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Evalúa, cuenta tu historia y recomienzia
Ahora que ya hemos hecho todo lo que nos habíamos propuesto, ahora que hemos dado un paso enorme hacia la neutralidad climática, no podemos quedarnos sentados esperando que el resto del mundo haga lo mismo. Hemos dado los primeros pasos básicos y tenemos derecho a estar orgullosos de ello. Pero aún nos queda un largo y maltrecho camino hacia un estilo de vida de efecto neutro para el clima. Sólo se trata del principio. Ahora debemos evaluar lo que hemos conseguido hasta el momento, contarle al resto del mundo nuestra experiencia y seguir aplicando esas medidas, sólo que esta vez de una forma incluso más efectiva.
Evaluar nuestro progreso
La razón más obvia para evaluar lo que hemos conseguido es asegurándonos de que lo haremos mejor la próxima vez. Las posibilidades de mejorar nuestros hábitos serán mucho mayores si sabemos exactamente lo que conseguimos la vez anterior. Así que nos debemos una autoevaluación honesta de lo que hemos hecho. También deberíamos informar al resto acerca de nuestro éxito (y también de nuestros errores, dándoles la oportunidad de evitar malgastar esfuerzos). Merece la pena repetirlo: trabajar para alcanzar la neutralidad climática es importante, no sólo por lo que nosotros hagamos, sino también por cómo mostramos a los demás lo que pueden hacer.
Ya se trate de nosotros mismos, de una empresa, de la administración de una ciudad o de un país, la evaluación comienza con el paso obvio de contabilizar la cantidad de emisiones de GEI que hemos reducido. Pero también querremos saber el coste de esa reducción, para descubrir cómo realizar una reducción mayor y más efectiva en el futuro. Al mismo tiempo, contabilizaremos el ahorro que nos ha supuesto esa reducción. Afortunadamente, ya nos hemos preparado con anterioridad para contabilizar nuestras emisiones, y esta segunda evaluación del progreso realizado desde el primer análisis nos ahorrará mucho más tiempo y esfuerzo.
Asegurémonos también de planificar los beneficios, tanto los directos como los indirectos. Habremos ahorrado energía y reducido nuestras emisiones de GEI y, probablemente, también habremos ahorrado dinero, o al menos habremos hecho una inversión que seguro nos hará ahorrar dinero en el futuro.
Pero ésta es sólo la parte más obvia. Habremos mejorado nuestra reputación entre personas a las que queríamos impresionar; lo más seguro es que también nos llevemos algo de publicidad gratuita, una reputación como persona o como empresa preparada para predicar con el ejemplo, la cual nos beneficiará de cara al público. También puede que hayamos evitado responsabilidades legales y, en el caso de gobiernos locales o centrales, es posible conseguir popularidad electoral. Y existen buenas perspectivas de mejorar nuestra salud, tanto la nuestra (gracias a caminar en vez de conducir, por ejemplo) como la de nuestra comunidad. La energía que no se ha usado se traduce en contaminación que no se ha emitido, que nuestro pulmón y corazón no han sufrido.
Pensemos también en lo que hemos aprendido durante esta primera reducción de nuestra huella climática. Probablemente ya habremos identificado nuestros puntos fuertes y débiles. Si el proceso nos ha hecho ser más realistas, ya ha merecido la pena. Así podremos empezar una segunda reducción sin falsas expectativas. Es probable que queramos también examinar si nuestro planteamiento era demasiado ideal o si deberíamos reasignar responsabilidades entre las personas involucradas.
Empresas y ciudades:
Una validación adicional a la evaluación de una empresa es llevar a cabo una auditoría con el fin de certificar el proceso realizado dentro del marco del sistema de gestión medioambiental (véase el protocolo de certificación de GEI de las normas ISO 14000, en ISO 14040:2006 y 14044:2006, por ejemplo). Este paso mejorará la credibilidad de la empresa y su reputación ante el consejo de administración, el ayuntamiento, etc.
Contemos nuestra historia
Todos hemos conocido a alguien que al acabar una dieta con éxito no podía parar de contarle a todo el mundo cuánto peso había perdido y el esfuerzo que había tenido que emplear para ello. No es realmente el modelo a seguir que buscamos, ya que este tipo de personas pueden resultar muy molestas y probablemente no convenzan a muchos de que hay que imitarlos. Sin embargo y a pesar de que no mucha gente lo asimilará, ellos habrán transmitido su mensaje.
