Prescribe Edición Especial 75.° Aniversario Sociedad Argentina de Cardiología

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75.º Aniversario de la Sociedad Argentina de Cardiología

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l 2012 es especial, pues la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) cumple 75 años de vida. A lo largo de este tiempo han ocurrido innumerables sucesos, en el mundo en general y en nuestro país en particular, y se han producido progresos en todas las ciencias y en la Medicina en especial. En los albores de nuestra Sociedad, la Cardiología no estaba aún consolidada como una especialidad. La presencia y la labor de la SAC han contribuido de manera fundamental en otorgarle identidad a la especialidad en nuestro país. El paso del tiempo no ha modificado el principio de la excelencia científica y el estímulo hacia todas las actividades que favorezcan el desarrollo de la Cardiología. Existen dos conceptos prioritarios en la SAC. El primero es que se trata de una sociedad de miembros y el segundo que es una sociedad nacional. No deben existir limitaciones para el progreso societario de cada uno de sus miembros, más allá que las impuestas por su capacidad y dedicación. Ésta es la esencia de toda sociedad de este tipo que jerarquiza y promueve el nivel científico de sus integrantes. El segundo concepto es que desarrolla su actividad en todo el territorio argentino. Sus 36 Distritos regionales repican el mensaje del conocimiento y el estímulo del crecimiento a lo largo y a lo ancho del país. Este concepto de distribución nacional puede resumirse en la frase que “la SAC es nada más y nada menos que sus Distritos”. Siempre ha mantenido la premisa de lograr que el conocimiento pueda alcanzar a cada uno de sus miembros y a todos los cardiólogos de nuestro país. La incorporación de herramientas educativas como el Programa de Edu-

Merece un párrafo especial nuestro Congreso Argentino de Cardiología. Congrega todos los años a más de 10.000 participantes y se ubica de acuerdo con el número de participantes, inmediatamente después de los tres grandes congresos internacionales mencionados en el párrafo precedente. Su nivel científico y la oferta amplia de sus contenidos lo han constituido en la cita obligada de todo el personal de la salud dedicado a la atención del paciente cardiológico.

cación continua de la SAC (PROSAC) y el uso de la comunicación vía Internet han facilitado la relación entre todos los distritos. Desde hace más de tres décadas, la rama comunitaria de la SAC, la Fundación Cardiológica Argentina despliega una intensa actividad educativa hacia la comunidad. Ha diseñado y ha puesto en marcha diferentes programas dirigidos a despertar la atención y trasmitir normas de cuidados a la población. Con respecto a nuestras relaciones internacionales, este año nos encuentra en la mejor posición internacional que históricamente ha tenido la SAC. Se concretará un hecho excepcional. Participaremos, en el exterior, en sesiones conjuntas con las tres sociedades organizadoras de los tres congresos cardiológicos más importantes del mundo. En el Congreso del American College of Cardiology, en el Congreso de la European Society of Cardiology, y en el Congreso de la American Heart Association. Creemos que no es casual esta participación internacional y es el fruto de muchos años de esfuerzo para ser honrados con esta distinción.

Nuestra Sociedad ha incorporado el lema “trabajando para disminuir la mortalidad cardiovascular en la Argentina” y todos los esfuerzos serán dirigidos en este sentido. Es por eso que es inevitable y un acto de estricta justicia manifestar nuestro orgullo de pertenecer a la SAC. En esta publicación especial se revisan algunos hitos de nuestra Sociedad basados en los comentarios y reflexiones de colegas a quienes les correspondió la responsabilidad de ser Presidentes de la SAC. En algún caso es un balance de la gestión, en otro se comenta algún logro en particular y en otros algunos hechos anecdóticos que permiten comprender mejor la historia. Debo agradecer especialmente a nuestro asesor el Sr. Néstor Sarría, conocedor profundo de la SAC, que ha coordinado la realización de esta obra; a laboratorios Gador por el aporte para concretarla y al staff de Revista Prescribe. El último párrafo es para expresar mi agradecimiento a todos aquellos, independientemente de su posición, dirigentes, colegas, personal, colaboradores, que dedican sus esfuerzos a engrandecer la SAC. César A. Belziti Presidente SAC 2012 3


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Autoridades – SAC 2012 COMISION DIRECTIVA MTSAC

Presidente:

Dr. César A. Belziti

Vicepresidente:

1º Dr. Jorge A. Belardi

Vicepresidente

2º Dr. Carlos E. Farinelli

Secretario:

Dr. Alejandro Hita

MTSAC MTSAC

MTSAC MTSAC

Tesorero:

Dr. Claudio A. Militello

Prosecretario:

Dr. José Luis Navarro Estrada MTSAC

Protesorero:

Dr. Alejandro H. Meretta

MTSAC

Vocales Titulares: 1º Dr. Roque A. Córdoba 2º Dr. Pablo G. Stutzbach MTSAC 3º Dr. Leonardo E. Abdo 4º Dr. Eduardo A. Sampó MTSAC Vocal Suplente: 1º Dr. Sebastián Saravia Toledo 2º Dr. Adrián A. Charask MTSAC 3º Dr. Simón M. Salzberg MTSAC 4º Dra. S. Marina González Presidente Anterior: Dr. Carlos M. Barrero MTSAC CONSEJO ASESOR: Dr. Luis Alday MTSAC Dr. Carlos Barrero MTSAC Dr. Hugo Grancelli MTSAC Dr. Ricardo Iglesias MTSAC Dr. Juan Krauss MTSAC Dr. Héctor R Maisuls MTSAC Dr. Osvaldo Masoli MTSAC Dr. Eduardo Mele MTSAC Dr. Néstor Pérez Baliño MTSAC Dr. Daniel Piñeiro MTSAC Dr. Alvaro Sosa Liprandi MTSAC Dr. Sergio Varini MTSAC

TRIBUNAL DE HONOR Titulares: Dr. Branco Mautner MTSAC Dr. Jorge Trongé MTSAC Dr. Ricardo Esper MTSAC Dr. Julio D’Oliveira MTSAC Dr. Bernardo Boskis MTSAC Suplentes: Dr. Carlos Nijensohn MTSAC Dr. Eduardo Moreyra MTSAC Dr. Alberto Rodríguez Coronel MTSAC DELEGADOS ANTE LA FEDERACION MUNDIAL DEL CORAZON Titular: Dr Horacio Faella MTSAC Suplente: Dr Daniel Piñeiro MTSAC DELEGADOS ANTE LA SOCIEDAD SUDAMERICANA DE CARDIOLOGIA Titular: Dr. Hugo Grancelli MTSAC Suplente: Dr Osvaldo Masoli MTSAC DELEGADOS A LA SOCIEDAD INTERAMERICANA DE CARDIOLOGIA Titular: Dr Sergio Varini MTSAC Suplente: Dr Eduardo Mele MTSAC REVISORES DE CUENTAS Titulares Dr. Dr. Julio M. Lewkowicz MTSAC Dr. Andrés Ahuad Guerrero MTSAC Suplentes: Dr. Héctor A. Machain MTSAC SOCIEDADES INTERNACIONALES WORLD HEART FEDERATION Presidente: Dr. Sidney C. Smith, Jr SOCIEDAD INTERAMERICANA DE CARDIOLOGIA Presidente: Dr. Daniel J. Piñeiro SOCIEDAD SUDAMERICANA DE CARDIOLOGIA SSC Presidente: Dra. María Paniagua

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75.º Aniversario de la SAC

Una historia de compromiso con la salud Este es un repaso de algunos de los hitos más salientes en los 75 años de vida de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), en muchos casos relatado por algunos de sus expresidentes, que coinciden en destacar, entre otras cosas, la continuidad en las políticas de la institución.

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uego de la aparición del primer número de la Revista Argentina de Cardiología en 1934, a mediados de 1935 comenzaron los primeros intentos para crear una Sociedad de Cardiología. En julio de ese año, un grupo de médicos que participaba de la revista, creó una Comisión de Honor con el fin de invitar a todos aquellos profesionales interesados en la especialidad, a ingresar en la futura Sociedad. Entre los miembros de esa comisión, se encontraban los doctores Francisco Arrillaga, Rafael Bullrich, Mariano Castex, Bernardo Houssay y Tiburcio Padilla.

Los requisitos solicitados eran muy estrictos en cuanto a los antecedentes en la especialidad, tanto en lo concerniente a su estudio como a su dedicación. Este y otros requerimientos hicieron que prestigiosos médicos, entre los que se encontraban Eduardo Braun Menéndez, Pedro Cossio, Oscar Orías y Blas Moia, entre otros, rechazaran el sistema de ingreso en la Sociedad. En tanto, un aviso aparecido en el diario “La Nación” en agosto de 1936, en el cual el doctor José Comas anunciaba la creación del Ateneo Sudamericano de Cardiología, terminó de sentar las bases para que el 9 de abril de 1937, a las 9 hs, en el Instituto de Fisiología de la Facultad de Medicina, quedara oficialmente fundada la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC). Como dato que hoy resulta curioso, en esa reunión se fijó además el valor de la cuota mensual que deberían pagar los miembros, aproximadamente u$s 0,70.

Primeras actividades

Dr. Blas Moia 6

Los cinco vocales elegidos para formar la primera Comisión Directiva, se reunieron el 13 de abril de 1937 para iniciar las primeras actividades oficiales de la SAC. Entre ellos se encontraban los doctores Antonio Battro y Pedro Cossio (secretarios), Blas Moia y Alberto Taquini (vocales), Eduardo Braun Menéndez (tesorero) y Oscar Orías como delegado de la Revista Argentina de Cardiología.

Dr. Antonio Battro

El 18 de junio siguiente, se realizó la primera Asamblea Extraordinaria en la que fueron elegidos los primeros miembros correspondientes extranjeros, de países como Uruguay, México, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Austria, Checoslovaquia e Italia. Preparadas las cuestiones administrativas, la actividad científica se inició el 31 de julio de ese mismo año en el Instituto de Semiología de lo que era entonces el Hospital Nacional de Clínicas, institución madre de numerosos miembros fundadores de la SAC. Aquel encuentro estuvo dedicado a la memoria del profesor Abel Ayerza, quien, en 1901, descri-


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bió el cuadro clínico de insuficiencia cardíaca asociada con cianosis. El primer trabajo leído en dicha reunión, fue la investigación de los doctores Battro, Castex y Quirno, sobre “Diagnóstico de las Lesiones Tricuspídeas Orgánicas y Adquiridas”. Entonces, una de las características de la institución, era que las reuniones se efectuaran en los lugares de trabajo de los miembros de Honor de la Sociedad, con lo cual, según explica el doctor Alberto Demartini en su libro “Historia de la Sociedad Cardiológica Argentina”, se promovía la participación de los titulares de las cátedras más trascendentes, y, al mismo tiempo se sumaba público. Cabe destacar que por aquellos años, las estadísticas y los estudios médicos sanitarios, revelaban la incidencia elevada de las enfermedades cardiovasculares como causa de muerte. A instancia personal del doctor Bullrich, se originó la creación de los dispensarios de Asistencia al Cardíaco, en la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Estos dispensarios dieron origen a los actuales servicios de cardiología municipales.

Dr. Pedro Cossio

En 1941, se produjo un intenso debate acerca de la conveniencia de afiliarse a la Asociación Médica Argentina (AMA), teniendo en cuenta que se necesitaba contar con una sede propia y la posibilidad de que la AMA creara una Sociedad de Cardiología en su seno. Los primeros acercamientos entre ambas instituciones los efectuaron los doctores Taquini, Cossio y Vedota. Y si bien en primera instancia fue aprobada la afiliación, no llegó a concretarse, debido a la reticencia a modificar los estatutos de la SAC que exigía la AMA. La SAC se puso en marcha y la actividad era intensa. En junio de ese mismo año, se realizó la primera reunión conjunta con la Sociedad de Kinesiología. El tema elegido fue “Kinesioterapia de las Cardiopatías”, y disertaron los profesores Octavio Fernández, titular de la cátedra de Kinesiología y Rafael Bullrich, por la SAC. Otro hecho relevante data de octubre de 1941, con la realización de las “Primeras Jornadas de Cardiología”, que cristalizaba el interés de muchos miembros de la SAC por acercar la especialidad a los médicos clínicos y de otras especialidades. El tema propuesto en este caso fue “Insuficiencia Cardíaca”, con el objetivo de ofrecer una reactualización, a la luz de las nuevas investigaciones, de la fisiopatología y el tratamiento de las enfermedades cardíacas. El éxito de estas jornadas, que tuvieron lugar en la sede de la Academia Nacional de Medicina, llevó inmediatamente a programar un nuevo encuentro para el año siguiente. Como reflejo del creciente despliegue de la SAC, en septiembre de 1942, recibió la primera visita de un cardiólogo de prestigio internacional, el doctor Frank Wilson, quien expuso sobre “Derivaciones precordiales en el bloqueo de rama y en las preponderancias ventriculares”. Esta presentación,

Dr. Eduardo Braun Menendez

contribuyó al resurgimiento del interés por los estudios electrocardiográficos. Ese mismo año, tras un fallido intento dos años atrás, se firmó un convenio con la New York Association para la traducción del Nomenclature and Criteria of Diagnosis of Cardiovascular Disease, publicado finalmente en 1946 con la traducción de Battro, Braun Menéndez, Taquini y Moia, bajo la dirección del doctor Cossio.

“Cabe destacar que por aquellos años, las estadísticas y los estudios médicos sanitarios, revelaban la incidencia elevada de las enfermedades cardiovasculares como causa de muerte”. 7


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En 1945, pese a las dificultades políticas y económicas que atravesaba el país y que afectaron las actividades de la Sociedad, surgió por primera vez la idea de realizar un congreso internacional de cardiología. Pero, tras este primer intento, la situación del país obligó a la suspensión de las actividades de la SAC hasta marzo del año siguiente. En 1946 las actividades no fueron suficientemente intensas y llegó a suspenderse una de las reuniones ordinarias por la falta de trabajos presentados. Como dato destacado, en octubre, el doctor Taquini viajó a México para participar del II Congreso Interamericano de Cardiología en representación de la SAC. En ocasión de dicho encuentro, quedó constituida la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIC) y Braun Menéndez fue designado como uno de los diez miembros del Consejo Directivo. En 1947, la SAC contaba con una estructura más sólida, tanto en cuanto a las actividades científicas y pedagógicas como en el plano económico, y en octubre se realizaron las III Jornadas de Cardiología.

“En 1945, pese a las dificultades políticas y económicas que atravesaba el país y que afectaron las actividades de la Sociedad, surgió por primera vez la idea de realizar un congreso internacional de cardiología”. greso Interamericano que tuvo lugar en Buenos Aires. La historia de la Sociedad Argentina de Cardiología tiene varios hitos. En Aportes para la historia de la Cardiología Argentina, los autores, doctores José Milei, Federico Pérgola y colaboradores, reúnen material documental que repasa, fundamentalmente lo ocurrido en la especialidad entre 1969 y 2000, y hacen especial énfasis en la historia de la SAC, es decir que continúan la reseña iniciada

Al año siguiente, la institución comenzó a cosechar importantes reconocimientos internacionales, y en el marco del III Congreso Interamericano de Cardiología celebrado en Chicago, nuestro país presentó 13 trabajos científicos que dieron cuenta de la calidad y el dinamismo de la especialidad en la Argentina. En este encuentro, los doctores Cossio y Vedota fueron designados presidente honorario y vicepresidente ejecutivo, respectivamente. En 1950, al establecerse una nueva estructura jerárquica, el doctor Pedro Cossio fue designado como primer presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología. En 1952, bajo su presidencia, se realizó el segundo Con8

Alberto C. Taquini

por Demartini, que llega justamente al fin de la década de 1960. Los congresos realizados por la SAC en ese lapso y el Congreso Interamericano de 1952, constituyen una especie de preámbulo para la realización del Congreso Mundial de 1974, al cual se refieren en la presente edición los doctores Bernardo Boskis y Jorge Trongé. Lo recaudado en ese encuentro mundial de la cardiología que tuvo lugar en uno de los momentos más difíciles del país, fueron destinados a la adquisición de la sede actual ubicada en Azcuénaga 980 de la Ciudad de Buenos Aires, junto con el aporte extraordinario de algunos socios benefactores y la venta de la sede de la calle Paraná, adquirida en 1967. De la década de 1980 data la creación de los Consejos Científicos y de los diferentes Distritos (a partir 1981) de la Sociedad Argentina de Cardiología. Estos temas son relatados en la presente edición por expresidentes de las décadas de 1980 y 1990. En 2011, cuando se realizó el XXXVII Congreso Argentino de Cardiología, se produjeron algunas de las novedades más relevantes de los últimos tiempos como fue, entre otras, la transmisión del encuentro vía Internet, lo cual permitió que llegara a una mayor cantidad de profesionales en la región. “Se trata de un desafío muy importante e incluso los directivos de la Sociedad Americana de Cardiología se interesaron en esta posibilidad tecnológica de la transmisión, ya que, probablemente, en años futuros, la modalidad consista en realizar congresos más pequeños y con mayor utilización de este tipo de recursos para transmitir la información”, comentaba en esa ocasión el doctor Carlos Barrero a Prescribe. Por otra parte, el doctor Barrero resaltaba que, si bien el congreso de la SAC es en cierto modo la culminación


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de cada año de trabajo de la Sociedad, “no es lo único, ya que la Sociedad Argentina de Cardiología tiene un trabajo a lo largo de todo el año”. En este sentido, mencionaba los distritos, las áreas de investigación, el PROSAC y disertaciones, entre muchas otras. Las jornadas en los distritos regionales “son como un segundo mini congreso”, según el expresidentes, para quien el congreso es solo una parte, “la punta del iceberg”. Con más de 7.000 asociados en la actualidad, la SAC, desarrolla una actividad muy intensa en todo el país. Por eso, a modo de cierre de esta historia, vale recordar su mensaje de hace un año atrás: “Que la gente se acerque a la Sociedad o a sus distritos, porque tenemos múltiples actividades que permiten capacitarse y también trabajar, ya sea en investigación, en los consejos de la Sociedad, en los distritos; son actividades para recibir o para realizar, y son las dos terceras partes que se ven mucho menos que el congreso”. Vale destacar que esos dos tercios que no se ven, son el fruto del trabajo ad honorem y muchas veces anónimo de los integrantes de sus respectivas comisiones directivas.

La Biblioteca En 1979 comenzó a funcionar la Biblioteca de la Sociedad, que alberga, entre otras cosas, una colección de libros históricos que incluyen obras de los siglos XVII al XIX. Cierran este volumen un resumen de los consensos y normativas elaborados a través de los distintos consejos y comités, y también la enumeración de los premios recibidos y de los presidentes que condujeron la SAC a través de su historia.

El PROSAC El continuo avance de la cardiología en todas sus facetas y de la medicina basada en la evidencia, determinan la

Cardiología. En 2011, en diálogo con Prescribe, el doctor Carlos Barrero explicaba que el PROSAC, “hoy en día forma parte de la mayoria de las residencias médicas y es utilizado tanto para la formación como para la difusión de casos”.

El XVI Congreso Mundial de Cardiología Junto con el de 1974, fue sin dudas uno de los grandes hitos en la historia de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC). Su concreción fue el resultado de muchos años de esfuerzo, discusiones y trabajo mancomunado entre la World Heart Federation, la SAC y la Federación Argentina de Cardiología (FAC). Isaac Berconsky

necesidad de una capacitación permanente y completa por parte del cardiólogo, un aspecto al que la Sociedad Argentina de Cardiología asignó gran importancia desde sus inicios. En este sentido, se destaca la creación del Programa de Actualización Continua (PROSAC). No presencial y con características originales, este programa cuenta con más de mil inscriptos y está ganando espacio en el Congreso Argentino de

“En 2011, cuando se realizó el XXXVII Congreso Argentino de Cardiología, se produjeron algunas de las novedades más relevantes de los últimos tiempos”.

Las gestiones comenzaron en 2000, y, a partir de entonces, se inició un período de trabajo intenso e intercambio de ideas entre la SAC y la FAC, no exento de diferencias de opinión internas y entre ambas instituciones para poder lograr un ámbito de trabajo adecuado y llegar al objetivo de que la Argentina fuera sede del Congreso Mundial de Cardiología por segunda vez. Esas gestiones, presentaciones y reuniones son recordadas en estas páginas por algunos de los expresidentes que se sucedieron en ese período. El Consejo Asesor resolvió, luego de sucesivas reuniones, proponer a la Comisión Directiva de SAC el nombramiento de los doctores Horacio Faella, como presidente del Congreso; Jorge Lerman, como presidente del Comité Organizador; Arturo Cagide, como cochair del Comité Científico; Luis María Amuchástegui, como presidente del Comité de Relaciones Internacionales y Juan Krauss, como secretario general. La Comisión Directiva de la SAC confirmó la propuesta del Consejo Asesor sin cambios. En su discurso inaugural, el doctor Faella resaltó que habían sido tiempos 9


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difíciles, ya que la necesidad de consensuar cada decisión con la World Heart Federation tornó engorrosos, en muchas ocasiones, los procedimientos y la toma de decisiones. “El Congreso Mundial de Cardiología ha representado un hito en la historia de la Sociedad Argentina de Cardiología y de la medicina argentina. Significó además lo que se puede hacer cuando se tienen metas claras y se sabe cómo conseguirlas. Fue un ejemplo de cómo sociedades científicas unidas por un objetivo común pudieron concretarlo pese a las lógicas dificultades y diferencias de opinión a lo largo del proceso. Evidenció que la conjunción de voluntades para lograr un gran proyecto es posible en la Argentina y que se pueden organizar eventos comparables a los de los países más desarrollados. Porque esa fue la sensación de los concurrentes, que fue un Congreso comparable a los organizados en Europa o en los Estados Unidos”, señalaba por su parte el doctor Eduardo Mele, entonces presidente de la SAC, poco después de finalizado el encuentro, en un texto publicado en

Carlos A. Bertolasi 10

la Revista Argentina de Cardiología.

Dr. Horacio Faella

“De los pacientes a las poblaciones” fue el lema del congreso, ya que si bien fueron tratados y debatidos los adelantos más recientes en diagnósticos y terapéuticas, el encuentro mundial tuvo un fuerte sesgo hacia la prevención cardiovascular y la problemática del traslado de los progresos científicos a la población. Se hizo especial hincapié en temas como identificación de pacientes de riesgo; pandemias como la obesidad, diabetes y su efecto sobre el riesgo vascular; prevención en edades tempranas y enfermedad cardiovascular en la mujer, entre muchos otros. Y la comunidad respondió, dado que las carpas instaladas para ofrecer estos servicios tuvieron una concurrencia verdaderamente numerosa. En su editorial, el doctor Mele resalta las actividades dirigidas a la comunidad, como la carpa de capacitación en reanimación cardiopulmonar básica organizada por la Fundación Cardiológica Argentina y la American Heart Association, el maratón y la carpa instalada en la Plaza de la República para medición de factores de riesgo en la comunidad organizadas por la Fundación Cardio (la fundación de la FAC) y la FCA. “Todas ellas tuvieron un notable impacto entre la población, que reforzó la idea de que es misión de las Sociedades Científicas y sus Fundaciones llevar mensajes claros de pautas de vida saludables a la población”. En ese marco, el XXIII Congreso Sudamericano de Cardiología, realizado simultáneamente con el Mundial, también fue un éxito rotundo de asistencia, y sus sesiones estuvieron permanentemente colmadas de un público ávido de participar en una reunión regional con discusión de problemáticas propias en su mismo idioma, ya que este se realizó en

castellano, mientras que el idioma oficial del Mundial fue el inglés. Otro de los hechos sobresalientes del Congreso Mundial de Cardiología, que fue declarado de interés nacional y tuvo el apoyo de la Ciudad, fue la edición histórica especial de la Revista Argentina de Cardiología. Ese número incluyó artículos clave de su historia, escritos por figuras referentes de la cardiología argentina editorializados y puestos en perspectiva por referentes de la cardiología argentina y del mundo. El Congreso Mundial de 2008 tuvo más de 750 oradores de todo el mundo y alrededor de 17.500 asistentes que provenían de los cinco continentes. El programa científico superó ampliamente las expectativas de aquellos que creyeron que el país no estaría a la altura de las circunstancias. Pero lo logró con creces. Una de las presencias destacadas fue la del presidente del primer Congreso Mundial realizado en la Argentina, el doctor Francisco Romano, quien murió poco después, el 5 de julio de 2008. Se lo veía feliz y recibió un homenaje en aquella ocasión. ■


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Dr. Pedro Cossio

El primer presidente de la SAC En 1928, cuando se incorporó el uso del electrocardiógrafo como rutina en la atención de los pacientes, el doctor Pedro Cossio (1900-1986) se desempeñaba como clínico general de servicio en el antiguo Instituto Argentino de Diagnóstico. Esta institución adquirió uno de los primeros modelos que llegaron a la Argentina. Fue a partir de ese momento cuando la cardiología comenzó a ser concebida como una especialidad diferenciada de la clínica médica. El doctor Pedro Ramón Cossio, hijo del eminente cardiólogo, fundador y primer presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), recuerda en una entrevista publicada en la edición especial de Prescribe dedicada a la Historia de la Cardiología (2008), que ya en la década de 1930 “mi padre no solo tenía un electrocardiógrafo propio, sino que luego también incorporaría un aparato de rayos. Es decir, se inicia un abordaje cada vez más pormenorizado, que generó ya en ese entonces un estudio multicéntrico de las patologías cardíacas”. Su brillante comienzo en la especialidad y una trayectoria profesional signada por investigaciones, docencia e innovación, eran difíciles de prever cuando, a los 18 años, el joven Cossio fue enviado por su padre a estudiar a la ciudad de Buenos Aires desde su provincia natal, Tucumán. No tenía entonces muy clara cuál era su vocación, y al parecer escogió la medicina porque no se exigían conocimientos de inglés y francés. Los idiomas habían constituido un constante escollo para él en la escuela, y en una entrevista sobre sus comienzos de estudiante se definió como “un eterno aplazado” en esas materias. Luego de la llegada de los primeros electrocardiógrafos a nuestro país, un conjunto de médicos –entre quienes estaban Cossio y Mariano Castex– incentivó el desarrollo de la cardiología como una rama independiente de la medicina. Estos profesionales pioneros de la especialidad impulsaron el surgimiento de publicaciones y debates y, desde la cátedra de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UBA, cuyo profesor titular era Bernardo Houssay, así como en el Hospital de Clínicas, donde un grupo comandado por Cossio llevó adelante el primer cateterismo cardíaco en América y el tercero en el mundo –luego de los ensayos de Werner Forssmann, Premio Nobel de Medicina en 1956–, la cardiología argentina alcanzaba reconocimiento internacional. A propósito de esta importante innovación, el doctor Cossio hijo observa en el artículo citado: “Lo relevante

del empleo del cateterismo cardíaco fue que, junto a mi padre, los doctores Tiburcio Padilla e Isaac Berconsky publicaron cuatro trabajos que incluían, no solo la intención de introducir una sonda para que viajara hasta el centro del pulso, sino que exploraron también la cavidad cardíaca derecha y lograron describir la determinación de gases en sangre y otros modelos cualitativos de acceso al corazón. En 1932 presentaron verdaderos adelantos que incluían una visión totalmente novedosa y que hoy son básicos en el estudio de la fisiología cardiovascular”. Un papel no menos importante en este sentido lo desempeñaron el tesón y la constancia que lo caracterizaban. “Él tenía la capacidad de que cuando se le cerraba alguna puerta para avanzar en sus ideas, empezaba nuevamente, abocándose a otros temas. Cuando en ciertas circunstancias le impidieron continuar con sus exámenes de cateterismo, inició una serie de trabajos en fonocardiografía, es decir, en el registro gráfico de los sonidos cardíacos, por un lado, y en las descripciones cardiológicas que se iban encontrando en el examen médico por el otro. Lo que siempre buscaba era ‘aprender’ de la cardiología, de la manera que mejor se pudiera”. Tres son los núcleos centrales de observación que tuvo el doctor Cossio en sus investigaciones: sus estudios sobre oclusión coronaria brusca y lenta –en colaboración con Tiburcio Padilla publicó en 1930 un libro con ese título–, el cateterismo y una innovación revolucionaria para su época, la intervención quirúrgica de tórax que realizó en 1947 mediante un catéter rígido ingresado por la vena yugular. En una época de grandes innovaciones y corrientes encontradas en todas las especialidades, no fue ajeno a las más resonantes controversias del momento. A partir de 1968, el trasplante cardíaco en la Argentina se transformó en una alternativa de solución viable. Sin embargo, para Cossio, solo debía adoptarse en situaciones de extrema urgencia. Tuvo su otra gran polémica frente a la técnica cardíaca del bypass. Al respecto comentaba su hijo: “Mi padre no se oponía a las operaciones. Lo que sí impulsó fue su limitación a lo que él consideraba estrictamente necesario”. Como en toda discusión científica, las argumentaciones encontradas resultaron fructíferas, ya que, sin saberlo, se le estaba allanando el camino a la angioplastia, que comenzó a ser empleada a fines de la década de 1970. ■ 11


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Revista Argentina de Cardiología El primer número fue editado en 1934, tres años antes de la fundación de la Sociedad Argentina de Cardiología; fue la séptima publicación especializada en el mundo, y la primera en contar con resúmenes en inglés, francés y alemán.

