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César Verduguez Gómez
EL RETORNO César Verduguez Gómez
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Nació en La Paz, Bolivia. Profesor, antologador, escritor de novelas, cuentos, poesía, fábulas y de una vasta obra didáctica. Presidió la Unión Nacional de Poetas de Cochabamba, 1995. Fundador en la segunda fundación del PEN-Bolivia, 1995 y primer presidente hasta 1998. Fundador y primer presidente de Escritores Unidos ESUN, 2006, reelecto 2008. Dirigió la revista PEN-Bolivia Bilingüe. Ha ganado varios primeros premios en el género de cuento en tres ciudades bolivianas y primeras menciones de honor en novela. Sus cuentos han sido traducidos al inglés, francés, quechua, árabe y croata. Muchos de sus cuentos figuran en diferentes antologías, más de treinta, bolivianas y extranjeras.
EL RETORNO
La aeronave descendió, con profusión de polvareda y humo, en sentido vertical, lenta y silenciosamente. La gente que esperaba a cierta distancia, detrás de las mallas de seguridad con hebras de fibra de cristales, agitaba las manos y ramos de flores exóticas, cultivadas en el satélite, con la significación universal, en sus formas y colores, de una manifiesta bienvenida. Se abrieron las escotillas en suave deslizamiento y aparecieron con sus trajes inconfundibles, con los cascos en brazo, los astronautas que estuvieron en la negrura del espacio inmensurable y eterno durante veintiún largos años. Una ovación sin precedentes perceptible por las ondas mentales surgió de la multitud abigarrada y multicolor. Mucho tiempo no se supo nada de la nave y sus tripulantes. Se pensó que por algún misterio de la navegación en el espacio cósmico había desaparecido sin dejar huellas ni noticias de ninguna naturaleza. Sospechábase de un portal o pasillo del espacio-tiempo escondido e inubicable por el cual se haya introducido a otra dimensión. Pero bueno, ya está de regreso. Los médicos y psicólogos, por órdenes de los mandos superiores, dispusieron un ingreso, antes de encontrarse con la multitud que los esperaba, a las salas de escaneo médico, para un chequeo de todo su organismo biológico, fisiológico y psíquico, además del profiláctico por si fueran portadores de seres microscópicos espaciales nocivos y para obtener una información pormenorizada en una larga conversación acerca de los avatares del viaje. Erlando Sigueres, uno de los principales cosmonautas, aún en revisión, fue llevado a ver a su familia, sin permitir, claro está, un acercamiento directo pero sí de por medio una pared de vidrio procesado para proteger de todo peligro a los visitantes. A través del grueso cristal y de una pantalla mural pudo ver a su familia muy diferente a la que había dejado dos décadas atrás. Mediante una fotografía digital de antes de su
viaje y alguien señalando a la persona y a la imagen que le correspondía en la foto mostrada en pantalla supo que su hijo Sigger, que en ese entonces tenía seis años ahora se le veía como un hombre de… no parecía estar en la edad que debía representar y la que aparecía abrazada a él con seguridad era su novia o su esposa, confirmándole esto último cuando le mostraron los anillos de bodas aún vigente en algunas poblaciones, de las costumbres antiguas, y con ellos una bella niña de 6 años. Su hija Lealing que tenía nueve años se mostró feliz y orgullosa madre con dos hijos y a su lado probablemente su esposo con una incipiente calvicie levantando en sus brazos a una parejita de 10 y 12 años aproximadamente. ¿Tendría ese yerno 43 o 45 años? Yaducelia, su amada esposa, que en la despedida se la veía en la fotografía con un cuerpo aceptable para una edad de 33 años, estaba con una apariencia de una sesentona, con una cabellera llena de canas, con patas de gallo y otras arrugas en el rostro. ¿Por qué no cuidó su apariencia? No sonreía y al parecer estaba llorosa aunque procuraba esbozar una mueca de alegría. Detrás de ella estaba un hombre de bigotes que tenía sus manos posando en sus hombros, procurando mostrar con una sonrisa desleída un contento impreciso. Sigger, dándose cuenta de la sorpresa que estaba causándole a su padre el ver a esta pareja y también para explicar la presencia del hombre de bigotes desplegó un periódico que en grandes titulares comunicaba que “TRES AÑOS HAN TRANSCURRIDO Y NO SE SABE NADA DE LA ASTRONAVE DESAPARECIDA. SE SUPONE QUE LA TRIPULACIÓN DESAPARECIDA ESTÁ MUERTA”. Luego extendió un certificado del matrimonio de su madre, denominada entre paréntesis “viuda”, con el hombre de bigotes. Detrás de ellos estaba un joven de 17 años al parecer hijo de ambos. Erlando veía todo detrás del vidrio de seguridad como en una pantalla de cine mudo. La hija, Lealing, quería con ansiedad mostrarle de cerca a sus vástagos, los que ahora son sus nietos, pero Erlando Sigueres no pudo soportar seguir conociendo a su nueva familia y prefirió apenas expresarse
