2 minute read

LINA EL BOUGHDADI 3B 2.saria

Next Article
IÑIGO SASTRE 1E

IÑIGO SASTRE 1E

LA FELICIDAD DE UN PEQUEÑO DETALLE

La historia comienza en un día lluvioso, un día en el que no tenía ganas de hacer nada,

Advertisement

solo de desaparecer.

Hola, me llamo Nayla, soy una chica normal con una vida normal, aunque a veces pasa de ser

normal a triste, os pongo en contexto;

Mi madre falleció hace tres meses. Luchó mucho contra el cáncer que le estaba

matando poco a poco, pero al final se la llevó, junto con la muerte, aunque ella no dejó de

luchar hasta el final.

Ayer fue sábado, un sábado como cualquier otro, un sábado en mi pueblo, Villamañán,

en el que siempre se escucha música por todos los rincones, reggaetón puro. Nos fuimos de

fiesta mi grupo de amigos y yo.

En mi grupo hay personas de diferentes edades. De mi edad, (16 años), y de un año

más, (17).

Mi amigo Aleix vino a recogerme en su moto. A mi padre no le gusta que Aleix me lleve

en moto porque tiene miedo de que nos pase algo. En cambio, a mi madre le gustaba mucho,

por eso voy en moto con Aleix, para sentir que la hago feliz.

Cuando iba en moto con Aleix lo notaba nervioso, pero no le pregunte el porqué.

Cuando llegamos a nuestro local, todos mis amigos me tenían preparada una sorpresa, pero

no sabía bien la razón de por qué me la hacían hasta que vi un gran cartel en el que ponía:

“NAYLA HAS SIDO MUY FUERTE, TE QUEREMOS”

Entonces, me dijeron que tenían un regalo para mí. El regalo era grande. Era una caja

grande con un forro morado. Comencé a abrirla mientras me imaginaba que había dentro. Una

caja con chuches, o incluso una botella de alcohol, porque así son mis amigos… Pero en esa caja tan grande solo había una caja muy pequeña y un microscopio del

tamaño de la palma de mi mano. En aquella pequeña caja había un colgante de oro, con un

diamante en el centro. Me gustó mucho el regalo, pero no entendí bien la razón del telescopio

hasta que una de mis amigas, Sofía, me dijo que mirase al diamante mediante el microscopio y

ahí estaba ella.

Dentro del colgante se podía ver una foto mía con mi madre. Una foto en la que mi

madre salía sonriendo, salió feliz.

Desde aquel día no me he vuelto a quitar el colgante, no he dejado de andar en moto,

no he dejado de disfrutar con mis amigos, ... Porque así la siento conmigo.

This article is from: