5 minute read

Red de maíz tardío: claves para potenciar el rendimiento

Lucas Borrás hace un repaso de los principales resultados arrojados por la red de maíces tardíos que ya es un clásico de Aapresid.

L. Borrás

Taller: Red de maíz tardío: claves para potenciar el rendimiento

Disertantes: L. Borrás A. Madías

Iniciada en 2012 con el objetivo de evaluar el rendimiento de híbridos en fechas de siembra tardías para diferentes regiones, la Red de maíz tardío de Aapresid incorpora hoy nuevas variables tales como el comportamiento sanitario, la respuesta a densidad de siembra y a la fertilización. Durante el último Congreso, el Investigador de CONICET y responsable técnico de la Red Dr. Lucas Borrás, -ofreció un panorama de los resultados más relevantes de la campaña 2017/18.

El comportamiento productivo de los distintos genotipos

Si bien los resultados corresponden sólo a la mitad de los sitios y que el ranking de rendimiento no considera la humedad a cosecha (lo cual tiene un efecto significativo sobre los valores finales de rendimiento), Borrás explicó las tendencias más importantes en las distintas sub-zonas de la Red y a nivel global. La zona de Paraná estuvo muy castigada por la sequía, siendo la media de 3.100 kg.ha -1 . Para Villa María la media osciló entre los 6.500 y otro 8.000 kg.ha -1 y en este caso, una buena parte de los resultados muestran una interacción genotipo x sitio, lo que significa que los genotipos no se comportaron igual en todos los sitios, o que, teniendo el mismo ranking, las diferencias de rendimiento entre genotipos variaron en los distintos ambientes. El sitio de Laboulaye puso en evidencia un comportamiento que se repite a lo largo de toda la Red: el sitio o ambiente es el factor que mejor explica las diferencias de rendimiento. Finalmente en Pergamino, la media fue superior a la de los demás sitios, siendo el genotipo la variable de mayor efecto. Analizando el conjunto de sub-zonas se observó que el rendimiento del genotipo 7220 se encontró muy por encima del resto para todas las zonas, superando al genotipo inmediatamente inferior en más de 500 kg. Sin embargo, Borrás advirtió que este resultado no invalida al resto de los genotipos, puesto que, como existe una interacción con el ambiente, es necesario conocer las condiciones específicas de cada sitio a la hora de evaluar el verdadero comportamiento de cualquier material. Ninguno de los sitios superó los 10.000 kg.ha -1 , lo que tiene su explicación en la fuerte sequía que sufrieron los cultivos.

Figura 1. Comportamiento híbridos para las sub-zonas:

1.a) Villa María

1.b) Laboulaye

1.c) Pergamino con 2 sitios evaluados

1.d) Paraná 1.e) Chivilcoy

El comportamiento sanitario

Los ensayos de respuesta a fungicidas dejaron en evidencia la importancia de esta práctica conforme nos vamos hacia el norte (sitio Villa María), donde se observó una ganancia de 1.400 kg de rendimiento en las parcelas tratadas con fungicida respecto de las no tratadas. En contraste, en las zonas más al sur (sitio Chivilcoy) la respuesta a la aplicación de fungicida fue más errática. “Lo llamativo –destacó Borrás - es que, si bien faltan los datos de muchos de los sitios, no se observó interacción de tratamiento x híbrido, es decir que respecto de otros años, no hubo en general diferencias significativas de susceptibilidad de los genotipos al fungicida”.

La respuesta a la densidad de siembra

Para esta variable los tratamientos incluyen la densidad promedio elegida por el productor (ej. 57.000 plantas.ha -1 ) y densidades de +/- un 20% respecto de este promedio. En cuanto a los resultados, se observaron efectos sobre el rendimiento de híbrido, de densidad y de interacción, es decir, no todos los genotipos respondieron de la misma forma a variaciones en la densidad. Al respecto, Borrás explicó que “bajar la densidad por el sólo hecho de tratarse de un maíz tardío no siempre es la mejor estrategia, ya que en casos específicos se observa una respuesta positiva al aumento de la densidad”. Así, destacó la importancia de considerar el ambiente esperado y el híbrido a sembrar al momento de definir la mejor densidad, puesto que no todos los materiales se comportan igual. “Puede agregarse que los resultados obtenidos adhieren a la hipótesis de bajar densidades para obtener mejores rendimientos. Pero es importante notar que esta conclusión se basa en los datos disponibles hasta el momento, que coinciden justamente con los sitios más pobres y de menor rinde promedio (3.000-6.500 kg/ha)”, destacó el especialista.

La respuesta a la fertilización

Los ensayos se realizaron con el híbrido 7220 y los tratamientos incluyeron el agregado de N con urea, Nitrodoble y Nitrocomplex, que se compararon con el manejo elegido por el productor y un testigo. Los resultados fueron en general similares a los de 2017, existiendo siempre respuesta al agregado de N, aunque se observó que Nitrodoble y Nitrocomplex tuvieron una eficiencia (en kg de rendimiento por unidad de N aplicada) mucho mayor a la observada en tratamientos con urea. Para terminar, Borrás adelantó resultados de un estudio que vienen desarrollando en la Red orientado a conocer los factores que mejor explican la respuesta diferencial al agregado de N. Así, analizando la incidencia de variables como presencia de napa, agua a la siembra y durante el ciclo de cultivo, fecha y densidad de siembra, etc., encontraron que los nitratos disponibles a la siembra y el tipo de suelo (I, II y III) son los factores que mejor explican estas respuestas (Figura 2).

Figura 2. Respuesta al N aplicado (kg.ha -1 por kg N ha -1 ) en función del N aplicado (kg N ha -1 ). Coyos et al., Agronomy Journal 2018.

This article is from: