LA VENGANZA DE CARLA Más o menos por el año 2008 un hombre llamado Jiongort de Inglaterra fue detenido por intento de asesinato gracias a que su esposa Lliorya, lo acusó de haber matado a su hermana durante sus escapadas románticas. Y aun que era mentira, no había nadie que dijese que Jiongort era inocente, ya que todas las pruebas indicaban que él era el culpable, así que fue condenado a diez años de cárcel.
Él pensaba que pronto su esposa rectificaría y pensaría en todos esos momentos que pasaron juntos y en el futuro de sus hijos sin un padre que estuviese a su lado, pero al contrario de eso, Lliorya lo que hacía era pasárselo bien con sus amigas.
Mientras, los años iban pasando y Jiongort cumplía con una condena que no era para él.
Sus hijos Marilyn y Jonatán iban cada vez más y más odiando a su padre por todas las tonterías y mentiras que la madre les había contado durante esos 5 años que habían transcurrido. Al contrario de ellos dos, Carla recordaba a su padre con amos y cariño, como un hombre bueno y respetuoso, sincero y amable e incapaz de matar a una persona. Ella era una de las pocas personas que creían en la inocencia de su padre. Entonces prometió vengarlo, por lo que le habían hecho.
Los diez años pasaron y Jiongort salió de la cárcel triste y desolado. Ninguno de sus hijos había ido a buscarle, ni siquiera su mujer o al menos eso pensaba él. A lo lejos en un coche apartado, estaba una bella joven de cabello castaño, ojos verdes y brillantes como perlas, blanca como la nieve y muy sonriente mientras lo miraba. Ella salió del coche entusiasmada y lo abrazo, él se quedó frio, como una piedra, no sabía de quien se trataba.
Ella lo miro fijamente y le dijo-Soy yo papa, yo tu pequeña Carla.- entonces el reacciono y la abrazo profundamente y fuerte. – Mi pequeña, que grande te has puesto ya eres una verdadera mujer ni te he podido reconocer - Le dijo él emocionado y con los ojos aguados.
Carla, le dijo a su padre que lo llevaba a casa de vuelta, para que pudiera ver a su mujer y a sus hijos. Lo que él no savia era que lo hacía para restregarle a su madre que su padre estaba fuera de prisión y no se iba a quedar más tiempo de lo que le habían condenado, que era lo que ella les decía a sus hermanos y a ella cuando eran pequeños.
Al llegar a la casa, Jiongort entra alegre y feliz por la puerta, pero al ver la reacción de su mujer y sus hijos, fue como un show. Verlo hay parado frente a ellos fue un poco incómodo, puesto que ellos ya lo tenían olvidado.
Sus hijos, Marilyn y Jonatán lo miraban con odio y su esposa tenía la mirada extraña, asustada, o como intentando ocultar algo.- ¿Mama te pasa algo? , no sé, te veo extrañadijo Carla -a lo que responde Lliorya- no hija…, estoy bien – vale mama pero ¿estas segura, no le vas a dar ni un abrazo a mi papa, tu marido?- dijo Carla.
Pues claro mi amor ¿cómo no le voy a dar un abrazo?-dijo la madre sarcásticamente. Bueno saltándonos un poco la historia, iremos a la parte en la que Carla, le cuenta a su padre la verdadera razón por lo que lo ha llevado allí. Carla le dice a su padre, todo lo que había escuchado sobre él y la mentira sobre el asesinato de la hermana de su madre, del que había sido condenado sin culpa alguna. Él lo entiende, pero le dice, que piense bien las cosas, porqué si la madre avía sido capaz de mentir sobre el asesinato de su propia hermana, también sería capaz de decir ante un tribunal que su hija tiene un trastorno y que se inventa cosas que no son reales. Carla le dice que ella lo sabe, pero que está decidida a inculpar a su madre del asesinato de su tía, a la que tanto adoraba.
Los días pasan y Carla le va enseñando al padre los planes y pruebas k tiene contra su madre, y le cuenta la certeza que tiene de que su madre saldrá como culpable del asesinato, pero que primero necesitaba saber si contaba con el apoyo incondicional por su parte ante la corte, el día del juicio que llevaba preparando durante años, ya que se había sacado el título de abogada.
Ese mismo día llega a la casa la madre de Jiongort, a ver a su hijo, a sus nietos y a preguntarle a la esposa de su hijo porqué inculpó de algo que no había hecho, a su propio esposo y ella le responde sin rodeos- querida suegra, hay veces que hay que sacrificar algo para recibir otra cosa a cambio. -Si hija no te lo niego, pero ¿sacrificar a tu propio esposo? Eso no está bien, si es verdad lo que dijiste el día de vuestra boda.dijo la abuela.
Ya sé lo que dije el día de nuestra boda, y es verdad no es mentira por que el juramento que yo hice no lo he incumplido- dice Llioryia. A lo que Carla le pregunta a la madre que juramento izo en la boda con su padre. Y ella se queda callada porque sabe que si se lo dice lo podría usar contra ella, entonces dice que es un juramento que ha hecho una y otra vez sin dudarlo dos veces. - la abuela está diciendo que no lo has hecho nada más que una vez y obligada díganme que pasa quiero saberlo mamá que ya tengo 24 años no soy una niña.-dice Carla.
