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El Estándar Voluntario de Carbono

El Estándar Voluntario de Carbono (EVC) proporciona una serie de criterios verosímiles y sencillos a la vez, para confirmar los proyectos de integridad en el mercado voluntario.

En noviembre de 2007 se lanzó una segunda versión de este estándar (EVC 2007). La mayor parte de la industria de los bonos de carbono lo apoya y probablemente se convertirá en uno de los estándares más importantes del mercado voluntario, con lo que es muy posible que se establezca como el principal.

El EVC es un estándar general aplicable a todo tipo de proyectos en todas las jurisdicciones, excepto en el caso de los proyectos de HFC, energía nuclear o energía hidroeléctrica que excedan los 80 MW. Los proyectos de energía hidroeléctrica que excedan los 20 MW sólo pueden aprobarse cuando cumplen los criterios establecidos por la Comisión Mundial de Presas.

El HFC-23 es un producto derivado de la producción del HCFC-22, un refrigerante muy utilizado. El HFC-23 es un gas de efecto invernadero muy poderoso (unas 11.700 veces más que el dióxido de carbono) pero bastante fácil de eliminar. Una pequeña inversión en el procesamiento de las fábricas más antiguas puede eliminar fácilmente el gas. Se ha acusado a la industria del carbono de hacer estas pequeñas inversiones obscenamente lucrativas, con la consecuencia de que, debido a los bajos precios de los bonos, no se hacen más inversiones en proyectos sostenibles (de energía renovable o de eficiencia energética) ya que son menos rentables. Supuestamente, la inversión en la eliminación del HFC-23 ha promovido incluso la producción del mismo producto químico y poder beneficiarse así de las contribuciones internacionales. No obstante, el sistema en general no es culpable. Lo normal es acceder primero a las formas más baratas de reducción del impacto climático. Así es como funciona el mercado: una vez que se utilizan las opciones más fáciles, el mercado proseguirá con las opciones ligeramente más costosas. Hoy en día, los proyectos de HFC-23 están excluidos de algunos estándares, pero aún se incluyen en los procesos del MDL (aunque aún se negocia si descartar estos proyectos del régimen climático internacional).

El propósito del EVC es proporcionar un grado de estandarización al mercado voluntario y conseguir una reducción de emisiones "real, apreciable, permanente, adicional, certificada de forma independiente y sin contabilización duplicada". El EVC ha creado una unidad comercial denominada Unidad Voluntaria de Carbono, con el fin de gestionar la reducción de emisiones realizada bajo el EVC. La organización ha creado también un registro gestionado por el Banco de Nueva York, que se utiliza para registrar, transferir y retirar estas unidades del mercado.

Como el EVC 2007 se lanzó a finales de 2007, es dificil determinar cuántos proyectos se han certificado, ya que el sistema está aún en fase de desarrollo. La Asociación del EVC estima que a finales de 2008 se habrán aprobado entre 50 y 150 proyectos equivalentes a 10-20 millones de toneladas CO, gracias a este programa.

El EVC se desarrolló mediante la Asociación Internacional para el Comercio de Emisiones (IETA), el Grupo Climático (ICG), el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) y el Foro Económico Mundial (WEF).

Para más información:

El WWF publicó un informe en marzo de 2008 en el que explicaba los principales criterios y comparaba los estándares de carbono: http://assets.panda.org/ downloads/vcm_report_final.pdf.

¿Cómo escoger?

Los clientes del mercado voluntario sin fuerza legal pueden adquirir créditos provenientes del mercado de cumplimiento y créditos del mercado voluntario. Esto significa que si no se exige por ley que se adquieran bonos reconocidos por el Protocolo de Kioto (de los proyectos del MDL o de Aplicación Conjunta) es posible encontrar lo que buscamos en otros sistemas con fuerza legal como el Chicago Climate Exchange. Los criterios que debemos considerar son: la fiabilidad, beneficios adicionales como sostenibilidad y beneficios medioambientales, precio y compatibilidad del proyecto con nuestros propios intereses. Por ejemplo, una naviera puede encontrar más atractivo invertir en proyectos marinos que en proyectos de reforestación; o quizás prefiramos invertir en una cartera más que en un solo proyecto. Junto a los estándares descritos anteriormente y otros, los proveedores y los agentes de inversión deberían ser capaces de proporcionar la información relevante que necesitamos.