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ciación Médica Argentina, por ejemplo.

medida que el investigador cardiológico se iba separando de la clínica general, y adoptaba una identidad propia, también comenzaban a aparecer los primeros libros especializados en el corazón. Entre ellos, figuran “Electrocardiograma” de Tiburcio Padilla; “Hipertensión Arterial”, de Mariano Castex; “Oclusión coronaria brusca y lenta”, de Tiburcio Padilla y Pedro Cossio; “Arritmias”, de Antonio Battro; “Registro e Interpretación de la actividad cardíaca”, de Oscar Orías; “Angina de Pecho”, de G. Martínez; y “Corazón, estudio anatómico”, de R. Galli. En 1935, fueron publicados, “Temas de cardiología” de Luis Gonzalez Sabathié; 1936, “Explo-

La iniciativa de editar una revista especializada, fue concretada por Blas Moia y Eduardo Braun Menéndez, el primero respaldado por la experiencia de haber dirigido durante dos años una publicación interna del Hospital Ramos Mejía. El primer número de la Revista Argentina de Cardiología apareció en 1934 (tres años antes de la fundación de la SAC), y sus editores responsables tuvieron el cuidado de confiar la redacción a aquellos profesionales dedicados a la cardiología o que fueran propulsores de esta especialidad. El objetivo ración del corazón por vía esofágica” de Alberto Taquini; 1937, y “Los ruidos cardíacos en condiciones normales y patológicas” de Oscar Orías y de Eduardo Braun Menéndez. Además de los numerosos libros publicados, se realizaba una cantidad considerable de trabajos en diferentes centros científicos. Los autores escribían en las revistas clínicas de la época: Cossio y sus colegas del Servicio del profesor Padilla solían hacerlo en la “Semana médica”, mientras que Castex y su grupo lo hacían casi exclusivamente en “La Prensa médica”. Otros trabajos eran publicados en las revistas del Centro médico, la Sociedad interna y la Aso-

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procedimiento que se seguiría, años más tarde, para la designación de los miembros de la SAC, que como condición sine qua non, exigía hacer Cardiología con verdadera dedicación. Por lo que no resultó extraño, entonces, que todos sus redactores (excepto tres), fueran nombrados luego miembros fundadores de la SAC.

era hacer una revista para todo el país. Los profesores Francisco Arrillaga, Rafael Bullrich, Mariano Castex, Bernardo Houssay y Tiburcio Padilla, fueron elegidos como Miembros de Honor. Además, fueron incluidos los profesores Clemente Álvarez, de Rosario (autor del libro “Hipertensión arterial” en 1932) y Gregorio Martínez, de Córdoba, considerado el mejor estudioso de la cardiología alemana de la época y autor de “Angina de pecho”, publicado en 1933. La Mesa de Redacción la formaron Blas Moia, Eduardo Braun Menéndez, Antonio Battro, Pedro Cossio y Oscar Orías, mientras que los redactores fueron Moisés Benarós, Isaac Berconsky, Alfredo Di Cío, Julio García del Río, Miguel Joselevich, Reynaldo López Ramírez, Horacio Malter Terrada, Carlos Rodrigué y Alberto Taquini. En la edición n.º 3 se integraron, también como redactores, Rodolfo Dassen y Luis González Sabathié; y, en el n.º 4, lo hicieron Fernando Batlle y Juan C. Etchevés. La designación cuidadosa de los colaboradores fue un anticipo del

En la nota editorial del primer número, Bullrich hace una referencia a la situación económica que vivía entonces la Argentina, que no era precisamente propicia. Allí decía, en referencia a la nueva publicación, que “su aparición demostró la atmósfera de serena independencia en que se desenvuelve nuestra ciencia médica y, en segundo término, la capacidad, el nervio y el dinamismo de quienes han debido sortear las dificultades para que la revista se publique”. El primer trabajo publicado en la revista, fue una comunicación de Cossio y Berconsky, sobre una entidad clínica nueva para la época, la “Insuficiencia cardíaca inaparente”. Tanto la calidad de los tra-

bajos publicados como la regularidad de su aparición, hicieron de la revista un claro motivo de orgullo para la naciente cardiología argentina. Oportunamente, los directores científicos del “Archive of Internal Medicine” y del “American Hear Journal”, le hicieron llegar notas de calurosas felicitaciones. Vale destacar que la Revista Argentina de Cardiología fue la séptima publicación especializada en el mundo, y la primera en contar con resúmenes en inglés, francés y alemán. En “Aportes para la historia de la Cardiología”, se destacan los repetidos e infructuosos esfuerzos por reingresarla al Index Medicus, luego de haber sido excluida en 1961, cuando, al parecer por incumplimiento de la empresa editora, la continuidad en su salida fue interrumpida por varios meses. Algunos años más tarde, en 1968 y a pedido de la Comisión Directiva de entonces, se hizo cargo de la publicación el Sr. Néstor Sarría. A partir de entonces, salió regularmente hasta la actualidad. ■ 13


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1974

El primer Congreso Mundial de Cardiología celebrado en nuestro país Del 1 al 7 de septiembre de 1974, la Sociedad Argentina de Cardiología pasó con honores su primera prueba de fuego internacional. El Dr. Jorge Trongé partícipe y testigo de aquel acontecimiento, recuerda los años de febriles preparativos y el éxito alcanzado.

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unque era muy joven por aquellos días, el doctor Jorge Trongé, que en 1982 ejercería la Presidencia de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), fue llamado a colaborar en los prolegómenos del primer Congreso Mundial de Cardiología realizado en la Argentina, en 1974. “La SAC empezó a trabajar cuando fue designada como sede del congreso, hacia 1970”, relata. La Sociedad Argentina de Cardiología, presidida en 1973 y 1974 por los doctores Carlos Gentile y Carlos Bertolasi, respectivamente, y la Federación Argentina de Cardiología (FAC), tomaron como ejemplo algunos congresos anteriores celebrados en nuestros país, e internacionales que tuvieron lugar en otros países, y formaron dos comités, uno Organizador y otro Científico, para que asumieran la tarea. Los integrantes eran figuras destacadas y de primera línea de la cardiología de aquella época, según el relato del entrevistado. Sin embargo, no daban abasto para cubrir todas las tareas, y así fue que se designó luego “un segundo grupo de profesionales muy jóvenes que colaborábamos y trabajábamos de acuerdo con la experiencia que íbamos recogiendo”. En este grupo se integró el doctor Trongé, como secretario técnico adjunto. 14

“Todo el planeamiento del congreso se hizo en las oficinas de Jorge Castex –hijo del prestigioso médico argentino Mariano Castex–, que estaban ubicadas en la esquina de Corrientes y Diagonal Norte”. El trabajo de los médicos organizadores fue estrictamente ad honorem, destaca. Y recuerda que los profesionales de los comités Organizador y Científico, buscaron la ayuda de jóvenes colegas, que contaran con más tiempo y energía para colaborar en los preparativos. La función de este grupo de apoyo se cumplía en estrecha colaboración con los cardiólogos más experimentados: “Fuimos el enlace joven de esa época”, relata Trongé. Y más allá de las tareas de comunicación, hubo que ocuparse de absolutamente todos los aspectos: “Tuvimos que organizar todo el congreso y el Sheraton no alcanzaba por las dimensiones que tenía entonces, así como hoy en día tampoco alcanzaría”. Basados en congresos a los que habían asistido, los miembros experimentados del Comité sugirieron algunas soluciones para que pusieran en práctica sus colegas más jóvenes. “No había espacio suficiente para albergar el congreso ese año, entonces se propuso utilizar la playa de estacionamiento subterránea del hotel

para la exposición comercial, lo cual permitió que viniera gente de todo el mundo. Esto fue muy bueno, ya que en un congreso mundial, los ingresos provienen mayormente de los países a los cuales pertenecen las empresas matrices”, comenta en referencia a las compañías farmacéuticas, tecnológicas y otras, que aportan los fondos necesarios para los gastos en este tipo de encuentros. Pero surgieron otros problemas relacionados con el espacio: no se contaba con aulas suficientes para el dictado de las conferencias, y hubo que construir dos más. ¿El lugar elegido para levantarlas? Las canchas de tenis. Como dato anecdótico, recuerda que el primer día casi se derrumba parte de un aula: “Muchas de estas cuestiones fueron aprobadas porque después del Congreso Mundial de Cardiología vino el Congreso Mundial de Pediatría, que se realizó en el mismo lugar y utilizó parte de las nuevas estructuras”.

Explicar lo inexplicable No faltaron tampoco cambios de último momento que amenazaban con echar por tierra toda la organización. El doctor Trongé destaca la importancia del acto inaugural, y recuerda que justamente este rozó la catástrofe: “El


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congreso se inauguraba un domingo en el Teatro Colón, y fue invitada la entonces presidenta de la Nación, Isabel Martínez de Perón. Estaba todo organizado para el domingo a las 11 de la mañana. Sin embargo, el viernes anterior por la noche estábamos trabajando el grupo más íntimo, y me llama el doctor Romano, me toma del hombro y me lleva aparte para comentarme que lo habían llamado de la Presidencia. Le anunciaron que la señora no podía venir el domingo porque debía asistir a una misa por Perón, así que vendría el lunes a las 11. Nosotros entramos en pánico porque había que cambiar todo. Lo planificado para el lunes debía pasar al domingo y viceversa”. Cuando hay miles de participantes extranjeros, se piensa además en la imagen del país en el exterior. Los tiempos también eran distintos en cuanto al protocolo. “En esa época, no se podía decir que no a la presidenta, ni ella podía mandar a alguien en representación”. De alguna manera, este problema también pudo salvarse, aunque “las explicaciones fueron dantescas. No había forma de explicar y que se tomara a bien el cambio de día de la ceremonia de inauguración”, admite.

Operativos de seguridad Eran días de mucha tensión, no solo por los problemas organizativos, sino también por la situación política que se vivía en el país. “El día de la inauguración se montó todo un operativo. Llegar un lunes a las 11 de la mañana al Colón, en época de represión y guerrilla, en micros que salían del Sheraton, era complicado, por lo que se tuvo que hacer un gasto importante en seguridad. El Colón era protegido por la policía, que estaba distribuida por todos lados. Y fue un gran operativo, incluso algunos micros llegaban a contramano y nosotros tuvi-

Dr. Jorge Trongé

mos que abrirnos paso con mucha dificultad”. Pero iniciado el acto, la propia presidenta incursionó en temas que consideró de interés para los asistentes: “Fue un discurso muy simpático, Isabel hablaba de la sístole y la diástole. Quería asemejar la sístole, a cuando el corazón se contrae, como se contrae el pueblo y la ciencia”, evoca. Relacionado con aquel momento político, circula también un “relato” acerca de que el presidente del congreso debió visitar a los integrantes de la fuerza guerrillera en un lugar clandestino para poder concretar un pacto de no agresión. Es necesario ubicarse en el momento y tomar en cuenta los medios con que entonces se contaba, tanto tecnológicos como en cuanto a las dimensiones de la SAC. “Obviamente, no era como hoy en día, que tenemos celulares y todo al alcance. En esa época no había nada, la Sociedad de Cardiología era muy chica y solo tenía un departamento en la calle Paraná, que servía como sede administrativa. Afortunadamente, el Comité manejó muy bien y con mucho criterio todos los ingresos”.

Los beneficios obtenidos desde el punto de vista científico fueron muy importantes para la cardiología argentina, y, desde el punto de vista económico, permitieron crecer a ambas sociedades: “Para la SAC significó concretar un sueño, tener una sede propia. Para este logro colaboraron todos los cardiólogos”, señala Trongé y destaca “en particular, a los doctores Carlos Bertolasi, Carlos Gentile, Bernardo Boskis y Jorge Albertal, entre otros, y al asesor letrado de entonces, doctor Méndez”. Para el cardiólogo, “otro hecho importante que nos dejó el Congreso Mundial, fue cómo se organiza un congreso, y, a partir del mismo, la Sociedad comenzó a organizar estos eventos con su personal”. En esta etapa, resalta “la colaboración del Sr. Néstor Sarría”. Además, destaca “la calidad humana y científica” de todos los integrantes del Comité Organizador y del Comité Científico, presididos por los doctores Francisco Romano y Mauricio Rosenbaun, respectivamente. “Los avances de la cardiología fueron incesantes a través de los años y la cardiología argentina participó activamente a nivel mundial con el aporte de numerosos trabajos científicos, recibiendo nuevamente el honor de organizar un nuevo Congreso Mundial de Cardiología, que fue presidido por el doctor Horacio Faella”, destaca sobre el encuentro realizado en 2008. Con el regreso de la democracia vinieron tiempos más calmos y positivos para nuestro país, para la SAC y sus autoridades. Al doctor Trongé le tocó ser presidente del Congreso Argentino de Cardiología en 1985, y evoca que “a ese acto inaugural asistió el entonces presidente Raúl Alfonsín”. ■ 15


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Dr. Carlos Alberto Bertolasi

Maestro de varias generaciones de cardiólogos Son muchos los hitos que marcan la carrera del doctor Carlos Alberto Bertolasi (1932-2008). El primero, y por el cual se convirtió aún joven en un gran referente de la cardiología argentina, fue el establecimiento de la primera unidad coronaria en un hospital público. Corría la década de 1970, y el cardiólogo desempeñaba su labor en el Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich. Para entonces también había desarrollado una clasificación de la cardiopatía isquémica, es decir, de la enfermedad coronaria, que en ese momento se usó en la Argentina y en muchos lugares del mundo. Si bien la creación de la unidad coronaria era lo más destacado, sus logros no se limitaron a ésta. El doctor Néstor Pérez Baliño, que fue su discípulo, recuerda –en la edición especial de Prescribe sobre Historia de la Cardiología en la Argentina, 2008–, que “supo generar un grupo con mucha mística en la cardiología donde se lo seguía con entusiasmo y se lo respetaba por estar formando a médicos de más de una generación”. Paralelamente a sus tareas profesionales y docentes en el Hospital Argerich, el doctor Bertolasi defendía el sistema de salud pública, en el que siempre se desempeñó. Constantemente se esforzaba por conseguir el equipamiento más moderno y por lograr que su sector funcionara con la mayor eficiencia y fluidez posibles. Esa labor a favor de la atención pública –explica en la nota mencionada Pérez Baliño– fue uno de los principales motivos por los cuales se lo nombró, en mayo de 2007, “Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires”.

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rían con una decisión u otra”, recuerda Pérez Baliño. La validez de la posición asumida por el maestro fue demostrada años después a través de un importante trabajo. Y no solo medió en este tema de tanta trascendencia, en el cual se vieron enfrentados en un principio figuras como Pedro Cossio y René Favaloro, sino también en muchos otros de la especialidad. El doctor Bertolasi es recordado como una persona que aceptaba y generaba el debate de ideas entre sus colegas, de manera que instauraba una discusión profunda y apasionada en todos los sitios donde se desempeñaba. Las personas más allegadas a él suelen destacar su vitalidad y capacidad de trabajo, la creatividad que aplicaba a su labor profesional y su ética a toda prueba. Tenía una clara posición política, aunque ésta no se plasmó en ninguna actividad partidaria, sino más bien en una militancia a favor de ciertos principios generales y una firme ética de trabajo. Contaba Pérez Baliño que “era un hombre de ideas democráticas muy consolidadas (...), personalmente me costaría mucho definir si se manejaba como un hombre de derecha o de izquierda”. Esa rectitud inquebrantable se reflejaba en sus discursos, en su capacidad para captar la atención de un auditorio con frases armoniosas y concceptos profundos.

Al frente de la SAC

“El doctor Bertolasi creía que la atención pública era un punto igualitario para la gente de todos los niveles, y que él no podía hacer un tipo de medicina en la actividad privada y otro tipo en las instituciones públicas”, recordaba quien fue uno de sus discípulos.

En 1974, año que se realizó el primer Congreso Mundial de Cardiología en Buenos Aires, Bertolasi era el presidente de la SAC. Para ese acontecimiento fueron entonces muy útiles “su capacidad de liderazgo y conducción”. Y también su visión de futuro, ya que, finalizado el encuentro, Bertolasi fue uno de los principales impulsores de la compra de la sede actual de la SAC con el dinero obtenido.

En los comienzos de la cirugía cardiovascular, hubo una fuerte discusión entre quienes estaban a favor de ella y quienes se oponían. “El doctor Bertolasi fue uno de los profesionales que ayudó a superar esta cuestión, insistiendo en que para algunos pacientes era preferible la cirugía y para otros no. Él ayudó a ver qué personas se beneficia-

Pero su paso por la Presidencia de la SAC no significó el fin de sus tareas en la institución, ya que siempre se mantuvo activo y fue uno de los miembros del Tribunal de Honor. En la cena de fin de año de 2007, poco antes de su fallecimiento, pronunció un discurso en el cual expresó la coherencia de todo una vida con sus principios éticos. ■


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1976

Tiempo de reformas arquitectónicas y recuerdos de un congreso La presidencia del Dr. Bernardo Boskis, en 1976, estuvo signada por las importantes obras que fue necesario realizar poco después de adquirida la actual sede de la Sociedad Argentina de Cardiología. Su recuerdo del Congreso Mundial de 1974.

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n 1976, cuando el doctor Bernardo Boskis se desempeñó como presidente de la SAC, todavía resonaban fuertemente los ecos del Congreso Mundial de Cardiología celebrado en Buenos Aires dos años antes. Fue precisamente esa importante reunión internacional la que aportó los fondos necesarios para la adquisición de la actual sede de la SAC en la calle Azcuénaga. Al respecto, el doctor Boskis destaca que “los resultados económicos fueron muy significativos, e inteligentemente invertidos por los doctores Carlos Bertolasi y Jorge Albertal para la compra de un edificio que sería sede permanente de nuestra sociedad”. Sin embargo, la magnitud de la reforma necesaria era tal que el dinero recaudado durante el Congreso Mundial no resultaba suficiente. Pero estaba la ‘‘posibilidad de conseguir una muy importante contribución económica de las empresas farmacéuticas amigas. De este modo, creció mi idea de edificar un área docente y académica permanente en la SAC, la cual terminaría con el peregrinaje que veníamos realizando hasta mi presidencia”, relata. Las obras abarcaron tres largos años: “Fue así que desde mi vicepresidencia (en 1975) y luego, durante mi presidencia, maduré y planifiqué dicho ob-

jetivo. Incluso fue necesaria la colaboración de otro período presidencial, el del doctor Julio d’Oliveira, que me sucedió”. El doctor Bernardo Boskis gestionó personalmente, incluso en el nivel internacional, una importantísima donación que dio el mayor impulso a las obras. “En esa época, mi vinculación con el doctor José Bonacorso, presidente de Merck Sharp&Dohme (MSD) en Argentina y Uruguay, y mi muy buena amistad con el doctor Barry Cohen, CEO para Latinoamérica de esta empresa a nivel internacional, me permitieron conseguir la mayor donación efectuada entonces para esta región,

“...los resultados económicos fueron muy significativos, e inteligentemente invertidos por los doctores Carlos Bertolasi y Jorge Albertal para la compra de un edificio que sería sede permanente de nuestra sociedad”.

un monto de 300.000 dólares. La conseguimos, junto con el doctor d’Oliveira, mediante una gestión exitosa en la sede de MSD en Nueva Jersey”. Hasta entonces, el edificio había sido destinado a fines muy distintos de los que tendría como sede de la SAC, de ahí la exigencia de realizar una reforma importante de sus instalaciones. “Debemos recordar que el edificio que compraron los doctores Bertolasi y Albertal era un lugar destinado, en sus primero, segundo y tercer pisos, para fiestas, mientras que la planta baja era un comercio de venta de café ambulatorio con un extenso sótano donde se manufacturaba el café”, explica. El entrevistado colaboró activamente en el diseño de las nuevas instalaciones. Todos los detalles fueron exhaustivamente conversados con arquitectos y técnicos, y, “una vez obtenido el acuerdo con MSD, me reuní con el arquitecto contratado precisamente por el laboratorio, y diseñamos un área administrativa para la Sociedad”. “Donde estaba el sótano –describe–, previmos una extensa platea con un segundo piso tipo pulman y un amplio escenario que abarcaba todo el ancho del salón. Y hasta tuvimos la fortuna 17


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efectuando actualmente. Considero dichos logros lo más importante de mi presidencia en la SAC”, subraya.

de que su diseño y la acústica los efectuara el ingeniero Fenzi, galardonado por trabajos semejantes en el teatro San Martín”, resalta. A estas instalaciones se les sumó una compleja cabina de proyección y sonido, “más una mini salita lateral para charlas informales o preparación de las conferencias”. No faltaron dificultades que demoraran o hicieran peligrar el logro final. El doctor Boskis recuerda sobre todo una que tuvo consecuencias desastrosas: “Hasta su terminación, pasamos por múltiples problemas como, por ejemplo, la rotura de un caño de agua del edificio vecino que transformó, durante más de un mes, la parte anterior de la excavación de la obra en una pileta de natación con la consiguiente angustia para los que estábamos en el manejo de la obra”.

Recuerdos del Congreso Mundial

Dr. Bernardo Boskis

Momento político Asimismo, la situación histórica por la que atravesaba el país influyó y, por momentos entorpeció, el avance de la obra. “Tampoco fue fácil contactar con el presidente de MSD, ya que había recibido órdenes de los Estados Unidos de trasladar sus oficinas ejecutivas a Montevideo debido a las permanentes amenazas de secuestros que recibían las empresas de origen norteamericano. Esto dificultó significativamente los contactos con los ejecutivos a los cuales solo se los podía ver por cita previa fijada por mensaje y con muy poco tiempo de anticipación. Las dificultades se fueron incrementando; no obstante, no resultaron un obstáculo para terminar todo a tiempo”. A 36 años de los hechos narrados, el cardiólogo siente que aquellas tareas, 18

más cercanas a la arquitectura que a la medicina, fueron lo más destacado de su período al frente de la SAC. “Evidentemente, esto significó para la Sociedad un tremendo avance y una nueva etapa en su actividad científica, al permitir su entrada en la docencia y actividades académicas como se efectuaron y se siguen

“...esto significó para la Sociedad un tremendo avance y una nueva etapa en su actividad científica, al permitir su entrada en la docencia y actividades académicas”.

Cuando el doctor Boskis se ocupó de planear y continuar el avance de las obras en la recién adquirida sede de la SAC, ya contaba con una experiencia previa: la terminación acelerada del Hotel Sheraton de Buenos Aires para la celebración del VII Congreso Mundial de Cardiología realizado en 1974. “El congreso – recuerda– se desarrolló en el Hotel Sheraton, que fue terminado de construir especialmente para el evento y en el cual se realizaron modificaciones y ampliaciones significativas. También se efectuaron transformaciones en edificios e industrias vecinos conectados con él. Asistieron 8.000 personas y se presentaron 2.400 resúmenes; las tareas de exposición comercial se desarrollaron en un campo de 4.500 metros cuadrados”, repasa. Para parte de las ceremonias, sin embargo, se utilizaron otros edificios emblemáticos de la ciudad y el conurbano, como en el caso de la apertura del Congreso. “La entonces presidenta de la Nación, Isabel Martínez de Perón, inauguró el encuentro con un discurso en el Teatro Colón el 2 de septiembre de 1974. Este acto generó un gran trastorno, dado que la Casa Militar no entregaba la logística, y la presidenta ingresó por un lugar que no se esperaba, consecuencia de las grandes medidas de seguridad que se tomaban por la situación del país en aquella época”. Por su parte, el Colegio Militar prestó sus instalaciones para las reuniones sociales. Los asistentes quedaron im-


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presionados en particular con el acto efectuado en el Colegio Militar de la Nación, que incluyó una demostración de carga de caballería y lanzamiento de paracaidistas, “espectáculo que fue comentado durante mucho tiempo por los médicos participantes”; recuerda Boskis. Luego, “el Colegio ofreció un almuerzo criollo, compuesto por locro y empanadas. Fuimos hasta allá en colectivos, custodiados por una infinidad de motocicletas debido a la frecuente amenaza que flotaba en el aire”. Otro establecimiento tradicional porteño sirvió para poner el broche final al Congreso: “El banquete de cierre se efectuó en los salones de la confitería Harrods, que en esa época estaba muy de moda”, relata el entrevistado. Y agrega que las autoridades del congreso también se habían preocupado por la seguridad de los asistentes y habían tomado medidas especiales. Y detalla: “El congreso resultó muy costoso en el área de seguridad, puesto que la situación imperante de amenazas obligó a tomar una súper vigilancia con elementos adecuados. Tomamos seguros especiales para cada invitado. A cada uno le nombramos un edecán que lo acompañara durante

“El congreso se desarrolló en el Hotel Sheraton, que fue terminado de construir especialmente para el evento y en el cual se realizaron modificaciones y ampliaciones significativas”.

todo el tiempo. Asimismo, se los iba a recibir al aeropuerto”. Y hasta se hicieron contactos con los autores de las amenazas, para asegurar una tregua: “Tuvimos mucha suerte de que el doctor Francisco Romano, presidente del congreso, pudiera tener una entrevista personal con la gente que amenazaba la realización del encuentro mundial. De este modo, conseguimos una paz completa en todo su transcurso”.

