Revista del Seminario de Géneros Literarios
Invitados: Memo Bautista · Ilse Segura Despertar un ensayo de Vanessa Yaresli El fútbol es nuestro una crónica de Rodrigo Hernández
Número 4 · Febrero 2017
ÍNDICE
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Cuento La aventura de Mateo Mario Pacheco
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Ensayo Dedicatorias en el mausoleo Anna María Velasco
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Cuento Ellos Marco Antonio Rocha
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Ensayo Despertar Vanessa Yaresli
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Crónica Doña Lina y el secreto de los buñuelos... Memo Bautista
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Ensayo Rutinas María José González
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Crónica Don Casi miro Juan Pablo Gutiérrez
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Ensayo Increíble pero cierto María José Hazar
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Crónica El fútbol es nuestro Rodrigo Hernández
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Ensayo A la mesa: bocadillos de realidad Aranxa Márquez
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Crónica Paseo en bicicleta José Rodolfo Duarte
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Cuento El Caballo Luis Daniel Guerra
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Crónica Y... se hizo la luz Catina Flores
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Ensayo De la amistad de Aristóteles a la amistad líquida Ilse Segura
Diseño basado en la plantilla: “RED Borders LLC”, usada bajo licencia Creative Commons. Zaguán Literario es una publicación digital de carácter semestral, elaborada a partir de los trabajos de los alumnos del Seminario de Géneros Literarios, que es parte del plan de estudios de la carrera de Comunicación de la Universidad Panamericana. Esta publicación es un proyecto de difusión cultural sin fines de lucro. Todos los textos son propiedad de sus respectivos autores. Las fotografias utilizadas están bajo licencia Creative Commons y fueron tomadas de las páginas www.pixabay.com y www.unsplash.com; excepto la foto de portada, propiedad de los editores, y la fotografía de la página 41, propiedad de Marco Antonio Rocha. Las opiniones contenidas en Zaguán Literario son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la posición de los editores y/o la Escuela de Comunicación de la Universidad Panamericana. Editores responsables: Santiago Uría, Edgar Rodríguez y José Luis López Corrección de estilo: Aranxa Márquez
Presentación La publicación del cuarto número de Zaguán Literario demuestra el compromiso de este proyecto. En el ámbito literario es común el surgimiento de revistas efímeras; cada año se conciben por docenas grandes ideas o buenas intenciones que suelen sucumbir, si tienen suerte, después del segundo número. En nuestro caso ha sido fundamental el apoyo de las autoridades de la Escuela de Comunicación, el entusiasmo de los alumnos y la paciencia en la edición de cada ejemplar. Pero la permanencia no basta, buscamos además seguir creciendo, a pasos pequeños pero firmes. La revista aumenta con cada publicación en volumen y número de lectores. El compromiso se mantiene: contribuir a la formación literaria de los estudiantes y servir como antesala para su entrada al ámbito literario profesional. En el mismo sentido se mantiene la sección de “Escritor invitado”, esta vez con la colaboración de Memo Bautista, cronista urbano cuyos trabajos se publican en VICE. Zaguán Literario busca también ir más allá de los ámbitos de la Licenciatura en Comunicación, por eso este número incluye la colaboración de Ilse Segura, alumna de la carrera de Pedagogía de la UP. Santiago Uría & Edgar Rodríguez Profesores del Seminario de Géneros Literarios
ENSAYO
De la amistad de Aristóteles a la amistad líquida La persona humana es un ser sociable por naturaleza, siempre ha requerido estar en
ILSE SEGURA
constante relación con otras personas. Ya
VILLANUEVA
que es mediante la convivencia con los demás que podemos desarrollarnos como personas. La existencia del ser humano se da en la coexistencia con los otros. Como el hombre es sociable por naturaleza, este proceso de convivencia y socialización se da desde el inicio de la humanidad manifestándose en la creación y construcción de sociedades. La sociedad, como tal, ha ido evolucionando y atravesando por grandes cambios. Cada época desde la Edad Media, pasando por la Edad Moderna, hasta la actual Edad Posmoderna está caracterizada por formas de organización y de pensamiento que se reflejan en el modo de vida y los comportamientos cotidianos de las personas. Y terminan teniendo un efecto en todos y cada uno de los ámbitos de la vida del hombre. Entre estos ámbitos se encuentran las relaciones sociales del hombre. De esta forma, en este trabajo se estudiará cómo las relaciones sociales, 4
Nació en la Ciudad de México en el año de 1995. Estudia el octavo semestre de la Licenciatura en Pedagogía, buscando especializarse en el área de Recursos Humanos. Le interesa la formación humana y apoyar en el desarrollo de las personas, potenciando sus talentos. Se inspiró en los escritos de Zygmunt Bauman y de Aristóteles para escribir este ensayo.
familiares y de amistad del hombre posmoderno se verán caracterizadas cuencias que esto produce. Para comprender la percepción y concepción que se tiene actualmente de las relaciones sociales es importante conocer la evolución del concepto a lo largo de las diferentes épocas. En su libro “Ética Nicomáquea”, Aristóteles habla acerca de la amistad, la cual define como una especie de virtud. De acuerdo con Aristóteles existen diferentes tipos o especies de amistad, él las clasifica en amistad por virtud, por interés y por placer. La amistad
por interés se da cuando existe un motivo de por medio, cuando la única razón que existe para relacionarse es la utilidad que se puede obtener del otro. La amistad por placer se da cuando la única razón para relacionarse es el placer que esta relación proporciona. La amistad por virtud, es para Aristóteles la más grande y verdadera de estos tipos. Esta se caracteriza por ser una relación recíproca entre hombres virtuosos, en la cual la única razón de ser es por un deseo genuino de hacer el bien al otro, se busca el bien del otro; y en esa medida el hombre se desarrolla pues 5
ENSAYO
por los cambios e ideologías propias de esta época; así como las conse-
ENSAYO
se vuelve un ser más humano, más
y
virtuoso. Aunque en los tiempos
sociales. Esta teoría establece que
antiguos Aristóteles ya distinguía
la época actual está caracteriza-
entre estos tres tipos de amistad,
da por la liquidez de las cosas,
en épocas anteriores a la Edad Pos-
es decir que se derriten, que son
moderna seguía existiendo una
efímeras. En su libro Tiempos líqui-
concepción de la colectividad y de
dos Bauman explica cómo hemos
las relaciones con los demás miem-
dado ese paso de la fase sólida a
bros de la sociedad. Sin embargo,
la fase de la modernidad líquida.
en la época actual podemos no-
En estas condiciones, “las formas
tar que existe un auge de las rela-
sociales (las estructuras que li-
ciones por interés y por placer, en
mitan las elecciones individuales,
contraste con las épocas pasadas.
las instituciones que salvaguar-
Como se mencionó previamente
dan la continuidad de los hábitos,
este auge se puede entender y está
los modelos de comportamiento
conectado a las propias formas de
aceptables) ya no pueden mantener
pensamiento de la edad moderna,
su forma por más tiempo, porque
en este caso las ideologías del uti-
se descomponen… y dada su breve
litarismo y hedonismo que se pre-
esperanza de vida, no pueden ser-
sentan actualmente. Vivimos en
vir como marcos de referencia para
una sociedad del placer, de la utili-
las acciones humanas.”
dad, de la modernidad liquida.
Las propias formas sociales ya no
Por el otro lado, Zygmunt Bauman
son duraderas, sino que están en
en distintos libros ha planteado su
constante cambio; pero este dina-
teoría de la modernidad liquida,
mismo no se refleja con un cambio
de acuerdo a la cual se establece
para mejor sino como un cambio
justamente este cambio que hemos
ante la aparente incapacidad por
establecido del pensamiento anti-
esperar y establecer algo fijo. Po-
guo al pensamiento posmoderno
demos hacer un análisis de la so-
que se refleja en el establecimiento
ciedad actual y comprobar que
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concepción de las relaciones
la amistad por interés y por placer.
ciedad en donde todo es líquido,
La amistad por interés tarde o tem-
todo se vuelve efímero: las formas
prano se termina, pues el motivo o
de vida, los hábitos, la moda, la
la utilidad por la que se había for-
economía, la política y en este caso
mado serán satisfechos y, al no te-
específico las relaciones.
ner ninguna utilidad más que sacar
Con base en la teoría de Bauman
de la otra persona, la relación se da
podemos afirmar que las rela-
por terminada. Lo mismo ocurre
ciones sociales entre individuos
con la amistad por placer, ya que
en la actualidad tienen la carac-
cuando no se encuentre placer en
terística de ser efímeras, que ya no
la relación con la otra persona fácil-
se establecen como duraderas. La
mente será disuelta. Ni el interés ni
razón de que esto sea así está en
el placer son objetos para formar y
retomar lo que decía Aristóteles en
establecer relaciones duraderas. Al
su clasificación acerca de los tipos
final, como Aristóteles afirmaba,
de amistad. La causa de que las
es en la virtud donde se establecen
relaciones actuales sean efímeras
las verdaderas relaciones, en la que
es que se distinguen por ser como
el hombre encuentra el verdadero
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ENSAYO
efectivamente vivimos en una so-
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significado de la amistad y de la importancia de establecer relaciones y convivir con el otro, es por medio de esta coexistencia que se desarrolla como persona. Luego ya hemos establecido el efecto de las nuevas corrientes de pensamiento de la época moderna en las relaciones sociales y de amistad. Ahora podemos afirmar que estos efectos también han influenciado otro tipo de relaciones que son de gran importancia para el ser humano, y en este caso hablamos de las relaciones familiares. Al principio de este trabajo se mencionaba cómo el ser humano es un ser sociable por naturaleza; de esta forma la familia constituye la institución natural y el primer lugar en que el hombre se desarrolla como ser social. Sin embargo, en la sociedad posmoderna la familia está sufriendo una crisis, pues las relaciones familiares ya no están en el pedestal en el que se encontraban antes, sino que ahora su importancia ha sido reducida. Los miembros que la componen se han vuelto distantes y en los hogares ya no se puede apreciar una auténtica convivencia familiar. Los efectos y las consecuencias que esto puede ocasionar son de bastante importancia, si en las relaciones sociales y de amistad la persona podía desarrollarse, la familia como primer lugar social es en donde inicia el desarrollo de la persona, es donde se establecen los pilares para su formación. La formación es la tarea vital y la función más importante de la familia, ya que esta genera un espacio donde el hombre puede sentirse seguro y comenzar su desarrollo. Benedicto XVI afirma que “la unidad de la familia humana no anula de por sí a las personas […] sino que las hace más transparentes los unos con los otros, más unidos en su legítima diversidad”. La familia tiene una función social, pues a diferencia de la creencia posmoderna vivimos en un mundo conectado, en el cual las acciones humanas no están aisladas, sino que mis acciones tienen un efecto en la vida de los demás y viceversa. De esta forma cuando la familia cumple con su función de brindar un adecuado espacio social para el ser humano,
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este podrá trascender ese desarrollo en acciones para la sociedad. Cuando cuales se formará como hombre virtuoso y permitirá que otros también se formen como hombres virtuosos. Las personas y la sociedad en sí no desean establecer relaciones duraderas, ya no se busca formar, ni convivir en familia, ocasionando que se pierda el verdadero sentido y significado de la misma. Esta crisis familiar y de las relaciones, en general, se da debido a que el hombre se ha individualizado. Las relaciones sociales, familiares y de amistad implican establecer una comunidad y la mutua convivencia, es entonces que el carácter individualista que se ha ido originando en la sociedad, termina rechazando cualquier tipo de vínculo que implique este compromiso con el otro. El hombre posmoderno está convencido de que no requiere del otro para vivir, que él puede transcurrir en la vida como un ser aislado de los problemas del exterior y del trato con los demás. Este aislamiento del hombre se esconde bajo una cara de placer y bienestar propio, pero en realidad está enmascarado por el miedo y la inseguridad. Preferimos aislarnos que enfrentar los problemas que se presentan actualmente. Bauman menciona cómo “es en los lugares denominados urbanos donde la elevada interacción humana ha coincidido con la tendencia al miedo, nacido de la inseguridad, a buscar y encontrar válvulas de escape”. Hemos condicionado nuestro estilo de vida de forma que no tengamos que formar parte de la colectividad, de la participación en la vida urbana,