Un informe ampliamente citado sobre proveedores de bonos de carbono preparado por la Iniciativa Climática Tufos está disponible en: www.tufts.edu/ tie/tci/pdf/TCI_Carbon_Offsets_Paper_April-2-07.pdf. Entre otras páginas webs que comparan empresas tenemos, por ejemplo, The Carbon Catalogue: www.carboncatalog.org/providers o EcoBusinessLinks: www.ecobusinesslinks.com/carbon_offset_wind_credits_carbon_reduction.htm. yo a que crecea vez más la competencia entre dos a de bonos de carbono, muchos ofrecen ahora la certificación de una tercera parte, proporcionando la seguridad de que nuestra compra tendrá el impacto que esperamos. Deberíamos centrarnos principalmente en la calidad, pero también en el precio. Los precios por tonelada de reducción de CO, pueden variar enormemente, desde 5 hasta 40 dólares americanos. Pensemos en lo que conseguiremos con nuestro dinero, en la certificación que nos han proporcionado y en la fuente de los bonos.

La tabla de las páginas 176-177 resume los descubrimientos del informe de la Iniciativa Climática Tufts e incluye recomendaciones sobre los proveedores de bonos de carbono.

¡Compremos el bono! La mayoría de los proveedores venden a través de Internet, así que podremos utilizar nuestra tarjeta de crédito y obtener la confirmación de nuestro nuevo estilo de vida, más ecológico, en unos minutos. En muchos casos no podremos elegir dónde destinar nuestro dinero, ya que resulta muy complicado para los proveedores gestionar grandes cantidades de peticiones concretas. Empezando desde cerca de 100 toneladas de CO,, podremos encontrar empresas que ofrezcan destinar nuestra contribución a un proyecto determinado. Dependiendo de nuestro estilo de vida y de cuánto consigamos reducir en primer lugar, podemos tardar años o décadas para compensarlo.

Además de dirigirnos a un proveedor de bonos directamente, algunas empresas ofrecen adquirir bonos junto a un determinado producto. La pregunta es si no tendría más sentido incluir automáticamente el precio del bono en el de los productos. Pero esto, por supuesto, deben responderlo los clientes, que son los que pagarán un precio más alto por un producto de efecto neutro para el clima.

Medio kilo de salmón, dos kilos de patatas... ¿y una tonelada de reducción de gases de efecto invernadero? Los clientes de un centro comercial de Noruega pueden ahora reducir su huella climática mientras hacen la compra semanal.. El centro Stroemmen Storsenter, cerca de Oslo, ha empezado a vender certificados a 165 coronas noruegas (30,58 USD) por tonelada, a aquellas personas que se sienten mal por contribuir al cambio climático. Los directores del centro comercial afirman que los certificados los compran tanto particulares como pequeñas empresas para sus empleados. Cada noruego registra unas 11 toneladas de GEl al año, principalmente debido al combustible fósil. "Mucha gente quiere comprar certificados, pero hasta que iniciamos este sistema en el centro comercial no sabían cómo... cuenta Ole Herredsvela, el gerente técnico del centro. Hacemos esto para crear concienciación sobre el cambio climático entre la gente . El tercer centro comercial más grande de Noruega consigue beneficios de estas ventas, a pesar de que venden los bonos con una carga administrativa de sólo del 10%, los cuales destinan a su socio (una empresa noruega de servicios de gestión de carbono).

O atmosfair

O Climate friendly

Excelente Excelente

O Myclimate (base en Suiza)

Muy buena

MDL, Gold Standard

Green Power, Gold Standard

Gold Standard

Internacional

Internacional y nacional

Internacional y nacional

O Myclimate (base en EE.UU.)