Yo te responderé encantado hija- dijo Jiongort. Mira, ese juramento que hizo tu madre fue que nunca me dejaría solo, en ninguna ocasión por muy trágica o dolorosa que fuese, ella estaría a mi lado. Y fue justamente lo contrario a eso lo que ella hizo por mí. Pero en realidad se
agradezco, porque si ella me hubiese apoyado nunca me hubiera dado cuenta de lo sínica que era ella, muchas gracias te lo agradezco Llioryia. ¿Así que era eso?, valla, pues, no sé porque no me impresiona de mi madre. A mí de pequeña me prometió que si no podía ir a verme a mi espectáculo en el instituto, iría a recogerme para que no tuviese que pasarlo mal en la guagua, ya que las chicas se metían con migo todo el rato.
Por eso no me sorprende- dijo Carla. Ya lo sé hija y ciento mucho no haber podido estar en esos años en los que tu madre te dejaba olvidada, y no haberte, podido ayudar con tus problemas y en todo lo de esta vida- dijo Jiongort.
Al día siguiente, Carla decidió ir al bufete de un amigo, para hablar sobre el caso de su padre y de cómo lo podrían solucionar. Pero mientras esperaba, un joven apuesto, de cabellos rubios, ojos verdes y brillantes, piel blanca y muy vello entro en la sala, y ella se quedó embobada no sabía ni que decir. Él le pregunto que si sabía cuál era la última persona por pasar a la cita con el señor fredic, pero ella estaba tan fascinado con su belleza que ni se enteró. Pero al darse cuenta le dijo - perdone usted señor… - señor Cárron – respondió él -eso señor Cárron, no lo avía escuchado disculpe ¿qué me decía?dijo Carla intentando arreglarlo -jajaja, decía que si sabía cuál era el último por entrar o si soy yo - responde Carla a la vez que suelta una carcajada-luego si usted quiere al salir del bufete, podríamos ir a tomar un café, pero solo si usted quiere, no lo valla a hacer por compromiso -dice él mientras se pone colorado -la verdad,…. Es que no puedo ya tengo planes-dice Carla intentando gastarle una broma -ha, vale no pasa nada otro día será – dice él desolado –es broma, sí que puedo, no tengo ningún plan.- dice Carla mientras se ríe – bueno pues al terminar te espero abajo en la calle de al frente. – le dice Carla mientras va entrando al despacho.
Más tarde, en una cafetería, de la calle de al frente del bufete, estaban ellos dos sentados en una mesa, hablando sobre leyes, casos y sobre tragedias de sus familias. Carla se despidió de Cárron, y le da su número de teléfono para contactarle.
Al llegar a su casa, le cuenta a su padre lo que avía averiguado sobre el caso, y lo que podrían hacer para destapar la mentira que tanto tiempo avía podido tapar, y esconder la madre de Carla. Por otro lado Lliorya intenta por su parte, encontrar pruebas (falsas), para inculpar a Jiongort otra vez y hacerlo quedar por embustero y mentiroso. Carla escucha lo que trama su madre, y lo graba para utilizarlo como prueba ante los tribunales, el día del juicio que estaba por salir dentro de poco. Aparte de haber escuchado los planes de su madre, también escucho una conversación de ella con el jardinero. Ella le decía que no se podía marchar de la casa, porque o si no Carla, empezaría a atar cabos y se daría cuenta que quienes mataron a su hermana, Peitón, habían sido ellos. Ha Carla casi le da un ataque, ella pensaba que avía sido solo su madre, porque… ¿Qué razones tendría el jardinero para matarla?, Carla sigue escuchando y grabando, y por casualidad sale un tema entre ellos. Carla escucha como la madre le dice al jardinero que si el sacaba a la luz que eran amantes, ella sacaría las razones por las que el mato a su querida hermana, porque él estaba enamorado profundamente de ella, tanto que se avía vuelto loco, hasta la acosaba, cosa que era cierta, pero avía unas cosa que Carla no sabía, y era que él lo hacía porque envidiaba a su primo, el marido de Peitón, y se avía vuelto loco por ella.
Trascurrieron los días, y llego la hora del juicio, Carla estaba preparada y tenía todo planeado, todo en orden para el juicio. Las horas pasan y Carla está esperando a Cárron con su padre, para irse al juicio. Cárron llega y se van en su coche para el juzgado, al llegar están ahí su madre, sus hermanos, sus tíos y tías, sus abuelos y de más familia, también está la madre de Jiongort esperándolos en la puerta. Llega el juez y todos se sientan, las horas pasan y el juicio va terminando, el juez se va dando cuenta de la realidad y va viendo que todo lo que dice Lliorya es mentira, pero aun no es muy convencido, por eso Carla utiliza las grabaciones que hizo como prueba ante todos; amigos, familiares, parientes… en fin, el juez se convence del todo pero Lliorya le dice que esas grabaciones están trucadas, pero como Carla ya tenía todas las fichas del juego, les había hecho una prueba a las grabaciones, y salió positivo, Carla se las enseño al juez, y lo leyó en voz alta. Al final Lliorya fue encarcelada, y aunque a Carla le doliera, hizo algo justo y puedo vengar a su padre. Los hermanos se dieron cuenta de que Carla tuvo la razón todo el tiempo, al igual que el resto de la familia, el
jardineo fue arrestado igual que Lliorya. Carla termino casándose con Cárron y tuvo un final feliz, tuvo tres hijos y fue feliz por siempre, Lliorya estuvo muchísimos años en la cárcel por dos cargos muy serios y no volvió a molestar a nadie de esa feliz familia.
FIN
Ariday Ríos, IES Yaiza