Mi visión de la arquitectura Rafael Rodríguez Zorrilla
Cualquier oficio se ejerce con la finalidad de aportar algo a la humanidad, a cualquier escala. Si este oficio se trata del diseño arquitectónico, entonces su propósito es dar felicidad al ser humano, a través de concebir y crear espacios que realmente se usen, climáticamente bien orientados, acordes al medio ambiente, que sean funcionales en las actividades para las que fueron diseñados. Si hay un espacio que no se usa en una casa o edificio que yo diseñe, es un fallo preocupante. Un espacio es gratificante por la luz del sol, el color, la brisa, la comodidad para el ser humano; sin avasallar el ambiente ni la naturaleza. No son tantas cosas con las que puedes hacer una buena arquitectura. Se debe diseñar a largo plazo, para que sea perdurable; mis clientes se convierten en mis amigos. ¿Por qué? Porque les doy felicidad: es muy simple, no se necesita teorizar mucho. Desde el primer tratado de arquitectura registrado, escrito un siglo A.C. por el arquitecto romano Marco Vitruvio Palión, pasando por las teorías planteadas por Palladio (1570), Alberti (1485), Le Corbusier (1920), hasta llegar a las reflexiones teóricas contemporáneas como las de Nikos Salingaros, entre muchos otros, resulta evidente que los grandes pensadores de la arquitectura permanentemente han alimentado y fortalecido los fundamentos sobre los cuales esta disciplina se sostiene. Sin embargo, muchos arquitectos han sido utilizados por políticos, religiosos, gente influyente, para reflejar muchas cosas que están fuera de lo que debe ser la filosofía de esta disciplina, tratando de reflejar poder, riqueza, dominio, superioridad...
¿Qué aporta la Arquitectura? La Arquitectura te permite desarrollar nuevos proyectos con los que expresar tu capacidad para crear espacios funcionales, útiles y bien construidos. La arquitectura es dar forma a los lugares donde vive la gente, no es más complicado, pero tampoco más sencillo que eso.
AAAPro_File/22
© Luis Nova
Los elementos de mayor impacto en un diseño son la sencillez, la simpleza, la pureza de formas, la ausencia de modas y tendencias del momento. No se debe hacer culto al ego, antes bien servir a un propósito humano y de la naturaleza.