Clasificados Profesionales
Martín Gómez Arquitectos
Martín Gómez
Martin Gómez nace en Buenos Aires, donde vive, se forma como arquitecto y concluye sus estudios en 1985. Inicia entonces una carrera larga y exitosa que lo consagrará como uno de los arquitectos argentinos más destacados de su generación.
Selman & Asociados Arquitectura
Rafael Selman, Lashmi Desangles, Miguel Risk y José M. Álvarez
Selman & Asociados es una firma de Diseño, Arquitectura, Interiorismo y Urbanismo centrada en el cliente. Persiguen una estética limpia y minimalista en la que el uso de la luz, las formas geométricas, los planos, las superficies y los materiales se vuelven preponderantes e integran conceptos como simplicidad, apertura, amplitud y fluidez.
Studio Fini
Gianfranco y Nicola Fini
En el 1981 se funda Studio Fini Architectura en Roma. A partir de ese momento la actividad proyectual de la oficina se intensifica tanto en proyectos privados como de espacio públicos y turísticos tanto en Italia como en el resto de Europa.
ARCHIVOS DE ARQUITECTURA
ANTILLANA
Director/Editor
Gustavo Luis Moré
Coeditor
Adolfo Despradel
Consultor de Diseño
Vignelli Associates
Directora de Arte
Chinel Lantigua
Sección Interiores
María del Mar Moré
Asistentes Gráfico/ Editorial
Jhosua Rodríguez
Asistentes Gráficos
Manuel Flores
Fotografía
Gustavo José Moré
Alfredo Esteban
Ricardo Briones
Gerente Administrativa
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Gerente de Ventas y Mercadeo
Patricia Reynoso
Consultora de Mercadeo
María Elena Moré
Corrección de Estilo
Marcos A. Blonda
Gustavo Luis Moré
Raquel Pellerano
Traducción
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Asistente
Luis Checo
Preprensa e Impresión
Serigraf
Santo Domingo, RD
Fundadores
Gustavo Luis Moré
María Cristina Rodríguez-Marchena
Suscripción, venta y publicidad
Santo Domingo, RD
Patricia Reynoso
Tel.: 809 687 8073 / Fax: 809 687 2686
Miami, Fl
Laura Stefan
Cel 786 553 4284
San Juan, PR
Emilio Martínez
Tel 787 726 7966
Santiago de Chile
Humberto Eliash
56 22 480 3892
AMÉRICA LATINA Y GRAN CARIBE
Antillas Francesas: Gustavo Torres, Serge Letchimy, Jack Sainsily, Bruno Carrer
Argentina: Ramón Gutiérrez, Fernando Diez, Mario Sabugo, Cayetana Mercé
Bahamas: Diane Phillips
Bolivia: Javier Bedoya, Gustavo Medeiros
Brasil: Ruth Verde Zein, Hugo Segawa
Chile: Humberto Eliash, Andrés Téllez, Sebastián Irarrázabal, Horacio Torrent, María de Lourdes Muñoz
Colombia: Silvia Arango, Carlos Niño Murcia, Alberto Saldarriaga Roa, Sergio Trujillo, Claudia Fadul, Daniel Bermúdez, Lorenzo Fonseca, Gilberto Martínez, Ricardo Vives
Costa Rica: Bruno Stagno, Luis Diego Barahona
Cuba: Eduardo Luis Rodríguez, José Antonio Choy, Omar López
Curazao: Ronald Gill, Sofía Saavedra, Ronny Lobo, Michael Newton
Ecuador: Sebastián Ordóñez
El Salvador: Francisco Rodríguez
Guatemala: Blanca Niño Norton, Ana Ingrid Padilla, Cristian Vela, Raúl Monterroso
Jamaica: Patricia Green, Jaquiann Lawson, Patrick Stanigar, Mark Taylor, Robert Woodstock
México: Louise Noelle, Fernando Winfeld, Jaime García, Eliana Martínez. Juan Bernardo
Dolores
Panamá: Silvia Vega, Sebastián Paniza, Carlos Morales
Paraguay: Jorge Rubiani
Perú: Pedro Belaúnde
Puerto Rico: Manuel Bermúdez, Segundo Cardona, Emilio Martínez, Ricardo Medina, Andrés Mignucci, Jorge Rigau, Enrique Vivoni
Rep. Dominicana: Rafael Calventi, Eugenio Pérez Montás, Esteban Prieto Vicioso, Mauricia Domínguez, Omar Rancier, José Enrique Delmonte, Lowell Whipple, George Latour, Marianne de Tolentino
Suriname: Jacqueline Woei A. Sioe
Trinidad y Tobago: Mark Raymond, Jenifer Smith
Uruguay: Sebastián Schelotto, Conrado Pintos, Nelson Inda
Venezuela: Carola Barrios, Francisco Feaugás, Ramón Paolini, Enrique Larrañaga, Martín Padrón, David Gouverneur, Federico Vegas
ESTADOS
UNIDOS DE AMÉRICA
Honolulu: William Chapman
Miami: Roberto Behar, Andrés Duany, Elizabeth Plater-Zyberk, Rafael Fornés, Carmen Guerrero, Luis Trelles, Teófilo Victoria, José Gelabert Navia, Jean François Lejeune
New York: Joaquín Collado, Rafael Albert, Germán Pérez, Rafael Álvarez
Washington D.C.: Aurelio Grisanti, Francisco Ruiz
COMUNIDAD EUROPEA
Austria: Mayra Winter
España: Antonio Vélez, Lluis Hortet, Oswaldo Román, Víctor Pérez Escolano, Juan Antonio Zapata
Francia: Kyra Ogando
Italia: Carmen Amelia Corsani, Stefano Topuntoli, Julia Vicioso
Suiza: Marilí Santos Munné
ASIA
Japón: Cathelijne Nuijsink
AAA © es una edición trimestral. Publicada en marzo, junio, septiembre y diciembre.
Santo Domingo: Número 69, diciembre 2018.
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Publicación registrada con el No. 83238 del 15/4/96 en el Ministerio de Industria y Comercio de la República Dominicana ©. ISSN 1028-3072. LCCN 99110069 sn 98026218 OCLC number (OCoLC) ocm 40640773
Editorial:
Casa de Campo: pasado, presente y futuro de una leyenda
Gustavo Luis Moré
CARIBBEANA
Reseña: Primer simposio. La Carta de Santo Domingo. 06 Mesa metropolitana de arquitectura y urbanismo
Ensayo: Hacia los 500 años de Caracas 14
Federico Vegas
01 LA SUTIL ELEGANCIA DE HABITAR EN EL CARIBE: CASA DE CAMPO, 1970-2000 LA PRIMACÍA DEL CENTRAL ROMANA
Reseña:
Diseñando el paraiso
Designing paradise
David Peacock / Adolfo Despradel
Casa oficial del Administrador
Batey Guaymate
Batey Higueral
Casas de la Costa
02 WILLIAM COX Y LOS GESTOS PIONEROS DE LA ARQUITECTURA EN CASA DE CAMPO
Reseña:
Elegancia descalza
Barefoot elegance
David Peacock / Adolfo Despradel
Entrevista: Dominique Bluhdorn y Ariela Storniolo
Gustavo Luis Moré
Entrevista: Sr. Alfonso Paniagua
Gustavo Luis Moré
Entrevista: William -Bill-
Gustavo Luis Moré
de la Costa. Antiguo
William Cox Hotel de Casa de Campo
William Cox
Salón Flamboyán, Hotel Casa de Campo
Rafael Selman
Punta Aguila
José Horacio Marranzini / Rhina López Marranzini
Punta Minitas
Caro / Caralva
José Borrell RioMar 15
Juanin Pérez Morales
RioMar 29
Manuel Polanco
Bahía Chavón 1
Hugh Newell Jacobsen
Bahía Chavón 2
Hugh Newell Jacobsen
El Ingenio
Francisco Feaugás
04 EL NUEVO IMAGINARIO CULTURAL DE ALTOS DE CHAVÓN
Reseña:
CARALVA / Roberto Coppa
05 LA RD EN EL CIRCUITO MARÍTIMO INTERNACIONAL:
LA MARINA DE CASA DE CAMPO
Reseña: Ecos futuros
Future echoes
David Peacock / Adolfo Despradel
La Marina Casa de Campo
Gian Franco Fini
Casa de Campo: pasado, presente y futuro de una leyenda
Gustavo Luis Moré
Casa de Campo es una comunidad originalmente planificada para brindar espacios de ocio para la creciente demanda de itinerarios turísticos en la región del Gran Caribe. Su origen y desarrollo, ya cercano a los 50 años de trayectoria, obedecen, como todo proyecto, a la visión de una serie de hombres de extraordinario aliento. Este enunciado parecería típico, si no se evidencian las particulares e insólitas características que lo destacan, como uno de los emprendimientos más exitosos y ejemplares de toda la región. Esta primera edición de los Archivos de Arquitectura Antillana dedicada a precisamente ahondar en los lugares ocultos de la historia, pretende iluminar estas particularidades y proponer un acercamiento comprensivo a las virtudes del fenómeno. AAA069 se ha dedicado a estudiar y presentar los primeros 25 años del proyecto, desde sus orígenes hasta la realización de la Marina de Casa de Campo, y el AAA070 atenderá los últimos años, sobre todo enfocando la notable arquitectura que ha poblado el conjunto.
Ante la mirada externa, Casa de Campo resuena como un lugar glamoroso, que propicia un estilo de vida relajado, exclusivo, en el que se aúnan las bellezas naturales con un imaginario de diseño controlado, dirigido a preservar un espíritu especial del lugar. Este espíritu, difícil de traducir a palabras e imágenes, es sin embargo el logro más destacable del desarrollo, y su comprensión y definición, uno de los objetivos a alcanzar en estas dos ediciones especiales.
En principio se trata de una serie de inversionistas norteamericanos dedicados a la industria azucarera y propietarios de extensísimas tareas sembradas de caña de azúcar en el este de la República Dominicana, quienes, acompañados con un puñado de asociados de origen antillano, a inicios de los años 70 deciden utilizar grandes extensiones de terrenos poco aptos para la producción agrícola, para un desarrollo inmobiliario internacional de alto nivel, fundamentalmente de segundas residencias vacacionales. El nombre de Charles Bluhdorn, de origen austríaco, radicado en New York City y presidente de la Gulf + Western, una de las compañías de capital público más exitosas de todos los tiempos, se hace inevitable: Bluhdorn, originalmente interesado en los temas de la industria del Central Romana, uno de los enclaves productivos más poderosos del mundo, orienta su mirada al potencial de la zona en el tema del turismo vacacional. Bluhdorn a todas luces creó un vínculo emocional fuerte en el país, como se verá, y decidió invertir en proyectos de naturaleza cultural y social -Altos de Chavón viene de inmediato al discurso-, que no estaban orientados a la explotación de un producto económicamente atractivo.
El cubano Alvaro Carta, al frente de la operación local, convence a Bluhdorn de invertir en esta idea, y obtiene carta blanca para atraer los talentos de Pete Dye y William Cox, diseñador de campos de golf y arquitecto, respectivamente, ambos de gran renombre internacional, para producir los primeros proyectos que, junto a una hábil estrategia de seducción de celebridades, logró que la idea prendiera y poco a poco se creara un mercado de rápido y rentable crecimiento. Muy poco después, el dominicano Alfonso Paniagua, al frente del mercadeo y ventas, motoriza un proceso en el que familias y propietarios nacionales adquieren propiedades especialmente diseñadas para este público, alcanzando así, en poco tiempo, construir una imagen de gran potencia en la cultura del ocio en la República Dominicana, e ir consolidando una noción de comunidad, antes ausente. Una imagen que no solo creó un standard de calidad mucho más alto en el público, sino un modo de proceder eficiente de gestión total en el país.
Los proyectos de los primeros años estuvieron diseñados por Cox, quien sin duda alguna, creó e institucionalizó la filosofía e identidad de Casa de Campo. Cox, talentosamente,
asumió una mirada inspirada en la arquitectura histórica del Central Romana, realizada en los orígenes del Ingenio por la Porto Rico Sugar Co, un grupo de instalaciones de hermosa factura hoy con más de 100 años de existencia, que constituyen uno de los “bateyes” más coherentes y bien conservados del planeta. Esta arquitectura posee un imaginario frecuente en otras comunidades azucareras -Boca Chica es un ejemplo cercano- y se apoya en construcciones de techos inclinados, cubiertas de láminas metálicas sobre estructuras de madera, muros gruesos de piedra caliza local expuesta en las fachadas, verandas y plafones térmicos, repertorio con el que fueron realizadas las obras del batey, sean domésticas o laborales. Además de apreciar esta rica paleta, Cox se empleó a fondo adaptándose al clima, y propició el uso de profundos aleros y voladizos, louvers de madera de piso a techo, estructuras de madera expresivas y espacios dotados de ventilación cruzada e iluminación natural, siempre tamizada, componentes de todo un sistema de dispositivos arquitectónicos que de una manera u otra, determinaron el modo de actuar de casi todos los arquitectos que le han seguido, -despachos y creadores locales como Oscar de la Renta, José Horacio Marranzini o Caralva, estos últimos con un destacadísimo papel en estas etapas tempranas y en la idealización de Altos de Chavón- o internacionales -Roberto Coppa, Marco Aldaco, Hugh Newell Jacobsen son solo varios destacados-, gracias a la determinación de códigos de diseño certeramente controlados -ma non troppo- por la Oficina de Ingeniería y Planificación de Costa Sur.
Esta edición revisa con detalle, por primera vez en el panorama editorial internacional, las obras pioneras de Cox y de otros autores. El protagonismo de Roberto Coppa se hace indispensable de señalar en la transformación cosmética de Altos de Chavón, y de Gianfranco Fini en la materialización de la Marina; otros muchos autores han dejado su huella, y de alguna manera han creado un espacio existencial muy cercano a la idea original: un lugar de vida grata, abierto al espacio natural en una comunidad de fácil vivir y con la equilibrada dosis de privacidad y de convivencia colectiva. En el próximo número detallaremos muchas de las obras recientes de relevancia. Sirva este como bitácora del primer acto de esta obra bipartita.
Queremos agradecer sinceramente al amigo Arq. Adolfo Despradel, Director de la Oficina de Ingeniería y Planificación de Costasur, y a todo su equipo, quienes nos dieron un apoyo extraordinario participando a a modo de coeditores. Igualmente a David Peacock, cuyos textos escritos con Adolfo en Casa Life han sido revisados exclusivamente para AAA. Igualmente a los fotógrafos Alfredo Esteban, Ricardo Briones y Gustavo José Moré (Photo GUM), quienes enriquecieron la edición con sus magníficas imágenes. Agradecimiento especial para Dominique Bluhdorn y Alfonso Paniagua, por las reveladoras entrevistas brindadas aqui reseñadas. Muchas gracias a todos.
AAA se ha hecho eco de la problemática urbana, fenómeno creciente en todas las ciudades del mundo, pero particularmente compleja en Santo Domingo. Aqui reseñamos in extenso la redacción del documento Carta a Santo Domingo, producto del intercambio de visiones y del análissi de un grupo de profesionales y ciudadanos convocados por la UNPHU a iniciativa del periódico Listón Diario, con el objetivo de propones ideas y estrategia dirigidas a aliviar los problemas de la ciudad en cinco cursos de acción, señalados en el documento. Nos parece importante acotar esta iniciativa y hacerla viable como un proyecto abierto, siempre en curso de acción. De nuevo hospedamos un texto del Arq. Federico Vegas, escritor y diseñador venezolano, quien nos visita con mucha frecuencia. En esta ocasión se trata de un texto provocador sobre los 500 años de la ciudad de Caracas, urbe de gran vitalidad que está sufriendo en silencio el maltrato y la indiferencia de toda una sociedad.
Caribbeana
Reseña:
Reseña: Federico Vegas
Primer simposio. La Carta de Santo Domingo.
Mesa metropolitana de arquitectura y urbanismo
Evento realizado con los auspicios del periódico dominicano Listín Diario, acogido por la Facultad de Arqutectura y Artes de la UNPHU, en SD.
Las jornadas de discusión, concertación y redacción, produjeron un documento que reúne el análisis y las recomendaciones de todos los participantes.
Hacia los 500 años de Caracas
Texto producido por el arquitecto y escritor Federico Vegas, relativo a la historia y la situación actual de la ciudad de Caracas.
Mesa directiva al inicio de las actividades del encuentro que ha producido la Carta de Santo Domingo, en el salón Max Henríquez Ureña, UNPHU. A la derecha, un grupo de los participantes en el encuentro, al finalizar las jornadas del primer documento.
Primer simposio La Carta de Santo Domingo.
Mesa metropolitana de arquitectura y urbanismo
La capital dominicana es un territorio de calamidades que cada día se agudizan, sin que los poderes públicos den señales de que están dispuestos a remediarlas.
Los factores que provocan estas calamidades han sido expuestos por el LISTÍN DIARIO en su serie de reportajes “Una metrópolis enferma” y documentados concienzudamente en el primer borrador de la Carta de Santo Domingo, elaborada por un panel de expertos.
Estos expertos fueron convocados por la Mesa Metropolitana, un espacio académico que ha creado la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) para examinar la problemática de nuestra principal urbe.
Durante dos días abordaron en profundidad cinco asuntos cruciales: las actividades productivas, la vivienda, las facilidades sociales, el transporte y el medio ambiente, en cinco mesas temáticas con los más prominentes arquitectos y urbanistas del país.
De esos análisis surgieron propuestas puntuales dirigidas a minimizar los problemas actuales de una ciudad invivible en la que 4 millones de personas coexisten en un hábitat plagado de contaminación, desorden urbanístico, insalubridad y hacinamiento humano, mientras continúa sin frenos el ingreso de miles y miles de nuevos habitantes que llegan desde las zonas rurales.
Estas soluciones fueron también publicadas íntegramente por el LISTÍN, con la finalidad de socializarlas y procurarles un eco mayor.
Son propuestas que ameritan que el gobierno central, los ayuntamientos del Gran Santo Domingo y las instituciones de la sociedad civil, incluyendo los partidos políticos, las ponderen como materia prima para delinear y aplicar políticas públicas que permitan poner coto al desorden.
La Carta de Santo Domingo, cuyo texto final se dará a conocer a finales de este mes, debería convertirse en el eje de un esfuerzo colectivo y supremo para sanar el espacio vital en el que deben desarrollarse actividades humanas y productivas menos expuestas a tantas vulnerabilidades.
Fundamentación
Una de las fortalezas de la Facultad de Arquitectura y Artes (FAA) de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) ha sido sus estudios sobre la ciudad y en tal sentido ha puesto en marcha la Mesa Metropolitana de Arquitectura y Urbanismo-UNPHU sobre urbanización sostenible, la cual ha sido diseñada con el objetivo de explorar los desafíos y oportunidades de desarrollo urbano sostenible en la región metropolitana, para apoyar que
los organismos del estado dominicano que inciden sobre el Gran de Santo Domingo en la formulación de un “Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano”.
En los últimos meses el periódico Listín Diario ha desarrollado una serie de artículos sobre el Gran Santo Domingo titulada Una Metrópolis Enferma, donde en diecisiete (17) ediciones aborda, a través de entrevista a diferentes actores, las problemáticas que afectan la metrópolis de Santo Domingo.
En la última entrega, en la entrevista realizada a Juan Mubarak, Marcos Blonda y Omar Rancier, en el Desayuno del LISTIN, nace la invitación a la creación de un documento propositivo que plantee soluciones puntuales a los problemas que están afectando al Gran Santo Domingo. Este documento, que hemos llamado Carta de Santo Domingo sería redactado de urbanistas, profesionales de diversas disciplinas con experiencia y conocimientos sobre la ciudad, así como ciudadanos en general. El documento se difundiría a través del Listín Diario y de la Plataforma de la Mesa Metropolitana-Unphu.
La Carta de Santo Domingo, tiene como objetivo proponer soluciones a la ciudad a través del abordaje de cinco (5) sistemas urbanos: actividades productivas, vivienda, facilidades sociales, transporte (infraestructura gris) y medio ambiente (infraestructura verde). Para esto realizaremos dos (2) simposios en la UNPHU.
Organización Expertos invitados
Moderador: Ruddy Arias Comité Organizador
Transporte Omar Rancier
• Cristobal Valdez Heidi De Moya
• Pablo Bonnelly Mauricia Dominguez
• Raúl De Moya Juan Mubarak
• Erick Dorrejo Mizoocky Mota
• Eloy Daniel Marcos A. Blonda
• Oscar Monzón Gilkauris Rojas (Coordinación)
Moderador: Layrell SuarezRuddy Arias Moderadores
Medio ambiente
Layrell Suarez
• Gustavo Moré Naila Rodriguez
• Constantinos Ph.Saliaris B. Munia Cumberbatch
• Marcos Aviles Blonda Sucre Ferreras
• Maribel Villalona
• Gilkauris Rojas Relator general
•Domingo Abreu Constantinos Ph. Saliaris B.
Moderador: Naila Rodriguez Vivienda Relatores
• Michelle Valdez Itamar Mueses
• Omar Rancier Amaya Cruz
• Susi Gaton Alan Garcia
• Carmen Reynoso Niobe Soto
• Marcelino Moya Elizabeth Sosa
Moderador: Munia Cumberbatch Apoyo logístico Facilidades Sociales Luisa De la Rosa
• Cesar Pérez
• Dilia Jorge Apoyo en el evento
• Erika Oviedo Heidi González
• Dario Solano
• Ching Ling Ho Comité Editor
• Pedro Alfonso Raul De Moya
Moderador: Sucre Ferreras Cristobal Valdez Actividades Productivas Gustavo Moré
• Monica Sanchez Marcelino Mendez
• Marcos Martinez Mizoocky Mota
• Juan Mubarak Eugenio Pérez Montas
• Mizoocky Mota
• Juan Castillo
Contacto: grojas@unphu.edu.do
Introducción
Por iniciativa del Listín Diario y dentro del espacio Académico de la Facultad de Arquitectura y Artes, a través de su Escuela de Arquitectura y Urbanismo, denominado Mesa Metropolitana, espacio plural abierto y participativo, donde la Academia se abre en participación con la sociedad, tocando temas urbanos locales o globales, de interés actual y de impacto social, se ha discutido con la participación de urbanistas, profesionales de diversas disciplinas, y ciudadanos en general, la posibilidad dar soluciones urbanísticas a los males expuestos en la serie de 17 artículos publicados por el Listin Diario, “Una Metrópolis Enferma”. En estos artículos se evidenciaron males incontrovertibles que afectan el gran Santo Domingo como los del impacto de las migraciones, el crecimiento desordenado, de las barreras urbanas, el caos en el transito; y se propone la siguiente:
Carta de Santo Domingo.
Visión filosófica de la Carta de Santo Domingo. Esta carta pretende ser un instrumento técnico y filosófico que establezca un marco teórico de actuación para las autoridades de las diferentes instancias que tienen que ver con la planificación, normativas y gestión urbana para poder abordar las acciones urgentes que hay que emprender para paliar, modificar y enrumbar el gran Santo Domingo hacia una ciudad, vivible, urbanísticamente sostenible, que propicie el desarrollo económico y social de convivencia armónica que logre el bienestar integral de sus ciudadanos.
Siendo coherentes con los diferentes antecedentes sobre evaluación urbana desde los congresos Habitat II de 1996 Y Habitat III de 2016, que organiza las Naciones Unidas cada 20 años sobre la ciudad, hasta los seminarios de “Santo Domingo 2000” y “Santo Domingo 2000, 20 años Después”, “ideas Urbanas de Santo Domingo 2002” y el “Seminario Sobre la Metropolización de Santo Domingo”, y siendo coherente además con los “Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030”, hemos asumido las pautas emanadas de ellos centradas en “el desarrollo sostenible, el desarrollo económico, el desarrollo social y del medio ambiente”, son las metas deseables en una planificación de desarrollo del
territorio urbano, “promoviendo la solidaridad, la cooperación, las asociaciones eficaces, la cooperación internacional y la solidaridad universal.” (Hábitat II) y en “ fortalecer la resiliencia en las ciudades para reducir el riesgo y el impacto a desastres” como dice la Nueva Agenda Urbana formulada desde Hábitat III.
De otro lado la organización de Ciudades Emergentes y Sostenibles, CES, nos alerta basados en los análisis del Banco Interamericano De Desarrollo, BID, que en la zona de Centro América y del Caribe, 8 de cada 10 personas viven actualmente en las ciudades y que estas, aumentan en un 4.69% anual con tendencia de albergar para el 2030 el 87% de la población viviendo en ciudades.
Basados en estas realidades y de la situación actual y su tendencia en el futuro, la mesa metropolitana plantea las siguientes sugerencias:
1-Visión holistica: de lo general a lo particular;
1.1-Planificación territorial.
Una de las causales más importante en el tema del crecimiento y decrecimiento de las ciudades es la falta de una planificación del territorio, así como la ausencia de una visión de la territorialización de la inversión pública que nos permita el desarrollo local , en particular de ciudades intermedias y en la zona fronteriza donde se da un decrecimiento poblacional producto de la migración interna hacia las grandes ciudades como Santo Domingo y Santiago, en el corredor central y la ciudad de Higüey en la Región Este, produciendo en esas ciudades un crecimiento desordenado y un aumento de la marginalidad y la pobreza.
Por otro lado el deterioro de las condiciones de vida de algunos países vecinos, ha producido flujos migratorios, de orígenes diversos, que llegan a nuestras ciudades, generando al mismo tiempo marginalidad urbana y oportunidades económicas, pero sobre todo generando carencias urbanas y males sociales y de salubridad evidenciados en la invasión de espacios públicos y generando un desplazamiento de los nacionales dominicanos incluso en negocios de altas inversiones como lo son los inmobiliarios, comerciales, restaurantes entre otros.
Creemos que es absolutamente necesario y urgente consolidar el Marco Legal de planificación territorial como instrumento de balance del desarrollo, de equidad social y como espacio de democracia participativa. Es necesario y urgente que el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo de forma urgente logre que se aprueben los Proyectos de Ley Ordenamiento Territorial y Usos de Suelo y la Ley de Regiones Únicas de Planificación de manera de que se conviertan en políticas publicas para, desde las diferentes instancias tanto del Gobierno Central como de los Gobiernos Locales, ejecutar y así poder promover un desarrollo equitativo, balanceado y justo.
Los Municipios deben entender que son la primera línea de planificación y convertirse en ejecutivos territoriales de los mandatos de esa planificación. Así como que todas las sectoriales estatales deberán fortalecer los vínculos territoriales, las interrelaciones entre los mismos para un aprovechamiento adecuado balanceado y sostenible de todos los recursos.
1.2-Del ámbito de la metrópolis
La Metrópolis De Santo Domingo, está conformada por nueve demarcaciones políticas territoriales: Distrito Nacional, Santo Domingo Este, Norte y Oeste, Guerra, Boca Chica, Bajos de Haina, Pedro Brand y Los Alcarrizos.
La directa vinculación de estos territorios, por razones de dependencia en la obtención de servicios urbanos, genera un flujo diario de mas de un millón de habitantes solamente en el Distrito Nacional en constante movilización desde la periferia al centro de servicios. Esta situación se expresa en diversas calamidades analizadas en las diferentes mesas de trabajo del Primer Simposio para La Carta de Santo Domingo, como por ejemplo la irracional concentración de mas de 3 universidades en un área de poco mas de un kilometro cuadrado en el Distrito Nacional que comparte con un centro administrativo gubernamental.
De nuevo la falta de planificación está generando poco a poco fenómenos de conglomeración que van desde la congestión de transito hasta conurbación descontrolada promovida muchas veces por la inversión privada y pública y desde una óptica eminentemente inmobiliaria.
La conurbación descontrolada, fenómeno que han vivido casi todas las ciudades latinoamericanas, es enemiga de la sostenibilidad, es ecófaga, e incubadora de grandes males sociales y de salud pública.
Es inminente la necesidad de actuar sobre cada una de estas unidades de asentamientos humanos para consolidar los centros de servicios existentes y crear nuevas centralidades acorde a su población y la visión de su propio crecimiento, desarrollando sus infraestructuras y equipamientos para lograr, a través una planificación urbana concertada, una descentralización operativa y un desarrollo y crecimiento sostenible.
Dentro de la visión integral metropolitana, es necesario pensar en un desarrollo urbano orientado al transporte (TOD) que genere conexiones tales como trenes de cercanías que permitan un traslado eficaz, que no produzca congestionamiento contaminante y estructure espacios interurbanos dedicados a la producción y/o al balance ecológico compensativo de la ocupación siempre masiva que generan los asentamientos humanos.
Este Desarrollo Orientado al Transporte (TOD) deberá estar apoyado por un sistema de transporte colectivo en el Gran Santo Domingo que sea vinculante, no excluyente y generador de un desarrollo equitativo y sostenible. En ese sentido, la actual circunvalación debe ser vista como una oportunidad para vincular el gran santo domingo y dotar, a los municipios involucrados, de nuevos accesos por sus lados oeste, noroeste, norte, nordeste, y, apoyados en estas nuevas puertas de entrada, restructurar la irracional red vial interna que obliga y concentra la circulación vehicular a transitar terminando todas en la Av. 27 de febrero, convirtiendo a esta en trinchera que divide más que en vía que comunica.
1.3-De ámbito de alcance municipal. Es necesario que los municipios, para lograr las transformaciones necesarias, identifique sus potencialidades no desarrolladas o incorrectamente desarrolladas. lo que esta mal, hay que corregirlo, como el caso de nuestro frente marino, actualmente descuidado, mal desarrollado prácticamente abandonado, sin ninguna visión de futuro, uno de las grandes potencialidades del territorio en cuestión pendiente de desarrollarse a través de la inversión publica y privada; el Rio Haina, sub utilizado solo como puerto, contaminado, sin planes urbanos que lo vinculen a la zona urbana es imposible que alcance su desarrollo; del sistema de los ríos Ozama –Isabela una de las joyas de la naturaleza en todo el ámbito de centro América y del caribe, sin ningún plan de potenciación de esa condición natural.
Es necesario que estas fortalezas territoriales sean parte de un plan de ordenamiento y desarrollo territorial metropolitano que gestione con valentía y decisión, con voluntad ciudadana, y guiadas por una voluntad política comprometida con una visión de ordenamiento territorial y desarrollo sostenible que busque el bienestar de los ciudadanos.
2-Mostrar con el ejemplo.
Es necesario que los Ayuntamientos logren la descentralización de sus atribuciones y sus recursos como indica la ley 176-07 y que en coordinación con las sectoriales del estado implementen acciones ejemplarizantes a través de normativas consensuadas y enmarcadas dentro de una visión compartida de la ciudad que destierren la discrecionalidad que ha permitido la extorsión y la corrupción. Que se desarrollen polígono pilotos en los cuales se apliquen las nuevas normativas. Que se tome un sector, se equipe con las dotaciones de equipamiento urbano, parques, escuelas, edificación de salud, parqueos, que se doten de las infraestructuras tales como plantas de tratamiento, generación de energía, etc, que se expropien los espacios que han de ser de uso colectivo, que se diseñe el desarrollo deseado, que se construyan las aceras y sendas peatonales todo formulado dentro de un plan urbano, que puede ser implementado , haciendo uso de modalidades financieras distintas, por inversionistas locales y extranjeros, para luego convocar a los desarrolladores a que actúen de acuerdo al plan establecido.
Que no se argumente la incapacidad de coordinar con las distintas sectoriales del estado, que los recursos económicos son escasos o inexistentes. La ejecución de proyectos específicos, dentro de un plan urbano, es un tema de Visión y Gerencia , pero sobre todo de capacidad de hacer gestión urbana.
Es necesario un cambio de paradigma en los modelos de planificación urbana que contemple la necesidad de que los ayuntamientos se conviertan en los verdaderos promotores de la ciudad a través de una gestión urbana eficiente tanto física como financiera que establezca las reglas sobre las que actuarían los desarrolladores, tal como sucede en los desarrollos turísticos mas exitosos del país, donde el gestor le da al desarrollador un territorio equipado y unas reglas para la construcción que llegan hasta la definición de tipologías. Así debería administrarse la ciudad siempre en beneficio de sus habitantes.
Recomendaciones puntuales de las mesas de trabajo.
Mesa no. I |transporte
Integrantes: Raúl De Moya, Oscar Monzón, Pablo Bonnelly, Cristóbal Valdez, Jesús D´ Alessandro, Erick Dorrejo, Eloy Daniel, Marcos Martinez | Moderador: Ruddy Arias | Relator: Itamar Mueses
Diagnóstico
Dentro de la dinámica general del crecimiento del Gran Santo Domingo, la ciudad se ha trasformado en una metrópolis enferma, donde se han de notar problemáticas relacionadas con el trasporte, transito, movilidad, agua y electricidad.
La ciudad actual es resultado y producto de la toma de decisiones en nuestro pasado. Las problemáticas en el trasporte y en la movilidad dentro del Gran Santo Domingo pueden ser abordadas desde distintos puntos de vista, donde el tráfico se visualiza como “un cáncer en proceso de metástasis” que parece ser indetenible y que crece con el tiempo.
Santo Domingo sufre numerosas afecciones producto a los problemas de tránsito y trasporte, manifestándose en el tiempo, la productividad, el aumento en los costos y distintos síntomas que afectan al factor humano, tales como: estrés, catástrofes y accidentes, violación de las normas y leyes establecidas, problemas en la salud, entre otras contrariedades que impiden el desarrollo de las actividades propias de los ciudadanos.
La segmentación y la anarquía dentro del sector público en conjunto con las soluciones planteadas por el Estado, no son las más eficientes para la movilización de las grandes masas, pues no dan abasto a las necesidades de estas; dando así cabida al incremento en el uso del trasporte privado que actualmente satura y produce hipertrofia en la ciudad.
Tendencias
• Falta de gestión por los actores políticos y continuidad a las iniciativas.
• Diferencias y problemas de relación entre las instituciones.
• Segmentación e informalidad en el trasporte público.
• Incompatibilidad entre el modelo de trasporte y el modelo de ciudad.
• Estructura en los sectores del trasporte.
• Costo, tiempo, productividad.
• Interconexiones viales y estructuras urbanas rotas.
• Límites naturales como espacios frontera.
• Clasificación y uso de las vías.
• Relaciones metropolitanas e inter urbanas.
• Concentración de los servicios públicos
• Ausencia de regulación.
Recomendaciones:
• Mejora en las interconexiones viales.
• Cambio en la modalidad de trasporte.
• Descongestión de la ciudad, descentralización y creación de multicentros.
• Visión y planteamientos previos al crecientito de la ciudad como base fundamental-
modeladora para la preparación de territorio antes de ser habitado o desarrollado.
• Usos de redes mixtas y la pluralidad en las modalidades de trasporte.
• Restructuración en el urbanismo.
• Circunvalaciones como nuevas formas de acceso a la ciudad para la mejora en la movilidad.
• Planteamientos a cortos plazos que permitan soluciones rápidas y puntuales.
• Integración de elementos que mejoren la calidad de vida del ciudadano.
• Políticas públicas ciudadanas, incorporación y participación de la sociedad en los procesos y el reconocimientos sus derechos y necesidades.
• Creación de plataformas sociales como instrumento para el desarrollo de la ciudad.
• Consideración en los cambios de patrones del clima para el desarrollo de redes de alcantarillado.
• Las universidades como protagonistas sociales para la creación de estrategias.
Mesa no. II | medio ambiente
Integrantes: Constantinos Ph. Saliaris B., Gustavo Luis Moré, Maribel Villalona, Marcos Aviles Blonda, Gilkauris Rojas, Domingo Abreu Collado | Moderador: Layrell Suárez | Relator: Elizabeth D. Sosa J.
Diagnóstico
La mesa de medio ambiente, compuesta por Constantinos Saliaris, Gustavo Luis Moré, Maribel Villalona, Marcos A. Blonda, Gilkauris Rojas, Domingo Abreu Collado con la moderación y relatoría de Layrell Suárez y Elizabeth D. Sosa J. Respectivamente partió de un diagnostico basado en un análisis de la realidad ambiental de la ciudad. Valiéndonos de los insumos proporcionados y enfrentándolos al documento titulado Red de Sistemas Verdes Metropolitanos del Taller Metropolitano de Santo Domingo 2017 se plantearon escenarios posibles y sugerencias.
Inicialmente abordamos el problema de la ley de Medio Ambiente, las deficiencias en el marco legal, la indefinición en términos de reglamentos y las inadecuaciones de la actual legislación ya que la mesa identificó los principales problemas ambientales de la ciudad.
Estos son:
• La situación actual del Río Ozama es el mayor problema ambiental de la ciudad.
• Se identifica como problema ambiental importante la producción de desechos sólidos en Santo Domingo.
• Se hace necesario revisar, corregir y establecer el marco legal que rige la gestión ambiental.
• La preferencia del uso del vehículo privado aparece como elemento generador de problemas ambientales
• La prevalencia del uso del plástico se identificó como generador de contaminación
• El aumento de la superficie dura y la alteración en los patrones de escorrentía de aguas pluviales que esta situación genera.
• Uno de los aspectos más preocupantes que se pudo identificar fue el de la calidad de las aguas subterráneas que se considera comprometida por el uso de pozos filtrantes.
Tendencias
La mesa mostró preocupación ante la tendencia que existe hacia la degradación de los parques urbanos, márgenes de los ríos y zonas del cinturón verde de Santo Domingo. De igual manera identificó y propuso medidas para el problema de los desechos sólidos. De igual manera se determinó como importante un análisis del origen y cuencas de los recursos fluviales. Se hizo énfasis expreso en la identificación de las zonas de mayor densidad de ocupación.
Recomendaciones
La estrategia definida para realizar las propuestas se basó en una visión general a partir de las cuales se definieron líneas de acción general la vez que se identificaron casos particulares que a su vez definen acciones puntuales.
Como propuesta se hizo mención especial del hecho de reconocer la Red de Sistemas Verdes Urbanos como espacio de todos estableciendo acciones físicas que influyan en el sentido de pertenencia de los ciudadanos. Se propuso dar al espacio público la categoría
de bien ambiental y crear acciones puntuales para tales fines. Entre estas acciones están:
• Definir amplitud de aceras, y reclamarlas como espacio público horizontal.
• Establecer proporcionalmente las cubiertas grises y verdes considerando las superficies de infiltración. Las superficies de infiltración son oportunidades para el manejo de las aguas pluviales ante fenómenos naturales, considerando que la ciudad carece de un Sistema de drenaje pluvial eficiente.
Uno de los planteamientos más interesantes de la mesa fue el de las Unidades Urbanas. En esa tendencia se propone a la Ciudad Colonial de santo Domingo como modelo de gestión ambiental. Esto será logrado a través de:
• Organizar y transformar la Ciudad Colonial en un modelo de gestión medioambiental, que funcione como unidad educativa para el aprendizaje vivencial. Para tales fines se propone producir un proyecto cuya gestión y resultados involucre los intereses de diferentes sectores económicos, sociales y políticos, privados y públicos. Un aspecto importante sobre el que se harían propuestas innovadoras sería el de la gestión de residuos sólidos con la implementación de máquinas para la producción de compost a partir de los desechos orgánicos.