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ENSAYO
crezca convivirá con la sociedad y formará otras relaciones a través de las
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ya que esta se concibe como peligrosa. Pero no nos damos cuenta de que es por este aislamiento que estamos teniendo severos problemas. Esto tiene consecuencias graves y notables. En su libro La era del vació Gilles Lipovetsky habla de cómo esta mentalidad individualista se filtra en los distintos ámbitos de nuestra vida y termina generando los grandes problemas con los que contamos actualmente. “El ideal moderno de subordinación de lo individual a las reglas racionales colectivas ha sido pulverizado, el proceso de personalización ha promovido y encarnado masivamente un valor fundamental, el de la realización personal, el respeto a la singularidad subjetiva…” De esta forma el interés por lo personal e individual se vuelve un valor superior a los intereses de la colectividad. Podemos retomar lo que mencionó previamente de cómo las formas sociales pierden su estructura por causa del ideal moderno. La problemática que ocasiona es que este proceso de personalización se traduce a un egoísmo y un narcisismo que caracterizará al hombre posmoderno. Si el hombre es egoísta y se aísla de la sociedad, entonces no convive y no se involucra en lo que sucede a su alrededor. Se distrae y se concentra en aquello que le produzca placer y le sea útil y prefiere cegar y olvidarse de los problemas sociales bajo una máscara de indiferencia. Si el hombre es indiferente a los problemas que surgen a su alrededor, no busca convivir con el otro y no se preocupa en ayudar al prójimo, solo está concentrado en sí mismo, la misma sociedad termina en un estado de decadencia. Incluso retomando a Aristóteles, él nos habla de cómo la amistad trasciende a los vínculos de la sociedad. El hombre virtuoso que crece en amistad también es un ciudadano virtuoso. También lo retoma Benedicto XVI, quien en su texto “Caritas in veritate” nos habla del desarrollo de los pueblos y de la situación económica y política, fundamentando que la resolución de estos problemas se encuentra en el apoyo mutuo entre naciones. “El desarrollo de los pueblos depende, sobretodo de que se reconozcan como parte de una familia, que colabora con verdadera
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comunión por
seres que no viven simplemente uno junto al otro”. De esta forma se reel hombre puede resolver los problemas en la relación y sobre todo en la colaboración. Lipovetsky también hace la comparación de cómo se ha ido evolucionando de la Edad Media en el que las reuniones y la vida colectiva tenía un gran peso y formaba parte de la vida privada de cada una de las personas. Ahora la vida privada y la vida pública están distanciadas. Incluso en la Edad Moderna se continuaba con un impulso a la conciencia colectiva en la búsqueda constante del mejoramiento del estado de todos. En la época posmoderna lo único que interesa es el bienestar propio, el goce individual. Incluso se ha llegado a comentar mucho acerca de la situación irónica que se ha producido por movimientos de globalización en el que la tecnología y todo tipo de recursos digitales nos brindan la información en la palma de la mano. En contraste con épocas pasadas, el hombre actual es capaz de obtener mayor información en un muy corto periodo de tiempo. Hemos logrado establecer una comunicación y enlaces con ciudades a miles de kilómetros y a la vez nos hemos distanciado y aislado de las personas que tenemos cerca. Hemos ido perdiendo esa capacidad y esa valoración que implicaba el contacto humano. En “Caritas veritate” Benedicto XVI también habla de que “una de las pobrezas más hondas que el hombre puede experimentar es la soledad… las otras pobrezas… nacen del aislamiento, del no ser amados o de la dificultad de amar.” Benedicto afirma que esto es producto de la cerrazón del hombre en sí mismo, pensando en ser autosuficiente o bien un mero hecho insignificante. De esta forma solo reforzamos la idea de cómo la soledad, o en específico el aislamiento, no es el privilegio que se nos vende en la actualidad sino que es el producto de una carencia. La carencia del hombre de afecto, la relación o la amistad del otro. Al final el ser humano no es un ser aislado, sino que es un ser social por
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salta la importancia de las relaciones, de cómo es en la convivencia que
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naturaleza, este aislamiento atenta contra la propia naturaleza del hombre. Como se explicaba, antes las acciones del hombre no estaban aisladas sino que influían en los demás. Benedicto XVI nos habla de cómo “la relación entre persona y comunidad es la de un todo hacia otro todo”; requerimos de la comunidad y la comunidad requiere y necesita de nosotros. No podemos estar aislados, y pretender existir sin el otro. La inseguridad que presenta el ideal moderno no está fundamentado, pues la comunidad nos protege y nosotros contribuimos al perfeccionamiento de la comunidad.
No es en la individualidad sino en la unidad en la que nosotros también nos perfeccionamos. En conclusión, a lo largo del transcurso del tiempo el hombre ha evolucionado y con él sus formas de convivencia y relación. Debemos entender que la crisis actual que vivimos, producto de los ideales posmodernos, tiene sus raíces en el aislamiento, en la búsqueda individualista que nos lleva a ser egoístas y pensar en las otras personas como medios de utilidad o de placer. Tanto las relaciones sociales, de amistad como las familiares tienen
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ENSAYO una función vital, no nos perdemos al relacionarnos con otros sino que al contrario nos desarrollamos y crecemos como personas. “El hombre se valoriza poniéndose en relación con los otros”. De esta forma debemos buscar trascender de la amistad líquida, efímera, utilitaria y hedonista, en la que vivimos actualmente a la amistad en la virtud que Aristóteles nos proponía, aquella en la cual lo que se buscaba era el crecimiento propio y del otro para la mejora. Pasar del individualismo a un apoyo mutuo de convivencia con la comunidad para el mejoramiento de la sociedad. Del aislamiento al establecimiento de relaciones humanas, sociales, de amistad y familiares estables y duraderas. Y del vacío existencial a una coexistencia en interacción y colaboración.
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Dedicatorias en el mausoleo Anna María Velasco
Mi primera vez fue en Argonautas, que se encuentra sobre Taxqueña, unas calles antes del metro, quedaba muy cerca de mi prepa, así que un día me animé y entré. Parecía niña chiquita en juguetería, de por sí las librerías son mi debilidad, pero esta era mágica. Hay algo diferente en ellas, y es que son el destino final de muchos libros, es una especie de orfanato en donde los libros abandonados esperan ser adoptados. El olor es maravilloso, el olor a libro viejo es de los aromas más exquisitos en la tierra. Mientras me paseo por los pasillos buscando a mi nueva víctima, los ojeo y pienso en qué fue lo que los hizo terminar ahí; una
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ENSAYO
“Hay muertos que no hacen ruido, llorona y es mas grande su penar” Canción Popular Mexicana muerte, falta de dinero, estorbaban o simplemente ya no servían para su antiguo dueño. Cada uno encierra una historia diferente, que nada tiene que ver con la del autor. Muchos en sus portadas tienen dedicatorias tan bellas que rompe mi corazón que se hayan desprendido de ellos con tal faci- lidad. Esos son mis favoritos, colecciono los libros con dedicatorias, pues tengo dos historias por el precio de una. Y es que ese es otro punto a favor de estas maravillosas cuevas de tesoros, el precio generalmente es muy bajo, los libros pueden no estar en las mejores condiciones, o no hay muchos ejemplares, o tal vez llevan mil
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años sentados en el aparador sin que nadie los mire; y es por eso que cuando un pobre diablo toma, le sale casi regalado, y cuántas ve-
ANNA MARÍA VELASCO
ces estas tiendas no me ahorraron unos cuantos pesitos al tener que comprar libros para la escuela. Juro que en estas tiendas encuentras de todo, hasta libros que no sabías que debías tener. Miguel Ángel de Quevedo está llena de ellas, y cada una con más curiosidades que las otras.
Estudiante de Comuni-
Paseándote por ahí, puedes oír a los autores
cación en la Universidad
llamarte y seducirte para que tomes sus libros.
Panamericana,
Te cuentan sus historias y se aferran a ti para
Ciudad de México. Ac-
que los lleves. Es eso, o de otra manera no me explico cómo termino comprando libros cada vez que entro a una solo a “ver”. Yo creo firmemente en que los libros llegan a ti cuando los necesitas, ellos te buscan, muy parecido a como la varita escoge al mago, y no al revés. Si hay algo que he aprendido en mis 15 años como lectora es eso, los libros te cambian y te marcan, y ese libro que tomaste por curiosidad y llevaste a casa, no fue casualidad. El espíritu del libro te llamó y eligió. Y los libros, entre más viejos, más sabios. Es por eso que cuando me pierdo un poco en la vida, voy a buscarme en los cementerios de libros, pues sé que alguno me dirá las palabras exactas para regresar.
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tualmente
campus
forma
parte
de la compañía de teatro de esta y sus intereses están en el ámbito cultural.
Vanessa Yaresli Priego
Despertamos. Comenzamos junto con la rutina ya aprendida desde hace años. Llega el momento de tomar nuestra mochila y salir al mundo. Aquí viene lo raro: la mochila se siente pesada y, por más raro que parezca, se nos hace tan normal que nuestra espalda duela al cargarla. Podríamos pensar que tenemos muchas cosas dentro o que simplemente son los años pasándonos la cuenta. Continuamos por la ciudad, con ese peso en nuestros hombros sin inmutarnos: ya no es importante, tenemos cosas mucho más importantes a las cuales ponerles atención. No lo sabemos, pero la carga de la mochila ya no es material. Día a día, en una gran ciudad o en un pequeño pueblo, la vida va por delante corriendo y nosotros, burdos espectadores de la misma, solo podemos guardar ciertos momentos o experiencias. La mochila está vacía al
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ENSAYO
Despertar
ENSAYO
nacer: nada nos pesa, llegamos a este mundo hambrientos de guardar fragmentos de este
VANESSA YARESLI PRIEGO
nuevo lugar al que llegamos. Pero el tiempo no es nuestro amigo. Crecemos y poco a poco esa mochila que cargamos diario para ir a la escuela se vuelve muchísimo más pesada. Ya no vamos con ilusión a ver a nuestros amigos, es más… muchos se han vuelto desconocidos. Tenemos certeza en algo: regresaremos a casa con nuestra mochila a cuestas. En este punto, sentimos el peso de la vida en nuestros hombros. Hay que escoger una carrera, una universidad y, muchas veces, irse a miles de kilómetros de casa. Tendremos una mochila, cierta y seguramente. Andaremos entre los pasillos de un nuevo edificio que promete formarnos para un futuro. La mochila ya está muy llena, pesa demasiado y nos empieza a doler más de lo común. Intentamos recordar en qué momento se volvió tan pesada pero es casi imposible. Su peso fue aumentando en silencio, con los pequeños pasos de un infante. La mochila nos aplasta, nos
Tabasqueña enamorada de la Ciudad de México. El amor a las letras ha estado conmigo por muchos años y lo descubrí gracias a mi mamá: mi
principal
inspiración
y
quien me ha motivado
a seguir mejorando. Estudio la carrera de Comunicación y poder escribir profesionalmente es mi principal aspiración.
sofoca y estorba. Ya no somos capaces de cambiar la mochila y todo se resume a dos opciones: matar o asesinar. Matar nuestra carga para poder respirar y sobrevivir o asesinar perdiéndonos en los recuerdos embriagantes que solo invitan a la tristeza, mas representan un dolor exquisito del cual casi ningún humano sale entero.