Viaje a Miami También desde el exterior llegaban malas noticias y ataques. En este sentido, al doctor Boskis le tocó una misión muy especial. “Por si los inconvenientes fueran pocos, ya organizado y vendido todo el congreso, una firma norteamericana de electromedicina que se había negado a participar, inició una campaña muy agresiva contra su realización, aduciendo que existía en la Argentina fiebre amarilla en actividad y que a la gente de capacidad económica elevada, sobre todo extranjeros y mayormente norteamericanos, la secuestraban en las calles. Entonces, el Comité Ejecutivo que integraba, decidió enviarme a los Estados Unidos, más precisamente a Miami, para hablar con el presidente y desvirtuar todas sus afirmaciones. Me fue encomendada esa responsabilidad y tuve la fortuna de poder finalizar con éxito la gestión y revertir los problemas creados”, cuenta el cardiólogo y elogia el trabajo del doctor Jorge Trongé, “que colaboró conmigo en la secretaría técnica con gran eficacia”. Pero los constantes sobresaltos no se limitaron a las amenazas externas, ya que también las reformas y adecuación de los edificios sufrieron varios tropiezos. Boskis evoca algunos detalles que en su momento generaron gran preocupación entre los

“El congreso resultó muy costoso en el área de seguridad, puesto que la situación imperante de amenazas obligó a tomar una súper vigilancia con elementos adecuados”. organizadores: “Por ejemplo, la pileta del hotel se cubrió toda, así como el área de fitness; y construimos varias aulas encima de toda esa superficie. Hasta el último día no sabíamos si al día siguiente encontraríamos a los médicos nadando en la pileta por un posible derrumbe de esa estructura, que finalmente no ocurrió”. Y continúa: “Construimos el área comercial en el garaje y el subsuelo del hotel, cuya adecuación y ventilación nos resultó costosísima. Sufrimos tremendamente porque no sabíamos si se iban a poder terminar las instalaciones, ya que faltaban las escaleras mecánicas y los paneles acústicos del hotel en el área de congreso. Es que no se podían retirar de la Aduana por problemas con la Marina”, recuerda. “En esa época, todo el control del sistema aduanero y de importación estaba a cargo de dicha fuerza militar”. Finalmente, la solución llegó de la mano de un paciente de un miembro del Comité Organizador, que consiguió destrabar esa situación. “De otro modo, las consecuencias hubieran sido nefastas por no poder terminar la sede del congreso”, concluye el doctor Boskis. ■ 19


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La Fundación Cardiológica Argentina Nacida en 1976, es el brazo comunitario de la SAC y sus actividades se dividen, básicamente, en tres grandes áreas: Investigación, Educación y Comunidad. Sus programas e iniciativas más relevantes.

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el país, realizamos campañas en los subtes, actividades comunitarias masivas en reanimación cardiopulmonar, y, en el marco del Congreso Mundial de Cardiología realizado en 2008, se llevó a cabo el primer curso masivo de RCP, en el cual fueron entrenadas más de mil personas en una jornada. Estas acciones las desarrollamos permanentemente, es un trabajo diario”, relataba el doctor Iglesias a Prescribe.

e trata de una organización sin fines de lucro, creada en 1976 por profesionales de la SAC, como su entonces presidente, el doctor Bernardo Boskis, y algunas agrupaciones entre las que figuran el Centro de Lucha contra la Arteriosclerosis y la Asociación Pro Ayuda al Enfermo Cardiovascular, entre otras. La Fundación es una entidad de bien público y no gubernamental, integrada por miembros médicos y no médicos que colaboran voluntariamente para difundir y promover los principios de la prevención de las enfermedades cardiovasculares en la comunidad. Su principal objetivo es educar a la comunidad en cuanto a la prevención de estas enfermedades, y, para eso, pone el acento en tres pilares: alimentación saludable, actividad física y abandono del tabaquismo. Afiliada a la World Heart Federation y a la Interamerican Heart Foundation, desarrolla sus actividades que, básicamente, se dividen en tres grandes áreas: Investigación, Educación y Comunidad. En relación con la educación, la prioridad de esta entidad es asumir la responsabilidad de ser referente en materia de prevención de las enfermedades cardiovasculares en el seno de la sociedad; mientras que en el ámbito de la comunidad, procura tener presencia y participación activas en todos los encuentros científicos de la especialidad, como, por ejemplo, congresos nacionales e internacionales. 20

Con motivo de la celebración de su 35.º Aniversario, en 2011, su entonces presidente, el doctor Ricardo Iglesias, destacaba que la idea es también “trabajar en investigación, la FCA fomenta y asesora diversos proyectos orientados a estudiar la prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular en nuestra población”. La primera sede de la entidad estaba ubicada en la calle Paraná 489, 9.° piso, hasta que, en 1999, fue adquirida la sede actual, acontecimiento que fue muy importante para sus integrantes. Varios hitos se pueden destacar en la vida de esta institución líder en muchos aspectos. Uno de ellos data de 1982, cuando dictó el primer curso de resucitación cardiopulmonar (RCP). Desde entonces hasta la fecha recibieron capacitación más de 50.000 personas en la Argentina. “Formamos gente en todo

Otro tema desde siempre relevante para la FCA, es la alimentación unida a la educación. En este sentido, participó en la ‘Feria Sabores y Salud’ y publicó los libros “Alta cocina y bajo colesterol” y “El sabor de la salud”, además de organizar permanentemente charlas dirigidas a la comunidad sobre alimentación cardiosaludable y nutrición. También tiene el programa “Cocinando con los chicos”, en cuyo marco los niños aprenden, mediante el juego, a comer de manera saludable, y a reconocer qué alimentos son amigables para mantener una buena salud y los valores nutritivos de aquellos que necesitan para su desarrollo y crecimiento. En esta área, también enseñan a adoptar hábitos saludables en la cocina, como, por ejemplo, leer las etiquetas de los alimentos y saber interpretarlas. Estos programas educacionales se denominan “De la góndola a su mesa” y “Etiquetado de productos”. Al respecto, vale recordar que en 1994 nació el Programa sobre Etiquetado, por el cual se dan pautas a los consumidores; se efectúa un análisis y una evaluación de los productos alimenticios que


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cumplen con las normas institucionales, y pautas internacionales de la salud cardiovascular. Dichas normas surgen de estudios epidemiológicos internacionales y constituyen una referencia con respaldo científico para que los consumidores puedan elegir alimentos que contribuyan a prevenir las enfermedades cardiovasculares y vasculares encefálicas. Para obtener el sello de la Fundación, los alimentos son evaluados por un equipo de profesionales especialistas en Nutrición y Alimentación, quienes determinan si son aptos para su aprobación. En términos generales, deben cumplir con límites bajos en grasas totales, grasas saturadas o aceites vegetales hidrogenados, colesterol y sodio.

des cardiovasculares desde la niñez, fue creado con el objetivo de capacitar a los docentes en los aspectos fundamentales que potencian la prevención de las enfermedades cardiovasculares para promover, a través de la educación, una forma de vida saludable desde la infancia. Este sería el primer eslabón de una “cadena de prevención familiar”: docente-alumno, alumnofamilia, familia-comunidad. Por eso, este programa se define de acuerdo con los intereses y necesidades de los maestros de jardín de infantes, colegios primarios y otros niveles. Para ello se focaliza en lo que se denomina la “trasposición didáctica”, es decir, cómo transferir contenidos científicos a situaciones áulicas para

nar 40 minutos diarios”. Conociendo estas cifras, “se pueden identificar los posibles riesgos”, explicaba el profesional, que se desempeñó como vicepresidente de la Fundación en 2008.

Mujer y ECV “Corazón y Mujer” es otro de los programas destacados de la FCA. Según explicaba Fábregues en “Historia de la Cardiología en la Argentina” (Prescribe, 2008), desde 1980 se registran más muertes de mujeres por enfermedades coronarias que de hombres, tendencia que también se da en los Estados Unidos y en Europa. La iniciativa tenía entonces el objetivo de que las mujeres tomaran conciencia respecto de esta situación.

ArConTa

La enfermedad cardiovascular (ECV) había sido poco reconocida por los profesionales, la poSe trata de una de las primeras blación, y, sobre todo, por las iniciativas de la FCA. El prograpropias mujeres. Frente a esta ma ArConTa (Argentina Contra falencia, y teniendo en cuenta el Tabaco) incluye una serie de que esta enfermedad es más freactividades de prevención, proteccuente que todos los tumores ción y cesación del tabaquismo, malignos juntos, incluido el de dirigidas al equipo de salud (mémama, la SAC y la FCA, junto dicos, otros profesionales de la Medallas de la Caminata Saludable ralizada en el con todas las Sociedades Cientísalud, promotores y educadores de Marco del XVI Congreso Mundial de Cardiología. ficas Cardiovasculares del munla salud), hospitales e instituciodo, pusieron énfasis en el prones de salud, escuelas y empresas. promover el aprendizaje en chicos con grama de concientización acerca de este grave trastorno que afecta la salud Sus objetivos principales están dirigi- diferente nivel evolutivo. de la mujer. dos a incrementar los conocimientos sobre la adicción al tabaco; desarrollar Las propuestas que incluye fueron diseñaun cambio de actitud positivo hacia la das mediante la unificación de los siguien- El 9 de octubre de 2005, durante el identificación y el tratamiento del taba- tes ejes: médico, pedagógico y social, con XXXII Congreso Argentino de Carquismo; adquirir destrezas y entrena- asesoramiento de profesionales idóneos en diología, se realizó el lanzamiento de la Comisión “La Mujer y la Cardiolomiento para el abordaje del paciente cada una de las disciplinas. gía”. Desde entonces, un grupo muy fumador; mejorar la autoeficacia frente a las diferentes estrategias disponibles; Por otra parte, el 5 de junio de 2007, activo de comenzó a reunir para deliy constituir referentes para la difusión comenzó la campaña “Conozca sus near un programa de actividades por del programa. Para ello, entre otras números”, cuyos objetivos eran expli- desarrollar ese año. La primera, consiactividades, se realizan mediciones de cados por el doctor Guillermo Fábre- derada como una de las más importangues a Prescribe en edición especial tes, fue la realización de la encuesta anhídrido carbónico en los hospitales. Historia de la Cardiología, 2008): “Lo “Reconocimiento de la enfermedad importante de este proyecto es aprender cardíaca de la Mujer por la Mujer”. Programa Educando a conocer seis números: niveles de preEl Programa Educando de la FCA sión arterial, colesterol y azúcar, perí- Ese año presidía la SAC el doctor para la prevención de las enfermeda- metro de cintura, cero cigarrillo y cami- Sergio Varini, y la FCA, la doctora 21


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Liliana Grinfeld, quienes advirtieron sobre la importancia de las enfermedades cardiovasculares en la mujer, el escaso grado de conocimiento sobre ellas por parte de la comunidad y la importancia de este relevamiento.

El 8 de octubre de 2006, en el marco del XXXIII Congreso Argentino de Cardiología, con la coordinación de los doctores Claudio Zin y Guillermo Fábregues, y las doctoras Liliana Grinfeld, María Inés Sosa Liprandi, Florencia Rolandi, Lucía Kazelián y Ana Tambussi, fue planteada esta problemática, se difundieron datos sobre la enfermedad y mortalidad cardiovascular en la mujer argentina, se presentaron los resultados de la encuesta, los proyectos de investigación cualitativa y las acciones preventivas por desarrollar. Vale destacar, de aquellas exposiciones, algunos conceptos como los siguientes: ●

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A diferencia del varón, la mortalidad cardiovascular de la mujer se encuentra en aumento en los últimos años. La Argentina lidera la mortalidad de causa cardiovascular en Latinoamérica. A nivel internacional, la mujer identifica inadecuadamente cuál es su principal problema de salud, adjudicándolo al cáncer en general en el 51% de los casos, 38% al cáncer de mama y solo 13% a la enfermedad cardiovascular. Asimismo, en estadísticas de los Estados Unidos, las mujeres toman conocimiento de la probabilidad de ECV apenas en un 24% a través de los médicos, 45% reciben información a través de revistas y 34% de la televisión En esta encuesta se contactaron telefónicamente 600 mujeres de 20 a 70 años en el área metropolitana, con un cuestionario semiestructurado con indagación de respuestas espontáneas, con adecuado nivel

educacional (70% secundario completo o más). Frente a la pregunta de cuál es la principal causa de muerte en la mujer, 35% la adjudicó al cáncer en general y sólo 20% a ECV. Consideraron su principal problema de salud el cáncer de mama, estrés, cáncer en general y solo una de cada 10 resaltó la ECV. Demostraron preocupación por el cáncer 80% de las encuestadas y solo 33% por la ECV. Conociendo que en la Argentina 33% de las muertes son causadas por ECV y 18% como consecuencia del cáncer, impresiona una percepción equivocada de la realidad o una información deficiente de la población. El nivel de consulta para prevención de enfermedad cardiovascular es escaso. Si bien las mujeres conocen las medidas adecuadas para reducir los factores de riesgo, 30% fuma, 22% fumó, el control de la tensión arterial y de las cifras de colesterol es pobre y la actividad, sedentaria. En términos generales, la mujer conoce los síntomas cardiovasculares, los factores de riesgo y las conductas que los reducen, pero falla en su implementación. La mujer se encontraría más preocupada por el cáncer que por la enfermedad cardiovascular, que tiene mayor mortalidad.

En función de estos datos, se planifican intervenciones en programas tanto individuales como comunitarios que se desarrollan en el ámbito laboral, dirigidos especialmente a la mujer joven.

Carpas saludables Particular repercusión han tenido siempre estas carpas de las Fundación Cardiológica Argentina, en las cuales se realizan campañas de relevamiento de factores de riesgo. Todos los años

son armadas en el marco del Congreso Argentino de Cardiología y durante las jornadas de los distritos. Además, para el Día Mundial del Corazón, que se conmemora cada 29 de septiembre, las actividades se intensifican en todo el país. En la presente edición, el doctor Jorge Lerman, actual presidente de la FCA, también resalta, entre otras actividades, un curso breve de resucitación cardiopulmonar, dirigido a todas las personas interesadas en aprender las maniobras de reanimación cardiopulmonar. De este modo, considera, se contribuye a que sepan cómo desempeñarse “en lugares públicos o en la calle, o donde sea, cuando de repente se encuentren ante un episodio de muerte súbita o un desmayo, por ejemplo”. Pero más allá de los programas, actividades y publicaciones dirigidos a la comunidad en general, la FCA también tiene propuestas para el personal del área de Salud que desee perfeccionar sus conocimientos. En este sentido, se destaca el curso de Soporte Vital Avanzado, dirigido a médicos, enfermeros y técnicos. En la entrevista por los 35 años de la FCA, el doctor Iglesias señalaba que “el cardiólogo argentino es un médico con una abrumadora carga de responsabilidades, las circunstancias lo obligan a que esté pensando sólo en el trabajo diario”. Y reflexionaba: “Es indispensable que no olvidemos las raíces solidarias y el idealismo de nuestra profesión. Esa profunda vocación de servicio que entiende que la verdadera trascendencia en la vida es hacer algo por los demás, que hay que dar más que recibir”. Sin duda, esta vocación de servicio la tienen aquellos que quieren aprender cómo ayudar a los demás, y, por supuesto, instituciones como la FCA, que les brindan el espacio y los recursos para hacerlo. ■


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1981

Vocación societaria y excelencia científica Fue un año de logros importantes, fortalecimiento de las relacionales con sociedades científicas internacionales e intentos de unión con la Federación Argentina de Cardiología. El Dr. Manuel Alberto Cuesta Silva repasa los hechos más salientes.

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inguna presidencia puede separarse de las previas ni de las que la suceden. Sin duda, un hecho que ha posibilitado el gran crecimiento de la SAC a lo largo de sus 75 años de vida, es la existencia de un proyecto de desarrollo -el equivalente de las ‘políticas de Estado’- a largo plazo. Esto se debe, en gran parte, a su organización política, ya que es una sociedad de miembros, de los cuales, aquellos que se destacan científicamente y tienen ‘vocación societaria’, es decir interés en participar en su conducción, hacen una larga trayectoria que los va preparando para conducir algún día los destinos de la institución, pero solo durante un año y sin ninguna posibilidad de reelección”. El doctor Manuel Alberto Cuesta Silva remarca esta última frase y no disimula su entusiasmo al hablar de la Sociedad Argentina de Cardiología, que presidió en 1981. Y marca otra particularidad: “Toda esa experiencia no se pierde y el presidente saliente pasa a formar parte del Consejo Asesor, durante varios años. Sus funciones son justamente las de asesorar a la Comisión Directiva en temas importantes, cuando son citados especialmente por el presidente en ejercicio”. Además, “sus miembros eligen por votación a un miembro titular de la SAC como candidato a vicepresidente primero, que será luego sometido, junto con los restantes nuevos miembros de la Comisión Directiva a la aprobación de la Asamblea

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anual de socios. Por supuesto, cualquier otro grupo de integrantes titulares de la SAC puede presentar candidatos alternativos, pero esto fue muy inusual en la historia societaria. De hecho, en una sola oportunidad se presentaron dos listas. El vicepresidente electo será el presidente del Comité Científico, y, al año siguiente, el presidente de la SAC. Esto ha permitido una estupenda continuidad de ideas, como si se tratara de una posta interminable, en la cual el esfuerzo y la experiencia previos no son desapro-

“Esto ha permitido una estupenda continuidad de ideas, como si se tratara de una posta interminable, en la cual el esfuerzo y la experiencia previos no son desaprovechados y se suprimen las actitudes individualistas y las pretensiones de eternizarse en el poder”.

vechados y se suprimen las actitudes individualistas y las pretensiones de eternizarse en el poder”, detalla. Para Cuesta Silva, cada presidencia tiene circunstancias distintas, de acuerdo con la situación del país y del mundo, y de las características derivadas de la personalidad y capacidad de cada presidente. De su gestión, no duda en rescatar como una de las actividades científicas más destacadas, el XVIII Congreso de la Cardiología Argentina, X Congreso Sudamericano de Cardiología y Simposio Internacional de Técnicas no Invasivas, realizado en Buenos Aires entre el 11 y el 17 de octubre de 1981. Este encuentro “tuvo una gran importancia en el desarrollo de la Sociedad, pero no careció de problemas, especialmente por las relaciones interpersonales de sus propios miembros”. En cambio, las relaciones con la Federación Argentina de Cardiología (FAC), institución coorganizadora, pasaban en esa época por una etapa de armonía. “La sede fue el Hotel Sheraton y tuvo una concurrencia récord para aquel entonces”, recuerda. El congreso también se destacó por ser el primero en el cual el presidente de la SAC presidió además el Comité Científico, y, simultáneamente, se desempeñó como vicepresidente primero del Comité Organizador. Cuesta Silva relata que existían “serias desavenencias entre el presidente del Comité


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Organizador, doctor Bernardo Boskis, y el presidente del Congreso de la Unión de Sociedades de Cardiología de América del Sur (USCAS), el doctor Guillermo Pujadas, que hacían peligrar su organización”. Entonces, “en la SAC había una puja entre los partidarios de dos líneas de pensamiento en cuanto a la participación de los miembros en la vida societaria. Y ambos expresidentes estaban en veredas opuestas: “Boskis adhería a la idea de la ‘vocación societaria’, mientras que Pujadas era un firme defensor de que debía primar la capacidad científica. Sus diferentes posturas se vieron agravadas por el fuerte carácter de ambos, lo cual trajo repercusiones en la organización del congreso”. Por otra parte, continúa, “Pujadas había establecido una competencia en la recaudación de fondos por parte de las empresas farmacéuticas, que eran la principal fuente de recursos; prácticamente intentó montar un congreso paralelo. Entonces, fue necesario aplicar toda la autoridad que la Presidencia de la SAC me investía para poder concretarlos”. Para ello, hubo que conciliar posiciones y finalmente se llegó a un “excelente resultado final, tanto en lo científico como en lo económico”. Para el desarrollo del programa científico en el comité respectivo, que presidió Cuesta Silva, “nos propusimos atraer a la Sociedad a algunos miembros ilustres que estaban alejados. Un caso emblemático fue el del doctor Mauricio Rosenbaum, quien se encontraba disgustado con las políticas científicas y políticas de la SAC en aquel momento”. De modo que, en forma personal y luego de consensuarlo con el vicepresidente, el doctor Jorge Trongé, lo visité en repetidas oportunidades en su Servicio del Hospital Ramos Mejía, y lo convencí para que organizara y seleccionara personalmente el Programa Científico de una

Dr. Manuel Alberto Cuesta Silva

jornada completa del congreso, que fue dedicada a las arritmias”. La aceptación por parte de Rosenbaum, significó “el acercamiento de un grande de la cardiología argentina y su distinguido equipo a la SAC”. Algo similar ocurrió con los cardiólogos pediatras, a los que, en aquella época, “no era muy fácil hacer actuar en armonía”. Para lograrlo, “les organizamos una importante participación en las actividades científicas del congreso, y ellos mismos decidieron a quien le correspondía participar por sus méritos profesionales”, evoca Cuesta Silva sobre otra de las iniciativas exitosas de su gestión.

“...nos propusimos atraer a la Sociedad a algunos miembros ilustres que estaban alejados. Un caso emblemático fue el del doctor Mauricio Rosenbaum”.

Relaciones internacionales Fue una de las áreas fortalecidas gracias a la organización del Congreso, que contó con una participación importante de miembros de sociedades cardiológicas de diversos países del mundo, en calidad de relatores y asistentes. “Pujadas trabajó arduamente en la organización del Congreso Sudamericano y Boskis hizo un aporte significativo con sus múltiples relaciones, en especial con miembros del American Collegue of Cardiology de los Estados Unidos”, señala Cuesta Silva y recuerda que realizamos “innumerables viajes” para promocionar aquel encuentro.

Formación médica Si bien la SAC siempre había dictado cursos, no daba títulos. Durante la vicepresidencia del entrevistado se consiguió, a través de la Ley 17132 de Ejercicio de la Medicina, que lo hiciera: “Esta ley permitió que, en 1981, la SAC comenzara a extender el título de especialista en Cardiología por primera vez en su historia. Para ello, “se basaba en los cursos dictados en nuestra aula y un examen final”. Esta metodología fue luego reemplazada por el Convenio UBA-SAC, por el cual la Sociedad pasó a ser una Unidad Académica Docente, dependiente de la Facultad de Medicina de la UBA. Durante la presidencia de Cuesta Silva, también fueron creados varios consejos científicos. Al respecto, rescata lo ocurrido con la ecocardiografía, una técnica que entonces se encontraba en sus inicios y que “la practicábamos en su gran mayoría los que trabajábamos en fonomecanocardiografía. La Sociedad de Ecografía General sostenía que eran los ecografistas quienes debían realizar los ecocardiogramas. Y mi postura era que, para hacerlo, había que ser cardiólogo, por lo cual tuve duras discusiones”. Finalmente, “esta 25


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tesis se impuso, y, desde entonces, la técnica es una subespecialidad de la Cardiología. Muchos miembros de la SAC dictábamos cursos de Ecocardiografía y comenzamos a tomar exámenes teórico-prácticos en nuestra sede para extender el certificado de autorización que permitiera ejercerla”.

Las relaciones con la FAC Constituyen casi un capítulo aparte en esta historia: “Durante la presidencia del doctor Guillermo Pujadas, en 1980, hubo un gran impulso para tratar de que la FAC y la SAC formaran una única Sociedad. Un comité integrado por el mismo Pujadas, los doctores Alberto De Martini, Roberto Madoery y yo, como vicepresidente de la SAC, sumándose en 1981 los doctores Jorge Trongé y Ricardo Ananía, nos reunimos muchas veces con los representantes de la Federación, para tratar de encontrar una fórmula que hiciera viable dicha unidad. Las tratativas condujeron a la creación del Consejo Nacional de Cardiología, que se plasmó en la ciudad de Catamarca en 1980”. Las negociaciones continuaron en 1981, pero no dieron frutos y finalmente “terminaron en la nada” en 1984. Desde entonces, ambas instituciones “continuaron en forma paralela

su desarrollo en buena armonía y realizaron en forma conjunta lo que puede considerarse como el mayor logro de la Cardiología actual: el XVI Congreso Mundial da Cardiología en 2008”, dice Cuesta Silva, para quien “el principal obstáculo fue haber tratado de unir una Sociedad de miembros, como es la nuestra, con una Federación de sociedades”.

Nuevos distritos regionales “Durante mi presidencia, y en virtud de lo que se había acordado al respecto con la FAC, no se crearon nuevos distritos”, señala. Pero, finalizadas las negociaciones con la Federación “se avanzó con la creación de numerosos distritos, hasta que, con el accionar incesante de las comisiones directivas que sucedieron a la nuestra, se alcanzó el importante número actual de 36 distritos regionales”. Cuesta Silva destaca especialmente lo ocurrido con el Distrito Córdoba, que, según su relato, “siempre fue una zona de asperezas con nuestros colegas de la FAC. En mi presidencia pudimos adquirir una propiedad en dicha ciudad mediterránea, que se transformó en la sede de nuestro Distrito Regional y permitió un gran desarrollo de la SAC en el interior”.

Crecimiento de la SAC Otro hecho que resalta es la modificación del Estatuto, que permitió la creación de una nueva categoría de miembros: los miembros adscriptos. “Esto, a su vez, permitió un crecimiento exponencial de los integrantes de nuestra Sociedad”. Asimismo, “en 1981 pudimos adquirir el primer departamento ubicado en la calle Marcelo T. de Alvear, que fue comunicado con la sede principal y donde funciona actualmente la Revista de la SAC. Como siempre ocurrió, desde la lejana época de la adquisición del primer departamento en la calle Paraná hasta la fecha, la política de expansión de nuestra sede fue ampliada por comisiones directivas posteriores, que adquirieron otros departamentos vecinos al edificio de Azcuénaga, que también fueron anexados al principal, y que hoy en día tienen una ocupación plena dada la multiplicación de las actividades científico-educacionales que se llevan a cabo, y por albergar a la Fundación Cardiológica Argentina, la Revista Argentina de Cardiología, el Colegio Argentino de Cardiología, y el Consejo Nacional de Residencias Médicas (CONAREC). No es exagerado decir que nuestro exponencial crecimiento hace que el espacio físico que hoy disponemos ya resulte insuficiente”., concluye el doctor Cuesta Silva. ■

1983 Un enfoque cultural y psicosocial El doctor Carlos Nijensohn recuerda que la guerra de Malvinas, en 1982, había contribuido a limitar las actividades societarias. No obstante, en 1983, cuando le tocó presidir la Sociedad Argentina de Cardiología, ya se comenzaba a diluir esa tendencia. Fue así que dio impulso a una iniciativa de realizar actividades culturales. Al respecto, con el apoyo de laboratorios Bayer, se desarrolló durante todo el año un programa de espectáculos de música

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clásica en vivo, que tuvo lugar , en el Auditorium de la SAC y estuvo dirigido a todos los miembros de la institución, que respondieron con entusiasmo a la convocatoria. A su vez, durante su gestión, se concretó la propuesta que venía formulando desde hacía algún tiempo para crear un Comité Científico que se ocupara de los aspectos psicosociales de los pacientes, un tema al que le da gran importancia. ■


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1984

Creación del Consejo Pediátrico Fue durante la presidencia del Dr. Alberto Rodríguez Coronel, de quien también partieron otras iniciativas que comenta en esta entrevista.