Se propone el saneamiento y protección del margen de “los tres ríos” Ozama-Isabela-Haina. Para esos fines:
• Todas las aguas deben ser tratadas antes de llegar al río.
• Establecer sistemas de tratamientos de las aguas, desde plantas de tratamiento industriales y plantas de tratamiento para la ciudad hasta unidades flexibles.
• Establecer las márgenes de los ríos Ozama-Isabela como nueva centralidad y mostrar realidad del paisaje fluvial como herramienta de concienciación
Para una segunda etapa la mesa propone:
• Desarrollar Gazcue como entidad ambiental-urbana-patrimonial.
• Considerar a Arroyo Hondo como sector importante en virtud de su coherencia espacial y la gran cantidad de superficie verde que aun posee.
• Establecer como unidad de análisis el farallón de la ciudad de Santo Domingo en el tramo Av. Luperón – Av. Winston Churchill
• Definir el frente costero de toda la ciudad como un parque litoral en toda su extensión, desde el Haina hasta el Aeropuerto Internacional de las Américas.
Mesa No. III | Vivienda
Integrantes: Michelle Valdez, Susi Gaton, Carmen Reynoso, Omar Rancier, Marcelino Moya, Amin Abel | Moderador: Naila Rodriguez | Relator: Amaya Cruz.
Diagnóstico
La problemática de la vivienda y su deficit en República Dominicana, aquejan al pais en su totalidad, siendo el Gran Santo Domingo un punto neurálgico en las problemáticas de nuestro país. En el area del gran Santo Domingo habitan la suma de casi 4 millones de habitantes (el 40% de la población total, aproximadamente ) con una alta densidad, con condiciones de hacinamiento, generando problemas de movilidad urbana , precarios o insuficientes espacios urbanos, y de otros servicios conexos. A esto se suma la ocupación de viviendas en territorios de riesgo: bordes de los rios, zonas inundables, terrenos accidentados y con condiciones de suelos no aptos para las construcciones actuales.
La mayoría de concentración poblacional se genera diariamente en el área metropolitana, donde la población flotante pudiera estimarse aproximadamente para los días laborables, en la mitad de la población de la ciudad.
En República Dominicana el déficit crece 37,000 por año. El déficit oficial se calcula en 1,400,000 unidades, pero los cálculos realizados por Ciudad Alternativa, Oxfam y Casa Ya, hablan de 1,900,000 a más de 2,000,000 de unidades. Si bien el mayor problema se entiende para las viviendas de interes social, también se aplica la problemática para viviendas de bajo costo y de la clase media.
Imágenes de archivo de las diversas mesas de trabajo y de otros momentos durante las jornadas de redacción de la Carta de Santo Domingo, en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.
Con respecto a las unidades deficitarias, existen puntos de vista distintos entre lo que se considera como déficit de viviendas. Mientras las instituciones Estatales consideran el déficit de un manera cuantitativa, las organizaciones sociales y privadas consideran además el déficit en terminos cualitativos.
La vivienda generalmente es considerada como un ente aislado, y es evidente la ausencia de espacios públicos para la recreación y el ocio como complemento de los servicios de la vivienda en toda la ciudad.
Con respecto a la vivienda social, parte de las políticas establecidas inicia con el desalojo en barrios vulnerables. Esta práctica fomenta el desarraigo y tiene un alto costo social .
En casos de proyectos de intervención existentes se considera que no existe una participación activa de la población y que las soluciones no han sido consensuadas.
Ademas existe falta de comunicación entre las instituciones que intervienen de una manera u otra en las áreas de intervención.
En términos generales se entiende que existe una ausencia de politicas de vivienda y políticas urbana que regule la vivienda en el gran Santo Domingo. Los aportes , a modo de recursos financieros y humanos, se encuentran dispersos . Actualmente los recursos designados por el Estado para la vivienda se asignan con una discriminación politizada. Mientras aparecen recursos para proyectos como los de Urbe y de Ciudad Juan Bosch, el INVI sólo recibió este año como presupuesto 800,000,000.00 que es insuficiente para cubrir el deficit.
Tendencias
Anualmente se construyen aproximadamente unas 15 mil viviendas. La cantidad que se suple es inferior del 50% al incremento anual del deficit de viviendas (unas 37,000 unidades). La tendencia ante las soluciones dadas, es un aumento del déficit año tras año. La asignación de recursos por el Estado hace que el déficit no pueda subsanarse ni en un período de 30 años.
Con la producción de nuevas viviendas en la periferia de la ciudad, sin planificaciones integrales a largo plazo, se promueve que la ciudad siga extendiéndose de manera horizontal. Estas nuevas urbanizaciones se crean lejanos a los centros de trabajo y carentes de servicios de oficinas públicas, generando trayectos de movilización más largos e incrementos del congestionamiento vehicular.
Además, en vacios urbanos en la periferia, adyacentes a nuevos proyectos como ciudad Juan Bosch, la tendencia es hacia la arrabalización.
Ante el crecimiento de la cantidad y/o densidad de viviendas, que no ocurre en la misma proporción para los espacios de recreación y públicos, se genera un detrimento en la calidad de vida .
Tendencia generalizada de crecimiento de la ciudad de manera desorganizada y caótica.
Recomendaciones
El objetivo principal de la propuesta de vivienda se establece la reducción del déficit habitacional.
Como inicio es necesario establecer el concepto de vivienda tras el cual se desarrollan todos las propuestas:
Concepto de vivienda :Se reconoce como vivienda no solo el habitáculo sino la casa más los servicios conexos que construyen la habitabilidad: la salud, la educación, la recreación el trabajo y los servicios básicos de infraestructura (Habitat II, Estambul). Este planteamiento es importante a la hora de establecer el deficit de vivienda.
Para definir realmente el déficit es necesario consensuar los criterios que lo definen, estableciendo claramente las variables a considerar como deficitarias.
Ademas es necesario homologar y transparentar los cálculos del déficit.
Se recomienda que los procesos y metodologías estadísticas sean realizados por las academias en coordinación con instituciones de cooperación internacional para evitar las mediciones comprometidas. De esa manera, en cuanto a estadísticas el Estado dejaría de ser juez y parte.
La planificación políticia, la planificación urbana, el territorio, los recursos, las consideraciones del espacio social se plantean de manera integral y especifica:
Sobre la Planificación politica
Es necesario formular e implementar una Política de Vivienda y politicas urbanas que definan programas de viviendas adecuados.
Actualmente los programas de vivienda son desarrollados por los sectores del Estado y por el sector privado. Se sugiere que los gobiernos municipales en su proceso de descentralización puedan organizar corporaciones municipales para la vivienda. Los programas de construcción de viviendas deberán ser distribuidos en los distintos municipios de manera equilibrada.
Estos programas deberan plantear de acciones a corto plazo, y a escala de barrio/sector, además de las soluciones a mediano y largo plazo.
Cualquier levantamiento, propuesta o programa implementados por una institución del Estado, deberan ser transparentados y sicronizados a las distintas instancias relacionadas, incluyendo la participación comunitaria, con el fin de optimizar los procesos.
Se sugiere ademas la revisión y creación de normas que regulen los aspectos relacionados con la vivienda.
Sobre la planificacion urbana
Es necesario planificar el territorio, de manera integral incluyendo uso del suelo, densidad, movilidad.
Con respecto al territorio se propone un reordenamiento, evaluando a priori los criterios y el establecimiento de zonas de riesgo, vetadas de la construcción de viviendas. Dentro de esas zonas se evaluarían aspectos como los terrenos inundables, terrenos en cañadas, con pendientes inhabitables etc.
Es necesario consignar en la política de vivienda lo está establecido en la Ley 64-00 de Medio Ambiente sobre el traslado de asentamientos en territorios de riesgo. Esto supone además proponer el método de manejo que suponen las reubicaciones en zonas con alto porcentaje de vulnerabilidad.
En cuanto al uso de suelo se propone la descentralización de los servicios públicos, que actualmente se encuentran concentrados solamente en el D.N. como por ejemplo la Universidad. Esto haría que se de dinamize la zona donde se encuentran estos servicios y en consecuencia un mejoramiento de la calidad de la vivienda.
Se propone que la ciudad disminuya su crecimiento horizontal y crezca hacia adentro. Esto se lograria desarrollando proyectos de manera integral, que permita conectar los puntos densificados en la ciudad junto al sistema vial y a los puntos de interacción y servicios del sistema urbano.Las estaciones, accesos al Metro y a cualquier otro sistema de transporte masivo se constituyen en puntos de importancia para esta propuesta.
En cuanto a la densidad se propone un redensificación en la ciudad, para ello deberán plantearse politicas claras de densificación. . No todos los territorios pueden densificarse de la misma manera. Plantear distintos densidades con los distintos aspectos de acuerdo al nivel social.
Se plantea localizar zonas consolidadas dentro de diversos sectores para así proponer un aumento en la densidad de población y poder lograr un porcentaje de reubicaciones dentro del barrio. Para la redensificacion deberán tomarse además en cuenta otros parámetros urbanos como la ocupación del terreno y el índice de edificabilidad.
Sobre la asignación de los recursos
Es necesario una dotación de recursos adecuados para la vivienda y asignados proporcionalmente a las instancias que manejen el sector.
Sobre la implementación de Proyectos sociales
Se plantea la necesidad de no utilizar la práctica del desalojo masivo, sin un soporte social con un sentido de planificación.
Se proponen reubicaciones dentro del sector o barrio, siempre y cuando exista coherencia con la gestión de riesgo. Es necesario proporcionar la calidad de vida en el lugar, lo que incluye un buen manejo ambiental.
La reubicación debe fomentar a la vez espacios públicos, áreas verdes y contar con la participación de la comunidad.
Sobre la construcción social del espacio
Se reconoce la necesidad de implementar no solo programas de interés social sino programas que respondan a las necesidades de la clase media, programas que puedan implementarse en un tiempo adecuado para poder así enfrentar el déficitt habitacional.
Las construcciones de vivienda para subsanar el deficit debe ser masivo e implementar distintas modalidades y distintos planes de financiamiento de acuerdo a los ingresos, para así que personas de bajos ingresos puedan obtener viviendas dignas. Entre estas se encuentran:
• Viviendas nuevas
• Mejoramiento del habitat y el entorno
• Proyectos de lotes y servicios
• Vivienda progresiva
• Autoconstruccion
• Vivienda a travees de cooperativismo solidario
• Viviendas a traves de ONG
Mesa No. IV | facilidades sociales
Integrantes: Cesar Pérez, Ching Ling Ho, Darío Solano, Dilia Leticia
Amor, Pedro Alfonso | Moderador: Munia Cumberbatch | Relator: Alan García Repensar el Gran Santo Domingo implica orientarnos hacia los objetivos pautados por la política internacional de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, de la Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana 2030, Ley 1-12. Específicamente en el eje de cohesión territorial, y otros marcos legales, los cuales incitan al desarrollo de políticas públicas, que impulsen un desarrollo equitativo del territorio nacional en la dotación de servicios en las regiones y municipios menos prósperos.
Los equipamientos deben partir de una planificación holistica, por lo que deben constituirse como referentes fundamentales en los procesos de la planificación urbana, de modo que es necesario conocer estadísticas de necesidades especializadas y puntuales de cada sector, como son, la densidad poblacional y sus características sociales, físicas y culturales, los equipamientos sociales y capacidad de servicio para determinar si existen carencias o concentraciones en el territorio.
Los equipamientos deben ser vistos desde una perspectiva de propiedad colectiva, porque responden a una función de carácter social por lo que cumplen funciones de proveedores de servicios esenciales, que son parte de la construcción de una ciudadanía activa y vida colectiva y por otro lado generar sentido de pertenencia con el territorio e identidad cultural.
Diagnóstico
• Acelerado crecimiento urbano con mayores niveles de exclusión.
• Disminución demográfica en los barrios del Distrito Nacional;
• Aumento acelerado de la periferia donde el terreno es más barato;
• Servicios de calidad acetable se encuentran centralizados en una parte de la metrópolis, provocando el congestionamiento vehicular por el desplazamiento de la periferia hacia el centro
• La división político-administrativa del Gran Santo Domingo no tomó en consideración la distribución de los equipamientos sociales, quedando así la mayoría circunscritos en la región del Distrito Nacional.
Tendencias
• En proporción a ese crecimiento desmesurado no se ha impulsado el desarrollo de una identidad territorial.
• Poca o casi nula generación de espacios urbanos para el aprovechamiento del tiempo libre y ocio del ciudadano, lo que impide que se fundan los procesos dinámicos para la construcción de la ciudadanía.
• Políticas dirigidas a los consumidores donde las infraestructuras se construyen en función a estos, en lugar de proveer un entorno físico donde las personas se proyecten;
• Se diseña para las necesidades inmobiliarias, más que para las necesidades reales del individuo que habita en la metrópolis.
• Confinamos a las personas mayores a espacios carentes de interacciones sociales;
• En las mujeres recae mayormente la responsabilidad sobre el cuidado de los niños y los envejecientes, por lo que les perjudica doblemente la dificultad de accesibilidad a los servicios de educación y salud.
• Ausencia del enfoque cultural en la construcción de la ciudad.
• Carencia de políticas locales con una visión de que la cultura es parte integral para medir del desarrollo humano, afectando a los niños, niñas, adolescentes, personas envejecientes y las mujeres.
• Existen problemas de gestión, en algunos sectores están los equipamientos subutilizados o abandonados.
• Ausencia de políticas públicas y de alianzas público-privadas.
Recomendaciones
• Correspondencia de una distribución espacial homogénea, acorde a la demografía del territorio, con calidad de servicios, tomando en cuenta los ejes de sostenibilidad, accesibilidad e inclusividad (social, igualdad género, cultural), por lo que debe existir una descentralización político-administrativa
Cuando se menciona de distribución espacial homogénea, entendemos que hay dos vertientes:
1. La expansión de la periferia se le debe suplir los servicios acorde a sus necesidades reales.
2. Densificar los sectores donde están decreciendo la población en el centro, por la cercanía que estos tienen con los servicios con capacidad para abastecerlos.
Proyectar espacios donde se fomente la vida social y cultural en el entorno de la vivienda, entendiendo las dinámicas de relaciones del ser humano en diferentes escalas de la vida y agrupaciones del mismo, estudiándolas a nivel social y psicológico.
• En el caso del Gran Santo Domingo:
• Construir nuevas estructuras físicas y edificios,
• Mejoramiento de las infraestructuras ya existentes como una forma de corresponder a la deuda social acumulada con la población metropolitana.
• Es urgente instalar y fortalecer, el desarrollo y ampliación de bibliotecas, parques, escuelas, hospitales, estancias infantiles, centros de desarrollo comunitario y empresarial, equipamientos deportivos, educativos y culturales.
Mesa no. V | actividades productivas
Integrantes: Juan R. Castillo, Mónika Sánchez, Marcos Martínez, Juan Mubarak, Mizoocky Mota | Moderador: Sucre Ferreras | Relator: Niobe Soto
Diagnóstico
Algunos antecedentes importantes a considerar son los documentos suministrados por la Mesa Metropolitana como los resultados del Taller Metropolitano de Santo Domingo (marzo, 2017), y el Plan para el Desarrollo Económico Local del GSD realizado por el MEPyD/Escuela de Gobierno y Transformación Pública Tecnológico de Monterrey (2017), para los fines de consulta. Entendiendo además que la metrópolis se caracteriza por distintas actividades productivas primarias (agropecuaria), secundarias (agro-industrias), terciarias (logística, servicios de comercio, salud, ocio, banca comercial) y cuaternarias (banca internacional, tecnología aplicada, actividades económicas no industrializables).
Premisas de partida
• La dinámica productiva y la dinámica de consumo definen la ciudad. La ciudad habla por sí sola y evidencia lo que necesita.
• La ciudad tiene su propia dinámica de gestión.
Se generaron una serie de enfoques para definir el diagnóstico en cuanto a las actividades productivas en la metrópoli:
Uso de Suelo
Nuestra ciudad es un gran centro de servicios, la mayoría de los desplazamientos ocurren en busca de un servicio, en su mayoría de consumo pero también es imprescindible conocer la dinámica productiva que se desarrolla en la ciudad. Es necesario entender cómo funciona todo el micro comercio que se produce de manera informal, aunque posee un funcionamiento a otra escala, este tipo de comercio genera una micro economía que resulta muchas veces mayor que la formal por que lo que genera un impacto enorme en las áreas productivas y desde el punto de vista espacial y social de la ciudad.
Movilidad
Resulta imposible ver el tema de la productividad sin vincular a la movilidad, ya que los desplazamientos y acciones que se propongan deben de ser coherentes y tener similitud con las propuestas para las áreas productivas. La economía urbana, la economía local poseen una estrecha vinculación con el sistema de transporte.
Actores
Es necesario identificar los roles que desempeñan los actores de las áreas productivas, ya que en la ciudad existe una demanda, hay que identificar esas demandas de manera que
si planteas centros de acopio, se debe hacer que esos productos lleguen a los centros de demanda y plantear un manera coherente de distribución de esos productos. Lograr que el centro vaya en busca de los servicios y no que los servicios vayan al centro.
Gobernanza
Detectar el tipo de relación tanto municipal cómo interregional y ver hasta donde es productiva. Definir el tipo de demanda productiva y la dinámica de consumo y cómo suplirlo. Establecer cuáles son los actores de desarrollo tanto del sector público como privado. Los gobiernos locales deben de tomar en cuenta el efecto periférico de la producción hacia los espacios públicos.
Tendencias
La ciudad es policéntrica desde su condicion inicial y eso se percibe de manera espacial. Santo Domingo (área metropolitana) es una ciudad región estableciendo una continuidad con las provincias Peravia (Baní), San Cristóbal, Monte Plata y San José de Ocoa. Esta propuesta planteada en la Ley de Regiones Únicas de Planificación, del MEPyD como la conformación territorial de la Región Metropolitana incluye la provincia de San Pedro de Macorís.
El sector industrial así como la agricultura debe preservar y ser compatible con el medio natural. La producción debe garantizar la sostenibilidad establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda global 2030, específicamente en los objetivos 9 Industria, Innovación e Infraestructura; 11 Ciudades y Comunidades Sostenibles y 12 Producción y Consumo Responsable, así como la Estrategia Nacional de Desarrollo (END 2030), en sus objetivos generales 2.4 de Cohesión Territorial, 3.1 Economía articulada y ambientalmente sostenible y 3.5 estructura productiva sectorial y territorialmente articulada a la economía global y local.
Gestión Política
¿Cómo se vincula al tema de la gestión política en las áreas productivas? ¿Cómo influencian las decisiones de política partidista en la producción? La ciudad tiene que poner las condiciones para que las personas puedan trabajar y desarrollarse. Conectar los criterios profesionales con el aspecto político resulta fundamental. Una buena gestión política toma las propuestas urbanas y las utiliza como base para materializar sus objetivos. Entender esta dinámica del mercado es necesario para diagnosticar la productividad urbana y metropolitana.
Pero ¿Quién mueve la política partidista de consumo? En sus distintas dimensiones: Los políticos y el sector privado. El sector político por sí solo puede mover una gran parte.
Este tema resulta de suma importancia ya que las actividades que eran encabezadas por el sector privado pasaron a estar en manos del sistema político, que actualmente posee mayor poder económico y que muchas veces no cuentan con los conocimientos específicos en términos de producción y manejo; y por ende genera monopolios de producción y distribución enfermos.
Planificación
Debe haber una planificación regional de la productividad y una gestión del conjunto, tener un objetivo claro qué tipo de ciudad queremos ser (a nivel metropolitano). Esto debe de ir acorde con las fortalezas del territorio. Debe haber un intercambio a nivel regional formalizado que potencialice esa productividad a nivel regional y a nivel del Caribe.
Recomendaciones
• Identificar los problemas en el territorio a través de un estudio de las actividades productivas por sectores.
• Realizar una comparación entre las propuestas a nivel de productividad y a nivel de movilidad.
• Territorializar las actividades que no se encuentren mapeadas, identificar las zonas francas y ubicarlas en el territorio.
• Reubicar del centro de la ciudad los servicios productivos hacia los municipios de la periferia
con la finalidad de descongestionar e incentivar por parte del Estado beneficios fiscales a las empresas productivas para instalarse en la periferia, potencializando la economía de esos territorios y colocando centros de acopio como plantea la propuesta base del Taller de metropolitano (marzo, 2017). Creación de zonas intermedias de abastecimiento entre el centro y la periferia, en este discurso es importante el establecimiento del límite urbano como instrumento de regulación y reglas claras en todas las escalas y fases de producciónconsumo.
• Establecer alianzas público (Gobierno Nacional/Locales)- privadas (Asociaciones Público Privadas – APP’s).
• Establecer una visión regional global a partir de las relaciones comerciales existentes.
• Establecer una normativa que regularice a las industrias en materia de desarrollo sostenible (economía, energía, impacto ambiental, etc.)
• Promover incentivos y fortalecimiento para los sectores industriales, estableciendo una motivación de colaboración entre los sectores público y privado.
• Establecer decisiones de la vialidad, promoviendo mejor conectividad. Debe haber una estrecha interconexión entre los criterios de desarrollo del transporte y la producción, tomando en cuenta las potencialidades de cada territorio, es decir, el potencial que exista de manera integral, el valor agregado del territorio y su conexión interurbana e inter regional.
• Establecer una “normativa para la dinámica de producción y de comercialización informal”, de manera que se pueda medir y generar algún tipo de instrumento que sea capaz de registrar la dinámica de producción informal que genera una gran economía.
• Tanto las actividades agrícolas como las actividades industriales deben estar ubicadas en la periferia y favorecer la ubicación en la zona metropolitana.
• Propiciar la coherencia territorial entre la oferta y demanda de bienes y servicios de la metrópolis.
Plan de acción inmediato
• Identificar actores involucrados en todos los niveles de actuación.
• Identificar los datos que posea el Ministerio de Industria y Comercio y MiPYMES (MICM) para facilitar o realizar un diagnóstico del estatus de las zonas productivas.
• El INTRANT debe facilitar o realizar un diagnóstico sobre la movilidad y el flujo tanto metropolitana como inter regional y su relación con las zonas productivas y sus procesos desde la producción hasta la distribución, para las actividades que aplique.
• Vincular y coordinar las instituciones públicas, privadas y gobiernos locales para establecer la sinergia necesaria para dinamizar los sectores productivos de la metrópolis.
• Facilitar la integración de actores como la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC), Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo y otras Cámaras de comercio activas, para proporcionar datos que faciliten la generación de un informe del estatus de los sectores productores tanto públicos como privados.
Federico Vegas
Hacia los 500 años de Caracas
Decía mi tío Leopoldo, cuando le preguntaban cuántos años tenía, que no lo sabía ni quería saberlo.
—Solo sé cuántos años ya no tengo —agregaba—, de los que tengo por vivir no me atrevo a hacer estimaciones.
Mientras más vivimos más relativo se nos va haciendo el tiempo. Hay veces que parece un soplo, otras un huracán. A veces se pone lento y pesado, como si se arrastrara detrás de nosotros, y al día siguiente nos pasa por encima y sigue de largo.
El tiempo debería ser lo que hacemos con él y no tanto lo que él hace con nosotros. Una buena medida son las obras que realizamos con placer, el amor que compartimos con los demás, ese es el tiempo con el que debemos cumplir, el verdadero cumpleaños. A la vida no se viene a gozar ni a sufrir, pues pareciera que esas metas no están en nuestras manos, venimos al mundo a ser generoso con lo vivido y por vivir.
Más que celebrar los 450 años de Caracas deberíamos prepararnos para sus 500. Bajo las leyes elusivas de la relatividad del tiempo, cinco décadas no son nada para una ciudad. Recuerdo como si fuera anteayer el terremoto del 67 y las fastuosas celebraciones del cuatricentenario. ¿Por qué 500 años son para Caracas tan importantes como para a un joven sus 18? Sucede que las ciudades, como el ave Fénix, tienen el derecho y el deber de renacer, al menos, cada cinco siglos.
El ave Fenix tiene el mismo plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente de una guacamaya, también el fuerte pico y las garras. Cada 500 años lo consume el fuego y luego resurge de sus cenizas con todos sus dones, como el de llorar lágrimas curativas. Ya lo decían los budistas: “el dolor y el sufrimiento son nuestros maestros”.
Cuentan que la guacamaya Fénix vivió en el Jardín de El Paraíso hasta el día que Adán y Eva fueron expulsados. Esa tarde de cambios irreversibles, vino un ángel a desterrarlos y de su espada ardiente surgió una chispa que incendió al inocente pájaro en su nido. Por haber sido la única criatura que se había negado a probar la fruta del bien y del mal, Dios le concedió la capacidad de renacer de sus propias cenizas, convirtiéndose en un símbolo de purificación e inmortalidad.
Cuando siente que le ha llegado la hora de morir, el pájaro Fénix hace un nido con hierbas aromáticas y al tercer día comienza a arder. Una vez que se queman sus carnes, sus huesos son transportados a un lugar llamado la “Ciudad del Sol” y allí son depositados en un altar. Entonces los sacerdotes examinan esos registros del pasado y encuentran qué le estaba sucediendo a Fénix cuando cumplió los quinientos años.
Esto explica que el ave renazca cada vez más sabía y con renovadas ganas de ser feliz y próspera.
¿Qué conclusiones podemos sacar al estudiar los huesos de nuestra ardiente Caracas?
¿Qué propuestas podemos hacer para hacerla más dueña de su futuro y liberarla de las condenas que le imponemos?
Quisiera desarrollar una serie de nueve temas de diferente escala y propósito. Iban a ser diez pero le temo a todo lo que sepa a mandamiento. No pretendo ser exhaustivo ni considero que estas exploraciones apuntan hacia lo más importante y urgente. Sí puedo asegurar que son posibilidades que me atraen y me entusiasman. Unas son más teóricas y a largo plazo, otras son propuestas más pragmáticas que podrían iniciarse hoy mismo, o que han sido perversamente postergadas.
Sobre la vivienda
La vivienda debe ser creadora de ciudad, no su substituto o su negación. El Estado debe propiciar y organizar una trama con óptimas condiciones legales, urbanas y financieras, y los privados construir en ese espacio urbano sometiéndose, en definitiva, al juicio de los usuarios. El Estado no está llamado a adjudicar las viviendas, sino los ciudadanos a adquirirlas en condiciones justas y, por consiguiente, a cuidarlas como algo propio y ganado con su esfuerzo.
Una vivienda sin ciudad nos va convirtiendo en náufragos. El punto de partida y la meta no puede ser lograr una cantidad de viviendas cuyo valor será nulo si, lejos de crear una mejor ciudad, la degradan y empobrecen.
Aristóteles nos ofrece una referencia, o quizás un imperativo: “Por naturaleza, la ciudad es anterior a la casa y a cada uno de nosotros, ya que el conjunto es necesariamente anterior a la parte.”
Hay otro párrafo del mismo filósofo que debe orientar estas relaciones entre la parte y el todo: “La ciudad tiene su origen en la urgencia del vivir, pero subsiste para el vivir bien”.
Boulevard Libertador
La Libertador debe pasar de ser una avenida que hunde automóviles a un boulevard que libera ciudadanos. Hace falta generar contextos que dignifiquen los elementos, y no elementos que destruyan el contexto.
Un ejemplo de la obsesión política por el número de viviendas olvidando el compromiso de hacer una ciudad más digna se ha dado a lo largo de la avenida Libertador, al construir torres de vivienda que no ofrecen más que celdas para habitar, sin ofrecer nada a la calle y el caminante en sus plantas bajas. La falta de una conciencia urbana ha generado una marginalización de la trama existente en el corazón de la ciudad.
La avenida Libertador es hoy una larga fosa que divide la ciudad como una herida, convirtiendo una hendidura de kilómetros en uno de los recorridos más tristes de Caracas. Conquistar ese hundimiento cubriéndolo con un gran bulevar arbolado generará un contexto ideal para renovar la avenida con viviendas, comercios y espacios públicos. En Boston se logró algo similar, con el agravante que tuvieron que empezar por hundir una autopista. Aquí ya nos hicieron el hueco.
El Parque La Carlota
Caracas necesita que le cumplan la mejor de sus promesas. Por alguna perversa ley de compensación, ocurre con absurda frecuencia que los espacios que pueden ofrecernos la mayor felicidad y dicha son sometidos a los mayores absurdos y desidias.
Así ocurre con el actual aeropuerto de La Carlota, llamado a ser el más bello y accesible parque de Caracas y una inmensa plaza donde la ciudad celebre su magnífica naturaleza y comunicación con sus cielos. Esa promesa es hoy el corral de Caracas, el patio trasero de la casa donde se acumula lo que sobra o nadie sabe donde colocar. Allí se da la negación de lo civil, que es el reino de lo militar.
El concurso para diseñar un parque ha sido una de las convocatorias más amplias, democráticas y fructíferas para todos nuestros arquitectos y urbanistas. Los resultados plantearon una visión creadora de la ciudad y una ofrenda grandiosa y vinculante a los caraqueños.
Estas posibilidades fueron saboteadas con un segundo concurso para un centro ferial aislado y un puente, el más abigarrado de todas las autopistas, en el que se ha gastado más que lo se requería para todo el parque.
Legislación urbana
Caracas necesita revisar y actualizar la mejor de sus tradiciones, la más universal y clásica.
El Imperio español realizó una de las gestas pobladoras más eficientes y permanentes en la historia de la humanidad. Me atrevo a decir que fundó más pueblos y ciudades que el Imperio Romano.
De los centros urbanos de nuestro país solo un 6% han sido fundados después de la Independencia. Pareciera que hemos perdido el arte de hacer ciudades al punto que el Estado se concentra solo en hacer viviendas. Y las hace mal.
Las Leyes de Indias, con su propuesta de dameros y plazas, guiaron por más de tres siglos la estructura de nuestras ciudades. A mediados del siglo XX se impuso una normativa de inspiración anglosajona basada en porcentajes de ubicación y construcción, separación de funciones y el aislamiento de las edificaciones. Fue la muerte del urbanismo y el nacimiento de las urbanizaciones. Los pobladores, al haber perdido la tradición que los congregaba, se irían marginando. Los más ricos se aislaron en sus torres aisladas, los más pobres en una red sin trama ni espacios públicos estancada en una eterna provisionalidad. Esta es hoy la imagen fundamental de nuestra ciudad y uno de sus problemas esenciales.
Un sistema de plazas
Lo que es bueno y posible debe repetirse con justicia. Después de varias décadas en que las plazas, lejos de nacer, morían, la alcaldía de Chacao logró hacer en Los Palos Grandes una nueva plaza que resultó ser hermosa, amada por sus vecinos y admirada por todos los caraqueños. Este ejemplo, que se dio en una zona de altos precios, puede y debe reproducirse a lo largo de toda Caracas.
Estableciendo una distancia similar a la que ahora existe entre la Plaza Los Palos Grandes y la de Altamira podríamos ir creando un sistema de remansos y encuentros que vaya tejiendo a la ciudad, dándole identidad y centro a sus partes.
Las plazas no deben ser hechos aislados sino una red que le da sentido y vida a la trama. Tan importante como estar en una plaza es caminar hacia ella, presentirla, desearla.
Un paseo desde Petare hasta Catia
Caminante no hay camino, el camino se hace al andar por la ciudad. En el 2067 el caminante será el gran protagonista de la ciudad y, ya no más, el automóvil. Para lograr esta meta necesitamos de un sistema con una columna vertebral de la cual vayan naciendo ramificaciones y alternativas.
Ya contamos con gran parte de este gran eje. De la plaza Sucre en el casco colonial de Petare bajamos a la Francisco de Miranda, que tendrá aceras aún más esplendidas que las diseñadas en Chacao por Carlos Agell. Pasamos al lado de el Parque del Este, que nos ofrecerá algo más que una cerca de alambre, y del parque de La Estancia, que aportará mucho más que su muro ciego y mezquino. Llegamos a la plaza Altamira y seguimos hasta el final de la Miranda. En la plaza Luis Brion se inicia el boulevard Sabana Grande, luego la Gran Avenida y ya estamos en la plaza Venezuela, centro geográfico de la ciudad. Comienza entonces el Parque Los Caobos, y por entre los Museos de Ciencias y de Bellas Artes llegamos al Parque Vargas. Lo recorremos hasta a la plaza Diego Ibarra, y a través del Centro Simón Bolívar pasamos a la plaza Caracas. Desde
allí vemos a la plaza O’Leary de El Silencio y el parque El Calvario, el más romántico de Caracas. Ya solo falta crear un paseo a lo largo de la avenida Sucre para llegar al parque del Oeste y culminar en el boulevard de Catia, donde podemos desayunar en el mercado, pues esta excursión urbana es para tempraneros.
Según Google Maps el recorrido es de unos 19 kilómetros y nos tomará cuatro horas. Es poco tiempo y longitud para ser la ruta que nos congregará en el civilizado arte de caminar por una ciudad.
La naturaleza
Hay que partir de una acucioso estudio de la historia de nuestro paisajismo y sentar desde ella las bases para el renacimiento de nuestro paraíso, perdido por buscarlo cuando lo teníamos en nuestras narices.
Nuestra legislación urbana debe declarar a la naturaleza protagonista principalísima en el diseño de Caracas. En Túnez una ley establece que ningún edificio será más alto que la palmera más alta. Hay un hermoso ejemplo de esta política en las avenidas de La Florida, las cuales llevan los nombre de sus árboles: “Los Samanes”, “Los Jabillos”, “Las Acacias”. Algunos aún prevalecen sobre los edificios que han ido sustituyendo a las antiguas quintas.
Los paisajistas son considerados los últimos convidados a la fiesta del diseño y están siempre entre los que llegan después, a veces demasiado tarde. Vienen a cumplir con la máxima que establece: “los médicos cubren sus errores con tierra, los arquitectos con hiedra”. El paisajista ha pasado a ser en la ciudad un invitado de relleno, cuando su verdadera vocación es fundacional.
La esencia de la personalidad de Caracas está en su naturaleza. Ella es tan bella y omnipresente que nos adormece. El Ávila, la luz y las brisas nos convierten en alucinados espectadores de profusos dones. Comprender de una vez por todas que en esta ciudad el paisaje es el principal escenario le otorgará a nuestra arquitectura un justo, sereno y clarividente segundo lugar; sólo así nuestro esplendor dejará de ser la causa solapada de nuestra miseria física y espiritual. El paisaje es nuestro principal patrimonio y debe ser nuestro más fecundo matrimonio, la primera y la última referencia. Los paisajistas tienen que plantear las directrices fundamentales de lo urbano y ser los sumos sacerdotes de esta ciudad que se abre desde su valle como una invocación a sus cielos.
El Barrio
Dueño de la quebrada y de las pendientes imposibles constituye una arquitectura más genuina y representativa de nuestra realidad que aquella a la que circunda. Contiene décadas de esfuerzos y la sabiduría de la emergencia.
En las crónicas de los orígenes de Caracas leemos como una ranchería se convirtió en un damero estable bajo los simples principios de Las Leyes de Indias. En un plano de 1775, llamado “Plan de la Ciudad de Caracas, con división de sus barrios”, constatamos que en el origen de Caracas el barrio era la célula fundamental. ¿En que momento pasó a denominar aquello que la ciudad desprecia y abandona a su suerte? Con el tiempo la excepción se ha ido convirtiendo en la regla.
En su libro De la cuadrícula al Aleph: perfil histórico y social de Caracas, Francisco Ferrandiz narra un episodio que revela la distancia que media entre lo que Lefevbre denominó “representaciones del espacio”, o espacio abstracto planificado, y las percepciones y usos de los habitantes de dichos espacios:
Sin duda, la metáfora más idónea del fracaso político y urbanístico del dictador Pérez Jiménez puede encontrarse en el paradójico devenir de una de sus principales intervenciones en el marco de su plan para controlar los barrios. El gobierno encargó al Banco Obrero un estudio cuya finalidad era explorar las posibilidades de crear espacios de vivienda popular de forma masiva para así detener la proliferación de la ciudad informal en los cerros de Caracas, cuyas laderas alojaban, según estimaciones de la época, más de 40.000 ranchos en 1950.
Estos superbloques no consiguieron solucionar el problema. Aún más dramático ha sido lo que se ha generado alrededor de si mismos. Una exacerbación de lo que se pretendía resolver.
Medio siglo después aún se insiste en la misma receta. El Estado no está llamado a hacer viviendas sino a generar las condiciones para que la ciudad nos permita participar en ella, aportando y recibiendo beneficios. Hoy en día no conocemos de qué estamos formados, y quien desconoce la naturaleza de sus partes carece de estructura y no puede comprender su identidad.
Estructura urbana
¿De qué está formada nuestra ciudad, de urbanizaciones, de barrios, de sectores, de parroquias, de alcaldías, de consejos municipales, de comunas? Hasta a la Alcaldía Metropolitana le salió la competencia de otro ente paralelo e inventado llamado “Gobierno del Distrito Capital”.
Propuesta de un sistema de áreas verdes en la solución ganadora del concurso Parque La Carlota
Caracas carece de una estructura coherente conformada por partes de escalas semejantes y adecuadas. El primer plano que definió las unidades que integraban nuestra ciudad es de 1775, el ya citado “Plan de la Ciudad de Caracas, con división de sus barrios”. Nos presenta una ciudad colonial de unas 256 cuadras formado por las parroquias Altagracia, Candelaria, San Pablo, Santa Rosalía y Catedral. Cada una con un centro definido por una plaza y una iglesia. Todas mantienen las mismas proporciones, funciones y leyes de crecimiento que el resto de la trama. Existe una continuidad entre las partes, una homogeneidad, una totalidad donde, al mismo tiempo, el ciudadano encuentra una unidad vecinal donde puede ejercer sus deberes y derechos con un sentido de pertenencia.
El último plano en ofrecer una división homogénea y basada en un mismo criterio fue realizado en 1959 por el presbítero Carlos Rosales, quien trazó los límites de las 68 parroquias eclesiásticas de la Caracas metropolitana. Esta estructura establecida por la iglesia nos ofrece un importante punto de partida y de reflexión. A veces nuestra religión tiene una idea del espacio urbano más sana que la política, por algo es católica, apostólica y romana.
La sutil elegancia de habitar en el Caribe: Casa de Campo, 1970-2000
La primacía del Central Romana
Reseña:
David Peacock / Adolfo Despradel
Oficina de Ingeniería Central Romana
El epígrafe del dibujo en la página anterior reza:
Costasur es una comunidad para el ocio de 7,000 acres, diseñada para reflejar el relajado ambiente caribeño de la República Dominicana. Para apreciar totalmente las vistas y experiencias de Costasur, recomendamos tomar el tour a inicios de su estadía. Los arreglos pueden ser efectuados en la oficina de actividades del hotel.