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RUTINAS Al final de una calle, en ese punto en el que se convierte en avenida, o más bien en ese punto donde la calle se introduce a la avenida principal, hay un poste negro, muy alto y con tres focos redondos. Cada foco tiene un color espe-
Es estudiante de comunicación de la Universidad Panamericana
campus
Ciudad de México. Nació en la capital, pero desde muy pequeña su familia se mudó a Querétaro y vivió ahí hasta finalizar la educación media superior. Abrió su mundo cuando decidió estudiar fuera de su zona de confort. Es apasionada de la literatura, en especial las novelas criminales y el cine. Su director favorito, Roman Polanski, ha influido en la forma en la que ve las artes y el mundo.
cífico; el rojo es el círculo de arriba, en medio sigue el amarillo y al final el verde. Los focos no prenden al mismo tiempo, llevan un orden mucho más complicado del que nos imaginamos; los intervalos de tiempo en que cada color toma brillo no son al azar, sino que están estrictamente coordinados. Cada color tiene un significado, y no es necesario decirlos, todos los conocen, aunque unos cuantos, sino es que la mayoría, le han cambiado el sentido a uno de esos colores, y en vez de ser “empieza a frenar”, ahora es “písale, porque no pasas”. Este poste alto y negro que está al final de la calle tiene una función sumamente importante para las personas, no solo es decoración, créanme; y aunque a veces maldigamos la hora en la que ese poste este ahí… ¡Alto! Dejemos de llamarlo con ese nombre tan vulgar, “poste negro”, pongámosle su nombre a las cosas, semáforo.
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ENSAYO
MARÍA JOSÉ GONZÁLEZ
ENSAYO
Las tremendas maldiciones que hacen las personas a los semáforos cuando hacen que el tráfico sea más lento, o cuando hay prisa y el color nada más no cambia, y entre otras muchas situaciones en las que, ahora sí merecía un nombre corriente, el semáforo interviene en nuestras vidas y nos detiene. Hablar de lo molesto y estorboso que puede llegar a ser este artefacto del orden vial, puede tomarnos días, semanas y meses. Nunca acabaría por contar cada una de las veces en las que el semáforo fue un fastidio. Pero lo que sí puedo decir con toda seguridad es que la vida diaria de un semáforo no es más que rutina, no son más que tres colores que cambian a la misma hora, al mismo minuto, al mismo segundo cada día. Su rutina no cambia, no varía y siempre se trata de lo mismo: Rojo, verde, amarillo, rojo, verde, amarillo y así consecutivamente por todo el tiempo que funcione. Para esta señal de transito no existe el día ni la noche. Un amanecer es lo mismo que un atardecer y un día lluvioso no se diferencia de un día soleado. Solo importa una cosa, funcionar correctamente para no crear caos. Esto es una afirmación interesante, ya que lo único que sale de nuestra boca con respecto a los semáforos son cosas negativas, pero en teoría deberíamos estar agradecidos porque gracias a estos, podemos circular con orden y cordura, pues todos regresamos un poco a nuestra parte salvaje cuando estamos al volante. A fin de cuentas, la situación de un semáforo se resume a una sola palabra, a un solo significado: RUTINA. No hay más, no se puede encontrar alguna salida a esa vida invariable del semáforo, tristemente está condenado a sufrir de monotonía, y de verdad que lo compadezco. No cualquiera diría “¡Yo!” a una tarea como esta. No creo que una llanta la pase mal, rodando por todos lados y siempre conociendo lugares nuevos. Tampoco creo que un poste con cables de luz se aburra, siempre tiene visitas, ya sean pájaros, ardillas, etc. Y fue con este pensamiento que llegué a darme cuenta cómo había estado martirizando a los semáforos y a su pobre vida rutinaria. Con esto no
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ENSAYO quiero decir que verdaderamente los pobres no vivan en una regularidad terrible, pero sí tienen algo con que entretenerse, hasta podría decir que es mucho mejor que lo que una llanta ve o de lo que los pájaros tienen que contarle al poste; los semáforos cada día, cada hora, cada cambio de luces, ven a alguien diferente, ven un coche nuevo parado esperando sus órdenes. En esa aburrida rutina de tres colores, ellos siempre ven algo diferente, nada de lo que los rodea es igual. En la mañana se encuentran al oficinista o, mejor dicho, al “godín”, atareado y cansado, y entonces la luz cambia a verde. Ahora se encuentran con la camioneta de una señora con sus cinco hijos preparados para la escuela y todos gritan y se pelean, y ahora vuelve a ser verde. En la tarde, las caras cambian y ahora es un joven que lleva en su coche un ramo de rosas, esperando a que la luz roja le dé permiso de ir a conquistar a alguien. Por la noche ya no importa si es rojo, amarillo o verde, el semáforo ha perdido su autoridad y solo pocos respetan las reglas, como ese señor, ya mayor, que va muy arreglado con su esposa. Eso no es rutina ¿o sí? Si entonces no los he convencido y siguen pensando que los semáforos viven en monotonía, entonces déjenme les cuento que para la tarde siguiente, el semáforo nunca volvió a ver a ese joven enamorado, y nada de lo que pasó lo volverá a ver igual.
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ENSAYO
Increíble pero cierto María José Hazar Es increíble que, a pesar de que sabemos que es necesario empezar a hacer algo por detener el cambio climático, son muy pocos los que realmente han hecho algo por detener el deterioro. Pareciera imposible que, aunque la ciencia ya haya comprobado que si no empezamos a cambiar nuestra forma de vida de manera inmediata las consecuencias en un futuro van a ser difíciles de afrontar, con todo y eso sigamos sin actuar. Sabemos que en los últimos años la temperatura ha incrementado 2%, que las especies se están extinguiendo, que con el derretimiento de los polos se mueren animales, se acaba el reflejo que el sol produce con la nieve y esto trae más calor y con esto se generan
enfermedades que surgen de bacterias del subsuelo, entre muchas cosas más. Es indescriptible la forma de ser de los humanos, hasta que no vemos que las cosas ya no tienen remedio o que están muy avanzadas, no actuamos. No sé si lo que necesitamos para realmente captar que es urgente actuar es empezar a tomar medidas drásticas, como suspender el suministro de agua dos veces por semana para que veamos lo que sería vivir sin esta; o que el camión de la basura no pasara en tres semanas a recogerla para que veamos todo lo que producimos y poco a poco empecemos a dejar de generar tantos desperdicios; o a aprender a reutilizar las cosas, estamos muy acostumbrados a utilizar las cosas una sola vez cuando podrían tener un periodo de vida mucho más prolongado. Por ejemplo, un shampoo en cuanto se acaba tiras el bote en la basura y compras otro, y así sucesivamente, cuando podríamos reutilizar el 22
empaque y solo comprar el contenido. está comprobado que tardan años en desintegrarse y que contaminan de manera impresionante; y a pesar de que crearon las bolsas de tela reutilizables seguimos utilizando las de plástico. También los platos y vasos de unicel, es otro material que tarda miles de años en desintegrarse y que además desde su producción es una fuente de contaminación y siguen permitiendo que lo produzcan, y peor aún, lo seguimos utilizando. Podría seguir con una lista de cosas que es frustrante saber que siguen pasando y que no vemos el impacto que están causando. Por otra parte, hay que dejar de ser egoístas y pensar en las generaciones futuras, qué le quieres dejar a tus hijos, nietos, qué quieres vivir en unos 20 años, ¿te gustaría saber que la nieve desapareció y que hay especies que ya no existen? O tener que vivir conectado a un tanque de oxígeno porque es tal la contaminación que sin él no puedes respirar. Piénsalo, las acciones que tomamos hoy dictan lo que queremos en el futuro. Una buena forma de contribuir al planeta es empezando desde el ser individual. Si cada uno de nosotros empieza con pequeñas acciones que transformen y generen un cambio, poco a poco el impacto ya no va a ser en lo micro sino en lo macro. Además nos encanta imitar, hacer lo que hacen los demás para no quedarnos fuera de lo que todo el mundo habla. Haz que las personas hablen del cambio que estás haciendo para que ellos también quieran ser parte de él. MARÍA JOSÉ HAZAR Estoy en tercer semestre de Comunicación en la Universidad Panamericana. Me gusta mucho hacer yoga y leer. También me encanta la ecología, me gustaría tener una tienda de esto.
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ENSAYO
Otro claro ejemplo son las bolsas de plástico que nos dan en el supermercado,
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A la mesa: bocadillos de realidad
Será una cuestión meramente mexicana o pasará en otros lugares del mundo: sentarse a comer y seguir hablando de comida. Empezamos a conversar sobre lo evidente, lo que está ahí frente de ti. ¿Qué le pusiste a esto? ¿Cómo cocinaste aquello? Yo tengo la misma receta, pero nunca me queda así de bueno. Nos sentamos con familiares y con amigos. Entre los palillos de botana se ensartan quesos, aceitunas, las noticias más cercanas; la escuela, el trabajo, los vecinos y el nuevo poli. Con los totopos se pescan frijoles con chorizo, cinco diferentes “deeps” preparados y viejas historias. Si bien nuestra cocina es de las mejores en el mundo, gracias a una mezcla culinaria entre nuestros colonizadores españoles, sus vecinos franceses y nuestras tradiciones indígenas, no pasó lo mismo con la política. Durante el Porfiriato se tomó como modelo político el esquema francés. Hablamos del siglo XIX, donde Francia, en realidad, no ocupaba el primer puesto en organización política, sino que iba por debajo de Inglaterra, la cabeza de la vanguardia. Para Samuel Ramos, en El perfil del hombre y la cultura en 24
México, el pasado histórico de nuestro
ENSAYO
país es donde radica el principio de un
Aranxa Márquez
sentimiento de inferioridad ante los extranjeros. Al intentar llenar los vacíos, estragos de un complejo de subordinación, resultaron políticas públicas inadaptables a la realidad mexicana y en exquisitas mezclas gourmet. Similar a un chile en nogada, una combinación dulce, crujiente, grasosa y amarga. Hablar de política y seguir obteniendo los mismos resultados. Los problemas de siempre parecen encontrarse frente a nosotros como el salero en la mesa; los discutimos arduamente con un tequila en mano, con camarones al ajo y habanero, el taco de cada día y, aun así, nos esmeramos en tratar de desmenuzar los conflictos nacionales como si no pudiéramos resolver las verdaderas fallas de origen que están en nosotros cambiar, ingerir y digerir de una buena vez. Quitar ese salero para cuidar la presión arterial. ¿Por qué será que mientras comemos hablamos de comida? ¿No nos sentimos satisfechos con lo que espera en nuestro plato? ¿Nos hemos llenado de la botana noticiosa y nos hace falta espacio para el plato fuerte? Se charla sobre
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(Ciudad de México, 15 de junio de 1995). Amante de los idiomas, el ballet, el cine y el deporte, al escribir a Aranxa le gusta revelar los destellos de la vida cotidiana en sus textos. Está interesada en las diferencias culturales que hacen a las sociedades tan particulares y por lo mismo también le gusta la sociología. Hace un año descubrió la pasión por la fotografía como un medio más de expresión y está llevando a cabo diversos proyectos. Dentro de sus libros favoritos se encuentran El beso de la mujer araña de Manuel Puig y La región más transparente de Carlos Fuentes.
Actualmente
estudia
la
licenciatura de Comunicación en la Universidad Panamericana.