Cardiólogo pediatra, exjefe de la División Cardiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, el doctor Alberto Rodríguez Coronel se desempeñó dos años como vocal suplente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), uno de ellos durante la presidencia del doctor Carlos Bertolasi; y, como vocal titular, bajo las presidencias de los doctores Rubén Posse, Jorge Albertal y Bernardo Boskis. En 1984 presidió la Sociedad, luego integró su Consejo Asesor durante doce años y, en la actualidad, es Miembro Honorario Nacional de la SAC. Dos años antes de asumir la presidencia, en 1982, creó el Consejo Pediátrico dentro de la Sociedad, una idea compartida con el doctor Guillermo Kreutzer, quien luego presidió dicho Consejo. El año de su presidencia coincidió con el 50.º Aniversario de la creación de la Revista de la SAC; por este motivo, el Congreso Argentino celebrado en 1984 se denominó “50 Aniversario de la Revista Argentina de Cardiología”: “Fue el congreso tradicional, pero con nombre”, aclara. A Rodríguez Coronel también se debe la creación de las primeras Jornadas Trasandinas organizadas en conjunto por la SAC y la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, que tuvieron lugar en Mendoza. La finalidad fue “fomentar la unión e interacción de las sociedades latinoamericanas, sobre todo la chilena, que es de un alto nivel científico. Desde

ca. La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) fue incluida en el Comité Organizador y el entrevistado compartió la presidencia honoraria con el doctor Carlos Gianantonio.

Dr. Alberto Rodríguez Coronel

entonces –relata–, estas jornadas se realizan cada dos años, alternando una ciudad chilena y una Argentina, que siempre es Mendoza”. También fue el creador y presidente honorario del I Congreso Argentino de Cardiología Pediátrica, que tuvo lugar en Huerta Grande, Córdoba, en 1984. Como presidente del Comité Organizador designó al doctor Luis Alday, “un eximio pediatra cardiólogo de dicha provincia, quien más tarde también fue presidente de la SAC”. El entrevistado recuerda que aquellas jornadas resultaron “un éxito”. Y remarca que eligió a su colega Alday “por su capacidad organizativa y su alto nivel científico”. Cabe destacar que, desde entonces, el Congreso de Cardiología Pediátrica se realiza, cada año, junto con el Congreso Argentino de Pediatría de la SAC. De todas maneras, Rodríguez Coronel recuerda que “aquel primer congreso fue exclusivo, ya que recibió a los grandes referentes mundiales de la cardiología pediátri-

Creada en 1976, la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) no estaba funcionando bien en 1984, según refiere el entrevistado. Y explica: “Había cumplido un ciclo, entonces consideramos reemplazar a sus distinguidos miembros”. Como nuevo presidente de la FCA fue nombrado el doctor Bernardo Boskis, con quien “modificamos los estatutos durante extensas jornadas incluso nocturnas- de intercambio de ideas. De ahí en más, la Fundación, que era nuestro brazo económico, se convirtió en un activo brazo comunitario. Ulteriormente, hubo nuevas modificaciones de los estatutos”. El año de su presidencia también estuvo marcado por otro hecho: “Se dejaron de realizar los congresos conjuntos con la Federación Argentina de Cardiología”, repasa. En resumen, reflexiona el cardiólogo pediatra, “creo haber contribuido al cambio de rumbo de la SAC; y para bien”. Pero también hubo otro hecho durante su gestión, “quizá el más importante”, considera, que fue “darle los nombres de los grandes clínicos y científicos fundadores de la SAC, a nuestros consejos científicos”. De este modo, “por razones político societarias y por legítimos reconocimientos”, algunas de las nominaciones fueron las siguien27


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tes, según repasa: “Al Consejo de Hipertensión Arterial se lo nominó Eduardo Braun Menéndez; al de Arterosclerosis, Pedro Cossio; al de Electrocardiografía y Arritmias, Antonio Battro; al de Pediatría Cardiológica, Rodolfo Kreutzer; y al de Hemodimamia, Isaac Berconsky”. En presidencias ulteriores prosiguieron las nominaciones a los nuevos consejos como los de Cirugía cardiovascular, Ergometría, Stroke y Epidemiología, entre otros”. Además, destaca la creación del Grupo de Epidemiología a cargo del doctor Hernán Schagrodski, que más tarde se convertiría en un nuevo consejo científico. Luego de su presidencia, en 1985, continúa, “ya compenetrado con la Sociedad Sudamericana de Cardiología, fui delegado de la Sociedad Argentina para modificar totalmente los estatutos de la primera en Porto Alegre”.

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“De ahí en más, la Fundación, que era nuestro brazo económico, se convirtió en un activo brazo comunitario. Ulteriormente, hubo nuevas modificaciones de los estatutos”. Tres años más tarde, en el marco del Congreso Sudamericano de Cardiolo-

gía realizado en Punta del Este, se constituyó en el primer presidente de Sociedad Sudamericana, “ya que hasta entonces, la autoridad máxima era considerada como ‘secretario general’”. Durante esta gestión “hice que existiera una sede permanente de dicha sociedad en el Uruguay, donde están la Secretaría y la Tesorería”, relata. En 1989, al dejar la presidencia, el Congreso Sudamericano de Cardiología tuvo lugar en Buenos Aires. A modo de conclusión, el entrevistado expresa su agradecimiento a los doctores “Carlos Nijensohn, a quien acompañé durante su mandato; y Branco Mautner, quien me acompañó como vicepresidente. Con ambos trabajamos eficientemente en una comunión de ideales en pos del engrandecimiento de la SAC”. ■


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1985

Una relación que continúa El Dr. Branco Mautner, que ejerció la presidencia de la SAC en 1985, pone de relieve la continuidad de las tareas y su proyección hacia el futuro, durante el año que encabezó la institución.

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a Presidencia de la Sociedad Argentina de Cardiología fue para mí, como creo que para todos, la culminación de un largo camino de años de trabajo en distintos cargos societarios: entré como miembro adherente en 1965 y como miembro titular en 1970, y nunca dejé de ejercer cargos académicos y de gestión. Al mismo tiempo, lo realizado durante la presidencia es parte de un continuum de elementos programados e iniciados en años anteriores, tanto por el conjunto de la Sociedad como por uno mismo, y terminado ese año, a la vez que durante este, se comienzan o continúan acciones que se completarán en presidencias posteriores”, expresa el cardiólogo, actual decano de la Facultad de Ciencias Médicas en la Universidad Favaloro. Además de enfatizar el largo camino recorrido antes de asumir la presidencia, y subrayar su proyección hacia el futuro al concluirla, el doctor Mautner reconoce con modestia la constante colaboración de los socios de la entidad en cargos de todos los niveles. “Por consiguiente, no quiero dejar de señalar que juzgar la producción aislada de un año y adscribirla como mérito a quien ejerció la Presidencia ese año, es una falacia”, señala. En cuanto a las circunstancias históricas que rodearon, y en cierta medida determinaron, el accionar de la SAC y sus directivos ese año, recuerda que “1985 fue, como tantos otros, un año singular y difícil, desarrollado en un país recién entrado en la

democracia y afligido por importantes problemas económicos. Una de las funciones principales de la Comisión Directiva en estos casos, que no son infrecuentes en nuestra historia, es simplemente gestionar de forma tal de permitir la supervivencia societaria, al mismo tiempo que intenta avanzar en su desarrollo”. El doctor Mautner comenzó su gestión el 6 de diciembre de 1984, en una ceremonia realizada en el salón de actos de la institución. En el discurso pronunciado en dicha ocasión, relató algunos hechos sobresalientes tanto de la historia de la Sociedad como de su experiencia personal, y puso de manifiesto sus expectativas en el momento de tomar el timón: “En 1937 es fundada la Sociedad Argentina de Cardiología. Tanto los fundadores como los numerosos cardiólogos que los sucedieron en el quehacer societario, nos dieron con su capacidad, dedicación

“Cabe señalar que 27 años después sigo en actividad y plena colaboración con mi Sociedad”.

y esfuerzo, la Sociedad de la que hoy gozamos, que tiene poco que envidiar a cualquier institución similar del mundo”. En cuanto al futuro de la SAC y de la cardiología, expresaba entonces un inquebrantable optimismo, así como el lógico interrogante ante el imparable avance científico. “Pero si es importante saber de dónde venimos, más importante es saber hacia dónde vamos. El tremendo avance casi diario del conocimiento médico en general y del cardiovascular en especial –ya que es este un campo particularmente activo y competitivo, siempre ávido de nuevos conocimientos y siempre preparado para incorporarlos cuanto antes a la práctica diaria– hace casi imposible predecir el desarrollo futuro”. Consciente del contexto histórico del país y el mundo en el momento de asumir la presidencia, y reconociendo que el avance de la cardiología no puede ser independiente de ese entorno, el doctor Mautner señalaba en aquella ocasión: “La Argentina tiene ahora una oportunidad histórica, con su reincorporación a la democracia, de desarrollarse y ocupar el lugar adecuado en el damero mundial que le permita y nos permita a todos sus ciudadanos, y sobre todo a los más jóvenes, contribuir mediante la realización personal y comunitaria a la consecución de los grandes ideales universales e imperecederos. Esperemos no frustrarnos una vez más”. A continuación, reconocía el “honor” y la “responsabilidad” que sig29


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nificaron para él su designación, y recordaba a quienes más lo apoyaron en su trayectoria personal y profesional. “Los méritos que pueden haber inducido a mis pares a designarme para ello (la presidencia de la SAC) pertenecen a otros. A mi padre, fallecido prematuramente, a quien mucho admiré y quise, y a mi madre, a quien tengo la suerte de tener aquí esta noche. Junto con mi hermano Miguel constituyeron durante 30 años todo mi núcleo familiar, supieron protegerme de la persecución nazi, de la opresión comunista y, pese a los tremendos tiempos que les tocó vivir, supieron darme, además de un adecuado sostén material, una sólida base afectiva, ética e intelectual”.

Dr. Branco Mautner

Recordaba entonces el alivio que significó su llegada a la Argentina y las experiencias que siguieron a ese traslado. “Me trajeron como inmigrante a los 11 años a este país, al cual me asimilé quizá más que tantos otros que en él nacieron”.

mis ocasionales desánimos y malhumores, y la paciencia ante largas ausencias e intempestivos horarios de trabajo, acompañándome en la alegría de los logros intelectuales, son la base de mi vida y mi actividad”.

Tras mencionar a destacados profesionales que contribuyeron a su formación, expresó su agradecimiento a estos y otros que estaban presentes en la sala ese día: “De los que están aquí y ahora, el gran maestro Blas Moia, ejemplo para todos por sus logros científicos y valores personales, que le permitieron formar una auténtica escuela cardiológica argentina. Y el doctor Bernardo Boskis, ejemplo de empuje y capacidad científica y societaria”.

Para finalizar su alocución de esa noche de fines de 1984, el ahora expresidente de la SAC, les recordó a sus colegas y colaboradores más cercanos que necesitaría de su apoyo al asumir la Presidencia: “Pido a todos los miembros de la Sociedad, en especial a los que acompañaron mi gestión en cargos de cualquier nivel, que me brinden su pleno apoyo para poder cumplir el compromiso que asumo esta noche de dirigir la Sociedad Argentina de Cardiología, como lo hicieron mis antecesores, hacia sus mejores realizaciones en cumplimiento de sus estatutos, los cuales señalan que los fines de esta Sociedad son propender al desarrollo y progreso de la ciencia cardiológica”.

Así como había agradecido el apoyo de sus padres y hermano en momentos que a veces rozaban la tragedia, también reconocía el invalorable sostén cotidiano de su esposa e hijos. “A mi esposa Renée, fiel compañera, implacable crítica, inteligente e intuitiva consejera, y a mis dulces hijos Vanesa y Nicolás. El cariño y apoyo que saben brindarme pese a 30

y grandes actos. Acerca de los hechos relevantes, para la SAC y la cardiología en general durante su mandato, destaca el XIV Congreso Argentino de Cardiología (presidido por el doctor Jorge Trongé), con la asistencia del entonces presidente de la Nación, el doctor Raúl Ricardo Alfonsín, que incluyó las I Jornadas de Cirugía Cardíaca (presididas por el doctor Girardi); el Simposio Internacional de Computación en Cardiología; las II Jornadas de Cardiología para la Comunidad (que copresidió con el doctor Bernardo Boskis); y las Jornadas de Enfermería en Cardiología.

Las expectativas del doctor Mautner se cumplieron ampliamente, ya que su gestión fue fructífera en pequeños

Además, resalta que ese año la SAC fue representada en el XII Congreso Interamericano de Cardiología (Vancouver, Canadá), donde se logró el nombramiento del doctor Boskis como presidente de la Sociedad Interamericana de Cardiología; en la Reunión Anual de la American Heart Association, del American College of Cardiology y de la Sociedad Europea de Cardiología; y en el Congreso Chileno de Cardiología. Entre otras acciones relevantes, la SAC organizó y auspició múltiples reuniones científicas en el interior del país; y colaboró con la Fundación Cardiológica Argentina en la organización y el dictado de siete seminarios sobre “Estrés y Corazón” en distintos puntos del país; en el “Curso Avanzado de Resucitación Cardiopulmonar para Médicos de Áreas Críticas” y en el primer “Curso Oficial de Evaluación del Riesgo Quirúrgico”. Para concluir, el doctor Mautner resume en una emotiva frase su historial en la Sociedad Argentina de Cardiología y su presente actitud ante la entidad que considera como suya: “Cabe señalar que 27 años después sigo en actividad y plena colaboración con mi Sociedad”. ■


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1988

Comunicación y educación a distancia En el balance de su gestión, el Dr. Ricardo Ananía recuerda las publicaciones realizadas con recursos muy diferentes de los actuales y destaca la concreción de “Una Semana con la Cardiología”.

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a Comisión Directiva planteó, para 1988, continuar, consolidar y afianzar los planes científico educacionales y societarios que se venían desarrollando. Este propósito, en apariencia sencillo, tenía en ese momento la enorme dificultad planteada por la situación económica del país (alta inflación, previa a la hiperinflación que explotaría el año siguiente). Como siempre, todas las estructuras societarias se brindan intensamente y los objetivos se cumplieron, con preservación de la situación económica de la institución”, comienza el doctor Ricardo Ananía. En esa época, varias de las estructuras orgánicas de la SAC eran de creación muy reciente y debían crecer y afirmarse, según señala. Y menciona, entre estas estructuras, el Centro de Educación Permanente (1987), que completó el primer Curso Superior de Cardiología bianual y realizó el primer Programa de Educación Continua Internacional (con colaboración del ACC (American College of Cardiolo-

“Estas publicaciones marcaron durante años un hito en la educación continua a distancia de aquella época”.

como hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, arritmias e insuficiencia cardíaca, entre muchos otros. “Lo hacía en sus aspectos básicos y con actualizaciones periódicas”, aclara el doctor Ananía. Y destaca que los temas estaban a cargo de los mejores especialistas en cada subtema y calificados invitados extranjeros. Estas publicaciones “marcaron durante años un hito en la educación continua a distancia de aquella época”, subraya.

Dr. Ricardo Ananía

gy), la AHA (American Heart Association) y la Cleveland Cl. Foundation). “Otro tema prioritario fue la Educación a Distancia, que entonces se desarrollaba con cassettes de audio y video, y, sobre todo, en publicaciones gráficas, ya que no existían los medios electrónicos y digitales de comunicación con los que se cuenta en la actualidad”, recuerda. Con aquellos recursos “eran editadas la Revista Argentina de Cardiología y SAC Informa; también fueron creadas las publicaciones Autoevaluación en Cardiología, Temas de Actualización en Cardiología, y, en especial, Capítulos de Cardiología”, repasa. Los Capítulos de Cardiología se desarrollaron en entregas mensuales los principales temas de la especialidad,

Mientras, los distritos regionales continuaron creciendo en su actividad científica y se realizaron las II Jornadas Interdistritales en Corrientes, en ocasión del 4.° Centenario de su fundación, asociadas con actividades de la USCAS (Unión de Sociedades de

“Las reuniones específicas de cada uno culminaron con la realización de las Jornadas Internacionales de Actualización ‘Cardiología 88’, cuando aún los Congresos Argentinos de Cardiología no eran anuales”. 31


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Cardiología de América del Sur), cardiología pediátrica y enfermería. Además, se inició el primer estudio epidemiológico a nivel nacional. El expresidente recuerda que los consejos científicos “fueron el eje de la actividad científica. Las reuniones específicas de cada uno culminaron con la realización de las Jornadas Internacionales de Actualización ‘Cardiología 88’, cuando aún los Congresos Argentinos de Cardiología no eran anuales. Esa misma semana se desarrollaron el III Congreso de Cardiología Pediátrica, las IV Jornadas de Cirugía Cardíaca, el IV Encuentro Nacional de Perfusionistas, las I Jornadas de Cuidado Cardiovascular y las II Jornadas de Enfermería en Cardiología Pediátrica. Simultáneamente –continúa– la Fundación Cardiológica Argentina realizó las V Jornadas Cardiológicas para la Comunidad”. La suma de todas estas

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“...la Sociedad Interamericana de Cardiología y la Unión de Sociedades de Cardiología de América del Sur tuvieron sus autoridades en la sede SAC”. actividades conformaron la denominada “Una semana con la Cardiología”, que contó con 5.000 participantes, 3.500 de ellos, médicos. El doctor Ananía reconoce que “eran cifras notables para le época”, y agrega que el Consejo de Enfermedad de Chagas y el Distrito Regional Córdoba realizaron en Villa Carlos Paz el I Congreso

Internacional de Cardioneuropatía Chagásica con especial éxito”. A nivel internacional continuaron las Jornadas bilaterales con las sociedades de Chile, Brasil y Uruguay, y las colaboraciones con el American College of Cardiology y la American Heart Association. Y resalta que “la Sociedad Interamericana de Cardiología y la Unión de Sociedades de Cardiología de América del Sur tuvieron sus autoridades en la sede SAC”. A modo de resumen de la intensa actividad de aquel año, el entrevistado destaca: “La continuidad y el crecimiento de las estructuras y actividades a pesar de las dificultades económicas; el desarrollo de los medios de educación a distancia, en especial Capítulos de Cardiología, y la exitosa realización de ‘Una semana con la Cardiología’ con su actividad central, ‘Cardiología 88’”. ■


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1991

Soluciones sencillas a problemas complejos El Dr. Ricardo Esper, presidente de la SAC en 1991, sostiene que no solo hay que recordar los logros y las fortalezas, sino también los momentos difíciles y la clave para superados. Ello, sostiene, será útil para quienes vayan sucediéndose en el cargo.

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gradezco a mis pares por haberme dado la oportunidad de conducir la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), luego la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), más tarde la Fundación Interamericana del Corazón (IHF) y, por último, representarla en la World Heart Federation (WHF). Y agradezco a la Divina Providencia el haberme permitido completar mi ciclo”, comienza su relato el doctor Ricardo Esper, quien presidió la SAC en 1991. Su repaso tiene mucho de reflexión e incluye también algunos momentos complicados que fueron sorteados con dosis similares de buena voluntad y creatividad: “Todo llega y todo pasa. Todos llegamos a la presidencia de la SAC con la consigna de no lograr celebridad con el cargo, sino de prestigiarlo. Todos hemos sabido ser imaginativos para encontrar soluciones sencillas a los problemas complejos, creativos para generar superación, tolerantes y comprensivos para cohesionar esfuerzos, humildes para no sobredimensionarnos, generosos para con nuestros colaboradores, y estímulo para los que nos continuaron”. “Si nos comparáramos por cuanto hemos hecho puede que encontremos diferencias –continúa–; pero si nos evaluamos por lo que dejamos de hacer nunca porque no quisimos sino porque no supimos o pudimos- las diferencias son estadísticamente ínfimas y nos ubica prácticamente en el mismo nivel”.

ducción de la SAC. Esto, reconoce, “me familiarizó con todos sus aspectos y me permitió llegar con una visión panorámica más amplia y con finalidades más concretas para el desempeño de mi función, y así lo expresé cuando tomé el cargo. Creo que lo más importante es el principio que condujo mi vida y que me atreví a utilizar durante todos los años de actividad en nuestra Sociedad: ‘nada es fácil… y nada es imposible’”, sostiene.

Dr. Ricardo Esper

El doctor Esper dio sus primeros pasos como miembro adherente, y pasó por todos los cargos hasta llegar a la con-

“...me familiarizó con todos sus aspectos y me permitió llegar con una visión panorámica más amplia y con finalidades más concretas para el desempeño de mi función”.

A la hora de repasar su gestión al frente de la SAC, considera que “no debemos contar siempre las fortalezas, sino algún que otro contratiempo que pueda servir para los que nos continúen”. Y recuerda que cuando llegó al cargo, a principios de diciembre de 1991, “en la caja no había fondos para pagar los sueldos y aguinaldos de fin de mes. Paralelamente, 48 horas más tarde, la rotura de la cañería de los tanques que se encuentran en la parte superior del auditórium, hizo que este se inundara y arruinara el alfombrado y los asientos”. Pero eso no fue todo: mientras secaban “con todo lo que teníamos a mano”, llegaron los colegas del Distrito Córdoba, “que solicitaban auxilio económico por un accidente similar en nuestra casa de dicho Distrito. Pero Dios siempre fue generoso con nuestra querida SAC: comenzamos a telefonear a cada uno de los socios para que pagara su cuota antes de fin de año, y todos, conscientes de la emergencia, abonaron en tiempo récord y salimos del entuerto”. 33


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“...los que trabajamos allí lo hicimos siempre con amor, sin recibir pago alguno”. El comienzo accidentado tuvo un final feliz. De todas maneras, eran épocas difíciles para nuestro país, que estaba saliendo de una hiperinflación y no aparecían los recursos. “¿Cómo organizar entonces el XVIII Congreso Argentino de Cardiología?”, se preguntaron. Y ahí, nuevamente, recurrieron a la imaginación: “Se nos ocurrió constituir el Distrito Regional USA con los cardiólogos argentinos residentes en ese país, y tuvimos una concurrencia récord por parte de ellos, que asistieron por su cuenta y cargo. Creo que fue el único congreso de la SAC que no abonó ningún gasto por representantes extranjeros. El saldo final fue favorable

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y permitió a la Sociedad volver a respirar con tranquilidad”. El doctor Esper matiza su relato con algunas anécdotas: “Vale la pena recordar cuando le ofrecí a un colega cardiólogo la posibilidad de colaborar con la SAC y me preguntó cuánto era el sueldo. Es decir, no podía creer que los que trabajamos allí lo hicimos siempre con amor, sin recibir pago alguno. Es más, hemos abonado más de un gasto de nuestro bolsillo y hemos perdido ingresos por falta de tiempo para atender nuestras obligaciones asistenciales”, revela. Y cuenta que “en ese entonces, pagábamos de nuestro bolsillo la asistencia a los congresos del American College of Cardiology (ACC) o del American Heart Association (AHA), con el fin de incrementar las relaciones con esas organizaciones”. Sin embargo, el recuerdo más fuerte para el cardiólogo, es “la sensación de felicidad al terminar mi gestión por tener un fin de semana totalmente libre para dedicar a mi familia, siem-

“Nunca me cansaré de agradecer el honor de haber podido contribuir, con mi pequeño granito de arena, al crecimiento y desarrollo de nuestra querida SAC”. pre postergada por nuestra función. Y esta sensación de felicidad se repitió en todo presidente de la SAC interrogado al respecto”, comenta. Y concluye: “Nunca me cansaré de agradecer el honor de haber podido contribuir, con mi pequeño granito de arena, al crecimiento y desarrollo de nuestra querida SAC, ejemplo de organización científica en pro de la salud de nuestra población”. ■


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1992

“Una trabajadora incansable” Así se define la Dra. Liliana Grinfeld, primera -y única hasta el momento-, mujer que presidió la SAC. También precursora en la aplicación de varios tratamientos novedosos en el país, repasa algunos de los hechos que considera más salientes durante su gestión.