O NativeEnergy

Aceptable (algunas estimaciones demasiado bajas)

Muy buena

O CarbonCounter

O Carbonfund

O The CarbonNeutral Company

Muy buena

Estimaciones demasiado bajas

Estimaciones demasiado bajas

Gold Standard

Internacional

Green-e, Climate Neutral Network

Climate Trust

CCX, Green-e, ERT

Estándar Voluntario de Carbono, versión 1

Nacional

Internacional y nacional

Internacional y nacional

Internacional y nacional

O Climate Care

O Offsetters

O TerraPass

O Better World Club

O Cleanairpass

O Solar Electric Light Fund

Estimaciones demasiado bajas

Estimaciones demasiado bajas

Estimaciones demasiado bajas

Sin calculadora

Sin calculadora

Sin calculadora

Internacional

Internacional

Nacional

Nacional

Internacional y nacional

Internacional

Precio por %

En el futuro, recibirán más atención nuevos conceptos como el del Comercio Personal de Carbono, la etiqueta carbono o los bonos integrados.

El Comercio Personal de Carbono se refiere a la acción de designar créditos de emisiones de forma equitativa sobre una base per cápita, entre los presupuestos nacionales de carbono (para ver un ejemplo de cómo funciona, véase el Proyecto de Ley de Cambio Climático del Reino Unido). A nivel personal, probablemente las personas mantendrían sus créditos de emisiones en cuentas electrónicas, que entregaran al realizar compras relacionadas con el carbono, como es el caso de la electricidad, el combustible o el petróleo. Aquellos que quisieran más energía podrían participar en el comercio de emisiones para asegurar más créditos, igual que hacen ahora las empresas con el EU ETS. En estos momentos no hay ningún plan en funcionamiento. Las propuestas actuales incluyen las Cuotas de Energía Intercambiables (Tradable Energy Quotas), cuotas de emisiones de carbono que permitirían incluir a otros sectores de la sociedad (por ejemplo, la industria) en el plan energético, y las Emisiones Autorizadas Personales. Estas propuestas podrían aplicarse de forma nacional o multinacional. Los defensores de la comercialización personal del carbono explican que podría incrementar el conocimiento sobre el carbono, ayudando a la gente a realizar una contribución justa a la reducción de emisiones de CO, (y recientemente también de otros GEl). También permitiría compartir justamente la carga de la reducción de emisiones en toda la economía, en vez de centrartoda la atención en las empresas y en los gobiernos, fomentando así una economía más localizada.

Compensar fácilmente

Al comprar un billete en la página web de la aerolínea EasyJet, nos preguntan, antes de reservar el vuelo, si nos gustaría compensar las emisiones del vuelo que estamos a punto de comprar. La compensación que ofrece la empresa es la venta de certificados de emisiones reducidas (CER), creadas a partir de proyectos del MDL. Este plan sin fines lucrativos tiene un fácil funcionamiento. La aerolínea calcula el carbono emitido por el vuelo del pasajero y adquiere un porcentaje equivalente de CER. Evitando intermediarios y - comprando directamente del fondo de créditos disponible, la empresa puede mantener los precios bajos y remitir esta ventaja a sus clientes.

Los proyectos defendidos por este plan engloban desde aquellos relacionados con biomasa hasta parques eólicos. Por ejemplo, un proyecto apoyado por los clientes de EasyJet es la construcción de la planta de energía hidráulica

Perlabi, que utiliza agua del río Chirizacha en los Andes, en Ecuador (Sudamérica). Se estima que la reducción de emisiones en la primera década sea de unas 74.000 toneladas. El proyecto generará electricidad limpia, reduciendo la dependencia del combustible fósil y creando beneficios y oportunidades laborales para la comunidad local.

