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El potencial oculto del carbono orgánico en los suelos

Bajo la premisa de que la calidad de vida de la población mundial depende de suelos de buena calidad, especialistas internacionales y locales compartieron su mirada sobre el tema.

Plenaria: Carbono orgánico del suelo: el potencial oculto

Disertantes: A. Encina Rojas (UNA) G. F. Olmedo (INTA) G. Studdert

“Hay una demanda permanente de información por parte de la comunidad global para comprender las relaciones entre el ciclo del carbono y el cambio climático. Con esta información podemos tomar decisiones basadas en la evidencia para la mitigación del cambio climático, monitorear las condiciones de los suelos, identificar áreas degradadas y áreas con potencial para el secuestro de C”, afirmó Guillermo Olmedo, del INTA, durante la apertura de la plenaria. En el 2016, según lo expuesto por Olmedo, se empezó a trabajar en el diseño de un mapa global de carbono orgánico de suelos (COS) (GSOCmap, Figura 1). Una estadística interesante que surge de este trabajo y que mencionó Olmedo, es que hay 10 países que almacenan más del 60% de la reserva total de COS. En Argentina, los resultados mostraron que los valores de COS van de 0.61 a 30.10 kg · m −2 . El stock total de COS (0–30cm), de acuerdo al mapa, es de 15.44 Pg. Los valores más altos están en el sur, especialmente en Malvinas y Tierra del Fuego, con valores de 17 a 30 kg · m −2 . En los bosques Andino-patagónicos, los valores van de 12 a 17 kg · m −2 . En la región pampeana, los valores van de 5 a 15 kg · m −2 , y en la Patagonia, usualmente por debajo de 5 kg · m −2 . El noroeste presenta fuertes contrastes entre la Puna con valores cercanos a 0 kg · m −2 , y las Yungas, con valores cercanos a 15 kg · m −2 . El siguiente panelista fue Arnulfo Encina Rojas, ingeniero agrónomo y profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción de Paraguay, quien disertó acerca del rol del suelo en la captura de carbono orgánico y su efecto favorable en la agricultura y el cambio climático. El especialista recordó que actualmente existen prácticas de manejo de cultivos, pastura, horticultura y sistemas de agricultura combinada recomendadas para conservar y aumentar el contenido de carbono en el suelo. Sin embargo, afirmó que la conservación o recuperación de los suelos no es tan rápida y las prácticas de conservación de suelo no son aplicadas por la mayoría de los usuarios. “La continua degradación del suelo, principalmente por causa de la erosión, reduce considerablemente el contenido de materia orgánica y, por lo tanto, el contenido de carbono orgánico. En suelos de la región tropical y subtropical se identifican los riesgos más altos para la seguridad alimentaria”, dijo, y subrayó que la erosión del suelo, acelerada por el viento y el agua, es responsable por el 40% de la degradación universal de la tierra. “La pérdida de materia orgánica de los suelos es la intensificación del cambio climático. El cambio climático aumenta los riesgos y la incertidumbre de los agricultores, por el calentamiento y la consiguiente aridez, por los cambios en los regímenes de precipitaciones y por la creciente incidencia de los fenómenos climatológicos extremos”, dijo. En este marco, advirtió que los agricultores que habitan en países de bajos ingresos son los más vulnerables y los menos capacitados para adaptarse a estos cambios. Además de ser una excelente fuente de nutrientes para la planta, la materia orgánica juega un papel muy importante en la formación, estabilización y tamaño de los agregados del suelo. “Conectando los polímeros orgánicos y la superficie inorgánica con cationes polivalentes, encontraron un incremento del contenido de carbono del suelo bajo siembra directa que dio lugar a un 134% de incremento de los agregados de más de 2 mm y a 38% de disminución en los agregados de menos de 0,25 mm, comparado con la labranza convencional”, precisó. Otro dato relevante que Encina puso de relieve es que, además de proporcionar nutrientes y el hábitat a organismos que viven en el suelo, la materia orgánica también actúa como aglutinante de las partículas minerales del suelo. La agregación del suelo es un proceso complejo pero importante para el desarrollo radicular, la resistencia a la erosión y para el depósito o acumulación de carbono. Proteger el suelo y controlar la pérdida de materia orgánica es crucial, reiteró Encina, y volvió a poner el acento en la agricultura de conservación como método eficaz para aumentar la acumulación de carbono en el suelo. Al aumentar la cobertura del suelo, se reduce significativamente la evaporación de agua y la ocurrencia de erosión. No obstante, aclaró que aunque el depósito de carbono puede ser aumentado según la práctica agrícola aplicada, su influencia no es igual para la acumulación de carbono en todos los suelos. Para cerrar su exposición, afirmó que la calidad de vida de la población mundial sin duda depende de suelos de buena calidad y que la acelerada degradación de este recurso pone en peligro la seguridad alimentaria y la calidad ambiental en el planeta. “La agricultura de conservación puede mejorar la calidad y la salud de los suelos, al reducir su degradación y recuperar los ya degradados. El manejo adecuado de los suelos permite también una mayor acumulación de carbono orgánico y de esta manera puede mitigar el cambio climático”, dijo.

Figura 1. GSOCmap, un mapa para cuantificar el carbono orgánico del suelo del mundo.

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