L

a doctora Liliana Grinfeld es la primera –y única hasta el momento– mujer que alcanzó la Presidencia de la Sociedad Argentina de Cardiología. Esta “cuestión de género” parece ser una de las que más interesa a los periodistas que la entrevistan; sin embargo, ella asegura que “no representó ningún obstáculo para mi gestión; soy una trabajadora incansable y eso es lo que finalmente importa para llevar adelante una Sociedad tan activa como es la SAC”. Pero sus méritos no se limitan a haber ejercido este importante cargo: además de ser una de las pocas mujeres especializadas en Cardiología intervencionista, fue la primera en realizar una angioplastia coronaria en el país y fue pionera en el tratamiento con angioplastia endoluminal. Fue directora de la primera carrera UBA-SAC (Universidad de Buenos Aires-Sociedad Argentina de Cardiología), presidió el Colegio Argentino de Hemodinamia y la Fundación Cardiológica Argentina, desde donde, entre muchas otras actividades, puso el acento en la salud cardiovascular de la mujer, un tema que prácticamente no había sido considerado hasta entonces. Al referirse a su gestión como presidenta de la Sociedad Argentina de Cardiología, recuerda que el principio de la década de 1990 encontró a nuestro país inmerso en una de las más importantes y recurrentes crisis económicas que obligaron a las empresas a restringir sus gastos. “La SAC no fue ajena a este fenómeno

lani, en muchas mesas redondas y de opinión”. Durante la presidencia de la doctora Grinfeld se estimularon las reuniones interconsejos y fue creado el Consejo de Stroke, lo cual contribuyó a “acercar a nuestra Sociedad a los especialistas en Neurología y Neurointervencionismo, que nos permitieron una fluida comunicación interdisciplinaria, que con seguridad ha mejorado la atención médica de nuestros pacientes”, considera. Dra. Liliana Grinfeld

que comenzó a ceder levemente en los años 1991 y 1992, por lo cual el XXIV Congreso Argentino de Cardiología debió ser realizado en el Centro Cultural General San Martín, que se encontraba en condiciones subóptimas de mantenimiento. Afortunadamente, un congreso se valoriza por las disertaciones científicas, que fueron excelentes y variadas, y abarcaron todas las subespecialidades de la Cardiología”. La conferencia inaugural de aquel encuentro fue dictada por el doctor René Favaloro, y la de cierre, por el doctor Mauricio Rosembaum. “Durante el desarrollo del congreso – evoca–, el doctor Eric Topol mostró los avances de lo que en ese momento era una nueva subespecialidad: la Cardiología Intervencionista”. También resalta la presencia de investigadores básicos, “cuyo representante mayor fue el profesor Horacio Cingo-

Ese año también se realizó el primer Curso de Cardiología en conjunto con la Universidad de Buenos Aires, y la sede de la SAC se convirtió en el lugar donde convergían -y convergen- todos los médicos y alumnos para participar de las clases teóricas brindadas por especialistas de nuestro país. “Estimulamos las actividades académicas en los distritos realizando la Reunión Anual Interdistrital en Concordia, Entre Ríos”, recuerda. Y agrega que también ese año fue inaugurado el Distrito Austral en Tierra del Fuego. La sede de la actual biblioteca -hoy modernizada- también fue fundada en 1992, “brindando acceso a bibliografía nacional e internacional a disposición de alumnos y miembros”. En resumen, concluye la doctora Grinfeld, “fue un año de mucha actividad académica en sede y en distritos, pero altamente satisfactoria para todos los miembros de la Comisión Directiva que me acompañaron en mi gestión”. ■ 35


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1993

Un desafío permanente Así recuerda el Dr. Luis María Amuchástegui los períodos de su presidencia y vicepresidencia, durante los cuales viajaba con mucha frecuencia desde su provincia, Córdoba, a Buenos Aires, para estar en todos los detalles.

E

l doctor Luis María Amuchástegui fue el cuarto presidente de la SAC que no era de Buenos Aires: los anteriores habían sido su padre, Severo R. Amuchástegui (1967), Roberto Galicer y Eduardo Moreyra, “casi con diez años de diferencia entre nosotros para acceder a la Presidencia de la Sociedad Argentina de Cardiología”, recuerda.

El Congreso Argentino de Cardiología realizado durante su mandato tuvo lugar, luego de mucho tiempo, en el Hotel Sheraton: “Veníamos de realizar los congresos en el Centro Cultural San Martín, que ya nos quedaba chico y disfuncional”, comenta. Y recuerda que el acto inau-

Oriundo de la provincia de Córdoba, Amuchástegui viajaba con mucha frecuencia a Buenos Aires durante su gestión como presidente y también cuando fue vicepresidente. Hoy lo recuerda como una anécdota: “Cuando algún colega porteño de la Comisión Directiva, me decía ‘quedate tranquilo, yo te lo arreglo’, le contestaba que gracias, que yo lo arreglaba. Eso fue lo que me costó viajar desde Córdoba a Buenos Aires todas las semanas; habitualmente lo hacía los jueves a la mañana para regresar al día siguienDr. Luis María Amuchástegui tes en el primer avión. Lo hice durante esos dos años, y, a veces, también surgía algún via- gural de aquel encuentro, en 1993, je imprevisto otro día”. No obstante, “lo cerró Eduardo Angeloz, que enreconoce: “Lo hice con gusto y era tonces era el gobernador de Córdoba casi un desafío permanente”. y competía para la Presidencia de la Nación con Eduardo Menem. Su dis“Tuve una Comisión Directiva exce- curso fue muy ovacionado”. lente –continúa el expresidente–, de allí que dos de sus integrantes acce- El congreso de 1993 contó con la dieron a la Presidencia de la SAC presencia de una delegación del algunos años más tarde”. American College of Cardiology, 36

entre otros invitados de gran prestigio. “Resultó un éxito”, destaca el doctor Amuchástegui al recordar que, “tuvo una concurrencia, para entonces récord, de 3.000 personas”.

Un sponsor atípico Como un hecho destacado, también puede considerarse la incorporación, ese año, de uno de los nuevos sponsors, Glaciar, “que continúa con nosotros hasta la actualidad”. De este modo, “inauguramos una nueva filosofía de patrocinio de un producto no médico, pero afín a la salud. El envase comenzó a llevar el logo de la SAC, certificando las bondades del producto, en este caso, ser hiposódico. Posteriormente, este tipo de auspicio se tornó muy común”, comenta. Y recuerda que, en el caso de la empresa mencionada, “hicimos analizar el agua que nos proponían por la Facultad de Farmacia de la UBA para verificar que lo que nos decían era cierto, y además visitamos la fábrica donde la producían”. Durante 1993 también fueron inaugurados varios Distritos Regionales, sobre todo “en zonas que estaban bastante relegadas. Las jornadas interdistritales se realizaron en Mar del Plata, y fueron un éxito”, concluye el cardiólogo. ■


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1994

La esperanza, un motor para el espíritu El Dr. Marcelo Elizari repasa hechos relevantes de su gestión al frente de la SAC, pero también reflexiona acerca de sentimientos como la solidaridad y, sobre todo, agradece a quienes lo acompañaron durante ese período.

M

is primeras palabras son de agradecimiento para quienes me acompaña ron durante mi gestión como presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), ya que siempre hallé su espíritu amplio y generoso, su colaboración espontánea, su palabra amable y su consejo oportuno. Debo agradecer este apoyo material y espiritual que, unido a la capacidad y el sentido de la responsabilidad, gravitaron en forma decisiva en nuestra actividad, en la cual primó el deseo de hacer lo mejor en la medida de nuestras posibilidades”, comienza el doctor Marcelo Elizari, quien se desempeñó en el cargo en 1994. Y recuerda que las cartas publicadas en la Sección “Carta del Presidente” de la Revista Argentina de Cardiología, reflejaban su sentir: “Siempre he pensado que los profesionales médicos debemos sumar a la capacitación e idoneidad profesional; la ética médica como pilar fundamental de nuestras acciones. Esto es posible solo si estamos genuinamente convencidos de su importancia y si emprendemos nuestro aprendizaje con satisfacción y constancia”, señala con convicción. Y agrega que “capacitación y ética hacen que, en cada uno de nuestros actos médicos, nos ubiquemos mentalmente en el lugar del paciente, y, sin duda, esto es lo mejor que podemos ofrecer”. Para el doctor Elizari, “cada uno de los avances e innovaciones realizados durante la gestión, fueron el resultado de

ideas y esfuerzos de todos los miembros de la Mesa Directiva y el Consejo Asesor, o sugerencias vehiculizadas a través de las distintas estructuras de la SAC”. En este punto, resume algunas de estas acciones llevadas a cabo o iniciadas durante su gestión: “En el Acto Académico de 1994, se entregaron los primeros diplomas a los egresados del Curso Superior de Cardiología UBA-SAC, hecho que, considero, fue uno de los más importantes logros académicos de la Sociedad gestado en las presidencias que me precedieron”. También resalta que “el Centro de Educación Permanente de la SAC (CEP) logró sus objetivos, superándose día a día en su responsabilidad de educar. En el marco de este Centro, se propuso la creación de maestrías en diversas disciplinas cardiológicas”. “La demanda de espacios adecuados por la creciente actividad docente motivó la iniciativa de modificar el área educativa”, continúa enumerando. Y, “gracias a la colaboración del laboratorio Merck, Sharp & Dohme, se acordó el reciclaje de todo ese sector, tarea que incluyó también importantes avances técnicos en el aspecto docente”. Por su parte, “las reuniones anuales de los distritos regionales eran motivo de preocupación permanente de las autoridades de la SAC, tanto en cuanto a lo organizativo como en cuanto a lo financiero. En consecuencia, con la intención de mejorar estos aspectos, fue modificada la mecánica de las

reuniones interdistritales”. Para ello, a partir de 1995, los distritos se agruparon en cuatro regiones con un simple fin organizativo y para facilitar su realización. “Por supuesto que esta regionalización respetó absolutamente la individualidad e independencia de cada uno de los distritos en todos los demás aspectos de la vida societaria”, aclara. Las cuatro regiones creadas fueron: la Región Mediterránea, que efectuó sus Jornadas Interdistritales en 1995, en la ciudad de Córdoba; la Región Cuyo, que realizó sus Interdistritales junto con las Jornadas Trasandinas en 1996; y las regiones Litoral y Austral, que efectuaron sus Jornadas en 1997 y 1998. De esta forma, “cada región integrada por varios distritos, tuvo la responsabilidad de la organización de sus propias jornadas”, explica. Otro tema preocupante durante su gestión, fue la relación de la SAC central con el interior del país, lo cual motivó la creación de una comisión especial que debía atender en forma permanente las necesidades de los distritos. En cuanto al área de Recursos Instruccionales destaca que se logró mejorar la capacidad operativa de la Biblioteca. “Gracias a la colaboración desinteresada del laboratorio Abbot, la biblioteca de la SAC incorporó los servicios de bases de datos en discos compactos MEDLINE y LILACS, mediante los cuales se podía acceder a la literatura médica internacional y latinoamericana”. Además, “se avanzó en la instalación del correo electrónico. Y la SAC contó también con un 37


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programa de videocable para la difusión de los temas cardiológicos que consideraba de interés”. El entrevistado recuerda, entre otros hechos destacados de su presidencia, que “se promovió la confección y publicación de normativas por parte de cada Consejo de la SAC. Ello permitió difundir documentos que condensaran toda la información y el conocimiento del momento, proponiendo recomendaciones acerca del uso apropiado de la tecnología para el diagnóstico y tratamiento de distintas afecciones cardiovasculares, con la idea de que esas normativas fueran aceptadas y utilizadas en todos los niveles de atención médica por las autoridades sanitarias”. En 1994 también se renovó la Comisión de Relaciones Exteriores, “a fin de lograr un mayor y mejor contacto con otras instituciones y sociedades extranjeras”. Por otra parte, “con el fin de propender al mejoramiento del recurso de salud en la República Argentina, se estudió la realización de un convenio con el Consejo Nacional de Certificación de Profesionales Médicos, por el cual el Consejo reconocía formalmente el reglamento de la SAC para la obtención del título de Especialista en Cardiología. Al respecto, es pertinente señalar que también se trabajó en el Programa de Recertificación de Títulos”, repasa. Ese año, el Ministerio de Salud y Acción Social, a través de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), autorizó a la SAC a importar y comercializar drogas huérfanas, como la ajmalina y la adenosina. En lo referente a las finanzas de la SAC, comenta que “a pesar de haber tenido que afrontar gastos extraordinarios, significativos e inevitables como los de la Revista “Heart Disease 38

comprometidos con sus objetivos esenciales”.

Dr. Marcelo Elizari

and Stroke”, Jornadas Interdistritales 94 y Estudios Carnes Argentinas, el saldo fue satisfactorio. Con los ingresos por cuotas de los miembros de la Sociedad, de nuestro congreso anual y de las contribuciones de las empresas se lograron compensar esos gastos”, resume. En tanto, reconoce que algunos temas que a su criterio siempre fueron de interés prioritario, no pudieron ser desarrollados en la medida de su importancia: “Me refiero al de la Educación para la Salud y la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares. No obstante, el CEP, los programas de difusión, los congresos y la Fundación Cardiológica Argentina trabajaron sobre ellos”. Además, resalta que, desde la SAC, “expusimos nuestra opinión sobre temas que considero trascendentes”. En este sentido menciona, entre otros, el papel de las sociedades científicas en la formación de posgrado, la ética médica y la investigación científica. Según el doctor Elizari, fue “un par de años de intensa vida societaria -incluyo el año de mi vicepresidencia-, que me permitieron apreciar el impulso ascendente de nuestra Sociedad gracias al esfuerzo de sus miembros,

“El recambio periódico de los responsables de las distintas áreas es saludable para la SAC”, opina el expresidente, sobre todo “cuando los que suceden mantienen una misma línea de pensamiento, objetivos comunes y el deseo de seguir colaborando para que esta obra se supere día a día. Es función de unos abrir el surco, de otros echar las semillas y de otros recoger los frutos. El mérito es de todos. Los problemas se hacen difíciles en la intolerancia, en la envidia y en la ambición personal, pero las espinas cuajan en flores cuando existe el riego bienhechor de la buena voluntad, de la solidaridad, cuando en los ojos brilla el optimismo y el aliento en las palabras, y cuando la esperanza por algo nuevo o por algo mejor enmarca nuestro quehacer”, reflexiona el cardiólogo. Y continúa: “Los profesionales vivimos una verdadera crisis de participación en todo lo referente a nuestra actividad. Estamos acuciados por los determinismos económicos para mantener una vida decorosa, relegando aspectos esenciales en la vida del médico -formación, capacitación, investigación, superación personal-. La ética y la solidaridad entre los profesionales pasa por un momento de desvalorización. Por ello, cuando observo la participación entusiasta de los miembros de la SAC a través de todas sus actividades, se abren ante mí caminos de fe y esperanza para el futuro de la Sociedad”. Y, a modo de conclusión de este repaso de lo que considera un momento trascendental en su vida profesional, expresa: “Estos sentimientos, fe y esperanza, tienen un significado y una fuerza especial cuando están vinculados con objetivos dignos, nobles, solidarios, y persiguen los más altos ideales. A mi entender, la esperanza es uno de los principales motores e incentivo para nuestro espíritu: Mil deseos cumplidos no igualan el placer de una esperanza”. ■


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1995

Una postulación en Santiago de Chile Cómo se logró que Buenas Aires fuera sede del Congreso Interamericano de Cardiología en 1999 es uno de los temas que repasa el Dr. Jorge Lerman.

C

uando el doctor Jorge Lerman, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital de Clínicas José de San Martín durante casi 20 años, ocupó la presidencia de la SAC, en 1995, se desarrolló en Santiago de Chile el XV Congreso Interamericano de Cardiología. Fue allí donde la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) presentó con éxito la candidatura de la ciudad de Buenos Aires como sede del Congreso Interamericano siguiente.

La historia del doctor Lerman en la SAC se inicia con su ingreso en la institución, en 1973, cuando ésta todavía funcionaba en un departamento de la calle Paraná. “La administración se hacía en este pequeño departamento y las reuniones científicas se celebraban en aulas, ya sea de la Facultad de Medicina o del Hospital de Clínicas. De modo que en esa época, recuerdo que cuando presenté mi primer trabajo científico para acceder a la membresía fue en un aula del Hospital de Clínicas”, relata.

El cardiólogo recuerda aquella votación como uno de los hechos sobresalientes de su año al frente de la SAC. “En ese momento tuvimos que dirimir fuerzas con los canadienses. Era Canadá o la Argentina. Me acuerdo que fue en Santiago de Chile, en un congreso interamericano, donde yo, como presidente de la SAC, hice la presentación en nombre de la Sociedad; los canadienses hicieron la suya y hubo una votación de todos los miembros de la Sociedad Interamericana. Y logramos entonces la sede para lo que fue el segundo Congreso Interamericano de Cardiología, que se desarrolló en Buenos Aires”.

Llegan fondos

El cardiólogo aclara que el primero celebrado en Buenos Aires fue en 1952, bajo la presidencia del doctor Pedro Cossio. Luego, “el presidente del congreso de 1999 fue el doctor Marcelo Elizari (quien me precedió en la presidencia de la SAC) y yo estuve al frente del Comité Científico. Fue un congreso muy importante, que tuvo lugar en el Sheraton con la participación de profesionales de toda América”. 40

El Congreso Mundial de Cardiología realizado en Buenos Aires en 1974 aportó los fondos con los cuales fue adquirida la sede actual de la calle Azcuénaga. Para funcionar adecuadamente, el nuevo edificio requirió una serie de obras y ampliaciones que se fueron realizando a través de los años. Y fue precisamente durante la presidencia del doctor Lerman cuando se llevó a cabo “una reforma muy completa del auditorio, donde actualmente se dan los cursos, las charlas y las reuniones académicas”. Contar con suficiente espacio fue un aliciente para la intensificación de los cursos que se dictaban en la SAC. Y así fue como también en 1995 se inició en la Sociedad la Recertificación: “Ese fue el primer año que se llamó a los cardiólogos a recertificar en Cardiología. Fue elaborado todo un programa, que sigue hasta la actualidad, el Programa de Recertificación Profesional de la SAC”.

Pero no todo ocurría dentro de las amplias salas de la nueva sede y sus anexos. El entrevistado evoca como otro hecho importante de su gestión “la creación de un área del interior”. Es decir, “un área donde se empezó a diseñar y planear todo lo relacionado con los distritos del interior del país. Y relacionado con esto, también hicimos aquel año algo importante: en el Gran Buenos Aires, el conurbano, hay una enorme cantidad de colegas, muchos médicos en general, pero muchos cardiólogos, y nos dimos cuenta de que a pesar de que geográficamente estaban cerca de la sede central, operativamente estaban lejos”. Entonces, la preocupación de Lerman y sus colegas que lo acompañaban en la dirección de la SAC aquel año era, como hoy, que la información y la capacitación llegara también a esos cardiólogos del conurbano. “A alguien que vive en el primer cordón o el segundo cordón del Gran Buenos Aires, no le es tan fácil acceder a la sede de la SAC para capacitarse y actualizarse. De modo que creamos lo que llamamos –y actualmente siguen funcionando– los distritos del conurbano. Cuatro distritos: en el Norte, en el Oeste, en el Sudoeste y en el Sur”. Fue el empujón inicial, y probablemente el momento adecuado, porque los cardiólogos del conurbano enseguida “formaron núcleos de colegas que se agruparon entre sí, organizaron sus propias actividades científicas, académicas, y lo hicieron en cierta forma


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relacionados con la sede central, como están los demás distritos del país”. También durante 1995 y los tres años siguientes se preparaba el segundo Congreso Mundial de Cardiología en Buenos Aires, que se celebraría en 2008, del cual el doctor Lerman fue presidente del Comité Organizador. “Comenzó un trabajo muy duro. Como este era un evento de tremenda magnitud, fue reservada la Rural completa, todos los pabellones”, comenta. A las tareas organizativas se sumaban las diplomáticas, ya que además de la SAC, participaba en los preparativos la Federación Argentina de Cardiología (FAC), y había que limar asperezas y trabajar en armonía. “Se integró un comité conjunto entre la SAC y la FAC, de ocho miembros –cinco de la SAC (yo fui uno de ellos) y tres de la FAC–, comenzamos a trabajar, nos presentamos para la candidatura también contra Canadá, y logramos la sede”.

Llegar a la comunidad En la actualidad, las preocupaciones de Lerman se centran en la prevención y se concretan en acciones de acercamiento a la comunidad para difundir los hábitos de vida sana que permiten prevenir las enfermedades cardiovasculares. “Mi posición actual dentro de la SAC es en la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), el brazo comunitario de la Sociedad, de la cual soy su presidente. La Fundación fue creada en 1976 y ha ido creciendo continuamente; en la actualidad funciona en un departamento adyacente a la SAC”. El cardiólogo se muestra entusiasmado con el éxito de los programas que lleva a cabo la Fundación, por su enorme potencial para evitar el flagelo de las enfermedades cardiovasculares en nuestros días. “La FCA tiene una gran cantidad de programas, todos dirigidos a la comunidad. Por ejemplo, tenemos un programa de concien-

dejar de fumar, un curso de resucitación cardiopulmonar. Y los docentes que asisten, llevan esta información a los colegios, a los chicos. La idea es que los chicos lleven a las familias esta cadena saludable”, subraya.

Dr. Jorge Lerman

tización de enfermedad cardiovascular. Para esto damos charlas sobre vida saludable, alimentación sana, estrategias para dejar de fumar, efectuar actividad física. Las damos en la sede, o nos llaman y vamos a empresas, clubes y reparticiones de todo el país”, informa. Particular resonancia han tenido las “carpas saludables”, en las cuales se realizan campañas de relevamiento de factores de riesgo. Al respecto, el cardiólogo explica: “Cada año armamos dos o tres, y hasta cuatro, carpas saludables, durante el Congreso Argentino de Cardiología y durante las jornadas de los distritos. En mayo pasado, por ejemplo, se hizo en Resistencia, Chaco. Armamos una carpa en la plaza central de la capital chaqueña, y las personas que pasaban por ahí entraban, y, gratuitamente, se les tomaba la presión, se les medía el colesterol, la glucosa, el perímetro de cintura, y se les entregaba un folleto con consejos y recomendaciones”. Y agrega que para el Día Mundial del Corazón, el 29 de septiembre, las actividades se intensifican y amplían en todo el país. Armar cadenas de información es otra de las actividades del organismo, y se concreta en el programa Educando, que “está dirigido a docentes de colegios primarios y secundarios. Dictamos un curso de 10 sesiones donde damos charlas de prevención cardiovascular, alimentación, actividad física, cómo

Entre el público en general hay quienes tienen vocación de ayudar a otros en situaciones de crisis. A ellos está dirigido otro curso breve de la Fundación, el de resucitación cardiopulmonar. “Se dicta todos los días, en nuestra sede, dura tres horas y cualquier persona del público puede inscribirse, asiste a un curso con instructores especializados, les enseñan cómo son las maniobras de reanimación cardiopulmonar, asisten a videos, hay maniquíes y muñecos sobre los cuales entrenarse y así se enteran de cómo se deben hacer las maniobras”, explica, y aclara que se les entrega un certificado de asistencia. “De este modo, contribuimos a que la gente aprenda cómo desempeñarse en lugares públicos o en la calle, o donde sea, cuando de repente se encuentren ante un episodio de muerte súbita o un desmayo, por ejemplo”. El personal del área de Salud también tiene en la FCA un sitio donde perfeccionar sus conocimientos. Pueden hacer el curso de Soporte Vital Avanzado, dirigido a médicos, enfermeros y técnicos. Al respecto, Lerman explica: “Una vez que alguien sufrió una muerte súbita y fue resucitado con las maniobras, hay que saber cómo seguir. Trasladarlo a un centro de salud en una ambulancia, cómo intubar al paciente, cómo ponerle un suero, qué drogas darle”. Finalmente, el doctor Lerman hace un llamado a esa comunidad que tanto se beneficia con los programas del organismo que preside actualmente: “La Fundación necesita del apoyo de mucha gente: de las autoridades sanitarias, de las empresas y del público, en general, que capte el mensaje, y que lo ponga en práctica”. ■ 41


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1998

Muchas inquietudes y un pasamanos El Dr. Luis Alday, con un toque de humor, repasa inquietudes y logros de su período como presidente.

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con mayor frecuencia. Tan es así, que está considerada como la población de pacientes cardiológicos de más rápido crecimiento en la actualidad”.

l doctor Luis Alday se remite a algunos de sus textos, publicados en la Sección “Carta del Presidente” que publica la Revista Argentina de Cardiología, ya que en ellos refleja, sino todos, por lo menos algunas de las inquietudes que tenía en 1998, cuando le tocó conducir el destino de la Sociedad. En una de aquellas cartas reflexionaba sobre “La auscultación. ¿Un arte en decadencia?” (Revista Argentina de Cardiología 1998; 66: 130), pero el énfasis estaba puesto “en el descuido de las nuevas generaciones de médicos en el examen clínico, ya que siempre están prontos a aplicar las tecnologías diagnósticas recientes, tal como sigue ocurriendo hoy en día a pesar del esfuerzo de algunos instructores”. “Las Residencias de Cardiología” (Revista Argentina de Cardiología 1998;

“...ante el intento de suprimir residencias médicas por parte de algunos gobernadores de provincias, la SAC publicó una solicitada en diarios nacionales defendiéndolas firmemente”. 42

Dr. Luis Alday

66: 219 – 220), se relaciona con lo que considera uno de sus logros fundamentales, que consistió en obtener un programa nacional de las residencias en Cardiología, “nivelándolas hacia arriba, para reducir las grandes diferencias regionales producto de la geografía de nuestro país”. Al referirse a este punto, destaca que “ante el intento de suprimir residencias médicas por parte de algunos gobernadores de provincias, la SAC publicó una solicitada en diarios nacionales defendiéndolas firmemente”. El doctor Alday es cardiólogo pediatra, y una de sus “cartas” al respecto, se titulaba “Cardiopatías congénitas en el adulto”. (Revista Argentina de Cardiología 1998; 66: 341–342). En ella, “por primera vez en nuestro país, se llama la atención sobre este tipo de pacientes que antes fallecían tempranamente, y que, gracias a los avances de la cardiología pediátrica, comenzamos a verlos como adultos cada vez

El Congreso Argentino de Cardiología fue declarado “libre de humo” por primera vez durante su presidencia, en cierto modo “como preparativo para el Congreso Interamericano que se realizó al año siguiente (1999). Y con satisfacción, puedo decir que se logró el objetivo y los cardiólogos argentinos dieron el ejemplo para las iniciativas ulteriores de legislación destinadas a disminuir el consumo de tabaco”. Al referirse al congreso de 1998, también resalta que “la concurrencia continuó incrementándose en relación

“...por primera vez en nuestro país, se llama la atención sobre este tipo de pacientes que antes fallecían tempranamente, y que, gracias a los avances de la cardiología pediátrica, comenzamos a verlos como adultos cada vez con mayor frecuencia”.


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con las ediciones previas y dejó un superávit que consolidó la situación económica de la SAC. Junto con el congreso general, se desarrolló la edición bianual del Congreso Argentino de Cardiología Pediátrica que también tuvo numerosos asistentes”. “Los hechos salientes del congreso –continúa– fueron reflejados en una edición periódica cotidiana” y destaca, como una cuestión anecdótica, que “se despejaron de stands los corredores del hotel Sheraton, para facilitar la circulación de los asistentes. Posteriormente, hubo disposiciones de la Ciudad que prohibieron la instalación de stands en esos sectores para permitir la evacuación del público en caso necesario”. El doctor Alday también le asigna importancia a los registros. (“La importancia de los registros”. Revista Argentina Cardiología 1998; 66: 567). “El propósito –explica– fue impulsar la creación de estos para contar con estadísticas nacionales confiables de las diversas afecciones cardiovasculares”. Entre otros temas sobre los cuales se explayó en su “Carta del Presidente”,

“...puedo decir que se logró el objetivo y los cardiólogos argentinos dieron el ejemplo para las iniciativas ulteriores de legislación destinadas a disminuir el consumo de tabaco”. recuerda “¿Cómo tratamos la fibrilación auricular?” (Revista Argentina de Cardiología 1998; 66: 687), donde “la intención era establecer para esta y otras afecciones, tratamientos aún no bien establecidos, es decir, producir consensos. Actualmente la SAC posee un área de Consensos que se ocupa de publicar normativas de diagnóstico y tratamiento que se van actualizando conforme a los progresos de la cardiología”. Claro que hubo otros acontecimientos, aunque, reconoce, “después de tantos años es difícil acordarse de todos”. Y

agrega: “Sí, se continuó el camino de gestiones previas, por ejemplo, con la recertificación; fue creado el Distrito de Catamarca y se sentaron bases para futuros distritos en otras provincias; se realizaron convenios educativos con las Universidad de Bahía Blanca y del Nordeste; se iniciaron tratativas para reuniones conjuntas con las sociedades Brasileña y Española de Cardiología; y se postergó el apoyo a la creación de un Capítulo Argentino del American College of Cardiology por decisión del Consejo Asesor”, enumera. En este último punto se detiene y opina: “Esto, a mi criterio, fue un error, pero fue reparado muy recientemente y varios países nos ganaron lo que hubiera sido la delantera”. Además, destaca que, con el doctor Eduardo Moreyra redactaron, en los capítulos de Cardiología, el correspondiente a Miocardiopatía Hipertrófica, entre otros. La entrevista finaliza con un toque de humor: “A esta reseña, podemos agregar que fui el responsable de hacer colocar el pasamanos a la larga escalera de entrada a la SAC para facilitar el acceso de los miembros más antiguos. Yo todavía no lo necesito, pero algún día lo requeriré…”, sonríe. ■

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2001

La SAC desde diferentes ángulos El Dr. Néstor Pérez Baliño, expresidente y actual miembro del Consejo Asesor de la Sociedad, pone el acento en la preparación previa a llegar a la Presidencia. Y recuerda un año difícil, pero con logros importantes para la institución.