Compensar mientras trabajamos

Una empresa llamada Vebnet, que proporciona tecnología y servicios de apoyo a la venta de productos financieros, ha anunciado el lanzamiento de un servicio que permitirá a 250.000 empleados del Reino Unido combatir el cambio climático directamente a través de su sueldo mensual. En sociedad con PURE (Clean Planet Trust), nos ofrecen calcular nuestra emisiones en Internet y compensar nuestra propia contaminación de CO,, dando mientras ganamos mediante el programa flexible de prestaciones proporcionado por el empleador. Combinando la tecnología en línea de PURE y Vebnet, los empleados de 1/0 empresas británicas pueden responsabilizarse de las emisiones de sus hogares y de sus viajes, contrarrestando todas o parte de ellas a través de pagos mensuales desde su propio salario.

Para compensar sus emisiones, las organizaciones deben decidir si están preocupadas por las emisiones generadas directamente por sus operaciones, por las emisiones del ciclo de vida de sus productos, o por las emisiones originadas por una actividad concreta, como por ejemplo, los viajes de negocios o los trayectos. Estas preguntas deben responderse mediante el inventario de GEI, que es el comienzo del proceso. Entre otras, podemos encontrar una calculadora de GEI especialmente desarrollada para empresas en: www.safeclimate.net/calculator. Si no se trata de un caso a nivel individual, puede que las calculadoras en línea de los proveedores de bonos de carbono no sean bastante específicas. Sin embargo, muchos proveedores ofrecen sus servicios para ayudar a calcular Jas emisiones de sus clientes.

Dependiendo de la cantidad de bonos que necesitemos adquirir, puede que queramos elegir el tipo de proyecto en el que nos gustaría invertir. Como ya mencionamos antes, normalmente hay una cierta cantidad mínima, pero puede merecer la pena buscar otra opción que sea del interés de la organización o que promocione nuestros esfuerzos.

Las emisiones de GEI de la Copa Mundial de la FIFA 2006 en Alemania se compensaron totalmente con bonos de carbono financiados por los patrocinadores del evento y por la propia FIFA. Hasta entonces, supuso el mayor proyecto de compensación y lo desarrolló MyClimate, en Suiza. Se pidió expresamente que los proyectos de reducción de emisiones correspondieran a temas medioambientales y de sostenibilidad, y que tuvieran lugar en Sudáfrica, el país que acogería la Copa Mundial de la FIFA en 2010. Con el fin de compensar las emisiones de GEI del mayor evento deportivo del mundo, se seleccionaron dos proyectos del MDL calificados con el Gold Standard: un proyecto de cambio de carburante en la provincia de Limpopo y un proyecto de biogás en la zona de Johannesburgo.

Las principales preocupaciones tienen que ver con si la compra de créditos realmente obtendrá resultados y si se impresionarán a los clientes y otros interesados. Por lo tanto, la compra de bonos de alta calidad probablemente producirá los mayores beneficios, a pesar de que los precios puedan ser mayores. Pero los beneficios obtenidos por mostrar un liderazgo en el cambio climático pueden equilibrar las preocupaciones. Incluso las organizaciones más pequeñas ejercen una influencia económica considerable, lo que significa que pueden influir en los proyectos que escojan al proporcionar mucho más dinero que a nivel individual.

Grandes Organizaciones

Para aquellas empresas obligadas por ley a compensar sus emisiones extra, tiene mucho más sentido adquirir bonos del mercado de cumplimiento. Este es por ejemplo el caso de más de 10.000 centrales de la industria eléctrica, del hierro y el acero, del vidrio, del cemento, de la cerámica o del ladrillo en toda Europa, que forman parte del Régimen de Comercio de Derechos de la UE (EU-ETS). Para otras, el hecho de contrarrestar las emisiones de la totalidad o de parte de sus operaciones es voluntario, pero a menudo conlleva grandes beneficios. Sin embargo, las empresas necesitan recordar que las emisiones deberían reducirse; no sólo compensarse, o únicamente estaremos hablando de una "máscara ecológica". Los bonos de carbono son sólo una parte de la estrategia climática de una empresa, adquirida únicamente después de haber realizado todas las reducciones posibles.