Master Plan de Casa de Campo c. 1974.
Diseñando el paraiso
Designing paradise
Casa oficial del Administrador
Batey Guaymate
Batey Higueral
Villas CR
Casas de la Costa
En aquel tiempo eran campos de caña, infinitas llanuras pastadas por el ganado y la ausencia, en ese territorio histórico que alguna vez sirvió de escenario a modestos asentamientos prehispánicos, dejando huellas y artefactos que hoy permiten mucho espacio a la imaginación.
Con los siglos el sureste de la isla Hispañola fue lugar de conquistas y poblaciones colonales de débil raigambre en la economía local. Poco esfuerzo hubo que hacer para que sus predios fueran eventualmente reunidos por terratenientes que ya a finales del siglo XIX, de diversas formas lograron concentrar su dominio en grandes extensiones de terreno cultivable para una limitada agricultura, demostrándose particularmente aptos para la cosecha de la caña de azúcar. En diversas localidades del país se produjeron asentamientos productivos dedicados a este rubro, tanto por empresas de capital extranjero como por familias nacionales de gran poder, quienes procedieron a invertir cuantiosas sumas en su infraestructura productiva, enlazando cañaverales por ferrocarriles, funiculares sobre ríos, y construyendo instalaciones para el procesamiento de la caña en centrales azucareros o ingenios, algunos de gran tamaño y sofisticación como el Central Rio Haina, el Central Barahona, o el Central Romana. El inventario es largo y fascinante.
El Central Romana costruyó un admirable asentamiento, no solo una industria. A la usanza de la época, fueron construídos edificios operativos para la Dirección de Ingeniería, la Administración, la Escuela, la Iglesia, el Hospital, asi como viviendas de varios tamaños para el Administrador, los altos ejecutivos, y los empleados privilegiados, edificios que constituyeron un batey de exquisita calidad ambiental y elegantísima arquitectura. Estas construcciones, realizadas a partir del 1916, coincidentes con el inicio de la Ocupación Norteamericana en la República Dominicana del 1916 al 1924, se conservan hoy en dia, y aguardan un estudio de profundidad sobre sus virtudes como pioneras en el diseño de una arquitectura protomoderna de arraigo tropical en el Caribe.
El Central Romana fue administrado por la Porto Rico Sugar Co., antes de ser propiedad de la empresa Gulf + Western Corporation. Casa de Campo se origina como una iniciativa colateral orientada a aprovechar terrenos de poco uso agrícola, destinándose al desarrollo inmobiliario turístico.
Es este batey el que asume el origen de nuestra historia. Casa de Campo, no solo como empresa paralela al negocio del azúcar, sino por la sensibilidad de la actuación de los primeros arquitectos en el desarrollo, hubo de tomar prestada una idea de lugar, el genius loci del batey central, para toda su arquitectura posterior.
Diseñando el paraiso
David Peacock / Adolfo Despradel
“Cada historia tiene tres lados: la tuya…. la mía…. y la verdad. Nadie miente. Los recuerdos compartidos le sirven a cada uno de forma diferente.” – Robert Evans, ex Jefe de Producción de Paramount Pictures.
Muchas personas conocen la historia de Casa de Campo, una parte de ella, o al menos, su versión de cómo empezó. La verdadera historia se ubica entre los testimonios leídos en los medios, las memorias compartidas por los actores que fueron parte de ella y las anécdotas, que aunque a veces conflictivas, ayudan a ilustrar cómo surgió este refugio paradisiaco entre campos de caña de azúcar. Lo que sigue a continuación es un intento de unir los diferentes testimonios y fuentes registrados, obteniendo una narrativa que ilustre el desarrollo de Casa de Campo desde sus orígenes hasta hoy.
En 1975, la Montreal Gazette reportó sobre un nuevo destino de vacaciones: un lugar poco conocido en República Dominicana llamado Casa de Campo. El articulo proclamaba “la creación del más dulce y pequeño complejo de este lado de la montaña Candy Cane,” describiendo un escondite pintoresco envuelto en caña de azúcar y enredaderas; un enclave de exclusividad.
A través de las décadas, con tanta gente eligiendo construir la casa de sus sueños aquí, la Casa de Campo de hoy es un verdadero crisol de estilos arquitectónicos, con pintorescas villas tropicales, grandes residencias estilo plantación, mansiones futuristas y obras maestras originales en madera, todas orgullosamente ocupando su lugar. Sin embargo, estos estilos, aparentemente incongruentes, lejos de restar valor a la estética en general, de alguna manera se anidan uno al lado del otro. Y si bien es casi imposible definir el “estilo de Casa de Campo”, el aspecto y la percepción del resort no sucedió por accidente. Hay ciertos elementos de diseño que cuando se toman juntos parecen característicos, transmitiendo un sentido de unidad y lugar.
Hoy en día, mientras Casa de Campo permanece como el paradigma del lujo, ha crecido hasta convertirse en el resort más completo del Caribe. Pero ¿dónde empezó todo? ¿Cómo un joven refugio en un pueblo de la industria azucarera se convierte en uno de los centros vacacionales más codiciados en el mundo?
Nuestra historia comienza con Álvaro Carta quien para 1964 estaba trabajando en la República Dominicana como ejecutivo de South Porto Rico Sugar Company. Carta, nacido en Cuba, ya tenía ganada una sólida reputación en el mundo de la producción de caña de azúcar y estaba en ese momento sacudiendo las cosas en el enorme ingenio azucarero que la compañía tenía en funcionamiento en La Romana desde el 1914. Carta es recordado con afecto por ser como la dinamita, energético en extremo y nunca quieto. Para muchos que lo conocieron Carta fue un visionario.
Otro excéntrico empresario entra a la escena a principios de los 60, el fundador de Gulf + Western Industries, Inc., Charles Bluhdorn. Apodado el ‘austriaco loco de Wall Street’, Bluhdorn se convirtió en millonario por su propio esfuerzo. Comenzando de a poco, Bluhdorn ya había forjado su nombre en la industria de los repuestos para automóviles, y estaba ahora comenzando a diversificarse adquiriendo diferentes empresas, con lo que ganó notoriedad en todo el país.
En 1964 su empresa comenzó a adquirir acciones gradualmente en la South Porto Rico Sugar Co. y en 1967 el gigante conglomerado de EE. UU. adquiere la compañía. Bluhdorn designó a Carta como Presidente de la nueva división Gulf + Western Américas y Álvaro seguidamente se encontró estando a cargo de su vasta extensión de terreno en la Republica
Dominicana. La tierra era principalmente usada para caña y ganado, pero ciertas parcelas tenían muy poca vegetación para el pastoreo. Pero el visionario Carta vio otra oportunidad, el turismo.
En aquellos días la vida en La Romana se centraba alrededor del ingenio de azúcar. Hasta el nombre de la ciudad estaba conectado al azúcar. Según la leyenda “cuando la caña de azúcar se cultivó por primera vez en gran cantidad…la cosecha llegó aquí en una carreta de bueyes y se pesó en una vieja y gran balanza llamada la ‘romana’. Cuando iniciaban un viaje al pueblo, “los cortadores de caña les informaban a sus compañeros que iban a la romana.”
Por otra parte, el turismo era virtualmente inexistente en el país. Mientras otros destinos en el Caribe habían florecido, afectados por una llegada de aviones llenos de buscadores de sol, la República Dominicana no había despegado de igual forma. Por mucho tiempo era un área vedada para los turistas. ¿Por qué? Porque, “para el turismo se necesita sol, arena, mar y sexo. Los dominicanos tienen todo eso. Pero también se necesita estabilidad” y por un largo tiempo esa “E” adicional faltaba.
Algunos sacudieron sus cabezas con escepticismo ante el plan de Carta, dado que destinos muy bien establecidos en el Caribe estaban luchando para mantener la llegada de los aviones de turistas. Pero Carta estaba imperturbable. Entrevistado en 1971, comentó acerca de su idea de una “Riviera dominicana”, profetizando que “puedo prever un refugio muy grande aquí en 10 años.” Parecía casi mareado sobre los prospectos para el nuevo resort, con “visiones de la Riviera bailando en su cabeza”. Carta quería crear un resort para recordar, exhibiendo la belleza de su país de adopción: “Mantendremos la cultura dominicana; exponiendo el carácter de este país, no será enterrado bajo los sinsentidos tipo Las Vegas y Miami Beach”. Y entonces, con esta visión en mente, Carta y Bluhdorn siguieron adelante con la creación de su nuevo resort.
Un nuevo campo de golf seria la joya indiscutible en la corona de Casa de Campo. Por tanto, en 1969 Carta se acercó al ahora legendario diseñador de campos de golf Pete Dye para construir un campo, “en retrospectiva un golpe brillante.”
Nacido en Urbana, Ohio, Dye había sido vendedor de seguros y un exitoso golfista amateur en Indiana antes de “dejar de lado grandes ingresos” y dedicarse al diseño de campos de golf a mediados de los años treinta. Trabajando junto a su talentosa esposa Alice, Dye ya había comenzado a ganar reputación por convertir un terreno aburrido en campos de golf hermosos pero mortales. En ese momento Dye era famoso por su trabajo en los “duros links de Harbor Town en Hilton Head Island, Carolina del Sur, una parada anual en la gira de la PGA”. Cuando Carta inicialmente se le acercó, estaba ocupado trabajando en un nuevo campo de golf en el resort de John’s Island en Vero Beach, Florida.
“¡De ninguna manera!”, fue aparentemente la respuesta inicial de Dye. Estaba escéptico acerca de construir un campo golf de campeonato en el terreno poco interesante que Carta había seleccionado. Pero Carta persistió: “Álvaro se mantenía llamándome”, recuerda Dye. “Yo nunca había rechazado un trabajo tantas veces.” Eventualmente Dye cedió: “Finalmente calculé, bien, él tiene 300,000 acres, debe haber un campo de golf en algún lugar”.
Poco impresionado con el sitio original propuesto para el campo, Dye hizo un viaje y se topó con la tierra a lo largo de la costa: “El único signo de vida era la alimentación de pollos. La tierra estaba cubierta de maleza espesa, cactus y cocoteros. Pero, a través del follaje, polvoriento y seco debido a la falta de agua, Pete vio los preciosos tonos del mar Caribe “. Y supo que éste era el lugar. La franja de tierra finalmente seleccionada para el nuevo campo de golf tenía a Dye emocionado: “Cuatro millas de tierra en la costa. No podía creerlo “, recuerda Pete, con sus ojos aun brillando”. Con entusiasmo le dijo a Carta: “Creo que aquí puedo construir un campo que atraerá la atención del mundo”.
Los trabajos se comenzaron a finales de la década de 1960. Más de 300 obreros locales fueron reclutados para comenzar la construcción y el campo fue esculpido lenta y minuciosamente durante los próximos 18 meses.
Más o menos al mismo tiempo, en 1969 Gulf + Western abrió una innovadora “zona franca” industrial en las afueras de La Romana. ¿El resultado? Un enjambre de ejecutivos transitorios pasando por la ciudad, todos necesitando de alojamiento adecuado. Por suerte Carta tenía una solución.
El ingenio azucarero del Central Romana también albergaba un complejo residencial para los trabajadores de la fábrica. Las lujosas casas para los ejecutivos bordeaban el mar mientras las construcciones más modestas se ubicaban detrás. En el centro: un club para los empleados, situado en una bella construcción estilo plantación que se remontaba a inicios del 1900. La construcción fue “elegantemente restaurada” en una “pintoresca casa de huéspedes estilo español” para recibir a la creciente cantidad de visitantes. En 1970 abrió al público como Hotel Romana.
Aquellos que tuvieron la suerte de experimentar el resort en esa época comparten recuerdos deliciosamente cálidos del lugar. Pintan una imagen de un estilo de vida verdaderamente seductor: las exquisitas cenas en el bellamente decorado comedor azul; la adrenalina de un juego de polo en la tarde: la “armada de yates” del hotel esperando para llevar a los sibaritas a la playa de Bayahibe.
La casa de huéspedes estaba “localizada entre exuberantes plantas tropicales” con ricos toques de color que emergían de los hibiscos en forma de trompeta. Y mientras el mercurio rondaba los treinta y ocho grados, los “visitantes tomaban cocteles vespertinos alrededor de la piscina cerca del gran bar de techo de paja con vistas al océano.”
“Mantendremos la cultura dominicana; exponiendo el carácter de este país, no será enterrado bajo los sinsentidos tipo Las Vegas y Miami Beach.” – Álvaro Carta hablando en 1971 sobre su visión para Casa de Campo.
A pesar del fuerte y enfermizo aroma que persistía entre el lujo, el aire estaba “lleno de la fragancia de azúcar tostada ya que los molinos humeaban 24 horas al día”, el original hotel demostró ser un éxito. Hasta Carta se sorprende de su éxito: “Ahora es el sitio de moda y vienen a pasar sus fines de semana”. De hecho, fue tan exitoso que se tuvo que agregar una extensión poco tiempo después.
Las nuevas unidades del hotel, que bordeaban cuidadosamente el océano, fueron de los primeros diseños en la isla del arquitecto de Florida William ‘Bill’ Cox. Al frente del reconvertido club de empleados, el edificio de dos pisos se sostuvo con altas columnas negras, con su fachada dominada por un delicado trabajo de enrejado, dándole a la estructura un “ambiente casi del Pacifico”. En otra parte del complejo, “se construyen cabañas como un broche espectacular”. Estas también surgen de la mesa de dibujo de Bill Cox, pero como las imágenes muestran aquí, estas viviendas no eran casas típicas dominicanas – Cox prefirió el
estilo Ponderosa, aunque una interpretación local del mismo utilizando materiales fácilmente disponibles. El resultado fue una especie de hibrido. Las estructuras llevaban ciertas marcas de la arquitectura del Caribe: amplios balcones; terrazas abiertas, aleros generosos, pero las casas tenían realmente más ADN de norteamericanas. Levantándose del suelo, faltaban los colores brillantes y vívidos y los detalles religiosos que podrían esperarse en una vivienda dominicana tradicional. En su lugar, lucían una paleta de colores más apagados y techos de fibras de concreto corrugado. Esto le dio a toda el área un estilo particular; una tipología propia y una que se reconocía como de la empresa.
Mientras tanto, el trabajo en el campo de golf estaba en marcha. El campo finalmente estuvo listo para jugar en el otoño de 1971 y, cuando se comparaba con el telón de fondo del brillante océano azul verdoso, no había otro campo como este. Los informes elogiaron los siete hoyos espectaculares que bordean el mar, haciendo de esta una experiencia inolvidable, por no mencionar un desafío para los entusiastas golfistas. Como lo dijo un reportero, “un drive con impulso significa una bola que alimenta a ese gran pozo de agua, el Mar Caribe”. Artículos periodísticos describían calles bordeadas de arboles de naranjas y toronjas; un campo “lujosamente diseñado” con árboles de uvas de playa, almendra, teca y cajuiles. De hecho, fueron los muchos árboles de cajuil en el área que prestaron al campo su nombre original, Campo de Golf Cajuiles; solo que más tarde se cambiaría el nombre al inconfundible “Dientes de perro”. De acuerdo con una leyenda de la Casa, Dye había escuchado a los trabajadores locales referirse a la roca de coral irregular como “dientes de perro” (“teeth of the dog” en español). Dye sugirió el cambio a Carta y el nombre pegó.
Dado el éxito del Hotel Romana, la compañía decide invertir en sus actividades turísticas a una mayor escala y, en 1972 se comienzan los trabajos para un nuevo hotel junto al campo de golf. ¿El hombre encargado de llevar la visión a la realidad? Bill Cox.
Sin duda Cox estaba influenciado por las edificaciones en el Central Romana, pero él no replicó simplemente la tipología de la compañía. Él la tomó y la amplificó – en términos de espacio, diseño y materiales: proporciones más grandes, interiores en madera oscura, materiales de alta calidad, todos le dieron a ‘Casa” una sensación de mucho lujo.
Las habitaciones estándar del “hotel estilo country” de Cox fueron construidas en ‘casitas’ bajas, bloques de dos pisos conteniendo un clúster de 8 a 10 habitaciones, dispuestas informalmente alrededor del complejo principal. Los techos de tejas naranja y las paredes de estuco blancas de textura rugosa se convirtieron en la característica del nuevo resort, dando a Casa de Campo un “look latino”, según un reportero de The New York Times
Pero había más que solo una sensación ‘latina’ en el lugar. Ciertas estructuras eran indudablemente tropicales. Las grandes estructuras de madera del lobby central de Cox incluían un “comedor interior- exterior” donde” la cena es servida en un salón con techo de gran altura decorado con una carpa hindú de muchos colores”. Y en el centro del hotel, el famoso bar ‘La Caña’, alojado en una pagoda de dos pisos con techo de paja y sus paredes abiertas a los elementos. El bar descansaba majestuosamente con vistas a la piscina del hotel, con el imponente techo de paja yuxtapuesto con las tejas naranja de las dispersas casitas. La “pequeña villa de seis edificios”, en conjunto con las estructuras de madera más grandes, ofrecían un cierto aire de elegancia.
Agregando a la opulencia, el famoso diseñador dominicano Oscar de la Renta fue traído por Carta para ayudar a definir el aspecto del resort. De La Renta añadió “toques de estilo” por todo el complejo trabajando su magia desde los interiores hasta los uniformes de las mucamas. Era evidente que la compañía ya no tenía su vista puesta solo en los ejecutivos transitorios; estaban listos para dar la bienvenida al Jet Set.
El Hotel Casa de Campo abrió sus puertas en 1974. Un reportero lo llamo “el hotel … que no parece un hotel para nada”. ¿Por qué? “Porque este no es un edificio de muchos pisos, de nivel a nivel, balcón sobre balcón, una pajarera estilo Honolulu de oropel y cromo”. El plan de Carta fue un éxito. Su visión, junto a la influencia del diseño de Cox, significó que la ‘Casa’ ya tenía un carácter distintivo propio. Casa de Campo había nacido.
Designing paradise
David Peacock / Adolfo Despradel
“There are three sides to every story: yours...mine...and the truth. No one is lying. Memories shared serve each differently.”
– Robert Evans, former Head of Production at Paramount Pictures.
Many people know the history of Casa de Campo, a part of it, or at the very least their version of how this world-class resort came to be. The real story lies somewhere between the accounts read in the media, the memories shared by the players who have been part of it, and the anecdotes that–while at times conflicting–help illustrate how a paradise retreat emerged amidst sugar cane fields. What follows is an attempt to stitch together the various accounts and sources on record, weaving together a narrative that illustrates the development of Casa de Campo from its origins, through to today.
world-class resort came to be. The real story lies somewhere between the accounts read in the media, the memories shared by the players who have been part of it, and the anecdotes that–while at times conflicting–help illustrate how a paradise retreat emerged amidst sugar cane fields. What follows is an attempt to stitch together the various accounts and sources on record, weaving together a narrative that illustrates the development of Casa de Campo from its origins, through to today.
In 1975, the Montreal Gazette reported on a new vacation destination; a little-known place in the Dominican Republic, called Casa de Campo. The article heralded “the creation of the sweetest little resort this side of Candy Cane Mountain,” describing a picturesque hideaway enveloped by sugar cane and morn- ing glory; an enclave of exclusivity.
Through the decades, with so many people choosing to build their dream home here, today’s Casa de Campo is a true melting pot of architectural styles, with quaint, tropical villas, grand, plantation-style residences, futuristic mansions, and original wooden masterpieces, all sitting proudly in place. Yet, these seemingly incongruent styles - far from detracting from the overall aesthetic – somehow nestle neatly alongside each other. And while it is almost impossible to define the ‘Casa de Campo style’, the overall look and feel of the resort did not happen by accident. There are certain design elements that, when taken together, seem characteristic, conveying a sense of unity and place.
Today, while Casa de Campo remains the epitome of luxury, it has grown to become the most complete resort in the Caribbean. But, where did it all begin? How did a fledg- ling retreat in an industrial sugar mill town become one of the most sought-after resorts in the world? Our story starts with Álvaro Carta who, by 1964, was working in the Dominican Republic as an executive of the South Porto Rico Sugar Company. Cuban-born Carta had already earned a strong reputation in the world of sugar production, and was now shaking things up at the company’s mam- moth sugar mill that had been churning away in La Romana since 1914. Carta is fondly re- membered as being like dynamite – extreme- ly energetic and never sitting still. To many who knew him, he was a visionary.
Another eccentric businessman entered the scene in the early 1960s - Founder of Gulf + Western Industries, Inc., Charles Bluhdorn. Dubbed the ‘Mad Austrian of Wall Street’, Bluhdorn was a self-made millionaire. Starting small, Bluhdorn had already carved out a name for himself in the car parts industry, and was now starting to diversify, acquiring a whole host of different companies, thereby gaining notoriety across the entire country.
In 1964 his firm started gradually acquiring stock in South Porto Rico Sugar Co. and in 1967, the giant US conglomerate took over the company. Bluhdorn appointed Carta as President of the new Gulf + Western Americas division, and Álvaro subsequently found himself in charge
of their vast acreage in the Dominican Republic. The land was mainly used for cane and cattle, but certain parcels of it were too dry to grow sugar cane, and too sparsely vegetated for grazing cattle. Visionary Carta, however, saw another opportunity – Tourism.
In those days, life in La Romana mostly centered around the sugar mill. Even the town’s name was linked to sugar: Legend has it that “when sugarcane was first grown in quantity... the crop came here by oxcart and was weighed on a huge old balance scale called a ‘romana’”. When they embarked on a journey to the town, “cane cutters would inform fellow workers that they were going to la romana.”
Tourism, meanwhile, was virtually non-exis- tent in the country. While other Caribbean desti- nations had flourished, weighed down by an in- flux of jets filled with sun-seekers, the Dominican Republic had not taken off in the same way. For a long while, it was a ‘no go’ area for tourists. Why? Well, “for tourism you need sun, sand, sea and sex. The Dominicans have all these. But you also need stability.” And for a long time, that ad- ditional “S” had been lacking.
Some shook their heads in disbelief at Carta’s plan, given that even well-established Caribbean destinations were struggling to keep the tourist jets floating in. But Carta was un- perturbed. Interviewed in 1971, he raved about his idea for a ‘Dominican Riviera’, prophesy- ing that, “I could foresee a very huge hideaway here in 10 years.” He seemed almost dizzy about the prospects for the new resort, with “vi- sions of the Riviera dancing in his head.”Carta wanted to create a resort to remember, show- casing the beauty of his adopted home: “We will retain the Dominican culture; the character of this country will be exposed, not buried un- der some kind of Las Vegas-Miami Beach non- sense.” And so, with this vision in mind, Carta and Bluhdorn pressed ahead with the creation of their new resort.
A new golf course was to be the undis- puted jewel in Casa de Campo’s crown. So in 1969, Carta approached (the now legend- ary) golf course designer, Pete Dye, to build a course –“in hindsight, a stroke of brilliance.”
Originally from Urbana, Ohio, Dye had been an insurance salesman – and a successful amateur golfer – in Indiana, before he “tossed aside a fat income” and turned to golf course design in his mid-Thirties. Working alongside his talented wife Alice, Dye had already started to gain a reputation for converting dull ground into beautiful but deadly courses. At the time, Dye was famed for his work on the “tough Harbor Town links at Hilton Head Island, South Carolina – an annual stop on the PGA tour”. He was busy working on a new golf course at the John’s Island resort in Vero Beach, Florida, when Carta initially approached him.
“No way!”, was apparently Dye’s initial re- sponse. He was skeptical about building a championship course on the uninteresting ter- rain Carta had selected. But Carta persisted: “Álvaro kept calling me back,” Dye recalled. “Never before had I turned down one job so many times.” Eventually, Dye relented: “Finally, I figured, ‘Well, he’s got 300,000 acres, there must be a golf course out there somewhere.” The rest, as they say, is history.
Unimpressed with the original proposed site for the course, Dye took a trip and chanced upon the land along the coastline: “The only sign of life was foraging chickens. The land was covered with thick underbrush, cactus and coconut trees. But, through the foliage, dusty and dry from lack of water, Pete spotted the gorgeous hues of the Caribbean Sea.” He knew that this was the spot.
The stretch of land ultimately selected for the new golf course had Dye excited: “Four miles of land right on the coast. I couldn’t believe it,” Pete recalls, his eyes still sparkling.’ He excitedly told Carta, “I think I can build a course here that will draw the attention of the world.’”
In the late 1960s, they started work. More than 300 local laborers were drafted in to begin construction and the course was slowly and painstakingly carved out over the next 18 months.
Around the same time, in 1969, Gulf + Western opened an inno- vative industrial ‘free zone’ just outside La Romana. The result? A swarm of transient ex- ecutives passing through the town, all of whom were in need of adequate accommodation. Luckily, Carta had a solution.
Central Romana’s sugar mill was also home to a residential complex for factory work- ers. The lavish homes for executives lined the seafront, while more modest constructions sat behind. In the center: a club for employees, housed in a beautiful plantation-style building dating back to the early 1900s. The building was “handsomely refurbished” into a “picturesque, Spanish-style guest house” to welcome the growing number of visitors. In 1970, it opened to the public as the Hotel Romana.
Those who were lucky enough to experi- ence the resort at that time share deliciously warm memories of the place. They paint a pic- ture of a truly seductive lifestyle: the exquisite dinners in the beautifully decorated blue dining room; the rush of an afternoon polo match; the hotel’s “armada of yachts” waiting to whisk pleasure-seekers off to Bayahibe beach.
The guesthouse was “located amidst lush tropical plantings” with rich splashes of color erupting from the trumpet-shaped hibiscus. And while the mercury hovered in the mideighties, “visitors sipped afternoon cocktails by the pool near the large thatched roof bar overlooking the ocean.”
“We will retain the Dominican culture; the character of the country will be exposed, not buried under some kind of Las Vegas-Miami Beach nonsense.” – Álvaro Carta speaking in 1971 on his vision for Casa de Campo.
Despite the thick, sickly scent that lingered among the luxury – for the air was “filled with the fragrance of toasted sugar as the mill steams away 24 hours a day” – the original hotel proved to be a hit. Even Carta was surprised by its success: “Now, already it’s the In place and they are coming to spend their weekends.” It was so successful, in fact, that an extension had to be added shortly after.
The new hotel units, which neatly skirted the ocean, were to be the first designs on the island by Florida architect, William ‘Bill’ Cox. Fronting the converted employees’ club, the two-story building was propped up by tall black pillars, its façade dominated by delicate slatted trellis work, lending the structures an almost “Pacific vibe.”
Elsewhere in the complex, “cottages were being built at astonishing clip”. These too sprang from the drawing board of Bill Cox but, as the images here show, these dwellings were not typical Dominican homes. - Cox favored the Ponderosa-style, albeit a local interpreta- tion thereof, using readily available materials. The result was a kind of hybrid. The structures
carried certain hallmarks of Caribbean archi- tecture: wide verandas; open terraces; generous eaves, but the homes were actually more North American in their DNA. Lifted off the ground, lacking were the bright, vivid colors, and the religious details you might expect to find in a traditional Dominican dwelling. In their place, a more muted color palette and corrugated concrete fiber roofs. This lent the whole area a particular style; a typology of its own – and one that you recognize as the company’s.
Meanwhile, work on the golf course was well underway. The course was finally ready for play in the fall of 1971 and, when set against the backdrop of the sparkling blue-green ocean, there was no other course quite like it. Reports lauded the seven spectacular holes skirting the sea, making this an unforgettable – not to mention challenging - experience for enthusiastic golfers. As one reporter put it, “a shanked drive means a ball fed to that great water hole, the Caribbean Sea.”
Newspaper articles described fairways lined with lemon and grapefruit trees; a course “luxuriously landscaped” with sea grape, almond, teak and cashew. Indeed, it was the many cashew trees (cajuiles) in the area that lent the course its original name, Campo de Golf Cajuiles; only later would the name be changed to the unmistakable ‘Teeth of the Dog’. According to the Casa legend, Dye had heard the local workers referring to the jagged coral rock as ‘dientes del perro’ (‘teeth of the dog’ in Spanish). Dye suggested the change to Carta and the name stuck.
Given the success of Hotel Romana, the company decided to invest in its tourism activi- ties on a greater scale and, in 1972, work be- gan on a new hotel alongside the golf course. The man tasked with making the vision come to life? Bill Cox.
Cox was no doubt influenced by the build- ings at Central Romana, but he didn’t simply replicate the company’s typology. He took it and amplified it – in terms of space, design, and materials: Larger proportions, dark wood interiors, high quality materials, all gave ‘Casa’ a very luxurious feel.
The standard rooms of Cox’s “country- style hotel” were built in low-rise ‘casitas’ - two- story blocks containing clusters of 8 to 10 hotel rooms – set informally around the main com- plex. The orange roof tiles and rough-textured, white stucco walls became characteristic of the new resort, giving Casa de Campo “a Latin look”, according to a New York Times reporter.
But there was more than just a ‘Latin’ feel to the place. Certain structures were unde- niably tropical. Cox’s large wooden struc- tures of the central lobby area featured an “indoor-outdoor dining room,” where “dinner is served in a high-ceiling salon decorated with an Indian tent of many colors.” And, at the heart of the hotel, the famous ‘La Caña’ bar, housed in a two-story, thatched-roof pa- goda, its walls open to the elements. The bar sat majestically overlooking the hotel’s pool, the imposing thatched roof juxtaposed with the orange tiles of the scattered casitas. The “little six-building village”, married with the larger wooden structures, offered a certain air of elegance.
Adding to the opulence, world-famous Dominican designer, Oscar de la Renta, had been brought in by Carta to help give the re- sort its look. De La Renta added “touches of style” throughout the complex, working his magic from the interiors to the maids’ uniforms. It was evident that the company no longer had its sights set just on transient executives; they were getting ready to welcome the Jet Set.
In 1974, Hotel Casa de Campo opened its doors. One reporter called it “the hotel...that is not like a hotel at all.” Why? “For this is no high rise, tier upon tier, balcony upon balcony, tin- sel and chrome Honolulu style rookery.” Carta’s plan had been a success. His vision, together with Cox’s design influence, meant that ‘Casa’ already had a distinct character all of its own. Casa de Campo was born.
Casa oficial del Administrador
Oficina de Ingeniería Central Romana
Casa oficial del Administrador
Oficina de Ingeniería Central Romana
Todo tiene un principio y podemos decir, sin temor a equivocarnos que los inicios de la arquitectura de Casa de Campo están en la arquitectura azucarera del Central Romana de la que Casa Oficial es un ejemplo paradigmático.
Construida en las primeras décadas del siglo XX Casa Oficial ha sido la residencia del administrador general del Central Romana. Se trata de una casa con un esquema estructural de muros de carga en piedra. El sistema estructural determina la cualidad espacial de esta pues se trata de una edificación de estancias reducidas y espacios que se conectan a través de puertas. Como sucede con la arquitectura caribeña de esa época el espacio se hace fluido y abierto en la terraza que funge como ambiente intermedio entre el interior y el exterior.
La vivienda ha sido remozada a lo largo de sus cien años o más de existencia y aún hoy cumple su función original.
Si se analiza la arquitectura de Casa de Campo no será difícil encontrar la relación entre esa primera arquitectura del azúcar y la del enclave turístico. No en balde una cosa trajo la otra.
Batey Guaymate
Oficina de Ingeniería Central Romana
Batey Guaymate
Batey Higueral
Oficina de Ingeniería Central Romana
Casas de la Costa
Oficina de Ingeniería Central Romana
Casas de la Costa
Oficina de Ingeniería Central Romana
Reseña:
David Peacoc k / Adolfo Despradel
Entrevista:
Gustavo Luis Moré
Entrevista:
Gustavo Luis Moré
Entrevista:
Adolfo Despradel
William Cox
William Cox
Rafael Selman
William Cox
William Cox / Benjamín Paiewonsky
William Cox
William Co x / Jorge Porto
William Cox
William Cox
Ernesto -Cuquito- Armenteros
William Cox / Andrés Sánchez y César Curiel
William Cox y los gestos pioneros de la arquitectura en Casa de Campo
Elegancia Descalza
Barefoot elegance
Dominique Bluhdorn y Ariela Storniolo
Sr. Alfonso Paniagua
William -Bill- Cox y el espíritu del lugar
Club de la Costa. Antiguo Hotel La Romana
Hotel de Casa de Campo
Salón Flamboyán, Hotel Casa de Campo
Punta Aguila 33 Casa Grande
La Favorita, Punta Aguila 31/32 - 30
Punta Aguila 9
Punta Aguila 15-16
Golf Villa, primera etapa
Modelo típico
Golf Villa VIII
Golf villa 96
Una de las estrategias más eficaces de todo el desarrollo de Casa de Campo, fue la elección de sus tempranos diseñadores, los que reunieron no tan solo la capacidad técnica y artística para lograr un lugar operativamente exitoso, sino la visión y el criterio para dotar de una especial magia sus respectivas creaciones.
Tal y como señalan la Sra. Dominique Bluhdorn y el Sr. Alfonso Paniagua en las entrevistas que gentilmente brindaron a AAA, la elección de Pete Dye como diseñador del primer campo de golf, el famosísimo Diente de Perro, y de William Cox, autor de las primeras iniciativas hospitalarias -el Hotel Romana y el Casa de Campo- así como las villas pioneras del proyecto, ambos involucrados por Alvaro Carta, demostró ser una elección más que propia, verdaderamente inspiradora.
Aquí presentamos, por primera vez, una selección exhaustiva de los proyectos iniciales de ambos. Cox, todavía activo en su despacho de la Florida, nos ha permitido una entrevista, realizada por Adolfo Despradel para esta edición, que complementa la historia oficial con divertidas y sorprendentes anécdotas. Su obra es conservada en buena medida, a pesar de las modificaciones y anexos sucesivos a las mismas. Algunas se han perdido. Hemos hecho todo lo posible por recordar y documentar las mismas. Agradecemos también la gentileza de la Sra. Ariela Storniolo, quien ha realizado innumerables proyectos de interiores en muchas de estas obras de Cox, y ha podido servir como memoria viva del proceso que ha seguido este célebre inventario.
Elegancia descalza
David Peacock / Adolfo Despradel
“El lujo de tener una casa de playa …. es poder caminar descalzo hacia la sala sin la preocupación de que tu traje de baño esté mojado.” – Françoise de la Renta comentando en 1974 sobre la villa de la pareja en Casa de Campo.
Desde el principio, Casa de Campo fue más que un hotel. El resort original fue la idea del ejecutivo de Gulf + Western Álvaro Carta, quien tuvo la visión de crear una ‘Riviera Dominicana’. La idea ganó el respaldo del presidente de Gulf + Western Charles Bluhdorn, y no pasó mucho tiempo para que el lugar también ganara su corazón. ‘Casa’ abrió sus puertas en 1974 y rápidamente se convirtió en un paraíso hedonista, completado con una pista de aterrizaje privada, campo de golf, y por supuesto, lujosas residencias construidas en la costa. Aquí continuamos adentrándonos en el pasado dando un vistazo a algunas de las primeras residencias en este exclusivo enclave de Bluhdorn.
La vida en el trópico es intensa: la luz del sol que golpea desde los altos; el calor que pega y se aferra y entra bajo tu piel; la lluvia que cae desde el cielo en enormes aguaceros. Para resistir estos elementos, aquí las construcciones sencillamente debían ser diferentes a aquellas en cualquier otro lugar en el mundo.
De hecho, muchas de las características más impresionantes de la arquitectura caribeña surgen de los problemas planteados por vivir en tales condiciones. La importancia de la sombra, por ejemplo, ha llevado a la adopción de numerosos aleros, protegiendo las ventanas de la brillante luz solar, lo que ha significado que profundos y envolventes porches y patios se convirtieran en espacios arquitectónicos claves en el diseño local. Para proteger de las fuertes lluvias, a menudo las construcciones tienen techos a dos aguas, dando a las casas techos elevados y espaciosos. Y la maximización de la ventilación es otra preocupación crucial que condujo al uso de ventanas y puertas con rejillas de ventilación, permitiendo el paso del aire a través de la propiedad preservando la privacidad.
Todas estas características pueden encontrase, al menos en cierto grado en muchas casas en Casa de Campo. Pero en las primeras casas, aunque tenían esos sellos de ‘arquitectura tropical’, existía algo por encima y más allá que daban a Casa su propio estilo particular.
“Dino De Laurentiis...estaba por unirse a la colonia de gente hermosa a la orilla de la mar iniciada por Oscar de la Renta.” Opinión de un escritor de viajes sobre Casa de Campo en 1983.
Esto se debió en gran medida a la interacción entre dos figuras claves: el arquitecto de la Florida Bill Cox y el diseñador dominicano Oscar de la Renta. Cox fue encargado del diseño del nuevo Hotel Casa de Campo, así como de las villas de golf y de las primeras residencias en Punta Águila, una de las primeras áreas a ser desarrolladas. Mientras tanto, De la Renta fue traído por Carta para darle al nuevo resort su propia ‘imagen y estilo’, poniendo su ojo artístico sobre todas las cosas, desde el diseño de interiores hasta los uniformes de las mucamas.
De acuerdo con aquellos que trabajaron de cerca con ellos, los dos hombres eran testarudos, y cada uno era muy particular sobre su propia visión para el nuevo resort. Quizás fue esta tensión y ocasional antagonismo entre Cox y De La Renta lo que resultó en este particular y único fruto, con importantes ingredientes de cada uno. Cox tenía experiencia previa en el diseño de edificios de madera a gran escala al estilo Ponderosa. De La Renta, por otro lado, marcó el comienzo del “ambiente del Pacífico Sur”, teniendo en cuenta la idea de que como se está expuesto al sol brillante todo el día, la casa debería estar más oscura en su interior. Estos elementos se integraron en el ADN de la casa original de Casa de Campo, lo que les dio a algunos lugares una cualidad casi etérea.
También aquí el estilo de vida tuvo una gran influencia en la arquitectura. Los habitantes de climas cálidos y húmedos tienden a preferir pasar mucho de su tiempo en las afueras de sus casas, y sus viviendas lo reflejan. Anchas terrazas y verandas les permiten a los habitantes disfrutar de la belleza natural del entorno, mientras que los espacios abiertos y fluyentes habitaciones trabajan en conjunto para mezclar el exterior con el interior, extendiendo perfectamente los espacios de jardín a la propia casa. Las primeras comunidades de la Casa acogieron una era a la que los primeros residentes se refieren curiosamente como ‘elegancia descalza’.
Un perfecto ejemplo era la propia residencia de Bluhdorn, La Favorita, que se posaba sobre la línea costera de Punta Águila, una de las primeras áreas a ser desarrollada. Desde el momento que pisabas el lote frente al mar te transportabas a otro mundo.