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asaron ya 11 años desde que el doctor Néstor Pérez Baliño se desempeñó como presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), y si bien esos 12 meses a la cabeza de la institución se vienen prolongando con su tarea en el Consejo Asesor, en la actualidad prefiere destacar el camino recorrido antes de su nombramiento. “Los que llegamos a la Presidencia de la SAC somos personas que hemos hecho toda una carrera dentro de la institución. Mínimo 20 años. No se llega antes, ya que con anterioridad se ocupan muchos otros cargos, en consejos de subespecialidades, en relación con los distritos del interior y en innumerables actividades que existen dentro de la Sociedad. De este modo, la gran mayoría de los presidentes tiene la experiencia de haber visto la SAC desde muchos ángulos diferentes”, explica. Esta sería la clave de la continuidad que caracteriza las políticas de la institución. Interiorizarse, a lo largo de los años, de su funcionamiento, historia, proyectos y accionar, es condición ineludible para acceder al breve período de un año en la cima. “Y para llegar a presidente, primero se es nombrado vicepresidente; un año como vicepresidente, luego pasa otro como presidente, y luego queda 12 años en el Consejo Asesor”, agrega. El Consejo Asesor asegura que las “políticas de estado” se prolonguen más allá de los períodos presidenciales, es decir que haya continuidad. 44

“Está compuesto por los 12 últimos presidentes. Y eso es precisamente lo que le da muchísima continuidad a la Sociedad Argentina de Cardiología. En 75 años, a pesar de los avatares políticos y económicos que tuvimos en el país, la SAC siempre tuvo un rumbo y los presidentes pueden maniobrar sobre un cierto margen, porque la proa permanece puesta para un lado. Esto benefició mucho a la institución”, reconoce Pérez Baliño. Los proyectos emprendidos se suceden y concretan en forma dinámica, y raramente se ven frustrados. “Muchas de las cosas que hacemos los presidentes en función, fueron iniciadas por presidentes anteriores. Uno las lleva a cabo y deja para la próxima gestión cuestiones surgidas en la nuestra”. Gracias a ello, “la SAC es una de las sociedades científicas de mayor presti-

“En 75 años, a pesar de los avatares políticos y económicos que tuvimos en el país, la SAC siempre tuvo un rumbo”.

gio y más poderosa en sus congresos, que reúnen a más de 10.000 profesionales del país y de todo el mundo”.

Reunión en la Embajada El doctor Pérez Baliño recuerda que en 2001, cuando ejerció la presidencia de la SAC, fue un año “muy especial”. Con su predecesor inmediato, el doctor Juan Krauss, “ya veníamos realizando gestiones para que el Congreso Mundial de 2008 se celebrara en Buenos Aires. Tanto en su presidencia como en la mía, asistíamos a todos los encuentros internacionales y hasta tuvimos apoyo de distintas embajadas. A mí me tocó, por ejemplo, organizar en Estocolmo una reunión en la Embajada Argentina para promover el Congreso Mundial de 2008. Invitamos a todos los referentes de las sociedades que estaban presentes en la capital sueca. Había presidentes de sociedades cardiológicas norteamericanas, de todos los países europeos, asiáticos y latinoamericanos. Hicimos una reunión para todos ellos en la Embajada Argentina y presentamos a nuestro país como candidato”. Aquellos representantes de antiguas y prestigiosas instituciones cardiológicas de todo el mundo estaban dispuestos a escuchar la propuesta, pero también tenían una exigencia. Sucede que la SAC no es la única sociedad cardiológica en la Argentina. Aunque sí, a sus 75 años, “es la sociedad madre. Pero en la década de 1960, se desprendió de ella la Federación Argentina de


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Cardiología (FAC). Había una discusión entre Buenos Aires, donde estaba centralizada, y algunas provincias del interior, sobre todo Córdoba, Tucumán y Santa Fe”, relata el expresidente. La exigencia que plantearon claramente los representantes extranjeros se refería a la unidad: “La comunidad internacional, la World Heart Federation, nos pedía que si íbamos a hacer un congreso mundial en nuestro país, que lo organizáramos en conjunto. Y, si bien la SAC es la única representante internacional de la Argentina, la condición era que convocáramos a todos los cardiólogos. Entonces el doctor Krauss y yo, acompañados por algunos colegas, como los doctores Horacio Faella y Arturo Cagide, entre otros, lideramos una posición de acercamiento y muy buena relación con la FAC, sin ceder, por supuesto, que la SAC era la única representante internacional”.

Palomas y halcones Durante los años siguientes hubo discusiones interminables entre ambas entidades y, por momentos, las posiciones parecían irreconciliables. Pero finalmente se logró el consenso necesario para que la Argentina tuviera su segundo Congreso Mundial de Cardiología. “Y así lo logramos. Nosotros ingresamos con el 66% de la conducción, y la FAC con el 33%. Pero conseguimos hacer un congreso que representó a toda la cardiología argentina”. “No fue fácil”, aclara el entrevistado, porque “en todas las sociedades están tanto ‘las palomas’ como ‘los halcones’. Personalmente me sentía ubicado del lado de las palomas, y ganamos las palomas. Hicimos un congreso mundial, en 2008, con 17.000 asistentes, que tuvo lugar en el predio de la Sociedad Rural”. Sin embargo, para el doctor Pérez Baliño, no todas las preocupaciones de ese año estaban centradas en la SAC.

fue un año muy duro en lo económico, que terminó en la recordada catástrofe económica que vivió el país”. Un tema al que Pérez Baliño le asignó mucha importancia cuando estuvo al frente de la SAC fue el de la prevención en cardiología. De allí surge otro recuerdo sobresaliente: “Comenzamos a instalar en la Sociedad de Cardiología el concepto de atención primaria de la salud. Lo incorporamos y dijimos que la cardiología tiene que estar en el primer nivel de atención, haciendo atención primaria de la salud. Y, si bien muchísimos profesionales ya venían trabajando en el tema, en 2001 lo institucionalizamos desde la Presidencia”. Dr. Néstor Pérez Baliño

Acontecimientos poco felices de la historia política de nuestro país se entremezclaron con su gestión. “En lo personal, para mí fue un año muy tenso porque era presidente de la SAC, pero además era subsecretario de Salud de la Nación, durante el gobierno de Fernando de la Rúa. Se enfermó De la Rúa y tuvimos que atenderlo los doctores Carlos Bertolasi y Jorge Belardi -actual vicepresidente de la SAC y próximo presidente-, y yo. Así que, en medio de esas circunstancias tuvimos ese problema. Además,

“...por primera vez incorporamos una empresa consultora para que realizara una planificación estratégica de la Sociedad y su futuro”.

Otra iniciativa relevante de la conducción de aquel año, consistió en recurrir a una empresa consultora para modernizar y agilizar el accionar de la institución. “Con el doctor (Jorge) Belardi, que entonces era mi prosecretario, por primera vez incorporamos una empresa consultora para que realizara una planificación estratégica de la Sociedad y su futuro. Pasaron 11 años, y este año, por primera vez, basados en toda esa experiencia de planificación estratégica, estamos en un proceso de modernización de la gestión de la Sociedad y de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA). Además, apuntamos a que la SAC y la FCA trabajen juntas y tengan un gerente que reorganice, y lo conseguimos”. Para finalizar, el cardiólogo pone nuevamente de relieve el tema de la continuidad en las políticas de la institución, lograda gracias a la permanencia y el trabajo persistente de sus miembros. “La SAC y sus presidentes, que son gente que salen del riñón de la Sociedad, aquellos que tienen prestigio académico, pero además conocen a fondo la entidad, estamos haciendo cosas que ya fueron dichas y planificadas en el año 2001, y también en otras gestiones, antes y después del período que me tocó conducirla”. ■ 45


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2003

La imaginación, una aliada en años de crisis Ser presidente de una sociedad médica de alto prestigio y gran nivel de actividad académica durante una etapa difícil del país, exige mucha creatividad y la determinación de no bajar los brazos. El Dr. Hugo Grancelli recuerda su experiencia al frente de la SAC en 2003.

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l doctor Hugo Grancelli, actual director de Docencia e Investigación de FLENI, presidió la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) en 2003. Fueron 12 meses particularmente arduos debido a las condiciones de inestabilidad y dificultades económicas del país; en esa realidad, mantener la actividad plena de la institución resultó un verdadero desafío. “La esencia de una sociedad científica es realizar diferentes acciones: docencia, formación continua, congresos, reuniones académicas y actividad docente en todo el país; y, para eso, obviamente, se necesitan recursos. Incluso, todas las acciones para la comunidad, dirigidas a la educación para la salud, requieren de recursos. Los años 2001, 2002 y 2003 fueron años difíciles en los cuales los recursos escaseaban y había que recurrir a la imaginación para poder llevar adelante las acciones propias de una sociedad científica”. Además, “era necesario apuntalar y mantener la estructura básica de la SAC: su sede, la actividad administrativa, el personal, los gastos que involucra la acción docente en todas las regiones de nuestro extenso país, y las relaciones con las instituciones internacionales”. En referencia a las acciones que realiza la SAC en los diferentes distritos regionales, el cardiólogo señala un importante avance en la etapa que le tocó presidir la institución, aunque no limitada a ese período. “Justamente, por esos años –no solo en 2003–, nuestro 46

objetivo era trabajar para la descentralización de la actividad docente. Hace 20 ó 30 años, el 90% de la actividad docente de la SAC se llevaba a cabo en la sede central. Pero, hacia 2003, prácticamente, estábamos haciendo solo una cuarta parte de la actividad general formativa en la sede central. Es decir, se había logrado descentralizar la actividad docente en los distritos regionales, tanto del conurbano como de las distintas provincias del país”. En este punto de su relato, también destaca la continuidad de las acciones de docencia, cuya periodicidad no se vio afectada por la crisis: “Logramos mantener entre seis y ocho actividades docentes por año en cada uno de los distritos regionales”. Todo lo que se logró en aquel período fue posible gracias a que desde la dirección hasta el personal administrativo, pasando por todos los miembros de la SAC, supieron adaptarse al momento y buscar formas de superar los escollos. Así lo reflejó el expresidente en el discurso pronunciado al cerrar su período al frente de la Sociedad. “A pesar de las dificultades y limitaciones que surgieron como consecuencia de la profunda crisis que vivimos en los últimos años, nuestra institución supo mantener y aun acrecentar sus estructuras de funcionamiento, sus reuniones científicas, y sus programas educacionales y de publicaciones, demostrando así su vitalidad y capacidad de adaptación para generar cambios y desarrollar nuevos

proyectos adecuados a la realidad de nuestro tiempo”, señala. Y reconoce que el esfuerzo y las contribuciones tuvieron múltiples orígenes: “Sin duda, estos logros han sido posibles por la coherencia y continuidad de las sucesivas gestiones, pero, por sobre todo, gracias a la participación activa y desinteresada de numerosos miembros que contribuyen día a día con su trabajo y el aporte invalorable de sus ideas y propuestas”. Entre las preocupaciones permanentes de la SAC, destacó Grancelli en aquella ocasión, estaba la de “promover la educación continua de posgrado y la difusión de los nuevos conocimientos, estimulando el crecimiento profesional del especialista en Cardiología en todas las regiones del país”. En este objetivo se centró su presidencia, y así lo explica: “Los mayores esfuerzos y recursos en ese año fueron dirigidos a estimular y sostener la intensa actividad de las distintas áreas que componen el Centro de Educación Permanente (CEP), los distritos regionales y los consejos científicos”. Algo que sobresale de su presidencia fue la puesta en funcionamiento del “Programa de residencias adscriptas a la SAC”, cuyo propósito era “fortalecer la capacidad docente de los centros comprometidos en la formación de especialistas en Cardiología de todo el país”. También resalta que la preparación adecuada de quienes debían transmitir esos conocimientos especializados, adquirió mayor relieve, ya que “por primera vez se llevó a cabo en la


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SAC un curso para la formación de docentes con la intención de capacitar a numerosos colegas en las nuevas técnicas y metodologías de la enseñanza”.

enfermedades no transmisibles del ministerio de Salud, y en el Programa de Prevención Cardiovascular de la Superintendencia de Salud”.

Tampoco se descuidó otro aspecto relevante de la actividad académica de la SAC, la investigación: “Se llevaron adelante diversos proyectos de investigación con los distritos regionales, entre los que se destaca el estudio OFFICE, que evalúa la conducta médica del momento en la prevención cardiovascular ambulatoria”.

Por otra parte, destaca que “en el marco de nuestro congreso, se firmó un acuerdo con la Superintendencia de Servicios de Salud donde se reconoció a la SAC como la entidad asesora científica y técnica en el campo de las enfermedades cardiovasculares; y a los consensos de la SAC como las normas y criterios para la adecuada atención en las patologías cardiovasculares, y también el ingreso de la SAC al Consejo Consultivo Nacional dependiente del Ministerio de Salud de la Nación en sus áreas de Recursos humanos, Prevención, Alta complejidad y Financiamiento”.

Todo este accionar docente y de investigación exige el apoyo de los equipos más modernos, y, de este modo, en la sede central “se incorporaron nuevos equipamientos de proyección y se incrementó el servicio de biblioteca a distancia con el envío electrónico de artículos completos, lo cual permitió extender sus beneficios a los miembros que residen fuera de la ciudad de Buenos Aires. Entre otros logros, se volvió a editar en forma bimensual el suplemento Capítulos de Cardiología que abarca, en forma de revisión, los temas de mayor interés para el cardiólogo asistencial.

Renovación del portal de Internet En aquellos años, la web ya ofrecía a las instituciones académicas un abanico de posibilidades de comunicación. En este sentido, se fortaleció la actividad del editor responsable del portal de la SAC, y, gracias a ello, se alcanzaron “cambios notables en la dinámica y el contenido” de la página de Internet, los cuales se vieron reflejados “en el incremento geométrico de las visitas mensuales”. De hecho, la nueva herramienta permitió avances relevantes, como “la puesta en red de un curso bianual de actualización en cardiología clínica y el envío electrónico a más de 5.000 profesionales de un correo quincenal con información institucional y las principales novedades en investigación clínica de las publicaciones internacionales”.

Dr. Hugo Grancelli

Por otra parte, el Congreso Argentino de Cardiología celebrado en 2003, fue organizado junto con el VII Congreso Mundial de Ecocardiografía y Ultrasonido Vascular, y, según el doctor Grancelli, “demostró la capacidad de organización, el poder de convocatoria, y la jerarquía científica alcanzados por nuestro congreso, ya consolidado como un evento de importancia e impacto regional”.

Políticas de Salud El doctor Grancelli relata, además, que “conscientes del grave deterioro del sistema de salud en ese momento, y de la función indelegable que deben asumir las sociedades científicas en defender y promover la buena práctica médica, se dio un fuerte impulso a la Comisión de Políticas de Salud de la Sociedad. Miembros de esa Comisión trabajaron activamente en el Consejo Consultivo Nacional dependiente del Ministerio de Salud de la Nación en sus áreas de Recursos humanos, Prevención, Alta complejidad y Financiamiento, y cooperaron con las autoridades de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) en el Programa de Farmacovigilancia y Control de Calidad de Medicamentos”. En las áreas de Epidemiología y Prevención, “se participó en la iniciativa del programa Vigia, sobre

Acciones internacionales En cuanto a las relaciones internacionales, el entrevistado comenta: “Durante ese año, se estrecharon vínculos con las sociedades de Cardiología de la región, con la intención de potenciar el desarrollo de la Sociedad Sudamericana de Cardiología y lograr una mayor interrelación científica y académica entre sus instituciones miembros. Por iniciativa y coordinación desde nuestra Sociedad, se llevó adelante un relevamiento de factores de riesgo cardiovasculares en América del Sur, del que participan todos los países de la región”. A su vez, “en septiembre de ese año, reafirmamos ante la World Heart Federation nuestra voluntad de ser sede del Congreso Mundial de Cardiología, y se realizó una extensa gestión internacional con este objetivo. En la asamblea de la Sociedad Interamericana, en Toronto, obtuvimos el apoyo unánime de todos las sociedades americanas para nuestra postulación, y, finalmente, se firmó el acuerdo con la World Heart Federation para que nuestro país fuera la sede y el organizador del Congreso Mundial de Cardiología para el año 2008”. ■ 47


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2004-2005

Actividades habituales y nuevas metas El Dr. Daniel José Piñeiro repasa su gestión al frente de la SAC en los marcos histórico nacional e institucional, y expresa su agradecimiento a quienes lo acompañaron, especialmente los miembros de la Comisión Directiva y el Coordinador General del el XXXII Congreso Argentino de Cardiología, a quienes considera “los verdaderos protagonistas de ese período”.

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l doctor Daniel José Piñeiro fue elegido presidente de la SAC en 2005, un año que, contextualiza, “en lo político se caracterizó por el afianzamiento en el Gobierno Nacional del doctor Néstor Kirchner, quien había asumido la Presidencia de la Nación luego de las elecciones de 2003, cerrando un período de gran inestabilidad política y económica de la historia argentina, desde 2001 a 2003, en el cual se sucedieron las presidencias de los doctores Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saa, Eduardo Camaño y Eduardo Duhalde”. En lo que concierne al marco institucional, señala que 2004 fue “un año difícil para la SAC”. Y explica: “A la trágica muerte del doctor José Martínez Martínez, expresidente de la Sociedad y entonces presidente de la Fundación Cardiológica Argentina, asesinado en 2003, se sumó la larga y penosa enfermedad del doctor Mario Ciruzzi, quien presidió la SAC en 2004 y a quien me honró acompañar como su vicepresidente primero. Lamentablemente, no pudo concluir su período y debí suplirlo a partir de su fallecimiento”, relata.

Comisión Directiva A fines de 2004, como es habitual en la SAC, una nueva Comisión Directiva se hizo cargo de la conducción ejecutiva de la institución. El doctor Piñeiro repasa los nombres y cargo de quienes lo acompañaron en la gestión: 48

Dr. Daniel José Piñeiro

los doctores Sergio Varini (vicepresidente 1.º), Enrique Fiakosky (vicepresidente 2.º) Ricardo Migliore (secreta-

“...se hicieron las adecuaciones necesarias para que la SAC fuera la encargada de desarrollar los contenidos teóricos de la de Médico Especialista en Cardiología”.

rio), Eduardo Guevara (tesorero), José Luis Barisani (prosecretario), Roberto Peidro (protesorero), Ana Salvati, Antonio Pocoví, Palmira Pramparo, Jorge Roisinblit, Jorge Goral, Juan R. Cortés, Adriana Andino y Mario Pino (vocales). En tanto, el Consejo Asesor estaba integrando por los expresidentes de la SAC, doctores Luis Alday, Luis María Amuchástegui, Hugo Baglivo, Arturo Cagide, Marcelo Elizari, Ricardo Esper, Horacio Faella, Hugo Grancelli, Juan Krauss, Jorge Lerman, Néstor Pérez Baliño y Álvaro Sosa Liprandi. Durante 2005 continuaron desarrollándose las tareas habituales de la SAC en el Centro de Educación Permanente (áreas de Docencia y de investigación), Consejos Científicos, Revista Argentina de Cardiología, Boletín SAC Informa, Mutual Cardiomet y Comisión de Políticas de Salud. Se incorporaron numerosos miembros adscriptos y se otorgó un considerable número de auspicios, según repasa el doctor Piñeiro. Ese año, la SAC también recibió el Certificado de Registro Nacional Obligatorio de Organizaciones No Gubernamentales y del Registro Nacional de Institutos y Empresas Libres de Humo de Tabaco.

Congresos Durante su presidencia, se realizó en Buenos Aires el XXXII Congreso Argentino de Cardiología, cuyo coordinador general fue el doctor Eduardo


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Mele, al que se sumó el Congreso Iberoamericano de Rehabilitación Cardíaca y Prevención Secundaria, y, en San Salvador de Jujuy, las Jornadas Interdistritales y 1.ª Jornada Argentino-Boliviana de Cardiología. “La SAC comprometió todo su esfuerzo en la realización del XVI Congreso Mundial de Cardiología; fruto de ello fue la firma del Contrato de Unión Transitoria de Empresas (UTE) entre la SAC y la Federación Argentina de Cardiología con vistas a la realización del citado evento”, señala.

La SAC y su participación en otros encuentros científicos Durante aquel período, la Sociedad Argentina de Cardiología participó además como invitada en distintos encuentros científicos: “A nivel nacional, lo hizo en la VI Conferencia Internacional de Cardiología Preventiva, el I Simposio Nacional de Nuevas Tecnologías Aplicadas a Patologías Cardiovasculares organizado por la Secretaría de Ciencia y Técnica del Gobierno de la Provincia de Neuquén, el XXIV Congreso Nacional de la Federación Argentina de Cardiología, y en el lanzamiento de la Guía Nacional de Hospitales Libres de Humo de Tabaco y la Guía Nacional de Tratamientos de la Adicción al Tabaco. A nivel internacional, participó del Congreso Europeo de Cardiología y de las sesiones del American College of Cardiology y de la American Heart Association”, repasa el expresidente.

“Durante 2005, la SAC mantuvo el prestigio y la legitimidad académica ganado a través de su historia”.

la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, finalmente malograda”. Ese año también se creó la Comisión de la Mujer y la Cardiología y se inició el análisis tendiente a la creación de un Consejo de Bioética (Comité de Ética Independiente) que finalmente se constituyó en 2006, durante la presidencia del doctor Sergio Varini.

Convenios y acuerdos Docencia Durante la gestión del doctor Piñeiro se firmó un convenio con la Sociedad Europea de Cardiología (constituyendose en miembro de la Sociedad Europea de Cardiología) y el Acta Acuerdo de Cooperación entre la SAC y la Sociedad Peruana de Cardiología. Además, destaca, “fui invitado personalmente a formar parte de la Junta Directiva de la Fundación Interamericana del Corazón”.

En esta área, “ante las modificaciones de la reglamentación para las carreras de Médicos Especialistas impuestas por la Facultad de Medicina de la UBA, se hicieron las adecuaciones necesarias para que la SAC fuera la encargada de desarrollar los contenidos teóricos de la de Médico Especialista en Cardiología”.

Conclusiones A nivel nacional, enumera los siguientes convenios: Convenio de Colaboración y Cooperación Técnica entre la SAC y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT); Convenio de Cooperación entre la SAC y el Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires, y Convenio Marco entre la SAC y la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. Además, recuerda, “la SAC participó en el Programa Nacional para la Sociedad de la Información, Secretaría de Comunicaciones de la Nación, y en numerosas reuniones de Sociedades Científicas en vistas a la integración del Colegio Médico de

“Durante 2005, la SAC mantuvo el prestigio y la legitimidad académica ganado a través de su historia”, comenta el doctor Piñeiro. Y agrega que “se desarrollaron actividades habituales y se encararon nuevas metas”. En lo personal, concluye, “creo haber cumplido con el mandato que me diera en su momento la Asamblea. Tendré por siempre una deuda de agradecimiento para todos aquellos que me acompañaron, especialmente para los miembros de la Comisión Directiva y el Coordinador General del XXXII Congreso Argentino de Cardiología, que fueron los verdaderos protagonistas de ese período”. ■

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2006

Un período fructífero Durante 2006 no solo nació el PROSAC, sino que también se registraron otros hechos destacados en diferentes áreas. El Dr. Sergio Varini, entonces presidente, los repasa y comenta.

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urante el acto académico 2005, en el cual asumí como presidente de nuestra Sociedad, tomamos el compromiso, con mis más directos colaboradores (los integrantes de la Mesa Directiva) junto con el resto de la Comisión Directiva, de comenzar nuestra tarea conscientes de lo que implicaba querer crecer en nuestro país en los momentos que aún vivíamos. No obstante, acompañados por un profundo espíritu societario y nuestra vocación de servicio, aceptamos el desafío”, comienza su relato el doctor Sergio Varini. Y continúa: “Queda claro que se pueden elaborar estos proyectos en el contexto del apoyo que brindan las sucesivas comisiones directivas en búsqueda de posicionar a la SAC como una sociedad líder en la formación del cardiólogo, estimulando la investigación dentro de la especialidad y promoviendo, además de estas actividades académicas, el ejercer la medicina, no solo apoyados en una sólida actualización de los conocimientos, sino también con un gran respeto por los principios éticos y morales que conlleva la relación medicopaciente”.

El PROSAC Al enumerar los principales proyectos concretados durante su presidencia, se refiere, en primer lugar al que concierne al punto de vista docente: “Una comisión específica, bajo la tutela del Centro de Educación Permanente, realizó la tarea encomiable de crear este programa de educación continua res50

pecto a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Su principal destinatario sería el médico cardiólogo – explica–, que en su tarea asistencial, debe tomar decisiones en forma cotidiana, ya sea individualmente o en equipo. Por lo tanto, requiere permanecer actualizado en los diferentes tópicos de la cardiología”. El PROSAC se conformó de tal manera que su cumplimiento al cabo de cinco años, con sus evaluaciones incluidas, sumado a la asistencia al Congreso Argentino de Cardiología, otorgue la cantidad de créditos necesarios para acceder a la recertificación del título de Especialista en Cardiología. Además, “quienes realicen este programa en su totalidad, también podrán acceder por un camino diferente a las membrecías que exigen un elevado nivel académico dentro de la estructura societaria”, destaca. Prueba del interés que despertó este nuevo emprendimiento, es el nivel de concurrencia en su lanzamiento oficial durante el Congreso Argentino de Cardiología realizado en 2006, y “el interés manifestado por sociedades científicas latinoamericanas, en claro reconocimiento al liderazgo de la SAC en el ámbito educacional. La trascendencia entre nuestros miembros, se vio reflejada por una inscripción anticipada al PROSAC de más de 450 profesionales. En la actualidad el número de cursantes asciende a más de 800, con un 42% del interior del país y 10% del exterior; estos guarismos hablan por sí solos del impacto del Programa en la actuali-

zación de los cardiólogos en nuestro medio”.