con una sonrisa indefinible y un movimiento dubitativo de manos su complacencia de verlos nuevamente. Según su cronómetro-calendario ¡él estuvo en vuelo interestelar durante más de 7.300 días! Comprendió que la elasticidad del tiempo se cumplía en su caso de modo inexorable. Viéndose en el espejo de triple acción de la burbuja-estación, se veía en los mejores años de su vida, 43 años, en tanto que a su esposa ya se la veía vieja, y sus hijos tenían descendientes, sus nietos, cuando Erlando se sentía aún demasiado joven para ser abuelo. Dentro las 24 horas en cuarentena, mientras se les practicaba la prolija revisión a los tripulantes, Erlando ingresó en un compartimiento aislado y desató su memoria dejando en libertad a sus recuerdos del tiempo de su partida al espacio y a los pensamientos de cómo sería su vida a partir de este regreso, analizando y sopesando su nueva situación actual. No obstante de haber conocido y tratado con otras gentes en algún lugar del inmenso universo, siempre había tenido en mente a la familia que dejó en su ciudad despidiéndole con banderas y carteles y telas luminosas con letras y figuras en movimiento deseándole éxito en su misión y un retorno feliz. Advirtió en tal ocasión alguna lágrima en los ojos de su Yaducelia. ¿Creía tal vez ella que no volvería? Él los recordaba a todos y los extrañaba. Los amaba. Ya en viaje llegaron, para abastecer de combustible a la nave, a la estructura orbital de Titán, el satélite más grande de Saturno. 12 horas después abordaron la nave para continuar el recorrido trazado. —Pudimos admirar de muy cerca los volcanes de hielo. »Es increíble cómo este satélite congelado en la superficie tenga movimientos subterráneos de calor. Ya estábamos en un recorrido placentero. Pero de modo insólito los paneles de control daban datos sin ninguna lógica o estaban enloquecidos, perdidos, y no se sabía en qué rumbo se encontraba la nave. Finalmente llegamos a un lugar desconocido aunque parecido a nuestras regiones de origen. Mediante los
computadores comprobamos que el aire estaba compuesto por nitrógeno y oxígeno. O sea igual al nuestro y mejor aún no tenía contaminantes y por ello era más puro que el que respirábamos en nuestro planeta en exceso polucionado. Al salir de la nave sin necesidad de nuestros trajes espaciales, encontramos a un conglomerado de hombres y mujeres casi primitivos que se entendían entre ellos con un lenguaje primario. A nuestro arribo, a pocas horas, nos ofrecieron, sobre unas mantas tendidas en el suelo, mucha comida, con carnes y frutas, agua, bebidas, que las aceptamos y consumimos con mesura y cuidado por respeto a su amabilidad y preocupación propia. Después de meses y resignados a la nueva situación a la que llegamos, aprendimos su lengua extraña y como fuimos bien recibidos casi en calidad de dioses, no nos fue difícil tratar con ellos y enseñarles todo lo que sabíamos. Mejoramos su lenguaje, les enseñamos a sembrar, tejer, construir casas de modo diferente a sus primitivos y escasos conocimientos, fabricar herramientas y algunos instrumentos musicales de viento y percusión. La única mujer astronauta de nuestra tripulación les enseñó a cocinar y a confeccionar ropa con tejidos distintos a los que tenían ellos. Les enseñamos los elementos de una escritura elemental de acuerdo al lenguaje que pronunciaban incluyendo las nuevas palabras inventadas para denominar los trabajos, labores e implementos de las actividades recientes. Aunque pudimos constatar que provenían de un pueblo de origen muy antiguo, puesto que sus viviendas estaban construidas en complejos de formas circulares, todas de piedra, paredes con pequeños huecos y junto a las viviendas compartimientos donde conservaban a sus muertos en posición fetal dentro de tejidos de cáñamo. »En ese lugar donde llegamos se sentía una cierta energía que provenía de un lago muy grande situado a muy buena distancia que nos contagiaba una inmensa sensación de paz y mucha tranquilidad. »Algo que nos llamó la atención fue un animal doméstico, un perro sin pelos, es decir pelado mostrando su piel de gris oscuro.