Al comienzo te sorprendes con la gran simplicidad de un camino de ladrillos rústicos que serpentean hacia la entrada; los tonos tierra de los ladrillos yuxtapuestos con los ricos verdes de la exuberante vegetación se derraman suavemente sobre el camino. La combinación otorga a la propiedad una ‘sensación de jungla’, muy típica de la antigua Casa de Campo. Pasas a través del follaje hacia una pared de piedra aparentemente envejecida que recuerda a las de Altos de Chavón, alojando la pesada puerta de entrada en madera, y entras a un jardín cuidadosamente diseñado, llenos de buganvillas y jazmín, a medida que te acercas a la casa.
“Es como una tierra de fantasía para adultos sin casi ningún recordatorio del crudo mundo exterior.”
Reseña de Casa de Campo en el New York Times en 1986.
En su forma original, La Favorita se podría haber considerado una construcción bastante modesta. El arquitecto Bill Cox diseñó una impresionante estructura de un solo piso construida enteramente de madera. Como otras antiguas estructuras en Casa de Campo, La Favorita fue construida en el estilo Ponderosa, pero con una impresión distintiva del Lejano Oriente, con sus oscuros interiores contrastando grandemente con el brillante sol a las afueras de las puertas.
Como muchas de las primeras casas aquí, La Favorita ha sido remodelada a través de las décadas, pero aún mantiene su sentido original. En el salón principal, la oscura madera te envuelve embriagando con su perfume todo alrededor. A un lado, las paredes están abiertas a los elementos, bebiendo de la intoxicante vista del azul brillante del Mar Caribe; en el otro, la luz se filtra suavemente a través de un banco de ventanas con rejillas, lo que permite vislumbrar los vibrantes jardines tropicales que rondan en el exterior. El uso de esas ventanas y puertas con rejillas es una característica clave de la arquitectura caribeña, permitiendo que entre la luz, igual que como la luz cae a través de las hojas de una palma, el arte imitando la naturaleza. Nada se compara con la sensación de tomarte una fría bebida a la sombra de una terraza con vistas al océano
con una brisa fresca entrando suavemente.
A corta distancia de La Favorita, Bluhdorn también construyó una propiedad más grande que serviría como casa de huéspedes para los muchos ejecutivos de Gulf + Western que visitaban. La bien llamada Casa Grande era un extenso complejo de lujosas ‘casitas’ de madera de bajo nivel, ubicadas en medio de verdes jardines y conectadas por caminos sinuosos. Architectural Digest describió el complejo en sí como una “elegancia tropical subestimada”, tal vez una buena manera de definir todo Casa de Campo en sus inicios.
Intricados senderos unian las diferentes estructuras, todas descansando entre el exuberante paisaje verde, con sus techos inclinados asomando entre las palmeras. Los ricos tonos de las estructuras de madera pulida servían para destacar la apertura de la propiedad, creada por la gran terraza y espacios abiertos que conectaban el complejo.
“Decidimos que una casa en la arena, rodeada de aguas azules, debía ser fresca y tenue en su interior.”
Françoise de la Renta sobre la filosofía del diseño detrás de Casa de Madera.
Lo único que no encajaba con la escena de una imagen perfecta en ese momento era la verja con tope de alambres de púas que rodeaba el perímetro del complejo, patrullado por guardianes de seguridad armados con ametralladoras. La seguridad cuidaba la pista de aterrizaje original que atravesaba el campo de golf donde una campana de aviso alertaba a los golfistas sobre la llegada de un avión. Los residentes de Punta Águila recuerdan cómo, cuando el señor Bluhdorn estaba en el complejo, un torrente de aviones privados aterrizaba un jueves, transportando empresarios que tenían reuniones programadas con Bluhdorn durante el fin de semana.
Sin embargo, las medidas de seguridad no siempre funcionaron perfectamente: según una anécdota, el presidente de Simon & Schuster, Dick Snyder, al llegar una vez a Casa de Campo anunció en broma a los guardias: “Estamos aquí para asesinar a Charles Bluhdorn” - y fue invitado a entrar con sonrisas.
Además de las visitas de ejecutivos de G + W, a menudo había en Casa de Campo una lluvia de la magia de Hollywood. Bluhdorn, como jefe de Paramount, invitaba constantemente a productores, directores, escritores y estrellas de cine para que pudieran apreciar la belleza natural del país. Algunos reportes sugieren que Bluhdorn tenía planes de convertir la isla en una meca del cine. Si bien eso es imposible de confirmar, ciertamente hay un buen número de historias por ahí de ‘Casa se encuentra con Hollywood’.
Uno de esos relatos es de 1977: Richard Brooks, director de cine, había volado a Casa de Campo por invitación de Bluhdorn. Lo habían convocado para asistir a una reunión, pero no tenía idea del tema. Brooks fue recibido por Bluhdorn y varios guardias de seguridad , quienes lo escoltaron a Casa Grande. Luego, en su lujoso complejo, Bluhdorn le entregó a Brooks un sobre con un trato para un guión. La portada decía: “Padrino III”.
Durante el tiempo de Bluhdorn como director de Paramount Pictures, el estudio de cine había lanzado las películas El Padrino, que tuvieron un éxito enorme. Se había hablado de una tercera película, pero nadie pudo encontrar el guión correcto. Bluhdorn creía que finalmente lo tenía, y quería que Brooks lo dirigiera. Y Bluhdorn usualmente obtenía lo que quería. “Brooks se sentó junto a la piscina a leer la historia. En un momento dado se levantó para beber algo y por el rabillo del ojo notó algo extraño: en un balcón de la casa que daba a la piscina, Bluhdorn estaba con un par de binoculares. Había estado viendo a Brooks leer el trato, esperando ansiosamente detectar anticipadamente la reacción de Brooks “. Pocos días después de llegar a su casa en Los Ángeles Brooks llamó por teléfono a Bluhdorn para informarle de su decisión de rechazar la película. Los hombres aparentemente no se volvieron a hablar por alrededor de casi un año.
Pero Casa Grande no era la única fuente de brillo en el nuevo resort. Agregando al glamur, Casa de Madera, la casa de Oscar de la Renta que se encontraba justo a lo largo de la costa desde La Favorita, ofrecía su propio toque de elegancia. Otra obra maestra que emerge de la mesa de dibujo de Bill Cox, Casa de Madera consistía en un clúster de cuatro edificios separados unidos por balcones cubiertos. El complejo original de frescos edificios de madera
se erigían en su propia playa privada y se vanagloriaba de una pequeña piscina construida de porcelana azul y blanca.
Para la creación de esta magnífica residencia, De La Renta se inspiró en Tailandia, y en particular de la exquisita casa del autodidacta emprendedor norteamericano James H.W. Thompson, quien revolucionó la industria de la seda en ese país. A fines de los años 50 Thompson construyó una gran casa formada por un complejo de seis casas tradicionales estilo Thai. Las casas, compradas a diferentes dueños en diferentes partes del país, fueron luego transportadas a su ubicación actual donde fueron reensambladas. El incoherente complejo resultante de estructuras en teca llamó la atención en todo el mundo, y también en De La Renta. La influencia en Casa era evidente.
“La decoración refleja la discreta elegancia de la vida dominicana, con plantas tropicales, maderas indígenas y muebles artesanales.” Reseña sobre Casa de Campo en el Palm Beach Post en 1980.
En 1974, Casa de Madera fue fotografiada para Vogue por Horst P. Horst. Un escritor observó que “las fotos, llenas de plantas, madera y tonos sepia, son casi perfectas.” Dentro de Casa de Madera, los altos techos contribuían a la sensación de espacio abierto. Las paredes de madera generalmente se dejaron sin pintar, otra característica original de las casas tradicionales Thai, y los lujosos interiores oscuros fueron un aspecto relevante de la filosofía del diseño. “Decidimos que una casa en la arena, rodeada de aguas azules, debía ser fresca y tenue en su interior”, explicó Françoise De La Renta de su villa a orillas del mar. La pareja optó por mantener la decoración simple, explicando que “tratamos de mantener los colores de la isla, nada de rojos, azules y amarillos violentos”. Ariela Storniolo, quien trabajó de cerca con el diseñador recuerda cómo De La Renta diseñó todos los muebles, la mayoría hechos de ratán, bambú y mimbre, que fueron cuidadosamente fabricados por artesanos en Santiago. Las piezas de ratán y plantas autóctonas de gran tamaño compensaban la tapicería blanca y de batik.
Reflejando la simplicidad de su enfoque, Françoise de la Renta expresó, “el lujo de tener una casa de playa …. es poder caminar descalzo hacia la sala y sentarte sin la preocupación de que tu traje de baño esté mojado.”
En el exterior, los jardines volvían a ser parte integral de la casa; los aireados edificios fueron diseñados para unir y mezclar el interior con el exterior. A De La Renta, el lugar parecía encender su pasión por las orquídeas y plantas de flores con fragancias alucinantes, como la gardenia y el ylang-ylang, la cuales servirían como base para sus famosos jardines en Punta Cana.
El vecindario original se completó con una lluvia de residencias diseñadas por Cox a lo largo de la costa, una naciente comunidad de “personas bellas a orillas del mar”, que incluía al famoso productor de cine italiano Dino De Laurentiis y su esposa. La villa de De Laurentiis, como muchas de las casas originales de Punta Águila, descansaba sobre pilotes, una serie de pilares reforzados que levantaban la construcción del piso. Otra vez una característica común de la arquitectura asiática, los pilotes, que además de su función de soporte sirven para liberar espacio para la circulación debajo de la construcción. Construidas completamente de madera y rodeadas de verandas abiertas y protegidas, las estructuras sirvieron de inspiración para muchas casas que siguieron.
Estas primeras casas en Casa de Campo fueron meticulosamente creadas para garantizar que se hicieran en cuidadosa consideración con sus alrededores, enmarcando vistas turquesas y dando la bienvenida a las brisas frescas del océano. Las estructuras, junto con las villas de golf y el hotel, todo construido alrededor del nuevo campo de golf diseñado por Pete Dye, se unieron para establecer uno de los más populares destinos en el Caribe. Pero poco sabia Bluhdorn que esto era solo el comienzo.
Barefoot elegance
David Peacock / Adolfo Despradel
“The luxury of having a beach house...is to be able to walk barefoot into the living room and sit down without worrying if your bathing suit is wet.”
– Françoise de la Renta speaking in 1974 about the couple’s Casa de Campo villa.
From the very beginning, Casa de Campo was more than just a hotel. The original resort was the brainchild of Gulf + Western exe cutive, Álvaro Carta, who had the vision of creating a ‘Dominican Riviera’. The idea won the backing of Gulf + Western chairman, Charles Bluhdorn, an d it wasn’t long before the place won his heart, too. ‘Casa’ opened its doors in 1974 and it quickly became a hedonist’s paradise; a revolving door of celebrities, complete with a private airstrip, golf course, and of course, luxurious residences built along the sea. Here, we continue to delve into the pas t, taking a look at some of the early residences in Bluhdorn’s exclusive enclave.
Life in the tropics is intense: The sunlight that beats down from on high; the heat that sticks, and clings, and gets under your skin; the rain that falls from the heavens in huge downpours. In order to withstand the elements, buildings here simply have to be different to those anywhere else in the world.
Indeed, many of the striking features of Caribbean architecture stem from the problems posed by living in such conditions. The importance of shade, for instance, has led to the adoption of generous eaves, shielding windows from bright sunlight, and has meant that deep, wrap-around porches and courtyards have become key architectural spaces in local design. In order to protect from heavy rainfalls, buildings often have gable roofs, providing homes with steep, spacious ceilings. And the maximization of ventilation – another crucial concern – has led to the use of louvered windows and slatted doors, allowing air to pass through the property while preserving privacy.
All of these features can be found – to a certain degree, at least – in many homes in Casa de Campo. But, for the early homes here, while these hallmarks of ‘tropical architecture’ were present, there existed something above and beyond this that gave Casa its own particular style.
“Dino De Laurentiis...was about to join the colony of seaside beautiful people pioneered by Oscar de la Renta.”
A travel writer’s take on Casa de Campo in 1983.
This was largely due to the interplay between two key figures: Florida architect, Bill Cox, and Dominican designer, Oscar de la Renta. Cox had been drafted in to design the new Hotel Casa de Campo, as well as the golf villas and the very first residences in Punta Aguila, one of the first areas to be developed. De La Renta, meanwhile, had been brought in by Carta to give the new resort its own ‘look and feel’, casting his artistic eye over everything from designing interiors to maids’ uniforms.
According to those who worked closely with them, the two men were both headstrong, and each was very particular about his own vision for the new resort. It was perhaps this tension - and the occasional sparring - between Cox and De La Renta that resulted in the rather unique outcome, with important ingredients from each. Cox had previous experience of designing wooden buildings on a grand scale, in the Ponderosa style. De La Renta, on the other hand, ushered in the ‘South Pacific vibe’, entertaining the idea that, as one is exposed to the bright sun all day, a house should be darker inside. These elements fed into the DNA of the original Casa de Campo home, lending some places an almost ethereal quality.
Lifestyle, too, had a great influence on the architecture here. The inhabitants of hot and humid
climates tend to prefer spending much of their time outside, and their dwellings tend to reflect this: Wide terraces and verandas allow inhabitants to take in the beauty of the natural surroundings, while open spaces and flowing rooms work together to blend interior with exterior, seamlessly extending garden spaces to the house itself. The early Casa community had embraced an era of what early residents quaintly refer to as ‘barefoot elegance’.
A perfect example was Bluhdorn’s own residence, La Favorita, which sat hugging the coastline in Punta Aguila, one of the first areas to be developed. From the moment you set foot upon the oceanfront lot, you are whisked away to another world.
At first, you are struck by the sheer simplicity of a rustic brick path meandering its way to the entrance; the earthy tones of the brick juxtaposed with the rich greens of the lush vegetation gently spilling out onto the walkway. The combination lends the property a ‘jungle-feel’, very typical of early Casa de Campo. You pass through the foliage to an apparently aged stone wall – reminiscent of those found in Altos de Chavón - housing the heavy wooden entrance door, and you step into the carefully landscaped garden, alive with white bougainvillea and jasmine, as you approach the house itself.
“It is a kind of make-believe land for grown-ups with almost no reminders of the gritty world outside.”
A review of Casa de Campo in the New York Times in 1986.
In its original form, La Favorita would have been considered a rather modest construction. Architect Bill Cox had designed a stunning single-story structure, built entirely out of wood. Like other early structures in Casa de Campo, La Favorita was built in the Ponderosa-style, but had a distinct sense of the Far East, with its dark interiors contrasting heavily to the bright sunshine out of doors.
Like most early homes here, La Favorita has been modified through the decades, yet it still retains the original feel. In the main room, the dark wood envelops you, its heady scent all around. To one side, the walls are open to the elements, drinking in the intoxicating view of the sparkling blue Caribbean Sea; to the other, light gently filters in through a bank of louvered windows, allowing glimpses of the vibrant tropical gardens lurking outside. The use of such louvered doors and windows is a key feature of Caribbean architecture, allowing light to seep in, similar to the way light falls through the blades of a palm – art imitating nature. Nothing quite compares to that feeling of sipping a cool drink in the shade of the terrace overlooking the ocean, with the cooling breeze gently drifting in.
A short distance away from La Favorita, Bluhdorn had also constructed a larger property, which would serve as a guesthouse to many visiting Gulf + Western executives. The aptly-
named Casa Grande was a sprawling complex of luxurious, low-level wooden ‘casitas’, set amidst the verdant gardens and linked by winding pathways. Architectural Digest described the complex itself as having “understated tropical elegance” – perhaps a fine way to define the whole of Casa de Campo in its early days.
Intricate pathways linked the various structures, all nestled amongst the lush green landscaping, their pitched roofs peering up amidst the palm trees. The rich tones of the polished wood structures served to highlight the openness of the property, created by the vast terrace and open spaces connecting the complex.
“We decided a house on the sand, surrounded by blue water, should be cool and dim inside.”
Francoise de la Renta on the design philosophy behind Casa de Madera.
The only feature that didn’t quite fit the picture-perfect scene at that time was the barbedwire-topped fence that skirted around the perimeter of the compound, patrolled by machinegun-toting security guards. The security catered for the original airstrip that cut right across the golf course, where a warning bell would alert golfers of incoming planes. Punta Aguila residents recall how, when Mr. Bluhdorn was in town, a stream of private jets would glide in on a Thursday, carrying businessmen who had scheduled meetings with Bluhdorn over the weekend.
However, the security measures didn’t always work perfectly: According to one anecdote, Simon & Schuster chairman Dick Snyder, upon arriving at Casa de Campo one time, jokingly announced to the guards, ‘We’re here to assassinate Charles Bluhdorn’ – and he was smilingly waved on through.
As well as visiting G+W executives, there was often a sprinkling of Hollywood magic at Casa de Campo. Bluhdorn, as head of Paramount, would constantly invite producers, directors, writers and movie stars so they could appreciate the natural beauty of the country. Some reports suggest that Bluhdorn had plans to turn the island into a moviemaking mecca. While that’s impossible to confirm, there are certainly a fair number of ‘Casa meets Hollywood’ stories out there.
One such account comes from 1977: Richard Brooks, a movie director, had flown to Casa de Campo at Bluhdorn’s invitation. He had been summoned to attend a meeting, but had no idea of the subject matter. Brooks was greeted by Bluhdorn and a number of security guards, who escorted him to Casa Grande. Then, at his lavish compound, Bluhdorn handed Brooks an envelope containing a treatment for a screenplay. The cover page said: ‘Godfather III’.
During Bluhdorn’s time as head of Paramount Pictures, the movie studio had released the enormously successful Godfather movies. There had been talk of a third film but nobody could come up with the right script. Bluhdorn believed that he finally had it right – he wanted Brooks to direct. And Bluhdorn usually got what he wanted. “Brooks sat by the pool reading the story. At one point he got up to get himself a drink and out of the corner of his eye he noticed something odd: on a balcony of the house overlooking the pool, Bluhdorn was perched with a pair of binoculars. He had been watching Brooks reading the treatment –eagerly hoping to get an early fix on Brooks’ reaction.” A few days after arriving home in Los Angeles, Brooks telephoned Bluhdorn to inform him of his decision to turn down the film. The men apparently did not speak again for nearly a year.
However, Casa Grande was not the only source of glitz in the new resort. Adding to the glamour, Casa de Madera, the home of Oscar de la Renta - which sat just along the coast from La Favorita - offered its own touch of elegance. Yet another masterpiece in wood rising from the drawing board of Bill Cox, Casa de Madera consisted of a cluster of four separate buildings, joined together by covered balconies. The original complex of airy wooden buildings stood on its own private beach and boasted a small pool fashioned out of blue and white porcelain.
In creating the magnificent residence, De La Renta had drawn inspiration from Thailand, and in particular, from the exquisite home of self-made American entrepreneur, James H.W. Thompson, who revolutionized the silk industry there. - In the late 1950s, Thompson had constructed a vast home, consisting of a complex of six traditional Thai-style houses. The houses – purchased from different owners in different parts of the country – were later transported to their present location, where they were reassembled. The resultant rambling complex of teak structures drew attention from around the globe, and had also caught the eye of De La Renta. The influence on Casa was evident.
“The decor reflects the quiet elegance of Dominican life, with tropical plants, indigenous woods, handcrafted furnishings.”
A review of Casa de Campo in the Palm Beach Post in 1980.
In 1974, Casa de Madera was photographed for Vogue by Horst P. Horst. One writer noted that “the photos, which burst with plants, wood and sepia tones, are pretty much perfect.” Inside Casa de Madera, the high ceilings added to the feeling of open space. The wooden walls were generally left unpainted – another typical feature of traditional Thai houses – and the luxuriously dark interiors were a key aspect of the design philosophy: “We decided a house on the sand, surrounded by blue water, should be cool and dim inside,” explained Françoise De La Renta of their seaside villa. The couple opted to keep the décor simple, explaining that “we tried to keep the colors of the island – no violent reds, blues, yellows.” Ariela Storniolo, who worked closely with the designer, remembers how De La Renta designed all of the furniture, most of it made of rattan, bamboo and wicker, and carefully crafted by artisans in Santiago. The rattan pieces and oversized indigenous plants were offset by white and batik upholstery.
Reflecting on the simplicity of their approach, Françoise de la Renta said, “the luxury of having a beach house…is to be able to walk barefoot into the living room and sit down without worrying if your bathing suit is wet.”
Outside, the gardens again were an integral part of the house; the airy buildings had been designed to merge and blend interior with exterior. For De La Renta, the place seemed to ignite his interest in orchids and in flowering plants with hallucinatory fragrances, such as gardenia and ylang-ylang, which would go on to serve as a basis for his famous gardens in Punta Cana.
The original neighborhood was completed by a sprinkling of Cox-designed residences running along the coast, and a nascent community of ‘seaside beautiful people’ that included famous Italian movie pro- ducer, Dino De Laurentiis and his wife. The De Laurentiis villa, like many original Punta Aguila homes, sat on pilotis – a series of reinforced stilts that lifted the building off the ground. Again, a common feature of Asian architecture, pilotis – in addition to their support function - serve to free a space for circulation under the construction. Built entirely out of wood and surrounded by open, sheltered verandas, the structures served as inspiration for many homes that followed.
These early homes in Casa de Campo had been meticulously created to ensure that they sat in careful consideration of their surroundings, framing turquoise views and welcoming cooling ocean breezes. The structures, together with the golf villas and the hotel – all built around the new Pete Dye-designed golf course – had come together to establish one of the Caribbean’s hottest new destinations. But little did Bluhdorn know that this was just the beginning.
Entrevista
Gustavo Luis Moré
Retrato de archivo de Dominique Bluhdorn. A la derecha, Charles Bluhdorn visita el futuro sitio de Altos de Chavón con uno de los ejecutivos de Gulf + Western.
Entrevista a Dominique Bluhdorn y Ariela Storniolo
Gustavo Luis Moré: ¿Qué edad tú tenías cuando se le inició el proyecto de Casa de Campo?
Dominique Bluhdorn: Yo estaba en la escuela en Nueva York, recuerdo que tenía entre 14 y 15 años cuando mi padre me dijo: tú vas a trabaja en el Dominican Tourist Information Center. Se necesitaba montar una oficina de turismo para el país, ya habían comenzado las inversiones; la Gulf+Western ya había comprado el Central Romana, las tierras…en ese momento que era un tiempo complicado para el país porque estamos hablando de los comienzos de los años 70. Nosotros solíamos venir a menudo porque mi papá se encariñó muchísimo con el país, con la hospitalidad de la gente, la belleza del país. Era austríaco e iba a visitar Constanza, donde sentía que estaba en Austria. Iba por todas partes, andaba mucho en el helicóptero, no tenía miedo de nada…veía todo lo que le daba curiosidad. El estaba enamorado del país y eso creo que lo motivó a empezar el proyecto de Casa de Campo, que en realidad no tenia dentro de la compañía un nivel de importancia en términos de tamaño, en términos de inversión representaba un porcentaje muy bajo. Pero él dedicó un tiempo considerable para un hombre que manejaba una empresa que debía responder a sus accionistas. Es equivocada la idea de que Gulf+Western era suya, en realidad era una empresa pública. Vió la posibilidad de mejorar la compra y la venta de azúcar para el país, que sí era un negocio importante para el país y para la Gulf, y a la vez, la posibilidad de invertir en turismo: invertir en Cultura, invertir en medicina comunitaria. Él lo veía como algo mucho más grande que una sola cosa. Cuando él empezó Casa de Campo yo tenía 15, 16 ó 17 años y trabajaba en las tardes en la oficina de turismo que montó la Gulf en Madison Avenue con calle 50. Estaba con Purita Hernández -que a veces la veo- con Fernando Hart y un grupo de gente valiosa. Yo iba en las tardes para ayudar. Era un esfuerzo para promover el país y sobre todo el turismo en el país. Mi padre estaba en ese momento empezando a desarrollar algunas ideas que definirían el curso a seguir.
Lo primero fue el Hotel Romana, donde vivía una gran parte de los empleados, pero también se lo veía como la manera de crear un hotel y un lugar turístico. Después es que surge la idea de Casa de Campo. Bill Cox fue traído como arquitecto por Álvaro Carta y fue fundamental en el desarrollo de uno idea de lugar que sería muy abierto, basada en el uso de los materiales de la región y aprovechando el concepto de indoor/ outdoor living: una forma de vivir de manera elegante pero sin pretensión, dotada de una coherencia que a mi juicio, de ha perdido un poco.
La verdad es que es muy diferente, porque mi padre nunca concibió aquello como un lugar donde cada quien hacia lo que quería y construía estas casas inmensas. El concepto era el de un lugar donde podías tener tu casa bonita y grande si, pero bajo ciertos criterios arquitectónicos que se han ido transformando. Mira, hoy de regreso al país en el avión he hecho algunas notas que te puedo pasar. Por ejemplo, mi padre
veía que Casa de Campo era un lugar que como destino turístico tenía mucho atractivo. Para ese entonces Jabar Singh Maharajah de Jaipur, vino de la India para empezar a construir todas las instalaciones de polo; vino Pete Dye a trabajar en los campos de golf. La idea era crear un entorno de actividades lúdicas, ya que no había playa. La palapa se hizo después y en verdad, nadie en su sano juicio hace un hotel sin una playa en el Caribe! Pero él no se sentía limitado por ese problema y su visión era muy extraña porque la playa no estaba entre sus intereses. Quizás de haber vivido más tiempo hubiese desarrollado también un destino turístico en las montañas, porque él veía mucho potencial aquí en la República Dominicana.
GLM: ¿Crees que él tenía la idea de crear una comunidad local e internacional o la idea de integrar a los dominicanos fue posterior?
DB: No, esa idea existió desde el principio. José Antonio -Tony- Caro fue una persona esencial y don José Antonio Caro su papá, fueron quienes hicieron los planos de Altos de Chavón y de muchos otros proyectos. Yo no lo digo casi nunca, pero Roberto Coppa vino después. Mi padre tenía la idea de crear primero una comunidad de dominicanos, la idea de traer gente de fuera surgió después. Él quería vender casas, él entendía que el hotel no iba a ser un hotel muy grande y creía que el apoyo de todo venia a través de la venta de las casas y de las tierras. El llamaba gente y les decía: “mira, tienes que comprar aquí”... era como el primer vendedor. A Gustavo Cisneros lo convenció de comprar, le dijo “te tengo un lugar espectacular” y Gustavo le contestó “Patty no puede venir a verlo…” “Patty no tiene que verlo, a ella le va a encantar!” fue su respuesta. A Tom Wyman que era el presidente de CBS, igualmente lo convenció. Hubo muchas personas a las que él les vendió parcelas de tierra al comienzo. Él entendía que iba a ser algo que transformaría todo, increíblemente importante y también el grupo de dominicanos que se instaló al comienzo estaban convencidos de esa visión…
GLM: Tú dices que la arquitectura se ha transformado? ¿Cuál tú podrías decir que era el espíritu original, reside acaso en esa idea de comunicación interior exterior, los materiales naturales o había algo en particular?
DB: Todo empezó con el Hotel Romana, lo que hoy es el Club de la Costa. En ese entonces era un lugar para los ejecutivos que visitaban el lugar. Era un edificio central con las habitaciones y las villas alrededor. Estas miraban siempre al mar pero cada una con una vista diferente. La idea de Bill Cox con las primeras villas de tres niveles que se encuentran en medio del campo de golf, era que ninguna mirara hacia el mismo lugar porque él quería que la gente tuviera privacidad. Por eso están ligeramente escalonadas, nunca interfieren una con la otra. No se trataba de un desarrollo típico como los que se hacían en la época en la Florida, con mar, campo de golf, tennis.
Las villas siempre fueron dispuestas dentro de una vegetación abundante y natural,
Yvette Bluhdorn, esposa de Charles, admirando el paisaje del río Chavón, donde fuera realizado el proyecto de Altos de Chavón.
Archivo Familia Bluhdorn
Bluhdorn y Alvaro Carta con dos acompañantes en una de las actividades en Costasur.
Archivo Familia Bluhdorn
El yate de Stavros Niarchos en el muelle del Central Romana.
Archivo Familia Bluhdorn
el paisajismo era parte del desarrollo arquitectónico. Y Bill fue fundamental, a él no le importaba mucho como se veía una casa desde afuera, a él le importaba como se sentía dentro de la casa, cuál era el movimiento del aire, cómo era la circulación, para él eso era lo único importante. Trabajaba de manera obsesiva con persianas y louvers, para dar esa sensación de nunca estar seguro si se estaba adentro o fuera. Creo que era algo muy particular de él en ese momento y todas las casas suyas tienen ese sello.
Todas las casas de Bill eran frescas, todas tenían corrientes de aire. En un lugar donde no había buenas brisas, Bill era capaz de manejar la situación para lograrlas. Entendía mucho de playa, mucho de mar y mucho de construcción cerca del mar. Él tenia un entendimiento basado en la experiencia vivencial. Perseguía esa manera de habitar indoor/outdoor y siempre desarrollaba una sala inmensa con mucha altura, con puertas y ventanales altos, con amplitud, pero sin perder el sentido de intimidad en la escala… y que el outdoors estuviera con nosotros cuando estábamos indoors… quizas esto responde a tu pregunta. Todas sus obras tienen, por así decirlo, un “signature style” uno va a cualquier casa en Romana y se sabe cual fue diseñada por él. Su influencia en el estilo de muchas de las casas posteriores fue determinante.
GLM: Hubo un momento en el que tú te sentiste identificada con el proyecto al punto de que viniste a vivir a Republica Dominicana. ¿Cuándo ocurre eso?
DB: Yo tenia 18 años y me había graduado de la secundaria y me vino a la mente la habitual pregunta: ¿Qué vas a hacer con tu vida? Y mi padre me dijo, -no fue una pregunta, sino un mandato-: tú obviamente vas a trabajar. Mi hermano ya estaba en Harvard estudiando economía y fíjate, ninguno de mis padres fue a la universidad. Mi padre no fue a la graduación de mi hermano porque consideraba innecesario el haber ido a Harvard a estudiar. A mi me dijo, “tú vas a ir a trabajar”. Ya el había tenido la idea de realizar Altos de Chavón, con el propósito original de crear una comunidad usando la parte artesanal del país. No una réplica de nada, a mi me vuelve loca cada vez que oigo: “hay una réplica de un pueblo del Mediterráneo”: no hay réplica. La idea era crear una comunidad artística basada en la idea de Saint Paul de Vence, cerca de Niza, en Francia. Allí la fundación Maag ha desarrollado un lugar donde los artistas pueden venir a vivir, donde hay residencias, talleres, restaurantes, donde hay tiendas pequeñas. Se le concibió para que también el turista que venia a Casa de Campo pudiese tener acceso a las partes artística y artesanal del país. En esa época hubo muchos talleres en el lugar. La idea era que un turista entrara en contacto con la cultura del país, no que se encontrara aislado en una comunidad lejana. Chavón surgió así, en un lugar espectacular para que sirviera de asiento a una comunidad artística que diera apoyo a Casa de Campo pero que sobre todo a las artes del país.
GLM: Tú viniste y te quisiste quedar de inmediato o hubo un proceso?
DB: Yo tenia 18 años, fue un momento complicado, por supuesto, yo era muy joven
y me imagino que había muchas dudas acerca del por qué debería estar aquí esta muchacha, hija del chairman de la compañía para hacer este trabajo; en ese tiempo estaba Carlos Morales manejando la compañía, con Eduardo Martínez Lima del grupo que está ahí todavía, y realmente ellos me apoyaron mucho, tuvieron mucha paciencia y vieron que existía un deseo de hacer las cosas con sinceridad y bien hechas. Era un momento en el que se podía crear algo especial en Chavón y yo viendo eso desde el comienzo, nunca tuve la idea de hacer otra cosa con mi vida. Ese ha sido el reto y la visión para el resto de mi vida.
GLM: ¿La escuela se te ocurrió desde los primeros años?
DB: No, nosotros pasamos varios años… 1978, 79… y la escuela empezó en el 83. Primero abrimos restaurantes, el hotelito, el museo arqueológico con la colección de don Samuel Pión, el anfiteatro, los talleres artesanales. Hicimos muchas cosas antes de llegar a la escuela. La escuela surge en el proceso, ya Stephen Kaplan, -que es el rector de la escuela- y yo habíamos estado trabajando juntos y asi surgió la idea de crear una escuela de diseño que diera apoyo a las industrias del país, básicamente. No una escuela de artes plásticas para producir más artistas que no encontraran trabajo, sino un lugar donde se dieran los conocimientos necesarios para conseguir trabajo y enfocarse en el diseño. En ese tiempo y creo que podría decirse que aun hoy, era un lugar que combinaba residencias conjuntamente con la parte académica. Los estudiantes estaban inmersos en su trabajo, a tres pasos estaba su alojamiento, pensado con la idea de que iban a estar mucho tiempo en ese lugar. Tienen terrazas y muchas otras áreas compartidas. Se diseñó realmente un lugar muy apropiado a las necesidades de los estudiantes y todavía lo sigue siendo. Le vamos a dar un pequeño remozamiento a la infraestructura este año porque ya es necesario. Yo me integré a este proyecto a los 18 años y es a lo que he dedicado mi vida desde entonces.
GLM: ¿Tú participaste de la creación del proyecto en sí de Altos de Chavón? Sé que tu mamá si estuvo muy involucrada, ¿Cómo fue ese proceso?
DB: No eso fue antes, es algo que yo veía de lejos mientras estaba estudiando en Nueva York. La historia es que mi mamá estaba montando a caballo en esa zona y encontró aquel lugar espectacular y luego llevo a mi padre a verlo. Era un bosque, Chavón era un bosque, un lugar natural, salvaje. Ambos se enamoraron del lugar; no sé si esa historia es cierta o es parte de la leyenda! Mi historia de leyenda favorita, y me pasa muy a menudo, es que voy caminando por Altos de Chavón y escucho a un guía turístico decirle a los visitantes: “un empresario norteamericano muy importante que era el dueño del Gulf+Westwern le regaló Altos de Chavón a su hija de 16 años para que ella tuviese algo que hacer”, generalmente en francés. Yo escucho la historia y le digo: “yo soy esa persona, déjame explicarle la historia, es menos interesante pero es la real. No había ningún regalo, no tenía 16 años, no era el dueño de la Gulf+Western y no
La desaparecida casa obra de William Cox para Enzo Mastrolilli, observada desde un vuelo ejecutivo de ventas.
Una vista de la casa Paramount, actualmente de la familia Cisneros, en Punta Minitas 1.
ha funcionado de esa manera”. La gente queda ahí horrorizada pero el cuento resulta siempre más interesante, lamentablemente.
Yo estaba consciente del proceso de creación de Altos de Chavón y sabia que estaban trabajando don José Antonio Caro, Tony y Danilo Caro y después vino Roberto Coppa, quien tuvo un efecto inmenso sobre el desarrollo de Altos de Chavón. Cuando yo entro al proyecto, ya estaba construida la mitad de los edificios y los trabajos se encontraban en pleno proceso. No estaba el anfiteatro ni muchos de los edificios. Hubo un momento en el que mi padre me dice –él funcionaba así-: “Chavón necesita un lugar donde los jóvenes vayan de noche a divertirse, creo que necesita una discoteca, ve a ver como tú vas a resolver eso”. Esas eran las cosas de mi papá. En ese momento habló con un muchacho, Frank Mancuso Jr., cuyo padre era el presidente de distribución para Paramount Pictures. Frank es hoy día productor de cine en Estados Unidos y para esos tiempos venia mucho a Casa de Campo. Pues él le dijo a Frank: “Mira Frank, Dominique y tú van a hacer una discoteca y la quiero lista en un mes, la quiero lista para navidad y no quiero gastar mucho dinero, ve a ver como esto se hace…” Nosotros hicimos la primera discoteca en un mes y medio, era espectacular, tenia como una cosa flotante, un piso de plexiglás con peces y plantas…
Las leyendas de Chavón, las construcciones, fueron muchas veces asi. Necesitabamos un anfiteatro, necesitabamos esto o aquello, y todo se hacia siempre de acuerdo a una visión que él tenia. Con respecto a la escuela, él murió el mismo año en el que abrimos la escuela y realmente no estuvo muy involucrado en su creación, pero si tenía una visión clara respecto a esta y esta visión era, como él mismo dijo: “Yo quiero que esta escuela esté abierta a todo el mundo que quiera estar aquí, no quiero pensar que esto será una cosa elitista o para un grupito limitado de la población. Este lugar será para todo el mundo y todo el mundo tiene que tener libre acceso.” Stephen asumió esa visión y es parte del motivo que hace que Chavón sea complicada, pues no es una fuente de ingresos rentable, en realidad. Nosotros no respondemos a la lógica de ganar dinero, sino a cubrir una sentida necesidad que hay en el país y en la región. Muchos de nuestros mejores estudiantes, los más talentosos, han sido del origen más humilde.
GLM: ¿Esperabas el éxito que has tenido?
DB: ¿Sabes qué? No pienso en esos términos, como siempre hemos estado montados en la bicicleta, arreglándola, afinándola y cambiando la dirección. Nunca salimos de la bicicleta para mirar el camino recorrido porque siempre hay una urgencia, un proyecto… tal vez sea algo que no se aconseje en las escuelas de administración, pero nunca hemos trabajado de otra manera. A veces lo lamento mucho pero a veces no, porque nos da una agilidad y una disponibilidad para hacer cosas que muy pocas instituciones pueden hacer.
El conjunto de las Tennis Villas, de William Cox. Archivo Familia Bluhdorn
GLM: Volviendo a Casa de Campo, ¿Qué tu piensas sobre lo que es Casa de Campo hoy?
DB: Entiendo que la gente que administra ha hecho un trabajo excelente. Mantener la apertura de Casa de Campo y mantenerlo seguro, es una labor extraordinaria en un espacio tan grande. Con respecto al estilo: Hay que destacar la cualidad artesanal de las primeras casas que se construyeron. Esas casas son de leyenda y habían cinco o seis personas, entre ellos “El Artístico” que ayudaron a crear el “Casa de Campo style of international living”. Las cosas hechas a mano, la labor de los artesanos, los herreros, ebanistas, canteros, ha sido extraordinaria.
Hay un momento a finales de la década de 1970 y principios de los 80 en que la gente lo veía como el ejemplo de lo que es vivir cerca de la playa de una manera internacional. Para ese entonces no había la marina, no tenía el anfiteatro, no tenía la escuela, pero era ya un destino para muchas personas de aquí. Muchas familias entendieron rápidamente que esto era interesante y asi se unieron. De esos comienzos, Ariela Storniolo, que fue asistente de mi padre, puede decirte mucho. Ella puede ser un importante recurso. Es diseñadora de interiores. Trabajó en la Paramount house que construyó Jeffrey Kartzenberg. Ella tiene una memoria extraordinaria y puede proveer muchos datos. Déjame integrar a Ariella a esta conversación, porque Ariella recuerda muchas cosas de los inicios…
Ariela Storniolo: Yo creo que todo comenzó en el Hotel Romana. El Hotel Romana era la casa club donde vivían los solteros que trabajaban para el Central. Entonces se decidió hacer un hotelito, aún no se hacía Casa de Campo. Entró Oscar de la Renta, entró Bill Cox que hizo toda la parte de arquitectura… se hicieron unas habitaciones, y se hicieron unos bungalows que están frente al mar, modificando unas estructuras existentes.