ENSAYO
lo
exquisita que es la comida
y lo mala que es la política. Se recuerdan anécdotas agridulces; pero seguir hablando de comida mientras comes es como quien ya está en la alberca y se quiere mojar la cabeza, mas en vez de hundirse se echa agua con las manos. Se toma su tiempo para empaparse por completo, por miedo al impacto brutal del agua. Es más sencillo hablar de comida inexistente que contar que a uno también le ha tocado dar mordida. Es el colmo que incluso mientras estamos degustando las especialidades de la casa, recordemos comilonas anteriores hasta con nostalgia; programas de cocina que vimos recientemente, los nuevos videos de Tasty, el dólar a 12 pesos. Inevitablemente también se termina hablando de política, pero, como nos cuestiona el alemán
Friedrich
Nietzsche en la obra Michel Onfray: “¿Qué dosis de verdad puede soportar el hombre?” ¿Resistimos comer un pedazo más de carne o mejor dejar espacio para el postre? Dulce consuelo que aplaca la glotonería por la cuajada verdad, chongos zamoranos que rechinan al masticarse. Frente a la crítica, independientemente
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de quién la reciba, si tu familia, tu vecio el gobierno, hay una frase, aunque suene cliché, que es lamentable para todos nosotros: la verdad no peca, pero bien que incomoda. El problema es que muchas veces no distinguimos cuándo algo debe hacerse o no. Sopear las conchas en el café o no; hablar de religión o no; usar las manos para comerse unas gorditas o no; pasarse el alto o no; dar mordida al pastel/poli o no; limpiar el plato con un trozo de pan o no: “Esto no se hace, eh, pero estamos en confianza”. Aceptar el origen de las cosas es dar el primer paso a la verdad, para revolver la superficie de los problemas, disol- ver posibles soluciones y lograr un buen café. Soberbio, amargo y bueno solo si se toma en caliente; efectivo para despertar y aguantar salir de una confortable cama a la fría mañana. A menudo, por seguir hablando de comida (mientras comemos), dejamos enfriar las cosas, y no saborear los hechos, en caliente, como son en
realidad puede
provocar indigestión.
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ENSAYO
no, la tienda de la esquina, la delegación
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CUENTO
El caballo Había mucho trabajo en la granja, el invierno se acercaba y todavía quedaban muchas labores por hacer. El dueño del terreno, heredado de su padre, había sabido hacer un buen trabajo con él. Junto con su esposa y su pequeño hijo, que ayudaban arduamente, habían hecho crecer la granja al doble desde que la recibieron. El señor ya estaba viejo, tenía dolor en las rodillas, le costaba trabajo respido unas ratas, como él los llamaba, habían entrado a robar la granja. Desde entonces, siempre cargaba consigo una escopeta. El ojo restante ya estaba muy gastado, por lo que apenas funcionaba. Sin embargo, seguía trabajando, tenía una familia que mantener. Cierta mañana de un jueves, la señora tuvo que dejar la granja para ir a visitar a sus hermanas que vivían en un pueblo cercano. Dejó a su esposo encargado del niño y les prometió a ambos regresar a la hora de la comida. Después del desayuno, el señor decidió tomarse un tiempo para descansar, así que comenzó a leerle un cuento a su hijo. Al ver que el niño no lo estaba disfrutando, se dio por vencido, lo mandó a jugar, y regresó a su rutina de trabajo. En el establo, comenzó a ordeñar una vaca, pero no cualquier vaca, era su favorita, había sido el regalo de un amigo muy cercano, nunca se enfermaba y era la vaca que más leche producía. Ya estaba terminando de sacarle toda la leche, cuando apareció un caballo corriendo a toda velocidad, descontrolado y golpeando a la vaca en la cabeza, al mismo tiempo que esta al señor, dejándolo en el suelo. El caballo siguió de largo y el señor quedó tendido en el suelo. Furioso, se arrastró hasta alcanzar su escopeta, intentó levantarse pero no lo logró por completo, terminó hincado con una rodilla apoyada en el piso. Sosteniendo el arma entre sus manos, apuntó y disparó. A lo lejos vio como un bulto dejaba de brincar para quedarse quieto y luego caer al suelo. 29
CUENTO
rar y solo tenía un ojo. El otro lo había perdido hace ya varios años, cuan-
El caballo era uno de los suyos, pero estaba tan furioso que pensó que se lo merecía. La agitación y el sentimiento de ira persistían, así que llamó a su hijo a gritos para que viniera a ayudarlo. Pero el pequeño no hizo caso y siguió jugando. Ni siquiera se molestó en ir a ver al caballo, pues estaba muy lejos y no le veía caso, pensaba que una vez que llegara su esposa, verían qué hacer con el cuerpo. La leche estaba derramada, y todo su trabajo desperdiciado, por lo que, molesto, fue a atender otras labores. Fue a visitar a las gallinas,
CUENTO
llamó a su hijo para que lo ayudara. Pero el pequeño no hizo caso y siguió jugando. Malcriado, pensaba el señor, se le da todo, comida, hogar, educación, y aun así no se le da la gana de venir a ayudarme. El señor, de mala gana, continuó haciendo las labores del día, y ya no se molestó en invitar a su hijo a ayudarlo, pues sabía que obtendría la misma respuesta que en los casos anteriores. Finalmente, exhausto, el señor decidió que ya era hora de comer, y llamó a su hijo para que entrara a la casa. Pero el pequeño no hizo caso y siguió jugando. Realmente molesto, el señor tuvo que chiflarle para llamar su atención y ordenarle que entrara a la casa, y solo así logró hacerlo entrar. El señor preparó la comida y ambos se sentaron a esperar a su esposa, que había prometido llegar a la hora de comer. Silenciosos, esperaban. Finalmente, la esposa llegó. Entró y el señor la saludó. Ella no respondió, se quedó parada en la entrada, boquiabierta. Después de unos segundos comenzó a gritar. Al entrar se había encontrado con su esposo y un caballo, esperándola para comer.
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LUIS DANIEL GUERRA Estudiante de Comunicación de la Universidad Panamericana (Ciudad de México), originario de Monterrey, Nuevo León. Es fanático de la fotografía y tiene intereses en ámbitos artísticos como la producción de videos musicales y la cinematografía.
CUENTO
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La aventura de Mateo Mario Pacheco Se abrieron las puertas y Mateo dio un paso al frente. Era un día como cualquier otro, regresaba de su caminata diaria la cual usaba para reflexionar y respirar un poco de aire fresco porque pasaba mucho tiempo en casa. Mateo siguió una serie de pasos que para él ya se habían convertido
CUENTO
en algo cotidiano, por lo que después de que se abrieron las puertas se dispuso a llevar acabo su bien ensayada rutina. Dio una vuelta de noventa grados hacia la derecha y caminó exactamente veintidós pasos, se detuvo y por último avanzó diez pasos. Mateo había llegado a su destino y sabía bien como ubicarlo porque después de girar a la izquierda había aprendido que tenía que pasar por una puerta café antes de llegar a su hogar, que era la segunda puerta del lado derecho. Levantó la cabeza, llamó a la puerta y esperó. Normalmente la puerta tardaba alrededor de unos cinco segundos en abrirse pero esta vez pasó más tiempo. Mateo no estaba seguro de cuánto tiempo había pasado, obviamente habían sido más de cinco segundo pero de algo sí estaba seguro. Nadie abriría la puerta. Estaba tan acostumbrado a su rutina diaria de las seis de la tarde que no podía creer que se hubiera equivocado. Se encontraba en el lugar incorrecto, seguramente alejado por muchísimos kilómetros de su hogar. Trató de recordar cada cosa que hizo desde que Samantha pasó por él. Samantha recoge a Mateo todos los días, excepto los domingos, a las seis de la tarde. Después van juntos al parque durante unos veinte minutos y luego regresan. Al llegar al hogar de Mateo, Samantha se queda afuera del edificio y deja que Mateo suba solo hasta el departamento 301-B. Algo un poco extraño pero los dos están acostumbrados a esta rutina. El problema es que Samantha entra a trabajar a las siete de la tarde, por lo cual no tiene mucho 32
CUENTO
tiempo de acompañar a Mateo hasta el departamento. Mateo terminó de recordar lo que había hecho y no encontró algún error o algún cambio en su rutina. Entonces, ¿cómo fue que se alejó tanto de su hogar? Sin duda, el lugar en donde estaba era demasiado similar a su casa. Y esto es obvio, los pasillos de los edificios siempre lucen igual, así sea el 33
primer piso o el piso veinticuatro. Un dato muy común pero que Mateo desconocía. ¿Cómo iba a saber eso si nunca había visitado los demás pisos de su edificio? Entonces, Mateo no se encontraba lejos de su departamento y sabemos que está perdido en su propio edificio, simplemente se equivocó de piso por lo que no debe ser difícil encontrar su casa. Sin embargo, para llegar a esta deducción se requiere de una reflexión detenida y Mateo se encontraba tan nervioso que no había descubierto en qué parte del mundo estaba
CUENTO
vagando. Así que decidió regresar por donde había llegado para pedir ayuda.
Mientras caminaba por los pasillos que ya había recorrido sintió una clase de dolor en su estómago. Se preocupó por unos instantes pero se tranquilizó al darse cuenta que solamente estaba hambriento. La caminata lo había dejado exhausto, además también moría de sed. Estos pensamientos inundaron su cabeza y se imaginó un plato lleno de comida para él solo. Se visualizaba devorando el plato entero en dos segundos. Trató de 34
enfocarse en lo que estaba haciendo y dejar a un lado sus sueños, cuando dejó de pensar en comida, se dio cuenta que ya había caminado demasiado y ahora estaba más perdido que antes. Se olvidó del camino por el que llegó. Ahora nunca podría regresar a la entrada para pedir ayuda. Ahora se moriría de hambre y no volvería a ver a su familia. Mateo no pudo controlarse y comenzó a llorar, trataba de abrir su boca para emitir algún tipo de sonido, pero no podía. Estaba solo, preocupado, hambriento y deprimido. No sabía qué hacer así que se acostó en el suelo para descansar. Pero repentinamente le llegó un impulpis a mitad del pasillo. Un problema más a su vida llena de miseria. Bueno, Mateo estaba exagerando, su vida no había terminado, seguramente algún vecino lo encontraría en poco tiempo y lo llevaría con Rogelio, el portero del edificio, para que lo entregara a su familia. Sin embargo, Mateo no era capaz de pensar en eso, estaba demasiado triste. Él estaba pensando en la vida que llevó, la disfrutó mucho y sin duda extrañaría mucho a Samantha, la única persona que lo llevaba al parque. De pronto, mientras recordaba todos los momentos que vivió, le llegó a la memoria lo que había pasado después de que Samantha lo dejara en la entrada del edificio. Como todos los días, Rogelio lo saludó y le abrió la puerta del cuarto mágico. Era el cuarto en el que Mateo tenía que esperar antes de llegar a su hogar. El funcionamiento de este cuarto es sencillo, Mateo entra, Rogelio aprieta un botón y después se sale, las puertas se cierran y Mateo espera unos segundos. Después se abren las puertas pero no llevan a la entrada del edifico, sino al pasillo donde esta su departamento. O sea un elevador, pero qué va a saber Mateo de esto, él solo sabe que debe esperar ahí para llegar a su hogar. Mientras seguía pensando en lo que pasó después de llegar al edificio escuchó unos ruidos. Levantó la cara rápidamente y vio que Rogelio se
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CUENTO
so de hacer pipí. Era tan fuerte que no pudo aguantarse. Se había hecho
acercaba a él. Mateo se paró MARIO PACHECO
en un segundo y corrió hacia donde se encontraba el portero del edificio. Rogelio lo levantó en sus brazos y le dijo: una disculpa amiguito, cometí un error. Mateo le lamió la cara y movió su cola con entusiasmo.
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Después Rogelio lo llevó a su casa y le comentó a la señora Gómez lo que había sucedido. Cuando Samantha dejó a Mateo en la entrada, Rogelio lo acompañó al elevador pero sin querer apretó un botón equivocado por lo que Mateo terminó en otro piso del edificio. Lo triste de la aventura del pobre Mateo es que él seguirá tratando de averiguar cómo fue que el elevador lo llevó a un lugar desconocido en vez de llevarlo a casa.