—Tienen una natural predisposición artística —dijo uno de nuestros tripulantes—. Pueden desarrollar obras en varios campos del arte con un gusto exquisito. Solo es cuestión de tiempo para llegar a operar con ciertos cánones conforme a su inventiva y creatividad. Pueden expresar con belleza en la fabricación de objetos utilitarios en terracota, en madera, piedra y otros materiales. En tiempos futuros, con seguridad, realizarán trabajos enormes levantando casas y monumentos. Desde ya trabajaron en greda una maqueta muy fidedigna en técnica de alto relieve mostrando el pequeño complejo de sus viviendas y espacios públicos del pueblo. »Ya tienen sus propias bases y podrán abarcar otros campos como ideas cosmogónicas, creando sus propias creencias, ritos y dioses. Poseen la suficiente capacidad para todo ello, sólo es cuestión de enseñarles los métodos y senderos del pensamiento y de la investigación científica para que lleguen a alcanzar hitos espectaculares. En el lapso que estuvimos con ellos fuimos testigos de sus avances y logros. Por otro lado conseguimos que realizaran cerámica con formas, dibujos, pintura y barnices de calidad elevada sustentados en los conocimientos que conseguimos, de los pueblos antiguos de la historia terrestre, investigando en la computadora de la nave. Es menester asimilar y reavivar esos dones además de que este pueblo tiene una inclinación innata para la música y la danza excepcionales, que seguro en un futuro no muy lejano desarrollarán una actividad destacable en esos campos. »Hay algo que nos hizo pensar a todos. Ya nos habíamos dado cuenta que estábamos en otra dimensión y estacionados en un pueblo que recién empezaba a conocer los primeros rudimentos de progreso cuando en nuestra civilización ya el hombre estaba conquistando y colonizando el cosmos, y por todos los indicios encontrados ya había otras en la protohistoria que tuvieron presencia con tecnología asombrosamente avanzada. Si acaso el tiempo que recorre sinuoso y vermífugo nos sitúa en
el mismo punto o minuto de un pretérito y futuro coexistiendo estamos pues en el desliz de una vivencia paralela. Seis años terrestres les llevó esa tarea de elevar sus cualidades y capacidades. Tenían la confianza de que ese pueblo llegaría a niveles superiores en diferentes aspectos de las actividades humanas tanto materiales como espirituales. Luego pensaron que era necesario regresar al lugar de origen, para ello investigaron y estudiaron todas las circunstancias de su arribo, el momento que perdieron la brújula de la línea de viaje. Encontraron la secuencia del tiempo transcurrido reconstruyendo el calendario y hallaron la hora, el día y fecha de haber sufrido ese percance de torcer la ruta prefijada. Concluyeron que accidentalmente ingresaron por un portal a otra realidad coexistente a la suya que se abre cada siete años terrestres, por suerte, porque los hay que se abren una vez cada siglo o, lo peor, nunca más. —Ubicándonos en el espacio coincidiendo en fecha y hora exacta podríamos encontrar el pasadizo por donde se desvió de su ruta nuestra nave.
»Como habíamos arribado a un mundo paralelo, en otra dimensión insospechada, por tanto para regresar al nuestro teníamos que estar en el espacio en el preciso instante, hora y día en que nos sucedió la absorción a esta otra realidad desconocida del universo. »Hora y día exactos. De acuerdo a los cálculos, en los estudios que hicimos desde hace dos años, con el segundo de la tripulación, experto en los análisis de vuelo, esa circunstancia especial tiene que suceder dentro de 395 días. Revisamos si había algún error en las coordenadas de tiempo y espacio que diseñamos de acuerdo a los datos tomados de los mismos instrumentos de medición y de los microprocesadores con que cuenta nuestra computadora. Todo estaba correcto hasta llegar al punto de entreabrirse el atrio a otro espacio o dimensión.
»Teníamos, además, el combustible suficiente para realizar el retorno, más de las tres partes que no se han gastado en el viaje proyectado Tan solo debíamos revisar los paneles de absorción de la energía solar si acaso se agotaran los tanques del carburante propulsor condensado y revisar también los tableros de control eléctrico, indicadores de velocidad, aire comprimido, agua, equipos de movimiento humano de fuera del cohete en pleno desplazamiento, oxigeno, revisión de los generadores de potencia activa a través de los fotovoltaicos, los telescopios, radares, los brazos robóticos y alimentos en base a las tabletas energéticas preparadas con frutas secas y carnes de aves y mamíferos. Como abandonamos mucho tiempo la actividad adecuada de astronautas, tuvimos que encender los simuladores de ausencia de la fuerza de gravedad para entrenarnos debidamente y estar preparados para cuando tengamos que despegar y salir del campo gravitatorio terrestre, considerando la posibilidad de estar en nuestro mismo planeta pero en otra dimensión y en otro tiempo. Lastimosamente no tuvimos la necesidad de poner en funcionamiento los tractores orugas que cargábamos que pueden funcionar en cualquier terreno que los exotecnólogos habían diseñado. Sin embargo decidimos entre todos dejar con los pobladores que encontramos las tres cabras que dan leche de calidad nutritiva y que puede ser procesada para conseguir diferentes tipos de quesos, dejar además los innumerables conejos conocidos por su proverbial reproducción, animales que trajimos a bordo y en el tiempo que estuvimos estacionados se multiplicaron. »Antes de embarcarnos hicimos ejercicios pedaleando en una bicicleta estacionaria por varias horas cada día y otros ejercicios gimnásticos. »Finalmente realizamos una revisión minuciosa de toda la nave, no fuera que en todo este tiempo de permanencia en este lugar se haya herrumbrado alguna pieza, por el aire muy parecido al nuestro.