Comité de Bioética Al repasar el período durante el cual estuvo al frente de la Comisión Directiva de la SAC, el entrevistado destaca que se tomó conocimiento del “serio deterioro de nuestro sistema de salud y la permanente desjerarquización y deformación del acto médico, motivado, fundamentalmente, por las estrategias y los programas que implementan los gerenciadores de salud, que hacen prevalecer en su análisis los costos sobre las normas más elementales de una prestación asistencial adecuada. De esta manera, enfrentamos una situación de desventaja legal y ética, con frecuentes consecuencias jurídicas para los profesionales de la salud. A esto se agrega, una formación médica mucho más especializada, presionada por avances técnico-científicos que, en muchas ocasiones, desnaturalizan la relación médico-paciente al partir tanto el conocimiento, que ya solo nos interesa la enfermedad y no la persona en forma integral”, advierte. Como respuesta a esta realidad, continúa, “se decidió la creación de un Comité de Bioética, que tiene como objetivo fundamental velar por el resguardo de los derechos, seguridad y dignidad del paciente, como sujeto moral autónomo, tanto en el campo asistencial como en el de la investigación clínica de fármacos o de procedimientos no farmacológicos”. La formalización de dicho Comité fue uno de los principales objetivos de su gestión y


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hoy en día continúa vigente, integrado por un grupo multidisciplinario de profesionales del ámbito de la salud (médicos y no médicos), de otros campos del conocimiento, como abogados, filósofos, antropólogos y sociólogos, entre otros, y representantes de la comunidad.

Dr. Sergio Varini

XXXIII Congreso Argentino de Cardiología Contó con 9.508 acreditados, es decir que estuvo “por encima del número creciente de inscriptos que tenemos año tras año. Pero aún más importante fue el nivel de asistencia permanente y numerosa en la mayoría de los salones, expresión del elevado nivel académico con el que se llevaron a cabo todas sus actividades”, destaca. En 2005 se realizó, en forma conjunta, el XII Congreso Argentino de Cardiología Pediátrica: “A través de este, tuvimos el orgullo de tener dentro de nuestro Congreso la actividad científica más importante de esta especialidad en el país”, subraya. Y destaca “la numerosa participación de colegas latinoamericanos, lo que prueba que nuestro congreso es un evento de relevancia nacional y regional”.

Economía Al referirse a este punto, Varini señala que “no era novedad para nuestros miembros que, luego de la crisis de 2001, la institución sufrió una pérdida más que significativa de su respaldo monetario. Desde entonces, se hicieron esfuerzos para reducir gastos y lograr el equilibrio de los balances. Ese año, producto del esfuerzo de nuestros empleados del área contable y de los directivos responsables de la Tesorería de la SAC, se obtuvo un balance positivo de más de 100.000 pesos. También fue fruto de un trabajo en equipo, realizado por el personal estable de la entidad, en la búsqueda de recapturar asociados que por algún motivo habían dejado de pagar su cuota anual”.

reforma que presentamos de nuestros estatutos, a fin de colocar a la Sociedad en situación acorde con las circunstancias actuales. Dado que estos no nos apartan de principios fundacionales de la institución, fueron aprobados por unanimidad”, continúa el entrevistado. Y recuerda que no se actualizaban desde hacía más de 10 años, por lo que “esperamos que estos cambios se traduzcan en modificaciones del reglamento interno para darle un manejo más dinámico a nuestra Sociedad”.

Política internacional

A pesar de la situación financiera de la entidad y frente al incremento de la actividad científica, relata, “se decidió, junto con el asesor contable de la SAC, aumentar el activo patrimonial de la institución”. Por este motivo, “aprovechando la oferta de un departamento del edificio de la calle Marcelo T. de Alvear 2320, con la aprobación de la Comisión Directiva, y cumpliendo con los requerimientos estatutarios, llamamos a una asamblea extraordinaria que aprobó, por unanimidad, el proyecto de compra”. A partir de enero de 2007, la SAC tomó posesión de este nuevo espacio de aproximadamente 140 metros cuadrados, en excelente estado, con la posibilidad de comunicarlo con el edificio de la SAC “a un costo más que razonable”. En 2010 se unió esta nueva área con la sede, y, en la actualidad, en este sector funcionan la Revista Argentina de Cardiología, la oficina de los Distritos Regionales, el Comité Científico del Congreso Argentino de Cardiología y la oficina del Consejo Argentino de Residentes de Cardiología (CONAREC).

Actualización de Estatutos En asamblea extraordinaria, convocada para este fin, “fue aprobada la

En este plano, sobresale el Acuerdo entre el ACC y la SAC, hecho que no registra antecedentes previos, y “cuyo contrato, que tuve el honor de firmar durante la 55.th Annual Scientific Session del American College of Cardiology (ACC) celebrada en Atlanta en marzo de 2006, ligaron a la SAC con dicha entidad hasta diciembre del 2009”. Los alcances del mencionado acuerdo fueron los siguientes: 1) Llevar a cabo un simposio anual SAC/ACC durante el Congreso Argentino de Cardiología; su delegación, en caso de no tener financiamiento local será cubierta por el ACC. 2) Todos los miembros titulares de la SAC (MTSAC) podrán participar como miembros internacionales asociados del ACC en forma automática, solo con su simple requerimiento. 3) Acceso gratuito y automático al portal Cardiosource para todos los miembros de la SAC. Esta es una de las herramientas informáticas más utilizadas por los cardiólogos en todo el mundo. 4) Se ofreció incluir en la página de Cardiosource los Highligths del Congreso Argentino de Cardiología del año en curso. “Acceder a este acuerdo fue la consecuencia del trabajo realizado por los directivos de la SAC desde 2004 a 51


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2006, para lo cual se contó además con el invalorable apoyo del Comité de Relaciones Internacionales de la entidad. Sin duda, lograr este anhelado proyecto significó además un reconocimiento a la trayectoria nacional e internacional de muchos de los miembros de nuestra Sociedad por parte de las autoridades del ACC”, concluye al respecto. Durante el Congreso Mundial de Barcelona, directivos de la SAC participaron de la reunión anual de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) como integrantes extracontinentales. En esa ocasión, “se firmó un convenio entre ambas sociedades, que incluyó pautas de colaboración, de promoción y de difusión de las actividades científicas entre ambas sociedades. Afortunadamente, durante esta reunión, previa explicación de nuestra parte, se tomó la decisión de que la Argentina continuara como miembro de la misma sin pagar la cuota anual correspondiente”, recuerda. Y agrega: “Nos fue expresado el interés de mantener la participación de la entidad en nuestro Congreso y de incrementar el intercambio científico entre ambas entidades, a través de becas con soporte parcial de su parte”.

Distritos Regionales Durante la gestión del doctor Varini, se desarrollaron las XVIII Jornadas de los Distritos Regionales en la Ciudad de Mar del Plata, las cuales tuvieron “un gran éxito. También desde el área de los Distritos Regionales se gestó un viejo anhelo de la Sociedad: regionalizar los distritos en todo el país. “Nuestro federalismo también quedó expresado a partir de una actividad docente prolífica. Se dictaron 152 clases presenciales en todo el país y se inició una exitosa experiencia educativa a distancia, con videoconferencias interactivas que fueron trasmitidas en 52

simultáneo a todos los distritos regionales”. Esto, según el doctor Varini, permitió el contacto directo entre un especialista reconocido y todos los miembros SAC del interior del país.

actualización del Consenso de Valvulopatías”, repasa. Además, fueron desarrollados los consensos de Hipertensión Arterial y de Corazón y Deporte.

Con el fin de estimular la participación del interior en las actividades científicas de la SAC, agrega, “se inició un nuevo análisis de las capacidades de cada distrito para realizar estudios epidemiológicos locales, con miras a conocer la realidad en cuanto a la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares en todo el país”, añade.

Una gestión fallida

Actividades SAC-FCA La SAC participó y compartió las iniciativas de su brazo comunitario, la Fundación Cardiológica Argentina. En 2005, ambas, desde la Comisión de la Mujer y la Cardiología, dieron a conocer los resultados de la encuesta “Reconocimiento de la enfermedad cardiovascular de la mujer por la mujer”. A través de estos resultados, refiere el cardiólogo, “hemos tomado conocimiento de la percepción que tienen las mujeres argentinas de la posibilidad de padecer enfermedad cardiovascular (N. de la R. ver aparte). Este tipo de relevamiento, muy poco frecuente en nuestro país, nos permitirá proyectar programas de educación, prevención y detección precoz de la enfermedad en el sexo femenino”.

Consensos “La implementación de guías y consensos para la práctica cardiológica, fue un objetivo fundamental de nuestra gestión”, destaca. Por eso, “contamos con la participación activa de los consejos científicos y con la coordinación del Área de Normatizaciones y Consensos. Durante el 2006, fueron publicados el Consenso del Consejo de Ateroclerosis y Trombosis, el Consenso de Enfermedad Carotídea y la

La lucha contra la adicción al tabaco fue desde siempre una meta, tanto de la SAC como de la FCA. Al respecto, el expresidentes, comenta: “Como integrantes de una sociedad médica, observamos con desazón y, porqué no decirlo, con cierto grado de vergüenza, que nuestro estamento político no haya ratificado el Convenio Marco de Control del Tabaco (CMCT). Este fue acordado con la OMS y la ONU en mayo del 2003 y entró en vigencia en febrero de 2005, con la ratificación de 137 países, entre los cuales se encuentran naciones vecinas (algunas de ellas grandes productoras de tabaco) como Brasil, Chile, Bolivia, Perú y Uruguay. La falta de ratificación del CMCT, no permitió que entren en vigencia medidas que regulan la publicidad, el etiquetado y el contrabando del tabaco, la venta a menores y la protección del no fumador contra el humo. Al no suscribirlo –advierte–, no pudimos tomar parte de subsidios para la reconversión de los cultivos de tabaco. A pesar de denodados esfuerzos de los diferentes estamentos de la Sociedad y de la Fundación Cardiológica no logramos nuestro objetivo”, lamenta el doctor Varini. La Comisión Directiva de 2006 estuvo integrada de la siguiente forma: doctores Sergio Varini (presidente); Osvaldo Masoli (1.º); Fernando Peliche (vicepresidente 2.º); José Luis Barisani (secretario); Roberto Peidro (tesorero); Miguel González (prosecretario); César Belziti (protesorero); Ana Salvati, Antonio Pocoví, Julio Ibáñez y Carlos Labadet (vocales titulares); y Jorge Goral, Juan Cortés, Marcelo Rodríguez y Héctor Machaín (vocales suplentes). ■


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2007

Una experiencia gratificante En el repaso del Dr. Osvaldo Masoli se entremezclan el pasado, el presente y el futuro, ya que su gestión es reciente y actualmente integra el Consejo Asesor de la SAC.

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l doctor Osvaldo H. Masoli estuvo al frente de la Sociedad Argentina de Cardiología en 2007, el año que la institución cumplió 70 años: “En la cena de clausura realizada en el Sheraton Hotel –recuerda–, decidí entregar una placa recordatoria a todos los expresidentes y di un discurso de agradecimiento a quienes me precedieron e hicieron posible que la SAC haya alcanzado uno de los sitiales más altos de todas las sociedades de Cardiología del mundo”. Ese año, también fue un año de innovaciones, ya que en el Congreso Argentino anual se comenzó a utilizar los multimedios, que incluían conferencias y entrevistas a los invitados nacionales e internacionales, que se podían seguir en línea, y luego estuvieron accesibles durante un período extenso en la Web para consulta de todos los socios y no socios. El doctor Masoli evoca la repercusión de estas novedades: “El objetivo fue doble: uno, el festejo de los 70 años, y otro, entrenarnos para el gran evento del año siguiente, el Congreso Mundial de Cardiología 2008, que se iba realizar por segunda vez en nuestro país, ya que el primero fue en 1974”, señala. Y opta por repasar los hechos de su gestión, por áreas específicas.

Investigación En esta área, relata, “se lograron objetivos que deseo destacar”, señala, y, en primer lugar, menciona que “se incrementó el número de miembros del área de Investigación a expensas de la incorporación de investigadores jóve54

nes. Además, se aseguró la continuidad de sus miembros y de los trabajos en curso para su publicación; ese año se publicaron, están en prensa o en arbitraje diez trabajos”. También destaca el desarrollo de nuevos estudios de investigación “en el más amplio espectro de la cardiología, en especial aquellos que aportaron macroinformación sobre epidemiología y políticas de salud”. Y “se incentivó el desarrollo de programas docentes en las áreas de formación metodológica, estadística, informática y toda herramienta necesaria para la investigación”. “Aquel año, se encontraba en desarrollo la formación de la carrera de Investigador SAC y se logró la coordinación desde nuestro país de un estudio internacional de la Universidad de Yale, sobre genética en mujeres jóvenes que sufren un infarto agudo de miocardio”.

“...se incentivó el desarrollo de programas docentes en las áreas de formación metodológica, estadística, informática y toda herramienta necesaria para la investigación”.

Distritos regionales En este aspecto, resalta el trabajo destinado a fortalecer la formación de los cardiólogos, incentivar la investigación a través de la utilización de herramientas informáticas, supervisando las residencias asociadas, promoviendo la participación de referentes locales en las actividades científicas, y creando consejos regionales de subespecialidades y programas integrados de pasantías y rotaciones”. El 16 de marzo de 2007 se firmó un convenio con la Universidad de Tucumán para cooperación bilateral en investigación, perfeccionamiento de recursos humanos, y participación en el programa de Certificación y Recertificación. En tanto, el 5 y 6 de octubre, en conjunto con el Distrito Córdoba, se realizaron las XIX Jornadas de los Distritos Regionales, “a pesar de haber sido organizadas luego de nuestro XXXIV Congreso Argentino de Cardiología y muy próximas al XIV Congreso Mundial de Cardiología de 2008. Esto –continúa– creó un escenario muy difícil en el campo económico para conseguir recursos; pero no hubo pérdidas y fueron jornadas exitosas en lo que al número de participantes se refiere”.

Políticas de salud Junto con la Mesa Directiva, se desarrollaron las áreas de Investigación y de Recursos Instruccionales, la “Encuesta de Calidad de vida profesional de los cardiólogos”, y, junto con el


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Colegio Argentino de Cardiología y la Federación Argentina de Cardiología (FAC), se trabajó en la elaboración de un documento sobre la “Situación de la Cardiología y de los Médicos cardiólogos para el 2020”. Este documento tuvo tres ítems principales, que Masoli enumera de la siguiente manera: 1) Salud cardiovascular en base a la encuesta del Ministerio de Salud Pública de factores de riesgo y proyección de salud/enfermedad. 2) Necesidades y recursos económicos, técnicos y profesionales de la Argentina para la próxima década. 3) Formación y perfil de los cardiólogos a futuro.

prioridad para ser incluida en dicho índice”, comenta el doctor Masoli. No obstante, “el análisis pormenorizado de los comentarios sugeridos por los árbitros, le permitió al Comité Editor efectuar una serie de modificaciones que mejoraran aun más la calidad de nuestra publicación y permitirnos estar preparados para una nueva presentación en 2010”.

Dr. Osvaldo Masoli

“Se comenzó la elaboración de un documento conjunto SAC-FAC con los principales diagnósticos y propuestas, a fin de ser puestas a consideración de los actores involucrados y, además, constituir una posición frente a la comunidad médica nacional y estatal”, explica.

cia Cardíaca, “con los más destacados especialistas de nuestra Sociedad. Esta subespecialidad, que abarca en forma transversal a todas las otras subespeciadades de la Cardiología, convocó a un gran número de participantes, que fortaleció la relación de docencia e investigación interconsejos tan anhelada, pero muy difícil de lograr”.

Modificación de los reglamentos

Revista Argentina de Cardiología

En 2006 se realizó la puesta al día del Estatuto de la Sociedad, y en 2007 fue aprobada la modificación de los Reglamentos”, resume. Y destaca que, “gracias a estas modificaciones, 32 socios recibieron la Membresía de Titular, algo que hacía muchos años no ocurría en un número tan importante. El objetivo de esta conducción y de las futuras, es que continúe en crecimiento, para aportar cuadros de conducción que nos resultan tan necesarios”.

“La evaluación de nuestra revista por parte de las autoridades de Index Medicus, dictaminó que no alcanza la

En este sentido, agrega que la reforma reglamentaria en lo que a los consejos científicos se refiere, estimuló la participación de los profesionales jóvenes, uno de los objetivos de aquella gestión. Otro hecho destacado que data de 2007, es la creación del Consejo de Insuficien-

“...gracias a estas modificaciones, 32 socios recibieron la Membresía de Titular, algo que hacía muchos años no ocurría en un número tan importante”.

Al respecto, el entrevistado resalta que “se incorporaron al Comité Editor distinguidos especialistas internacionales”, y “se concretó la inclusión de la Revista Argentina de Cardiología en otros índices internacionales de indudable relevancia como el SCIELO, LILACS, LATINDEX y DOAJ; y también su versión completa en inglés en Internet a través del link de la Revista en la página Web de la SAC”. “El enorme esfuerzo realizado desde hace muchos años por el área de Consensos y todos aquellos que participan en su confección, permitió, en el último número de la revista (N. de la R: en 2007), publicaciones como los suplementos del Consenso Corazón y Deporte e Hipertensión Arterial”, resalta.

Relaciones internacionales En este aspecto, durante 2007, se estrecharon vínculos con el American Collage of Cardiology, y se recibió una invitación formal para formar parte como “Sociedad Asociada, con todos los beneficios que poseen los distintos capítulos en su propio país en cuanto a formación”. Además, “se acrecentaron nuestros vínculos con las sociedades Europea y Española de Cardiología, y con las sociedades sudamericanas de la especialidad”. Estas relaciones nos permitieron conseguir fondos destinados a la formación de investigadores jóvenes en el exterior; desarrollar proyectos de in55


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vestigación en forma conjunta; y también contar con los líderes de opinión en nuestro Congreso Argentino de Cardiología”.

Fundación Cardiológica Argentina Durante la gestión del doctor Masoli, la FCA continuó con su programa Educando, de capacitación a docentes, y se realizaron gestiones con autoridades del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires con el fin de difundirlo para maestros de escuelas de la Provincia de Buenos Aires. “Actualmente están trabajando en la edición de un nuevo libro sobre este Programa y en la elaboración de otro libro con recetas de comidas cardiosaludables”, resalta. Y añade que, a través del Ministerio de Salud, “se promovieron dos leyes a nivel nacional: ‘Buen Samaritano’ y establecer el día de la ‘Salud cardiovascular en la mujer’. En 2007 se han entrenado más de 900 personas en resucitación cardiopulmonar (RCP) básica y más de 180 en ACLS.

Federación Argentina de Cardiología El doctor Masoli también se refiere a las relaciones con la Federación Argentina de Cardiología (FAC), e infor-

“...se acrecentaron nuestros vínculos con las sociedades Europea y Española de Cardiología, y con las sociedades sudamericanas de la especialidad”. 56

ma que “se trabajó durante todo el año en forma muy cercana e intensa, en un marco de mutuo respeto. Luego de un proceso de evaluación muy profundo, acordaron la recertificación y certificación recíprocas”. Además, “se trabajó en la elaboración de documentos conjuntos en políticas de salud, de consensos, y en la coordinación de la educación médica continua en todo el país. Y, por supuesto, en la organización del Congreso Mundial de Cardiología que se realizaría al año siguiente”.

Convenios En este aspecto, el expresidente destaca la firma de un convenio de Cooperación con la Intendencia del Municipio de Tres Lomas, provincia de Buenos Aires, representada por su intendente, el doctor Mario Espada. En ese marco, se realizó un estudio epidemiológico con características metodológicas que se aplicaron por primera vez desde nuestra Sociedad, y arrojaron una información sumamente útil para la toma de decisiones en políticas de salud, además de la información científica, que será publicada en un futuro por las áreas de Investigación, de los distritos regionales y por la Mesa Directiva, que llevaron a cabo el proyecto”. Esta iniciativa, continúa, “provocó el entusiasmo de otros intendentes que desean contratar a nuestra Sociedad para tal fin, lo cual constituiría una nueva fuente de recursos económicos para la SAC y un nuevo modelo de acercamiento a nuestros socios para la docencia y la investigación”.

Conducción societaria Según el doctor Masoli, las encuestas realizadas a los socios de la SAC en 2006 y 2007, más el análisis pormenorizado realizado por las respectivas comisiones directas, “nos permitieron

“...es de destacar que muchos proyectos iniciados en gestiones previas, finalizaron en mi gestión; y que los iniciados en la gestión 2007 terminarán en los próximos años bajo otras conducciones”. concluir que este modelo de conducción exitoso se había agotado y que debíamos reformular una conducción adaptada al marco de las circunstancias sociales, políticas y económicas actuales. En este camino estamos trabajando tanto la Mesa Directiva como el Consejo Asesor, para delinear en forma conjunta un proyecto a largo plazo que permita continuar con el crecimiento ininterrumpido de los primeros 70 años de nuestra Sociedad”. El expresidente coincide con la mayoría de sus colegas, en cuanto a que la SAC “se maneja con políticas a largo plazo, como hacen los países desarrollados, e implementa políticas de Estado, que no se interrumpen con las sucesivas conducciones”. Por eso, “es de destacar que muchos proyectos iniciados en gestiones previas, finalizaron en mi gestión; y que los iniciados en la gestión 2007 terminarán en los próximos años bajo otras conducciones”. En su opinión, “esto marca el crecimiento ininterrumpido de estos primeros 75 años”. A modo de conclusión, Masoli, expresa su agradecimiento “a todos los miembros de nuestra Sociedad Argentina de Cardiología, que me permitieron vivir una de las experiencias más gratificantes de mi carrera profesional”. ■


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2008

Un examen “aprobado holgadamente” El Dr. Eduardo Mele, repasa el año del XVI Congreso Mundial de Cardiología, celebrado en la Argentina, cuando era presidente de la SAC.

El doctor Eduardo Mele, que actualmente integra el Consejo Asesor de la Sociedad Argentina de Cardiología y preside el Comité Organizador del Congreso Interamericano de Cardiología que se realizará en Buenos Aires en 2013, era presidente de la SAC en 2008, cuando, por segunda vez, fue celebrado en nuestro país el Congreso Mundial de Cardiología. Aquel mismo año, y poco después del cierre del encuentro, publicó un artículo en la revista de la Sociedad, donde destacaba: “Este XVI Congreso Mundial puso por unos días la cardiología argentina en la vidriera internacional. El examen fue aprobado holgadamente”. A cuatro años de aquel acontecimiento, Mele recuerda que “la realización de un nuevo congreso mundial en la Argentina había sido fijado como un objetivo por la SAC muchos años an-

“Pudimos mejorar en gran medida las relaciones internacionales; continuar procesos que se habían iniciado en otras gestiones o iniciar algunos nuevos”.

tes; en 2000 se comenzó a gestar su organización junto con la Federación Argentina de Cardiología (FAC), y en 2004, la World Heart Federation designó a Buenos Aires como sede. Muchos colegas trabajaron en su organización, presididos por el doctor Horacio Faella”. Y señala lo que significó aquel Congreso Mundial para la SAC, desde la perspectiva actual: “Pudimos mejorar en gran medida las relaciones internacionales; continuar procesos que se habían iniciado en otras gestiones o iniciar algunos nuevos”. “En realidad –continúa–, es muy difícil decir que tal cosa corresponde a una presidencia determinada. Como las presidencias duran un año, uno termina cosas que empezaron otros y empieza cosas que van a terminar otros. Entonces, durante 2008 se profundizó mucho sobre algo que ya venía desde antes, que son las relaciones internacionales. Ese año nos convertimos en sociedad afiliada del American College of Cardiology, si bien ya teníamos un convenio previo. Mejoramos también la relación con la Sociedad Europea de Cardiología, de la cual somos una sociedad afiliada, así como con la Sociedad Española de Cardiología. Y, por supuesto, con las sociedades continentales, con las cuales se mantiene una relación fraterna a través de las sociedades Interamericana y Sudamericana”. La importancia de dicho intercambio con asociaciones y colegas del exterior

se pone en evidencia, señala, por el nivel de los asistentes: “En ocasión del congreso mundial vino ‘la crema y nata’ de la cardiología mundial. Las autoridades máximas de las principales sociedades cardiológicas del mundo estuvieron presentes y se pudo trabajar en numerosas reuniones con representantes de estas instituciones. Luego, el trabajo en esos temas continuó a lo largo de las sucesivas presidencias, al punto de que hoy en día tenemos sesiones conjuntas con la Sociedad Europea de Cardiología, y con las dos sociedades norteamericanas, el American College of Cardiology y la American Heart Association”. Esto último – aclara– se consiguió en 2011, bajo la presidencia del doctor Carlos Barrero, “pero, sin duda, es el resultado de muchas cosas que se vinieron haciendo año tras año”.

“El Congreso Mundial de Cardiología ha representado un hito en la historia de la Sociedad Argentina de Cardiología y de la medicina argentina”. 57


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Un objetivo común Al alto nivel científico de los asistentes al Congreso Mundial se sumó la amplia variedad de sus nacionalidades y de los temas tratados. “Asistieron profesionales de muchos países del mundo, lo cual nos permitió entrar en contacto con especialistas de nacionalidades con los que normalmente no existe un contacto científico muy fluido. Además, se presentaron trabajos de todas partes del mundo”, recuerda. “El Congreso Mundial de Cardiología ha representado un hito en la historia de la Sociedad Argentina de Cardiología y de la medicina argentina. Significó, además, lo que se puede hacer cuando se tienen metas claras y se sabe cómo conseguirlas. Fue un ejemplo de cómo sociedades científicas unidas por un objetivo común pudieron concretarlo pese a las lógicas dificultades y diferencias de opinión a lo largo del proceso”, relata. Si bien tuvo lugar en nuestro país, el doctor Mele señala que “la particularidad de ese congreso fue que se hizo en inglés, como todos los congresos mundiales. Todos los argentinos que intervinieron, por ejemplo, tuvieron que dar sus charlas en inglés. Había algunas aulas con traducción simultánea, pero no la totalidad”. El Congreso Sudamericano de Cardiología, celebrado simultáneamente en el contexto de la reunión mundial, “sí se realizó en español”, aclara. Entre los hechos más destacables de aquel encuentro científico, destaca también la edición histórica especial de la Revista Argentina de Cardiología, cuyos ejemplares fueron distribuidos entre los participantes. “La historia de la Cardiología Argentina está escrita en las páginas de la Revista de nuestra Sociedad. Ella es, desde hace 77 años, el principal medio por el cual los cardiólogos argentinos publicamos nuestras investigaciones y opiniones. 58

En ese número especial fueron extractados artículos clave de su historia, escritos por figuras referentes de la cardiología argentina, editorializados y puestos en perspectiva por especialistas de primerísimo nivel, argentinos y extranjeros”.

de que en el próximo Congreso Interamericano -que se realizará en 2013 en el predio de La Rural, como el Mundial 2008- se pueda reproducir una exposición comercial de la misma calidad”, expresa.