Nació en la Ciudad de México el 19 de mayo del año 1996. Siempre ha tenido afecto por el arte y un interés especial por la literatura, así como por la música. Aficionado de las novelas y cuentos con un toque de fantasía. Le interesa expresar temas melancólicos, cómicos y utiliza muchos animales como personajes. Se ha dedicado a la escritura de una forma muy libre e intermitente. Recibió el primer lugar en el concurso de sonetos de la Preparatoria Tomás Alva Edison y ha escrito reseñas musicales de manera independiente.
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CUENTO
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Ellos
CUENTO
Marco Antonio Rocha
“Desde sus primeros años ha sabido tener y mantener un orden en todo. Es como algo nato. Se caracteriza por ser detallista, pero elegante; le da color a todo aquello que genera, incluso cuando los días se tornan grises y lluviosos, ella tiene la manera de hacerte sonreír.”
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Él nació primero, sin duda. Ella arribó a la vida poco después. Es irrelevante la precisión de ambos sucesos. Lo que ahora pondera es cómo han estado juntos desde hace mucho tiempo, y todo lo que eso les ha conllevado. Esto es más que un cuento, pero menos que una historia. Buena o mala, será decisión de quien se atreva a leerla, mas no habrá persona que lo haga y no se sorprenda. Él prácticamente fue un milagro desde su origen. Cualquiera creería que tiene la suficiente experiencia para saber quién es, dónde está y hacia dónde va, pero la verdad es que es difícil aseverarlo con exactitud, ya que a muchos para que comentan los mismos, lo cual es posible que le dé una parte de culpa. Ella es, caray, casi perfecta. Desde sus primeros años ha sabido tener y
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CUENTO
de alguna manera no ha cometido errores, pero sí le ha otorgado espacio
CUENTO
mantener un orden en todo. Es
y aunque llegó sin retardo, simple-
como algo nato. Se caracteriza por
mente desconocía que metros a-
ser detallista, pero elegante; le da
delante a alguien había flechado, y
color a todo aquello que genera,
eso él no lo olvidaría. Fue entonces
incluso cuando los días se tor-
que pasaron tantas horas que el día
nan grises y lluviosos, ella tiene
se hizo noche, y antes de abordar
la manera de hacerte sonreír. Don
su coche, una flor interrumpió su
que nadie tiene y que la hace muy
camino, una nota a lado que decía
especial.
“eres mi destino”, le hicieron son-
Tan intenso es él, que casi cimbra
reír y simplemente seguir, pues el
el piso con cada paso que da. No
autor era desconocido.
hay momento en el cual algo no se
Pocos días después, él como perfec-
convierta en su aventura, y es que
to reloj se postró en el mismo lugar
parece ser que no le teme a nada.
y a la misma hora que la primera
Así un día normal, él tan fuerte y
vez donde sus ojos se iluminaron
tan valiente, no pudo ver a pros-
al verla pasar. Tras esperar más
pectiva lo que había de suceder,
de lo normal, de pronto y entre la
pues un giro de 180º en su vida es-
multitud surgió ella, tan flamante
taba a tan solo unos pasos cuando
y bella, que de inmediato la reco-
con tres décadas de edad miró a lo
noció y con osadía fue en busca de
lejos a esa mujer que le arrancó de
su encuentro, y aunque no parecía
tajo gran parte de su corazón y de
el mejor momento, cuando su cora-
su mente, aun sin saber que en ella
zón lo llamó a hacerlo, nada había
él no estaba presente, sabía que su
que pudiera detenerlo.
destino era encontrarla.
De pronto, a ella se acercó él, y sin
Ella caminaba ese mismo día nor-
ningún plan no pudo más que son-
mal, cinco lustros en perfecta sin-
rojarse cuando él de nuevo una
tonía la hacían ver cual monu-
flor le regalaba, recordándole que
mento artístico que te dejaba sin
había sido quien anteriormente con
aliento. Su destino era su trabajo,
un detalle igual buscaba cortejarla.
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Fue así que educadamente ella tomó la flor y se fue, pues era lo que establecía el manual de una dama, que aunque emocionada, tenía que esperar aquella invitación que pasos después escuchó como grito: “¿Quieres salir conmigo?”, él dijo. Aun la Biblia dice que te vuelves una sola carne con aquella persona que está destinada para ti; esto pudiera parecer una simple metáfora si lo piensas. Algo gracioso si lo analizas. Pero, en ciertos aspectos, algo real si tienes la dicha de poderlo vivir. Así pasó con ellos. El trabajo para él no es ningún impedimento, debido a que sabe bien sus como prioridad. Es su primer y último pensamiento cada día. Por las mañanas mueve cielo y mar para que ella amanezca con una sonrisa. Curioso que alguien como él sea así de atento, pero así ha podido mantener todo tan fresco como pasó desde la primera vez que se encontraron. Ocupada, pero apasionada, así es ella. Tan valiente como sabia, no le teme a nada. Sabe luchar contra viento y marea si es necesario para que nada
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CUENTO
responsabilidades, mas no por eso deja de atenderla y procurarla. La tiene
se le vaya de las manos; justo como lo hace con aquel amor que él le tiene, tan puro
MARCO ANTONIO ROCHA
que le resulta irresistible, como si cada instante eso que siente se maximizara hasta
CUENTO
el infinito. Romántico parece, pero nunca perece.
El cuento titulado ‹Ellos› representa
Quién haya seducido a quién es lo de
un paisaje literario abstracto que
menos. De cierta forma parecería irreme-
te invita a ser testigo de diversas
diable su unión en algún momento. No hay
situaciones que vive una pareja,
forma de comprobar que ella logró atra-
que pueden ser propias o ajenas,
par su atención, o que él la cautivo con sus
pero
cualidades, aunque ambas cosas pudieron
detalles
haber sucedido al compás que iban acer-
querer saber más de ellos, ya que
cándose y conociéndose poco a poco. Ese
aun en estos tiempos donde todo
juego tan sutil que se sirve del cortejo para
se ha devaluado, incluyendo el
entrar a la mente de los participantes sin
amor, podemos soñar con la idea
que muchas veces ellos se den cuenta. To-
romántica y casi utópica de que
dos lo hemos vivido, pero es probable que
mientras exista este sentimiento, y
en nada se parezca a lo que estos dos han
éste se nutra, todo puede ser posible
podido experimentar. Esto es más que un cuento, pero menos que una historia. Y aunque goza de veracidad, carecerá de ciertos detalles por los sucesos que a veces es mejor omitir. Imagina lo que viene…
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siempre que
tomando te
sutiles
introducen
a
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CUENTO
Revista del Seminario de Géneros Literarios
Invitados: Memo Bautista · Ilse Segura Despertar un ensayo de Vanessa Yaresli El fútbol es nuestro una crónica de Rodrigo Hernández
Número 4 · Febrero 2017
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Doña Lina y el secreto de los buñuelos de nopal Lo más probable es que aquella abuelita nunca había comido los buñuelos de nopal y en medio de su paseo por el centro de San Pedro Atocpan, en el sur de la Ciudad de México, la curiosidad la condujo al puesto de doña Lina, en la esquina que hacen Tláloc y Miguel Hidalgo, en el estacionamiento de un restaurante de mole. Doña Lina jamás había visto a la anciana, no sabía si era del pueblo o de alguna comunidad cercana. Cuando la mujer estuvo frente al negocio ambulante miró los discos crujientes color verde y respiro el aroma dulzón de la miel de piloncillo. Entonces se sentó a un lado de la vendedora. —Dame un buñuelito, hija.
CRÓNICA
Doña Lina obedeció. La abuelita sostuvo el buñuelo, lo bañó con un poco de miel, cortó un trozo y lo llevó a su boca. No lo saboreaba; lo degustaba. MEMO BAUTISTA Guillermo Alfonso Bautista Vázquez, Ciudad de México, 2 de noviembre de 1976. Periodista, cronista y productor de radio. Es licenciado en comunicación social por la UAM-Xochimilco y estudió el Posgrado en Medios para la Difusión del Patrimonio en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí en La Habana, Cuba. Desde hace 13 años colabora en medios impresos, web y radio. Ha sido premiado por la UNAM y el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (2015), la 10a Bienal Internacional de Radio (2014) y el Centro Cultural de España y el IMER (2006). Sus crónicas han sido traducidas al inglés, italiano y neerlandés y está incluido en el libro “La crónica como antídoto: narraciones desde Tlatelolco” (UNAM, 2015).
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Tal vez quería saber si eran tan buenos como los que ella preparaba. —Qué ricos están tus buñuelos, la verdad —Lina esbozó una sonrisa—, pero te falta un toque. Ese toquecito te lo voy a dar. La abuelita se acercó a la vendedora y le dijo qué debía hacer para que sus buñuelos quedaran perfectos. Lina y sus hijos guardan celosos desde hace 15 años ese secreto, el toquecito que hace que sus exóticos buñuelos de nopal permanezcan frescos y crujientes por casi un mes. La receta de los buñuelos la trajeron los españoles a América y se adecuó a los ingredientes de cada región. Por lo general, en México se consumen dulces, aunque en lugares como Veracruz se rellenan con jaiba. Resultan de la mezcla obtenida con harina de trigo, huevo, manteca de cerdo, agua de cáscara de tomate o con tequesquite —la sal mineral consumida en México desde la época prehispánica— para que fermente la masa que luego de reposar por un tiempo queda un tanto chiclosa. Después se elaboran pequeñas bolas entre las manos que hay que estirar hasta formar una rueda. De ahí pasan al sartén con aceite hirviendo para freírlos hasta que queden crujientes. Una espolvoreada de azúcar les da el toque final se prepara con piloncillo o el almibar de alguna fruta, como la guayaba o el tejocote. Nada más que Lina fue un poco más allá. Milpa Alta, la delegación donde vive, es la gran productora de nopal en el Distrito Federal pues entrega al año 400 mil toneladas. O sea “hay para aventar pa´rriba” como dice la frase. Hace unos 30 años, durante la segunda feria del nopal en Milpa Alta, Lina hizo por primera vez los buñuelos con esta cactácea que alguna vez fue llamada el oro verde de aquel lugar. Decidió intentarlo. Si era una feria del nopal los buñuelos tenían que llevar ese ingrediente, qué tan difícil podría ser. Cuando molió el nopal crudo salió un líquido baboso, espeso. Lo agregó a la masa para los buñuelos. La mezcla se hizo pesada,
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CRÓNICA
una vez que escurre el exceso, aunque es mejor bañarlos en el jarabe que
le costó trabajo estirarla para formar los discos. Luego de sumergirlos en el aceite, los buñuelos se encogieron y salieron muy gruesos, otros incluso se rompieron cuando sus hijos le ayudaron a trasladarlos para la venta. Doña Lina ya había invertido, no podía darse el lujo perder dinero y tirar la producción. Se instaló a un lado del mercado, donde estaba la feria, y destapó su tina. Sentía tristeza, estaba segura que no vendería nada. —¿Qué son? —se acercó una señora. —Son buñuelos de nopal. Pero pruébelos —animó Lina a su primera clienta y vio expectante el rostro de la mujer mientras masticaba.