Dado que las grandes organizaciones tienden de forma natural a generar más emisiones, deben considerar otras opciones para compensarlas, principalmente porque deben ser capaces de obtener mejores ofertas por ser grandes inversores. Como ya explicábamos en el ejemplo de EasyJet, cuando se es capaz de adquirir una cantidad considerable de bonos, es posible adquirirlos directamente de los promotores del proyecto o de los mercados donde se realiza el comercio de emisiones. Esto ahorraría el pago de los gastos destinados a los intermediarios.

Otra opción sería que las grandes organizaciones implementaran su propio proyecto de reducción de emisiones en un campo que ya esté activo; por ejemplo, una empresa de electricidad que desarrolle un proyecto de energía renovable en un país en vías de desarrollo certificado según los criterios del MDL o cualquier otro estándar de gran credibilidad. De esa forma, la empresa se beneficiaría de la experiencia tecnológica y se atribuiría los beneficios del proyecto junto con el costo del ahorro, manteniendo lo máximo posible de la inversión para ella.

Una sociedad que cree que los bonos de carbono merecen la pena es el grupo HSBC, el cual afirma que es el primer banco de efecto neutro para el clima. Su plan de gestión del carbono incluye la gestión y la reducción de sus emisiones directas, adquiriendo electricidad ecológica y compensando sus emisiones. Adquirió 170.000 toneladas de bonos de carbono de un parque eólico de Nueva Zelanda; un plan de generación de abono a partir de residuos orgánicos en Australia; un proyecto agrícola de captura de metano en Alemania; y una central de cogeneración de biomasa en la India.

Cada vez más, un mayor número de empresas aceptan este concepto como una forma de mostrar que son ecológicas. Sus motivos pueden incluir la convicción ética, el cumplimiento de los objetivos obligatorios, la comercialización de un producto o la presión de las partes interesadas. También es posible que teman la amenaza de la legislación y quieran persuadir al gobierno de que las regulaciones no son necesarias. Sean cuales sean las razones, son económicamente más poderosas que las pequeñas organizaciones - suficientemente poderosas como para establecer sus propios proyectos y dirigir la transferencia de tecnología y la fiabilidad.

Ciudades

Básicamente, podemos aplicar a las ciudades los mismos principios que a las organizaciones. En primer lugar, sobre todo, se debe asegurar la calidad de los bonos: que sean realmente adicionales, que no conlleven una duplicación de la contabilidad y que promuevan el desarrollo sostenible en la zona donde se implementan.

Dependiendo de la cantidad de bonos que se plantee adquirir para eliminar el resto de las emisiones de la ciudad, se podría considerar pasar por un proveedor de bonos que sea bastante conveniente. Elegir un proyecto en particular que sea fácilmente comprensible y que conlleve beneficios obvios para el clima, los ciudadanos y el medio ambiente, también ayudará a implicar a la ciudad y a comunicar en qué consisten los bonos y cómo funcionan.

Las ciudades más grandes pueden estar interesadas en la opción de comprar directamente a los promotores del proyecto o incluso en crear sus propios proyectos, como ya indicamos en el caso de las grandes organizaciones.

(O) PAÍSES

Los países que quieran registrar sus bonos en su balance de emisiones bajo el marco legal, a través de los mecanismos del Protocolo de Kioto, estarán obligados a comprar en el mercado de cumplimiento.

Los países desempeñan un importante papel en la presentación del sistema de la compra de bonos de carbono. Con el fin de mejorar el sistema de los bonos obligatorios y los voluntarios, un país puede hacer mucho más que una ciudad para establecer estándares en la industria, mediante las decisiones tomadas de forma nacional y trabajando por una regulación internacional efectiva. Ejemplos obvios son los países que se unieron en primer lugar a la red Climate Neutral Network del PNUMA: Costa Rica, Islandia, Nueva Zelanda y Noruega.

La Santa Sede (el Vaticano) es un ejemplo de buena disposición para explorar el potencial de las compensaciones, plantando un bosque en Hungría para contrarrestar las emisiones de los vuelos papales. Cualquier ciudad o país puede también ejercer algún poder regulatorio sobre los planes de compensaciones de carbono, por ejemplo, exigiendo a los proveedores que escojan sólo aquellos que estén demostrando que efectivamente funcionan.

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