Reforma edilicia Y considera que un párrafo aparte merecen las actividades dirigidas a la comunidad, que se desarrollaron en el marco del Congreso Mundial: “La carpa de capacitación en reanimación Dr. Eduardo Mele

cardiopulmonar básica organizada por la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) y la American Heart Association, el maratón y la carpa instalada en la Plaza de la República para medición de factores de riesgo en la comunidad, organizadas por la Fundación Cardio y la FCA. Todas ellas tuvieron un notable impacto entre la población, que reforzó la idea acerca de que es misión de las sociedades científicas y sus fundaciones llevar mensajes claros de pautas de vida saludables a la población”. Por su parte, “la exposición comercial fue de una dimensión no conocida en congresos realizados previamente en la Argentina, con una disposición abierta y espaciosa, que permitió un gran lucimiento de los stands de las empresas que hicieron un aporte significativo para que el congreso fuera una realidad. Tenemos la expectativa

Asimismo, relata que durante su presidencia se llevaron a cabo obras en la sede de la Sociedad. La SAC crecía constantemente y el espacio no alcanzaba para todas las actividades previstas. “En 2006 había sido adquirido un departamento, durante la presidencia del doctor Sergio Varini. Sobre fines del año siguiente, se efectuó un remodelado del área docente, que fue inaugurado a principios de 2008. El departamento –explica–, estaba contiguo a la sede de la SAC. Y, hacia el final de mi gestión, fueron aprobados los planos para realizar, durante el verano siguiente, la adaptación. Y se inauguró en 2009. Se amplió muchísimo el área disponible para actividades; una reforma edilicia que era necesaria”, subraya. En este punto juega nuevamente la continuidad de las políticas, y el entrevistado se preocupa por esclarecerlo: “No todo se hizo bajo mi presidencia, pero volvemos al tema de la continuidad. En la SAC, los procesos trascienden el lapso de una presidencia. Claro que todos hemos puesto lo que es nuestro condimento personal. Pero las grandes políticas societarias se han respetado año tras año”, remarca. La ampliación de la sede permitió multiplicar las actividades educativas, que, junto con los congresos y jornadas constituyen la fuente de ingresos para la Sociedad Argentina de Cardiología. Hoy en día, por ejemplo, el PROSAC, ocupa un lugar destacado entre las múltiples ofertas educativas de la SAC. Se trata de “un curso de actualización permanente, que no tiene principio ni fin, un plan de educa-


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ción continua que combina métodos escritos, audiovisuales e informáticos interactivos, destinado fundamentalmente al médico que desea permanecer actualizado y no tiene acceso a centros académicos, pero entre sus suscriptores hay colegas de todas las subespecialidades”. El doctor Mele subraya la importancia de este y otros cursos y seminarios para la “recertificación profesional” de los cardiólogos. “Se trata de un proceso de revalidación de la especialidad, que legalmente no es exigida en este momento; pero la hacemos porque es bien valorada. No es lo mismo un médico recertificado que un médico no recertificado”, continúa. Y agrega que se solicita una serie de ítems, de trabajo, de docencia, de investigación, de concurrencia a cursos, realización de seminarios, como el PROSAC: “Existe una sumatoria de puntos, y la posibilidad de dar un examen o no. Unos recertifican sin examen, otros tienen que dar examen,

“La capacitación continua del personal estable es fundamental para mantener nuestra Sociedad en continuo progreso”. y el certificado le dura al médico cinco años.

Personal estable idóneo y en capacitación permanente Otro logro durante la presidencia del doctor Mele fue la campaña para capacitar e incluso especializar al personal no médico. “Algo que conseguimos y que empezó durante mi gestión con la invalorable colaboración del Sr. Néstor Sarría, fue el apoyo para que el personal administrativo, los más jerár-

quicos, una o dos personas por año, viajaran a congresos internacionales o sociedades internacionales. Lo hicimos por primera vez en 2008: dos personas viajaron a los Estados Unidos, estuvieron presentes en la reunión del American College of Cardiology los cuatro días, y luego asistieron a la sede de esa institución, en Washington, y pasaron un par de días muy intensos observando cómo trabajaba la Sociedad”, repasa. Y destaca que la Fundación Cossio “tuvo un papel muy destacado en la concreción y el mantenimiento de estos planes”. A partir de aquella primera experiencia, se continuó capacitando al personal administrativo; por ejemplo, este año “una persona fue a la Sociedad Europea de Cardiología”. El objetivo es que el personal estable de la SAC observe cómo se manejan las sociedades líderes del mundo. La capacitación continua del personal estable es fundamental para mantener nuestra Sociedad en continuo progreso”, concluye. ■

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2009

La importancia de concientizar La gestión del Dr. Ricardo Iglesias se destaca, entre otros logros, por el espacio que se le dio a todo lo que concierne a estrategias de comunicación y educación, con el fin de crear conciencia en la población sobre las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo.

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uestro trabajo fue solo un granito de arena en la brillante historia de la SAC”, resume el doctor Ricardo Iglesias al referirse a su gestión como presidente de la SAC, en 2009. Y agrega que “esta administración tuvo como premisa privilegiar los principios fundacionales de la institución: promover la docencia y la investigación, además de jerarquizar al médico”. También tiene palabras de reconocimiento para quienes integraron la mesa directiva que lo acompañó, “personas capaces de comprometerse con fervor, seriedad y honestidad a favor del bienestar de los demás, y con una inmensa pasión en desarrollar proyectos”. Al mismo tiempo, reconoce: “Cometimos muchos errores, sin duda, pero fueron producto del querer hacer más de lo que nuestros tiempos y nuestra capacidad nos permitían”. Específicamente en el área de los distritos, se realizaron más de “200 actividades docentes presenciales y ocho actividades regionales, que nuclearon a más de 2.500 médicos”, destaca. Y recuerda que “las Jornadas de los Distritos Regionales en la ciudad de San Luis, fueron el mejor ejemplo de participación nacional y federal, ya que más del 80% de los disertantes y concurrentes provenían de las provincias vecinas”. Para el doctor Iglesias, un hecho importante lo constituye el haber imple-

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mentado “una estrategia comunicacional dirigida a toda la comunidad médica y a la sociedad en general, para conseguir que se cumpla con la misión de ser un referente científico”. El también expresidente de la Fundación Cardiológica Argentina (en 2011), resalta, además, que con la FCA “se planificó, desarrolló e implementó un programa de concientización sobre factores de riesgo coronario. Las actividades diseñadas estuvieron dirigidas, en primer lugar, al reconocimiento del problema, indispensable para acceder a la segunda etapa, es decir su modificación o cambio”. A través de los medios masivos de comunicación y con la presencia de personal médico y paramédico ubicaDr. Ricardo Iglesias

do en puntos estratégicos del país, también se procuró aumentar la conciencia en la población acerca de la impostergable necesidad de conocer su riesgo cardiovascular con el objetivo de prevenir enfermedades que generan anualmente miles de víctimas. Al respecto, resalta que “la presencia durante el lapso de 60 días de un spot televisivo, que alertaba sobre el daño del incremento del colesterol; y la realización de más de 20 ‘carpas saludables’ en distintas plazas del país, para ofrecer a la gente la posibilidad de conocer sus cifras de colesterol, cintura abdominal y presión arterial, fueron algunas de las acciones concretas para este objetivo. Sabíamos que sembrar educación es cosechar salud”, subraya.

Otras sociedades y el Poder Judicial Durante la gestión del doctor Iglesias se inició una política de acercamiento con distintas sociedades científicas y también con el Estado, cuyo objetivo fue “iniciar un amplio debate que reuniera a los actores involucrados en esta problemática”. Por otra parte, se comenzó una etapa de trabajo asociado al Poder Judicial, con un propósito docente: “Que conozcan la realidad de nuestra profesión y puedan discriminar, con claro conocimiento de causa, entre una negligencia que implica castigo y un error, el cual nunca debe ser puni-


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ble”. El fruto de este trabajo se vio reflejado en la colaboración de la publicación “La prueba científica y los procesos judiciales” de la editorial La Ley.

Estrategias y Recursos Instruccionales Con la finalidad de llegar a todos los socios de la SAC de manera más rápida y segura, fue adquirido en 2009, un nuevo sistema de envío electrónico automatizado. En materia de formación médica, se destaca la confección de una nueva página web, dotada con todas las facilidades técnicas para desarrollar programas educacionales dinámicos e interactivos. “Estos adelantos intentaban acortar las brechas económicas y geográficas, sobre todo en un país tan extenso como el nuestro”, explica el expresidente. Al respecto, recuerda que fue nombrado un Comité de Redacción “conformado por un grupo destacado de cardiólogos, cuya función fue reconocer las necesidades de nuestros afiliados y desarrollar una estrategia docente sistemática, metódica e integrada de acuerdo con las realidades actuales”.

“...esta administración tuvo como premisa privilegiar los principios fundacionales de la institución: promover la docencia y la investigación, además de jerarquizar al médico”.

Área de Docencia Ese año, el Ministerio de Salud de la Nación nombró a la SAC “entidad evaluadora de programas de residencia en Cardiología”. “Miembros de nuestra institución, asumieron la responsabilidad de visitar centros formadores de residentes en todo el territorio nacional y emitir su opinión con respecto a la acreditación de estas”, repasa el entrevistado.

“Estos adelantos intentaban acortar las brechas económicas y geográficas, sobre todo en un país tan extenso como el nuestro”.

Otra novedad de gran alcance académico durante su gestión, fue la firma del Convenio Marco con la Universidad de Buenos Aires para la realización de la Carrera Superior de Técnicos en Prácticas Cardiológicas.

y la original conferencia en su honor dictada por el doctor Valentín Fuster quedarán como un importante hito en la historia de los congresos nacionales”.

Consensos “Con el objetivo de simplificar y adaptar a nuestra realidad el conocimiento de la medicina basada en la evidencia, y acortar las distancias entre el saber y el hacer, se realizó una experiencia modelo”, destaca. En este sentido, explica que “el área de Consensos confeccionó el libro de bolsillo ‘Caminos Críticos de la Unidad Coronaria’, con simples algoritmos diagnósticos y terapéuticos de las distintas patologías de la unidad de cuidados intensivos”.

Congreso Argentino de Cardiología Con la edición del encuentro científico de ese período, se inició una actividad organizada en conjunto con el TCT (Transcatheter Cardiovascular Therapeutics) y el CACI (Colegio Argentino de Cardiólogos Intervencionistas), “la cual nos posibilitó disfrutar de las experiencias de un selecto grupo de especialistas extranjeros”, señala. Y evoca que “uno de los momentos más emocionantes del congreso fue, sin lugar a dudas, el homenaje al doctor Carlos Bertolasi, la presencia de su familia

En tanto, en el marco del Congreso Interamericano de Cardiología que tuvo lugar en la ciudad de Fajardo, Puerto Rico, “nuestro país fue galardonado con la responsabilidad de organizar el Congreso Interamericano de Cardiología del año 2013”.

Administración “Con un enorme esfuerzo económico, se puso en práctica un sistema operativo informático que nos permitió almacenar toda la historia societaria de nuestros afiliados, cursos realizados, trabajos presentados, membresías, premios obtenidos, etc.”, relata Iglesias. Además, añade, “nos permitió organizar áreas administrativas y organizativas complejas como son las de Tesorería y Congresos”. Otro hecho saliente es el reacondicionamiento de un departamento adquirido en 2006, que le permitió a la SAC contar con 140 metros cuadrados nuevos, y, por lo tanto, “incrementar los espacios docentes y administrativos; incluso, ofrecerles a los jóvenes residentes de Cardiología, su propio espacio dentro de la Sociedad”, concluye el doctor Iglesias. ■ 61


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2010

El año del Bicentenario El año del Bicentenario de la República Argentina, fue un año de importantes logros para la SAC. Su entonces presidente, el Dr. Héctor Maisuls, los repasa y destaca que el balance final arrojó superávit.

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l año 2010 significó un año especial para la Sociedad Argentina de Cardiología. La República Argentina celebraba sus 200 años de vida”, comienza el doctor Héctor Maisuls, al recordar su período al frente de la institución. Ese año, Tucumán fue la sede de las XXI Jornadas Nacionales de los Distritos Regionales que, evoca, “constituyeron un éxito científico y societario”. Además, el XXXVI Congreso Argentino de Cardiología realizado en la ciudad de Buenos Aires coincidió con el VIII Congreso Latinoamericano de Hipertensión Arterial y la Sesión Especial TCT – CACI. “Por primera vez se efectuó la Sesión Conjunta con la Sociedad Internacional de Cardiopatía Congénita del Adulto y el doctor Luis Alday fue designado representante regional para Sudamérica de dicha Sociedad. La conferencia de cierre estuvo a cargo del presidente del American Collage of Cardiology, doctor Ralph Brindis”.

Control de Tabaco del Ministerio de Salud de la Nación”, relata. Y agrega que las prioridades fueron “la mejor atención del infarto de miocardio en la Argentina y que nuestro país ratificara el Convenio Marco para el Control de Tabaco de la Organización Mundial de la Salud, hecho que finalmente ocurrió”. Por su parte, “en la Revista Argentina de Cardiología se estableció una línea política institucional con la Carta del Presidente, entre las que se destacan: “‘Las cardiopatías congénitas y la mortalidad infantil’, ‘La cardiopatía congénita del adulto y los nuevos pacientes de la cardiología’, ‘Por una niñez y juventud libres de humo de tabaco’, y ‘Políticas de salud y gestión del conocimiento’”. En lo que concierne al aspecto institucional, fue creada la Comisión de Re-

laciones Internacionales con el fin de “establecer estrategias de largo plazo con sociedades extranjeras e internacionales que permita la mayor integración a futuro con la ACC, la AHA (American Heart Association), las sociedades europea y española, las sociedades interamericana y sudamericana, y, finalmente con la World Heart Federation”. Por otra parte, en 2010, “hubo una destacada delegación de la SAC en el Congreso Mundial en China. Y fue importante el lanzamiento de la Revista ‘Compartir Salud’ de la Fundación Cardiológica Argentina”, enumera el entonces presidente de la SAC. Como acto distintivo de 2010, resalta que “la Sociedad Argentina de Cardiología expresó su voluntad política de trabajar en forma inmediata por la unidad total y definitiva con la Federación Argentina de Cardiología en una carta dirigida a su entonces presidente, el doctor Domingo L. Pozzer; reuniéndose la Comisión de Enlace en ocasión del Congreso Argentino de Cardiología”.

En 2010, la SAC también participó de la Sesión Conjunta de los países del Cono Sur Latinoamericano con el ACC en la ciudad de Atlanta, Estados Unidos, con dos disertantes propios: los doctores Horacio Faella y Pablo García Deluci. “En el Área de Políticas de Salud participamos, en calidad de asesores, en la Comisión Nacional de Prevención de Enfermedades El Dr. Héctor Maisuls con sus colegas, los doctores Alejandro No Transmisibles y en el Peirone (izq.) y Pablo Marantz (der.) durante el Congreso Área de Estrategias para el Mundial de Cardiología 2010 en Beijing, China. 62

Finalmente, destaca la remodelación de las oficinas del segundo piso del edificio y la renovación del equipamiento –computadoras e impresoras, por ejemplo– “que habitualmente son utilizadas para eventos de la Sociedad. El balance final arrojó superávit”, concluye el doctor Maisuls. ■


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2011

“Una sociedad científica incomparable” El Dr. Carlos Barrero considera como una experiencia única haber presidido una institución como la SAC; con los recuerdos de su gestión aún muy frescos, efectúa un balance y reflexiona al respecto.

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ara el doctor Carlos Barrero, “están todavía muy frescos los recuerdos de mi presidencia en la Sociedad Argentina de Cardiología; y eso es bueno por la cercanía temporal de los hechos, pero, al mismo tiempo, no tan conveniente al quitar la necesaria objetividad que da el tiempo a la hora de revisar lo actuado en ese período”. Al adentrarse en 2011 y destacar algunos de los hechos más sobresalientes, señala que “las relaciones internacionales de la SAC siempre fueron intensas e importantes, acordes con la importancia de la cardiología de nuestro país”. En este sentido, relata, “se ha continuado trabajando intensamente durante todo el año pasado, de suerte tal que se han logrado, por primera vez durante el presente año (coincidente con el 75.º Aniversario de nuestra Sociedad), tener sesiones conjuntas en los tres congresos de cardiología más importantes del mundo organizados por el American College of Cardiology, la American Heart Association y la Sociedad Europea de Cardiología”. Asimismo, “con la primera se ha constituido un Capítulo Argentino que afianzará el vínculo histórico entre nuestras sociedades; y con la última, desde el año pasado se ha logrado una importante presencia en nuestro Congreso Argentino de Cardiología, modalidad solo replicada por la Sociedad Europea de Cardiología en pocos lugares del mundo”, destaca. 64

Asimismo, con la Sociedad Brasileña de Cardiología “se ha acordado, desde 2011, realizar sesiones conjuntas en nuestros respectivos congresos, lo que apunta a potenciar la cardiología de nuestra región con esta asociación estratégica de dos sociedades de liderazgo regional”. Los logros mencionados, según el doctor Barrero, son el resultado “de la importancia de la cardiología argentina y de la Sociedad Argentina de Cardiología, evidenciadas por la calidad profesional de nuestros colegas y la organización societaria que los representa, como puede comprobarse en el evento científico central de nuestra institución, que constituye el cuarto congreso de Cardiología del mundo por número de asistentes”. La investigación es otro punto destacado. Al respecto, comenta que, “sumado a la tarea habitual e intensa

“Las relaciones internacionales de la SAC siempre fueron intensas e importantes, acordes con la importancia de la cardiología de nuestro país”.

del área de Investigación de nuestra Sociedad, se implementó un sistema de becas para el investigador joven cuyo primer beneficiario la recibió el año pasado. Se trata, por tanto, de incentivar los proyectos de investigación de cardiólogos jóvenes en el lugar donde desarrollan su tarea, es decir alentar la investigación y enseñar a investigar antes que efectuar la investigación, ya que esto último tal vez no sea el objetivo prioritario de una sociedad científica”. Otro hecho sobresaliente de 2011 tuvo relación con el XXXVII Congreso Argentino de Cardiología, dado que, “con la finalidad de ampliar su difusión y actualizar su formato de acuerdo con los progresos tecnológicos informáticos, desde el año pasado se comenzó la trasmisión de gran parte de sus contenidos por Internet, no solo en diferido (durante seis meses) sino también online”. La primera experiencia en este aspecto resultó “muy alentadora, dada la calidad de las imágenes debido al empleo de tecnología de punta a cargo de una empresa de primera línea en este tipo de trasmisiones. El objetivo es difundir este de por sí importante evento científico y llegar a la región y al mundo con su excelente oferta científica”, subraya el doctor Barrero. “Las sociedades científicas tienen objetivos claros que apuntan al desarrollo de la disciplina científica y la capacitación de los profesionales”,


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“Bajo el lema de que los distritos regionales no son de la SAC sino que son la SAC, se incentivó el desarrollo de actividades locales y la mayor conectividad con la SAC central”. continúa el cardiólogo; sin embargo, “la problemática del trabajo de los profesionales no le es indiferente, sino que puede afectarla a través de la energía o el compromiso de los profesionales que puede cambiar en función de las condiciones de su desempeño profesional”. Por esta razón, hace años que la SAC se ocupa de la problemática laboral de los cardiólogos argentinos sin desviarse de sus objetivos estatutarios fundacionales: “En 2011 se produjo un acercamiento con el Colegio Argentino de Cardiología, y se le otorgó un espacio en nuestra sede central para que pueda funcionar y cumplir sus objetivos, que apuntan a las condiciones retributivas y laborales de la tarea del cardiólogo. Es decir que la Sociedad Argentina de Cardiología brinda su visión sobre esta problemática al Colegio Argentino de Cardiología, el cual, por estatuto, debe abordar estos problemas; sin embargo, queda claro que la SAC no se desentiende de esta problemática, sino que se involucra sin apartarse de sus objetivos estatutarios”, remarca. En otro orden, resalta que se continuó impulsando el concepto de que la SAC es una sociedad nacional y que su área de interés es “toda la extensión de nuestro país”. Por eso,

cuenta con 36 distritos regionales extendidos a través de todo el país. “Bajo el lema de que los distritos regionales no son de la SAC sino que son la SAC, se incentivó el desarrollo de actividades locales y la mayor conectividad con la SAC central, proceso en curso actualmente y que debe completarse en los años venideros. La SAC será lo que sean sus distritos constitutivos y no meramente la producción de su sede central”. El doctor Barrero reconoce que “este concepto de cómo se constituye el cuerpo societario, influyó en forma creciente en mí durante el año de mi presidencia, y jerarquizó el concepto de pertenencia a una sociedad como central para el pleno desarrollo de cualquier emprendimiento colectivo. Así, si nosotros, cardiólogos, internalizamos este sentido de pertenencia, diremos que la Sociedad Argentina de Cardiología somos nosotros y entonces no la veremos como una institución externa a la que nos acercamos por afinidad profesional. Esta diferencia no es menor, dado que ante problemas o dificultades que encontremos en la Sociedad, nuestra actitud será muy distinta si los consideramos como desafíos propios por superar, que si los visualizamos Dr. Carlos Barrero

“Se trata, por tanto, de incentivar los proyectos de investigación de cardiólogos jóvenes en el lugar donde desarrollan su tarea, es decir alentar la investigación y enseñar a investigar antes que efectuar la investigación”. como defectos de algo externo a nosotros y que nos moverá probablemente al rechazo antes que a la búsqueda de una corrección”. Lo expuesto, según el expresidente, también es válido para las virtudes o beneficios: “Si son propios, generarán la satisfacción de lo construido en común; en cambio, si provienen de un ente externo, simplemente se considerarán como el cumplimiento de una obligación hacia nosotros. Sin duda, el desarrollo, los beneficios y la potenciación de nuestra Sociedad, serán superiores si aplicamos el sentido de pertenencia antes que el de usuarios. Esto puede aplicarse a cualquier tipo de organización social, desde las más sencillas hasta las más complejas como un país”. Para finalizar, el doctor Barrero confiesa que la reflexión precedente fue expresada “tal vez de manera algo impertinente”, pero “con la sinceridad y la íntima convicción que me ha forjado el trabajo de décadas en la Sociedad Argentina de Cardiología, y que ha sido especialmente reforzado por la experiencia única de haber presidido esta sociedad científica incomparable”. ■ 65


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Dr. Mauricio Rosenbaum

Un investigador de raza El nombre del doctor Mauricio Rosenbaum y el de su escuela, siempre permanecerán asociados a, por lo menos, seis grandes temas de la electrocardiografía, la electrofisiología y las arritmias: el electrocardiograma y las arritmias de la miocardiopatía chagásica; la descripción de la trifascicularidad del sistema de conducción y de los hemibloqueos; la relación entre el automatismo, la conducción y los bloqueos en fase 3 y en fase 4 y los bloqueos AV paroxísticos; la modulación electrotónica de la onda T y la memoria cardíaca; la introducción de la amiodarona en la terapéutica cardiovascular; y el estudio de las alteraciones de la inmunorregulación de los receptores autonómicos. A través del desarrollo de estos temas, el prestigioso cardiólogo deslumbró a los especialistas de todo el mundo y conquistó la admiración y el respeto de la comunidad científica internacional como pensador, investigador, gran maestro y conductor de una escuela ilustre. Nacido en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, el 20 de agosto de 1921, Rosenbaum estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba, y costeó su carrera desempeñándose como pianista en una orquesta típica. Se recibió de médico en 1946 y accedió al doctorado en 1951, con su tesis “Semiología de la onda Q”. Al año siguiente, completó su formación como cardiólogo en el Pabellón de Cardiología Luis H. Inchauspe del Hospital Ramos Mejía, cuyo jefe era el profesor Blas Moia. Allí compartió sus primeras experiencias en electrocardiografía con René Malinow, quien ya había efectuado un entrenamiento en el Hospital Michael Reese (Chicago). En el año 1954 fue invitado por Eugene Lepeschkin en calidad de investigador asociado y en 1969 fue convocado por Boris Surawicz como profesor invitado en Lexington, Universidad de Kentucky. En 1966 ganó el concurso de jefe de Cardiología del Hospital Salaberry y en 1973 regresó al Hospital Ramos Mejía como jefe de la División Cardiología, donde permaneció hasta su retiro, en 1986. Luego de jubilarse, continuó concurriendo regularmente al Pabellón Inchauspe para aportar su caudal de conocimientos y sus ideas. Concluyó su vida académica como profesor

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Honorario de la Facultad de Medicina de la UBA, en reconocimiento a sus méritos científicos. Investigador de raza, el doctor Rosenbaum fue reconocido, respetado y querido tanto en nuestro país como en el exterior. Además de destacarse por sus extraordinarios conocimientos científicos, su gran imaginación, su creatividad y su capacidad docente, también lo hizo por su integridad moral y su actitud humanista en el ejercicio profesional. En 2008, en la edición especial de Prescribe dedicada a la Historia de la Cardiología en la Argentina, el doctor Marcelo Elizari, uno de sus discípulos más cercanos lo recordaba y, entre otros conceptos, destacaba “la gran simplicidad técnica de las instalaciones en donde llevó adelante sus observaciones de laboratorio no representó un obstáculo. En una época signada por la carencia de tecnología científica, alejada de los actuales sistemas electrónicos y computarizados, él sólo requirió de muy poco más que de un sentido de observación preciso y cuidados para saber dónde se dirigía”. El doctor Rosenbaum murió en 2003, y el doctor Carlos Bertolasi, en un texto dedicado a su memoria, recordaba, entre otras cosas, que había sido uno de sus colaboradores en el Comité Científico del Congreso Mundial realizado en Buenos Aires en 1974. “Allí compartimos el desdén hacia el manejo político y el asombro ante la lucha por la figuración mediante un prestigio no bien ganado”. Y continuaba: “En fin, seguramente no he sido su mejor amigo ni su mejor discípulo, pero dejó en mí, como en tantos otros, su impronta de honorabilidad científica y humana que deberemos transmitir a las futuras generaciones. Como en el final del antiguo cuento, haz que al morir todos lloren y tú sonrías solo’ Mauricio; lo has logrado”. Dr. Mauricio Rosenbaum

Considerado como un miembro ilustre de la SAC, el doctor Rosenbaum estuvo algunos años distanciado de la institución, según refiere el doctor Alberto Cuesta Silva en esta edición. Precisamente durante la presidencia de este último, se produjo su regreso a la Sociedad Argentina de Cardiología (ver nota al Dr. Alberto Cuesta Silva). ■


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