Así que, aprendamos de ese tipo de personas. Es el momento de contar a nuestros amigos, colegas, rivales, oponentes, conocidos y cualquier otra per-
Producción de 1 Kg de cobre en Australia
157 Producción de 1 Kg de aluminio en Australia
O Producción de 1 Kg de níquel en Australia sona que nos venga a la mente, lo que hemos hecho, cómo lo hemos conseguido y por qué (aún hay gente que no está convencida de la importancia o incluso de la realidad del cambio climático). Pero debemos hacerlo de forma que todos nos entiendan. Debemos afirmar sin temor que si nosotros hemos podido hacer el esfuerzo, cualquiera puede hacerlo. Tenemos que hacer ver a la gente que lo que hacemos se está convirtiendo en la norma, y no tanto en la excepción. climática para otros. Debemos asegurarnos de que, para empezar, se lo E mos a nuestra familia, amigos y vecinos. También merece la pena contárselo a aquellas personas que nos aconsejaron cuando decidimos seguir este camino: decirles qué funcionó y qué no, ya que no hay un solo enfoque posible. Existen diferentes estrategias para diferentes grupos o personas. Contar nuestras experiencias a nuestros consejeros les ayudará a redefinir los consejos que darán a nuestros sucesores.
Probablemente, cuando te embarques en la primera fase de reducción de tu impacto climático, encontrarás sugerencias muy útiles en algunos de los casos expuestos en los capítulos anteriores. Esos consejos nos inspiraron y ahora es el momento de que nosotros proporcionemos esa misma inspiración a otros.
Nuestro esfuerzo puede originar incomprensión o incluso hostilidad y, si tenemos la obligación de rendir cuentas ante accionistas, empleados o votantes, puede que nos encontremos con que esperan que les demos una explicación. Es mucho mejor ofrecérsela antes de que la exijan, de esa manera no parecerá que adoptamos una actitud defensiva o de disculpa, o que pretendemos esconder algo. Por lo tanto, contar nuestra experiencia tiene mucho sentido y puede hacer que nos apoyen y que sigan nuestro ejemplo.
Lo que hemos emprendido bien puede habernos otorgado una gran ventaja con respecto a la competencia y, si aún no lo ha hecho, probablemente lo hará muy pronto. Así que, es posible que tengamos un público en alerta e impaciente por conocer nuestra reacción.
Cuanto más grande sea la empresa, más importante y organizada tendrá que ser nuestra campaña para justificar las inversiones que hayamos tenido que hacer. Habrá grupos diferentes interesados en cuestiones diferentes, por lo que debemos diferenciar la información que damos dependiendo del público al que nos dirijamos. Por ejemplo, podemos informar a nuestros empleados de que lo que vamos a hacer convertirá a la empresa - su empresa - en una más rentable, beneficiando el futuro de sus familias. A nuestros clientes, que ahorraremos dinero y mantendremos los precios bajos. A los accionistas, que aseguraremos el futuro de la empresa.
AL CLUB : INICIATIVAS DE REPORTE DE ÉXITO
Deberíamos informar, a todo aquel que pueda estar interesado, acerca de los grupos que existen y que ayudan especialmente a las empresas a reducir sus emisiones. La llamada Iniciativa de Reporte Global (o Global Reporting Initiative, en inglés) es pionera en el desarrollo del marco de elaboración de informes de sostenibilidad más utilizado en el mundo. Esta iniciativa establece los principios y los indicadores que las organizaciones pueden utilizar para medir e informar de sus resultados económicos, ambientales y sociales. La piedra angular del marco es la Guía para la elaboración de Memorias de Sostenibilidad. Su tercera versión, conocida como G3, se publicó en 2006 y está disponible de forma gratuita. Otros componentes del marco incluyen suplementos según el sector (indicadores únicos para cada sector de la industria) y protocolos (guías para la elaboración de memorias detalladas) además de anexos internacionales (información concreta según el país). La GRI promueve y desarrolla este enfoque estandarizado para la elaboración de memorias, para así estimular la demanda de información sobre la sostenibilidad que beneficiará tanto a las organizaciones como a aquellos que utilicen la información de sus memorias. La GRI desarrolla materiales formativos, acredita a formadores y proporciona unas guías especiales a las PYME. Más de 1.500 empresas en todo el mundo, muchas de ellas muy conocidas, han anunciado que han adoptado voluntariamente estas Guías. La GRI es un centro de colaboración del PNUMA.
