde el presente, dispuesta a decirse la verdad.

Madrid de 1834 aterrorizado por la peste y la aparición de cadáveres de niñas desmembradas que nadie reclama. La zozobra y la angustia en sus páginas.

Inés Martín Rodrigo (Destino)

NOVELA Un pueblo que vive del

Orlando Mondragón (Visor)

Carmen Mola (Planeta)

Vicente Vallés (Espasa-Ámbito Cultural) NOVELA La Guerra Fría no ha

desparecido y esta historia de espionaje ruso que recorre episodios históricos clave del siglo XX y del XXI es la prueba y a operación más audaz.


Feria Internacional del Libro

www.liber.es #Liber22

5 - 7 de octubre Barcelona, Recinto Gran Via

LIBER

40 V E R S ARI

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Verano 2022

A

NI

40 años abriendo fronteras al libro en español Patrocinan:

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O


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