»Los preparativos llegaron a buen término una semana antes de la fecha señalada. »Dos astronautas, un hombre y una mujer, la única del cuerpo de astronautas de esta misión, enamoraban desde hacía algún tiempo, expresaron su deseo de quedarse a vivir en ese lugar. Se procuró disuadirlos pero todo fue en vano. Se mantuvieron firmes en su determinación. El amor es universal y se manifiesta en toda dimensión existente y en las galaxias del micro y macrocosmos. —Queremos fundar nuestro hogar aquí. Muy poco nos ata a nuestro mundo de origen. Aquí por el contrario nos necesitan y tenemos amigos a los que no quisiéramos abandonar. Son muy buenos y con propensión fácil de aprender. Son muy sensitivos y solidarios. Quisiéramos cuidarlos de no caer en los males que existen en nuestro mundo. Además tenemos la idea de que podemos llevarlos hacia una superación del conocimiento general, que consigan una transformación desde bases morales y expansión en todos los campos de convivencia para que todos gocen de una vida sin precariedades de ninguna clase. Crear los medios necesarios para un crecimiento material y cultural, que no falte alimento, habitación, espacio para labrar y asistencia médica. Para ello tendremos que crear los medios de expansión necesarios como pueblo y como personas. Estableceremos normas de conducta social, donde prime la moral, que sean imperecederas además de un sistema de gobierno que sea en lo posible justo y equitativo. »Saluden de nuestra parte a nuestras familias y a los conocidos. Díganles que nos quedamos contentos de hacerlo y que no se preocupen por nosotros. Estamos felices de quedarnos porque allá en nuestro mundo paralelo no somos nada más que cosmonautas y aquí ya tenemos un rango de seres superiores y conductores de un pueblo que quisiéramos que crezca, se supere y progrese hasta llegar a ser una gran nación. Curiosamente ellos creen que nosotros bajamos del Sol y que
somos sus hijos. Aprovecharemos esa creencia y de ese modo conseguiremos nuestro objetivo, nuestro sueño y queremos conseguirlo los dos juntos. Erlando en ese momento de suprema decisión, pensando en los suyos, no le pareció óptima la idea de quedarse para realizar una labor de gobernar y conducir a esa gente consiguiendo la superación de ella. Pero, ahora, pensó, hubiese querido quedarse con esos dos compañeros. Por primera vez pensó en que podía haber encontrado una compañera entre las mujeres de ese pueblo perdido en el universo paralelo. —Abordamos el cohete. Con la aceleración constante equivalente a una centésima de la gravedad terrestre llegaremos en poco tiempo al lugar de donde partimos. De esa bruma de recuerdos también llegaron de los tiempos vividos con su familia. Su hijo haciendo piruetas en su triciclo impulsado con reducida energía lumínica. Su hija Lealing jugando con sus muñecos activados con órdenes cerebrales y su gato venusino al que cuidaba y que dormía con ella, luego para satisfacción de la familia, obteniendo buenas notas en su escuela y llegando a la casa con esquelas de felicitación de sus profesores. Su amada y bella Yaducelia muy cuidadosa con la salud de los hijos, con la esmerada limpieza con máquinas automáticas de la casa y desarrollando unas horas de trabajo en los espacio-puertos o plataformas interespaciales cercanas. Se amaban sin lugar a dudas. Erlando, casi al concluir la retrospectiva de su pasado y examen de su situación actual, luego de meditar largos minutos, pidió una grabadora de voz para enviar algunos mensajes anunciando a su familia una determinación suya y un adiós. Después de grabar varias notas, se quedó pensativo con algo que le aquejaba en su entidad interna. Al final borró todo lo que había grabado y alejando de sí el aparato se dirigió al encargado demandando un formulario especial de requerimientos y lo llenó con una estilográfica de sistema laser. “Por razones que sólo a mí me competen,
solicito que no se produzca el encuentro con mi familia y sin dar explicaciones, tal vez nada más como emergentes de órdenes superiores, se me embarque en la nave de próxima e inmediata salida a cualquier planeta, de preferencia alejado, planetoide, satélite o plataforma intermedia de los viajes espaciales, con una supuesta misión y con algún cargo conforme a mi graduación.