GLM: ¿Oscar de la Renta tuvo mucho que ver con Bill en esa etapa o Bill tuvo cierta independencia?
AS: Oscar estaba porque le habían pedido que viniera y daba ideas.
GLM: ¿Entonces estuvo primero que Bill Cox?
AS: Creo que al mismo tiempo…
GLM: Cuénteme de esos primeros momentos, ¿Cuál fue la reacción de la gente con el hotel?
AS: Bueno, el Hotel Romana fue un éxito. Toda la gente de la capital viajaba allá por el fin de semana. Porque, ahí empezaron a reunirse los jugadores de polo, se hacían unos bailables con Rafael Solano y Chiquitín Payamps. Había una boite…
GLM: ¿Entonces Casa de Campo cómo surge?
Un típico viernes, Charles Bluhrorn arrivando en la pista antigua de Casa de Campo. Archivo Familia Bluhdorn
AS: Casa de Campo era chiquitica primero. Primero se hizo el campo de tiro, se hizo el campo de golf. Trajeron a Pete Dye que hizo los nueve hoyos del Campo de Cajuiles. Hicieron eso para que la gente jugara allí. La comida era excepcional, había un cocinero famoso cuyo nombre no recuerdo, pero todo el mundo hablaba de él. Antes de eso se había hecho la casa de Oscar. Aquello era un monte, no había nada, era desolado totalmente. En esa playita donde está la casa de Oscar con una casita que había al lado era donde iba la gente del Central. No existía Playa Minitas… esa era la playa que había. Esa después fue la casita de Silvia y Teobaldo Rosell, que era el administrador del Central Romana. Después vino la época de los cubanos y empezó a darse mucha actividad social, las reuniones en las casas, las comidas y esas cosas…
GLM: Y usted se encontraba involucrada en ese momento, ¿qué hacía usted allá?
AS: Yo llego con mi marido que fue a construir el campo de tiro y trabajaba en el área de actividades y deportes. Empecé a ayudar porque allí no había nada. Cuando yo llegué aquello era un monte pero había mucha ilusión de hacer cosas. Dominique, cuando tu papá venía de Sudamérica se quedaba en la casa oficial, donde vivía Álvaro Carta. Después se hizo Casa Grande.
GLM: ¿Casa Grande es posterior a la casa de Oscar de la Renta?
AS: Más o menos igual,1973, 74 algo así. Primero se hizo una casa redonda de cana que era para Enzo Mastrolilli, esa casa ya no está igual…
GLM: ¿Y la casa de Marco Aldaco, la de Montague?
AS: Aaaah ,yo amo esa casa. Yo trabajé con él. Marco Aldaco era un genio!!! Murió hace poco… él hacia las casas con motivos indígenas…
DB: ¿Cuál tú crees que era la motivación de mi padre que obviamente estaba obsesionado con el país y venia cada vez que podía?
AS: Ah no, el entraba en un modo de producción, vamos a hacer esto, vamos a hacer lo otro. Vamos a ver las casas… era como si no le alcanzara el tiempo para todo lo que quería hacer.
GLM: ¿A qué edad murió él?
DB: 56 años…
AS: También fue una época muy buena pues subían los precios del azúcar. La gente no creía todavía en el turismo!!! El turismo de este país nació ahí, en Casa de Campo. Un día me dijo: “tenemos que ir a Puerto Plata porque creo que nos están copiando”… En aquel entonces teníamos un solo station wagon verde para mover los turistas, los pocos que llegaban. Alquilamos luego dos taxis que eran los que había en el pueblo…
y Charles Bluhdorn. Abajo, Bluhdorn en su FIAT 500, frente a la casa de Dino de Laurentis, obra de Bill
DB: Creo que de las cosas que se pueden mencionar, y en eso Claudio Silvestri puede darte información, está la idea de abrir el muelle y permitir el acceso de los cruceros y la mudanza del aeropuerto del centro de Casa de Campo, para crear un aeropuerto afuera del desarrollo. Estos fueron dos pasos importantes!
GLM: ¿Cuál es su casa favorita de Casa de Campo?
AS: La Favorita y en segundo lugar La Palapa, la de Aldaco…
GLM: ¿Y tú Dominique, además de la Favorita?
DB: A mi me gusta mucho la de los Montague, la Palapa… pero estoy pensando que debe ser una de las casas de esa época, porque de las casas nuevas conozco pocas. Estoy segura de que hay casas recientes muy buenas…
AS: La que era de Mastrolilli era bellísima, la hizo Bill. Punta Águila fue el inicio, después de la casa de Oscar se hicieron tres o cuatro casitas, una tenía Rolando Gonzalez Bunster, todas diseñadas por Bill Cox… El concepto original era hacer casitas amuebladas todas iguales –yo las amueblaba- para venderlas amuebladas y trabajaran en conexión con el hotel… luego las primeras 25 casitas que se hicieron, de dos pisos…
GLM: ¿Esas primeras 25 cómo se llamaban?
AS: Golf Villas les decían. Costaban 25 mil dólares totalmente amuebladas. El diseño era de Bill y el diseño interior de Oscar… las telas, todo, lo hacía él. Los muebles de madera los hacía un señor dominicano amigo de Álvaro Carta y Venchín Chez hacía todo lo de ratán. Primero lo hacía Sang Ben. Esos fueron los originales… Françoise la esposa de Oscar hacía los dibujos.
DB: Françoise era una gran pensadora…
AS: Así amueblábamos todo, porque todo había que traerlo de fuera…
DB: Bill tenía un concepto muy claro del trópico y de la grandiosidad. Sus espacios son espacios muy rectangulares muy largos y de techos muy altos, muy frescos para vivir… siempre había un salón grandioso.
AS: Y siempre había persianas venecianas…
DB: Tienes que ir a Favorita, es una casa icónica… Sarah García me dijo hace unos días: “es espectacular porque es natural, no es pretensiosa, no hay otra casa como esta…” y hay unas fotos que salieron en la revista Town and Country del destacado fotógrafo Slim Aarons… que ha hecho varios libros… son unas fotos representativas de Casa de Campo…
Los trabajos de Atlas: Charles Bluhdorn
Fotografías extraídas del artículo “Charles G. Bluhdorn, una perspectiva íntima”, de Tatiana Pagés, publicado en la revista Cineasta, año 1 vol.7, SD.
Si encuentras alguna oportunidad para desaparecer en algún paraje ignoto fuera de su alcance, hazlo; pero no para vivir como un bandido, o formar parte de una pandilla que compita con la de ellos; construye una vida productiva por tus propios medios, con aquellos que acepten tu código moral y estén dispuestos a luchar por una existencia humana. No tienes posibilidad alguna de triunfar mediante la Moral de la Muerte, ni valiéndote del Código de la Fe y la Fuerza; establece un paradigma al que los honestos se acogerán: el paradigma de la Vida y la Razón. Actúa como un ser racional, intenta convertirte en punto de convocatoria para todos aquellos que están sedientos de una voz de integridad.
Actúa basado en tus valores racionales, tanto si te encuentras solo, en medio de tus enemigos, como en compañía de unos cuantos amigos escogidos, o como fundadores de una modesta comunidad en la frontera del renacimiento de la humanidad.
Atlas Shrugged, Ayn Rand. 1957
- Paul Bluhdorn, Yvette Bluhdorn, Henry Michaud, Charles Bluhdorn y Dominique Bluhdorn
- Charles Bluhdorn en su casa en Upstate, New York
- Yvette Bluhdorn y Charles Bluhdorn
- Dino de Laurentis y Charles Bluhdorn
- Yvette Bluhdorn y Charles Bluhdorn
- Barry Diller, Clint Eastwood, Charles Bluhdorn y Michael Eisner
- Francis Ford Coppola con Yvette Bluhdorn y Charles Bluhdorn
- Joan Paul Belmondo y Charles Bluhdorn
- Yvette y Charles Bluhdorn con Clint Eastwood
- Rolando Gonzalez Bunster y Charles Bluhdorn
Gustavo Luis Moré
Entrevista al Sr. Alfonso Paniagua
Gustavo Luis Moré: Don Alfonso, el propósito de esta entrevista es obtener un recuento de primera mano acerca de cómo empezó Casa de Campo. Alfonso Paniagua: Este proyecto lo inicia Álvaro Carta en 1971.
GLM: ¿Por qué lo inicia, cual es la idea?
AP: Bueno, Álvaro era el representante de Gulf + Western aquí. Tenia a su cargo la Florida y la República Dominicana. Se encargaba del central Romana que es el dueño de todo. Todo esto viene del Central Romana.
GLM: ¿Ya Bluhdorn estaba involucrado en el proyecto?
AP: Si, el venía y visitaba, pero quien estaba a cargo eral Álvaro Carta.
GLM: ¿En que año se involucra Bluhdorn con el Central, en los 60?
AP: Si, más adelante te puedo dar una información más certera. Aquí Álvaro inicia las operaciones en el Hotel Romana con la idea del negocio turístico y transforma lo que era el club de empleados del central Romana y lo convierte en el Hotel Romana. Después en el 1971 viene aquí donde estamos ahora con William Cox, -Bill Cox- y hace el hotel, las primeras habitaciones, unas 80. Modifica el hotel viejo, lo que era el club de empleados e inicia con las primeras 15 villas en una primera etapa y las casas de Punta Águila que incluía la de Oscar de la Renta. Ah, se construye Diente de Perro, trajo a Pete Dye y hoy día Diente de Perro está considerado entre los 30 mejores campos de golf del mundo. Así se inicia Casa de Campo…
GLM: ¿Cómo aparece Bill Cox aquí?
AP: Lo trae Álvaro Carta, de la Florida…
GLM: ¿Cox es quién hace el master plan?
AP: En principio, el plan maestro se fue haciendo por etapas. Por ejemplo, yo entré aquí en 1978, y estuve manejando Costasur por 40 años. Después de eso a Álvaro lo mueven de aquí y es cuando entra el señor Bluhdorn. A Álvaro lo trasladan a Florida y había un americano a cargo de Costasur. Yo jugaba polo aquí y una tarde, estaba jugando polo, era el año 1977 y se me aparece Bluhdorn en la cancha… yo conocía a Bluhdorn de saludarle a través de Álvaro Cárdenas, yo era amigo de Álvaro. Él vivía en la casa oficial, la que después fue de Carlos Morales. Yo me quedaba en una cabañita que él tenía al lado y un día él me dijo: “aquí se está quedando mi jefe”… yo le contesté, ¿Álvaro y tú tienes un jefe?... “Si, ese es el dueño de Gulf + Western”… así conocí a Bluhdorn. Un día en la cancha de polo el muchacho que me ayudaba me dijo: “don Alfonso, el señor Bluhdorn lo quiere ver”. Se apareció en shorts, así como él andaba, en un carrito de golf. En ese entonces la pista aérea estaba de este lado… me dijo: “mira, yo no tengo mucho tiempo, acabo de almorzar con cinco dominicanos y les dije que quería un dominicano, educado en los Estados Unidos que tuviera experiencia en ventas y mercadeo -uno de esos dominicanos que almorzó con Bluhdorn era Tony Caroy tu nombre salió casi de manera unánime; yo quiero que túvengas a trabajar para acá”. Era gerente de ventas y mercadeo de Colgate Palmolive, había trabajado con Damaris Defilló en Young and Rubicam… yo le dije, “Mr. Bluhdorn muchísimas gracias pero yo no estoy
buscando trabajo” Su respuesta fue: “I don’t give a damn if you are looking for a job or not. I want you to come and work for me. I’ll leave one of my assistants here to offer you a job. He is going to see you on Monday. If the offer is not good enough here is my card”. Dijo eso y se fue. Yo terminé de jugar polo y me preparaba para irme a Santo Domingo cuando se aparece Rolando González Bunster: y ya sabes como hablan los argentinos. Vino en un carrito de golf y me dijo: “Alfonso hijo de puta, por ti me dejaron… No, no yo le dije a Bluhdorn que yo no andaba buscando empleo… Me dijo Che, ¿estás loco?, si no te ofrezco trabajo el lunes Bluhdorn me arranca la cabeza… reunámonos el lunes a la diez de la mañana en el Hotel Santo Domingo”. En esa reunión pedí un bono de acuerdo a mi desempeño y escribí una cantidad ridícula. Rolando me dio el papel… “coño, firma eso!!!” Y déjame decirte, el señor Bluhdorn me trató a mi y a mi familia de una manera excelente. Antes de la entrevista mencionaste a Dominique, su hija, yo quiero mucho a Dominique…
GLM: ¿En que año murió Bluhdorn?
AP: En 1983, Bluhdorn murió muy joven, de 56 años. Yo lo puse en el avión. El se puso mal y Mrs. Bluhdorn me llamó, porque yo llegué a tener mucha confianza con ellos: “Charles is not well”. Yo lo llevé al avión semi inconsciente y murió cuarenta minutos antes de llegar a Nueva York. Bludhorn adoraba este sitio...
GLM: Eso quería preguntar ¿Qué sentimiento tenía él hacia este sitio, qué lo hizo a él confiar en este proyecto?
AP: Bueno, quien inicia esto es Álvaro…
GLM: Si, pero Bluhdorn tiene que haberle dado luz verde y haberle financiado mucho dinero…
AP: Si claro, pero Álvaro es que lo trae aquí… y a él le encanta esto y hacen Casa de Campo con Bill Cox…
GLM: ¿Él venía a menudo?
AP: Si, pero imagínate, Bluhdorn era el dueño de Gulf + Western, un conglomerado de miles de millones de dólares que agrupaba muchas empresas, un monstruo…
GLM: ¿La esposa de Bluhdorn vive?
AP: No, murió, le sobrevivió muchos años…
GLM: Cuénteme un poco del espíritu del proyecto, ¿había una visión del proyecto, la visión la dio Bluhdorn, la dio Álvaro Carta, se le dio libertad a Cox, cómo fue la cosa?
AP: Mira, en si la visión de desarrollar esto fue de Álvaro Carta…
GLM: Si, pero el espíritu de la arquitectura, el estilo?
AP: Se inicia con Bill Cox en la casa de Punta Águila y las primeras 15 villas. De ahí en
Varias imágenes de Don Alfonso Paniagua en diversos momentos de su carrera en Casa de Campo. Fotos de archivo Costasur.
adelante viene la transición, yo entro en el 1977 por ahí. Ya Bill Cox había concluido…
GLM: ¿Qué arquitectos estaban trabajando en el momento que usted entra?
AP: Por ejemplo Cacique ahí estuvo Virgilio Álvarez, después Rosángela Bobea. Cuquito Armenteros hizo un grupo. Benjamín Paiewonski y Tony Caro que hizo Caralva… William Reid hizo dos casas…
GLM: Hábleme del trabajo de Roberto Coppa en Altos de Chavón ¿cómo aparece Coppa aquí?
AP: A través de la esposa de Bluhdorn… Yvette. Ella había viajado con Mr. Bluhdorn a un proyecto en Europa diseñado por Coppa y preguntó por el arquitecto. Ella solía montar a caballo, y desde Cacique hacia atrás todos esos terrenos eran potreros hasta lo que hoy es Altos de Chavón. Ella un día llegó a caballo, se detuvo en el acantilado y dijo: “este lugar es precioso”. Lo que ella había visto hecho por Coppa era una ciudad de artistas y con esa idea es que se hace Altos de Chavón. Bluhdorn me dijo: “Alfonso, vanos a traer un arquitecto para hacer una ciudad de artistas” Yo dije, Mr. Bluhdorn, pero -yo lo veía desde el punto de vista de la rentabilidad- Pero deciden traer a Coppa y me puso a cargo de su manejo. “Chavón está a tu cargo, tú resuelves ese problema”, me dijo. Yo manejé las diferencias con Coppa y Carlos Morales, porque Carlos Morales lo sacó y Coppa se fue a Nueva York. De allá Bluhdorn me llamó y me dijo que Carlos no podía sacar a Coppa. Yo le dije Mr. Bludhorn Carlos Morales es el presidente de la compañía…. “I don’t give a damn who he is, I own this company, from now on you handle Coppa and you handle Carlos Morales!!!” Yo me llevé muy bien con Coppa, después de este mandato!!!
GLM: ¿Durante el periodo que transcurre entre Chavón y la Marina, existía una idea de esta última?
AP: No, eso surgió después. Era una especie de proyecto fantasma pues era destinado a un mercado que no existía. Y déjame decirte algo, la marina nuestra, modestia aparte, es excelente. Yo he visitado con Eduardo Lima varias marinas de Europa en su yate y se lo he dicho a Gian Franco Fini… para mí su diseño de esa marina es muy bueno.
GLM: Si, es muy bueno…
AP: Ese fue otro mercado que logramos captar al concluir esa marina…
GLM: En términos de venta, ¿cuál ha sido su mejor momento?
AP: Cuando logré desarrollar el mercado dominicano. Cuando yo llegué aquí le dije a Bluhdorn: “aquí hay que traer a los dominicanos”…él me dice: “Alfonso, ¿cuál es el afán con los dominicanos?” Nuestro mercado se componía entonces de la gente que venían al hotel y yo veía la necesidad de desarrollar el mercado dominicano que no lo teníamos. “Bueno, ese es tú problema, si fracasas eres tú que vas a fracasar” me dijo. Yo entendía que había que desarrollar el mercado dominicano para nosotros poder expandirnos. Fíjate, hoy día el 70 porciento de los propietarios son dominicanos. Si yo hice algo aquí fue lograr ese mercado
con todas las relaciones que yo tenía. Tú hace un momento mencionaste a Tony Caro. Ellos hicieron una zona que se llama Caralva… traje la mejor gente del país y Bluhdorn pudo ver el auge que tomó Casa de Campo y el auge que había tomado el mercado dominicano, aparte del extranjero que nunca dejó de trabajarse…
GLM: ¿Siempre hubo una visión arquitectónica de conjunto?
AP: Nosotros teníamos y todavía existe el Directorio de Planificación donde tenemos a Harry Carbonell como asesor. Yo mismo tengo labores como asesor y soy todavía parte del directorio aunque no soy arquitecto, pero conozco el espíritu del sitio. Hay varios arquitectos allí; los únicos que no somos arquitectos somos Juan Velázquez y yo.
GLM: De todos los proyectos del desarrollo, ¿cuáles son sus favoritos? ¿de cuál usted está orgulloso?
AP: El inicio con Bill Cox en Punta Águila… estoy hablando de esas casas. Bill Cox hizo muy buen trabajo. Hizo parte del hotel. Por ejemplo la casa de Oscar de la Renta. Mira, déjame hacer un paréntesis: yo quise mucho a Oscar y Oscar fue un gran dominicano. Iba a New York y cenaba con Oscar en algún lugar y venían las autoridades del estado, el senador y gente así. Era una gran celebridad. Oscar era de Santo Domingo igual que yo…
GLM: Quizás cambiando un poco el tema quisiera hacerle una pregunta a la luz de ver todo el desarrollo de Costasur y Casa de Campo, la transición hacia unos nuevos dueños que quizás tienen una visión más flexible: ¿Cómo ve usted el futuro?
AP: Creo que Casa de Campo ha sido un éxito pero el mercado tiene hoy otras condiciones, ahora mismo está un poco paralizado, pero esas son condiciones generales. Sin embargo ahora mismo hay 40 casas en construcción o renovación y ahí es que se está invirtiendo el dinero, pero hay pocas ventas. Hay reventas, pero recuerda que el negocio nuestro es vender la tierra.
GLM: ¿Cuál es el valor del metro promedio aquí en casa de campo?
AP: El más barato 400 dólares… sube a 850 en lo que queda en Caletón… pasa por 650, dependiendo del lugar…
GLM: ¿Y ustedes tiene abierto…?
AP: Si, pero recuerda que nosotros somos dueños hasta Bayahibe, eso ahí es futuro desarrollo. Mira, incluso existe el diseño de un campo de golf de aquel lado… yo creo que el futuro de Casa de Campo está de aquel lado.
GLM: Don Alfonso, usted no me ha dicho cuál es su casa favorita…
AP: Bueno, para mí, desde el punto de vista de la vieja arquitectura, las casas de Bill Cox son preciosas…
Adolfo Despradel
William -Bill- Cox y el espíritu del lugar
William Cox: … volé hasta La Romana con Alvaro Carta y me dice “Dios, Bill, tengo un problema! Tengo estas reservaciones y no tenemos habitaciones disponibles; qué puedes hacer rápidamente?” Cenamos esa noche y le dibujé un boceto en papel amarillo. La próxima mañana me dice: “Cox, esto es genial, tenemoss que hacerlo!” En el Hotel La Romana existían estos ‘bunkers’ de concreto frente al mar, lo que hice fue ponerles un segundo piso. Luego de eso la gente decía “cómo es posible que utilizes esos materiales tan comunes?” - Pero es todo lo que teniamos a nuestro alcance: postes de teléfono, asbesto cemento corrugado, entonces eso utilicé. Luego de esto Álvaro me dijo que cruzaríamos el rio y construiríamos otro hotel ahí junto a un campo de Golf. El campo de Golf ya existía pero el quería que el hotel estuviese en el campo de Golf; y así fue que nació Casa de Campo. La gente cuando iba a visitar siempre decía que quería comprar una casa aquí, entonces luego construimos las Golf Villas que están en grupos de 5 (clusters de 5) .
Adolfo Despradel: ¿Y qué tal de las casas en Punta Águila de madera? Como La Favorita?
BC: Punta Aguila era privado; Bluhdorn construyó casas como La Favorita en la playa. No existía más nada que esta casa. Una vez me preguntaron qué hacer con esta casa y les respondí: dinamitenla! (se ríen). La esposa del dueño se lo dijo y luego de esto habló con Alvaro para que “sutilmente” tratara de despedirme y enviarme a casa. Desde entonces fuimos enemigos.
AD: Entonces es el año 1972, el año en que llegaste a RD. ¿Siempre te gusto desde que llegaste?
BC: Te contaré una historia: Alvaro era muy inteligente con el dinero, nunca le gustó desperdiciar o malgastar. Cuando llegué, buscamos un apartamento con el, tuvimos que manejar desde Miami hasta Vero Beach para montarnos en el avión ahí a las seis o siete de la mañana. De camino tenia una reunión con unos ejecutivos mientras yo escuchaba en silencio detrás. Se voltea y me dice “Muy bien Cox, hablemos. Tengo un problema, tengo esta propiedad en Santo Domingo y quiero construir hoteles ahí. Uno en esta esquina y otro en esta otra esquina.” Le pregunté “quieres hacer un hotel con su propio staff y mantenimiento? Y luego quieres hacer otro hotel acá con su propio staff y mantenimiento?”
Me responde que sí y luego dice “porque no tengo idea de lo que estoy haciendo.”
AD: Estos hoteles se convirtieron en Hotel Santo Domingo y La Hispaniola?
BC: Le dije a Alvaro que La Hispaniola era un burdel que le pertenecía a la hermana de
Trujillo; lo que eventualmente se hizo fue comprar La Hispaniola y restaurarla, y construir el Hotel Santo Domingo. Luego de esto me dice Alvaro que debemos construirle una casa a Charlie. Cuando esta fue terminada, y el Sr. y Sra. Buhdorn fueron por primera vez, la casa estaba completamente amueblada, con todos los empleados.
AD: Estas hablando de Casa Grande, pero tengo entendido que La Favorita era, bueno, la favorita.
BC: Sí, La Favorita es una casa sencilla de playa que diseñe, la cual era solamente una sala arriba y un vestidor abajo. Lo que hicimos fue convertir el vestidor en una habitación y dede entonces creo que siempre lo ha sido. El pabellón en la playa no estaba ahí originalmente, pero en el tiempo han ido agregando volúmenes.
AD: El pabellón sigue ahí, de hecho, ayude a Dominique (Bluhdorn) a remodelarla, cambiaron el techo un poco. Crecí en Casa de Campo y tengo una curiosidad: mientras mis padres trabajaban en la tercera etapa del complejo, nos quedamos en unas Golf Villas de dos o tres niveles. Recuerdo la oscuridad del primer nivel y que al subir al segundo nivel en el que estaba la sala, -fue la primera vez que vi un diseño así- abrías las puertas para salir y entraba todo el sol, pero al volver a entrar tenias que esperar que los ojos se adapten.
BC: Esa era mi filosofia, subes al segundo nivel donde es que se encuentra el techo precioso!
AD: Exacto; la gente no ha cambiado mucho, mucha gente tal vez no se ha dado cuenta de eso. En los diseños nuevos, en las propuestas, nadie propone algo similar a lo que diseñaste. Quería traer de vuelta, de alguna manera, un poco de la idea de todo ese legado, todos esos años fantásticos; Casa de Campo sigue teniendo esa magia: quienes van y duermen una noche se enamoran, los hijos, las mujeres y hombres, pero recuerdo que en aquel entonces había una sensación más notoria de libertad en comparación al resto del país, la sensación de un área caribeña muy relajada.
BC: Afortunadamente eso es todo, no hay mas nada.
AD: Pero en cuanto a la composición, tenias algo en mente o te divertías al diseñar?
BC: En ese entonces leí un libro que decía que mientras más alta la humedad, más rápido el movimiento de la brisa en la piel; utilicé todos esos principios para recrear eso. Sé de donde vienen los vientos y quiero que cuando esté adentro pueda salir.
Imagen de conjunto y boceto conceptual de la casa Paramount, uno de los proyectos de Cox que demuestra la importancia que le otorga a las cubiertas en sus diseños. Solía decir: “Build a big roof and place everything under it”.
Imagen de archivo de un detalle en Casa Mastrolilli, Casa de Campo.
AD: Ariela Storniolo me decía hace unos días que algunos huéspedes venían, anunciarían que vienen e iría con Oscar de La Renta a decorar la casa y preparar todo y crearles esa experiencia que los enamoraría de Casa de Campo. Si era así, les preguntarían qué clase de propiedad querían, cuantos metros, y ya, “aquí tienen su lote.” Alguna vez viste este proceso?
BC: Seguro fue depues de irme, porque Punta Águila, todas esas casas, las hice, excepto una, creo.
AD: Algunas siguen intactas sin ninguna alteración alguna.
BC: Cuando a Oscar (de La Renta) se le da su casa y me asignan como su arquitecto, a el no le gustó para nada. Le hice la casa y Alvaro me cuenta un día que estaba en la casa en una fiesta y le pregunta a Oscar quién fue su arquitecto. Luego de mucho insistir, Oscar me menciona; su esposa me escribe: “Gracias, Bill, por hacer esta increíble casa”. Alvaro al enterarse de la carta me dice “deberías de imprimir eso y tenerlo en una tarjeta” y eso hice, siempre la tengo en mi billetera!
AD: Bill, agradezco mucho tus respuestas y el tiempo que me has dado. Qué más debería preguntarte?
BC: No lo se, estoy lleno de respuestas, solo necesito preguntas
Panorámica y boceto conceptual -al centro derecha- de la casa Paramount y la casa de de Dino de Laurentis, dos de las residencias de Cox en el paisaje costero. Debajo, postal de la época de la primera obra de Cox en el país: las cabañas del antiguo Hotel La Romana.
Club de la Costa Antiguo Hotel Romana
Club de la Costa Antiguo Hotel Romana
William Cox
Bill Cox relata que en una ocasión Álvaro Carta le dijo en el curso de una cena en lo que era el Hotel Romana, hoy Club de la Costa: “Bill tengo un problema, tengo habitaciones reservadas para un torneo de golf pero no tengo habitaciones.” Más tarde esa noche Cox realizó un boceto en un trozo de papel y se lo mostró a Carta al otro día, la respuesta del entonces administrador del Central Romana fue, “hagamos eso Bill.”
Para la propuesta Cox utilizó unas estructuras de concreto existentes a la orilla del mar a las que simplemente les puso un segundo piso. Utilizó materiales que había disponibles en el Central: planchas de asbesto cemento, postes de teléfono, traviesas de ferrocarril. Todo ordenado de manera muy contextual con la arquitectura típica de la industria azucarera y con un sello que de alguna manera marcará toda la arquitectura de esa época de Casa de Campo. Las paredes de asbesto cemento del segundo nivel permitieron conducir la infraestructura y propiciar el mantenimiento continuo de las inatalaciones. Se trata además de edificaciones que requerían muy poco mantenimiento lo que iba a favor de un negocio turístico que apenas comenzaba.
Estas cabañas permanecen allí pero con otro uso, son el testimonio de una época embrionaria. La solución de Cox fue un éxito y a raíz de eso Carta propuso: hagamos un hotel al otro lado del río, así nació Casa de Campo…
Hotel de Casa de Campo
Hotel de Casa de Campo
William Cox
Ya desde finales de la década de 1960 Álvaro Carta tenia la idea de buscar un nuevo nicho económico para el Central Romana y estaba convencido de que el turismo sería la respuesta. Se había iniciado una pequeña operación hotelera con el Hotel Romana, que era mas bien un resort para los ejecutivos de Gulf + Western y no poseía las potencialidades que existían en los terrenos que estaban al otro lado del Río Dulce.
La decisión de Carta fue construir, en los predios de Casa de Campo a principio de los años 1970, un exclusivo campo de golf en estos terrenos para lo cual contrató al afamado diseñador Pete Dye y complementarlo con una serie de habitaciones cuya factura estuvo al cuidado del arquitecto William Cox.
Desde el inicio se pensó que el hotel Casa de Campo no sería una operación avasalladora del paisaje tipo las Vegas, Miami o Hawái sino que sería una inserción cónsona con un entorno exuberante a orillas del mar y enmarcado por el magnífico campo Teeth of the Dog que Dye había diseñado y construido. Las habitaciones fueron concebidas en forma de pequeñas casitas que de una manera u otra pondrían el sello a las construcciones que surgirían allí a lo largo de los años.
Las áreas nobles diseñadas por Cox serían un ejemplo de integración de la arquitectura con el paisaje y una confirmación del compromiso expreso de crear algo diferente de lo que acostumbraba la industria turística internacional por aquella época. Se trataba de interesantes muestras de arquitectura en madera oscura creadas a base de los materiales disponibles en el lugar. Los elementos naturales, las grandes alturas de los techos, las aperturas que permeaban la intensa luz de la isla a través de las persianas imponían un toque de elegancia tropical al singular establecimiento hotelero.
Imágenes de archivo (circa 1978) de la configuración original del Hotel Casa de Campo, según fuera proyectado por William Cox. Posteriormente la instalación fue integralmente intervenida y puesta al día bajo proyecto del arquitecto dominicano Rafael Selman, con las diseñadoras Mayra González y Patricia Reid. Ver páginas siguientes (ed). Conjunto formado por el hotel, sus construcciones y servicios complementarios en el paisaje actual de Casa de Campo.
Salón Flamboyán Hotel Casa de Campo
Salón Flamboyan
Hotel Casa de Campo
William Cox / Remodelación de Rafael Selman
El hotel diseñado por William Cox en los tempranos años 70 fue en su momento un ejemplo de cómo combinar lo elegante y lo artesanal, el ambiente sofisticado con la rústica madera y la luminosidad del trópico con el romántico misterio de los interiores en penumbra que caracterizaban a la arquitectura de Casa de Campo. Sin embargo el tiempo es implacable y el cambio es la única constante, en ese orden se hizo necesario remozar el hotel para ponerlo a tono con la sensibilidad de los tiempos actuales.
La globalización impone un orden al que la arquitectura se pliega de manera mimética o responde desde las particularidades de lo local. En este caso la solución ha sido de compromiso pues se ha mantenido la apertura característica de los espacios tradicionales de Casa de Campo pero de igual manera la materialidad, la iluminación y el orden de los recintos responden a una propuesta contemporánea. La intervención incluyó la adecuación de los espacios, el cambio de materiales y el dar primordial importancia al Centro de Conferencias como un espacio de alta intensidad de uso dentro de los esquemas operacionales de la hotelería actual.
La parte arquitectónica de la remodelación estuvo a cargo de Rafael Eduardo Selman, Mayra González realizó los interiores de las áreas nobles. Las habitaciones fueron encargadas a la reconocida firma de interiores de Patricia Reid, quien también trabajó en la iniciativa en pos del mismo objetivo de poner al día estas afamadas instalaciones de unos de los hoteles más admirados de la región del Caribe.
Mayra González define como una experiencia inolvidable este trabajo y señala al respecto: “Después de muchos años dedicando mis servicios a la organización de Casa de Campo, me entusiasmó la oportunidad de asociarme con la firma de arquitectos Selman y Asociados para este proyecto, logrando una sinergia impresionante. El Arq. Selman tiene un estilo bastante similar al mío… tanto es así, que conocí su trabajo antes que a él como persona” Por su parte Selman agrega: “La arquitectura y el diseño de interiores se acoplaron en un baile espectacular de compenetración, armonía y respeto, con excelentes resultados.”
La propuesta, en sus aspectos conceptuales propuso modernizar los espacios a partir de unos interiores de estilo minimalista pero que retuvieran un espíritu de calidez que captara lo que ha sido históricamente la esencia de Casa de Campo. Los autores lograron una perfecta armonía entre la arquitectura y el interiorismo lograda a partir de trabajar ambos aspectos en conjunto desde el inicio del proyecto. A ese respecto Mayra González señala que: “es muy difícil separar el diseño arquitectónico del diseño de interiores, del diseño de la iluminación y del diseño de los jardines. Todos se complementan.”
Proyecto
Salon Flamboyán
Hotel Casa de Campo
Diseño arquitectónico
William Cox / remodelación de Rafael Selman
Localización
Casa de Campo, La Romana
Punta Aguila 33
William Cox
William Cox
Casa de Madera, la residencia que Oscar de la Renta construyó en casa de Campo en 1970 es diseño de William Cox. De la Renta, viajero incansable, había visitado Tailandia y se había inspirado por el estilo sobrio y oriental de ese país y de manera particular por la residencia del empresario norteamericano James H.W. Thompson, quien había construido una magnifica casa combinando seis viviendas llevadas desde diferentes lugares de Tailandia hasta Bangkok y armadas allí como una sola.
La propuesta de diseño elegida para Casa de Madera se produce a partir de cuatro edificaciones separadas conectadas por pasarelas. Este complejo de edificios se ubica sobre un trozo de playa privado complementado por una pequeña piscina. Los interiores ostentan los techos altos que caracterizan las villas diseñadas por Cox y se produce en ellos el claroscuro interno que contrasta con la luminosidad del paisaje exterior.
En la casa se puede observar el uso de materiales naturales como la caoba centenaria, el pino, el ratán y el bamboo. A través de todo el interior se encuentran porcelanas antiguas chinas, y una colección extensa de caparazones antiguos de tortugas marinas.
Los dueños actuales han logrado preservar la esencia original de la casa como fue concebida por Oscar de la Renta desde el principio. Han agregado una gran gama de antigüedades y piezas de arte que se mezclan perfectamente a la atmosfera de la propiedad.
Al pasear por el hermoso jardín, meticulosamente diseñado por Rosangela Bobea y Omar Garrido, bajo el ojo de la propietaria, los árboles centenarios con sus majestuosas ramas que aparentan crear grandes esculturas, envuelven al espectador en una atmosfera casi irreal.
La propiedad contaba con una buena población de árboles y palmas que por su edad ya habían alcanzado su tamaño de madurez. Así también, la parte de la costa conservaba hermosos mangles, que habían crecido allí espontáneamente y que afortunadamente habían sido respetados. Estos elementos proporcionaron una buena base para la reestructuración del jardín a partir de revisar su morfología y material vegetativo secundario y los elementos que habían sufrido, cambiado, o desaparecido con el tiempo. Para garantizar la permanencia del diseño paisajístico, se eligió material vegetativo de poco mantenimiento y resistente a las adversidades de la costa, el salitre y las fuertes brisas, siempre tomando en cuenta el crear espacios de diversidad de especies para hacer el paisaje más atractivo e interesante.
Las nuevas adiciones a la casa han sido tan bien ejecutadas en el ambiente existente que es difícil pensar que no estaban allí desde su origen. La mayoría de los nueve dormitorios han permanecido casi completamente intactos, con solo unas leves modificaciones para hacer más agradable la estancia de los invitados. Los nombres originales de las casitas también se han mantenido. Por ejemplo, el nombre de la habitación original del hijo de Oscar de la Renta, “Casa Moisés”, es ahora la habitación de los hijos de los dueños actuales. Las casitas “Casa Stefania” y “Casa Kate”, eran los nombres de las hijas del dueño anterior. (Familia Perfetti)
La nueva piscina, construida por Arturo Gil, quien ha hecho diversas modificaciones en la casa desde el tiempo en que Oscar de la Renta vivió allí, se localiza al lado de Casa Kate. Un área que no se utilizaba para nada en los primeros años de Casa de Madera, es ahora una de las preferidas por todos. De igual manera, el gazebo, situado a la orilla del mar Caribe y el área de bamboo, son las áreas favoritas de los dueños.
La playa privada en las proximidades de “Casa Piscina” o dormitorio de los propietarios también fue mejorada de acuerdo al arrecife existente.
Dada su extensión la propiedad permitía, y hasta cierto punto demandaba de los diseñadores crear áreas de contemplación, así como también áreas de uso para eventuales celebraciones de carácter social. Esto se logró siempre teniendo en cuenta el potenciar la visibilidad de la costa y el mar desde todos sus espacios sociales y habitaciones. De la misma manera se han disimulado o escondido aquellos elementos que no eran atractivos o apropiados para el entorno, por lo regular áreas o instalaciones de servicio.
Después de 40 años, la magia de Casa de Madera aún permanece intacta y mantiene vivo su espíritu mientras la frondosa vegetación enmarca cada esquina.
Proyecto
Punta Águila 33
Diseño arquitectónico
William Cox
Propietario original
Oscar de la Renta
Paisajismo original (1998)
Sarah Bermúdez
José Manuel Robles
Paisajismo (2009)
Rosángela Bobea
Omar Garrido
Interiores
Arturo Gil
Localización
Casa de Campo, La Romana
Fecha
1973
Casa
Casa Grande
William Cox
Casa Grande fue concebida originalmente como una casa de huéspedes para altos ejecutivos del Gulf + Western. Al igual que otros diseños de William Cox se trata de un ordenamiento en base a recintos separados que se conectan por terrazas, pasarelas y senderos enmarcados por un hermoso jardín tropical. Mas que una casa es un complejo habitacional concebido como la suma de las partes dentro de un marco paisajístico que lo completa. Los elementos se alinean de manera orgánica al frente marino en una actitud que indica que en lugar de ocupar el terreno apoyando la arquitectura en él mas bien se cultiva con este una relación simbiótica.