Y a nuestros rivales, lo que están dejando escapar y los beneficios que todos obtienen de la reducción de emisiones de GEI. Contemos cómo nuestros esfuerzos están haciendo mejorar las condiciones de todos y ofrezcamos un futuro más saludable.
Comunicación estratégica
No debemos limitarnos simplemente a la comunicación informal, oral y esporádica. Debemos escribir informes y dar detalles en nuestra página web, si creemos que la gente lo leerá. Podemos convocar una reunión para explicar lo que hemos hecho, en el caso de poder atraer a bastante público; otra posibilidad sería la de realizar una campaña en los medios, ya que si podemos conseguir periodistas interesados en el tema, podremos informar a mucha más gente que mediante el contacto directo. Podemos intentar que alguien de la empresa vaya a escuelas, a asociaciones de la tercera edad, etc. Muchos de estos grupos siempre buscan oradores interesantes y nadie es demasiado joven o demasiado viejo para empezar a recorrer el camino de la neutralidad climática. Se pueden realizar cursos para nuestros propios empleados y pensar quizás en ofrecer incentivos (premios, incluso) a las mejores sugerencias o formas de modificar políticas o prácticas para reducir emisiones de GEI.
Además, el Carbon Disclosure Project (CDP) trabaja con accionistas y con empresas para revelar las emisiones de GEl de las empresas. En 2007, publicó la base de datos sobre emisiones de GEl y energía más grande del mundo, incluyendo 2.400 de las empresas más grandes, las cuales registran en conjunto el 26% de las emisiones antropogénicas globales. El CDP representa a los inversores institucionales, con 57 millones de USD en gestión. Los gobiernos, de forma individual, han sido reacios a desarrollar límites nacionales de emisiones demasiado exigentes, por miedo a que las grandes empresas trasladen sus fábricas a otros países con regulaciones menos estrictas. El CDP intenta evitar estos intereses nacionales centrándose en empresas individuales, no en países. Une a inversores institucionales para que centren su atención en las emisiones de carbono y en el uso y la reducción de la energía, sin importar dónde se ubica la empresa o el activo. Algunas empresas registran mayores emisiones que países enteros. Algunas de ellas ya son de efecto neutro para el clima, pero otras aún pueden reducir más en energía y sus emisiones, adoptando políticas de eficiencia energética y de planificación empresarial. El CDP también ha comenzado a establecer un estándar globalmente utilizado para la elaboración de informes sobre energía y emisiones. Muchos de los datos obtenidos no se habían recogido antes. En los próximos treinta años, se estima que se empleen 27.000 millones de USD en el desarrollo de capital relacionado con la energía (nuevas centrales eléctricas, plantas de destilación de gasolina, etc.), así que es de vital importancia que se adopten las tecnologías adecuadas.
¿Y la publicidad? Seguramente ya teníamos pensado utilizarla para otros fines, así que podemos pedirle a nuestra agencia que prepare algo nuevo que exponga en detalle lo que estamos haciendo. Si pensamos que hemos realizado un cambio significativo al modificar nuestros hábitos y que tenemos ideas interesantes que compartir, puede que valga la pena comisionar a publicistas externos que comuniquen nuestro mensaje tantas veces y tan efectivamente como les sea posible.
Una página completa publicada en el periódico más importante de Suiza dirigía la atención de los lectores al hecho de que la cadena de supermercados Migros había reducido sus emisiones de CO, en 800.000 toneladas. Una nota al pie de página explicaba que, en esa cifra, se incluían los esfuerzos realizados desde 1990 para mejorar la eficiencia energética en las tiendas, optimizar la logística e introducir camiones de biogás entre las medidas tomadas para reducir el consumo energético. El anuncio mencionaba que la cantidad ahorrada correspondía a las emisiones de 300.000 chalets modernos en un año, ofreciendo una comparación muy detallada.
Sin embargo, no todo lo que hace Migros es coherente con su responsabilidad manifiesta. En la misma campaña de publicidad, Migros anunció más transparencia sobre las emisiones de CO,, creando una marca para aquellos productos responsables de bajas emisiones. No obstante, al mismo tiempo, su catálogo presentaba un gran anuncio en el que se ofrecía un descuento especial en uvas sin semillas procedentes de Sudáfrica. Este es sólo un ejemplo de la falta de coherencia entre la política general y el marketing, que no deberían dificultar los esfuerzos realizados por esta empresa en concreto. Nadie es perfecto, todos comenzamos en algún momento y tenemos tiempo para mejorar.