Poesía IKER SIMON VELADO 1 1.saria 73 GARAZI SACEDA 2B 2.saria

LA LLAMA DE EMERGENCIA

Hay una puerta cerrada al final del pasillo Y el frío se asienta en este sitio Una esperanza efímera que susurra al oído El tiempo se ha quedado congelado

La noche se enciende y viene consigo la suerte Me empiezo a derretir de repente Todavía te veo en la oscuridad A dos metros de la muerte

Empiezo a respirar en cada impacto Somos dos animales en suspenso Que intentan sacudir todo el polvo Ha empezado el final del descubrimiento

Es un frenesí sin salida Una herida que castiga Es el estallido que explota Un adiós que cierra bocas

Todo el mundo nos mira Pero tú ni si quiera me espías Estamos escondidos lejos de todas reglas Aunque este silencio nos reprima

Se enciende una llama Se contagia este sucio murmuro Aumenta el fuego Empiezo a escuchar algún que otro eco

Ardes en tu encierro Tan cerca y lejos al mismo tiempo Y levantas la mirada ante mis ojos Intentando encontrar algún recuerdo.

IK 2.S

IK 1.S TERMINAR EN UN SILENCIO INFINITO

En un pacífico silencio nació un pequeño angelito. Que desde que su voz creció nunca se sintió pequeñito y palabra por palabra hacía sonreír a su pueblito.

En un campo de alegría él siempre era el favorito, un alma inocente sin cometer ningún delito. Y quien lo veía, pensaba “En mi vida lo necesito”.

Pero no siempre fue así, no siempre todo fue bonito. En un instante el entorno le hizo ahogarse en un grito, fueron callando su voz y sus sueños cayeron a un oscuro rinconcito.

Todo el mundo le empezó a fallar y de su corazón solo quedaba un trocito. Mientras las demás voces crecían, él quedaba como un indefenso animalito. Tras tantos llantos silenciosos, de esperanza no le quedaba ni un poquito.

Nunca pensó que tanto ruido le podía dejar sin apetito Quiso terminar con aquello y se le ocurrió aquel final sencillito para poder buscar esa calma y por fin llegar a ese silencio infinito.

Toda esa mala vibra lo mandó a su sitio junto con otros ángeles que pasaron por lo mismo. Y así seguirá ocurriendo si nadie cierra el abismo.