El viaje a pie de Reus a Barcelona (1852) La intuición y el convencimiento de su abuelo de la valía artística del pequeño Marià serían decisivas en la vida del artista. Era consciente que su formación artística había tocado techo en Reus. Para poder avanzar en los estudios y comenzar una verdadera carrera en el mundo de las artes era necesario que continuara su formación en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, la Lonja, hecho que significaba un gran esfuerzo para la familia. El ejemplo de la ida a estudiar a la capital catalana de su amigo Joan Roig Solé y el hecho que este lo animara a ir, acabaron de convencerlos. Su padre se había instalado en Barcelona para facilitar la formación artística del hijo, intento que frustró su muerte prematura. Aun así, decididos, el 16 de septiembre de 1852, de buena mañana, el abuelo de 70 años y el nieto de 14, marcharon a pie hacia la capital catalana, haciendo camino durante dos días enteros, un viaje largo y agotador, con un ligero equipaje de cartas de recomendación y unos cuántos dibujos, acuarelas, esbozos, paisajes y un estudio de un peregrino popular en Reus.34 Francesc Tapiró Baró, hermano del pintor, los vio pasar por el camino de Tarragona «aureolats per la llum d’una il·lusió.35 Comenzaba el camino de la esplendorosa carrera artística de Marià Fortuny. Su compañero de infancia Josep Güell, escribió que «Dibujaba con una limpieza y facilidad pasmosas. Fortuny tenia entonces quince años. Era hermoso, con la hermosura del genio y tímido e impresionable como una virgen. Su cabeza escultórica, sus grandes ojos garzos, de mirar melancólico y profundo, sombreada su frente por los ondulantes y sedosos rizos, ante el observador más vulgar aparecía un ser predestinado a grandes cosas. Sus trabajos eran ya la admiración de los inteligentes, y nadie consideraba maniático al viejo escultor cuando decía que su Mariano seria un pintor célebre».36
El viaje a pie no suponía necesariamente que su situación económica fuese paupérrima, sino una manera de hacer un pequeño ahorro en el futuro incierto que les esperaba. Y no es un hecho insólito, en esa época. Además, las amistades del abuelo, el lugar donde vivían y las escuelas donde asistía los muestran como integrados en la sociedad lo-
Ramon de CAPMANY i de MONTANER «Marià Fortuny y su abuelo marchan a pie de Reus a Barcelona en 1852» Barcelona, 1962 Lápiz sobre papel, 23 x 27 cm Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona (AHCB 19098) Publicado en Destino, 22-IX-1962
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34. MADRAZO: «Fortuny», La Ilustración Artística, Barcelona, 2-I-1888, p.2 dice que llevaba en la cartera «paisajes tomados del natural y un estudio de un mendigo santero, popular en Reus». DAVILLIER: Fortuny..., pp. 5-6, recuerda que «el meu desgraciat amic mateix em va parlar d’aquest viatge, que va ser llarg i esgotador». El viaje a pié a Barcelona fue recreado por el pintor, dibujante y grabador Ramon de Capmany Montaner (Canet de Mar, 1899–Barcelona, 1992) en el dibujo «M. Fortuny y su abuelo marchan a pie de Reus a Barcelona» (1950), pluma sobre papel, 24,5 x 21,2 cm, conservado en el Museu d’Història de la Ciutat de Barcelona (MHCB 7513), en el que se ven dos personajes por un camino de tierra; el mayor lleva un fardo y el joven una gran carpeta, y en segundo plano, el Arco romano de Berá. Se trata del dibujo original para el articulo de Joaquim FOLCH I TORRES «El pasado día 16 de septiembre se cumplieron los 110 años de la llegada del pintor Fortuny a Barcelona», Destino, Barcelona, 22-IX-1962, p. 30. 35. CASALS: «Marian...», II, p. 5. 36. GÜELL: «Fortuny...», p. 23.