CRÓNICA
—Oiga, qué rico está esto. ¡Oigan! —gritó la mujer mientras levantaba la
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manos para llamar la atención de sus acompañantes— vengan a probar los buñuelos de nopal. En un par de horas Lina terminó la producción de ese día. Pero tenía que sacarse la espina. Debía corregir la receta. Al siguiente fin de semana salió a vender una versión superior de sus buñuelos. Si podía dominar al nopal también podía hacer lo mismo con otros ingredientes. Así que comenzó a experimentar. —Desde esa vez empecé. Después seguí con el de amaranto, luego el de guayaba, el de elote, el de fresa. Así fui metiendo y quitando varios sabores —me dice con entusiasmo la mujer mientras arma en una bolsa de plástico un paquete de cinco buñuelos de diferentes sabores—. Y cuando venía la feria del mole metía yo buñuelos de mole verde, mole rojo, de adobo y de pipián. Y quedaban ricos. De pulque, también. Y pensar que a doña Lina hasta el agua tibia se le quemaba. Durante su infancia y adolescencia no hizo otra cosa que estudiar y estar en su casa. Nada más. Apolonia, su mamá, siempre fue comerciante. Vendía pollo. Era una señora muy trabajadora, luchona, como les dicen a la mujeres rar algún platillo. A cambio le daba a sus hijos todo lo que necesitaban y contrató a una señora para que lavara e hiciera todas las tareas del hogar. Lina Guadalupe González Monroy estudiaba enfermería, más a fuerza que por gusto. De hecho, cuando terminó la carrera técnica entregó el título a su mamá. No quería ejercer. En cuanto cumplió 18 años se fue a vivir con el novio y al poco tiempo ya esperaba a su primera hija. Debía aprender a cocinar. No quería decirle a la gente que le enseñara; el orgullo y la pena le ganaban. Entonces comenzó a mirar los guisados que servía doña Leonor, una de sus vecinas. Después iba al mercado a comprar los ingredientes para tratar de reproducirlos. A veces le salía el guiso y hasta le quedaba sabroso; en otras ocasiones resultaba un platillo no tan agradable que comía porque no había que desperdiciar.
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CRÓNICA
tenaces. No tenía tiempo de jalar a la cocina a su hija y enseñarle a prepa-
Cuando nació su primera hija los gastos aumentaron y Lina tuvo que buscar trabajo. Lo encontró en un hospital, sin embargo, se necesita sangre fría para enfrentar el sufrimiento de un enfermo y ella no la tenía. La comida entonces se convirtió en una opción para solventar gastos. —Así empecé a inventar comidas. Con la necesidad de sacar adelante a mis hijos inventé muchas cosas. Ahora hago pasteles de chayote con amaranto, pasteles de verdura: zanahoria, elote con espinaca, huevo y se vende en rebanadas. Y así, por darles una buena alimentación a mis hijos, de ahí salía para ir vendiendo —dice Lina que señala los platillos si están en su mesa—. Hago cazueladas, hacemos dulces cristalizados, las conservas. Como ahorita, en tiempo de pera, en tiempo de ciruela, en tiempo de todo hago mermelada porque en la casa tengo arbolitos frutales; lo que ya está maduro si no se vende lo aprovecho. A la elaboración de buñuelos llegó gracias a su mamá. Doña Apolonia se casó con Antonio, un repostero que hacía cientos de estos discos crujientes para que ella vendiera en el mercado. Lina comenzó también a ofrecerlos.
CRÓNICA
Como no los sabía hacer se los compraba al repostero en 20 centavos y los daba en 25, pero no le convenía, sacaba muy poco y para entonces se había separado del marido —que buscaba variedad, me confiesa Lina entre carcajadas— y tenía que mantener a cuatro hijos. Pidió a Antonio que le enseñara a hacer buñuelos. El hombre accedió, pero nunca le dijo cuándo comenzarían. La mujer insistió un par de veces pero como no veía acción volvió a su método de observación en los puestos de feria donde venden los buñuelos gigantes, de unos 20 centímetros de diámetro. —Yo dije: “pues si no es tan difícil” y los comencé a hacer. Entonces les puse otros ingredientes. A veces me quedaban más gorditos. Pero las personas mayores me decían “es que luego ya no puedo remoler”, y yo pensaba que tenia que haber una manera de hacerlos mejor. Doña Lina tiene una voz clara, amable. Sabe que es la única en Milpa Alta y tal vez en toda la Ciudad de México que hace buñuelos de nopal y otros
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sabores naturales. Luego que ella comenzó a venderlos no tardó en llegar la competencia. Pero nadie se ha mantenido más que ella. —En un tiempo muchos empezaron a sacar cuando lo vieron. Pero no dura, porque el buñuelo de nopal llevando el nopal se conserva. Si no, no sale igual. Por ejemplo, los grandotes. Al momento se lo come y está muy rico, pero si se guarda ese buñuelo, se enfría y para el otro día ya no está igual, cambia el sabor, está hasta como amargocito porque es vil harina. Un buñuelo que lleva nuez, que lleva amaranto, que lleva nopal conserva el sabor de la fruta. Yo le digo a mis clientas que hagan su prueba. Pongan un montoncito de harina, pónganle el puro colorante. Háganla y verán como queda. Ahora a esa misma harinita pónganle un poco de amaranto o un nopal molido y verán como va a cambiar la consistencia de esa masa. La harina va a cambiar el sabor. El puesto de Doña Lina es un festival dulce para el olfato y para la vista. Tiene una gama de color beige para los buñuelos de anís, nuez, amaranto y guayaba; el tono caramelo de las mieles; el rosa, blanco y naranja de la pepitorias y otros dulces típicos que vende; el rojo de la lona con la que del frío. Pero el protagonista es el verde de los buñuelos de nopal. —Pruébalos —me dice con un gesto de quién sabe conquistar por el estómago. Me acerca una charola donde hay trozos crujientes. Han de estar muy buenos porque las abejas no hacen el intento por alejarse—. Ponle su miel. Es auténtica miel de piloncillo. Lleva su canela, lleva su jugo de limón para que no haga daño tanto dulce y no esté empalagosa. Se alcanzan a ver algunos trozos, como fibras, del nopal. Está crujiente. Le agrego la miel y me lo como. El sabor a nopal es muy sutil, como el olor a hierba, pero se mezcla muy bien con el piloncillo, el aceite y la masa fermentada. La boca no queda con sensación grasosa. Como otro pedazo para seguir disfrutando el sabor. Un señor interrumpe. Salió del restaurante frente al que vende Lina. Aca-
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CRÓNICA
cubre su negocio de la lluvia; el azul celeste de su suéter que la protege
ba de comer mole y trae antojo de un postre, algo dulce y auténtico de la
CRÓNICA
zona rural del Distrito Federal. Se le antoja un buñuelo, a siete la pieza o el paquete surtido de 5 buñuelos y su miel en 30 pesos. Pero duda. —Y no tiene conservadores. Todo natural. Yo se los garantizo —dice muy segura de sí doña Lina—. Lleve su bolsita, saque uno. Si no se los termina tapa la bolsa y ya. Nomás le recomiendo que no les pegue el sol; por el plástico, se humedecen. De ahí en fuera, la tiene en su cocina, tapadita, va sacando su buñuelito y no se le arrancia. No le vaya a pasar lo de otra clienta que me dijo: “¿Qué cree? Que yo pensé que ya no servían porque se me olvidaron y los tiré”. Haga la prueba. Llévese unos y déjelos un mes; los va a encontrar crujientes, doraditos, ricos. No se le arrancian. Claro, si usted pone la bolsa y está en el rayazo del sol, no se lo garantizo, por el plástico. Así el buñuelo, conservado, en la sombra y todo, le dura más de un mes. Yo se los recomiendo. Si se le echan a perder yo le regreso su dinero o le doy otros buñuelos.
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La tina tiene unos 170 buñuelos. Doña Lina trata de meter para su elaboración la mejor harina, que no venga muy tierna porque salen muy delgados y es muy difícil extender el buñuelo. Luego de un día de venta llega a su casa a las ocho o nueve de la noche, prepara los ingredientes para su producción. Bate entre siete y ocho kilos de harina y por cada uno salen entre 40 y 45 buñuelos. Termina como a las tres o cuatro de la mañana. Cuando se preparaba para la feria del nopal o la del mole trabajaba un bulto de 45 kilos por cada sabor. De ahí salían como cinco mil buñuelos por costal. La labor más importante está precisamente en el batido. A veces contrata a algunas personas para que la ayuden, pero sólo ella y sus hijos baten la masa. Ahí está el secreto que le dejó la abuelita. —No dejamos que nadie más lo haga. Nos ayudan a bolear, a cocer. En donde yo no permito es en mi batido. Porque el secreto que yo recibí de una abuelita va a beneficiar a mis hijos y a mí. A lo mejor es un poco egoísta pero yo prefiero conservarlo. ¿Por qué? Hay muchos que sacan que un premio por sus comidas, que esto, que vengan. Y entonces uno saca y receta y ya se llevó el triunfo. Entonces yo me quedo con mi secreto para mis hijos, para mis nietos, para toda mi descendencia. De pronto observo bien a doña Lina. Su cabello blanco contrasta con su piel morena. Ella le ha quitado lo común a los buñuelos y los ha llenado de misticismo. Me mira y sonríe. Su rostro es el de esos seres humanos que en la sencillez han encontrado la sabiduría. Cada que recuerda a la anciana que un día probó sus buñuelos se llena de agradecimiento. Ella le dio algo más valioso que el dinero: le dio el don de la conservación de los alimentos. —Me lo dijo la abuelita: “Guárdalo, hija, eso vale más que todo”. Y he comprobado que sí.
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CRÓNICA
gana el premio. ¿Y qué pasa? Agarra una empresa y saca esa comida con la
Don Casi miro
“La mayoría del tiempo se dirigen hacia la ventana del lugar para ver qué pasa por las calles. Estos ojos se rodean por el resultado de muchas noches sin dormir”
Juan Pablo Gutiérrez Hace unos años me dedicaba a trabajar en un restaurante, Morena Mía. El lugar está ubicado en Extremadura número 160, en la colonia Insurgen-
CRÓNICA
tes Mixcoac a dos cuadras de Patriotismo, en la Ciudad de México. Es un restaurante manejado por un matrimonio. Ella es mexicana y él francés. Mientras trabajé ahí, vi pasar muchos personajes diferentes. Cuando trabajas en un restaurante de la Ciudad de México, te das cuenta de que la gente va a desahogar su estrés de la vida diaria contra los meseros. Nos encanta ver lo malo y resaltar lo que se puede hacer mejor. Había señoras que te criticaban desde cómo partías el limón hasta la cantidad de col que le echas a su sopa de verduras. Había jóvenes que se dedicaban a pavonearse por su conocimiento del café. Chavos ´fresas´ que presumen de su persona y al momento de llegar la cuenta cuentan las monedas para pagar. En especial, llamó mi atención un señor llamado Casimiro. Un viejito raboverde que se sienta en la mesa de la esquina, junto a la ventana, para ver pasar a las chavas de la universidad. Tiene un innumerable catálogo de chistes pervertidos para sonrojarte y hasta coquetea con algunas chavas. 52
Le encanta quejarse del activismo que Eli, la dueña del lugar, proclama cada vez que él llega. Cuando se sienta en su lugar preferido, bromea soSu piel morena está marcada por los años. El pelo blanco como la nieve se desliza finamente hacia atrás. Ni un mechón de la mata invade su rostro. Unos grandes ojos negros te lanzan miradas de vez en vez para seguir la plática que entabla contigo. La mayoría del tiempo se dirigen hacia la ventana del lugar para ver qué pasa por las calles. Estos ojos se rodean por el resultado de muchas noches sin dormir. Puede ser por la necesidad económica o los problemas amorosos, pero lo que haya sido le han dejado necesidad de meditar. Las camisas de botones no son lo suyo. Sus playeras me encantan, pues tienen impresos Mickeys, Donalds, Plutos, etc. Las cubre con chamarras impermeables para no enfermarse. Sus jeans son iguales. No sé si son los mismos o tiene muchos pantalones del mismo estilo y marca, como en las
53
CRÓNICA
bre quitar el letrero de Ayotzinapa que Eli pegó desde hace un año.