Los diversos pabellones que componen Casa Grande poseen los acentuados techos inclinados que caracterizan la arquitectura tropical y sus interiores son abiertos a las brisas y a la intensa luz que se atenúa mediante las persianas de madera que marcan muchas de las casas de la primera época del complejo.
Proyecto
Casa Grande, Diseño arquitectónico
William Cox
Propietario original
Oscar de la Renta
Paisajismo original (1998)
Sarah Bermúdez
José Manuel Robles
Paisajismo (2009)
Rosángela Bobea
Omar Garrido Interiores
Arturo Gil
Localización
Casa de Campo, La Romana
Fecha
1973
La Favorita, Punta Aguila 31/32 -
30
La Favorita, Punta Aguila 31/32 - 30
William Cox / Benjamín Paiewonsky
Según el testimonio de Bill Cox esta casa era inicialmente un gran salón con un vestidor en la planta baja. El vestidor fue transformado en un área de dormitorios, luego se agregó un pabellón que se interna en el mar.
El espacio central se mantiene casi tal como lo concibió Cox inicialmente. Se trata de un recinto con un techo de gran altura y puertas altas. La madera pintada en tonos oscuros da al interior la sensación de penumbra que caracteriza a los interiores de este arquitecto, mientras la gran apertura hacia el mar permite visuales libres del horizonte. La casa se adapta al terreno que desciende hacia el agua.
Detrás del espacio central se ubica una edificación construida posteriormente en hormigón y madera y cuyos interiores claros se diferencian de manera patente de la propuesta inicial.
Recientemente se ha renovado la estructura del pabellón sobre el agua y se ha remozado el techo. Con pocos agregados y manteniendo casi intacta su planta original la Favorita mantiene la elegancia tropical de la primera época de Casa de Campo.
En el predio de Punta Aguila 30, acanto a La Favorita, se sitúa otra residencia propiedad de la misma familia, diseñada originalmente por el Arq. Benjamín Paiewonsky. Fue posteriormente ampliada por Hugn Newell Jacobsen, e intervenida por Roberto Coppa. Finalmente, el Arq. William Cox participó en una modificación pequeña.
Proyecto
Punta Aguila 31 / 32 - 30
Diseño arquitectónico
William -Bill- Cox
Localización
Casa de Campo, La Romana
Fecha c.1975
Punta Aguila 9
Punta Aguila 9
William Cox
Esta vivienda, construida para un industrial de la Zona Franca de la Romana es una de las primeras villas de Casa de Campo. Fue diseñada por el arquitecto norteamericano William Cox en base a un parti definido por el uso de pabellones independientes que se conectan por pasarelas.
Un portal dominado por un arco de medio punto de reminiscencias californianas marca la entrada principal. Los espacios muestran los altos techos y elevadas puertas que caracterizan las propuestas de Cox en Casa. Las áreas sociales dan paso la terraza donde la piscina ocupa el centro a la vez que brinda un entorno que se abre a la vista marina. Predomina el uso de la madera como material principal y los shingles como cubierta del techo.
Esta casa, por lo temprano de su aparición dentro del esquema general del proyecto turístico, marca lo que sería el estilo de Casa de Campo caracterizado por una elegancia basada en lo natural con énfasis en el clima y el paisaje local.
Proyecto
Punta Aguila 9
Diseño arquitectónico
William -Bill- Cox
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha 1979
Punta Aguila 15-16
Punta Aguila 15-16
William Cox / Jorge Porto
Esta residencia comprende dos etapas marcadas por la mano de dos diseñadores, el arquitecto Bill Cox y el artista cubano Jorge Porto. El primero diseña la vivienda original mientras que el último interviene la casa a instancias de la esposa del propietario años después de construida.
De un primer momento se hace evidente la diferencia que existe en la obra de los dos diseñadores, por un lado Cox mantiene la propuesta que le caracteriza mediante el uso de la madera y los altos techos. El color natural de la madera confiere a los interiores un grado de iluminación atenuado que contrasta con la luminosidad del exterior. Porto en cambio utiliza el ladrillo combinado con muros en blanco lo que imprime una reminiscencia colonial a la obra a la vez que integra interiores luminosos en su propuesta.
La relación de la casa con el paisaje se materializa en la interfase con el entorno que marca la terraza con piscina.
Punta Aguila #15 -16
Diseño arquitectónico
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha c. 1976 / 1995
Golf Villas, primera etapa
William Cox
Golf Villas, primera etapa
William Cox
El testimonio de Bill Cox indica que después de que Pete Dye creara el campo de golf de Teeth of the Dog y se hiciera el hotel Casa de Campo surgió el interés por parte de algunos visitantes de adquirir propiedades en el lugar, es entonces cuando se crean las Golf Villas que probarían ser un éxito de ventas y se convertirían en el motor del desarrollo de Casa de Campo. Las Golf Villas cuentan ya con 9 etapas.
Se implementaron dos modelos de villa en uno y dos niveles. La variante de un nivel poseía un esquema sencillo desarrollado de manera compacta y eficaz, la de dos niveles es ligeramente más complicada en su propuesta. Las primeras versiones poseían los dormitorios en el piso bajo y las áreas sociales en el segundo, una propuesta un tanto difícil de aceptar cuando lo que se buscaba celebrar era el campo de golf y su paisaje. Las que se construyen posteriormente conservan la veranda en primer nivel y la relación de esta con el espacio central que aparece en la villa de un piso. Un dormitorio guarda una relación directa con la terraza que es el espacio por excelencia. En segundo piso dos dormitorios completan la propuesta de una unidad cuyo centro vital está obviamente en el primero.
Todas las variaciones de la villa de golf se acogen al mismo programa: la terraza como espacio de importancia de la casa y las demás estancias como recintos ancilares de esta. En lo que a organización en el lugar se refiere se prefirió construirlas en grupos y escalonarlas a manera de desencuentro para propiciar la privacidad y potenciar las vistas. Es en estas características donde descansa el éxito del modelo que fue por muchos años la bandera de Casa de Campo.
Proyecto Golf Villa primera etapa Diseño arquitectónico
William Cox
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha c. 1977
Golf Villas, modelo típico
William Cox
Golf Villa modelo típico
William Cox
Este modelo corresponde a la primera etapa de villas diseñadas por Bill Cox a raíz del deseo expresado por los visitantes del hotel de adquirir propiedades en el lugar
Esta variante, de un solo nivel trae vivas reminiscencias de la arquitectura de plantación reproduciendo en cierto modo las casas existentes al otro lado del río, en la zona del Central Romana. Una terraza conecta la casa con el exterior. Se trata de un espacio adosado a un estar central alrededor del cual se desarrollan el comedor y los tres dormitorios. Dos de estos se comunican directamente a la terraza. Se trata de un diseño muy bien logrado, compacto y con economía de recursos. Casi un gesto mínimo pensado para la celebración del paisaje desde el hecho fundamental del habitar. La propuesta formal exterior es sencilla con un techo inclinado de pendiente quebrada. Estos techos fueron durante muchos años la imagen común del paisaje de Casa de Campo.
Golf Villas VIII
Ernesto - Cuquito Armenteros-
La etapa VIII de las Villas de Golf conserva el sabor de las etapas originales pero agrega una propuesta de ordenamiento innovadora y un tanto manierista en su esencia. De la misma manera que en las versiones previas la terraza es el espacio por excelencia que, además de marcar la relación directa con el exterior, filtra las vistas al campo de golf y sirve de lugar de reunión a los usuarios. La geometría es diferente y posee esa opción por los espacios rotados que caracterizó a la arquitectura dominicana de la década de 1980. Se trata de una apuesta por un ajuste formal del espacio a través de un ligero giro que rompa la ortogonalidad y agregue dinamismo a la volumetría.
La Golf Villa VIII con sus muros blancos y sus techos inclinados en rojo se convierte en continuación, tanto en la arquitectura como en la historia, de las propuestas primeras de Casa de Campo.
Golf Villa 96
William Cox / remodelación de Sánchez & Curiel
Con la Golf Villa 100 no podemos dejar de pensar en las piezas de música clásica que se prolongan en el tiempo con títulos tales como “Variaciones sobre un tema de Haydn de Johannes Brahms” o algo así, y es que con esta casa nos damos cuenta de cómo el modelo inicial se multiplica, existe y funciona aún hoy. No se trata de imitaciones de las propuestas primeras de Cox sino de variaciones creativas que sacan ventaja de una idea inicial que en su momento probó y prueba hoy sus bondades.
La variación que nos propone el destacado estudio de Sánchez y Curiel conserva la imagen exterior característica de Casa de Campo y la preeminencia de la terraza que se desarrolla, en todas las variantes de las Golf Villas, como un espacio de vital importancia. Esta variante es más intimista, por así decirlo, que sus predecesoras. es mas cerrada al exterior, con excepción de la terraza e integral programa de la casa un patio cerrado con piscina.
Los interiores son más elaborados y responden al espíritu de los tiempos. Los materiales de terminación y el tratamiento novedoso de los huecos conviven con los muros en blanco y el tejado en rojo que trae reminiscencias de la tradición de Casa de Campo.
Podría decirse que se trata de una variación sobre un tema anterior pero agregando que se trata de una que enriquece un modelo de probado éxito.
Proyecto Golf Villa 100
Diseño arquitectónico
William -Bill- Cox, remodelación de Sánchez & Curiel
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha c. 2010
03 Hacia un nuevo hábitat en el Caribe
Reseña:
David Peacock / Adolfo Despradel
José Horacio Marranzin i/ Rhina
López Marranzini
José Horacio Marranzini / Monique Berloi
Simón Lopez
Marco Aldaco
José Horacio Maranzzini
William Reid
Apolinar Fernández de Castro
Simón Lopez
José Antonio Caro / Caralva
Nazre Sansur
Pedro José Borrell
Juanin Perez Morales
Manuel Polanco
Hugh Newell Jacobsen
Francisco Feaugas
Vida Verde
Green living
Barranca Oeste 29
Barranca 1
Barranca 5
Barranca Oeste 37
Punta Minitas 11
Punta Minitas 17
Punta Minitas 31
Punta Minitas 37
Bahía Minitas 6
Punta Aguila 5
Punta Aguila 34
RioMar 11
RioMar 15
RioMar 29
Bahía Chavón 1
Bahía Chavón 2
El Ingenio
La arquitectura de Casa de Campo posee un imaginario del todo propio. La previa existencia del Batey del Central Azucarero le sostiene como punto de apoyo, traducido en nuevas obras ligeras, transparentes, de materiales naturales, producidas en los tempranos ensayos domésticos por de William Cox, y asumidos eventualmente por casi todos los arquitectos, locales e internacionales, que han dejado aquí su impronta. Dentro de esta paleta, se observará, como pretendemos en el itinerario reseñado en la edición, acercamientos múltiples que persiguen capturar ese espíritu de las casas originales de los años 70. La presencia de Oscar de la Renta en estos años también fue determinante en los interiores, tanto por su elegancia como por su sencillez.
Vida verde
David Peacock / Adolfo Despradel
“En mi opinión, Pete & Alice Dye son dos de las personas más importantes en la historia de Casa de Campo.”
– Gilles Gagnon, Former Director of Golf at Casa de Campo.
Desde el primer día, la vida en Casa de Campo literalmente ha girado alrededor del golf. El resort es conocido por sus impresionantes campos de golf de clase mundial. Pero las obras maestras de impecable diseño de Pete Dye han tenido un impacto mucho más profundo en Casa de Campo. De hecho, gran parte del resort se construyó alrededor de los campos, con sus calles onduladas y cuidados greens convirtiéndose en una parte integral de los nuevos vecindarios que se han construido. Aquí, echamos un vistazo a cómo empezó todo con la humilde Villa de Golf.
En el momento en que se creó Casa de Campo, el complejo consistía en un hotel, un puñado de hermosas residencias familiares de madera junto al mar, y, lo que es más importante, un grupo de villas más modestas que bordeaban el primer hoyo del recién inaugurado campo de golf Diente de Perro. Estas estructuras fueron las llamadas “Villas de Golf”, el primer producto clave para atraer inversionistas al nuevo resort.
La primera fase de las Villas de Golf, diseñadas por el arquitecto William Cox, eran estructuras bastante modestas, casas de 2 o 3 dormitorios con un área de solo 150 a 200 metros cuadrados. Los edificios de dos pisos se agrupaban como filas de casas adosadas con ventanas frontales y traseras, sus blancas paredes de estuco y techos de teja color naranja en perfecta armonía con el estilo de las ‘casitas’ del nuevo hotel.
Para los estándares de hoy día, la primera fase de las Villas de Golf podría verse positivamente ‘bonita’ en comparación con algunas de las mansiones gigantescas que ahora adornan los terrenos del resort. En el momento en que fueron construidas se convirtieron en un producto muy exitoso y pronto se construyeron más fases subsiguientes.
Las fases posteriores de las Villas de Golf vieron un cambio en su diseño a un formato de una sola planta. Aunque todavía bastante pequeñas en tamaño (200 a 300 metros cuadrados), estos trabajos posteriores ofrecían amplias terrazas, permitiendo a los habitantes disfrutar de las extensas vistas del campo de golf que los rodeaban. Las ventanas de rejillas y los porches a prueba de insectos permitieron que la luz se filtrara llenando los lujosos interiores oscuros. Mientras, en el exterior las tejas anaranjadas de terracota saltaban contra la vibrante extensión verde que envolvía la propiedad.
Lo que hizo de estas propiedades una propuesta tan atractiva fue su asequibilidad y flexibilidad. Fueron construidas ‘fuera de plano’, lo que significaba que los compradores podrían seleccionar su diseño o configuración preferida. Y, a diferencia de otras propiedades más caras dentro del resort, no tenían áreas de servicio. Todo esto significaba que usted podría obtener su propio pedazo del paraíso por una fracción del costo de una villa frente al mar, vendiéndose las Villas de Golf originales por solo US$15,000.
Además, las Villas de Golf se vendieron como “puntos de villa”, un concepto que formaría la base de numerosos proyectos futuros. Esencialmente, se compra el espacio ocupado de la propiedad, pero no el terreno a su alrededor. El no tener ningún terreno extra significaba que no habría costos extras de mantenimiento ya que los terrenos circundantes quedaban como propiedad y responsabilidad de Costasur.
Naturalmente que el razonamiento detrás de este enfoque fue en parte el mantener los costos bajos en un intento por ganarse a los posibles compradores, pero había más que eso. Al conservar la propiedad del terreno que rodea a las Villas de Golf, Costasur podía “mantener el control de la belleza” del resort, tal y como lo manifiesta de manera
elocuente don Alfonso Paniagua, vicepresidente y Administrador de Costasur.
Los espacios abiertos alrededor de las villas eran una parte importante de la filosofía del diseño. De hecho, la esencia misma de Casa de Campo descansa en su sensación de apertura: amplios y verdes espacios proporcionando una sensación de que la naturaleza se despliega alrededor. Paniagua reconoce esta sensación de apertura como uno de los mayores activos y atractivos del resort, y un factor clave en el éxito de Casa de Campo por décadas.
Uno no puede subestimar el sentido de comunidad fomentado por la planificación y el diseño inteligente de estos primeros proyectos; espacio libre de cercas que mejora la calidad de vida y proporciona una sensación de comunidad. Un residente evoca recuerdos de su infancia en estas primeras Villas de Golf. Todos los fines de semana la familia escapaba de la expansión urbana de Santo Domingo emprendiendo el viaje a Casa de Campo: la atmósfera de aquellos interiores oscuros; el aire con olor a madera; la textura fresca de las paredes de estuco blanco; y más allá el verde. Fines de semana llenos de paseos en bicicletas por los terrenos abiertos; creciendo en la naturaleza; encontrándose con amigos en la piscina comunitaria
Por supuesto, muchas de las Villas de Golf se han actualizado y modificado desde su construcción, pero mirando alrededor de la tercera fase de Villas de Golf cerca de Cacique, todavía se puede captar la sensación de apertura prevista por los arquitectos y planificadores originales.
El segundo producto clave en la estrategia de bienes raíces de Costasur fueron las Villas de Tenis. Llamadas así por su proximidad al Centro de Tenis La Terraza, el cual fue construido cuesta arriba y tierra adentro, las Villas de Tenis estaban localizadas a cierta distancia del hotel. Las villas eran ligeramente más grandes que las Villas de Golf originales de la primera fase y eran más anchas, pero seguían el mismo lenguaje: estructuras modestas de dos plantas, con techos a dos aguas de color naranja y bordeadas de un blanco brillante. En la parte trasera de cada Villa de Tenis se encontraba una pequeña terraza enverjada y un balcón en el segundo nivel para aprovechar al máximo las vistas de los alrededores.
Cuando don Alfonso Paniagua llegó a Costasur en 1976, las Villas de Tenis ya estaban construidas, pero sencillamente no se estaban vendiendo. Al momento de su construcción, con la excepción del centro de tenis, no había mucho más en los alrededores, con caminos escabrosos y no pavimentados que unían a las casas con el resto del resort. La gente aparentemente sentía que estaban muy lejos de la acción, y algunos hasta decían que las propiedades no tenían alma. Paniagua fue encargado de la ineludible tarea de venderlas: “De acuerdo,” dijo don Alfonso, “pero en mis términos.” La fórmula de Paniagua funcionó. Ofreció un pago inicial del 10% y 10 años para pagar el resto. Se vendieron casi inmediatamente. Por supuesto, aquellos que buscaban su propia porción de paraíso no tenían que optar por
una villa diseñada por Cox fuera de planos; otra opción era comprar su propio solar aquí y construir su ‘casa de ensueño’, siempre que las estructuras planificadas estuvieran dentro de las Pautas de Diseño del resort, un conjunto de regulaciones detalladas que se introdujeron en un intento por preservar la estética general. Como resultado, a fines de la década de los 80, otros arquitectos comenzaron a darle un sabor ligeramente diferente a Casa de Campo.
Las limpias líneas del reconocido arquitecto norteamericano Hugh Newell Jacobsen son un perfecto ejemplo. El arquitecto construyó su primera casa en Casa de Campo, Casa Mendoza, en 1987, en un solar frente al mar en Punta Minitas. Recién después de diseñar la casa de Jacqueline Kennedy Onassis en Martha’s Vineyard, solo unos años antes, el arquitecto estaba listo para estampar su marca en el Caribe.
El trabajo de Jacobsen era perfecto para Casa de Campo: conocido por sus composiciones elegantes y modestas, citó la moderación como una regla: “La buena arquitectura es como una dama de buenos modales, que nunca les grita a los vecinos”, dijo en 1985. Y hasta el día de hoy su firma se enorgullece del hecho de que “se esfuerzan por diseñar edificios que pertenezcan, que hacen que el sitio se vea mejor y que, con suerte, nunca griten”.
Según Newell Jacobsen, el terreno es clave: “Realmente es el solar el que te habla“. -” ¿Cuántos edificios que conocemos se ven cómo que el arquitecto nunca estuvo allí antes de dejarlo caer en el terreno? “, preguntó. El arquitecto era un verdadero creyente en el desarrollo de un proyecto que fuera adecuado para su entorno. Expresó que la emoción del diseño de cada casa es poder cumplir una promesa. “Cada camino de entrada es una promesa. Y la puerta principal dice, entra. Y entras, y tienes que cumplir esa promesa “.
La casa no defrauda, con los distintivos inconfundibles del arquitecto: inmaculados pabellones blancos, cada uno con su techo a dos aguas; la agrupación en triunviratos de las líneas del techo; las limpias líneas de demarcación. Como es habitual en los diseños de Jacobsen, el demonio estaba en los detalles, las paredes se juntan con los pisos sin zócalos ni molduras intermedias; todo tiene que ser exacto.
La humilde elegancia de Casa Mendoza estaba en consonancia con la filosofía de Casa de Campo. Jacobsen tuvo éxito en traer algo nuevo al resort, mientras inteligentemente manejaba el integrarse.
Otra de las primeras construcciones para tener en cuenta es Villa Moore, diseñada por el auto denominado ‘arquitecto gitano’, Savin Coüelle. Aunque famoso por su estética única caracterizada por formas orgánicas y curvas, el arquitecto francés Coüelle tuvo cuidado en adoptar un enfoque diferente con su síntesis de Casa de Campo: “Como me adapto al país donde trabajo, en República Dominicana diseñé una casa dominicana” explicó. ¿El resultado? Una serie de pabellones construidos de forma plana y continua en el terreno, permitiendo que la brisa del mar fluya a través de la casa.
“Los propietarios querían un campo de golf que los turistas pudieran disfrutar, pero uno que también fuera lo suficientemente duro para torneos.” Un periodista relatando la historia de Diente de Perro, escrita en diciembre 1974.
Ubicada en un terreno con vistas al océano, una puerta de hierro anidada dentro de un muro de piedra coralina da paso a la entrada. Las paredes de la casa están construidas con dos capas de coral de cantera y, a lo largo del lado del océano de la propiedad, terrazas cubiertas recorren las tres fachadas del pabellón. Las aberturas arqueadas a las terrazas están rodeadas por puertas de persianas teñidas color natural. Pero mientras el exterior se ajustaba perfectamente a las pautas de diseño, los interiores expresaban un sentido del verdadero estilo del arquitecto: una calidad orgánica, casi escultural, con techos altos y curvas sensuales a cada paso. Para algunos elementos Coüelle optó por usar ‘pancho prieto’, una madera dura originaria de la República Dominicana, caracterizada por su color casi blanco y su centro oscuro: “Siempre uso el material natural del país donde trabajo”. explicó. El comedor tiene incluso un techo de vigas de una rara madera que una vez se exportó a España para construir carabelas.
Y el uso de estos materiales indígenas también era clave del trabajo del arquitecto mejicano Marco Aldaco en su diseño de Punta Minitas 11, una de las primeras villas a ser construida fuera del enclave original de Punta Águila.
Siempre sensible al paisaje y a la historia de los lugares donde construiría, el arquitecto a menudo incorporaba elementos indígenas: ‘Casa Palapa’ en Punta Minitas no fue la excepción y la propiedad presenta una serie de ‘palapas’, edificios con techos de palma apoyados en pilares. La residencia principal, abierta en un lado, estaba conectada mediante sinuosos senderos y pasillos techados de palma con la Gran Palapa, la casa de huéspedes y la piscina a orillas del mar; este desdibujamiento de interiores y exteriores es otro sello importante de Aldaco. Otro ingrediente clave del trabajo de Aldaco, y uno que lo hacía perfecto para Casa de Campo, era la humildad. “Yo nunca haría cosas absurdas o muy costosas con el fin principal de impresionar a otros”, dijo una vez.
En cambio, asumia un intenso interés en el sitio y se enfocaba en crear un diseño que satisfice las percepciones espirituales de sus clientes. Para algunos proyectos, Aldaco aparentemente incluso acampaba en el lugar para estudiar la dirección del viento o el ángulo del sol en diferentes horas del día. Como él dijo: “Trato de colaborar con la naturaleza para crear diseños vivaces.”
Sin embargo, aunque diseños nuevos y únicos estaban comenzando a surgir en Casa de Campo, la fórmula de las Villas de Golf siguió siendo un éxito, a tal punto que se replicó en otras áreas del resort.
“Como me adapto al país donde trabajo, en República Dominicana diseñé una casa dominicana.”
El arquitecto francés Savin Couelle sobe su filosofía del diseño de Villa Moore, construida in 1983.
Al desentrañar viejos planos a gran escala, cuidadosamente catalogados y archivados en cajones de madera, se revela cómo estas casas fueron delicadamente dibujadas alrededor del perímetro de los campos de golf; nuevos y frescos vecindarios bordeando los fairways.
Por supuesto, el desarrollo nunca fue apresurado; resistiéndose siempre los propietarios del resort a la tentación de seguir el ejemplo de algunos otros proyectos en el Caribe y florecer en una jungla de concreto. En cambio, mantuvieron la visión original de Álvaro Carta para Casa de Campo. Al inicio del resort, Carta afirmó que “por cada acre que desarrollamos para turistas, dejaremos tres acres naturales”. Siempre. ¡A perpetuidad!” Una gran demanda, sin duda, pero los propietarios del resort han trabajado arduamente para cumplir esa promesa.
Don Alfonso explica que la política siempre ha sido “el desarrollo lento, sobre una base permanente y continua,” manteniendo así la exclusividad y la alta demanda. Y hoy en día, la densidad permanece como una preocupación de relevancia para Costasur, donde el Departamento de Planificación trata el tema con la mayor importancia, refiriéndose a este como “la regla inquebrantable”. A fines del 2016 existían alrededor de 1800 villas, apartamentos y condominios dentro de las puertas del resort, representando una densidad muy baja de alrededor de una casa por cada cinco acres de terreno, incluyendo los cinco campos de golf del complejo.
Mirando hacia atrás, a lo largo de los años 70 y 80, el golf tuvo un gran impacto en Casa de Campo; era la columna vertebral del resort. Y a medida que surgían nuevas propiedades y vecindarios, los campos de golf proporcionaron los espacios abiertos por los que era conocida Casa de Campo.
El arquitecto William Cox definitivamente puso su sello en el resort, pero algunos dicen que después de Cox, Pete Dye fue el “gran urbanista” de Casa de Campo. Porque fue él quien tuvo la visión, no solo para el golf y los golfistas, pero también para los que viven alrededor de los campos. Sus impresionantes diseños se convertirían en una parte integral de la vida en Casa.
Green living
David Peacock / Adolfo Despradel
“In my opinion, Pete & Alice Dye are two of the most important people in the history of Casa de Campo.”
– Gilles Gagnon, Former Director of Golf at Casa de Campo.
Since day one, life in Casa de Campo has – quite literally – revolved around golf. The resort is renowned for its breathtaking, world-class golf courses. But Pete Dye’s impeccably designed masterpieces have had a much deeper impact on Casa de Campo. Indeed, much of the resort has actually been built around the courses, the rolling fairways and manicured greens becoming an integral part of the new neighbourhoods that have been constructed. Here, we take a look at how it all started with the humble Golf Villa.
At the time that Casa de Campo was created, the resort consisted of the hotel, a scattering of beautiful wooden family residences by the sea, and – importantly – a cluster of more modest villas skirting the first hole of the newly-opened Teeth of the Dog golf course. These structures were the quaintly named ‘Golf Villas’, the first key product in attracting investors to the new resort.
The first phase Golf Villas, designed by architect William Cox, were rather unassuming structures – 2- to 3-bedroom homes with an area of only 150 to 200 square meters. The twostory buildings were grouped together like semi-detached row houses, featuring windows to the front and back; their white stucco walls and orange-tiled gable roofs in perfect keeping with the style of the ‘casitas’ of the new hotel.
By today’s standards, the first phase Golf Villas may look positively ‘cute’ when compared to some of the mammoth mansions that now grace the grounds of the resort. At the time they were built, they became a very successful product and subsequent phases were soon being constructed.
Later phases of the Golf Villa saw the design shift to a single-story layout. While still rather small in size (200 to 300 square meters), these later iterations featured wide verandas, allowing inhabitants to drink in the sprawling golf course views surrounding them. Louvered windows and screened porches allowed light to seep in, filling the luxuriously dark interiors. While outside, the orange terracotta roof tiles popped against the vibrant green expanse enveloping the property.
What made these properties such an attractive proposition was their affordability and flexibility. They were built ‘off-plan’, meaning that buyers could select their preferred layout or configuration. And, unlike other, more expensive properties within the resort, they had no service areas. All of this meant that you could land your own slice of paradise for a fraction of the cost of an oceanfront villa - the original Golf Villas selling for just US $15,000.
In addition, the Golf Villas were sold as ‘puntos de villa’ – a concept that would come to form the basis of numerous future projects. Essentially, one would buy the footprint of the property, but not the land around it. No extra land meant no extra maintenance costs, with the surrounding grounds remaining the property – and responsibility – of Costasur.
Of course, the reasoning behind this approach was partly to keep costs low in a bid to win over potential buyers, but there was more to it than that. By retaining ownership of the land surrounding the Golf Villas, Costasur was able to “keep control of the beauty” of the resort, as Don Alfonso Paniagua - Vice President and Administrator of Costasur - eloquently frames it.
The open spaces surrounding the villas were an important part of the design philosophy. Indeed, the very essence of Casa de Campo lies in its feeling of openness; wide, green spaces providing a sense of nature unfolding around you. Paniagua recognizes this sense of openness as one of the resort’s biggest assets and attractions, and a key factor in Casa de Campo’s success through the decades.
One cannot underestimate the sense of community fostered by the intelligent planning and design of these early developments; fence-free space enhancing the quality of life and providing a communal feel. One resident recalls childhood memories of these early Golf Villas. Every weekend, the family would escape the urban sprawl of Santo Domingo and make the trek to Casa de Campo: The atmosphere of those dark interiors; the air redolent with scent of wood; the cool texture of the white stucco walls; and the green beyond. Weekends filled with riding bikes through the open grounds; growing up in nature; meeting friends at the communal pool.
Of course, many Golf Villas have been updated and modified since their construction, but look around the 3rd phase Golf Villas close to Cacique and you can still grasp a sense of the openness envisaged by the original architects and planners.
The second key product in Costasur’s real estate strategy was the Tennis Villa. Named due to their proxim- ity to the La Terraza tennis centre, which had been constructed uphill and inland, the Tennis Villas were located quite some distance from the hotel. The villas were slightly larger in size than the original first phase Golf Villas and were wider-set, but they followed the same vernacular: Modest two-story structures, topped with orange gable roofs and rendered in brilliant white. To the rear of each Tennis Villa was a small, walled terrace and a balcony on the upper level, to take full advantage of the surrounding views.
When Don Alfonso Paniagua came on board at Costasur in 1976, the Tennis Villas were already in place – but they just weren’t selling. At the time of their construction, save for the tennis centre, there was little else in the vicinity, with rough dirt roads linking the homes to the rest of the resort. People apparently felt that they were too far away from the action, and some even said that the properties had no soul. Paniagua was charged with the unenviable task of selling them: “Okay,” Don Alfonso said, “but on my terms.” - Paniagua’s formula did the trick. He offered them with 10% down and 10 years to pay the rest. They sold almost immediately.
Of course, those seeking their own slice of paradise did not have to opt for a Cox-designed, off-plan villa; another option was to buy your very own lot and build your ‘dream home’ here - provided, of course, that the planned structures fell within the resort’s Design Guidelines – a set of detailed regulations introduced in an attempt to preserve the harmony of the overall
aesthetic. As a result, by the late 1980s, other architects were beginning to give Casa de Campo a slightly different flavor.
The clean lines of renowned American architect, Hugh Newell Jacobsen are a perfect example. The architect built his first house in Casa de Campo – Casa Mendoza – in 1987, on an oceanfront lot in Punta Minitas. Fresh from designing Jacqueline Kennedy Onassis’ Martha’s Vineyard home only a few years before, the architect was ready to stamp his mark on the Caribbean.
Jacobsen’s work was perfect for Casa de Campo: Known for his elegant, modest compositions, he cited understatement as a guiding principle: “Good architecture is like a well-mannered lady, who never shrieks at the neighbors,” he said in 1985. And to this day, his firm pride themselves on the fact that they “endeavor to design buildings that belong, make the site look better and, hopefully, never shout.”
According to Newell Jacobsen, the site is key: ““It really is the site that speaks to you.”“How many buildings do we know that look as if the architect had never been there before he dropped that thing on the site?” he asked.” The architect was a true believer in developing a project that was right for its surroundings. “He said the thrill of each house design is being able to fulfil a promise. “Every driveway is a promise. And the front door says, ‘Come on in.’ And you get inside, and you’ve got to fulfil that promise,” he said.”
The house does not disappoint, featuring the architect’s unmistakable hallmarks: pristine white pavilions, each with its steeply gabled roof; the triumvirate grouping of roof lines; the clean lines of demarcation. As always with Jacobsen’s designs, the devil was in the details – the walls meet the floors with no baseboards or mouldings in between; everything has to be exact.
Casa Mendoza’s humble elegance was in keeping with the existing ethos of Casa de Campo. Jacobsen had succeeded in bringing something new to the resort, while cleverly managing to blend in.
Another early construction of note is Villa Moore, designed by self-described ‘gypsy architect’, Savin Coüelle. Although famed for his unique aesthetic – characterized by organic, curving forms – French architect Coüelle was careful to take a different approach with his Casa de Campo brief: “Since I adapt to the country where I work, in the Dominican Republic, I designed a Dominican house,” he explained. The result? A series of pavilions set flat and continuous to the ground, allowing the ocean breeze to flow through the house.
“The owners wanted a golf course the tourists would enjoy, but also one that would be tough enough for tournaments.”
A journalist recounts the story of Teeth of the Dog, writing in December 1974.
Located on a lot overlooking the ocean, an iron gate nestled within a wall of coralline stone gives way to the entrance. The walls of the house are built of two layers of quarried coral and, along the ocean side of the property, covered terraces run along the three pavilion façades. Arched openings to the terraces are enclosed by natural-stained louvered doors.
But, while the exterior of the property sat snugly within the design guidelines, the interiors conveyed a sense of the architect’s true style – an organic, almost sculptural quality, with lofty ceilings and sensual curves at every turn. For some features, Coüelle chose to employ ‘pancho prieto,’ a hardwood native to the Dominican Republic, characterized by its almostwhite color and dark center: “I always use the natural material of the country where I work,” he explained. The dining area even features a beamed ceiling of a rare wood which was once exported to Spain to build caravels.
And this use of indigenous materials was also key to the work of Mexican architect, Marco Aldaco, in his design of Punta Minitas 11 – one of the first villas to be built outside of the original enclave of Punta Aguila.
Always sensitive to the landscape and the history of the locations where he would build, the architect would often incorporate indigenous elements. ‘Casa Palapa’ in Punta Minitas was no exception, with the property featuring a series of ‘palapas’ – palm-thatched buildings supported by pillars. The main residence – open on one side – was linked by winding paths and palm-vaulted walkways to the Grand Palapa, the guesthouse, and the ocean-side pool; this blurring of indoors and outdoors again a key signature of Aldaco. Another key ingredient of Aldaco’s work – and one which made him perfect for Casa de Campo – was humility. “I will never do absurd and very costly things for the principal end of impressing others,” he once said.
Instead, he would take an intense interest in the site and focus on creating a design that would satisfy his clients’ spiritual perceptions. For some projects, Aldaco would apparently even camp out on site to study the direction of the wind, or the angle of the sun, at different times of day. As he put it: “I try to collaborate with nature to create vivacious designs.”
“Since I adapt to the country where I work, in the Dominican Republic, I designed a Dominican house.”
French architect Savin Couelle on his design philosophy for Villa Moore, built in 1983.
However, although new and unique designs were beginning to pop up across Casa de Campo, the Golf Villa formula remained a success – so much so, in fact, that it was replicated across other areas of the resort. Unravelling old, large-scale plans - neatly catalogued and filed away in wooden drawers – reveals how these houses were delicately pencilled in around the perimeter of the golf courses; fresh new neighborhoods fringing the fairways.
Of course, development was never rushed; the resort’s owners always resisting the urge to follow the example of certain other developments in the Caribbean and blossom into a concrete jungle. Instead, they kept to Alvaro Carta’s original vision for Casa de Campo. At the resort’s inception, Carta claimed that “for every one acre we develop for tourists we will leave three acres natural. Forever. In perpetuity!” A grand claim, for sure, but the resort’s owners have worked hard to fulfil that promise.
Don Alfonso explains that the policy has always been to “develop slowly, on a permanent and continuing basis,” thereby maintaining exclusivity and keeping demand high. And, to this day, density remains a key concern of Costasur, where the Planning Department treat it with the utmost importance - even referring to it as ‘the unbreakable rule’. At the end of 2016, there were approximately 1,800 villas, apartments and condos inside the gates of the resort, representing a very low density of about one home per every five acres of land, including the resort’s five golf courses.
Looking back, throughout the 1970s and 1980s, golf had a huge impact on Casa de Campo; it was the backbone of the resort. And as new properties and neighborhoods began to spring up, the golf courses provided the open spaces for which Casa de Campo became known.
Architect William Cox had definitely put his stamp on the resort, but some say that, after Cox, Pete Dye was the ‘grand urban planner’ of Casa de Campo. For it was he who had the vision, not only for the golf and the golfers, but also for those living around the courses. His stunning designs were to become an integral part of Casa life.
Barranca Oeste 29
Barranca Oeste 29
José Horacio Marranzini / Rhina López Marranzini
La vivienda forma una curva cerrada que abre amplias visuales. Esta curva también genera que el volumen abrace un patio central, que ilumina y ventila naturalmente los espacios interiores.
Una escalera de hormigón y madera, de forma helicoidal, resalta como elemento escultórico, que a su vez queda rodeado de la exuberante vegetación de los jardines.
La integración de la jardinería con las áreas de la casa generan una delicada relación de exterior e interior.
La piscina se integra por medio de un estanque ubicado en el primer nivel del cual cae una pequeña cascada sobre la misma.
Proyecto
Barranca Oeste 29
Diseño arquitectónico
José Horacio Marranzini
Rhina López Marranzini
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha 1985
Barranca 1
Barranca 1
José Horacio Marranzini / Rhina López Marranzini
Barranca 1 es una villa caracterizada por la forma orgánica de su planta. La casa se genera por unión dos curvaturas contrapuestas sustentadas sobre una gran estructura en hormigón de dos niveles.
El primer nivel fue reservado para los dormitorios y dependencias de servicio mientras que los salones de estar se desarrollan todos en el segundo nivel al que se accede mediante una escalera de madera.
La estructura de techo es de madera con cubierta de cana, lograda mediante la utilización de dos tipos de vigas de diferente longitud y la repetición de estas sobre el módulo de 1.20 metros en el radio mayor, logrando cubrir ambas curvaturas. El estudio del arquitecto/propietario, en el extremo final, termina con un hábil gesto el desarrollo geométrico de toda la casa.
La piscina se genera a partir de la forma de la vivienda y se relaciona de manera orgánica con el segundo nivel. El jacuzzi se levanta desde el centro de la piscina en una estructura de hormigón comunicándose a través de un pequeño puente con las áreas sociales del segundo piso. La vista al campo de golf sirve de marco a esta propuesta de excelente factura tropical.
El conjunto se completa con las estructuras independientes del gazebo de piscina y el garage, esta última con cubierta a una sola agua de pendiente muy marcada.
Proyecto
Barranca 1
Diseño arquitectónico
José Horacio Marranzini
Rhina López Marranzini
Localización
Casa de Campo, La Romana
Fecha
1990
Barranca 5
Barranca 5
José Horacio Marranzini / Monique Berloi
Esta interesante casa trae ecos de la arquitectura de la época del antiguo Hotel Romana debido a las referencias que hace de las viviendas de los centrales azucareros de la primera mitad del siglo XX.
Toda la propuesta se organiza en base a pabellones agrupados alrededor del jardín. Se trata de volúmenes rectangulares de sobria geometría y apagados colores que contrastan con el verde de la vegetación. La arquitectura no agrede al paisaje, mas bien lo complementa.
