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LA OPINIÓN Ni 100 días, ni 2

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Cambio de ciclo

Cambio de ciclo

Antaño se estilaba un periodo de cien días ‘de cortesía’ cuando se estrenaba un nuevo gobierno. La resaca electoral que tantas pasiones desata, sobre todo entre los miembros de la ‘clase política’, se tornaba en calma chicha esperando que los nuevos equipos se asentasen, tomaran el timón y marcaran el rumbo.

Continuando con el lenguaje marinero (a estas alturas del calendario el mar se nos acerca a la meseta), nos encontramos en una nave que hace agua por todas partes, las velas están rasgadas, los motores averiados y, como a las fuentes de Valdemoro, a la que le faltan piezas. Nadie entendería que en una situación así el capitán del barco se entretuviera decorando los camarotes…

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“¡Nos hundimos!”, parece oírse en los pasillos de la casa consistorial. Y no hay tiempo que perder. Ni 100 días, ni 2. Nos vamos a pique.

Pero perdónenme si he empezado metiendo prisas. Lo cortés no quita lo valiente: recorten los primeros párrafos de este escrito y pongan en primer lugar mis felicitaciones a David Conde y al Partido Popular de Valdemoro por su victoria en las elecciones municipales. Pero déjenme añadir que nos causa inquietud

Jesus Paniagua Presidente de ACUSVAL

su pacto con un partido político que “niega la violencia machista, criminaliza a los migrantes o pone una lona arrojando a la papelera la bandera LGTBI”, según las palabras de la presidenta del PP extremeño.

Dicho lo cual, sigo con mi apremio: hace unos días este mismo medio informaba que el Ayuntamiento de San Martín de la Vega ha renovado sus contenedores de basura y a muchos vecinos de Valdemoro se nos ha puesto cara de lechuga. Pero, ¿qué tienen los de San Martín que no tenemos nosotros?

Porque como todos recordarán, se dijo que Valdemoro estrenaría nuevos contenedores hace siete meses, luego que no llegaban por la guerra, luego que iban a sancionar a la empresa contratada por no cumplir su compromiso… Y ahí siguen nuestros contenedores de basura hechos, como su propio nombre indica, una basura. ¡Si al menos la recogieran con más frecuencia! Pero tampoco.

Y así con todo o con casi todo. Ya hemos descrito aquí las necesidades y urgencias de nuestra pequeña y entrañable ciudad: limpieza de polígonos, climatización de los colegios y de la Casa de la Juventud, iluminación de las calles y un larguísimo etcétera.

Sólo nos queda decirle al nuevo alcalde y a su equipo que este año se han quedado ‘castigados sin vacaciones’ si quieren empezar con buen pie el mes de septiembre.

Toca calafatear y reparar las muchas grietas que dejaron sus predecesores, señor Conde. Me temo que los niveles de exigencia vecinal van a estar muy altos para no defraudar las expectativas que se pusieron en usted y refutar aquellas de quienes no confiaron en un Partido Popular de tristes recuerdos.

De momento, déjenme ponerle al nuevo alcalde un par de asignaturas que sería necesario recuperar: Transparencia y Participación. La web de transparencia municipal lleva cuatro años en blanco, sería interesante saber qué ‘gastos de protocolo’ se imputaron al primer edil saliente, la duración de los ‘contratos menores’ o si se ha impuesto algún tipo de sanción a la empresa de los contenedores fantasma, entre otras muchas cosas.

Y respecto a la participación, un ruego: vuelvan a celebrar los plenos por las tardes. Abran las puertas del Ayuntamiento a sus propietarios: los ciudadanos.

Leven anclas y si no hay velas ni motores, a remar. Ayer ya es tarde.

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