CRÓNICA
películas de personajes perfeccio-
do su bastón negro. Cuando llega,
nistas o que se preocupan por repe-
batalla para subir el gran escalón
tir exactamente igual sus acciones.
que divide el local de la banqueta.
No sé en qué momento come. La
Llega cojeando a saludar a todos
mayoría del tiempo se la pasa pla-
los que estén sentados y trabajan-
ticando conmigo, con Eli, Güero,
do. Se espera el tiempo necesario
Jorge o con la señora que esté a un
a que su mesa justo en el ventanal
lado de su mesa. Además es muy
esté desocupada.
curioso cuando pide. No le gusta
Es extraño pensar que por más im-
el pollo, los huevos solo le gustan
pertinente que es, siempre que lo
estrellados. Postre solo si es brow-
veo pasar por la puerta del local,
nie y leche solo si es deslactosada,
me saca una sonrisa y un apretón
porque es intolerante. Es curioso,
de manos.
porque las gelatinas que le gustan
Hoy en especial, ya que no soy
están llenas de leche y el capuchi-
mesero, sino cliente, me siento a
no nunca me lo ha pedido deslac-
platicar con él sobre sus miles de
tosado, ni se ha quejado de que le
aventuras alrededor de México y
haga daño.
el mundo y los supuestos restau-
De lado de su silla tiene recarga-
rantes que abrió al pasar el tiempo.
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tanto: es su esposa. No se han di-
zañas logró en su juventud.
vorciado, pero ya no viven juntos
En lo más profundo del corazón
ni se ven. Él me había hablado de
pienso que la separación con su es-
ella, pero nunca había tenido el
posa y sus hijos se debió a lo incó-
gusto de conocerla. Cuando lo veo
modos que son sus comentarios y
siento su soledad salir evaporada
seguro lo mujeriego no sólo es una
de su cuerpo. Está con nosotros y
cualidad, sino una práctica.
purifica su alma conviviendo con
Mi instinto feminista me lleva a
más gente.
pensar que fue un patán con su es-
En cuanto ella se para se puede ver
posa y su hija. Pero hoy mi perspec-
la ruta de una lágrima caer del ojo
tiva cambió. Llego al restaurante y
a la boca de él. Desvío la mirada
lo veo sentado con una señora que
por respeto a su privacidad.
a pesar de su edad se nota que en
Se queda solo, con la mirada hacia
sus mejores años fue una belleza.
la ventana, observando los carros
Platican sin descanso y puedo ver
pasar. Su mujer se ha ido y él está
en sus ojos un contorno rojo y una
solo con cuatro desconocidos que
lágrima al borde del derrame.
le hemos llegado a tener aprecio
Eli se acerca y me mantiene al
por tener corazón de pollo.
55
CRÓNICA
Ya perdí la cuenta de cuántas ha-
Eli se acerca y me cuenta. Su hijo
JUAN PABLO
no le habla más que para pedirle
GUTIÉRREZ
dinero. Su hija le marca dos veces al mes para ver cómo está por lástima. Su esposa lo ve en navidad y dos veces más al año. Detrás de esa perversión y doble
CRÓNICA
sentido existe un niño perdido y solo. Las jornadas de horas enteras
Nací en Monterrey, Nuevo León el 4 de enero de
que se pasa platicando en el café,
1995. Fui hijo de madre soltera y educado por sus
los chistes morbosos y sus gro-
abuelos. He vivido en el calor y cariño del hogar
serías son su forma de darle para
de mis abuelos desde que nací hasta el día de
adelante.
hoy, con la excepción de unos años que estuve
Para mí fue un acontecimiento im-
en casa de mi mamá. A la edad de 17 años estuve
portante, conocí al verdadero hom-
internado en el Hospital San José en Monterrey
bre detrás del nombre. Me queda
y viví seis meses de mi vida encerrado en las
claro que conocí un alma en busca
quimioterapias. Esto dio rienda a mi interés
de cariño. Entendí que todos tene-
por la fotografía e hice un ensayo fotográfico
mos algo que esconder.
sobre lo que significa ser sobreviviente. Tantos
Me paré de mi mesa, pagué mi
amigos, afecto y apoyo me han dado inspiración
cuenta y pasé a despedirme de él.
para tirar hacia arriba. Después del proceso del
Me miró a los ojos y casi miro un
cáncer, decidí darme un semestre de mochilazo
atisbo de cariño hacia mí. Don Ca-
en Oceanía. Tenía como base Port Macquarie,
simiro se despide con la mano y yo
Australia, pero me puse a conocer lo más que
me voy con un sabor de confusión,
pude del país y su vecino, Nueva Zelanda. Hoy
decido apreciar a mis seres queri-
en día estudio Comunicación en la Universidad
dos.
Panamericana. Estoy en tercer semestre, feliz
como nunca, después de haber errado mi decisión y estudiar un semestre y dos semanas de Actuaría y Matemáticas Aplicadas en el ITAM.
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El fútbol es nuestro
Rodrigo Hernández Parra “Si quieres jálale, no hay pedo”, me acerca el pedazo de estopa remojado en thinner con su mano. La observo de arriba a abajo: manchas de grasa, las ha conseguido por dormir en las banquetas; los nudillos abiertos, aún siguen sangrando; la palma amarillenta, el activo le ha pigmentado la piel. Le doy las gracias y rechazo con un amable gesto su invitación. “¡Cámara, Mirrey! ¿Sí te vas poner o qué?”, le grita El Aguacate, ya es su turno para la reta. Abre la puerta, entra trastabillando a la cancha, le da un jalón más reta de la tarde y aunque para muchos su presencia parezca un mal chiste, no se van a ir de aquí en un buen rato. Las retas son de cuatro y a dos goles, así que El Taison se queda afuera. Es el más puesto de todos, de eso no cabe duda. Su mirada se pierde en la nada y son contadas las veces en las que parpadea. El tatuaje tribal en el rostro, la piel morena, el labio abierto y la nariz rota hacen que el apodo le quede como anillo al dedo. Es bien sabido por todo Mixcoac que el Taison no le saca a un tiro. Con orgullo porta la del Necaxa, en el dorsal lleva el siete de Aguinaga, los pantalones dando ya las últimas y la cachucha para taparse del sol. Hoy es domingo, y se da su tiempo para descansar, así que se recuesta en la banca mirando al cielo y con la pierna izquierda pisa el balón de cuero hecho a mano. Se estira con fuerza e inhala, voltea la mirada hacia nosotros, estamos siendo demasiado obvios. 57
CRÓNICA
a su mona y se pone en posición para recibir los cañonazos. Es su primera
CRÓNICA
Los domingos las retas en el parque
las cosas eran muy diferentes. Las
de Fresas se ponen muy buenas.
porterías no llegaban a retener ni
Temprano por la mañana se puede
un solo balón y la reja que impide
ver a los corredores rodeando la
que la pelota salga por los costados
pista, dando una vuelta tras otra.
podía lastimar a cualquiera que se
Al medio día hay niños corriendo
acercara a menos de medio metro.
de un lado a otro entre la gente y
En el piso los hoyos se convertían
otros balanceándose en los juegos.
en trampas mortales cuando el
Y claro que no pueden faltar los
juego subía de intensidad. Y por si
globeros, varios puestos de dulces
fuera poco a las seis de la tarde la
y un carrito de papas. Terminando
diversión debía parar en seco, pues
la hora de la comida, justo cuando
el alumbrado a duras penas te per-
el sol está a solo unas horas de es-
mitía seguirle la pista al balón.
conderse, jóvenes y adultos se dan
Hoy son las cuatro de la tarde, hay
cita en la pequeña cancha de fútbol
seis retas y parece que esto va para
rápido que el gobierno de la Ciu-
largo. En la cancha está la reta del
dad de México le ha obsequiado
Escuadrón de la Muerte –así se les
a la colonia. Un par de años antes
conoce por estos rumbos.
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El Aguacate, El Pantera, El Mirrrey, El Taison y El Chino: cinco teporochos que trabajan dando el paso a los coches que vienen de la calle Guillain evitando el pesado tráfico que se origina entre el cruce de Patriotismo, Revolución, Rio Mixcoac y Molinos. “Lo hacemos por buena gente”, le dicen a los conductores mientras estiran una mano para recibir unas monedas. Cualquiera con unos años de experiencia puede imaginar a donde van a parar esos pesos que recaudan durante el día.
me viste”, estas y otras frases se hacen presentes en la reta del Escuadrón. Esta reta destaca a simple vista, no precisamente por su facilidad para los drible o regates. Aquí lo más difícil se ha vuelto marcarlos. Su arma secreta es su olor, la marca personal se vuelve más bien en un campo de fuerza que te impide acercárteles. A ellos poco les importa, lo aprovechan y juegan con entusiasmo. A leguas se nota su felicidad, pero eso sí, el activo, el panalito de Tonayan y la bachita no la sueltan ni para cubrirse de un balonazo. Cada que el balón deja el terreno de juego aprovechan para quemarle las patas al diablo, como ellos lo llaman. 59
CRÓNICA
“Pásala.”, “¡Hazme famoso, cabrón!”, “Hazme soñar!, “No te la hace.”, “Ya
CRÓNICA
El Chino es el que más juega, se
dazos en golpes. De un segundo
rumora que cuando era joven se lo
a otro El Aguacate ha soltado el
querían llevar a la Noria. El apodo
primer golpe a mano limpia, sin
no lo tiene por los ojos rasgados,
pensarlo dos veces. Trataban de
sino por las marañas en su cabe-
sacarle el balón entre dos, cuando
llo. Se lleva a un par de rivales con
de repente en un jaloneo el codo
unos recortes, se mete por el centro,
de su marcador salió directo a su
se la toca al Pantera y con un pun-
pómulo derecho. “¡Cámara, puto!
terazo el balón entra por la parte
Con que ya con esas.” Un golpe en
inferior derecha de la portería. Un
seco que dejó paralizada la cancha.
golazo que nadie se lo puede creer.
Los ánimos se calentaron, la reta
Ellos celebran como si se tratara de
se ha olvidado por completo. El
la misma Copa del Mundo. Uno a
Taison pega un brinco automático
cero, la otra reta no pierde el tiem-
desde la banca, sale de su alucín y
po y enseguida se asegura que El
en tres pasos ya está en la cancha
Mirrey sienta la presión con un
repartiendo patadas y arañazos a
bombazo desde media cancha.
cualquiera que intente ponerle una
El juego sube de tono, los codazos,
mano encima a sus compas.
patadas y empujones hacen que
La campal no duró más de quince
quienes estamos a la espera del
segundos, ya que otros tantos que
segundo tanto nos acerquemos
estaban afuera de la cancha inter-
a ver con más detalle. Cada juga-
vinieron para que la situación no
da se vuelve una riña discreta en
llegará a mayores. Las palabras
la cual la disputa por el balón ha
subidas de tono y los empujones
pasado a segundo término. Entre
no paraban. Para la mala suerte de
los que estamos afuera se escucha
todos la reta dueña del balón con
a cada patadita intencional un gri-
el que se estaba jugando era la mis-
to casi ahogado que solo calienta
ma en contra de la banda de tepo-
más la situación. Las patadas se
rochos. La reta se detuvo por unos
convierten en codazos, y los co-
momentos. Las ganas de quererse
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RODRIGO HERNÁNDEZ PARRA Tengo veinte años y soy del Distrito Federal. Soy amante del fútbol, béisbol, tenis y del deporte en general. Curioso, pero poco conocedor, de las artes visuales. Melómano por naturaleza y seguidor incansable de cualquier género musical. Fanático de los cómics y la ciencia ficción. Estudiante de tercer semestre en la carrera de Comunicación. Comensal exigente de todos los puestos de tacos y garnachas de la ciudad. Aventurero e intrépido por instinto, amante de los tatuajes y las motocicletas. Despistado y poco observador, siempre estoy en mi mundo. Viajero nato de pueblos mágicos de todo el país. Ciudadano de México inconforme con el sistema político, un Supercivico más de esta jungla de asfalto.
golpear entre ambos lados no se calmó durante la siguiente media hora. El ambiente era tenso y a pesar de todo los contratiempos conseguimos otro balón y empezamos desde cero con retas diferentes. Al cabo de unos minutos ambos grupos partieron y tomaron caminos distintos. En cuanto a mí, seguí echando la reta con mis amigos por un par de horas más. que hace que el hombre sea niño por un rato, jugando sin saber a qué juega, sin motivo, sin reloj y sin juez. Una simple pelota y tres postes hacen que todos se unan, sin importar condición. El fútbol lo hacemos todos, grandes, chicos, mexicanos, fresas, nacos o teporochos. El fútbol es nuestro.