Los cuerpos de la edificación se caracterizan por amplios aleros y huecos de ventanas de piso a techo con persianas que filtran el intenso sol tropical.
Barranca 5
Diseño arquitectónico
Localización
Barranca Oeste 37
Barranca Oeste 37
Simón López
Esta casa posee un sabor internacional muy marcado. Se trata de una propuesta muy cuidada y muy fluida en su espacialidad, caracterizada por amplios espacios que se desarrollan de manera paralela al patio donde se ubica la piscina.
Un eje define el recorrido desde la marquesina hasta la entrada y se intersecta perpendicularmente con el eje que define el promenade a través de los espacios interiores. Estos últimos se comunican directamente al área de la piscina que, junto a un gazebo, establece una relación de contrapunto muy armónica con el resto de la vivienda.
Los interiores son claros y elegantes definidos por altos techos que permiten a la casa interiorizar, de manera eficaz, la belleza del entorno donde se localiza.
Proyecto
Barranca Oeste 37
Diseño arquitectónico
Simón López
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha 1997
Punta Minitas 11
Punta Minitas 11
Marco Aldaco
Punta Minitas 11 es l primera casa construida fuera del enclave original de Punta Aguila. Fue diseñada por el arquitecto mexicano Marco Aldaco y en ella este destacado diseñador plasma toda una manera de hacer que le caracterizó durante todo su ejercicio profesional. Aldaco utiliza la palapa, típica construcción centroamericana, como base de su aproximación arquitectónica, con ello logra diluir el limite interior/exterior en una actitud que encontramos presente en toda su obra. Esta vivienda se construye con materiales del lugar y se integra de manera respetuosa al mismo, celebra su topografía, su vegetación y sus vistas.
Se trata de una casa de espacios abiertos y luminosos. Los muros se caracterizan por sus cantos suaves, su blancura y la factura artesanal que los hace amables y acogedores.
Si Punta Minitas 11 se fuese a categorizar como suele hacerse con las personas, una palabra apropiada sería sinceridad, esta se encuentra presente en el concepto de diseño, en el emplazamiento en el lugar y en la factura del hecho tectónico. Esa sinceridad es la que da a esta casa la condición de singularidad que sólo poseen las obras maestras.
Proyecto
Punta Minita 11
Diseño arquitectónico
Marco Aldaco
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha 1988
Punta Minitas 17
Punta Minitas 17
José Horacio Maranzzini
Vivienda unifamiliar frente al mar de espacios amplios, áreas sociales a doble altura y trabajo en madera que enmarca las vistas marinas. Dentro de la sala destaca un mezzanine en madera que aporta textura y volumetría al espacio de forma sencilla y acogedora.
La luz y la ventilación natural son controladas por medio de celosías de madera que aportan ritmo a los cerramientos de los espacios sociales a la vez que comunican estas áreas con el exterior por medio de un sistema orgánico.
Las tejas criollas de los techos inclinados, la integración de los jardines y el manejo de las terrazas genera un conjunto de carácter tropical a partir de una arquitectura ligera, sutil y de marcada claridad.
Proyecto
Punta Minitas 17
Diseño arquitectónico
José Horacio Maranzzini
Localización
Casa de Campo, La Romana
Punta Minitas 31
William Reid
Punta Minitas 31
William Reid
Esta propuesta de William Reid se enmarca dentro de una arquitectura de estilos con un sabor más internacional al que nos acostumbra la arquitectura que caracterizó tradicionalmente a Casa de Campo.
Como en otras piezas de Reid Cabral un eje continuo dirige la visual desde la entrada hacia el mar, gran evento situado más allá de la terraza y que toda la casa celebra mediante el direccionar de los espacios hacia este.
Una terraza se constituye en el espacio de más interés e intensidad de uso y se repite así el uso de un recurso común en la arquitectura del complejo turístico. Se trata del recinto que organiza la primera planta y hace de espacio mediador entre el interior y el exterior. Un gazebo y piscina completan el conjunto.
Proyecto
Punta Minitas 31
Diseño arquitectónico
William Reid
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha
1989
Punta Minitas 37
Apolinar Fernández de Castro
Punta Minitas 37
Apolinar Fernández de Castro
Punta Minitas 37 LA VERA (Guaiacum Sanctum) * “El abol de la Vida”
Punta Minitas 37 es una casa que parte de una aproximación singular al hecho del diseño. Su autor, Apolinar Fernández de Castro, dice que constituye una intención arquitectónica de trabajar la vivienda de los primeros pobladores de la isla de manera sincrética, reconociendo los aportes al hábitat caribeño de las potencias europeas que poblaron de manera inicial las islas para luego proseguir al continente.
Hay una cualidad mística que se genera a partir del hallazgo de piezas de cerámica pre hispánica en el lugar donde se construiría la casa. Esa cualidad se ha querido llevar al programa de diseño con un espacio central, recreación del batey taíno rodeado por una loggia, que representa las aportaciones europeas a la vez que da acceso a toda la vivienda. Completa el ensamblaje una torre que ofrece un mensaje que es a la vez de dominación y elevación.
La propuesta formal y estilística recurre también a la mezcla cuando se hacen presentes los diversos estilos que han aparecido en el Caribe y que el diseñador ve como la implementación de una propuesta práctica frente al clima de los trópicos.
Con una intención casi renacentista, el arquitecto confiere una cualidad divina a la geometría que funge como agente organizador y direccionador de las fuerzas espaciales. Una espiral se irradia a manera de caracol y se expande a 180 grados sobre el frente que como protección limita la penetración del mundo trepidante de Casa de Campo: “hemos sellado el paraíso original de esa zona” parece decir el autor.
En el ámbito práctico todo está enfocado hacia el azul del mar y a un jardín tropical concebido en un elegante gesto caribeño; hay cinco habitaciones independientes y privadas, áreas de esparcimiento en todo el conjunto de la vivienda y una acertada separación entre las áreas sociales, las áreas íntimas y las de servicio y soporte. El aporte de Carlo Scarpa aparece muy aterrizado en el Caribe, sobre todo en su Villa Veritti, Udine. Punta Minitas 37 es una síntesis sincrética de influencias que desde el pasado se mezclan en una vivienda excepcional.
Proyecto
Punta Minitas 37
Diseño arquitectónico
Apolinar Fernández de Castro Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha 1992
Bahía Minitas 6
Simón López
Esta villa se caracteriza por la naturaleza de sus espacios surgidos de una armazón tectónica basada en el uso de vigas y columnas. El arreglo de los espacios se logra mediante la combinación de una estructura de hormigón que sostiene todo un entramado de madera y que se materializa en una serie de membranas que separan los ambientes y una cubierta ligera bellamente trabajada.
La configuración espacial queda definida por un programa que se hace patente en recintos ordenados de manera ortogonal en una propuesta compacta que ofrece al exterior las bondades de una terraza permeable que conecta a la casa con el patio sobre el frente marino.
Proyecto
Bahia Minitas 6
Diseño arquitectónico
Simon López
Localización
Casa de Campo, La Romana
Fecha
1990
Punta Aguila 5
Punta Aguila 5
José Antonio Caro / Caralva
Punta Aguila 5 es una casa que se desarrolla en dos cuerpos independientes alrededor de un patio. Se trata de un concepto que se maneja de manera fresca y con interesantes resultados en una propuesta que integra la vegetación a la arquitectura.
Los dos cuerpos que componen la casa se conectan a través de terrazas y pasarelas que actúan como mediadoras entre el interior y el exterior a la vez que proveen una articulación espacial a estos. Se trata de espacios abiertos, ligeros y definidos por pórticos de hormigón armado o estructuras de madera. Como muchas casas en la línea costera de Casa de Campo Punta Aguila 5 puede definirse como un continuum que guía al usuario desde la tierra hacia la orilla del mar.
Proyecto
Punta Aguila 5
Diseño arquitectónico
José Antonio Caro / Caralva Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha
1986
Punta Aguila 34
Nazre Sansur
Un gran pabellón central es el espacio ordenador de esta casa. Este elemento contiene las áreas sociales y se conecta mediante pasarelas a dos edificaciones mas pequeñas ubicadas a ambos lados, una con el dormitorio principal y otra con las habitaciones de los huéspedes.
Se trata de una casa muy marcada por el uso de la madera, el concreto se limita a muros divisorios y a las estructuras de los pasillos que conectan las edificaciones. El armazón de madera determina el hecho de que la estructura actúe como ornamento en un recurso que es común en la arquitectura de Casa de Campo a la vez que agrega claridad y ligereza a los espacios.
Site plan
Planta arquitectónica
Planta arquitectónica
Elevación sur pabellón huéspedes
E-E pabellón huéspedes
Punta
Diseño arquitectónico
Localización
Casa
RioMar 11
RioMar 11
Pedro José Borrell
RioMarl11 es una casa que posee una profunda claridad espacial lograda a través de una marcada segregación de los espacios de conexión y los espacios de uso.
La terraza es el espacio central al que se vinculan todas las áreas sociales y articula el continuum casa-piscina-paisaje en un recorrido arquitectural al que sirve de acento el gazebo adosado a la piscina.
Los interiores se caracterizan por techos altos y puertas y ventanas que se prolongan de piso a techo.
En el segundo nivel, el espacio central en doble altura articula dos sectores de habitaciones que se conectan a través de un pasillo central que mira sobre la sala y el comedor.
Proyecto RioMar 11
Diseño arquitectónico
Pedro José Borrell
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha
2001
RioMar 15
Juanin Pérez Morales
Las raíces de esta casa pueden ser encontradas en la historia pues su organización espacial nos trae a la memoria las antiguas plantation houses que caracterizaron al Caribe y al sur de los Estados Unidos. La vivienda se organiza en dos cuerpos, uno que contiene las dependencias de servicio y uno principal ocupado por las áreas sociales y los dormitorios. Esta parte está rodeada por una verandah que se ensancha en la parte posterior para convertirse en una terraza en doble altura hacia la cual se abren los balcones de las habitaciones del segundo nivel.
Como es característico del trabajo de Pérez Morales y su estudio, se trata de una casa repleta de detalles, con un manejo efectivo de las jerarquías espaciales y que se inserta de manera armónica en el paisaje.
Planta arquitectónica de conjunto
Planta arquitectónica 1er nivel
Proyecto Rio Mar 15
Diseño arquitectónico
Juanin Pérez Morales
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha
2000
Manuel Polanco
Esta casa posee la bondad intrínseca de las cosas que se integran de manera armónica al lugar que ocupan. El solar es una porción plana en lo alto del farallón que mira al rio Chavón y suma área a la construcción por medio de una terraza que se proyecta sobre el vacío.
Se trata de una residencia dotada de una geometría muy ordenada en su planta. Se ubica sobre el limite posterior del solar por lo que se accede a ella a través de una pasarela que discurre por el exuberante jardín frontal. En Rio Mar 29 se produce una simbiosis efectiva entre arquitectura y naturaleza a partir de la constante relacional de la casa caribeña con su jardín.
Proyecto RioMar 29
Diseño arquitectónico Manuel Polanco
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha 2003
Bahía Chavón 1
Newell Jacobsen
Bahía Chavón 1
Hugh Newell Jacobsen
La planta de esta casa se define por un ordenamiento axial con dos ejes principales que se cruzan. El cardo define el recorrido desde la entrada principal, atraviesa un espacio central –corazón de la casa- y concluye en la terraza que se abre al frente marino y contiene la piscina. A lo largo del decumanus se organizan las habitaciones y dependencias de servicio. Se repite aquí un recurso muy utilizado en Casa de Campo: el de la villa concebida en base a pabellones de diferentes usos conectados por pasarelas. Este modo de organizar la propuesta produce espacios muy abiertos y permeados por la luz.
Es llamativa la claridad de los espacios interiores donde predomina el color blanco que potencia la luminosidad. Los materiales de terminación armonizan con la blancura de los muros por sus tonos atenuados y los amplios huecos de ventanas se complementan con persianas caribeñas del tipo “Demerara Windows”.
La propuesta formal es de una pureza casi minimalista. Se trata de volúmenes blancos conectados por pasarelas muy ligeras y techados en shingles de madera que contrastan de manera armónica con los cuerpos de la casa. Una que otra pequeña ventana agrega un acento de color a manera de detalle.
Proyecto
Bahía Chavón 1
Diseño arquitectónico
Hugh Newell Jacobsen
Localización
Casa de Campo, La Romana
Fecha
1986
Bahía Chavón 2
Bahía Chavón 2
Hugh Newell Jacobsen
Quien haya estudiado la obra de Hugh Newell Jacobsen estará familiarizado con el uso que este destacado arquitecto estadounidense ha hecho de la organización en pabellones para sus casas. En Bahía Chavón 2 Jacobsen crea un cuerpo principal a lo largo de un eje horizontal que ordena toda la espacialidad de la casa con pequeñas inserciones para los accesos y espacios complementarios. De igual manera se adosa a este cuerpo principal la terraza que da a la piscina. La volumetría es simple y dotada de una propuesta cromática en tonos pasteles que complementan lo brillante de los colores naturales del paisaje.
Los interiores de la casa son abiertos y en colores claros que acentúan las vistas del exterior a partir de complementarla con la sencillez de los recintos internos.
La casa se emplaza en el terreno casi en silencio, poseedora de una cualidad material que indica a todas luces que se trata de un objeto diferente y extraño a la naturaleza pero que a pesar de ello no la agrede sino que la complementa.
Proyecto
Bahía Chavón 2
Diseño arquitectónico
Hugh Newell Jacobsen
Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha 1989
El Ingenio
El Ingenio
Francisco Feaugás
Si se quisiese encontrar una casa dentro de todo el complejo de Casa de Campo donde coinciden pasado y presente esta sería esta villa diseñada por Francisco Feaugas. En esta, su primera obra realizada en el resort, Feaugas reinterpreta la villa original y descompone sus volúmenes en un gesto que suma un giro contemporáneo al modelo histórico.
Un jardín interior central se convierte en el espacio alrededor del cual se desarrolla la casa a la vez que genera una sensación de apertura que anuncia la terraza que se constituye, como en las primeras villas, en un recinto de gran importancia en términos de experiencia del espacio.
Los interiores evocan por igual la típica villa de las épocas iniciales sin ser una imitación de esta sino una reinterpretación creativa y llena de la sensibilidad que caracteriza a este autor.
Proyecto El Ingenio Diseño arquitectónico Francisco Feaugás Localización
Casa de Campo, La Romana Fecha 2000
Reseña:
David Peacock / Adolfo Despradel
CARALVA / Roberto Coppa
El nuevo imaginario cultural de Altos de Chavón
Ayer instantáneo
Instant yesterday
Altos de Chavón
Al momento de su apertura al público, Altos de Chavón representó un novedoso y controversial acto de recreación cultural en todo el Caribe. Pocos años antes, Colombia había realizado en estilo “colonial”, un pueblo de artesanos de gran renombre, Guatavita, que provocó una reacción similar a la de Chavón: por un lado admiración y fascino, por otro el cuestionamiento sobre la validez al recrear desde cero un ambiente “ajeno” a la historia del lugar.
A través del tiempo Chavón ha sido asumido por sus bondades, superando los argumentos críticos en su contra. La amplia actividad cultural del hermoso enclave le ha ganado la aceptación y reconocimiento del público. En sus instalaciones ha operado el centro de estudios de la Escuela de Diseño de Altos de Chavón en La Romana por décadas, además de haber sido escenario para la realización de memorables conciertos en su acogedor anfiteatro, tales como los de Frank Sinatra, Carlos Santana, Chick Corea, Heart, Juan Luis Guerra y muchos otros actos de relevancia.
No pasa un dia sin que visitantes de todas partes del mundo se paseen por sus callejuelas y sus plazas. He aqui la historia de Altos de Chavón.
Ayer instantáneo
David Peacock / Adolfo Despradel
“A menos que haya estado hibernando en una cueva, sin duda sabe que Frank Sinatra vino a inaugurar la villa … sin duda sabes que Frank Sinatra bajó para abrir el pueblo ... El programa fue transmitido por televisión en el metro, dando reconocimiento instantáneo al instante del ayer.”
– Extracto de Altos de Chavón te lleva al siglo XVII, The Tennessean, 20 febrero 1983.
Los atardeceres en Casa de Campo siempre son especiales, el cielo ardiendo y golpeando delicadamente antes de que el sol suavemente caiga hacia las profundidades del Mar Caribe. Muchos se han hechizado por el espectáculo, pero quizás ninguno más que un empresario nacido en Austria: Charles Bluhdorn, el hombre que lo hizo posible. Aquí, una vez más retrasamos el reloj, dando una mirada más profunda sobre el sueño original de Bluhdorn.
Los atardeceres en Casa de Campo siempre son especiales, el cielo ardiendo y golpeando delicadamente antes de que el sol suavemente caiga hacia las profundidades del Mar Caribe. Muchos se han hechizado por el espectáculo, pero quizás ninguno más que un empresario nacido en Austria: Charles Bluhdorn, el hombre que lo hizo posible.
Casa de Campo es un resort como ningún otro, y es imposible entender el lugar sin primero entender un poco acerca del hombre detrás de él.
Nacido en Viena en 1926, Charles G. Bluhdorn pasó sus primeros años moviéndose alrededor de Europa antes de emigrar a los Estados Unidos a principios de los 40. Allí, empezando de la nada, comenzó a construir su vida, haciéndose de un nombre en el negocio de repuestos de autos. Al principio su imperio creció de forma constante, pero más tarde explotó en tamaño a través de una locura de adquisiciones para convertirse en el mega conglomerado Gulf + Western.
Gulf + Western en si no se convirtió en un conglomerado de la noche a la mañana. El temprano éxito de Bluhdorn aparentemente vino de la adquisición de empresas que nadie más tocaría y a las que luego les daba un giro. “Yo compro cosas que nadie más quiere,” expresó, y “luego él las convertía en platino” In 1967, la revista Life señaló que “en los últimos ocho años, el austriaco loco adquirió una empresa acabada que estaba perdiendo $50,000 al año y la convirtió en una de las cien empresas más importantes en los EE. UU.”
Para fines de los 60, entre los muchos nombres bajo la sombrilla de Gulf + Western estaban la gigante editorial Simon & Schuster, Madison Square Garden Corp. (propietarios de los New York Knicks), el estudio de cine Paramount Pictures, y, desde 1967, el ingenio de azúcar más grande del mundo, el Central Romana, aquí en República Dominicana.
Un ascenso tan meteórico a la fama y a la fortuna es casi imposible de creer, pero, como señaló un periodista, “Bluhdorn hizo que lo imposible ocurriera mientras de manera rutinaria mientras construía su imperio Gulf + Western.” Era un hombre que “hacia corporaciones de la misma forma que los volcanes hacen islas.”
En 1969, los ejecutivos de Gulf + Western en República Dominicana tomaron la radical decisión de destinar parte de las vastas propiedades de terreno en la isla para desarrollar un resort turístico. ¿El resultado? Casa de Campo.
Para mediados de los 70 ‘Casa’ ya estaba en el mapa como el patio de recreo de un hedonista. Un periodista de viajes describió con entusiasmo a Casa de Campo como “un lugar donde te levantas con el sol filtrándose a través de una habitación diseñada por Oscar De la Renta o donde te vas a dormir en la noche bajo un millar de estrellas. Es donde puedes alcanzar y partir un coco para el desayuno. O caminar por la playa con una colorida bebida tropical y ver la luna bailar en el Caribe”. Era un lugar único a un brinco de New York o Miami y pronto se convirtió en el favorito de las celebridades. Para acomodar al jet set se construyó una pista de aterrizaje a través del
campo de golf para servir a los huéspedes con aviones privados. Y llegaban a montones: la princesa Soraya, Happy Rockefeller, Candice Bergen, Bill Blass, Irving Lazar, Chessie Raynor, Jerome Zipkin, así como una cantidad de notables de Hollywood y la Séptima Avenida.
Para muchos, Casa de Campo era toda diversión. Pero para Bluhdorn era más que eso: era su escape. Incluso Bluhdorn confesó que se podía perder en el trabajo confiando en que “cuando estás construyendo algo, estás tejiendo una red y tiendes a convertirte en prisionero de esa red”. La revista Life hasta afirmó que “él no se quiere alejar ni una pulgada de esa red. Tiene un miedo casi mortal a las vacaciones”.
Sin embargo, un lugar en el que se podía escapar, donde se podía desenmarañar de esa red era su amada República Dominicana. Y uno puede ver fácilmente por qué, ya que, según anotó un reportero, Casa de Campo era “como una tierra de fantasía para adultos sin casi ningún recordatorio del crudo mundo exterior”. Aquí, las vistas, sonidos y olores de las transitadas calles de Manhattan eran solo un lejano recuerdo. Una cosa era segura: Bluhdorn se había enamorado de la isla.
En ningún lugar es más evidente el amor de Bluhdorn por el lugar que en Altos de Chavón, una ‘réplica de una villa mediterránea’ situada en un imponente acantilado con vistas a un desvío del Rio Chavón. Un conjunto de edificios antiguos, se ha dicho que Altos de Chavón evoca un set de película romántica, una descripción que no es muy sorprendente cuando se considera que el hombre a cargo de su creación no es otro que el arquitecto convertido en diseñador de set de películas Roberto Coppa.
Coppa, quien había diseñado sets para Fellini y Visconti, estaba en Casa de Campo para diseñarle una casa al famoso productor de cine Dino de Laurentiis, cuando conoció a Bluhdorn. Fue mientras trabajaba en la residencia de De Laurentiis que se interesó en una idea mencionada por Bluhdorn, una villa enclavada en las alturas de las colinas que sería el hogar para pintores, escultores, escritores y artesanos.
Por algún tiempo Bluhdorn venia soñando con la creación de una colonia de artistas. Según la historia, unos años antes Bluhdorn y su esposa Yvette visitaron el pintoresco pueblo de artistas en la colina de Saint-Paul de Vence en Francia. El pequeño pueblo, cerca de Niza, con sus pintorescas vías y bellos edificios medievales los cautivó. A inicios del siglo XX, St. Paul se convirtió en un paraíso para artistas, atraídos por los encantos de la villa: Matisse, Chagall, Picasso, Modigliani, para nombrar unos cuantos. Este laberinto de callejuelas estrechas y sinuosas pronto se convirtió en una meca para el arte y artistas, acogiendo a galerías y talleres de artistas. La experiencia plantó una semilla en el cerebro de Bluhdorn.
De regreso en Casa de Campo, mientras montaba su caballo a lo largo de los sucios caminos cubiertos de áspera maleza que cubrían en ese tiempo la mayor parte del terreno, Yvette se tropezó con un lugar en lo alto de la ladera, donde el sendero de repente se detiene ante una vista impresionante del rio Chavón. Al llegar a casa esa noche le comentó a su esposo que ese sería el lugar perfecto.
Coppa fue el hombre que eventualmente llevo la idea de Bluhdorn a la realidad, dirigiendo la construcción en el terreno luego de que el arquitecto dominicano José Antonio Caro dibujara los planos originales para el pueblo. Pero el enfoque de Coppa fue poco convencional, por decir lo menos. Según se informa, trabajando sin planos, Coppa comenzó a armar un asentamiento que llevaría a los visitantes y habitantes a otro siglo. Para lograr el aspecto deseado, se trajeron albañiles y carpinteros para enseñar a los obreros dominicanos el raro arte del diseño histórico.
El pueblo fue construido casi completamente de piedra coralina, un material noble que forma la base de las rocas de la mayor parte de la región. La construcción de una carretera cercana y de un puente que cruza el río Chavón a través de una montaña, dejó una enorme cantidad de escombros que luego se usaban para armar el pueblo, con albañiles de piedra locales que emplearon técnicas casi olvidadas para emparejar piedra con piedra.
El siempre presente Coppa, con un libro de referencia siempre a mano, era reconocido por su atención a los detalles y sus altos estándares de meticulosidad, a veces incluso ordenando derrumbar y reconstruir algo que no había quedado bien. También Bluhdorn estaba muy cerca del proyecto. Era un asiduo visitante durante la construcción, aparentemente dando órdenes a los arquitectos tal como lo hacía con sus ejecutivos de los estudios Paramount.
El resultado final estuvo muy lejos del concepto original. Se había convertido en un proyecto enorme: la fase I del programa de construcción de Altos incluía la plaza principal, la iglesia y el hostal; una segunda fase incluiría el anfiteatro al aire libre, un mercado central y un albergue de 20 habitaciones para los artesanos residentes.
La construcción comenzó en 1976. Cinco años más tarde, un ‘nuevo pueblo antiguo’ surgió de la jungla y la fase I del proyecto se abrió al público el 15 de enero de 1981.
“Bluhdorn no era inteligente, era brillante, una de los pocos que he conocido que realmente merece el adjetivo.”
Robert Evans, ex jefe de Paramount Pictures.
“Ni siquiera Saint Paul de Vence tiene una plaza con mosaicos de coral blanqueado por el sol ... y una fuente alimentada por leones gorgoteando “. Un reportero de viajes comparando Altos de Chavón con el pueblo francés que sirvió de inspiración.
Este pueblo en miniatura estaba lleno de pavimento en adoquines, amplias ‘piazzas’ y obeliscos apilados piedra sobre piedra. Las esquinas de los edificios fueron deliberadamente despegadas como para imitar el desgaste del tiempo mostrando trozos de ladrillos rotos y madera bajo el estuco. Los edificios de bloques de piedra, abrazados por enredaderas en flor, albergaban escondidos restaurantes, apartamentos, talleres y tiendas. En la noche, cuando las linternas parpadeaban por las calles empedradas, los creadores iluminaron sabiamente el área del rio, llenando las orillas con sombras misteriosas. Y de nuevo Oscar de la Renta nunca estuvo lejos de la acción: tenía la ‘más ostentosa de las boutiques… donde se construyeron paredes que aparentaban ser viejas y que estaban cubiertas con letreros de tarjetas de crédito, y en el lugar se esparcían los dulces aromas de su nuevo perfume’.
Pero es importante recordar que Altos de Chavón siempre tuvo la intención de ser algo más que una atracción turística. Fue “diseñado para servir como una colonia donde los artistas locales e internacionales serian invitados a residir en forma rotatoria para enseñar música, poesía, pintura, danza, escultura, tejeduría, alfarería” y otras muchas cosas. Aunque originalmente fue una idea de Bluhdorn, el desarrollo del centro de artes pronto se lo encomendó a su hija Dominique quien hasta el día de hoy ha permanecido al mando como presidenta de la Fundación del Centro Cultural de Altos de Chavón.
Un ingrediente clave de la Fundación es la Escuela de Diseño de Altos de Chavón, casi única en el país es un lugar de aprendizaje diseñado para reunir a jóvenes estudiantes talentosos de diversos ámbitos de la vida. En una entrevista de 1995, Dominique Bluhdorn explicó que “la misión de la escuela ... es ‘crear una nueva generación de artistas y diseñadores jóvenes que puedan ayudar a transformar el producto caribeño estilo kitsch de aeropuerto al tipo de arte y diseño superior que pueda competir en el mercado mundial ‘’. Esto ha sido un éxito
enorme. En 2006 la escuela incluso fue nombrada como una de las 13 mejores escuelas de diseño del mundo.
Innumerables “Chavóneros” (el término cariñoso para los graduados de la escuela) han pasado por las puertas de la escuela en sus más de 30 años de operación. Muchos han extendido sus alas y han volado a todos los rincones del mundo disfrutando del éxito en sus respectivos campos, pero muchos más han permanecido en la República Dominicana y han llegado a formar el núcleo de la comunidad de diseño, moda y arte del país. Una vez más, los paralelos entre Altos de Chavón y Saint-Paul de Vence están claros.
Cuando se ven fotos del poblado francés en la colina que sirvió de inspiración para Altos de Chavón, las similitudes son indiscutibles. Pero como señaló un reportero, “ni siquiera St. Paul de Vence tiene una plaza con mosaicos de coral blanqueados por el sol y negras piedras del rio y una fuente alimentada por leones gorgoteando “. Y la extravagancia no termina ahí. Una de las características más llamativas de todo el proyecto fue el anfiteatro de estilo griego con 5000 asientos el cual pronto colocaría a Altos de Chavón y a Casa de Campo, en el foco de atención.
Paramount Video, la división de televisión por cable de Paramount Pictures, tuvo la idea de presentar una serie de conciertos televisados en ese lugar único. Para comenzar, una extravagancia inaugural con el mismo ‘Old Blue Eyes’, Frank Sinatra, junto al baterista Buddy Rich. Dos noches después, un segundo concierto con las bandas de rock Heart y Santana.
Denominado ‘El concierto para las Américas’, el evento fue épico en todo el sentido de la palabra: los VIP; los fuegos artificiales; el código de vestimenta formal, a pesar del calor de agosto. La gente viajó desde lejos para estar allí. Los reportes señalan que la actuación de Sinatra fue característicamente carismática.
“Todo el lugar es … más que un poco mágico. Si vas a la República Dominicana, Altos de Chavón es un espectáculo que no te puedes perder.”
Un escritor de viajes de Detroit Free Press al ofrecer su opinión sobre Altos de Chavón en octubre de 1980.
Un reportero incluso afirmó que “Sinatra estaba en su mejor momento, vibrando de entusiasmo, relajado y feliz y disfrutando cada minuto de su concierto.”
Luego de su actuación, mientras los fuegos artificiales estallaban en lo alto, Sinatra y su esposa Barbara eran invitados en una cena celebrada por Charles Bluhdorn en su casa, La Favorita. Mas tarde, esa misma noche, se marcharon de Casa de Madera (la elegante casa de Oscar de la Renta en Punta Águila) donde se alojaron, cruzaron el campo de golf hacia la pista de aterrizaje y se dirigieron a los cielos rumbo a unas vacaciones de una semana en Monte Carlo.
Hablando de su experiencia, Sinatra aparentemente estaba encantado de que pudo sentir las olas de adulación de la multitud. De acuerdo con un relato, “Sinatra expresó que las condiciones eran tan excelentes que sintió ganas de cantar toda la noche.”
Tristemente, poco tiempo después del concierto inaugural y de la terminación de Altos de Chavón, Charles Bluhdorn vería el atardecer sobre Casa de Campo por última vez. Esta vez, mientras el sol caía sobre el mar, no se posó sobre un paisaje de arbustos ni sobre una costa de irregulares bordes de rocas de coral; en cambio, el cielo explotó en color sobre las casitas de tejas naranja, obras maestras en madera, hermosos jardines, prístinas piscinas, campos de golf impresionantes, y una pintoresca villa en lo alto de una colina como ninguna otra en el mundo.
Al día siguiente, 19 de febrero de 1983, Bluhdorn abordó su jet Gulfstream II jet con destino a New York. Mientras el jet regresaba a las ruidosas calles de Manhattan, Bluhdorn sufrió un ataque al corazón y falleció silenciosamente. Tenía solo 56 años, pero la marca que dejó en la isla aún vive en Casa de Campo y en las empedradas calles de Altos de Chavón.
Instant yesterday
David Peacock / Adolfo Despradel
“Unless you have been hibernating in a cave you doubtless know that Frank Sinatra came down to open the village... The show was telecast on the tube, giving instant recognition to instant yesterday.”
– Extract from Altos de Chavón Puts You in 17th Century, The Tennessean, 20 February 1983.
The sunsets over Casa de Campo are always special, the sky delicately burning and bruising before the sun gently slips into the depths of the Caribbean Sea. Many have been charmed by the spectacle, but perhaps none more so than one Austrian-born businessman: Charles Bluhdorn, the man who made it all happen. Here, we once again turn back the clock, taking a deeper look into Bluhdorn’s original dream.
Casa de Campo is a resort like no other, and it is impossible to understand the place without first understanding a little about the man behind it.
Born in Vienna in 1926, Charles G. Bluhdorn spent his early years moving around Europe, before emigrating to the United States in the early 1940s. There, starting from nothing, he began to build a life, carving out a name for himself in the auto parts business. His empire grew steadily at first, but later exploded in size through a crazy spree of acquisitions to become the mega-conglomerate, Gulf + Western.
Gulf + Western itself did not become a conglomerate overnight. - Bluhdorn’s early success apparently came from acquiring companies nobody else would touch, then turning them around: “I buy things no one else wants,” he said, and “then he turned them platinum.” In 1967, Life magazine noted that “in the past eight years, the Mad Austrian has taken a single down-at-the-heel company that was losing $50,000 a year and built it into one of the top hundred corporations of the US.”
By the late 1960s, among the many names that fell under the Gulf + Western umbrella were publishing giant Simon & Schuster, Madison Square Garden Corp. (owners of the New York Knicks), movie studio Paramount Pictures, and – since 1967 – the world’s largest sugar mill, La Central Romana, here in the Dominican Republic.
Such a meteoric rise to fame and fortune is almost impossible to believe, but, as one journalist noted, “Bluhdorn routinely made the impossible happen as he built his Gulf + Western empire.” He was a man who “makes corporations the way volcanoes make islands.”
In 1969, Gulf + Western executives in the Dominican Republic took the rather radical decision to allocate some of the company’s vast land holdings on the island to the development of a tourist resort. The result? Casa de Campo.
By the mid-1970s, ‘Casa’ was already on the map as a hedonist’s playground. One travel writer excitedly described Casa de Campo as “a place where you wake up to sun filtering into your Oscar de la Renta-designed room or drift off to sleep at night under a thousand stars. It’s where you can reach up and pluck a coconut for breakfast. Or stroll the beach with a colorful tropical drink and watch moonlight dance on the Caribbean.”
It was a unique place; a hop, skip and a jump from New York or Miami, it soon became a favourite of celebrities. In order to accommodate the Jet Set, an airstrip was built through the golf course to serve guests with private planes. And they arrived in spades: Princess Saroya, Happy Rockefeller, Candice Bergen, Bill Blass, Irving Lazar, Chessie Raynor, Jerome Zipkin, as well as a number of Hollywood and Seventh Avenue notables.
For many, Casa de Campo was all about fun. But for Bluhdorn, it was more than that; it was his escape. Even Bluhdorn confessed that he could get lost in his work, confiding that, “when you’re building something, you’re spinning a web and tend to become a prisoner in the web.” Life magazine even claimed that, “he doesn’t want to get one inch away from that web. He has an almost mortal fear of vacations.”
However, one place where he could escape, where he could disentangle himself from that web, was his beloved Dominican Republic. And one could easily see why, for, as one reporter noted, Casa de Campo was “a kind of make-believe land for grown ups with almost no reminders of the gritty world outside.” Here, the sights, sounds, and smells of the busy Manhattan streets were but a distant memory. One thing was for sure: Bluhdorn had fallen in love with the island.
Nowhere is Bluhdorn’s love for the place more evident than in Altos de Chavón, a ‘replica Mediterranean village’ set on a towering cliff top overlooking a bend in the Chavón River. A cluster of antiquated buildings, it has been said that Altos de Chavón is evocative of a romantic movie set - a description that is not too surprising when you consider that the man charged with its creation was none other than architect-turned-movie-set-designer, Roberto Coppa.
Coppa, who had designed sets for Fellini and Visconti, was in Casa de Campo to design a house for famous movie producer, Dino de Laurentiis, when he made Bluhdorn’s acquaintance. It was while working on the De Laurentiis residence that he became interested in an idea first broached by Bluhdorn – a village nestled high in the hills that would become a home for painters, sculptors, writers and artisans.
For some time, Bluhdorn had dreamt of creating an artists’ colony. The story goes that, some years earlier, Bluhdorn and his wife, Yvette, had visited the picturesque hilltop artists’ village of Saint-Paul de Vence in France. The tiny village close to Nice, with its quaint passages and beautiful medieval buildings, had placed them under its spell. In the early 1900s, St. Paul became a haven for artists, who were drawn by the village’s charm: Matisse, Chagall, Picasso, Modigliani, to name but a few. It soon became a mecca for art and artists, the maze of narrow, winding alleyways becoming home to galleries and artists’ workshops. The experience had sown a seed in Bluhdorn’s mind.
Back in Casa de Campo, while riding her horse along the dirt tracks that cut through the rough underbrush covering most of the land here at that time, Yvette stumbled across a spot high up on the hillside, where the pathway suddenly fell away to a breathtaking view of the Chavón river. That evening, upon returning home, she remarked to her husband that this would be the perfect place.
Coppa was the man who eventually turned Bluhdorn’s idea into a reality, directing construction at the site after the original plans for the village had been drawn up by Dominican architect, José Antonio Caro. But Coppa’s aprproach was unconventional to say the least. Reportedly working without drawn plans, Coppa began putting together a settlement that would cast visitors and inhabitants back to another century. In order to achieve the desired look, masons and carpenters were brought in to teach local Dominican workers the rarified art of historical design.
The village was constructed almost entirely of coralline stone, a noble material which forms the bedrock for most of the region. The construction of a nearby road and bridge crossing the Chavón river had blasted through a mountain, leaving an enormous volume of rubble that was then used to piece together the village, with local stone masons employing almostforgotten techniques for matching stone to stone.
The ever-present Coppa, a reference book always in hand, was renowned for his attention to detail and his meticulously high standards, sometimes even ordering something to be torn down and rebuilt if it wasn’t quite right. Bluhdorn, too, was very close to the project. He was a frequent visitor during building, apparently ordering architects around just as he did his Paramount studio execs.
The end result was a far cry from the original concept. It had spiralled into an enormous project: Phase I of the Altos building program included the main plaza, the church and the inn; a second phase would include the open-air amphitheater, a central marketplace and a 20- room dormitory for artisans in residence.
Construction had started in 1976. Five years later, a ‘new antique village’ had arisen from the jungle, and Phase I of the project opened to the public on 15 January 1981.
“Bluhdorn wasn’t smart, he was brilliant - one of the very few I’ve met who genuinely deserve the adjective.”
Robert Evans, former Head of Paramount Pictures.
“Not even Saint Paul de Vence had a plaza floored in mosaics of sun-bleached coral...and a fountain fed by gurgling lions.”
A travel writer comparing Altos de Chavón to the French village that served as its inspiration.
The miniature town was strewn with cobbled pavements, broad piazzas, and obelisks piled stone upon stone. Corners of buildings had deliberately been peeled back, as if by the wear of time, to show bits of broken brick and timber under the stucco. The stone-block buildings, embraced by flowering vines, were home to hiddenaway restaurants, apartments, ateliers, and shops. At night, when lanterns flickered along the cobbled streets, the creators had wisely floodlit the river area, filling the banks with eerie shadows. And once again, Oscar de la Renta was never far from the action: He had the “glitziest of the boutiques…where the made-to-look-old walls are plastered with credit card signs and the place gives off the sweet smells of his new perfume.”
It is important to remember, though, that Altos de Chavón was always intended to be more than just a tourist attraction. It had “been designed to serve as a colony where local and international artists will be invited to reside on a rotating basis and teach music, poetry, painting, dance, sculpture, weaving, pottery” and much more besides.
