
4 minute read
Pablo y Adrián Compañeros, amigos y las mejores notas de la EvAU
�� GRACIELA DÍAZ
Si hay algo más satisfactorio que sacar la nota más alta de Valdemoro en la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAU) es poder compartir este logro con un amigo y compañero de aula. Dos estudiantes del instituto Villa de Valdemoro, Pablo Moreno (Madrid, 2006) y Adrián García (Madrid, 2005), han cerrado el curso escolar con la mejor calificación del municipio en la antes llamada selectividad con un 13,825 sobre 14.
Advertisement
Su nota en la EvAU no ha hecho más que poner la guinda a un pastel que ya estaba listo para emplatar. Ambos se presentaron a los exámenes con una media de 10 en el Bachillerato de Excelencia, cuya particularidad es la realización de un proyecto de investigación como complemento a lo estudiado en las aulas. Pablo analizó las posibilidades de implementar la captación de dióxido de carbono como método para reducir las emisiones y Adrián, guiado por su profesor Santiago, creó un simulador 3D de dibujo técnico para facilitar la enseñanza de esta materia.
La lectura también les ha unido más allá de las paredes del instituto. Los dos jóvenes coinciden en su gusto por la fantasía y por las novelas del autor estadounidense Brandon Sanderson, que llegaron a las manos de Pablo como recomendación de Adrián. “Es mi escritor favorito. Le sugerí que leyese algo suyo y parece que le ha gustado”, comenta el futuro universitario, quien también concuerda con su compañero en su opinión sobre cómo deben ser las pruebas de acceso a la universidad.
Dejando a un lado sus éxitos personales, ambos consideran que todas las comunidades autónomas deberían preparar la misma EvAU para asegurar la igualdad de oportunidades entre los estudiantes. “El nivel de los exámenes puede variar de un sitio a otro y eso es perjudicial para los alumnos que se tengan que enfrentar a pruebas más complejas”, coinciden los valdemoreños.
Lo cierto es que idéntica o diferente en toda España, con su 13,825, Pablo y Adrián no tendrán problema alguno para acceder a la carrera de sus sueños.
PABLO MORENO

Pablo ha conseguido sacar la mejor nota de la EvAU en Valdemoro teniendo un año menos que el resto de estudiantes. Al joven de 17 años, que no alcanzará la ansiada mayoría de edad hasta el año que viene, lo adelantaron de curso en 2º de Educación Secundaria tras detectar sus altas capacidades: “Me aburría en las clases porque entendía todo bastante rápido. Me hicieron unas pruebas de coeficiente intelectual y decidieron realizar el cambio”.
Pese a defender la necesidad de que la enseñanza no deje a nadie atrás, el valdemoreño considera imprescindible la búsqueda de otras vías para educar a personas que, como él, demanden más que el resto: “Tienden a aumentar la cantidad de trabajo, cuando lo que queremos es saber hacer cosas diferentes. Si he aprendido a multiplicar, por ejemplo, no quiero hacer más multiplicaciones, quiero que me digas cómo dividir”.
El reto de entretener a Pablo con nuevos retos lo tendrán a partir de septiembre los profesores de la Universidad Autónoma, donde el hasta ahora alumno del instituto Villa de Valdemoro prevé cursar el Grado de Física con el propósito de conservar la sonrisa que se le pone en la cara cuando resuelve un problema relacionado con una de las cuatro ramas de esta ciencia y de seguir investigando, después de haber dado sus primeros pasos en este campo con su proyecto del Bachillerato de Excelencia.
Contando con el apoyo de su profesora Patricia, el joven decidió estudiar la posibilidad de capturar el dióxido de carbono para evitar su emisión a la atmósfera, concluyendo que es una solución factible sobre todo en fuentes fijas como son las industrias, pero que se trata de un proceso muy caro que tres semanas de antelación, con un sistema basado en memorizar los temas de Lengua e Historia por las mañanas y realizar ejercicios de asignaturas más prácticas, como las Matemáticas, por las tardes. requeriría una gran inversión. Obtuvo la nota máxima y la mención de honor en el Premio Nacional de Ciencia y Tecnología que la Universidad de Saint Louis otorga cada curso escolar a un estudiante de Bachillerato.
¿Y cuáles son los secretos para tener un expediente brillante y rozar la perfección en la EvAU? Una pequeña siesta de media hora al volver del instituto para recuperar fuerzas y dedicar la tarde al estudio, con momentos de desconexión marcados por la lectura de clásicos y novelas de ciencia ficción, y no tocar los apuntes el día antes de los exámenes. “Me fui a la Feria del libro para que Peridis me firmase ‘El cantar de Liébana’, su último libro”, detalla Pablo, cuyos fines de semana pertenecían a su perro Mickie, un bichón maltés con las orejas “marroncitas” al que adora pasear.
Adri N Garc A Sijas
Tocar el saxofón, jugar al baloncesto con sus amigos, entretenerse con el Minecraft, leer a Sanderson… Son sólo algunas de las aficiones que Adrián García cultiva en un tiempo libre que este año se ha visto limitado por la preparación de la selectividad. Tras finalizar el curso con una media perfecta, el de Valdemoro bordó la EvAU empezando a estudiar con
Son precisamente estas últimas las que seguirán formando parte de su futuro académico y, probablemente, profesional. El joven ha decidido continuar su educación cursando el Doble Grado de Matemáticas e Ingeniería Informática en la Universidad Complutense de Madrid, una opción en la que ya se ha preinscrito a la espera de recibir la confirmación de que su nota cercana a la perfección —su peor calificación fue el 9,25 obtenido en Química— supera el corte, fijado en un 13,380 en 2022.
Adrián no consultó la nota de inmediato cuando se hizo pública el pasado 15 de junio. Quería esperar a que sus padres llegasen a casa del trabajo para compartir ese momento con ellos. Él reprimió las ganas, pero a su progenitor le pudo la impaciencia y la miró antes. “Me llamó para decirme que entrase a verla cuanto antes, que me iba a poner muy contento”, explica el valdemoreño, quien ahora tiene por delante un verano en el que planea viajar, descansar y dar los primeros pasos para llegar a obtener el carné de conducir.
Con la vuelta a las aulas en septiembre, el estudiante no descarta volver a actuar y ensayar con la Asociación Musical Ciudad de Valdemoro, con la que empezó a tocar hace nueve años, o retomar las clases de ajedrez, abandonadas con la llegada de la pandemia. “Tendré que ver cómo me organizo, pero es una posibilidad”, concluye el joven, al que apena no volver a compartir clase con su compañero y amigo Pablo, al que siempre le unirán la anécdota de haber sacado la misma nota en la selectividad y el amor por la literatura de fantasía.