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CRÓNICA
En las calles nadie se les acerca por temor a su reacción, pero este es juego
Paseo en bicicleta José Rodolfo Duarte
CRÓNICA
“Así, como Ícaro al sentirse en el punto más alto de su viaje, el ciclista pierde sus alas y se precipita a toda velocidad hacia el suelo; al dolor.”
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El viento frío y húmedo choca contra su rostro mientras se desplaza a toda velocidad. Es temprano y el carril del trolebús está vacío, lo que garantiza una experiencia satisfactoria para un ciclista con ganas de regresar a su hogar. Después de tres largas horas de permanecer sentado en un aula universitaria, sus piernas agradecen el movimiento y pedalean con toda su fuerza. Un impulso de adrenalina le recorre el cuerpo y mantiene activos a su corazón y pulmones mientras estos trabajan tiempo extra. El ciclista es veloz y continuamente se jacta de la manera en que deja a
CRÓNICA
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todo el tráfico atrás. Usando el carril alternativo en contraflujo los autos parecen ir en cámara lenta, mientras que él fácilmente los pasa sin tener que pensárselo dos veces. Pasa una calle, tres, cinco y se dispone a dar vuelta en la sexta. Deja de pedalear y empieza a inclinarse. Sus dedos mayor e índice están listos para presionar los frenos en el momento en que sea necesario. La bicicleta gira y el ciclista se incorpora a la calle hacia la derecha. Parpadea. Siente de pronto que su pierna derecha se atora en el pedal. La cadena se enreda en su pierna y pierde el equilibrio. Así, como Ícaro al sentirse en el punto más alto de su viaje, el ciclista pierde sus alas y se precipita a toda velocidad hacia el suelo; al dolor. La caída no duele. Lo único en lo que puede pensar es en levantarse antes de que los autos pasen por ahí. Se incorpora y un dolor punzante recorre su cuerpo de pies a cabeza. Es tan fuerte la sensación que el accidentado no puede reprimir una serie de maldiciones que lo liberan de su frustración.
CRÓNICA
Se detiene un momento. Recuerda que tiene que volver a su casa y vuelve a subir en la bicicleta. Se asegura con pesadez y vuelve a avanzar. Algo ha cambiado en su faz. El paseo ha dejado de ser placentero.
JOSÉ RODOLFO DUARTE Actualmente cursa el cuarto semestre de Comunicación en la Universidad Panamericana. Entre sus intereses y anhelos más grandes se encuentra el de hacer cine. Como gran admirador de las películas clásicas de monstruos y de los grandes universos cinematográficos, espera algún día poder llevar sus propias historias ante una audiencia grande y receptiva.
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Y... se hizo la luz Catina Flores
CRÓNICA
“Todo momento es único e irrepetible. Cada segundo que pasa forja una experiencia de vida singular.”
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Güera, ¿no tendrá una moneda que nos regale? Es para una tortita.” Al doblar en la primera esquina de la avenida Mosqueta, una joven –de no más de 30 años– sentada sobre la banqueta llama mi atención. Junto a ella, se encuentra una niña dentro de una caja de madera. Al escuchar aquella oración enunciada con desgano, gesticulo mi mejor sonrisa, ocultando la aflicción que me ha provocado aquella escena, y entrego un billete de $50. Después de caminar unos cuantos metros, arribé a la famosa Estación Buenavista, lugar de partida del primer ferrocarril de México, que salió de la estación hacia el puerto de Veracruz en 1873. Rodeada por la Biblioteca
CRÓNICA
Vasconcelos, la legendaria estación es un punto donde se albergan los tres tipos de transporte urbano más importantes de la capital: la terminal del Metrobus, el metro y el tren suburbano. Al entrar a la majestuosa edificación de color azul con blanco, observo una insignia de metal decorada con el escudo nacional donde se lee: “De la antigua estación ferrocarrilera salió el personal del Escuadrón 201 de la fuerza aérea expedicionaria mexicana (…) Para combatir al lado de las Fuerzas Aliadas, por la democracia y libertad de los pueblos del mundo y primordialmente para redimir el honor de la patria. 1944.” La histórica Estación Buenavista fue testigo de la caminata de innumerables héroes nacionales, incluyendo aquellos que pelearon en nombre de México en el conflicto bélico más importante de la historia. Es paradójico, realmente, que el día de hoy únicamente exista una placa conmemorativa del acontecimiento, colocada sobre una inmensa pared blanca. El tiempo
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ha transcurrido, indudablemente, y solo algunas personas se detienen a observar con detenimiento aquel simple recuerdo que ha quedado en el pasado. Pronto, dejo atrás el ajetreo y la luz citadina para adentrarme en lo que únicamente puede ser descrito como “un mundo dentro de otro mundo”. Frente a mis ojos, se encuentra un centro comercial de tres plantas, impregnado de olores y sonidos que convergen bajo un imponente tragaluz a diez metros de distancia del piso. En un segundo, siento sobre mi hombro el roce de un sujeto, que camina apresuradamente. “¡Perdón, perdón!... ¡Vamos amor, que se nos va!” El hombre, quien carga una lonchera infantil, parece dirigirse a un misterioso individuo a mis espaldas. Al voltear, veo el rostro sonriente de un niño que corre sin cesar con el fin de alcanzar la mano extendida de su padre. “¡Órale chamaco, no te quedes atrás!” Perpleja ante toda la actividad que se desarrolla a mi alrededor, decido desplazarme del centro hacia un costado, donde el flujo peatonal es significativamente menor. tendría este fascinante sitio. Había imaginado un lugar pequeño, sucio y meramente inseguro, repleto de una masa de comportamiento
desordenado,
carente de civilidad. Aquella estereotípica imagen se esfuma en seguida y comienzo a sentir una genuina vergüenza por mi ignorancia. El número de agentes judiciales es impresionante, pues el servicio públi-
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CRÓNICA
Recuerdo todavía el aspecto que pensé
co del tren suburbano está concesionado por el Estado a una empresa privada. Sin embargo, se encuentran todos reunidos –y lo han estado por los últimos 15 minutos– en una esquina cerca del segundo andén mientras aprovechan su “hora de comida” para reír y discutir acerca de temas banales. Cada dos minutos, aproximadamente, el más robusto de todos vuelve la mirada hacia atrás, cerciorándose del buen funcionamiento de la entrada a los tres andenes principales. Ahora comprendo la verdadera labor de los policías: evitar el ingreso de sustancias prohibidas. Un señor de edad avanzada se aproxima a los
CRÓNICA
torniquetes con una botella de Jack Daniels; la esconde bajo su holgada
chamarra de cuadros mientras desliza su tarjeta por encima del censor. Se detiene un momento al sentirse observado y me lanza una mirada de complicidad, a la cual respondo con una carcajada. Nada. Ningún agente de seguridad advirtió el ingreso de aquella bebida alcohólica. Tiempo después, he decidido tomar asiento sobre una banca de metal. Al observar detenidamente el comportamiento de aquella multitud, el apresurado caminar de la mayoría transmite un ritmo similar al de un 68
metrónomo en 4/4. El sonido se encuentra acompañado por un barullo indiscernible conformado por las voces de los individuos, donde conviven diferentes tonos y volúmenes, resultando en una sinfonía metropolitana exquisita... Cierro los ojos. Habiendo bloqueado por un momento el sentido de la vista, comienzo a reflexionar. Cada persona que ha cruzado frente a mí desde el momento en que llegué es un ser humano complejo; un pequeño mundo repleto de ideales, sueños y metas por cumplir ¿Cuántos personajes con historias y anécdotas sorprendentes intercambian miradas y después pasan de largo sin detenerse? Si el reloj se detuviese en este momento, ¿qué sucedería en-
CRÓNICA
tonces? Es imposible saberlo. Se acerca un vendedor ambulante e irrumpe abruptamente mis pensamientos, diciendo: “¿Qué le damos? Tengo buñuelos, conchas, churros y me queda un chocolatín.” Devolviendo la mirada lentamente hacia la canasta que apoya con destreza sobre su rodilla izquierda, contesto: “Un buñuelo, señor, por favor.” El día de hoy, cada experiencia sensorial ha sido completamente nueva. 69
Este buñuelo cubierto de azúcar no es la excepción. Aquel sabor; la perfecta com-
Catina Flores
binación entre dulce y salado, acaricia mis papilas gustativas. Definitivamente, el pan dulce de aquí no se compara con nada de “allá afuera”. Poco después de las 5:00pm, la ola de personas comienza a disminuir considerablemente. Al parecer, el caminar de la colectividad se transforma en cuanto se aminora la cantidad de individuos y el ritmo cambia totalmente. Ahora, aquella sinfonía se caracteriza por largos periodos de silencio. Se escucha únicamente un murmullo que se debilita conforme pasa el tiempo.
CRÓNICA
De pronto, comienzo a sentir una impetuosa necesidad por levantarme a caminar. Al mirar directamente hacia el final de los túneles, la luz brillante ha iniciado a atenuarse. Incluso la atmósfera
Nacida en la Ciudad de México, el 1 de junio de 1997, Catina Ofelia Valentina Flores Luiselli es una estudiante de tercer semestre de la carrera de Comunicación en la Universidad
Panamericana.
Sus
intereses principales son la literatura, la publicidad y las relaciones públicas. Su principal aspiración profesional radica en la labor humanitaria y la creación de empresas de publicidad y relaciones públicas.
cambia conforme transcurren las horas y la tranquilidad invade el ambiente del recinto. Inmóvil, observo aquel fenómeno maravillada. Ha llegado el momento de partir. Al dirigirme lentamente hacia la salida, la canción de “Who can it be now” suena a todo volumen. Aquel saxofón inconfundible ameniza mi partida, poniendo fin a una inolvidable travesía citadina. Si bien conozco el camino, todo parece ser diferente. Las escaleras no se encuentran repletas de gente que se mueve en direcciones opuestas y sin
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rumbo fijo. Ahora me encuentro totalmente sola. Al descender por los escalones grises de la entrada, miro hacia atrás y me siento invadida por la melancolía. Con la estación a mis espaldas, doy vuelta en la misma esquina por la cual anduve hace unas cuantas horas, e incluso la mujer de aspecto taciturno que antes estaba sentada en la banqueta junto a su hija se ha ido. Nada, absolutamente nada me es similar, solo el camino. La única constante soy yo. Todo momento es único e irrepetible. Cada segundo que pasa forja una experiencia de vida singular. Un lugar puede permanecer igual en esencia, mas nunca será posible regresar verdaderamente. El tiempo, aquel viejo enemigo del hombre que, siendo capaz de curar cualquier herida y borrar cualquier huella, transcurre siempre a paso firme y no se detiene jamás.
CRÓNICA
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Febrero 2017 Ciudad de MĂŠxico