Although originally the brainchild of Bluhdorn, the development of the arts center was soon entrusted to his daughter, Dominique, who has remained at the helm - as President of the Altos de Chavón Cultural Center Foundation - to this very day.
A key ingredient of the Foundation is the Altos de Chavón School of Design, a place of learning designed to bring together talented young students from various walks of life, almost unique in the country. Interviewed in 1995, Dominique Bluhdorn explained that, “the school’s mission…is ‘to create a whole new generation of young artists and designers who can help transform the Caribbean product from airport kitsch to the kind of superior art and design
that can compete in the world marketplace.’” This has been an enormous success. In 2006, the school was even named as one of the 13 best design schools in the world.
Countless ‘Chavóneros’ (the affectionate term for graduates of the school) have passed through the school’s doors during its more than 30 years of operation. Many have stretched their wings and flown off to all corners of the globe enjoying success in their respective fields, but many more have remained in the Dominican Republic, and have come to form the core of the country’s design, fashion and arts community. Once again, the parallels between Altos de Chavón and Saint-Paul de Vence are clear.
When you view the photos of the French hilltop town that served as inspiration for Altos de Chavón, the similarities are undeniable. But, as one reporter noted, “not even St. Paul de Vence had a plaza floored in mosaics of sun-bleached coral and black river stones and a fountain fed by gurgling lions.” And the extravagance didn’t stop there. One of the most striking features of the whole project was the 5,000-seat Greek-style amphitheater, which was soon to place Altos de Chavón – and Casa de Campo – in the spotlight.
Paramount Video, the cable TV arm of Paramount Pictures, had the idea of hosting a series of televised concerts at the unique venue. To kick things off, an inaugural extravaganza featuring ‘Old Blue Eyes’ himself, Frank Sinatra, together with drummer, Buddy Rich. Two nights later, a second concert, featuring rock bands Heart and Santana.
Dubbed ‘The Concert for the Americas’, the event was epic in every sense of the word: the VIPs; the fire- works; the formal dress code, despite the August heat. People had travelled from far and wide to be there. Reports declared that Sinatra’s performance was characteristically charismatic.
“The whole place...is more than a little magical. If you’re headed for the Dominican Republic, Altos de Chavón is a sight not to miss.”
A travel writer from the Detroit Free Press offers their view on Altos de Chavón in October 1980.
One reporter even claimed that “Sinatra was at his best – throbbing with enthusiasm, loose and happy and enjoying every minute of his concert.”
After his performance, as the fireworks burst overhead, Sinatra and his wife, Barbara, were guests at a supper thrown by Charles Bluhdorn at his home, La Favorita. Later that evening, they left Casa de Madera (the elegant home of Oscar de la Renta in Punta Aguila) where they had been staying, crossed the golf course to the airstrip, and took to the skies, bound for a week-long holiday in Monte Carlo.
Speaking of his experience, Sinatra apparently raved that he could feel the waves of adulation from the crowd. According to one account, “the conditions were so excellent, Sinatra said, that he felt like singing all night.”
Sadly, just a short time after the inaugural concert and the completion of Altos de Chavón, Charles Bluhdorn would see the sun set over Casa de Campo for the final time. This time, as the sun dropped into the sea, it did not set over a landscape of rough underbrush and a coastline of jagged coral rock; instead the sky exploded into color over clusters of orangetiled casitas, wooden masterpieces, beautifully landscaped gardens, pristine pools, breath taking golf courses, and a picturesque hilltop village unlike any other in the world.
The next day, on 19 February 1983, Bluhdorn reportedly boarded his Gulfstream II jet, bound for New York. As the jet made its way back to the bustling streets of Manhattan, Bluhdorn suffered a heart attack and quietly passed away. He was just 56 years old, yet the mark he left on the island still lives on in Casa de Campo and the cobbled streets of Altos de Chavón.
Altos de Chavón
Altos de Chavón
CARALVA / Roberto Coppa
El origen de Altos de Chavón se pierde en la leyenda como muchas otras cosas. Qué si Yvette Bludhorn montaba a caballo y vio aquel maravilloso emplazamiento y tuvo la idea de ubicar allí el proyecto, qué si se trata de una recreación de St. Paul de Vence, idílica villa que conoció en un viaje con Charles u otra explicación maravillosa de esas que se van creando con el tiempo. Una cosa es cierta, Altos de Chavón es una muestra de la capacidad de emprendimiento de Bludhorn y de la manera en que sabía organizar equipos de trabajo para que se lograran sus propósitos.
Enclavada en un alto sobre el río Chavón esta villa de artistas permanece como testimonio de los dinámicos años en que Bludhorn daba forma al más importante y exclusivo complejo turístico del Caribe y es indiscutible la impronta que ha tenido sobre la cultura dominicana. La Escuela de Diseño que tiene su sede allí ha producido toda una pléyade de artistas y profesionales de altísima calidad y su imponente anfiteatro ha sido testigo de las actuaciones de los más importantes interpretes de géneros musicales de todo el mundo.
El plan original salió de las mesas de dibujo del despacho de José Antonio Caro y sus hijos y luego los propietarios del proyecto integraron a la labor de ejecución al diseñador italiano Roberto Coppa quien había tenido una destacada labor como creador de sets para grandes producciones del cine italiano. El método de trabajo de Coppa era más empírico que sujeto a una planificación prefiriendo la labor a pie de obra y tomando decisiones directamente con los operarios y artesanos locales que integró de manera intensiva a la labor de construcción. La planificación del taller de Caro y la ejecución de Roberto Coppa dieron como resultado un lugar con unos espacios llenos de sorpresas y una imagen propia que ha calado en el imaginario de la gente como algo orgánico a la localidad. Altos de Chavón existe más allá de la experiencia momentánea, permanece en la memoria.
El discurrir a través de sus espacios urbanos es un recorrido lleno de sorpresas, de relaciones entre el interior y el exterior, de continuidad y corte abrupto otras veces; son cualidades que aportan al caminante sensaciones y vivencias que se transforman en recuerdos.
Al presente, ya la historia del origen de Altos de Chavón no tiene importancia, la leyenda se ha transformado en presente y el presente es la vida misma en los espacios de esta hermosa villa de artistas, legado de la época pionera de Casa de Campo.
Elevación frontal
Elevación posterior
Elevación lateral derecha
Elevación lateral izquierda
Resena:
David Peacock y Adolfo Despradel
Gian Franco Fini
La RD en el circuito marítimo internacional: La Marina de Casa de Campo
Ecos Futuros
Future echoes
La Marina Casa de Campo
Durante el proceso de desarrollo del complejo de Casa de Campo, paralelamente a la continua apertura de puntos de villa y solares para la ejecución de residencias privadas, han sido emprendidos 4 proyectos de infraestructuras determinantes en la consolidación de la operación inmobiliaria.
El primero de ellos, concebido estando Mr. Bluhdorn al frente de la empresa, fue la comunidad de Altos de Chavón, enclave que ha sido fundamental en la historia de la cultura dominicana, reseñado en el capítulo anterior de esta edición. En segundo lugar, cronológicamente, se encuentra la Marina de Casa de Campo, emprendimiento de gran aliento que ha cumplido con creces la existencia de un espacio colectivo para la interacción de los residentes y visitantes al conjunto; la realización del aeropuerto de La Romana, en una importante extensión de tierra situado al norte en los predios externos de la comunidad; y a lo largo del proceso, la ejecución de varios campos de golf, en torno a los cuales se sitúan las prinipales propiedades, dispersas en el proyecto siguiendo, como es frecuente en estos diseños, las fases estratégicas del mismo.
Una comunidad de esta naturaleza, raramente existe sin una serie de amenidades que la hagan habitable activamente. En este sentido Casa de Campo es un vaso sui generis, ya que fue iniciada si contar con una playa u otros lugares de esparcimiento, tan solo los campos de tiro, polo y golf. La Marina de Chavón es hoy sin dudas el principal punto de encuentro social, además de fungir como atracadero para embarcaciones privadas de gran elegancia. Este es uno de sus aspectos fundamentales, según nos señalara Gianfranco Fini, el arquitecto a cargo del proyecto. La operación de la Marina complementa y amplía la oferta de restaurantes, tiendas, salas de exposición, espacios lúdicos, servicios y lugares de encuentro de Casa de Campo, muy exitosamente.
La Marina de Chavón, terminada hacia el año 2,000, se ha convertido en un ejemplo en el que las viviendas, los comercios y la actividad náutica se encuentran muy bien equilibradas. Es uno de los destinos turísticos más frecuentados en la región.
Ecos futuros
David Peacock / Adolfo Despradel
“Mantendremos la cultura dominicana; el carácter de este país será expuesto, no va a ser enterrado bajo los sinsentidos tipo Las Vegas y Miami Beach.” – Álvaro Carta, el ejecutivo de Gulf & Western detrás de la creación de Casa de Campo, hablando en 1971 sobre su visión del nuevo resort.
Mientras el tiempo pasa lentamente, los gustos comienzan a cambiar. Lo que una vez era alta tecnología pronto se vuelve obsoleto; lo que una vez era contemporáneo pronto es anticuado. Casa de Campo no está inmune al paso del tiempo y no hay dudas de que el resort ha cambiado enormemente a través de los anos. Pero aun los más recientes proyectos traen ecos del pasado del resort.
La belleza de Casa de Campo descansa en parte en su encanto etéreo; no se siente como la vida real. Y hasta cierto punto esto se refleja en las casas, donde las personas se encargaron de crear la residencia de sus sueños en este pedazo del paraíso. Cuando una comunidad tan vibrante establece aquí su identidad en la arquitectura y el diseño de sus casas, el resultado está destinado a ser ecléctico. Desde las primeras residencias, diseñadas por el arquitecto de Florida William Cox rodeando la costa de Punta Águila, el resort ha crecido para abarcar una combinación de estilos arquitectónicos que a primera vista parece incongruente.
Sin embargo, en una inspección más cercana, aquí las casas no son tan diferentes entre sí. Mire a su alrededor y verá las mismas características repetidas una y otra vez, elementos arquitectónicos y de diseño que se extienden desde las primeras casas en Casa de Campo hasta edificaciones mucho más recientes: amplias galerías y terrazas para disfrutar de las espectaculares vistas de la Casa; techos a dos aguas para eludir la lluvia de La Romana; aleros generosos para sombrear la casa del sofocante sol caribeño. Juntos, estos componentes forman el ADN de la típica residencia en Casa de Campo, haciéndose eco de los primeros diseños.
Pero, aunque estos elementos han estado presentes desde el primer día, por supuesto que ellos no están grabados en piedra. Con el tiempo también han comenzado a surgir nuevos elementos distintivos, un ejemplo importante es la adopción de la piedra coralina como una característica arquitectónica clave. Piedra sedimentaria compuesta por fósiles de coral y conchas, arena coralina y piedra caliza, se volvió muy popular como material de construcción debido a su versatilidad, color neutro y rica textura. Dentro de Casa de Campo, el material se convertiría en la tarjeta de presentación del arquitecto venezolano, Francisco Feaugas. Como explica el arquitecto, “me aseguro de que la naturaleza sea parte de todo en lo que trabajo” y no hay nada más natural en este país: “usted abre un agujero en cualquier lugar de la República Dominicana y encontrará coral, es la tierra del coral “, dijo una vez.
“Usted abre un agujero en cualquier lugar de la República Dominicana y encontrará coral, es la tierra del coral”
Un reportero de viajes al comparar Altos de Chavón con el pueblo francés que le sirvió de inspiración.
Los primeros proyectos del arquitecto en Casa de Campo usaron el material como un ingrediente fundamental, uniendo muros de piedra coralina con detalles en acero negro crudo. Pronto, la gente comenzó a tomar nota, e incluso comenzaron a usarlo. Recorra hoy Casa de Campo y verá, entre visiones de exuberantes paisajes verdes y anaranjados techos de tejas, destellos de coral, desde terrazas lisas hasta exposición de paredes con texturas rugosas.
Hoy, Feaugas tiene varios proyectos salpicados alrededor de Casa de Campo. Uno de los más significativos es el residencial El Batey que comprende 30 propiedades similares diseñadas por el arquitecto en un período de dos años. La casa modelo para el esquema de El Batey se asemeja a una bisagra, el nudillo de la
bisagra divide la casa en dos alas: una contiene los espacios sociales y áreas comunes; la otra aloja los dormitorios. La entrada a la propiedad está donde las dos alas se encuentran. A través de esta inteligente separación de espacios en la propiedad, Feaugas pudo diseñar un sistema modular para garantizar que no hubiera dos casas iguales. La configuración flexible permitió al arquitecto adaptar cada residencia para tener en cuenta las preferencias personales y los deseos de los compradores, aunque todas incorporarían el uso inteligente por parte del arquitecto del agua y del espacio para dividir las zonas, y todas tendrían muros de piedra coralina.
Por supuesto que Feaugas no fue el primero en usar piedra coralina en el resort; se había usado antes con gran éxito, incluyendo la interpretación más audaz hasta el momento en el país: Altos de Chavón. Pero donde Feaugas triunfó fue en aumentar sutilmente el uso del material hasta convertirlo en una nueva característica arquitectónica, casi emblemática del resort.
Pero los nuevos elementos característicos no fueron el único cambio en los últimos años. Quizás el cambio más grande se produjo cuando los propietarios del resort, Central Romana Corporation, decidieron adoptar una idea presentada primeramente por el arquitecto italiano Gianfranco Fini y su socio Piero Giacosa. ¿Su propuesta? La creación de una nueva marina de vanguardia en una parte abandonada del complejo. El área que Fini y Giacosa habían seleccionado para el proyecto era el punto exacto donde el río Chavón se encuentra con el mar, un lugar que había sido ignorado durante bastante tiempo y por lo tanto se había reducido a una especie de laguna pantanosa.
No hace falta decir que a la compañía no le gustó la idea: “Recuerdo que nuestra primera reacción fue de total incredulidad”, recuerda Eduardo Martínez Lima, CEO de la compañía. “Estos italianos están locos”, pensamos. “ ¿Por qué? Bueno, la marina sería la primera de su tipo en la República Dominicana, y el complejo Casa de Campo ya tenía todas las infraestructuras que necesitaba. ¿Por qué correr el riesgo? La idea fue archivada.
“Por aquí el estilo de vida de una vieja plantación de caña de azúcar ahora es cosa del pasado, arrasado por un sustituto cosmopolita.”
Un escritor de viajes del Detroit Free Press ofrece su opinión sobre Altos de Chavón en octubre de 1980.
Pero Fini y Giacosa no se dejaron intimidar y, aunque convencer a los inversionistas no fue fácil, la construcción finalmente comenzó en 1999. La inauguración se llevó a cabo tres años más tarde, con una miniciudad completamente nueva emergiendo de la zona pantanosa infestada de mosquitos.
El corazón de la nueva Marina iba a ser el pueblo, centrado alrededor de la impresionante Plaza Portofino, una gran plaza frente al agua. Fini había imaginado que la plaza sería una especie de “foro romano”; un lugar para que la comunidad de la Casa se congregara. La plaza está delimitada en un lado por un grupo curvo de edificios de bajo nivel, dispuestos
en forma de herradura, todos mirando hacia el agua a través de la plaza. Todos los edificios están a diferente altura, cada fachada distinta de la siguiente, casi como si hubieran sido erigidos en diferentes períodos. Agregando a la ilusión, altas chimeneas, característica muy poco usual en República Dominicana, marcan el paisaje, y los techos de terracota se alternan con terrazas de techos planos. Esta “maraña organizada” no fue un accidente; era una parte clave de la filosofía del diseño.
Detrás de la Plaza Portofino, el amplio arco de las estructuras se refleja en una segunda fila de edificios, apartada de la primera, trazando cuidadosamente su curva. El espacio intermedio forma un tranquilo callejón; una amplia calle peatonal con tiendas y cafés donde la gente puede deambular.
Al diseñar la Marina Fini se inspiró en el Mediterráneo, con la esperanza de crear un lugar que destilara la sensación pintoresca de un pequeño pueblo de pescadores que se puede encontrar en Italia, Grecia o Turquía. Sin embargo, si bien el Mediterráneo tuvo una importante influencia en el diseño, el complejo conservó algo inherentemente dominicano: se emplearon los materiales y colores locales tradicionales que se encuentran en las aldeas del Caribe, creando con la fusión un lugar verdaderamente único.
Definitivamente hay algo teatral, casi lúdico, en el diseño de Fini. Si mira a su alrededor, y desde cada nuevo ángulo, experimentará el lugar desde una nueva perspectiva. De hecho, la experiencia de Fini como diseñador teatral lo llevó a focalizarse en los aspectos de percepción visual dinámica para que el visitante descubra nuevas perspectivas en cada esquina.”
Desde el pueblo, en el corazón de la Marina, el proyecto se revela con más estructuras detrás. Nuevamente, esto fue crucial para la visión de Fini, creando un lugar que recuerda a un pueblo de pescadores del Mediterráneo, con su plaza principal junto al mar, y más áreas residenciales y comerciales ubicadas más hacia el interior.
Ubicado a un lado del proyecto de la Marina se encuentra La Ensenada, un complejo residencial que consiste principalmente en edificios de dos pisos, cada uno con su propio embarcadero privado. Apiñados en un semicírculo, casi todas las propiedades en la Ensenada tienen una huella en forma de cuña a fin de seguir la línea curva del frente.
Justo detrás, se encuentra la Dársena, un complejo más privado y protegido vinculado a la Ensenada por un puente móvil. La casa modelo para esta área más exclusiva es un bungalow separado, una residencia de un solo piso dispuesta alrededor de su propio jardín privado, piscina y patio interior. De nuevo, todas las casas en la Dársena cuentan con su propio embarcadero privado, lo que permite a los habitantes navegar justo hasta su puerta.
Aunque la nueva marina marcó una salida con estilo de los desarrollos tradicionales de Casa de Campo, se hizo eco del resto del complejo en su aspecto sobrio. Un comentarista comentó que “aquí no hay nada de la jungla de hormigón barata, nada de opulencia vulgar y ninguna exageración que están tan presentes en otras partes de las Indias Occidentales”, lo que refleja la visión original de Carta.
“Aquí no hay nada de la jungla de hormigón barata, nada de la opulencia vulgar … que están tan presentes en otras partes de las Indias Occidentales.”
El escritor Carlo Montanaro sobre el diseño de la Marina de Casa de Campo.
Pero la Marina también introdujo una nueva forma de vida, reconociendo los gustos contemporáneos y la vida moderna, y su llegada insinuó un dilema cada vez más importante: de cara a nuestro siempre cambiante estilo de vida, ¿cómo es posible incorporar lo ‘nuevo’ mientras nos mantenemos fieles a la esencia real del espíritu original de Casa de Campo?
Hoy, el departamento de Planificación de Costasur sigue un camino muy delicado, fomentando una arquitectura creativa y con visión de futuro, mientras se mantiene vigilante para garantizar que el diseño esté dentro de la estética general del resort. El tiempo y los gustos han avanzado mucho desde el día que el resort abrió sus puertas em 1974. Hoy en día las estructuras originales de Cox se sitúan al lado de muchos diseños mucho más contemporáneos, Pero mientras las casas y los terrenos son más grandes y hasta más extravagantes, numerosos arquitectos han encontrado la forma de garantizar que una casa contemporánea en Casa de Campo encaje fácilmente dentro de la ideología original del diseño.
Villa Milagros, por ejemplo, fue diseñada y construida por Sánchez y Curiel, arquitectos con un estilo más contemporáneo, pero que alega seguir los mismos principios y códigos utilizados por Bill Cox en sus diseños de principios de los 70. El arquitecto Placido Piña, miembro de la
firma, explica que las casas originales de Cox “todas de madera natural, proponen una fusión con la naturaleza”, mezclando el interior con el exterior. Como tal, la villa comprende una serie de pabellones unidos inteligentemente con el uso de espacios abiertos para proporcionar una sensación de acuerdo con los primeros diseños de Cox. Los arquitectos deliberadamente usaron materiales modestos en un intento por recuperar el carácter y humildad de esas residencias originales.
“Solo un acre de cuatro será utilizado para que a nadie se le prive de una vida azucarada.”
Un escritor de viajes para el Montreal Gazette en 1975.
Esta idea de crear espacios contemporáneos habitables mientras se siguen los principios originales de diseño del resort también está presente en la casa modelo diseñada para el nuevo complejo de Los Flamboyanes, resultado de una competencia organizada por Costasur y Casa de Campo Real Estate. El diseño ganador, de la arquitecta Mariví Bonilla, está dispuesto a través de una serie de pabellones, y aunque se basa en una construcción de hormigón reforzado con paredes de blocks de concreto, los elementos típicos de la casa están presentes: los techos de madera con terminación en losas de cerámica; los caminos de piedra coralina; la gran terraza que invita al exterior a entrar. El pabellón central de la casa tiene techos generosamente altos y se abre a un jardín y patio interior que proporciona luz y ventilación cruzada a los espacios sociales.
También se ha prestado especial atención al paisajismo del área, una de las principales preocupaciones para preservar la sensación original de apertura inherente al resort. Grandes especies de árboles como flamboyanes y samanes fueron estratégicamente plantadas para complementar la arquitectura proporcionando altura.
Pero no todos los diseños necesitan incorporar los principios de diseño originales de William Cox para tener éxito, mezclando completamente el estilo contemporáneo con ‘el aspecto y estilo’ de Casa de Campo. Los arquitectos Lowell Whipple y María Elmufdi adoptaron un enfoque innovador para su diseño de Las Palmas 11. La casa, que se erige triunfalmente en blanco brillante, cuenta con aleros planos de concreto, pero con un techo inclinado de baldosas. ¿El resultado? Líneas limpias y contemporáneas en el interior mientras se mantiene en el exterior el aire ‘tropical’ de Casa de Campo.
En el espacio de unas pocas décadas, Casa de Campo se ha transformado de ser áspera maleza a ser la Riviera Dominicana, el Sueño Dominicano. Desde la visión original de Carta a principios de los 70 ha emergido un oasis: la antítesis de Las Vegas, cargada de neón y llenas de casinos, lo que Carta desesperadamente quiso evitar. Hoy, mientras Casa de Campo es un crisol de estilos arquitectónicos, las características fundamentales de estilo y diseño recorren el tejido de las diferentes estructuras, unificándolos para crear un todo discernible; con los elegantes orígenes del resort reflejados en su continuo desarrollo. Hacia dónde va Casa de Campo desde aquí, solo el tiempo lo dirá. Pero solo nos queda esperar que su futuro siga siendo eco elocuente de su pasado.
El Padrino III – la secuela demasiado buena para ser rechazada por Paramount Pictures, The Year, 14 diciembre 1985
El Padrino III – la secuela demasiado buena para ser rechazada por Paramount Pictures, The Year, 14 diciembre 1985
El Padrino III – la secuela demasiado buena para ser rechazada por Paramount Pictures, The Year, 14 diciembre 1985
Famoso arquitecto mina las locaciones de trabajo para encontrar ideas de diseño creativas, Arizona Republic, 6 octubre 1985
Famoso arquitecto mina las locaciones de trabajo para encontrar ideas de diseño creativas, Arizona Republic, 6 octubre 1985
La forma natural – Diseño de una villa de lujo, Jewish Way, Otoño 2016
Future echoes
David Peacock / Adolfo Despradel
“We will retain the Dominican culture; the character of the country will be exposed, not buried under some kind of Las Vegas-Miami Beach nonsense.”
– Alvaro Carta, the Gulf & Western executive behind the creation of Casa de Campo, speaking in 1971 on his vision for the new resort.
As time slowly passes, tastes begin to change. What was once high-tech soon becomes obsolete; what was once contemporary soon becomes dated. Casa de Campo is not immune from this passage of time and there can be no doubt that the resort has changed massively throughout the years. But even the most recent developments carry echoes of the resort’s past.
The beauty of Casa de Campo lies partly in its ethereal charm; it doesn’t quite feel like real life. And, to a certain extent, that is reflected in the homes here, with people pouring themselves into creating their dream residence in this slice of paradise. When such a vibrant community sets out their identity in the architecture and design of their homes here, the result is bound to be eclectic. From the first residences - designed by Florida architect, William Cox - skirting the coastline in Punta Aguila, the resort has grown to encompass a conflation of architectural styles, seemingly incongruous at first glance.
However, on closer inspection, the homes here are not all that different from one another. Look around and you will see the same features repeated again and again – architectural and design elements that run through from the very first homes in Casa de Campo to much more recent buildings: wide verandas and terraces to drink in the spectacular Casa views; pitched roofs to shrug off the La Romana rain; generous eaves to shade the house from the sweltering Caribbean sun. Together, these components make up the DNA of the typical Casa de Campo home, echoing the earliest designs.
Yet, while these elements have been present since day one, they are - of course - not set in stone. Over time, new signature elements have also started to emerge, one prime example being the adoption of coralline stone as a key architectural feature. A sedimentary stone consisting of coral and shell fossils, coral sand, and limestone, it had become enormously popular as a building material due to its versatility, neutral color, and rich texture. Within Casa de Campo, the material was to become the calling card of Venezuelan architect, Francisco Feaugas. As the architect explains, “I make sure nature is part of everything I work on,” and there is nothing more natural in this country: “You open a hole anywhere in the Dominican Republic and you’ll find coral – it’s the land of coral,” he once said.
“You open a hole anywhere in the Dominican Republic and you’ll find coral - it’s the land of coral.”
– A travel writer comparing Altos de Chavón to the French village that served as its inspiration.
The architect’s first projects in Casa de Campo used the material as a fundamental ingredient, coupling rough-hewn coralline stone walls with raw black steel details. Soon, people started to take note, and even started to follow. Cruise around Casa de Campo today and you will see – amidst glimpses of lush green landscaping and orange-tiled roofs – flashes of coral, from smooth paved terraces, to rough-textured statement walls.
Today, Feaugas has several projects peppered around Casa de Campo. One of the most significant is the residential neighbourhood of El Batey, comprising 30 similar properties designed by the architect over a period of two years.
The model house for the El Batey scheme resembles a hinge, the knuckle of the hinge splitting the house into two wings: one containing the social spaces and living areas; the other housing the bedrooms. The entrance to the property lies where the two wings meet. Through this clever separation of spaces in the property, Feaugas was able to devise a modular system, in order to ensure that no two houses were the same. The flexible configuration allowed the architect to adapt each residence to take account of buyers’ personal preferences and desires, although all would incorporate the architect’s intelligent use of water and space to break up zones, and all would feature statement coralline stone walls.
Of course, Feaugas was not the first to use coralline stone in the resort; it had been used to great effect before, including the boldest interpretation of the material so far in the country: Altos de Chavón. But where Feaugas succeeded was in subtly heightening the use of the material to become a new signature architectural feature, almost emblematic of the resort itself.
But new signature elements were not the only change in recent years. Perhaps the biggest change came when the resort’s owners - Central Romana Corporation - decided to adopt an idea first put forward by Italian architect, Gianfranco Fini, and his partner Piero Giacosa. Their proposal? The creation of a new state-of-the-art marina in an abandoned part of the resort. The area that Fini and Giacosa had selected for the project was the exact point where the River Chavón meets the sea - a location that had been neglected for quite some time and had therefore been reduced to a sort of marshy lagoon.
Needless to say, the company was not sold on the idea: “I remember that our first reaction was one of sheer disbelief,” recalls Eduardo Martinez Lima, CEO of the company. “’These Italians are crazy,’ we thought.” – Why? Well, the marina would be the very first of its kind in the Dominican Republic, and the Casa de Campo complex already had all the infrastructures it needed. Why take the risk? The idea was shelved.
“The old sugar cane plantation lifestyle is a thing of the past around here now, swept away by a cosmpolitan substitute.”
– A travel writer from the Detroit Free Press offers their view on Altos de Chavón in October 1980.
But Fini and Giacosa were undeterred and, although convincing the investors was not easy, construction eventually began in 1999. The inauguration was held only three years later, with a whole new mini town emerging from the mosquito-infested marshland.
The heart of the new Marina was to be the village, centred around the impressive Plaza Portofino, a large town square fronting the water. Fini had envisaged the plaza being a kind of ‘Roman forum’; a place for the Casa community to congregate.
The plaza is enclosed on one side by a curved bank of low-level buildings, arranged in the shape of a horseshoe, all looking across the square to the water beyond. The buildings all stand at various heights, each façade distinct from the next, almost as if they had been erected in different periods. Adding to the illusion, tall chimneys – a highly unusual feature in the Dominican Republic – mark the skyline, and terracotta roofs alternate with flat roof terraces. This ‘organised jumble’ was no accident; it was a key part of the design philosophy.
Behind the Plaza Portofino, the sweeping arc of the structures is mirrored in a second row of buildings, set back from the first, neatly tracing its curve. The space in between forms a quiet alleyway; a wide pedestrianized street with shops and cafes, where people can meander.
In designing the Marina, Fini drew inspiration from the Mediterranean, hoping to create a place that would ooze the quaint feel of a tiny fishing village one might find in Italy, Greece or Turkey. However, while the Mediterranean had an important influence on the design, the complex retained something inherently Dominican - traditional local materials and colours found in Caribbean villages were employed, the fusion creating somewhere truly unique.
There is definitely something theatrical, almost playful, in Fini’s design. Look around, and from each new angle, you will experience the place from a whole new perspective. Indeed, Fini’s “experience as a theatre designer led him to focus on the aspects of dynamic visual perception, so that a visitor discovers new perspectives at every turn.”
From the village, at the Marina’s core, the development unfolds, with more structures set behind. Again, this was crucial to Fini’s vision, creating a place reminiscent of a Mediterranean fishing village, with its main square by the sea, and more residential and commercial areas set further inland.
Nestled to one side of the Marina development, you will find The Ensenada (The Cove) – a residential complex consisting mostly of two-story buildings, each with its own private jetty. Huddled together in a semi-circle, nearly all of the properties in the Ensenada have a wedgeshaped footprint, so as to follow the curved line of the front.
Sitting just behind, is The Darsena (The Dock), a more private and protected complex linked to the Ensenada by a moving bridge. The model house for this more exclusive area is a detached bungalow, a single-story residence arranged around its own private garden, pool and internal patio. Again, all houses in The Darsena boast their own private mooring, enabling inhabitants to cruise right to their doorstep.
Although the new Marina marked a departure in style from traditional Casa de Campo developments, it echoed the rest of the resort in its understated appearance. One commentator remarked that, “here there is none of the cheap concrete jungle, none of the vulgar opulence and none of the exaggeration that is all too present elsewhere in the West Indies” – thus reflecting Carta’s original vision.
“Here there is none of the cheap concrete jungle, none of the vulgar opulence...that is all too present elsewhere in the West Indies.”
– Writer Carlo Montanaro on the design of the Casa de Campo Marina.
But the Marina also ushered in a new way of life, acknowledging contemporary tastes and modern living - and its arrival hinted at an increasingly important dilemma: In the face of our ever-changing lifestyle, how is it possible to incorporate the ‘new’, while also remaining true to the essence of the original Casa de Campo ethos?
contemporary Casa de Campo home can still fit neatly within the original design ideology.
Villa Milagros, for instance, was designed and built by Sanchéz y Curiel, Arquitectos in a contemporary style, but claims to follow the same principles and codes used by Bill Cox in his designs of the early 1970s. Architect Plácido Piña of the firm explains how the original Cox “houses, all of natural wood, proposed a fusion with nature,” blending interior with exterior. As such, the villa comprises a series of pavilions cleverly linked by the use of open spaces, to provide a feeling in keeping with early Cox designs. The architects also deliberately employed modest materials in an attempt to recover the character and humility of those original residences.
“Only one acre in four will be used so that no one will be deprived of the sugary life.” – A travel writer for the Montreal Gazette in 1975.
This idea of creating a contemporary, liveable space, while following the original design principles of the resort, is also present in the model house design for the new neighbourhood of Los Flamboyanes - the result of a competition organized by Costasur and Casa de Campo Real Estate. The winning design, by architect Mariví Bonilla, is arranged across a series of pavilions, and although based on a construction of reinforced concrete with concrete block walls, the typical Casa elements are present: the roofs made of wood and finished in pottery tiles; the pathways furnished in coralline stone; the large terrace inviting the outside in. The central pavilion of the house has generously high ceilings, and opens to an inner garden and patio, providing light and cross ventilation to the social spaces.
Careful consideration has also been given to the landscaping of the area, a chief concern in preserving the original feel of openness inherent to the resort. Large species of tree such as Flamboyanes and Samanes are strategically planted in order to compliment the architecture by providing height.
However, not all designs need to incorporate the original design principles of William Cox in order to successfully blend contemporary style with the Casa de Campo ‘look and feel’. Architects Lowell Whipple and Maria Elmufdi took an innovative approach for their design of Las Palmas 11. The house, triumphantly standing in brilliant white, boasts flat concrete eaves, but with an orange-tiled, pitched roof atop. The result? Clean, contemporary lines on the interior, while retaining the ‘tropical’ feel of Casa de Campo on the exterior.
In the space of a few decades, Casa de Campo has been transformed from rough underbrush, to Dominican Riviera, to Dominican Dream. From Carta’s original vision in the early 1970s, an oasis has emerged; the antithesis of neon-soaked, casino-laden Vegas, that Carta so desperately wanted to avoid. Today, while Casa de Campo is a melting pot of architectural styles, fundamental stylistic and design features run through the fabric of the varying structures, unifying them to create a discernible whole; the elegant origins of the resort reflected in its ongoing development. Where Casa de Campo goes from here, only time will tell. But one can only hope that its future will continue to eloquently echo its past.
Godfather III – the sequel too good for Paramount to refuse, The Age, 14 December 1985
Godfather III – the sequel too good for Paramount to refuse, The Age, 14 December 1985
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Famed architect mines job location for creative design ideas, Arizona Republic, 6 October 1985
Famed architect mines job location for creative design ideas, Arizona Republic, 6 October 1985
Nature’s Way – Designing a Luxury Villa, Jewish Way, Fall 2016
To this day, the Planning Department at Costasur tread a very delicate path - aiming to encourage creative, forward-thinking architecture, while remaining vigilant to ensure that designs fall within the overall aesthetic of the resort. Time and tastes have moved on a great deal since the resort first opened its doors in 1974. Today, Cox’s original structures sit alongside much more contemporary designs. But while houses and lots have grown bigger and ever more extravagant, numerous architects are finding ways to ensure that a
La Marina de Casa de Campo
La Marina Casa de Campo
Gian Franco Fini
La Marina de Casa de Campo representa el presente del resort como una propuesta para los nuevos tiempos. Un enclave que ya poseia todo: golf, tenis, polo y una villa de artistas, precisaba de una marina. Se trata de un proyecto pionero en la República Dominicana de la misma manera que el Hotel Casa de Campo lo fue en su momento. En ese sentido se sigue una tradición de innovación que se une a una filosofía basada en buenas prácticas de gestión.
El diseño del complejo es responsabilidad de Gianfranco Fini, arquitecto italiano con experiencia en diseño de marinas en Italia. La marina surge como respuesta a la creciente demanda de propiedades frente al mar. Se emplaza en la boca del Rio Chavón y ocupa 90,000 metros cuadrados. El programa incluye 125 unidades de viviendas –villas y apartamentos, todos con muelles privados- que evocan el estilo mediterráneo; con un club de yates que se levanta en el centro del conjunto dotado de lounge, bar y terrazas abiertas; con numerosas boutiques y variados restaurantes alrededor de una plaza tradicional. La Marina de Casa de Campo representa el compendio de privilegio y exclusividad para una comunidad distinguida, donde los amantes del mar pueden encontrarse.
El propio Fini nos comenta acerca del proyecto y señala que la idea era crear un núcleo urbano alrededor de una forma de vida relacionada con la navegación. Las experiencias en la región no habían pasado de ser -según dice- meros garajes de barcos. El proceso en general fue largo, estudios de factibilidad económica, varias propuestas para al final arribar a un proyecto preliminar con el cual tanto los directivos de Casa de Campo como los posibles adquirientes se fueron entusiasmando al punto que se vendió en planos.
Según explica Fini, una marina es algo más que un sitio al cual arribar con una embarcación, se trata de un lugar para la vida, el encuentro; un espacio vital lleno de experiencias existenciales y enriquecedoras. La intención primera del autor fue la de abordar el proyecto desde un lenguaje muy caribeño pero las conversaciones con los clientes decantaron la opción hacia una propuesta de sabor más internacional. Para esos fines se dotó al proyecto de amenidades que contribuyeran a un ambiente cosmopolita a la vez que agregaban posibilidades de uso que potenciaran la vitalidad de la propuesta para convertirse en un núcleo urbano vivo. La idea incluye generar un espacio habitable incluso para aquellos que no poseen embarcaciones de placer. Otro atractivo que posee la marina es la cercanía de destinos de navegación que abundan en la zona y que hacen atractivo adquirir una propiedad en el lugar.
La marina de Casa de Campo es una experiencia que puede condensarse en el continuum espacial definido, como señala Fini por una casa, una pequeña terraza y el agua.
Proyecto
Marina de Casa de Campo
Idea y elaboración del proyecto
Arq. Gianfranco Fini
Diseño arquitectónico y dirección
Studio Fini
Arq. Gianfranco Fini
Arq. Nicola Fini
Arquitectos en jefe
Simona Cappa
Danilo Rodio
Gráficos por computadora
Francesca Fini
Estudio hidrográfico
Coastal System International, USA
Constucción del puerto
PRO-CO-MAR, S.r.l.
Promoción y control
Central Romana Corporation, LTD, Marina Chavón C.A.
Ingeniería civl
Mobiliaria
Arena Gorda S.A.
Constructora
Isidoro Fernández, S.A
Casa Constructora Armenteros, S.A.
Sistemas de aire acondicionado
Matos Sánchez S.A. Zeller-
Ingenieros asocs. S.A.
Arquitectos auxiliares
Miguel Angel Jiménez
Yomari Mabel Brito
Mallelyn Grullón Carvajal
Cartografía y estudio de suelo
Central Romana Corporation LMT
Diseño del puerto
Acquatecno S.R.L., Roma
Valoración del impacto ambiental
EMPACA, Redes de Comas & Méndez
Diseño de ingeniería sanitaria y civil
DICAMS C.A., Martina Reyes
Diseño estructural
Grupo Bog Ingeniería C.A.
Jardinería y arquitectura paisajista
Lanati & Asocs. S.A.
Costa Nursery S.A.
VISTA LAGOS
Solares de 2,500m2 a 3,000m2
Residencias de 950m2
Vistas panorámicas a Golf y Lagos
Nuevo parque de 26 hectáreas de reserva ecológica con más de 3km de caminos y senderos, juegos infantiles y áreas deportivas
2 min de Altos de Chavón
5 min de la entrada Principal Autovía del Coral 5 min del Aeropuerto Internacional La Romana
| www.CasaDeCampoRE.com | 809-523-8129 / 809-523-2273